- Consideraciones
Generales. - Lo que no se Cumple debe
Derogarse. - La Madre tiene derecho a Elegir
sobre su cuerpo. - El Aborto por
Violación. - El Problema de la Sobre
Población. - El Convulsionado Mundo de los
Valores en Nuestra Época.
La mayoría de los que enseñan técnicas
para la redacción y la argumentación de las
ideas, coinciden en afirmar, que es un error iniciar un texto
argumentativo, presentando de entrada la postura de quien
argumenta. Se inclinan más por la idea de ir desarrollando
por etapas los distintos argumentos para sujetar las ideas
principales, de tal manera que el lector pueda descubrir durante
la exposición cuál es la postura de
éste y por qué de su posición. La verdad es
que la idea es no aparecer nunca como alguien sesgado.
Vamos a hacer caso omiso de todas esas recomendaciones y
vamos a firmar lo siguiente: ¡No estamos de acuerdo con
el aborto!.
Eso sí, no estamos de acuerdo, más allá de
nuestras convicciones, porque hasta la fecha no hemos oído ni un
solo argumento capaz de sacarnos de nuestra creencia de que con
el aborto se está asesinando a alguien, es un puro y
simple homicidio. Claro
está, y más allá de fanatismos que no dejan
oír razones, podrían existir en el futuro
argumentos capaces de avivar la discusión acerca del
aborto y que motivarían a la respuesta por parte de los
que no estamos de acuerdo, por el hecho de que son pocos los
argumentos irrefutables en este mundo. Lo que tratamos de
establecer es que debe ser posible a objeto de la
discusión acerca de la legalización o no del
aborto, el presentar argumentos válidos para aquellos que
promueven su legalización, que vayan más
allá de un simple fanatismo, debe ser posible presentar
argumentos que puedan ser aceptados por estar más
allá de toda discusión. No se trata de decir
abortar es malo porque sí, se trata de que el interlocutor
palpe que eso es realmente así.
Atendiendo a las normas comunes
para toda argumentación, (ahora sí las tomamos en
cuenta) todo el que está en desacuerdo con una postura que
es considerada la dominante, tiene la caga de la prueba, esto es,
que en virtud de un principio que le es propio a la física, El Principio
de la Inercia, (todo objeto que se encuentra en reposo o en
movimiento
rectilíneo y uniforme, seguirá en reposo o en
movimiento rectilíneo uniforme hasta que una fuerza externa
lo obligue a salir de su estado de
reposo o de movimiento rectilíneo uniforme) los que
están a favor del aborto tienen la carga de la prueba, son
ellos los que deben presentar los argumentos, las evidencias, los
hechos que deben ser válidos para todos y que lleven a la
mayoría a un cambio de
paradigma.
Nadie que apoya un argumento que es tenido como cierto,
está en la obligación de probar algo que todos
creen.
Es por todo lo antes expuesto que no necesitamos en
estas líneas defender los argumentos que son ahora
predominantes en Venezuela, a
saber, que la vida debe ser defendida ante todo, respetada y
protegida desde el momento de la concepción, antes bien es
menester rebatir los argumentos que intentan conmover los
cimientos de esta creencia general, que recoge el
Asambleísta en la Constitución de 1999.
A continuación vamos a recoger y a intentar dar
nuestra apreciación a cerca de algunos de los argumentos
que están en boga por parte de los propagadores de la
legalización del aborto.
Lo que no se Cumple
debe Derogarse.
El argumento va más o menos así;
señalan este grupo de
personas que aún cuando el aborto es ilegal existen muchas
mujeres que recurren al aborto clandestino en lugares destinados,
también de manera clandestina, para tales
efectos.
Que es alarmante el número de abortos practicados
de esta manera y que el riesgo que corren
las madres en este tipo de circunstancias es enorme y que
además no cuentan con ningún tipo de herramienta
legal para defenderse, puesto que nadie que sabe que está
haciendo algo ilegal va luego a demandar a uno de éstos
doctores por mala praxis, y sí a esto se agregan las
alarmantes cifras de mujeres adolescentes
que recurren a estas prácticas, el problema toma
proporciones épicas.
Siguen en su argumentación afirmando que es un
"secreto a voces" que muchas madres recurren al aborto en estas
circunstancias y que sería más conveniente
legalizarlo para así acabar con el negocio que implica el
que sea ilegal la práctica abortiva (se comenta que un
aborto puede llegar a costar hasta cinco millones de
bolívares) y también con el problema del nacimiento
de niños
no deseados.
