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Maltrato infantil (página 2)




Enviado por ricardoperez40



Partes: 1, 2

Lo más importante es que el padre reconozca la
situación que vive y que acepte la ayuda que se le puede
dar para un cambio en su
vida y en la manera de cómo dar una buena educación
para su hijo.

El primer paso en toda intervención es el
conocimiento. Qué tanto se conoce acerca de este
problema. Es importante que la sociedad se informe acerca
del maltrato infantil.

Esto permite que se clarezcan más del asunto y
tomen medidas para ayudar ó para no maltratar a los
hijos.

"Todo tipo de maltrato tiene consecuencias a largo
plazo."

Pero puede que no solo sean consecuencias a largo plazo,
sino que puede presentar a corto plazo consecuencias; una de
ellas puede ser que el niño presente un comportamiento
así como actitudes muy
distintas al de cualquier otro, en el caso de golpes y
agresión física puede provocar consecuencias al
instante. Los niños pueden ser en el futuro padres de
familia que
maltraten a sus hijos o por lo contrario pueden ser padres de
familia que por haber sido maltratados no les gustaría que
sus hijos sufrieran lo mismo.

¿Cómo puedo saber si en así
es?

Lo primero sería investigar en fuentes
bibliográficas información acerca del maltrato
infantil; lo segundo sería pedir información a un
especialista en el caso, ya que él nos podrá sacar
de dudas acerca del problema, así como también
observar a un pequeño que ha sido maltratados nos
llevará a clarificar lo que el especialista nos
informó

Hay que recordar que el maltrato al niño es un
problema muy grave y que éste debe recibir ayuda
médica y psicológica para poder superar
el problema.

El presente estudio, se llevó a cabo con la ayuda
de las siguientes instituciones:

DIF, hospital T1, Centros de salud instituciones de la
ciudad de Mérida Yucatán. En estas instituciones
pedimos información del maltrato y también tuvimos
entrevistas
con especialistas en el caso.

Así mismo realizamos algunas encuestas a
padres de familia y a niños para ver el trato que reciben
por parte de los padres.

Lo que tomaremos en cuenta de las entrevistas con
especialista en el caso será la información que
cada uno expone. En las encuestas realizadas se tomará el
porcentaje del trato que reciben los hijos por parte de los
padres y las observaciones será para ver cual es la
conducta que presenta un niño maltratado.

Los resultados que obtuvimos de las entrevistas con
especialistas en el caso es el siguiente:

Nos dijeron que un niño maltratado presenta las
siguientes características:

Cuando es maltratado físicamente, quemaduras,
golpes con cinturón o cable u otras lesiones corporales,
traumatismos diversos.

En el abandono, desnutrición, desarrollo neurológico
retrasado

Cuando es maltratado psicológicamente, tienen
terror, miedo, inseguridad, se socializan poco o son agresivos,
presentan violencia y
por su bajo rendimiento escolar.

Los maltratos que pueden darse son el físico, el
psicológico o emocional, y el abandono.

Lo que se debe de hacer al identificar a un niño
maltratado es recurrir al ministerio público y al DIF que
es la primera instancia de gobierno donde
existe la procuraduría de defensa del menor y la
familia.

Las consecuencias que puede tener son
psicológicas, físicas, retrasos, alteraciones,
mutilaciones e incluso la muerte. Y
en futuro pueden ellos maltratar a sus hijos.

El tratamiento para un niño maltratado es el
médico y el psicológico.

Los casos que se han reportado son en promedio diez al
mes.

El tipo de maltrato que representa mayor índice
es el físico y emocional.

Los resultados de las encuestas son las
siguientes:

El 60% suelen gritarles y pegarles a sus
hijos.

El 55% respondió que conviven poco tiempo con sus
hijos.

El 45% dijo que tienen buena comunicación con sus hijos.

El 50% dijo que tenía algunos conocimientos sobre
las consecuencias que puede tener un niño
maltratado.

El 45% tiene información acerca de las
instituciones que existen para ayudar a los niños
maltratados.

Concluyendo la encuesta
tuvimos como resultado que el maltrato físico es el que
representa el mayor índice en los niños con un
porcentaje de 55%.

Los resultados que obtuvimos de las observaciones fue
que el maltrato físico, emocional, están
relacionados y unos de los principales factores que observamos de
las personas es su agresividad e inseguridad y comportamiento y
estado de
ánimo vulnerable.

Por último al concluir nuestra
investigación tuvimos un resultado satisfactorio al poder
comprobar nuestra hipótesis
así como sus variables y
contrastar el problema en teoría
y en práctica.

CAPÍTULO I

MALTRATO INFANTIL

1.1. ¿Qué es el maltrato
infantil?

Un niño, según la Ley considerado
como tal en este sentido a todo menor de 18 años, es
maltratado o abusado cuando su salud física o mental o su
seguridad
están en peligro, ya sea por acciones u
omisiones llevadas a cabo por la madre o el padre u otras
personas responsables de sus cuidados, produciéndose el
maltrato por acción, omisión o
negligencia.

El maltrato a los niños es un grave problema
social, con raíces culturales y psicológicas, que
pueden producirse en familias de cualquier nivel económico
y educativo.

El maltrato viola derechos fundamentales de los
niños o niñas y por lo tanto, debe ser detenido,
cuanto antes mejor.

El origen de la crueldad hacia los niños es en su
sentido más amplio puede ser dividido en cuatro
categorías:

1. – Crueldad inspirada en conceptos exagerados de
disciplina y
en base a sus funciones que se
resultan ser sujetos profundamente inadecuados e irresponsables:
alcohólicos, drogadictos, criminales o delincuentes,
débiles mentales etc..

2. – Actos de violencia o negligencia cometidos por
padres o adultos ejerciendo rígidas interpretaciones de la
autoridad y de
normas y
reglas de conducta.

3. – Crueldad patológica cuyos oscuros
orígenes mentales o psicólogos son muy
difíciles de identificar y todavía mas de
tratar.

