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Necesidad de legislar la rehabilitación de menores adictos abandonados (página 2)




Enviado por Abraham Omonte Rivero



Partes: 1, 2, 3, 4

El presente trabajo tomó en cuenta las siguientes interrogantes, como lineamiento general de la investigación:

¿Cómo afecta en el desarrollo humano del país la falta de una reglamentación específica sobre la rehabilitación y reinserción social de los niños, niñas y adolescentes abandonados con algún grado de adicción a los inhalables como el tolueno? ¿Cumplen las instituciones en actual vigencia su misión de reinsertar socialmente a los niños, niñas y adolescentes en estado de abandono y adictos a los inhalables? ¿La existencia de disposiciones legales aisladas, ambiguas y contradictorias carentes de sistematización en las diferentes etapas de nuestra historia serán la causa de la desprotección jurídica a este grupo poblacional? ¿Cuál es el rol que actualmente cumplen los organismos estatales como la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, la Unidad de Gestión Social, alcaldías y de qué manera responden a las necesidades reales que plantea esta problemática social? ¿La creación de un instrumento legal permitirá garantizar el Desarrollo Humano de este sector de la población boliviana?

1.2 Delimitación del tema de la tesis 1.2.1 Delimitación temática El estudio que se realizó permitió formular la propuesta de implementar una institución de rehabilitación[1]jurídica y socialmente justificada, que permita la adecuada reinserción social de niños, niñas y adolescentes en estado de abandono y con alguna adicción a drogas o sustancias volátiles químicos como el tolueno.

1.2.2 Delimitación temporal La investigación abarcó el período comprendido entre los años 1995 y 2000, es decir, el último quinquenio, tiempo en el cual se observó y analizó el incremento en el número de niños, niñas y adolescentes abandonados que sufren adicción a inhalables.

1.2.3 Delimitación espacial El ámbito espacial de la investigación es el territorio boliviano; sin embargo, con una finalidad metodológica, se consideró como modelo de investigación la ciudad de La Paz, donde se tomó en cuenta puntos críticos, como ser las calles y plazas del centro de la ciudad (la plaza de los Héroes, la plaza Pérez Velasco, el parque Alonso de Mendoza, entre otros).

1.3. Fundamentación e importancia del tema de la tesis La importancia del tema de investigación radica en la necesidad de rescatar del mundo de la adicción en que se encuentran los niños, niñas y adolescentes en estado de abandono. Se desea reinsertarlos en la sociedad por medio de la terapia ocupacional y la educación. Se plantea de manera específica la creación de una Institución de Rehabilitación que proporcione tanto las herramientas cognitivas para un desarrollo académico idóneo como aquellas destrezas laborales que permitan a los internos ganarse la vida de manera honesta.

Adicionalmente, se formula la creación de una escuela de esta naturaleza en vista del escaso cumplimiento de sus funciones por parte de los organismos encargados de reinsertar socialmente a este grupo poblacional, con lo cual se incumple el artículo 158 de la Constitución Política del Estado, que en su parágrafo primero afirma que el Estado tiene la obligación de defender el capital humano, protegiendo la salud de la población, asegurando la continuidad de sus medios de subsistencia y rehabilitación de personas inutilizadas, así como el mejoramiento de las condiciones de vida del grupo familiar. También se incumple el artículo 199, parágrafo 1, que afirma que el Estado protegerá la salud física, mental y moral de la infancia, y defenderá los derechos del niño al hogar y a la educación. Los centros existentes actualmente brindan una atención insuficiente para atender todos los requerimientos de este grupo poblacional, mientras los organismos de seguridad actúan más como una maquinaria de castigo y represión. Esto pudo evidenciarse en el desarrollo de la investigación y como verificación de la hipótesis aquí planteada.

1.4 Objetivos 1.4.1 Objetivos generales Demostrar la necesidad de reglamentar en Bolivia la rehabilitación de niños, niñas y adolescentes en estado de abandono que se hallan en algún nivel de adicción.

Fundamentar jurídica y sociológicamente la creación de una institución especializada y exclusiva para estos grupos etáreos.

1.4.2 Objetivos específicos Analizar doctrinalmente todo lo referente al estudio de las causas y efectos del abandono de niños, niñas y adolescentes.

Analizar el grado de cumplimiento de la normativa referida a la protección de niños, niñas y adolescentes.

Analizar la efectividad en la recuperación de este grupo humano en estado de adicción.

Fundamentar una propuesta para la creación de un instituto de rehabilitación y reinserción social de niños, niñas y adolescentes abandonados con adicción a elementos volátiles.

1.5 Hipótesis de trabajo "La ausencia de un reglamento específico para la rehabilitación de Niños, Niñas y Adolescentes abandonados y adictos a inhalables por medio de una institución psicopedagógica impide la readaptación de estos grupos etáreos" 1.6. Variables 1.6.1 Variable independiente Falta de una reglamentación específica para la rehabilitación de niños, niñas y adolescentes abandonados con algún grado de adicción a inhalables por medio de una institución educativa integral.

1.6.2 Variable dependiente Rehabilitación y readaptación del niño, niña y adolescente adicto abandonado.

1.7 Unidades de análisis Legislación Instituciones relacionadas con el problema Población en general Especialistas en la materia 1.7 Métodos y técnicas empleados en la tesis En la presente investigación se emplearon los siguientes métodos y técnicas:

Método Deductivo. Se partió de un planteamiento general (el estado de abandono de niños, niñas y adolescentes) a partir de los cuales se identificó unidades de análisis específicas que aportaron los datos necesarios en la investigación. Método Inductivo. Integrado al anterior método, permitió elaborar conclusiones generales a partir de los datos específicos obtenidos. De esta manera, el método deductivo y el inductivo se complementaron.

Método Analítico. Como su nombre lo indica, se descompuso el todo en sus partes, a partir de lo cual se observaron las diferentes características del objeto de estudio de manera sistemática. Método Sintético. Los resultados fueron sintetizados en las conclusiones a las que se arribó mediante la investigación, de modo tal que se presente un panorama específico de la temática estudiada.

Método Histórico. Este método tiene como principio el no sujetarse únicamente a lo existente, o sea, a lo visible, sino que se debe recurrir a la historia para ver la forma y condiciones de cómo evolucionó para llegar a lo actual, a lo que es. De esta forma se interpretan y asimilan de mejor manera los hechos o sucesos de carácter jurídico y social, logrando comprender su verdadero significado, ya que se analizará a fondo el fenómeno.

Método exegético. Este método permitió la explicación pormenorizada de las diferentes disposiciones legales analizadas en el estudio.

Observación Directa no Participativa. A partir de los observados, se elaboró un sistema organizado de conceptos, muchos de los cuales fueron retomados de la teoría existente, lo que permitió establecer los nexos entre los fenómenos detectados.

Entrevistas. Permitieron el contacto directo con los y las informantes. La entrevista fue de tipo semiestructurada con preguntas abiertas y cerradas, mediante las cuales se obtuvo la mayor cantidad de información posible. El estudio, en consecuencia, fue de tipo principalmente cualitativo antes que cuantitativo.

1.8 Metodología de la investigación El presente estudio siguió los siguientes pasos:

1.8.1 Consulta de fuentes impresas para delimitar el tema de investigación Se efectuó en un primer momento una aproximación al material impreso relacionado con el tema. También se consultó con personas entendidas en la materia que contribuyeron con ideas para enfocar de manera óptima el tema. A partir de ello se delimitó con mayor precisión el tema de investigación. Esta labor fue efectuada durante las primeras semanas del mes de agosto del año 2000.

1.8.2 Redacción del perfil de tesis Con las ideas más claras y con el material de consulta seleccionado, se procedió a redactar el perfil de tesis, mismo que sirvió como guía general de la investigación. Esta tarea fue llevada a cabo la última semana de septiembre del año 2000.

1.8.3 Fase de recopilación de material de campo y bibliográfico Mediante los diferentes instrumentos diseñados para el efecto (boletas de entrevista, los diferentes tipos de fichas) se recopiló el material existente que contribuyó a aclarar muchas de las ideas iniciales.

1.8.4 Procesamiento del material y redacción de la tesis Una vez obtenida la información, se procedió a clasificar los datos de interés a la vez que se redactaba el informe.

1.8.5 Aclaración sobre la construcción del documento Diversos autores, como Carlos Sabino (1995: 25) advierten que la investigación es un proceso dinámico, y como tal permite la creación en tanto posibilite la obtención de resultados. Sabino señala concretamente sobre los esquemas de investigación:

"Todo esquema sobre el proceso de investigación corre el peligro, especialmente para quien no ha realizado todavía labores prácticas de investigación, de convertirse en una especie de modelo formal restrictivo, en un molde rígido procedimental de corte casi burocrático. En realidad la labor científica es un trabajo donde la libertad y la creación cumplen un papel central: no hay, ni puede haber, ninguna receta que nos garantice un resultado positivo para nuestro trabajo por cuanto las dificultades y los imprevistos son tantos que impiden alcanzar una planificación completa del proceso. La práctica nos enseña que investigar es una tarea casi artesanal" en la que es preciso unir el pensamiento riguroso a la imaginación, la disciplina de trabajo a la inspiración en dosis variables según las circunstancias. Por eso, cualquier esquema que se presente o tiene más que el valor de una simple sugerencia encaminada a estimular el pensamiento sistemático, de una especie de indicación general que sólo pretende ser una guía para que el estudiante que se inicia en este campo pueda tener en cuenta los principales factores y aspectos que intervienen en el proceso".

El presente informe es, por lo tanto, el resultado de la investigación de campo, es decir, que se halla estructurado a partir de los resultados, consideraciones teórico metodológicas y otras que hacen parte del proceso de la investigación.

En cuanto al procedimiento de referencias, se siguió las pautas de Umberto Eco (1986: 209) quien anota: "En muchas disciplinas (y cada vez más, en los últimos tiempos) se usa un sistema que permite la supresión de todas las notas de referencia bibliográfica conservando sólo las de discusión y las de envío. Este sistema presupone que la bibliografía final sea construida poniendo en evidencia el apellido del autor y la fecha de publicación de la primera edición del libro o artículo […] ¿Cuáles son las ventajas de esta bibliografía? Os permite, cuando tenéis que hablar de este libro en el texto, actuar evitando llamada, nota y citas al pie." Precisamente es este sistema de referencia el que se utiliza en el presente estudio, aunque en algunos segmentos se alterna con el sistema de cita a pie de página. Las notas a pie son empleadas en casos que se deba aclarar ciertos puntos tratados o para comentar los puntos de vista de algún autor sobre el tema.

CAPÍTULO II

Análisis histórico y sociojurídico de la problemática del menor abandonado

El presente capítulo contiene una breve descripción de las circunstancias y motivos que impulsan a los padres a abandonar a sus hijos de corta edad, o a estos últimos a dejar su hogar. Los diferentes puntos fueron elaborados con base en los datos proporcionados por los autores Gregorio Iriarte (2000) y Antonio Moreno (1999), entre otros, así como entrevistas formales e informales a especialistas en la materia y los mismos protagonistas. Cabe destacar que el presente capítulo tiene carácter eminentemente cualitativo, por lo que se descarta el empleo de tablas estadísticas, mismas que son abundantemente empleadas en estudios de este tipo.

2.1 Antecedentes Históricos La historia de la humanidad está llena de grandes y pequeños momentos. El descubrimiento del fuego, la domesticación de las plantas y animales, la separación del hombre de los medios de producción, el descubrimiento de América, el viaje a la luna, etc., son hitos históricos que identifican la humanidad por su actividad creadora y deseo de descubrir nuevos mundos. Sin embargo, a la par de esta historia plagada de importantes acontecimientos, se desarrolla la historia de los grandes padecimientos de la humanidad, aquello que nos recuerda lo frágiles e incluso malvados que podemos ser. Procesos tales como la denominada Santa Inquisición o elementos que contribuyeron al desarrollo conjunto de la humanidad como el esclavismo, pueden servir como reflexión sobre el camino que seguimos. Un sector víctima de la evolución humana lo constituyeron desde siempre los niños, que por ser vulnerables y dependientes de una sociedad adultista se vieron muchas veces simplemente ignorados.

El niño ha ocupado, a lo largo de la historia de la humanidad, un papel prácticamente nulo. A. Raskovsky (1970) informa que en las sociedades antiguas y medievales, el niño carecía de estatus propio, siendo considerado posesión de un adulto, como objeto del que podía disponer sin miramientos. A lo largo de los siglos, si bien alcanza a reconocer diferentes períodos históricos, el predominio de estilos diferenciados de crianza de la humanidad se ha visto sistemáticamente signado por la vigencia de sistemas de crianza y prácticas educativas cuyo común denominador ha sido, en primer lugar, la proyección de la agresión del adulto sobre el niño; en segundo lugar, se da la inversión del vínculo adulto – niño, donde el último pasa a "sostener" emocional y/o materialmente al adulto.

2.1.1 La concepción del niño en la historia Desde una perspectiva occidental, tal como analizan algunos historiadores, la infancia se ha caracterizado por una permanente marginalidad. En las culturas primitivas la infancia aparece intensamente socializada, envuelta en la vida colectiva, demarcada por ceremonias de iniciación que se refiere al uso de las armas o a la actividad sexual.

Con el cristianismo se da una primera ruptura respecto a la imagen de la infancia. El evangelio, además de declarar que todo ser humano, de cualquier edad y condición, es hijo de Dios, había indicado una precisa y explícita valoración de la infancia.

Recién en el siglo xii se evidencian signos de ternura e interés por las fases de desarrollo de los niños, sentimientos que fueron penetrando gradualmente en esferas cada vez más amplias de la sociedad. El niño Jesús o la Virgen Niña fueron modelo y precursores de todos los niños pequeños de la historia.

El descubrimiento de la infancia comienza el siglo xviii, siglo en el que disminuye el infanticidio, aunque la práctica abandonar a los recién nacidos era todavía muy común. Además, se crean instituciones que se encargaban de todos los niños abandonados. Según Donzelot, en este siglo florece una abundante literatura sobre el tema de conservación de los hijos. Todos critican las costumbres educativas de su siglo relacionada con los hospicios, la crianza de los niños con nodrizas domésticas y la educación artificial de los niños ricos.

Seis siglos después, en el siglo xix, por primera vez en la historia un filósofo, Jean-Jaques Rousseau logró que un amplio grupo de personas creyera que la infancia era merecedora de la atención de los adultos inteligentes, fomentando el interés por el proceso del crecimiento y no sólo por su resultado. En este siglo, los poderes públicos empezaron a pensar en los niños en cuanto tales, con necesidades especiales dado su desamparo y vulnerabilidad, y no como adultos pequeños con derecho a prestar sus servicios durante 16 horas al día y como esclavos de sus padres. Antes de que terminara el siglo, el cambio del modo de pensar que se inició en el seno de la familia se había difundido y habría de provocar grandes transformaciones en toda la sociedad.

Según varios autores, con la llegada de la Edad Moderna burguesa y capitalista, se produjo un cambio radical: la infancia es valorizada, protegida y estudiada. Sin embargo, tal cambio incidió sobre todo en el imaginario y las ideas sobre la infancia de los sectores con posiciones económicas más favorecidas. Contemporáneamente, se ha desarrollado un amplio y específico conocimiento de la infancia y se ha profundizado en aspectos psicológicos y sociológicos, aquellos que se refieren al crecimiento físico y cognoscitivo, al lenguaje, el juego y otros.

2.1.2 La negación del niño y niña como ser social competente Se ha negado a los niños el ser reconocidos como actores sociales. El impulso general de la sociología ha sido el considerar a los niños como socialmente pasivos. Si son actores, lo son en la medida que son capaces de consumir mercancías, servicios e ir a la escuela.

Asimismo, en los modelos económicos aparecen como actores sólo en el mercado de consumo. Por ello, se puede afirmar que desde la psicología y la teoría sociológica se ha negado a los niños, niñas y adolescentes su capacidad de actuar como actores sociales. Además, se les ha otorgado una libertad engañosa. Resalta, pues, la falta de autenticidad de la infancia, que lejos de ser un estado de naturaleza es un estado social. En el mal, los recursos potenciales y la humanidad son sistemáticamente reprimidos.

2.1.3 El niño como sujeto político, económico y social Lo expuesto anteriormente muestra cómo los niños y niñas han sido marginados y vueltos invisibles de diferentes modos, en una tendencia en considerar al niño como objeto marginado o invisible.

Recién en la Convención de los Derechos del Niño de 1989 se refleja una imagen de la infancia que indudablemente tiene un valor histórico, social y político trascendental. Uno de los grandes méritos de la Convención es haber logrado que los Derechos del Niño sean la expresión de las necesidades humanas. Sin embargo, subsisten todavía serias dificultades en el ámbito teórico – conceptual. Reflejo de esto es la definición de niño que maneja la Convención es: "Todo ser humano menor de 18 años de edad, salvo que en virtud de la ley que le sea aplicable haya alcanzado antes la mayoría de edad". Para algunos autores, la Convención está planteada bajo la idea consensual de un niño occidentalizado, porque no se recupera la diversidad. El niño se pierde en el común denominador de ser menor de edad.

En nuestra sociedad, sobre la base de estudios realizados en sectores urbano populares, la concepción que prevalece sobre la niñez está constituido por diversos elementos, pero sólo uno es común: "el niño es percibido como un factor constitutivo de la familia. Es quien a partir de su existencia determina la formación de la familia. Remite a la exigencia de la reproducción como parte de su propia realización" (DOMIC, Jorge 1999: 28).

Los adultos atribuyen al ser niño el tener que ver con la alegría. Es decir, su presencia evoca sentimientos gratos y vivos. El niño en la familia da sentido a la vida en pareja, y permite a los padres proyectar en ellos sus deseos, aspiraciones y sueños. El niño es percibido como un complemento, un vínculo de unión en la pareja. Un tercer elemento está referido a la responsabilidad con las actitudes que despiertan los niños en el mundo adulto. La responsabilidad estaría determinada por el cargo u obligación moral de los padres. Los niños, por su parte, consideran que ser niño significa fundamentalmente "ayuda", que se objetiva en el producto de su vida cotidiana, en un cúmulo de actividades no remuneradas que desarrollan y abarcan diferentes campos, desde la preparación de alimentos, la limpieza y cuidado de los hermanos menores.

2.1.4 Las políticas de atención a la niñez en Bolivia En nuestro país, se pueden identificar tres hitos importantes en las políticas sociales dirigidas a la infancia, antes y después de la Guerra del Chaco. Inicialmente, el Estado no desarrolla acciones integradas en ningún tipo de planificación global ni sectorial. La Iglesia Católica, a través de diferentes congregaciones, brinda ayuda a niños huérfanos y abandonados y otros grupos empobrecidos, labor que también es desarrollada por organizaciones filantrópicas. Así se crea el primer centro de acogida en La Paz (Hogar Villegas), en 1910, impulsado por la Sociedad Protectora del Niño. La intervención del Estado se inicia en 1929, año en el que se emite la primera disposición legal que declara el 6 de enero Día del Niño. Después de la Guerra del Chaco, el Estado interviene para proteger a los huérfanos de guerra. En este período las disposiciones estatales estaban dirigidas a la población directamente afectada por desastres, carencias o situaciones identificadas como irregulares. Estas acciones aisladas de política social tampoco fueron ejecutadas directamente por los gobiernos, sino por instituciones religiosas y organizaciones afines, por lo que su característica era la beneficencia antes que la política social.

Los gobiernos se limitaban a autorizar su funcionamiento y a formular algunas normas a las que debían ajustarse las acciones de protección. En 1947 se promulga el Código de Contravenciones, dirigido a personas calificadas como delincuentes que ejercían la mendicidad, prostitución y desobediencia a los padres o mayores. En este período se legitima la intervención del Estado y se da vigencia a la idea de que existen niños y adolescentes que se hallan en una situación irregular y por tanto se aplican terapias de reclusión y políticas adecuadas para estas situaciones que son tipificadas de marginalidad.

2.1.5 La década de 1950 en adelante Los cambios a partir de 1952 hacen que por primera vez en el país las políticas sociales se inscriban en la planificación global y sectorial. Las políticas generacionales registraron variaciones significativas expresadas en intentos de rebasar los propósitos caritativos y de reconocer derechos.

El 12 de abril de 1955 se produce un gran avance con la Declaración de los Derechos del Niño Boliviano, que expresa una creciente conciencia y la necesidad de promover el desarrollo integral de los niños y resolver sus problemas. Pero esta Declaración que demuestra un gran adelanto respecto a la Declaración de las Naciones Unidas no estuvo acompañada de políticas sociales concretas. A cuatro años de haberse instituido los Derechos del Niño sobre la base del principio de protección contra el abandono, se dictó un decreto supremo que consideraba como falta grave el abandono moral o material en que incurran los padres en cuanto a sus deberes de asistencia, cuidado y educación de sus hijos, con una clara orientación de control social sobre la infancia" (PEÑALOZA, María Isabel 1996: 16).

En 1987 se desarrolla un proceso de reflexión a nivel internacional en torno a aspectos doctrinales que permitieron criticar la concepción generalizada de la doctrina de "situación irregular". Este proceso toma como base la reivindicación de los derechos del niño y permite la institucionalización jurídica de acciones y políticas sociales. Este proceso culmina en 1990 con la promulgación de la Convención de los Derechos del Niño, orientada a romper la política de control social y mejorar las condiciones de la infancia.

Este desarrollo se refleja en nuestro país en 1979, cuando se empieza a producir cambios e intentos por superar la visión asistencial y modificar la falta de coordinación interinstitucional e intersectorial, buscando orientar las políticas hacia una atención integral, proceso fuertemente influenciado por la Declaración del Año Internacional del Niño y por la instauración de la democracia en el país.

2.1.6 De la Convención sobre los Derechos del Niño a la actualidad En 1992, se produce un avance con la promulgación de un nuevo Código del Menor, que contemplaba, entre otros aspectos, la creación de los Juzgados del Menor. Sin embargo, aún no se apreció el diseño de políticas globales que respondieran a las necesidades de la niñez y adolescencia, aunque se destacan los esfuerzos que se realizan para cumplir con este objetivo por parte del Estado y las entidades privadas. Este Código, en compatibilidad con la Convención, expresa un salto cualitativo en la consideración social de la infancia, porque sienta las bases de la institucionalización jurídica de las políticas sociales básicas orientadas al conjunto de la infancia en el país.

El Código no se limitó a la enumeración de los derechos que asisten a los niños y adolescentes, sino que estableció mecanismos para hacer cumplir estos derechos, e inclusive establece algunas sanciones ante la violación de los mismos. Los avances más significativos ha sido el haberle dedicado todo el nuevo libro al tema de los derechos fundamentales y el haber establecido algunos mecanismos que garanticen su cumplimiento como ocurre con el derecho a la vida, la salud, la educación, la convivencia familiar y comunitaria, entre otros.

Al constituirse en fuente doctrinal, el nuevo Código sienta las bases para el diseño e institucionalización de políticas sociales públicas. Sin embargo, a pesar de estos avances, el Código deja pendientes reformas que debieran ser encaradas en el plano jurídico, y que a su vez mostraban la necesidad de profundizar el conocimiento de una realidad tan compleja como es la de la infancia y juventud en nuestro país. Al respecto, no se pueden obviar los factores socioculturales que intervienen en la concepción que prevalece sobre la idea del niño, ya que existe una imagen basada en el conocimiento del niño europeo o norteamericano que tienen muy poco en común con el período con el modo y características de vida de los niños, niñas y adolescentes aimaras, quechuas y guaraníes, por citar algunas realidades socioculturales imbricadas en la sociedad boliviana, concepciones que determinan la orientación en la explicación de esta realidad, actitudes, comportamientos y formas de trabajo. La coyuntura actual, marcada por la disolución de ONAMFA y la constitución de los servicios prefecturales y Defensorías de la Niñez y Adolescencia, que conjuntamente con la Dirección Nacional de Asuntos Generacionales, constituyen el soporte institucional, enmarcándose en un momento especial, debido a que aún no se consolidaron los procesos de reestructuración del aparato del Estado a partir de la implementación de la Descentralización Administrativa y la Ley de Participación Popular. Además, el desarrollo de las actividades de estas dos instancias: una estatal y la otra municipal responsables de la atención a la niñez y adolescencia, se inscribe en el período de puesta en marcha de un Código del Menor aprobado en 1992 y las reformas incorporadas con la aprobación y puesta en vigencia del nuevo Código Niño, Niña y Adolescente desde el 22 de junio de 2000.

Sin embargo, este Código presenta avances significativos en relación a la aclaración de funciones que deben asumir las diferentes instituciones y supera los aspectos conflictivos del anterior Código respecto a los adolescentes en conflicto con la Ley Penal: antes no se fijaba una edad. Podían ser infractores los niños de 4 como los de 16 años. El nuevo Código fija el tramo de edad de 12 a 16 años para decidir que esta población puede ser responsable socialmente, pero no penal ni civilmente.

Por otra parte el delito de abandono de niños fue desconocido en Grecia y Roma. Por el contrario, Platón y Aristóteles aconsejaron la tolerancia y el abandono. En Esparta se permitió el abandono cuando los niños nacían "deformes y monstruosos", los que eran arrojados en el monte Taijeto. En Roma existió la columna "lactaria" adonde concurrían las madres que deseaban conseguir nodrizas, y si deseaban abandonar a sus hijos podían allí depositarlos, pudiendo igualmente abandonarlos en la "huiguera ruminal", que se mantenía como tradición, ya que bajo de una higuera fueron hallados Rómulo y Remo amamantados por una loba. Sólo a fines del imperio romano y por influencia del cristianismo comenzaron a reprobarse en Roma tales hechos. El derecho canónico incriminó a la exposición como delito, y la Constitución Carolina así lo entendió, subsistiendo dichos alcances en el antiguo derecho común alemán.

De todos modos, la característica esencial en el desarrollo de los niños a lo largo de la historia estuvo siempre marcado por la violencia de parte de la sociedad adulta o de ser considerados simples cosas con las que se podía hacer lo que se quisiera. Se descubre, en primer término, los rituales de sacrificios de niños destinados al aplacamiento de los dioses. Estos sacrificios, con origen en la prehistoria, continuaron vigentes entre las prácticas de numerosos pueblos (egipcios, fenicios, moabitas, mayas, celtas, galos, etc.). Aplacados los dioses, el sacrificio expiatorio dio supremacía al infanticidio como forma habitual de relación con los niños. Esta orientación de las prácticas rituales y todo lo que se refería a la crianza de los niños y niñas también era común en los pueblos precolombinos de América. Los sacrificios de niños a los dioses existían y se mantuvieron varios años después de la llegada de los españoles.

Una forma sutil de ejercer violencia contra el niño reemplazó al infanticidio como forma privilegiada de crianza: el abandono. Los niños que eran víctimas del abandono llegaban a morir con frecuencia, y esta práctica fue extendida por Europa en el medioevo. Los que lograban sobrevivir estaban, como en la actualidad, condenados a vivir bajo el estigma de la vagancia y la delincuencia, que era, en última instancia, su único modo de sobrevivir. Ante esta situación, que en determinados momentos llegó a ser conflictiva y amenazadora, diferentes movimientos caritativos intentaron paliar la situación.

Gabriela Illanes (2000: 31) informa que la primera casa de niños expósitos fue fundada en París, por San Vicente de Paúl. Esta autora identifica, además, dos tipos de abandono: el real y el moral. Este último consiste en la delegación del cuidado del hijo en otra mujer: la nodriza. El presente estudio se abocará a los casos enmarcados en la primera categoría de abandono, el real, que será debidamente desarrollado y justificado jurídica, semántica, psicológica y socialmente.

Circunscribiendo el área temática, se puede observar que el país planteó diversas soluciones a esta problemática. Durante la vida republicana fueron diferentes las instituciones que se ocuparon de los menores abandonados o huérfanos. En la etapa posterior a la Guerra del Chaco se popularizaron los patronatos, que acogieron a los huérfanos de los combatientes. Luego, fueron otras entidades como la Junta Nacional de Acción y Solidaridad (Junas) las que se encargaron de asistir a los niños, niñas y adolescentes abandonados.

Más adelante, en la década de los "80 cambia su denominación a Coname (Consejo Nacional del Menor) y posteriormente Dirme (Dirección Regional del Menor), cuya misión fundamental fue la reclusión de los niños, niñas y adolescentes con conducta irregular. El trato en estas entidades no necesariamente era idóneo y las fugas eran frecuentes. En 1993 se crea Onamfa, con la visión de mejorar sustancialmente el trato a niños, niñas y adolescentes abandonados. Esta entidad dependía directamente del despacho de la Primera Dama de la nación. En la actualidad se cuenta con la Unidad de Gestión Social, dependiente de la Prefectura, y las Defensorías de la Niñez y Adolescencia, bajo responsabilidad de los gobiernos municipales, que en su accionar demostró ser tan o más ineficiente que las entidades predecesoras, pues muchos de sus postulados y objetivos quedaron sólo en el papel y el discurso circunstancial.

2.2 Fundamentación Teórica Para empezar, se tomará en cuenta los criterios de Manuel Ossorio (1990: 617) quien define al menor como "el que no ha cumplido aún la edad fijada en la ley para gozar de la plena capacidad jurídica reconocida con la mayoría de edad. Impone una serie de restricciones en el obrar, no en la titularidad jurídica, que suple la patria potestad o la tutela, con la atenuación en ocasiones de la emancipación o habilitación de edad". Complementa, el mismo autor (pág. 623) el concepto con el de minoridad, señalando que ésta es la "situación en que se encuentra la persona física que no ha alcanzado la mayoría de edad. Esta definición ha de hacerse con ese carácter negativo, porque no existen criterios doctrinales ni legislativos de sentido coincidente. Para algunos, la minoría de edad termina en el momento en que la persona alcanza la plenitud de su capacidad física y mental, pero como esto, sobre ser difícil de determinar, requeriría una investigación en cada caso, imposible de practicar, las legislaciones han adoptado la ficción de que para todas las personas esa plenitud se alcanza con el cumplimiento de un determinado numero de años, que puede ser distinto para los hombres y para las mujeres, y también según la actividad a que el término se aplique. Así, la plenitud civil que pone término a la minoría ¿le edad en ese aspecto de la vida, generalmente se estima entre los 20 y los 25 años de edad. En cambio, la plenitud política en unos países se considera que es posterior a la civil (generalmente entre los 23 y 25 años),y en otros, que es anterior total o parcialmente"[2].

El menor emancipado es, según el mismo autor (p. 617) "el que sin haber alcanzado la mayoría de edad es habilitado por sus padres o con autorización judicial para regir con mayor amplitud jurídica su persona y bienes, aunque subsisten algunas restricciones, sobre todo para enajenar y gravar inmuebles || Por ministerio de la Ley, el menor que contrae matrimonio".

En cuanto a la minoridad penal, Ossorio señala (p. 624): "Las legislaciones civil y penal consideran a los menores dentro de un limitado margen de edad como incapaces o inimputables, respectivamente. Esta consideración tiene el carácter de presunción inris et de jure. Ambas legislaciones parten del presupuesto de la inmadurez, de la falta de un desarrollo total de la capacidad volitiva e intelectual, que impide al actor la comprensión subjetiva del alcance de sus actos.

En la penalística moderna se ha llegado a la conclusión de que no debe aplicarse a los menores delincuentes la sanción de medidas represivas expiatorias, sino que, por lo contrario, se debe tratar de readaptarlos para que puedan incorporarse en forma útil a la sociedad. El Código Penal argentino fijaba el límite de la inimputabilidad de los menores en los 14 años. Pero la ley 14.394 de 1954, modificada por el decreto-ley 5.286 de 1957, amplió el límite de la inimputabilidad fijándolo en los 16 años. La misma ley dispone que, cuando se trate de mayores de 16 años que aún no han cumplido los 18, serán sometidos a proceso únicamente en los casos en que los delitos revistan cierta gravedad, pero aun entonces no podrá aplicárseles pena propiamente dicha y sólo una medida de seguridad, que puede llegar a estar representada por el internamiento en establecimientos especiales. Si el menor cumple los 21 años en esa internación, se lo deberá trasladar para el cumplimiento de la sanción impuesta a un establecimiento penitenciario para mayores. La minoridad y sus consecuencias de inimputabilidad se consideran en relación con el momento de la comisión del hecho, por imperio de un criterio biológico puro".

2.2.1 Teoría sociológica El presente tema de investigación está inscrito dentro de la escuela sociológica del estructuralismo, que considera la sociedad un sistema de relaciones entre los individuos, misma que puede confrontar situaciones no siempre armónicas, tomándose en cuenta el conflicto. Erick Torrico (1997: 33) señala sobre el estructuralismo lo siguiente:

"El estructuralismo concibe a la sociedad también como una unidad de partes pero, a diferencia del funcionalismo, pone el énfasis en los modos de interrelación e interinfluencia de esas partes. La estructura es comprendida no sólo como armazón o "esqueleto" de la realidad social (esto en el plano de las relaciones fácticas de los objetos y sujetos), sino especialmente como trama latente de lo real (en el plano abstracto de las relaciones percibidas). Los estructuralistas, entonces, privilegian el estudio de las partes de un objeto (las identifican y caracterizan) y de sus interconexiones, recurriendo para ello a recortes sincrónicos[3]y a la formulación de modelos.

Los hechos sociales son, pues, explicados por o "desde" la estructura, en la cual interesan las invariancias, o sea aquellos rasgos que permanecen como definitorios del conjunto. La obra pionera de Herbert Spencer, pero fundamentalmente la de Claude Lévi-Strauss, pueden ser inscritas en el estructuralismo sociológico." 2.2.2 Teoría sobre la situación irregular El libro Derecho de menores del autor argentino Rafael Sajón contiene los elementos conceptuales básicos de esta doctrina. Desde el punto de vista de la teoría sobre los menores en situación irregular, pueden considerarse diferentes supuestos que fueron objeto de tratamiento en las diferentes legislaciones en el plano legislativo, doctrinario y jurisprudencial, a saber:

  • conducta antisocial;

  • abandono material o moral;

  • situación de peligro; y,

  • deficiencia física o mental.

Recientemente, y desde el punto de vista de la más moderna doctrina sociológica del derecho, que propicia en relación a los niños, niñas y adolescentes una normatividad jurídica integrada, los niños en alto riesgo constituyen un supuesto de situación irregular, pudiendo ser tratados como tales o integrados al supuesto de la deficiencia física o mental.

En otras palabras, esta doctrina no significa más que legitimar una potencial acción judicial indiscriminada sobre aquellos niños y adolescentes en situación de dificultad. Definidos niños, niñas y adolescentes en situación irregular (recuérdese que al incluirse las categorías de material o moralmente abandonado, no existe nadie que potencialmente no pueda ser declarado irregular), se exorcizan las deficiencias de las políticas sociales, optándose por "soluciones" de naturaleza individual que privilegian la institucionalización o la adopción.

Sólo un análisis histórico-critico permite mostrar los mecanismos que explican la asombrosa supervivencia de una doctrina como la de la situación irregular, que en la práctica ha resultado en la negación de todas y cada una de sus funciones declaradas. El enfoque propuesto remite a la necesidad de analizar su metodología y lugar institucional de producción, así como su capacidad de crear mitos y utopías negativas funcionales al mantenimiento de un cierto orden y de auto conservación.

Parece además oportuno recordar que la doctrina de la situación irregular resulta prácticamente hegemónica en América Latina por lo menos hasta bien entrada la década de 1980. En segundo lugar, también esta doctrina ha mostrado eficiencia en la creación del mito relativo a una legislación de niños, niñas y adolescentes latinoamericana, pero que no se aplica, constituía hasta hace poco tiempo una idea hegemónica fundamental del sentido jurídico y común en nuestro continente. En tercer lugar, no caben dudas de que son los eufemismos y los "como si", y en definitiva el desentenderse de las consecuencias reales de su aplicación, las bases que ayudan a entender su supervivencia a pesar del carácter fisiológico del fracaso de sus objetivos declarados. La miseria de los programas de resocialización, el tratamiento indiferenciado de niños, niñas y adolescentes supuestamente abandonados y supuestamente delincuentes, y los miles de jóvenes confinados en instituciones penitenciarias para adultos, constituyen sólo la punta del iceberg de un inmenso proceso de mitificación. En cuarto lugar, conviene preguntarse, si no son otras funciones, distintas de aquellas declaradas, las que ayudan a mantener una doctrina que la conciencia sociojurídica nacional e internacional han construido decisivamente en los últimos tiempos a colocar en situación irregular.

A pesar de todas las deficiencias antes señaladas, la mayor parte de los países latinoamericanos no han realizado aún ningún tipo de movimiento en pro de la adecuación de la legislación nacional a los principios y al texto de la Convención. Esta situación, se agrava ulteriormente llegando a los límites de la esquizofrenia jurídica, en la medida en que prácticamente todos los países han ratificado y promulgado como ley nacional la propia Convención. En otras palabras, esto significa la vigencia simultánea de dos leyes, que regulando el mismo tema, resultan de naturaleza antagónica. Por este motivo, creo que vale la pena preguntarse una vez más por los motivos reales que explican la asombrosa supervivencia de cuerpos legislativos que representan la negación sistemática de los derechos humanos específicos de la infancia, hoy universalmente consagrados.

2.2.3 Teoría de la protección integral En similar sentido, el concepto de la protección integral de niños, niñas y adolescentes, permite considerar como sujeto de derechos al ser humano desde su concepción de manera tal que el prenato en su malformación, déficit u otros males que pudiera presentar podría también ser incluido en aquel presupuesto.

Con la expresión "Teoría de la Protección Integral" se hace referencia a un conjunto de instrumentos jurídicos, de carácter internacional, que expresan un salto cualitativo fundamental en la consideración social de la infancia. Reconociendo como antecedente directo la Declaración Universal de los Derechos del Niño, esta doctrina condensa la existencia de cuatro instrumentos básicos:

la Convención Internacional de los Derechos del Niño; las reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de la justicia juvenil (reglas de Beijing); las reglas mínimas de las Naciones Unidas para los jóvenes privados de libertad; y, las directrices de las Naciones Unidas para la administración de justicia juvenil (directrices de Rijad).

De entre estos elementos fundamentales, se rescata en el presente estudio la Convención Internacional de los Derechos del Niño, según la cual es deber del Estado, la sociedad y la familia proteger a los niños, y dotarles de los elementos necesarios para su subsistencia y proyección en la vida, sea cual fuere la condición de éstos.

Así, puede observarse que existe una indisoluble relación entre la teoría y la realidad concreta. Sin necesidad de ingresar en una discusión prolongada y acaso inútil, se puede afirmar que esto sucede en toda investigación que aspire a ser científica. Por ello, la teoría, entendida como el conjunto de conocimientos sistematizados conceptualmente, contribuye enormemente a la comprensión de la realidad empírica. La observación por sí sola no bastaría si no se la llevase a cabo con un cuerpo organizado de conceptos y definiciones. Así, con el presente estudio se efectuó una aproximación teórica y práctica a la problemática de niños, niñas y adolescentes abandonados. Para ello, se efectúa una breve explicación del fenómeno en cuestión, con base en los postulados de Antonio MORENO V. (1999) quien señala las siguientes características del niño, niña y adolescente abandonado: haber roto o carecer totalmente de vínculos familiares; desarrollar una actividad laboral eventual y mal remunerada.

Muchos de ellos viven en la calle, haciendo de ésta su principal espacio de socialización. Otros, una minoría, son acogidos por instituciones gubernamentales, no gubernamentales o religiosas, aunque es frecuente que escapen de dichas instituciones por diversos motivos.

En realidad, a partir de la aplicación del modelo neoliberal en el país, la sociedad de niños, niñas y adolescentes callejeros se ha incrementado considerablemente con una tendencia actual muy peligrosa, pues miles de niños y niñas han transitado de la categoría de niños, niñas y adolescentes "en" a niños, niñas y adolescentes "de" la calle, lo cual hace un mundo de diferencia. DOMIC y ARDAYA (1992) informan también de los serios riesgos a que se ven expuestos los niños, niñas y adolescentes de la calle. Entre éstos se cuentan el consumo de bebidas alcohólicas y estupefacientes, ser asimilados por la delincuencia infantil y juvenil, la violación, el proxenetismo, entre otros males. La desintegración familiar, fruto de las circunstancias difíciles que vive el país como producto de la implementación de la Nueva Política Económica (NPE), significó la expulsión de miles de niños, niñas y adolescentes del sistema educativo, en primer lugar, y su asimilación a formas de vida irregulares y potencialmente peligrosas para el bienestar físico y psicológico del mencionado grupo poblacional, en segundo término.

Las experiencias de los niños, niñas y adolescentes de la calle, que eventualmente fueron institucionalizados, varían en el tiempo y el espacio. La publicación de la Organización Defensa de los Niños Internacional (DNI 1990) especifica al respecto que los Hogares de niños y adolescentes de Bolivia que dependen directamente del Estado son deficientes en cuanto a personal, infraestructura y atención de internos. Además, la mayoría de las instituciones no efectúa un seguimiento de sus egresados, con lo cual la efectividad de la vida de éstos en la institución queda prácticamente sin evaluación. De todos modos, al interior de los Hogares continúa dándose una política aislacionista antes que de reforzamiento de vínculos entre los protagonistas (los internos) y de éstos con el personal de administración. Un caso particular es el de las aldeas infantiles SOS, que tiene una política de reinserción social por medio de familias artificiales. Este especto será desarrollado en páginas posteriores.

En líneas generales, la atención en los centros que albergan a los niños, niñas y adolescentes en situación difícil deja mucho que desear, y las condiciones que caracterizan a los niños, niñas y adolescentes con algún grado de dependencia hacia los inhalantes es aún delicada. Las diversas situaciones en que se ven envueltos obligan muchas veces a estos niños y adolescentes a escapar de los albergues transitorios o permanentes en que los internan las autoridades. De esto, se sucede una serie de conflictos y problemas que amenaza con desarrollar una espiral de violencia de proporciones incalculables Gregorio Iriarte (2000: 425-431) identifica a niños, niñas y adolescentes, entre los grupos más vulnerables de la sociedad boliviana.

2.3 Causas para el estado de abandono de niños, niñas y adolescentes 2.3.1 Pobreza La pobreza, entendida como "la insatisfacción de las necesidades básicas" y la pobreza extrema, que implica "la insatisfacción de las necesidad de alimento"[4], obstruye el desarrollo armónico e ideal del individuo en sociedad. Al representar un estado de ineptitud social, la marginación provoca que niños, niñas y adolescentes en estado de abandono apelen a diversas estrategias de supervivencia que les niegan un acceso adecuado a los bienes de consumo y capital. La pobreza de los padres, en último caso, se reproduce en los hijos, y la de éstos en los suyos, con lo cual se establece una cadena que ata a muchas generaciones, esclavizándolos a todo tipo de estigmas sociales como el vicio y la delincuencia.

Una característica común de los países de América Latina es el desarrollo desproporcionado de sus ciudades principales con respecto a los núcleos rurales, estableciéndose de esta manera zonas suburbanas hacia las que confluyen los migrantes campesinos y de otras ciudades niños, niñas y adolescentes en busca de fuentes de trabajo, con la esperanza de conquistar una más digna condición de vida. De esta manera se forman los cordones de miseria que rodean normalmente los centros urbanos, favoreciendo así el surgimiento de un fenómeno marginal cuya principal característica es la pobreza, entendida como el estado en el cual es imposible lograr niveles adecuados de alimentación, vivienda, servicios de salud, educación, saneamiento ambiental y estímulos socioculturales. En Latinoamérica en general y en Bolivia en particular, la pobreza incide más desfavorablemente en los niños que en los adultos.

No quedaría pues en absoluto fuera de lugar argumentar que los problemas que definen la marginalidad pueden llegar a constituirse también en factores de riesgo para la dependencia infantil a los inhalables. En otras palabras, dada la disponibilidad de la droga, la condición de marginalidad -con todo lo que ésta supone- puede, eventualmente, producir el fenómeno del consumo de drogas en niños por debajo de los doce años de edad.

Consideramos al niño o joven consumidor de inhalables como un doble marginal debido fundamentalmente a que además de formar parte de una clase social que ya de por sí encuentra grandes dificultades para obtener por derecho, los beneficios a los que todo ser humano debe tener acceso: salud, educación, vivienda, alimentación, entre otros, se constituye también en un rechazado de su familia, clase y comunidad a la que pertenece.

2.3.2 Desintegración familiar Para abordar el problema es necesario referirse a la siguiente definición de familia: "Agrupación social primaria compuesta por los padres y los hijos. En la actualidad se encuentra en proceso de cambio. No consta ya, como antes, de los padres, los hijos solteros, los hijos casados, los abuelos y otros parientes (familia extendida), sino del padre, la madre y los hijos (familia nuclear o conyugal). La familia es muy importante, porque además de conceder seguridad y apoyo emocional constituye la base sobre la que se forman las actitudes, las percepciones y los sentimientos fundamentales de los individuos. Sus desórdenes o su ruptura pueden producir serios trastornos en sus miembros y bloquear el desarrollo de los hijos"[5].

La desintegración familiar se produce por el impacto de una serie de variables que supone el abandono del hogar por parte de uno de los progenitores en primera instancia, tales como la crisis económica que generalmente sucede a este hecho el abandono de uno de los miembros de la pareja en busca de otras opciones económicas que permitan un mínimo grado de subsistencia del grupo familiar, hecho que condiciona a veces la ruptura del vínculo con la familia (CEFOP, 1989).

Asimismo, se considera como otro factor de abandono la muerte temprana de uno de los cónyuges, que en la mayoría de los casos es superada por el establecimiento de una nueva relación de pareja, generalmente de una dinámica de estructura negativa con los hijos ajenos a la nueva unión de los padres. Esto genera situaciones de agresión, maltrato y violencia hacia los niños que se traducen en castigos físicos como palizas, rechazos psicológicos, aislamiento y privación afectiva. También está relacionado el control de la alimentación para que el propio niño se sustente, por lo cual los hijos se ven obligados a colaborar en el sustento de la familia desde temprana edad, dejando paulatinamente sus centros de estudio a los cuales rara vez retornan.

Por otra parte, son razones de mucho peso los hábitos alcohólicos como medio de evasión a situaciones críticas que atraviesan los cónyuges que constituyen un factor desencadenante de conflictos en la familia. Por otra parte, debe considerarse la infidelidad conyugal, cuyos efectos graves inciden en la estructura psicoafectiva de los hijos. Siguiendo el análisis de las causas para la desintegración familiar, otro elemento fundamental es la incorporación de la mujer al mercado de trabajo determinando una disgregación del grupo familiar, por las condiciones de trabajo y el tiempo de permanencia fuera del hogar. Por tanto, lentamente los hijos son arrastrados y empujados a valerse por sí mismo, cuando no mantener a sus padres, lo cual provoca en algunos casos una inversión de funciones.

2.3.3 Maltrato físico Frecuentemente asociado con el alcoholismo de los padres, este factor no es tan determinante como el anterior, ya que mientras el hijo puede obtener alguna seguridad de parte de sus padres, prefiere convivir con ellos a arriesgarse por su propia cuenta en un mundo hostil que no conoce. Sin embargo, cuando el maltrato conlleva una serie de abusos sexuales o las golpizas llegan a extremos insoportables, es frecuente que los niños, niñas y adolescentes (sobre todo los de más edad) opten por abandonar el hogar. Conviene recordar que el abuso no sólo se manifiesta en golpes y contusiones, sino que la agresión verbal también tiene un efecto muy importante en la conducta y las decisiones extremas de los niños, niñas y adolescentes. La forma más acabada de ejercer violencia es el infanticidio. En ocasiones esto sucede, y el solo intento de asesinato impulsa a los niños, cuando éstos sobreviven a la tentativa, a dejar a sus padres. También sucede que cuando los hermanos de un niño víctima de sus padres son testigos del hecho optan con el transcurso del tiempo por abandonar el hogar.

En ambientes bolivianos, y tomando datos que solamente derivan de la práctica clínica, se ha observado en un grupo de 80 padres de familia abusivos, que en los profesionales las conductas abusivas están ligadas a una incapacidad para superar y afrontar adecuadamente situaciones de tensión determinadas por eventos socioeconómicos laborales. Tales eventos son concomitantes con cuadros psicológicos de insuficiencia personal. Y este aspecto se hace más interesante al observar que el 67% estaba arrepentido de haber traído hijos al mundo (UNICEF 1987: 124).

2.3.4 Alcoholismo de los padres El alcoholismo es otro factor determinante en la decisión de niños, niñas y adolescentes de abandonar el hogar. Muy relacionado con el factor indicado en el anterior subtítulo, el alcoholismo deriva frecuentemente en actitudes y comportamientos degenerativos de los padres. De ahí que el maltrato físico y todo tipo de violencia en general hacia los hijos sean la consecuencia inevitable en la mayoría de los casos, como habíamos indicado anteriormente en el subtítulo de la desintegración familiar.

Es indudable que el alcoholismo y la drogadicción de los padres tienen una considerable repercusión en la conducta de los hijos y las decisiones que éstos tomen con su vida.

CAPÍTULO III

Niñez abandonada y drogadicción

3.1 Definición de droga Se denomina droga a toda sustancia química capaz de alterar el organismo. Su acción psíquica se ejerce especialmente sobre la conducta, la percepción y la conciencia (ASTOLFI, GOTELLI y.o. 1989: 3). Esta definición permite comprender el grado de alteración a que se ven expuestos los consumidores eventuales o habituales de estos productos. En el caso de los niños, niñas y adolescentes, la situación se torna más conflictiva por diversos aspectos que se explican en esta tesis. Sin embargo, también consideramos la definición legal de la Ley 1008, que en su artículo 33, inciso b) señala: "droga o fármaco es toda sustancia capaz de alterar las estructuras o las funciones corporales, psíquicas, fisiológicos y/o biológicas, ocasionen o no dependencia o tolerancia".

3.2 Toxicomanía De acuerdo con la definición del Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 1957, "consiste en un estado de intoxicación periódica y/o crónica perjudicial para el individuo producido por la administración repetida de una droga"[6]. La toxicomanía está caracterizada por tres fenómenos distintos pero íntimamente relacionados, a saber: tolerancia, dependencia psíquica o hábito propiamente dicho, y dependencia física.

3.2.1 Tolerancia Se define como "la necesidad de seguir aumentando progresivamente la dosis para obtener el mismo efecto. El toxicómano descubre rápidamente que para obtener el efecto que experimentó con la cantidad inicial con cierto tipo de drogas, deberá aumentar la dosis habitual"[7]. Conviene resaltar que la tolerancia no se produce en la misma forma con todas las drogas, ni en todos los individuos.

3.2.2 Dependencia psíquica Es proceso de adquisición gradual de la costumbre de una droga, "cuya supresión provoca trastornos de carácter emocional o de la personalidad del individuo, siendo necesario el uso de aquéllos"[8]. El drogadicto se adapta mentalmente al uso de una droga y no sólo le cautivan los efectos de la misma, sino que consideran que su organismo no puede funcionar normalmente sin ella. Así escapa de la realidad, es decir, de sus problemas y frustraciones, considerando haber legrado respuesta a los problemas de su vida, incluyendo el desencanto, el aburrimiento y el hastío.

Produce el desequilibrio del comportamiento habitual, principalmente en los menores que son de personalidad inestable: puede presentarse taciturno y solitario, o bien sociable y conversador, entregarse fácilmente a la risa o al llanto. Esta dependencia psicológica es la que hace que el adicto experimente un gran deseo por el empleo de la droga, aun mucho tiempo después de haber suspendido su administración.

3.2.3 Dependencia física Es la necesidad del uso de una determinada droga para impedir la aparición de síntomas somáticos más o menos serios[9]Una vez establecida tal dependencia, el organismo reacciona de forma que al suspenderse bruscamente la administración de la droga se produce el síndrome de abstinencia, es decir, el conjunto de síntomas o reacciones que se manifiestan por ese motivo. La intensidad del síndrome de abstinencia varía según el grado de dependencia física desarrollada que también está relacionada a la cantidad y tipo de droga administrada y la personalidad del individuo.

3.2.4 Clasificación de drogas Las drogas o estupefacientes son toda sustancia simple o compuesta, natural o sintética que puede modificar la salud de los seres vivientes y por lo tanto se utiliza en la preparación de medicamentos, medios de diagnóstico, etc., y un uso distorsionado de estos compuestos conduce a la farmacodependencia.

En el mundo se conoce al presente la existencia de una gran gama de estupefacientes, los que se producen en distintos países del mundo. Se puede citar, entre éstos, los opiáceos y la marihuana, los que fueron primeramente utilizados como estupefacientes y fiscalizados desde 1909 (Convención de Shanghai) por su uso y abuso; uno de los últimos estupefacientes descubiertos e industrializados en forma ilegal es la cocaína, que desde el punto da vista de la Organización Mundial dc la Salud es clasificada como estimulante y no así como narcótico.

Existe, a nuestro entender, dos tipos de consumo que afectan principalmente a la niñez socioeconómicamente marginada de nuestro país: el consumo o inhalación de los solventes orgánicos y el consumo de pasta base de cocaína, por lo que a continuación describiremos brevemente sólo el primer caso de nuestra importancia y parte de estudio de nuestra investigación.

3.2.5 Los solventes orgánicos y otros inhalantes Son solventes orgánicos los productos industrializados que se los utiliza para disolver o adelgazar la pintura, como el thiner, el benzeno, el tolueno, algunos nitritos orgánicos (como los usados en los ambientadores), la gasolina, la acetona, etc… Estos productos caen, a su vez dentro de las categorías más amplias de productos que son consumidos mediante inhalación, como las pinturas, los aerosoles (sprays), una amplia gama de pegamentos plásticos y tinturas de zapatos entre otros. La inhalación voluntaria de estos productos data de las últimas décadas, asociada al desarrollo industrial y al crecimiento de la pobreza, por tanto existen razones para creer que se trata de un fenómeno típico de la infancia marginal, ya que su inicio esta asociado a una edad muy temprana por debajo de los doce años. La experiencia de otros países corrobora esta afirmación. En efecto en México por ejemplo, el uso de los solventes orgánicos fue detectado entre los 7 y los 17 años. En nuestro medio hemos podido detectar inhaladores de gasolina, aún por debajo de los 7 años. Por otro lado, si bien la inhalación de los solventes industriales se decrementa con la edad, no es raro encontrar este consumo entre adultos (UNICEF 1989: 108).

3.2.6 Los inhalables En líneas generales, se puede hablar de todo compuesto químico volátil que puede causar adicción. Entre estos tenemos el thinner, pegamento utilizado en carpintería ; la clefa, pegamento empleado por carpinteros y zapateros para efectuar sus trabajos, la gasolina etc. En los países de mayor desarrollo se ha extendido, grandemente el uso de las llamadas drogas "fuertes" o "duras".En los últimos años, empero es ya apreciable el empleo de aquellas sustancias. Con todo, aquí, ni los estupefacientes ni los psicotrópicos representan el problema más grave de la enfermedad social de la fármaco dependencia. Lammoglia Ruiz indica: "Eran y son los productos volátiles inhalados los que constituyen parte medular de esta enfermedad. El amplio abuso por inhalación de solventes comerciales y cementos plásticos ocupa, según estadísticas recientes, aunque parciales, un lugar predominante. Los inhalables, que causan dependencia fisiológica y psicológica y disfunción cerebral y cerebelar, al decir del mismo autor, son clasificados por Hilda Marchiorien : cementos plásticos, solventes comerciales, gasolina y otros combustibles. Difundida la práctica de la inhalación entre adolescentes marginales, muchos de estos invierten la mayor parte o la totalidad de sus exiguos ingresos en adquirir esta droga de la miseria.

El consumo de los inhalantes se constituyen en exhaladores del ánimo, sus efectos pasan relativamente rápido, son muy baratos, fácilmente accesibles y son potentes paliativos de la adversidad cotidiana. Estas sustancias poseen en general un olor agradable y por lo mismo resultan muy atractivas para los niños.

3.2.7 Efectos de los inhalables Los efectos son considerados absolutamente desastrosos; al inhalarse la sustancia debido a que disuelve las grasas, atraviesa muy fácilmente la barrera del alveolo pulmonar y se absorbe con gran rapidez en el torrente sanguíneo, generando efectos inmediatos y de gran intensidad. La inhalación de los solventes orgánicos provoca un estado de euforia y bien estar general que puede durar desde segundos hasta varios minutos debido a que los efectos pasan rápidamente, son necesarias repetidas inhalaciones para mantener el estado de intoxicación.

En algunos casos (DE LA GARZA, F. y COLS. 1977), la indagación biomédica arrojó alteraciones consistentes en el perfil bioquímico de los consumidores crónicos de solventes orgánicos. El consunmo de estas sustancias esta asociado a alteraciones hepáticas de importancia; en la mayoría de los casos se suelen presentar niveles de fosfatasa alcalina muy por encima de lo normal. Asimismo es posible rastrear alteraciones en las proteínas, en la bilurrubina y la dehidrogenasa láctica. Por lo tanto, los inhalantes, al ser consumidos por los niños que presentan grandes niveles de desnutrición, pueden llegar a desarrollar alteraciones hepáticas de gravedad, similares a las que se suceden en los consumidores crónicos de alcohol. Por otro lado, se han reportado también (BARROSO-MOGUEL, R., AZNAR, T., Y VASQUEZ, E. 1980) alteraciones neurológicas en los sujetos consumidores de solventes orgánicos. Asimismo el consumo prolongado de estas sustancias produjo, tanto en seres humanos, como en animales inferiores, lesiones cerebelosas claramente identificadas. Los reportes de sujetos consumidores informan de reacciones alucinatorias en el plano visual, auditivo y quinestésico, de sentimientos subjetivos de grandeza, de una mayor tolerancia al dolor y de efectos anoréxicos.

3.3 Niños, niñas y adolescentes abandonados adictos a los inhalables En primer lugar, debe considerarse conceptualmente la situación de la niñez abandonada. Para ello, recurriremos a la definición de Ezequiel Ander-Egg (1989: 274), quien efectúa la siguiente definición: "Menor desamparado por sus progenitores, tutor o persona a quien legalmente incumben los deberes de asistencia y educación. El abandono comporta tanto la asistencia material como la afectiva". Se lo considera a demás, una forma de violencia contra el menor (TOLEDO Carolina, RAMOS Ricardo y ORNOSTRE Raúl 1999). Se lo puede diferenciar del extravío por cuanto este último implica un acto involuntario. Las razones pueden ser varias: culturales, sociales, económicas, etc. Gabriela Illanes (2000) informa de dos tipos de abandono: el real y el moral. El primero consiste en el abandono físico total y sin que exista de parte de quien abandona al niño o niña el deseo de recuperarlo. En el segundo caso, prima un aislamiento del niño encargado a una nodriza[10]Sin embargo, no solo el niño es abandonado, sino que en muchos casos éste abandona su hogar, sin que, empero cambie su categoría de niño, niña o adolescente abandonado.

Existen niños, niñas y adolescentes abandonados por completo, niños, niñas y adolescentes semiabandonados, con relación permanente u ocasional con la familia y niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo, por la descomposición familiar que tienen que vivir condiciones de extrema pobreza. Por tanto, la situación de abandono es fundamentalmente, del Estado y la sociedad aún existiendo centros de acogimiento tanto estatales como privados que se ocupan de esta problemática que no logran cubrir todas esas fundamentales necesidades del ser humano, que más adelante lo describiremos durante el transcurso de la investigación.

Los niños y niñas adictos a los inhalantes o inhalables presentan diversas características. En el presente subtítulo se desarrolla las características más importantes de este grupo poblacional. En primer lugar, debe considerarse que los productos más populares en Bolivia entre jóvenes de 12 a 17 años son el pegamento y la gasolina. En Bolivia, "miles de niños son adictos a los inhalantes, sustancias químicas de multinacionales europeas y norteamericanas distribuidas por bandas sin escrúpulos" (AZCUI, Mabel, sitio Internet de Gen Altruista, Noticias).

La mayoría de los niños consumidores de inhalantes, dada su situación de marginalidad, no poseen familia o viven alejados de ella y completamente abandonados en las calles de nuestra ciudad. En algunos casos, se tiene antecedentes de alcoholismo y prostitución en los padres y disolución familiar. De este modo los niños que acostumbran inhalar, dejan el colegio o lo harán seguramente a corto plazo para entrar en el torbellino de la droga. En La Paz, los niños inhaladores recorren las calles de la ciudad en pequeños grupos de amigos, buscando su propio sustento en algunos casos haciendo trabajos eventuales como cuidadores o limpiadores de automóviles y otras veces mendigando o realizando pillerías de diversa índole. Para inhalar suelen, suelen frecuentar lugares específicos más o menos poco concurridos donde no sean perturbados, por lo cual es común verlos durmiendo a la intemperie o en algún resquicio de una puerta.

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