Este primer argumento de los que defienden la
legalización del aborto está basado en la falsa
creencia de que las leyes deben
hacerse a la medida de los pueblos a las que están
destinadas y que aquellas que no se cumplen se hacen ineficaces y
por ende deben ser derogadas y promoverse la abrogación de
nuevas leyes que los ciudadanos puedan, con comodidad, cumplir.
¡Semejante postura!.
Sí hacemos caso a este argumento entonces estamos
abriendo una puerta que va a ser difícil de cerrar en el
ámbito legal.
¿No es acaso un secreto a voces en muchos
países y también en Venezuela el hecho de la
Evasión Fiscal?, A
nadie en su sano juicio (sin que medie legislación al
respecto), le gustaría pagar impuestos, sin
embargo; aún existiendo legislación al respecto la
evasión fiscal es galopante. ¿Qué hacemos
entonces? ¿Eliminamos las leyes de impuesto, al
SENIAT o a cualquier organismo y legislación al respecto
porque nadie las quiere cumplir? El hecho es que a la hora de la
verdad el concepto de
normas establecido por Jhon Austin, termina siendo determinante;
Las normas son órdenes respaldadas por una amenaza, sin la
amenaza, las personas no cumplimos.
El que una Ley esté
siendo flagrante y notoriamente incumplida no significa que haya
perdido validez o que su contenido o el bien que tutela no sea
correcto, lo que demuestra es una incompetencia supina del Estado
para aplicarla. Si hacemos el mismo ejercicio a otras leyes vamos
a conseguir lo mismo, o es que acaso no incumplimos a diario la
Ley de Tránsito Terrestre (bajo cualquier excusa; apuro,
emergencia, cansancio, etc.,) ¿La eliminamos o la hacemos
cumplir?.
El reconocimiento de la existencia de clínicas
abortivas y las alarmantes cifras que se manejan de abortos
practicados a adolescentes sólo hacen necesario la
existencia de una Política de Estado
más eficaz.
Vamos a coincidir en que hace falta legislar, pero no
para legalizar el aborto sino para proteger el principio
consagrado en la Constitución de proteger la vida desde el
momento de la concepción. Hace falta verdadero valor para
reconocer que existen leyes que nadie parece estar interesado en
cumplir.
Con respecto al problema del negocio que implica la
práctica abortiva ilegal; es tan bien un hecho innegable
que muchos intentos se han hecho para legalizar otro tipo de
negocios que
ahora son ilícitos, con la excusa de que así la
gente paulatinamente perdería interés ya
que existe cierto encanto en el hecho de que sean ilegales, por
ejemplo las drogas. El
ejemplo de que la gente no sacia su interés por dicho
negocio, ni se disminuye el consumo, ni se
conoce otro logro significativo con legalización del
consumo y tenencia de drogas es el
Reino Unido. En este país se legalizó el consumo de
drogas como la marihuana, e
incluso es posible cargar una dosis de consumo con un
justificativo de que la persona en
cuestión lo necesita. Lo que se logró con esto es
que cada día más se solicite la legalización
de otro tipo de drogas, hasta llegar a la desfachatez de,
recientemente, haber solicitado la legalización de
tenencia y consumo de éxtasis.
En el caso del aborto ocurriría algo similar. Si
se aprueba (como lo es en Venezuela), la posibilidad del aborto
terapéutico (para salvar la vida de la madre), no
faltará, y no faltan en realidad, los que deseen incluir
otras categorías; por motivos de violación, por
motivos de salvar el honor (que ahora mismo es ilegal), por mal
formaciones congénitas, por contagio de VIH, por padres
alcohólicos, y al final porque sencillamente no lo quiere
en ese momento. Este último da pie al siguiente de los
argumentos.
La Madre tiene derecho
a Elegir sobre su cuerpo.
Es cierto que cada persona, en toda
legislación, goza de privilegios por el simple hecho de
ser una persona, así por ejemplo; es delito el que se
someta a esclavitud a
alguien, se le torture, se le desaparezca, se le difame, se le
mate, es decir, por el simple hecho de ser de la raza humana,
existen derechos
inherentes e inalienables a cada hombre y
mujer y estos
derechos se encuentran consagrados en legislaciones locales y en
la Declaración de los Derechos
Humanos.
Así, una persona puede disponer de su cuerpo y
asegurarse para sí mismo lo que mejor considere para
él. Con este argumento se pretende justificar el hecho de
que una madre puede, en virtud de su autonomía, decidir si
desea o no dar a luz a su
hijo.
Bien, este argumento se cae con las mismas bases sobre
las cuales pretende cimentarse.
Si una persona es dueña de sí mismo y en
teoría
puede disponer de su propio cuerpo como mejor le parezca,
¿Por qué es un delito la prostitución?, ¿Por qué es
considerada una desviación el suicidio?,
¿Por qué tenemos problemas en
aceptar la eutanasia?. La
verdad es que no somos totalmente dueños de nuestro cuerpo
más que para llevarlo a ciertos lugares a los que podemos
asistir, para vestirlo con ropas que sean adecuadas y para
consumir lo que sea legal. Claro que la cosa no es tan simple, lo
que realmente se quiere alegar es el hecho de que la madre goza
de la autonomía de la voluntad, la cual no es posible
percibir en un embrión o en un feto. Claro que una madre
puede tomar decisiones, hablar y defender un punto de vista,
vivir independientemente de si está o no a su lado un ser
humano y es difícil que un feto cumpla estas funciones, pero
la verdad es que un feto es una persona diferente de la madre
aunque sea dependiente de ella, no sólo por algunos meses
en su vientre, sino por muchos años después de
nacido.
En los Estados Unidos,
varios Estados de la Federación que lo conforman se apoyan
en el criterio de la autonomía de la voluntad para aceptar
el aborto, pero este criterio posee varias lagunas; ¿Si
realmente no es un ser autónomo el que está en el
vientre por qué puede recibir herencias independientemente
de la madre? Y más allá de esto que es
verdaderamente simplista ¿Por qué el criterio
científico considera que después del quinto
día de gestación puede desplazarse sólo
hacia el útero y después del día veinte
comienza la actividad cerebral (que es el criterio que establece
si una persona está viva o no, que tenga en funcionamiento
su cerebro porque de
lo contrario estaría en estado vegetativo)? Es un ser vivo
independiente, que claro está, se encuentra dentro de la
madre y no es que deba considerársele a ella un simple
receptáculo o contenedor de otro ser vivo, es simplemente
un proceso
natural que va más allá de la simple y no pocas
veces errada voluntad del ser humano. Por eso no es lo mismo
hacerse una cirugía plástica para extirparse una
verruga, que realizarse un aborto para extirparse a un ser vivo
independiente, al menos vivo.
Sólo los que han pasado por la experiencia
traumática de una violación pueden entender lo
terrible de verse vejado y maltratado en lo más profundo
de su intimidad. El maltrato psicológico y físico
al que es sometida una víctima de violación es
inimaginable. Por esto, si producto de
esta vejación se concibe un niño, que sería
por demás no deseado, lo más sano es provocar el
aborto, pues a la larga redundaría en el bienestar de la
madre.
Nadie en su sano juicio va a relativizar el dolor que
una mujer sufriría por una violación pero de
allí a que sufra las consecuencias el único que no
tiene culpa del delito es otra cosa.
Existen estudios realizados por psicólogos en los
cuales se demuestra que producto de una violación, se
crean en la mujer
sentimientos de ira, frustración y culpabilidad, que le
crean un síndrome post-violación, no siempre
superable. Pero iguales estudios también demuestran que en
muchos casos se crean estos sentimientos y un síndrome de
iguales proporciones en madres que se practican abortos, el
síndrome post-aborto. Si la razón del argumento es
la protección de la mujer entonces ¿Por qué
exponerla a otro maltrato de igual magnitud? Como dijimos no se
trata de relativizar el sufrimiento de una mujer que no tenemos
forma, más que teórica, de entender, pero las
soluciones
pueden ser otras, no puede ser la solución el exterminio
de la consecuencia de ese acto atroz.
Hace poco el Presidente de la Asociación PROVIVE,
asimilaba este acto del exterminio de niños no deseados al
de tomar a todos los niños que están abandonados en
las calles y que son también no deseados y matarlos ya que
nadie los quiere y se necesita borrar la evidencia de su
existencia y las circunstancias que los trajeron a este
mundo.
La solución más sana si de verdad la madre
no puede, en conciencia
criarlo como suyo, es darlo en adopción.
Un niño no deseado es también producto de
parejas jóvenes, que experimentando por primera vez o no
su sexualidad,
prefieren eliminar, la evidencia de su irresponsabilidad. El
problema es más profundo y de raíces
difíciles de sanar, las familias desmembradas, la
paternidad irresponsable, la situación económica,
el desconocimiento de la sexualidad responsable, el no uso de los
métodos
anticonceptivos (por ignorancia o por falta de educación), son
tantos los problemas y tan simplista la solución que
quiere dársele, si ocurrió, bueno, que aborte y la
próxima vez usa la pastilla o el preservativo.
La verdad es que ante los problemas más
íntimos y propios de toda sociedad las
soluciones tienden a ser siempre simplistas. Se sabe que la educación puede
contribuir al desarrollo
psicológico y afectivo de los seres humanos, el amor
familiar, la
comunicación, pero aún cuando el diagnóstico es correcto, el tratamiento es
torpe, porque fruto de que todo el andamiaje social se cae por
que sus bases son de arena, nada o poco se hace para reforzar los
pilotes de dichas bases. ¿No es cierto que las familias
son responsables en gran medida de los embarazos adolescentes por
la falta de educación y comunicación con sus hijos? Pero el Estado
también tiene su cuota de culpa por sus inoperantes
políticas para la prevención de todo
esto.
No se discutiría a cerca del aborto (en la
mayoría de los casos) si no hubiese embarazos no deseados.
Claro está, que si se trata del argumento de -¡no
puedo tener un hijo en estos momentos porque soy muy joven o
porque después engordo y nunca más voy a ser
delgada o voy a perder mi autonomía y no voy a poder salir
nunca sino que voy atener que dedicarme a ese niño!
Sólo se trata de seres inmaduros que no saben ni lo que
quieren de la vida. No es lo mismo si se trata de un embarazo
producto de una violación o de un incesto, en cuyo caso se
respeta el dolor de la mujer y lo que queda es recordarle que ese
niño no tiene la culpa y que si no puede tenerlo consigo
porque considera que siempre va a permanecer vivo el dolor que le
produjo la forma de su concepción, entonces no sea como el
que la violentó y déselo a otra pareja que
sí quiera brindarle amor.
Queda sólo recordar lo que ocurrió en una
entrevista en
una televisora francesa; el entrevistador interroga a un doctor
que era miembro de una clínica que practicaba abortos:
-…de un padre sifilítico y una madre tuberculosa que
tuvieron cuatro hijos, el primero nació ciego, el segundo
murió al nacer, el tercero nació sordomudo y el
cuarto es tuberculoso; la madre queda embarazada de un quinto.
Ud. ¿Qué haría?.
Yo interrumpiría el embarazo. Respondió el
Doctor con seguridad; a lo
que contesta el entrevistador. – hagamos un minuto de silencio,
pues hubiera matado a Beethoven.
El Problema de la
Sobre Población.
En el año de 1979 China Oriental
decidió implantar un sistema de
control de
natalidad para lograr la meta de
alrededor de 1.200 millones de habitantes para el año
2000. Acaban de ver confirmadas sus expectativas. El sistema era
simple, las parejas sólo podían tener un hijo,
sólo bajo circunstancias extraordinarias y previa
autorización de un consejo destinado para tal efecto,
tendrían la oportunidad de tener otro hijo
más.
Analicemos algunas cifras importantes. De cada 100
jóvenes sólo 4 tienen acceso a la educación
superior en china y otros países Asiáticos, lo
que significa que el resto se convierte en parte de la fuerza
laboral, que
por demás es comprimida, realizan labores manuales o
simplemente se dedican a la delincuencia
para poder subsistir. Caso a parte lo es el caso del suicidio que
presenta cifras alarmantes después de cada examen de
admisión a las universidades. El caso es que China no
contó con un elemento esencial; en los casos de
matrimonios que se encontraban dedicados a las labores del campo;
ganadería,
siembra, tenían en ocasiones la "mala suerte" de que el
hijo que les era permitido tener era niña, lo que
ocasionaba que la familia
paulatinamente y dada la avanzada edad de los padres tuvieran que
apartarse del negocio familiar. Las niñas no podían
dedicarse a esa actividad y si esperaban a que tuvieran su nieto,
ya era demasiado tarde. Resultado; un gran desastre.
En los casos en los que las madres cometían el
error de quedar embarazadas, se consentía el aborto, claro
está, luego de una sanción por irresponsabilidad.
No se trataba aquí de consideraciones a la vida, se
trataba de una transgresión a la norma.
Todos estamos de acuerdo en que el crecimiento
indiscriminado de la población ha traído como
consecuencia no pocos problemas, que van desde problemas
sanitarios, hasta problemas de alimentación,
educación, vivienda, trabajo. ¿Cuál es la
solución? En principio, no puede ser el aborto, la
solución. Nada está más en contra de
cualquier criterio de libertad que
el ser obligado a tener un número específico de
hijos, pero todavía peor es ser obligado a abortarlo. Este
caso es único. La mejor manera de tapar los huecos
fiscales de un país y de equilibrar su economía es no
permitiendo el nacimiento de más ciudadanos. Sin ir
más lejos; muchos políticos presentan con orgullo
dentro de su Memoria y
Cuentas, ante
Asambleas Legislativas, que han realizado 1000 y más
Campañas de Esterilización, en las cuales madres de
apenas 20 años y que ya cuentan con 3 o más hijos
son esterilizadas. Una mujer de 20 años es aún una
adolescente, con niños, pero adolescente, no importa lo
que diga la legislación, son mujeres que no saben que tal
vez 10 años después tendrán apenas 30
años y que tal vez sus condiciones habrán mejorado
y podrían tener más hijos. El crimen está en
realidad, en que estas prácticas las realizan en personas
de medios
rurales, la más de las veces mujeres que no entienden en
su totalidad lo que significa ser ligada o que le corten las
trompas, en fin, ser esterilizada.
De nuevo, es más fácil esto que tener
eficaces políticas de Estado para que cualquiera, si
así es su deseo, tenga los hijos que quiera, y
éstos cuenten con atención médica adecuada,
educación, trabajo digno. En un país como
Venezuela, donde distamos mucho de estar sobre poblados, estas
campañas son realmente un crimen de lesa
humanidad.
El Convulsionado
Mundo de los Valores en
Nuestra Época.
Lo que nadie niega es que los últimos 80
años de historia han sido de gran
conmoción, cambios drásticos de paradigma y a todos
esos cambios el hombre ha
tenido que ajustarse de manera acelerada, la mayoría de
las veces, sin tiempo suficiente
para asimilar tales cambios. Las guerras, sin
duda, crearon un precedente único en el replanteamiento de
lo que es esencial o no para la existencia humana y la esencia
misma de esta existencia es la vida única e irrepetible de
cada ser humano.
Parece que fue hace muy poco tiempo cuando Heidegger
clamaba con su célebre frase (…hemos creado grandes
castillos para las ideas y el hombre se ha quedado fuera en la
casa del perro…), lo imperioso que se hacía volver a
repensar todo, pero teniendo al hombre como centro, todo esto
porque corrientes como la vitalista, arengaban a los pensadores y
filósofos a redescubrir lo maravilloso del
milagro de la vida, la cual era difícil, corta,
incomprensible, pero lo único que era propio del ser
humano. Nada tiene un hombre para ganar o perder que no sea su
vida misma.
Pero toda elucubración filosófica se queda
atónita ante tanta falta de humanidad de las sociedades
presentes. Muchos nos sorprendemos de que los Mayas
sacrificaran seres humanos por creencias religiosas, pero
comprendemos con facilidad que se maten personas en las guerras
justas, que se libran en el mundo moderno, nos es fácil
asimilar que mueran niños de hambre en Biafra y toda
África, eso no importa tanto como mantener estable el
sistema de vida en el cual creemos. Parece que la vieja
teoría de Protágoras; todo es para cada cual
según como se le aparece, o lo que es lo mismo; todo es
relativo, está más vigente que nunca.
La importancia de la vida de un ser humano es relativa.
Si se trata de un problema para una familia pudiente,
es relativa, si se trata de un niño que va a nacer con
problemas físicos (sin importar que la vida humana
está por encima de la apariencia física o
psíquica), es relativa, si se trata de algo que no se ha
planeado como es debido, es relativa. La vida es tan relativa
como el pensamiento de
una persona que puede decidir quién vive y quién
no.
El problema es que el mundo gira o intenta girar sobre
columnas morales que el hombre quiere creer son inconmovibles,
siempre y cuando no se trate de un caso particular; Mi esposa, mi
hija, mi amiga, yo mismo. Si queremos creer que realmente tenemos
derecho a vivir entonces debemos ser capaces de creer que la vida
merece respeto y que
bajo ninguna circunstancia debe ser violada, porque siempre que
hay excepciones, podríamos ser nosotros uno de esos casos
de excepción.
Alguien dijo que si el útero fuera transparente,
nadie se atrevería a practicarse un aborto, tal vez si
nuestra conciencia y nuestro concepto a cerca de lo que es la
vida fuesen transparentes, no pensaríamos en abortos.
Porque, ¿cómo puede ser tan fácil estar a
favor de la conservación de los bosques tropicales, la del
Oso Panda, la conservación de las Ballenas azules y los
ideales de Green Peace, y nos es tan difícil reconocer el
derecho de un feto a vivir?
Tal vez lo que hace falta es más HUMANIDAD y
menos racionalismo.
Autor:
Humberto Lugo Z.
Lic. en Filosofía
Mariangela Lugo Z.
Lic. En Educación.