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BATALLA DE CARABOBO




Enviado por jmolina08



    1. Introduccion
    2. 24 de junio de
      1821
    3. Descontento del Ejercito
      Realista
    4. Geografia de la
      batalla
    5. Bolivar define la estrategia de
      ataque
    6. La estrategia
      realista
    7. El error de los
      realistas
    8. La batalla
    9. Lo que siguio a la
      batalla

    INTRODUCCION

    La Batalla de Carabobo marca la
    culminación de la guerra de
    Venezuela en
    busca de su independencia
    como colonia española. Destacan próceres como
    Páez, Cedeño, Plaza, Pedro Camejo, entre muchos y
    en especial Bolívar como el gran estratega.

    BATALLA DE CARABOBO

    24 DE JUNIO
    DE 1821

     El
    26 de noviembre de 1820 se firma un acuerdo de Armisticio y
    Tratado de Regulación de guerra entre
    patriotas y realistas mediante el cual se suspende la guerra por
    seis meses, ratificado en entrevista del
    día siguiente entre y
    Morillo.

    Este acuerdo favorece los planes con miras a la liberación
    de Venezuela.
    Bolívar
    ha
    logrado reunir sin contratiempos el más grande y eficiente
    de los ejécitos que mandaría en Venezuela.
    Aprovechó para organizar la tregua del armisticio, la
    seguridad que
    ofrecía Guayana, el dinero
    enviado por Santander, el empeño
    de
    Páez
    en
    adiestrar mejor sus cuerpos en Apure y el
    estímulo y la orientación de los oficiales
    ingleses. Se había capacitado por vez primera, con mejor
    disciplina y
    nuevos métodos,
    el ejército que iba a cerrar la etapa comenzada
    años atrás.


    DESCONTENTO DEL EJERCITO
    REALISTA

    La Torre como sus tenientes -y antes Morillo- se quejan
    no haber recibido el apoyo suficiente, no sólo de
    España sino de región ocupada en
    Venezuela por las armas
    españolas. El jefe realista dispone a comienzos de 1821 de
    un poderoso ejército, del cual solo quedaba un
    recuerdo.

    La figura de Morillo, capaz como militar e implacable
    como enemigo, tenía un concepto rudo del
    mando: esta era la imagen que
    tenían los pueblos del soldado español.
    España
    no envió a América
    a un militar superior a Morillo. Tal vez pensó que siendo
    Venezuela un perpetuo campo de batalla, enviaba al país a
    un hombre que
    había luchado tercamente en la guerra de
    Independencia
    contra las tropas
    napoleónicas
    y es ante este hombre a
    quién
    Bolívar

    tiene que combatir en condiciones de inferioridad.
    Morales ha vivido 14 años en Venezuela, es canario, y
    representa la mentalidad de aquellos isleños que vieron
    perdidas sus haciendas en 1811 al surgir la
    República. También entre Morillo y
    La Torre no hubo armonía, pues aquel desaprueba el indulto
    que dictara éste en Nueva Granada. Morales tenía
    más conocimientos del país, dada su larga estancia
    en él. Se ha dicho que llegó muy joven a Venezuela
    y que ocupado, como
    Boves
    , en asuntos
    de comercio,
    viajaron continuamente por todo el llano del
    Guárico hasta el Guarapiche. Morillo
    conocía la capacidad de La Torre en menesteres de guerra,
    pues lo vio en la Península.

    GEOGRAFIA DE LA BATALLA

    La región donde se libra la batalla de Carabobo
    es una pequeña llanura bordeada al norte y al oeste por
    numerosas colinas y cerros, al suroeste de la ciudad de Valencia,
    en Venezuela, Edo. Carabobo. Al norte va la quebrada de Las
    Manzanas y la de Carabobo, que da nombre el campo, baja de la
    montaña al lado de la Colina del Chaparral.

    BOLIVAR DEFINE LA ESTRATEGIA DE
    ATAQUE

    El
    Libertador planifica la reunión de su ejercito con los
    de
    Páez
    y
    Urdaneta en el centro del país. En
    un mes se movilizan las tropas hasta San Carlos. En total se
    concentran 6.500 hombres provistos de armamento, cabalgaduras y
    provisiones. El General José Francisco
    Bermúdez debe atacar Caracas para
    impedir la unión de las tropas realistas.

