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Gramsci y la filosofía




Enviado por rpupo



    Gramsci fue un intelectual orgánico. Precisamente
    su organicidad como hombre de
    pensamiento y
    acción se funda en un profundo conocimiento
    de la Filosofía y la Historia y una
    extraordinaria sensibilidad cultural para captar la realidad y
    sus necesidades con sentido político. En Filosofía,
    como en otros ámbitos de la cultura la
    hondura de sus reflexiones deviene legado necesario para la
    contemporaneidad.

    Sus reflexiones críticas en torno a "El
    materialismo
    Histórico y la filosofía de Benedetto Croce",
    entre otros, contiene profundas ideas esenciales sobre el devenir
    filosófico, sus determinaciones, condicionamientos y las
    múltiples mediaciones en que se conforma y despliega. El
    filósofo marxista, descontento con la concepción
    comúnmente aceptada de la historia de la
    filosofía como historia de las ideas de los filósofos, expone un conjunto de tesis
    sustancialmente enriquecedoras. Entre otras, sobresale la
    connotación sociocultural antropológica que imprime
    Gramsci a la historia de la filosofía. En su
    intelección la historia de la filosofía no es
    sólo historia del conocimiento, sino historia de la
    actividad humana -que incluye momentos de carácter
    gnoseológico, axiológico, práctico y
    comunicativo- encarnada en la cultura. En este sentido, hacer
    historia de la filosofía, es al mismo tiempo hacer
    historia del despliegue cultural del hombre en las varias
    expresiones de su ser esencial, sintetizados en la "historia
    concreta y completa (integral) (….) y sus formas diversas de
    combinación ideológica".

    Ante las preguntas ¿Qué es preciso
    entender por filosofía, por filosofía de una
    época histórica? Y ¿ Cuál es la
    importancia y el significado de la filosofía, de los
    filósofos en cada una de tales épocas?, la
    revelación Gramsciana y su agudo discernimiento resultan
    extraordinariamente sugerentes, tanto por los problemas que
    aborda, como por el espíritu escrutador que conduce el
    razonamiento. "Desde el punto de vista que nos interesa, el
    estudio de la historia y la lógica
    de las diversas filosofías no es suficiente. Por lo menos
    como orientación metodológica, -enfatiza el
    comunista italiano- es preciso atraer la atención hacia otras partes de la historia
    de la filosofía, esto es, hacia las concepciones del mundo
    de las grandes masas, hacia los más estrechos grupos dirigentes
    (o intelectuales) y, finalmente, hacia las relaciones existentes
    entre estos distintos complejos culturales y la filosofía
    de los filósofos. La filosofía de una época
    no es la filosofía de tal o cual filósofo, de tal o
    cual grupo de
    intelectuales, de tal o cual sector de las masas populares: es la
    combinación de todos estos momentos, que culmina en una
    determinada dirección y en la cual, esa
    culminación se torna norma de acción
    colectiva.."

    Hay una dialéctica inmanente en las concepciones
    histórico – filosóficas de A. Gramsci que recoge
    esencialmente lo más valioso aportado por el marxismo y
    otras corrientes del pensamiento universal. Una dialéctica
    con sentido integrador y voluntad cultural que no admite la
    filosofía como puro pensar de hombre iluminado con
    espíritu de profeta. En su concepción, la
    filosofía como actividad humana y resultado de ella,
    encarna la cultura en sus expresiones económicas, políticas,
    jurídicas, éticas, estéticas, etc. y en los
    niveles codianos, psicológicos e ideológicos,
    integrados en una especial concepción del mundo que da
    cuenta de la existencia humana en su devenir progresivo en la
    historia. Por ello, explica Gramsci: " la filosofía de una
    época histórica no es, por consiguiente, otra cosa
    que la " historia" de dicha época (…) Historia y
    filosofía son indispensable, en ese sentido forman un
    bloque". Un bloque en tanto formas diversas de
    "combinación ideológica" que compendia a manera de
    síntesis" (…) los elementos
    filosóficos propiamente dichos, en todos sus diversos
    grados: como filosofía de los filósofos, como
    concepciones de los grupos dirigentes (culturales
    filosóficas) y como religiones de las grandes
    masas (….)".

    Gramsci no niega el valor de la
    filosofía de los filósofos, lo que sí
    rechaza es que se eleve y estatuya como única
    filosofía, al margen de sus fuentes
    nutricias ( realidad, cultura, formas ideológicas) y los
    otros saberes producidos por las masas en sus diversas
    manifestaciones, que en última instancia, todos conforman
    la totalidad filosófica en forma de concepción del
    mundo.

