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Clasificación de los yacimientos minerales




Enviado por hcavagg



    1. Clasificación de Niggli de
      los yacimientos minerales.
    2. Clasificación de
      Schneiderhöhn de los yacimientos
      minerales.
    3. Clasificación de
      Lindgren de los yacimientos minerales,
      modificados.
    4. Referencias
      bibliográficas

    El estudio de los yacimientos minerales
    requiere el examen de un gran número y tipos de distritos
    mineros; sus semejanzas y diferencias deben ser anotadas y
    descritas. Agrupando juntamente los yacimientos con características similares facilita la
    descripción y, como es de esperar, permite
    generalizaciones en lo que concierne a la génesis y
    localización mineral. Para que pueda usarse, una
    clasificación debe ser lo más simple posible,
    especialmente si tiene que usarse en el campo durante el examen
    de una mina y para la cartografía. Se han hecho muchos intentos
    para clasificar los yacimientos minerales desde los primeros
    esbozos de Agrícola; sin embargo, la mayoría fueron
    abandonados ya que eran en gran parte engorrosos y restrictivos y
    no podían aplicarse en el campo.

    Algunos tipos de yacimientos minerales gradan en otros y
    sus límites
    genéticos no pueden definirse de un modo preciso; por lo
    tanto, la clasificación debe ser flexible. Por ejemplo, en
    muchos distritos mineros de los Estados Unidos,
    tales como Butte, Montana, la mineralización en las partes
    externas del área fue depositada a temperaturas y
    presiones relativamente bajas, mientras que la
    mineralización en el centro del distrito se formó a
    temperaturas y presiones un poco mayores. Es imposible clasificar
    el distrito solamente en una categoría; no obstante, el
    distrito está colocado en la categoría que se
    aplica a la mayor parte d los yacimientos.

    Mientras que los intentos pasados en la
    clasificación han hecho énfasis en la forma,
    textura y en el contenido mineral y asociaciones de los
    yacimientos minerales, las clasificaciones más modernas se
    desarrollan sobre las teorías
    de la génesis y medios de
    deposición. Desde los primeros tiempos se reconoció
    que se podía hacer una clara distinción entre
    ciertos tipos de menas sedimentarias y otras asociadas con
    procesos
    ígneos. Incluso la división en tipos ha sido
    difícil, ya que los geólogos no pueden ponerse de
    acuerdo entre ellos mismos en cuanto al origen de muchos
    yacimientos. No se ha propuesto ninguna clasificación
    aceptable de los yacimientos minerales y en la actualidad hay
    tres sistemas de uso
    común. Los europeos están a favor de la
    clasificación vulcánico-plutónica de Niggli
    y de la clasificación mena-asociación de
    Schneiderhöhn. El esquema más ampliamente usado en
    los Estados Unidos es la clasificación
    profundidad-temperatura de
    Lindgren. Estas tres clasificaciones fueron desarrolladas cada
    una durante la primera parte de este siglo cuando los tipos
    más frecuentes de yacimientos minerales eran los filones.
    Tales yacimientos como los sulfuros masivos asociados con masas
    volcánicas, yacimientos diseminados de cobre y
    molibdeno y yacimientos estratiformes del tipo de Mississippi
    Valley, si bien conocidos, su valor
    económico era bastante inferior que el actual. Al mismo
    tiempo,
    despertaban poco interés
    científico. Los estudios modernos han proporcionado una
    gran cantidad de información y es necesario una
    revisión y modernización de las antiguas
    clasificaciones.

    Niggli (1929) agrupó las menas
    epigenéticas en volcánicas, o
    próximas a la superficie, y plutónicas, o de
    asentamiento profundo. Los yacimientos plutónicos son
    divididos en hidrotermales,
    pegmatíticos-neumatolíticos y subgrupos
    ortomagmáticos, dependiendo de si las menas se formaron a
    partir de líquidos o de gases, o como
    productos
    directos de cristalización dentro del magma. La
    clasificación final está basada en asociaciones
    químicas y asociaciones mena-mineral.

