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Viruela




Enviado por leli18



    Viruela

    1. Agente
      etológico
    2. Síntomas Generales
    3. Profilaxis
    4. Historia
    5. Datos
      epidemiológicos
    6. Vacunas
      disponibles
    7. Estrategias de vacunación
    8. Noticias
    9. Bibliografía

    Es una enfermedad
    infectocontagiosa virósica transmisible, de fácil
    difusión y de notificación obligatoria
    internacional. Es la enfermedad eruptiva más grave, pero
    en nuestro país esta erradicada.

    Agente etológico

    Es un virus muy
    resistente a la desecación y al frío, pero es
    sensible al calor, por eso
    la enfermedad es más común en el invierno. Puede
    vivir en estado latente
    durante un tiempo
    prolongado. La diseminación en el organismo humano se
    realiza a través de la sangre.

    Este virus fue aislado en el
    año 1947. Su reservorio es el
    hombre.

    Síntomas Generales

    Esta enfermedad tiene un
    período de incubación muy rápido, de 10 a 72
    horas. Se inicia bruscamente con fiebre muy alta
    (41°) , escaloifrío, vómitos y dolores en
    diversas partes del cuerpo. Luego desciende la temperatura y
    aparece una erupción de manchas rojas que al tercer
    día se transforma en vesículas de líquido
    claro, que al sexto día se hace purulento, al decimo
    día se produce una descamación , que deja
    cicatrices bien marcadas.

    Existen dos tipos de viruela:
    variola mayor, la típica viruela que, con una tasa de
    mortalidad del 20% o más en personas no vacunadas, puede
    también causar ceguera; y variola menor, una forma mucho
    menos letal de la enfermedad (mortalidad inferior al 1%).Las
    fuentes de
    infección son las secreciones del aparato
    respiratorio.

    El contagio es interhumano(de
    hombre a
    hombre). El virus entra por los aparatos respiratorio y
    digestivo, y luego se instala en las vesículas o
    pústulas que se forman en la piel.

    Hay contagio desde la
    aparición delos primeros sintomas y durante 2 a 3
    semanas.

    La transmición puede
    ser:

    • Directa: Por via aerea. Por
      las gotitas de Flügge o por contacto con las
      púspulas.
    • Indirecta: A través de
      objetos contaminados como la ropa del enfermo. o por los
      virus que transportan las moscas en sus patas.

    Aparece por brotes
    epidémicos, pero existen focos muy importantes en la
    India, a
    pesarde lo cual hoy en día casi se ha conseguido erradicar
    la enfermedad

    Profilaxis

    • Vacunación , esta
      confiere inmunidad durante varios años.
    • Revacunación.
    • Aislamiento hasta el
      desprendimiento de las costras.
    • Aislamientos de los contactosy
      su vacunaión sistematica.
    • Notificación
      obligatoria.

    Impacto mundial de la
    vacunación

    Hasta la fecha, la viruela es la
    única enfermedad que se erradicó por completo; el
    último caso informado en el mundo se remonta a 1977. De no
    haberse eliminado, la humanidad seguiría pagando un
    elevado precio a este
    terrible flagelo. De hecho, la inmunización con la vacuna
    contra la viruela (elaborada en base a virus atenuados vivos)
    probablemente resultaría fatal para muchos individuos con
    problemas
    inmunológicos infectados con el virus del SIDA, que
    comenzó a cobrar un gran número de víctimas
    a principios de
    los 80. Una demora de unos pocos años en el programa de
    erradicación global habría frustrado su éxito y
    obligado al desarrollo de
    otra vacuna para proteger a las personas con HIV.

    Si no estuviera erradicada la
    viruela, la OMS ciertamente la incluiría en su lista de
    las seis enfermedades
    infecciosas más letales del mundo. Sin el enorme esfuerzo
    de erradicación y los 300 millones de dólares
    invertidos en el Programa Intensificado de Erradicación de
    la Viruela, este azote seguiría cobrando millones de vidas
    al año y costaría a los gobiernos millones de
    dólares en gastos
    médicos.

    La vacunación contra la
    viruela se inició en 1800 en los Estados Unidos,
    pero no se administró en forma rutinaria hasta principios
    del siglo XX. En los Estados Unidos, se registraron un total de
    21.064 casos de viruela en 1900, de los cuales 894 resultaron
    fatales. Cada año entre 1900 y 1904, se atribuyeron un
    promedio de 48.164 casos de viruela y 1.528 muertes a una de las
    dos formas de la enfermedad (variola mayor y menor) en los
    Estados Unidos.

    En los Estados Unidos, se
    registraron 102.791 casos de viruela en 1921, y 30.151 en 1931.
    De 1932 a 1939, se informaron entre 5.000 y 15.000 casos cada
    año, mientras que las tasas de mortalidad asociada
    variaron entre 23 y 52 muertes. Se desataron epidemias de variola
    mayor a principios de la década de 1900, luego cesaron en
    1929. La cantidad de epidemias de variola menor comenzaron a
    declinar en la década de 1940, y el último caso de
    viruela registrado en Estados Unidos data de 1949.

