En la actualidad vivimos en tiempos de guerra. Pero
¿Qué es la guerra?. La mayoría de la veces,
tenemos la idea de que una guerra comienza por el desacuerdo que
existe entre dos o más personas e incluso naciones
enteras, existiendo siempre un bueno o un malo, pero la realidad
es otra. Dicho conflicto no
comienza de la nada siempre existe una desventaja sobre el
opositor y es precisamente este tema el que abordaremos en este
artículo.
A lo largo de la historia de la humanidad han
existido un sin fin de conflictos que
podríamos denominarlos como guerras, de
hecho éstos han sido tan impactantes que se les ha dado el
nombre de Guerras Mundiales. Pero veamos como estos conflictos
que se han dado en una minoría se expanden y envuelven al
mundo entero.
Para comenzar con este amplio tema, es preciso mencionar
algunas de las muchas guerras que han asechado al mundo. Tomando
en cuenta que todas éstas no sólo han dejado, odio,
rencor desolación e incertidumbre, sino sobre todo
dolor…
La "Nueva Guerra" como algunos medios masivos
le han denominado al conflicto bélico entre Estados Unidos e
Irak, hasta el
momento no tiene un origen totalmente definido (como todas las
guerras anteriores), ya que los países que tienen el
poder ,en todo
el sentido de la palabra, en este caso Estados Unidos, manipulan
la información dejando ver solo una
pequeña parte de la realidad, logrando con esto fragmentar
la opinión hacia un maniqueísmo.
Aunque parezca extraño no se trata de buenos y
malos, solo se trata de defender lo que te pertenece.
Las Guerras que se dieron en los siglos XVII y XVIII,
comparándolas un poco con las actuales, se podría
decir que eran más rápidas, precisas, y el
enfrentamiento era hombre a
hombre, con lo cual la mayoría de las veces los propios
reyes de cada feudo, población o país defendían
sus tierras y a sus habitantes, tomando en cuenta que sus
ejércitos estaban formados por los propios civiles de cada
región. Es importante destacar que la mayoría de
las veces, dichos enfrentamientos se llevaban a cabo en terreno
neutral, o a las afueras de las ciudades, logrando con esto que
el derramamiento de sangre solo fuera
por parte de los miembros del ejercito y no de civiles.
Además el tipo de armamento, por lo regular, era el mismo
para ambos contrincantes.
El inicio de la Segunda Guerra
Mundial, aproximadamente en 1933, nos refleja una Alemania, que
prácticamente se lanzaba a la aventura, en ese conflicto,
ya que era una país que no podía perder nada,
porque ya no tenia nada, debido a la crisis
económica, que había afectado a la clase obrera y
en especial a la pequeña burguesía. El actor
principal Adolfo Hitler,
con su incomparable liderazgo
autocrático, el cual cambio la
dirección del partido Alemán y se
dedico a cortejar a la clase adinerada, llegando a la
conclusión de que el ejercito le sería fiel a quien
estuviera en el poder, de tal forma que concentro sus esfuerzos
para tomarse el poder por la vía legal. Para ello
debía crear un partido de masas en 1928, el Partido Nazi,
el cual contaba con 27.000 afiliados; para las elecciones de ese
año obtuvo 800.000 votos con los cuales consiguió
12 escaños en el Parlamento de 491 diputados. En 1929
contaba con 178.000 afiliados y entonces estallo la Gran Crisis
Económica de 1929, la cual destruyo la economía alemana y el
nivel de vida de los obreros y el país en general. Esta
era la oportunidad perfecta que Hitler estaba
esperando. Era mejor enfrentar una guerra, en busca de algo
mejor, a quedarse cruzados de brazo esperando el debilitamiento
día a día de su nación.
Por otra parte sus oponentes eran países que hasta ese
momento ya habían sido parte de una Primera Guerra
Mundial y no querían sucumbir sus territorios en otro
conflicto de dicha magnitud.
Claro esta, que en dicha guerra, los países con
más poder económico apoyaron a los desprotegidos,
pero para que este apoyo llegara, tuvieron que pasar varios
años, y mientras tanto los judíos, polacos, ricos,
pobres, niños,
ancianos, mujeres, hombres, etc, tuvieron que soportar el trauma
de una guerra.
