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Fatiga y estrés (página 2)




Enviado por cesarnicmolina



Partes: 1, 2

Para combatir la fatiga, se necesita de formación
y planificación para tratar de eliminarla,
para ello se debe:

  • Asegurar un entorno ambiental
    óptimo.
  • Reducir los factores negativos sobre la atención, la
    comunicación y la
    motivación.
  • Simplificar las tareas, con movimientos más
    simples, reparto equitativo de carga de trabajo entre manos y
    pies y facilidad de ejecución.
  • Mantener los esfuerzos por debajo de los límites
    de tolerancia.
  • Procurar pausas o descansos a períodos
    convenientes
  • Abastecer de calorías (comida) según el tipo de
    actividades que se realice.

Fatigas
virósicas:

Síndrome de fatiga
crónica

Este proceso que se
caracteriza por la existencia de fatiga permanente o recurrente
durante al menos seis meses consecutivos. Esta sensación
debilitante de fatiga permanente se acompaña casi siempre
de una combinación de síntomas como dificultad de
concentración, pérdida de memoria reciente (para
los acontecimientos próximos), dolores musculares y
articulares y alteraciones del sueño. El proceso del
Síndrome de Fatiga Crónica ha sido denominado
enfermedad crónica del virus de
Epstein-Barr, síndrome de fatiga crónica y
disfunción inmune, neuromiastenia epidémica y
encefalitis miálgica.

Se calcula que el Síndrome afecta de cuatro a
diez de cada 100.000 adultos. La edad media de
comienzo de los síntomas es a los 30 años. No
existen pruebas de que
este proceso se transmita de una persona a otra.

Muchos de los síntomas del Síndrome de
Fatiga Crónica mejoran con medicamentos tonificantes o
estimulantes, pero algunos tratamientos pueden ser peligrosos si
no se ha establecido el diagnóstico correcto. No existe
curación. Los pacientes con Síndrome de Fatiga
Crónica tienen una evolución variable: mientras en algunos
existe un empeoramiento progresivo, en otros los síntomas
mejoran o incluso desaparecen con el tiempo.

ESTRÉS

Las exigencias de una sociedad
más competitiva, nos lleva a tener que aceptar más
responsabilidades de las que podemos cumplir. Sin embargo, el
precio que
pagamos por cumplir con todos nuestros roles, es muy
alto.

En 1936 el Dr. Hans Seyle de la Universidad de
Montreal, agrega a la terminología médica la
palabra estrés
como la "respuesta no específica del organismo a cualquier
pedido". En otras palabras para él todo estímulo,
emoción o percepción
que coloca a nuestro organismo en estado de alerta es
estrés. Podemos decir entonces, que es la respuesta del
organismo para adaptarse a una nueva situación.

El mecanismo de estrés se caracteriza por una
actuación concreta del sistema nervioso
simpático y la importante descarga de adrenalina en la
acción. La recuperación llega por la acción
de su sistema nervioso parasimpático que pone en marcha la
acción inversa: descenso de la tensión muscular y
arterial, descarga de sustancias hormonales conducentes al
descanso

Tres etapas se distinguen en la respuesta del
estrés. En la primera etapa, alarma, el cuerpo reconoce el
estrés y se prepara para la acción, ya sea de
agresión o de fuga. Las glándulas endocrinas
liberan hormonas que
aumentan los latidos del corazón y
el ritmo respiratorio, elevan el nivel de azúcar
en la sangre,
incrementan la transpiración, dilatan las pupilas y hacen
más lenta la digestión. En la segunda etapa,
resistencia, el
cuerpo repara cualquier daño causado por la
reacción de alarma. Sin embargo, si el estrés
continúa, el cuerpo permanece alerta y no puede reparar
los daños. Si continúa la resistencia se inicia la
tercera etapa, agotamiento, cuya consecuencia puede ser una
alteración producida por el estrés. La
exposición prolongada al estrés agota las reservas
de energía del cuerpo y puede llevar en situaciones muy
extremas incluso a la
muerte.

Consecuencias
físicas y alteraciones producidas por el
estrés

La respuesta física constituida
por el estrés es pura y simplemente una preparación
del cuerpo para la acción inmediata. La desencadena el
hipotálamo (en el cerebro) y hace
que el organismo, automáticamente libere adrenalina al
torrente sanguíneo (energía), interrumpa el
funcionamiento del aparato
digestivo, espese la sangre (para favorecer la
coagulación en caso de heridas), bombee sangre a los
músculos y órganos vitales de todo el
cuerpo.

El exceso de adrenalina liberado, tiende a descalcificar
los huesos,
provocando depósitos calcáreos en las paredes
arteriales, con su consecuente acción negativa sobre el
sístema inmunológico.

Enfermedades causadas o agravadas por el estrés
psicológico. Estos trastornos psicosomáticos
generalmente afectan al sistema nervioso autónomo, que
controla los órganos internos del cuerpo. Ciertos tipos de
jaqueca y dolor de cara o espalda, el asma, úlcera de
estómago, hipertensión y estrés
premenstrual, son ejemplos de alteraciones relacionadas con el
estrés.

