Monografias.com > Arte y Cultura
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Política cultural en la República Dominicana




Enviado por casaarte



    En la palabra

    1. ¿Qué es
      cultura?
    2. ¿Qué se entiende
      por cultura en la sociedad
      contemporánea?
    3. ¿Qué significa
      Política Cultural?
    4. ¿Entonces, existe una
      política cultural en la República
      Dominicana?
    5. La Primera Intervención
      Norteamericana (1916-1924),
    6. Este error de asumir la cultura
      desde el Estado
    7. Asume el poder el Partido
      Revolucionario Dominicano (PRD),
    8. El Partido de la
      Liberación Dominicana (PLD).
    9. La instauración de la
      Secretaría de Cultura,
    10. Obras
      consultadas

    ¿Qué es cultura y
    qué se entiende por ella en la sociedad
    contemporánea? ¿Qué significa política cultural?
    ¿Existe una política cultural en la
    República Dominicana?. Éstas y otras preguntas
    podrían uno hacerse, antes de iniciar tan arriesgado eje
    temático. Nos sostendremos en la realidad para
    responderlas, tomando en cuenta los conceptos actuales. En la
    medida que desarrollemos el trabajo,
    podríamos buscar un método de
    análisis distinto en bien de lo
    formulado.

     1.0
    ¿Qué es cultura?
    No importa la
    nacionalidad, somos producto de
    una composición cultural, que nos permitió nacer en
    un territorio que se reafirma a través de lo que somos, es
    decir, la cultura es todo lo que somos. Por su naturaleza, es la
    esencia de lo humano, sin ella fuese imposible la existencia.
    Existimos porque ella es la conciencia del
    hombre y de
    todo lo habitable.

     La cultura como fenómeno es una
    concreción personal que se
    socializa, pese a sus múltiples definiciones y que,
    algunos han querido apropiarse de algo que es de todos. Las
    instituciones
    no son más que instrumentos canalizadores de la cultura,
    cuando existe una organización en el accionar cultural
    podría decirse que estamos en presencia de una planificación, que no debe confundirse con
    política cultural, ésta se produce cuando
    interviene el Estado.
    Pero, el hecho de que éste coordine las iniciativas
    culturales de una nación,
    no le da potestad para manipularla.

     La cultura es una especie de propiedad
    social que le corresponde a cada ser humano, sin exclusión
    de ningún tipo. Ésta es la que nos permite
    discernir y actuar de una manera natural e inteligente, para la
    conformación de una sociedad con derechos y deberes. Somos
    seres eminentemente culturales, que nos adherimos a ella
    consciente o inconscientemente, bajo ninguna circunstancia
    podemos desprendernos de su realización material,
    espiritual, mental y artística. La cultura es la que nos
    identifica en términos individuales y colectivos, dentro y
    fuera de otras.

    La cultura es la
    personalidad de un país, el concepto de
    nación debe empezar por la cultura, para que a partir de
    ella, los valores
    históricos se reafirmen como fundamentos culturales. Esta
    posibilidad hace obligatorio que la cultura de cada pueblo
    esté consignado constitucionalmente. Antes los
    países lo hacían, desde el punto de vista de la
    preservación y la difusión. Ahora han tenido que
    asumirla, con un elemento indispensable para el desarrollo, no
    se puede hablar de progreso si no se incluye la cultura. Esto ha
    provocado una nueva concepción del término, donde
    los gobiernos han tenido que contraer compromisos gubernamentales
    y revisar sus políticas
    culturales.

    1. ¿Qué se entiende por cultura
      en la sociedad contemporánea?

