En esta monografía
me ocupo de algunos inmigrantes que descollaron en la pintura
argentina desde
1850 hasta nuestros días. Me refiero también a
quienes, descendiendo de ellos, los evocaron en sus
obras.
Los italianos llegaron con su arte al
Río de la Plata. En 1854 se instala en Buenos Aires el
pintor milanés Ignacio Manzoni, "que no sólo era un
estupendo retratista y pintor de cuadros de género,
sino que también impuso los bodegones y la ‘natura
morta’ o como dicen los alemanes los ‘cuadros de vida
silenciosa’ " (1).
De la isla de Capraia, donde había nacido en
1844, vino Epaminonda Chiama, quien llegó a Buenos Aires a
los diecisiete años. Aquí "su padre se dedicaba a
hacer marcos de cuadros y vender artículos de
ferretería. El niño era aficionado al dibujo, ya que
había cursado en el Liceo de Génova algunas clases
elementales. Uno de los clientes de su
padre lo ve realizar un estupendo dibujo ecuestre y se ofrece a
darle clases gratuitas, con gran honestidad, el
maestro que se llamaba Luigi Novarese, a los pocos meses le
manifiesta al padre que no tiene nada más que
enseñarle al joven alumno, ya que las obras que realizaba
eran de una calidad
superior". "Chiama comienza a exponer sus obras en el Café
Italia, y son los
inmigrantes italianos sus primeros compradores" (2). Muere en
Buenos Aires en 1921.
Otros italianos se destacaron en la pintura: Reinaldo
Giudici, nacido en Italia en 1853, quien fue uno de los
fundadores de la Sociedad
Estímulo de Bellas Artes; Guillermo Da Re (1867-1910),
nacido en Venecia, Italia, que cursó estudios
artísticos en su patria, y Salvador Zaino, nacido en 1858
(3).
El nombre de Mario Zavattaro quedó ligado al de
José Hernández. El pintor fue "un inmigrante
genovés que se documentó exhaustivamente antes de
emprender la tarea que se había impuesto:
ilustrar cada uno de los 33 cantos del libro. Ex
luchador grecorromano, Zavattaro consultó manuscritos de
Hernández y 120 fotos camperas
que había tomado Francisco Ayerza entre 1885 y 1890;
incluso pasó meses en una estancia para conocer ranchos,
pulperías y gauchos reales. Luego, se encerró a
pintar en los ratos libres que le dejaba su trabajo en Caras y
Caretas. El resultado fueron 36 acuarelas, a cual mejor y
más detallista. El genovés murió en 1932 sin
dar a conocer sus obras" (4).
Tomás Ditaranto, quien emigró en 1904, a
los cuatro años, fue aprendiz de herrero a los ocho, y
llegó a ilustrar la edición polilingüe del
Martín Fierro. Por iniciativa de su hijo, Hugo,
surgió en 1983 el Museo Epeo, en Nocara, Italia, que
consta de tres salas en las que se exhiben setenta obras. "No fue
fácil lograr ese objetivo. Hugo
se conectó con parientes de Tomás que habitaban el
pueblo donde nació el artista, Montescaglioso, con la idea
de armar el museo allí, pero se enteró de que en
una ocasión la mafia robó un cuadro de su padre de
la Basilicata, entonces, por razones de seguridad y hasta
contar con las medidas correspondientes para una exposición
permanente, no consideraron oportuno recibir la donación
de las ciento cincuenta obras de Ditaranto prometidas por Hugo.
Actualmente, se está reconstruyendo la Abadía
Benedictina –sumamente importante en Italia- donde es
probable que puedan dedicar una sala a las obras de Don
Tomás" (5).
El italiano "Alfredo Lazzari (1871-1949) es uno de los
artistas que aportó efectivas realizaciones al esfuerzo de
renovación de la pintura argentina en los comienzos del
siglo XX. Lazzari, es uno de nuestros mayores pintores
intimistas, tanto por su pincelada como también por las
reducidas dimensiones de sus obras, admirablemente resueltas, de
un estilo emparentado al de los macchiaioli italianos, que
alternaba con momentos de inspiración naturalista e
impresionista, escuela de la que
fue uno de los primeros representantes en nuestro país.
Colorista nato, con un manejo muy sabio de la luz, pintó
jardines y paisajes, plazas, barrios y casas suburbanas: en la
historia de
nuestra pintura representa a uno de los iniciadores del tema
urbano. Llegado de Italia a fines del siglo XIX,
desarrolló desde entonces una intensa labor como pintor y
docente: siendo profesor en la Sociedad Unión de La Boca,
tuvo entre sus más destacados discípulos a
Quinquela Martín y Fortunato Lacámera; Thibon de
Libian y Victorica también supieron consultarlo. Dedicado
a la enseñanza, a lo largo de su vida
realizó sólo tres muestras individuales y
participó escasamente en los salones oficiales"
(6).
Rafael Squirru refuta la condición de autodidacta
de Quinquela Martín, recordando al maestro inmigrante:
"Mucho se ha repetido su condición de autodidacto; ello no
es exacto, ya que tuvo excelente maestro en Alfredo Lazzari, un
artista italiano de sólida formación
académica en Luca, Florencia, y en Roma, quien le
dio clases en un modesto instituto de La Boca. Con él se
formó Quinquela como otros grandes de su época,
tales como Fortunato Lacámera" (7).
Ya en nuestro siglo, mencionamos a Eduardo Pla, "un
polifacético artista ítaloargentino que ha
incursionado en la pintura, la escultura, el cine, la
computación, entre otras tantas
disciplinas" (8).
Antonio Ortiz Echagüe nació en España en
1883 y falleció en nuestro país en 1942. A criterio
de Mercedes Di Paola de Picot, directora del Museo de Arte
Español
Enrique Larreta, de la ciudad de Buenos Aires, el pintor
"está hoy casi olvidado por el público de Buenos
Aires; más aún, me atrevería a afirmar que
es prácticamente desconocido por la gran mayoría de
aquellos que recorren exposiciones en museos y galerías".
Considera que "logró en vida grandes aciertos plásticos
y merecido éxito
como artista" y que hay en sus obras "una personalidad
muy particular, con una faceta artística valiosa y
singular que hicieron de él uno de los representantes
importantes del arte figurativo español del siglo XX"
(9).
Los franceses también realizaron su aporte a la
plástica nacional. El padre del presidente Pellegrini fue
"el preferido de la sociedad porteña, ya que hacía
estupendos retratos a la acuarela en tan sólo dos horas y
a precios
acomodados" (10).
Fernando Fader "nació en Burdeos, Francia, el 11
de abril de 1882, pasó su infancia en
Mendoza, por eso manifestó alguna vez ser mendocino, se
educó en Europa,
vivió algunos años en Buenos >Aires, pero la
mayor parte de su vida transcurrió en la provincia de
Córdoba, donde pintó los maravillosos paisajes de
las sierras, y allí falleció el 28 de febrero de
1935, en su casa de Loza Corral, Ischilín. A pesar de su
lugar de nacimiento es, sin duda, un artista argentino, un
‘grande’ de nuestro arte" (11)
Leónie Matthis nació en Francia en 1883; y
dedicó la mayor parte de su obra a la Historia
Argentina. "Más de una vez se ha vuelto sobre la obra
de la pintora francesa Léonie Matthis (1883-1952) cuando
se necesitó saber cómo fueron las casas y los
interiores –y hasta los paisajes- en los que
transcurrió nuestro pasado. La riqueza que conoció
la Argentina a fines del siglo pasado y comienzos del que corre
llevó al país a una modernización
radicalizada, que les costó la vida a edificios del
más alto valor
artístico y simbólico, mientras las ciudades
crecían casi sin control. Aquellas
casas fueron las que Matthis conoció o reconstruyó
en sus telas con un rigor de raíz arqueológica que
no ignoró la adición poética a través
del color y el manejo
de la luz" (12).