    Un esquema de la clasificación de Niggli se da en
    la tabla 1. Se puede ver que este sistema clasifica
    los yacimientos en base a su génesis y mineralogía.
    Por ejemplo, se distingue entre yacimientos volcánicos de
    oro y yacimientos plutónicos de oro o entre menas
    hidrotermales de cobre y menas neumatolíticas de cobre.
    Fundamentalmente, esta clasificación difiere poco de la de
    Lindgren. La mayor parte de los criterios utilizados en la
    clasificación de Niggli son aplicables en la de Lindgren.
    Pero ya que los fluidos de alta presión
    por encima del punto crítico no son ni gases ni
    líquidos, la distinción
    neumatolítico-hidrotermal es artificial. Desafía la
    aplicación de campo, ya que un yacimiento mineral que se
    forme a partir de minerales transportados en medio gaseoso no
    puede distinguirse de los formados a partir de materiales
    transportados en medio líquido.

    Tabla 1 –
    Clasificación de Niggli de los yacimientos
    minerales.

    1. Plutónico o intrusivo
    1. Ortomagmático
    1. Diamante, platino-cromo
    2. Titanio-hierro-níquel-cobre
    1. Neumatolítico a pegmatítico
    1. Metales pesados-alcalino
      térreos-fósforo-titanio
    2. Silicatos-álcalis-fluoro-boro-estaño-molibdeno-wolframio
    3. Asociaciones turmalina-cuarzo
    1. Hidrotermal
    1. Hierro-cobre-oro-arsénico
    2. Plomo-cinc-plata
    3. Níquel-cobalto-arsénico-plata
    4. Carbonatos-óxidos-sulfatos-fluoruros
    1. Volcánico o extrusivo
    1. Estaño-plata-bismuto
    2. Metales pesados
    3. Oro-plata
    4. Antimonio-mercurio
    5. Cobre nativo
    6. Volcanes subacuáticos y depósitos
      bioquímicos

    Schneiderhöhn (1941) clasificó los
    yacimientos minerales de acuerdo a : 1) la naturaleza del
    fluido mineral; 2) las asociaciones minerales; 3)
    distinción entre deposición cercana a la superficie
    y deposición profunda, y 4) el tipo de deposición,
    huésped o ganga. La categoría significativa en esta
    clasificación es el grupo segundo,
    asociaciones minerales. Schneiderhöhn propuso una lista
    detallada de asociaciones minerales típicas,
    clasificándolas según los tipos de mena,
    huésped y ganga encontrada en cada una. Las
    categorías principales de su clasificación se
    reproducen en la tabla 2.

    Tabla 2 –
    Clasificación de Schneiderhöhn de los yacimientos
    minerales.

    1. Yacimientos intrusivos y
      líquido-magmáticos
    2. Yacimientos neumatolíticos
    1. Filones pegmatíticos
    2. Filones neumatolíticos e
      impregnaciones
    3. Reemplazamientos neumatolíticos de
      contacto
    1. Yacimientos hidromertales
    1. Asociaciones de oro y plata
    2. Asociaciones de pirita y cobre
    3. Asociaciones plomo-plata-cinc
    4. Asociaciones
      plata-cobalto-níquel-bismuto-uranio
    5. Asociaciones
      estaño-plata-wolframio-bismuto
    6. Asociaciones
      antimonio-mercurio-arsénico-selenio
    7. Asociaciones de no sulfuros
    8. Asociaciones de no metales
    1. Yacimientos exhalativos

    El sistema de Schneiderhöhn es conocido en Europa y
    defendido por muchos americanos. Noble (1955) sostiene que es la
    mejor clasificación genética
    ya que las asociaciones minerales representan asociaciones
    metálicas en los fluidos formadores de las menas. Aunque
    los esquemas de Schneiderhöhn y Lindgren tienen semejanzas
    fundamentales, sin embargo, difieren en el énfasis.
    Según el sistema de Schneiderhöhn, un yacimiento que
    no se adapte a ninguna de las asociaciones dadas mena-mineral o
    sus subdivisiones es rápidamente clasificado formando
    solamente un nuevo grupo o subdivisión. El éxito
    de este sistema para uso de campo, sin embargo, es inversamente
    proporcional al número de grupos
    principales necesitados para acomodar todos los yacimientos
    minerales; es decir, cada nueva categoría que se necesite
    debilita la clasificación. Un ejemplo más detallado
    del sistema de Schneiderhöhn (para el grupo III A) es como
    sigue:

    III. Yacimientos hidrotermales.

    1. Asociaciones de oro y plata.
    1. Cortejo hipoabisal (asentamiento
      profundo).
    1. Filones catatermales de oro-cuarzo (equivalente a
      hipotermal).
    2. Yacimientos de impregnación llevando oro en
      rocas
      silicatadas.
    3. Yacimientos de reemplazamiento llevando oro en
      rocas carbonatadas.
    4. Yacimientos mesotermales de
      oro-plomo-selenio.
    1. Cortejo subvolcánico (cercano a la
      superficie).
    1. Filones epitermales propilíticos de
      oro-cuarzo y filones de plata-oro.
    2. Filones epitermales de oro-teluro.
    3. Filones epitermales de oro-selenio.
    4. Yacimientos aluníticos de oro.
    5. Yacimientos epitermales de plata.

    Lindgren introdujo sus sistema de clasificación
    (tabla 3) en 1913; se usa hoy día casi en su forma
    original (Lindgren, 1933). Se han añadido términos
    tales como "teletermal" (Graton, 1933) y "exotermal" (Buddington,
    1935). Ridge (1968) reconoció la necesidad de
    revisión, si bien conservó los principios
    básicos de Lindgren.

    El sistema de Lindgren está considerado como el
    mejor para uso en el campo. Una modificación que parece
    esencial es una atenuación del papel del
    magma. Por consiguiente, en la tabla 8-3, el origen del calor no se
    especifica. El término "hidrotermal" significa simplemente
    "agua caliente"
    y no implica asociación magmática. Tal cambio en el
    sistema de clasificación fue sugerido por K.L. Williams y
    se adapta bien con los descubrimientos de los estudios de
    inclusiones fluidas e isotópicos.

    Las denotaciones de temperatura y presión en el
    esquema de Lindgren son a lo más solamente aproximadas y
    sujetas a modificación constantes. Por ejemplo, aunque la
    mayor parte de la metalización en los yacimientos
    mesotermales tiene lugar posiblemente entre los 300º y
    200º C, los estados iniciales y finales de la
    deposición mineral pueden pasar de estos
    límites.

    Tabla 3 –
    Clasificación de Lindgren de los yacimientos minerales,
    modificados.

    1. Depósitos producidos por procesos
      químicos de concentración; las temperaturas y
      presiones varían entre límites
      amplios.
    1. En magmas de procesos de
      diferenciación.
    1. Yacimientos propiamente magmáticos,
      yacimientos de segregación magmática,
      yacimientos por inyección. Temperaturas entre
      700º y 1500º C; presiones muy altas
    2. Pegmatitas. Temperatura muy alta a la moderada,
      presión muy alta.
    1. En formación de rocas
    1. Concentración efectuada por introducción de sustancias
      extrañas a las rocas (epigenético)
    1. Origen dependiente de la erupción de rocas
      ígneas.
    1. Yacimientos vulcanogénicos asociados
      normalmente a acumulaciones volcánicas. Temperaturas
      entre 100º y 600º C; presión
      atmosférica o moderada.
    2. A partir de masas efusivas. Sublimados, fumarolas.
      Temperatura de 100º a 600º C; presión
      atmosférica o moderada.
    3. A partir de masas efusivas. (Yacimientos
      ígneo metamórficos). Temperaturas oscilando
      probablemente entre 500º y 800º C; presión
      muy alta.
    1. Por aguas calientes ascendentes de origen incierto,
      probablemente magmáticas, metamórficas,
      oceánicas, connatas o meteóricas.
    1. Yacimientos hipotermales. Deposición y
      concentración a grandes profundidades, temperatura y
      presión elevadas. Temperatura entre 300º y
      500º C. Presión muy alta.
    2. Yacimientos mesotermales. Precipitación y
      concentración a profundidades intermedias. Temperatura
      de 200º a 500º C; presión alta.
    3. Yacimientos epitermales. Precipitación y
      concentración a poca profundidad. Temperatura de
      50º a 200º C; presión moderada.
    4. Depósitos teletermales. Precipitación
      a partir de "soluciones
      gastadas". Temperatura y presiones bajas; es el
      término más alto del rango
      hidrotermal.
    5. Depósitos xenotermales. Precipitación
      y concentración a profundidades someras, pero a
      temperaturas altas. Temperatura alta a baja; presión
      moderada a atmosférica.
    1. Origen por aguas meteóricas circulando a
      profundidades moderadas o ligeras. Temperatura superior a
      100º C; presión moderada.
    1. Por concentración a sustancias contenidas en
      el propio conjunto geológico.
    1. Concentración por metamorfismo
      dinámico o regional. Temperatura superior a 400º
      C; presión alta.
    2. Concentración por agua subterránea de
      circulación más profunda. Temperatura 0º a
      100º C; presión moderada.
    3. Concentración por desintegración de
      las rocas y alteración residual cerca de la
      superficie. Temperatura 0º a 100º C; presión
      moderada o atmosférica.
    1. En medios acuosos
    1. Vulcanogénicos. Emanaciones termales
      submarinas asociadas con vulcanismo. Temperaturas altas a
      moderadas; presión baja a moderada.
    2. Por interacción entre soluciones.
      Temperatura de 0º 70º C; presión
      moderada
    1. Reacciones inorgánicas.
    2. Reacciones orgánicas.
    1. Por evaporación de los
      disolventes.
    1. Yacimientos producidos por procesos mecánicos
      de concentración. Temperatura y presión moderada
      a baja.

    Ninguno de estos criterios son infalibles; debido a la
    complejidad y variabilidad de los factores involucrados, los
    minerales que normalmente se forman en una zona también se
    forman en otros lugares, a presiones y temperaturas más
    altas o más bajas. Las zonas deposicionales se
    caracterizan por ciertas asociaciones de minerales de mena y
    minerales de ganga (Schneiderhöhn, 1941; Niggli, 1929),
    así como por la presencia de ciertos productos de
    alteración de la roca encajante. Algunos minerales, tales
    como el cuarzo, feldespatos y pirita, tienen amplios rangos de
    estabilidad y persisten desde las zonas más profundas a
    las zonas más someras. Las texturas minerales pueden
    indicar el ambiente de
    profundidad-temperatura; por ejemplo, los geólogos creen
    que el bandeado rítmico de grano fino de algunas menas de
    oro se desarrolla bajo condiciones próximas a la
    superficie. Las texturas oolíticas y los yacimientos
    coloidales generalmente se atribuyen también a presiones y
    temperaturas bajas. Aunque el
    conocimiento de la termometría geológica es
    útil, se debe usar con mucha precaución.

    Los yacimientos minerales que parecen ser el resultado
    de la granitización encajarán también en la
    clasificación de Lindgren, puesto que no se considera el
    origen último de los metales: cada
    categoría se define por las condiciones ambientales en el
    tiempo y lugar de la deposición final.

    A pesar de su aparente simplicidad y amplitud, la
    clasificación de Lindgren ha tenido numerosas
    críticas, particularmente la categoría "en cuerpos
    de roca" (IB). A la luz de las ideas
    modernas, especialmente aquellas obtenidas de estudios de
    inclusiones fluidas y de estudios isotópicos, muchas de
    estas críticas están justificadas. En cuanto a su
    permanente utilidad,
    cualquier sistema de clasificación debe ser capaz de
    reflejar nuevos hallazgos, debe ser revisable. El criticar el
    sistema de Lindgren solamente porque deja sin clasificar un
    yacimiento particular no es más válido que el
    discutir que un batolito de granodiorita no puede ser así
    clasificado porque contiene algo de cuarzo monzonita. Mientras
    que la clasificación se entienda, se modernice y se
    reconozcan sus límites, continuará siendo
    significativa y útil.

    Las zonas de Lindgren se basan comúnmente en los
    minerales presentes sin tener mucho en cuenta sus rangos de
    estabilidad. Así, pues, la pirrotina y la arseniopirita se
    consideran frecuentemente como minerales de alta temperatura, lo
    cual verdaderamente puede ser. Incluso sabemos ahora que la
    pirrotina puede existir en la forma monoclínica y
    hexagonal, y que las condiciones de la deposición
    varían mucho. Muchos minerales que Lindgren
    consideró que se formaban a temperaturas altas se sabe hoy
    que se forman también a temperaturas bajas, especialmente
    a través de largos períodos de tiempo
    geológico. Cuando se acumulan los datos sobre el
    equilibrio de
    fases y estabilidad de los minerales y cuando la
    geotermometría se van refinando, entonces irán
    variando las asociaciones minerales propias de una zona con una
    profundidad determinada. Muchos yacimientos probablemente
    serán clasificados otra vez, y los límites de
    temperatura de las zonas hipotermal, mesotermal y epitermal,
    refinados y redefinidos.

    Se ha hecho una crítica más al sistema de
    Lindgren debido a la incertidumbre de lo que exactamente se
    entiende por "alto", "medio" y "bajo" cuando se aplicaba a
    temperaturas y presiones. No es necesario un refinamiento de
    estos términos. Del mismo modo, cuando las temperaturas y
    presiones de un fluido hidrotermal cambian, las menas de un
    cuerpo mineral simple (o incluso de una muestra) pueden
    representar más de una de las categorías de la
    tabla. Esto es un problema serio de clasificación, pero
    parece inevitable en el intento de describir los complejos
    procesos de formación de menas. La temperatura y la
    presión en la zona hipotermal permanecen ordinariamente
    altas a lo largo de la deposición mineral, pero en zonas
    someras los minerales de baja temperatura pueden estar sobre
    impuestos
    sobre filones de temperatura más alta. Del mismo modo, no
    es raro descubrir que un conjunto mineral de alta temperatura
    haya sido fracturado y subsecuentemente atravesado por un fluido
    mineral más frío. En la práctica, tal
    yacimiento se asigna a una zona particular de Lindgren de acuerdo
    a su conjunto mineral dominante.

    Originalmente, la clasificación de Lindgren
    atendió a la presión y temperatura como variables
    dependientes, pero de hecho pueden variar independientemente.
    Buddington (1935) señaló nueve categorías
    posibles para zonas de profundidad-temperatura; éstas
    representan una combinación de valores de
    temperatura y presión altos, intermedios y bajos. Aunque
    las altas temperaturas cerca de la superficie son completamente
    razonables en las proximidades de un plutón, es tal vez
    irrazonable esperar condiciones de superficie a grandes
    profundidades. Buddington introdujo el término
    xenotermal para representar yacimientos de alta
    temperatura que se forman cercanos a la superficie. No es
    práctico el distinguir el total de los nueve tipos de
    yacimiento en el campo, pero el xenotermal se usa bastante
    actualmente.

    La clasificación de Lindgren no tiene en cuenta
    la química de
    las rocas encajantes que son indudablemente un factor fundamental
    en la deposición mineral. Teóricamente esto
    sería indiferente ya que la profundidad y temperatura son
    los únicos parámetros usados. Pero se origina un
    problema cuando las menas son precipitadas prematuramente con
    respecto a su medio normal de profundidad-temperatura. Algunos
    yacimientos ígneo metamórficos pueden, por
    criterios de profundidad-temperatura, encajar en la zona
    hipotermal de Lindgren o incluso en la zona mesotermal (Stone,
    1959, pág. 1028), estando solamente la diferencia en que
    el yacimiento yace dentro de un huésped de carbonato
    más bien que en una roca regional menos reactiva. Estas
    diferencias sugieren que la clasificación de
    Schneiderhöhn es más apropiada donde la
    deposición mineral ha sido controlada por diferencias
    químicas entre los fluidos hidrotermales y las rocas
    encajantes, mientras que la clasificación de Lindgren va
    mejor cuando la deposición mineral ha estado
    controlada tanto por la presión como por la
    temperatura.

    Schmitt (1950a) observó que las gradaciones entre
    zonas no son tan frecuentes como uno se podía esperar; las
    gradaciones faltan entre las zonas epitermales y mesotermales, y
    entre yacimientos de pegmatitas e hipotermales. La ausencia de
    estas gradaciones nunca ha sido adecuadamente explicada. Sin
    embargo, se conocen algunos ejemplos de tales gradaciones, y es
    probable que cuando aumente nuestro conocimiento
    sobre las condiciones físicoquímicas que controlan
    la deposición mineral, se podrá ofrecer una
    explicación favorable. Schmitt (1950b) también
    propuso un gráfico de clasificación con la ordenada
    y abscisa definida por los factores de profundidad y temperatura.
    Este método, si
    bien más preciso, requiere una información que no
    es fácilmente obtenida en el campo.

    Aunque la clasificación de Lindgren es el
    modelo en los
    Estados Unidos, la mayoría de los yacimientos son
    también clasificados por el contenido en metales, la
    forma, reemplazamiento o relleno de cavidades, y así
    sucesivamente. Por ejemplo, un yacimiento diseminado de cobre es
    solamente uno de los muchos tipos posibles en la categoría
    mesotermal; una chimenea mineral de plomo-cinc puede ser
    hipotermal, mesotermal o epitermal, dependiendo del yacimiento en
    cuestión.

    Lovering (1963) introdujo los términos
    diplogenético y litogenético en el
    sistema de clasificación. "Diplogenético" se
    propuso para yacimientos que son en parte singenéticos y
    en parte epigenéticos. Aunque el término se refiere
    primariamente al tiempo, en cierto sentido se refiere
    también al espacio; no lleva ninguna implicación
    del origen de los constituyentes o del método de
    formación. Un ejemplo de un yacimiento
    diplogenético dado por Lovering es uno en el que el
    catión singenético se une con el anión
    epigenético para reemplazar la caliza por fluorita. El
    segundo término de Lovering, "litogenético", se
    aplica a la movilización de los elementos de una roca
    sólida y su transporte y
    deposición en otra parte. Los yacimientos
    litogenéticos se derivarían de la acción de
    fluidos magmáticos, metamórficos o
    meteóricos.

    La clasificación genética de Lindgren de
    yacimientos minerales está estrechamente relacionada al
    zonado y a la paragénesis. Teóricamente, las zonas
    de profundidad-temperatura pueden corresponder a las actuales
    zonas mineralógicas, como en Cornualles, Inglaterra.
    Similarmente, las zonas de alta densidad
    corresponden a la fase paragenética más temprana de
    un distrito. Zonado, paragénesis y clasificación
    genética son todas expresiones del mismo fenómeno y
    no pueden propiamente separarse unas de otras. Esto constituye
    una evidencia clara a favor del esquema de clasificación
    de Lindgren.

    REFERENCIAS
    BIBLIOGRÁFICAS

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