    El ejército republicano
    subía del sur y la defensa realista en los angostos y
    tortuosos desfiladeros, hacía imposible la entrada. Todo
    esto lo apreció el Libertador desde la altura de
    Buenavista, que domina el panorama, y consideró que era
    suicida atacar en esta forma a La Torre.

    Ante la disposición de
    Bolívar de organizar el
    ejército en divisiones, la vanguardia
    avanza y se apodera de Buenavista amaneciendo el 24. El Alto de
    Buenavista dista más o menos una legua de Carabobo.
    "Desde tal sitio -dice Briceño
    Méndez- observamos que el enemigo estaba preparado
    al combate y nos esperaba formado en seis fuertes columnas de
    infantería y tres de -caballería, situadas de
    manera que mutuamente se sostenían para impedir nuestra
    salida a la llanura"
    . Briceño Méndez
    agrega: "El camino estrecho que llevábamos no
    permitía otro frente que para desfilar, y el enemigo no
    solamente defendía la salida al llano, sino que dominaba
    perfectamente el desfiladero con su artillería, con una
    columna de infantería que cubría la salida y dos
    que la franqueaban por derecha e izquierda"
    .
    Bolívar se da cuenta de lo
    imposible del ataque frontal y de que precisamente, la
    ocupación de la llanura fue una medida de previsión
    del Mariscal español
    para obligar a su contrario a combatir como él
    quería. Aquello alteraba la norma común del
    Libertador de obligar siempre al enemigo a la lucha, pero en las
    condiciones que él imponía.
    La maniobra envolvente la cumplirían
    Páez, Cedeño, Feriar y
    Rondón. Páez, en su
    división lleva a los Bravos de Apure, al Batallón
    Británico y 1.000 jinetes. Cedeño, al frente de la
    segunda división comanda al Tiradores, con Las Heras y al
    Boyacá, con Flegel; al Vargas dirigido por Patria; al
    Escuadrón Sagrado con Arismendi. La tercera
    división la componían los batallones Granaderos de
    la Guardia con Juan Uslar; Rifles, con Arturo Sandes;
    Anzoátegui, Vencedor con José Ignacio Pulido y el
    Regimiento de lanceros que mandaba Rondón. Ambrosio Plaza
    era el jefe de la tercera división.

    LA ESTRATEGIA
    REALISTA

    La Torre, después de la maniobra envolvente que
    en plano nacional cumplen Bermúdez
    desde Barlovento, toma de Caracas y avance hasta La Victoria;
    Urdaneta en su travesía coriana
    Carrillo y Reyes Vargas hacia San Felipe, fue
    concentrándose en la llanura de Carabobo, dejando en
    Tinaquillo un pequeño cuerpo de vigilancia. A medida que
    el jefe español cede terreno, apresura su marcha el
    ejército republicano.


    Bolívar
    ha
    quitado toda iniciativa a La Torre desde que éste ordena
    abandonar a Guanare, perdiendo desde luego impulso y
    decisión en el proyectado ataque que aspiraba llevar a
    cabo contra el Libertador.

    ¿Tenía capacidad La Torre para andar las
    fuerzas bajo su mando, alrededor de 10 ó 15 mil hombres al
    principio de la campaña? Sus subalternos son hombres que
    han luchado en Venezuela, que conocen su geografía, sus
    costumbres. De ellos el más respetable es Pereira, y a
    éste deja Morales en Caracas para que atienda a
    Bermúdez.
    Se cometen dos errores del Mariscal de campo:

    1.- Ausencia de Pereira en el campo de
    Carabobo

    2.- Distracción de más de
    tres batallones para combatir al jefe oriental y al jefe andino.
    Además, era sabido que Pereira valía más que
    Morales.

    EL
    ERROR DE LOS REALISTAS

    Bolivar dispone que el ejército marche hacia la
    izquierda para envolver al enemigo por su derecha, maniobra que
    La Torre no esperaba. Este había confiado en que
    Bolívar atacaría siguiendo la ruta de Buenavista,
    zona en la cual la caballería es nula por lo abrupto del
    terreno. En esta forma consideró el jefe realista
    fácil la victoria. Por eso organizó y
    distribuyó sus batallones en la llanura en espera de una
    situación que sólo él había creado.
    El ejército realista contaba de más o menos 5.000
    hombres, alrededor de la mitad venezolanos, pero toda fuerza
    experimentada y de primera.

    LA BATALLA

    El 24 de Junio de 1821 en la llanura de Carabobo, se
    enfrentan los dos bandos.
    Bolívar confía la jefatura de las divisiones a
    Páez, Cedeño y Plaza.
    Mariño es jefe del Estado Mayor.
    Pedro Briceño Méndez es responsable de la logística.
    Los llaneros de Páez marchan bajo
    fuego enemigo por la Pica de la Mona. Eran desfiladeros que en
    ciertos sitios no permitían más de uno en fondo.
    Las divisiones empiezan a cumplir la acción envolvente
    ante el asombro de La Torre que no apreció la importancia
    del ataque por la derecha. Así que tiene que desplazar
    violentamente al Burgos, el cual, con un fuego nutrido y
    poderoso, hace retroceder al Bravos de Apure. Pero seguidamente
    interviene el Batallón Británico que y permite que
    el Bravos de Apure se recupere.

    Cuando el batallón de la Reina avanza, ya la
    situación de los realistas se ha ido agravando, pues
    Cedeño ha penetrado a la llanura y una
    compañía del Tiradores actuaba en apoyo de
    éste. Hay un momento en que La Torre logra alinear cuatro
    batallones ante el avance republicano, pero los destacamentos
    realistas resultan impotentes para resistir la violencia.

    Caen combatiendo ante los muros de fuego hombres de la
    talla de Plaza, Cedeño, José Julián Mellado,
    teniente Pedro Camejo, Scott, Bruno. Todos ellos no fueron
    más que expresión de una virtud colectiva y sin
    nombre que ofrendó la libertad ese
    día.
    La Torre mira acercarse la derrota, y algunos cuerpos del
    Lanceros del Rey, en vez de acatar la orden de incorporarse al
    combate, huyen al azar.

    El ejército realista en Carabobo, según
    información de Córdoba, tuvo de
    pérdida, entre muertos, extraviados y prisioneros, lo
    siguiente: 2 jefes, 43 capitanes, 77 subalternos y 2.785
    individuos de tropa.

    Las pérdidas de los patriotas no se contaron,
    pero debieron ser alrededor de 200 muertos y heridos,
    según señala por
    Bolívar
    en
    su comunicación al Presidente del
    Congreso.

    LO QUE SIGUIO A LA
    BATALLA

    Libre ya Venezuela, a pesar dé las fuerzas
    realista que huyeron a Puerto Cabello, el Libertador se traslada
    a Caracas acompañado de
    Páez
    . La
    ciudad seguía con sus casas en escombros debido al sismo
    de 1812 y así iba a continuar por 40 o 50 años
    más. Había sido la matriz
    milagrosa que dio a Bello, a
    Rodríguez, a Miranda, a
    Bolívar, y no había tenido tiempo sino para
    sufrir y esperar.

    Al triunfo de Carabobo le sucede la rendición de
    La Guaira, con la capitulación del realista Pereira, la
    toma de Cumaná y la capitulación de Cartagena. A
    mediados de 1823 quedan libres las provincias de Coro y
    Maracaibo; en noviembre del mismo año Páez ocupa
    Puerto Cabello, última plaza realista en
    Venezuela.

    El Libertador va a organizar ahora el ejército
    del sur, desde Trujillo, se dirige al general José de San
    Martín y le dice que su primer pensamiento
    cuando vio el triunfo en Carabobo fue para él, el
    Perú y su Ejército Libertador y que nada le
    será tan grato como ir al Perú. Más o menos
    en iguales términos se dirigió también al
    Director de Chile. La idea
    de
    Bolívar
    ,
    anunciada años atrás en Jamaica, cobra cuerpo
    ahora, máxime que él consideró siempre que
    su patria era la América
    y que donde hubiese pueblos irredentos, tenía que ir a
    libertarlos.

    Después que Pereira bate a
    Bermúdez

    en El Calvario y le obliga a retirarse hasta más
    allá de Guarenas, queda dueño de Caracas.
    Más atento al resultado de lo que de un momento a otro iba
    a decidirse, de lo cual tenía mejor información que Bermúdez y

    Soublette
    ,
    aguarda entre Caracas y La Guaira. Estos pensaban dirigirse al
    llano en solicitud de Monagas y Zaraza para continuar la guerra.
    Enterado Pereira del resultado de Carabobo, ambuló por el
    litoral buscando una salida hacia Puerto Cabello o un barco que
    también le llevase a este puerto. Bolívar
    envió en su persecución a Manrique, a Silva, a
    Ibarra. Le dirigió una comunicación en la cual le ofrecía
    capitulación honrosa, reiterándole a la vez los
    sentimientos de filantropía y liberalidad que animaban al
    Gobierno.

    Bolívar
    le
    dijo además: "Cuando un oficial ha llenado como U.
    S. sus deberes aún más allá de lo justo, es
    una loca temeridad no ceder a las leyes imperiosas
    e irresistibles de la fuerza y de la
    necesidad".

    Pereira responde y Bolívar le envía las
    bases de la capitulación. Bolívar acata las
    modificaciones que hace el jefe realista y le dice que debe ir un
    oficial a hablar con él acerca del cumplimiento del pacto
    "en la inteligencia
    de que en el término de dos horas debe ser ocupada la
    plaza por las armas de Colombia"
    . Finalmente Pereira es
    conducido a Puerto Cabello después de firmar la
    capitulación. Según Lecuna muere en este puerto de
    fiebre amarilla. Hay consenso favorable en torno a la figura
    de este honesto militar que combate fieramente por su bandera y
    capitula cuando no podía hacer otra cosa. De los 700
    hombres que mandaba, 200 regresaron con él a Puerto
    Cabello. Había perdido alrededor de 1.500.

    Con fecha 6 de julio, el Mariscal La Torre dijo a
    Bolívar lo siguiente: "Excmo. señor: Ha llegado a
    mí noticia que por V. E. han sido tratados con toda
    consideración los individuos del ejército de mi
    mando que han tenido la desgracia de ser prisioneros de guerra.
    Doy a V. E. las debidas gracias por este rasgo de humanidad, que
    me hace disminuir el sentimiento de la suerte de dichos
    individuos; esperando que continuará V. E. de este modo
    dando pruebas nada
    equívocas de que hace renacer las virtudes sociales que
    habían desaparecido por el enardecimiento de las pasiones
    que han desolado estos fértiles países".

    Todavía habrá guerra en la zona de Coro y
    Maracaibo y
    Páez

    tomará el Castillo de Puerto Cabello en noviembre de
    1823, cerrando para siempre el proceso de la
    emancipación política, al mismo
    tiempo que
    Bolívar se dispone a eliminar de traidores el cuadro
    político del Perú, donde la oligarquía
    limeña deseaba la independencia
    sin combatir contra España.
    Carta de La
    Torre a Bolívar:

    Cuartel de Puerto Cabello, 6 de julio de 1821. La
    más honda y noble manifestación que surge
    después del triunfo de Carabobo, se debe al Libertador.
    Desde Valencia se dirige al Presidente del Congreso de la Gran
    Colombia y le
    expone que la sabiduría de tal cuerpo está de
    acuerdo con las leyes existentes
    en favor de la manumisión y que ese favor pudo extender su
    beneficencia sobre los futuros colombianos que son recibidos en
    cuna cruel y salvaje.

    "Los hijos de los esclavos que en adelante hayan
    de nacer en Colombia deben ser libres, porque esos seres no
    pertenecen más que a Dios y a sus padres, y ni Dios ni sus
    padres los quieren infelices"
    . El Congreso pues, debe
    decretar la libertad
    absoluta de los que nazcan en territorio de la República
    "conciliándose los derechos posesivos, los
    derechos
    políticos y los derechos naturales". Tal solicitud la
    hacía
    Bolívar

    como "recompensa de la Batalla de Carabobo, ganada
    por el Ejército Libertador, cuya sangre ha corrido
    por la libertad"
    . Tal aspiración de
    Bolívar no era nueva, pues desde su Cuartel General de
    Carúpano, el 2 de junio de 1816, decretó la
    libertad absoluta de los esclavos y el deber de todo hombre,
    desde los 14 hasta los 60 años, es el de presentarse en su
    distrito para su alistamiento en las banderas de la
    República.

    Con fecha 6 de julio, en proclama a los habitantes de la
    provincia de Caracas, dijo elocuentemente: "La naturaleza, la
    justicia y la
    política,
    piden la emancipación de los esclavos: de aquí en
    adelante sólo habrá en Venezuela una clase de
    hombres, todos serán ciudadanos"
    y el 16 de julio
    de 1818, desde Angostura, en nota al Presidente de la Alta Corte
    de justicia, le
    reiteraba su decisión en pro de la libertad de los
    esclavos y las oportunidades en que la había decretado y
    le decía al final: "Nadie ignora en Venezuela que
    la esclavitud
    está extinguida entre nosotros".

     

     

     

    Jhonatan Molina

     

     

     

     

     

     

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