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Electromagnetismo




Enviado por pedromas6



    1. El magnetismo hasta el año
      1.800
    2. Faraday. la inducción
      electromanética
    3. Hertz ondas
      electromagnéticas
    4. Emisión de ondas
      electromagnéticas.
    5. Campo eléctrico y campo
      magnético
    6. Maxwell. La síntesis del
      electromagnetismo. otra vez la luz

    En esta trabajo se desarrolla un caso muy importante de
    la relación entre ciencia y
    tecnología: el electromagnetismo. Se ilustra la dependencia entre
    el conocimiento
    científico y las aplicaciones tecnológicas. El
    caso del electromagnetismo es notable, entre otras cosas, por el
    hecho de que una vez llevados a cabo los descubrimientos
    científicos tuvieron inmediata aplicación
    práctica y viceversa, las aplicaciones prácticas
    fomentaron la investigación científica para
    resolver diferentes problemas, lo
    cual a su ve abrió nuevos horizontes
    científicos.

    El conocimiento
    científico de la relación entre electricidad y
    magnetismo dio
    lugar, inmediatamente, a aplicaciones tecnológicas
    importantes. Éstas se detallan en los capítulos VII
    – X e incluyen al telégrafo, con el que el hombre pudo
    comunicarse por medios
    eléctricos, y a las máquinas
    eléctricas, o sea, motores
    eléctricos y generadores de electricidad. De esta
    forma, el hombre tuvo a
    su disposición fuentes de
    corriente
    eléctrica de gran intensidad, hecho que cambió
    drásticamente la vida, dando lugar a un revolución
    en la forma de vida de la humanidad, cuyas consecuencias fueron
    la iluminación eléctrica y el teléfono, entre otras.

    Otra novedad importante que se dio en el desarrollo de
    estas aplicaciones de la electricidad y el magnetismo fue la
    creación de los primeros laboratorios industriales, que
    desempeñaron un papel
    primordial en los subsiguientes avances.

    Por otro lado, la historia dio un vuelo
    inesperado. James Glerk Maxwell realizó una gran síntesis
    teórica de los trabajos de Ampére y faraday sobre
    la electricidad y el magnetismo, lo que condujo al sorpresivo
    descubrimiento de que la luz era de origen
    eléctrico y magnético. Además, como
    consecuencia de la teoría
    que desarrolló predijo la existencia de las ondas
    electromagnéticas. El contexto en que trabajó
    Maxwell se presenta en los capítulos XI a XIII y su
    contribución se relata en el capitulo XIV. Basado en
    el trabajo de
    sus antecesores, Maxwell construyó uno de los pilares de
    la física,
    comparable con la mecánica por Newton. Hemos
    de mencionar que la teoría electromagnética de
    Maxwell sirvió para el futuro desarrollo de la
    teoría de la relatividad de Einstein.

    Años después de que Maxwell hiciera la
    predicción de las ondas electromagnéticas en forma
    teórica, Hertz llevó a cabo un notable experimento,
    que es un ejemplo de la forma en que se hace ciencia. Se
    propuso indagar si en la naturaleza
    efectivamente existen ondas electromagnéticas. Su trabajo
    verificó en forma brillante las predicciones de
    Maxwell.

    Después de los experimentos de
    Hertz no quedó ya ninguna duda, desde el punto de vista
    conceptual, acerca de la realidad física de los campos,
    idea que Faraday matemática. Esta idea ha sido de crucial
    importancia en la física posterior, tanto para la
    relatividad de Einstein como par las teorías
    modernas de las partículas elementales.

    Otras consecuencias de los trabajos de Maxwell y Hertz
    fue el inicio de las comunicaciones
    inalámbricas. Los antecedentes y trabajos más
    importantes se presentan en los capítulos XVI a
    XVIII.

    A principios del
    presente siglo, los trabajos de Marconi solamente había
    dado por resultado el telégrafo inalámbrico. La
    necesidad de desarrollar la radiotelefonía
    precipitó el inicio de la electrónica moderna. De hecho, esta rama
    del electromagnetismo consolidó el importante papel de los
    laboratorios industriales. Una vez logrado el entendimiento
    fundamental de grandes novedades: la radio, que
    dominaría la vida humana durante varias décadas, y
    posteriormente la
    televisión, que tanta repercusión ha
    tenido.

    La posibilidad práctica de construir pilas voltaicas
    produjo una revolución en el estudio de la electricidad.
    Hemos de mencionar que en muchos laboratorios era muy poco
    factible construir las máquinas de electricidad por
    fricción, ya que eran bastante caras; sin embargo, las
    pilas eran relativamente baratas. Permitieron el avance de
    la ciencia
    química ya
    que estaban al alcance de muchos laboratorios; de otra manera no
    se hubieran podido realizar muchas investigaciones
    científicas. Gran parte de los primeros descubrimientos
    electroquímicos fueron hechos precisamente con pilas
    voltaicas. Poco después de haber recibido una carta de Volta en
    la que explicaba cómo construir una pila, William
    Nicholson (1.753 – 1.825) y Anthony Carlisle (1.768 –
    1.840) construyeron en Londres uno de estos dispositivos, y con
    el fin de conseguir una mejor conexión eléctrica,
    conectaron cada una de las terminales de la pila a un recipinte
    con agua. Se
    dieron cuenta de que en una de las terminales aparecía
    hidrógeno y en la otra, oxígeno. Fue así como descubrieron
    el fenómeno de la electrólisis, en el que, por medio de una
    corriente eléctrica, se separan los átomos que
    componen la molécula del agua. Humphry Davi (1.778 –
    1.829), también en Inglaterra,
    descompuso por medio de la electrólisis otras sustancias,
    y así descubrió los metales sodio y
    potasio al descomponer electroquímicamente diferentes
    sales minerales, como
    la potasa cáustica, la soda fundida, etc. También
    obtuvo elctroquímicamente los elementos bario, calcio,
    magnesio y estroncio. Poco después Fraday
    descubrió, también con las pilas voltaicas, las
    leyes de la
    electrólisis.

    EL
    MAGNETISMO HASTA EL AÑO 1.800

    En el caso del magnetismo, al igual que en el de la
    electricidad, desde tiempos remotos el hombre se dio cuenta de
    que el mineral magnetita o imán (un óxido de
    hierro)
    tenía la propiedad
    peculiar de atraer el hierro. Tanto Tales de Mileto
    como Platón y
    Sócrates
    escribieron acerca de este hecho.

    En el periodo comprendido entre los años 1.000 –
    1.200 d.C. se hizo la primera aplicación práctica
    del imán. Un matemático chino, Shen Kua
    (1.030-1.090) fue el primero que escribió acerca del uso
    de una aguja magnética para indicar direcciones, que fue
    el antecedente de la brújula. Este instrumento se basa en
    el principio de que si se suspende un imán en forma de
    aguja, de tal manera que pueda girar libremente, uno de sus
    extremos siempre apuntará hacia el norte.

    Más tarde, después del año 1.100,
    Chu Yu informó que la brújula se utilizaba
    también para la navegación entre Cantón y
    sumatra.

    La primera mención europea acerca de la
    brújula fue dada por un inglés,
    Alexander Neckham (1.157-1.217). Hacia 1.269 petrus Peregrinus de
    Maricourt, un cruzado francés, hizo una descripción detallada de la brújula
    corno instrumento de navegación.

    En el año 1.600 el inglés William Gilbert
    (1.544 – 1.603), médico de la reina Isabel I,
    publicó un famoso tratado, De magnete, en el que
    compendió el
    conocimiento que se tenía en su época sobre los
    fenómenos magnéticos. Analizó las diferentes
    posiciones de la brújula y propuso que la Tierra es
    un enorme imán, lo que constituyó su gran
    contribución. De esta forma pudo explicar la
    atracción que ejerce el polo norte sobre el extremo de una
    aguja imantada. Asimismo, Gilbert se dio cuenta de que cada
    imán tiene dos polo, el norte (N) y el sur (S), que se
    dirigen hacia los respectivos polos terrestres. Descubrió
    que polos iguales se repelen, mientras que polos distintos se
    atraen, y que si un imán se calienta pierde sus
    propiedades magnéticas, las cuales vuelve a recuperar si
    se le enfría a la temperatura
    ambiente.

    El científico francés Coulomb, el que
    había medido las fuerzas entre caras eléctricas,
    midió con su balanza las fuerzas entre los polos de dos
    imanes. Descubrió que la magnitud de esta fuerza
    varía con la distancia entre los polos. Mientras mayor sea
    la distancia, menor es la fuerza.

    FARADAY.
    LA INDUCCIÓN
    ELECTROMANÉTICA

    Los trabajos de Ampere se difundieron rápidamente
    en todos los centros activos de
    investigación de la época, causando
    gran sensación. Un joven investigador inglés,
    Michael Faraday (1.791- 1.867) se empezó a interesar en
    los fenómenos eléctricos y repitió en su
    laboratorio
    los experimentos tanto de Oersted como de Ampére. Una vez
    que entendió cabalmente el fondo físico de estos
    fenómenos, se planteó la siguiente cuestión:
    de acuerdo con los descubrimientos de Oerssted y Ampére se
    pude obtener magnetismo de la electricidad.

    Faraday inició en 1.825 una serie de experimentos
    con el fin de comprobar si se podía obtener electricidad a
    partir del magnetismo. Pero no fue sino hasta 1.831 que pudo
    presentar sus primeros trabajos con respuestas
    positivas.

    Después de muchos intentos fallidos, debidamente
    registrados en su diario, Faraday obtuvo un indicio en el
    otoño de 1.831. El experimento fue el siguiente.
    Enrolló un alambre conductor alrededor de un núcleo
    cilíndrico de madera y
    conectó sus externos a un galvanómetro G;
    ésta es la bobina A de la figura 5. en seguida
    enrolló otro alambre conductor encima de la bobina
    anterior. Los extremos de la segunda bobina, B en la
    figura, los conectó a una batería. La
    argumentación de Faraday fue la siguiente: al cerrar el
    Contacto C de la batería empieza a circular una
    corriente eléctrica a lo largo de la bobina B. De
    los resultados de Oersted y Ampére, se sabe que esta
    corriente genera un efecto magnético a su alrededor. Este
    efecto magnético, entonces por la bobina A
    debería empezar a circular una corriente eléctrica
    que debería poder
    detectarse por medio del galvanómetro.

    Sus experimentos demostraron que la aguja del
    galvanómetro no se movía, lo cual indicaba que por
    la bobina A no pasaba ninguna corriente
    eléctrica.

    Sin embargo, Faraday sé dio cuenta de que en el
    instante en que conectaba la batería ocurría una
    pequeña desviación de el agua de
    galvanómetro. También se percató de que en
    el momento en que desconectaba la batería la aguja del
    galvanómetro se desviaba ligeramente otra vez, ahora en
    sentido opuesto. Por lo tanto, concluyó que en un
    intervalo de tiempo muy
    pequeño, mientras se conecta y se desconecta la
    batería, si hay corriente en la bobina B. Siguiendo
    esta idea Faraday descubrió que efectivamente se producen
    corrientes eléctricas sólo cuando el efecto
    magnético cambia, si éste es constante no hay
    ninguna producción de electricidad por
    magnetismo.

    Al conectar el interruptor en el circuito de la bobina
    B de la figura 5 el valor de la
    corriente eléctrica que circula por él cambia de
    cero a un valor distinto de cero. Por tanto, el efecto
    magnético que produce esta corriente a su alrededor
    también cambia de coro a un valor distinto de cero. De la
    misma manera, cuando se desconecta la batería la corriente
    en el circuito cambia de un valor no nulo a cero, con el
    consecuente cambio del
    efecto magnético.

      Figura 5. Esquema del experimento de Faraday
    con que descubrió la inducción
    electromagnética

    Por otro lado, cuando está circulando una
    corriente con el mismo valor todo el tiempo, hecho que ocurre
    cuando la batería está ya conectada, el efecto
    magnético que produce la bobina también es
    constante y no cambia con el tiempo.

    Después de muchos experimentos adicionales
    Faraday llegó a una conclusión muy importante. Para
    ello definió el concepto de flujo
    magnético a través de una superficie de la
    siguiente forma: supongamos que un circuito formado por un
    alambre conductor es un círculo. Sea A el
    área del círculo. Consideremos en primer lugar el
    caso en que la dirección del efecto magnético sea
    perpendicular al plano que forma el círculo (Figura 6) y
    sea B la intensidad del efecto. El flujo magnético
    a través de la superficie es el producto de
    B con el área del círculo, o sea,
    (BA). En segundo lugar consideremos el caso en que la
    dirección del efecto magnético no sea perpendicular
    al plano del círculo. Si proyectamos la superficie del
    círculo perpendicularmente a la dirección del
    efecto, se obtiene la superficie A’. El flujo
    magnético es ahora igual a (BA’). Llamaremos al
    área A’ el área efectiva. El flujo es,
    por tanto, igual a la magnitud del efecto magnético
    multiplicada por el área efectiva.

     Si el efecto magnético que cruza el plano
    del circuito cambia con el tiempo, entonces, de acuerdo con el
    descubrimiento de Faraday se genera, o como se ha convenido en
    llamar, se induce una corriente eléctrica a lo largo del
    alambre que forma el circuito.

    Lo importante es que si el flujo neto cambia entonces se
    induce una corriente eléctrica. Este descubrimiento lleva
    el nombre de ley de
    inducción de Faraday y es uno de los resultados más
    importantes de la teoría
    electromagnética.

    HERTZ
    ONDAS ELECTROMAGNÉTICAS

    El profesor de la Escuela
    politécnica de Karlsruhe, en Alemania, se
    interesó en la teoria electromagnética propuesta
    por Maxwell. La reformuló matemáticamente logrando
    que las ecuaciones
    fueran más sencillas, y simétricas. Desde 1884
    Hertz pensó en la manera de generar y detectar en un
    laboratorio las ondas electromagnéticas que Maxwell
    había predicho. Después de mucho trabajo y de
    experiencias sin éxito,
    en 1887 construyó un dispositivo con el que logró
    su fin. El experimento que realizo fue a la vez genial y
    sencillo.

    Utilizó un carrete o bobina de Ruhmkorff, que es
    un transformador que produce un voltaje muy alto. En seguida
    conectó el carrete a un dispositivo formado por dos
    varillas de cobre (Fig.
    29); en uno de los extremos de cada varilla añadió
    una esfera grande y en el otro una pequeña. Cada una de
    las esferas grandes servia como condensador para almacenar carga
    eléctrica. Una vez hecha la conexión, en cierto
    instante el voltaje entre las esferas chicas era lo suficiente
    grande para que saltara una chispa entre ellas.

    Hertz razonó que al salir estas chispas se
    producirá un campa eléctrico variable en la
    región vecina a las esferas chicas, qué
    según Maxwell debería inducir un campo
    magnético, también variable.

    Estos cambios serían una perturbación que
    se debería propagar, es decir, debería producirse
    una onda electromagnética. De esta forma, Hertz
    construyó un radiador de ondas
    electromagnéticas.

    Efectivamente, al conectar el carrete de Ruhmkorff a su
    dispositivo; Hertz observo que saltaban chispas entre las esferas
    chicas de manera intermitente. Así logró construir
    un generador de ondas electromagnéticas.

    El siguiente paso fue construir un detecto de las ondas
    electromagnéticas que supuso eran emitidas por su
    dispositivo. Para este fin construyó varios detectores.
    Uno de ellos era simplemente otro dispositivo similar al
    radiador; otro tipo fue espira metálica en forma circular
    que tenia en sus extremos dos esferas, también
    conductoras, separadas una pequeña distancia. El argumento
    de Hertz fue el siguiente: si en efecto existen ondas
    electromagnéticas, al ser emitidas por el circuito se
    propagarán en todo el espacio circundante. Al llegar las
    ondas al detector, se inducirá en él un campo
    eléctrico (además del magnético) y por
    tanto, en las varillas conductoras o en la espira se
    inducirá una corriente eléctrica. esto hará
    que a través de sus extremos se induzca un voltaje, que si
    llega a tener un valor suficientemente grande, dará lugar
    a que salte una chispa entre las esferas. Mientras mayor sea el
    valor de la amplitud de la corriente eléctrica en el
    circuito emisor, mayor será la magnitud del campo
    eléctrico inducido y por lo tanto, mayor será la
    diferencia de potencial entre los extremos de la espira del
    receptor. Esto es precisamente lo que encontró Hertz en su
    experimento. Con su detector situado a un distancia alrededor de
    30 m del radiador, observó que saltaba una chispa entre
    las esferas del detector, con lo que demostró que la ondas
    electromagnéticas ¡efectivamente existen!.
    Más tarde, el mismo Hertz pudo demostrar que estas ondas
    se reflejan, se refractan y se comportan como las ondas de luz
    (véase el capítulo XVI), hecho considerado por la
    teoría de Maxwell. Así lo reportó Hertz en
    1888: "Es fascinante que los procesos que
    investigué en una escala un
    millón veces más amplia, los mismos
    fenómenos que se producen en la vecindad de un espejo de
    Fresnel, o entre las delgadas láminas para exhibir los
    anillo de Newton". Con esto, Hertz se refería a que la
    longitud de las ondas que su aparato produjo eran un
    millón de veces la longitud de onda de la luz
    visible.

    De los valores
    que utilizó para los elementos del circuito, Hertz estimo
    que la frecuencia f de la onda era de alrededor de 3 x
    107 Hz. Además Hertz determinó que la
    longitud de la onda era de 10 m. Con estos valores
    determinó que la velocidad
    v de la onda es:

    V = f = (3 X 107 Hz) X (10 m) = 3 X
    108 m/s = 300 000 km/s

    igual que el valor predicho por Maxwell, o sea, la
    velocidad de la luz.

    De esta manera se realizó en forma brillante la
    primera demostración experimental de la existencia de
    ondas electromagnéticas, generadas por una frecuencia (y
    por tanto, longitud de onda) particular. Recordemos que como hay
    una relación entre la frecuencia y la longitud de onda
    dada por la ecuación antes mencionada, si se conoce una se
    puede obtener la otra.

    No había motivo por el cual no se pudiesen
    generar ondas con diferentes frecuencias, desde las más
    bajas hasta las más altas. Al conjunto de posibles valores
    de la frecuencia (o de la longitud de la onda) se llama el
    espectro electromagnético. Posteriormente, con diferentes
    tipos de técnicas
    electrónicas ha sido posible generar, detectar y analizar
    casi todo el dominio de
    valores de las ondas electromagnéticas.

    EMISIÓN DE ONDAS
    ELECTROMAGNÉTICAS.

    ANTENAS

    Una vez que Maxwell predijo la existencia de ondas
    electromagnéticas se presentó la importante
    cuestión de cómo generarlas. Hertz fue el primero
    que estudió este problema y los resolvió. Para ello
    desarrolló un formalismo matemático con el cual
    pudo encontrar las características de estas ondas a partir de
    las ecuaciones de Maxwell. De este trabajo se desprendió
    la predicción de que si una partícula
    eléctricamente cargada se mueve en forma acelerada,
    entonces emite ondas electromagnéticas. Así, por
    ejemplo, en el experimento de Hertz la chipa que salta de una
    esfera a la otra está compuesta por electrones acelerados
    que emiten ondas electromagnéticas.

    Cuando una corriente eléctrica se establece a lo
    largo de un cable se están moviendo partículas
    cargadas. Sin embargo, no siempre ocurre que estas
    partículas se aceleren; por ejemplo, si la corriente es de
    valor constante como la correine directa que se establece cuando
    la fuente es de una batería conectada a un foco de una
    linterna, entonces las partículas que dan lugar a la
    corriente eléctrica se mueven con velocidad constante y
    por tanto no se están acelerando. Una partícula
    experimenta una aceleración cuando su velocidad cambia al
    transcurrir el tiempo. En consecuencia, solamente en una
    corriente eléctrica que varía al transcurrir el
    tiempo, las partículas se aceleran. Esto sucede, por
    ejemplo, con la corriente
    alterna.

    Supóngase que una varilla metálica se
    conecta a una fuente de corriente alterna. Los electrones que
    circulan por la varilla llegarán a un extremo y se
    regresarán; por consiguiente, su velocidad cambia y hace
    que se aceleren, y en consecuencia emiten ondas
    electromagnéticas. Esta onda sí emitida
    tendrá la misma frecuencia de los electrones que oscilan
    en la varilla.

    El elemento que produce las ondas se llama antena
    emisora. En el caso anterior la antena es la varilla.

    Además de varillas las antenas pueden
    tener otras configuraciones. Las características que
    tengan las ondas emitidas dependerán de la forma
    geométrica y de la longitud de la antena. Así, en
    el caso de una varilla, las ondas emitidas tienen la misma
    frecuencia que la corriente que las induce. A esta frecuencia
    f le corresponde una longitud de onda dada por (v/f),
    siendo la v la velocidad de la luz (ecuación antes
    mencionada). Por otro lado, la potencia de la
    onda emitida depende tanto de la longitud de la onda como de la longitud L de
    la varilla. La potencia que emite adquiere un valor máximo
    cuando la longitud de la varilla es igual a la mitad de la
    longitud de onda. En consecuencia, conviene construir la antena
    con esta longitud. Este hecho es una manifestación del
    fenómeno de resonancia.

    La antena no emite la misma potencia en todas las
    direcciones; a lo largo de la antena no hay emisión. En
    una dirección perpendicular a la varilla se alcanza la
    potencia máxima; de hecho, alrededor de la
    dirección perpendicular se forma un cono dentro del cual
    la emisión es apreciable; en direcciones fuera del cono
    prácticamente no hay radiación.
    A este tipo de antenas se les llama direccionales.

    Supongamos que, por ejemplo, se quiere emitir (o
    recibir) una onda de televisión
    que corresponde al canal 2. Ésta tiene una frecuencia de
    57 MHz y le corresponde, según la ecuación
    mencionada arriba, una longitud de onda de 5.26 m. Por tanto, la
    antena tiene que tener una longitud de onda de 5.26 m/2 = 2.63 m
    para obtener una potencia máxima de
    emisión.

    La anchura del cono es una medida del ancho del haz que
    se emite. Mientras más pequeño sea el haz,
    más direccional será la emisión de la
    antena. El ancho del haz depende de la frecuencia de la onda:
    mientras menor sea ésta, menor será el ancho del
    haz.

    Cuando a una varilla le llega una onda
    electromagnética, ésta induce en la varilla una
    corriente eléctrica que tiene la misma frecuencia que la
    de la onda incidente. Cualquier dispositivo, como la varilla, que
    transforma una onda electromagnética en una corriente
    eléctrica se llama antena receptora.

    Las antenas, ya sean receptoras o emisoras, funcionan
    con las misma características. Así, las propiedades
    direccionales de la recepción en una antena receptora son
    las mismas que si funcionara como emisora. Además, una
    antena receptora absorbe la máxima potencia cuando su
    longitud en igual a la mitad de la longitud de onda que tiene la
    onda incidente.

    El tipo de antena que se use, ya sea para emisión
    o recepción, depende de la aplicación que se quiera
    hacer. Por ejemplo, en el caso de una estación de radio o de
    televisión se requiere que pueda llegar a receptores
    situados en todas las direcciones con respecto a al antena;
    además, la señal emitida debe llegar lo más
    lejos posible. En consecuencia, una antena emisora de una
    estación debe poder manejar potencias altas y radiarlas en
    todas direcciones. En contraste, la antena receptora maneja
    potencias muy pequeñas, ya que está relativamente
    lejos de la emisión. Además, la antena receptora
    debe ser muy direccional, pues debe captar la señal de la
    emisión que viene de una dirección determinada. Por
    esto, las antenas emisoras tienen formas geométricas
    diferentes de las antenas receptoras.

    CAMPO
    ELÉCTRICO Y CAMPO MAGNÉTICO

    Además de sus notables descubrimientos
    experimentales Faraday hizo una contribución
    teórica que ha tenido una gran influencia en el desarrollo
    de la física hasta la actualidad: el concepto de
    línea de fuerza y asociado a este, el de campo.

    Oersted había escrito que el efecto
    magnético de una corriente eléctrica que circula
    por un alambre se esparce en el espacio fuera del alambre. De
    esta forma la aguja de una burbuja lo podrá sentir y girar
    debido a la fuerza que experimenta.

    Por otro lado, ya desde tiempos de Gilbert se
    habían hecho experimentos, el de una barra
    magnética con limaduras de hierro, donde se puede apreciar
    que las limaduras se orientan a lo largo de ciertas
    líneas.

    Asimismo, desde la época de Newton se
    trató de encontrar el mecanismo por medio del cual dos
    partículas separadas cierta distancia experimentan una
    fuerza, por ejemplo, la de atracción gravitacional. Entre
    los científicos de esa época y hasta tiempos de
    Faraday se estableció la idea de que existía la
    llamada acción a distancia. Esto significa que las dos
    partículas experimentan una interacción
    instantánea. Así, por ejemplo, si una de las
    partículas se mueve y cambia la distancia entre ellas, la
    fuerza cambia instantáneamente al nuevo valor dado en
    términos de la nueva distancia entre ellas.

    Antes de Faraday la idea de las líneas de fuerza
    se había tratado como un artificio matemático.
    Estas líneas de fuerza ya se habían definido de la
    siguiente forma: supongamos que hay una fuerza entre dos tipos de
    partículas, por ejemplo, eléctricas. Sabemos que si
    son de cargas iguales se repelen, mientras que si sus cargas son
    opuestas se atraen. Consideremos una partícula
    eléctrica positiva (Figura 8(a)), que llamaremos 1.
    Tomemos ahora otra partícula, la 2, también
    positiva, pero de carga mucho menor que la 1. A esta
    partícula 2 la llamaremos de prueba, pues con ella veremos
    qué pasa en el espacio alrededor de la partícula 1.
    La fuerza entre ellas se muestra en la
    figura. Ahora dejemos que la partícula de prueba se mueva
    un poco. Debido a que es repetida por la 1 se alejará y
    llegará a una nueva posición que se muestra en la
    figura 8 (b). Sí se vuelve a dejar que la partícula
    de prueba se mueve un poco llegará a otra posición,
    y así sucesivamente. La trayectoria que sigue la
    partícula de prueba al moverse en la forma descrita es una
    línea de fuerza. Nos damos cuenta de que la fuerza que
    experimenta la partícula de prueba es siempre tangente a
    la línea de fuerza. Ahora podemos repetir la experiencia
    colocando la partícula de prueba en otro lugar y
    así formar la línea de fuerza correspondiente. De
    esta manera podemos llenar todo el espacio que rodea a la
    partícula de líneas de fuerza, y nos percatemos de
    que todas ellas salen de la partícula 1.

    Si la partícula 1 fuera de carga negativa, las
    líneas de fuerza tendrían sentido opuesto a las
    anteriores, pues la partícula 1 atraería a la
    2.

    De esta forma se puede encontrar las líneas de
    fuerza de cualquier conjunto de cargas eléctricas. En
    general éstas son líneas curvas que empiezan en
    cargas positivas y terminan en cargas negativas.

    Figura 8

     En cada caso la fuerza que experimenta una
    partícula de prueba de carga positiva que se coloca en
    cualquier punto de espacio tendría una dirección
    que sería tangente a la línea de fuerza en ese
    punto.

    Podemos por tanto afirmar que para cualquier distribución de carga la (s)
    partícula(s) crea(n) una situación en el espacio a
    su alrededor tal, que sí se coloca una partícula de
    prueba en cualquier punto, la fuerza que experimenta la
    partícula de prueba es tangente a la línea de
    fuerza. Se dice que cualquier distribución de carga
    eléctrica crea a su alrededor una situación que se
    llama campo eléctrico.

    De manera completamente análoga se puede definir
    las líneas de fuerza magnéticas. Al colocar una
    limadura de hierro ésta se magnetiza y se orienta en una
    dirección tangente a la línea de fuerza. Las
    limaduras de hierro desempeñan el papel de sondas de
    prueba para investigar qué situación
    magnética se crea alrededor de los agentes que crean el
    efecto magnético. En el capítulo anterior hablamos
    del efecto magnético que se produce en el espacio. Este
    efecto es el campo magnético.

    Al cambiar la disposición de las cargas
    eléctricas, imanes o corrientes eléctricas, es
    claro que las líneas de fuerza que producen en el espacio
    a su alrededor también cambian. El efecto que se produce
    en el espacio constituye un cambio. Así tenemos tanto un
    campo eléctrico como. Uno magnético. Por tanto, un
    campo es una situación que un conjunto de cargas
    eléctricas o imanes y corrientes eléctricas
    producen en el espacio que los rodea.

    Fue Faraday quien proporcionó una realidad
    física a la idea de campo, y basándose en ello se
    dio cuenta de que si se cambia la posición física
    de cualquier partícula eléctrica en una
    distribución, entonces el campo eléctrico que rodea
    a ésta también deberá cambiar y por tanto.
    Al colocar una partícula de prueba en cualquier punto, la
    fuerza que experimenta cambiará. Sin embargo, a diferencia
    de la acción a distancia, estos cambios tardan cierto
    intervalo de tiempo en ocurrir, no son instantáneos. Otro
    ejemplo es cuando una corriente eléctrica que circula por
    un alambre cambia abruptamente. Faraday se preguntó si el
    cambio en el campo magnético producido ocurría
    instantáneamente o si tardaba en ocurrir, pero no pudo
    medir estos intervalos de tiempo ya que en su época no se
    disponía del instrumental adecuado. (Incluso hizo varios
    intentos infructuosos por diseñar un instrumento que le
    sirviera a este propósito al final de su vida.) Sin
    embargo, no tuvo la menor duda de que en efecto
    transcurría un intervalo finito de tiempo en el que se
    propagaba el cambio. Así, Faraday argumentó que la
    idea de acción a distancia no podía ser
    correcta.

    Faraday argumentó para rechazar la idea de
    acción a distancia. La fuerza entre dos partículas
    eléctricamente cargadas no solamente depende de la
    distancia entre ellas también de lo que haya entre ellas.
    Si las partículas están en el vacío, la
    fuerza tendrá cierto valor, pero si hay alguna sustancia
    entre ellas el valor de la fuerza cambiará. Faraday
    realizó varios experimentos para confirmar sus
    afirmaciones. Escribió que el medio que se encuentre entre
    las partículas causa una diferencia en la
    transmisión de la acción que no pueda haber
    acción a distancia. Por lo tanto, la acción entre
    las partículas se debe transmitir, punto a punto, a
    través del medio circulante.

    Fue en 1837 que Faraday propuso la idea de que la
    línea de fuerza tenía realidad física. Con
    ello demostró tener una gran intuición
    física para entender los fenómenos
    electromagnéticos. Hay que mencionar que debido a que no
    tenía preparación matemática adecuada, por
    no haber asistido a una escuela de enseñanza superior, Faraday no pudo
    desarrollar la teoría matemática del campo
    electromagnético, hecho que tuvo que esperar hasta
    Maxwell.

    MAXWELL.
    LA SÍNTESIS DEL ELECTROMAGNETISMO. OTRA VEZ LA
    LUZ

    El Escocés James Clerk Maxwell (1837-1879),
    alumno de Faraday, fue posiblemente el más imaginativo de
    los físicos del siglo XIX. En 1873 publicó la
    monumental obra tratado de electricidad y magnetismo, en la que
    presentó una síntesis e los conocimientos de este
    tema. Maxwell formuló matemáticamente la ley de
    Faraday. La síntesis fue hecha en términos de un
    conjunto de ecuaciones, conocidas como las ecuaciones de Maxwell,
    que contenía como fondo físico los descubrimientos
    de Oersted, Ampére, Faraday y otros científicos que
    describimos en capítulos anteriores.

    Maxwell estudió con mucho detenimiento los
    trabajos que sus predecesores habían hecho sobre
    electricidad y magnetismo. En particular analizó muy
    incisivamente la ley de Ampére y su formulación
    matemática, y llego a la conclusión de que
    contenía una contradicción. Revisemos la ley
    Ampére.

    Maxwell generalizo la formulación de la ley de
    Ampére al decir que cuando se habla de corriente se debe
    incluir la corriente convencional (llamada la conducción),
    que es la que había considerado Ampére, y
    además, la corriente de desplazamiento. Por lo tanto, esta
    generalización incluye casos en que las corrientes
    varían con el tiempo. Podemos decir que la
    formulación original que hizo Ampére sólo es
    correcta para el caso en que la corriente que se estudia no
    varíe con el tiempo.

     

     

    OSWALDO SALAS NIEBLES

    COLEGIO SALESIANO SAN ROQUE.- BARRANQUILLA

     

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