Monografias.com > Educación
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Diccionarios y Enciclopedias




Enviado por cariatide02



    1. Tipos de
      diccionarios.-
    2. El enciclopedismo en la Real
      Academia Española.-

    Teóricamente el diccionario se
    diferencia de la enciclopedia en que ésta no puede tratar
    los temas por orden alfabético de palabras, pero en la
    práctica las 2 denominaciones son muchas veces
    intercambiables, porque aunque "enciclopedia" es algo que por
    alusión a lo cíclico supone el tratado de una
    "totalidad", la palabra ampara cientos de obras que en realidad
    son diccionarios
    relativos a un tema delimitado; y por otra parte son más
    escasas las enciclopedias que exponen de un modo orgánico
    y metódico su contenido, ya que suelen acogerse a las
    comodidades de lo alfabetizado.

    Desde luego la principal diferencia es que el
    diccionario trata los significados y los usos de las palabras y
    da la definición de las diversas acepciones de cada
    palabra, mientras que la enciclopedia trata las cosas o
    conceptos. Es decir, la enciclopedia a lo que se aplica
    especialmente es a describir los objetos, conceptos, hechos o
    personas designadas por dicha palabra, y a exponer las cuestiones
    que la ciencia de
    cada momento en sus diversas ramas conoce en relación con
    ella, construyendo todo un tratado particular sobre cada aspecto
    que se puede considerar: Histórico, jurídico,
    sociológico, o bien físico, médico,
    metereológico, etc.

    Por lo tanto, dentro del "diccionario
    enciclopédico" pueden estar comprendidos el diccionario
    lingüístico y el diccionario temático general.
    La disposición de sus artículos normalmente se
    distribuye en 2 o más párrafos, de los cuales, el
    1º presenta la definición de la palabra de la que se
    trate y el 2º (y sucesivos, si procede) está dedicado
    a la cosa o concepto
    representado por ella. Y después de la
    caracterización gramatical y la explicación de las
    distintas acepciones de la palabra, viene una exposición
    de lo que en las diversas ciencias se
    sabe al respecto.

    La enciclopedia reúne en una sola obra y en un
    mismo esquema de ordenación la suma de todos los
    diccionarios temáticos posibles. Por eso es siempre una
    obra de autor colectivo – la larga lista de colaboradores
    suele figurar frente a los volúmenes – y normalmente
    la
    ilustración por medio de dibujo y
    fotografías tiene en ella más importancia que en el
    diccionario lingüístico.

    La redacción de una enciclopedia es, cada vez
    más, un trabajo propio de un autor colectivo y no
    individual. Incluso cuando primitivamente lo ha llevado a cabo un
    solo autor, las reediciones para adiciones y correcciones acaban
    siendo encomendadas a un grupo de
    entendidos, y llega un momento en el que el nombre del olvidado
    iniciador se omite o es sólo citado a modo de
    homenaje.

    En la enciclopedia se da con cierta frecuencia la simple
    copia de otra enciclopedia o diccionario anterior. Y esto en
    ocasiones es muy disculpable, ya que hay definiciones y
    descripciones de conceptos u objetos tan bien logrados por otros
    lexicógrafos, que el
    tratar de desfigurarlos para evitar la apariencia de plagio puede
    resultar inútil. Así, hay enciclopedias traducidas
    muy honestamente de otros idiomas.

    La lista de colaboradores a veces abarca una
    considerable cantidad de páginas al principio del volumen. Cuando
    los artículos redactados por cada colaborador van
    firmados, se hace precisa otra tabla complementaria para
    identificación de las siglas empleadas, porque en
    éstas suele ir como primer término la inicial del
    nombre de pila, mientras que en la tabla anterior se sigue el
    orden de los apellidos. Lógicamente el lector prefiere las
    ediciones más recientes para que la información sea de actualidad. Al
    reeditarse las enciclopedias, aparte de introducirse variantes
    que actualizan la información, se dan modificaciones
    debidas a criterios editoriales económicos o mercantiles o
    de carácter
    material.

    El contenido puede estar presentado dentro de un esquema
    más o menos lógico y orgánico, en grupos de
    materias afines. En este caso puede haber unas introducciones
    magistrales que condensen los problemas
    sobresalientes y las corrientes científicas relativas a
    las diferentes divisiones temáticas de la obra. Estas
    síntesis son encargadas a personas de
    relieve en el
    mundo científico respectivo, y aparecen con su firma. No
    les suele faltar cierto tono "pontificial" y acaso su fruto
    más que científico es meramente de
    representación, como el de la asistencia de personajes
    conocidos a ciertos actos sociales.

