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Cooperación y reciprocidad en la comunicación utilizando Internet, un problema con raices éticas




Enviado por Carlos Petrella



    1. Planteo de la
      problemática de comunicación
      interpersonal
    2. La importancia de los principios
      de procedimiento básicos de cooperación y
      reciprocidad en la interacción
      personal
    3. ¿Cómo cambian los
      principios de cooperación y reciprocidad cuando
      interactuamos por Internet?
    4. Es necesario y conveniente
      aceptar la necesidad de establecer limites
    5. La bibliografía de
      referencia

    PLANTEO DE LA
    PROBLEMÁTICA DE COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

    La comunicación interpersonal es algo esencial en
    el ser humano en cualquier contexto en que quiera ser analizado,
    aunque las condiciones en que ésta se produce,
    varía mucho según el medio que se usa en la
    comunicación.

    En particular cuando deseamos aplicar la
    comunicación en el marco de un proceso de
    relacionamiento entre personas es que debemos ser particularmente
    cuidadosos a analizar posibilidades y limitaciones.

    Las características del medio que sirve de
    soporte a la comunicación entre los seres humanos,
    condiciona de manera importante la propia interrelación
    entre las personas.

    No es lo mismo la comunicación a través
    del lenguaje
    hablado que del lenguaje escrito. Tampoco es lo mismo que esa
    comunicación se produzca interactuado dinámicamente
    o que se genere en diferido con escaso intercambio.

    Sin embargo, hay aspectos de la interacción
    humana, cualquiera sea el medio, que aparecen siempre como
    principios de
    procedimiento
    casi universales entre las personas cuando
    interactúan.

    Esos principios de procedimiento están presentes
    siempre, en mayor o menor medida, cuando los seres humanos se
    comunican entre sí, ya en comunicaciones
    individuales o colectivas.

    De entre todos los principios de procedimiento se
    rescatan dos que están usualmente presentes, el principio
    de cooperación y el principio de reciprocidad que marcan
    el comportamiento
    humano con notoria asiduidad.

    Los principios de cooperación y reciprocidad son
    recogidos desde el principio de los siglos por casi todas las
    sociedades y
    reflejan de alguna manera valores
    éticos importantes que marcan la relación entre
    personas.

    La utilización o no de estos procedimientos, o
    incluso en orden de prioridades entre ellos da origen a
    diferentes estrategias de
    comunicación más o menos buenas, éticamente
    hablando.

    Como referencia pueden consultarse las ideas de Singer
    (1995) quien analiza estrategias "ruines" y estrategias
    "correctas", considerando incluso aspectos de eficiencia de
    cada una de ellas.

    Sería interesante ver como los principios se
    desarrollan con ciertas singularidades cuando la
    comunicación interpersonal deja de ser presencial y
    aparece un medio "nuevo" como internet para
    soportarla.

    Precisamente esta ponencia analiza las singularidades
    que introduce internet en las formas activas y pasivas de
    intercambio entre las personas en términos de
    cooperación y reciprocidad.

    En este trabajo se realiza una primera
    aproximación al tema de las relaciones
    interpersonales considerando la potencialidad de internet
    como instrumento de comunicación racional y
    emocional.

    LA IMPORTANCIA DE
    LOS PRINCIPIOS DE PROCEDIMIENTO BASICOS DE COOPERACION Y
    RECIPROCIDAD EN LA INTERACCION PERSONAL

    Si nos adentramos más en el entretejido de
    relaciones entre los miembros de una sociedad
    cualquiera, seguramente descubriremos que también hay
    importantes matices incluso en sociedades fuertemente
    integradas.

    En particular, en el marco de una misma sociedad, cada
    grupo crea su
    propia moral especial
    que establece excepciones dentro de la moral
    general priorizando ciertos valores sobre otros.

    Y a todo ello no son ajenas los colectivos profesionales
    de la actualidad. Así se puede hablar de una moral de los
    médicos, otra de los abogados, otra de los
    ingenieros.

    Posiblemente también los internautas construyen
    una moral especial con la cual muchas veces, sin decirlo
    expresamente, salvaguardan sus propios intereses. A veces
    invadiendo los derechos de los
    demás.