    Los datos de
    países que experimentaron un resurgimiento de la viruela
    luego de varios años de ausencia proporcionaron información valiosa sobre el impacto de la
    vacunación en cuanto a la supervivencia a largo plazo. De
    los 680 casos de variola mayor que se importaron a Europa, la tasa
    de mortalidad de sujetos no vacunados era del 52%, mientras que
    era sólo del 1,4% en individuos que habían sido
    vacunados más de 10 años atrás y del 11,1%
    en los vacunados por más de veinte años.

    Gracias a la vacunación, la
    viruela había desaparecido hacia 1900 en varios
    países del norte de Europa. En 1914, las tasas de
    incidencia se habían reducido en forma significativa en la
    mayoría de los países industrializados.

    No obstante, durante este mismo
    período, entre 1910 y 1914, se desató una epidemia
    en Rusia, que
    cobró las vidas de 200.000 rusos y casi 25.000 habitantes
    de los países europeos vecinos.

    En la década de 1920, los
    programas de
    vacunación detuvieron la expansión de la viruela en
    varios países europeos, y para la década de 1930
    los únicos casos eran importados, con la notable
    excepción de España y
    Portugal. La viruela siguió siendo endémica en
    estos dos países hasta 1948 y 1953, respectivamente. En
    Canadá, la propagación de la viruela llegó a
    su fin a principios de los 40, mientras que en Japón
    se la detuvo cerca de 1950.

    En 1966, la Asamblea Mundial de la
    Salud
    decidió asignar a la OMS un presupuesto anual
    de 2,4 millones de dólares para organizar una
    campaña para erradicar la viruela. Se esperaba que el
    programa durara 10 años y cumpliera sus objetivos
    hacia diciembre de 1976.

    En 1967, durante el primer
    año del Programa Intensificado de Erradicación de
    la Viruela, se informaron un total de 131.789 casos de viruela en
    44 países. La viruela se consideraba endémica en 31
    de esos países, incluyendo Brasil, la mayor
    parte del sub-Sahara africano, India, Indonesia, Nepal y
    Pakistán. Los estudios indicarían más
    adelante que sólo se informaba el 1% de los casos, y que
    la cantidad real de casos anuales se encontraba entre 10 y 15
    millones, de una población total de unos 1,2 mil
    millones.

    La viruela endémica se
    erradicó de 20 países en el oeste y centro de
    África en 1970, en Brasil en 1971 y en Indonesia al
    año siguiente. La incidencia de la viruela se
    derrumbó en forma drástica en 1972, con casos
    informados en ocho países endémicos en
    África y el sudeste de Asia. Por
    último, se erradicó la viruela endémica del
    continente asiático en 1975. La difusión de la
    enfermedad se detuvo en Etiopía en 1976 y en
    Somalía el 26 de octubre de 1977, fecha del último
    caso natural de viruela.

    Se informaron dos otros casos
    luego, en 1978, por contaminación en un laboratorio.
    Estos casos accidentales fueron de hecho los
    últimos.

    El 8 de mayo de 1980, la OMS
    declaró que la viruela se había erradicado
    efectivamente.

    El costo general del
    programa fue de 300 millones de dólares, de los cuales 98
    millones se destinaron a asistencia internacional. La
    erradicación de la viruela mediante la vacunación
    permitió a los Estados Unidos abandonar las tareas de
    prevención y tratamiento de la viruela, en particular los
    programas de inmunización masiva en 1971.

    En una década, este
    emprendimiento sin precedentes hizo posible erradicar por
    completo la viruela, enfermedad que había afectado,
    desfigurado y matado a millones de personas en todos los
    tiempos.

    Historia

    En Gran Bretaña, la
    observación de que los ayudantes de establo
    y las ordeñadoras eran en apariencia inmunes a la viruela
    se atribuyó por lo general a la exposición
    anterior a la vaccinia. Esta enfermedad, conocida
    comúnmente como viruela vacuna, es una enfermedad
    infecciosa caracterizada por la erupción de un rash
    pustular en vacas que causa sólo síntomas de poca
    importancia y lesiones cutáneas en el hombre.

    Edward Jenner, un boticario y
    cirujano de Berkeley, ubicado en el condado rural de
    Gloucestershire, había notado que los que habían
    sufrido previamente viruela vacuna demostraban resistencia
    cuando se exponían a la viruela, y que esta
    protección podía extenderse hasta 53 años.
    Con la ayuda de su sobrino, Henry Jenner, recopiló datos
    epidemiológicos de 28 individuos, los que proporcionaron
    la evidencia para fundamentar su hipótesis de que la inoculación con
    viruela vacuna podía prestar un servicio
    enorme a la humanidad.

    El 14 de mayo de 1796, tres
    días antes de cumplir 47 años, Jenner
    comenzó un experimento crucial. Extrajo pus de una
    pústula de la mano de Sarah Nelmes, una ordeñadora
    que había contraído viruela vacuna de su vaca
    lechera "Blossom", e inoculó a James Phipps, un
    niño saludable de 8 años, mediante dos incisiones
    superficiales. El niño desarrolló una leve
    enfermedad entre el 7º y el 9º día. Se
    formó una vesícula en los puntos de
    inoculación, que desapareció sin la menor
    complicación. El 1º de julio, se inoculó al
    niño con la temida viruela mediante varios pinchazos e
    incisiones leves, pero no se enfermó.

