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México Sus Partidos Políticos en el año 2000 (página 4)




Enviado por ivan_escalona



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GILBERTO
RINCÓN GALLARDO

Compañeras y compañeros: Hace apenas pocos
años, los grandes de este mundo, los corifeos y los
siervos de esos grandes, nos proponían una imagen del mundo
a partir de la caída del Muro de Berlín, de paz y
de desenvolvimiento pacífico. Hablaban de un
‘nuevo orden mundial’, de una época en
la que la lucha de clases habría terminado, de una
época en la cual la cuestión de la
transformación de esta sociedad no estaba más a la
orden del día.

Compañeros, Lenin acostumbraba a repetir un viejo
proverbio ruso: los hechos tienen la cabeza dura. Y los hechos
han tendido la cabeza dura. Estas ilusiones de los grandes de
esta tierra y de sus siervos, han chocado con el desarrollo de la
lucha en los últimos años. En Corea, el país
símbolo de las transformaciones tecnológicas del
capitalismo
moderno, tal cual nos era presentado, en Indonesia hoy, en
Albania dos años atrás, hemos visto desarrollarse
en el mundo, frente a una crisis capitalista, respuestas o
tentativas de respuesta de la clase obrera y de las masas
oprimidas, de los más diversos países del mundo. Y
esta respuesta se ha desarrollado incluso en el Viejo Continente,
padre del capitalismo y del imperialismo,
en la Europa
occidental. ¿Quien habría pensado, hace apenas tres
años, que se desarrollaría en Francia en
contra del gobierno de centroderecha y de su proyecto de reforma
jubilatoria, el más grande movimiento huelguístico
desde el Mayo de 1968?

Naturalmente, nosotros, como Asociación
Marxista Revolucionaria Proposta
, entendemos que la realidad
debe ser analizada con nuestro propio método, o
sea no apenas teniendo en cuenta sus aspectos positivos sino
también los otros, las contradicciones.

La lucha por una nueva dirección revolucionaria
se desarrolla en un cuadro que, también lo sentimos
así en Italia y en
Europa, amplía el espacio para los marxistas
revolucionarios, o sea para los trotskistas. Porque vivimos
todavía las consecuencias, que en este sentido son
positivas, del papel del derrumbe del stalinismo en el plano
internacional.

Porque si ciertamente los acontecimientos en el este
europeo representaron un retroceso para la clase obrera a causa
del avance del proceso de restauración capitalista, la
caída de aquello que fue una agencia del dominio
imperialista sobre el mundo, la dirección stalinista,
tiene un efecto positivo sobre la lucha de clases y para la
perspectiva de la IVª Internacional.

En los países en que el stalinismo tenía
un papel dominante en Europa Occidental, los casos concretos de
Italia y Francia, se abre un espacio político sin
precedentes. En el Partido Comunista francés, diversos
militantes con años y hasta décadas de militancia
dentro de este partido, han iniciado dentro de él una
batalla abierta contra la política de colaboración
de clases de su dirección. Quién hubiera pensado
que se podría desarrollar abiertamente una tendencia en el
Partido Comunista más stalinista de Europa occidental tan
claramente referida a estas tendencias
revolucionarias.

Nuestro trabajo en el interior del Partido de la
Refundación Comunista tiene por eje justamente el final
del dominio stalinista no solamente en Italia, sino
también a nivel internacional. Es a partir de este trabajo
que se da en el cuadro de la crisis del stalinismo, que en Italia
se dio un reagrupamiento político después de la
caída del Muro de Berlín, que reunió una
gran parte de lo que eran las fuerzas del antiguo Partido
Comunista y también a una gran parte de lo que
antiguamente fue la llamada extrema izquierda. Esto ha permitido
a un grupo relativamente pequeño como el nuestro, hablar y
dirigirse a decenas y decenas de miles de militantes que
constituyen la vanguardia de clase del proletariado italiano. Y
que nos permitió reagrupar en el interior de este partido
de la Refundación Comunista, bajo la bandera del
trotskismo consecuente, a centenas de militantes de diversos
orígenes tanto del antiguo Partido Comunista como de la
antigua extrema izquierda, como de la juventud radicalizada y
luchadora de los últimos años.

Esta es la cuestión central. Nunca se
trató, para nosotros, de adaptarnos a una fuerza que
aparecía como más antagonista o más de
izquierda, sino de llevar a la vanguardia revolucionaria el
programa revolucionario, aprovechando esa oportunidad. Porque no
es válida en una situación como la actual una
respuesta apenas parcial a los problemas que están
planteados por el desarrollo de la lucha de clases. Y así
lo que sucedió es que un partido que nació
intentando preservar la referencia comunista y el antagonismo
clasista se ha transformado en pocos años hasta adaptarse
completamente al dominio capitalista en Italia.

En primer lugar, porque no fue capaz de dar respuesta a
los amplios movimientos de clase que también se han
desarrollado en Italia, en primer lugar las grandes luchas de fin
de 1994 contra la reforma jubilatoria, que tuvieron envergadura
semejante a las que se desarrollarían después en
Francia. La conducta de ese
partido fue la de adaptarse completamente al movimiento y a sus
tendencias espontáneas, recusando la propuesta, lanzada
sólo por nuestra corriente, tanto al interior de este
partido como fuera de él, de organizar la huelga general
hasta la retirada definitiva del proyecto de reforma jubilatoria
por parte del gobierno.