    Las enciclopedias alfabéticas que por ser de
    muchos volúmenes no son fáciles de actualizar,
    suelen publicar suplementos por periodos anuales o bianuales
    dedicados primordialmente a los adelantos científicos y a
    los acontecimientos políticos o que se estima que
    podrán en el futuro ser considerados de valor
    histórico. Tales suplementos suelen seguir un orden
    cronológico, o continúan siendo alfabéticos
    como la obra principal, pero casi siempre secundariamente a una
    previa división por grupos amplios de materias: biografías, política, economía, industria,
    etc.

    Lo mismo ocurre cuando algunos términos admiten
    una explicación que el editor decide que sea lo más
    amplia posible. El Hombre,
    la Tierra,
    el Universo,
    etc, en la enciclopedia alfabética traen, tras una escueta
    definición, un cuadro sinoptico de los temas que van a ser
    tratados en el
    artículo más extenso, que puede llegar a ocupar por
    sí solo un tomo entero y acaba necesitando un
    índice alfabético particular. Se puede suponer que
    estos tomos monográficos, lo mismo que los de introducción, son poco consultados por los
    lectores. Estos suelen conceder un total crédito
    a la información que da una enciclopedia. De ahí la
    responsabilidad de los redactores y su deber de
    informarse debidamente al hacer los estractos en que consisten
    sus respectivos artículos, y de dar por seguro
    sólo lo que está admitido como tal y presentar como
    problemático lo que es objeto de división de
    opiniones.

    Parece connatural a la enciclopedia estar impregnada de
    una cierta colaboración social, política o
    religiosa. Esto es declarado o proclamado abiertamente desde la
    introducción o incluso desde el título; o dada a
    entender por ser cosa sabida la tendencia ideológica de la
    editorial o del cuerpo de redactores. Rara vez, en estos casos,
    tal tendencia es oculta, puede ser simplemente objetiva,
    sólo reflejada en los modos de citar o aludir a
    determinados conceptos o en la preferencia por ciertos ejemplos y
    la omisión de otros.

    El redactor de un diccionario enciclopédico
    captura información de libros y
    revistas y lo condensa y ordena según un esquema en el se
    combina con lo procedente de otros libros de las mismas materias
    y de otras distintas y aún con lo elaborado por otros
    redactores. Lo presenta según la predeterminada
    intención divulgadora, ecléptica, crítica,
    imparcial o subjetiva, etc.

    El colaborador ideal de una enciclopedia es aquel que
    habiendo escrito un buen libro
    didáctico sobre la materia, lo
    estracta en la proporción requerida para que se publique
    en aquella. Esto se observa sobre todo en las enciclopedias
    dedicadas a una limitada serie de temas afines. También en
    las que se publican en tomos independientes.

    Las personas encargadas de la preparación de la
    obra quedan acaso permanentemente constituidas en gabinete de
    trabajo al modo del cuerpo de Redacción de una
    publicación periódica. Y se preocupan de salvar los
    errores verbales o de imprenta, para el caso de futura
    reedición, y al mismo tiempo, de ir
    mejorando y ampliando las informaciones.

    La misión
    especial de un redactor de enciclopedia consiste en :

    seleccionar lo más importante de los datos que sobre
    cada tema aportan estudios monográficos tratados y
    manuales de
    las distintas disciplinas.

    elaborara con ello una síntesis personal paro muy
    objetiva y afín a lo que exponen los entendidos en la
    materia.

    Redactar cada artículo con claridad,
    concisión y amenidad, teniendo en cuenta el grado de
    instrucción y cultura de los
    lectores. Es decir, que se ha de emplear un lenguaje que
    sea asequible a un público culto, pero no necesariamente
    especializado, reduciendo el empleo de
    tecnicismos a los más indispensables y aún
    haciéndolos acompañar de su sentido o significado.
    La enciclopedia debe atender a orientar rápidamente sobre
    los temas expuestos, con un estilo objetivo y
    sencillo de introducción.

     A los redactores no se les exige originalidad,
    pero sí conocimiento.
    Salvo de que haya manifiesta voluntad planificada de que en la
    enciclopedia se reflejen determinadas tendencias, los
    colaboradores han de mantenerse imparciales respecto a cuestiones
    disputadas o mal conocidas, y ello tanto en la selección
    de datos como en la exposición y redacción de los
    artículos correspondientes.

