CULTURA DE LA EVALUACIÓN DE LOS SERVICIOS DE SALUD EN LA FACULTAD DE ODONTOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE ZACATECAS
Cultura de la evaluación de los servicios de salud en la facultad de odontología de la
universidad autónoma de
Zacatecas, México
Índice
1. Introducción
2. Bases
conceptuales
3.
Metodología
4.
Resultados
5. Conclusiones
preliminares
6.
Bibliografía
Hablar del tema de la evaluación en nuestros tiempos,
constituye uno de los elementos que debe ser retomado en todos
los quehaceres del hombre actual.
En este sentido, evaluar las diferentes actividades que se
realizan, representa la única forma en que se puede analizar
el papel que se desempeña para el logro de lo que se propone
de antelación.
La evaluación de los servicios de salud, es una
situación que actualmente se retoma en las diferentes
organizaciones que
desempeñan la función de la
prestación de este tipo de servicio; aunque aparentemente
a simple vista sea un aspecto que pueda ser retomado en cualquier
momento, en realidad es un aspecto que provoca indistintamente
preocupación para los recursos humanos que
desempeñan esta labor.
Bajo este marco de análisis, el presente
trabajo hace referencia a la
concepción que en materia de la evaluación
de los servicios de salud tiene una Institución cuyas
características principales son entre otras, la
prestación de servicios de salud odontológica, así
como también la formación propiamente dicha de
médicos cirujanos dentistas, en el marco de un organismo
educativo como lo es la Universidad Autónoma de
Zacatecas.
Por sus características propias, la institución
necesita entender claramente lo que implica un proceso donde se evalúen
una de sus funciones sustantivas como lo es
el extensionismo, donde aparte de proporcionar un servicio de
salud para la comunidad, necesita la
redefinición de sus propios objetivos en la medida en que
estos no se ajusten a las propias necesidades del que los
solicita.
Es así que se plantea en este sentido una exploración
acerca del conocimiento que se tiene al
respecto, reconociendo que es un primer acercamiento que
brindará elementos básicos para plantear un siguiente
estudio donde se conozca más a fondo el cómo se
están brindando estos servicios.
La definición de un referente teórico para el
presente trabajo lo constituye sin lugar a dudas, el tema de la
cultura, el cual, junto con lo
relacionado a la cultura organizacional,
representan un posible análisis con respecto a entender a
las organizaciones y más específico aún con
respecto a las organizaciones al servicio del hombre.
En este sentido, definir cultura es el primer elemento que es
necesario retomar para la construcción del
referente teórico al respecto.
Cultura es la manera particular y diferenciada de un conjunto de
personas para ver, comprender y actuar, tanto en relación al
mundo en el que individual y colectivamente están inmersas,
como en relación a sí mismas, en tanto individuos y en
tanto colectividad.
Esta manera particular y diferenciada implica una serie de
valores, premisas y supuestos
compartidos que sustentan acciones y comportamientos o
fundamentan posturas, filosofías y manifiestos; un grado de
congruencia entre los que sustentan aquéllos y los que
fundamentan éstos; y un grado de consistencia interna en
unos y en otros.
Una cultura se caracteriza, por su manera particular de concebir
lo visible y lo invisible; los objetos y personas en su contexto;
las relaciones entre ellos; lo que puede o no hacerse; el
significado de lo que se hace, etc.
La cultura constituye el mapa en el que un grupo humano codifica su
diseño de vida; "es la
herencia social que el
individuo recibe de su gente"
(Kluckhohn, 1944).
Para Hofstede (1948) una cultura es "la programación colectiva de la
mente que distingue a los miembros de un grupo humano de otros
grupos humanos".
Esta programación colectiva es "un agregado interactivo de
características comunes que afectan las respuestas de un
grupo humano a su medio ambiente. La cultura
determina la identidad de un grupo humano,
de la misma manera que la personalidad determina la
identidad de un individuo" (Hofstede, 1984).
En tanto "manera particular y diferenciada" la cultura distingue
e identifica al "conjunto de personas" que la comparte, de otros
conjuntos de personas o grupos
humanos.
En tanto manera de "ver", la cultura dirige la atención de quienes la
comparten hacia ciertos aspectos de la realidad circundante, al
tiempo que no sólo
desatiende otros, sino que puede hacer verdaderamente imposible
la visualización física o psicológica de algunos
más.
En tanto manera de "comprender" lo visto o atendido, la cultura
ha generado en quienes la comparten una serie de marcos o
casilleros conceptuales con los cuales clasificar los aspectos de
la realidad que han sido atendidos; interpretarlos; e integrarlos
con las experiencias procesadas previamente, en una todo
coherente y significante.
En tanto manera de "actuar", la cultura ofrece a quienes la
comparten un elenco o catálogo de acciones y respuestas
conductuales correspondientes a todos los estímulos y a
todas las instancias de la realidad que han sido "vistas" y
"comprendidas". Este elenco o catálogo sirve no sólo
como una guía de comportamiento en quienes
comparten esa cultura, sino como una guía de visión
(atención) e interpretación de
acciones y comportamientos ajenos.
Así pues, la cultura bosqueja los mapas tanto respecto a las
interacciones entre un individuo y su mundo físico; y un
individuo y los demás individuos que lo rodean -y, en su
caso, identifica las variables aceptables para
establecer relaciones diferenciales con ellos; como respecto a
cómo se conciben y se perciben esos mismos individuos y
grupos.
Además, el concepto de cultura puede
manejarse de manera semejante al de "sistemas", en el sentido de que
toda cultura (sistema) podrá verse como
constituida por una serie de subculturas (subsistemas) o como una
subcultura inserta en una cultura más amplia
(suprasistema).
Una organización social "se
contempla como una agrupación artificial de personas con
comportamientos e interrelaciones complejos, reunidas en torno a la consecución de
una serie de objetivos, de ahí, su "artificialidad".
Cuando esa manera particular y diferenciada para ver, comprender
y actuar, o esa programación colectiva de la mente,
identifica a ese conjunto de personas o grupo humano reunido y
estructurado en torno a la consecución de esa serie de
objetivos, se le llama cultura organizacional.
Se pueden mencionar otras definiciones con respecto a la cultura
organizacional, como la que propone Schein (1984 y 1985), la
cultura organzacional es el "patrón básico de supuestos
y creencias, inventado, descubierto o desarrollado" por esa
agrupación de personas "en su aprendizaje para enfrentar sus
problemas de adaptación
externa e integración interna".
Para Gagliardi (1986), cultura organizacional es el "sistema
coherente de premisas y valores básicos que distinguen a
una
organización en lo particular y que orientan el
comportamiento de sus miembros".
Por cultura organizacional se puede entender la propuesta que
hace Ortega (1989) como "la manera particular y diferenciada de
un conjunto de personas -deliberadamente agrupadas en torno a la
consecución de una serie de objetivos- para ver, comprender
y actuar, tanto en relación a la propia agrupación, sus
objetivos, tareas, funciones e interacciones; como en
relación al contexto más amplio en el que individual y
organizacionalmente están inmersos".
En este sentido, toda organización que pretenda concebirse
como tal, necesita crear una cultura donde se integren todas
aquellas premisas, valores y supuestos que compartan o
fundamenten sus posturas, filosofías y manifiestos, con el
fin de alcanzar sus propios objetivos, en el entendido de que
puede ser una mezcla de ellos que a fin de cuentas pueden guiar el alcance
de los mismos.
Es así que como toda organización, la institución
que se analiza debe mantener este tipo de relaciones en el
análisis de los diferentes contextos en los cuales se ve
inmersa, mismos que expresan el grado de desarrollo de las funciones
académicas y de servicio que la caracterizan.
El realizar un análisis de la situación que se
mencionó anteriormente, es explicar los condicionamientos
que caracterizan directamente a las organizaciones al servicio
del hombre, donde se incluyen las organizaciones de la
atención a la salud.
En este sentido, estas organizaciones particulares se distinguen
de otras burocracias por el hecho de que su materia prima es la gente,
así como también se destacan por las transformaciones
que tratan de producir en los beneficiarios.
Así pues, se puede establecer que estas organizaciones se
pueden clasificar de acuerdo a: el tipo de personas que atienden
(sus beneficiarios), y las tecnologías de
transformación (por ejemplo, los procedimientos y técnicas) que emplean para
provocar cambios en las personas que atienden; además se
puede mencionar que para asegurar que sus actividades sean
conducidas apropiadamente y de acuerdo con sus propósitos,
cada organismo establece una estructura interna, que define
la autoridad de cada persona y el mecanismo de
coordinación entre
ellas.
Del mismo modo los objetivos de éstas son indefinidos,
ambiguos y llenos de problemas, especialmente porque es mucho
más difícil estar de acuerdo en la forma de lograr la
realización de las necesidades del progreso y bienestar
anhelados por la gente que en transformar objetivos inanimados.
Además las actividades centrales de las organizaciones al
servicio del hombre consisten en relaciones entre el personal y los usuarios, las
cuales sirven como vehículo y como herramientas por medio de las
cuales la organización logra
jurisdicción sobre las personas, valora y determina sus
necesidades, trabaja para transformarlas, y cumple algunos de sus
resultados deseados.
De esta manera, ubicar a las instituciones prestadoras de
servicios de salud como organizaciones al servicio del hombre,
indica que es necesario considerar todos y cada uno de los rasgos
de su funcionamiento, entendiendo que estos organismos tienen
múltiples implicaciones con aspectos relacionados con la
cultura, la política y la economía, de donde parten la
características que estas deben mantener, para conocer las
condiciones bajo las cuales deben llevar a cabo sus
funciones.
Haciendo más referencia al aspecto cultural, este tipo de
organizaciones tienen un aspecto que a diferencia de las
demás, las caracteriza por tener que definir el término
de sistema de salud, que de acuerdo a su definición puede
ser descrito como el concepto de la población con respecto al
proceso salud-enfermedad, mismo que no es elaborado de diez
años a la fecha, por así decirlo, mismo que obliga a
encontrar la respuesta para que exista la búsqueda de los
servicios y el autocuidado de la salud; además se puede
decir que es la institución compuesta por seres humanos en
donde ocurre el proceso de búsqueda y el contexto
físico, social, económico y político; mismo que
implica esa serie de relaciones que se establecen bajo las cuales
explican el funcionamiento de la organización misma, para lo
cual debe entender a la población a la que atiende y con ese
fin enmarcar sus acciones.
Esta definición engloba todos los aspectos relacionados al
sistema de salud, aunque vale aclarar que la interpretación
debe admitir la forma en que el grupo social dominante entiende
lo que es salud y lo que es atención médica, y de esta
forma se organizarán los servicios.
En este sentido, las acciones que realizan este tipo de
instituciones requiere de la participación de todos y cada
uno de los elementos que la constituyen, mismos que necesitan ser
evaluados para conocer su funcionamiento, en el entendido de que
se busca que estos desempeñen sus acciones respectivas con
la finalidad de cumplir su rol establecido.
Entrar en materia de la evaluación de las organizaciones de
salud, implica hacer un análisis de la definición de
"evaluación" y principalmente de los proyectos sociales, dentro de los
cuales se encuentran estas.
"Evaluar es comparar de forma permanente y en un momento
determinado, lo que se ha alcanzado mediante una acción con lo que se
debería haber alcanzado de acuerdo a una programación
previa".
Si se analiza esta definición, se observa que lleva
implícitos tres elementos:
1. La existencia de una situación prevista que fue definida
previamente mediante el proceso conocido como
programación.
2. La existencia de una situación real en un momento
determinado, la que se ha configurado por medio de unas acciones
que se ejecutan.
3. Un proceso de comparación entre ambas situaciones para
llegar a determinar si son iguales o desiguales y conocer los
factores que han determinado la igualdad o desigualdad.
4. Así mismo la manera en que debe ser llevado a cabo este
proceso, en el entendido de que debe ser permanentemente.
