Indice
1.
Introducción
3. Desarrollo y comercio: conceptos
básicos
4. Política económica e
ilustraciones
5. Integración
regional
6.
Bibliografía
La finalidad fundamental de este artículo es
presentar una síntesis
de elementos teóricos sobre comercio
internacional y desarrollo. Dadas las limitaciones propias de
un artículo de esta naturaleza, se
incluyeron únicamente los aspectos principales. Se tuvo en
mente una perspectiva actualizada y que fuese útil para
las condiciones de América
Latina y el Caribe (ALC).
Los países definen y desarrollan sus políticas
comerciales teniendo en cuenta elementos de criterio entre los
que se incluyen procesos de
regionalización e integración. En las actuales condiciones
para las economías de ALC y considerando escenarios del
futuro previsible, una de las recomendaciones de política más
sobresalientes está relacionada con la integración
y la coordinación de posiciones entre y dentro
de países.
Primer argumento: teóricamente, en particular
desde el punto de vista de los fundamentos económicos, el
libre comercio
tiende a promover bienestar, mejor colocación de recursos y
eficacia,
además de inducir ventajas comparativas y competitivas
entre naciones. Sin embargo, y debido especialmente a los
obstáculos que muchos de los países establecen para
el libre comercio -en
especial las naciones más desarrolladas con medidas que
incluyen subsidios y mecanismos no arancelarios- el bienestar que
se puede derivar de las prácticas del comercio mundial no
se alcanza plenamente en la actualidad.
Para muchas de las naciones en desarrollo uno de los aspectos
vitales es lograr efectivamente el libre acceso a los mercados de las
naciones más avanzadas, en condiciones de competitividad. También se impone la
necesidad de considerar los temas de migración
tanto de mano de obra calificada como no calificada, de manera
análoga a como se desarrolla la liberación de los
mercados comerciales y financieros. Es necesario reconocer y
aplicar procesos para hacer que las prácticas comerciales
constituyan elementos para el desarrollo
sostenible de las sociedades y
de mejora en la calidad de
vida.
Un segundo argumento se refiere a los procesos de
integración en el contexto del comercio y desarrollo. Se
considera que la integración en general, dentro de las
modalidades de regionalización, tiene tres dimensiones
fundamentales. Una de ellas se refiere a la secuencia más
bien sistémica y secuencial en que se plantean las
diferentes fases de la integración siguiendo los
postulados clásicos en la materia. De
esa manera se pasaría de acuerdos preferenciales de
comercio, áreas de libre comercio, uniones aduaneras, y
mercado
común, para llegar a la etapa de unión
económica. El ejemplo más connotado es el de la
Unión
Europea.
Una segunda dimensión estaría dada por los rasgos
de lo que se ha dado en llamar la profundidad de los procesos
integracionistas. Un ejemplo de esto es lo que sería el
ALCA. La
aspiración del acuerdo es llegar a un área de libre
comercio, que es sólo la segunda etapa en los
planteamientos secuenciales de la integración de la
primera dimensión. Sin embargo, la profundidad y el
alcance de los compromisos puede dejar en muchos casos muy
limitado el margen de actividad de los gobiernos. En ciertas
condiciones las instituciones
públicas podrían quedar supeditadas a disposiciones
de empresas
transnacionales o multinacionales, en especial en lo que respecta
a los temas de inversiones,
acceso a mercados, servicios,
propiedad
intelectual, agricultura y
compras del
sector
público.
Una tercera dimensión de la integración
esta dada por el rasgo de avance consistente o reversibilidad de
los acuerdos. En el caso europeo los avances se han ido
consolidando a medida que se promovían otros niveles de la
integración. En los casos de los diferentes tratados de ALC
se han tenido logros positivos, pero también retrocesos en
los resultados alcanzados. Se evidencia una mayor reversibilidad
en los procesos. El ALCA, dadas las tendencias que posee,
podría fácilmente barrer con los logros de muchos
de los acuerdos subregionales. Los países, a fin de
profundizar su integración, más allá de los
fines del ALCA, deberían establecer mecanismos de mayor
profundidad, tal el caso de los temas migratorios,
coordinación económica y libre circulación
de factores productivos en general.