Y llegaron asimismo pintores de otras tierras: Jaques
Witjens, holandés, llegó en 1920 y murió
aquí en 1956; Adolfo Mettfesel, pintor, dibujante y
litógrafo, quien había nacido en Suiza en 1836;
Nelly O’Brien de Lacy, nacida en Polonia, emigra en 1950
(13).
Muchos hijos de inmigrantes se dedicaron a la pintura;
entre ellos, Angel Della Valle, nacido en 1855, hijo de un
lombardo, y José Malanca, hijo de los inmigrantes
italianos Settimo Malanca y Angelina Morassutti, nacido en San
Vicente, Córdoba, en 1879 (14).
En 1890 nace un niño que es dejado en la casa de
Expósitos "con finos pañales" (15). En 1897, es
adoptado por el matrimonio
formado por Manuel Chinchella y Justina Molina. "Sabida es la
vida del niño acogido por el matrimonio Chinchella donde
el padre era estibador portuario y la madre india
entrerriana. De niño tuvo que abandonar el colegio para
ayudar a sus modestos padres, primero entregando carbón a
domicilio y luego cargando él también bolsas en el
puerto, hasta que la seria amenaza de tuberculosis lo
obligó a pasar una temporada en Córdoba. A su
vuelta ya estaba convencido de que su destino era pintar y a ello
le dedicó el resto de su vida" (16).
A los 17 empieza a estudiar con Lazzari. A los 20 expone
por primera vez en la Sociedad Ligure de Mutuo Socorro. De esta
época son los primeros retratos que realizó, tras
los cuales se lee, escrito de puño y letra, lo que
percibió por las obras: "en un caso fue un
‘café con leche’,
y en otro un ‘par de zapatos’ que no sabemos si era
nuevo o usado" (17).
"Quinquela alcanzó las dimensiones de una leyenda
en vida, desde su nacimiento en 1890, habiendo sido entregado a
la Casa de Niños
Expósitos, hasta su octogenaria muerte en 1977
luego de haber realizado una obra que por extensión y por
intensidad no tiene parangón en nuestro medio, salvo las
raras excepciones que pueda haber".
"Cuando Quinquela Martín expuso en Londres, el
director de la Tate Gallery declaró que el único
pintor que podría compararse con nuestro maestro (pintor y
grabador) era Vincent Van Gogh. Esa afirmación iba
más allá de un simple parentesco
estilístico; se refería a la intensidad del
sentimiento que animaba el arte de ambos pintores. Este
sentimiento que llevó a Van Gogh a predicarles a los
mineros de Borinage y a Quinquela a concentrar toda su
temática en el puerto de La Boca, exaltando el trabajo de
los estibadores, lo encuentro en equivalente literario en algunos
pasajes de las novelas de
Dostoievski. (…) Quinquela es al arte de nuestra ciudad lo que
Molina Campos es al arte rural o ‘Martín
Fierro’ a la poesía
gauchesca"" (18)
En 1905 nace en Rosario Antonio Berni, huérfano
de un sastre italiano, quien "es y seguirá siendo, el
más valioso creador pictórico de ese país
que progresaba en el atraso. Como corresponde a cualquier
principiante, Berni –nacido en Rosario el 14 de mayo de
1905- pintó sus primeras obras influido por el peso
abrumador de Pablo Picasso y poco
después por Giorgio de Chirico, que lo acercaban menos al
surrealismo
que a sus propias raíces paternas". "Seguro de sus
propias imágenes,
avanzó con indudable puntería sobre la marginalidad
social (Manifestación, Chacareros, Club
Atlético Nueva Chicago) uniendo rigor analítico
e impactante belleza pictórica. Estaba urgido por la
simpatía y la solidaridad que
esos seres, nada imaginarios, le provocaban. Berni logra
emocionar sin golpes bajos" (19). "Pintar –decía- no
es sólo una manera de hacer, es una manera de pensar que
debe trascender" (20).
De sangre
española fue un pintor famoso: "Los Bernaldo de
Quirós son una de las familias más tradicionales de
España. En 1855 Julio arriba al Uruguay desde
el País Vasco, radicándose luego en Gualeguay,
Entre Ríos, donde fue designado Intendente en 1880. Meses
antes, el 18 de mayo de 1879, nació Cesáreo, quien
tuvo otros nueve hermanos. Ya a los ocho comenzó a usar
pinceles". A los dieciséis viaja a Buenos Aires. Estudia
con el valenciano Vicente Nicolau Cotanda, y en la Academia de
Bellas Artes, con Angel Della Valle (21).
Luis Seoane nació en 1910 "en Buenos Aires, pero
hizo sus estudios primarios, medios y
terciarios en Santiago de Compostela. Allí se
recibió de abogado y allí terminó sus
días. Después de la Guerra Civil
Española regresó a la Argentina, donde fue miembro
de número de la Academia Nacional y obtuvo, en 1962, el
Premio Palanza. Viajaba regularmente a Buenos Aires, aunque
tenía su casa en La Coruña, donde se radicó
en 1971. Allí se hizo en 1989 una muestra
antológica de sus obras y en 1996 se estableció la
fundación que guarda la mayor parte de los suyo" (22). El
sentimiento de este hombre de dos
mundos puede adivinarse en su pintura, que evoca tanto paisajes
gallegos cuanto argentinos. En su obra viven labriegos,
marineros, lecheras, campesinos con vacas, marisqueras,
emigrantes, en amable yuxtaposición con paisajes de Chos
Malal y de un suburbio de Buenos Aires. A estos cuadros se suman
otros, en los que aborda diferentes temas, testimonios todos de
su paso por esta vida y su valiosa manera de reflejar cuanto lo
rodeaba.
Un descendiente de inmigrantes realiza la tarea que
antes realizó Zavattaro: Carlos Alonso "supo que la
editorial Emecé había abierto un concurso
para quienes se animaran a dibujar a Fierro, el Quijote local.
Alonso fue, presentó sus bocetos y ganó el premio.
Dicen los que vieron casi todas las caras imaginadas para
Martín Fierro, que la versión que el mendocino
pintó en 1959 es la interpretación más
descarnada y alucinante del poema de Hernández que se
conozca" (23).
Pero también había sido descendiente de
inmigrantes uno de sus predecesores: en 1878, el catalán
Rafael Casagemas presenta a José Hernández un joven
caricaturista, Carlos Clérice, que terminaría
siendo el primer ilustrador del Martín Fierro.
(…) Clerice, hijo de un francés dedicado a la
fabricación de carruajes, se memorizó de cabo a
rabo los originales de La vuelta de Martín Fierro y
apenas se sintió listo para la tarea, dedicó noches
enteras a poner a punto las litografías que
ilustrarían la obra. En su prólogo a la primera
edición de La vuelta… –20.000 ejemplares:
un best seller del año 1879-, el autor manifestaba su
orgullo por la factura final
de la obra: ‘Lleva también diez ilustraciones
incorporadas, y creo que en los dominios de la literatura es la primera vez
que una obra sale de las prensas nacionales con esta mejora:
así se empieza. Las láminas han sido dibujadas y
calcadas en la piedra por don Carlos Clérice, artista
compatriota que llegará a ser notable en su ramo, porque
es joven, tiene escuela, sentimiento artístico y amor al
trabajo" (24).
En febrero de 2000, se anunció que Guillermo Roux
comenzaría a pintar un mural en la nueva sede del Bank
Boston. "Ya que el edificio está construido frente a la
calle Alem, que en su momento fue el Paseo de la Alameda, me
propuse una visión poética de pricipios de siglo
pasado. Entonces, esa calle era un itinerario de artistas,
inmigrantes, actores del circo criollo, chicas del cabaret,
últimos malevos y poetas rantes. Si hasta el Gordo y el
Flaco, antes de la gran fama, caminaron por ahí"
(25).
Carlos Alonso nació en Tunuyán, Mendoza,
en 1929. Tuvo "como abuelo materno a Salvatore Lisandrello, un
siciliano de Siracusa, y su abuelo paterno era Sandalio Alonso
quien vino de León. España. Ambos llegaron a
nuestro país en 1914. (…) Ya a temprana edad
cursó estudios en la Academia de Bellas Artes de Mendoza y
luego en Tucumán con el maestro Spilimbergo. Cuando cuenta
24 años viaja a Buenos Aires y expone por primera vez en
esta ciudad, viajando posteriormente a Europa. Es el artista
más popular del arte contemporáneo argentino y en
reiteradas ocasiones volvió a Europa en busca de sus
raíces, habiendo vivido largas temporadas tanto en
España como en Italia (26).
José Alberto Marchi desciende de inmigrantes
italianos y españoles. Gutiérrez Zaldívar se
refiere detalladamente al origen del artista: "los personajes de
las obras de José Alberto Marchi son seres
enigmáticos; hombres y mujeres que se mueven en paisajes
desconocidos, extranjeros lejos de su tierra". La
raigambre de esta inclinación es sugerida por el critico,
cuando dice: "tal vez, en la vida del artista encontremos algunas
claves".
En busca de estas claves, se remonta a la historia de
la familia,
acerca de la que comenta: "Alberto Marchi, su padre, es el tercer
hijo de Carmen Ferreyra, andaluza nacida en Granada,
España; y de Sillo Catullo Marchi, lombardo nacido en
Mántova, Italia". El oficio del abuelo es recordado por
Gutiérrez Zaldívar: "Como su padre y sus hermanos,
Sillo trabajaba en la sastrería de la familia, ubicada
en la Av. Las Heras, entre Ayacucho y Junín, que con
orgullo contaba entre sus clientes al Dr. Marcelo Torcuato de
Alvear. ‘Benigno Marchi e hijos’, decía
el letrero de la puerta del local, lugar simbólico donde
José encontró los hilos, ese motivo tan
personal que
hace inconfundibles a sus obras. Hilos reales que su familia
enhebraba en el quehacer diario, y al mismo tiempo, hilos
simbólicos que unen a José con su obra".
Otros miembros de la familia son relacionados por el
crítico con la obra del pintor: "Sus abuelos maternos
Nazareno y Angela, eran italianos, nacidos en Ancona y en Chietti
respectivamente. Nazareno fue ‘pastero’
–juntaba fardos para dar de comer al ganado-, y luego por
largos años trabajó como encargado en una
fábrica de dulces, una rudimentaria industria de
principios de
siglo, que bien podría ser el escenario donde los
personajes de José clasifican incansablemente
extraños vegetales" (27).
En el Hotel de Inmigrantes, en el marco de la
exposición de arquitectura y
decoración Casa FOA 2000, se presentó la muestra de
Zurbarán en el espacio decorado por Celina Aráuz de
Pirovano. Los cuadros se han dispuesto enfrentados en dos
hileras, separadas por bancos de
madera.
Mirando hacia el río, a la izquierda se encuentran las
obras de José Marchi, artista que desde hace mucho tiempo
pinta acerca de esta temática. Son escenas de la vida
cotidiana, protagonizadas por hombres, mujeres y niños, en
las que se reitera la idea de la búsqueda: el cielo, el
horizonte, la tierra. A
la derecha, Carlos Alonso evoca paisajes relacionados con los
edificios históricos, y pinta asimismo a una familia de
italianos, eternizada durante una de sus comidas.
En 2001, se presentaron en el Hotel obras de
Mónica Weiss, originales creaciones en las que se reitera
el tema de la indumentaria y calzado, las imágenes sin
rostro, la trayectoria vital de una mujer desde su
infancia hasta su tercera edad y se presenta transmutado en
cuadro el diario que su madre escribió a bordo del barco
japonés "Arabia Maru" cuando viajaba desde Palestina en
1940.
Este año, quien rinde su homenaje a los
inmigrantes en el Hotel de Puerto Madero, es Carlota Petrolini,
quien exhibe sus cuadros acompañados por poemas de
Alberto Mario Perrone y Carlos Cutaia.
……
Algunos traen su arte de su tierra natal, lo transmiten
a sus discípulos y se consustancian con la argentinidad al
punto de que son capaces de ilustrar la epopeya hernandiana.
Otros nacieron aquí y van a estudiar a Europa y Estados Unidos,
de donde vuelven con un bagaje de conocimientos que se
aúna al talento innato que los distingue. Unos pocos
evocan a sus ancestros, su historia y su lucha. Son, todos ellos,
los pintores de sangre inmigrante, que eligieron a la Argentina
para quedarse.
- Gutiérrez Zaldívar, Ignacio:
Catálogo de la muestra de Epaminonda Chiama en
Galería Zurbarán. Buenos Aires, Agosto-Septiembre
de 2000. - Ibídem
- Gutiérrez Zaldívar, Nuestra Argentina.
Buenos Aires, Zurbarán Ediciones, 1999. - Heller, Diego: "Las caras de Fierro", en
Clarín Viva, Buenos Aires, 16 de junio de
2002 - Alfie, Sol: "Tomás Ditaranto. Un homenaje
merecido", en Magazine Actual, Año 3, N° 12,
Diciembre de 1998. - S/F: "Lazzari y su tiempo". Centro Cultural Recoleta.
Octubre de 2000. - Squirru, Rafael: "En La Boca de todos", en La
Nación, Buenos Aires, 24 de septiembre de
2000. - S/F: "Tecnoarte", en Clarín Viva,
Buenos Aires, 19 de noviembre de 2000. - Di Paola de Picot, Mercedes: Catálogo de la
muestra "De Castilla a La Pampa", en el Museo de Arte
Español Enrique Larreta. Buenos Aires, Junio-Julio
2000. - Gutiérrez Zaldívar, Ignacio:
Catálogo de la muestra de Epaminonda Chiama en
Galería Zurbarán. Buenos Aires, Agosto-Septiembre
de 2000. - Gutiérrez Zaldívar, Ignacio y Fader de
Guiñazú, Rosa: Catálogo de la muestra de
Fader, en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan Bautista
Castagnino, Rosario, Junio-Agosto 2001. - S/F (Albino Diéguez Videla?): "Costumbres de
los trasabuelos", en La Prensa, Buenos Aires, 31 de mayo
de 1998. - Gutiérrez Zaldívar, Ignacio: Nuestra
Argentina. Buenos Aires, Zurbarán Ediciones,
1999. - Gutiérrez Zaldívar, Ignacio:
Catálogo de la muestra de Malanca, en el Cabildo
Histórico de la Ciudad de Córdoba, Julio-Agosto
de 2000. - Squirru, Rafael: "En La Boca de todos", en La
Nación, Buenos Aires, 24 de septiembre de
2000. - Squirru, Rafael: "Intensidad y sentimiento", en La
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2002. - S/F: Información de prensa de la
muestra de Quinquela en Zurbarán. Buenos Aires,
Julio-Agosto de 2002. - Squirru, Rafael: "Intensidad y sentimiento", en La
Nación, Buenos Aires, 28 de julio de
2002. - Sábat, Hermenegildo: "Antonio Berni", en
Clarín Viva, 13 de junio de 1999. - Arteaga, Alicia de: "La hora de Berni", en La
Nación Revista, Buenos Aires, 17 de
noviembre de 1996. - Gutiérrez Zaldívar, Ignacio:
Catálogo de la muestra de Quirós en el Cabildo
Histórico de la Ciudad de Córdoba,
Octubre-Noviembre de 2000. - Galli, Aldo: "Del grabado al collage", en La
Nación, Buenos Aires, 21 de julio de
2002 - Heller , Diego: op. cit.
- ibídem
- S/F: "Guillermo Roux", en Clarín Viva,
Buenos Aires, 26 de febrero de 2000. - Gutiérrez Zaldívar, Ignacio: "Los
inmigrantes", Catálogo de la muestra de Alonso y Marchi
en Casa FOA 2000, Desembarcadero y Hotel de Inmigrantes. Buenos
Aires, Octubre-Noviembre de 2000.. - Gutiérrez Zaldívar, Ignacio: Marchi.
Buenos Aires, Zurbarán Editores, 1995.
Trabajo enviado por
María González Rouco
Licenciada en Letras UNBA, Periodista
Profesional Matriculada