Para finales de años 60s, otra guerra
sucumbía de nueva cuenta al planeta, "La guerra de
Vietnam"
A Vietnam la guerra le costó millones de
muertos y heridos; decenas de millones de hectáreas
productivas arrasadas; decenas de miles de aldeas, ciudades,
puentes, diques, embalses, ferrocarriles, caminos,
fábricas, puertos, hospitales y escuelas que fueron
bombardeados. Millones de millones de horas de trabajo de obreros
y campesinos dedicadas al esfuerzo de guerra. Pero para Vietnam
no era una aventura sino su revolución.
Cuando se proclamó la República
Democrática de Vietnam en 1945 comenzó la reforma
agraria, en un país con los 4/5 de su población
campesina, con 2 millones que murieron de hambre. La primera
medida de los ejércitos coloniales era despojar a los
campesinos de sus tierras. Este despojo de la tierra
había sido una constante desde 1945 hasta 1964, cuando el
FNL había liberado gran parte del Sur. Pero a partir de
1965 se intensificaron los bombardeos masivos contra las zonas
liberadas en el sur y contra la República
Democrática de Vietnam del Norte, lo cual era equivalente
o más grave que el despojo de la tierra.
Otra guerra que fuera trascendente fue La batalla de
Dien Bien Phu duró 55 días y 55 noches, del 13 de
marzo al 7 de mayo de 1954; marcó el fin de la
dominación francesa en Indochina y consolidó
definitivamente la independencia
de la República Democrática de Vietnam del
Norte.
Según los datos del
Pentágono, Estados Unidos lanzó a la guerra 800.000
ciudadanos, murieron 56.237 y quedaron heridos o lisiados
303.654, a un costo de 150.000
millones de dólares. Si además consideramos los
graves problemas
políticos que afrontaron dentro y fuera de Estados Unidos,
se concluye que Washington había comprometido todo su
prestigio y poderío en esta aventura, sin contar las
muchas otras personas que han perdido la vida en cualquiera de
las guerras que se han vivido a lo largo de la historia,
soportando un régimen impuesto y un
ambiente
imperado por la crisis y la incertidumbre.
Dos eran los grandes tipos de problemas que había
que enfrentar. Ante todo, estaban las víctimas directas de
la guerra: jóvenes heridos o lisiados, viudas y
huérfanos, familias deshechas o traumatizadas. Pero
estaban también la víctimas de esa otra guerra, es
decir, lo que es la represión: personas perseguidas o
torturadas, familiares de presos, desaparecidos y asesinados. El
otro tipo de problema lo planteaban los desplazados por la
violencia de
la represión y la guerra: miles de familias expulsadas por
las masacres colectivas, los bombardeos, los cercos y operativos
militares, el fuego cruzado de los enfrentamientos, las demandas
insoportables de uno y otro de los contendientes. Pareciera que
las grandes masas de habitantes en sitios de guerra fueran
acosados como animales por las
fuerzas armadas, sin otra salida más que salir
despavoridas a otros sitios donde pudieran estar a
salvo.
Las cifras anteriores tienen que ver con los muertos
reales, es decir, tiene que ver con los que enfrentaron la muerte en
condiciones subhumanas de gran impacto, no solo murieron como lo
haremos finalmente todos, antes de exhalar su últimos
suspiros sufrieron lo que cada uno de nosotros no seríamos
capaces de soportar así nada más.
Si agregamos otros datos reales como es la gran cantidad
de seres relacionados con los muertos, podríamos decir que
quedaron más de 150.000.000 personas muertas en vida al
perder a sus seres queridos y todo lo que tenían en este
mundo. A lo que podemos preguntarnos ¿cómo
surgió este cataclismo en la vida humana?, quizá
por consecuencia de la energía, el poder, la
pasión, la ambición y la ceguera de un solo hombre.
Quizá si no hubieran existido seres como Adolfo Hitler o
actualmente como George Bush, típicos líderes
capaces de todo por obtener y lograr sus objetivos.,
¿habría habido guerra?, ¿habrían
muerto tantas personas?, ¿podrá depender de la
acción de un solo hombre tal desequilibrio
mundial?.
En esta guerra de nueva cuenta, podemos, percibir que
los intereses eran muy diversos, hablando en términos de
política,
economía y sociedad, ya que
como lo mencionamos en un principio no se trata de aferrarnos a
un maniqueísmo que es obvio que no existe, sino que solo
se trato (en esta guerra en particular) de defender lo que les
pertenecía (en el caso de los vietnamitas) y luchas por su
forma de vida. Hoy, ahora más que nunca, parece que los
sentimientos de la guerra de Vietnam se han
revitalizado.
Sin embargo, en cualquier guerra, si no es que en todas,
hay un gran número de asuntos que tienen que resolverse,
es decir, además de la ya destruida economía, que
lógicamente es uno de sus resultados, el país tiene
sus propias guerras que librar, tales como la batalla contra
las drogas,
encontrar una cura para el virus del
SIDA,
así como también la calidad de
la
educación en todo el país, además de la
guerra contra el terrorismo,
que hoy en día es muy evidente en todo el mundo,
situación ante la cual todos estamos expuestos.
Klaus Regling, jefe del departamento de economía
de la Comisión Europea, manifestó en una conferencia de
prensa en
Bruselas algunos puntos respecto a las secuelas que suele tener
una guerra rápida y una lenta, a lo que argumentó
que una guerra rápida tendrá implicaciones
relativamente leves para el crecimiento.
Tal es el caso de la comisión, que tras esbozar
este escenario benigno, dijo que los precios del
petróleo
llegarán a 50 dólares por barril, pero
bajarán a unos 26 dólares por barril para el tercer
trimestre del 2003, y esto costaría menos de 0.1 punto
porcentual en términos de crecimiento del PIB.
Esta situación es un reflejo de la experiencia
con la Primera Guerra del Golfo, cuando los aliados desalojaron a
los iraquíes de Kuwait en enero de 1991 en cuestión
de días y los precios del petróleo cayeron por
debajo de los 20 dólares por barril tras alcanzar
máximos de 40 dólares por barril.
Dado que la situación política y
económica actualmente parece más precaria que en el
período de 1990 a 1991, la situación del suministro
de crudo mundial también es más restringida
después del paro en Venezuela y la
reciente ola de frío en Estados Unidos, lo que
podría evitar que se repita la situación de
1991.
A raíz de ello, si el daño causado al
suministro mundial de crudo es más grave, los precios del
petróleo podrían subir hasta 70 dólares por
barril y permanecer en un nivel alto durante mucho más
tiempo.
Si esto se traduce en un incremento más o menos
permanente en el precio del
petróleo, se podría calcular que el daño al
crecimiento podría ser de hasta 0,8 puntos porcentuales
del PIB en los próximos dos a tres años.
En el peor de los casos, asumiríamos un
drástico deterioro del crecimiento
económico mundial, una prima de riesgos mayor y
más caídas en los mercados de
acciones. Un
impacto negativo en el mercado mundial,
el flujo global de capitales, la inversión y el turismo no pueden
excluirse.
Es decir los daños económicos, producto que
cualquier guerra trae consigo, ya sea en menor o menor grado por
la simple ambición de un grupo
minoritario de personas que buscan el tener más, siempre
va a tener repercusiones para la política
económica de cualquier gobierno, por
ejemplo, la turbulencia política que se encuentra
atravesando actualmente el mundo no se veía hace ya mucho
tiempo. La economía mundial no se ve ajena a estos
acontecimientos. Si con una sola palabra tuviésemos que
describir este nuevo escenario económico sería
indudablemente : "incertidumbre", no sabemos a dónde puede
llegar todo esto, cómo nos afecta, tanto a nuestro
país como a nuestra calidad de
vida y la de nuestras familias y de qué manera
influirá en nuestra vida diaria.
La incertidumbre se traslada casi inmediatamente a las
principales variables
económicas, como por ejemplo, y en primer lugar, el precio
del petróleo. Las estadísticas muestran que cada vez que en
el pasado el precio del crudo experimentó bruscos saltos,
los mismos han tenido un fuerte impacto en el crecimiento de la
economía mundial. La Guerra del golfo en 1991, no tuvo un
efecto profundo, pues el precio se mantuvo elevado por muy poco
tiempo, pero esta vez, un precio consistentemente alto puede
echar por tierra la incipiente, recuperación de las
principales economías mundiales. Por otro lado, el
dólar se ha debilitado aproximadamente un 15% en los
últimos doce meses. Aún cuando la moneda
norteamericana ha sido en el pasado un refugio en periodos de
inestabilidad, la situación ahora parece distinta, y lo
es, en gran parte, porque existen serias dudas sobre las
posibilidades de recuperación de la economía
norteamericana. La expectativa de una guerra complica el
panorama, pues el déficit terminaría
incrementándose, y la tendencia puede ser un dólar
aún más débil. (Esta tendencia puede ser en
parte contrarrestada por una reacción de los demás
países desarrollados, cuyas monedas se apreciarían
aún más, perjudicando su balanza
comercial).
Finalmente, el resultado esperado no es muy alentador.
Una guerra larga y costosa deprimiría sensiblemente el
crecimiento de la economía, el precio del petróleo
continuaría su tendencia alcista. Como consecuencia de
estos dos efectos adversos, el saldo de nuestra balanza comercial
se reduciría por partida doble: menores exportaciones y
mayores importaciones.
Resulta difícil predecir los números finales,
puesto que dependen de las consecuencias inmediatas y posteriores
de la guerra, y a cuan duradero sea el conflicto.
Tal como sucedió con la guerra entre Estados
Unidos e Irak, no sólo ha venido a influir en cuestiones
económicas sino también una masiva
destrucción del hombre y del medio
ambiente, puesto que ambas naciones cuentan con armas de
destrucción masiva que hacen incrementar tanto su
poderío bélico y la destrucción del
entorno.
En situaciones como esta no interesa tanto la
situación política, sino que ya todos tratamos de
vivir en armonía con la madre tierra y nuestra diversidad
cultural que compartimos con el objetivo
común y sublime, el cual, es el respeto a la
vida, ya que hemos ingresado al nuevo siglo con dos grandes
paradigmas,
que tiene que ver con la defensa de los derechos humanos
y la preservación del medio ambiente, las armas que
comienzan a utilizarse van a dañar, no sólo, de
manera significativa e irreversible a nuestro planeta, sino
también a sus habitantes.
Las secuelas de una guerra son impredecibles y no
serán inmediatas, los más afectados serán
las futuras generaciones. El inicio de la guerra pone en riesgo la paz
mundial y la convivencia democrática en todo el planeta,
debido a ello se proclama la defensa de los derechos humanos y el medio
ambiente y se demanda a que
los líderes del mundo extremen esfuerzos para restablecer
la diplomacia y el diálogo
como mecanismos de resolución de conflictos mediante
inteligentes negociaciones lideradas por la
Organización de las Naciones Unidas,
situación ante la cual, actualmente se evade, triunfando
la voluntad de unos cuantos.
Desafortunadamente, podrían surgir en cualquier
momento guerras, con consecuencias muchísimo más
horrorosas que lo de la II Guerra Mundial y
provocar efectos catastróficos debido a los muchos
avances
tecnológicos que conllevan a una más alta
producción de armas de destrucción
masiva, y muchos otros inventos
especiales de defensa y ataque que darían como resultado
efectos quizá irreversibles.
Las secuelas de una guerra ahora no las podemos
imaginar, ya que no podemos darnos cuenta siquiera de qué
pasaría con lo que sabemos hacer y que a duras penas
manejamos sin guerra, no sabemos si llegaremos a dimensionar
cuanto tiempo nos demoraríamos en normalizar nuestras
actividades, un año?, varios años?, muchos
años?.
Las personas tienen en su interior un potencial de
recursos propios.
Uno de estos es la paz. Entenderla como un valor
intrínseco del ser humano, significa dejar de buscarla en
el exterior. Cuando logramos experimentar la paz, descubrimos su
verdadero valor; es entonces cuando podemos proyectar sus efectos
en nuestro medio y en todas nuestras relaciones. La Paz es
fundamental para construir ambientes cálidos y armoniosos,
que fomenten el entendimiento y el diálogo entre las
personas y promuevan a la vez el
aprendizaje.
Fuentes:
www.reforma.com/ParseoCoberturas/printpage.asp?pagetoprint=../ economiayfinanzas
proceso.com.mx/exclusivas.html
www.geocities.com/NOENNUESTRONOMBRE/betinna.htm
Realizaron:
Ivonne González Aguilar
Mildred Paniagua Baca
Manuel Avila Fonseca
(estudiantes de sexto semestre de comunicación)
Revisado por:
Dr. Asael Mercado
Manuel Avila Fonseca