    Jenner publicó sus
    resultados en 1798 a su propio costo, en una monografía hoy famosa titulada: "Investigación de las causas y efectos de la
    vacuna antivariólica". Al hacerlo, acuñó el
    nombre en latín para la viruela vacuna, variolae
    vaccine.

    En todas sus publicaciones, Edward
    Jenner utilizó el término "vaccine" (vacuna) para
    el virus y la enfermedad, sin emplear jamás la palabra
    "vacunación". Este término fue utilizado por
    primera vez en 1800 por Richard Dunning, un cirujano de Plymouth,
    con la aprobación de Jenner. Luego, la palabra
    sería adoptada por Louis Pasteur. En 1881, Pasteur
    empleó por primera vez la palabra "vacuna" en sentido
    general ("Le vaccin du charbon, Comptes rendus de l'Academie des
    Sciences de Paris") y propuso que se emplearan las palabras
    "vacuna" y "vacunación" como términos generales
    durante una conferencia
    internacional en Londres.

    La vacunación se introdujo
    en las colonias españolas del Nuevo Mundo mediante
    transfusiones de brazo a brazo entre niños
    huérfanos. En cinco años, la monografía
    "Investigación …" de Jenner se tradujo a otros seis
    idiomas: holandés, francés, alemán,
    italiano, portugués y latín. Poco a poco la
    vacunación reemplazó a la variolación
    (inoculación de un sujeto sano con una aguja que penetra
    la piel con una pequeña cantidad de pus obtenido de un
    sujeto infectado con una forma benigna de viruela, dejando
    grandes espacios de piel sana entre pústulas), que fue
    prohibida en Gran Bretaña en 1840. La vacunación de
    niños pequeños contra la viruela fue obligatoria en
    1853, y se prohibió la vacunación de brazo a brazo
    en 1898.

    Datos epidemiológicos

    Los historiadores calculan que la
    viruela apareció por primera vez en el momento en que el
    hombre realizó sus primeros asentamientos
    agrícolas, hace unos 10.000 años. La primera prueba
    tangible de su existencia provino de momias egipcias
    pertenecientes a la XVIII dinastía (1580-1350 antes de
    Cristo) y la del Faraón Ramsés V (1157 A.C.). Sin
    embargo, las primeras descripciones conocidas de la enfermedad no
    se realizaron hasta el siglo IV D.C. en China y el
    siglo X D.C. en el sudeste asiático.

    La viruela no se importó a
    Occidente hasta el siglo XVI. Luego siguieron epidemias
    catastróficas que literalmente diezmaron las tribus de
    indígenas americanos y aniquilaron los imperios azteca e
    inca. La viruela se había convertido en una enfermedad
    mundial. En Asia, donde era prevalente la variola mayor, las
    tasas de mortalidad promedio eran del 20%, pero se elevaban al
    40% o al 50% en niños menores de un año.

    En Europa, a fines del siglo
    XVIII, unas 400.000 personas sucumbían por viruela cada
    año, y un tercio de los sobrevivientes quedaban ciegos. No
    menos de cinco reyes murieron de viruela en el siglo XVIII,
    enfermedad que alteró la línea de sucesión
    de los Habsburgo cuatro veces en cuatro generaciones.

    Hacia fines del siglo XIX, las
    únicas epidemias conocidas de viruela eran de variola
    mayor. La variola menor se describió por primera vez en
    Sudáfrica y los Estados Unidos. Se volvió la forma
    más prevalente de la enfermedad en todos los Estados
    Unidos, en ciertas regiones de Sudamérica y en Europa,
    así como en ciertas regiones del este y sur de
    África.

    En los siglos recientes, la
    viruela se convirtió en una de las enfermedades más
    temidas, dado que podía atacar en cualquier lugar y no
    existía un tratamiento efectivo. A diferencia de la
    malaria y la fiebre amarilla, la viruela no requería de un
    vector, y podían desatarse epidemias en cualquier momento,
    independientemente de la estación del año.
    Además, las mejoras en los servicios
    sanitarios y las condiciones de vida, que tenían un efecto
    positivo sobre la incidencia del cólera
    y la fiebre tifoidea, no tenían tal efecto sobre la
    viruela.

    Vacunas disponibles

    En la época de Jenner, la
    vacunación se practicaba en Gran Bretaña por
    transfusión de brazo a brazo, a diferencia de lo que se
    hacía en el resto de Europa. Se descubrió que la
    vacuna se podía transferir sucesivamente de un individuo a
    otro sin perder sus propiedades.

    La Conferencia de Lyon de 1864
    marcó el comienzo de la producción masiva de la vacuna contra la
    viruela cultivada en cuero de
    ternero, método
    iniciado a principios del siglo XIX por investigadores italianos.
    La vacuna se formulaba en base a pústulas que se formaban
    luego de inocular al ternero en varios lugares. El extracto luego
    se molía en un mortero y se suspendía en glicerina.
    No fue sino hasta 1925 que se adoptaron reglamentaciones sobre
    calidad de las
    vacunas en
    Gran Bretaña o en cualquier otro país.

    A principios de la década
    de 1950, Collier finalmente desarrolló un método
    para producir una vacuna liofilizada activa en escala comercial.
    Este desarrollo persuadió al Director General de la OMS de
    que propusiera un programa de erradicación global de la
    viruela en 1953. Su decisión se vio motivada por el hecho
    de que la URSS había eliminado con éxito la viruela
    en los 50 mediante una campaña de vacunación y
    revacunación masiva obligatoria que logró una tasa
    de cobertura por vacuna superior al 80%.

    La decisión de organizar
    campañas de vacunación masivas contra la viruela
    fue tomada por la Asamblea Mundial de la Salud en 1959. Esta
    iniciativa trajo aparejada la eliminación de la viruela en
    varios de los países endémicos menores, pero hacia
    1965 quedó claro que se necesitaba un programa mucho
    más amplio e intensivo. Esto marcó el inicio del
    famoso Programa Intensificado de Erradicación de la
    Viruela, que se basó en dos elementos para su
    éxito: un abastecimiento adecuado de vacuna de alta
    calidad, seguido de supervisión y contención. Durante
    este período, la OMS distribuyó 465 millones de
    dosis de vacuna en 27 países. Cada año de 1967 a
    1979, la OMS despachó entre 15 y 45 millones de dosis de
    vacuna a los países endémicos.

    Antes de 1967, la
    vacunación se realizaba mediante un método de
    escarificación o una técnica de presión
    múltiple. El Programa Intensificado brindó la
    oportunidad de desarrollar nuevos métodos.
    Primero llegó la pistola de inyección, y luego la
    aguja bifurcada ¾mucho más efectiva¾ que
    aplicaba una única dosis de vacuna. Luego de sumergir las
    agujas en un vial de vacuna reconstituida, la dosis se depositaba
    sobre la piel y se realizaban 15 pinchazos verticales a
    través de la gota.

    Estrategias de vacunación

    En los países
    endémicos, que hasta la Primera Guerra
    Mundial incluían a casi todo el mundo, la vacuna
    contra la viruela se recomendaba en forma universal, con una
    revacunación cada 3 a 10 años. Los niños
    vacunados entre los 3 y los 12 meses de edad eran la única
    excepción porque a menudo no resultaba efectiva si se
    aplicaba antes.

    Con la mejora de las vacunas en la
    década de 1920, los doctores franceses y alemanes
    demostraron que la vacunación en el nacimiento era
    efectiva. No obstante, a medida que declinaba la incidencia de la
    viruela, se hizo cada vez menos común la
    administración de vacunación inicial a
    neonatos.

    Noticias

    Lunes, 12 de Noviembre del
    2001.

    Prueban vacuna contra la viruela
    ante temor de guerra
    biológica

    La firma británica de
    biotecnología Acambis Plc
    anunció que pronto comenzará a hacer pruebas con
    una nueva vacuna contra la viruela para Estados Unidos, por el
    temor de una guerra biológica tras los ataques en Nueva
    York y Washington. La atención se enfocó en la
    vulnerabilidad de Estados Unidos ante las armas
    biológicas, después de que secuestradores
    aéreos estrellaron tres aviones contra el World Trade
    Center y el Pentágono la semana pasada y causaron la muerte de
    miles de personas. Los ataques han dado una nueva urgencia al
    trabajo de
    Acambis, a la que el gobierno de
    Estados Unidos pidió hacer una vacuna contra la viruela
    que satisfaga los patrones modernos de seguridad,
    más de 20 años después que la mortal
    enfermedad fuera considerada erradicada oficialmente.
    Científicos dicen que la viruela y el carbunclo
    (ántrax) representan las mayores amenazas de guerra
    microbiológica, pero sólo la viruela, una
    erupción pustulosa de la piel contagiosa y mortal que se
    acompaña de dolor y fiebre, tiene la posibilidad de
    convertirse en una pandemia, o epidemia mundial. Acambis dijo que
    espera comenzar las pruebas clínicas con su vacuna a
    principios del próximo año. "Se está
    realizando un esfuerzo mayor en este contrato, con
    cerca de una quinta parte de nuestras 100 investigaciones y
    con el desarrollo de personal
    comprometido en el proyecto", dijo
    el presidente ejecutivo John Brown. Acambis tiene que entregar
    las primeras dosis de la vacuna a Estados Unidos en el 2004, pero
    Brown dijo que el proceso no
    puede acelerarse. "Haremos todo lo posible por satisfacer este
    importante requerimiento", dijo en una entrevista. A
    los estrategas militares les preocupa que algunas muestras de
    virus producidas en la ex Unión Soviética ante la
    Guerra
    Fría caigan en manos de grupos militantes
    o estados hostiles. La vacuna original contra la viruela, que
    tiene su origen en el siglo XVIII, era simplemente una dosis
    tomada de una pústula de una enfermedad del ganado vacuno
    que, al parecer, inmunizaba a los ordeñadores. La vacuna,
    que se cultiva en terneras, no satisface los requisitos modernos
    de seguridad.

    En el contrato de 20 años
    con los Centros para el Control y
    Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, Acambis
    hará una entrega inicial de 40 millones de dosis de su
    vacuna producida en este laboratorio.

    Ciencia y
    Tecnologia

    Septiembre 21, 2001
    21:56:49

    INFORME ESPECIAL / LA GUERRA QUE
    VIENE: LA UTILIZACION DE VIRUS COMO ARMAS DE ATAQUE

    La viruela y la peste, dos plagas
    que asolaron a la humanidad

    Los primeros intentos de diseminar
    enfermedades entre el enemigo se remontan a la Edad Media
    · Les arrojaban cadáveres infectados en los
    castillos

    Enfermedades como la viruela o la
    peste provocaron, en distintas épocas de la historia, estragos en la
    humanidad. Sus efectos fueron terribles hasta que la ciencia
    logró su erradicación. Ahora, la posibilidad,
    advertida tanto en Estados Unidos como en algunos países
    europeos, de ataques terroristas con armas químicas o
    biológicas ha reinsertado el temor de que el mundo se vea
    enfrentado a flagelos que ya se creían extinguidos. Los
    primeros intentos de diseminar enfermedades entre los soldados o
    poblaciones enemigas se remontan a varios siglos. En la Edad
    Media los asedios militares eran rotos arrojando cadáveres
    infectados sobre los muros de los castillos para provocar
    epidemias y plagas. De la misma forma que antaño, pero con
    instrumentos más sofisticados y eficaces, los ataques
    bioterroristas podrían reinstalar enfermedades y plagas
    que en la antigüedad fueron devastadoras. La viruela, esa
    enfermedad que deja cicatrices en la cara y en el cuerpo y era
    causada por un virus llamado el virus de la variola,
    provocó estragos hasta su erradicación. El
    último caso del virus tuvo lugar en Somalía, en
    1977. Y en 1980, la
    Organización Mundial de la Salud retiraba la vacuna
    del mercado.
    Según el informe Promed,
    que circula de manera selecta entre médicos y
    científicos, allí radica el gran conflicto que
    plantea el tema de la viruela. Un ataque terrorista con este
    virus, encontraría a enorme cantidad de población
    desprotegida, porque al no haberse vacunado tampoco tienen los
    anticuerpos. "Los beneficios y riesgos de
    poner la vacuna en circulación aún están
    siendo examinados", indica el Promed. Ocurre que ello
    también significaría habilitársela a los
    grupos terroristas. En tiempos de la epidemia, la viruela
    causó estragos, especialmente entre ancianos, embarazadas
    y personas con bajas defensas. Ocurre que una vez que se dispersa
    es muy contagiosa. Se transmite muy fácilmente a
    través de la tos y los estornudos. Con una
    incubación de diez a quince días, su evolución tiene cuatro estadios:
    invasión, erupción, supuración y
    desecación. La más grave de sus presentaciones es
    la llamada "hemorrágica negra". El Promed informa que hay
    dosis de vacunas almacenadas en el Centro de Control de
    Enfermedades, de Atlanta, Estados Unidos, y en el Instituto para
    las Preparaciones Virales, de Kolstsovo, Rusia. El informe agrega
    que no se conoce la existencia de virus de viruela en otros
    países. Pero sostiene que las 15 millones de dosis
    existentes en Estados Unidos están muy lejos de la
    cantidad necesaria frente a un ataque terrorista. Por otra parte,
    la peste es una enfermedad muy contagiosa y produce una enorme
    mortandad entre los hombres y animales. Es muy
    fácilmente transmisible entre regiones. Se da en tres
    formas: bubónica, septicemia y neumónica. La
    muerte tiene
    lugar entre el 2° y 4° día después de haber
    aparecido los primeros síntomas. La peste bubónica,
    o negra, asoló Europa y Asia entre los siglos XIV y XVI.
    Durante mucho tiempo se ha culpado a la peste bubónica de
    ser la causante de la muerte de más de un cuarto de la
    población europea en la Edad Media, aunque ahora
    surgió la teoría
    -no comprobada totalmente- de que la denominada peste negra se
    dio por un virus muy parecido al ébola, que se
    transmitía directamente de una persona a
    otra.

    Vacunas contra una guerra
    biológica

    Comenzarán estudios para
    evitar epidemia de viruela

    LONDRES (Reuters) – La firma
    británica de biotecnología Acambis Plc dijo este
    jueves que pronto comenzará a hacer pruebas con una nueva
    vacuna contra la viruela para Estados Unidos, por el temor de una
    guerra biológica tras los ataques en Nueva York y
    Washington.

