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El autismo




Enviado por marieldeveikis



    1. Características del
      autismo
    2. Evolución del autismo en
      las diferentes edades
    3. Origen del
      autismo
    4. Diagnóstico del
      síndrome autista
    5. Trastornos que se confunden
      con el autismo
    6. Psicología y
      autismo

    Cuando nace un niño, los padres y
    familiares van siguiendo paso a paso cada etapa de crecimiento
    del niño, pero en algunos casos los padres observan que a
    partir del primer año de vida de su hijo, este no
    evoluciona correctamente y no es tan sano como se creía.
    Hay un trastorno en su conducta, su hijo
    vive en su propio mundo al que no se puede llegar porque no
    habla, grita sin causa alguna, se balancea todo el día
    (rocking), miran durante horas fijamente un objeto,
    caminan

    en punta de pie o siendo bebés caen de los brazos
    maternos como bolsas de arena. Ante estas observaciones los
    padres concurren al pediatra; quien luego de varios
    exámenes, diagnóstica el Síndrome autista.
    El autismo no es una
    enfermedad, es un síndrome, un conjunto de síntomas
    que caracterizan un trastorno degenerativo del desarrollo
    bio-psico-social. Es una discapacidad
    severa y crónica del desarrollo. Aparece durante los tres
    primeros años de vida y es más común en
    varones que en mujeres de todo tipo de raza, etnia y clase social
    de todo el mundo. Las personas con autismo tienen un promedio de
    vida igual que las personas de la población en general.

    El conjunto de trastornos se los puede clasificar en
    tres grupos:

    1.      Trastorno de la
    relación social: no se relaciona con el mundo que lo
    rodea. Su relación es anormal con personas, objetos y
    animales. No
    distingue los acontecimientos.

    2.      Trastorno de la
    comunicación: cualquier combinación de
    los sentidos y
    sus respuestas están afectados (visión, oído,
    tacto, dolor, equilibrio,
    olfato, gusto) y el modo en que el niño maneja su
    cuerpo. El habla y el lenguaje
    no aparecen o retrazan su aparición a pesar de que
    existen capacidades intelectuales evidentes.

    3.      Trastorno
    psíquico: falta de flexibilidad mental.

    El autismo no es curable pero si tratable. Es por esto
    que la psicoterapia se perfila como la puerta de ingreso a la
    "humanización", al amor,
    descubrimiento de la verdad que está en el se humano,
    estructuración de espontaneidad y, sobre todo, de
    coparticipación, de reciprocidad, de altruismo.

    CARACTERÍSTICAS DEL
    AUTISMO
    :

    Las características asociadas al autismo se
    dividen en tres categorías:

    1.     
    Comunicación: (biológico) las habilidades
    de comunicación de las personas con
    síndrome autista son unas de las de mayor dificultades.
    El lenguaje
    expresivo y receptivo son de gran importancia, pero en una
    persona autista
    esto parece no serlo ya que ellos no se comunican con los
    otros, están como sumergidos en su propio mundo, tienen
    una incapacidad para establecer una comunicación, sus
    respuestas están afectadas por sus sentidos. Más
    del 50% no tiene lenguaje verbal.

    2.     
    Comportamiento: (psicológico) Sus conductas son
    involuntarias, experimentan dificultades sensoriales por una
    inadecuada respuesta a los estímulos externos. Tiene
    algunas conductas extrañas como: no temer a los
    peligros, no suelen tener miedo a nada, no expresan sus
    emociones,
    no tienen imaginación, tienen movimientos repetitivos
    (aplaudir, mecerse, aletear las manos, etc.) , tienen la mirada
    perdida, evitan el contacto con la vista, gritan sin causa, no
    tienen principio de realidad. No tienen formado su estructura
    psíquica. No es raro que el autista no muestre interés
    en aprender. El aprende de acuerdo con sus percepciones y sus
    intereses, pero le es difícil compartir nuestro modelo
    pedagógico, basado en la introyección de unas
    motivaciones y intereses en adquirir habilidades cognitivas y
    conocimientos. La capacidad intelectual del autista puede ser
    buena, incluso alta, pero su direccionalidad y
    utilización no necesariamente sigue el curso que se
    impone en el entorno escolar. Una característica muy
    común es la ignorancia del peligro. El niño
    normal aprende que se puede hacer daño porque se lo
    enseñan sus padres; le explican lo que no debe hacer,
    para evitar lesionarse. Pero el autista, puede ser que no
    adquiera más que una noción muy simple del
    sentido de protección.

    3.     
    Socialización: (social) esta categoría es
    la más dificultosa porque no se relacionan con los
    demás, no se dan cuenta de las diferentes situaciones
    sociales ni de los sentimientos de los otros, prefieren estar
    solos. Se relacionan mejor con los objetos que con las
    personas. El síntoma más típico del
    autismo es la falta de reciprocidad en la relación
    social. Las claves de la empatía están ausentes o
    son rudimentarias. El autista observa el mundo físico,
    ha veces con una profundidad y intensidad no habitual. La
    realidad audible y visible es el mundo que él entiende y
    que quizás le resulta coherente. Esta realidad puede ser
    para el autista placentera o ingrata, pero no puede compartir
    las sensaciones que experimenta con sus semejantes. Por ello,
    en ocasiones resultan crípticos su alegría o su
    enfado. El juego
    interactivo, es suplantado por una actividad dirigida por su
    peculiar percepción del entorno. El autista suele
    prescindir del movimiento
    anticipatorio de brazos que suelen hacer los niños
    cuando detectan que los van a tomar en brazos. En ocasiones
    evitan las caricias y el contacto corporal; aunque a veces, por
    el contrario, lo buscan y desean ardientemente, como si esta
    fuera su forma de comunicación con las personas que
    siente como seres extraños. No es raro que las personas
    sean contempladas como objetos, y como tales tratadas. El
    autista utiliza el adulto como un medio mecánico que le
    satisfaga sus deseos. La disociación del mundo social
    que experimenta el autista, es frecuentemente referida por
    padres y educadores con frases como:"vive en su mundo". En el
    colegio, e incluso antes, en el jardín maternal, el
    autista se evade de la interacción social que establecen
    los niños entre sí. Su conducta es "distinta". No
    comparte los intereses de la mayoría, sus acciones no
    parecen tener objetivo, o
    este es constantemente cambiante.

    EVOLUCIÓN DEL
    AUTISMO EN LAS DIFERENTES EDADES

    El Síndrome autista se manifiesta entre el
    primer y tercer año de vida. Al surgir la
    sintomatología ocurre una detención del desarrollo,
    una regresión , ya que pierden las habilidades adquiridas,
    se puede confundir con otros trastornos o discapacidades (retraso
    mental, hipoacusia, epilepsia, Síndrome de
    Down, trastorno de Asperger, trastorno de Rett). Desde el
    punto de vista psicológico se dice que son "border", es
    decir, fronterizos.

    Las características evolutivas del
    síndrome autista son:

    Primer año: (lactante)

    - Bebé menos alerta a su entorno.

    - No se interesa por su entorno.

    – Permanece en la cuna por horas sin requerir atención.

    – No responde al abrazo de la madre.

    – Son difíciles de acomodar en los
    brazos.

    – La sonrisa social ( cuatro meses) no
    aparece.

    – Puede parecer contento, pero su sonrisa no es
    social.

    – Rara vez ve el rostro materno.

    – No diferencia a los familiares.

    – Está desinteresado por las personas en
    general.

    – Los juegos le
    resultan indiferentes.

    – Lloran largo rato sin causa alguna.

    Segundo y tercer año: (avanzan las
    conductas anormales)

    -            
    Falta de respuesta emocional hacia los padres.

    -            
    Falta de lenguaje (ausencia de comunicación
    verbal).

    -            
    No hay contacto visual.

    -            
    Producen movimientos repetitivos (mecerse, golpearse la
    cabeza, aletear las manos).

    -            
    Tienen carencia de dolor.

    -            
    Se asustan de los ruidos.

    -            
    Llanto desconsolado sin causa aparente.

    -            
    No usan juguetes.

    -            
    No usan carritos, los voltean y hacen girar las
    ruedas.

    -            
    Tienen un retraso en la adquisición del cuidad
    personal.

    -            
    No controlan esfínteres.

    Niñez: ( continúan los
    mismo trastornos de conducta que en los primeros años
    pero se asentúan más, se hacen cada vez
    más evidentes, se diferencian de los niños de su
    misma edad).

    – No se visten solos.

    – No se relacionan con los niños.

    – Prefieren jugar solos.

    – No presentan experiencias ni vivencias
    propias.

    – El lenguaje es defectuoso.

    – Presentan ataques violentos, agresivos y sin
    provocación alguna.

    Adolescencia – adultez:

    En esta etapa los trastornos son similares a los de
    individuos retardados mental, ya que el funcionamiento del
    autismo adolescente o adulto dependerá de factores
    como:

    – Lenguaje: factores determinantes para
    manifestar sus necesidades.

    – Hábitos de autoayuda: pretende llevar
    una vida independiente, debe saberse capaz de autoayudar en
    normas de
    higiene
    personal, alimentación, vestimenta. Puede abastecerse
    solo si es educado desde pequeño, lleva mucho tiempo en
    entrenarse y resulta una tarea muy difícil.

    ORÍGEN DEL
    AUTISMO

    Las personas con autismo no presentan anormalidades
    físicas evidentes, por esto en la década del
    cuarenta se creía que el Síndrome autista era una
    traba emocional. Investigaciones
    recientes señalan que este trastorno deriva de un desorden
    del Sistema Nervioso
    Central (S.N.C.) y no de problemas
    emocionales. Pero como síndrome, la causa no es
    única, se cree que puede ser:

    Genéticas: (endógenas)
    producto de
    una falla cromosómica llamada "X
    frágil".

    El autismo no tiene fuerza
    hereditaria, puede ser heredada por una cuarta parte de los
    descendientes.

    Bioquímicas: el mal
    funcionamiento químico o metabólico favorece el
    comportamiento
    autista. Puede ser producto de hipocalcinurias, acidosis
    lácticas, desorden del metabolismo de
    las purinas. Esta enfocado hacia el rol que cumplen los
    neurotransmisores. Uno de los neurotransmisores principales es la
    Serótina como así también el
    Tripofano

    Virales: (congénitas) puede ser
    producto de infecciones sufridas por la madre durante el embarazo.
    Estas provocan anormalidades en el S.N.C (por ejemplo la
    rubéola).

    Estructurales: debido a malformaciones
    del cerebelo, hemisferios cerebrales y otras estructuras
    neurológicas.

    DIAGNÓSTICO DEL
    SINDROME AUTISTA

    Para diagnosticar el autismo deben manifestarse un
    conjunto de trastornos (síntomas) relacionados con
    la
    comunicación, la socialización y la conducta
    (biológico – psicológico –
    social).

    Tanto los criterios del DSM IV (American Psychiatric
    Association, 1994) como los del ICD 10 para el trastorno
    autístico se sustentan en esta concepción del
    autismo.

    CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DSM-IV DEL TRASTORNO
    AUTISTA.

    Para darse un diagnóstico de autismo deben cumplirse seis
    o más manifestaciones de del conjunto de
    trastornos

    (1) de la relación,

    (2) de la comunicación y

    (3) de la flexibilidad.

    Cumpliéndose como mínimo dos elementos de
    (1), uno de (2) y uno de (3).

    Trastorno cualitativo de la relación, expresado
    como mínimo en dos de las siguientes
    manifestaciones:

    • Trastorno importante en muchas conductas de
      relación no verbal, como la mirada a los ojos, la
      expresión facial, las posturas corporales y los gestos
      para regular la interacción social.
    • Incapacidad para desarrollar relaciones con iguales
      adecuadas al nivel evolutivo.
    • Ausencia de conductas espontáneas encaminadas
      a compartir placeres, intereses o logros con otras personas
      (por ejemplo, de conductas de señalar o mostrar objetos
      de interés).
    • Falta de reciprocidad social o emocional.

    Trastornos cualitativos de la comunicación,
    expresados como mínimo en una de las siguientes
    manifestaciones:

    • Retraso o ausencia completa de desarrollo del
      lenguaje oral (que no se intenta compensar con medios
      alternativos de comunicación, como los gestos o
      mímica).
    • En personas con habla adecuada, trastorno importante
      en la capacidad de iniciar o mantener
      conversaciones.
    • Empleo estereotipado o repetitivo del lenguaje, o uso
      de un lenguaje idiosincrásico.
    • Falta de juego de ficción espontáneo y
      variado, o de juego de imitación social adecuado al
      nivel evolutivo.

    Patrones de conducta, interés o actividad
    restrictivos, repetidos y estereotipados, expresados como
    mínimo en una de las siguientes
    manifestaciones:

    • Preocupación excesiva por un foco de
      interés (o varios) restringido y estereotipado, anormal
      por su intensidad o contenido.
    • Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o
      rituales específicos y no funcionales.
    • Estereotipias motoras repetitivas (por ejemplo,
      sacudidas de manos, retorcer los dedos, movimientos complejos
      de todo el cuerpo, etc.).
    • Preocupación persistente por partes de
      objetos.

    Antes de los tres años, deben producirse retrasos
    o alteraciones en una de estas tres áreas:

    (1) Interacción social,

    (2) Empleo
    comunicativo del lenguaje. o

    (3) Juego simbólico.

    TRASTORNOS QUE
    SE CONFUNDEN CON EL AUTISMO

    Muchos síntomas del síndrome autista se
    encuentran presentes en otros trastornos o espectros, que al
    inicio del síndrome autista pueden confundirse. Estos
    son:

    1. Trastorno de Aspeger: resulta difícil
      marcar los límites
      que lo separan del trastorno autístico. En los criterios
      del DSM IV, la diferencia viene determinada por las habilidades
      lingüísticas, mejor desarrolladas en trastorno de
      Asperger que en el trastorno autístico. Sin embargo,
      algunos autores han definido criterios para el de trastorno
      Asperger, según los cuales la alteración del
      lenguaje es una condición obligada.

    CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO DEL DSM IV PARA EL
    TRASTORNO DE ASPEGER

    Trastorno cualitativo de la relación, expresado
    como mínimo en dos de las siguientes
    manifestaciones:

    • Trastorno importante en muchas conductas de
      relación no verbal, como la mirada a los ojos, la
      expresión facial, las posturas corporales y los gestos
      para regular la interacción social.
    • Incapacidad para desarrollar relaciones con iguales
      adecuadas al nivel evolutivo.
    • Ausencia de conductas espontáneas encaminadas
      a compartir placeres, intereses o logros con otras personas
      (por ejemplo, de conductas de señalar o mostrar objetos
      de interés).
    • Falta de reciprocidad social o emocional.

    Patrones de conducta, interés o actividad
    restrictivos, repetidos y estereotipados, expresados como
    mínimo en una de las siguientes
    manifestaciones:

    • Preocupación excesiva por un foco de
      interés (o varios) restringido y estereotipado, anormal
      por su intensidad o contenido.
    • Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o
      rituales específicos y no funcionales.
    • Estereotipias motoras repetitivas (por ejemplo,
      sacudidas de manos, retorcer los dedos, movimientos complejos
      de todo el cuerpo, etc.).
    • Preocupación persistente por partes de
      objetos.

    No existe un retraso clínicamente significativo
    para su edad cronológicaEl trastorno causa una
    discapacidad clínicamente significativa en el área
    social, ocupacional y en otras áreas importantes del
    desarrollo.

    No existe un retraso clínicamente significativo
    en el lenguaje (pe: palabras sueltas a la edad de 2 años,
    frases comunicativas a los 3 años, en el desarrollo
    cognitivo, de habilidades de auto-ayuda y comportamiento
    adaptativo (salvo en la interacción social), o de
    curiosidad por el entorno.

    No se cumplen los criterios de otro trastorno
    generalizado del desarrollo, o de

    esquizofrenia.

    1. Trastorno de Rett:

    SINTOMAS DEL TRASTORNO DE RETT (DSM-IV)

    Tienen que darse todas estas
    características:

    • Desarrollo prenatal y peri natal aparentemente
      normales.
    • Desarrollo psicomotor aparentemente normal en los 5
      primeros meses de vida.
    • Perímetro cefálico normal en el
      nacimiento.

    Aparición de las características
    siguientes tras un primer desarrollo normal:

    • Desaceleración del crecimiento cefálico
      de los 5 a los 48 meses.
    • Pérdida, entre los 5 y los 30 meses, de
      acciones propositivas adquiridas previamente con desarrollo
      subsiguiente de estereotipias (lavado o retorcimiento de
      manos).
    • Pérdida de relación social al principio
      del trastorno (aunque luego pueden desarrollarse algunas
      capacidades de relación).
    • Aparición de movimientos poco coordinados de
      tronco o deambulación.
    • Deficiencia grave del lenguaje expresivo y receptivo
      y retraso psicomotor grave.

    3.              
    Trastorno desintegrativo infantil:
    Este trastorno,
    tiene como característica determinante la existencia de un
    periodo de desarrollo normal que alcanza por lo menos hasta los
    dos años. Sin embargo, en ocasiones se puede solapar con
    el trastorno autístico, concretamente con aquellos casos
    en los que existe una regresión después de un
    período de normalidad, cuyo inicio es difícil de
    precisar.

    4.                
    Retraso mental: El retraso mental se define como un
    coeficiente de inteligencia,
    (C.I.), tan bajo que no permite que la persona se comporte
    apropiadamente o se adapte a su entorno. Para calificar un
    problema como retraso mental, éste debe ser aparente antes
    de los dieciocho años y la inteligencia, medida con una
    prueba de C.I., debería estar por debajo de los 70 puntos.
    Esto último es más bien arbitrario: algunas
    personas con un C.I. considerablemente menor a 70, pueden
    adaptarse y funcionar bastante bien, mientras que otras con C.I.
    mayor, no pueden.

           
    Leve: C.I. de 50 a 70

           
    Moderado: C.I. de 35 a 49

           
    Severo: C.I. de 20 a 34

            Profundo:
    C.I. menos de 20

    5.                
    Hipoacusia: Es la disminución del nivel de
    audición de una persona por debajo de lo normal. Puede ser
    reversible o permanente. Es reversible cuando es posible
    devolverle al paciente mediante algún tratamiento la
    capacidad auditiva. Es permanente cuando no se puede mediante
    tratamientos devolver dicha capacidad.

    Se puede asociar al síndrome autista debido a que
    las personas que padecen este trastorno parecen no escuchar
    cuando otra persona les habla.

    Psicología y autismo

    Desde el punto de vista psicológico, las personas
    autistas son vistas como personas que "no nacieron", su aparato
    psíquico no está formado porque hubo etapas
    evolutivas psíquicas que no se cumplieron. El
    vínculo madre e hijo no fue bueno, motivo por el que el
    espejismo de Lacan y la angustia del octavo mes no fue producida,
    el yo no pudo formarse. Estas personas no tienen principio de
    realidad.

    Este trastorno puede ser tratado con terapia para que
    los síntomas no se agraven y ayudar al sujeto "a nacer", a
    formar lentamente su estructura cognitiva. Este trastorno es
    tratable pero no curable. Siguiendo esta lógica,
    la terapia del autismo tiene como meta volver conciente, activo y
    real aquel "sentido de ser" que el autista percibe en sí
    mismo, si bien en forma no muy clara, deformada e indescifrable.
    El mismo se pone a prueba, revive momentos ligados a la
    experiencia y a la percepción, estructura transfert: la
    psicoterapia es una experiencia catártica profunda que
    termina con el abandono de sí mismo para descubrir, a
    través de la experiencia del espejo (Lacan) la
    espontaneidad y la identificación que se corresponden al
    Yo-ideal y que sostienen toda la vida psíquica y su
    dinámico devenir.

      La experiencia psicoterapéutica conduce a
    un "despertar". Este proceso se
    manifiesta de modo diverso en cada autista y esta "grandeza "es
    percibida en forma empática por el niño que
    inconscientemente busca la propia individualidad, la propia
    libertad e
    independencia.
    Esta fuerza interna que puja desestabiliza las líneas del
    desarrollo y el resultado es el cuadro autista, por otro lado la
    intervención psicoterapéutica es capaz de
    reestablecer el equilibrio y de activar el proceso de crecimiento
    psico-mental.

      El autismo, por sus características
    psico-patológicas forma parte de la categoría de
    las "alteraciones específicas del desarrollo
    psico-mental".

      El autismo, desde un punto de vista
    psicoanalítico, se delinea por fuera de las tres
    estructuras fundamentales (neurosis,
    psicosis,
    perversión) y justamente por esto resulta muy dificultoso
    hacer un "diagnóstico", no solo desde la perspectiva
    objetivamente clínica, sino que también para lo que
    denominamos "alteración del desarrollo". Esto engloba
    tanto el nivel orgánico como el
    intrapsíquico.

    Esta modalidad sintomática deviene clara y puede
    ser vista con una minuciosa mirada
    fenomenológica.

    El autista no logra manejar el dilema presencia-ausencia
    así que la modalidad cerca-lejos,
    acercamiento-alejamiento, esconderse-aparecer lo encuentran
    desarmado e incapaz de estructurarse en un lógica
    adapatativa-contenedora. La pérdida lo encuentra incapaz
    de contener la angustia emergente y en consecuencia reclama la
    presencia concreta de la ayuda del Otro (como dice Freud). Por eso,
    los autistas deforman el modo perceptivo hipervalorizando lo
    visible que hipertrófico, esteriliza los demás
    canales informativos.

    Sin embargo, en su autismo (aislamiento) son sujetos
    excesivamente presentes y atentos a la presencia del Otro, del
    cual defenderse, teniéndolo lejos. Esto se evidencia
    claramente en los autistas graves que, a pesar de su propia
    lejanía, participan empáticamente y en un modo
    totalmente subjetivo, por lo que podemos deducir;

    • -la incapacidad de soportar que el Otro se ausente
      (se asemejan a las crisis de
      celosía producto del no cuidado del educador), por lo
      que podemos decir que el Otro funciona como ‘ordenador"
      de las percepciones y de lo vivido.
    • -un esquema "especular" se establece entre Sí
      mismo y el Otro (demostrada también por el cambio del
      pronombre yo por tu) que toma forma solamente partiendo
      desde el punto de vista del Otro.

    Estas modalidades de funcionamiento explican
    también cómo el autista utiliza un pensamiento
    concreto y, si
    queremos, un pensamiento afectivo, siendo capaz de simbolizar y
    de crear un pensamiento autónomo.

    Estos niños pueden "tocar" todos sus juguetes,
    sin poder jugar
    con ninguno y es porque la actividad lúdica se transforma
    siempre en una "dramatización" (siempre lanzan los objetos
    o bien los rompen mientras tratan de mantener las
    distancias).

    Así también se puede entender por
    qué la alteración autista es intrapsíquica
    ("conflicto-incluído, así lo define
    Winnicott) y adquiera siempre un aspecto enigmático en el
    sentido que es entendible, pero difícil de
    enfrentar.

    Otro aspecto a evidenciar en los mecanismos
    psico-mentales del autista es que los pensamientos son muy
    endebles, pero están sostenidos con adecuada
    atención, se forman y se deshilachan con mucha facilidad
    movilizados por los estímulos perceptivos, no siendo
    "formateados" y/o sostenidos por adecuadas valencias
    afectivas.

    Las estereotipias y los comportamientos obsesivos pueden
    ser leídos como una necesidad de estructurar algo que sea
    estable, que no desaparezca, que no se disuelva.

      BIBLIOGRAFÍA

    Coscio, R. y Sanchez, J.: "Manual de
    Psicología" Buenos Aires.
    Tyche Ediciones. 2000.

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    Pistarini, Elba: "Curso Básico de
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    Shaw, Charles: "Psiquiatría infantil".
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    Tustin, Francés: "Autismo y psicosis
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    Vidal, G., Alarcón, R y otros:
    "Enciclopedia Iberoamericana de Psiquiatria". Buenos Aires. Ed.
    Médica Panamericana. 1995.

     

     

    Mariel R. Deveikis

     

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