    Al respecto María Elena Ditrén Flores, nos
    señala: "En la década de los `80, en el pensamiento
    occidental, se reinicia la discusión profunda sobre la
    dimensión cultural. Se distinguen cuatro enfoques
    diferentes: el fenomenológico-hermenéutico (Bergen,
    Geerz), la antropología cultural (M. Douglas), el
    neoestructuralismo ( Foucault,
    Derrida), y el neomarxismo (Habermas, Offe, N. García). De
    toda la serie de definiciones a las que nos referimos
    anteriormente, han surgido una serie de interpretaciones del
    término cultura. Entre ellas hemos recogido las tres
    concepciones principales, que se entienden:

     1. La cultura como adquisición de un
    conjunto de saberes y como producto resultante de esa
    adquisición, a ésta se le conoce como cultura
    cultivada.
    2. La cultura como estilo de ser, de hacer y pensar y como
    conjunto de obras e instituciones; esta definición se
    identifica con la cultura culta.
    3. Por último, la cultura como creación de un
    destino personal y colectivo, hablaríamos, de cultura
    constructiva.

    Podría decirse que las dos primeras, son las
    formas tradicionales en que entendemos la cultura; sin embargo,
    interesa de manera especial, la concepción de la cultura
    como creación de futuro, ya que a partir de ésta,
    la acción o política cultural no se centra
    fundamentalmente en la democratización de la cultura que
    supone la difusión de los beneficios de la cultura a
    población, sino, en la democracia
    cultural. Se trataría, de que todos los individuos
    dispongan de los instrumentos necesarios para desarrollar una
    vida cultural que le permita proyectar hacia el futuro,
    estimulando así la creatividad".
    (1)

     Después de estas tres concepciones, las
    cuales nos revelan la evolución que ha adquirido el
    término de cultura en la contemporaneidad, también
    había que agregarle la década de los 90. Fue a
    partir de ésta que por iniciativa de la UNESCO, la
    sociedad actual empezó a entender la importancia
    incuestionable de la cultura para el desarrollo de las sociedades.
    "La idea de una Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo
    fue propuesta en la UNESCO por varios representantes de los
    países nórdicos con el fin de plantear, debatir y,
    de ser posible, responder a preguntas como estas. A todas luces,
    se inspiraron para ello en el proceso que
    llevó el Informe
    Brundtland a la Cumbre de Río y al proceso posterior.
    Consideraban que había llegado el momento de hacer por la
    "cultura y el desarrollo" lo mismo que se había hecho por
    el "medio ambiente
    y el desarrollo".

     Esta convicción era ampliamente compartida.
    Del mismo que la Comisión Brunndtland había logrado
    convencer a la comunidad
    internacional de que se requería una alianza entre la
    economía y
    la ecología,
    poniendo en marcha una nueva agenda mundial con esa finalidad, se
    consideró que era necesario aclarar y profundizar de
    manera práctica y constructiva la relación entre
    cultura y desarrollo. En su XXVI reunión, celebrada en
    1991, la Conferencia
    General de la UNESCO aprobó una resolución en la
    que pedía al Director General que, en colaboración
    con el Secretario General de las Naciones Unidas,
    creará "una comisión mundial independiente sobre
    cultura y el desarrollo, integrada por mujeres y hombres de todas
    las regiones, destacados en diversas disciplinas, para preparar
    un informe mundial sobre cultura y desarrollo y propuestas para
    actividades inmediatas y a largo plazo, a fin de atender las
    necesidades culturales en el contexto del desarrollo". Esta
    petición obtuvo el respaldo de una solución que
    aprobó semanas después la Asamblea General de las
    Naciones Unidas. En noviembre de 1992, Boutros Boutros-Ghali y
    Federico Mayor me hicieron el honor de nombrarme Presidente de la
    Comisión (…) La Comisión comenzó su
    trabajo en la primavera de 1993, en un mundo lleno de promesas y
    oportunidades por la apertura de nuevas puertas, pero
    también cargado de incertidumbre y esperanzas frustradas".
    (2)

     Estas circunstancias históricas hicieron
    posible que la cultura pasara de ser un mero enunciado
    antropológico, hacer un ente trascendental para el
    desarrollo
    sostenible de las sociedades contemporáneas. Dejo de
    ser un simple instrumente para ser el instrumento mismo del
    desarrollo, lo que obligó que los países dejara de
    ver la cultura como un gasto, para ser un componente decisivo en
    las ejecutorias de desarrollo.