    Como nota curiosa merecería recordar aquellas
    "Enciclopedias escolares", ya desaparecidas de las escuelas, de
    pobre papel moreno,
    borrosa impresión estereotípica y escasos e
    ingenuos gravados, que aportaban cuanto de religión, historia sagrada, gramática, aritmética, geometría,
    geografía,
    historia de España
    urbanidad y alguna otra cosa más, podrían tratar de
    aprender los escolares de los años 20. Aún se
    publica alguna obra de éste tipo que responde a un
    criterio y a un esquema similar, pero más que libro de
    texto, como
    obra de consulta y autodidactismo, sobre todo últimamente,
    que parece que se ha puesto de moda en las
    librerías. Un ejemplo de esto sería la de E. Blanco
    Rodríguez, Faro, o la más moderna Nueva
    enciclopedia escolar
    , de 1.955.

     TIPOS DE
    DICCIONARIOS.-

    Existen diversos tipos de enciclopedias, clasificados de
    la siguiente manera:

    Los englobados en función de
    la extensión del contenido, que son los que recogen las
    enciclopedias, y que se dividen en:

    Enciclopedias generales o universales, que abarcan la
    totalidad del conocimiento humano a la mayor cantidad posible del
    mismo. Para determinar este tipo de enciclopedia, comentaremos la
    Larousse.

    Enciclopedias especializadas o particulares, que limitan
    su contenido a una o varias parcelas del conocimiento. Por
    ejemplo, sería el caso de una Enciclopedia del
    Quijote.

    Y un segundo grupo, determinado por la función de
    la estructura u
    ordenación del material, establece las enciclopedias
    como:

    Alfabéticas, que presentan el contenido por orden
    alfabético. Son las que más comunmente se pueden
    hallar.(Diccionario enciclopédico de la lengua
    española ).

    Sistemáticas o temáticas, que son las que
    reúnen y distribuyen el material por grupos de materas o
    temas ( Argos ).

     Así pues, una de las enciclopedias
    generales más consultadas en el panorama actual es sin
    lugar a dudas la Gran enciclopedia Larousse y alguna de sus
    versiones actualizadas. Se trata de una obra que obtuvo una
    notable importancia entre los años 70 y 80. Consta de diez
    volúmenes y fue editada por la editorial Planeta , de
    Barcelona, en 1.975. Está prologada por el
    académico Martín de Riquer. La obra es en principio
    una traducción del Grand Larousse
    encyclopédique
    , también en diez
    volúmenes, publicado en París entre 1.960 y 1.964.
    En realidad es lo que comentábamos páginas
    más arriba sobre las traducciones de las enciclopedias: en
    algunos casos, una determinada obra es tan buena, que resulta ser
    un privilegio el poder
    traducirla a otros idiomas. La versión española
    mantiene las características externas, el método, la
    estructura y gran parte del texto del original francés.
    Sin embargo, también ha sido sometido a una
    revisión y a varias ampliaciones.

    Tras el prólogo, la enciclopedia presenta una
    introducción en la que explica cómo afronta las
    definiciones y las explicaciones, de tal suerte que presenta el
    tema general, esto es, dentro del epígrafe "Bellas artes",
    incluye a modo de subgrupos, la iconografía, la
    arqueología, el arte y la
    geografía y las artes menores y populares. Estos grupos
    generales, aparte del anterior, son el vocabulario general, la
    agricultura,
    sobre la bibliografía , las ciencias
    biológicas y médicas, las ciencias de la naturaleza, el
    cine, , la
    economía, la enseñanza, espectáculos y deportes, filosofía…y
    así una larga lista. Tras esto nos presentan una sucinta
    explicación sobre cómo leer los mapas y gráficos económicos, para,
    seguidamente, encontrarnos con el inevitable "Modo de Empleo",
    donde se determina el alfabeto fonético, la
    clasificación de los nombres propios y las
    transcripciones, en donde se nos explica las diferencias de una
    determinada lengua y el español,
    tanto en el alfabeto, como en la pronunciación.
    Después nos dan la lista de abreviaturas, los
    colaboradores de la versión española y la
    versión francesa de la presente enciclopedia , para luego
    mostrar las numerosas páginas de rigor (en este caso, diez
    ) de todos los colaboradores que han participado en la obra. Y,
    una vez visto todo esto, comienza la enciclopedia en
    sí.

    Esta enciclopedia como es lógico, va publicando
    asiduamente sus suplementos, de tal suerte, que el lector que
    posea los diez tomos originales podrá ir ampliando y
    actualizando la información con los
    suplementos.

    Sin embargo, existe otro método para continuar
    sacando a la luz nuevas
    enciclopedias…a pesar de que al ser de la misma editorial corra
    el riesgo de ser
    "demasiado" parecidas. Es el caso de las nuevas versiones
    actualizadas, como por ejemplo, una de las últimas que
    Larousse ha editado ha sido la Larousse 2.000, del
    año 1.998. Las diferencias no abundan a la hora de
    analizar las definiciones, está claro que el estilo es
    harto similar. No obstante, la principal característica de
    esta obra es que , junto a los dieciseis tomos , se incluyen ocho
    CDRom, con toda la información que tiene la enciclopedia.
    Así, un CDRom trata sobre las artes y las ciencias, otro
    sobre la vida, la sociedad, los
    deportes, etc. Y es curioso, porque estos discos contienen
    imágenes animadas, y esto puede "animar" al
    consumidor a su
    compra. Aunque contengan la misma información que los
    libros.

     Otra de las diferencias que presenta esta con su
    modelo, es que
    ofrece una amplia lista de prefijos y sufijos, junto con las
    formas de las conjugaciones de los verbos.

    Hasta ahora hemos presentado la Larousse por ser una de
    las obras más consultadas, dada su facilidad de manejo. En
    contraposición, existe otra enciclopedia, titánica,
    que dada su complejidad más bien se tiene como adorno
    Se trata de la Enciclopedia universal ilustrada Europeo –
    Americana,
    publicada por la editorial Espasa -Calpe, en
    Madrid, en el año 1.988. Esta obra contiene setenta
    volúmenes estructurados desde la A a la Z, más unos
    cuarenta suplementos, y un par de tomos a modo de
    apéndices. Con lo cual, esta enciclopedia consta de
    más de un centenar de volúmenes. De tal suerte, con
    sólo la palabra lengua, hallamos trece
    páginas de definición, pues se analiza la lengua en
    el sentido de anatomía, en el
    sentido culinario ( incluso introduce algunas recetas de cocina
    ), las lenguas clásicas, la primitiva, nos ofrece una
    estadística de las lenguas más
    habladas en la Tierra, sobre
    las flores que llevan ese nombre, las lenguas germánicas,
    dialectos, la lengua litúrgica, etc. No deja de ser una
    obra impresionante, aunque hay que admitir que es
    extraordinariamente completa.

     Dentro de las obras enciclopédicas
    sistemáticas o temáticas, una de las que más
    nos han llamado la atención ha sido la Enciclopedia tematica
    Argos, publicada por la editorial argos, de Barcelona, en 1.970.
    Consta de veintiún volúmenes. En genera, presenta
    un prólogo, un artículo sobre cómo utilizar
    la obra, un sumaro, las observaciones preliminares y un
    vocabulario de rigor, todas las generalidades de lo que
    seguidamente se va a tratar con más especificidad y la
    obra en sí. Finalmente, incluye un anexo con un amplio
    esquema sobre todo lo que se ha tratado en el tomo, un
    índice y la bibliografía, por si el lector
    está interesado en ampliar la información que se le
    ofrece.

    Los temas que trata son la vida animal, las leyes de la
    Naturaleza, La geografía universal, Filosofía y
    Religión, la Literatura universal, la
    Historia
    universal, Medicina, Las
    Bellas Artes, la s Ciencias
    sociales, sobre la vida de las plantas, sobre
    juegos y
    deportes, etc.

     EL
    ENCICLOPEDISMO EN LA REAL ACADEMIA
    ESPAÑOLA.-

     En la edición vigésimo primera del
    Diccionario de la Real Academia (DRAE ), de 1.992, se incorpora
    cierto enciclopedismo, aunque bien es cierto que es muy
    abreviado. De hecho, y según la Academia en el
    "Preámbulo " del diccionario:

    "El diccionario que presentamos no pretende ser una
    enciclopedia abreviada, pero sí registrar y definir
    adecuadamente los términos cuyo empleo rebasa los límites de
    la especialidad y se atestigua diariamente en la prensa o en la
    conversación culta".

    Estas palabras remiten a un hecho cierto: la
    aceleración tecnológica en la actualidad, junto con
    la vigencia y omnipresencia sociales de los medios de
    comunicación, hacen que en el hablar diario
    comparezcan ciertamente vocablos especializados cuya
    acepción hay que dar al usuario de los
    diccionarios.

    La Academia admite el incipiente carácter
    enciclopédico que ha de tener el diccionario, y a ello se
    ve llevada por las propias condiciones históricas, es
    decir, actualmente un vocabulario técnico amplio y
    especializado. El diccionario ha de poseer así mayor
    amplitud de criterio en sus admisiones. No obstante el buen
    sentido lingüístico y cultural es el que debe optar
    en cada definición por delimitar lo que resulta
    imprescindible lingüísta y léxicamente y lo
    que es ya añadido enciclopédico.

    En resumen: desde 1.992 resulta más
    explícita una discreta voluntad enciclopédica en el
    diccionario de la RAE, para poder responder de esta manera a la
    vigencia social a la que asistimos hoy de tanto vocabulario
    técnico.-

     

     

    conchi sarmiento vázquez

     

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter