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El Retraso Mental




Enviado por olguita



    El concepto de
    Retraso Mental ha estado
    presente a lo largo de toda la humanidad y su
    conceptualización ha sido descrita por estudiosos
    dedicados a esta entidad diagnóstica experimentando
    sucesivas modificaciones a lo largo de los años. Sus
    antecedentes se remontan a épocas pasadas, ya en la
    literatura griega
    aparecieron referencias sobre personas semejantes a los
    Retrasados Mentales e inclusive en las momias egipcias se
    apreciaron signos de haber padecido de enfermedades relacionadas
    con esta Necesidad Especial. Los primeros estudios fueron
    realizados fundamentalmente por médicos, los que
    comenzaron a aportar elementos que posibilitaron sentar las bases
    posteriores para llegar a la definición de esta
    entidad.

    Así, aproximadamente en el año 500 ANE, el
    griego Alemaeón de Grotón aludió que el
    órgano del cuerpo donde se captaban las sensaciones, se
    generaban ideas y permitía el
    conocimiento, era el cerebro; su idea
    con algunos desaciertos, pero con la agudeza de descubrir la
    importancia de dicho órgano.

    Años más tarde, Hipócrates,
    retomó y desarrolló esta idea y opinó que
    los desórdenes mentales eran resultado de enfermedades del
    cerebro e intentó explicar de forma coherente todas las
    enfermedades a partir de causas naturales e hizo mención
    de la Amencefalia y de otras malformaciones craneales asociadas
    al Retraso Mental.

    Los finales del Siglo XIV y principios del
    Siglo XV aportaron avances notorios. Constituyen elementos de
    gran valía los siguientes:

    • Avicena, médico árabe, planteó
      que la clasificación de las enfermedades mentales
      incluía el término Amencia para designar el
      Retraso Mental.
    • Félix Platter, profesor de Anatomía y Medicina
      de Basilia inició el método de observación con retrasados mentales
      aplicando medidas precisas. Intentó clasificar todas
      las enfermedades, considerándose el precursor en tal
      sentido.
    • Thomas Willis, introduce el término morosis
      para denominar el Retraso Mental.
    • John Locke, filósofo y médico
      inglés establece por vez primera una
      distinción entre el Retraso Mental y otras
      enfermedades mentales, por cuanto hasta 1689 esa entidad era
      considerada como una forma de locura o
      insanía.
    • El neurólogo Serguei S. Korsakov en Rusia y
      Benjamín Rusher en E.E.U.U. propiciaron los servicios
      psiquiátricos en hospitales.
    • Antoine Boyle, médico francés,
      descubrió la parálisis general progresiva, con
      su causa orgánica, encontrando lesiones en los
      cerebros de los afectados.
    • Wilhelm Greiesinger, defendió que todos los
      retrasados mentales debían considerarse causados por
      una acción directa o indirecta sobre las células cerebrales.
    • Paul Broca, señala la localización
      precisa de las áreas del lenguaje.
    • En 1879 Vladimir A. Betz, anatomista ruso, descubre
      las células piramidales en el área motora de la
      corteza cerebral y puntualiza el papel de
      estas en la función motriz.
    • El psiquiatra ruso Merzheyersky en 1872 publica sus
      estudios sobre microcefalia y refuta la teoría de que las personas con Retraso
      Mental estaban más relacionadas con el mono que con
      el hombre.
      Demostró que en el microcefálico el cerebro se
      retarda por las enfermedades.

    Pedagogos y psicólogos a partir del Siglo XV
    comenzaron a dar los primeros pasos en aras de educar y
    rehabilitar a los retrasados mentales; constituyen evidencias de
    este planteamiento los siguientes:

    • Jean Itard, demostró como eslabón
      inicial cómo con el trabajo
      directo con el niño se mejora su conducta
      social.
    • Guggenbhl, introdujo la idea del tratamiento
      institucional en Europa y
      E.E.U.U., procuró la curación total, lo que
      indudablemente constituyó un gran fracaso.
    • Seguin consideró la errónea idea de
      que el Retraso Mental tenía cura y aseveró que
      era preciso desarrollar las funciones
      perceptivas antes de las conceptuales.
    • Samuel Ridley Hewe tuvo un criterio más
      realista en cuanto a las limitaciones de las personas con
      Retraso Mental. Prestó ayuda al desarrollo
      de instituciones especiales para retrasados
      mentales en E.E.U.U.
    • Walter Fernald fundó la primera
      asociación para el estudio de métodos de tratamiento.
    • Jean Ettienne Esquirol trató de constituir
      un sistema o
      método que permitiera la clasificación de los
      diferentes grados y variedades. Arribó a la
      conclusión de que el criterio más confiable era
      el uso del lenguaje por el individuo y a partir de ahí
      elaboró su clasificación.
    • Alfred Binet crea un método para dirigir la
      inteligencia y en colaboración con
      Simon crea la primera escala
      para la medida de la inteligencia.
    • L.S. Vigostky estudió a determinados
      niños mediante un método
      verdaderamente científico, profundizó en su
      esencia y criticó las teorías descriptivas o comparativas con
      los niños normales. Aportó sus valiosos
      criterios acerca de la Zona de Desarrollo Próximo y
      los conceptos defecto primario y secundario.

