- Principios
rectores - Educación,
Política social Y Desarrollo
económico - Oportunidades educacionales y
aspiraciones de la sociedad - Conclusión
- Referencias
Tradicionalmente, se ha dicho que la educación
constituye un vehículo hacia la formación integral
del individuo y su adiestramiento
para hacer frente a los retos que la sociedad le
presenta. Es unánime la afirmación de que la
educación
se vincula a un proceso de
transmisión de cultura que
pone al día al individuo en diversos campos del conocimiento.
Sin embargo, se debe tomar en cuenta el papel de la
educación como elemento catalizador del desarrollo.
Este trabajo está dirigido a examinar la importancia de la
educación en la construcción de sociedades que
miran con ansia hacia el desarrollo. De hecho, se hace
alusión al valor de los
procesos
educativos como responsabilidad
social y su impacto en las sociedades en vías de
desarrollo. Pretende además este trabajo hacer
énfasis en el hecho de que la educación no supone
simplemente una transmisión de conocimientos sino una
herramienta para edificar una sociedad progresista.
En la alborada de un nuevo siglo, concíbese la
educación como el medio principal para hacerle frente a
tales retos como la promoción y consolidación de un
desarrollo
económico y social, la profundización y
ampliación de los procesos de integración y su inserción en un
mundo en constante cambio nutrido
por adelantos en el área de la ciencia, la
tecnología
y la producción. En otras palabras, la
educación es entonces un elemento crucial, un proceso
eminentemente social, dirigido a maximizar el rango de
oportunidades en beneficio de la población, dentro de un marco
democrático. Es entonces esta empresa una de
gran preponderancia para las organizaciones
enfocadas en la región iberoamericana, la cual alude a la
ampliación de la perspectiva educativa en un intento de
acrecentar la competitividad
y preparación de nuestras sociedades.
2. PRINCIPIOS
RECTORES
Decir que la educación constituye un medio
indispensable para acrecentar el desarrollo de nuestras
sociedades nos es simplemente una propuesta. De hecho,
dícese que la educación es un proceso propicio que
puede nutrir el crecimiento y desenvolvimiento de los pueblos, e
incluso elevar sus aspiraciones dentro del competitivo mundo
moderno. Tenemos entonces que tomar en cuenta que la
educación como medio para el desarrollo se apoya en
principios que dan una dirección más precisa con respecto a
un fin primordial del proceso: el desarrollo como mecanismo ideal
para la superación.
Afírmase entonces que el desarrollo educativo y
cultural de una comunidad es
fundamental en la solidificación de una sociedad sentada
sobre bases democráticas y que la educación es
esencial en la formación de individuos solidarios,
participativos, productivos y respetuosos. Al sustentar la
importancia del desarrollo de una comunidad y el papel del
proceso educativo, resulta obvio suponer que ambos conceptos
deben estar estrechamente vinculados en una especie de
ecuación en la cual el desarrollo corresponde directamente
a la educación.
Cabe resaltarse entonces que el esfuerzo de elevar el
proceso educativo como medio para el desarrollo no es exclusivo
de los sistemas
educativos, y no debe considerarse como tal. El Estado y
todos los sectores sociales son supuestos a tener una
participación activa en la configuración de
políticas educativas basadas en la realidad
social, las necesidades de la comunidad y el acrecentamiento de
la competitividad. Adicionalmente, la participación del
Estado y
demás sectores de la sociedad puede permitir un acceso
más factible a la educación a un porcentaje mucho
mayor de la población. Indudablemente, los sistemas
educativos deben apoyarse en otros entes, como el Estado, para
garantizar el alcance de la educación a toda la
población.
Con relación a este esfuerzo se propone la
participación de los medios de
comunicación. Dichos medios pueden
acaparar un amplio espectro de la población y es esa
propiedad una
de gran interés
para los sistemas educativos. El proceso educativo apoyado en
mecanismos formales puede no ser satisfactorio cuando se trata de
facilitar el acceso al mismo a amplios sectores de la
población. En cambio, la utilización de
instrumentos especiales, como los medios de
comunicación, es supuesta a fomentar la
educación integral, la cual constituye un recurso crucial
que alienta el crecimiento y participación social
cabales.
Sobre este respecto, cabe señalarse que las
recientes transformaciones en los socio-económico, lo
científico-tecnológico y lo cultural demandan una
nueva perspectiva educativa. Una perspectiva tradicional aplicada
a la educación reduce drásticamente las
posibilidades de adecuación a los cambios. Por tal
razón ‘los sistemas educativos deben estar en
condiciones de desarrollar competencias que
catalizen la comprensión de dichas transformaciones y
estimúlenla creatividad’. En otras palabras, la
educación no puede estar ajena a las transformaciones en
los diversos campos del conocimiento ya que no eso sería
proporcional a una fosilización cultural.
Además de considerar a la educación como
un medio para el desarrollo o como un proceso que posibilita al
individuo una formación integral, la misma debe concebirse
como una ‘responsabilidad social’, que conjugue la
participación de los sistemas educativos, los medios de
comunicación y las diferentes
organizaciones sociales. Esta concatenación de esfuerzos
es supuesta a ser una respuesta a la necesidad de alcanzar
niveles de excelencia en la cual la educación no
esté relegada a convencionalismos sino adaptada a un plano
tecnológico dinámico.
En definitiva, podemos sumarizar los lineamientos
rectores relativos ala educación como medio para el
desarrollo como sigue:
- El desarrollo educativo y cultural consolida la
conformación de sociedades integradas y participativas
dentro de un marco democrático. - La educación promueve la formación de
individuos solidarios, participativos, productivos y
respetuosos. - La participación del Estado y demás
sectores sociales posibilita el acceso a la educación a
toda la población. - La educación, apoyada en la investigación
científico-tecnológica, eleva la competitividad
de las comunidades. - La utilización de los medios de
comunicación favorece a la educación
integral. - Los sistemas educativos basados en las
transformaciones en los diversos campos del conocimiento
estimulan la comprensión de los mismos y la
creatividad. - La educación es una responsabilidad
social.
Todo esto se complementa con el fomento de una verdadera
cooperación educativa y cultural entre los países
de la región iberoamericana. Por tanto, la
participación de diversos entes sociales y el alcance
científico-tecnológico de nuestras sociedades
modernas son aspectos fundamentales que pueden definir el papel
de la educación como precursora del desarrollo.
3. EDUCACIÓN,
POLÍTICA
SOCIAL Y DESARROLLO ECONÓMICO
Para la Comunidad Iberoamericana, el desarrollo y
transmisión de conocimientos constituyen una prioridad,
sobre la base de la afirmación de que el
conocimiento es determinante para el progreso de los
países que conforman dicha comunidad. Se habla entonces
del fin de la educación como política social
dirigida a maximizar el proceso de transmisión de
conocimientos y el acceso democrático a las misma, en
equidad y armonía.
Podemos entonces decir que la labor de las
políticas educativas esta orientada por tales aspectos
como:
- La reducción y eliminación del analfabetismo, la falta de
escolarización, la repetencia, el abandono y el
deterioro de la calidad de la
educación, ya que estas debilidades constituyen puntos
altamente vulnerables que pueden hacer improbable el desarrollo
óptimo de una determinada comunidad. - La generación de condiciones educativas (en el
ámbito elemental y secundario) que fomenten técnicas, conocimientos, valores y
aptitudes necesarias que acrecenten las posibilidades de la
población para alcanzar niveles educativos adecuados,
sin obviar el principio de equidad. A través de esta
acción, la educación puede contribuir
satisfactoriamente al incremento de la participación del
individuo en la transformación de la sociedad y promover
el desarrollo. - Los cambios económicos son fundamentales para
la adopción
de políticas educativas complementadas con
políticas de empleo que
pueden contribuir a la incorporación de más y
más elementos al competitivo mercado
laboral. En
otras palabras, la educación debe estar en conformidad
con las necesidades y realidad social de la comunidad para
garantizar la formación de individuos capaces. Por medio
de esta acción se puede incluso constituir una
condición que favorezca el incremento de la productividad y
la competitividad. - La adopción de modelos
innovadores con respecto a ala formación profesional y
capacitación laboral es algo deseable
para acentuar el desarrollo. Las transformaciones en el campo
de la ciencia y la
tecnología demandan ajuste en lo educativo, lo cual es
considerado una responsabilidad de las sociedades. - El aprovechamiento óptimo de los recursos
disponibles y el fortalecimiento de las instituciones de educación
superior pueden definirse como estrategias
propicias para el impulsamiento en la formación integral
de los individuos para que sean partícipes del
desarrollo político, económico y social de
nuestros pueblos. - Adicionalmente, afírmase que los adelantos en
materia de
tecnologías hacen necesaria una constante
actualización de las capacidades de la población.
Por tal razón, el proceso educativo no se subordina
únicamente a la formación de la población
discente, sino que involucra el ‘perfeccionamiento
continuo de los profesionales’. Des esta forma podemos
aspirar a un modelo
educativo más efectivo que revierta en el mejoramiento
de la capacidad laboral y el desarrollo
socioeconómico.
4. OPORTUNIDADES
EDUCACIONALES Y ASPIRACIONES DE LA SOCIEDAD
Según Marcos A. Molina, ‘las sociedades
tratan de ampliar, ante las exigencias, las oportunidades de
brindar más educación y satisfacer así las
aspiraciones sociales’. Ciertamente, la ampliación
de las oportunidades educativas es más factible en
sociedades desarrolladas; sin embargo, la misma no ha sido
posible en aquellas que no han logrado un nivel educacional y
productivo adecuados. Se habla entonces de una tendencia que
acorta las posibilidades de mejoramiento, en gran parte debido a
factores como la desproporcionada distribución de los ingresos y
riquezas y en la participación de la educación. A
pesar de esto, obsérvase que en los pueblos
subdesarrollados se acentúa, desde hace casi 60
años, un interés marcado en realzar las
oportunidades educacionales y por satisfacer demandas sociales.
Este empeño se vincula con el ‘incremento de la
demanda social
de la educación’, cuya base fundamental se encuentra
en la defensa de los derechos humanos
y el desarrollo de los recursos
humanos.
En otras palabras, la creciente demanda por una
formación integra en los pueblos subdesarrollados, como
aquellos en la región iberoamericana, se ve dada en el
crecimiento de la población, la necesidad de movilidad
social la necesidad de promover el desarrollo. En particular, es
apropiado afirmar que los pueblos ven en la educación un
camino hacia una preparación acorde con las exigencias del
medio y la materialización del progreso. Sostiénese
entonces que la ‘ampliación de las oportunidades
educacionales mediante la demanda social de la educación
genera en sí misma su cabal dinamismo mediante mecanismos
que se advierten cuando una política que ha iniciado un
proceso de mayor instrucción, vertiginosamente requiere y
exige más educación.
Lo anterior alude a una reacción colectiva dada
en el incremento de las oportunidades educacionales. Podemos
entonces que dichas oportunidades representan ofertas para la
población que consisten en alentadoras propuestas con
respecto a la formación y aumento de las posibilidades de
lograr una decorosa forma de vida, siendo esta última un
ejemplo de las aspiraciones sociales. En cierto modo, se puede
percibir un vínculo bien estrecho entre las aspiraciones
sociales y las oportunidades educacionales, aunque sin embargo,
se da un desequilibrio entre ambos aspectos en gran parte debido
a una política de admisión sin
restricciones.
Sucede entonces que las aspiraciones sociales
están dadas en términos de obtención de
empleos que garanticen una estabilidad económica. Por tal
razón, el aglutinamiento en los centros educativos se
vincula a las necesidades de una población de una
preparación que le permita ser elegible para determinados
puestos de trabajo. De hecho, el aumento de la fuerza laboral
favorece en cierta forma al progreso, aunque persisten modelos
conformistas que relegan al individuo a una "pequeña elite
educada". En otras palabras, un considerable sector de la
población puede solo hacer uso de las oportunidades
educacionales parar satisfacer aspiraciones de reducido alcance,
o sea, particulares.
En definitiva, lo que ocurre es que no hay una
correspondencia precisa entre las oportunidades educacionales,
las aspiraciones sociales de un gran porcentaje de la
población y el deseo de desarrollo social
y económico, lo cual se acentúa más en
países en vías de desarrollo. Sugiérese
entonces la utilización de estrategias que involucren un
cambio de actitud de los
poderes institucionalizados y de la sociedad en conjunto y la
adopción de un sistema
administrativo dinámico. De este modo puede conseguirse la
configuración de una perspectiva social más
favorable apoyada en el logro de una preparación que
responda a las aspiraciones sociales y favorezca al
desarrollo.
Sin duda alguna, la educación puede considerarse
como una responsabilidad de las sociedades. Prescindir de la
educación es proporcional a negar al hombre la
oportunidad de convertirse en un ciudadano que perciba y
comprenda los cambios que acompañan los avances en
diversas áreas del conocimiento. Por tal razón, en
el ámbito internacional, el papel de la educación
es realmente crucial en tanto que favorece al desarrollo. No
podemos siquiera obviar el hecho de que gran parte de los
países iberoamericanos se apoyan en la educación
como un medio que fomenta la productividad y la competitividad.
Por tal razón, nuevas políticas y sistemas
administrativos han sido sugeridos para garantizar el acceso
a la educación a un porcentaje mayor de la
población, para reafirmar el principio de equidad. Podemos
incluso decir que la educación, desde la perspectiva de
los países en vías de desarrollo, es el elemento
central entre las necesidades y las aspiraciones de la sociedad.
Por tal motivo, cabe señalarse que además de
dignificar al hombre, la educación puede ser la vía
que muchas de nuestras sociedades deben seguir para alcanzar
niveles de excelencia perceptibles globalmente.
Declaración de Bariloche. V Cumbre Iberoamericana
de Jefes de Estado y de Gobierno – 16 y
17 de Octubre de 1995 (tomado del Número 9 de la Revista
Iberoamericana de Educación, publicada en Madrid, España,
por la
Organización de Estados Iberoamericanos para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).
Molina Ch., Marcos A. "Educación y Desarrollo".
EDU – ECO. Septiembre – Diciembre 1984.
Realizado por
Alcides Núñez