En segundo lugar, debido al nacimiento, como respuesta a
la crisis política italiana, de un gobierno de
centroizquierda. Un gobierno basado en una alianza de los
representantes del gran capital con los represntantes de la
burocracia
sindical y de las direcciones de los partidos mayoritarios de
izquierda. Un gobierno que desarrolló una ofensiva
neoliberal contra las principales conquistas de las masas, como
se hizo en otros países europeos. Y en estas condiciones
el Partido de la Refundación Comunista, le brinda el
llamado ‘apoyo externo’; lo que privó a
la clase obrera de un punto de referencia antagónico al
actual gobierno.

Es por eso que el eje central de nuestra lucha en el
interior de este partido es la lucha contra la
colaboración de clases y, por lo tanto, la lucha contra el
apoyo que este partido da al gobierno de centroizquierda. Pero a
diferencia de otras fuerzas, centristas y confusas, que se
limitan a plantear que el partido de la Refundación
Comunista debe dejar de apoyar al gobierno de centroizquierda,
nosotros planteamos también la necesidad de dotar a la
clase obrera de un programa anticapitalista. Y de dotarse de un
programa que signifique una movilización general inmediata
en torno a cuatro consignas: por la reducción
drástica del horario de trabajo en términos reales,
por un salario a los desocupados, por la transformación de
todos los contratos
precarios y flexibles en contratos estables por tiempo
indeterminado y por un aumento general de salarios igual para
toda la clase obrera; y con ese programa constituir un bloque
social de la clase obrera y la juventud desocupada con base en un
programa anticapitalista.

Esta es nuestra batalla, tiene una finalidad
político-organizativa específica, nunca nosotros
afirmamos la posibilidad de reformar o de regenerar el Partido de
la Refundación Comunista.

Para nosotros ésta es la única perspectiva
realista, tanto en Italia como en el mundo entero. Ahora podemos
repetir las palabras con las que León Trotsky cerró
su análisis de la Revolución
Rusa, pero no de la victoriosa sino de aquella que
fracasó, de 1905, que preparó el camino para la de
1917: "Cuando las obras de los grandes de este mundo, las obras
de sus siervos y las obras de los siervos de sus siervos
estén pulverizadas, muchos de los partidos actuales
estarán sepultados, en ese momento la causa que servimos
se impondrá al mundo, y nuestro partido se
transformará entonces, en el gran partido de la humanidad
que será finalmente dueña de su propio
destino".

¡Y así será
compañeros!

Programa de Acción

Democracia Social es un partido político nacional
que coincide con la herencia que el
pensamiento liberal del siglo XIX legó a los mexicanos,
con la voluntad de aquellos que buscaron instituir las libertades
y los derechos individuales por encima de cualquier tipo de
fueros y privilegios. De la misma manera, asume el ideario de
quienes lucharon en la Revolución de 1910 para instaurar
los derechos sociales que dieron origen a la Constitución
de 1917. En Democracia Social nos sentimos partícipes de
la lucha política del progreso y de todos aquellos
ciudadanos que con su esfuerzo abrieron en el siglo XX el camino
hacia un México más libre y
democrático.

Democracia Social quiere participar en la
transición política que está viviendo
nuestro país para contribuir a la gobernabilidad
democrática y para consolidar los derechos
políticos y sociales. Somos un partido comprometido con
las exigencias y los retos de la sociedad mexicana del
próximo siglo, y queremos colocar el pensamiento
socialdemócrata en el centro de un nuevo espacio de
coexistencia política a través de una voluntad
crítica y propositiva.

Democracia Social reconoce en los valores de
la democracia su principal matriz
cultural y en la exigencia de generar propuestas factibles a
favor del bienestar social su principal compromiso. Nos anima la
convicción de que las libertades individuales y la
justicia social son condiciones esenciales para el desarrollo
incluyente de nuestro país, porque en su conjunto y en su
armonía se encuentra la clave para la construcción
de una sociedad más solidaria y diversa, verdaderamente
libre y segura, respetuosa y promotora de la
pluralidad.

Nuestro partido busca promover una nueva relación
entre el Estado y la sociedad, que impulse reformas a las
instituciones y a las políticas públicas, que
dé paso a una nueva institucionalidad democrática,
a la construcción de una verdadera ciudadanía y a
la existencia de un verdadero Estado de derecho, en donde se
generen mecanismos redistributivos de la riqueza y mayores
oportunidades de desarrollo para todos los mexicanos.

Este Programa de Acción resume los principales
postulados ideológicos de Democracia Social y propone las
medidas para alcanzar los objetivos enunciados en nuestra
Declaración de Principios, por lo que servirá de
base para la construcción de la Plataforma Electoral de
Democracia Social en las próximas elecciones federales del
año 2000. En esa medida, Democracia Social
realizará foros, seminarios y mesas de trabajo que nos
permitirán preparar la participación activa de
nuestros militantes en los procesos electorales.

1. Por una institucionalidad
democrática

Democracia Social parte del reconocimiento y del respeto
a las distintas expresiones individuales y sociales, en cuya
diversidad reside la mayor riqueza de la democracia. Así,
consideramos que la construcción de un Estado mexicano
moderno no depende del triunfo de un partido político o de
un candidato, sino de los alcances políticos y sociales de
la pluralidad. Nadie tiene derecho a personalizar la democracia.
La democracia somos todos.

La sociedad, plural, demanda canales y espacios propios
de decisión, por lo que ésta deberá
participar activamente en la reforma del Estado. Consideramos que
es necesario recuperar el sentido de la política,
concebida como tarea de diálogo y consenso, de tolerancia
y construcción; de imaginación y responsabilidad al
servicio de las personas y del desarrollo
social. Democracia Social quiere distinguirse por presentar
con claridad a la sociedad las propuestas y los proyectos con los
que está comprometida.

Combinar y equilibrar las acciones del Estado y de las
organizaciones políticas con las potencialidades de la
sociedad civil es el único camino para lograr el
desarrollo pacífico y sostenido. Una sociedad demandante,
pero también propositiva y responsable, y un sistema de
partidos abierto, competitivo y respetuoso pueden ser los ejes de
un proyecto moderno y progresista de Nación. Así,
es preciso encontrar el justo equilibrio entre la democracia
representativa y la democracia participativa, que dé al
ciudadano la posibilidad de intervenir de forma más
directa en la toma de decisiones públicas.

 1.1 Por la construcción de una verdadera
ciudadanía

Para Democracia Social el ideal democrático no se
limita al sufragio universal sino que debe extenderse al pleno
goce de las libertades ciudadanas, así como al ejercicio
cotidiano de una cultura cívica y política en la
que la construcción de una ciudadanía responsable
conduzca al ejercicio democrático del Estado y de su
gobierno.

Estamos comprometidos a trabajar por una sociedad en la
que se ejerzan las garantías individuales a cabalidad y el
ejercicio del poder se sujete estrictamente a la ley y al orden
constitucional. Este compromiso deberá trascender de los
preceptos legales enunciativos y discursivos para lograr el
ejercicio real de los principios contenidos en nuestra
Constitución.

En Democracia Social dedicaremos nuestro mejor esfuerzo
a la formación y a la consolidación de una cultura
de respeto y tolerancia entre las personas, que permita a todas
el despliegue de sus vocaciones y de sus propias capacidades.
Hoy, es urgente un debate generalizado de todas las voces de
nuestro país, de un diálogo entre sociedad,
partidos y gobierno para reorientar su rumbo.

Ante los cambios que vive México, Democracia
Social se pronuncia por una transición gradual y pactada.
Para ello, es necesario que las nuevas reglas, mecanismos e
instituciones que han de sustituir a los componentes del viejo
sistema se apoyen en la certidumbre, la estabilidad y la nueva
gobernabilidad.

1.2 Por un Estado enraizado en la
sociedad

Una sociedad democrática requiere de la
existencia de organizaciones interlocutoras y representativas de
la diversidad ciudadana, por lo que en Democracia Social
proponemos una nueva definición de lo público
entendiéndolo como un espacio no patrimonial y mucho menos
exclusivo del gobierno. Lo público para Democracia Social
es un espacio de libertad y también de responsabilidad
colectiva en la toma de decisiones. Por ello, Democracia Social
trabajará en relación estrecha con las
organizaciones sociales y con los ciudadanos. Deseamos establecer
un compromiso con la sociedad para promover de manera conjunta
iniciativas y propuestas que contribuyan a solucionar la vasta
problemática del país.

Nuestro propósito es un gobierno de los
ciudadanos y no sólo de los partidos, en el que el Estado
se encuentre verdaderamente enraizado en la sociedad y
ésta a su vez asuma responsabilidades formales de
participación. Este propósito deberá
manifestarse en la participación ciudadana para la
planeación y supervisión de los programas de
Democracia Social y en la definición de compromisos con
los ciudadanos para que todos participemos en forma activa y
propositiva.

1.3 Por un verdadero Estado de derecho

En Democracia Social entendemos el Estado de derecho
como aquel que garantiza a sus ciudadanos una convivencia
pacífica mediante el ejercicio pleno de las
garantías individuales y de los derechos humanos, en el
que sus individuos respetan las normas y leyes por
convicción, pero el Estado tiene también la
capacidad efectiva de hacer respetar la ley. Así, la
primera intención de Democracia Social es el
restablecimiento un verdadero Estado de derecho en
México.

Dentro de este Estado de derecho, Democracia Social se
propone dar una solución integral al problema de la
inseguridad pública, involucrando en ella a todos los
integrantes de la sociedad y vinculándola directamente a
los problemas de procuración e impartición de la
justicia, así como a los de carácter estructural en
la distribución de la riqueza.

Con respecto a la inseguridad pública y al
crecimiento de la delincuencia,
Democracia Social está convencida que la solución
se encuentra en un verdadero enfoque integral que logre abatir la
impunidad y en el que la posibilidad de recibir una pena por
delinquir sea más relevante que la dureza misma del
castigo.

Una verdadera seguridad pública no puede ser
sólo responsabilidad de las fuerzas del orden. Es
necesaria una reestructuración completa de los cuerpos de
seguridad que los profesionalice verdaderamente para que, con
resultados concretos, recuperen la confianza de la
ciudadanía.

Democracia Social considera que, si bien el problema de
las drogas y del
narcotráfico están estrechamente vinculados,
también es necesario verlos como dos asuntos separados y
distintos que requieren de estrategias diferentes. Así, el
problema del consumo de drogas debe
ser enfrentado por el Estado como asunto de salud
pública, mientras que el del narcotráfico tiene
una lógica
de carácter económico en un contexto de mercado
negro.

Nuestro partido considera necesario cambiar el enfoque
de la estrategia contra las drogas para dirigir los esfuerzos del
Estado a reducir la demanda de los consumidores. Consideramos que
una política de reducción de la demanda en el
consumo de fármacos tiene mucho más posibilidades
de éxito que la que privilegia el combate policiaco de un
mercado cada día más poderoso en nuestra
sociedad.

Democracia Social considera que, para luchar contra las
adicciones, el
Estado debe asegurar una política educativa e informativa
que permita a niños, jóvenes y adultos desarrollar
actitudes responsables y conscientes frente al uso de las drogas
y a sus consecuencias en la salud. El Estado debe promover,
así, alternativas de ocio y actividades deportivas que se
conviertan en canales distintos de recreación
para la juventud.

Democracia Social comprende, asimismo, que el
fenómeno del narcotráfico es un problema de
carácter mundial que se acentúa con la
globalización. Por ello, cualquier propuesta realista de
acción sólo será posible a través de
la coordinación y la cooperación
internacionales.

1.4 Por la igualdad en la diversidad

Democracia Social busca impulsar una nueva cultura de la
diversidad que garantice la igualdad ante la ley sin importar
sexo, etnia,
posición económica, edad, orientación sexual
o discapacidad
física. Nos proponemos impulsar acciones que garanticen el
ejercicio de una sexualidad
responsable que asegure el derecho a la salud reproductiva de las
mujeres a través de campañas de información
objetivas y plurales. Luchamos porque se garantice también
la maternidad libre y responsable, así como voluntaria de
las mujeres, por lo que nos comprometemos a promover las reformas
legislativas y las políticas públicas necesarias
para alcanzar este objetivo.

Democracia Social está consciente que las mujeres
sufren las consecuencias de una cultura familiar, social, laboral
y política inequitativa que se encuentra todavía
muy arraigada en nuestra sociedad. Por ello, promoverá la
transformación de todos aquellos patrones culturales a su
alcance que fortalezcan o alienten esas relaciones.

Democracia Social busca replantear las relaciones
culturales de los pueblos indios con el resto de la sociedad para
garantizar que, dentro de la pluralidad, sea posible la igualdad.
Entendemos que las comunidades indias tienen identidades
culturales particulares, lo que hace indispensable establecer una
actitud de respeto y de convivencia recíproco. De esta
manera, el derecho a preservar los usos y costumbres de los
pueblos indios deberá ser garantizado por el Estado,
siempre y cuando éstos no atenten contra los derechos
fundamentales del individuo, consagrados en nuestra
Constitución y en nuestras leyes generales.

Democracia Social está consciente de la
posición de desventaja que enfrentan la niñez y las
personas de la tercera edad de cara a la dinámica de
nuestra sociedad, por lo que buscará adecuar normas,
transformar inercias culturales y proteger, a través de la
promoción de sus propios derechos, a todos
aquellos grupos especialmente vulnerables.

 1.5 Por el federalismo y la cohesión
nacional

Democracia Social reconoce que en la diversidad regional
y cultural radica una de las mayores potencialidades del
país y en la pluralidad de sus estados y municipios la
mayor riqueza social para resolver los problemas nacionales.
Así, consideramos fundamental impulsar un espíritu
y un sistema federales que refuercen la soberanía de los
estados y la libertad de los municipios para asegurar una mejor
cohesión nacional.

Para Democracia Social la idea de un federalismo moderno
implica el principio de subsidiariedad, que entendemos como un
límite de competencia entre distintas partes, en el que la
esfera de gobierno más amplia, es decir, la
federación, interviene solamente en los asuntos locales
cuando su actuación es más efectiva en su radio de
acción.

La subsidiariedad en el ámbito fiscal significa
que la federación recauda y conserva sólo los
recursos necesarios para mantener la cohesión nacional y
la solidaridad entre las regiones. Por lo tanto, creemos que es
necesario impulsar un nuevo federalismo que distribuya de
distinta manera las responsabilidades en materia del cobro de los
impuestos locales y haga más solidarias y productivas las
transferencias fiscales federales.  

1.6 Por un Estado laico

En Democracia Social asumimos los valores del laicismo
como conquista irrenunciable. Concebimos a México como una
Nación en la cual el Estado no se entromete en asuntos de
carácter religioso y las iglesias no deben ejercer poder
político alguno. En ese sentido, asumimos un compromiso
inequívoco con la libertad de creencias y de
cultos.

Democracia Social considera inadmisible cualquier tipo
de discriminación por razones de creencias y,
dado que México es un país en el que existe
pluralidad religiosa, el Estado tiene la obligación de
garantizar la libertad de culto y de evitar cualquier
persecución por ese motivo. Nos comprometemos a promover
activamente los valores del respeto, de la tolerancia y de la
convivencia entre confesiones distintas y a trabajar por la
reconciliación de las comunidades divididas por sus
creencias.

 1.7 Por el derecho a la información y el
fortalecimiento del papel de los medios de
comunicación

Democracia Social reconoce el papel fundamental que
tienen los medios de comunicación en la
construcción de un Estado de derecho democrático,
en el que su papel es ejercer plenamente la libertad de
opinión y, al mismo tiempo, participar y garantizar el
derecho ciudadano a la información.

Democracia Social promoverá acuerdos entre los
medios de comunicación y el gobierno, con el fin de
establecer un código
y un compromiso ético de acción periodística
en el que se asegure el derecho a la información,
así como la libertad de opinión.

2. Desarrollo Económico
Incluyente

2.1 Por una economía de
certidumbre

La realidad nos ha demostrado que la libertad
irrestricta del mercado no genera, por sí misma, una
prosperidad colectiva, ni responde al interés general de
la sociedad. Sin embargo, estamos conscientes también que
el mercado es el instrumento económico más eficaz y
real para la generación de riqueza.

En Democracia Social proponemos una política
económica que garantice la estabilidad y dé
certidumbre a toda inversión, promoviendo y estimulando la
productiva sobre la especulativa, que impulse la
descentralización y el desarrollo regionalmente
equilibrado, que genere las economías de escala tan
necesarias para atraer la inversión, que asegure la
racionalidad en el aprovechamiento productivo y sustentable de
los recursos naturales; y sobre todo, que asuma el reto de
armonizar los objetivos de estabilidad y crecimiento, con las
exigencias del bienestar social.

Creemos que el Estado debe asumir una función
mediadora entre lo que requiere el mercado y lo que requiere la
sociedad, entre el equilibrio económico y la
reducción de la desigualdad. En este sentido estamos por
una economía de mercado, no por una sociedad de mercado.
El principio que guía nuestra concepción de la
relación entre la economía y el Estado no es
dogmático sino pragmático: Tanto mercado como sea
posible, y tanto Estado como sea necesario.

Los procesos de negociación abierta y el
establecimiento de consensos entre todos los actores
económicos deben ser la base para conjuntar crecimiento
económico y la estabilidad con justicia social. El papel
del Estado en la economía debe circunscribirse al
principio de subsidiariedad, es decir, que la
participación de las instituciones estatales debe
desplegarse solamente como árbitro de los actores
económicos, o cuando la cohesión social se
encuentre en peligro.

2.2 Por un desarrollo sustentable

En Democracia Social reconocemos la necesidad de
alcanzar un desarrollo que además de sostenido sea
también sustentable y de que en la sociedad los individuos
tengan conciencia de su responsabilidad con el planeta. Para
nuestro partido la calidad de vida de todos los ciudadanos se
encuentra directamente vinculada a un medio ambiente sano, por lo
que su salvaguarda y conservación habrán de ser un
eje que articule todas las políticas de Democracia
Social.

Consideramos necesario modificar ciertas
prácticas de nuestra sociedad, a través de una
política económica congruente con el respeto al
medio ambiente que permita la preservación,
renovación y conservación de nuestra cada
día más escasa riqueza natural a través de
la promoción de una cultura ecológica que logre
crear una verdadera conciencia entre los ciudadanos y que permita
un frente común contra el problema. Es en este sentido que
consideramos la política ambiental como una
política de Estado de amplísimo alcance.

Democracia Social considera que el derecho de los
individuos y grupos a realizar las actividades económicas
de su elección debe siempre supeditarse al derecho social
de vivir en un medio ambiente sano, por lo que vigilará el
cumplimiento efectivo de la regulación existente en
materia ambiental para toda la actividad
económica.

2.3 Por una reforma fiscal integral

Nuestro país posee actualmente una de las tasas
más bajas del mundo en materia de recaudación
tributaria, lo que le impide, en la práctica, al Estado
contar con mayores recursos para cumplir con eficacia con todas
sus obligaciones. Es urgente, por lo tanto, fortalecer todos los
aspectos de la administración tributaria y al mismo tiempo
cambiar la percepción
de ilegitimidad que una gran parte de la ciudadanía tiene
sobre la gestión gubernamental.

Democracia Social busca la equidad y la eficiencia en la
relación impositiva de los ámbitos federal, estatal
y local, por lo que considera indispensable concretar una reforma
integral que se traduzca en un sistema fiscal más
equitativo, que reconozca las diferencias en los distintos
niveles de ingreso y que haga más progresivo y justo el
actual sistema tributario. Este nuevo esquema buscará
ampliar la base de los contribuyentes y otorgar facilidades e
incentivos a la inversión de la iniciativa privada y
social.

2.4 Por un empleo digno y bien
remunerado

Democracia Social busca el acceso de todos los mexicanos
a un empleo digno y bien remunerado, a partir del desarrollo de
sus capacidades personales y de la adquisición de
conocimientos que les faciliten el progreso material y
profesional en su ocupación y en su vida profesional,
poniendo énfasis en la capacitación permanente y en
el aprendizaje
de oficios necesarios para la sociedad.

Nuestro partido considera de gran importancia el papel
de las organizaciones sindicales como interlocutoras
fundamentales para establecer acuerdos entre los trabajadores y
los empresarios. La relación entre éstos y el
gobierno deberá regirse por acuerdos libres y
democráticos y no por componendas corporativas y
clientelares. Por ello, Democracia Social alentará una
reforma a la ley laboral que haga efectiva la libre
sindicalización, así como la democratización
de las reglas que rigen la titularidad de los contratos
colectivos de trabajo, a fin de fortalecer la legitimidad y la
capacidad de gestión de las organizaciones vinculadas al
mundo del trabajo.

El problema del desempleo habrá de ser enfrentado
fundamentalmente a través del crecimiento general de la
economía y del desarrollo de alternativas
autogestionarias, tales como cooperativas o
empresas de tipo social, para que los trabajadores actualmente
desocupados tengan una forma digna de ganarse la vida.

Democracia Social considera necesario impulsar reformas
que permitan contar con un mejor sistema de seguridad social que
incluya un seguro para el desempleo y pensiones dignas para los
jubilados. Nuestro partido propone la integración de un
solo sistema de seguridad social para los trabajadores de los
sectores público, privado y social, que sea
autónomo del Estado y asegure un manejo financiero
íntegro y transparente de todas las aportaciones
destinadas a tal fin.

 2.5 Los empresarios como promotores del
desarrollo.

En Democracia Social creemos que los empresarios tienen
ante sí la oportunidad y la responsabilidad de asumir el
papel de promotores del desarrollo económico y
social.

Estamos convencidos que en la certidumbre para la
propiedad
privada y social y en las políticas de estímulo y
fomento a las actividades empresariales se encuentran las
premisas fundamentales para garantizar la inversión y el
crecimiento de nuestro país. Creemos también que la
construcción de empresas sólidas y competitivas
debe ser una prioridad de la sociedad, aunque es inaceptable que
el progreso de las empresas descanse en los bajos salarios y en
un entorno laboral y sindical desventajoso para los
trabajadores.

La estabilidad económica requiere de
modificaciones en la política de promoción de la
inversión productiva para impulsar a las pequeñas y
medianas empresas, que generan una parte muy importante del
empleo nacional. Por ello, son indispensables la
ampliación de facilidades para su creación y la
eliminación sustancial de trámites de
instalación y operación.

 2.6 Por la liberación del potencial
productivo de la sociedad rural

En Democracia Social queremos participar en la
construcción de una sociedad rural en la que los niveles
de ingreso, bienestar y seguridad social sean dignos para todos
los campesinos. En el desarrollo rural deberán concurrir
iniciativas y recursos públicos, privados y sociales en un
marco de seguridad jurídica para la
inversión.

Democracia Social considera que los productores
agrícolas deben tomar el control de sus propios procesos
productivos, decidir libremente las formas de tenencia de
la tierra y de
asociación que les sean más provechosas e indicar
las prioridades para la elaboración de programas de
fomento y desarrollo regional. El Estado deberá intervenir
en el campo para apoyar a los sectores más rezagados y
desprotegidos del ámbito rural.

Democracia Social se propone dar un nuevo impulso a la
economía del medio rural para obtener una mayor cantidad
de recursos financieros y técnicos que capitalicen y
diversifiquen sus procesos productivos. Aunado a ello es muy
importante insistir en la creación de organismos que
apoyen la comercialización.

 3. Por un Desarrollo Social
Incluyente

En Democracia Social queremos construir un espacio
político que responda a las demandas de equidad y justicia
social que gran parte de las mexicanas y los mexicanos de hoy
reclaman.

Entendemos que drásticos y profundos cambios han
modificado la estructura social y económica del
país en los últimos años: cambios impulsados
sobre todo por políticas económicas que han
resultado en un desarrollo socialmente excluyente que margina las
aspiraciones esenciales de equidad y bienestar social para las
mayorías. Por ello, en Democracia Social asumimos el
compromiso de diseñar políticas económicas
que combatan en forma distinta la pobreza, la marginación
y la injusticia social.

Democracia Social considera indispensable vincular la
política económica con la política social
para romper las causas estructurales que rezagan a los grupos
sociales menos favorecidos. Esto implica asegurar el
desarrollo económico endógeno, particularmente el
de los grupos más empobrecidos, permitiéndoles
alcanzar niveles mínimos de bienestar en un ambiente
económico cada vez más competitivo. Recuperar ese
sentido de lo social, moderno, solidario y responsable de la
economía es objetivo esencial de Democracia
Social.

El propósito de nuestro partido es construir un
acuerdo social del que surja un Estado con capacidad de impulsar
la justicia y de influir en la distribución de la riqueza.
Necesitamos un Estado fuerte que logre una economía de
mercado exitosa y para ello es necesario recuperar la capacidad
adquisitiva del salario, fomentar la autogestión
económica, instrumentar una política fiscal
más equitativa y moderna apoyar a los productores del
campo y establecer sistemas
eficientes de seguridad social que incluyan el seguro al
desempleo. La política redistributiva debe estar en el
centro de una reforma económica para el crecimiento, de
tal modo que, al mismo tiempo que se asegure un desarrollo
estable, se mejoren las condiciones de vida de la
población.

Democracia Social propone construir un nuevo pacto
representativo del mundo del trabajo, del capital y de la
política, ya que el actual carece de vigencia y sus
deformaciones clientelares lo hacen inoperante. Por ello nos
esforzaremos para crear un lugar de convergencia en el que puedan
estar representados sindicatos, empresarios, productores
agrícolas, académicos, partidos políticos y
gobierno.

 3.1 Por una educación integradora de la
sociedad

Para Democracia Social la educación tiene una
importancia decisiva en tanto que instrumento por excelencia para
la formación y el despliegue de las vocaciones y las
capacidades humanas, así como para la incorporación
productiva de las personas en la vida social y económica.
Consideramos la educación como el mejor instrumento para
lograr una distribución eficiente del ingreso, al ser
condición para la competitividad, la productividad y el
progreso técnico, cultural y económico.

