Sexo: La anorexia nerviosa se manifiesta
ligada al sexo
femenino de una manera rotunda, hay unanimidad en todos los
trabajos al considerar que el 90-95% son mujeres. En la tabla
3 se recogen aquellos estudios sobre una población superior a 100 individuos
donde queda manifiesta la preponderancia del sexo femenino en
esta patología. Se considera que en esta
predisposición intervienen más los factores
socioculturales que los de índole
biológica.
Nivel socioeconómico: Desde los
primeros trabajos, clínicos o epidemiológicos,
se manifiesta de forma explícita que la anorexia
nerviosa se presenta con mayor frecuencia en unos estratos
socioculturales concretos: altos y medio altos. En los
primeros trabajos de los años setenta destaca que es
superior la incidencia de este trastorno en las escuelas de
mayor nivel social. Más tarde se observó que si
bien hasta 1975 el 70.6% de las pacientes anoréxicas
pertenecían a las clases altas a partir de esa fecha
se reducían al 52%. Se considera que los cambios de
distribución de la enfermedad hay que
atribuirlo a las actitudes
de los adolescentes, independientemente de la clase
social, hacia la comida, la sexualidad, la imagen
corporal y el peso. El nivel de exigencia y la disponibilidad
de alimentos son
similares entre los miembros de diferentes clases.
Educación: La mayoría de los
autores y de forma unánime consideran que las
pacientes anoréxicas son muchachas con un buen
rendimiento intelectual, que tienen éxito en sus estudios y que por
pertenecer a clases medias y altas pueden desarrollar estas
capacidades; estas características unidas a la
autoexigencia, perfeccionismo y deseo de agradar a los
demás se interpreta habitualmente como un marco
adecuado donde desarrollar el trastorno.
El desarrollo
de las sociedades
occidentales, que ha elevado el nivel de vida de la
mayoría de la población, garantizando unos
niveles suficientes de subsistencia, y la
educación a la mayoría de los
jóvenes ha propiciado un aumento del grupo de
riesgo.
La población joven de estas sociedades
occidentales tiene muchos puntos en común: programas
educativos similares e intereses culturales comunes: moda,
música, cine etc.,
que les hace por un igual susceptibles frente a la presión cultural de los estereotipos
culturales, "la cultura de
la delgadez y el éxito a través de una figura
atractiva". Se observa que la incidencia de estos trastornos
ha aumentado en países como el nuestro, que en las
tres últimas décadas, se ha incorporado al
grupo de sociedades occidentales mas progresistas. En la
actualidad ya se esta observando como los países del
este al adoptar el modo de vida, en lo político y
cultural, occidental detectan un progresivo aumento de
trastornos alimentarios.
Criterios (DSM IV)
Rechazo a mantener el peso normal por igual o por
encima del valor
mínimo normal considerando la edad y talla. Por
ejemplo pérdida de peso que da lugar a un peso
inferior al 85% del que corresponde. O fracaso para conseguir
el aumento del peso normal durante el período de
crecimiento, resultando un peso corporal inferior al 85% del
peso.
Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso,
incluso estando por debajo del peso normal.
Alteración en la percepción del peso, o la silueta
corporales, exageración de su importancia en la
autoevaluación o negación del peligro que
comporta el bajo peso corporal.
En las mujeres postpuberales, presencia de
amenorrea; por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos
menstruales consecutivos (Se considera que una mujer
presenta amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen
únicamente con tratamientos hormonales).
Tipo restrictivo: Durante el episodio de anorexia
nerviosa el individuo no recurre regularmente a los atracones
o las purgas (Vómitos,
laxantes, diuréticos o enemas).
Tipo purgativo: Durante el episodio de anorexia
nerviosa el individuo recurre regularmente a los atracones y
las purgas (Vómitos, laxantes, diuréticos o
enemas).
Criterios (ICD-10)
El diagnóstico de la anorexia debe hacerse
de modo que deben estar presentes todas las alteraciones
siguientes:
A. Pérdida significativa de peso
(índice de masa corporal o de Quetelet1 de
menos de 17.5). Los enfermos pre-púberes no pueden
experimentar la ganancia de peso propia del período de
crecimiento.
B. La pérdida de peso está originada
por el propio enfermo a través de: 1/ evitación
de consumo de
alimentos que cree que "engordan" y por uno o más de
uno de los síntomas siguientes: a/ vómitos
autoprovocados, b/ purgas intestinales, c/ ejercicio
excesivo, d/ consumo de fármacos anorexígenos o
diuréticos.