    En la segunda mital del Siglo XIX se producen
    significativos avances que posibilitaron un mayor esclarecimiento
    de la deficiencia mental:

    • La teoría de la evolución de las especies.
    • La teoría celular.
    • La teoría
      dialéctico-materialista.
    • El conocimiento de la actividad
      refleja.
    • El desarrollo de la Genética, la Química y la Bioquímica.
    • Las técnicas microscópicas del
      cerebro.
    • El descubrimiento de las funciones
      metabólicas.

    Hasta el Siglo XIX el retraso Mental no tuvo una
    conceptualización claramente deferenciada de otras
    patologías y al hablar de Retraso Mental no se encontraban
    diferencias con el sordo, criminal, epiléptico o loco; en
    ocasiones eran considerados como una variante de demencia. Sus
    causas se asociaban a patologías de orden
    biológico.

    En 1818, Esquirol plantea la definición de idiota
    y establece la diferencia entre esta y la demencia y
    confusión mental. Plantea además que el Retraso
    Mental era un déficit intelectual, constatable, de origen
    orgánico e incurable.

    Finales del Siglo XIX y principios del XX aportan
    elementos importantes para la comprensión de la naturaleza del
    Retraso Mental; se distingue de la enfermedad mental y se
    profundiza en los agentes causales y niveles de
    retraso.

    En el Siglo XX predominan dos criterios en la
    definición del Retraso Mental: la distribución estadística de la inteligencia y en los
    problemas de
    la conducta adaptativa.

    Pudiera entonces plantearse que la evolución de
    las concepciones en relación al Retraso Mental está
    marcada en dos momentos puntuales: uno antes del Siglo XIX en que
    esta entidad no se diferenciaba de otras alteraciones y era
    considerada como una variante de la demencia atribuible a bases
    orgánicas, biológicas o innatas y otro a partir del
    Siglo XIX cuando se diferencia de otras entidades y que
    según algunos autores mantienen vigencia las tendencias
    biologicistas del Retraso Mental como una alteración
    constituyente del Sistema Nervioso
    Central (SNC).

    ¿Cuáles son las principales tendencias en
    cuanto a las reflexiones conceptuales y terminológicas del
    Retraso Mental?.

    La Psiquiatría Occidental basa el estudio de los
    conceptos relativos al Retraso Mental tomando como criterio la
    experiencia acumulada por algunas instituciones
    científicas.

    A pesar de existir múltiples concepciones acerca
    del Retraso Mental, se aprecian dos tendencias
    principales:

    • Tendencia Biomédica, la que habla a
      favor de la presencia de alteraciones o lesiones
      básicas del cerebro.
    • Tendencia sociocultural centrada en el papel
      de la deprivación sociocultural o lo que es igual, en
      la repercución de la falta de estimulación en
      la génesis del Retraso Mental. Dirigió sus
      observaciones a los problemas de las condiciones del
      desarrollo en la primera infancia,
      a las dificultades en el
      aprendizaje escolar y en general a los problemas de
      adaptación del individuo al medio.

    La Psiquiatría Occidental considera el Retraso
    Mental como un estado que implica funcionamiento subnormal del
    individuo e inadaptación y que constituye un problema
    multidisciplinario y multidimensional que abarca aspectos
    fisiológicos, psicológicos, médicos y
    educacionales y ante todo es un problema social.

    Por otra parte fundamenta que su etiología es
    diversa, incluída la privación psicosocial o
    ambiental, categoría atribuible a aquellos casos en los
    cuales la deficiencia se atribuye a factores ambientales, en
    ausencia de patologías del Sistema Nervioso
    Central (SNC) y establece una clasificación en dependencia
    de la profundidad del Retraso Mental: leve, moderado, grave y
    profundo.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) para clasificar
    en sentido general las enfermedades se fundamenta en el criterio
    etiológico, por cuanto la clasificación del Retraso
    Mental no abarca sus diferentes formas o manifestaciones
    clínicas específicas. Utiliza los siguientes
    niveles:

    • Retraso Mental sin lesión del Sistema
      Nervioso Central determinado por las influencias
      sociales.
    • Retraso Mental como consecuencia de algunas
      lesiones orgánicas del Sistema Nervioso Central o
      insuficiente desarrollo del mismo.

    En estudios y análisis posteriores,
    específicamente en la Novena Revisión de la
    Clasificación Internacional de Enfermedades, define esta
    entidad diagnóstica sobre la base de los siquientes
    criterios:

    • Se define como un estado de desarrollo de la mente,
      incompleto , detenido.
    • Caracterizado por una subnormalidad de la
      inteligencia.
    • Con variadas etiologías.
    • Involucra trastornos psiquiátricos u otras
      enfermedades orgánicas.
    • Al emitir un diagnóstico se precisa de toda la
      información disponible.
    • Utiliza como sinónimos los términos
      Retraso Mental y Subnormalidad Mental.
    • Emplea clasificaciones según el grado del
      defecto: débil o discreto, imbécil o moderado,
      idiota o profundo.

    Deja pues de utilizar la categoría de
    limitáneo o fronterizo, más mantiene el Retraso
    Mental de grado no especificado para aquellos casos en que el
    nivel de funcionamiento no está bien definido, pero que
    evidentemente es subnormal.

    A pesar de los valores
    positivos que encierra esta clasificación, la misma
    adolece de aspectos en el orden negativo, tales como: no se
    precisa la etiología ni la etapa del desarrollo en que se
    produce la lesión, deja de precisarse además hasta
    qué punto esta definición abarca otras áreas
    de la
    personalidad , así como sus síntomas
    acompañantes.

    Los países de Europa del Este comparten los
    criterios que condicionan el concepto Retraso Mental, su
    etiología y métodos para el
    diagnóstico.

    Los especialistas rusos consideran que para hablar de
    Retraso Mental es necesario como conceptos generales:

    • El insuficiente desarrollo de las formas complejas
      de la actividad psíquica, fundamentalmente la
      cognoscitiva.
    • La firmeza de este desarrollo
      insuficiente.
    • La afección generalizada e irreversible del
      cerebro como causa primaria.

    Sería importante en este momento hacer referencia
    a los enfoques referidos a los criterios diagnósticos y
    que en buena medida aportan elementos de gran valor para la
    definición del concepto de Retraso Mental.

    Con el aporte de las primeras escalas de desarrollo
    intelectual aportadas por Binet y Simon en 1905, abre sus puertas
    el enfoque psicométrico , el que se
    convirtió en el punto de referencia absoluto para el
    diagnóstico y clasificación de los sujetos con
    Retraso Mental; atribuyéndole este calificativo a aquellas
    personas cuyo CI era inferior a dos desviaciones típicas
    de la medida fijada para la población de que formaban parte.

    Este enfoque que jugó en su momento un rol
    importante, adoleció y aún adolece de aspectos en
    el orden negativo, entre ellos:

    • Influencia de un sinnúmero de factores que
      no siempre pueden ser controlados a la hora de aplicar y
      medir los resultados del test.
    • Inexistencia, de acuerdo a su edad en el que se
      utiliza el desarrollo de la inteligencia en
      general.
    • Influencia de la nacionalidad y raza en la
      inteligencia no suficientemente clara.
    • Evaluación de CI y no de logros de
      habilidades específicas en cada sujeto.

    Por otro lado está el enfoque
    biológico
    caracterizado por considerar como
    condición imprescindible la presencia de cambios
    básicos del cerebro, entiéndase como una
    lesión anatómica demostrable; cuestión que
    deja a medias una concepción que requiere de un
    análisis más completo, por cuanto no basta con el
    hecho de conocer solamente el daño desde el punto de vista
    biológico.

    El enfoque socio-cultural , hace énfasis
    en la actividad social del individuo y en su adaptación a
    la sociedad en todas
    sus formas y que bien pudiera aludirse, como lo hacen varios
    autores, a la conducta adaptativa y que sin lugar a dudas
    conlleva a variadas interpretaciones en correspondencia con las
    diferencias sustanciales entre las distintas sociedades.

    El enfoque orgánico abarca solamente el 25
    % y hace referencia a aspectos de vital importancia: la
    etiología de la lesión, su prevención y
    tratamiento. Considera con Retraso Mental a todas aquellas
    personas con el rango de las desviaciones estándar por
    debajo de la media y afectadas por insuficiencias detectables por
    medios
    bioquímicos, cromosómicos, anatómicos y
    fisiológicos que conlleven a una deficiencia
    intelectual.

    Aquellos sujetos, cuyo desarrollo intelectual
    está por debajo de la media y que su aprendizaje
    escolar es lento, son considerados con Retraso Mental,
    según el enfoque educativo . Incluyen
    aproximadamente entre el 5 y el 15 % de la población
    escolar, en dependencia de la edad y de la ubicación
    geográfica de la institución docente.

    El enfoque madurativo alude a que las
    alteraciones globales o parciales producen una alteración
    en determinados esquemas motrices o provocan modalidades
    patológicas de conducta; teniendo como condicionante que
    se produzcan antes de los 3 años. Este enfoque abarca las
    encefalopatías infantiles de origen pre y peri natal, los
    atributos a daño cerebral, las perturbaciones motrices,
    epilepsias, Parálisis Cerebral, entre otras.

    En resumen, cada enfoque aporta elementos de peso para
    la definición del concepto Retraso Mental un tanto
    más abarcador, entre ellos: la lesión del Sistema
    Nervioso Central (SNC), el nivel en que funciona el sujeto y su
    capacidad para su desenvolvimiento como persona desde el
    punto de vista social, cultural y educativo.

    No basta tener en cuenta las premisas anteriores para la
    definición del Retraso Mental, sino que se hace necesario
    tener en cuenta la naturaleza y estructura del
    defecto y para ello es imprescindible valorar:

    • La etiología.
    • El momento de aparición de la
      afección del Sistema nervioso Central
      (SNC).
    • La naturaleza de la afección o proceso
      patógeno.
    • La localización de una zona de la corteza
      especialmente dañada.
    • Las condiciones en que el sujeto lesionado crece y
      se educa.

    Al considerar la estructura del defecto como base para
    el análisis del Retraso Mental, particularizan dos formas
    fundamentales de esta entidad: Oligofrenia, caracterizada
    por el insuficiente desarrollo de las formas complejas de la
    actividad psíquica, fundamentalmente de la cognoscitiva.
    Las manisfestaciones de la lesión no son progresivas y se
    produce antes del nacimiento, durante el nacimiento o
    después del nacimiento tempranamente; esta deficiencia
    posee un carácter
    uniforme en todo el desarrollo de la personalidad
    del sujeto.

    La oligofrenia se divide en dos sentidos:

    • Por la profundidad del defecto en:
      • Debilidad mental.
      • Imbecilidad.
      • Idiocia.
    • Por la naturaleza y estructura del defecto en
      :
      • Oligofrenia:
      • No agravada.
      • Asociada a trastornos
        neurodinámicos.
      • Asociada a trastornos de los
        analizadores.
      • Asociada a conductas parecidas a
        psicopatías.
      • Asociada a trastornos severos de la
        personalidad.

    Demencia orgánica: Los trastornos del
    intelecto que sufren los sujetos se deben a enfermedades
    infecciosas o traumáticas del Sistema Nervioso Central
    (SNC). Son de carácter estable y más o menos
    graves, además de ser progresiva. No poseen un
    carácter uniforme por cuanto la deficiencia mental produce
    la destrucción de los sistemas
    formados.

    Según los especialistas rusos, esta forma de
    Retraso Mental se clasifica también en dos
    sentidos:

    Por la profundidad del defecto

    • Debilidad mental.
    • Imbecilidad.
    • Idiocia.

    Por la naturaleza y estructura del defecto
    en:

    • Demencia :
      • Esquizofrénica.
      • Epiléptica.
      • Hidrocefálica.
      • Con reumatismo del Sistema Nervioso Central
        (SNC).
      • Por sífilis del
        encéfalo.

    Para los autores rusos el Retraso Mental constituye la
    entidad nosológica más general, mientras que la
    oligofrenia y la demencia las considera como formas particulares.
    El siguiente cuadro ilustra los elementos diferenciales y
    comunues entre estas entidades:

    Elementos diferenciales

    Oligofrenia

    Demencia Orgánica

    Manifestaciones del daño

    No progresiva

    Progresiva

    Carácter de la deficiencia

    Más uniforme por cuanto la lesión
    se produce tempranamente (antes de los 3 años),
    acarreando un insificiente desarrollo del Sistema
    Nervioso Central (SNC).

    Menos homogénea, debido a la
    destrucción de sistemas ya formados
    (después de los 3 años), dando lugar al
    concepto de Retraso Mental de etiología
    posterior.

    Elemento común

    Momento de aparición de la lesión
    como criterio para diferenciar ambas formas.

     

    La Psiquiatría Norteamericana basa su
    análisis sobre la base de diferentes aristas por cuanto
    existen diversidad de criterios entre los distintos
    investigadores, de ahí que existan también
    múltiples concepciones acerca del Retraso Mental; no
    obstante pueden delimitarse dos tendencias más
    generalizadas:

    • Tendencia biomédica, donde se alude que para
      hablar de Retraso Mental es necesario la presencia de
      alteraciones o lesiones básicas del cerebro.
    • Tendencia socio-cultural que habla a favor del papel
      de la deprivación socio-cultural, específicamente
      en la repercusión de la falta de estimulación en
      la génesis del Retraso Mental. Prestan singular
      importancia al desarrollo en la primera infancia, a las
      dificultades en el aprendizaje escolar y a los problemas de
      adaptabilidad del sujeto al medio.

    En resumen, definen conceptualmente al Retraso mental
    como "un término que alude a un funcionamiento general del
    intelecto inferior al promedio que se origina en el
    período de desarrollo del sujeto y se asocia a un
    déficit de la conducta adaptativa" .

    En sentido general, al margen de las disímiles
    tendencias existentes, los investigadores norteamericanos
    coinciden con esta definición conceptual del Retraso
    Mental y fundamentan sus criterios teniendo en cuenta el
    considerar el Retraso Mental como un estado que implica un
    funcionamiento subnormal del individuo e inadaptación del
    mismo, como un problema multidisciplinario y multidimensional que
    abarca aspectos fisiológicos, psicológicos,
    médicos y educativos y donde el aspecto social cobra
    particular importancia. Por otra parte consideran la
    etiología del Retraso Mental de formas muy diversas,
    incluida la deprivación psicosocial o ambiental y reservan
    esta última para los casos donde la deficiencia es
    atribuible a factores de índole ambiental, en ausencia de
    patologías del Sistema Nervioso Central (SNC). Clasifican
    el Retraso Mental por el nivel de profundidad en las siguientes
    categorías: limitáneos, leves, moderados, graves o
    profundos.

    La Asociación Americana sobre Retraso Mental
    (AARM) desde su fundación en 1876 ha tenido como una de
    sus principales ocupaciones la de conseguir una
    delimitación clara y no discriminatoria de la
    condición de las personas con Retraso Mental.

    La primera edición de su manual sobre la
    definición del Retraso Mental fue en el año 1921 y
    a partir de entonces se han publicado 8 más,
    correspondientes a los años 1933, 1941, 1957, 1959, 1973,
    1977, 1983 y 1992, siendo esta última la novena
    edición. Cada década ha contado con la infuencia de
    estos manuales
    clasificatorios y, con cada nueva edición, la
    definición de esta entidad fue enriqueciéndose con
    matices cada vez más esclarecedores; las nuevas ediciones
    jamás negaron lo planteado por las anteriores, sino que
    sirvían de base y punto de partida para una mejor y mayor
    comprensión del Retraso Mental en cuanto a claridad,
    amplitud y delimitación.

    La definición de Retraso Mental tenía como
    punto de partida y eje fundamental al Coeficiente Intelectual
    (CI). Los test de intligencia y su aplicación generalizada
    en EEUU, hacían de este parámetro el dato
    más objetivo para
    apoyar cualquier tipo de investgación poblacional en
    función de sus rendimientos intelectuales. La presencia
    del Retraso Mental se daba cuando existían dos
    desviaciones típicas por debajo de las consideradas como
    norma en la sociedad . En esta época este enfoque tuvo una
    relevada importancia ya que permitía medir
    numéricamente la impresión visual del especialista
    frente al caso.

    En el desarrollo evolutivo en cuanto a la
    definición y clasificación del Retraso Mental hay
    aspectos que resaltan por su significativo interés:

    • En 1957 se publica el sistema de
      clasificación etiológica, es decir, se
      añade la categoría numérica (CI), el
      origen de las causas que conducían a un rendimiento
      intelectual por debajo de los parámetros establecidos
      y se establece la diferencia entre aquellas personas que
      nacen y crecen con una limitación intelectual de
      aquellas que por diversas causas, disponen en un comienzo de
      dotaciones normales pero que un hecho determinado les hace
      devenir como personas con limitaciones en el orden
      intelectual.
    • En 1959, se aprecia otro avance en el concepto y es
      el referido al criterio de conducta adaptativa. El desempeño personal ya
      no se ubica únicamente en el rendimiento ante pruebas
      estandarizadas y una causa determinada, sino que se comienza
      a valorar la capacidad personal de adaptarse a la condiciones
      que le impone el medio en que se desenvuelve el
      sujeto.

    Desde este momento se habla de que la definición
    está "casi a punto". En posteriores ediciones sólo
    habrán matizaciones terminológicas (se añade
    el término "significativamente" previo a a frase
    "funcionamiento intelectual general inferior a la media", se da
    un carácter orientativo al límite del CI que puede
    complementarse con otras evaluaciones clínicas poniendo el
    CI de 75 como barreras, o se amplía el límite de
    edad para la aparición del proceso etiológico
    detonante a los 18 años (Carlos Egea García,
    1999).

    La Novena Edición en 1992 representa un intento
    de exponer el cambio en el
    concepto de Retraso Mental pero sobre todo en la
    comprensión del mismo y plantea cómo deben
    clasificar y describir los sistemas de apoyo necesarios por las
    personas con Retraso Mental .

    Esta edición representa un cambio de paradigma,
    desde una visión del Retraso Mental como rasgo absoluto
    manifestado únicamente por un individuo, a una
    expresión de la interacción entre la persona con un
    funcionamiento intelectual limitado y su entorno y amplía
    el concepto de comportamiento
    adaptativo dando un paso más desde una descripción global a una
    especificación de áreas de habilidades
    concretas.

    Esta edición posee un enfoque más
    abarcador al considerar que la persona con Retraso Mental no es
    un ente aislado, sino que se interrelaciona con su entorno, se ve
    condicionado por este y a su vez es capaz de
    condicionarlo.

    La definición vigente, en la Novena
    Edición del Manual de la Asociación Americana sobre
    Retraso Mental (AARM) es:

    "El Retraso Mental hace referencia a limitaciones
    substanciales en el desenvolvimiento corriente. Se caracteriza
    por un funcionamiento intelectual significativamente inferior a
    la media, junto com limitaciones asociadas en dos o más
    de las siguientes áreas de habilidades
    adaptativas:

    • Comunicación,
    • Cuidado personal.
    • Vida en hogar.
    • Habilidades sociales.
    • Utilización de la comunidad.
    • Autogobierno.
    • Salud y seguridad.
    • Habilidades académicas
      funcionales.
    • Ocio.
    • Trabajo.

    El Retraso Mental se manifiesta antes de los 18
    años.

    Para poder
    aplicar la definición deben tomarse en
    consideración las cuatro premisas
    siguientes:

    • Una evaluación válida ha de tener en
      cuenta la diversidad cultural y linguística, así como los
      diferencias en los modos de comunicación y en factores
      comportamentales.
    • Las limitaciones en habilidades adaptativas se
      manifiestan en entornos comunitarios típicos para los
      iguales en edad del sujeto y reflejan la necesidad de apoyos
      individualizados.
    • Junto a limitaciones adaptativas específicas
      existen a menudo capacidades en otras habilidades adaptativas
      o capacidades personales; y
    • Si se ofrecen los apoyos apropiados durante un
      período prolongado, el funcionamiento en la vida de la
      persona con Retraso Mental mejorará
      generalmente".

    Resulta atinado aludir a los cambios de esta
    definición en comparación con los
    anteriores:

    • La conducta adaptativa no es considerada como un
      término global, sino que se delimitan 10 áreas
      que abarcan el concepto total y, al menos en dos de ellas
      deberán manifestarse.
    • Para poder aplicarse la definición es
      preciso tener en cuenta cuatro premisas con un papel
      relevante: el concepto ecológico y ambiental, las
      habilidades adaptativas y los sistemas de apoyo.
    • Se descarta la subclasificación de la
      persona (ligero, medio, severo y profundo), en beneficio de
      una subclasificación en función de la
      intensidad y el patrón de sistemas de apoyo
      (intermitente, limitado, extenso y generalizado).

    La concepción del Retraso Mental en Cuba y su
    definición conceptual, como en otros países, tuvo
    diferentes interpretaciones tanto desde el punto de vista
    pedagógico como médico; sin embargo, la
    colaboración de los países socialistas,
    fundamentalmente la otrora Unión Soviética
    permitió el desarrollo de una concepción con un
    enfoque pedagógico. De ahí que el Retraso Mental
    sea considerado como un estado peculiar del desarrollo que
    implica trastornos estables de la actividad cognoscitiva y que
    tiene en su base una lesión orgánica del
    cerebro.

    Las distintas definiciones utilizadas al respecto son
    las que siguen:

    • Trastornos estables de la actividad cognoscitiva a
      consecuencias de una lesión orgánica del
      cerebro.
    • Trastornos de la actividad cognoscitiva a
      consecuencia de una lesión orgánica cerebral,
      de carácter difuso.
    • Insuficiente desarrollo psíquico y en
      particular de la actividad intelectual que es irreversible,
      con base orgánica cerebral y que es resultado de
      factores congénitos o adquiridos.
    • Estado en el cual se produce un insuficiente
      desarrollo de la psiquis en general, más
      particularmente de la esfera intelectual, cuyo
      carácter es estable e irreversible y que se debe a
      factores congénitos o adquiridos.

    En cada una de las definiciones se destacan palabras
    claves que permiten arribar a un concepto más generalizado
    y completo: alteraciones del desarrollo psíquico,
    fundamentalmente de la actividad cognoscitiva; presencia de
    lesión orgánica del cerebro; carácter
    irreversible; manifestaciones estables.

    Se considera pues al Retraso Mental como un estado del
    individuo en el cual se producen alteraciones en los procesos
    psíquicos en general, fundamentalmente en la esfera
    cognoscitiva, las cuales son estables y se deben a una
    lesión orgánica del Sistema Nervioso Central (SNC)
    de carácter difuso e irreversible y de etiología
    genética, congénita o adquirida .

    Esta definición conceptual implica aspectos de
    relevada significación: una valoración integral del
    sujeto, la naturaleza primaria del defecto, la estabilidad de las
    manifestaciones del daño, la diversidad de formas, la
    diferenciación de los estados parecidos y el
    carácter optimista de las posibilidades del desarrollo de
    los retrasados mentales.

    Constituyen elementos de gran valía:

    Considerar la profundidad del defecto intelectual
    en leve, moderado, grave o severo y
    profundo.Considerando:

    • Leve CI 50-70
    • Moderado CI 35-49
    • Severo o grave CI 20-35
    • Profundo CI -35.

    El momento en que aparece la
    lesión:

    • Momento prenatal (genética o
      cong;enita).
    • Momento perinatal (congénita).
    • Momento postnatal (adquirida).

    Sus formas:

    • Formas no graves del Retraso Mental
    • Formas graves del Retraso Mental.

    Sin lugar a dudas la concepción del Retraso
    Mental en Cuba posibilita un trabajo pedagógico con estos
    niños donde se articulan coherentemente las acciones
    correctivas compensatorias gracias al conjunto de elementos que
    aporta el diagnóstico integral y que se manifiesta en su
    descripción, naturaleza, profundidad, etiología y
    momento de aparición de la lesión, y en los casos
    que lo presenten, sus síndromes acompañantes. Cuba
    exibe hoy resultados concretos en la educación y
    enseñanza de los menores con Retraso
    Mental, gracias entre otras cosas al Plan de
    Desarrollo diseñado para esta especialidad

    Consideramos que para hablar a favor de un Retraso
    Mental resultan imprescindibles la presencia de un insuficiente
    desarrollo de los procesos psíquicos, especialmente los
    cognitivos, la presencia de una lesión orgánica en
    el Sistema Nervioso Central y las limitaciones en el proceso de
    una conducta adaptativa, traducida en su nivel de aprendizaje
    escolar y social.

    Resulta importante para tratar de arribar al
    diagnóstico de Retraso Mental considerar los siguientes
    criterios:

    Criterio etiológico, de modo que se
    profundice en el momento en que se produce la lesión y
    los factores que la producen. Dilucidar con
    precisión:

    Causas pre-natales:

    • Genéticas:
    • Cromosomáticas.
    • Síndromes prenatales.
    • Enfermedades infecciosas.
    • Agentes tóxicos.

    Causas perinatales:

    • Traumas obstétricos.
    • Hipoxia perinatal o sufrimiento fetal.

    Causas postnatales:

    • Infecciones cerebrales:

    Encefalitis.

    Meningoencefalitis.

    • Malnutrición.
    • Craneostenosis.

    Criterio psicométrico para valorar un CI
    por debajo de 70 pero devenido de un análisis
    cualitativo y no sólo cuantitativo.

    Profundidad del defecto.

    Estructura del defecto: primario, secundario,
    formas graves o no graves. Diferenciar con exactitud los
    factores primarios y secundarios.

    Establecer diagnóstico diferencial con
    patologías afines y con elementos que conlleven a una
    impresión diagnóstica primero y a un
    diagnóstico conclusorio, después de la
    Discusión Diagnóstica, a un criterio certero
    siempre a favor del menor objeto de estudio y valoración
    multidisciplinaria.

    Criterio pedagógico, traducido en la
    valoración de las capacidades, hábitos,
    habilidades, conocimientos, así como estilos y modelos de
    aprendizaje. Profundizar en el grado de desarrollo alcanzado
    por el niño en su actividad cognoscitiva: atención, memoria,
    percepción, pensamiento,
    entre otros, en fin evaluar potencialidades para el desarrollo
    de su aprendizaje.

    Criterio socio-comunitario:

    • Ambiente familiar.
    • Adaptación al medio escolar, familiar y
      comunitario.
    • Autonomía e independencia.

    La práctica del diagnóstico escolar en
    Cuba y que se concreta con mayor aplicación en los Centros
    de Diagnóstico y Orientación ha demostrado que para
    el desarrollo exitoso de este proceso se hace necesario
    implementar y llevar a vía de hecho principios rectores,
    entre ellos:

    • Principio del carácter dinámico,
      continuo y sistemático, manifestado en un proceso
      permenente de obtención de evidencias y que se
      modifica con la transformación y evolución del
      sujeto bajo la influencia beneficiadora de las acciones
      preventivas y correctivo-compensatorias; todo lo cual
      favorece la adecuación sistemática de un
      programa de
      atención con un carácter cada vez más
      personalizado.
    • Principio del enfoque individual y
      multilateral.Cada sujeto es valorado en su individualidad,
      teniendo en cuenta más que sus limitaciones, sus
      logros y potencialidades y abarcando además del
      entorno escolar, el contexto familiar y
      socio-comunitario.
    • Principio del carácter preventivo,
      retroalimentador y transformador. Gracias a este principio es
      posible la constatación no solamente de los cambios
      ocurridos en el sujeto, sino además la eficacia de
      las opciones educativas que le han sido facilitadas,
      concebidas en las Estrategia
      de Intervención previamente diseñadas y
      adecuadas a las necesidades reales y siempre crecientes de
      cada individuo.
    • Principio del carácter multi e
      interdisciplinario, colaborativo y participativo. De cardinal
      importancia reviste la implementación del referido
      principio porque garantiza la participación de todos
      aquellas personas que de una manera u otra inciden
      directamente en el desarrollo multilateral del menor,
      entiéndase, además de los especialistas
      encargados del proceso de diagnóstico, la escuela
      con todos sus elementos, la familia
      y los factores claves de la comunidad. La relación que
      se establece entre todos estos elementos posee un
      carácter colaborativo y de influencia
      retroalimentadora que posibilita establecer con claridad
      meridiana los ámbitos de actuación y las tareas
      que a cada cual le compete desarrollar o
      facilitar.

    Valdría la pena hacer referencia a las tendencias
    más contemporáneas en el área del
    diagnóstico escolar y que sirvieron para efectuar un
    viraje en este particular a partir de la década de los
    años 90 y que mantienen vigencia absoluta:

    Del diagnóstico tardío y con fines
    curativos, al diagnóstico precoz y con fines
    preventivos
    . La evitación de Necesidades Especiales
    y que estas puedan devenir en minusvalías sólo
    depende de la detección e intervención temprana y
    con ello el logro de potencialidades antes de su ingreso a la
    vida escolar.

    Del diagnóstico generalizador y
    homogeneizante al individualizado y personalizado.

    Tendencia encaminada no solamente a la valoración de una
    categoría diagnóstica, sino a la
    definición lo más objetiva posible de las
    necesidades educativas especiales del sujeto que se somete a la
    evaluación, con un enfoque marcadamente
    personológico.

    Del diagnóstico centrado en el defecto, al
    diagnóstico centrado en los servicios
    . El
    diagnóstico parte de un estudio integral del medio en
    que se desenvuelve el niño, por tanto las dificultades
    no hay que encontrarlas en él, sino en los agentes que
    puedan desencadenar esas dificultades, con el propósito
    de definir las transformaciones o adecuaciones que deben
    realizarse para satisfacer las necesidades del principal
    protagonista que reclama la ayuda educativa y social .Del
    diagnóstico como fin, al diagnóstico como medio
    para llegar al fin
    . Más que decidir la posible
    ubicación en correspondencia con la evaluación
    efectuada, el diagnóstico constituye un medio para
    definir las adecuaciones curriculares y de acceso al
    curículum característicos de una educación personalizada.

    Del diagnóstico como momento, al
    diagnóstico como proceso.
    Lejos de tomar decisiones
    tras los resultados de las baterías de pruebas
    aplicadas, el diagnóstico es concebido como un proceso
    de orientación, seguimiento y evaluación
    sistemáticos del alumno y el entorno donde este se
    desenvuelve y de la puesta en práctica de programas de
    intervención que permitan mantener actualizada la
    información sobre lo evolución o
    involución en el alumno. En dependencia de los
    resultados se adecuan las acciones concebidas.

    Del diagnóstico como función de un
    grupo
    determinado de técnicos y especialistas, al
    diagnóstico como un proceso de construcción interactiva, donde la
    escuela, la familia y la
    comunidad constituyen elementos del proceso de toma de
    decisiones.
    El enfoque multidisciplinario, y
    multidireccional requiere de la participación activa de
    cuantos tengan que ver con el alumno, dándole
    significativa importancia a la opinión de todos los
    elementos en la observación de la conducta del menor
    ante su desenvolvimiento diario en las actividades.

    El nuevo paradigma del Retraso Mental demanda de
    todos los profesionales de la Educación
    Especial y de la sociedad en general compromisos para con las
    personas con este tipo de Necesidad Especial:

    • El compromiso con la comprensión de sus
      limitaciones, situándolos en el plano de la normalización e integración social.
    • Compromiso en la confianza de sus capacidades, de
      sus potencialidades.
    • Compromiso con el apoyo para que sus limitaciones y
      capacidades propicien su participación en igualdad
      de condiciones con sus semejantes.

    El cumplimiento de los citados compromisos debe
    conllevar a garantizar una mejoría de la calidad de
    vida de las personas con Retraso Mental y a su vez lograr en
    la sociedad una auténtica cultura de
    aceptación a la diversidad.

     

     

    Autores:

    MsC. Angel Luis Gómez Cardoso.

    MsC. Olga Lidía Núñez
    Rodríguez.

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