En este sentido, se puede decir que la evaluación es un
enjuiciamiento analítico entre lo planteado y lo realizado,
que precisa el grado de éxito o fracaso de una
acción, comparando sus resultados con lo que se esperaba de
ella. Por lo tanto, una evaluación revela la efectividad de
las acciones emprendidas trayendo de antemano como consecuencia
una meta determinada.
La evaluación está consagrada al principio de la
utilidad. Según esto, no
se evalúa por el solo ejercicio intelectual de descubrir una
verdad oculta, sino que se hace porque de ahí se
derivará un mejoramiento en la marcha de un proyecto o su eliminación,
si es que éste aparece como la medida más
razonable.
Carol H. Weiss señala: el objeto es medir los efectos de un
programa por comparación
con las metas que se propuso alcanzar, a fin de contribuir a la
toma de decisiones
subsiguientes acerca del programa y para mejorar la
programación futura". De acuerdo con esta
interpretación, de las conclusiones a que se llega mediante
la evaluación, siempre debe desprenderse un conjunto de
medidas que influyen en la marcha de un proyecto. La
evaluación es parte, en consecuencia, del proceso racional
de toma de decisiones.
De esta manera, todos aquellos proyectos que sean encaminados a
la sociedad deben responder a una
evaluación que permita hacer un análisis exhaustivo
acerca de los alcances que se lograron y del cumplimiento de los
objetivos planteados, de forma tal que permita realizar una
retroalimentación para
mejorarlos y redefinir las acciones realizadas.
La evaluación de los sistemas de salud ha sido un aspecto
que ha estado latente en las
últimas décadas; aún a pesar de esto, no ha
alcanzado un espacio de vital importancia en la propia
práctica de la atención.
Es así, que a pesar de los logros realizados hasta la fecha,
siguen existiendo aspectos que sin duda pueden no ser abarcados
por el proceso de evaluación de los servicios, pero que sin
embargo, no dejan de ser analizados aunque de forma parcial.
Otro aspecto que hay que señalar, es que esta
evaluación no ha sido realizada en todos los espacios del
servicio de atención, salvo en algunos que representan desde
las políticas institucionales,
aspectos de mayor importancia encaminados a mejorar el servicio
en grupos poblacionales, que pudieran considerarse de riesgo.
Por otra parte, el contexto económico, cultural y social
ubican la necesidad de poder llevar a cabo esta
evaluación de las acciones encaminadas a mejorar el estado de salud del hombre;
en nuestro país existe esta necesidad entre otras cosas por
el incremento en la presión social hacia los
servicios de salud manifestada de manera evidente y de diversas
formas, ante la cual, por ejemplo, se ha establecido la
Comisión Nacional de Arbitraje Médico;
además un incremento en la presión que ejercen ahora
las compañías aseguradoras y los bancos sobre médicos y
hospitales para ofrecer servicios de mejor calidad al tiempo que se negocian
tarifas que se consideran razonables; una mayor competencia entre las
instituciones de salud del sector privado.
Además de la amenaza que perciben algunos prestadores de
servicios de salud frente a las instituciones de organizaciones
norteamericanas de establecerse en México; la expectativa que
ha generado la posible ampliación de la modalidad de
subrogación con reversión de cuotas del I.M.S.S., tanto
entre prestadores del sector privado, empresarios y en la propia
institución de seguridad social; y finalmente
la evidencia plasmada en los resultados de la Encuesta Nacional de
Satisfacción de los Servicios de Salud que llevó a cabo
la Fundación Mexicana para la Salud en 1994 y que refleja
que, para la población
mexicana, el principal problema de los servicios de salud
privados y públicos, es la "mala calidad"
En este sentido, es necesario que todas las acciones que son
desarrolladas por estos organismos sean sometidos a una
evaluación constante, con el fin de conocer y ubicar
qué papel están desempeñando y con qué
características están resolviendo los diferentes
problemas que en salud se les demandan, para poder así
implementar las medidas necesarias tendientes a reorganizar su
propia práctica en beneficio de la población a quien
dirigen su accionar.
Bajo este marco de análisis y con los puntos retocados, es
de suponerse que toda organización que se encuentre al
servicio del hombre debe en primer lugar tener una cultura con
respecto a una evaluación de sus funciones, haciendo
referencia a que este tipo de situaciones, intenta dar a conocer
cuál es el impacto que tiene en sus diferentes acciones, con
el fin de mejorarlas o bien de redefinirlas.
Pero es necesario hacer entender, que esta cultura a la que se
hace mención, necesita tener claro que debe ser en el mismo
sentido, haciendo caso omiso de lo referente a acepciones
personales, tendiente a una uniformidad en criterios y lo que es
principal, teniéndola como uno de los ejes que marquen su
accionar en el servicio de la población humana que hace uso
de los servicios que proporciona.
La metodología utilizada para
llevar a cabo el presente ensayo, consistió en el
reconocimiento de la explicación subjetiva de un grupo de
informantes clave de la propia institución, mismos que han
llevado acciones de carácter administrativo a
lo largo de la evolución histórica
que ha tendió la Institución. La técnica de
elección fue la etnografía, en el
entendido de que esta intenta describir aquellos aspectos de la
conducta que son más o menos
comunes y habituales de grupo, en el presente trabajo lo
referente a la concepción que como grupo de personas
pertenecientes a una institución con toda una
organización interna tienen en el sentido de la
prestación de los servicios de salud y con respecto a la
evaluación.
La forma como se llevó a cabo la recolección de la
información fue en dos
niveles, primero, se recopiló información
bibliográfica al respecto de lo que se busca y los
referentes teóricos al respecto de la información; en
segundo lugar se realizó una entrevista semiestructurada
con diez informantes clave, en el entendido de que se
consideraban claves por haber realizado funciones de
carácter administrativo en la Institución; a los cuales
se les pidió que mencionaran su opinión personal con
respecto a la interpretación que tienen con respecto al
término de la evaluación de los servicios de salud,
cuáles son los elementos que cree Usted que deban ser
evaluados durante la prestación del propio servicio; y la
última pregunta con respecto que si cada uno de ellos
consideraban que la evaluación de los servicios de salud que
se proporcionan son importantes para la institución y por
qué.
Una situación que fue importante para la realización
del presente trabajo, fue que estas preguntas fueron llevadas a
cabo pudiera decirse que de manera espontánea, ya que los
informantes clave no pudieron tener un análisis previo con
respecto a las mismas, sino que las contestaron en un sólo
momento.
Los resultados que se obtuvieron con respecto al presente
trabajo, versan de forma muy diferente con respecto a las
respuestas que dieron cada uno de los informantes clave, ya que
cada uno contestó de acuerdo a la concepción que cada
uno de ellos tiene con respecto a los elementos abordados.
En relación a esto, se observó que existen diversas
formas de concebir la evaluación de los servicios de salud
con todos los elementos que esto implica; a pesar de ser una
institución que brinda servicios de este tipo, y que por
consiguiente se diera un entendimiento más o menos
homogéneo con respecto a esto.
Es así como se presentan los resultados generales al
respecto, expresándolo primero de forma escrita, para luego
presentar un cuadro donde se intenta resumir las respuestas al
respecto. (Ver cuadro 1)
En relación a la primera pregunta, los diversos conceptos
estuvieron pincelados con respuestas que en ocasiones se vio un
desconocimiento al respecto, ya que las contestaciones expresaban
el nerviosismo que puede imperar en este tipo de preguntas.
Las respuestas a la primera pregunta versaron en relación a
que consideran varios no manejan un concepto acerca de este,
respondiendo que lo consideran como un proceso integral; algunos
que la definieron fue en relación a que constituye uno de
los indicadores objetivo que permite apreciar
el trabajo que se realiza en
la institución; verificación de la eficacia y la eficiencia, analizar la
prestación del servicio; como una categoría de
análisis y desarrollo práctico que tiende a realizar el
entendimiento y comprensión del funcionamiento interno de la
organización, así como también a que obedecen;
como un proceso que permite conocer el avance, identificar
problemas; la medición del impacto en
la comunidad; como un proceso donde participe un equipo
multidisciplinario.
Así mismo, hubo respuestas en donde se expresó a la
evaluación de los servicios de salud en analogía con la
concepción de la forma en que se realiza la evaluación
del aprendizaje; dividiéndolo en evaluaciones de
carácter diagnóstico, donde se
intenta saber donde se encuentra la institución; como
formativa para saber que se quiere al respecto; y como sumativa
para saber donde se está y para la planeación del futuro.
En relación a la pregunta que planteaba los elementos que
participan en este proceso, cada uno de los informantes clave
expresó una serie de elementos muy diferentes al respecto,
ya que mencionaron que era necesario evaluar la atención, el
trato interpersonal paciente-médico, los tratamientos
realizados, el costo de ellos; otros hablaron
acerca de evaluar los elementos que se encuentren concentrados en
el programa; la eficacia y la eficiencia de los tratamientos, la
calidad de la atención y el impacto, la relevancia, la
equidad y el beneficio que se
logra; el número de pacientes atendidos, los recursos humanos, físicos y
financieros; la funcionalidad del proceso de atención;
además aspectos relacionados con la ubicación del
paciente en relación a su realidad social y de esta forma
entender el proceso de salud-enfermedad, abordándolo desde
un enfoque multidisciplinario; otros mencionaron que era
necesario evaluar los aspectos relacionados a la formación
del alumno al respecto, ya que estos eran los que directamente se
encuentran al frente de los diferentes tratamientos que se
realizan, por lo tanto era necesario que estos estuvieran
formados adecuadamente para satisfacer las necesidades que la
población tenía con respecto a su salud bucal.
Las respuestas a la pregunta número tres, que solicitaba lo
relacionado a la importancia de la evaluación para la
institución, todos los informantes la consideran de
carácter importante, ya que todos mencionaron que era
necesaria e indispensable; lo interesante de la situación es
que todos fundamentaron situaciones muy coincidentes en algunos
casos, aunque en otros fue en otro sentido.
Al referirnos a esto, las respuestas del porqué de la
importancia de la evaluación, algunos argumentaron que era
importante para asegurar la calidad de la atención, para
conocer la morbilidad de las afecciones bucales, que debe ser
aplicada tanto a los servicios públicos como
privados; que para permitir ver el cumplimiento de la
función social de la institución; para la
retroalimentación de los programas, para la
evaluación del impacto, trascendencia, pertinencia de los
programas.
Otros opinaron que era necesaria para conocer el grado de avance
académico de los estudiantes en cuanto al otorgamiento de
los servicios, la actitud de los profesores y
personal de apoyo; conocer el alcance de los objetivos, mejorar
los contenidos curriculares de la institución; algunos otros
opinaron que era necesario para conocer la formación
"integral" que están teniendo los estudiantes.
Cuadro 1
Resumen esquemático de las respuestas proporcionadas por los
informantes clave con respecto al tema de la evaluación de
los servicios de salud
TEMA
INFORMANTES | Interpretación del | Elementos que participan en | Importancia para la |
Informante 1 | Proceso integral, donde se | Atención del paciente, | Son importantes, ya que |
Informante 2 | Indicador objetivo que | Son los elementos que se | Son importantes, porque |
Informante 3 | Verificación de la | Eficacia y eficiencia, | Definitivamente, ya que |
Informante 4 | Aspecto que se relaciona con | El tipo de atención que | Si, ya que es necesario |
Informante 5 | Categoría de | Eficacia, eficiencia, | Si es importante, ya que |
Informante 6 | Proceso permanente que | La forma de atención, | Es importante, ya que |
Informante 7 | Uno de los aspectos más | Funcionalidad de la | Es indispensable, en todos |
Informante 8 | Medir el impacto en la | Eficiencia y | Definitivamente, ya que es |
Informante 9 | Proceso integral que ha | Todo lo que implique el | Son importantes ya que es |
Informante 10 | Proceso permanente donde se | Toda la prestación del | Son importantes, ya que la |
FUENTE: Entrevista
Directa.
Como ha podido observarse, las
opiniones con respecto al tema de la Evaluación de los
Servicios de Salud, representa en la Institución uno de los
temas que son de mayor importancia para la misma desde el punto
de vista de las personas entrevistadas.