Los médicos han reconocido desde hace tiempo que
las personas son más proclives a enfermedades de todo tipo
cuando están sometidas a un gran estrés. Los
acontecimientos negativos, tales como la muerte de un
ser querido, parecen causar el suficiente estrés como para
reducir la resistencia del cuerpo a la enfermedad. Sin embargo,
las circunstancias positivas, tales como un nuevo trabajo o el
nacimiento de un bebé en casa, también pueden
alterar la capacidad normal de una persona para resistir la
enfermedad. Los sociólogos han elaborado una lista de
situaciones vitales y han calculado el relativo efecto del
estrés en cada una de ellas. Así, por ejemplo, la
muerte del cónyuge encabeza la lista con un 100, mientras
que los problemas con
el jefe representan un 23; ser despedido, un 47; ir a la
cárcel, un 63; cambio en los
hábitos de sueño, un 16, y un 73,
divorciarse.

Causas

Aunque el estrés puede ejercer alguna influencia
sobre cualquier enfermedad, tales como catarro o tuberculosis, y
quizás incluso el cáncer,
afecta directamente a otras. Los científicos atribuyen al
menos parte de este efecto a la historia evolutiva,
argumentando que cuando había que vivir con constantes
amenazas físicas por parte de animales salvajes
y otros elementos, así como de otros individuos, el cuerpo
evolucionó ayudando a gestionar estas presiones
físicas. El corazón late más deprisa,
aumenta la presión de
la sangre y otros sistemas
corporales se preparan para enfrentarse a la amenaza. Cuando
alguien reacciona físicamente para salir de una amenaza,
estos sistemas retornan a la normalidad. Huir o luchar,
denominadas reacción de agresión o fuga, son
dos formas acertadas de combatir muchas amenazas físicas.
Sin embargo, el problema surge cuando el cuerpo está
preparado para enfrentarse al peligro pero no puede hacerlo.
Quedar atrapado en un atasco de tráfico, por ejemplo,
puede hacer que el cuerpo se prepare para una respuesta de
agresión o fuga, pero cuando no se puede tomar ninguna
acción, los sistemas corporales permanecen hiperactivos.
La repetición de experiencias similares de naturaleza
frustrante puede crear estados tales como la
hipertensión.

Hay muchos otros factores que también pueden
ocasionar alteraciones producidas por el estrés. Entre los
que actualmente se investigan podemos mencionar un cierto tipo de
conducta que los
científicos llaman ‘tipo A’, un término
que originalmente se aplicó a personas proclives a
enfermedades coronarias. El estilo de enfrentamiento tipo A,
caracterizado por una competitiva y absorbente intensidad, es
común en las sociedades
desarrolladas, y cada vez existen más pruebas de que esta
clase de conducta está asociada con una incidencia cada
vez mayor de varias alteraciones producidas por
estrés.

Tipos

La tensión alta o hipertensión es una de
las alteraciones más comunes que agrava el estrés.
Aunque no hay síntomas apreciables, la hipertensión
puede dañar los riñones y llevar a un ataque de
apoplejía.

Otras alteraciones relacionadas con el estrés y
de orden más común son los problemas
gastrointestinales. Los más serios son las úlceras
pépticas y la anorexia
nerviosa. Las úlceras están producidas por un
exceso de jugos gástricos o por una sensibilidad excesiva
en una zona de la pared digestiva, lo que causa náuseas y
dolor. La anorexia nerviosa, más común entre las
mujeres adolescentes,
se caracteriza por la negativa a comer, hasta el extremo de que
pueden llegar a morir. Otras alteraciones gastrointestinales
producidas por el estrés son las dolencias inflamatorias
del colon y el intestino, tales como la colitis ulcerosa y la
enteritis local.

Las alteraciones respiratorias también se pueden
ver afectadas por el estrés. La más común de
ellas es el asma, que puede estar producida por contratiempos de
tipo emocional. Los ataques de asma se caracterizan por respiración dificultosa, jadeos y la
sensación de asfixia. Además, el estrés
emocional puede causar o empeorar muchos trastornos de la
piel, desde
picores, cosquilleo y dolor hasta los que producen sarpullido y
granos.

Las situaciones más traumáticas, como
pueden ser accidentes, catástrofes o experiencias de
guerra pueden
ocasionar una alteración hoy llamada alteración de
estrés post-traumática. Conocida en tiempos de
guerra como neurosis de
guerra, esta alteración pasó a denominarse
así tras su aparición en ex-combatientes que
volvían de Vietnam e intentaban reincorporarse a la vida
civil. Sus síntomas, que pueden tardar meses en aparecer
tras observar un estado inicial de aturdimiento, incluyen la
irritabilidad nerviosa, dificultad en relacionarse con el entorno
y depresión.

Tratamiento

El tratamiento de las alteraciones producidas por el
estrés se limita a veces a aliviar el síntoma
físico concreto. Por
ejemplo, la hipertensión se puede controlar con
fármacos. Los tratamientos psicológicos van
dirigidos a ayudar a la persona a solucionar la causa del
estrés o bien a enfrentarse a ella de una manera
más eficaz. A menudo se recomienda la combinación
de tratamientos físicos y psicológicos.

BIBLIOGRAFIA

ENCARTA 98.

La ergonomía y el factor humano, Cap. 4,
pág. 72 a 80.

Revista UNIFORMADOS,Nº 21, pág. 62, art.
"ESTRÉS, aprender a vivir en equilibrio".

UNA VIDA MAS SANA, Colección Mayo Clinic Health
Letter, cáp. 22, "Como manejar el
Estrés"

LIBRO DE LA VIDA, Vol. 5, "El equilibrio
químico", pág.1934.

CIENCIAS DEL TRABAJO HUMANO Y …., Eduardo Giorlandini,
tomo 2, pág 82.

 

 

Cesar Nicolas Molina

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