4. – La crueldad más intangible de todas, la
crueldad oficial o la organizada, aquella que se comete por
ignorancia, por insensibilidad o por omisión en la forma
de falta de legislación o de cumplimiento de la misma que
proteja adecuadamente al menor.

1.2.Clasificación del maltrato

El abuso infantil es un patrón de maltrato o
comportamiento abusivo que se dirige hacia el niño y que
afecta los aspectos físico, emocional y/o sexual,
así como una actitud
negligente hacia el menor, a partir de la cual se ocasiona
amenaza o daño real que afecta su bienestar y salud. El
maltrato infantil se puede clasificar en maltrato por
acción y maltrato por omisión.

A la vez que el maltrato por acción se divide
en:

Maltrato físico, abuso fetal, maltrato
psicológico o emocional, abuso sexual.

El maltrato por omisión es el abandono o
negligencia, el cual se subdivide:

Abandono físico y negligencia o abandono
educacional.

1.2.1. Maltrato Físico

Se define como maltrato físico a cualquier
lesión física infringida al niño o
niña (hematomas, quemaduras, fracturas, lesiones oculares,
lesiones cutáneas) mediante pinchazos, mordeduras, golpes,
estirones de pelo, torceduras, puntapiés u otros medios con los
que se lastime al niño.

Aunque el padre o adulto a cargo puede no tener la
intención de lastimar al niño, también se
interpreta como maltrato a la aparición de cualquier
lesión física arriba señalada que se
produzca por el empleo de
algún tipo de castigo inapropiado para la edad del
niño.

A diferencia del maltrato físico el castigo
físico se define como el empleo de la fuerza física
con intención de causar dolor, sin lesionar, con el
propósito de corregir o controlar una conducta. No siempre
es sencillo saber cuando termina el "disciplinamiento" y comienza
el abuso. En contraposición del maltrato físico, el
castigo corporal es una práctica muy difundida y
socialmente aceptada.

1.2.2. Abuso Fetal

Ocurre cuando la futura madre ingiere, deliberadamente,
alcohol u
otras drogas,
estando el feto en su vientre. Producto de
esto, el niño (a) nace con problemas,
malformaciones, retraso severo.

1.2.3. Maltrato Emocional o
Psicológico

Es una de las formas más sutiles pero
también más existentes de maltrato infantil. Son
niños o niñas habitualmente ridiculizados,
insultados regañadas o menospreciadas. Se les somete a
presenciar actos de violencia física o verbal hacia otros
miembros de la familia. Se les permite o tolera uso de drogas o
el abuso de alcohol. Si bien la ley no define el maltrato
psíquico, se entiende como tal acción que produce
un daño mental o emocional en el niño,
causándole perturbaciones suficiente para afectar la
dignidad, alterar su bienestar e incluso perjudicar su
salud

Actos de privación de la libertad como
encerrar a su hijo o atarlo a una cama, no solo pueden generar
daño físico, sino seguro afecciones
psicológicas severas. Lo mismo ocurre cuando se amenaza o
intimida permanente al niño, alterando su salud
psíquica.

1.2.4. ABUSO SEXUAL

Puede definirse como tal a los contactos o acciones
recíprocas entre un niño o una niña y un
adulto, en los que el niño o niña está
siendo usado para la gratificación sexual del adulto y
frente a las cuales no puede dar un consentimiento informado.
Puede incluir desde la exposición
de los genitales por parte del adulto hasta la violación
del niño o niña.

Las formas comunes del abuso sexual son el incesto,
violación, el estupro, el rapto, rufianismo, actos
libidinosos, etcétera.

Una forma común de abuso sexual es el incesto,
definido este como el acto sexual entre familiares de sangre,
padre-hija, madre-hijo, entre hermanos.

1.2.5. ABANDONO O NEGLIGENCIA

Significa una falla intencional de los padres o tutores
en satisfacer las necesidades básicas del niño en
cuanto alimento, abrigo o en actuar debidamente para salvaguardar
la salud, seguridad, educación y bienestar del
niño.

Es decir, Dejar de proporcionar los cuidados o
atención al menor que requiere para su adecuado
crecimiento y desarrollo físico y espiritual. Esto puede
incluir, por ejemplo, omitir brindarle al menor alimentos,
medicamentos y afecto.

Pueden definirse dos tipos de abandono o
negligencia:

Abandono físico: Este incluye el rehuir o dilatar
la atención de problemas de salud, echar de casa a un
menor de edad; no realizar la denuncia o no procurar el regreso
al hogar del niño o niña que huyo; dejar al
niño solo en casa a cargo de otros menores.

Negligencia o abandono Educacional: No inscribir a su
hijo en los niveles de educación obligatorios para cada
provincia; no hacer lo necesario para proveer la atención
a las necesidades de educación
especial.

En diversas oportunidades realizar el diagnostico de
negligencia o descuido puede presentar problemas de subjetividad.
El descuido puede ser intencional como cuando se deja solo a un
niño durante horas porque ambos padres trabajan fuera del
hogar. Este último ejemplo como tantos otros que generan
la pobreza, el
abandono o descuido es mas resultado de naturaleza social
que de maltrato dentro de la familia.

1.3. Lugar y modo en que se presenta el maltrato al
niño

En el hogar. La mayoría de los casos de
maltrato infantil ocurre dentro de la familia. Cuando la familia
tiene vínculos estrechos con otros pariente, tales como
los abuelos, la condición de un niño puede salir a
la luz por la
intervención de estos.

La posibilidad de encontrarse con una relación de
maltrato.

El abuso sexual y el maltrato físico se revelan
al medico general o al pediatra. El maltrato emocional rara vez
se presenta de este modo, en gran medida porque surge la duda
acerca de la persona apropiada
en quien puede confiar un pariente.

Aquellos profesionales que visitan familias, tales como
trabajadores de salud y trabajadores sociales, pueden llegar a
sospechar el maltrato infantil, pero rara vez son elegidos para
confiarles tal revelación. Esto se debe con frecuencia, a
que visitan hogares a partir de que surgen preocupaciones
iniciales sobre las aptitudes del padre dentro de la familia.
Tales padres muchas veces provienen de hogares en los que se
abuso de ellos; ven a los especialistas como adversarios mas que
como apoyo, ya que a sus colegas los recuerdan en
asociación con las tensiones de su propia infancia.

En la clínica o guardería. Los
niños de menos de cuatro o cinco años de edad con
frecuencia a revisiones físicas y de crecimiento. Cuando
se les cría en un entorno de creencias, es posible que
desde época temprana se les coloque en una
guardería. La cuidadosa observación de estos niños puede
llevar a la detección d maltrato infantil, pero nunca
resulta fácil decidir cuándo el desarrollo de un
niño se ve comprometido como consecuencia dl maltrato.
Cuando las lesiones no accidentales están presentes,
resulta menos difícil, pero dichos casos constituyen una
minoría.

En la escuela. El abuso
contra escolar origina considerables problemas para el
reconocimiento del maltrato. Los niños con mayores
riesgos vienen
de familias en las aquellas que sustenta la autoridad son
considerados sospechosos. Los maestros dedican mucho de su tiempo
y sus habilidades en ganar la confianza del alumno y esto
requiere hacer amistad con
ellos. Mientras mayores son los niños, estos se tornan mas
reservados acerca de sus cuerpos, de ahí que la enfermedad
escolar y el oficial médico de la escuela que tengan una
importante responsabilidad en el reconocimiento de la
evidencia física del maltrato. Aunque los maestros son los
primeros en sospechar del abuso, nunca resulta fácil
observar lesiones físicas cuando los niños se mudan
de ropa. El comportamiento de los menores sin embargo, sigue
patrones relacionados con la edad y con los que el maestro esta
familiarizado. El comportamiento anormal o divergente puede ser
síntoma más importante del maltrato infantil y el
maestro es el profesional mejor ubicado para sospechar de
este.

CAPÍTULO II

DETECCIÓN DEL MALTRATO

La idea popular de un niño "golpeado" evoca la
imagen de un
infante patético, sucio y cubierto de moretones, que mira
fijamente al fotógrafo de modo aprehensivo. La verdadera
imagen revela que los niños sufren de una variedad
infinita de abusos, por lo general a manos de los propios padres
y a menudo sin lesión evidente ni queja.

El maltrato infantil incluye una serie de ofensas que
van de los extremos de la violación y el asesinato, hasta
la más sutil e insidiosa negación de amor. Un
niño que crece sin esperar nada sino un entorno hostil
aprenderá a vivir dentro de estos limites y adaptara su
comportamiento de tal forma que no traiga la mínima
agresividad. Tales niños aprenden desde época
temprana a procurar la complacencia de cualquier adulto con el
que puedan entrar en contacto como forma de protegerse a
sí mismos.

La habilidad para detectar que un niño ha sido
maltratado depende, por lo tanto, del conocimiento por parte de
cada observador no sólo del estado físico de un
niño, sino del comportamiento normal infantil. No basta
con notar cualquier cambio en las interaccione3s sociales de un
niño en particular, pues el niño agredido
constantemente puede haber sufrido desde la primera infancia. Por
consiguiente, cuando un niño parece comportarse de un modo
anormal, deberá considerarse la posibilidad de que la
causa sea el maltrato.

La detección de esta variedad de maltrato
infantil depende de dos factores: la capacitación en los patrones típicos
que aquél presenta y la experiencia. Para llegar a
desarrollar un

"olfato" y descubrir al niño maltratado, cada
individuo necesita haber acumulado un acervo considerable de
casos. El entrenamiento
debe, por supuesto, ocupar el primer lugar. No es sino hasta que
tenemos un grupo de
observadores estratégicamente ubicados en la comunidad, que
podemos esperar alcanzar la detección temprana.

2.1.COMO IDENTIFICAR ALOS NIÑOS
MALTRATOS

Los indicadores de
conducta

El comportamiento de los niños maltratados ofrece
muchos indicios que delatan su situación. La
mayoría de esos indicios son no específicos, porque
la conducta puede atribuirse a diversos factores.

Sin embargo, siempre que aparezcan los comportamientos
que señalamos a continuación, es conveniente
agudizar la observación y considerar el maltrato y abuso
entre sus posibles causas:

  • Las ausencias reiteradas a clase
  • El bajo rendimiento escolar y las dificultades de
    concentración
  • La depresión constante y/o la presencia de
    conductas autoagresivas o ideas suicidas.
  • La docilidad excesiva y la actitud evasiva
    y/o
  • Defensiva frente a los adultos.
  • La búsqueda intensa de expresiones afectuosas
    por parte de los adultos, especialmente cuando se trata de
    niños pequeños.
  • Las actitudes o juegos
    sexualizados persistentes e inadecuados para la
    edad.

Los indicadores físicos:

  • La alteración de los patrones normales de
    crecimiento y desarrollo.
  • La persistentes falta de higiene y
    cuidado corporal
  • Las marcas de
    castigo corporales.
  • Los "accidentes"
    frecuentes.
  • El embarazo
    precoz.

2.2 GRUPOS POR
EDADES

Menos de nueve meses. Los niños no aprenden a
girar sobre su cuerpo sino hasta que cumplen unos tres meses o
más. Dependen de los demás para moverse de un lado
a otro. Por lo tanto, es poco probable que se lesionen en manos
de alguien que no sea aquel que los cuida, aunque no hay que
descartar la posibilidad de un accidente. Por consiguiente,
los

moretones en los bebes pequeños considerarse como
no accidentales, cuando se llega a una posible
comprobación del daño.

Ciertas lesiones que pueden presentar algunos de estos
infantes son horrendas, y la cuestión de si un bebé
tiene unos padecimientos de "huesos
quebradizos" o una tendencia hereditaria a las hemorragias es
algo que se emplea a menudo. Estas condiciones son en extremo
poco comunes, pero es parte del cuidado médico rutinario
él examinarlas.

Los bebés tienen una capacidad extraordinaria
para recuperarse de las enfermedades graves o de las
lesiones severas, pero también es cierto que son
frágiles que los niños de mayor edad. Sus vidas
pueden extinguirse como resultado de un episodio breve pero
violento, ya que no pueden huir o esconderse de su atacante.
Debido a esto, no pienso que puede criticarse una tendencia al
error en torno de la
precaución cuando un bebe puede estar bajo riesgo.

Los niños que gatean o empiezan a andar: Una vez
que los niños pueden moverse, se lastiman con mayor
facilidad. Por lo general, estas heridas se hacen visibles en la
frente o en aquellas partes del cuerpo que tienen más
probabilidad
de recibir un golpe con el mobiliario o el suelo: codos,
rodillas, pies, etcétera.

Cuando estos niños son golpeados, a menudo
sólo es posible afirmar que los daños son
compatibles con las lesiones no accidentales.

CAPÍTULO III

FACTORES ASOCIADOS CON EL MALTRATO Y LAS
CAUSAS

3.1. FACTORES

INDIVIDUALES: Ascendientes
maltratadores

Concepto equivocado de la disciplina

Falsas expectativas

Inmadurez

Retraso Mental

Psicopatías

Adicciones

Trato brusco

FAMILIARES: Hijos no deseados

Desorganización hogareña

Penurias económicas

Desempleo o subempleo

Desavenencia conyugal

Falta de autodominio

Educación severa

SOCIALES: Concepto del
castigo físico

Actitud social negativa hacia los
niños

Indiferencia de la sociedad

3.2. CAUSAS:

Supone que los "factores de estrés
situaciones" derivan de los siguientes cuatro
componentes:

a)Relaciones entre padres: Segundas nupcias, disputa
maritales, padrastros cohabitantes, o padres separados
solteros.

b)Relación con el niño: Espaciamiento
entre nacimientos, tamaño de la familia, apego de los
padres al niño y expectativas de los padres ante el
niño.

c)Estrés estructural: Malas condiciones de
vivienda, desempleo
aislamiento social, amenazas a la autoridad, valores y
autoestima de
los padres.

d)Estrés producido por el niño:
Niño no deseado, niño problema, un niño que
no controla su orina o su defecación, difícil de
disciplinar, a menudo enfermo, físicamente deforme o
retrasado.

Las posibilidades de que estos "factores de
estrés" situacionales desemboquen en el maltrato infantil
o el abandono, determinan la relación padres-hijo y
dependen de ella. Una relación segura entre éstos
amortiguará a cualquier efecto del estrés y
proporcionará

estrategias para superarla, a favor de la familia. En
cambio, una relación insegura o ansiosa no
protegerá a la familia que esté bajo
tensión; la "sobrecarga de acontecimientos", como las
discusiones o el mal comportamiento del niño, puede
generar diversos ataques físicos o comportamiento del
niño, puede generar diversos ataques físicos o
emocionales. En suma, lo anterior tendrá un efecto
negativo en la relación existente entre los padres y el
hijo, y reducirá los efectos amortiguadores aun
más. Así, se establece un circulo vicioso que, a la
larga, lleva a una "sobrecarga sistemática", y en que el
estrés constantes ocasiona agresiones físicas
reiteradas. La situación empeora en forma progresiva, sin
la intervención pertinente, y podría calificarse
como una "espiral de violencia".

De aquí se sigue que la relación
padres-hijo debería ser el punto de concentración
para el trabajo en
torno de la prevención, tratamiento y manejo del maltrato
y abandono infantiles. Es en este nivel que los psicólogos
como nosotros podemos aportar una contribución
significativa.

Como sugiere el modelo, el
grado de involucramiento de los padres en la relación con
el niño dependerá de la
personalidad o el carácter y
su patología, como seria el mal control del
temperamento y los desordenes psiquiátricos. Estos
factores de personalidad
pueden ser resultado de las experiencias sociales tempranas del
padre o la madre; de hecho, muchos padres que maltratan informan
que ellos mismos fueron víctimas del maltrato cuando eran
niños.

Finalmente, como se indica al comienzo del presente
capítulo, los valores
culturales y comunitarios pueden afectar las normas y estilos del
comportamiento los padres. Éstos recibirán la
influencia de su posición social, en lo que se refiere a
edad, sexo,
educación, condición, socioeconómica, grupo
étnico y antecedentes de clase social.

Un grupo importante de padres que maltrata o abusa de
sus hijos han padecido en su infancia falta de afecto y maltrato.
Esto suele asociarse a una insuficiente maduración
psicológica para asumir el rol de crianza, inseguridades,
y perspectivas o expectativas que no se ajustan a lo que es de
esperar en cada etapa evolutiva de sus hijos. Como señala
Kempe, estas características psicológicas en sus
padres, son un importante potencial del maltrato. De tal forma
que:

"Cualquier pequeño hecho de la vida cotidiana,
todo comportamiento del niño que se considere irritante,
si encuentra a su progenitor en situación de crisis, con
escasas defensas anímicas y con dificultades para requerir
apoyo externo, puede desatar la violencia".

Resumiendo, los factores que estos autores relacionan
con el maltrato son:

1)La repetición de una generación a otra
de una pauta de hechos violentos, negligencia o privación
física o emocional por parte de sus padres.

2)El niño es considerado indigno de ser amado o
es desagradable, en tanto las percepciones que los padres tienen
de sus hijos no se adecuan a la realidad que los niños
son, además, consideran que el castigo físico es un
método apropiado para "corregirlo" y llevarlos a un punto
más cercano a sus expectativas.

3)Es más probable que los malos tratos tengan
lugar en momentos de crisis. Esto se asocia con el hecho de que
muchos padres maltratantes tienen escasa capacidad de adaptarse a
la vida adulta.

4)En el momento conflictivo no hay líneas de
comunicación con las fuentes externas de las que
podrían recibir apoyo. En general estos padres tienen
dificultades para pedir ayuda a otras personas. Tienden a
aislarse y carecen de amigos o personas de confianza.

3.3. CARACTERISTICAS DEL NIÑO GOLPEADO Y EL
AGENTE AGRESOR

El niño no solamente es maltratado a
través de la agresión física, sino
también por la privación del alimento, cuidados
físicos y estimulación sensorial tan necesaria para
su desarrollo. Así, la desnutrición, las malas
condiciones higiénicas del niño, el retraso en las
esferas del lenguaje y
personal
social, clásicamente consideradas como medidas de la
estimulación que el niño recibe de su ambiente, son
la regla, en nuestra muestra y en la
de otros autores. A lo anterior se suma el deterioro de las
funciones intelectuales como secuela de lesiones al sistema nervioso
central. De acuerdo con algunos autores, este tipo de
secuelas llega al 40%.

En nuestra serie basta enfatizar la presencia en el 17%
de los casos de secuelas neurólogas severas y retraso
importante en el desarrollo en el 50% de los niños
afectados.

En algunos casos cabe la posibilidad de que el retraso y
apariencia poco agraciada del menor disparasen la ira del
agresor. Pero en otros muchos puede plantearse la posibilidad
inversa: que el retraso fuese secuela de asaltos previos y
retroalimente la ira de desencadenarse de agresiones posteriores.
En no pocas veces, inclusive, sirve para justificar al agresor en
sus nuevos ataques al niño.

El panorama se vuelve más sombrío si
recordamos, como lo han demostrado varios trabajos, que la
desnutrición por sí misma es capaz de afectar en
sentido negativo y en forma irreversible el crecimiento y el
desarrollo. Para algunos autores, la "falla para crecer" en un
niño, puede ser el primer dato que oriente hacia el
diagnóstico.

Estos niños muestran un patrón de
comportamiento muy característico cuando están
internados en el hospital. Aun en ausencia de lesiones que
comprometan el estado
general, el niño aparece triste, apático y en
ocasiones estuporoso; rehuye el acercamiento del adulto y
frecuentemente se oculta bajo las sábanas. En general, es
un niño que llora y no se muestra ansioso, cuando se trata
un lactante mayor o un preescolar,
por la ausencia de la madre y aun puede mostrar franco rechazo
hacia ésta cuando ha sido la agresora. La conducta del
niño cambia relativamente poco tiempo a una de
aferramiento excesivo hacia el personal del hospital, con gran
necesidad de contacto físico, al mismo tiempo que hay
periodos patentes de agresividad cuando se les frustra; estos
niños pegan y aun llegan a morder a las enfermeras, a
pesar de que éstas muestra especial afecto y cuidado al
menor cuando se enteran del problema.

Se han señalado también patrones de
comportamiento característicos del agente agresor en el
hospital; poco interés del familiar involucrado acerca de
la seriedad de las lesiones y evolución del padecimiento, con abandono
del niño en el hospital o, al menos, visitas cortas muy
esporádicas y el comentario frecuentes de las enfermeras
de la sala "de no conocer al padre o madre del niño", a
pesar de estancias prolongadas. Sin embargo, esto no es
necesariamente un comportamiento característico del
familiar agresor; en ocasiones, el

padre o familiar involucrado parece mostrar una gran
preocupación por la enfermedad del pequeño
paciente, con actitudes francas de sobreprotección hacia
éste, lo cual hace más difícil para el
médico, la enfermera y aun la trabajadora social con
experiencia en el manejo de este problema, aceptar la posible
culpabilidad en una persona tan aparentemente interesada en el
bienestar del menor.

En nuestra serie, al igual de lo que sucede al comparar
los reportes de diversos autores, existe cierta discrepancia en
lo que se refiere al familiar involucrado como agresor. Si
tomamos en cuenta sólo los casos en los cuales la
identificación del agresor fue calificada como
"comprobada" o "muy posible", el padre aparece como agresor en el
26% de los casos y la madre en el 58%; en el 16% restantes,
estuvieron involucrados padrastros, madrastras y un hermano
mayor.

Hay acuerdo general en que se trata de personas
jóvenes y aun cuando existe la creencia de que el maltrato
físico extremo está confinado a la clase
socioeconómicamente baja y/o personas de inteligencia
baja, la mayor parte de los reportes, así como nuestra
experiencia, están de acuerdo en que los padres golpeados
provienen de todas las clases
sociales y están dentro de todos los niveles de
inteligencia. En un trabajo se señala que "es probable que
algunos padres estén psicológicamente propensos a
este desastre particular, pero esto no tiene nada que ver con la
clase social o inteligencia"

Se han descrito muchos rasgos característicos del
agente del agresor. Entre ellos estaría la inmadurez
emocional, la cual es la consecuencia de insatisfacción de
la misma durante la niñez.

Sentimientos de ira, coraje y frustración hacia
los hijos, son normales; pero comúnmente están
balanceados por sentimientos igualmente importantes de
protección y cariño y, sólo

rara vez, bajo presiones desorbitadas del ambiente,
resultan en una perdida total del control. En los agresores, se
ha enfatizado también, la existencia de un grado
especialmente alto de impulsividad y pobres mecanismos de control
para la misma, lo cual hace que un estimulo aparentemente
pequeño, que generalmente toleran bien la mayor parte de
los padres, provoque la reacción agresiva intensa hacia el
menor involucrado. Sin embargo, otros autores enfatizan que el
agresor funciona bien fuera de la presencia del niño
agredido y que este último es dotado de
características reales o supuestas, que desencadenan el
maltrato y/o actitudes abiertas de rechazo. Estas
características pueden ir desde inquietud motora marcada,
llanto excesivo, aspecto físico del menor, enfermedades
frecuentes, etc., hasta otras más sutiles y las cuales
requieren de una investigación cuidadosa para
descubrirlas, como son el conferir al niño
características del adulto. Muy frecuentemente, estos
padres tienen dificultad para ver al bebe como tal y esperan que
coma sin dejar nada de la ración ofrecida o demandan
hábitos de limpieza por encima de la edad del niño,
especialmente un control muy precoz esfínteres anal y
vesical por lo que los ataques al niño suelen ocurrir
alrededor de la hora de comida o de la defecación. No es
raro también que una madre insatisfecha en sus relaciones
interpersonales, especialmente con el esposo, tome al bebe
como única fuente de satisfacción; si responde como
ella quiere, no hay problema; pero si es llorón o no
acepta el alimento ofrecido, puede pensar que el bebe la rechaza,
la critica y dispararse así la agresión. En otras
ocasiones se desplaza hacia el menor parte de la conflictiva del
agresor; tal sería el suponer que el niño,
concebido en relaciones pre o extramaritales, es un estigma, y
por ello generados de culpa e ira del agresor. Más
difícil de descubrir es un hecho encontrado en dos de
nuestros casos: el niño es tomado como un

rival que acapara los cuidados del otro cónyuge,
atención que es requerida en exclusividad, y con ello
surgen los celos, la ira y la agresión.

Fuera de lo antes señalado, los agresores
presentan escasa o nula psicopatología, cuando menos
aparente. Muy frecuentemente, el agresor, en quien la sola
presencia del niño provoca un estado afectivo
incontrolable, trata de manejar sus emociones
apartándose del menor a través de relegar los
cuidados al otro padre u otra persona; es cuando se rompe este
arreglo que ocurre la agresión. Esto último
explicaría la mayor frecuencia del llamado
"Síndrome del Niño Golpeado" durante los primeros
dieciocho meses de vida, lo cual, inclusive, ha hecho que
también se conozca este problema como "Síndrome del
Bebé Golpeado". Cuando el niño empieza a caminar y
más aún cuando es capaz de aprender a rehuir al
agresor, las agresiones son más frecuentes.

3.4. Consecuencias

Los niños criados en hogares donde se les
maltrata suelen mostrara desórdenes postraumáticos
y emocionales. Muchos experimentan sentimientos de escasa
autoestima y sufren de depresión y ansiedad por lo que
suelen utilizar el alcohol u otras drogas para mitigar su
distress psicológico siendo la adicción al llegar
la adultez, más frecuente que en la población general.

Los efectos que produce el maltrato infantil, no cesan
la niñez, mostrando muchos de ellos dificultades para
establecer una sana interrelación al llegar a la
adultez.

Algunos niños sienten temor de hablar de lo que
les pasa por que piensan que nadie les creerá. Otras veces
no se dan cuenta que el maltrato a que son objeto es un
comportamiento anormal así aprenden a repetir este
"modelo" inconscientemente. La falta de un modelo familiar
positivo y la dificultad en crecer y desarrollarse
copiándolo, aumenta las dificultades de establecer
relaciones.

Puede que no vean la verdadera raíz de sus
problemas emocionales, hasta que al llegar a adultos busquen
ayuda para solucionarlos.

"Para muchos niños / as que sufren de maltrato,
la violencia del abusador se transforma en una forma de vida.
Crecen pensando y creyendo que la gente que lastima es parte de
la vida cotidiana, por lo tanto este comportamiento se toma
"aceptable" y el ciclo del abuso continua cuando ellos se
transforman en padres que abusan de su hijos y estos de los
suyos, continuando así el ciclo vicioso por
generaciones".

Muchas personas no pueden cortar el ciclo del abuso,
pero hay niños al que la bibliografía mundial
denomina "resilentes" que poseen características que les
permite superar este obstáculo. Estos niños tiene
la habilidad de llamar positivamente la atención de otras
personas, se comunican bien, poseen una inteligencia promedio, se
nota en ellos un deseo por superarse y creen en sí mismos.
Muchas veces es la aparición de un adulto preocupado por
ellos lo que les permite desarrollar esta habilidad y romper con
el ciclo del abuso.

Como todos sabemos, los niños aprenden de lo que
viven.

El niño aprende lo que vive

  • Si vive con tolerancia
    aprende a ser paciente
  • Si vive criticado aprende a condenar
  • Si vive con aprobación aprende a confiar en
    sí mismo
  • Si vive engañado aprende a mentir
  • Si vive en equidad aprende a ser justo
  • Si vive con vergüenza aprende a sentirse
    culpable
  • Si vive con seguridad aprende a tener fe en sí
    mismo
  • Si vive hostilizado aprende a pelear
  • Si vive en la aceptación y la amistad aprende
    a encontrar el amor en
    el mundo.

Problemas de conducta

La literatura sobre el tema de
abuso infantil coinciden manifestar que los niños que
sufren malos tratos presentan un funcionamiento comportamental
problemático (Cerezo, 1997c. En España, de
forma consistente a lo encontrado en otros países, se
observa que comparando a niños que reciben abuso con
niños que no lo reciben, los primeros manifiestan
más problemas de conducta, tanto cuando la
información procede de los padres como cuando procede de
los maestros. Las conductas que se han descrito en estos
niños han sido: agresividad, verbal y física,
hostilidad, oposición, robos, mentiras, absentismo, que se
integrarían en la categoría de problemas de
conducta externalizantes. En un estudio longitudinal encontraron
que la experiencia del daño físico intencional
sufrido durante los primeros cinco años estaba asociado
con un incremento considerable del riesgo a sufrir problemas de
conducta externalizantes. Pero aunque estos problemas sean los
más frecuentes, sin embargo, también algunos de
estos niños presentan problemas de eliminación,
miedos, desobediencia encubierta, pero incluso algunos
niños presentan combinación de ambas
categorías.

CAPÍTULO IV

CÓMO AYUDAR A LAS VÍCTIMAS DEL
MALTRATO

4.1. Formas de ayuda

La mejor manera de ayudar al niño /a
es:

  • Identificando los casos de maltrato.
  • Realizando intervenciones en las situaciones
    detectadas, a través del gabinete o de docentes
    sensibles y capacitados.
  • Derivado y /o denunciado los casos de maltrato a los
    organismos pertinentes.

Aquí proponemos algunas líneas de
trabajo que la escuela puede desarrollar con los niños y
sus familias:

  • Realizar tareas de sensibilidad y
    capacitación.
  • Realizar talleres reflexivos.
  • Desarrollar accidentes de difusión y
    sensibilidad entre los niños, las familias y la
    comunidad acerca de los derechos del
    niño.
  • Articular con la currícula, actividades
    dirigidas a revisar el problema
    críticamente.
  • Estimular la confianza y la autoestima de los
    niños / as.
  • Para desarrollar con éxito
    la función
    preventiva, la escuela como institución debe ser capaz
    de revisar sus propias actitudes hacia el control de las
    conductas de los niños y adolescentes.

Ofrecer a los alumnos el espacio y las oportunidades
para experimentar formas no violentas de resolución de los
conflictos.
Llevar a cabo asambleas, consejos de aula y todo medio que
estimule la participación democrática en la vida
escolar.

4.2. Institución de ayuda en
Mérida

4.2.1. Institución DIF

A los niños y niñas han sufrido
algún maltrato, se le brinda determinada
rehabilitación, para sus reincorporación a la
sociedad se de la manera más fácil.

  1. Atención médica y psicológica
    al niño maltratado
  2. Atención psiquiátrica o
    psicológica del agresor
  3. Orientación familiar
  4. Separación del medio de peligro
  5. Establecimientos de asilos temporales

    Objetivos del DIF en la atención del
    niño maltratado

    1. Fomentar el sano crecimiento, tanto
      físico como mental de la niñez y la
      formación de su crítica
    2. Investigar la problemática del
      niño, de la madre y de la familia a fin de
      proponer las soluciones adecuadas.
    3. Proporcionar servicios asistenciales a los menores
      abandonados
    4. Prestar asistencia jurídica a los
      menores y a las familias para la atención de los
      objetivos de la institución
    5. Coordinación con otras instituciones
      afines, cuyo propósito sea la obtención del
      bienestar social.
  6. Adopción

CAPÍTULO V

MALTRATO INFANTIL EN MÉRIDA

La principal forma de agresión a los derechos de
los niños en Mérida es la falta de cuidados, pues
muchas madres dejan a sus hijos "abandonados a su suerte" en su
casa cuando se van a trabajar.

Cada mes, llegan a la Comuna 19 casos de niños
abandonados en sus casas por conducto de llamadas anónimas
de vecinos.

La violencia física y la violencia constituyen la
segunda y tercera formas de maltrato a menores con mayor
frecuencia.

Lo que sí es evidente es que la conciencia y la
participación de la sociedad en este problema tiene mayor
fuerza.. Las denuncias corresponden de personas de escasos
recursos de
colonias marginadas especialmente del sur de la
ciudad.

La omisión de los cuidados es una forma de
agresión a los menores porque al dejarlos solos en la casa
se les expone a sufrir un accidente en cualquier
momento.

En los casos de violencia física contra los
niños, la madre también agrede a sus hijos con
elevada frecuencia.

Muchas veces ellas no se dan cuentan del daño que
causan a sus hijos porque creen que están haciendo lo
mejor para ellos.

El hombre sigue
siendo el principal agresor, pues si le proporcionara a su
familia a su familia lo que necesita para vivir, la madre no
tendría que abandonar a los niños a su suerte para
ir a ganarse el sustento.

La falta de tolerancia que muchas mujeres muestran
cuando golpean a sus hijos no es más que una muestra
inconsciente de que ya no pueden con la carga extra de
responsabilidad.

Los "instrumentos" que los padres de familia utilizaban
para "corregir" a sus hijos, como sogas o cinturones, va quedando
en olvido, pues en los últimos año el uso de
cables, maderas o colillas del el cigarro son cada día de
uso común.

La mayoría de las víctimas del maltrato
infantil son niños de cero a cinco años, que
no

Pueden denunciar la situación en la que
viven.

Cuando los métodos
correctivos son más violentos es que reflejan, en el padre
o tutor, un sentimiento de ira profundo contra el
menor

La falta de una figura paterna, la presión de
mantener económicamente el hogar y la frustración
de no concretar ciertas metas, convierten a la madre de familia
en el principal verdugo de sus hijos.

Cuando pierden la paciencia, lo único en lo que
piensan es en quitar el enojo sin medir las
consecuencias.

Debido en el que el medio cultural de la violencia como
método correctivo es común, los padres no se
percatan del daño que les hacen a sus hijos al abusar
física y emocionalmente de ellos.

El exponer a los menores a estos dos tipos de maltratos
es ocasionar en ellos conductas agresivas, aislamiento e
hiperactividad.

El maltrato , es mucho mayor en niños de cero a
cinco años.

Los padres se aprovechan de quel el infante tiene mucho
miedo, no entiende lo que pasa o no tiene contacto con otros
adultos, como los maestros para contarles su problema.

El maltrato también surge cuando la mujer siente
que sus hijos han frustrados sus planes.

La madre suele ser más agresiva con un embarazo no
deseado.

El maltrato físico y psicológico,
así como la violación son los hechos más
comunes en los que mujeres y niños son las principales
víctimas.

En Yucatán la Procuraduría de Defensa del
Menor y la Familia asegura que al año recibe cerca de 23
mil denuncias en área jurídica, sin contar los que
llegan por otras fuentes y en las que requieren de personal
capacitado por el sistema DIF de
Yucatán.

Además, de esas 23 mil denuncias, 632 son por
maltrato a menores y un número similar por el abandono de
los mismos.

La existencia de violencia en las familias Yucatecas,
sobre todo en la zona rural, son los índices crecientes de
denuncias por violación, especialmente en el
renglón del incesto, donde el padre abusa de la
hija.

En el caso de menores de dad que son maltratados por su
propia familia, se, observa que en los últimos 16 meses,
114 niños ingresaron al Centro de Atención Integral
al Menor en Desamparo, por condiciones de maltrato, abuso y
abandono.

Los niños no sólo pueden ser
víctimas de la violación familiar, ya que
también en algunos casos son quienes la promueven, y
aunque puede parecer exagerado, actualmente hay en Yucatán
19 niños a quienes el sistema gubernamental ya se les puso
la etiqueta de "incorregibles".

Por lo menos un 70 porciento de los niños
yucatecos sufre hoy en día algún tipo

maltrato invisible, cuyos daños emocionales y
psicológicos suelen ser mas desbastadores que el propio
maltrato físico.

De hecho la desatención,, la negligencia y la
indiferencia, que constituyen en sí el fenómeno del
"maltrato invisible", suelen también conducir al suicidio y a la
autodestrucción paulatina por diversos
métodos

El reflejo directo de este fenómeno es el gran
número de accidentes domésticos, que son en
realidad el disfraz del suicidio o intentos de suicidio a nivel
infantil.

En los últimos cinco años se han
registrados en Yucatán cuatro casos de suicidio
infantil.

Mérida: primer lugar en el maltrato físico
y/o emocional dirigido a niñas y niños
por:

Amenazas de muerte,
ofensas a la familia, violación golpes en la cara,
empujones, golpes en la boca, privación de la libertad,
acoso sexual y ataduras.

Los niños maltratados, generalmente se convierten
después en padres que también abusan de sus hijos,
de modo que es necesario romper ese circulo vicioso para reducir
el problema.

Hay mayor conciencia sobre el síndrome del
niño maltratado y cada vez son mas las personas que hacen
a un lado sus temores personales y denuncias esos
casos.

Hoy en día las escuelas se han convertido en una
de las mejores instancias para detectar y denunciar esos
ilícitos.

Los afectados lo sufren desde recién nacidos
hasta la adolescencia,
y la mayor parte de las veces son agresiones físicas y el
resto de tipo psicológico y emocional.

Los malos tratos o falta de atención durante la
niñez y adolescencia, que derivan baja autoestima, son
identificados como las principales causas de anorexia y la
bulimia,
trastornos alimenticios que pueden conducir a la
muerte.

De acuerdo a investigaciones, el 95 porciento de quienes
padecen alguna de esas adicciones,
sufrieron durante los primeros años de su vida de abusos
físicos, o el abandono del ser querido, como los padres o
la pareja.

Es conveniente contar con leyes que
obliguen a las parejas que planean contraer matrimonio a
tomar cursos sobre la
vida conyugal y la educación de los
hijos, pues esa, pues esa preparación evitaría
parte de las causas de la violencia
intrafamiliar que afecta a los vástagos.

La preparación de los padres también
evitaría otros problemas, como la procreación de
hijos con alguna discapacidad, que
ocurre cuando no se toman en cuenta aspectos
congénitos.

En tres años se incremento alarmantemente en el
Estado el maltrato a menores, el año pasado se registraron
146 casos de niños de cinco a 10 años que fueron
agredidos físicamente por la madre o el padre de
familia.

Este tipo de violencia infantil es producida por la
falta de educación de los padres.

Los padres de los infantes carecen de nivel educativo,
provocando en sus hijos traumas psicológicos y
emocionales, los cuales repercuten en su modo de vida.

CONCLUSIONES

El maltrato a los menores siempre ha existido desde los
tiempos antiguos, pero no se había formulado derechos
exclusivos para ellos por lo tanto los padres o personas mayores
pensaban que tenían la autoridad sobre ellos.

Se debería concientizar más a la
población adulta, que la salud de los menores debe ser
cuidada de tal manera que no se exponga a un desequilibrio por
causas de maltrato, que como ya se mencionó, puede ser de
diferentes maneras y afectan de diversas maneras a los menores
pudiéndole causar en casos graves la muerte.

También se debe programar pláticas en las
escuelas referente a la violencia
familiar y la manera de prevenirla para que en un futuro, al
formar una familia no traten mal a sus hijos.

Todo niño maltratado tiene derecho a vivir una
vida como cualquier otro niño y se le debe de dar la ayuda
necesaria para poder superar este problema.

Ay que hacer conciencia a los padres que dar una buena
educación a sus hijos no es pegarles ni hacerlos menos, si
no que al contrario dar amor, cuidado y protección, es la
mejor manera de brindar una buena educación a nuestros
hijos.

Recomendaciones

  • Si usted es padre, no pierda la
    paciencia.
  • Disciplínelo no lo maltrate.
  • Si un niño va en busca de su ayuda crea en su
    palabra.
  • No culpabilizarle en ningún caso.
  • Investigue la verdad.
  • Consulte con otros profesionales.
  • Recurra a las autoridades
    correspondientes.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Dr. Galeano, Francisco. Ayudando a aliviar el
dolor. Maltrato Infantil. Página Internet: www.rionet.com.ar

2. ¿Qué es el maltrato infantil?.
La Violencia contra los niños. Página
Internet: www.vidahumana.com

3. Dole Sierra, Laura y Ma. Ángeles Cerezo
Jiménez. Maltrato parental y problemas infantiles.
Unidad de investigación. Página Internet:
Altavista.com

4. Diane E. Papalia y Sally Wendkos Old. Desarrollo
Humano. Naucalpan Juárez, México:
Ed. Mc Graw Hill, 1990, 753 págs.

5. IMSS.
Maltrato Físico al niño. Análisis psiquiátricos,
médicos de trabajo y jurídicos. México: sin
Ed., 1971,68 págs.

6. Maher, Peter. Abuso contra los niños
[Zulán Marcela Fuentes Ortega]. Grijalvo, México
D.F.: Ed., 1990, 379 págs.

7. Mussen, Paul Henry. Desarrollo de la Personalidad
en el niño. México: Ed. Trillas, 1990 563
págs.

8. Fuentes de la Hemeroteca José
María Pinosuárez.

9. Entrevista en
el Hospital T1 con el Dr. Jorge Carlos González
Cepeda.

10. Entrevista en el Hospital T1 con el Dr.
Saúl Hernández García.

11. Entrevista en un centro de salud con la
trabajadora social Gilda María Castro.

 

 

 

Ricardo Pérez Moguel

Partes: 1, 2
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