C. Distorsión de la imagen corporal, se
caracteriza por la persistencia, con el carácter de idea sobrevalorada intrusa,
de pavor ante la gordura o flacidez de las formas corporales,
de modo que el enfermo se impone a sí mismo el
permanecer por debajo de un límite máximo de
peso corporal.
D. Trastorno endocrino generalizado que afecta al
eje hipotálamo-hipofisario-gonadal
manifestándose en la mujer como amenorrea, no se
considera menstruación si se utilizan hormonas
sustitutorias, y en el varón como una pérdida
del interés y de la potencia
sexuales.
También pueden presentarse concentraciones
altas de hormonas del crecimiento y de cortisol, alteraciones
del metabolismo periférico de la hormona
tiroidea y anomalías en la secreción de
insulina.
E. Si el inicio es anterior a la pubertad, se
retrasa la secuencia de las manifestaciones de la pubertad, o
incluso ésta se detiene (cesa el crecimiento; en las
mujeres no se desarrollan las mamas y hay amenorrea primaria;
en los varones persisten los genitales
infantiles).
CRITERIOS CLINICOS
Las alteraciones conductuales de la Anorexia
Nerviosa se inician cuando las pacientes comienzan su dieta
restrictiva, en muchas ocasiones es difícil para los
familiares delimitar el punto exacto en que la paciente pasa
de una dieta moderadamente baja en calorías a otra francamente
hipocalórica.
La progresiva restricción alimentaria
despierta la alarma de la
familia, la paciente intenta mantener oculta la conducta
de rechazo a la comida utilizando diferentes subterfugios,
dice que no tiene apetito, o que ya ha comido a otras horas.
En realidad, malcome a solas, tira la comida, la esconde o
simplemente se enfrenta a la familia
manteniendo tercamente su escasa dieta.
También se alteran las formas de comer, las
anoréxicas, generalmente ordenadas, pulcras y
educadas, parece que olvidan las normas
sociales relativas a la mesa, se puede observar como utilizan
las manos, comen lentamente, sacan comida de la boca para
depositarla en el plato, la escupen, la desmenuzan y terminan
estropeando los alimentos.
Es paradójico que este rechazo de la
anoréxica por la comida se acompañe, en
ocasiones, por el deseo de que el resto de la familia se
alimente bien, algunas de ellas cocinan de forma excelente
para los demás mientras ellas malcomen aparte. Se
pueden convertir en expertas en cuestiones dietéticas
y coleccionar de forma casi obsesiva todo tipo de
menús y dietas.
Pero a veces la dieta restrictiva no es suficiente
para conseguir el peso deseado, entonces la anoréxica
descubre otras armas para
conseguir su objetivo,
y al malcomer se suman los vómitos, los laxantes o
diuréticos y el ejercicio exagerado. Se vomita
después de comer a escondidas, y de no poder
hacerlo en el lavabo se guardan los vómitos en
cualquier rincón, esperando la ocasión propicia
para deshacerse de ellos.
Como la restricción de la alimentación
provoca constipación la anoréxica se hace
habitual del uso de los laxantes. La exagerada sensibilidad
para detectar sensaciones internas, como hemos comentado
anteriormente, hace que no toleren sentirse o pensar que
están con el aparato
digestivo ocupado. El uso y abuso de los laxantes cumple
dos objetivos:
por un lado combatir el estreñimiento, en realidad su
uso potencia la constipación, y por otro vaciar lo
antes posible el aparato digestivo para pesar cada vez menos
y sentirse más ligeras.
Otra conducta peligrosa por parte de las
anoréxicas es la utilización de
diuréticos, ya sea por las alteraciones de la dieta,
por la hipoproteinemia o por los problemas
circulatorios algunas anoréxicas pueden presentar
edemas, que combaten con diuréticos, la mala
utilización de estos fármacos provoca graves
trastornos electrolíticos.
Una alteración conductual que se da en la
mayoría de estas pacientes, al pretender bajar de
peso, es la hiperactividad.
En muchas ocasiones, sin embargo, la razón
para permanecer en pie se debe no al deseo de consumir mas
calorías sino al hecho de que al sentarse ven sus
muslos y caderas más anchos.
Al principio estas actividades son practicadas de
forma manifiesta pero cuando la familia se alarma lo hacen de
forma oculta. La hiperactividad es uno de los mayores
obstáculos una vez iniciado el tratamiento, las
pacientes se resisten a dejar de hacer ejercicio,
especialmente cuando se ven asaltadas por los pensamientos
referidos a su ganancia de peso.
Es decir, están alterados los
siguientes aspectos
* Conducta alimentaria
0* Hiperactividad
* Comportamiento familiar
* Conducta social
* Respuesta conductual a la
psicopatología
Es preciso abrir los ojos ante ciertos
comportamientos como:
•Hacer deporte en exceso y
tener preferencia por los alimentos light.