Democracia Social propone un amplio proyecto de reforma
educativa que ponga el acento en una formación con sentido
humano, solidaria y responsable, que capacite para el empleo con
opciones que satisfagan las necesidades de nuestra
economía y de nuestra sociedad y permita hacer frente a
los retos de la competencia internacional.

En cuanto a la educación básica, la
Secretaría de Educación Pública debe
funcionar, principalmente, como institución normativa y
como garante de la homogeneidad en la calidad de la
formación, mientras que los gobiernos estatales deben
jugar un papel relevante en la administración y
organización de sus respectivos sistemas educativos. A la
vez, requerimos desarrollar planteamientos coherentes sobre
políticas científicas y tecnológicas, de tal
modo que se vinculen efectivamente las necesidades del desarrollo
con las de la producción.

Consideramos que sólo será posible elevar
la calidad de la educación básica si se
rediseña la carrera magisterial, de manera que los
criterios de ingreso, promoción y permanencia en el puesto
se basen en la calidad académica y no en prebendas de
militancia sindical. A la vez, la remuneración de los
profesores debe ser proporcional al elevado valor social de su
tarea.

En cuanto a la educación media superior,
proponemos que se desarrollen dos sistemas nacionales: uno
dedicado a la formación de profesionales técnicos y
otro propedéutico destinado a preparar el ingreso a la
educación superior de tal manera que se acabe con las
asimetrías de formación que existen
actualmente.

La reforma universitaria es también
indispensable. El examen único de ingreso a la
educación superior es una necesidad inaplazable, ya que es
un instrumento imprescindible para lograr una calidad
homogénea entre la educación pública y la
privada y para evitar las diferencias entre la educación
que imparte un estado u otro, en el entendido de que la
descentralización educativa deberá acentuarse. La
relación entre las distintas universidades estatales
deberá aumentar, al grado de que se pueda hablar de un
sistema nacional de educación superior integrado, en el
que el intercambio académico y la consonancia entre planes
y programas de estudio garanticen la calidad de las carreras que
estudien los mexicanos en cualquier parte del
país.

 3.2 Por la inclusión de los
jóvenes en la vida pública

Democracia Social reconoce que México es un
país con una gran proporción de jóvenes, por
lo que ve con preocupación la falta de oportunidades
educativas y laborales, así como la de canales efectivos
de expresión para ellos; lo que provoca su desconfianza
hacia la política y el ámbito de lo público.
En esta medida, Democracia Social está convencida de que
la única manera de reincorporar el pensamiento de las
nuevas generaciones a la acción política es
permitirles el acceso a las decisiones que los afectan
directamente no sólo como jóvenes, sino
también como el componente humano mayoritario de nuestra
sociedad.

Democracia Social creará un espacio de
interlocución entre los jóvenes y las instituciones
políticas y gubernamentales a fin de que expresen sus
preocupaciones y discutan opciones que permitan ampliar sus
oportunidades futuras. Para asegurar tal participación,
Democracia Social propone un esquema interno de
organización en el que todos los jóvenes tengan
asegurado su derecho a opinar, a proponer, o a disentir y en el
que su voz sea tomada en cuenta en un mayor número de
decisiones.

 3.3 Por una cobertura efectiva de los
servicios de salud

Para Democracia Social es prioritario garantizar el
acceso de todos los mexicanos a los servicios básicos de
salud. Para ello, se requiere de un sistema de salud que permita
y regule la participación de los sectores público y
privado en esta materia, de tal manera que el sistema pueda
atender con más y mejores servicios a todos los
mexicanos.

Para lograr estos objetivos Democracia Social
impulsará una cultura preventiva de la salud, lo que
significa instrumentar un amplio sistema de
información y educación que permita anticipar y
evitar las enfermedades antes de que
sea necesario curarlas. En Democracia Social estamos convencidos
de que combinando una nueva cultura de la salud con los sectores
público y privado no sólo aumentarían las
expectativas y la calidad de vida de todos los mexicanos, sino
que se aprovecharían mejor los escasos recursos
disponibles.

 3.4 Por el respeto a la identidad
cultural de los pueblos indios

Democracia Social entiende a las comunidades indias como
verdaderas identidades culturales, únicas y distintas, y
cuyas diferencias han servido de excusa para practicar una
cultura de exclusión. El ejercicio efectivo de sus
derechos es objetivo primordial de Democracia Social, por lo que
alentaremos una mejor y más directa representación
de sus intereses ante el resto de los ciudadanos.

Democracia Social buscará transformar todas
aquellas nociones culturales que impliquen una
discriminación de los pueblos indios. El Estado debe
asegurar las condiciones para el desarrollo de una cultura de
respeto y tolerancia en la diversidad.

 3.5 Por una vivienda digna y
decorosa

Democracia Social ve con preocupación los
numerosos problemas que en materia de vivienda existen en
México, entre los que se encuentran su falta de acceso, la
inseguridad jurídica de la propiedad derivada de la
incorrecta aplicación de la ley, la carencia de
planeación en el desarrollo urbano o el uso
político que se la da a la asignación de
créditos. Democracia Social es consciente de que existen
problemas ecológicos y sociales relacionados a la
vivienda, causados en buena medida por un desarrollo urbano
desordenado y caótico.

El gobierno deberá recomponer esta
situación y convertirse en verdadero promotor del
desarrollo de la vivienda, alentando una participación
conjunta de actores privados, instituciones públicas y
niveles distintos de gobierno. En este sentido, el municipio
deberá convertirse en el punto de partida de las
políticas de vivienda para que las distintas localidades
puedan identificar sus propios y más urgentes problemas en
esta materia.

3.6 Por el impulso a la actividad
artística y la conservación del patrimonio
cultural.

La actividad artística es una expresión
individual o social y al patrimonio cultural como
expresión viva, necesaria y refleja de la sociedad: su
pasado, su presente y su futuro. Por ello, Democracia Social
asume como deber irrenunciable del Estado el impulso, resguardo y
promoción del arte y la cultura
nacionales, con el fin de que la sociedad en su conjunto sea
capaz de acceder, gozar y participar tanto del patrimonio
cultural de la Nación, como el de carácter
universal.

 3.7 Por una oferta
cultural democrática

Democracia Social considera necesario una
política para el desarrollo de la cultura y las artes que
genere las condiciones necesarias para fomentar la creatividad
individual y el desarrollo
personal. Proponemos poner a la cultura y a las artes en el
centro de la vida social, a fin de alentar los valores y las
vocaciones creativas y recreativas de hombres, mujeres,
niños, jóvenes, adultos o ancianos, y con ello
fomentar el respeto a la diversidad cultural de México y
del mundo.

Consideramos la lectura
como principal fuente de obtención y disfrute de la
cultura, por lo que proponemos medidas para su práctica.
Asimismo, proponemos la difusión de todas las artes y
otras manifestaciones culturales, por medio de una
coordinación y cooperación entre los sectores
público y privado, sin que esta oferta se reduzca al mero
entretenimiento. El objeto es generar un intercambio cultural
mucho más amplio en la sociedad mexicana, que permita
más y mejores estímulos para los
creadores.

3.8 Por el derecho al deporte

Democracia Social considera que el deporte es una
actividad necesaria para el pleno desarrollo del ser humano y que
el Estado tiene el deber de promoverlo activamente, tanto como a
cualquier otro bien social. Consideramos, asimismo, que la
práctica deportiva fortalece la salud individual y al
mismo tiempo la social, ya que ayuda a formar la identidad y el
carácter individual, además de ser un elemento de
gran importancia para consolidar valores propios de una
convivencia civilizada y ciudadana. El fomento de una cultura del
deporte es, por lo tanto, una política de salud
pública acorde con los principios de Democracia
Social.

Democracia Social cree que para hacer del deporte una
política de Estado, éste debe tener un lugar en la
estructura del gobierno que coordine mejor los esfuerzos,
racionalice los recursos materiales y
humanos, y vincule a la Secretaría de Educación
Pública y a las organizaciones civiles. Proponemos que las
ligas deportivas estén obligadas a constituirse legalmente
a fin de que el Estado pueda regular su actuación tanto en
el ámbito económico como en el administrativo.
Democracia Social fomentará en todo momento la equidad en
el acceso a las instalaciones deportivas existentes en todos los
niveles de gobierno.

4. Por una Inserción Global
Equilibrada

Democracia Social reconoce que sólo es posible
lograr un desarrollo integral del país participando de
forma activa en la globalización; por lo que intentamos
distinguir los efectos negativos y positivos de ésta para
reducir sus riesgos y potenciar sus ventajas.

La apertura total de los mercados nacionales para el
capital especulativo, o las actividades internacionales del
narcotráfico, debilitan la soberanía del Estado y
"globalizan" crimen, injusticia y pobreza; sin embargo, la
expansión progresiva de las democracias representativas,
la vigilancia universal de los derechos humanos, el desarrollo
tecnológico de las comunicaciones o el acceso a la
información, son nuevas herramientas de la
globalización a las que todos los mexicanos debemos
acceder y tenemos derecho a hacerlo.

Así, México deberá participar en el
medio internacional como promotor del mercado y de la
inversión económica, pero también como un
mucho más activo protagonista de la solidaridad y la paz
mundial, de la promoción de los derechos humanos y de la
cooperación en materia de medio ambiente.

Democracia Social descree de la premisa que supone a la
soberanía del Estado como incompatible con la
integración internacional. Para lograr una
inserción global equilibrada, la política exterior
de México deberá intensificar los intercambios
culturales y políticos y cumplir con los principios
éticos y normativos de nuestra Constitución, pero
también actuar en consecuencia con un entorno
internacional cada día más competitivo.

COMENTARIO
PERSONAL

Bien este trabajo además de haber sido muy pesado
ha sido de gran aprendizaje ya
que me ha demostrado las verdaderas propuestas de cada uno de los
candidatos y me he dado cuenta de que el verdadero que se afoca|
a la verdadera política es RINCÓN GALLARDO y los
demás candidatos solo ven por el bien propio (con
excepción de Vicente Fox).

El candidato de "MÁS CON LO MISMO" FCO. LABASTIDA
OCHOA, como vemos claramente solamente se aboca a lo que es el
capital del país que podemos hablar que siempre ha sido el
problema de México, pero para instruirnos un poco
más me tomé unos cuantos renglones para poder decir
algo de la historia del capital en general:

 

 

 

Partes: 1, 2, 3, 4
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