Pero aún así, vemos que a pesar de tener cada uno de
ellos un concepto personal al respecto, no existe una
unificación respecto del mismo.
Por lo anterior, y a pesar de las propias características
que tiene la institución de conjugar una triada de elementos
como son la Docencia, la Investigación y el Servicio,
reúne diferentes definiciones al respecto de la propia
evaluación y en especial del servicio de salud
odontológica que se proporciona.
Además es válido mencionar que en el caso de la
Institución, es una dependencia de una Universidad
Autónoma y Pública, en base a la cual las opiniones que
se tienen pueden variar en el sentido de las acepciones hechas de
la realidad por los integrantes de la misma.
Aún así, vemos que las concepciones varían
también en cuanto a la posición que han jugado cada uno
de los informantes en su paso por la Institución; pero a
pesar de esto podemos concluir que no existe una unificación
de criterios en cuanto al tema abordado.
Por lo tanto, podemos decir que no existe una cultura -en su
acepción más rígida de ser como se definió al
inicio: la "manera particular y diferenciada de un conjunto de
personas para ver, comprender y actuar, tanto en relación al
mundo en el que individual y colectivamente están inmersas,
como en relación a sí mismas, en tanto individuos y en
tanto colectividad", constituyendo el mapa en el que un grupo
humano codifica su diseño de vida- de la evaluación,
aunque se tengan las nociones generales, dadas por la propia
experiencia y formación, ya que se conceptualiza de manera
muy diferente a pesar de ser una práctica realizada en la
vida diaria en la institución, y en especial en esta que
forma recursos humanos en salud odontológica.
En este sentido, la cultura organizacional vista como la manera
particular y diferenciada de un conjunto de personas para ver,
comprender y actuar, tanto en relación a la propia
agrupación, sus objetivos, tareas, funciones e
interacciones; como en su contexto más amplio en el que
individual y organizacionalmente están inmersos, no cumple
con los requisitos necesarios para realizarla.
Es necesario pues, y a pesar de lo aquí planteado, que se
lleve a cabo lo necesario para que la institución transite
por un cambio, un cambio que permita
que los integrantes de esta tengan en cuenta y que además
conozcan cuáles son sus objetivos a seguir, además de
crear canales de comunicación en donde se
puedan unificar los criterios para establecer las metas a seguir
como organización prestadora de servicios de salud,
además de la formación de recursos humanos; esto con el
fin de lograr un mejor acercamiento a su misión, en tanto
organización al servicio del ser humano.
Ortega, Mariano. La cultura
organizacional. Centro de Desarrollo y Estudios Sociales y
Administrativos. Querétaro, Qro.: 1990.
Nigenda Gustavo y Langer, Ana. Métodos Cualitativos para
la Investigación en Salud Pública. Edit.
Amanuense. Cuernavaca, Mor.: 1995.
Ruelas Barajas, Enrique. Curso: Calidad de la Atención a la
Salud. "Presentación". Maestría en Ciencias de la Salud, Fac. de
Medicina Humana de la U.A.Z..
MIMEO. Octubre de 1996.
Espinoza Vergara, Mario. Evaluación de Proyectos
Sociales. Edit. HV Manitas. Buenos Aires, Argentina: 1983.
págs. 13-16.
Hansefield, Yeheskel. Organizaciones al Servicio del Hombre.
México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1990.
Págs.: 11-63.
Estudios realizados:
- Licenciatura en
odontología - Especialidad en docencia
superior - Maestro en ciencias de la
salud con especialidad en salud pública
Actividad
profesional:
- Catedrático por
oposición del área social y salud colectiva de la
facultad de odontología de la universidad autónoma de
zacatecas, méxico. - Responsable del centro de
investigación educativa
de la universidad autónoma de zacatecas,
méxico.
Titulo del
articulo:
- Cultura de la
evaluación de los servicios de salud en la facultad de
odontología de la universidad autónoma de zacatecas,
méxico.
Categoría del
artículo:
- Salud bucal
Palabras
clave:- Odontología
- Servicios de
salud - Evaluación
- Evaluación de servicios
de salud - Cultura
Autor:
Alfredo Salazar de Santiago