    Viruela: una fuerte
    amenaza

    La atención se
    enfocó en la vulnerabilidad de Estados Unidos ante las
    armas biológicas, después de que secuestradores
    aéreos estrellaron tres aviones contra el World Trade
    Center y el Pentágono la semana pasada matando a miles de
    personas. La atrocidad le ha dado una nueva urgencia al trabajo
    de Acambis, a la que el gobierno de Estados Unidos pidió
    hacer una vacuna contra la viruela que satisfaga los patrones
    modernos de seguridad, más de 20 años
    después que la mortal enfermedad fuera considerada
    erradicada oficialmente. Científicos dicen que la viruela
    y el carbunclo (ántrax ) representan las mayores amenazas
    de guerra microbiológica, pero sólo la viruela, una
    erupción pustulosa de la piel contagiosa y mortal que se
    acompaña de dolor y fiebre, tiene la posibilidad de
    convertirse en una pandemia, o epidemia mundial.
    Comenzarán pruebas científicas Acambis dijo que
    espera comenzar las pruebas clínicas con su vacuna a
    principios del próximo año. "Se está
    realizando un esfuerzo mayor en este contrato, con cerca de una
    quinta parte de nuestras 100 investigaciones y con el desarrollo
    de personal comprometido en el proyecto", dijo el presidente
    ejecutivo John Brown. Acambis tiene que entregar las primeras
    dosis de la vacuna a Estados Unidos en el 2004, pero Brown dijo
    que el proceso no puede acelerarse. "Haremos todo lo posible por
    satisfacer este importante requerimiento", dijo en una
    entrevista. Estrategia de
    vacunas A los estrategas militares les preocupa que algunas
    muestras de virus producidas en la ex Unión
    Soviética durante la Guerra Fría pudieran caer en
    manos de grupos militantes o estados hostiles. La vacuna original
    contra la viruela, que tiene su origen en el siglo XVIII, era
    simplemente una dosis tomada de una pústula de una
    enfermedad del ganado vacuno que, al parecer, inmunizaba a los
    ordeñadores. La vacuna, que se cultiva en terneras, no
    satisface los requisitos modernos de seguridad. En el contrato de
    20 años con los Centros para el Control y
    Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, Acambis
    hará una entrega inicial de 40 millones de dosis de su
    vacuna producida en este laboratorio.

    INFORME ESPECIAL / LA GUERRA QUE
    VIENE: LAS NUEVAS AMENAZAS

    Bioterrorismo: el temor que crece
    en el mundo tras los atentados

    Son armas que pueden causar
    epidemias mortales. Y revivir enfermedades como la viruela. Se
    teme un ataque terrorista con ellas. Los científicos en
    EE.UU. dicen que el país es vulnerable, pero el gobierno
    lo niega

    No es el impacto puntual de la
    explosión que produce el estallido de una bomba, ni la
    caída de uno o más aviones sobre un blanco
    determinado. Es una enfermedad devastadora, fulminante y
    dolorosa, que puede matar rápidamente a millones de
    personas. Y causar un estado de pánico
    público con precedentes solo equivalentes a las peores
    historias de la peste negra de la época medieval. Se
    introduce mediante la infección de lugares tan comunes
    como las redes urbanas
    de agua o los
    sembradíos. O rociando aerosoles o vapores en lugares de
    concentración masiva como estadios de fútbol o
    subterráneos y trenes. Todas estas posibilidades, aun
    hipotéticas, son las que ya preocupan a los
    científicos ante indicios reales de que los grupos
    terroristas podrían utilizar la guerra
    bacteriológica y química para destruir
    a sus enemigos. Gobiernos de Europa, América
    latina y sobre todo el de Estados Unidos están en
    alerta máxima, nuclear y bioquímica
    tras los atentados en Nueva York y Washington, del 11 de
    setiembre. Buena parte de ello se sustenta en el hecho de que los
    recientes avances
    tecnológicos en el área científica les
    sirven también a los grupos que buscan sembrar la
    destrucción masiva, indicó la Organización Mundial de la Salud. La OMS se
    introdujo en el tema cuando, a mediados de semana, lanzó
    un llamamiento internacional para contrarrestar mediante la
    vigilancia y una rápida respuesta coordinada a intentos
    bioterroristas de consecuencias devastadoras. Un ataque con
    gas
    sarín en 1995 que realizó la secta japonesa Verdad
    Suprema en el subte de Tokio mató 12 personas de manera
    fulminante y muchos de los 5.000 afectados sufren aún sus
    secuelas. El pánico que ha surgido en las grandes ciudades
    de EE.UU y también en Londres -en ambos lugares las
    máscaras antigás cotizan en alza desde unos 30
    dólares antes del atentado a casi el doble hoy-, se
    alimenta de hechos contundentes. Los expertos científicos
    norteamericanos admiten que el país es muy vulnerable a un
    ataque de este tipo. El gobierno lo niega. El ministro de salud,
    Tommy Thompson, llamó a que "la gente comprenda que
    está a salvo". Y agregó hablando a la cadena CBS
    que "estamos preparados para hacernos cargo de cualquier
    consecuencia que se desarrolle (tras) cualquier tipo de ataque
    bioterrorista". El funcionario afirmó que se han
    almacenado 50 toneladas de suministros médicos y que 7.000
    miembros del personal médico fueron alistados. Pero un
    informe publicado por The Washington Post reveló este fin
    de semana que "los médicos están pobremente
    entrenados para reconocer síntomas de infección
    creados por armas biológicas. Incluso muchos de los
    hospitales de la nación
    carecen del necesario equipamiento". Al respecto el senador
    republicano Bill Frist afirmó que "frente al bioterrorismo
    el primer defecto son las carencias en nuestra estructura de
    salud
    pública. Ello es producto de 15
    años de negligencia". El peligro es además
    percibido como inminente. La revista Time
    informó el lunes pasado que en uno de los allanamientos
    realizados por agentes especiales se encontró un manual con
    instrucciones para el esparcimiento aéreo de fertilizantes
    y antiparasitarios. Y el miércoles, el secretario de
    Justicia de
    EE.UU. John Ashcroft, aseguraba que presuntos cómplices de
    los atacantes obtuvieron licencias fraudulentas para manejar
    sustancias tóxicas. Estos indicios explican la
    razón por la cual el presidente George W. Bush,
    ordenó en las últimas semanas dos veces que se
    suspendiera la actividad de los 3.000 aviones fumigadores que hay
    en el país. El temor a que se arrojara una peligrosa plaga
    sobre las cosechas, o que se lanzara desde el aire un virus
    letal se instalaba así en la Casa Blanca. Según
    informó The New York Times el viernes, Bush presiona ahora
    a las empresas de
    biotecnología para que desarrollen y produzcan vacunas,
    drogas y otros
    químicos de defensa contra eventuales ataques. Los
    atentados desplomaron los mercados
    internacionales, pero el golpe fue inverso para las empresas de
    material bélico cuyas acciones
    cerraron con fuerte alza los días siguientes. El mismo
    registro
    mostraron las compañías y laboratorios que trabajan
    con el testeo biológico y químico. Ya en marzo, el
    Centro de Control de Enfermedades advirtió que la
    infraestructura sanitaria de EE.UU. es "inadecuada" para
    enfrentar un ataque bioterrorista. Pero las soluciones no
    son simples. "Es muy difícil hablar de medidas de
    seguridad contra el bioterrorismo. Se puede enfrentar limitando
    sus daños, pero probablemente su impacto será mucho
    más mortal. Hay que empezar por un buen sistema de
    inteligencia
    para prevenir el ataque", dijo a Clarín el especialista en
    Relaciones
    Internacionales Khatchik Der Ghoukassian, desde Miami. Un
    experimento sirvió para probar de modo elocuente los
    límites
    a los que se enfrenta EE.UU. En la base Andrews de la fuerza
    aérea, en los suburbios de Washington, se realizó
    en junio un juego de
    guerra llamado "Dark Winter" (Invierno Negro). Comenzó con
    un reporte inicial que alertaba sobre la aparición de un
    caso de viruela en Oklahoma. Para cuando el tiempo previsto del
    juego finalizó, la imaginaria epidemia se había
    desparramado a 25 estados y asesinado a millones de personas sin
    que nada pudiera evitarlo. Los atentados de setiembre borraron
    los límites entre ficción y realidad y acrecentaron
    un sentimiento generalizado de extrema vulnerabilidad. Una
    muestra de esa
    psicosis se vio
    el miércoles pasado en Los Angeles, cuando su principal
    línea de metro fue evacuada porque los pasajeros se
    quejaban de irritación en los ojos y vértigo. Dos
    horas después las autoridades informaban que las pesquisas
    no encontraron ningún agente extraño en el aire. El
    pánico ha generado situaciones insólitas: esta
    semana, se acabó la penicilina que se vendía en las
    farmacias de EE.UU. por el temor de la gente a un ataque del
    temible ántrax. "Las armas biológicas son aquellas
    que provienen de organismos vivos causantes de enfermedades.
    Las

    armas químicas pueden ser
    sacadas también de agentes vivos pero son sintetizadas",
    explicó a Clarín la doctora Norma Binsztein, jefa
    de bactereología del Instituto Nacional de Enfermedades
    Infecciosas, el ex Instituto Malbrán, referente nacional
    en microbiología. Para la OMS, todo agente
    infeccioso o sustancia química tóxica pueden ser
    manipulados para su uso como arma. Binsztein dijo que hay
    numerosos agentes vivos, virus y bacterias que
    provocan enfermedades como por ejemplo el cólera.
    Según la Organización Mundial de la Salud el
    ántrax, la viruela, el botulismo y la peste (sobre todo
    bubónica), son los primeros candidatos a ser utilizados
    como armamento. El FBI identificó ya unos diez grupos de
    sustancias químicas de alta peligrosidad. Entre ellas, los
    gases
    tabún, sarín y soman, agentes paralizantes como la
    lewisita, el gas mostaza o el fosgeno y una decena de metales pesados y
    toxinas volátiles. "Por su naturaleza,
    las armas químicas tienen una aplicación limitada:
    crean un problema de seguridad regional antes que global",
    explicó el ensayista Gert G. Harigel en un extenso
    artículo sobre este tipo de armas publicado en Internet por la
    Fundación Carnegie para la Paz Internacional. "Quince
    toneladas de un arma química pueden matar al 50 por ciento
    de las personas que están en un área de 60
    kilómetros cuadrados. Pero 10 toneladas de armamento
    biológico mataría al 25 por ciento de la gente y
    dejaría al 50 por ciento enfermo en un área de
    100.000 kilómetros cuadrados", asegura Harigel. La
    preparación para un ataque bioterrorista es muy similar al
    que requiere la propagación natural de una enfermedad,
    señala la OMS en un informe titulado "Aspectos para la
    salud. Las armas biológicas y químicas". Aparece
    allí una condición que atenuaría el interés de
    los terroristas, según aseguró la doctora
    Binsztein, que coincide con otros científicos en que las
    armas biológicas presentan un gran peligro también
    para los atacantes por su posible "efecto búmerán".
    "Una vez que se dispersan no tienen barreras. Los vientos y las
    comunicaciones
    actuales las llevarían a infectar cualquier punto del
    planeta", dijo Binsztein y remarcó que tampoco fabricar un
    arma de este tipo es tan sencillo. "Se necesita conseguir el
    agente biológico, un científico, un gran
    laboratorio y luego condiciones especiales de temperatura y
    humedad para que el virus que se lance se active". Los virus
    además,

    mutan. Ello es una dificultad
    tanto para el médico que busca atenuar su efecto, pero
    también para el que busca generar un daño.

    INFORME ESPECIAL / LA GUERRA QUE
    VIENE: LA UTILIZACION DE VIRUS COMO ARMAS DE ATAQUE

    La viruela y la peste, dos
    plagas que asolaron a la humanidad

    Los primeros intentos de diseminar
    enfermedades entre el enemigo se remontan a la Edad Media
    · Les arrojaban cadáveres infectados en los
    castillos

    Enfermedades como la viruela o la
    peste provocaron, en distintas épocas de la historia,
    estragos en la humanidad. Sus efectos fueron terribles hasta que
    la ciencia
    logró su erradicación. Ahora, la posibilidad,
    advertida tanto en Estados Unidos como en algunos países
    europeos, de ataques terroristas con armas químicas o
    biológicas ha reinsertado el temor de que el mundo se vea
    enfrentado a flagelos que ya se creían extinguidos. Los
    primeros intentos de diseminar enfermedades entre los soldados o
    poblaciones enemigas se remontan a varios siglos. En la Edad
    Media los asedios militares eran rotos arrojando cadáveres
    infectados sobre los muros de los castillos para provocar
    epidemias y plagas. De la misma forma que antaño, pero con
    instrumentos más sofisticados y eficaces, los ataques
    bioterroristas podrían reinstalar enfermedades y plagas
    que en la antigüedad fueron devastadoras. La viruela, esa
    enfermedad que deja cicatrices en la cara y en el cuerpo y era
    causada por un virus llamado el virus de la variola,
    provocó estragos hasta su erradicación. El
    último caso del virus tuvo lugar en Somalía, en
    1977. Y en 1980, la Organización Mundial de la Salud
    retiraba la vacuna del mercado. Según el informe Promed,
    que circula de manera selecta entre médicos y
    científicos, allí radica el gran conflicto que
    plantea el tema de la viruela. Un ataque terrorista con este
    virus, encontraría a enorme cantidad de población
    desprotegida, porque al no haberse vacunado tampoco tienen los
    anticuerpos. "Los beneficios y riesgos de poner la vacuna en
    circulación aún están siendo examinados",
    indica el Promed. Ocurre que ello también
    significaría habilitársela a los grupos
    terroristas. En tiempos de la epidemia, la viruela causó
    estragos, especialmente entre ancianos, embarazadas y personas
    con bajas defensas. Ocurre que una vez que se dispersa es muy
    contagiosa. Se transmite muy fácilmente a través de
    la tos y los estornudos. Con una incubación de diez a
    quince días, su evolución tiene cuatro estadios:
    invasión, erupción, supuración y
    desecación. La más grave de sus presentaciones es
    la llamada "hemorrágica negra". El Promed informa que hay
    dosis de vacunas almacenadas en el Centro de Control de
    Enfermedades, de Atlanta, Estados Unidos, y en el Instituto para
    las Preparaciones Virales, de Kolstsovo, Rusia. El informe agrega
    que no se conoce la existencia de virus de viruela en otros
    países. Pero sostiene que las 15 millones de dosis
    existentes en Estados Unidos están muy lejos de la
    cantidad necesaria frente a un ataque terrorista. Por otra parte,
    la peste es una enfermedad muy contagiosa y produce una enorme
    mortandad entre los hombres y animales. Es muy fácilmente
    transmisible entre regiones. Se da en tres formas:
    bubónica, septicemia y neumónica. La muerte tiene
    lugar entre el 2° y 4° día después de haber
    aparecido los primeros síntomas. La peste bubónica,
    o negra, asoló Europa y Asia entre los siglos XIV y XVI.
    Durante mucho tiempo se ha culpado a la peste bubónica de
    ser la causante de la muerte de más de un cuarto de la
    población europea en la Edad Media, aunque ahora
    surgió la teoría -no comprobada totalmente- de que
    la denominada peste negra se dio por un virus muy parecido al
    ébola, que se transmitía directamente de una
    persona a otra.

    Bibliografía

    Libros

    Libro: El cuidado de la
    salud

     

     

    Autor:

    Libro: Educación para la
    salud y preservación del medio ambiente

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