    Al mismo tiempo, concibe la importancia histórica
    de una filosofía por la "(….) eficiencia
    "práctica" que ha logrado ( y " práctica" debe ser
    entendido en sentido amplio). Si es verdad que toda
    filosofía es la expresión de una sociedad.
    -enfatiza Gramsci- debería reaccionar sobre la sociedad,
    determinar ciertos efectos, positivos y negativos. La medida en
    que reacciona es la medida de su importancia histórica, de
    su no ser "lucubración" individual, sino hecho
    histórico".

    El filósofo de la praxis exige a la
    filosofía y a su movimiento
    histórico, ser conciencia
    crítica, si quiere cumplir la función de
    autoconciencia de la cultura y fermento epocal; y al
    filósofo, ser un hombre comprometido con su tiempo si
    desea seguir los latidos de la realidad y nutrirse de su savia
    histórica. De lo contrario, habrá filosofía,
    pero estéril y huérfana de identidad, es
    decir, carente de numen creador y vocación
    universalizadora. Una historia de la filosofía en el
    sentido gramsciano debe ser una empresa
    cultural, sin reducirse a una historia de la cultura. Una
    historia capaz de reflejar el devenir humano, conceptualmente
    estructurado y en su naturaleza
    sistémico- procesual", (….) como lucha cultural por
    transformar la mentalidad popular y difundir las innovaciones
    filosóficas que demuestren ser "históricamente
    verdaderas (….)

    Se trata además de una intelección con
    elan sociocultural antropológico, que sin convertirse en
    historia antropológica, hace del hombre y su subjetividad,
    centro del quehacer histórico-filosófico. Pero no
    del hombre concebido abstractamente, sino del hombre real, cuya
    esencia, concreta las relaciones sociales formadas en el praxis.
    Esta concepción, sí bien está presente en el
    legado marxista, Gramsci lo enriquece con su aprehensión
    de la relación base -superestructura como bloque
    histórico y la dimensión cultural de la
    filosofía en su historia.

    En la obra de Gramsci, la filosofía es producción espiritual del hombre que sin
    perder su espíritu cogitativo integrador, asciende de la
    realidad y desciende a ella para subvertir el presente y
    preludiar el futuro creadoramente. Según su criterio,
    "hasta la filosofía clásica alemana, la
    filosofía fue concebida como una actividad receptiva, a lo
    sumo, ordenadora; es decir, fue concebida como el
    conocimiento de un mecanismo que funciona objetivamente fuera
    del hombre. " Sin embargo la filosofía de la praxis sobre
    la base de los aportes de la filosofía clásica
    alemana" (…) plantea la inexistencia de una "realidad" fija por
    sí misma, sino solamente en relación
    histórica con los hombres que la modifican,
    etc.

    Las premisas gramscianas de partida sirven de pivoles
    teórico-prácticos para nuevos discernimientos de
    las mediaciones internas y externas de la filosofía y su
    naturaleza específica. El gran teórico marxista
    penetra con audacia en el proceso
    interno de la filosofía y revela múltiples aristas
    ínsitas en su lógica especial, pero no se queda
    aquí. Distingue la filosofía especializada, de
    elaboración individual y sistemática, de la propia
    del sentido común. Muestra el
    momento de negación o superación dialéctica
    de ambas y sus recíprocas implicaciones a partir de la
    filosofía de la praxis que asume como resultado superado
    de la cultura antecedente y superador del mundo cultural
    existente y sus expresiones en el sentido común que
    profesan las grandes masas. Sencillamente, "en la
    filosofía sobresalen especialmente los caracteres de la
    elaboración individual del pensamiento; en el sentido
    común, en cambio, los
    caracteres difusos y dispersos de un pensamiento genérico
    de cierta época y de cierto ambiente
    popular. Pero toda filosofía – continúa Gramsci-
    tiende a convertirse en sentido común de un ambiente, si
    bien restringido( de todos los intelectuales). Se trata por lo
    tanto, de elaborar una "filosofía que, teniendo ya
    difusión o difusividad por encontrarse conectada a la vida
    práctica, implícita en ella, se convierta en un
    renovado sentido común, con la coherencia y el nervio de
    los filosóficos individuales. Esto no puede lograrse si no
    se siente permanentemente la exigencia del contacto cultural con
    los "simples"

    Sólo en esta dirección, en opinión
    de Gramsci, la filosofía deviene realidad, deviene
    "histórica", se depura de los elementos intelectualistas
    de naturaleza individual y se hace vida".

    En su concepción, estos propósitos
    están contenidos en la filosofía marxista y debe
    asumirlos con eficacia, en
    tanto filosofa de la praxis, devenida autoconciencia
    crítica de la cultura, pues (…) en el trabajo de
    elaboración de un pensamiento superior al sentido
    común y científicamente coherente, no se olvida
    jamás de mantener el contacto con los "simples" y, antes
    bien halla en dicho contacto la fuente de los problemas que
    estudiar y resolver".

    En sus apuntes para una introducción y una iniciación en el
    estudio de la Filosofía y de la Historia de la cultura,
    además de enfatiza la función cosmovisiva de la
    filosofía y por extensión la demostración de
    su tesis de que todos los hombres son "filósofos", expone
    ideas sugerentes: " Hay que destruir el prejuicio muy difundido
    de que la filosofía es algo muy difícil por el
    hecho de que es la actividad intelectual propia de una
    determinada categoría de científicos especialistas
    o de filósofos profesionales y sistemático. "Por lo
    tanto, hay que demostrar preliminarmente que todos los hombres
    son "filósofos ", defendiendo los límites y
    las características de esta "filosofía
    espontanea, propia de "todo el mundo", esto es de la
    filosofía que esta contenida: 1) en el lenguaje
    mismo, que es un conjunto de nociones y de conceptos determinados
    y no solamente de palabras gramaticalmente vacías de
    contenido; 2) en el sentido común y buen sentido; 3) en la
    religión
    popular y por lo tanto en todo el sistema de
    creencias, supersticiones, opiniones, modos de ver y actuar que
    se revelan en aquello que generalmente se llama "folklore".

    El filosofo de la praxis, revela
    filosofía-sentido cosmovisivo-en el lenguaje, en
    el sentido común y buen sentido y en la religión
    popular y todos los sistemas de
    creencias, subrayando las funciones
    criticas, metodológica y práctica de la
    filosofía, en tanto aprehensión práctico-
    espiritual de la realidad por el
    hombre.

    Apela al " conócete a ti mismo socrático,
    como proceso iniciador de todo filosofar. Destaca el valor del
    lenguaje y su contenido filosòfico-cultural.

    Muestra la conexión entre el sentido
    común, la religión y la filosofía, y
    establece diferencias. "La filosofía es la crítica
    y la superación de la religión y del sentido
    común y en ese sentido coincide con el " buen sentido" que
    se contrapone el sentido común"

    Niega la existencia de una filosofía en general.
    En su criterio "existen diversas filosofía o concepciones
    del mundo y siempre se hace una elección entre ellos." Se
    opone a separar a la filosofía política, pues" (..)
    la elección y la crítica de una concepción
    del mundo es, también ello, un hecho
    político"

    Es indudable que estamos en presencia de un rico legado
    teórico-metodológico gramsciano en torno a la
    filosofía. Una herencia poco
    aprovechada por los historiadores y profesores de la
    filosofía. Este trabajo no agota la multiplicidad de
    contribuciones al tema objeto de estudio. Sólo se aproxima
    a algunos que requieren de sistematización y despliegue; y
    otros, ni apenas se esbozan. Ambos forma parte de un proyectado
    libro que
    espero sea realizado.

    Particularmente, las sabias reflexiones de Gramsci, como
    historiador de la filosofía marxista exigen especial
    atención. Su labor creadora como crítico de las
    tergiversaciones del marxismo resultan de gran valía y
    transcienden nuestro tiempo. Sus notas críticas sobre una
    tentativa de "Ensayo Popular
    de Sociología", por sí solas muestran
    la riqueza dialéctica del marxismo de Gramsci, en
    oposición a las tendencias de corte dogmático y
    positivista que se hacen llamar marxistas. Su trabajo sobre
    "Problemas para el estudio de la filosofía de la praxis",
    aporta varias ideas para la comprensión del marxismo en su
    génesis y desarrollo y
    como proceso de continuidad y ruptura que corona una nueva
    cultura que hace patente el valor del hombre, y la subjetividad
    humana en la radiación
    social.

    En fin, la obra de Gramsci tiene mucho que hacer en los
    tiempos que corren. La riqueza conceptual metodológica,
    teórica y práctica en sus concepciones
    filosóficas es imprescindible, tanto para el estudio de la
    filosofía en general, como para la historia de la
    filosofía marxista en particular.

    En los momentos actuales, cuando la realidad sólo
    es registrable y aprehensible en su

    complejidad, se exige de un pensamiento complejo con
    posibilidades infinitas de asumir lo esencial sin ignorar los
    detalles. Un pensamiento encarnado en la historia y la cultura,
    con fuertes raíces identitarias y vocación
    ecuménica. Aún Gramsci tiene mucho que decir,
    aunque lo dicho sean simples sugerencias, pero con luz de estrellas
    y cargadas de utopías.

     

     

    Dr. Rigoberto Pupo Pupo

     

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