     (…) "Todos estaban convencidos de que la
    cultura es una variable fundamental para explicar las distintas
    pautas del cambio y un
    factor esencial, cuando no la esencia misma, del desarrollo
    sostenible, en la medida en que las actitudes y
    los estilos de vida determinan la forma en que administramos
    nuestros recursos
    renovables". (…) "Nuestro objetivo es
    mostrarles cómo la cultura moldea nuestro pensamiento,
    nuestra imaginación y nuestro comportamiento. La cultura es la
    transmisión de comportamiento y también una fuente
    dinámica de cambio, creatividad y libertad, que
    abre posibilidades de innovación. "(…) El desafío
    que tiene ante sí la humanidad es adoptar nuevas formas de
    pensar, actuar y organizarse en sociedad; en resumen, nuevas
    formas de vivir. El desafío consiste también en
    promover vías de desarrollo diferentes, informadas por el
    reconocimiento de cómo los factores culturales modelan la
    manera en que las sociedades conciben sus propios futuros y
    eligen los medios para
    alcanzarlos" (3)

    Estos antecedentes posibilitaron una nueva
    definición de la cultura en nuestras sociedades, dejando
    atrás su concepción instrumetalista e
    infuncionalista desde el Estado. La
    cultura dejó de ser una pose politiquera para ser asumida
    como un componente vital del desarrollo.

     "Un desarrollo disociado de su contexto humano y
    cultural es un crecimiento sin alma. El florecimiento pleno del
    desarrollo
    económico forma parte de la cultura de un pueblo,
    aunque esta no sea la opinión común. El punto de
    vista más convencional considera la cultura como un
    elemento que contribuye al desarrollo económico o lo
    entorpece; de ahí el llamamiento "a tomar en cuenta los
    factores culturales en el desarrollo" (…) El papel de la
    cultura no se reduce a ser un medio para alcanzar fines
    –pese a que, en sentido restringido del concepto, ese es
    uno de sus papeles-, sino que constituye la basa social de los
    fines mismos. El desarrollo y la economía forman parte de
    la cultura de los pueblos. A diferencia del ambiente
    natural, cuyos dones no nos atreveríamos a perfeccionar,
    la cultura es la fuente de nuestro progreso y creatividad. Al
    cambiar de perspectiva y dejar de asignar un papel puramente
    instrumental a la cultura para atribuirle un papel constructivo,
    constitutivo y creativo, hay que concebir el desarrollo en
    términos que incluyan el crecimiento cultural".
    (4)

     2.0
    ¿Qué significa Política
    Cultural?

    Las definiciones van a depender de la concepción
    de los especialistas y del nivel de desarrollo de cada
    país. "La concepción actual sobre política
    cultural es el resultado de un largo proceso que tuvo como
    escenarios a Helsinki, Yogyakarta, Accra, Bogotá y
    México,
    lugares fundamentales donde se discutieron los diversos criterios
    regionales y mundiales con el auspicio de la UNESCO. Se considera
    un consenso destinar recursos a la cultura como dimensión
    del desarrollo o para decirlo textualmente, como señala la
    Conferencia Mundial de 1982, "Política Cultural es el
    conjunto de operaciones,
    principios,
    prácticas y procedimientos de
    gestión
    administrativa y presupuestaria, que sirven de base a la
    acción del Estado " (5).

    En los países desarrollados la política
    cultural es parte del progreso político, económico
    y social que ha alcanzado el Estado, asumiéndola como uno
    de los componentes vitales para el desarrollo. Fue a
    través de una imposición de algunos organismos
    internacionales, que los estados tuvieron que asignarle mayor
    interés
    a los asuntos culturales de sus respectivas naciones. Por los
    antecedentes convergen hacia una incorporación estatal
    para que la cultura sea vista como prioritaria, los países
    avanzados empezaron a consignar acuerdos entre ellos, hizo viable
    que el concepto empezara a aplicarse:

     "En las democracias occidentales los estamentos
    responsables de la formulación de una política
    cultural estatal no van a surgir sino hasta después de
    la Segunda Guerra
    Mundial. En los próximos años van surgiendo
    nuevos modelos de
    organismos ejecutores y coordinadores de las políticas
    culturales, basadas en un principio universal que lanza el ideal
    de la participación y el derecho al acceso a la cultura de
    todos los seres humanos, tomando como parámetro para ello
    la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
    la cual en su artículo 27 dice: "1. Toda persona tiene
    derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la
    comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso
    científico y en los beneficios que de él resulte.
    2. Toda persona tiene derecho a la protección de los
    intereses morales y materiales que
    le correspondan por razón de las producciones
    científicas, literarias o artículos de que sea
    autora"."La primera concreción de la realidad antes
    expresada, la va a constituir la creación en Francia y bajo
    la presidencia del General Charles de Gaulle del Ministerio de
    Asuntos Culturales en 1959, siendo asignado como el primer
    ministro de cultura, el laureado escritor André Malrau.
    Esta institución sirvió como modelo para el
    establecimiento, en diversos países alrededor del mundo,
    de organismos estatales centralizados con el propósito de
    emplear recursos económicos importantes en la cultura,
    profesionalizar la
    administración cultural y darle carácter
    gestionario al accionar cultural" (6)

    Nuestro país se mantuvo al margen de esos avances
    internacionales en términos culturales, cuando era
    signataria de algún acuerdo, el mismo nunca se aplicaba.
    Es decir, históricamente los gobernantes dominicanos no le
    han prestado atención a la significación de la
    cultura, para poder sostener
    los requerimientos del desarrollo de la nación.

    2.1
    ¿Entonces, existe una política cultural en la
    República Dominicana?

    Antes de darle una respuesta a la interrogante, tenemos
    que hacer una panorámica breve de la historia
    contemporánea dominicana, para poder acceder con certeza a
    dicha pregunta. Aunque nuestra Primera Independencia
    en 1844, utilizó el teatro como
    instrumento de agitación política para liberar al
    pueblo de los 22 años de dominación haitiana, lo
    que verifica de alguna manera que los principios nacionales han
    sido defendido a través de la cultural, gracias al
    patriotismo de un grupo de
    valientes dirigidos por los patriotas Juan Pablo Duarte, Ramón
    Matías Mella y Francisco del Rosario Sánchez. Este
    es el acontecimiento histórico más decisivo en la
    recuperación de la identidad
    cultural dominicana del siglo XIX, pero haremos más
    referencia a los hechos históricos del siglo
    XX.

     2.2 La Primera
    Intervención Norteamericana (1916-1924),
    fue la
    que posibilitó que en 1930 llegara al poder *Rafael
    Leonidas Trujillo, uno de los más crueles dictadores del
    Caribe. Este sanguinario tirano, enlutó al pueblo
    eliminando las libertades públicas y sociales, para
    apropiarse de todo la sociedad dominicana, durante 32
    años. Aunque nos cueste admitirlo éste creó
    los Cuadernos Dominicanos de Cultura (donde los más
    connotados escritores e intelectuales le escribían al
    régimen); la Orquesta Sinfónica Nacional (1941), el
    Conservatorio Nacional de Música (1942), la
    Escuela de Bellas
    Artes (1942), la Escuela Elemental de Música (1947), y el
    Coro Nacional (1955). También lo hizo en las telecomunicaciones, como por ejemplo, Radio Televisión
    Dominicana.

    Esto lo hizo Trujillo para beneficiarse, y esparcir sus
    gustos personales por medio de las instituciones culturales. Sin
    embargo, tenemos que reconocer nos guste o no, que con
    éstas empezó a presentarse en la República
    Dominicana el primer intento de difusión cultural. Ahora
    bien, las fundaciones de las mismas, no son suficientes para
    poder plantear que hubo una política cultural en la Era de
    Trujillo, como quieren establecer algunos teóricos de la
    cultura.

     2.3 Este error de
    asumir la cultura desde el Estado
    como un mero difundir,
    también continuó en los doce años de
    Balaguer, pero las edificaciones más contundentes se
    hicieron en los gobiernos de éste, desde la Plaza de la
    Cultura de Santo Domingo, donde se encuentran el Museo del Hombre
    Dominicano, el Museo de Historia y Geografía, el Museo
    de Historia Natural, el Museo de Arte Moderno, el
    Teatro Nacional, y la Biblioteca
    Nacional. Conjuntamente con esto, mandó a rescatar la zona
    colonial de Santo Domingo, logrando que se declara patrimonio
    cultural de la humanidad.Esta política de construcción prosiguió en otras
    ciudades, como por ejemplo, en *Santiago levantó el nuevo
    edificio de la Sociedad Cultural Los Amantes de la Luz (1976), el
    Centro de la Cultura (1979), luego inaugurado por el fallecido
    presidente don Antonio Guzmán Fernández; Gran
    Teatro Regional del Cibao (1995). Igualmente trató de
    conformar la Plaza de la Cultura Santiago Apóstol,
    proyecto que
    presidió Monseñor Roque Adames y Tácito
    Cordero, su ubicación sería en los alrededores del
    Parque Duarte, y contaría con una serie de instituciones
    culturales; pero fracaso porque Balaguer se cansó de
    invertir recursos y no ver resultados tangibles, solamente
    quedó de este proyecto el Instituto de Cultura y Arte
    (ICA) 1993, éste es único en el país en
    ofrecer un bachillerato en artes, ahora acaba de cerrar los
    departamentos de folklore y de
    teatro.

     Lo que sí queda claro, para la historia
    cultural, es que Trujillo y Balaguer fueron los que hicieron la
    infraestructura física del accionar
    cultural dominicano en el siglo XX. Esto tampoco es de
    extrañarnos, en razón de que el doctor
    Joaquín Balaguer fue uno de los funcionarios más
    protegidos, por el propio dictador. En la Era de Trujillo,
    podemos comprobar que hubo un modelo de retención de la
    cultura, porque ni siquiera los que sabían leer
    tenían acceso a ella, sólo se podía si era
    parte del régimen. Mientras, la Era de Balaguer, se
    fundamentó en el concepto monumentalista de la cultura,
    dándole paso a la difusión y preservación.
    Nunca le interesó crear una Secretaría de Cultura,
    todas sus acciones eran
    dirigidas a través de decretos presidenciales y patronatos
    que centralizaban y monopolizaban el sector cultural nacional. En
    ambos casos, los modelos eran infuncionales
    para el desarrollo de la cultura en la sociedad
    dominicana.

     Trujillo duró 32 dos años en el
    poder y Balaguer 12, es decir, el pueblo dominicano ha tendido 44
    años de dictadura, en
    su historia contemporánea. A estos no le sumamos sus
    últimos dos períodos, porque se respetaron
    más los derechos humanos, aunque al final asesinaron al
    profesor universitario y periodista Narciso González
    (Narcisazo), en 1994.

     2.4 En 1963
    asume el poder el Partido Revolucionario Dominicano
    (PRD),
    con el profesor Juan Bosch, quien duró
    siete meses en el gobierno.
    Quizás fue la única oportunidad que tuvo el Estado
    dominicano de realizar una política cultural, en
    razón de que él era uno de los escritores
    fundamentales de las letras hispanoamericanas y era respetado por
    toda la intelectualidad caribeña, y dominaba la cultura
    como un eje definitorio para el desarrollo de los
    pueblos.

    Luego vuelve Balaguer a la Presidencia de la
    República en 1986, sin hacer ningún aporte
    significativo, porque siguió su viejo modelo cultural. Eso
    mismo pasó con el período de Antonio Guzmán
    Fernández (1979), es decir, los gobiernos del Partido
    Revolucionario Dominicano PRD, fueron incapaces de realizar la
    transformación de las instituciones culturales
    dominicanas, las cuales ameritaban una estructura que
    terminara con la dispersión de las mismas en
    términos de ejecutorias programáticas y
    presupuestarias.

     Tampoco las expectativas culturales en el segundo
    gobierno el PRD fueron resultas, cuando ganó el doctor
    Salvador Jorge Blanco, aunque se trato de crear una
    comisión para la creación del Instituto Nacional de
    Cultura, el cual seguiría como modelo el de Cuba y
    Puerto Rico,
    pero esta iniciativa fue congelada por el Congreso
    Nacional.

    2.5 En el 1996
    producto de una alianza política con el Partido Reformista
    Social Cristiano (PRSC),
    gana el Partido de la
    Liberación Dominicana (PLD). Este triunfo provocó
    una gran expectativa en el ámbito cultural nacional,
    porque era el partido que había fundado un escritor de la
    estirpe cultural de Juan Bosch, además tenía una
    plebeya de escritores e intelectuales, pero las perspectivas no
    fueron concretadas.

     El presidente Leonel Fernández, creó
    mediante decreto el Consejo Presidencial de Cultura, el cual se
    convirtió en otra institución cultural del Estado.
    Esto fue otra carga presupuestaria donde dentro existía
    una decena de instituciones las cuales trabajaban dispersas y no
    tenían autoridad para
    concatenar una visión y un programa que
    unificará bajo un mismo propósito a las
    instituciones culturales del Estado dominicano. Aunque debemos
    destacar algunos logros, como son los siguientes: la
    creación de la Comisión Permanente de la Feria del
    Libro de Santo
    Domingo, encabezada por el prestante escritor, intelectual y
    gestor cultural José Rafael Lantigua, quien logró
    internacionalizar y democratizar con un esplendor única
    vista en la cultura libresca dominicana, conjuntamente
    logró editar dentro del programa de Ediciones Ferilibro
    docenas de obras literarias y culturales indispensables en la
    bibliografía
    nacional. El Diagnóstico Participativo del Sector
    Cultural (1997-1998), el Diálogo
    Nacional, que provocó que los artistas solicitaron la
    creación de una Secretaría de Estado de Cultura. El
    registro de
    dicha Ley se contempla
    en la Gaceta Oficial del 28 de junio de 2000. Desde esta fecha se
    conocía que el ocupante de dicha cartera sería el
    Lic. Tony Raful, pero no se hizo efectiva su designación
    hasta la toma de posesión del Ing. Agrónomo
    Hipólito Mejía Domínguez, como Presidente de
    la República el 16 de agosto de 2000.

     2.6 Con la
    instauración de la Secretaría de Cultura,

    los
    partidos
    políticos dominicanos vinieron a satisfacer los
    anhelos de los intelectuales y trabajadores culturales. El reto
    de dirigir un organismo que sólo cuenta con una
    infraestructura es difícil, más aún en un
    país que nunca había tenido una verdadera
    política cultural. Ya tiene dos años de
    funcionamiento, por lo tanto, podemos decir que tiene aciertos y
    desaciertos. Enumeraremos los primeros: 1) el funcionamiento de
    Secretaría de Cultura, a través de la Ley No.
    41-00, donde están depositados los reglamentos que ordenan
    y dirigen toda la política cultural del Estado dominicana;
    2) la realización de XII Foro de Ministros de Cultura de
    América
    Latina y el Caribe Pedro Henríquez Ureña; 3) el
    Foro Consultivo Plan Decenal de
    Cultura; 4) el Primer Congreso de Cultura y Desarrollo; 5)
    continuidad de las Ferias Nacionales e Internacionales del Libro;
    6) los cursos de
    formación y gestión cultural; y 7) la
    realización de la VI Conferencia Iberoamericana de Cultura
    y la conferencia de Nésto García Canclini:
    ¿Cómo nos globalizamos los
    latinoamericanos?

     Asimismo, podemos señalar, pero con su
    reserva todavía, los Consejos de Cultura y la Editora
    Nacional. Los Consejos por su estructura son infuncionales desde
    el punto de vista operativo, es decir, son una
    justificación para aparentar una democratización de
    la cultura. La Editora Nacional (sólo ha publicado varios
    libros, y los
    mismos eran compromisos editoriales de otras instituciones, como
    por ejemplo, los Premios Nacionales de Literarua), todavía
    no cuenta con una política editorial definida, su gran
    responsabilidad sería editar las obras
    más significativas de la literatura nacional, entre
    las que ya autorizó el presidente Hipólito
    Mejía, la edición de las Obras Completas de Pedro
    Henríquez Ureña.

     A nuestro entender, los desaciertos empiezan con:
    1) la misma formulación de la Ley, cuando se crea
    asumiendo los conceptos y los modelos culturales internaciones,
    desconociendo que la realidad institucional, política,
    económica y cultural es distinta a los modelos imitados.
    Esto significa que quisimos apropiarnos de una modernidad
    formulatoria del hacer cultural internacional, sin estar
    preparados para su ejecución, ya que esta sociedad no
    posee la conciencia institucional para la realización de
    los proyectos
    culturales, como lo plantea la Ley. 2) Continuidad de la
    improvisación y dispersión de los recursos en los
    programas de
    las instituciones culturales del Estado -que en principio fue la
    piedra angular de la creación de la Secretaria.

     3) Continuidad del oscurantismo sistemático
    en la ejecución de los planes vía los directores,
    patronatos y fundaciones culturales; 4) la centralización presupuestaria a
    través de las instituciones y eventos de Santo
    Domingo; 5) no haber seleccionado un personal técnico
    capacitado para la gerencia media
    de la gestión cultural estatal; 6) falta de
    fiscalización de los recursos, programas y actividades de
    las instituciones culturales gubernamentales, esto a su vez ha
    provocado un manejo injustificado en la nómina
    cultural, nombrando como Gestores Culturales a particulares que
    nunca han realizado vida en los predios de la cultura y de
    repente aparecen nombrados para la ejecución de propuestas
    de desarrollo cultural; 7) no haber tenido un plan sobre la
    ubicación física de las Casas de la Cultura y no
    contar con una independencia presupuestaria para la
    realización de actividades; y 8) no tomar en cuenta a
    entidades culturales privadas que han realizado con anterioridad
    un trabajo digno de continuidad y apoyo, no solamente moral sino
    tangible en cuanto a la infraestructura física y
    económica.

     2.7 Este trabajo
    no tuvo como propósito desconocer el apoyo dado tanto del
    Presidente de la
    República como del Secretario de
    Cultura, su finalidad fue escribir sobre la Política
    Cultural en la República Dominicana, sin embargo para su
    realización era necesario hacer un muestreo, para
    revelar las lagunas históricas y actuales del hacer
    cultural nacional, siempre asumiendo la responsabilidad de
    hacerlo de una manera justa y real, dejando atrás
    cualquier interés personal o grupal, porque como dije en
    una ocasión: La cultura no es un decir, sino un
    hacer.

    Además de que nuestros intelectuales han sido
    incapaces de elaborar una tesis que nos
    identifique como dominicanos, todavía seguimos pensando en
    quiénes somos: hasta nos rechazamos, queremos ser
    norteamericanos, europeos, puertorriqueños, cubanos, menos
    dominicanos. Podemos hablar de política cultural en un
    país que se niega así mismo, definitivamente no. La
    política cultural es la ideología de un pueblo, y hemos sido una
    sociedad sin ideología, aunque hemos tenido principios de
    nación. Con esto no pretendemos negar el pasado como
    fundamento histórico, sino señalar un problema que
    es fundamentar resolver antes de escribir sobre política
    cultural en la República Dominicana.

    Obras
    consultadas:

    (1) Ditrén Flores, Elena María: Panorama y
    Política Cultural Dominicana (Diplomado en Gestión
    Cultural), Santiago, 2002, p.5.
    (2) Pérez de Cuéllar, Javier: Nuestra Diversidad
    Creativa (Informe de la Comisión Mundial de Cultura y
    Desarrollo) Edición realizada en el mes de septiembre de
    1997, p. 13.
    (3) Ibid, pp. 14,15 y 16.
    (4) Ibid, p. 19.
    (5) Morrison, Mateo: Política Cultural en República
    Dominicana reto inaplazable. Editora Gente, Santo Domingo, 1997,
    pp 13-14.
    (6) Hacia un programa de desarrollo cultural para
    República Dominicana: Informes sobre
    el Diagnóstico Participativo del Sector Cultural, tomo I
    Compendio de Legislación Cultural. Editores Dr. Luis O.
    Brea Franco y Lic. Ramón A Vitoriano M. Santo Domingo,
    Noviembre, 1998. Consejo Presidencial de Cultura, pp
    14-15.

    * Quien quiera investigar sobre la cultura en la Era de
    Trujillo, favor de leerse el libro Mito y Cultura
    en la Era de Trujillo, de Andrés L Mateo.

    * Para mayor información, véase Cien Años
    de Cultura en Santiago, en mi libro En la palabra.
    Colección Fin de Siglo, Consejo Presidencial de Cultura,
    Santo Domingo 2000, p. 191.

     * Enegildo Peña nació en Santiago de
    los Caballeros, República Dominicana, el 9 de agosto de
    1965. Forma parte de la promoción de los poetas de los ’90.
    Es uno de los más activos
    promotores literarios de la ciudad cibaeña. Director y
    fundador del Taller Literario Virgilio Díaz
    Grullón
    y de la revista Voz
    Literaria
    del (CURSA-UASD). Co-fundador del Círculo de
    Escritores de Santiago y miembro fundador del Taller Literario
    Líttera.

     Poeta, ensayista, promotor cultural y periodista,
    ha ganado premios de poesía;
    ha publicado poemas y
    estudios en la prensa; textos
    suyos han aparecido en antologías como Juego de
    Imágenes
    (Ediciones Hojarasca, 1995);
    Antología del Ateneo Insular (Colección en
    la Interior Bodega, 1995); Antología del Ateneo
    Insular
    (Colección en la Interior Bodega, 1997); ha
    sido antologado en el Diccionario Enciclopédico
    Dominicano
    (1988), y por el Azul del mar
    –(encuentro artístico dominico-español,
    1995); también esta incluido en la Antología de
    este lado del país llamado El Norte
    , colección
    Comisión Permanente Feria Nacional del Libro ’98.
    También apare- ce antologado en los libros premiados de la
    Alianza Cibaeña. Ha dictado conferencias en la
    mayoría de las universidades del país y los centros
    culturales, además ha sido conferen-iante invitado a
    Puerto Rico y el Festival del Caribe, que se realiza en
    Santiago de Cuba.

     Autor del libro de poesía Más
    allá de mi sombra
    (1993), testimonio de sus
    inquietudes filosóficas. Su producción poética revela a un ser
    preocupado por el sentido de la vida y el mundo, y en sus
    reflexiones hay verdades poéticas que atrapan la huella de
    lo trascendente, esto lo dice, el doctor Bruno Rosario Candelier
    en su antología interiorista. Enegildo Peña, fue
    premiado por su destacada participación en la Primera
    Feria Regional del Libro Santiago ’97, con el máximo
    galardón Gregorio Luperón. Actualmente es Director
    Ejecutivo cultural de Casa de Arte, colaborador de los
    periódicos Listín Darío y La
    Información, en la actualidad es comen-arista de
    televisión.

     

    Enegildo Peña

     

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter