Indice
1. Don
Miguel Samper Agudelo
2. Empresa de energía
eléctrica de Bogotá
3. Samper Brush &
CÍA.
4. La Constitución De "Samper
Brush & Cía." – 1896
5. Nace La "Compañía De
Energía Eléctrica De Bogotá" –
1904
6. La compañía de cemento
Samper
La empresa que
actualmente gira bajo la razón social de Manufacturas de
Cemento S.A.
tiene su origen remoto en la actividad creadora y el ejemplo de
espíritu público que don Miguel Samper Agudelo
legó a sus hijos, los hermanos Samper Brush, durante la
segunda mitad del siglo XIX
Hacia 1900, Miguel Samper estaba poniendo en operación
una empresa de
generación hidroeléctrica en Bogotá. En
1909, sus hijos Santiago, Antonio y José María
Samper Brush emprendieron la construcción de una fábrica de
cemento. Este era un producto de
lujo, que se importaba y se vendía por cucharadas para
trabajos de extrema delicadeza. Cementos Samper gozaría de
una posición de privilegio en el mercado nacional
durante las décadas siguientes. Las sucesivas oleadas
urbanizadoras garantizaron su crecimiento casi interrumpido,
afectándose en forma mínima por las crisis
económicas.
Y que el año 1909, fue una fecha histórica para
esta familia, debido
que con los hijos de don Miguel Samper Agudelo iniciaron en el
municipio de la Calera, a pocos kilómetros al nordeste de
Bogotá, la extracción industrial de piedra caliza
destinada a la producción de cemento, con la cual se
abasteció la planta que inicialmente fabricó este
producto, situada en lo que hoy es el centro de la capital. En
esta forma nació en Colombia la
industria del
cemento, producto indispensable para la construcción de la
infraestructura y para el desarrollo de
un país. Durante este ya largo periodo la
compañía fundada por los hermanos Samper Brush
creció y se transformó, venciendo innumerables
obstáculos y dificultades, hasta convertirse en la
sociedad
denominada hoy "Industrias e
Inversiones
Samper, S. A.", con cerca de 1600 accionistas, conocida
ampliamente en el país y también, dentro de su
especialidad, en el exterior.
En abril de 1982 esta compañía puso en servicio el
mayor conjunto industrial del sector privado realizado hasta hoy
en Colombia; el costo total de
esta grandiosa infraestructura, que consta de dos nuevas plantas, la que
produce clinker en "la Esperanza" y la que fabrica el cemento en
"Santa Rosa", las cuales se encuentran ubicadas en el municipio
de la Calera, incluida su infraestructura, ascendiente
aproximadamente a la suma de $9600 millones de pesos de los
cuales el 20% está constituido por obras de beneficio
directo a la comunidad.
Al estudiar como la familia
Samper se ha desenvuelto e involucrado en los procesos
industriales y empresariales del país; en primera
instancia se observa el desenvolvimiento que ha tendido su
organización Industrias e Inversiones
Samper S.A.; no solamente porque fueron miembros de ella, sino
que a su vez vieron la forma como proyectar y ejecutar la
construcción en la primera fabrica de cemento en
Bogotá, hay que resaltar que esta actividad comercial ya
tenia un predominio en La Sabana y así mismo en
Bogotá, cuando comenzaron a funcionar como sí.
De igual manera se involucro en los aspectos sociales del pais ya
que el 18 de Octubre de 1899 Colombia sufrió lo que se
llamo La Guerra de los
Mil Días entre los partidos Liberal y Conservador; la cual
fue una de las confrontaciones bélicas más cruentas
de la historia
nacional, siendo la batalla de Palonegro en Santander la
más sangrienta de todas, esta se dio del 11 al 26 de Mayo
de 1900. Mientras tanto en Bogotá, los
Señores Santiago Samper, Hipólito Machado,
Nicolás Buendía, Lisandro Reyes y José
María Montoya, emulando la actuación que en
conflictos venia haciendo una entidad
conocida a nivel internacional, como CRUZ ROJA.
Se dieron a la tarea de organizar unas ambulancias, con su
correspondiente personal de
médicos en ejercicio y practicantes, farmaceutas, mujeres
vestidas de enfermeras y hermanas de la caridad y la ofrecieron
al Gobierno con el
nombre de CRUZ ROJA para socorrer a los heridos y enfermos en el
campo de Batalla. Igualmente otros filántropos Bogotanos
congregados en la casa de la familia Samper Brush, recogieron
socorros, para atender a las victimas de ambos
ejércitos.
Mientras tanto en Bogotá, los Señores Santiago
Samper, Hipólito Machado, Nicolás Buendía,
Lisandro Reyes y José María Montoya, emulando la
actuación que en conflictos venia haciendo una entidad
conocida a nivel internacional, como CRUZ ROJA organizaron unas
ambulancias, con su correspondiente personal de médicos en
ejercicio y practicantes, farmaceutas, mujeres vestidas de
enfermeras y hermanas de la caridad y la ofrecieron al Gobierno
con el nombre de CRUZ ROJA para socorrer a los heridos y enfermos
en el campo de Batalla.
En 1913 el Dr. Adriano Perdomo propuso en un Congreso Medico
Nacional reunido en Bogotá, la creación de La Cruz
Roja Colombiana. Posteriormente Don. Joaquín Samper, el
Teniente Coronel Luis Acevedo y el Dr. Hipólito Machado
continuaron adelantando gestiones y así el 20 de Julio de
1915 en el teatro Colon de
Bogotá se inauguro la Sociedad Nacional de la Cruz Roja
Colombiana, la cual fue reconocida por el Gobierno de la
República de Colombia, siendo su Presidente el Dr.
José Vicente Concha mediante Personería
Jurídica otorgada por las Resoluciones Jurídicas
del 22 de Febrero d
1916 y posteriormente la del 6 de Noviembre de 1928, emanadas del
Ministerio de Gobierno e igualmente por Resoluciones N°11792
del 12 de Agosto de 1988 y N° 001682 del 9 de Marzo de 1993
por el Ministerio de Salud.
En los aspectos económicos se encontró que a
mediados de julio se supo en Bogotá lo que ya se
sabía de mucho antes: el gobierno era incapaz de
reimplantar la circulación metálica, y aunque
tuviera la capacidad, carecía de la voluntad para hacerlo;
debido que la política que se
manejaba en ese momento del curso forzoso llevaba la marca de lo
irreversible.
Lo anterior llevo a complicar las finanzas de R.
Silva e Hijo; se encareció en más de un cien por
ciento el precio del oro
y de la plata, y el de las letras sobre el exterior. R. Silva e
Hijo se encontró sin liquidez para operar y a punto de
suspender sus pagos. José Asunción hubo de apelar
al crédito
draconiano de los usureros particulares. La mayoría de sus
ventas,
efectuadas al fiado, formaban una cartera voluminosa e
inválida, que los bancos se negaron
a descontar. La crisis del comercio de
Bogotá se precipitó con el anuncio de la quiebra del
River Plate Bank de Buenos Aires, que
puso a temblar al mundo.
A la confusión económica, espoleada por el curso
forzoso y por la prohibición absoluta de estipular, se
agregó en Colombia la tempestad política,
desencadenada por la ruptura entre el Presidente titular, Rafael
Núñez, y su posible sucesor, el jefe del Partido
Conservador, general Marceliano Vélez.
En actitud
triunfalista, el general Vélez envió un telegrama
jactancioso que sacó de quicio al doctor
Núñez, quien reviró con otro telegrama para
desautorizar el del general Vélez y excluirlo como su
candidato a la Vicepresidencia. Don Miguel Antonio Caro, que
detrás de su cobertura de gramático manejaba con
sabiduría los hilos de la política, emergió
como el nuevo candidato del doctor Núñez. El
conservatismo se dividió en conservadores
históricos, que seguían al general Vélez, y
en conservadores nacionalistas, que apoyaban al señor Caro
y a la Regeneración. La ruptura abrupta entre
Núñez y Vélez incrementó en la
ciudadanía los temores de una revuelta armada por parte de
los relistas, y entre septiembre y octubre se paralizaron los
negocios.
En Bogotá se mantenía a flote, en creciente
prosperidad envidiada, el almacén de
R. Silva e Hijo; pero la pujanza comercial de Silva, si no
lograba cobrar su cartera, sonaba a fantasía. El
vencimiento de sus obligaciones ,
que pasaban de los doscientos mil pesos, ladraba amenazador.
Observemos el itinerario cronológico del endeudamiento y
quiebra de José Asunción Silva.
El 12 de agosto acepta tres letras a favor de Camacho
Roldán y Tamayo, por valor de 8.
850 francos cada una; 1 el 19 de octubre acepta una letra a favor
de los mismos por 495. 80 francos;2 y otra por 5.934.75 francos;3
el 22 de julio le gira a Matías De Francisco un cheque por
$1.000;4 el 24 de octubre recibe a mutuo de Miguel Samper Brush,
gerente de la
firma Miguel Samper e Hijos, la suma de $2.000;5 el 27 de octubre
gira una letra a favor de Delfín Álvarez U., en
Honda;6 el 4 de noviembre firma en la Notaría Cuarta un
documento por el cual se compromete a cancelarle a Manuel Samper
Brush el préstamo de $2.000, así: $1.000 el 13 de
noviembre y $1.000 el 30 de noviembre;7 el 7 de noviembre
Matías De Francisco le protesta por falta de fondos el
cheque que José Asunción le había girado el
22 de octubre;8 el 10 de noviembre van al almacén de R.
Silva e Hijo a notificar el protesto, por falta de pago, de la
letra girada a Delfín Álvarez U., de Honda.
Como el propietario, José Asunción Silva, no estaba
presente, se notifica del protesto el dependiente del
almacén, Julio Villar Gómez;9 el 21 de noviembre,
José Asunción Silva rechaza el pago de una letra a
favor de Henry Hallam y Joaquín León, de Honda, y
declara que el almacén de R. Silva e Hijo "ha suspendido
sus pagos".10 El 22 de noviembre, José Asunción
otorga al doctor Francisco Montaña "poder amplio y
suficiente para que les cobre a mis
deudores y arregle con mis acreedores";11 el 5 de diciembre
Joaquín Camacho Tamayo le protesta varias letras por falta
de pago;12 el 12 de diciembre R. Silva e Hijo se reconoce deudor
de David Migdlay, de Manchester, por la suma de 995 libras
esterlinas por distintos pedidos de mercancías;13 el 13 de
diciembre, José Asunción resuelve declarar la
quiebra de R. Silva e Hijo, y el 14 envía al Banco de
Bogotá una solicitud de revisión de la contabilidad
de dicha firma, con el objeto de comprobar que no había
dolo alguno en su bancarrota.14 Esta era una operación de
rutina en tales casos, y no el preludio de una tragedia, como
dice en tono hiperdramático don Camilo de Brigard
Silva.15
El 15 de diciembre, y por consejo legal del doctor Francisco
Montaña, con el propósito de evitar que los
acreedores de R. Silva e Hijo cayeran sobre los bienes de la
familia, doña Vicenta Gómez de Silva
presentó un memorial al Juzgado 3o del Circuito en
solicitud de que se le nombrara heredera de su hija Elvira, y
José Asunción pidió al mismo Juzgado que se
nombrara a Julia Silva heredera de su hermana Elvira, dentro del
proceso
seguido para el juicio de sucesión de Ricardo Silva Frade
y de Elvira Silva Gómez.16 El último aviso del
almacén de R. Silva e Hijo se publicó el 17 de
diciembre.17
El 18 de diciembre Joaquín Camacho Tamayo le
protestó otra letra a José Asunción, girada
por Vengoechea y Cía. de Barranquilla, por $1.145.95, "por
falta de pago".18 No hubo más letras protestadas en esas
navidades infelices de 1891, año fatídico que
había comenzado con la muerte de
Elvira Silva y terminado con la muerte de R.
Silva e Hijo.
José Asunción llevó el 20 de diciembre a
Vicenta y a Chulita a visitar el Pesebre de Antonio Espina Frade.
El Pesebre Espina era un espectáculo portentoso.
Bogotá no ha conocido uno semejante, ni conocerá
otro igual. Un pesebre, animado por actores, en un escenario
cinematográfico diseñado con ingenio soberbio, se
convierte en vehículo de chispeante, "delicada y oportuna
crítica social".19
Por la noche del 20, Silva, su madre y su hermana estuvieron a
comer en casa de los esposos Portocarrero Ponce. La anfitriona,
Rosa Ponce de Portocarrero, pintora y colorista, anhelaba
escuchar el juicio crítico de José Asunción
sobre una reproducción que acababa de hacer del
Angelus de Millé. Pasaron una velada amena, y esa noche
José Asunción colocó en un artículo
los conceptos que le dijera de palabra a la señora Ponce
de Portocarrero.20
El 22 los tres sobrevivientes de la familia Silva Gómez
viajaron a Chantilly, donde, acompañados por Helena
Miralla, pasaron la navidad y el
año nuevo. Cuando se devolvieron a Bogota, el 6 de enero,
Helena Miralla le entregó a José Asunción el
recuerdo que escribió sobre Elvira, la noche luctuosa del
11 de enero de 1891.21
2. Empresa de energía
eléctrica de Bogotá
Los hermanos Samper Brush, hijos del consagrado
estadista don Miguel Samper, fueron conscientes de las
necesidades energéticas de la ciudad; no sólo de la
necesidad de un sistema de
alumbrado, sino de la importancia de la introducción de un sistema eficaz y
económico de fuerza. Los
Samper conocían muy bien tanto las antiguas experiencias
de producción de energía en Colombia como los
modelos de
producción energética que se imponían en
Europa y Estados Unidos;
contaban con recursos propios
para hacer los negocios con sus propias reglas, tenían la
experiencia estratégica de sus anteriores actividades
comerciales y la habilidad en la gestión
heredada de años de trabajo con su padre. A través
de la Empresa Hijos
de Miguel Samper Brush & Cía. o la
Compañía de Energía Eléctrica de
Bogotá, entre otras, pusieron de manifiesto no sólo
esa conciencia de las
necesidades públicas y privadas, sino también la
conciencia del empresario que vio la posibilidad de organizar un
muy rentable negocio a la vez que prestar un importante servicio,
y mostraron así un civismo que los obligó a
arriesgar el capital privado en aras de la solución de un
problema social.
Desde la fundación en 1896 de la empresa familiar de los
hermanos Samper Brush, pasando por la consolidación de una
Compañía que fue modelo en el
país, para terminar en el momento en que esta se
unió con la competencia, la
Compañía Nacional de Electricidad,
para establecer, en 1927, las Empresas Unidas
de Energía Eléctrica-EUEE.
El sistema eléctrico implementado por los Samper, desde
sus antecedentes en la última década del siglo XIX
hasta 1927, año en que se constituyó una nueva
empresa con otra forma de administración, represento una evolución tecnológica en la rama
industrial del pais; para esto se necesitada un gran aporte de
capital las cuales son reveladas gracias a los testimonios de las
actas de la Junta Directiva de la Compañía y de
algunos archivos de
correspondencia con los más diversos remitentes,
así como papeles comerciales, hojas sueltas y notas
técnicas y de prensa de la
época, década del siglo XIX hasta 1927, año
en que se constituyó una nueva empresa con otra forma de
administración.
El inicio o el preliminar de esta empresa de gran
importancia para el crecimiento y la importancia de la capital
colombina comenzó a mediados del año 1892, gracias
a Julio Jones Benítez, que había adquirido
experiencia organizando el servicio de alumbrado por medios
hidráulicos en Bucaramanga, propuso a la municipalidad de
Bogotá la instalación de un sistema de alumbrado
público y domiciliario aprovechando la fuerza del Salto
del Tequendama mediante la instalación, en ese lugar, de
una planta hidroeléctrica. Este modelo de propuesta
seguramente sirvió a Santiago Samper para comenzar a
proyectar la instalación del servicio de alumbrado
sirviéndose de la fuerza hidráulica de la
caída en mención.
Ya para este momento, la ciudad y el país entero
conocían de sobra las ventajas del alumbrado
eléctrico que, como se vio en capítulos anteriores,
se encontraba en un acelerado avance técnico y en pleno
auge en las principales ciudades de Europa y Estados Unidos. Sin
embargo, a la propuesta de Jones y a los proyectos de
Samper ya se les había adelantado el impulso de la
Compañía Ospina Hermanos, que fue comentado en un
capítulo anterior. Se había tratado del contrato firmado
por el Gobierno Nacional, en 1889, con la Compañía
de los Hermanos Ospina & Espinosa Guzmán quienes, con
ayuda de la banca y del
capital de la familia Carrizosa, constituyeron luego, en 1891,
The Bogotá Electric Light Co.
La novedad de esta compañía radicó en que
introdujo en la ciudad la electricidad como fuente de
energía para el alumbrado valiéndose del calor. Sin
embargo, el montaje del sistema resultó
problemático, por cuanto implicó el transporte, en
mula desde Honda, de unas turbinas que fueron las encargadas de
la producción eléctrica. Dichas turbinas eran
movidas por calor y el abastecimiento de carbón en la
época no sólo fue dispendioso, sino que
resultó insuficiente. La mala calidad y o la
escasez del carbón obligaron a suplir ese combustible, al
menos parcialmente, por leña que, como consecuencia de la
importancia que adquirió en el proceso, subió de
precio, comenzó a escasear y, lo más grave, no
solucionó el problema de baja presión de
las turbinas encargadas de mover los dínamos. Como la
presión en las turbinas era baja, los dínamos
perdían velocidad,
bajaba el flujo y el servicio se hizo no sólo con
permanentes oscilaciones sino que, aún más grave,
era un servicio intermitente. The Bogotá Electric Light
Co. se enfrentó con un público que exigió
mucho de la empresa, con los altos costos de las
soluciones
previstas para responder al problema de la presión y con
la poca rentabilidad
del negocio. Estos factores, además de hacer tambalear la
existencia de la Compañía, hicieron prever un
primer gran apagón de la ciudad.
En este panorama de crisis comenzó a circular en la
Bogotá de 1896 la noticia de que los hermanos Samper
Brush, liderados por Santiago, pretendían introducir un
nuevo sistema de alumbrado eléctrico que no tendría
su esencia en el calor del carbón que movía una
turbina, sino en la fuerza hidráulica del río
Bogotá, y que dicha fuerza se transportaría hasta
la ciudad. En este momento, comenta René de la Pedraja,
"surgió la propuesta legislativa de comprar la
electricidad a los Samper para seguir prestando el servicio de
alumbrado, pero era obvio que no se aceptaría"
El rumor que circuló en la ciudad estuvo bien fundado,
pues ya el Concejo había publicado el Acuerdo 21 de 1895
en el que se aprobó un "contrato sobre provisión de
energía eléctrica a la ciudad". Al hacer al Concejo
de la ciudad el requerimiento de un permiso para instalar este
servicio, Santiago Samper se enfrentó con la inestabilidad
política y económica del país, con la
incipiente labor adelantada por The Bogotá Electric Light
Co. y con la experiencia aprendida de ese fracaso, pero sobre
todo buscó responder, de manera oportuna y efectiva, a los
clamores de la ciudad.
4. La Constitución De "Samper Brush &
Cía." – 1896
El 22 de abril de 1896 un funcionario del Ministerio de
Hacienda, Gutiérrez Rubio, le comunicó oficialmente
a Santiago Samper que en el Nº 710 del Registro
Municipal, correspondiente al 15 de febrero, se publicó el
Acuerdo 21 de 1895, sobre "provisión de energía
eléctrica a la ciudad" y que, como consecuencia de ello,
tal contrato se debía elevar a escritura
pública, a la mayor brevedad posible, por lo que
solicitó se indicara "qué día puede
otorgarse la escritura". Sólo hasta el 14 de Agosto de
1896 se reunió por primera vez la Junta de Socios de
Samper Brush & Compañía, con asistencia de los
hermanos Manuel, Antonio, Joaquín y Santiago Samper, en
calidad de gestores, y Abelardo Arias como comanditario. Ese
día acordaron unánimemente 9 puntos que
servirían de base al desarrollo de la nueva
Compañía:
1. Entregar a cada socio una copia simple de la escritura de
asociación, otorgada el día anterior, la
número 1626, del 13 de agosto de 1896, de la
Notaría Segunda de Bogotá.
2. Ordenar que los capitales de socios gestores se elevaran a
veinte veces la cuota suscrita en la escritura y la de Abelardo
Arias en diez veces, de tal manera que cada socio tuviera un
capital de $30.000 y Arias de $5.000.
3. Que se imprimieran en papel de C.
Millington (Londres, 1883) los recibos de que habla la
cláusula 5ª de la escritura.
4. Que los capitales suscritos en la escritura y el aumento
acordado, que los socios tenían en poder de la empresa
Miguel Samper e Hijos, se abonaran por estos a Samper Brush &
Compañía y se otorgaran recibos a los socios
gestores. LA CONSTITUCIÓN DE "SAMPER BRUSH &
CÍA." – 1896
El 22 de abril de 1896 un funcionario del Ministerio de Hacienda,
Gutiérrez Rubio, le comunicó oficialmente a
Santiago Samper que en el Nº 710 del Registro Municipal,
correspondiente al 15 de febrero, se publicó el Acuerdo 21
de 1895, sobre "provisión de energía
eléctrica a la ciudad" y que, como consecuencia de ello,
tal contrato se debía elevar a escritura pública, a
la mayor brevedad posible, por lo que solicitó se indicara
"qué día puede otorgarse la escritura". Sólo
hasta el 14 de Agosto de 1896 se reunió por primera vez la
Junta de Socios de Samper Brush & Compañía, con
asistencia de los hermanos Manuel, Antonio, Joaquín y
Santiago Samper, en calidad de gestores, y Abelardo Arias como
comanditario. Ese día acordaron unánimemente 9
puntos que servirían de base al desarrollo de la nueva
Compañía:
1. Entregar a cada socio una copia simple de la escritura de
asociación, otorgada el día anterior, la
número 1626, del 13 de agosto de 1896, de la
Notaría Segunda de Bogotá.
2. Ordenar que los capitales de socios gestores se elevaran a
veinte veces la cuota suscrita en la escritura y la de Abelardo
Arias en diez veces, de tal manera que cada socio tuviera un
capital de $30.000 y Arias de $5.000.
3. Que se imprimieran en papel de C. Millington (Londres, 1883)
los recibos de que habla la cláusula 5ª de la
escritura.
4. Que los capitales suscritos en la escritura y el aumento
acordado, que los socios tenían en poder de la empresa
Miguel Samper e Hijos, se abonaran por estos a Samper Brush &
Compañía y se otorgaran recibos a los socios
gestores.
5. Se comisionó a Antonio Samper Brush para aceptar las
escrituras de venta que
otorgara Santiago Samper por el terreno que este compró en
"El Charquito" a Raymundo Umaña y el lote que
compró a Joaquín Reyes Camacho en Bogotá;
los precios de
esas compras
serían de $10.000 y $13.000 respectivamente.
6. Que se compraran a Santiago Samper los materiales,
muebles y planos de "El Charquito".
7. Se nombró ingeniero electricista de la sociedad al
señor Giuseppe Vegnano, con asignación de $300
mensuales en moneda nacional y los gastos de
traslación en Europa y Estados Unidos y los de
locomoción en el viaje que haría con José
María Samper Brush por cuenta de la sociedad.
8. Se nombró a Rafael González G. empleado de la
sociedad, con asignación de $60 mensuales.
9. Se solicitó aprobación de lo acordado a los
gestores que no concurrieron.
Algunos días después, el 17 y 18 de agosto,
José María y Tomás, dos de los hermanos
Samper que no
habían asistido a la primera reunión de la Junta,
aceptaron lo acordado y adicionalmente que los fondos que se
retiraran o recibieran de la firma Miguel Samper e Hijos fueran
depositados en una cuenta corriente en el Banco de Colombia y
sobre este mismo se giraran los pagos por materiales que se
compraran para los edificios, por semovientes, carros y pagos de
empleados y obreros. Como algunos de los socios gestores
entregarían capital en oro, se acordó que estos
capitales serían estimados al 250% de precios sobre la
moneda nacional, al igual que los capitales que se
abonarían de Miguel Samper e Hijos por cuenta de los
socios. Finalmente, José Vegnano dio instrucciones para
que el pago de los sueldos que devengaría durante su
permanencia en Europa y Estados Unidos se hiciera a la
señora Vegnano, por conducto de Egidio Conti, y en lo
sucesivo se abonaran a una cuenta corriente de la que ella
podría retirar lo que necesitara pero siempre por conducto
de Conti.
Cuando el 13 de agosto de 1896 se constituyó la Samper
Brush & Cía., los Samper ya tenían adelantados
varios negocios en Europa, a través de la firma suiza
Atelier de Construction Oerlikon, de manera que su
compañía, además de introducir la
cuestión de la fuerza hidráulica, puso a la orden
del día la bombilla incandescente en reemplazo de las
lámparas de arco, así como la venta de
energía para mover motores
eléctricos.
Esta primera etapa de la empresa de los Samper Brush se enmarca
en el mismo período en el que se orientó la
economía
nacional hacia sus desarrollos capitalistas, al menos en la
medida en que ella contribuyó a la cimentación del
incipiente proceso de industrialización de la ciudad de
Bogotá, en el contexto de un Estado que
favoreció las obras de infraestructura, por cuanto vio que
ellas formaban parte de la base del proceso de desarrollo
manufacturero. Es necesario atender al hecho de que este proceso
no arrancó con el inicio del servicio eléctrico,
pero que así mismo no se hubiera podido tornar
dinámico sin una previa dotación de la ciudad de un
servicio eléctrico de alumbrado, fuerza y calor.
También se debe tener en cuenta que la introducción
de la electricidad no tuvo en la economía nacional de la
época una incidencia siquiera similar a la de la
producción cafetera en el proceso de modernización
económica, entre otras cosas, porque fue esa
economía cafetera la que "… condujo a la
acumulación de capital dinero en
grupos de
empresarios nacionales, lo cual constituyó una
condición de industrialización, en la medida en que
esa acumulación aportaba capital para la inversión en los primeros establecimientos
industriales a fin del siglo XIX y los primeros decenios del XX"6
.
El 30 de noviembre de 1896 José María Samper
adquirió equipos trifase con accesorios en los Ateliers de
Construction Oerlikon y el 1º de diciembre esta empresa, en
cartas
dirigidas a José María Samper, residenciado en ese
momento en la pensión Neptuno de Zurich, describió
las condiciones y ventajas de los productos
comprados por la Compañía colombiana. Las compras
de Samper atendieron a la expresa solicitud elaborada por la
primera Junta de Socios de la Compañía en la que se
encargó a don José María y al ingeniero
Vegnano trasladarse a Europa para hacer los contactos necesarios
y las compras que permitieran iniciar el proyecto 7; de
que este proceso no arrancó con el inicio del servicio
eléctrico, pero que así mismo no se hubiera podido
tornar dinámico sin una previa dotación de la
ciudad de un servicio eléctrico de alumbrado, fuerza y
calor. También se debe tener en cuenta que la
introducción de la electricidad no tuvo en la
economía nacional de la época una incidencia
siquiera similar a la de la producción cafetera en el
proceso de modernización económica, entre otras
cosas, porque fue esa economía cafetera la que "…
condujo a la acumulación de capital dinero en grupos de
empresarios nacionales, lo cual constituyó una
condición de industrialización, en la medida en que
esa acumulación aportaba capital para la inversión
en los primeros establecimientos industriales a fin del siglo XIX
y los primeros decenios del XX"6 .
El 30 de noviembre de 1896 José María Samper
adquirió equipos trifase con accesorios en los Ateliers de
Construction Oerlikon y el 1º de diciembre esta empresa, en
cartas dirigidas a José María Samper, residenciado
en ese momento en la pensión Neptuno de Zurich,
describió las condiciones y ventajas de los productos
comprados por la Compañía colombiana. Las compras
de Samper atendieron a la expresa solicitud elaborada por la
primera Junta de Socios de la Compañía en la que se
encargó a don José María y al ingeniero
Vegnano trasladarse a Europa para hacer los contactos necesarios
y las compras que permitieran iniciar el proyecto.
El último año de "Samper Brush &
Cía." – 1903
El inminente fin de la guerra, o por lo menos una clara
disminución de las hostilidades, hizo pensar los Samper
Brush que el negocio se mejoraría aún más y
que esa condición exigía reestructuraciones. Desde
febrero de 1903 la empresa encaró una fase de
transición en busca de mayor fortalecimiento de su
posición en el sector industrial. En esa perspectiva, los
Samper comenzaron a tomar medidas que incluyeron la compra de un
local en Las Nieves para una subestación (en la carrera
8ª entre calles 20 y 21), la destinación de $30.000
como contribución para la composición del camino de
Cambao y la definición de una nueva tarifa por servicios que
comenzó a regir el 1º de abril y según la cual
se cobraron por una lámpara incandescente de 10
bujías $20 mensuales, por una de 300 bujías $150,
por una de 600 bujías $250 y por cada caballo de vapor
$150. Sin embargo, la medida más importante que se
adoptó en este período fue el encargo que se hizo a
Santiago Samper de presentar un proyecto de estatutos para
constituir en compañía anónima a la
sociedad.
Mientras esos estatutos se prepararon, la empresa autorizó
al Gerente para aumentar los sueldos y
salarios cada vez que este lo considerara necesario, oyendo
el concepto del
director técnico y de otro cualquiera de los socios
gestores. Dos tablas de los jornales pagados en "El Charquito" en
julio de 1903 nos permiten observar cuáles eran los
niveles salariales del momento.
Tras dar al Gerente la autorización para el aumento de los
salarios de
obreros y empleados, en mayo se aprobó la distribución de algunos dividendos,
$435.600, de la cuenta "servicio de alumbrado". Dicha
distribución se hizo de la siguiente manera 34, y es una
muestra de la
rentabilidad que obtenían los socios:
Socio | Capital $ | Dividendo $ |
Manuel J. Samper | 125.000 | 75.000 |
Santiago Samper | 229.000 | 137.400 |
José María Samper | 155.000 | 93.000 |
Joaquín Samper | 25.000 | 15.000 |
Tomás Samper | 25.000 | 15.000 |
Antonio Samper | 1225.000 | 73.500 |
José Vegnano | 18.500 | 11.100 |
Abelardo Arias e Hijos | 10.000 | 6.000 |
Jorge Ancízar | 16.000 | 9.600 |
En el marco del proceso de ampliación, y luego de
adquirir y adecuar locales para las subestaciones de Las Nieves y
la Pila Chiquita, el Gerente propuso que José Vegnano
viajara a Europa, por cuenta de la empresa, para comprar los
cables necesarios a fin de establecer los circuitos de
la Pila Chiquita, la subestación de Las Nieves y, a la
vez, comprar otros aparatos necesarios para la reparación
de la maquinaria hidráulica, así como otros
objetos. José Vegnano no sólo aceptó el
encargo, sino que propuso para director técnico durante su
ausencia al señor Ernesto Campagnoli, quien sin mayor
tropiezo se encargó de la esa labor; en la 34 Actas de la
Junta de Socios de Samper Brush & Cía., 3 de mayo de
1903.
Como ocurrió en muchas ocasiones, las ganancias de la
Samper Brush & Cía., también beneficiaron a
personas e instituciones
que poco o nada tuvieron que ver con ella. Fue así como el
16 de noviembre de 1903 los socios aprobaron por unanimidad
destinar "la suma de quinientos mil pesos ($500.000) para proveer
al Ejército Nacional de las drogas y
materiales de ambulancia que se puedan obtener con esa suma", y
se acordó comunicar con un oficio sobre el particular al
Presidente de la Junta Nacional de Contribución Voluntaria
37. En ese momento la situación de Samper Brush &
Cía. era, si no boyante, por lo menos bastante buena y se
expresó tanto en la calidad técnica con que
prestaba los servicios de alumbrado y fuerza o ampliaba sus
instalaciones, como en la recurrente distribución de
dividendos. A pesar de esto, la empresa no dejó de
enfrentar fuertes críticas que se centraron sobre todo en
los constantes incrementos de las tarifas.
5. Nace La
"Compañía De Energía Eléctrica De
Bogotá" – 1904
El de 1904 fue un año marcado por el
fortalecimiento financiero de la empresa que manejaba el servicio
de alumbrado en Bogotá. El 30 de marzo de 1904 se
escribió el "acta final" de Samper Brush &
Cía., se aprobó el balance final de esa sociedad y
se estipuló explícitamente que de ahí en
adelante "han de abrirse los libros de la
Compañía de Energía Eléctrica de
Bogotá" (en adelante CEEB), tomando como una de las
primeras resoluciones la aprobación del balance de entrada
de los libros.
Quince días después, en las oficinas de la
Compañía, se reunió la Asamblea General
Extraordinaria de Accionistas, convocada por el Gerente el 8 de
abril. A dicha asamblea asistió la totalidad de
accionistas y se nombró a Manuel Samper como Presidente de
la Asamblea, como escrutadores principales a Alfredo Maldonado y
Rafael Vergara y como suplentes a Raúl Ayarza y Carlos A.
Martín Alonso. La asamblea estableció como sueldo
del Gerente de la CEEB el mismo que tenía en la sociedad
Samper Brush y, retomando su política de solidaridad,
aprobó incluir en los gastos extraordinarios el servicio
de alumbrado del Hospital de San Juan de Dios. Entre las primeras
resoluciones de la Compañía estuvo la compra de las
casas Nº 1 y 3 de la calle 13, que pertenecían a
Hijos de Miguel Samper, por 10.000 dólares, para
establecer en ellas las oficinas de caja y contabilidad. Este
negocio se formalizó NACE LA
"Compañía De Energía
Eléctrica De Bogotá" 1904
El de 1904 fue un año marcado por el fortalecimiento
financiero de la empresa que manejaba el servicio de alumbrado en
Bogotá. El 30 de marzo de 1904 se escribió el "acta
final" de Samper Brush & Cía., se aprobó el
balance final de esa sociedad y se estipuló
explícitamente que de ahí en adelante "han de
abrirse los libros de la Compañía de Energía
Eléctrica de Bogotá" (en adelante CEEB), tomando
como una de las primeras resoluciones la aprobación del
balance de entrada de los libros.
Quince días después, en las oficinas de la
Compañía, se reunió la Asamblea General
Extraordinaria de Accionistas, convocada por el Gerente el 8 de
abril. A dicha asamblea asistió la totalidad de
accionistas y se nombró a Manuel Samper como Presidente de
la Asamblea, como escrutadores principales a Alfredo Maldonado y
Rafael Vergara y como suplentes a Raúl Ayarza y Carlos A.
Martín Alonso. La asamblea estableció como sueldo
del Gerente de la CEEB el mismo que tenía en la sociedad
Samper Brush y, retomando su política de solidaridad,
aprobó incluir en los gastos extraordinarios el servicio
de alumbrado del Hospital de San Juan de Dios. Entre las primeras
resoluciones de la Compañía estuvo la compra de las
casas Nº 1 y 3 de la calle 13, que pertenecían a
Hijos de Miguel Samper, por 10.000 dólares, para
establecer en ellas las oficinas de caja y contabilidad. Este
negocio se formalizó
6. La compañía
de cemento Samper
La historia de esta gran empresa forma parte del
género
de los preliminares empresariales en la historia empresarial
colombiana y refiere la evolución de todo un sector
económico, que ha sido por varios años uno de los
grandes motores de la
economía colombiana; lo cual se observa a lo largo de la
historia de la fábrica de Cementos Samper.
Como antecedente inmediato de historia de una empresa cementera,
puede citarse la obra de E. Libardo Ospina, conmemorativa de los
cuarenta años de Cementos Argos, publicada en
Medellín en 1974. Un estudio realizado por Santiago
Londoño, uno de los gerente y miembro de la junta
directiva de la empresa; en uno de los artículos que
realizo sobre esta empresa indico que la publicación
obedece al deseo de "mostrarle al país (…) lo que una
empresa puede hacer por él cuando quienes la integran
están conscientes de sus deberes para con la comunidad" el
cual sirvió como base para este estudio.
Hay que tener presente que a comienzos del siglo XX, cuando los
hermanos Samper, hijos de Miguel Samper Agudelo, fundaron en 1909
la primera fábrica para producir cemento en Colombia,
localizada cerca de Bogotá; los hermanos Samper fueron,
como el resto de su clan familiar, empresarios avisados e
innovadores.
Uno de sus factores a su favor es que contaban con el
conocimiento suficiente para involucrarse en esta rama, ya
que los hermanos Samper estudiaron en Europa al amparo de los
ideales liberales; por tal razón eran defensores del libre
cambio, de la
libertad de
los esclavos, del derecho legítimo a la propiedad, de
los beneficios del trabajo, de los fueros del capital, a todos
los cuales no dudaban en asignarles el carácter
de derechos
naturales del hombre.
El espíritu innovador, inundada todo su ser, ya que
estaban contagiados de las ideologías europeas de la
igualdad y el
libre mercado, lo que ejerció un gran motivante en el caso
de la producción de cemento, si se tiene en cuenta que
sólo sesenta años antes se estableció en
Alemania la
primera fábrica cementera en el mundo.
Pero en ese momento no era fácil de abrir este tipo de
negocios en el pais ya que este material era poco conocido a
principios de
siglo en Colombia, este se adquiría por importación, en sólidos toneles de
madera y muy
lentamente sustituyó al barro y a la arcilla, usadas para
elaborar los adobes y las tapias pisadas. Una de las mayores
novedades presentes en la conmemoración del centenario de
la independencia
fue el Quiosco Samper, construido al estilo griego, en cemento
armado.
Sin embargo, los empresarios no sólo enfrentaron un
mercado escaso y las dificultades propias de la
elaboración de un producto desconocido. Tuvieron que
combatir la inestabilidad política resultante del
inmediato pasado bélico y procurar la fundación de
una ideología empresarial y laboral, tal como
lo expresó Alberto Samper el día de la
inauguración del quiosco: "La muestra de lo que somos
capaces es tan grande que a todos nos ha sorprendido; y el
asombro que nos causa y que vemos reflejado en todos los
semblantes, redoblará el anhelo que nos domina porque las
lideres bárbaras de las guerras
civiles se sustituyan por las de la competencia en el trabajo
libre de monopolios, bajo el imperio de leyes que
garanticen la igualdad para todos".
Para llevar a cabo la construcción de la primera planta
hidroeléctrica de la Empresa de Energía de
Bogotá los hermanos Samper Brush se vieron en la necesidad
de importar la totalidad del cemento requerido en la obra. Este
hecho, la perspectiva de futuras ampliaciones, y el
espíritu que siempre los animó en el impulso de la
industria nacional, dieron origen a la primera fábrica de
cementos artificiales, que para conmemorar el centenario de la
proclamación de la independencia de la República
inició producción en 1910.
Por la década de los cincuenta la empresa sufrió
una serie de transformaciones y los ensanches que se adelantan en
1979-82; sin dejar de lado que en 1982 la grave crisis financiera
suscitada por el alto endeudamiento externo de la
compañía que la tuvo al borde de la quiebra durante
1984.
Con el objeto de contribuir al desarrollo de modernos sistemas de
construcción, que sustituyeran los hasta entonces
conocidos del bahareque, la tapia pisada, el adobe, y la
mampostería con argamasa de cal, la Compañía
de Cementos Samper estableció una oficina
técnica con ingenieros civiles y arquitectos cuya primera
labor consistió en capacitar maestros de obras y oficiales
de construcción para labores hasta entonces desconocidas
en el medio, tales como la clasificación y lavado de
agregados pétreos adecuados, su dosificación y
mezcla con cemento en proporciones preestablecidas, la
figuración y colocación de varillas de refuerzo de
acero en concreto
armado, la elaboración técnica de formaletas para
columnas y vigas, etc.
Autor:
Carolina Gaitán Fonseca