    Estas "convenientes" excepciones, limitan el alcance que
    los distintos agentes estamos dispuestos a dar, a muchas normas
    éticas generales relacionadas con nuestros compromisos
    personales o profesionales.

    El desafío del hombre ante lo
    que es éticamente bueno o malo sigue siendo el mismo, lo
    que hemos ido cambiando, desde los comienzos de la historia es el contexto en
    que esos desafíos tienen lugar.

    Con una diferencia respecto de hace unas décadas
    cada vez los cambios son más rápidos y las
    necesidades de adaptarnos más apremiantes y por lo tanto,
    los anclajes perdurables, más difíciles de
    mantener.

    El mundo de los ideales muchas veces suele estar tan
    lejos de la vida cotidiana que resulta muy complicado construir
    anclajes que nos ayuden a distinguir lo que está bien, de
    lo que está mal.

    Tener esos anclajes es fundamental para cada sociedad,
    cada grupo y cada persona. Es una
    forma práctica de no partir de cero ante cada
    situación importante que debamos enfrentar.

    Por supuesto que esta presentación no pretende
    siquiera insinuar respuestas profundas que a su vez tengan
    relación con la práctica, a tamañas
    preguntas que hacen a la existencia propia del hombre.

    Sin embargo, para orientarnos un poco hay dos principios
    de procedimiento que surgen del terreno de la ética, que
    pueden ayudarnos a vivir mejor mientras buscamos esas respuestas
    existenciales.

    Por un lado, el principio activo de la
    cooperación con quienes nos rodean, aunque no conozcamos
    previamente sus intenciones para con nosotros y por otro, el
    principio pasivo de la reciprocidad para corresponder a los
    beneficios recibidos o estar agradecidos a quienes nos los
    proporcionan.

    El principio de cooperación nos lleva a dar una
    mano al prójimo y el principio de reciprocidad a
    corresponder cuando la recibimos. Ambos tienen un impacto
    enormemente beneficioso sobre la vida de los hombres en sociedad
    principalmente operando con sinergia.

    Ambos principios generan efectos multiplicadores que
    aumentan la "buena onda" en la relación social en
    cualquier grupo. Y son principios tanto más valiosos,
    cuando más perdemos ciertos puntos de referencia en el
    ambiente donde
    estamos.

    Tengamos presente que, tales pérdidas de puntos
    de referencia son muy frecuentes en nuestro trabajo profesional,
    especialmente cuando se producen rupturas importantes con todo
    aquello que conocemos, al cambiar de paradigmas.

    Para entender la importancia de estos principios cuando
    una organización esta en vísperas de un
    cambio
    sustantivo, basta con pensar por ejemplo en lo que habitualmente
    sucede en el marco de un proyecto de
    reingeniería.

    Para medir el impacto, tenga presente que las funciones que nos
    eran familiares, pasan a ser sustituidas por otras que
    desconocemos y perdemos rápidamente puntos de referencia
    que actúan como anclajes tranquilizadores.

    La estructura
    formal de cargos es reemplazada casi exclusivamente por un
    entramado de solidaridades informales en el que la
    cooperación y la reciprocidad pasan a ser dos pilares
    fundamentales de la convivencia.

    ¿COMO CAMBIAN LOS
    PRINCIPIOS DE COOPERACION Y RECIPROCIDAD CUANDO INTERACTUAMOS POR
    INTERNET?

    La cooperación y la reciprocidad, estarán
    presentes en nuestra sociedad, tanto que ésta se
    tecnifique más o menos. Ese no es el punto. Han estado
    allí en cada cambio cualitativo de la sociedad durante
    miles de años.

    El feudalismo hace
    tiempo y la
    revolución
    industrial hace un poco menos, generaron importantes cambios
    de comportamiento y la propia revolución
    de la información otros tantos; pero seguimos
    cooperando y respondiendo a los demás.

    No interactuamos ya como lo hacía, el
    señor feudal con sus siervos hace varios siglos o el
    capitalista con sus obreros hace unas décadas. Incluso las
    relaciones familiares fueron evolucionado en similar
    medida.

    Sin embargo, en todos los casos anteriores, el
    componente racional y el componente emocional tuvieron medios
    potencialmente fuertes para canalizarse poniendo el toque humano
    a las relaciones.

    ¿Ocurrirá lo mismo en una sociedad de
    internautas? ¿Tendremos medios para expresar con equilibrio
    nuestra racionalidad y nuestra irracionalidad como en instancias
    anteriores?

    ¿Se puede cooperar de la misma manera cuando
    interactuamos personalmente que cuando lo hacemos por internet?
    ¿Seremos capaces de retornar a nuestro interlocutor en el
    ciberespacio gentileza y hostilidad?

    La "sensación térmica" como usuario
    intensivo de internet, que me aventura a conjeturar una
    respuesta, es que no será lo mismo. El ciberespacio como
    medio para comunicar personas genera oportunidades y
    amenazas.

    Las nuevas posibilidades y también las
    restricciones que aparecen con internet cambian
    dramáticamente el escenario en el que se produce la
    comunicación interpersonal.

    Por un lado, se agrega un medio ágil y flexible
    para comunicarnos rápida y seguramente con mayor cantidad
    de personas el mundo que en ninguna otra época pasada de
    la historia humana.

    Hoy tenemos acceso a fuentes de
    información que incluso podemos personalizar y tenemos
    la posibilidad de interactuar con agentes en múltiples
    modalidades, considerando variadísimos centros de interés.

    Sin embargo, la comunicación interpersonal por
    internet, a pesar de los esfuerzos por suplir ciertas carencias
    inherentes a la tecnología ha
    desplazado el foco de la comunicación.

    El intercambio entre personas mediante internet es
    más apto para operar cerebro a cerebro
    que corazón a
    corazón. Esto es facilitando el intercambio de nivel
    congnitivo y limitando el emosional.

    Y este tema es el que introduce la singularidad que
    está generando este nuevo tipo de comunicación y
    que debería llevarnos a reflexionar a todos sobre lo que
    da y lo que quita la internet, en términos de relaciones
    interpersonales.

    La racionalidad que nos aporta de la mano del poder
    amplificador de nuestra memoria, nos la
    quita al limitar las posibilidades de la interacción
    personal que
    da el intercambio presencial.

    La capacidad de cooperar se potencia en la
    medida que la relación requerida esté más
    relacionada con aspectos racionales que con aspectos emocionales.
    Al cooperar en el ciberespacio, algo se gana y algo se
    pierde.

    De la misma manera, la capacidad de retornar a nuestros
    interlocutores correspondiéndoles, plantea los mismos
    asuntos relacionados con aspectos racionales y emotivos, pero en
    este caso la sensación pérdida parece
    acentuarse.

    Estamos todavía lejos de poder hacer un balance
    sistemático, así que por ahora nos contentaremos
    planteado el tema como una verdadera "asignatura pendiente" que
    requiere un estudio más profundo.

    En nuestro caso, reivindicando la importancia de una
    valoración, no solo operativa del asunto, sino una
    valoración ética focalizando en lo bueno y lo malo
    que trae consigo internet, como medio de comunicación
    interpersonal.

    De esta manera, tal vez generemos a tiempo opciones para
    sacarle el mayor provecho a la herramienta, con el menor riesgo para con
    nuestra propia calidad de
    vida como personas.

    ES NECESARIO Y
    CONVENIENTE ACEPTAR LA NECESIDAD DE ESTABLECER
    LIMITES

    Muchas veces, cuando se llega a dominar con
    maestría ciertos aspectos técnicos de una disciplina, se
    siente una agradable sensación de ausencia de límites en
    las metas que se pueden alcanzar.

    A veces, se tiene la estimulante impresión de que
    efectivamente es posible conseguir resultados que nadie
    había logrado obtener antes. Y para reforzar la
    alegría: ¡Los hechos pueden demostrar que esto puede
    ser cierto!

    Internet y sus efectos multiplicadores de nuestra
    capacidad de conseguir información y comunicarnos, de una
    manera nunca antes vista en la historia, han generado un punto de
    inflexión.

    Todo este proceso de incremento de la confianza en las
    posibilidades del hombre y la tecnología, tiene aristas
    muy positivas pues aumenta la potencialidad creadora de las
    personas y además refuerza la autoestima.

    El problema es responder con precisión en cada
    caso: ¿Cuál es el límite al emplear nuestras
    habilidades en nuestra vida personal o profesional? Esta pregunta
    no tiene una contestación fácil de
    encontrar.

    Buscando la raíz del asunto, las respuestas que
    demos a la interrogante son mucho más importantes de lo
    que, en general, estamos dispuestos a reconocer en el
    rápido ir y venir de nuestra vida diaria.

    Entre pares, con igual nivel de habilidades y
    responsabilidades, esas respuestas son las que establecen la
    diferencia cualitativamente más importante, cuando
    consideramos las actitudes que
    asumimos. En definitiva, de lo que somos.

    Seguramente pueden encontrarse sesudas respuestas a esta
    pregunta que reflejan lo que debería ser el modelo
    teórico ideal y otras para definir senderos en la
    práctica de todos los días.

    Tanto en el mundo del deber ser, como en el mundo real
    la búsqueda de estas respuestas es apasionante, y la
    realizamos, en mayor o menos medida, todas las personas durante
    toda la vida.

    En el terreno ideal se rescata el valor del
    legado de los maestros. Aquellas personas en las que se ve
    reflejado lo que cada uno quisiera alcanzar. Un valor que se
    puede apreciar mucho mejor en la interacción personal que
    por internet.

    En el terreno práctico nos enfrentamos a la
    necesidad de saber qué está bien o mal ante cada
    encargo que realizamos, en los que acceder al conocimiento
    adecuado en forma oportuna es una enorme ventaja
    comparativa.

    El reto es que los ejemplos de vida, especialmente de
    los maestros, no caigan en saco roto incluso para internautas que
    ven en su PCs a un potencial interlocutor válido durante
    una gran cantidad de horas al día.

    Otro reto es controlar las ansiedades de mayor
    información, aun en los casos que sabemos por ejemplo que
    invadimos la privacidad de personas o instituciones,
    también indebidamente.

    En todos los casos, las enormes posibilidades del
    instrumento internet no nos deben hacer perder de vista que
    nuestra interacción humana debe tener un destinatario
    humano que recoja el mensaje y lo capitalice.

    De la misma manera, el acceso no autorizado a bancos de
    datos
    reservados, que sabemos es potencialmente posible, constituye un
    delito
    perfectamente tipificado en muchas legislaciones y además
    es éticamente reprobable.

    Con sus potencialidades, internet no es más que
    un enorme recipiente apto para el intercambio de
    información y conocimientos, que usamos como herramienta
    para ser mejores en nuestra vida en sociedad, con las
    demás personas.

    Internet está ocupando un lugar cada vez
    más importante en la relación entre las personas.
    Un lugar ganado por mérito propio, que no debe hacernos
    olvidar que somos esencialmente seres humanos, interactuando con
    seres humanos.

    La sociedad necesita, hoy más que nunca en la era
    de la tecnología, que valores tan importantes como la
    relación personal se mantengan sanos y fuertes, poniendo a
    internet en su justa dimensión; ni mas ni
    menos.

    Será necesario saber escoger las mejores
    opciones, como muy bien plantea Carlos Valles.

    LA BIBLIOGRAFIA DE
    REFERENCIA

    Ingenieros José. Las fuerzas morales,
    Buenos Aires,
    Ediciones Fausto, 1993

    Singer Peter. Etica para vivir mejor, Barcelona,
    Editorial Ariel, 1995

    Vallés Carlos. Saber Escoger. El arte del
    discernimiento, Bilbao, Editorial Sal Terrae, 1986

    Vaz Ferreira Carlos. Moral para intelectuales,
    Buenos Aires, Editorial Losada, 1962

    Villarmarzo Ricardo. Etica profesional normas
    locales e internacionales estudio comparado, Montevideo, Imprex,
    1988

    Watte Pedro. La ética ante la
    tecnología, Quito, Ediciones de la Universidad
    Católica, 1982

     

     

    Por

    Carlos Petrella

    Ingeniero de Sistemas, MBA,
    Magister en Educación.

     

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