Monografias.com > Enfermedades > Salud
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Prevención de las enfermedades infecciosas




Enviado por hmarquez



Partes: 1, 2

    Indice
    1.
    Introducción

    2. Que es el Sistema
    Inmune

    3. Origen de los
    Linfocitos

    4. Inmunizaciones
    5. Vacunas
    6. Contraindicaciones
    generales

    7. Inmunizacion
    pasiva

    1.
    Introducción

    Denominamos Enfermedad infecciosa a aquella provocada
    por el ingreso al organismo de: bacterias,
    virus y
    hongos, que
    sé acompaña de síntomas y signos
    específicos, como resultado de la agresión directa
    a las células o
    mediada por toxinas producidas por el invasor y liberadas la
    circulación general.
    Todos los seres vivos se hallan constantemente expuestos a este
    tipo de riesgos,
    existiendo un muy alto numero de agentes potencialmente
    patógenos, pero dependerá de la susceptibilidad del
    organismo invadido que la acción de aquel pueda
    manifestarse.
    La posibilidad de provocar enfermedad, no solo depende del
    potencial agresivo del invasor, sino que para generarla es
    necesaria la susceptibilidad de huésped, ya que no todos
    los sujetos son susceptibles a los mismos agentes
    patógenos.
    Todos los animales, poseen
    un primitivo sistema
    defensivo, conocido como innato o natural, integrado por
    mecanismos físicos como la integridad de piel y mucosas
    capaces de impedir en condiciones normales, el ingreso de
    patógenos al organismo. Otros de índole química, consistente
    en diversas sustancias presentes en la sangre y otros
    fluido orgánicos, capaces de interferir su crecimiento o
    inmovilizarlos, facilitando su eliminación.
    Y por último una dotación de células
    con capacidad de capturarlos ingerirlos y degradarlos,
    denominadas genéricamente "fagocitos."
    Este tipo de inmunidad es absolutamente inespecífica y
    dentro de sus limitaciones posee actividad contra cualquier
    agente invasor.
    Tan solo los vertebrados, poseen mecanismos defensivos, capaces
    de reconocer y destruir sustancias en forma especifica.
    A esto se le denomina inmunidad adaptativa.
    Toda sustancia capaz de generar una respuesta inmune, es
    denominada "antigeno" el cual no siempre es un elemento
    foráneo o un tejido, sino alguna de sus estructuras o
    sustancias como toxinas y enzimas
    vinculadas a él y que el sistema inmune
    reconoce como extrañas.
    La respuesta inmune en este caso, es altamente especifica y
    dirigida contra el antigeno que le dio origen, situación
    que la diferencia netamente de la inmunidad innata.
    Así también, también este sistema se
    distingue por poseer lo que se denomina "memoria
    inmunológica", es decir la capacidad de generar respuestas
    más rápidas e intensas frente a contactos sucesivos
    con un mismo antigeno; garantizando de tal modo una mejor
    capacidad defensiva al organismo.
    Ambas inmunidades actuando en conjunto son capaces de proveer una
    elevada resistencia
    frente a microorganismos, toxinas y parásitos. Pero asi
    mismo, la inmunidad adaptativa es responsable de las
    manifestaciones alérgicas y la reacción de rechazo
    a los trasplantes tisulares, a los que reconoce como invasores potencialmente
    dañinos

    2. Que es el Sistema Inmune

    Los linfocitos, una de las células componentes de
    la sangre,
    constituyen el principal elemento del sistema inmune.
    El linfocito es diferente de todas las otras células en el
    cuerpo porque tiene aproximadamente 100,000 receptores
    idénticos en su membrana celular que le permite que
    reconozca un antígeno específico.
    Estos receptores son proteínas
    que contienen "ranuras" que encajan en los modelos
    formados por los átomos de la molécula del
    antígeno; como la llave en su respectiva cerradura y
    permiten ligar al antígeno, existiendo más de 10
    millones de tipos diferentes de ranuras en los linfocitos del
    sistema inmunológico humano.
    Cuando un antígeno invade el cuerpo, normalmente
    sólo aquellos leucocitos con receptores que se
    corresponden con los contornos de ese particular antígeno
    toman parte en la respuesta inmune. Cuando esto sucede, comienzan
    a reproducirse dando origen a células hijas, que tiene
    receptores idéntico a aquellos encontrados en el linfocito
    original.
    El resultado es una familia o "clon",
    con afinidad exclusiva por un mismo antigeno. Este clon
    continúa creciendo después del primer encuentro con
    el antigeno de modo tal, que si el mismo tipo de antígeno
    invade el cuerpo en otra ocasión, habrá muchos
    más linfocitos específicos para ese antígeno
    listos para neutralizar su acción deletérea
    Éste comportamiento
    es el fundamento de la memoria
    inmunológica a que hiciéramos referencia
    anteriormente.


    3. Origen de los
    Linfocitos

    Como todas las células sanguíneas, los
    linfocitos se originan a partir de células
    pluripotenciales (stem cells) en la medula ósea durante la
    vida extrauterina, mientras que en el feto su origen es
    hepático
    En una segunda fase se desarrollan los receptores antigeno-
    específicos. , luego de completar este proceso
    algunos de ellos, migran hacia los órganos
    linfáticos, donde se acantonan.
    Estos se conocen bajo el nombre de "linfocitos B", en tanto otros
    migran hacia el Timo para completar su desarrollo
    recibiendo la denominación de "linfocitos T".
    Ambos tipos de células, poseen diferentes funciones en la
    respuesta inmune, pese a actuar en conjunto e influenciarse
    mutuamente.
    Aquella que implica las células B, se conoce como humoral
    por desarrollarse en los líquidos orgánicos; en
    tanto que la que involucra a las T se denomina celular, por
    configurar una interacción directa entre estas y el
    antigeno.
    Las células B pueden iniciar una respuesta inmune, pero el
    antígeno desencadenante realmente se elimina por medio de
    productos que
    las células de B vuelcan en la sangre y otros fluidos del
    cuerpo. Estos productos
    denominados "anticuerpos", pertenecen a un grupo especial
    de las proteínas
    de la sangre conocidas como inmunoglobulinas.
    Cuando una célula de
    B es estimulada por un antígeno que encuentra en los
    fluidos del cuerpo, se transforma, con la ayuda de un tipo de
    célula T
    denominada "helper" en una más grande llamada
    célula blastica la que comienza a dividirse
    rápidamente, formando un clon de células
    idénticas. Algunas de ellas continúan su
    transformación hacia células plasmática
    (plasma cells) capaces de producir anticuerpos específicos
    a una velocidad de
    aproximadamente 2,000 anticuerpos por segundo los que pasan a
    circular por los distintos fluidos orgánicos.
    Los anticuerpos atacan los antígenos ligándose a
    ellos inmovilizándolos o impidiendo su penetración
    al organismo. En otros casos, actúan conjuntamente con un
    grupo de las
    proteínas de la sangre, genéricamente denominado
    "sistema del complemento", integrado por un numero no menor de 30
    componentes diferentes. En tale circunstancias, los anticuerpos
    recubren al antigeno, haciéndolo susceptible a una
    reacción química en cadena con
    las proteínas del complemento que provoca su
    destrucción. La reacción del complemento puede
    causar la desintegración del invasor o atraer
    células con capacidad fagocítica con
    idéntico fin.
    No todas las células del clon formado por la célula
    B original, se transforman en plasmocitos y algunas adoptan el
    carácter de células de memoria, capaces
    de responder con mayor rapidez ante un posterior contacto con el
    mismo antigeno.
    Hay dos clases de células producidas en el timo: Helpers o
    colaboradoras y Killer o citotóxicas. Las primeras
    segregan sustancias denominadas interleuquinas, las que promueven
    el crecimiento de células B y T y de las que se conoce
    alrededor de 10, cada una de las cuales posee complejos efectos
    biológicos.
    Las citotóxicas por su parte, destruyen las células
    infectadas, pudiendo en ciertas circunstancias hacer otro tanto
    con las neoplásicas. Este tipo de leucocito es
    también denominado "supresor" por ser capaz de regular la
    respuesta inmune, suprimiendo transitoriamente la función de
    los helpers de modo que el sistema se active solo cuando es
    necesario.
    Los receptores presentes en las células T, difieren de los
    de las B por poseer la capacidad de reconocer fragmentos de
    antigenos combinados con un conjunto de moléculas ubicadas
    en la superficie de todas las células del organismo,
    denominadas antigenos de histocompatibildad .
    Así pues, mientras ellos circulan con la sangre ejercen
    una función de
    permanente vigilancia, detectando la presencia de antigenos
    extraños que hayan sido capturados por tales
    moléculas.

    Como funciona el sistema
    Cuando un antigeno ingresa al organismo, puede ser inicialmente
    neutralizado parcialmente por el sistema de inmunidad innato;
    siendo entonces atacados por fagocitos o anticuerpos preformados
    actuando en combinación con el complemento. Sin embargo en
    la gran mayoría de los casos los linfocitos del sistema
    adaptativo, deben entrar en acción para yugular riesgos.
    Este sistema en el ser humano cuenta con aproximadamente un
    trillón de células T y un numero similar de B
    circulantes u alojadas en los órganos linfáticos y
    alrededor diez billones de células captadoras de
    antigenos, en aquellos mismos órganos.
    Con el objetivo de
    aumentar las chances de detección de antigenos
    foráneos, los linfocitos cumplen un ciclo permanente de
    circulación y permanencia en los tejidos
    linfáticos el cual se cumple alrededor de 50 veces
    diarias
    Si los linfocitos hallan un antigeno capturado por las
    células ubicadas en el órgano linfático,
    aquellos que poseen receptores específicos contra
    él, detienen su migración
    y se arraigan allí para generar una respuesta inmune "in
    situ". Dado que el numero de leucocitos contenidos aumenta por
    este mecanismo, el órgano respectivo aumenta de
    tamaño, tal el motivo de las adenomegalias que
    acompañan la mayoría de las infecciones.
    En muchas circunstancias la acción de las células
    fijas con capacidad de captar antigenos, resulta efectiva para
    degradarlo y eliminarlo; pero si el volumen del mismo
    es excesivo, comienzan a secretar interleukina 1 (IL-1) y pone en
    evidencian fragmentos antigenicos a fin de alertar a los
    linfocitos helpers. Esta conducta facilita
    la respuesta de las células B y T frente al antigeno y
    puede a su vez originar fiebre y malestar generalizado.
    Aquellos T helpers que contactan con la IL-1 portadora de
    antigenos, se transforman en linfoblastos , capaces de secretar
    IL-2 la que provoca la multiplicación de células T
    killer, cuya acción es necesaria para la
    destrucción de células tumorales o infectadas por
    virus.
    En tanto la IL-3, estimula la producción medular de células
    hemáticas, garantizando la disponibilidad de un numero
    adecuado de linfocitos para yugular la infección
    Por ultimo, los T helpers, originan otras IL que actuando sobre
    las células B, estimulan su división y
    transformación en células plasmáticas
    secretoras de anticuerpos específicos.
    Este sistema, se origina en la vida intrauterina y ya es
    funcionante hacia los últimos meses de embarazo, sin
    perjuicio de su perfeccionamiento post natal, consecuencia de la
    maduración inherente a todas las funciones
    orgánicas.
    No obstante la Naturaleza ha
    previsto un mecanismo de seguridad que
    protege al neonato de las probables agresiones a que se vera
    expuesto en los primeros tiempos de su vida.
    Nos referimos a la Inmunidad Pasiva Transplacetaria, es decir la
    cesión de anticuerpos de la madre al feto en cantidades
    equivalentes a los que ella misma posee en circulación.
    Estos anticuerpos, fruto de su experiencia inmunológica
    previa completan la dotación defensiva del hijo y se
    fortifican a través de los que se transfieren por la
    leche materna
    y primordialmente el calostro.

    4.
    Inmunizaciones

    El proceso de
    poner en marcha una respuesta inmune, se conoce
    genéricamente como inmunización.
    La breve descripción que precede, ilustra acerca de
    lo que acontece en el ser humano, frente a una agresión
    externa y deja claro que para lograr la puesta en marcha del
    sistema inmune, es necesaria la invasión por parte del
    agente patógeno y el trascurso de un tiempo variable,
    previo a concretarse una protección eficaz.
    Ello implica un riesgo
    fácilmente comprensible, ya que si la agresión
    resulta masiva, puede no dar tiempo a las
    reacciones defensivas a interponer barreras útiles, caso
    en el cual el sujeto enferma con posibilidad de muerte o
    secuelas irreparables.
    Por tal motivo es imprescindible que tales barreras estén
    ya establecidas al momento de la agresión, para lograr lo
    cual es menester adoptar medidas preventivas con la debida
    antelación, estimulando el sistema inmune.
    Este objetivo,
    puede lograrse en forma activa, vale decir con la
    intervención del sujeto, o pasiva mediante la
    cesión de anticuerpos fabricados por otro individuo.
    En el primer caso recurrimos a las vacunas y en
    el segundo a los sueros o las gama globulinas.
    Cada uno de estos métodos
    posee, ventajas e inconvenientes que es preciso analizar para
    explicar mejor el motivo de su elección en cada caso.
    La inmunización activa, genera anticuerpos
    específicos contra una enfermedad que demoran en alcanzar
    niveles útiles, pero perduran en el tiempo, y si se los
    estimula periódicamente pueden proteger de por vida.
    La inmunización pasiva consiste en un préstamo de
    anticuerpos los que alcanzan rápidamente un nivel
    protector, pero se agotan en un plazo relativamente breve.
    Por tanto, en un niño sano siempre preferiremos la
    vacunación y reservaremos la utilización de sueros
    o globulinas, para situaciones de emergencia en las cuales el
    contagio resulte inminente en un sujeto
    no vacunado previamente.

    5. Vacunas

    Referirse a las vacunas
    creemos hace obligatoria una sucinta revisión
    histórica acerca de su origen y sus logros.
    La primer vacuna fue desarrollada por el medico ingles Edward
    Jenner en 1796 como protección contra la Viruela.
    Ante la observación de que los tamberos que en su
    diaria tarea contraían una enfermedad propia del ganado
    vacuno, denominada "cowpox", no se contagiaban posteriormente de
    Viruela, decidió investigar el tema.
    Así tomando material purulento de las pústulas de
    la ubre de una vaca enferma, lo inoculo por escarificación
    en el brazo de un niño de 8 años. Como era
    previsible el pequeño contrajo la afección.
    Posteriormente volvió a inocularle con el contenido de una
    vesícula de viruela, comprobando que el paciente
    permanecía sano.
    Este método que
    denomino vacuna de Latín "vaccinus", por la procedencia
    del material utilizado; se difundió rápidamente por
    todo el mundo y a logrado que al cabo de 200 años la
    Viruela haya sido totalmente erradicada.
    Sin embargo, tan genial descubrimiento fue llevado a cabo, sin
    que su autor supiera de que manera se producía la
    protección, ya que pasarían casi 100 años
    hasta que los trabajos de Robert Koch y otros demostrasen eran
    provocadas por "microbios" y en esta base en 1879 Louis Pasteur
    crea la vacuna contra el Cólera sentando de este modo las
    bases científicas de la inmunización.
    De allí en adelante los hechos se sucedieron en forma
    ininterrumpida y nombres como los de Emile Roux, Emil von
    Behring, Wilhelm Kolle, Jonas Salk, Albert Sabin e infinidad de
    otros hombres de ciencia;
    aportaron su valioso esfuerzo en la lucha contra las mas variadas
    enfermedades,
    creando vacunas cada día mas eficaces.
    Una vacuna, consiste en una bacteria, virus, hongo o toxina
    (antígeno) que modificado por diversos métodos es
    capaz luego, de ingresar al organismo de estimular al sistema
    inmune a generar defensas contra los mismos, sin provocar
    enfermedad severa y solamente con discretas molestias para el
    vacunado.
    Así se recurrió a través del tiempo a la
    utilización de gérmenes o virus vivos atenuados por
    medios
    físicos, químicos o por simple envejecimiento, para
    minimizar su virulencia; a los mismos muertos; o a sus toxinas
    previamente inactivadas; finalmente algunas vacunas se componen
    solo de fragmentos virales o bacterianos que careciendo de
    potencia
    agresiva, conservan la propiedad de
    estimular el sistema inmunológico.
    El advenimiento de la Ingeniería
    Genética, a permitido el encarar nuevas técnicas
    de elaboración de vacunas. Uno de los cuales el
    recombinante mediante el cual es factible remover la
    fracción del DNA viral o bacteriano, productor de la
    enfermedad sin afectar la capacidad inmunogenica; ya es de uso
    corriente desde 1986 en que se creo la primera de este tipo
    contra la Hepatitis B.
    Otra vía de aplicación de estos modernos conceptos
    pasa por sintetizar cadenas de aminoácidos que
    desencadenen el proceso de fabricación de anticuerpos,
    portadas por organismos de rápida reproducción y carentes de acción
    patógena. Este procedimiento
    promete a corto plazo llegar a lograr mejores vacunas, exentas de
    contraindicaciones, fáciles de producir, conservar y
    transportar y por consecuencia de menor costo
    Son absolutamente especificas y cada una protege contra una
    única afección, pudiendo aplicarse en ciertos casos
    combinadas a fin de acortar los plazos, pero manteniendo su
    individualidad en tal sentido.
    La inmunidad así adquirida, generalmente perdura por
    muchos años y puede en caso de necesidad reactivarse
    mediante revacunaciones sucesivas; merced a la existencia de
    la memoria
    inmunológica ya comentada.

    ¿Por que vacunar?
    Cuando un niño nace posee una amplia gama de mecanismos
    defensivos que analizaremos a continuación a la luz de los
    conceptos precedentes:
    Inmunidad natural: que involucra la integridad de la piel y las
    mucosas, que lo aíslan del medio exterior y diversas
    secreciones sobre estás, con acción destructora o
    inhibidora del crecimiento de gérmenes y virus. Amen de
    sustancias circulantes en su sangre con similar acción y
    el mecanismo de la inflamación capaz de bloquear el avance
    de los agresores, cuando ellos han penetrado al organismo.
    Todos los componentes de este sistema son relativamente
    útiles, pero inespecíficos y lábiles en
    mayor o menor grado, por lo cual suelen ser superados en breve
    plazo si la agresión es intensa.
    Inmunidad pasiva: representada por los anticuerpos cedidos por la
    madre, por vía transplacentaria a lo largo del embarazo y que
    constituyen una valiosa barrera defensiva durante los primeros
    meses de vida.
    Su cantidad y variedad, se relacionan directamente con el estado
    inmunológico materno, ya que ella solo puede transferir
    los anticuerpos que posee, y que al par puedan por su
    tamaño molecular, atravesar la placenta. Su
    duración está supeditada a la vida media de las
    globulinas que los portan, toda vez que al ser un préstamo
    no se reponen, tendiendo a desaparecer en un lapso no mayor de
    seis meses.
    Capacidad de generar una respuesta inmune, ante el ingreso al
    organismo de un antígeno, pero con el riesgo de padecer
    la enfermedad, que dicho antigeno es capaz de provocar.
    En resumen si bien el neonato se encuentra relativamente bien
    protegido, esta situación es solo virtual ya que de no
    mediar una actitud activa
    por parte del pediatra, tarde o temprano estará expuesto
    al riesgo de la infección.
    Por estos motivos la vacunación de la embarazada, cuando
    sea factible, a fin de reforzar la transmisión pasiva; la
    inmunización precoz del niño y el recurso de la
    inmunización pasiva en casos de excepción, son los
    medios
    más idóneos para su protección
    integral.

    Como vacunar.
    Este tema abarca diversos aspectos, que es preciso conocer.
    Tipos de vacunas: pueden ser de tipo individual, o combinadas,
    resultando estás ultimas de gran practicidad, ya que al
    contener varios antígenos permiten la inmunización
    simultánea contra diversas enfermedades, ahorrando tiempo
    e inyecciones, con la consecuente comodidad para el paciente.
    Deberá recordarse que de no tratarse de una vacuna de este
    tipo, jamás se recurrirá a las mezclas
    extemporáneas y de desear aplicar mas de una en la misma
    sesión, estás se inyectaran por separado y en
    distintas regiones del cuerpo.
    Así también las vacunas pueden ser
    "fluídas", vale decir de absorción rápida, o
    precipitadas en sales de aluminio u
    otros adyuvantes, lo que prolonga el proceso de absorción
    y por ende la acción estimulante en el organismo.
    Conservación: Es primordial que las vacunas, sueros y
    globulinas, se mantengan constantemente refrigeradas desde su
    fabricación hasta su utilización; siendo en cada
    caso variables las
    condiciones de almacenamiento
    para cada vacuna.
    La transgresión de esta normativa, inutiliza en corto
    lapso el producto,
    haciendo sus efectos aleatorios o nulos.
    En la actualidad la existencia de vacunatorios, oficiales y
    privados, sujetos en su accionar a normas legales
    vigentes, claras y supervisadas por autoridades competentes, hace
    aconsejable la concurrencia a tales centros para concretar la
    inmunización.
    Vías de administración: Cada vacuna debe aplicarse
    por una vía particular, oral, intradérmica,
    subcutánea o intramuscular, siendo de fundamental
    importancia respetarla para obtener los resultados esperados.
    Por tanto es recomendable leer cuidadosamente el prospecto en el
    supuesto caso que el médico lo diese por
    sobreentendido.
    Como regla general, cabe recordar: que a la fecha la única
    vacuna de aplicación oral es la Antipoliomielítica
    a virus atenuados ( Sabin); por vía intradérmica se
    aplica la BCG; las vacunas precipitadas en hidróxido de
    aluminio, se
    inyectan por vía intramuscular y finalmente las restantes,
    se aplican por vía subcutánea profunda.
    Así mismo es menester elegir cuidadosamente el lugar de
    aplicación de las inyectables con relación a la
    edad del paciente. En términos generales podemos decir que
    la cara antero externa del muslo, es la ideal para aplicaciones
    subcutáneas e intramusculares, por debajo de los dos
    años, ya que en los primeros meses el desarrollo del
    músculo Deltoides, es insuficiente para tal fin.
    Posteriormente dicho músculo pasa a constituir la
    vía de elección descartándose la
    región glútea por el riesgo de agresión al
    nervio ciático.
    Para la aplicación intradérmica, (BCG) se utilizara
    la región deltoidea, preferentemente del brazo
    izquierdo.
    Dosis: Tanto el volumen como
    él numero de ellas, varía con el tipo de vacuna y
    las indicaciones del productor, ya que su constitución no siempre es uniforme. Por
    ello recurrir al prospecto, es la medida más segura, para
    evitar errores ya que bajo ninguna circunstancia es aconsejable,
    modificarla o fraccionarla, pues tal proceder altera los
    resultados finales.
    El intervalo mínimo entre las mismas, habrá de ser
    estrictamente respetado, no existiendo un máximo, ya que
    si aquel se excediese. es innecesario reiniciar la serie,
    bastando con que se complete el numero total de dosis
    previsto.
    Refuerzos: Una serie de vacunas integrada por el numero adecuado
    de dosis, garantiza la inmunización en un alto
    porcentaje
    de casos y con elevado nivel de protección, sin embargo el
    tiempo de duración de esta, es variable según la
    vacuna que se considere. La inmunidad lograda tiende en todos los
    casos a disminuir progresivamente y el organismo solo conserva la
    memoria necesaria para rápidamente, generar anticuerpos
    frente a una nueva agresión.
    Aun aquellas vacunas que como por ejemplo, las compuestas por
    virus atenuados que en su origen, se consideraron tributarias de
    una dosis única, han evidenciados con el correr del tiempo
    estar sujetas a las mismas normas.
    Por tal motivo y a fin de garantizar los resultados a largo
    plazo, es menester revacunar con periodicidad variable pero, en
    forma inexcusable, de no procederse de tal modo, el niño
    mejor protegido desde su nacimiento llegara antes o
    después a un estado de
    indefensión similar al del inicio de su vida.

    Cuando vacunar
    La edad ideal de aplicación de cada vacuna, se relaciona
    con diversos factores, tales como capacidad de respuesta del
    organismo; edad de mayor incidencia de la enfermedad; edad en que
    la misma implica mayor riesgo al paciente; características epidemiológicas el
    medio etc. etc.
    En líneas generales, la inmunización puede llevarse
    a cabo desde el nacimiento ya que como se explico el sistema
    inmune es a esa altura funcionante. Sin embargo el hecho de que
    la inmunidad transplacetaria pueda interferir con el accionar de
    las vacunas, hace conveniente dejar transcurrir un lapso
    prudencial a fin de garantizar mejores resultados, el cual
    variará según el volumen de anticuerpos
    presumiblemente transferidos de madre a hijo.
    No obstante este periodo de espera no deberá prolongarse
    en exceso, ya que el objetivo primordial es que el niño no
    curse por períodos de bajas defensas en la época de
    mayores riesgos, siendo a todas luces preferible aplicar
    refuerzos posteriores a fin de cubrir posibles fallas en la
    respuesta inicial. Por esta razón la mayoría de los
    esquemas, prevé mas dosis de las imprescindibles para
    generar la respuesta adecuada.
    Como meta deseable, el año de edad es el limite para que
    se cumplimente las inmunizaciones de rutina, a cuyo fin es
    conveniente recurrir al comienzo temprano y a la
    utilización de vacunas combinadas con el objeto de acortar
    el calendario.
    La capacidad de respuesta del organismo a mas de un antigeno
    aplicados simultáneamente y la existencia, cada día
    más frecuente de combinaciones de múltiples
    antigenos en una misma inyección, facilita este
    proceder.
    No obstante lo dicho, si un niño alcanza edades
    posteriores a las previstas sin haber completado su plan de vacunas,
    el medico habrá de aprovechar el primer contacto con el
    mismo para hacerlo efectivo. Esta oportunidad podrá ser la
    consulta domiciliaria o en consultorio, el alta de una
    internación o un examen catastral en la escuela, momento
    en que se deberá inexcusablemente revisar la cartilla de
    vacunaciones e indicar y de ser factible aplicar en el mismo
    momento aquellas faltantes.
    Preciso es recordar que solo las aplicaciones debidamente
    registradas en la cartilla de vacunaciones o Libreta Sanitaria,
    pueden ser consideradas validas, razón por la que los
    padres deberán tomar los debidos recaudos para que tales
    registros se
    lleven a cabo en cada ocasión y conservar cuidadosamente
    tal documentación para poder
    presentarla cuando le sea requerido.

    Efectos secundarios y Reacciones adversas
    Se denomina efectos secundarios a toda reacción
    orgánica que se desencadena como resultado de la
    aplicación de una vacuna, en el breve plazo, de carácter
    leve, reversible espontáneamente y que no deja secuela
    alguna.
    Este tipo de reacción es común a la gran
    mayoría de las mismas y se manifiesta como: dolor y rubor
    en el sitio de inyección, fiebre de corta duración,
    decaimiento general, mialgias o artralgias, catarro de
    vías aéreas, etc.
    Todas ellas carecen de trascendencia y son fácilmente
    corregibles con medidas de simples.
    Los efectos adversos por el contrario, significan reales riesgos
    de las vacunas , capaces de provocar cuadros severos, que
    requieren tratamiento inmediato e intensivo pudiendo o no dejar
    secuelas definitivas.
    Tal circunstancia que debe ser claramente difundida y conocida
    por el vacunado o sus padres , ha dado origen a temores
    infundados frente al uso generalizado de las inmunizaciones,
    dando lugar a posiciones controvertidas entre los profesionales
    de la salud; algunos de
    los cuales se niegan aun hoy a vacunar rutinariamente.
    Preciso es recordar, que diversas situaciones accidentales,
    originaron históricas tragedias, tras al aplicacion de
    inmunogenos incorrectamente elaborados o aplicados por vía
    o en dosis inadecuadas; creando en su momento, dudas y angustias
    que en la mayoría de los casos redundaron en perdidas de
    confiabilidad con el consecuente retraso en el logro de los
    objetivos
    primordiales del método.
    Mas halla de estos factores ajenos a la vacuna como tal y
    superados por los controles cada día más
    eficientes; no obvian sin embargo complicaciones que aunque de
    baja frecuencia acompañan a muchas de ellas.
    Habida cuenta que nada en la vida de un individuo esta totalmente
    exento de riesgo.
    Que los más eficaces medicamentos, poseen efectos
    tóxicos a veces agravados por la sensibilidad individual
    del paciente.
    Que toda enfermedad aun las más benignas son pasibles de
    complicaciones imprevistas capaces de provocar daños
    irreversibles, en circunstancias particulares. Y que afecciones
    subyacentes pueden constituir terreno propicio para que
    así ocurra.
    Preciso es dejar de lado prejuiciosas actitudes y
    someter cada caso a un cuidadoso análisis de costo beneficio,
    antes de adoptar una conducta
    individual.
    Estamos convencidos que el Pediatra no debe ni puede retacear a
    sus pacientes el derecho a proteger su salud, basado en
    rígidos esquemas de pensamiento
    casi siempre fruto de información insuficiente o mal
    interpretada.
    Actitudes de
    tanta trascendencia debe basarse en una sólida
    formación y primordialmente un criterioso análisis de las constantes evoluciones en
    la materia. Solo
    así su consejo puede considerarse sensato.
    Desde nuestro personal
    criterio, creemos que toda vacuna que asegure una adecuada
    inmunidad, a largo plazo, con escasos efectos secundarios, y
    mínima probabilidad de
    reacciones adversas y por consiguiente aporten mas beneficios que
    riesgos potenciales, deben ser inexcusablemente aplicadas, tras
    cuidadosa evaluación
    del receptor.

    Partes: 1, 2

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter