Monografias.com > Otros
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Es Tarde Para el Hombre




Enviado por manuelalopera



    OSPINA William

    ¿Dónde está la vida
    que hemos perdido en vivir?

    ¿Dónde la sabiduría
    que hemos perdido en conocimiento?

    ¿Dónde el
    conocimiento que hemos perdido en información?

    Veinte siglos de historia humana

    Nos alejan de Dios y nos aproximan al
    polvo

    T.S. Eliot.

    A partir de la tesis que
    plantea Federico Engels de que el hombre
    evolucionó a través del trabajo, surge el
    planteamiento de Humberto Maturana de que éste no lo hizo
    por medio del trabajo sino de una herramienta mucho más
    poderosa: La
    comunicación. Debido a que el trabajo no
    le permitía interrelacionarse con los demás como
    sí lo permitía la comunicación, es decir, esta herramienta
    permitía al hombre
    prehistórico repartir y poner en circulación sus
    conocimientos sobre algo, como por ejemplo el uso de determinado
    objeto y por medio de diversas formas de lenguaje se
    llegaba a comprender el uso y la utilidad de
    cualquier tipo de herramienta que les permitiera mejorar las
    condiciones de vida y así alcanzar nuevos niveles de
    progreso, por lo tanto es el lenguaje en
    sus diversas formas el que logró poner al hombre
    primitivo en contacto con sus demás congéneres y de
    esta manera establecer relaciones y alcanzar condiciones que lo
    llevaran a un mayor desarrollo.

    En este punto podría surgir una pregunta y es si
    en estos tiempos la
    comunicación sigue cumpliendo el mismo papel y hasta
    qué punto contribuye con el progreso de la
    humanidad.

    Si bien podemos observar a lo largo de la historia del hombre, la
    comunicación ha jugado un papel
    fundamental en la vida de las sociedades,
    puesto que por medio de dicha herramienta se han puesto a
    circular infinidades de sentidos colectivos que permiten al
    hombre construir una identidad y
    mirar hacia el futuro desde diferentes perspectivas que
    determinan el curso de su existencia.

    Desde sus primeras manifestaciones, la
    comunicación cumplía con unos fines que eran
    determinados por la misma comunidad o
    grupo de
    hombres que la utilizaban. El hombre de
    la caverna utilizó pinturas que le servían para
    exorcizar o bien invocar toda clase de fuerzas y fenómenos
    naturales. De esta manera plasmaba todos aquellos sentimientos
    primitivos de los cuales no era conciente pero que determinaban
    su forma de ver el mundo, debido a que comenzaban a mostrarle y
    enseñarle cuál era su naturaleza.

    Asimismo, el hombre estableció una
    comunicación con su entorno para poder
    coexistir con los demás seres de la tierra y
    tratar de explicar sus orígenes para poder
    construir un futuro más seguro.
    Así fue como le fue otorgando significados a lo que
    veía y de esta manera poder entender los distintos
    mensajes que pudieran enviarle y que serían útiles
    para sus supervivencia.

    Un ejemplo puede ser el árbol, quien
    además de brindarle frutos le servía de sombra o
    refugio. Otro ejemplo es la luna, la cual jugaba un papel
    determinante puesto que se convirtió en una gran
    mensajera, debido a que ésta por medio de sus movimientos
    le decía al hombre cuando debía sembrar o cuando no
    era conveniente realizar ceremonias y ritos y de esta forma se
    estableció una comunicación entre los diferentes
    seres del universo, lo que
    le permitió al hombre cambiar su visión de ser
    aislado para convertirse en parte dinámica de un todo y así poder
    entender mejor el por qué de su paso por el
    mundo.

    Asimismo la comunicación que establecían,
    además de tener una connotación metafísica, tenía otra
    importantísima función y
    era la de hacer historia, es decir crear una memoria colectiva
    mediante la cual las sociedades
    construyeran toda una tradición y una cultura que
    perduraría a través de los tiempos.

    Más tarde surgen otras formas de
    comunicación que le permiten al hombre crear
    códigos y difundir pensamientos e ideas que deben ser de
    conocimiento
    general para lograr la convivencia y la vida civilizada de la
    sociedad, como
    lo son la danza o el
    teatro, por
    ejemplo. De esta forma la comunicación logra ser la base
    para que las personas puedan llegar al conocimiento y se pongan
    en juego
    diferentes aspectos de la vida del hombre, así como se
    logra imponer como un mecanismo de defensa y de expresión
    para los diferentes miembros de las sociedades.

    Con la aparición de los mensajeros de las cortes,
    los grandes imperios logran enterarse de la vida del resto de las
    regiones y prepararse para las diferentes situaciones así
    como también la toma de
    decisiones que son vitales para el desarrollo de
    estas civilizaciones. Luego aparecen otros personajes que
    contribuyen con los fines de la comunicación, como los
    trovadores, los juglares, los bufones, entre otros, quienes por
    medio de lo que expresaban lograban hacer que la gente se
    cuestionara, se inquietara más sobre lo que ocurría
    y las causas de aquellos acontecimientos, así como
    también motivaba otros procesos
    mentales que contribuían a descubrir nuevas formas de
    pensar, de ver la vida, y de esta forma la sociedad entera
    se movía hacia su propio desarrollo, hacia un progreso y
    un futuro más fiable.

    Durante la edad media, el
    hombre cae en un letargo en todos los aspectos, puesto que el
    cristianismo
    comienza una de sus más negras etapas, impidiendo la
    circulación de mensajes, de textos, de formas
    comunicativas como el arte o la
    poesía,
    los cuales son necesarios para que el hombre siga
    planteándose dudas y trate de conocer más sobre su
    historia y su pasado. En este punto surgen formas de
    comunicación alternativas que igualmente dejan muchos
    vacíos pues todos aquellos conocimientos escondidos son de
    vital importancia para el desarrollo de la humanidad. El cristianismo
    impone todos sus dogmas y las sociedades caen en la
    sumisión absoluta por medio de la fuerza, se
    prohíben toda clase de cosas, se destierran algunos
    animales como
    el gato, lo que genera pestes horribles que acaban con un
    número exorbitante de personas.

    Durante el renacimiento
    se pone al hombre como centro del universo, ya no
    es Dios, sino todo lo que encierra al hombre lo que tiene
    relevancia. En este punto se recuperan formas de
    comunicación que son importantes como los libros, las
    artes y las ciencias y se
    plantea un pensamiento
    racional ante todo que lleva al hombre más tarde a una
    revolución
    industrial en la que plantea que la ciencia y
    la tecnología llevarán al hombre al
    progreso.

    De esta manera se fue planteando el positivismo
    lógico, en el que el mundo es sólo un constructo de
    materia, lleno
    de hombres con necesidades físicas y materiales que
    tiene que suplir y así se impone la sociedad de consumo como
    ese gran salvador, que tiene siempre todo lo que el hombre
    necesita, todo está allí en el mercado para que
    las personas se vuelvan cada vez más autómatas,
    más esclavos de sí mismos y de una época
    industrializada que no quiere que el hombre piense sino que
    compre.

    En este panorama la comunicación ya no aparece
    como una herramienta para permitir la emergencia de nuevas
    alternativas, pues en sus formas actuales coarta la libertad y las
    diversas formas de pensar y de concebir la realidad. En estas
    sociedades racionalistas cada vez más, se impone un solo
    modo de pensar, un pensamiento
    único como lo plantea Ignacio Ramonet, quien atribuye en
    gran medida esta responsabilidad a los actuales medios de
    comunicación, los cuales en su afán de
    comercializar la información, ponen en circulación
    toda clase de datos
    irrelevantes pero que vendan y éstos principalmente
    saturados de imágenes,
    las cuales muchas veces no corresponden a la realidad o
    simplemente no contribuyen a esclarecer y a permitir procesos de
    aprendizaje y
    reflexión, por el contrario hacen que el hombre se vaya
    esclavizando a esa necesidad de ver por ver sin hacer
    ningún tipo de esfuerzo intelectual.

    De igual forma, los procesos comunicativos son vistos en
    la actualidad como estructuras
    rígidas, las cuales no tienen ninguna posibilidad de
    flexibilidad o retroalimentación. Se cree que todo
    problema comunicacional tiene sólo una forma de ser
    solucionado y se han dejado de lado las múltiples formas
    de expresión del ser humano y se le ha dejado de ver como
    un todo que está integralmente formado tanto por emociones como
    por materia y esta
    separación es la que ha ido haciendo el horizonte
    más estrecho para las sociedades de hoy.

    El hombre ha perdido su capacidad para reflexionar, para
    pensar si desea o no aceptar las decisiones que se toman en el
    mundo y en las que estamos todos envueltos, simplemente hace
    parte de una masa amorfa que se deja arrastrar por ese sistema ciego de
    ancias de poder y de dinero, y
    actúa como un ente sin pensamiento, a la merced de lo que
    unos quieran hacer con él.

    Es evidente que en este mundo globalizado de hoy, al
    contrario de sentirnos más libres, nos sentimos coartados,
    ensimismados. Siervos totales de una sociedad de consumo
    absurda que no quiere que el hombre se detenga, que no pierda el
    tiempo que
    puede gastar más productivamente en consumir. Prisioneros
    de ciudades aisladas de la naturaleza,
    saturadas de contaminación y publicidad, de
    ruido y de
    gente sin alma que ya no se asombra por nada.

    Es allí donde las comunicaciones
    tienen una gran responsabilidad, puesto que en vez de propiciar el
    diálogo,
    la conversación, que son los puntos en los que el hombre
    construye conocimientos y encuentra formas de desarrollo como lo
    plantea Humberto Maturana, se han encargado de propiciar hombres
    solos, esclavos y abandonados, que no se detienen a hacer
    reflexiones, que al final del día no hacen
    introspección para ver que falló y que puede ir
    mejor. Y es en ese punto donde el hombre se encuentra más
    vulnerable, más fácil de dominar y así va
    cayendo cada vez más en ese abismo de soledad infinita que
    no le traerá más que la
    muerte.

    En el mundo postmoderno se tiene a la
    comunicación como un punto vital para el progreso del
    hombre, pero más que todo una comunicación desde el
    punto de vista del mundo globalizado. Hoy existe la
    televisión a escala
    planetaria, entre las que se encuentran la TV por cable, TV
    satelital, paper view, entre otras. El internet, con sus chats,
    teleconferencias, bases de datos
    globales, publicaciones de toda clase de trabajos en la red, así como el
    cine en sus
    múltiples facetas que ha ido evolucionando al ritmo
    vertiginoso de la era virtual, y la aparición del
    hipertexto, el cual ha revolucionado la comunicación
    moderna, en forma de lectura no
    lineal, es decir subjetiva, que rompe con todos los paradigmas de
    la comunicación tradicional. Todo esto trae consigo
    múltiples cambios en la sociedad contemporánea y
    rompe para siempre con la percepción
    del tiempo y del
    espacio como limitantes del hombre debido a que de cierto modo
    éste trata de manipular estos conceptos mediante dichos
    avances
    tecnológicos, haciendo que el mundo se mueva
    vertiginosamente y los inconvenientes por las distancias y el
    tiempo se minimicen al mayor grado.

    "De esa aceleración somos todos agentes como sin
    advertirlo. Alguna vez fue importante aprender: hoy sólo
    importa graduarse. Alguna vez fue importante viajar: hoy
    sólo se trata de llegar". William Ospina.

    Es así como nos vamos sumergiendo cada vez
    más en un mundo que nos impide pensar o sentir, la
    ciencia va tan
    de prisa que el hombre se ha quedado atrás en sus
    reflexiones, en sus interpretaciones sobre la realidad. Ya no nos
    preguntamos más si todos los adelantos que nos van
    llegando van a hacernos en realidad mejores personas, por el
    contrario asumimos una posición pasiva, sin
    cuestionamientos, es así como este pensamiento
    único que se nos impone nos lleva otra vez a una especie
    de nuevo oscurantismo, ya no por la falta de información
    como dice Ignacio Ramonet sino por el exceso de la misma. El
    hecho de que no hayan límites
    sobre lo que es pertinente para la sociedad, en el momento de
    sacarlo en circulación, es un abuso que no tiene
    justificación alguna. Ni siquiera es válida la
    excusa de que todo cuanto se nos viene encima será un
    avance sin precedentes o mejor aún, que servirá
    para que el hombre se posicione como un ser superior y logre
    hacer el capital que
    jamás imaginó en toda la historia de su existencia,
    pues esto como se ha podido ver ya con suficiente claridad, no es
    cierto, puesto que no necesariamente todo invento trae consigo la
    solución a los problemas
    más profundos de la humanidad, por el contrario ayudan
    muchas veces a aumentarlos, creando sociedades que se quedan por
    fuera y no pueden beneficiarse de todo aquello, mientras al mismo
    tiempo unos pocos crecen desmesuradamente a costa,
    inevitablemente, de la gran mayoría alienada del sistema
    dominante.

    En este punto Humberto Maturana plantea: "…el camino
    de la ciencia
    moderna no es el camino de la sabiduría". Y con respecto a
    esto podemos decir que el hombre en vez de acercarse más a
    los ideales que se ha planteado desde siempre (el vivir bien, el
    ser libres, poder gozar de una espiritualidad realmente
    experimentada) inexorablemente se ha ido alejando más y
    más de ellos, lo que quiere decir que todo aquello que
    soñó alguna vez sobre el verdadero progreso y la
    verdadera evolución, hoy no es más que una
    utopía todavía más lejana y confusa, y luego
    de tantos años perdidos en la conquista de su propias
    limitaciones no son más que la muestra de lo
    incapaz que el hombre es para vivir en un mundo que le es
    desconocido y que de diferentes formas le sigue demostrando que
    aún no se puede controlar.

    Una muestra de esto
    pueden ser los desastres
    naturales que no paran de azotar a la humanidad, en sus
    múltiples manifestaciones como terremotos,
    huracanes, entre otros. También aquellos que provocan los
    errores tecnológicos y que causan tragedias de
    mayúsculas proporciones como las fallas de inmensas
    máquinas, entre ellos los yumbos
    interoceánicos, submarinos de guerra, barcos
    transatlánticos, trasbordadores interespaciales, lo que ha
    demostrado al hombre de sobra que no se puede tener un absoluto
    control, que los
    cálculos pueden fallar y que no debe subestimar nunca su
    entorno y las fuerzas naturales que lo gobiernan.

    Asimismo el mundo se debate hoy por
    hoy en guerras, las
    cuales han cambiado radicalmente en sus estructuras.
    Ya no se conoce al enemigo, sólo se le condena y se le
    trata de exterminar por medio de la fuerza y no
    del discurso o la
    demostración de la razón. Esto se fortalece
    mediante medios de
    comunicación que se encargan de mostrar imágenes
    sobre la crudeza del terrorismo y
    de que las represalias están justificadas luego de
    presenciar en vivo y en directo por primera vez a escala
    planetaria, el ataque más grande a la mayor ciudad del
    mundo, el pasado 11 de septiembre en Nueva York. De esta manera
    se logra vincular a todo el planeta en la cruzada por el terrorismo
    más grande de la historia y se manipula la
    información para que las personas en vez de exorcizar,
    cada vez incuben más odio por el resto de la
    humanidad.

    Es de esta forma que la comunicación se ha
    alejado de sus fines, o más bien cómo el hombre se
    ha alejado de todas las infinitas posibilidades que esta valiosa
    herramienta puede brindarle. Según Humberto Maturana los
    sentimientos y las emociones son
    vitales a la hora de que haya una real comunicación, es
    decir, la comunicación es ante todo interrelación y
    a partir de ahí surgen múltiples estrategias y
    soluciones a
    los diversos conflictos
    humanos. El hombre es un ser en conversación y todo esto
    se ha ido perdiendo inevitablemente por medio de todos estos
    avances en la tecnología de las
    comunicaciones. El ser humano se ha ido aislando
    de un mundo que está vivo, que aún está por
    explorar y se ha ido encerrando en la maraña de sus
    telerredes, impidiendo el intercambio dialógico, la
    verdadera comunicación que es la que surge a través
    de la empatía, del real acercamiento entre los individuos
    participantes de una sociedad.

    Asimismo en su ensimismamiento, el hombre se ha alejado
    nefastamente de la naturaleza, aquella de la que es parte y que
    necesita para vivir y para generar nuevos conocimientos que
    traducirá en mejores soluciones
    para su vida en sociedad. A partir de ese intercambio con la
    naturaleza de manera directa, es cuando el hombre se acerca
    más a su principio biológico, a esa estructura que
    le permite establecer una verdadera comunicación y esto se
    logra mediante el acercamiento por medio de las emociones que son
    las que contienen lo verdaderamente constitutivo del
    hombre.

    Es por esto que hoy puede surgir ese interrogante sobre
    si la comunicación cumple en nuestros días con ese
    papel dignificador de la vida del ser humano, del progreso en un
    sentido integral de la existencia del hombre, puesto que la
    realidad nos muestra que esa respuesta no es una
    afirmación segura, por el contrario la historia nos ha
    mostrado que la comunicación ha avanzado en su forma mas
    no en su fondo, se ha innovado en la ciencia y
    tecnología de esta gran herramienta, pero se ha dejado
    de lado esa esencia de lo comunicacional, esa verdadera motivación
    hacia la búsqueda de fines más dignificantes de la
    condición humana, como bien dice Maturana: "Lo que importa
    no es lo que se entregue sino como lo reciba el otro" y en esa
    medida no cuenta tanto lo estilizado de la formas sino los
    efectos y las consecuencias que aquella comunicación
    producirá en los demás sujetos y para que los
    resultados sean satisfactorios es vital el reconocimiento del
    otro, esa validez que se le da a las otras personas y a sus
    formas de pensar, para poder construir procesos efectivos de
    desarrollo y evolución de las sociedades
    contemporáneas.

     

     

     

    Manuela Lopera

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter