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Etica y salud en el marco de la globalización




Enviado por jadauta2002



    1. Primera
      parte.
    2. Globalización desde una
      perspectiva ideológica.
    3. Globalización y
      desarrollo.
    4. Efectos de la
      globalización en la educación
      médica
    5. Segunda parte
    6. El contexto
      económico-político en los sistemas de
      salud
    7. Informe de la OMS sobre la
      utilización de recursos para los sistemas de
      salud
    8. El financiamiento de los
      sistemas de salud
    9. La adecuación
      geográfica entre la oferta de servicios y las
      necesidades de salud
    10. Conclusiones
    11. Listado de
      referencias

    El estudio y análisis de la problemática que
    plantea la globalización en el àmbito de la
    salud pùblica supone un reto aparentemente infranqueable y
    contradictorio.

    El presente ensayo
    pretende hacer una revisión crítica de las
    contradicciones actuales en un mundo globalizado, y sus
    repercusiones en todos los ámbitos, y revisar algunas
    propuestas necesarias para contextualizar la coexistencia de
    salud y ética en
    el marco de la globalización.

    Primera
    parte.

    En el marco de la globalización económica mundial,
    aunque un tanto "sesgada" por los acontecimientos del 11 de
    septiembre en EE.UU., es prioritario analizar las directrices
    económicas de los organismos internacionales y la
    perspectiva histórica de cada nación
    que pretenda adecuarse a los nuevos tiempos que exige esta etapa
    del desarrollo
    humano, aún más, cuando en el terreno de la
    salud su práctica puede hacer que sólo los
    privilegiados puedan tener bienestar y por tanto acceso a
    ésta. ¿Puede haber ética en la salud en este
    contexto?

    La GLOBALIZACION es un tema impactante, inminente y de
    actualidad que progresivamente ha repercutido en todos los
    ámbitos del quehacer humano.

    En su concepción pura es un proyecto
    netamente económico pero con repercusiones en diferentes
    áreas como las culturas, las identidades nacionales,
    la
    educación, las soberanías, etcétera. No
    es un proyecto nuevo, a lo largo del proceso
    histórico los pueblos y sus culturas tienden a mezclarse
    paulatinamente en forma natural o a través de conquistas.
    Alejandro
    Magno dio el primer ejemplo, en su viaje a Oriente como
    conquistador, "globalizó" la cultura de
    Macedonia en un proceso conocido como "Helenismo" que
    llevó las raíces de la cultura Griega
    a Oriente (Bernardez, 2000). Sin embargo, la concepción
    actual de "Globalización" tuvo su antecedente en la
    evolución de la economía mundial en
    los últimos veinte a treinta años, siendo su punto
    crucial en los años noventa, marcado por la caída
    del socialismo que
    llevó a la
    organización unipolar de las relaciones
    internacionales, creándose un nuevo orden mundial con
    pleno dominio de la
    logística capitalista. (Flores-Olea,
    1999)

    La globalización designa al proceso de integración y creciente interdependencia de
    los países del mundo, interdependencia promovida por el
    desarrollo de
    las comunicaciones
    y cuyos efectos son una mayor división internacional del
    trabajo y especialización de los países en la
    producción de los artículos en los
    que tienen ventajas, ya sea por disponer de materias primas o de
    la tecnología requerida. Esta
    especialización en teoría
    debe beneficiar a todos los países participantes, sin
    embargo es un riesgo para los
    países subdesarrollados, por las diferencias en los
    índices de productividad y
    porque las relaciones comerciales se emplean como estrategias de
    presión
    política
    sobre las decisiones de los socios comerciales, que los llevan a
    competencias
    desiguales, no obstante que esta interdependencia parte del
    supuesto de estados nacionales formalmente iguales en soberanía, a pesar de sus diversidades,
    desigualdades y jerarquías. A este supuesto de equidad se
    opone el fenómeno de la transnacionalización, que
    es la generación de empresas que
    controlan la producción y la economía con gran
    poder. El
    organismo que regula los acuerdos multilaterales es la Organización Mundial de Comercio
    (OMC), uno de los
    cuales es el AMI (Acuerdo Multilateral de Inversiones),
    que permite a las transnacionales entrar y salir de los
    países con sus capitales, así como el Tribunal
    Internacional, que tiene la capacidad de sancionar a los
    gobiernos que no cumplan con los tratados. En este
    contexto el capital
    transnacional, definido por Vargas Aguirre como "flujo
    desregulado de capitales sin patria", tiene mayor poder que los
    pueblos y sus gobernantes, los cuales pierden su soberanía
    de modo inadvertido para los pueblos.

    La integración
    económica internacional se ha iniciado con la
    conformación de bloques geográficos,
    económicos y políticos, tales como el bloque
    político-económico de la Unión
    Europea y el bloque norteamericano, de tipo económico,
    constituido en 1994 mediante el Tratado de Libre
    Comercio entre Canadá, Estados Unidos y
    México, al
    que ingresaron posteriormente Chile e
    Israel. A
    diferencia de la Unión Europea, en la cual los
    países socios tienen niveles de desarrollo, estructuras
    económicas, sistemas
    políticos y rasgos culturales semejantes, el bloque
    norteamericano reúne a dos países muy
    desarrollados, con una democracia
    liberal y cultura anglosajona, Estados Unidos y Canadá,
    con un país, México, para el que no existe acuerdo
    en considerarlo semi o subdesarrollado, con un sistema
    político históricamente dominante y populista y
    actualmente en una indecisa y titubeante tendencia liberal, con
    una muy antigua cultura hispano-precolombina. Actualmente
    podríamos estar contemplando la transición hacia
    una variante del neoliberalismo, impulsada por Estados Unidos e
    Inglaterra,
    denominada "neoliberalismo del consenso" o "tercera vía"
    (De la Torre, 1999), en donde el Estado
    interviene en los objetivos de
    desarrollo, promueve políticas
    dirigidas a la mundialización, así como
    políticas sociales para la atención de la pobreza, sin
    embargo parece que en México ambas políticas
    están lejos de alcanzar un equilibrio.

    Por otro lado, otra diferencia entre la Unión
    Europea y el Tratado de Libre Comercio,
    es que éste último no constituye un proyecto
    político común, con políticas exteriores y
    de defensa comunes, tan sólo representa una zona de libre
    comercio e inversión, no se han integrado los mercados de
    trabajo entre Estados Unidos y México, sólo ocurre
    el intercambio de trabajadores mexicanos por flujo de capitales
    estadounidenses hacia México, capitales que vienen a
    reproducirse por medio de la producción de
    mercancías y plusvalía obtenida

    Globalización
    desde una perspectiva ideológica.

    Coincidimos con Vargas Aguirre (s/f), para quien "la
    globalización per se no es perversa, es un ideal
    planetario" (cuando se respetan las diferencias regionales). El
    problema radica en que sus bases neoliberales significan la
    reproducción de las diferencias
    establecidas por este modelo: el
    desarrollo de las riquezas no responde al beneficio de naciones,
    sino de los dueños de capitales "sin patria" que son los
    grupos
    oligarcas en el ámbito planetario.

    El origen del modelo económico neoliberal son las
    ideas liberales clásicas conocidas como teoría
    liberal: importancia del individuo, papel limitado
    del Estado y
    valor del
    mercado libre.
    Atrás de esta perspectiva está el concepto de
    individualismo metodológico, que considera válido
    que los individuos persigan sus propios intereses si las
    consecuencias colectivas son mayores que las del
    Estado.

    "El peligro que encierra reconocer esta base
    ideológica como única y sin contraposición
    está en aceptar que no es posible lograr una sociedad
    más justa y que para que algunos accedan a los beneficios
    del desarrollo se hace necesario que otros vivan para siempre en
    condiciones de miseria inaceptable" (Vargas Aguirre).

    A las ideas en que se basa la globalización les
    es inherente una contradicción entre el desarrollo del
    capital y de las condiciones de vida, ambas aparecen en
    antítesis en el
    modelo neoliberal. Aparece una necesidad insoluble de elegir
    entre uno u otro actor del mundo globalizado: capital o población, ambos irreconciliables. Desde la
    trinchera de la población encontramos que la
    globalización produce desventajas como la
    concentración de la riqueza y extensión de la
    pobreza, la
    explotación de los recursos
    naturales y el medio
    ambiente, el deterioro mundial de las condiciones de trabajo,
    la subcontratación. Al mismo tiempo, los
    beneficios de la globalización para la población
    parecen un espejismo, aunque actualmente países como
    Estados Unidos e Inglaterra están impulsando una variante
    del modelo neoliberal, llamado "liberalismo
    del consenso", que pretende un nuevo enfoque a la
    intervención del Estado en la vida social, con mayor
    intervención estatal y atención a las necesidades
    de los pobres. Este punto intermedio o "tercera vía" busca
    entonces atender no sólo al desarrollo del capital sino la
    calidad de
    vida de los individuos. Este es un objetivo
    primordial para cualquier gobierno, sin
    embargo es cuestionable que se alcance mediante el deterioro de
    las condiciones de otros y muy incierto su logro en los
    países dependientes.

    Globalización y desarrollo.

    La asimetría de nuestra relación
    económica con los países desarrollados inscritos en
    el TLC
    está afectando todos los ámbitos públicos y
    privados de nuestro país. De inicio nuestros indicadores de
    desarrollo
    económico son irreales ya que el PIB en los
    países con empresas y capitales internacionales no
    permanece dentro de ellos y además se concentra en pocas
    manos, por lo tanto nuestro producto per
    cápita, que además disminuyó casi 7% de 1981
    a 1994, tampoco es un buen indicador del bienestar alcanzado en
    países subdesarrollados (Escobedo, 1996).

    Por otro lado, el término desarrollo no
    debe incluir sólo números y cantidades, por el
    contrario debe reflejarse primordialmente en aspectos
    cualitativos del bienestar social, es decir de la calidad de vida
    de la población, por lo cual consideramos que las ventajas
    de la globalización deben recaer en un crecimiento
    económico que nos permita ese desarrollo:

    "El desarrollo significa un proceso sostenido de
    mejoramiento y perfeccionamiento de las aptitudes, habilidades
    y destrezas de la población con efectos sobre su calidad
    de vida. Proceso que requiere en forma importante del aumento
    del número y la calidad de los medios
    necesarios para lograrlo" (Escobedo, 1996).

    Necesidades sociales vs. Necesidades de
    reproducción del capital.

    Cuando analizamos el efecto de la globalización
    en todos los productos
    culturales, observamos que aparece una disyuntiva en la que
    creemos se encuentran los Estados de las naciones
    subdesarrolladas: necesidades sociales vs. necesidades de
    reproducción del capital,
    y ambas parecen a simple
    vista ser irreconciliables e incluso lejanas a la decisión
    e intervención de gobiernos e individuos; esta
    consideración nos lleva a una pregunta que parece esencial
    para desentrañar la disyuntiva planteada ¿
    quién decide realmente las necesidades esenciales a
    resolver en las naciones que, como México, mantienen
    relaciones económicas asimétricas con las naciones
    desarrolladas de sus bloques ?

    ¿ Ante este sombrío panorama, cuál
    es el margen de decisión del gobierno y la
    población para incidir positivamente en la calidad de vida
    del creciente grupo de
    mexicanos con distintos niveles de pobreza? Alvarez-Dardet ( s/f)
    menciona el nuevo fenómeno de la "doble pobreza", de los
    pobres en dinero y en
    comunidad, lo
    cual implica que cada vez les sea más difícil
    obtener bienes y
    servicios a
    través de sus lazos de apoyo mutuo dentro de sus
    comunidades y a la vez está produciendo situaciones
    económicas extremas en las familias, como el masivo
    abandono de niños
    en las ciudades de Latinoamérica, así como migraciones
    masivas a ciudades y a otros países, ante lo cual sugiere
    la "domesticación de la globalización" mediante
    estas estrategias: La preservación del medio ambiente, el
    reforzamiento de las comunidades, considerar a las personas
    más importantes que el dinero,
    generar políticas redistributivas y democratizar el sector
    financiero de la economía. Por su parte el Estado mexicano
    contempla las políticas sociales relativas al bienestar de
    la población en el Plan Nacional de
    Desarrollo, sin embargo éste ha sido rebasado por los
    determinantes mencionados de la economía
    internacional.

    Javier Pérez de Cuéllar, antiguo
    Secretario General de las Naciones Unidas,
    considera que en un contexto global es urgente una ética
    global con una perspectiva cultural global que podría
    estar basada en:

    a) los derechos y las
    responsabilidades humanas; b) la democracia y los elementos de la
    sociedad
    civil; c) la protección de las minorías;
    d) el compromiso de la resolución pacífica de los
    conflictos con
    una negociación leal y e) la equidad dentro y
    entre las generaciones (en Servaes, s/f). Para el gobierno
    mexicano cumplir con estas propuestas tiene distintas
    dificultades, siéndole más difícil
    instrumentar aquellas que tienen que ver con los derechos y la
    equidad de su propia población que las relacionadas con el
    exterior. Dentro de los factores que limitan las políticas
    de desarrollo social
    tenemos las recomendaciones y condicionantes de los organismos
    internacionales que nos han financiado (Banco Mundial,
    Fondo Monetario
    Internacional), el deterioro de nuestra economía y su
    dependencia de los eventos negativos
    de la economía mundial. Tal es el caso del derecho a la
    salud,
    que aunque es una de nuestras necesidades
    prioritarias, es actualmente difícil de sostener: todo
    indica que algunos ciudadanos podrán acceder a la
    tecnología de punta que proporciona la medicina
    globalizada
    y otros, las "grandes minorías",
    seguirán siendo amparados por programas como
    los de atención primaria a la salud y atención a la
    salud para población abierta. Este último
    constituirá una de las estrategias de atención a la
    salud de mayor importancia, debido al actual crecimiento de la
    población desempleada a raíz de la
    modernización tecnológica de las empresas
    transnacionales en nuestro país y de la reciente
    desaceleración de la economía
    estadounidense.

    Por otro lado, Pérez de Cuéllar considera
    que el desarrollo no debe estar divorciado del contexto humano y
    cultural, que la cultura no puede ser secundaria al crecimiento
    económico, que el principio básico debe ser "la
    promoción del respeto por todas
    las culturas cuyos valores sean
    tolerantes hacia los de las demás" (Pérez de
    Cuellar, 1995, en Servaes). Sin embargo, el término
    globalización cultural, visto como modernización
    cultural o como desarrollo hacia una "cultura mundial" se asocia
    a una visión pasiva de los individuos, que es incorrecta.
    Servaes habla de dos niveles de cambio, el
    global y el local. Define a este último como
    "localización cultural", refiriéndolo a cómo
    los cambios en el
    conocimiento, en la cultura y en la información son interpretados y analizados
    en contextos locales, como dimensiones subjetivas producto de
    vidas determinadas en geografías locales, que obviamente
    son tamizados a nivel del psiquismo de los individuos.

    Lo anterior significa que la identificación de
    las necesidades sociales y de las estrategias para resolverlas
    está determinada en el ámbito individual y que los
    gobiernos interesados en el bienestar social deben considerar en
    primer lugar los aspectos culturales y subjetivos de la
    población, así como su proceso de transición
    hacia marcos de interpretación más globales y su
    capacidad real para resolver sus necesidades esenciales. Se
    plantea como inevitable el que los procesos de
    interpretación individual se dirijan tarde o temprano, a
    una "homogeneidad cultural" basada en los patrones de conducta de las
    culturas dominantes, con sus símbolos y su idioma (Vargas
    Aguirre). De la torre (1999) cree que los cambios sociales
    producen nuevas interpretaciones de la realidad con contenidos
    axiológicos, éticos y antropológicos (idea
    de hombre y
    sociedad, etc.) que tienden a calificar de superior a la nueva
    situación, dichas interpretaciones están contenidas
    en las teorías
    económicas, la sociología, filosofía y pedagogía.

