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Notas sobre la tolerancia



     

    "Pido la PAZ y la palabra."
    Blas de Otero
    En este mundo cambiante no hay lugar para verdades absolutas.
    Querer ver y juzgar al hombre desde
    una sola y única perspectiva es una visión
    reduccionista y limitante que conduce inequívocamente a la
    confrontación. La única manera de avanzar como
    seres humanos y como sociedad , es
    trabajar unidos en un ambiente de
    paz, al cual se arriba por medio de la tolerancia .
    Es por ello que desde los organismos internacionales y desde cada
    una de las naciones, parten estrategias para
    mejorar las
    relaciones
    humanas en el ámbito de la familia ,
    la escuela y de la
    sociedad .
    Este es el tema que aborda el presente artículo.
    El hombre
    desde el principio de la historia tuvo que unirse en
    grupos para
    sobrevivir y realizar grandes obras. Baste imaginar que solo por
    medio del trabajo colaborativo fue posible levantar
    pirámides, templos, palacios, puentes y ciudades
    majestuosas como las de civilizaciones antiguas. Sin embargo,
    este hecho pasó desapercibido y el hombre no
    entendió que solo con la unión era posible lograr
    odiseas; así, en medio de su indiferencia dejó
    aflorar sentimientos negativos que fueron "leña verde"
    para el inicio de conflictos
    bélicos que más tarde pondrían fin a grandes
    imperios.
    Dado que el ser humano no suele conservar en la memoria las
    experiencias del pasado, está destinado a repetir su
    historia . Hoy
    día, conociendo la existencia de armas nucleares
    que posibilitan la muerte del
    planeta y la extinción de la humanidad en unos cuantos
    segundos, el hombre por fin
    está tomando conciencia de que
    el único camino viable para avanzar, crecer y construir la
    paz es la tolerancia. Y es aquí donde nos adentramos en
    este principio sin el cual la convivencia pacífica y la
    sobrevivencia del hombre sobre el planeta será
    imposible.
    Se ha dicho que la tolerancia es difícil de practicar,
    pero aún más difícil de explicar, ya que
    como concepto presenta
    dos significados totalmente opuestos:
    Por un lado la tolerancia es vista como la acción o el
    efecto de tolerar algo o a alguien; en este sentido se puede
    entender que es aceptar a quien infringe la norma implantada por
    un determinado grupo social.
    Sin embargo, ¿quién podría con certitud
    diferenciar el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto y lo
    legal de lo ilegal, cuando por momentos se creyera que el universo mismo
    está de cabeza? Pareciera que el hombre ya no es capaz de
    profundizar en su interior y tocar las fibras de un alma que,
    aunque la ciencia no
    haya podido a la fecha descubrir exactamente en que parte del
    cuerpo radica, sabe que es el timón que dirige su conducta
    guiándolo hacia la luz y
    alejándolo de las tinieblas.
    La humanidad ha tolerado barbaries como el Holocausto sin emitir
    una sola palabra; ¿pensarían acaso que estaba
    aconteciendo lo correcto? O más aún, ¿que lo
    correcto era "poner la otra mejilla"? Y si los aliados entonces
    hubiesen querido "ojo por ojo" ¿existiría
    aún la raza humana? Al respecto Shakespeare
    escribe: "En este mundo, hacer el mal está a menudo bien
    visto, y obrar bien puede ser locura peligrosa."
    Así pues, arribamos a la conclusión de que la
    tolerancia tiene límites
    que hacen posible la sana convivencia entre los hombres; de tal
    modo, las acotaciones de la tolerancia son declaradas por los
    grupos
    sociales y son tan diversas como el hombre mismo. Lo que si
    queda muy claro es que sus límites se
    alcanzan cuando se transgrede el respeto y la
    libertad del
    prójimo.
    Por otro lado, tolerancia significa la aceptación y el
    respeto por la
    diversidad de culturas, razas, tendencias sexuales, creencias
    religiosas e ideologías políticas
    . La tolerancia es una actitud de
    consideración, aceptación y disposición a
    admitir en los demás una manera de ser y obrar distinta a
    la propia, en suma: una toma de conciencia sobre
    la existencia del pluralismo.
    La tolerancia como menciona Latapí Sarre, es permitir al
    opuesto sumarse a un propósito común sin pretender
    eliminarlo y sin dejar de ser opuesto o diferente. Es sumar
    esfuerzos en un solo sentido, aportando cada individuo lo mejor
    de sí en beneficio de todos. Es trabajar conjuntamente con
    el que es, o con el que piensa distinto, valor
    ándonos bajo los mismos parámetros que al
    prójimo, enfatizando aciertos y superando carencias en
    aras del bien común.
    Sería muy fácil lograr el entendimiento de todos
    los hombres aceptando puntos de vista diferentes si cada persona fuera
    autónoma y viviera aislada; es decir, si no tuviera
    necesidad del "otro" y si sus acciones no
    interfirieran con las del "otro" en ningún sentido. No
    obstante, la realidad nos muestra que
    vivimos en una continua interdependencia, por lo que debemos
    conciliar intereses y mediar conflictos
    como parte de la dinámica cotidiana, ya que en las relaciones
    humanas , la única manera de afirmarnos es reconocer
    con humildad que requerimos de los otros; es reconocer que nadie
    tiene la verdad absoluta y que muchas metas solo pueden ser
    realizadas cuando se logran conciliar intereses opuestos.
    Puesto de esta manera, se entiende que la tolerancia solo es
    concebible bajo tres premisas:

    • Aceptación de la diversidad
    • Inclusión del pluralismo
    • Negociación de intereses.

    Es por ello que se debe estimular el ejercicio diario de
    la tolerancia en el seno de la familia, en la
    escuela, en las
    oficinas, asociaciones e instituciones
    tanto gubernamentales como privadas. De hecho, las Naciones Unidas
    como la política educativa mexicana han abordado el
    tema de la tolerancia en los siguientes términos:
    El Reporte para la UNESCO de la Comisión Internacional
    sobre Educación para el Siglo XXI señala
    como cuarto gran pilar de la educación el
    aprender a vivir juntos, haciendo referencia a la
    comprensión del "otro", como aceptación de una
    diversidad y de un sentido plural de la realidad. Comprender y
    aceptar que cada ser es único, irrepetible y tan valioso
    como cualquiera. Sin embargo, ¿cómo pretender
    convivir en armonía cuando los seres humanos no podemos
    conciliar nuestras diferencias?
    El Programa
    Nacional de Educación 2001-2006
    apela a una educación de carácter
    incluyente que atienda a la diversidad cultural regional y
    lingüística de México,
    concibiendo la unidad nacional como una suma de diferencias. Pero
    ¿cómo trabajar sobre una formación de
    valores cuando
    los docentes carecemos de ellos?
    En 1995 los trabajos de la UNESCO concluyeron designando a
    ése como el Año de la Tolerancia, acordando
    también celebrar el 16 de noviembre como Día
    Internacional de la Tolerancia; esta medida ha pretendido desde
    sus inicios, lograr una formación mundial en valores. Para
    este organismo la tolerancia supone el acceso a la educación para
    todos, dado que la intolerancia tiene generalmente sus
    raíces en la ignorancia y en el temor a lo
    desconocido.
    La tolerancia entendida como respeto y consideración hacia
    la diferencia, como una disposición a admitir en los
    demás una manera de ser y de obrar distinta a la propia,
    como compresión y flexibilidad, o como una actitud de
    aceptación del legítimo pluralismo, es a todas
    luces un valor de
    enorme importancia; es asimismo una condición necesaria
    para la paz entre los individuos, por lo que se hace
    indispensable el fomento de una cultura para
    la paz, que debe iniciar en los adultos y principalmente en todos
    aquellos docentes que tienen ante sí la enorme responsabilidad de formar ciudadanos.
    Ser tolerante es ante todo adquirir convicciones firmes y valores
    profundos, aceptando a la oposición como "el que piensa
    diferente", conciliando intereses para convenir la
    inclusión de todos.
    Actualmente no es posible presentarse como ambivalente o neutral
    en algún proceso,
    puesto que ello conduce a abstenerse de emitir un juicio o una
    crítica pretendiendo ser ecuánimes, lo que
    significa en todo caso evadir cualquier responsabilidad y dejar que los demás
    carguen con esa tarea.
    El respeto y consecuentemente la paz, no estriban hoy día
    en mantenerse ajenos a los problemas que
    enfrenta una sociedad o una institución,
    desvinculándose de ellos por la puerta más
    fácil: la abstención y la neutralidad, ya que como
    señala José Antonio Alcázar la
    obsesión por la neutralidad es una de las mejores formas
    de acabar sin ninguna idea propia dentro de la cabeza. Por el
    contrario, la tolerancia radica en un deseo loable de fomentar un
    entendimiento entre individuos, alejando actitudes
    impositivas y prepotentes.
    A propósito de este fenómeno llamado prepotencia,
    cabe señalar que se da cuando se posee una percepción
    unilateral del "yo". Para ubicarse y recobrar la dimensión
    propia, es necesario relativizar los juicios de valor.
    Valgámonos de sufijos para recobrar la justa medida. Soy
    el mejor. Sufijo: ¿Comparado con quién? Soy el
    más apto. Sufijo: ¿En relación con
    quién? Soy el más hábil. Sufijo: ¿En
    todo? ¿Para todo? Y volvemos a lo mismo, nadie posee la
    razón absoluta, ni la verdad absoluta, ni la belleza
    absoluta, ni el poder
    absoluto, ni la felicidad completa. Todo en este mundo es
    relativo.
    He aquí algunos principios a
    partir de los cuales es posible aprender a ejercer la tolerancia,
    algunos de ellos atinadamente citados por Pablo Latapí
    Sarre:

    1. Reconocer que todos los seres tienen diferentes
      capacidades, por lo que sobresalen en diferentes
      ámbitos
    2. Aceptar que nadie posee la verdad absoluta a
      excepción de Dios, y que aún esta
      concepción, sólo la sostienen los
      creyentes
    3. Aplicar la regla de oro de las religiones: no hagas a
      otros lo que no desees que hagan contigo
    4. No ver la paja en el ojo ajeno sin ver primero la
      viga en el propio
    5. Aceptar que cuando se descalifica a otro, normalmente
      se descalifica uno mismo
    6. Reconocer las propias intolerancias y otorgarles su
      justa dimensión
    7. Dialogar con a la fuerza
      opositora, a fin de descubrir puntos de
      coincidencia
    8. Buscar siempre oportunidades de colaboración
      basadas en las capacidades del opuesto y no precisamente en sus
      debilidades
    9. Enfatizar lo que une a las personas, en lugar de lo
      que las divide
    10. Aprender que en una negociación habrá que ceder algo
      para ganar algo
    11. Entender que el poder es un
      elemento fáctico; cambia con el tiempo y
      siempre es relativo. Hoy se Tiene, mañana no. Hoy se
      ejerce sobre alguien, mañana lo ejercerán sobre
      uno
    12. Comprender que en esta vida no se puede ganar todo,
      ni se puede ganar siempre

    Estos sencillos pasos pueden contribuir al inicio de una
    convivencia solidaria y constructiva. Si todos los individuos,
    especialmente los dirigentes a cualquier nivel, pudieran tener en
    mente estos puntos, se daría el primer paso hacia una
    mejor convivencia y un gran paso hacia la construcción de una cultura de
    paz.
    "No me gusta la palabra tolerancia, pero no encuentro otra mejor.
    El amor empuja
    a tener hacia la fe y hacia las creencias de los demás, el
    mismo respeto que se tiene por la propia."
    Mahatma Gandhi
    Y a todo esto ALGO MÁS, ¿estaríamos
    dispuestos a llevar a cabo al menos por un día el
    ejercicio de la TOLERANCIA?…

    Bibliografía

    1. ALCÁZAR, Cano José Antonio. "Educar en
      y para la tolerancia". Fomento de Centros de Enseñanza; España.
      http://www.fomento.edu
    2. DELORS, Jacques. (1997). "La educación
      encierra un tesoro". Reporte para la UNESCO de la
      Comisión Internacional sobre Educación para el
      Siglo XXI. París.
    3. LATAPÍ, Sarre Pablo. (2000). "Tolerancia, la
      virtud que nos falta." En: Revista
      Proceso
      Núm. 1236. México.
    4. NAVARRO, Campos Jorge L. (2001). "Democracia:
      los límites del poder." http://www.pue.upaep.ma/formhum/democracia.html
    5. SEP. (2001). "Programa
      Nacional de Educación 2001-2006." México.
      Pág. 72.
    6. UNESCO. Programa de Tolerancia. "Diez ideas para la
      celebración del Día Internacional de la
      Tolerancia".
      http://www.unesco.org/tolerance/tenspa.htm#introduction

     

     

     

     

    Autor:

    Ma. de Lourdes Sánchez Franyuti

    Instituto Politécnico Nacional. ESCA IPN. Posgrado
    MADE
    Dirección General de Educación
    Física (Departamento de Investigación)
    México

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