A finales del siglo XX, ante el horizonte de un nuevo
mundo multipolar, globalizado y heterogéneo, se abre la
discusión sobre cuál debe ser el Modelo de
Desarrollo que
oriente a la sociedad hacia un
proceso
permanente y sostenible de crecimiento
económico y desarrollo
social.
La economía mundial con
posterioridad a 1998, bajo el auge neoliberal, ha experimentado
el declive más profundo de los últimos 50
años y el alto número de desempleados existentes en
Europa,
aproximadamente 18 millones de personas, no se conocía en
el período de la postguerra.
En el campo político el retroceso ha sido
similar. Europa se ha orientado definitivamente hacia la social
democracia.
Las elecciones legislativas de la Gran Bretaña y de
Francia,
realizadas en mayo de 1997, dieron como resultado el triunfo del
laborista inglés
y el socialismo
francés.
En los países latinoamericanos es cada día
más clamorosa la denuncia que la apertura de mercados
está traduciéndose en la destrucción de sus
sistemas
productivos, en la bancarrota de las pequeñas y medianas
empresas, en
el empobrecimiento de los agricultores, en la
concentración aberrante de la riqueza y el ingreso, en la
disminución de los salarios reales
de la mayoría de los trabajadores y en la extensión
de la pobreza y la
miseria en proporciones lacerantes.
Precisamente el último informe de
"Panorama Social", un documento que analiza la situación
del continente, de la Comisión Económica para
América
Latina y el Caribe (CEPAL), difundido en Santiago de Chile el 4 de
mayo de 1999, señala que la pobreza afecta a
200 millones de latinos, lo cual se ve agravado por factores como
el desempleo o la
desigual distribución del ingreso.
La CEPAL destaca que no se observa en la región
una tendencia a que mejore la distribución del ingreso,
que es la peor del mundo y no ha sido alterado por la
reducción de la pobreza. Un factor importante en esta
situación ha sido la transmisión generacional del
patrimonio y
de la
educación entre los sectores pobres, es decir, en
Latinoamérica el empleo y la
educación
se heredan.
En este contexto, se hace inaplazable la
implementación de un modelo alternativo de desarrollo que
priorice la incorporación de la mayoría de la
población a los procesos
productivos, de modo que puedan actuar como sujetos de su propio
desarrollo
humano integral y por esa vía avanzar consistentemente
en la solución de los problemas
sociales y económicos de la región.
En este sentido, la ciencia
económica y social ha avanzado en los últimos
tiempos, indagando sobre nuevos paradigmas que
permitan hacer una "relectura" de la realidad y avanzar en la
configuración de una nueva concepción del
desarrollo más cercana a la situación particular de
las personas.
Es así como a partir de la teoría
del "Desarrollo a Escala Humana",
propuesta por el economista chileno, Premio Nobel Alternativo de
Economía en 1983, Manfred Max-Neef se destaca
que:
Una economía, en consecuencia, que se preocupe
por el bienestar, debe ser una economía que no tenga
vergüenza, por ejemplo, de hablar como componente
fundamental de su disciplina, de
los sentimientos… Esto es lo que la Economía tiene que
rescatar. Los seres humanos no actúan en el mundo
económico, guiados por una mera racionalidad,
actúan también por pasión, por miedo, por
superstición, por creencias, por una cantidad de impulsos
que los inducen a actuar de la forma en que actúan;… un
economista que realmente se preocupe por tratar de
desentrañar el mundo económico debe entender que el
esfuerzo importante debe orientarse a ser capaz de interpretar,
de percibir, de evaluar ese mundo, más que de tratar de
medirlo con extrema precisión, de cuantificarlo, como ha
sucedido con esa extraña obsesión que ha influido
en la economía en los últimos 100 años o
algo más, al querer ser ciencia
exacta, como si eso le diera mayor status.
Y más adelante precisa:
Indudablemente, hay un componente cuantitativo, pero la
economía no puede reducirse a lo cuantitativo. La
obligación… es plantear las preguntas cualitativas, que
son las que definen la calidad de ese
desarrollo, no la cantidad.
El postulado básico del desarrollo a escala
humana sostiene que el desarrollo tiene que ver con personas y no
con objetos, nada más.
De esta importante contribución se podrían
derivar elementos esenciales para la construcción de un nuevo concepto de
desarrollo. Y es, por ejemplo, que una renovada concepción
del desarrollo no puede estar al margen de las personas, de los
seres humanos, de la potenciación de todas sus capacidades
y cualidades fundamentales que lo definen como tal. Una
definición amplia del desarrollo humano para una calidad de
vida óptima.
En este concepto de calidad de vida están
incluidas, además de tener en cuenta la
satisfacción de las necesidades básicas como
salud,
educación, recreación, vivienda, nutrición, etc., las
necesidades espirituales como la expresión
artística y lúdica, la solidaridad, la
trascendencia vital, la armonía con el ambiente,
entre otras, que contribuyen a un ser referido al desarrollo
integral.
Esta nueva concepción del desarrollo se opone
abiertamente a la idea de considerar el desarrollo como simple
crecimiento económico, caracterizada por el aumento en la
producción sin lograr la
distribución equitativa de su valor agregado
entre la gran mayoría de la población.
Así entonces, se trata de una nueva visión
del desarrollo que propugna por la realización del Ser de
manera integral, no solamente desde el punto de vista de su
crecimiento económico, sino además del disfrute y
calidad de su vida social, política, cultural y
espiritual.
Sin embargo, para alcanzar un desarrollo socio –
económico como el planteado anteriormente se hace
necesario que exista, en primer lugar, un aumento en la
producción de bienes y/o
servicios,
acompañado de un incremento en la productividad del
trabajo y en la calidad del mismo. Entendiendo por productividad
y calidad la posibilidad real de generar valor agregado al
proceso productivo social e individual.
En segundo lugar, es indispensable que ocurra una
distribución equitativa de los beneficios de esta
productividad y calidad del trabajo social e
individual, expresada a través de los bienes y servicios
producidos.
Pero esta distribución tan sólo se
podrá alcanzar en la medida en que se dé una
efectiva participación de la población en todo lo
relacionado con las decisiones que orientan el desarrollo de la
sociedad. Participación tanto en la generación,
distribución y consumo de la
producción social e individual.
Es así como desde la perspectiva del nuevo modelo
se requiere no sólo un esfuerzo redistributivo de la
riqueza y del ingreso sino también ampliar la capacidad
productiva de la población, a través del
mejoramiento de sus capacidades de trabajo, de su creatividad e
innovación.
Es decir, potenciar la capacidad del Hacer de las
personas, su productividad, su invención, su capacidad de
gestión
y liderazgo
empresarial, su espíritu emprendedor, de lucha , de
sobrevivencia.
Según DRUCKER, "En el curso de los
próximos cinco o diez años todos los
países… y todos los negocios
importantes dentro de ellos, tendrán que aprender a
innovar. De igual manera, todos los países tendrán
que aprender a estimular y formar empresarios"
Finalmente, un nuevo modelo de desarrollo debe preparar
a la gente para asumir los retos de la sociedad del conocimiento.
Evidentemente, los sistemas tradicionales de educación no
pueden habilitar y facultar la población para promover
talento humano, su creatividad y autoresponsabilidad que requiere
la sociedad del futuro, toda vez que se centra en el aprendizaje
memorístico, descontextualizado y a veces
ahistórico.
En este sentido se requiere una importante inversión en la educación de la
población. Precisamente porque el
conocimiento es el recurso central de la nueva sociedad del
futuro. Además, el aprendizaje debe
ser un proceso continuo, permanente e integral con el conjunto de
la vida económica, política, social y
cultural.
Para Drucker, una persona educada "
es la que es capaz de poner en relación un área de
conocimientos especiales con el universo del
conocimiento y de la experiencia humana… El reto que se nos
presenta es cómo volver a hacer del conocimiento un medio
de desarrollo humano"
Por lo anterior, además de requerirse de una
importante inversión en el Ser y en el Hacer, es
imprescindible también una opción por el Saber de
la población. Ir más allá del conocimiento
como herramienta del sistema
productivo y tecnológico y recuperar la educación
como el camino hacia la sabiduría y la libertad.
De esta manera, un nuevo modelo de desarrollo debe
articular en un todo tres importantes dimensiones del desarrollo
humano integral: el Ser, el Hacer y el Saber. Es una nueva
concepción sistémica, triádica y
holística, que pretende superar las anteriores expresiones
de desarrollo unidimensional, monádico y desarticulado de
la realidad y de la experiencia vital de los seres
humanos.
DATOS DEL AUTOR
Gabriel Rangel Mogollón
Economista Especialista en Formulación,
evaluación y gerencia de
Proyectos
Sociales y de Desarrollo
Especialista en Pedagogía para el desarrollo del
aprendizaje Autónomo
Manejo de Residuos sólidos domiciliarios
Municipales e Impacto Ambiental
Diplomado en Investigación Cualitativa
Catedrático Universitario en las áreas de
Sociohumanidades y en Economía.