    Inclusive la percepción
    de la salud en la currícula médica ha experimentado
    una serie de cambios y ha asumido retos que parecen
    insuperables.

    Efectos de la
    Globalización en la Educación
    Médica

    Coincidimos con la idea de la globalización
    produce cambios en la manera de pensar, a nivel macro y micro
    (Palomino, 1998), global y local (Servaes), cambios a los que las
    políticas y las currículas educativas no pueden
    negarse. Los cambios más evidentes se ven en los métodos
    educativos, en el mayor empleo de las
    tecnologías de la
    comunicación e información a distancia, como
    las telecomunicaciones, cable, televisión
    e internet. La
    concepción misma de la educación está
    cambiando ante la avalancha de información que inunda
    todas las áreas del conocimiento y
    que se obtiene en lugares que compiten con la función
    tradicional del profesor y el aula, y lo hacen de modo aún
    más importante con los contenidos educativos. Los cambios
    a este nivel son entonces inevitables y hasta deseables, sin
    embargo, De la Torre (1999) propone la existencia de otro tipo de
    cambios que no son evidentes a simple vista pero que pueden
    identificarse en los proyectos de
    cambio
    educativo, por ejemplo: sus ideas de hombre y
    sociedad, el lugar social del conocimiento, de la educación
    superior y de los profesionales, académicos y de la
    burocracia
    universitaria; dichos cambios se corresponden con un proyecto de
    sociedad y de individuo y con la identificación de un tipo
    particular de necesidades a las que deben responder las
    currículas educativas.

    Consignado en la carta magna de
    nuestra nación, al Estado se le confiere la
    obligación de difundir la cultura, la de formar cuadros
    para el desarrollo nacional, y la educación para
    democratizar y satisfacer las expectativas de ascenso social de
    los diferentes sectores. Sin embargo, progresivamente al nuevo
    Estado mexicano se le dan nuevas directrices por parte de los
    organismos financieros internacionales, así como por los
    acuerdos paralelos sobre educación que están en
    proceso de "norte americanizar la educación" ; tal es el
    caso del sistema educativo nacional que está
    transformándose en un prestador de servicios, donde sus
    instituciones
    públicas y privadas son ajenas a las necesidades
    planteadas por el Estado y por ende a las necesidades de la
    población, además de que los procesos educativos se
    están orientando, según De la Torre (1999) "a la
    obtención individualizada de niveles de excelencia en el
    dominio de los objetos de conocimiento y al desarrollo de
    valores, habilidades y actitudes
    competitivas para los mercados de trabajo constituidos" en un
    marco de eficientización del gasto educativo. Como lo
    señala este mismo autor, corremos el riesgo de asumir
    acríticamente estas nuevas concepciones y finalidades de
    la educación, tomando en cuenta que algunas de ellas "han
    sido elaboradas para otros contextos y situaciones", o incluso
    son producto de una mera actividad teórica en situaciones
    abstractas.

    Si pretendemos acceder a un desarrollo integral que tome
    en consideración el desarrollo educativo, debe reconocerse
    y reivindicarse el papel de las Instituciones de Educación
    Superior en la construcción y formación del soporte
    intelectual, que asuma y decida sobre la complejidad de los
    cambios que entrañan la globalización. Nuevamente
    vemos la importancia del Estado también en este
    rubro.

    Efectos en la Salud Pública

    La salud puede entenderse, según Jhon Jairo
    Cárdenas, "como un desequilibrio armonioso
    espontáneo y en torno del cual
    confluyen diversos factores, y en contraparte, la enfermedad se
    puede definir como la emergencia y predominancia unilateral de un
    factor o factores determinados que actúan en detrimento de
    la complejidad biológica y social, y que inducen una
    situación cuyas manifestaciones son el dolor, la
    disfunción multiorgánica y finalmente la muerte".
    Las dos entidades están vinculadas entre sí, siendo
    difícil su delimitación. La salud, como punto de
    conjunción de factores de distinto orden, debe ser
    visualizada como un lugar crítico que articula lo
    individual y lo colectivo, lo biológico y lo social, el
    cuerpo y la mente, la economía y la política, etc..
    Desde este enfoque, la enfermedad se corresponde con latencias
    que afloran en coyunturas específicas del cuerpo social e
    individual, a partir de ciertos tipos de desorden, siendo por
    tanto, una expresión fenoménica no susceptible de
    clasificar a partir de una etiología única.
    (Cárdenas, 2001)

    El actual modelo biologicísta tuvo sus
    orígenes en el siglo XVIII, el cual en sus origenes
    permitió avances en el tratamiento de distintas enfermedades y la
    disminución de epidemias, pero también trajo
    limitaciones, por ejemplo, la perspectiva de la relación
    dialéctica salud-enfermedad y el enfoque multicausal del
    mismo, y que limita también el diseño
    de estrategias para su abordaje óptimo. Con limitaciones
    para entender también que la salud
    pública es un proceso histórico que debe
    vincularse a diversas estrategias para impactar el conjunto
    social.

    A lo largo de la historia hay muchos ejemplos
    en los que se demuestra que hay una relación íntima
    entre la historia biológica y la historia social, y que
    debe reconocerse para actuar en forma coherente.

    En muchos casos, la enfermedad ha estado conectada a
    flujos generales de movilidad poblacional y, por alguna
    situación, los factores patógenos nunca han sido
    erradicados, simplemente aguardan en estado latente hasta que
    haya condiciones propicias para desencadenar inclusive
    epidemias.

    La Salud pública debe entenderse como un punto de
    encuentro donde congluyen las ciencias
    biológicas, sociales y de la conducta, en poblaciones
    determinadas (Frenk, 1994), y de las respuestas sociales e
    institucionales a determinadas condiciones
    epidemiológicas. Se trata por tanto, de una disciplina que
    articula simultáneamente un modelo medicalizado (concepto
    salud-enfermedad), un sistema institucional de respuestas, y un
    conjunto de terapias específicas que combina enfoques
    biológicos, políticos y sociales. Así, tiene
    como fin la promoción de la salud, la prevención de
    la enfermedad, el diagnóstico y tratamiento de padecimientos,
    y la rehabilitación física y
    social.

    En esta perspectiva la enfermedad es visualizada como un
    sistema de perturbaciones individuales y colectivas,
    biológicas y sociales, que implica respuestas no solo de
    resolución biológica sino que demandan estrategias
    económicas, sociales y políticas. Siendo
    incongruente formular metas de reducción de tasas de
    morbilidad, desconectadas de una estrategia que
    modifique condiciones de pobreza y de mejoramiento del entorno
    ambiental.

    La evolución industrial y la aparición del
    capitalismo
    plantearon a las necesidades del proceso de acumulación
    – la urgencia de una mano de obra fuerte y saludable, la
    cual solo podría ser consumida en la persistencia de las
    extremas jornadas de trabajo. El sistema requería fuerza de
    trabajo con niveles de productividad óptimos, y por ello
    asumió determinado tipo de epidemias como fatalidad
    social. Se creó entonces la necesidad de una cierta
    intervención social, básicamente de orden
    preventivo y que dio lugar al modelo "higienista" del siglo XVIII
    y XIX. Dicha función fue delegada al Estado y a
    instituciones filantrópicas, funcionales ellas a las
    demandas del Capitalismo. Por su parte, la dimensión
    curativa de la salud se privatizó e individualizó
    en los consultorios médicos, siendo el acceso restringido
    a los sectores económicamente pudientes. ¿Ahora
    regresamos a esa época?

    Finalmente apareció el concepto de "asistencia
    pública", versión de la salud curativa para los
    más pobres, curiosa coincidencia con algunos organismos
    actuales, el cual era un sistema de diagnóstico y
    tratamiento individualizado conocido como "caridad".

    Sin embargo, la polarización económica y
    los problemas de
    subconsumo, condujeron a la crisis
    económica mundial de 1930. Los patrones de
    acumulación llevaron a un "orden" de la
    concentración del ingreso que distorsionó la
    estructura de
    la demanda y
    condicionó negativamente la posibilidad de
    expansión del mercado. Trayendo como consecuencia un
    replanteamiento que terminó orientándose en una
    línea de demanda agregada
    mediante el gasto
    público. Desde entonces ha ocupado un lugar especial
    el gasto social, y que se vinculó también con la
    creación de la "ciudadanía social" o los llamados
    derechos de segunda generación. Se replantearon los
    fundamentos del Estado, en su orientación hacia la
    generación del orden mediante los alcances de su
    penetración de la ley en el
    conjunto del cuerpo social, la absorción de una parte de
    los costos de
    reproducción de la fuerza de trabajo (integración y
    política
    social), y a la generación de un proyecto
    hegemónico (intelectual y moral),
    llamado "welfare state". (Cárdenas, 2001)

    Desde entonces se consolidó un modelo
    médico que Menéndez identifica a partir del
    reconocimiento de tres submodelos: el modelo individual privado,
    el modelo corporativo público, y el modelo corporativo
    privado. Todos ellos presentan rasogos estructurales comunes:
    biologismo; concepción teórico
    mecanicista/evolucionista/positivista; ahistoricidad,
    asocialidad; individualismo; eficacia
    pragmática; la salud-enfermedad como mercancía;
    orientación básicamente curativa; concepción
    de la enfermedad como ruptura desviación; práctica
    curativa basada en la eliminación del síntoma;
    relación médico-paciente asimétrica;
    relación subordinación social y técnica del
    paciente que puede llegar a la sumisión; concepción
    del paciente como ignorante; inducción a la participación
    subordinada y pasiva de los consumidores en las acciones de
    salud; producción de acciones que tienden a excluir al
    consumidor del
    saber médico; prevención no estructural; no
    legitimación científica de otras prácticas
    diferentes a la alopática; profesionalización
    formalizada; identificación ideológica con la
    racionalidad científica como criterio manifiesto de
    exclusión de otros modelos,
    tendencia a la medicalización de los problemas; tendencia
    inductora al consumismo médico; y prevalencia de la
    cantidad y productividad sobre la calidad y ética en la
    atención. (Menéndez, )

    Esto llevó a la estructuración de una
    nomenclatura,
    de un aparato burocrático de poder orientado según
    criterios de jerarquías internas y externas, centralizada
    y burocrática, al interior de la cual hay mínima
    responsabilidad individual, y hay una
    subordinación creciente de las decisiones a los controles
    técnicos y mecánicos.

    Este inmenso aparato burocrático se ha
    subordinado crecientemente a las directrices de la "industria de
    la salud", la cual está gobernada por
    compañías transnacionales, "capitales sin patria",
    que no han escatimado esfuerzos por mantener esta
    situación que conviene obviamente a sus
    intereses.

    Siendo ya la salud un "derecho social básico" y
    vinculado a las políticas sociales del Estado, se
    posibilitó el avance en el control y
    tratamiento de algunas enfermedades. Sin embargo, nuevamente otra
    crisis económica, ahora la de los años setentas,
    trajo consigo nuevas situaciones de recesión. Una de las
    más notorias fue la "crisis fiscal del
    Estado", que fue consecuencia de las políticas de
    reactivación del aparato productivo por eliminación
    gradual de impuestos. Como
    respuesta, algunos gobiernos neoliberales, iniciaron estrategias
    que a la fecha aún se siguen, sobre todo en países
    subdesarrollados: la eliminación del gasto social y el
    "adelgazamiento" del Estado mediante acciones privatizadoras.
    Dejando a merced de las fuerzas del mercado la regulación
    de servicios considerados como públicos. Esto trajo
    inmediatamente una crisis del sistema público y de salud,
    y la aparición de estrategias privativas. La salud se
    convirtió entonces en una mercancía que se regula
    según los principios de
    oferta y
    demanda, en función de la capacidad adquisitiva de la
    población. Sin embargo, esta capacidad está
    íntimamente ligada a la capacidad de ingresos, y a su
    vez esta supeditada a la posición económica, social
    y política que se ocupe. Así, se acentúa la
    estratificación social de los servicios, por lo que a cada
    clase social corresponde una forma de atención.

    ¿Es esto ético?

    Segunda
    parte

    En esta parte se revisan algunas propuestas, que son
    intentos para permitir la coexistencia de ética y salud en
    este contexto. Como vimos, en la primera parte del ensayo se
    revisó el surgimiento de la responsabilidad del Estado en
    la salud pública, pero que respondía
    básicamente a las necesidades del sistema de
    producción en turno (Capitalismo), y que al paso del
    tiempo se convirtió en una carga para el sistema mismo,
    esto ha orillado a que nuevamente se replantee la responsabilidad
    de a quien corresponde la atención de salud de la
    población.

    Algunas consideraciones

    La ética y salud deben contemplarse desde una
    perspectiva amplia, que este inserta en políticas plurales
    que abarquen también tecnología, economía,
    cultura, política y medio ambiente.

    En América
    Latina la historia está llena de ejemplos de
    heterogeneidad estructural, que no se disuelve en una
    modernización compartida, sino que se reproduce y
    profundiza. "Si sólo nos alcanza para una
    globalización selectiva, para unos pocos,
    ¿qué precio vamos a
    pagar entonces?" (Lagos, R. 2000)

    Uno de los obstáculos principales para lograr la
    "ética en salud", e inclusive para muchos autores el
    más importante, es el del financiamiento, el cual desde su origen mismo es
    fuente de contradicciones naturales e inagotables y que hace cada
    vez más endeudados y dependientes a los países en
    desarrollo, puesto que los lleva a ser los "vecinos
    incómodos y mal vistos, de la aldea
    globalizada"

    Ejemplo reciente es la crisis actual en Argentina, que es
    un ejemplo de las bondades del "mundo globalizado", la cual se
    encuentra sumida en una profunda depresión
    económica y que repercute en todos los rubros sociales,
    incluyendo por supuesto la "salud".

    ¿Es el espejo futuro de México?

    Revisamos y analizamos a continuación algunos
    aspectos generales y también algunas experiencias de
    reforma de los sistemas de salud, que pretenden subsanar los
    estragos de esta "nueva forma de entender no solo la salud
    pública" sino la vida misma.

    La reflexión inicial es:

    ¿Podemos transformar con el discurso toda
    una historicidad previa de "vocación curativa" de la salud
    pública, debemos obligar y exigir a la población a
    que se ajuste a los nuevos tiempos, debe también esta
    entender los nuevos rumbos de la "Salud Pública"; o
    debemos esperar que se repita el ciclo o la clase
    histórica de que el rezago económico traerá
    nuevamente patologías sociales mayores a las existentes o
    nos enfrentaremos a una "NUEVA ENFERMEDAD
    PÚBLICA?"

    El contexto
    económico-político en los Sistemas de
    Salud

    Desde el siglo pasado los análisis de los
    sistemas de salud se han circunscrito a la organización de
    las instituciones que proveen los servicios de atención,
    al financiamiento y aseguramiento, que le permite a la
    población recibir tales servicios. Esto parecería
    positivo, sin embargo, los sistemas de atención a la salud
    se centraron en el manejo curativo de la enfermedad, enfatizando
    la práctica médica y hospitalaria.

    Esta vocación curativa de los sistemas de salud
    incidió en la cultura de las poblaciones, en la manera de
    entender el proceso salud-enfermedad, en la preponderancia de los
    servicios de atención a los enfermos y hasta en los
    métodos y los instrumentos de aproximación
    analítica que utilizan diversas ciencias para ocuparse de
    la problemática de la salud y de los sistemas de
    salud.

    Lo rescatable fue que la perspectiva multidisciplinaria
    permitió confeccionar una lista de problemas y
    dificultades, en los sistemas de salud consolidados o en
    experiencias de transformación (Agudelo, 2000):

    • Finalidad del sistema.
    • Organización y estructura.
    • Recursos.
    • Financiamiento y pago.
    • Provisión de servicios.
    • Acceso.
    • Administración.
    • Calidad.
    • Descentralización y
      municipalización.

    Estas categorías permiten valorar y jerarquizar;
    además, ubicar problemáticas en dimensiones
    más precisas de orden estructural o funcional, así
    como el diseño del sistema o su implantación,
    organización y operación, etcétera. Es
    importante considerar también la temporalidad, pues la
    experiencia internacional indica que los tiempos de estos
    sistemas complejos son de mediano y largo plazo, tanto cuando
    están consolidados como cuando se encuentran en proceso de
    transformación. Por tanto, la aproximación
    analítica debe centrarse en las grandes estructuras,
    procesos y tendencias, y considerarlas en perspectiva. .(Agudelo,
    2000)

    Aparentemente se esperaría una experiencia
    reproducible satisfactoria, sin embargo, los resultados son
    cuestionables.

    Informe de la OMS
    sobre la utilización de recursos para los
    sistemas de salud

    Como premisa fundamental, este organismo afirma que la
    gestión
    de los servicios de cada país es esencial para garantizar
    la salud de sus ciudadanos. Sin embargo, destaca en su informe que la
    mayoría de los países infrautilizan sus recursos.
    Refiere que "…están trabajando por debajo de sus
    posibilidades, y la mayoría están haciendo
    esfuerzos inadecuados en términos de responsabilidad en la
    atención y equidad en el financiamiento"

    La OMS ha insistido año con año, en la
    necesidad de aumentar los presupuestos
    destinados a sanidad para asegurar la cobertura universal;
    además, de que el Estado debe ser garante de esta
    cobertura y del modo de asegurarla.

    "La diferente organización y financiación
    de los sistemas explica la diferencia entre las tasas de
    mortalidad entre ricos y pobres, dentro de países y entre
    países; están fuertemente vinculadas a la clase
    socioeconómica que se estudie, incluso en países
    que gozan de un buen nivel de salud. Los pobres no sólo
    tienen vidas más cortas que los ricos, sino que
    además una enorme parte de su vida está abocada a
    la incapacidad".

    Señala también que el mejorar el nivel de
    salud debe ser el principal objetivo de un sistema de salud, que
    además, "debe conseguir el máximo nivel posible con
    las mínimas diferencias entre individuos y grupos".
    "Calidad y equidad, entendiendo por calidad que un sistema
    responde bien a lo que la gente espera de él; en tanto que
    equidad, significa que responde del mismo modo a todos por igual,
    sin discriminación". Toma nota también
    de los roles de la población como proveedores,
    consumidores y sostenedores de los servicios de salud, como
    trabajadores dentro de él, y como ciudadanos implicados en
    su desarrollo" (OMS, 2000).

    EL FINANCIAMIENTO DE
    LOS SISTEMAS DE SALUD

    Experiencias de la asignación de los recursos
    para la salud en algunos países

    "Los sistemas de salud enfrentan un incremento del
    gasto, una creciente complejidad técnica y una pugna en la
    sociedad por una mayor equidad en sus beneficios. Esto ha
    motivado la búsqueda de nuevos métodos de
    asignación de recursos financieros, que promuevan la
    adecuación geográfica entre la oferta de
    servicios y las necesidades de salud"(González y Brown,
    1999)

    En algunos países europeos, el papel del Estado
    está cambiando hacia una modernización de sus
    estructuras y una reorganización de sus políticas
    sociales.

    Se ha planteado en general que el Estado debe
    ser:

    Regulador y Fomento.

    Financiador/comprador.

    Proveedor/planificador.

    Los nuevos cambios implican una mezcla de
    separación entre las funciones de
    financiación y de provisión, la introducción de contratos, la
    descentralización financiera, y la competencia,
    así como la organización de los sistemas de
    salud.

    Estos cambios deben introducir "razonamientos de
    mercado" en su lógica
    de funcionamiento.

    Algunos puntos convergentes productos de estos cambios y
    que han tenido resultado en estos países son:

    La separación de las actividades
    estratégicas y de financiación de las actividades
    de provisión. No existe necesariamente una relación
    entre la financiación pública de los servicios
    sanitarios y la titularidad pública de las instituciones
    proveedoras de servicios, aunque pueden combinarse. En la
    mayoría de los países existen dificultades en la
    provisión de servicios. Las evidencias indican que no se
    utilizan los recursos en forma eficiente, y que el rendimiento y
    calidad de los proveedores puede ser mejorado. Hay un excesivo
    énfasis en la atención hospitalaria en
    prácticamente todos los países, evidenciando
    ineficiencia en su utilización, falta de incentivos para
    atender a los pacientes en la atención primaria y falta de
    integración entre la atención primaria, secundaria
    y social. "Esto ha llevado a los países con un exceso de
    planificación y regulación a buscar
    modelos más competitivos y flexibles; y a aquellos con
    exceso de mercado a introducir más
    regulación".

    La introducción de modelos de competencia
    gestionada. Estos deben basarse en la equidad, y deben
    garantizar: accesibilidad a los servicios básicos a todos
    los ciudadanos, monitorizar el sistema para asegurar que las
    mejoras de calidad alcancen a todos, promocionar los incentivos
    para la innovación y, garantizar servicios de
    prevención.

    • El abandono de modelos de gestión basados en
      la autoridad de
      la jerarquía y en el control.
    • La restricción de modelos de mercado libre y
      de reembolso por acto.
    • La reforma y fortalecimiento de la Asistencia
      Primaria.

    El desarrollo de sistemas integrados de salud. Estos han
    sido definidos como: "una red de organizaciones
    que provee servicios coordinados integrados a una
    población definida y que está dispuesta a
    responsabilizarse clínicamente y económicamente de
    los resultados en salud de esa población".

    Los anteriores conceptos e instrumentos son aún
    enfoques emergentes, pero pueden ser el centro del razonamiento
    de financiación, gestión y organización de
    los sistemas de salud en los próximos años.(Bengoa,
    2000)

    La
    adecuación geográfica entre la oferta de servicios
    y las necesidades de salud

    "Inglaterra ha demostrado la capacidad para lograr esta
    adecuación con base en la aplicación sostenida de
    una fórmula desde 1976, misma que fue actualizada en los
    últimos años. México también
    está intentando dar los primeros pasos para corregir la
    inequidad interestatal con base en la asignación
    financiera, acorde con criterios explícitos de
    prioridad".

    México y Sudáfrica, son dos ejemplos de
    países en que las fórmulas de asignación
    geográfica han sido propuestas como parte de procesos
    democratizadores que buscan terminar con la inequidad y al mismo
    tiempo mejorar la eficiencia de
    asignación. Esto busca remediar las carencias relativas a
    nivel interestatal, así como mejorar y dar prioridad a las
    intervenciones de alto beneficio para la salud. "En estos
    países también esta descentralizándose los
    sistemas de salud, de tal suerte que la asignación
    equitativa de recursos se combina con un manejo más
    autónomo de los mismos".

    Este modelo o de "principal-agente" se presenta donde el
    gobierno estatal es responsable en primera instancia ante el
    gobierno federal. Así, en México "se reconoce un
    papel clave del poder central para fomentar la equidad e impulsar
    servicios de alto beneficio para el desarrollo nacional; pero, al
    mismo tiempo, se busca responder a las pugnas democratizadoras,
    mejorando la eficiencia y asignando responsabilidades claras por
    parte de los servicios. La búsqueda de fórmulas de
    asignación sectorial, basadas en amplios consensos y
    criterios explícitos, representan el punto de
    equilibrio y encuentro entre la autoridad federal y las
    autoridades subnacionales. En la medida en que haya una
    asignación predecible y con reglas transparentes y
    justificadas, se posibilita la mayor complementación de
    los recursos y el ejercicio autónomo de los
    mismos"(González y Brown, 1999).

    CONCLUSIONES

    Realmente una conclusión categórica de los
    beneficios contra los perjuicios de la "Globalización" no
    puede establecerse, más bien debemos conformarnos con
    tener un "acceso" aproximado de lo que pretende ser ésta;
    acaso debemos esperar hibridaciones; realmente viviremos en una
    "aldea global"; lo cierto es que esperemos no coincidir con
    Benedettí de que se trata solamente de la
    "Globalización de la hipocresía".

    Otras conclusiones

    ¿Acaso es posible transformar con el discurso
    toda una historicidad previa de "vocación curativa" de la
    salud pública, debemos obligar y exigir a la
    población a que se ajuste a los nuevos tiempos, que accese
    a Internet, que se modernice; debe también ésta
    entender los nuevos rumbos de la "Salud Pública"; o
    debemos esperar que se repita el ciclo o la clase
    histórica de que el rezago económico traerá
    nuevamente patologías sociales mayores a las existentes,
    con agudización de la pobreza y estallamientos sociales
    (como el ejemplo reciente de Argentina), con una crisis
    globalizada como la que estamos cursando, a esa gente de esta
    aldea global debemos hacerla entender que vamos en camino "hacia
    una nueva enfermedad pública?"

    Lo que si es cierto, es que debe crearse una nueva
    ética acorde con estos nuevos tiempos, sobre todo en la
    salud en el marco de este contexto.

    El enfrentarse con una diversidad de planteamientos que
    exigen dichos nuevos tiempos es motivo de inseguridad e
    incertidumbre, que puede llevar a una doble salida falsa: al
    relativismo, en que se de incomunicabilidad entre éstos, o
    a la imposición totalitarista de un nuevo código
    moral "globalizado".

    Una alternativa ante esta dualidad es construir una
    nueva ética, en la que se pueda respetar el pluralismo con
    el diálogo,
    encontrando valores compartidos, buscando justicia,
    igualdad,
    equidad, libertad y
    solidaridad para
    todos, entender a la salud como un proceso dialéctico
    históricamente determinado, y así construir una
    nueva ética pública en el marco de la
    globalización.

    LISTADO DE
    REFERENCIAS

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    análisis de los sistemas de salud y su reforma?"
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    SALVADOR JUÁREZ ADAUTA

     

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