Siglos antes de la llegada de los españoles,
existía en el continente americano áreas pobladas
por gran variedad de pueblos indígenas, muy civilizados
(Mayas,
Aztecas e
Incas) y de
culturas intermedias (Tainos, Araucanos, Guaraníes,
Charruas, Pampas). De las mas avanzadas surgieron tres grandes
centros de civilización: el de los mayas, en
Guatemala y
Yucatán; el de los aztecas en
México; y
el de los Incas, en el
Perú, que han dejado un legado artístico admirable
(templos, palacios, cerámicas, esculturas, pinturas,
industria del
tejido, orfebrería y tallas en madera).
Rasgos comunes:
- Desarrollo de conocimientos científicos y
manifestaciones artísticas. - Existencia de tipos de
organización social muy avanzadas - Gran desarrollo
en el cultivo agrícola, especialmente el maíz
(economía
agrícola). - Teatro ritual y conocimiento
de la poesía (épica y lírica) y
le la poesía narrativa.
La naturaleza les
inspira adoración a divinidades que aseguren la vida en un
mundo hostil, propio de la mentalidad mágica e
irracionalista. Una de las principales características de la sensibilidad
indígena es la concepción de un mundo y de una
historia
vinculada con la idea de "fatalidad y
Catástrofe"
Poesía Lírica
El pensamiento
mágico se lo expresaba en la poesía indígena
a través de poemas:
"lloro y me aflijo, cuando recuerdo
que dejaremos las bellas flores, los bellos
cantos;
… no por segunda vez serán
engendrados,
no por segunda vez serán hijos,
y ya están a punto de salir de la
tierra…
¿Donde ha de vivir este corazón
mío?
¿Dónde será mi casa?
¿Dónde mi mansión
duradera?
Ah, sufro desamparo en la tierra."
A través de metáforas y símbolos,
los pueblos de las altas culturas expresaron la lucha entre la
vida y la muerte.
Entre medio de los hombres están los dioses, cuyos
orígenes constituyen un verdadero misterio.
Tres concepciones del mundo se entremezclan a
través de la historia precolombina: la
etapa mágica, la etapa religiosa y la etapa
histórica.
En la etapa mágica el hechicero era el invocador
o nombrador de las fuerzas benignas y su lenguaje, de
carácter ritual, contenía los
elementos de una poesía, espontánea y
revelada.
En una etapa posterior, el lenguaje
simbólico y religioso, sirvió para dejar
testimonio, con patético acento lírico, de la
destrucción de sus culturas en manos de los
conquistadores, como en este poema escrito en náhuatl,
después de la conquista:
"Todo esto paso con nosotros. Nosotros lo vimos,
nosotros lo admiramos. Con suerte lamentosa nos vimos
angustiados. En los caminos yacen dardos rotos, los cabellos
están esparcidos. Destrechadas están las casas,
enrojecidos tienen sus muros"
Es un pueblo que domino el centro y sur del actual
México, en
Mesoamérica, desde el siglo XIV hasta el siglo XVI. Tras
la caída de la civilización tolteca que
había florecido principalmente en Tula entre los siglos X
y XI, oleadas de inmigraciones inundaron la meseta central de
México, alrededor del lago de Texcoco. Debido a su
tardía aparición en el lugar, los aztecas-mexicas
se vieron obligados a ocupar la zona pantanosa situada al oeste
del lago. Estaban rodeados por enemigos poderosos que les
exigían tributos.
Los aztecas fueron capaces de consolidar un imperio
poderoso en sólo dos siglos, esto se debió en parte
a su creencia en una leyenda, según la cual
fundarían una gran civilización en una zona
pantanosa en la que vieran un nopal (cactus) sobre una roca y
sobre él un águila devorando una
serpiente.
Al aumentar en número, los aztecas establecieron
organizaciones
civiles y militares superiores. En 1325 fundaron la ciudad de
Tenochtitlán.
Los aztecas-mexicas establecieron alianzas militares con
otros grupos, logrando
un imperio que se extendía desde México central
hasta la actual frontera con Guatemala. A
principios del
siglo XV Tenochtitlán gobernaba conjuntamente con las
ciudades-estado de
Texcoco y Tlacopan bajo la denominación de la Triple
Alianza. En un periodo de unos 100 años los aztecas
lograron el poder
total.
Al final del reinado de Moctezuma II, en 1520, se
habían establecido 38 provincias tributarias; sin embargo,
algunos pueblos de la periferia del Imperio azteca luchaban
encarnizadamente por mantener su independencia.
Estas divisiones y conflictos
internos en el seno del Imperio azteca facilitaron su derrota
frente a Cortés en 1521, ya que muchos pueblos se aliaron
con los españoles. Es posible que la interpretación
de antiguos presagios sobre el regreso del dios
Quetzalcóatl indujera a Moctezuma a confundirlo con
Cortés, si bien lo que más interesaba al emperador
era colmar de regalos a los españoles para que se
retiraran.
Arte y Escultura
Sus manifestaciones se encuentran entre las más
importantes de Mesoamérica antes de la llegada de los
europeos. El arte azteca es,
fundamentalmente, un lenguaje
utilizado por la sociedad para
transmitir su visión del mundo, reforzando su propia
identidad
frente a la de las culturas foráneas. El arte azteca se
expresa a través de la música y la literatura, pero
también de la arquitectura y la
escultura, valiéndose para ello de soportes tan variados
como los instrumentos
musicales, la piedra, la cerámica, el papel o las
plumas. El arte azteca es violento y rudo pero deja entrever una
complejidad intelectual y una sensibilidad que nos hablan de su
enorme riqueza simbólica.
Era fundamentalmente monumental y aparecía
asociada a las grandes construcciones arquitectónicas,
contenía un componente simbólico y abstracto de
gran importancia relacionado con su universo
religioso. De las obras destacaremos la imponente Coatlicue
(diosa de la tierra), de
relieve plano
y repleta de símbolos; la cabeza de Coyolxauhqui (diosa de
la Luna e hija de Coatlicue); la Piedra del Sol o Calendario
azteca, enorme bloque circular trabajado en relieve y
dedicado a la divinidad solar Tonatiuh que algunos investigadores
atribuyen al monstruo de la tierra
Tlaltecuhtli y la Piedra de Tizoc, enorme disco que narra en un
friso las conquistas del que fuera famoso Tlatoani (emperador) de
los aztecas entre 1481 y 1486. Existen obras escultóricas
de menor envergadura entre las que destacaremos el llamado
Caballero Águila y algunas imágenes
del dios Tláloc y de la diosa Chalchiuhtlicue. La
más conocida es la imagen de la
diosa de las flores Xochipilli. Algunas piezas conservan restos
de pintura e
incrustaciones realizadas con piedras diferentes. Los trabajos
escultóricos en madera y
turquesa, supusieron un aporte interesante. Encontramos tambores
con relieves muy complejos, marcos para espejos de obsidiana y
los llamados mosaicos de turquesas que continúan la
antigua tradición mesoamericana y de los que sólo
se conservan algunas cabezas zoomorfas y
máscaras.
Literatura
La escritura
Le escritura
azteca o náhuatl, fue videográfica o
jeroglífica, y estaba en la ultima etapa de
elaboración, es decir, la fonética, cuando llegaron
los españoles. Los aztecas no habían podido
todavía representar los sonidos con letras, o al menos, no
se lo ha podido comprobar.
Fuentes
La literatura náhuatl es
conocida, sin embargo, por diversas fuentes que
han llegado hasta nuestros días. Muchos códices de
la época aborigen, fueron destruidos por los
españoles, para evitar la supervivencias de las regiones
idolátricas y a veces, lo destruyeron también los
propios aborígenes en sus luchas intestinas.
En general, lo que se conoce hoy en dia de la literatura
nahuetl es debido a las crónicas de los misioneros o la
tradición oral. Los estudiosos investigadores han podido
hacerse una idea caval e incluso rescatar ideas indígenas
gracias a esas fuentes.
Se sabe, así, que entre los aztecas llegaron a
formarse verdaderas escuelas literarias y que al menos hubo tres
grandes centros culturales: Tenochtitan (México), Texcoco
y Cualhtitlán. En las primeras de esas ciudades,
existió un verdadero emporio cultural, y en la segunda
hubo archivos y museos
importantes, ahora desaparecidos.
Los géneros
literarios mas cultivados fueron la lírica , la
épica, el drama y además, la
historiafria.
La poesía lírica
La poesía lírica estuvo íntimamente
ligada a la música y a la
danza, es
decir, que la poesía era cantada y bailada.
Esta poesía era anónima e
intervenían tres agentes: el compositor de la letra, el
músico y los bailarines y cantores.
La temática no era muy variada, y trataba
principalmente de la fugacidad de la vida, el enigma de la
muerte con
frecuentes alusiones al mas allá, la vanidad del hombre y la
rapidez del goce en la vida. Estaba impregnada de ideas
religiosas, acordes con el concepto azteca
de la vida, que en su opinión, consistía en la
guerra,
la muerte, el
mundo de ultratumba y las clases
sociales.
No quedan sino escasos vestigios de la poesía
amorosa o satírica.
En cuanto a la forma, fue muy común el uso del
verso hemistiquios.
La épica y los himnos religiosos
Los aztecas componían himnos religiosos en honor
a sus dioses, que provenían de la inspiración de
compositores oficiales de los templos.
En materia
épica o guerrera los aztecas tuvieron una profunda
conciencia.
Escribieron problemas
sobres sus héroes y la historia, bastantes rudimentarios,
en los cuales mezclaban ciertos lirismos.
Nombre genérico de los gobernantes
cuzqueños, con equivalencia a soberano, quienes
establecieron un vasto imperio en los Andes en el siglo XV. Los
incas no eran un grupo
étnico natural del Cuzco, se trataba de una población que emigró hacia el
año 1100 d.C. Con el paso del tiempo se
convirtieron en un grupo muy
poderoso e importante.
Cuenta la leyenda que eran años en que gobernaba
el Inca Viracocha, cuando aparecieron rodeando la ciudad del
Cuzco los chancas, un pueblo muy belicoso de la sierra central,
quienes atacaron y destruyeron la ciudad, tras de lo cual
Viracocha huyó. Frente a las ruinas del viejo templo
solar, el Inticancha, el general Yupanqui imploró su ayuda
al dios Sol, el cual convirtió a las piedras que rodeaban
la ciudad en soldados y éstos derrotaron a los enemigos.
La gente aclamó a Yupanqui como su nuevo inca y
éste asumió el cargo con el nombre de Pachacutec
(‘el que transforma el mundo’). A Pachacutec le
sucedió Túpac Inca Yupanqui. Posteriormente, ya
como inca, se dirigió al sur, donde avanzó hasta el
río Maule, punto que se convertirá en la frontera
sur del Imperio. Éste, no obstante, alcanzó su
mayor extensión con el reinado (1493-1525) del hijo de
Túpac, Huayna Cápac. Hacia 1525, el territorio bajo
control inca se
extendía por la zona más meridional de la actual
Colombia, por
Ecuador,
Perú y Bolivia y por
zonas de lo que hoy en día es el norte de Argentina y
Chile,
abarcando un área de más de 3.500 Km de norte
a sur, y de 805 Km de este a oeste. Los investigadores
estiman que esta inmensa región estuvo habitada por una
población de entre 3,5 y 16 millones de
personas de distintas culturas andinas. La muerte de
Huayna Cápac en 1525 provocó la división del
Imperio. Sus dos hijos aspiraban al trono. La consiguiente y
encarnizada lucha entre ambos, debilitó seriamente al
Imperio. En este crítico momento el conquistador español
Francisco Pizarro desembarcó en la costa con una fuerza de unos
180 hombres dotados de armas de fuego.
Pizarro, apoyado por distintos grupos de
indígenas descontentos por la dominación inca,
logró controlar el Imperio, altamente centralizado,
haciendo prisionero a su jefe, Atahualpa. Temeroso de que Pizarro
pudiera ordenar su destitución en favor de Huáscar,
Atahualpa dio la orden de ejecutar a su antiguo rival, lo que
sería una de las causas de su propia condena en el
proceso al que
le sometieron los españoles un año
después.
Arte y escultura
Supuso el momento culminante de un largo proceso social
y político que se había iniciado varios milenios
antes. Más que un conjunto de formas innovadoras, sus
manifestaciones artísticas supusieron una continuidad con
las tradiciones anteriores, siendo las más elaboradas los
textiles, la orfebrería, el trabajo en
piedra y la cerámica. A partir de una experiencia local
modesta, los incas desarrollaron un arte sencillo al que fueron
incorporando las técnicas y
la habilidad de los pueblos conquistados. Los trabajos realizados
en piedra constituyen el otro gran conjunto de realizaciones
incaicas que merece la pena destacar. Suele limitarse a
representaciones zoomorfas de auquénidos, llamas,
vicuñas y alpacas, y fitomorfas, mazorcas de maíz, que
son conocidas como conopas y a numerosos cuencos y recipientes
llamados popularmente morteros. Entroncados en las tradiciones
artísticas andinas, los incas supieron imprimir un
carácter propio y original a sus obras que
se basó en una simplificación de las formas por
medio de volúmenes geométricos sencillos y una
esquematización de los motivos decorativos muy
próxima a una concepción estética geometrizante y cubista. El arte
inca se caracterizó por la sobriedad, la geometría
y la síntesis,
tendiendo más a lo práctico y funcional que a lo
formal.
Literatura
Escrituras y fuentes
Los Incas carecieron de un sistema de
escritura
ideográfico o fonético. No se conservan restos del
idioma imperial ni tampoco quedan documentos
literarios escritos. Solo se dispone de tradiciones orales. El
Inca Gracilaso, que la conoció dice que "es lastima que se
pierda o corrompa, siendo una lengua tan
galana"*. Las fuentes de la primitiva literatura quechua,
además de la tradición oral, son los libros
escritos por los españoles del tiempo de la
Conquista, quienes han dejado transcriptas muchas composiciones
de la época y aun anteriores.
La poesía Quechua
La poesía incaica se caracteriza por el
panteísmo o adhesión a la tierra, propio a una
civilización agrícola-militar, en la que los
animales, las
plantas y las
flores, ocupan un lugar importante. El espíritu de la
mentalidad indígena es difícil de comprender por
el hombre
occidental, ya que los valores de
ambos mundos son distintos.
Además del panteísmo, es perceptible en la
poesía incaica una tristeza típica del
indígena, que, sin embargo, no tiene el mismo sentido que
le da el hombre
moderno. Por otra parte, casi no existe diferencia para el alma
indígena entre los conceptos de tiempo y espacio. Otra
característica es un cierto
"franciscanismo" (como lo designo Luis Alberto Sánchez)
que consiste en el amor
especial que el indio siente por los animales, que
comparten el hogar casi en calidad de
hermanos. Este matiz hace pensar en la sicología de san
Francisco de Asís, que consideraba hermanos a las bestias
y cosas naturales.
Así mismo, la poesía Quecha es un arte de
masas y no exalta sino por excepción a los grandes hombres
del imperio o Tahantisuyo.
Como en las otras civilizaciones antiguas, la
poesía se acompañaba de la música y de la
danza. Hubo
dos clases de poetas: el poeta oficial, de la corte y el poeta
popular, profano, lírico o bucólico, llamado
Haravec. El primero componía poesías
rituales, de mayor valor
literario y más exquisita técnica literaria,
mientras que el segundo era un vate popular, de menos técnicas y
compromisos en los temas a desarrollar.
Declinación de la literatura
quechua
Conviene distinguir al referirse a las letras incaicas,
entre el arte incaico puro, propio de la época de la
Conquista, y el arte mestizo o cholo fruto de la
contaminación de las culturas aborigen y
española.
Con la Conquista, los cantos indígenas se
mezclaron con los católicos, y de esa fusión
surgió un arte nuevo o mestizo. Los españoles, del
mismo modo que lo habían hecho en México, Guatemala
y otros países, destruyeron los elementos paganos de las
civilizaciones indígenas. Sin embargo, la mentalidad
indígena, muy religiosa de por si, transfirió
muchos aspectos de su paganismo al catolicismo, y fue así
como en algunos casos Jesucristo fue asimilado en Pachacamac,
dios de los incas.
Clases de lírica
La lírica incaica y su posterior evolución, la mestiza, tenían
distintos tipos de composiciones. Entre ellas el wawaki, que era
cantado por coros juveniles de ambos sexos en las festividades de
la luna o durante las noches de guardia en las
sementeras.
El yaraví, que eran expresiones líricas,
por lo general de temas amatorios y sentimental, que fue
raíz del actual yaraví peruano.
El Huayno, de carácter erótico; el hahuay
o lamento; el triunfo o canción alegre del trabajo y la
victoria, que también paso al arte mestizo; el aymoray,
poesía ligera de inspiración rural, que empleaba a
menudo el dialogo; la
poesía ritual y otras formas.
Era un grupo de pueblos indígenas mesoamericanos
perteneciente a la familia
lingüística maya o mayense. Entre los demás
pueblos significativos se hallan los tzeltales de las tierras
altas de Chiapas; los choles de Chiapas; los quichés,
cakchiqueles, pokonchis y pokomanes de las montañas de
Guatemala y los chortís del este de Guatemala y el oeste
de Honduras. Todos estos pueblos formaban parte de una
civilización y cultura
comunes que, en muchos aspectos, alcanzó las más
elevadas cotas de desarrollo
entre los indígenas de todo el área
mesoamericana.
Los orígenes de la civilización maya son
objeto de discrepancias académicas en virtud de las
contradictorias interpretaciones de los hallazgos
arqueológicos. El periodo formativo comenzó, cuando
menos, hacia el 1500 a.C. Durante el periodo clásico,
aproximadamente entre el 300 y el 900 d.C., los mayas
extendieron su influjo por la zona sur de la península de
Yucatán y el noroeste de las actuales Guatemala y
Honduras. Se construyeron entonces los grandes centros
ceremoniales como Palenque, Tikal y Copán. Los centros
maya fueron abandonados de forma misteriosa hacia el año
900 y algunos individuos emigraron al Yucatán.
En el periodo posclásico, desde el 900 hasta la
llegada de los españoles en el siglo XVI, la
civilización maya tenía su centro en el norte de
Yucatán. La migración
tolteca de los itzáes, procedentes del valle de
México, impactó fuertemente en sus estilos
artísticos. Chichén Itzá, Mayapán y
Uxmal fueron ciudades esplendorosas. La Liga de Mayapán,
que dominó la península de Yucatán durante
dos siglos, preservó la paz durante algún tiempo,
pero tras un periodo de guerra civil y
de revolución, las ciudades quedaron
abandonadas. Los españoles vencieron con facilidad a los
grupos mayas más
importantes, pero el gobierno mexicano
no logró subyugar las últimas comunidades
independientes hasta 1901. Actualmente los mayas forman la
mayoría de la población campesina en Yucatán
y Guatemala.
La lengua maya
(también llamada yucateca) la hablan unas 350.000 personas
en Yucatán, Guatemala y Belice.
Arte y Escultura
Fue la forma de expresión social política e
ideológica de uno de los pueblos más interesantes
de la América
Prehispánica. Sus manifestaciones abarcan todas las
técnicas y materiales que
podamos imaginar y se extiende en el tiempo durante más de
dos mil años. El territorio que abarcaron fue
muy grande: el sur de México y la península
de Yucatán, Guatemala, Belice y parte de Honduras y El
Salvador. El periodo de mayor auge fue el clásico (300-900
d.C.), después sobrevino el llamado colapso maya de las
tierras bajas del Petén, el abandono de los centros
más importantes y el resurgir de la civilización
más al norte, en la península de Yucatán,
durante el periodo posclásico (900-1500 d.C.). El arte
maya hunde sus raíces en la cultura olmeca
(1200-400 a.C.) recibiendo posteriores influencias de Teotihuacan
y Tula. Nos encontramos, pues, ante un arte mesoamericano que
participa de sus mismos patrones y concepciones.
Incluye una gran variedad de manifestaciones: altares,
estelas, lápidas, dinteles zoomorfos, tableros, tronos,
jambas, columnas, figuras de bulto y marcadores de juego de
pelota. Sus principales características son la
utilización del relieve, la monumentalidad en el
tratamiento de los temas, el uso del color en el
acabado superficial, la dependencia del ámbito
arquitectónico, la profusión de signos
caligráficos y ornamentales, la relevancia de las
líneas curvas y el carácter abigarrado y
escenográfico de la composición. Las estelas
conmemorativas son magníficos trabajos entre los que
destacaremos las de Tikal, Copán, Quiriguá y
Cobán. Se trata de enormes lajas de piedra clavadas
verticalmente en el suelo, en las que
los escultores mayas tallaron en bajorrelieve imágenes
del jubileo de sus reyes. Se erigían al finalizar un
periodo temporal concreto, cada
cinco y cada veinte años, y en ellas, mediante
jeroglíficos, se narraban los acontecimientos más
importantes del reinado. Excelentes son los dinteles figurativos
que flanqueaban las puertas de los palacios y templos de
Yaxchilán, los altares de Piedras Negras y los zoomorfos
de Quiriguá, aunque quizá la cumbre de la escultura
maya sean los paneles de los edificios de Palenque. El palacio, y
los templos de las inscripciones, el Sol, la Cruz y
la Cruz Foliada, constituyen uno de los mejores ejemplos de
cómo el hombre es
capaz de plasmar en piedra su universo
religioso
Escritura
Los pueblos mayas desarrollaron un método de
notación jeroglífica y registraron su mitología, historia y rituales en
inscripciones grabadas y pintadas en estelas (bloques o pilares
de piedra), en los dinteles y escalinatas y en otros restos
monumentales. Los registros
también se realizaban en códices de papel
ámate (corteza de árbol) y pergaminos de piel de
animales. Sólo existen tres muestras de estos
códices: el Dresdensis (Dresde), actualmente en Dresde; el
Perezianus (Peresiano o de París), en París; y el
Tro-cortesianus (Tro-Cortesiano o Matritense maya). Estos
códices se utilizaban como almanaques de predicción
en temas como la agricultura,
la meteorología, las enfermedades, la caza y la
astronomía.
En el siglo XVI se escribieron textos en lengua maya
pero con alfabeto latino, y entre los más importantes se
encuentran el Popol Vuh, relato mítico sobre el origen del
mundo y la historia del pueblo maya, y los llamados libros de
Chilam Balam, crónicas de chamanes o sacerdotes en las que
se recogen acontecimientos históricos. La obra del obispo
fray Diego de Landa, Relación de las cosas de
Yucatán, ha resultado una fuente importantísima
para descifrar la grafía maya.
Popol Vuh o Libro del
concejo
Se transmitió originalmente por tradición
oral, hasta mediados del Siglo XVI, en que fue escrito por un
indígena en lengua quiché pero con caracteres
latinos.
Este fue traducido al castellano por
Francisco Jiménez, cura párroco de Santo
Tomás Chuilá, antigua población de
Guatemala.
El popol vuh narra la historia de la creación de
los pueblos quiches:
Primera creación
Los dioses crearon la tierra y la poblaron de animales
dándoles a cada uno un lenguaje, pero como no fueron
capaces de pronunciar los nombres divinos, fueron
destruidos.
Segunda creación
Los dioses crean figuras humanas de barro que hablan
pero carecen de pensamientos. Vieron que no estaba bien y las
destruyeron.
Tercera creación
Los dioses fabricaron muñecos de madera con forma
humana, los cuales hablaban y tuvieron descendencia, pero al
carecer de sangre se
secaron.
Los utencillos de cocina y los animales
domésticos se rebelaron contra estos maniquíes y
una espesa lluvia que bajo del cielo termino por destruirlos. Los
sobrevivientes huyeron a los montes convertidos en
monos.
Cuarta creación
Después de celebrar nuevo consejo, se produce la
creación definitiva del hombre, fortalecido con la
sustancia blanca del maíz, con el cual forman la carne de
los que serán los primeros padres de la humanidad. Estos
como tenían inteligencia
capaz de comprender los secretos del universo, agradecieron su
creación a los dioses.
Las 4 edades del Popol vuh
El popol vuh tienen un carácter simbólico
y a través de los mitos que lo
componen se ha podido leer la historia sistematizada de las
distintas etapas del pueblo quiché, desde la prehistoria hasta
su edad mas avanzada.
Las cuatro edades corresponden, sucesivamente, a la edad
primitiva, en la cual no existían diferencias de grupos
lingüística y el hombre estaba en el ciclo de la caza
y la recolección; la segunda edad es el comienzo de la
vida agrícola y el principio de la alfarería; la
tercera edad nos habla de una sociedad con
unidad étnica y al grupo familiar dedicado a los cultos
agrarios; y la cuarta edad se corresponde con importantes
progresos de organización política, social y
religiosa, en la que el maíz es el alimento esencial y la
base de una economía
propia.
Le lenguaje del Popol Vuh
Este es simbólico y oculta una cosmogía
que se dirige a la mentalidad mágica del hombre primitivo.
La riqueza de su prosa poética consiste en la
revelación producida a través de nombres de dioses
mayores o menores que representan la fuerza de la
naturaleza, o
nombran a los seres que pondrán la vida sobre la faz de la
tierra. Los llamados constructores y los que traerán por
primera vez la palabra.
En lenguaje del Popol Vuh es metafórico, debido a
que se expresa por analogías, y se explica mediante un
pensamiento
con imágenes. Aparece entonces la metáfora como una
pequeña fábula o mito.
Antes de la llegada de los españoles, en el
territorio americano existían importantes culturas
indígenas que se habían desarrollado en diversos
aspectos: científico, artístico y económico.
Entre ellas sobresalen pueblos como los mayas, radicados en
Guatemala y Yucatán; los aztecas, establecidos en
México, y los incas, que ocuparon el Perú. Subyace
en todos ellos una interpretación mágica de la
realidad, característica común a todas las
civilizaciones primitivas.
En el ámbito literario, América
indígena desarrolla una literatura colectiva transmitida
oralmente de generación en generación.
Durante este siglo, dos civilizaciones indígenas
americanas se encuentran en su apogeo: la azteca y la inca. Con
el descubrimiento del nuevo mundo realizado en 1492 por
Cristóbal Colon, la América indígena se
convierte en América hispánica.
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