Un tercer argumento básico de los planteamientos que
aquí se sustentan se refiere al aumento de la ya alta
vulnerabilidad externa que se tendría en ALC con la
aprobación del ALCA. El ALCA, entre otras consideraciones,
amenazaría con interferir en la toma de
decisiones y las actividades propias de gobiernos y de
instituciones subregionales o regionales.
En términos de vulnerabilidad, uno de los
sectores especialmente más sensible a los efectos del ALCA
y los patrones de "libre comercio", al estilo de los que crean
obstáculos a la libre competitividad por parte de los
naciones más desarrolladas, es la agricultura. Los
países en desarrollo tenderían a destruir su base
productiva básica, la alimentaria. Con ello están a
merced de procesos incluso de carácter
político, asociados a la producción y comercialización de alimentos por las
naciones más avanzadas. Eso retribuye más poder a los
países centrales mientras las naciones menos desarrolladas
se especializan en la producción y exportación de postres -por ejemplo
café,
azúcar
y banano- o bien en productos de
poco valor agregado
y alta perecibilidad y elasticidad en la
demanda, tal
el caso de flores y ornamentales. Ejemplos de esta
situación en ALC se encuentran en México y
Colombia, para
sólo mencionar dos de los casos más conocidos al
respecto.
El ALCA, tal y como se presentan las perspectivas respecto a su
aprobación, tendería a promover la inserción
económica directa de solamente ciertos grupos de la
población. Esto repercutiría en la
consolidación de marginalidad para
muchos de los sectores más pobres y por ello más
vulnerables en ALC. Al no tenerse beneficios que puedan
generalizarse en función de
ampliar las demandas efectivas de la población, ni que
consoliden favorable ni sostenidamente patrones de
acumulación, no se pueden promover consistentemente
condiciones para que las ventajas competitivas y la
inserción comercial, rinda el potencial mayor para el
desarrollo de los países.
Un cuarto argumento respeto a la
OMC, en general,
se refiere a que la institucionalidad que ahora se tiene y los
mecanismos de negociación que se impulsan representan
cierta mejora para los países en desarrollo. Sin embargo
aún se está lejos de tener las condiciones para un
desarrollo favorable y sostenido. Los países en desarrollo
necesitan procurar mejores condiciones en la estructura de
sus exportaciones,
posibilitar un fortalecimiento de sus patrones de
acumulación de capital que se
traduzcan en oportunidades para la población, en mejoras
sociales generalizadas para todos los grupos
sociales y en la utilización sostenida y racional de
sus sistemas de
recursos
naturales, especialmente de aquellos de carácter
renovable.
Un quinto y final argumento. El fenómeno actual de
la
globalización no es una ley natural. El
mismo responde a intereses, influencia y acciones de
seres humanos. No se trata de negarla. Se trata de aminorar las
desventajas y propiciar las potencialidades favorables,
enfrentando los desafíos. En tal virtud se hace
indispensable la integración, y el reconocimiento de las
realidades fundamentales prevalecientes.
En términos de participación en el
comercio
exterior, ALC pasó de 12 por ciento en 1950 a 5 por
ciento a fines de la década de los noventas. La actual
globalización integra a las naciones
más avanzadas y a los grupos que, dentro de las naciones
en desarrollo, logran insertarse en la nueva dinámica económica, pero margina en
general a muchas naciones como unidades, y grupos sociales
especialmente en lo económico. Se trata de una
globalización segregante.
Tal y como ha sido sostenido muchas veces por la
Secretaría Permanente del Sistema
Económico Latinoamericano -SELA- se requiere de fortalecer
efectiva y sostenidamente los mecanismos de coordinación y
de eficaz integración entre las naciones. Es cada vez
más urgente la voluntad política de los gobiernos,
de manera sistemática, coherente, ininterrumpida, para
lograr esas finalidades. Para ser alguien y no algo en la
globalización actual, crecientemente se requiere de esa
coordinación y esa integración. Así como se
encuentran en muchos casos los países menos avanzados, sin
coordinarse, sin integrarse, sin eficiente cooperación
entre ellos, los países más avanzados ni los
escuchan, ni los esperan, ni en muchos aspectos los necesitan.
Conviene tener presente que el comercio internacional
como esfera particular de las relaciones
internacionales no sólo obedece a planteamientos
económicos, sino que tiene toda una connotación de
relaciones de poder entre naciones. De allí que los
elementos de análisis económico sean
indispensables, pero no suficientes al momento de delinear o
formular más directamente elementos de política en
los países.
3. Desarrollo y
comercio: conceptos básicos
La definición de desarrollo que será
utilizada aquí tendrá un nivel general cuando se
reconoce que la misma se basa en hacer real lo que es potencial
en lo individual o bien en conglomerados sociales. Esta
definición es posible aplicarla a diferentes niveles de
integración en lo social, ya sea en individuos, familias,
grupos, regiones dentro de un país, paises en particular o
regiones internacionales. Para el caso de este documento la
referencia que se hará es hacia el desarrollo
latinoamericano y las relaciones comerciales.
En términos más específicos se
entenderá como desarrollo, la condición de vida de
una sociedad en la
cual las necesidades auténticas de los grupos y/o
individuos se satisfacen mediante la utilización racional,
es decir sostenida, de los recursos y los sistemas naturales.
Para ello se utilizarían tecnologías que no se
encuentran en contradicción con los elementos culturales
de los grupos involucrados. Este concepto integra
elementos económicos, tecnológicos, de
conservación y utilización ecológica,
así como lo social y político. La esfera de poder,
dentro del contexto social se hace necesaria como forma
organizativa y de cohesión legítima, legal y
funcional dentro de grupos sociales y como instancia de toma de
decisiones entre individuos.
Un sentido con mayor aplicabilidad y concreción en la
definición de desarrollo establecería que el mismo
está caracterizado por condiciones en las cuales los
bienes y
servicios se encuentran crecientemente al alcance de los grupos
sociales que conforman la sociedad. Esta característica implicaría una mayor
integración social y económica dentro de las
sociedades, y por ello se disminuiría la existencia de
grupos viviendo en condiciones de marginalidad.
Por otra parte el desarrollo establecería una
condición de acceso a los servicios sociales y a la
participación social activa. En el primero de los casos se
hace referencia a los sistemas de educación, y a la
satisfacción de las necesidades de sobrevivencia en
términos de alimento, vivienda, vestido, salud y seguridad. En el
caso de la participación social activa se refiere a la
capacidad del individuo y de las instituciones sociales a
garantizar que las agrupaciones de poder sean instancias de
intermediación entre los sujetos y actores en la toma de
decisiones.
De conformidad con los conceptos dados a conocer como
fundacionales en términos del desarrollo por la
Organización de Naciones Unidas
–ONU-, en su
Informe Anual de
Desarrollo
Humano de 1990, se tiene que el desarrollo en general es
basicamente un proceso de
vida que permite contar con alternativas u opciones de selección
para las personas. Las aspiraciones de las personas pueden ser
muchas, pero fundamentalmente se refieren a tres: (a) la
búsqueda de conocimientos; (b) la posibilidad de tener una
vida prolongada y saludable; y (c) tener acceso a los recursos
que permitan un aceptable nivel de vida. Es a partir de estas
tres finalidades que se derivan muchas otras.
Uno de las principales características de los
conceptos de la ONU es la reafirmación que las medidas
macroeconómicas centradas en aspectos de producción
y su relación con las poblaciones -caso de ingreso per
capita-, tienen limitaciones. Entre estas limitantes se encuentra
la evidencia de que el desarrollo si bien es cierto implica la
posesión económica hasta cierto nivel, no se reduce
sólo al aspecto de riqueza. Se hace énfasis en que
el desarrollo humano incluye dos facetas complementarias. Una de
ellas es la formación de las capacidades humanas. La otra,
que esas capacidades puedan ser ejercidas en las diferentes
esferas de la vida: económica, social, cultural o
política.
Por otra parte, en términos de crecimiento
económico, uno de los fundamentos en que se basa el
aumento de producción y los patrones de acumulación
de capital de los países más avanzados, es la
capacidad de desarrollar nuevas líneas de
producción y nuevas especializaciones. Es decir, que
promueven y fortalecen, además de una ventaja comparativa,
una ventaja competitiva. En un contexto dinámico, las
ventajas comparativas son resultado de una política
previamente diseñada y adaptada a condiciones nacionales y
globales específicas. Estas aparecen ser las bases que
promovieron y fortalecieron los países desarrollados con
el impulso al sector manufacturero y de alta tecnología. Estos son
también componentes claves en la interpretación del
surgimiento y reforzamiento de los sectores productores de alto
valor agregado en naciones de reciente
industrialización.
Uno de los postulados fundamentales más conocidos
es la ley de ventajas comparativas. De conformidad con la misma,
aunque una nación
posea la ventaja absoluta en la producción, por ejemplo de
dos bienes, no necesariamente tendrá la ventaja
comparativa. De esa cuenta, el libre comercio puede rendir
beneficios para ambas. Un ejemplo: supongamos que una
nación (A) con mayor nivel de industrialización
necesita 20 horas para producir un auto y 1 hora para producir
una camisa. Otra nación (B), en contraste, requiere 200
horas para producir un auto y 4 horas para producir una
camisa.
Si no existen relaciones comerciales entre las naciones
A y B, la nación A requerirá de 20 camisas para
completar el "valor" de un auto, y cada camisa tendrá el
equivalente en "costo" de 1/20
autos. En la
nación B, el "costo" de cada auto será de 50
camisas y cada camisa tendrá el "costo" de 1/50 autos. La
Tabla 2.1 ilustra estas condiciones.
Tabla 2.1
Ley de Ventajas Comparativas: Una Ilustración
País | Producción Autos (hrs) | Producción Camisas (hrs) | "costo" 1 auto | "costo" 1 camisa |
A | 20 | 1 | 20 camisas | 1/20 auto |
B | 200 | 4 | 50 camisas | 1/50 auto |
Si no existe comercio en las condiciones expuestas de
los países o naciones A y B, ambas sociedades
desaprovechan una mejor utilización de sus recursos. Por
ejemplo, B en lugar de gastar 50 camisas por un auto, puede
adquirir un vehículo por el equivalente de 20 camisas, si
lo compra a A. Complementariamente, A en lugar de retribuir a la
industria de
camisas con 1/20 de auto dentro de su propio país, puede
dar 1/50 de vehículo por cada camisa, si lo adquiere en
B.
De manera que aunque A presenta la ventaja absoluta en
la producción de ambos bienes, no tiene la ventaja
comparativa en ambos. El llevar a cabo prácticas de libre
comercio auténtico, haría que los recursos fuesen
mejor asignados: A tendría beneficios comprando camisas en
B, y B se beneficiaría comprando autos en el país
A.
Además de la ley de las ventajas comparativas,
otro postulado teórico en función del comercio, es
el teorema de Heckscher-Ohlin. El mismo tiene como argumento
central el hecho de que un país exporta los bienes que
puede producir a un costo determinado, en términos
monetarios inferiores al resto del mundo. Estos costos dependen
de los precios
relativos de los factores de producción y estos precios
dependen a su vez, de la abundancia relativa de ese factor de
producción en el país. De conformidad con este
teorema, un país exportará los bienes para cuya
producción se utilizan intensamente los recursos
relativamente abundantes en ese país e importará
productos que utilizan con intensidad de factores que son
escasos.
Otro de los aportes conceptuales es la aplicación
del postulado Heckscher-Ohlin utilizada por Krueger en 1977. Esta
adaptación del modelo se
refería a la situación de países que se
agrupan mediante integración comercial y los cuales tienen
una mayor dotación de mano de obra por unidad de capital
que la existente en el resto del mundo. De acuerdo a esta
adaptación el proceso de integración tenderá
a aumentar la producción de bienes más intensos de
capital en el comercio intrarregional, que los bienes de
exportación a terceras naciones. Tanto la
adaptación de Krueger como las modalidades de promoción y fortalecimiento de ventajas
competitivas, son planteamientos que nos ayudan a comprender
más el vínculo entre comercio y desarrollo, y la
formulación de políticas comerciales a nivel
nacional.
Otro aporte conceptual, acerca del comercio y el
desarrollo, es el que se refiere al teorema de Stolper-Samuelson.
Este planteamiento indica que cuando se hace una
comparación de los patrones y de las estructuras de
redistribución en dos países, los coeficientes de
retribuciones, por ejemplo, para el capital y para las ganancias
pueden ser iguales. Pero cuando hay un cambio en la
retribución total, en el país que se utiliza
más el factor de producción que se ha beneficiado,
éste tiende a verse drástica y favorablemente
beneficiado en la retribución. Es decir, se mantiene el
coeficiente pero la retribución absoluta del factor
aumenta más que proporcionalmente en relación con
la retribución total.
Un ejemplo a fin de aclarar un resultado derivado del
postulado Stolper-Samuelson. Existen dos países A y B, en
los cuales en un primer momento, la retribución en
términos de utilidades, para sus industrias es la
siguiente:
País A: 10 rt = 3 uc + 2s
País B: 10 rt = 2 uc + 3s
Donde:
rt = retribución total del proceso productivo
uc = utilidades por capital
s = salarios
Con base en las condiciones anteriores, en ambas
naciones o países, las variables uc y
s presentan el mismo valor: 2.
Ahora asumamos que las condiciones cambian y las retribuciones
totales de los procesos productivos ya no son de 10 unidades en
ambos países, sino de 12.5 en A, y continúan siendo
de 10 en B.
País A: 12.5 rt = 3 uc + 2s
País B: 10 rt = 2 uc + 3s
En estas nuevas condiciones, en un segundo momento, las
variables del modelo tendrán los valores de
s = 1; y uc = 3.5 -lo que se obtiene como resultado de la
resolución del sistema de ecuaciones
simultáneas. Nótese que las utilidades al capital
han crecido, de manera que esta sería una
implicación del cambio tecnológico repercutiendo en
términos de "ganadores" y "perdedores" ante procesos de
innovación y tomando en cuenta nexos
comerciales. La tecnología tiene una característica
muy importante y las retribuciones afectarían los procesos
económicos y políticos respecto al establecimiento
de líneas de producción y comercio entre
naciones.
4. Política
económica e ilustraciones
A partir de los años cincuenta, ALC llevó
a la práctica la política de
industrialización por substitución de importaciones
(ISI). Esta fórmula que constituyó un eje de
desarrollo para la región, dominó en muchos
países hasta fines de los años setenta y principios de los
ochenta, cuando da inicio la aplicación de planes de
ajuste macroeconómico. Estos últimos fueron
consecuencia, entre otras razones, de la generación del
problema de la deuda externa en
la región. La ISI, en contexto de avances de procesos de
integración, especialmente en Centro América y los
países andinos, posibilitó modalidades de
acumulación de capital en donde los aranceles
favorecieron la protección de productores dentro de los
mercados domésticos, a la vez que significaba ingresos fiscales
para los gobiernos.
Un análisis más profundo de la ISI escapa
a los fines de este documento. No obstante, es de señalar
que si bien es cierto se posibilitó alcanzar ciertas
cuotas de desarrollo y de inversiones en el área, los
procesos de liberalización que posteriormente se
establecieron, se llevaron a cabo más por el lado de las
importaciones que de las exportaciones. Esto contrasta hasta
cierto punto con la inserción que en tal sentido llevaron
a cabo países de reciente industrialización en
Asia. Estos
últimos tendieron más a liberalizar las
exportaciones.
Conviene agregar aqui las críticas hacia los
procesos de industrialización por substitución de
importaciones (ISI) especialmente desde una perspectiva
propiamente economicista, sin tener en cuenta significativos
elementos de análisis político y de consideraciones
de vulnerabilidad externa. Dentro de las esas críticas se
encuentra el señalamiento de que los consumidores deben
pagar altos precios por los productos. Además se desaniman
las exportaciones, se promocionan inversiones en líneas de
capital intensivo, a la vez que no se promueve que las empresas
alcancen, en el menor tiempo posible,
estandares de competitividad internacional. A eso se agrega el
señalamiento de que la ISI favoreció el mantenimiento
de resultados negativos en la balanza
comercial, con influencia en la cuenta corriente de la
balanza de pagos.
Hoy día ALC, con la histórica excepción de
Venezuela,
tiene número deficitarios en la cuenta corriente, pero las
razones para ello gravitan más en relación con
liberación de importaciones, a pesar de haber promovido
más decisivamente los flujos de
exportación.
En lo que respecta a la relación entre
exportaciones y crecimiento económico, una de las
más importantes posiciones se deriva de los planteamientos
neoliberales. De conformidad con las ideas centrales de la
perspectiva neoliberal, la promoción de exportaciones por
medio de diferentes medidas macroeconómicas -que incluyen
la depreciación o devaluación de las monedas- está
orientada a generar mayor crecimiento, empleo y
mejora en la balanza comercial siguiendo un contexto general de
política "hacia afuera". Estas recomendaciones de politica
para el desarrollo con base en los mercados externos, se fue
haciendo mas recomendable en especial, para economías que
mostraban importantes y persistentes problemas de
deuda externa. Complementariamente a esta promoción de
exportaciones, muchos gobiernos establecieron politicas
economicas de carácter fiscal y
monetario con el fin de controlar los deficits estatales y
niveles inflacionarios.
Las medidas de promoción de exportaciones
incluyeron devaluación o depreciación de las
monedas. Esto tuvo un efecto negativo en cuanto a restringir la
demanda efectiva en los mercados domésticos y empobrecer a
amplios sectores. Se llegó a empeorar los indicadores
sociales de muchas naciones de ALC (Cardoso, 1992). El conjunto
de medidas neoliberales repercutió en restringir el
mercado interno de las naciones como motor impulsor
del crecimiento económico.
Khan, Mohsin, Villanueva y Delano han estudiado la
relación entre las políticas de fomento de
exportaciones y el crecimiento económico en una muestra de 23
países en desarrollo. Su estudio, el que toma como base el
período de 1975 a 1987, encontró que la tasa de
crecimiento del ingreso por persona fue
significativamente más alta y tuvo un efecto positivo
relacionado con: (i) componentes de exportación de las
economías nacionales; (ii) la tasa de inversión nacional expresada la misma en
términos de la formación de capital fijo. Estos
autores también concluyeron que la expansión
monetaria en los sistemas macroeconómicos tuvo un impacto
negativo en el crecimiento económico.
Estos resultados, sin embargo no tienen
aceptación generalizada. En un estudio respecto al
crecimiento económico y las exportaciones, Helliner
tomó en consideración países menos avanzados
especialmente de la región subsahariana del Africa, durante
el período 1960-1980. El estudio no encontró
ninguna relación estadística significativa entre cambios en
las exportaciones y aumento de la producción de los
países. Aún más, las tendencias de
relaciones que se identificaron fueron negativas. Empero, en este
caso es necesario evaluar hasta que punto los países bajo
estudio, de una manera consistente, estaban aplicando
políticas de promoción de exportaciones. Otro
aspescto también a considerar, es si tales naciones fueron
capaces de compensar los aumentos significativos de los precios
del petróleo
de 1973 y 1979.
Michaely señala que la relación positiva
entre crecimiento económico y exportaciones es mayor en la
medida que los países tienen un algo grado ya adquirido de
desarrollo
económico y social. Esta relación es menos
significativa, casi inexistente, en países pobres. En los
países más desarrollados se tienen mejores
condiciones de mercado, las cuales incluyen mayor
producción en términos de valor agregado,
más expansión de la demanda del mercado interno, y
una mayor eficiencia en el
contexto institucional.
Debido no sólo al comportamiento
que tienen en la práctica los fundamentos de los modelos
económicos, sino también, y muy especialmente,
a la situación de la política económica y
las condicionantes objetivas, los países en desarrollo
enfrentan escenarios muy distintos a los supuestos
teóricos y que operarían en mayor grado para los
países más desarrollados. De conformidad con
Ricardo Ffrench-Davis los principales rasgos que enfrentan los
países en desarrollo en el escenario económico
internacional son:
- Heterogeneidad de los mercados externos: refiere a
que muchas veces se asume que los mercados externos son
integrados y estables. Pero otras son las condiciones que por
lo general enfrentan las naciones de menor desarrollo relativo:
mercados no integrados lo que aumenta la volatilidad en la
colocación de las exportaciones y contribuye
también a incrementar la vulnerabilidad externa de las
naciones de economías más
pequeñas. - Inestabilidad externa: de manera específica
muchos bienes de los países en desarrollo experimentan
grandes fluctuaciones en los precios con una tendencia a una
baja en los términos de intercambio de estas naciones.
Esta situación se transmite al mercado interno a
través de repercutir en la balanza de pagos y liquidez
interna. Con ello se contribuye a promover una
asignación ineficiente de recursos productivos y se
generan mecanismos que desembocan en presiones inflacionarias.
Esto a su vez, tiende a generar una subutilización de la
capacidad productiva y fortalece la tendencia al desempleo
permanente o estructural.
c) Condicionamiento de los mercados mundiales respecto a
negociaciones y factores complementarios. En especial los
países de menor desarrollo relativo enfrentan escenarios
en los cuales disminuye su capacidad de negociación y de
influencia en los mercados internacionales. De allí que la
integración y la coordinación en la
negociación sean factores que pueden disminuir la
dependencia de condicionantes y aumentar la interdependencia.
Existen, no obstante, factores complementarios que limitan la
capacidad de negociación. Por ejemplo, la deuda externa y
las condicionantes de los planes de ajuste, lo que ha limitado la
eficacia negociadora de los países con mercados
pequeños, tanto en América Latina como en otras
regiones de desarrollo.
Uno de los casos ilustrativos donde pueden evidenciarse
repercusiones de lo anterior es con respecto a tratados
comerciales en Latinoamérica. De conformidad con las
características del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN), y su
potencial generalización a toda la región de
América Latina y el Caribe, mediante el ALCA, tal
opción representa grandes riesgos para la
estabilidad económica de la región y para mantener
un mínimo de protección ante la ya alta
vulnerabilidad económica de los países de
ALC.
Esto es así, entre otras cosas, porque es poco
probable que Estados Unidos
abra efectivamente sus mercados. Además, Estados Unidos
mantiene fuertes subsidios a la producción, sobre todo,
agrícola, en particular de alimentos. Esos elementos
promoverán, como ya está ocurriendo en el caso de
México, la incapacidad de producción de alimentos
por parte de los países de ALC, de manera que la
vulnerabilidad económica externa se verá
aumentada.
De hecho, con una integración tipo ALCA como se
puede vislumbrar, las pequeñas y medianas empresas
serán de las más afectadas y sobre todo, la
agricultura tenderá a ser desmantelada. Los alimentos son
un arma estratégica, es decir, la capacidad de venta de
alimentos de un país constituye un importante elemento
político en el escenario económico internacional,
de allí que los países más desarrollados no
duden en mantener subsidios a su propia producción
agrícola, por montos más allá de 390 mil
millones de dólares al año, es decir, más de
mil millones diarios.
Con ello los países de ALC, para sólo
referirse a este punto, quedarán como exportadores de
productos que no son estratégicos ni demasiado importantes
en el consumo
internacional, tales como flores y ornamentales. Esta es la
tendencia, aún sin el ALCA en los casos de Colombia,
Costa Rica y
hasta cierto punto de República Dominicana. En
México, por ejemplo, el TLC
aceleró el proceso iniciado en 1970 en términos de
la integración
económica con Estados Unidos. De 120 empresas
instaladas en las fronteras, se pasó a más de 3.700
en el año 2000 y en ese período el salario
creció de 100 dólares semanales a 200.
Sin embargo, en el período de 2000 a 2002 se ha
registrado que unas 500 empresas se han trasladado a China y
Vietnam donde el salario es de 0.25 dólares la hora contra
3 dólares en México. Unos 250.000 trabajadores
mexicanos se habrían quedado sin empleo. Es cierto que es
más barato transportar las mercaderías de
México a Estados Unidos que de China y de Vietnam, pero la
gran diferencia en el pago del salario hace aún rentable
el hecho de trasladar desde el sudeste asiático o del
Lejano Oriente hacia Estados Unidos.
Debe tomarse en cuenta además, que las empresas
maquiladoras no se articulan exactamente con mucha intensidad con
el mercado interno de los países. Además, las
industrias que se establecen con mayor valor agregado, que surgen
del proceso científico y tecnológico aumentan la
relación de intensidad de capital respecto al empleo y
disminuyen la retribución al empleo como tal, en
particular, el empleo no calificado.
Si se toma el caso del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN) como un indicador respecto a la
tendencia de estructuración y repercusiones del ALCA, es
importante señalar aspectos de la articulación de
las empresas a la economía nacional, en
este caso la economía mexicana. El crecimiento de la
capacidad exportadora de México, que para 2001 corresponde
casi al 50 por ciento de la capacidad exportadora de ALC, no es
exactamente un reflejo del desarrollo de la industria mexicana.
La tendencia es que el contenido mexicano en las exportaciones se
reduce. En 1983 las exportaciones tenían un 85.9 por
ciento de contenido nacional, incluyendo maquilas, en 1996 ese
contenido era de 41.8 por ciento.
En las exportaciones no provenientes de maquiladoras, en
1983, el 91.4 por ciento correspondía al contenido
nacional. En 1996 ese contenido era de 37 por ciento. En las
exportaciones de maquila contando el aporte de la mano de obra en
1983, el contenido nacional era de 22.4 por ciento, y de 17 por
ciento en 1996. Si se excluye la mano de obra, el contenido
nacional era de 2 por ciento.
Otro de los aspectos a tomar en cuenta son las
cláusulas de exclusión de cumplimiento del tratado
de la integración, que aún legalmente en el marco
de la OMC pueden realizarse. Puede haber discriminación en función de la
integración, el Artículo XXI abre la posibilidad
del incumplimiento a partir de las razones de la seguridad
nacional de los Estados. Existen otros artículos
más que legalmente permiten obstáculos al libre
comercio: con base en el XII, se puede realizar a fin de
salvaguardar aspectos de la balanza de pagos, el XVI se refiere a
subsidios, el XIX permitirá proteger la industria local, y
el XX posibilita restricciones en función de objetivos no
económicos directos, tales como los relacionados con salud
y seguridad.
Con base en las tendencias y las formas de
negociación, el ALCA implica graves riesgos para ALC.
Esencialmente tendría repercusiones respecto a: (i)
detrimento en los patrones de desarrollo propio de la
región; (ii) obstáculo al avance o
consolidación de los procesos de integración
regional; (iii) aumento de la vulnerabilidad externa de los
países; y, entre otros aspectos, (iv) baja capacidad en la
seguridad alimentaria. Con esas consideraciones en perspectiva,
el ALCA puede transformarse rápidamente de ser no
sólo la "única" opción que tiene
América Latina, sino la peor que puede ejecutar en
función de un concepto de desarrollo integral, sostenible
e incluyente, a mediano o largo plazo. Puede debilitar
significativamente la consecución de un desarrollo propio
de la región, en donde el aumento de la producción
y la productividad no
implique también el mantenimiento o aumento de
población viviendo en condiciones marginales o de pobreza.
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