•Tener un estado de
ánimo triste con grandes cambios de humor y aislarse
continuamente.
•En relación con los alimentos: hacen
trozos pequeños, los esparcen por el plato, revuelven
la comida, la secan con servilletas para evitar todo tipo de
grasa.
•Padecen estreñimiento debido a su
escasa dieta y tiene dificultades para dormir
bien.
CONDUCTA
La aparición de estas enfermedades
relacionadas con la alimentación se dan especialmente
en la adolescencia, entre los 14 y los 20 años, ya que
es una etapa en la que el cuerpo se está desarrollando
y cambiando abruptamente y la imagen mental que tenemos del
propio cuerpo es más lenta que su evolución biológica.
La responsabilidad de un adolescente enfermo
recaiga sobre la publicidad
y los medios,
que muestran modelos
perfectos del hombre y
la mujer, delgados y bellos, o sobre la misma familia, pero
lo cierto es que ambos núcleos sustentan, por
así decirlo, la evolución que realiza la
enfermedad en un adolescente en plena formación
física
y psíquica, y son a la vez quienes pueden ir
erradicando la enfermedad de quienes la padecen y de la
sociedad toda.
Es una enfermedad familiar que tiene como
síntoma a uno de sus miembros padeciendo bulimia o
anorexia.
Se deben aceptar como enfermedades que se originan
en el seno mismo de la familia, y que pueden actuar como
síntoma de conflictos
internos, personales y de tensiones en las interrelaciones
padres-hijos-hermanos.
Esta problemática bio-psico-social debe
alertar a los adultos en general y a los padres en especial
acerca de los adolescentes inmersos dentro de los
pseudomodelos y valores
vigentes en nuestra cultura de hoy. Adultos y padres que
muchas veces actúan ciegamente o simulan estar ciegos
ante situaciones dolorosas de este tipo, aun más
cuando se trata de padres con respecto a una hija o un hijo,
una no-aceptación de su padecer, de su
sufrimiento.
No hay que negar lo que sucede, hay que asumir la
situación, sentirse parte de ella y actuar en
consecuencia.
QUÉ SE DA, EN GENERAL, EN LA ADOLESCENCIA?
DEFENDERSE DE LA ENFERMEDAD
La televisión, el cine, las revistas, la
publicidad, tienden a identificar éxito, belleza y
aceptación social con cuerpos delgados e inducen a muchos
adolescentes con problemas de inseguridad o
confianza a obsesionarse por conseguir ese cuerpo
escuálido que se nos vende como modelo de
perfección.
En los países desarrollados, el 80% de las
mujeres ha estado alguna vez a dieta; y es que en la sociedad
moderna continuamente nos están bombardeando con la idea
de que la delgadez es moda; que con un cuerpo esbelto obtendremos
éxito.
No hay que olvidar que mantenerse en forma combinando
deporte con una dieta sana y equilibrada es incluso beneficioso,
pero lo que debemos impedir es que la delgadez se convierta en
una obsesión que nos lleve a enfermar, o a la anorexia o a
la bulimia.
Las claves para prevenir estas enfermedades
son:
•Que la publicidad y el estereotipo que se nos
propone no menoscabe la seguridad en
nosotros mismos.
•Consultar con un especialista antes de iniciar una
dieta; sobre todo si se está en fase de
crecimiento.
•Acudir al médico en cuanto se empiece a
detectar una pérdida desproporcionada de peso.
•Solicitar ayuda psicológica para el enfermo
y la familia.
•Comiendo sano y haciendo ejercicio de forma
adecuada, permitirás a tu cuerpo mantenerse en el peso que
necesita.
•Aprender a gustarte tal y como eres te
ayudará a aceptar tu "peso natural".
•Si lográramos llegar a aceptarnos como
somos los unos a los otros todo el mundo sería más
feliz, salvo la industria
dietética que perdería todo un negocio de miles de
millones de dólares.
Para ver el gráfico seleccione la
opción "Descargar" del menú superior
Abrehan, Susan y otro. Anorexia y bulimia. Desorden
alimenticio. Ed. Alianza.
Duker, Marilyn y Slade, Roger. Anorexia nerviosa y
bulimia. Ed. Limusa.
Hirschmann, Jane y Hunter, Carol. La obsesión
de comer. Ed. Paidos.
Levenkron, Steven. Malos hábitos. Ed.
Grijalbo.
Martín-Fornes, Santiago. La obsesión
por adelgazar. Ed. Espasa Calpe.
www.adolescentesxlavida.com.ar
Nelson R. Larrea Valencia
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