La cámara fotográfica tal y como la
conocemos en la actualidad, puede parecernos algo normal no muy
impresionante, pero para que se llegara a lo que es hoy, se
fueron desarrollando una serie de descubrimientos, pruebas y
demás experimentos,
para así poder tomar
una fotografía.
Las primeras pautas para su origen, las dieron los
Árabes en el año 1000. A partir de ese momento, se
fue evolucionando con el pasar de los años y de los
siglos. En un principio las fotos solos eran
unas formaciones de sombras, nada nítidas, las cuales
duraban horas para ser realizadas. Con el tiempo se fue
reduciendo el tiempo de exposición, salieron las fotografías
a color y muy
nítidas, hasta llegar a las fotografías digitales,
de alta velocidad, que
llegan a fotografiar a un proyectil a más de 2000
km./h.
La cámara oscura original era una
habitación cuya única fuente de luz era un
minúsculo orificio en una de la paredes. La luz que
penetraba en ella por aquel orificio proyectaba una imagen del
exterior en la pared opuesta. Aunque la imagen así formada
resultaba invertida y borrosa, los artistas utilizaron esta
técnica, mucho antes de que se inventase la
película, para esbozar escenas proyectadas por la
cámara. En el transcurso de tres siglos la cámara
oscura evolucionó y se convirtió en una
pequeña caja manejable, y al orificio se le instaló
una lente óptica
para conseguir una imagen más clara y
definida.a
En el siglo XV, Leonardo Da
Vinci definió una cámara oscura. Decía
que si se coloca una hoja de papel en
blanco verticalmente en una habitación oscura, el
observador verá proyectada en ella los objetos del
exterior, con sus formas y colores.
"Parecerá como si estuvieran pintados en el papel",
escribió. Lo único que faltaba, era descubrir la
forma de fijar la imagen. O sea, hallar una emulsión
sensible a la luz (que se oscureciera al recibir los rayos
luminosos) con la que recubrir el papel y un medio de fijarla
para que no continuara oscureciéndose. No llegó a
descubrirlo.
En el siglo XVI se colocó, en la pequeña
abertura de la caja, un lente que no sólo concentraba la
luz, sino que también proporcionaba cierto control sobre la
distancia necesaria para enfocar la imagen en la pantalla
(dirigiendo la imagen al interior oscuro y enderezando la imagen
invertida mediante espejos).
Hacia el siglo XVII, se sabía que ciertos
compuestos de plata se ennegrecían al exponerlos al sol,
pero se ignoraba si era el calor o la luz
lo que lo causaba.
A fines del siglo XVII Jihann Heinri Schulze, Profesor
de Anatomía
de la Universidad de
Altdorf (Alemania),
descubrió que era la luz la que causaba este
ennegrecimiento. Con lo que, en el siglo XVIII, los
científicos británicos Thomas Wedgwood y sir
Humphry Davy comenzaron sus experimentos para obtener imágenes
fotográficas. Consiguieron producir imágenes de
cuadros, siluetas de hojas y perfiles humanos utilizando papel
recubierto de cloruro de plata. Estas fotos no eran permanentes
ya que después de exponerlas a la luz, toda la superficie
del papel se ennegrecía.
En 1725, Schulze descubrió por accidente que el
compuesto que usaba en un matraz para sus experimentos,
adquiría, donde lo iluminaba el sol, una
coloración púrpura negruzca.
Recortó varias palabras de una hoja de papel y
las colocó alrededor del matraz. Situó esta cerca
de una llama, pero no se produjo ningún cambio de
color. Cuando lo colocó al sol y luego de un tiempo lo
sacó, las palabras aparecieron en el matraz, tal como
habían sido cortadas; "fotografiadas" por el nitrato de
plata oscurecido.
Sus hallazgos constituyeron la base de investigaciones
posteriores sobre sustancias sensibles a la luz.
A partir de ese momento, fueron muchos los que
intentaron o "lograron" tomar fotografías, pero fue Joseph
Nicéphore, en 1827, quién obtuvo la
primera fotografía conservada de la historia: Con una
cámara produjo en una placa de peltre la imagen de la
vista desde la ventana de su estudio. La placa de peltre estaba
pulida y pulverizada con una especie de asfalto mezclado con
petróleo.
La exposición duró ocho horas. En las zonas de luz,
el betún se endureció y se blanqueó
según la intensidad de luz recibida. Las zonas no
endurecidas se limpiaron con disolvente de petróleo y
luego se oscurecieron con vapor de yodo para aumentar el
contraste.
Alrededor de 1831 el pintor francés Louis Jacques
Mandé Daguerre realizó fotografías en
planchas recubiertas con una capa sensible a la luz de yoduro de
plata. Después de exponer la plancha durante varios
minutos, Daguerre empleó vapores de mercurio para revelar
la imagen fotográfica positiva. Pero con el paso del
tiempo, la imagen terminaba desapareciendo porque las planchas se
ennegrecían. En las primeras fotografías
permanentes conseguidas por el pintor la plancha de revelado se
recubría con una disolución concentrada de sal
común. Este proceso de
fijado descubierto por el inventor británico William Henry
Talbot, hacía que las partículas no expuestas al
yoduro de plata resultaran insensibles a la luz con lo que se
evitaba el ennegrecimiento total de la plancha. El método
Daguerre conseguía una imagen única en la plancha
de plata por cada exposición.
Mientras Daguerre perfeccionaba su sistema, Talbot
desarrolló un método fotográfico que
consistía en utilizar un papel negativo a partir del cual
podía obtener un número ilimitado de
copias.
Además de estos hubo muchos descubrimientos
posteriores que finalizaron en las actuales cámaras
fotográficas, mecánicas, automáticas,
rápidas, muy precisas y con fotos en blanco y negro y
color.
La refracción es un fenómeno que afecta a
los rayos de luz que atraviesan la frontera entre dos medios de
distinta densidad
óptica.
Un rayo, con una dada inclinación respecto a la
perpendicular a esa frontera, que pasa del medio menos denso al
más denso, se desvía aproximándose a la
normal.
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La relación entre los ángulos de llegada y
salida del rayo está determinada por la llamada Ley de LENZ. En
cualquier material, no todos los rayos que llegan a la frontera
son refractados, sino que un porcentaje es reflejado y otro
porcentaje es absorbido.
Un rayo que va de un medio más denso a uno menos
denso se aleja de la normal, y allí se da un
fenómeno interesante, porque si la inclinación
supera cierto ángulo el rayo "rebota" en la frontera,
produciéndose la llamada "reflexión
total".
Las características ópticas de las
lentes sencillas (únicas) o compuestas (sistemas de
lentes que contienen dos o más elementos individuales)
vienen determinadas por dos factores: la distancia focal de la
lente y la relación entre la distancia focal y el
diámetro de la lente. La distancia focal de una lente es
la distancia del centro de la lente a la imagen que forma de un
objeto situado a distancia infinita. La distancia focal se mide
de dos formas: en unidades de longitud normales, como por ejemplo
20 cm o 1 m, o en unidades llamadas dioptrías, que
corresponden al inverso de la distancia focal medida en metros.
Por ejemplo, una lente de 1 dioptría tiene una distancia
focal de 1 m, y una de 2 dioptrías tiene una distancia
focal de 0,5 m. La relación entre la distancia focal y el
diámetro de una lente determina su capacidad para recoger
luz, o "luminosidad", y su inversa es la abertura
relativa.
Un lente convexo tiene un foco real (lupa), es decir los
rayos que vienen del infinito se concentran –convergen- en
un punto real, observándose que cuanto mayor es la
curvatura de la lente, menor es la distancia focal.
Si la lente es de mucha curvatura los rayos dejan de
converger a un único punto, y se produce la llamada
"aberración óptica".
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gráfico seleccione la opción "Descargar"
En un lente cóncavo los rayos que vienen del
infinito salen en forma divergente, como si provinieran de un
punto que estuviera detrás de la lente (es decir, tiene un
foco virtual).
En los lentes cóncavos también se observa
que cuanto mayor es la curvatura de la lente, menor es la
distancia focal, y que lentes de mucha curvatura presentan
"aberración óptica".
La Cámara, su
constitución.
Las cámaras fotográficas modernas
funcionan con el principio básico de la cámara
oscura. La luz, que penetra a través de un diminuto
orificio o abertura en el interior de una caja opaca, proyecta
una imagen sobre la superficie opuesta a la de la abertura. Si se
la añade una lente, la imagen adquiere mayor nitidez y la
película hace posible que esta última se
fije.
Si bien existen diferencias estructurales entre ellas,
todas las cámaras modernas se componen de cuatro elementos
básicos: el cuerpo, el obturador, el diafragma y el
objetivo.
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Dentro del cuerpo se encuentra una pequeña
cavidad hermética a la luz donde se aloja la
película para su exposición. También en el
cuerpo, al otro lado de la película y junto al objetivo,
se hallan el diafragma y el obturador. El objetivo, que se
instala en la parte anterior del cuerpo, es en realidad un
conjunto de lentes ópticas de cristal.
El diafragma, abertura circular situada junto al
objetivo, funciona en sincronía con el obturador para
dejar pasar la luz a la cámara oscura. El obturador es un
dispositivo mecánico, dotado con un elemento
elástico, que deja pasar la luz a la cámara durante
el intervalo de exposición.
La mayoría de las cámaras modernas poseen
algún sistema de visión o de visor para permitir al
fotógrafo ver, a través del objetivo de la
cámara, la escena u objeto que se desea fotografiar. En
las cámaras más baratas, a menudo la escena es
vista a través de un pequeño lente
cóncavo que la muestra con mayor
nitidez. En las cámaras de mayor precio, el
visor suele contener algún sistema de enfoque,
generalmente el de doble cuña.
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