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Impacto de la Música sobre los adolescentes




Enviado por martincomas



    Indice
    1.
    Introducción

    2. "Dime qué escuchas y te
    diré quién eres"

    3. Conclusión
    4. Bibliografía

    1.
    Introducción

    La música siempre ha desempeñado un
    papel
    importante en el aprendizaje y
    la cultura,
    pudiendo llegar a influir en costumbres y emociones. En
    muchas ocasiones la música forma parte de la
    tradición de un país o de una región
    (reggae, tango, folklore, rap,
    polka, salsa, samba, etc. En numerosas circunstancias se
    convierte la música en verdadera protagonista pudiendo
    serlo también los propios intérpretes o sus mismos
    autores.
    La música constituye un entramado complejo de sentidos;
    opera en las prácticas culturales de los jóvenes
    como elemento socializador y al mismo tiempo
    diferenciador de estatus o rol.
    Allá por los años 50 el "Rock and Roll"
    entró a formar parte de la historia de mano de su
    intérpretes más aplaudidos (Elvis Presley, Beatles,
    Rolling Stones).
    Desde entonces la música ha vivido cambios espectaculares,
    y la influencia que ha ejercido en todas las generaciones, de
    forma especial en los adolescentes,
    siempre ha supuesto una fuente de preocupación para la
    sociedad y las
    familias. Desde ya que no se intenta decir que la música
    solamente ha modificado a la sociedad. La sociedad, en general,
    ha visto modificados muchos de sus valores,
    primando en la actualidad el éxito y
    la competencia, la
    eficacia y el
    rendimiento, el poder del
    dinero, el
    bienestar y el ocio, el estatus social y la belleza. La
    eclosión de los medios de
    comunicación y, en especial, de la
    televisión, ha marcado notablemente la vida social. La
    música juega un papel importante en el refuerzo de este
    tipo de valores.
    Se intentará desentrañar los procesos
    invisibles que convierten a la música en una herramienta
    de implantación de valores, y generadora de conducta.
    Esta monografía
    se propone analizar el impacto que desarrolla la música
    sobre los adolescentes y jóvenes, y en la sociedad en
    general, desde los puntos de vista antropológico,
    sociológico y psicológico. Por tal motivo, es
    necesario primero definir cada una de estos puntos de vista, para
    acotar el campo de cada uno de ellos.

    Antropología
    Literalmente significa estudio del hombre, y es
    una rama de la ciencia que
    trata la evolución y el desarrollo de
    la especie humana.
    La antropología cultural, también
    conocida como etnología, trata de las actividades del
    hombre, más que de sus características corporales. Incluye el
    estudio de aspectos tales como la familia, la
    vida tribal o comunitaria, las costumbres, la crianza de los
    niños,
    los grupos de
    liderazgo y
    las creencias mágicas y religiosas.

    Psicología
    Es la rama de la ciencia que se
    ocupa de la mente y la conducta del hombre y de los animales. Los
    psicólogos investigan temas como los siguientes:
    cómo aprenden los seres vivos a realizar diversas
    actividades, cómo resuelven los problemas que
    se les plantean, qué los impulsa a hacer las cosas,
    cómo trabajan los sentidos,
    etc.

    Sociología
    Es el estudio de las estructuras
    sociales y centra ese estudio en la estructura de
    la familia,
    el Estado, los
    grupos religiosos y las clases
    sociales. Estudia los cambios de las creencias y las
    costumbres sociales de la gente y procura pronosticar
    cuáles serán los cambios en la sociedad en el
    futuro.

    2. "Dime qué
    escuchas y te diré quién eres"

    Se sabe que los jóvenes construyen su identidad con
    el vestuario, el peinado, el lenguaje,
    así como también con la apropiación de
    ciertos objetos emblemáticos, en este caso, los bienes
    musicales, mediante los cuales, se convierten en sujetos
    culturales, de acuerdo con la manera que tienen de entender el
    mundo, y de vivirlo, de identificarse y diferenciarse. Los
    jóvenes se constituyen en grupo. Los
    amigos son el núcleo donde se generan los patrones de
    conducta que se le propone seguir al adolescente. El deseo de ser
    independiente de la familia lo va a suplir con la dependencia de
    un grupo. Allí se escogerán los significados
    sociales que atribuyen a los bienes culturales que consumen. El
    consumo
    cultural los identifica y los cohesiona, les dicta patrones de
    conducta, códigos, formas de aprendizaje,
    inclusive su lenguaje se
    arraiga en los objetos que consumen. En definitiva, se establece
    un sistema de
    creencias. Los miembros del grupo actúan siguiendo estas
    creencias. En los grupos en los cuales, el elemento de
    cohesión, es la música, las creencias se generan a
    partir de ella. Ella es la que determina la forma de vestirse, de
    peinarse, de moverse, la forma de hablar. Este conjunto de
    creencias construye la identidad de ese grupo de pertenencia. No
    es casualidad que la población más joven, aquella que
    inicia sus propios procesos de conformación de identidad,
    sea la que muestra mayor
    nivel de compra de material discográfico, porque les es
    preciso poseer una serie de bienes culturales para formar parte
    de la comunidad
    cultural. Ahora, ¿qué es lo que lleva a los
    individuos a adoptar estas creencias en común?
    ¿Cuál es la amenaza a la que se ven enfrentados, y
    que resulta en este "acuerdo" de creencias? Quizás sea la
    intención de ser alguien en esta sociedad de masas. En un
    mundo que tiende a la homogeneidad extrema, la música
    parece ser el última salida donde mostrar una diferencia.
    Ser original, independiente o rebelde, e ir contra la corriente.
    Quizás sea buscar una identidad diferente a la de sus
    padres, o quizás, solo ocupar el tiempo libre, o ahogar el
    sentimiento de soledad, y encontrar un grupo de personas en el
    que ampararse ante las exigencias del sistema. El hecho es que
    una de las actividades que más realizan los adolescentes
    es escuchar música. La música une a individuos de
    puntos muy diferentes de la sociedad. Desde un neohippie belga
    con un anillo en la nariz, hasta un breakdancer de Tokio, con
    trenzas rasta y vaqueros anchos. Personas que no se encuentran
    próximas en el espacio social, pueden de esta manera,
    encontrarse e interactuar, por lo menos brevemente, teniendo algo
    en común. La música es a la vez, estilo de vida,
    vínculo social y fuerza
    espiritual. Orienta a los jóvenes en su búsqueda de
    autonomía y les brinda un medio de expresión.
    Esto no es ignorado por las compañías
    discográficas, que tienen bien en claro su mercado,
    particularmente juvenil. Este tipo de industria ha
    aprendido que la pertenencia a la nueva comunidad de valores
    culturales pasa necesariamente por la posesión, conocimiento y
    dominio de
    bienes simbólicos específicos, uno de los cuales
    gira alrededor de la música y sus productos. En
    muchos países, la participación de la industria
    musical en la economía alcanza
    grandes proporciones, llegando a ser un pilar importante en
    varias naciones. Por esta razón, resulta lógica
    la preocupación por buscar, mantener y ampliar un mercado
    de consumidores. En este proceso,
    conocer y a su vez moldear, pero también amoldarse a las
    preferencias musicales de los jóvenes, tiene un papel
    imprescindible en las estrategias de
    las empresas. Para
    esto, los medios juegan
    un papel muy importante, ya sea para reforzar esta idea de que
    para pertenecer, es necesario tener, como también, para
    generar nuevos mercados,
    atribuyendo diferentes valores a la música, que son ajenos
    a ella.

    Por lo tanto, la música tiene un aspecto
    sociológico. Ella es parte de la superestructura cultural,
    producto de
    las clases sociales, pero también de los medios de
    producción. La sociedad genera la
    música como su producto cultural. A su vez, ese producto
    modifica a la sociedad misma, porque la agrupa de diferentes
    maneras, genera grupos de pertenencia, produce alienación,
    implanta valores, ideales, los difunde, genera modelos e
    ídolos, inserta nuevos actores sociales, se generan nuevas
    creencias, todo con la consecuente resignificación de la
    música, formándose un ciclo de constante
    resignificación. Temas que antes no se trataban, como la
    delincuencia,
    las drogas, el
    alcoholismo,
    el sexo precoz,
    se suman a la lista de temas que sí estaban presentes en
    las letras de las canciones, como el satanismo o la violencia.
    Aquí entra en juego la fase
    psicológica de la música, que veremos más
    adelante. Pero no solo la estructura social es la que manipula la
    música. Los medios de producción también lo
    hacen, y no solo con la música, sino que la sociedad es
    moldeada para que consuma ciertos productos, a otros los
    considere de baja calidad. La
    industria discográfica es parte de los medios de
    producción. Y por lo tanto, la música es la
    materia prima
    con la que trabajan. ¿Puede la música afectar a los
    medios de producción, como lo hace con la estructura
    social? Solo hace falta recordar el combate de las grandes
    discográficas contra la piratería en Internet. Y si bien, en esta
    cuestión intervienen otros factores, como los sistemas
    informáticos, el producto comercializable es la
    música, y es lo que hace temblar a las
    discográficas, mientras las ventas
    continúan bajando poco a poco.
    La música produce también un impacto
    psicológico. Es decir, no solo produce cambios en las
    conductas del hombre, y en la sociedad, sino que también
    hay cambios internos. ¿Porqué es que la
    música gusta y atrae? Para contestar esta pregunta, se
    podría definir primero qué tipo de impacto es la
    música, a dónde apunta, ¿a la memoria
    genética,
    a los valores, a
    los juicios o a la opinión?. Seguramente en la memoria
    genética debe haber un lugar para la música.
    Así como el fuego convoca, es posible que la música
    también tenga algún efecto similar. Si esto fuera
    así, se estaría modificando toda la estructura
    psicológica interna, porque si la memoria genética
    y los impulsos primarios son los puntos más estables,
    estos modificarían todos los demás segmentos, y se
    estaría comprobando que la música tiene una muy
    alta influencia en las vidas humanas. Ahora, si la música
    apuntara a impactar en los valores, el efecto sería menor,
    aunque igualmente tendría una gran importancia. Como estos
    valores son profundamente formativos, seguramente tendrían
    mucho más importancia en edades tempranas, en donde, la
    música podría llegar a determinar la idea del bien
    y el mal, del honor, de la moral, y
    quedando estos valores implantados en el individuo. Luego, si la
    temática de la música se dirigiera a estos valores,
    entonces seguramente habría por parte del individuo una
    identificación, con el consecuente refuerzo de los mismos.
    La música también podría impactar en los
    juicios, y es probable que así sea, ya que los juicios son
    adquiridos y culturales, y por lo tanto, su efecto sobre el
    individuo sería menor. O simplemente producir opiniones en
    la gente. Parecería en esta instancia que se podría
    explicar la influencia de la música sobre los individuos
    diciendo que ésta golpea en lo más profundo del
    individuo, y por lo tanto lo afecta como se ha visto. Pero
    también se ha podido ver que hay otros factores que
    intervienen en este poder que tiene la música para
    cautivar a la gente.

    3.
    Conclusión

    Por todo lo visto hasta aquí, la música
    tiene un efecto amplio en las vidas, y en nuestra sociedad. Es un
    gran instrumento de manipulación, y produce en los oyentes
    diversas consecuencias. Sociológicamente, se produce una
    constante resignificación de la música, y una
    reestructuración de la estructura social. También
    hay posibilidades de que la música, como mercancía,
    modifique en alguna medida la infraestructura social. En el
    interior de las personas puede determinar conductas, por
    instalación de valores. O simplemente, producir opiniones.
    Y genera grupos de pertenencia, creencias e identidades. Ya
    advertía la Biblia del poder de la música:
    "…poniendoos entendimiento, los unos a los otros con salmos,
    himnos y cánticos nuevos…"(Colosenses 3:16).

    4.
    Bibliografía

    • Espacio Social y Poder Simbólico –
      Pierre Bourdieu
    • El Correo Unesco – Julio/Agosto
      2000
    • El papel de la música en los Jóvenes
      – Antonio Redondo Romero
    • La velocidad
      como identidad urbana – Adrián de
      Garay

     

     

     

     

     

     

    Autor:

    Martin Comas

    Universidad
    Nacional de Lanús
    Semiótica de los Medios

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