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Aprende a pensar el texto como instrumento de conocimiento




Enviado por almipaz



Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Aprende a pensar el
      texto
    3. Enseñanza de la
      lectoescritura
    4. Enseñar a
      pensar
    5. Pensar para
      crear
    6. Comprensión y
      teoría de las seis lecturas
    7. Cómo ayudar
      a los niños a amar la lectura
    8. Perfil del
      profesional que necesitan las empresas
    9. Texto y
      argumentación
    10. Funciones de las
      partículas y los enlaces en las
      proposiciones.
    11. El texto y el
      concepto
    12. El texto y la
      lógica proposicional
    13. Construcción del
      conocimiento
    14. Texto y
      competencia moral
    15. Pensamiento y
      escritura proposicional
    16. El razonamiento
      en el párrafo
    17. EL
      análisis y la síntesis
    18. El texto y la
      puntuación
    19. Competencias
      en el proceso educativo
    20. Trece estrategias
      para la composición de ensayos.
    21. Bibliografía
    22. Tendencias
      del tercer milenio
    23. Taller de Ideas
      previas
    24. Pensar con todo
      el Cerebro
    25. "Atrévete a pensar"
      Kant
    26. El ordenador
      de ideas
    27. Organización de la
      información
    28. La
      elaboración de mentefactos

     

    PRESENTACIÓN

    Es posible propiciar el pensar desde la misma Universidad. Es
    decir, enseñar a pensar para valorar la vida.
    También es posible generar una nueva actitud de
    pensar que promueva el respeto por los
    principios y
    valores
    universales, si enseñamos de tal forma que orientemos
    hacia un proceso
    auténtico y autónomo de pensar, si dejamos de
    controlar excesivamente, si permitimos que el alumno pueda pensar
    por cuenta propia. ¿Cómo debiéramos proceder
    para que realmente el estudiante piense, y que no siga ejecutando
    los mismos modelos o
    estereotipos que sigue repitiendo en forma rutinaria en el
    colegio? ¿Qué debemos hacer o cómo debemos
    cambiar para que efectivamente valore el pensar como su principal
    tarea como educando y descubra por sí mismo el valor
    formativo del pensar?.

    Cuando un estudiante tiene la grata oportunidad de
    disfrutar del pensar por sí mismo, es como si descubriera
    un mundo que había estado oculto
    en forma inexplicable para él, ya que el complejo
    institucional -su marco de referencia- en el que supuestamente se
    ha educado, no ha estado orientado o más bien lo ha
    excluido- porque no lo exigía o promovía o porque
    directamente lo reprimía- impidiendo pensar, criticar e
    interrogar.

    Uno de los retos mayores que enfrenta la educación moderna,
    está relacionada con los procesos del
    pensamiento y
    promoción del desarrollo
    integral del educando. En tal sentido, el presente libro aparte
    de los criterios pedagógicos ofrece a los estudiantes una
    metododología para la comprensión de la lectura y
    la adquisición de nuevos conocimientos, que se resume en
    el "como ingresar al mundo del texto y salir de él sin
    lastimarse".

    La principal actividad de la universidad debe ser
    enseñar a pensar, a comprender e interpretar el mundo, y
    es la lectura el
    medio privilegiado, indispensable para el desarrollo de las
    operaciones
    intelectuales. La lectura de reseñas, relatorias, informes,
    artículos científicos y ensayos,
    requiere de múltiples habilidades relacionadas con las
    operaciones del pensamiento; fundamentales para el desarrollo
    intelectual del joven estudiante.

    Teniendo en cuenta los anteriores conceptos he elaborado
    el presente manual y tiene
    como objetivo
    ayudar a aquellas personas que necesitan mejorar la competencia de
    lectura y escritura
    durante los primeros semestres en la universidad.

    La primera parte del libro presenta los elementos
    básicos para interpretar, comprender y asumir el texto
    como instrumento de conocimiento,
    se conceptuaaliza en torno al texto
    argumentativo. La segunda parte aborda el estudio teórico
    y práctico de la producción de ensayo; se
    presentan trece estrategias para
    su composición. La tercera parte es toda una
    reflexión sobre la universidad que soñamos:
    integral, humanista, comprometida con la ciencia y
    la academia. La cuarta parte es un manual para la
    formación de lectores y ejercicios para pensar con todo el
    cerebro. La
    quinta parta el ordenador de ideas.

    Las reflexiones presentes, no pretenden responder los
    interrogantes arriba mencionados, tampoco contribuir propiamente
    a una respuesta concreta a los mismos, sino continuar la
    discusión en torno a una Universidad razonante y poder,
    además, enunciar otros problemas
    implícitos en el proceso lector y que en nuestro medio
    están evidenciándose cada vez más, haciendo
    ineludible una reforma curricular y el logro de un nuevo proyecto
    educativo. Centrado en el hacer académico y en la responsabilidad intelectual.

    Al hacerse cada vez más evidente la crisis que el
    asumir esta reflexión implica para la Universidad se
    plantea además lo que ha afectado y condicionado el
    cuestionado modelo de
    enseñar vigente al estudiante que hoy tenemos:
    acrítico, indisciplinado, despolitizado, con la inercia
    manifiesta de su minoría de edad y con una actitud
    contestaría y aversiva hacia todo lo que para él
    representa academia y estudio.

    El Autor

    OBJETVO GENERAL DEL MANUAL

    Hacer de la lectura y la escritura herramientas
    fundamentales en los procesos preliminares de la investigación, el diseño
    de proyectos de
    vida, construcción de conocimiento e
    interpretación de contextos sociales o
    pedagógicos.

    INTRODUCCIÓN

    La inducción universitaria, busca comprometer
    al estudiante y hacerle entender que su vida ha dado un gran giro
    de trescientos sesenta grados con su ingreso a la Universidad. Es
    trascendental que el "primíparo" comprenda que sus
    intereses ya no son los mismos y sobre todo que debe asumir una
    mayor responsabilidad con sus sueños, un comportamiento
    más abierto con el estudio. En su nueva vida él
    debe pensar el mundo, pensar el país y por encima de todo
    pensarse él, a través de un proyecto de
    vida.

    Ser estudiante universitario requiere de un gran
    tesón, dedicación exclusiva con referencia a su
    visión profesional. Sin duda alguna, durante el primer
    semestre se experimentan cambios significativos en la dinámica de la vida del estudiante. Se
    entra a tener una fuerte interacción con las materias de
    estudio, con los compañeros, con los profesores y con la
    universidad.

    Es un imperativo. Practicar una disciplina
    deportiva, conocer e identificarse con la filosofía de la
    universidad, también es trascendental conocer sus espacios
    físicos, las diferentes facultades, sus directivos. Es
    decir familiarizarse con la cultura
    empresarial universitaria.

    Sólo se obtendrán grandes resultados si
    hay claridad con los compromisos universitarios. Porque, si el
    estudiante está congestionado por otros compromisos,
    presionado con otros intereses, agobiado por cansancio
    físico o intelectual no disfrutará de una vida
    universitaria esplendorosa.

    Hacer parte de un grupo es una
    oportunidad para integrarse, formar parte de un equipo es una de
    las experiencias más plenas en la vida académica;
    es en el trabajo en equipo
    donde se desarrolla la simpatía, la empatía y sobre
    todo se establece la sinergia
    necesaria que permite potenciar el hacer y el crecer. El equipo
    debe discutir, debatir, proponer, realizar trabajos y sustentar
    sus experiencias.

    Asistir a las cátedras en forma regular y puntual
    es un factor decisivo para la comprensión, la
    ilación, la interpretación de los conocimientos.
    Son también compromisos tener una participación
    activa, compartir ideas, aportar experiencias, realizar talleres,
    consultas documentarias, visitar la biblioteca; para
    consultar libros,
    revistas, artículos y demás cosas útiles en
    todo proceso de aprendizaje. De
    lo que se trata de construir un nuevo pensamiento
    autónomo, comprometido con la academia; capaz de visionar
    un mundo mejor.

    Posiblemente lo que más cambia en la vida
    académica son los hábitos de estudio. El estudiante
    debe asumir nuevos hábitos de lectura, nuevas
    metodologías de estudio y sobre todo mucha responsabilidad
    con la escritura. En todos los casos debe ser constante,
    perseverante.

    Los nuevos hábitos deben imprimirle a la mente
    creatividad,
    desarrollar la habilidad para solucionar problemas, flexibilidad
    para adaptarse a las nuevas circunstancias, sensibilidad frente a
    los problemas y sobre todo originalidad en sus
    propuestas.

    Otras de las cosas que debe desarrollar el estudiante
    universitario es la capacidad de abstracción, de análisis, de inducir, deducir y de síntesis.
    El estudiante debe ser comunicativo pero lo más importante
    es cambiar, modificar su conducta de tal
    manera que pueda antes que comprender, vivir la belleza; antes
    que interpretar, sentir lo bueno y antes que razonar, descubrir
    lo verdaderamente útil de vivir y gozar la
    vida.

    Llegar a la universidad no es simplemente adaptarse a un
    nuevo espacio físico, es prediponerse a la
    asimilación de nuevos valores, éticos,
    estéticos, sociales, económicos y sobre todo asumir
    responsabilidades académicas. Ingresar a la universidad es
    dejar los uniformes del colegio y vivir una nueva experiencia,
    más plena y comprometida en la construcción del
    proyecto de vida.

    Quien entra a la universidad debe ser capaz de
    estructurar nuevas amistades, de establecer mejores relaciones
    interpersonales tanto con los jóvenes como con sus
    nuevos maestros. Debe ser consciente que durante estos cinco o
    más años se tallará el futuro profesional
    que necesita el país. Por tal motivo debe aspirar a
    recibir lo mejor para dar lo mejor a la sociedad.

    Estas son algunas reflexiones básicas para tener
    un buen desempeño en la universidad. El
    propósito de la inducción es abrir el corazón
    para soñar la vida; sensibilizar el cerebro para despertar
    en la vivencia de un mundo tallado por un nuevo hombre.
    Recuerde, ser buen estudiante es tener alas para volar y pies de
    plomo para cristalizar los sueños. El buen estudiante
    asume el papel de
    líder
    creativo, innovador. Aprovecha las oportunidades donde otros
    sólo ven obstáculos y considera el texto como el
    principal instrumento de conocimiento.

    Parte I

    APRENDE A PENSAR EL TEXTO

    COMO INSTRUMENTO DE
    CONOCIMIENTO

    • Una reflexión sobre el acto de leer y
      escribir en la Universidad.
    • Estrategias para la comprensión,
      interpretación y composición de
      textos.

    I

    Texto y conocimiento

    "El intelectual tiene, pues, la tarea más
    difícil

    que se haya presentado nunca en la
    historia

    de la cultura: resistir a todas las fuerzas
    que

    degradan la reflexión y ser capaz de dirigir
    su

    reflexión hacia las aportaciones capitales de
    las

    ciencias contemporáneas con el fin de
    intentar

    pensar el mundo, la vida, el ser humano,
    la

    sociedad".

    (Edgar Morín, Mis demonios, 1995)

    La mejor experiencia que puede tener un estudiante que
    ingresa por primera vez a la universidad, sin duda, es el
    familiarizarse con las disciplinas propias del área por
    las que opta. Por lo tanto, debe iniciarse en la lectura y
    relectura de los textos y escritos que le permitan acceder al
    conocimiento específico y general de la carrera que ha
    elegido. Durante esta primera etapa, no es corriente que los
    catedráticos de las llamadas Áreas
    profesionalizantes acompañen a los estudiantes en los
    procesos de leer, interpretar, comprender y producir discursos
    escritos. Ellos sólo se limitan a desarrollar o planear
    sus cátedras con métodos
    tradicionales y prácticas consuetudinarias, como la
    magistral, la conferencia de
    expertos, los talleres de impacto, las lecturas obligadas, las
    consultas bibliográficas y las dinámicas de
    salón, experiencias que no van más allá de
    la simple transmisión de información y no contribuyen a la
    producción de nuevos conocimientos.

    Los alumnos que inician estudios superiores, en general,
    evaden los textos filosóficos, científicos y los de
    profundidad cultural, por la infundada creencia de que los
    escritos filosóficos son aburridos; los
    científicos, pesados, y los de profundidad cultural, poco
    prácticos. De todos modos, en realidad no logran develar
    su saber y, mucho menos, interpretar sus hipótesis. Ignoran que los instrumentos
    más importantes en los procesos del aprendizaje
    universitario, son: la deducción, la inducción, el
    análisis y la síntesis y que dichas operaciones
    intelectuales sólo son posibles potencializando las
    habilidades de lectoescritura.

    Los procesos de trabajo lecto-escritural confirman que
    el estudiante cuando aborda ensayos o artículos
    científicos, (cuando se trata de hallar en ellos sus
    hipótesis o tesis)
    demuestra una sorprendente incapacidad de comprender e
    interpretar, que se refleja, también, en la imposibilidad
    de escribir textos argumentativos. Es a través de la
    lectura y de la escritura como se ejercita la
    interpretación y el pensamiento lógico. Es por
    medio de ella como se forman los investigadores. Un buen lector
    de textos científicos es aquel que sabe leer literalmente
    un texto y agrega su saber de escucha.

    La lectura es un proceso productivo entre el texto, que
    es fuente de conocimiento, y el interlocutor, que aporta saberes
    en la medida en que ha realizado una interpretación en el
    sentido fuerte, como diría Estanislao Zuleta.

    Las áreas del Proyecto Educativo de la
    Universidad tienen el compromiso de la formación de la
    persona y le
    corresponde al componente de Construcción del Pensamiento
    acompañar al estudiante en esta dura tarea de alfabetizar
    en la competencia lectora y promocionar la escritura como
    máxima manifestación de la inteligencia
    humana.

    El docente de Construcción del Pensamiento debe
    persuadir al estudiante de las disciplinas con componente
    científico, social, económico, político,
    administrativo y de las ramas de la salud, para que asuma el
    texto no como simple documento de información, sino como
    instrumento de conocimiento, de tal manera que aprenda a
    descubrir lo mejor de la vida y abrir la mente al conocimiento y,
    sobre todo, abrir los ojos a la cultura de la
    humanidad.

    El gran propósito, es entregar herramientas para
    que el joven estudiante ingrese al mundo del texto y pueda salir
    de él sin lastimarse; es decir, sin imposición,
    pero, eso sí, descubriendo sus hipótesis,
    descubriendo el edificio conceptual que subyace al interior del
    ensayo y que lo determina. El objetivo general, enseñar a
    pensar el texto como instrumento del conocimiento. Por lo tanto,
    es preciso comprender que él se construye a partir de
    macroproposiciones; unas, denominadas argumentales, que tienen la
    tarea de explicar y sustentar las tesis; otras, que por su
    naturaleza de
    causalidad, concluyen y se desprenden de las proposiciones
    mayores; y otras, que simple y llanamente definen términos
    o conceptos.

    El proceso didáctico y de aprendizaje es
    contemplar que el texto se codifica a partir de ideas mayores y
    también se decodifica o se desentraña por medio del
    análisis de las mismas. Todo texto presenta una organización gramatical: fonemas, morfemas,
    palabras, frases y oraciones y siendo las proposiciones las que
    constituyen el tejido lógico y coherente de pensamientos
    del autor.

    Leer y escribir es utilizar el diálogo
    con el otro o con otros en la solución de problemas, de
    modo que sea a través de la argumentación como se
    logran acuerdos, y son las hipótesis y las sugerencias las
    alternativas de solución. De cualquier forma, la
    competencia racional y argumental es el fundamento para alcanzar
    el
    conocimiento; premisa esencial para la superación de
    los problemas.

    Abordar el texto como instrumento del conocimiento es
    hacer de la lectura y la escritura una actividad esencial en
    función
    de construir conceptualizaciones sobre la naturaleza, la sociedad
    y sobre los proyectos de vida. Para pensar bien, hay que leer y
    escribir bien; es decir, para construir simbólicamente el
    mundo, reconstruir la cultura, expresar emociones y
    sentimientos, debemos usar la lectura y la escritura como
    actividades que confronten nuestro mundo cultural y social; o
    como herramientas para conocer sus problemas, o medios para
    expresar soluciones.

    Las clases de primaria y del bachillerato, se realizan
    talleres de lectura y redacción; generalmente se ejercitan en
    función de memorizar o retener el sentido de lo que el
    autor quiso decir. También se conocen las nuevas
    propuestas de lectura rápida, fundamentadas en la
    técnica de cómo leer un amplio grupo de palabras en
    pocos minutos y lograr una vasta información:
    ¿Qué personajes había, cuál era el
    nombre del protagonista, en qué secuencia se encontraban,
    qué quiso decir el autor, etc.?, Método que
    no trasciende por su baja competencia interpretativa.

    Zuleta, citando a Nietzsche en
    la conferencia "Sobre la Lectura", afirma que este tipo de
    profesores y sus alumnos no sólo están de
    afán, sino que también tienen la ilusión de
    haber aprendido sin haber interpretado todavía. Y frente a
    esta ilusión, plantea que los libros buenos no han sido
    escritos para lectores fáciles o que estén de
    afán, sino para lectores que tengan temperamento de vacas
    y sean capaces de ejercitar la paciencia de rumiar.

    Dice Zuleta: "Leer, interpretar es trabajar; es someter
    el texto, un libro, párrafo
    por párrafo a una interpretación en el sentido
    fuerte y no propiamente examinar cuál es la
    intención del autor, para acomodarnos a su ideología. Cuando enfrentamos un texto
    efectivamente tenemos un código,
    el del texto, pero no tenemos un código común. Al
    iniciar no podemos identificar un código propio del texto.
    Las palabras tienen, sin duda, un sentido, pero en un libro cada
    palabra se define por las relaciones con las demás, es
    decir, el contexto".

    Leer no es fácil, lo recuerda Zuleta, y cada
    libro tiene su enigma y sólo lo descifra el buen lector;
    por eso dice que hay que leer a la luz de un
    problema, hay que trabajar e investigar; por tal razón
    toda lectura es una búsqueda para aclarar un interrogante
    que nos debe interesar. En nuestra época, hay muchos
    libros en busca de lectores y parece que los lectores se
    extinguen. El problema es también cultural. En el siglo
    XIX sólo unos cuantos sabían leer; en el siglo XX
    con todos los esfuerzos civilistas no fue posible que todos lo
    hicieran; en este nuevo milenio no es suficiente leer, se
    requiere de interpretación, de aprehensión del
    conocimiento y, sobre todo, de producción de nuevo
    conocimiento y éste no es posible sin la escritura como
    medio de divulgación del conocimiento.

    Nacemos y aprendemos a hablar como lo hacen nuestros
    padres, vecinos y profesores. Vamos al jardín de infantes;
    luego, a la escuela;
    posteriormente, al colegio y, allí, seguimos campantes y
    tranquilos; vemos los libros como cosas raras. Ingresamos a la
    universidad y todo sigue igual, nos gusta vivir del cuento y la
    tradición oral. Nos disgusta la lectura y la escritura.
    Esta es una de las causas de nuestro atraso industrial,
    comercial, científico y tecnológico. No tenemos
    muchos investigadores; a los jóvenes no les gusta leer,
    menos escribir o discutir las ideas; y en todos los casos nos
    conformamos con los informes del profesor o de los medios de
    comunicación.

    No podremos superar el atraso tecnológico con los
    pobres conocimientos que adquirimos en las escuelas, colegios y
    las universidades, que no tienen como fundamento la
    investigación, la lectura y la escritura. Sin compromiso
    con el texto como instrumento del conocimiento, estaremos
    alejados de la realidad. Los jóvenes creen que los
    conocimientos no requieren de esfuerzo y que se pueden adquirir
    en la cafetería, en internet, en el
    supermercado, en los pasillos o en la
    televisión; por esa razón, no critican, no
    interpretan y no crean conocimiento.

    Jaime Alberto Vélez refiriéndose a las
    dificultades de lectura y la producción de ensayos
    plantea: "La incapacidad académica para acceder a esta
    forma de escritura no debería entenderse como falta de
    información sobre sus técnicas
    específicas, sino como un fracaso del sistema educativo
    en general. Para escribir un ensayo se
    requiere un ser humano bien informado, con sensibilidad y
    criterio propio".

    La lectura, la comprensión y la
    interpretación son ejes esenciales del que hacer
    universitario, pero no hay lectura sin escritura y es el Ensayo la
    más importante forma de producción intelectual. El
    estudiante que no se atreve a ensayar, no arriesga, y quien no
    arriesga, sólo reproduce el discurso del
    establecimiento o, como diría Zuleta, la ideología
    dominante.

    Quiero destacar, en síntesis, que el maestro
    universitario, cualquiera que sea su disciplina:
    académica, científica o tecnológica, debe
    mostrarse dispuesto a acompañar a los estudiantes en los
    procesos de formación de la competencia lectora y
    escritural. Él debe asumir el compromiso de enseñar
    a pensar el texto como instrumento de conocimiento, debe motivar
    a la producción de escritos. En tal sentido, debe ser un
    indagador permanente, un investigador, un provocador de
    interrogantes, un analista y, sobre todo, un profesional
    ético, comprometido en la construcción de una nueva
    sociedad.

    II

    Enseñanza de la
    lectoescritura

    "Ninguna imaginación para
    innovar,

    poca voluntad para trabajar y completa

    falta de audacia para investigar, forma

    una receta infalible para producir pobreza"

    Komosuke Matsushita

    Todos los docentes, independientemente de su área
    específica de formación, por el hecho de ser
    profesionales comprometidos con la educación humanista e
    integral, tienen una inmensa responsabilidad ética con
    los estudiantes y con la sociedad. Les corresponde preparar y
    educar, no sólo en lo referente al conocimiento
    específico, sino también en lo moral y en el
    humanismo; es
    tarea de todos: educar para la autonomía intelectual y,
    sobre todo, para la formación de los cuadros que la
    sociedad necesita.

    El estudiante por el hecho de ser joven es poseedor de
    un inmenso potencial creativo que, desafortunadamente, no
    aprovecha por la falta de acompañamiento por parte de los
    docentes de las áreas profesionalizantes, y que en la
    práctica, empieza a perder desde el momento de su ingreso
    a la escolaridad. Desde que aparece la oralidad, nos empobrecemos
    en el ámbito de la lectura y de la escritura, porque
    pensamos que con hablar es suficiente; en tal sentido, nos
    llenamos de una cantidad de categorías prestadas; no
    dejamos que la realidad nos exprese sus secretos; no somos
    sensibles a toda gama de mensajes que podríamos descubrir
    sólo con interpretar un texto. Cuando aparece el "discurso
    de opinión", perdemos la potencialidad de leer y de
    escribir, creemos que con hablar es suficiente. Propongo en este
    escrito hacer un llamado a que recuperemos de una manera plena la
    posibilidad de edificar conocimientos a partir de ver el texto
    como instrumento de conocimiento. Sólo aprendiendo a leer,
    aprendemos a interpretar, y es ésta sin duda, la forma
    más elevada de creatividad para la construcción de
    un nuevo pensamiento.

    Álvaro Díaz reconoce que en el medio
    académico es motivo de preocupación el serio
    problema que enfrentan muchos estudiantes, e inclusive algunos
    profesionales respecto a los procesos de lectura y escritura.
    Partiendo de esas dificultades lanza su propuesta
    "Aproximación al texto escrito" y pretende acercar al
    lector a la utilización eficaz del lenguaje como
    medio de adquisición, apropiación y
    aplicación de todo conocimiento.

    La escritura la define como una labor difícil
    para la mayoría de las personas, por factores
    psicológicos, cognoscitivos, lingüísticos y
    retóricos. Es decir, por la falta de confianza, por
    carencia de conocimientos, la baja competencia analítica y
    retórica. El mismo Álvaro Díaz hace
    referencia al proceso de la construcción del texto en el
    que se da la invención, redacción, evaluación, revisión y
    edición. Culmina diciendo que "La lectura y la
    composición son dos actividades estrechamente
    relacionadas, de modo que lo que se afirma en una de ellas tiene
    que ver con la otra. Por eso, antes de aprender a escribir es
    preciso aprender a leer". Si no se fomenta el hábito de
    leer, no es posible dominar los protocolos de la
    competencia de la composición de escritos.

    Dado que los enfoques y metodologías
    tradicionales no han contribuido a resolver el problema, creemos
    que mediante el desarrollo de pensamiento, como herramientas para
    mejorar la comprensión lectora y para motivar la
    producción de escritos que expresen propósitos
    claros, argumentos coherentes y sustenten hipótesis, es
    como se deben interpretar las nuevas estrategias encaminadas a
    considerar los textos como instrumentos de
    conocimiento.

    Las tipologías discursivas: la reseña,
    la entrevista,
    el artículo periodístico, el ensayo; la novela, el
    cuento, la poesía…, van desde la opinión
    hasta las formas híbridas, como el ensayo, hasta la
    escritura artística, como la poesía. Todas ellas
    son escritos que exigen una buena lectura. Veamos, por ejemplo,
    el caso del ensayo. Esta forma discursiva es utilizada desde hace
    muchos años y sus grandes maestros en el mundo son:
    Francis Bacón, considerado el más grande ensayista,
    y Michael de Montaigne, inventor de éste género
    entre los clásicos; en el ámbito de América
    Latina tenemos a Jorge Luis
    Borges, Alfonso Reyes, Pedro Enríquez Ureña,
    José Carlos Mariátegui, Octavio Paz;
    en Colombia, sin
    duda, están: Baldomero Sanín Cano y Gustavo Cobo
    Borda, quienes han cultivado en forma destacada esta
    tipología discursiva.

    El Ensayo es un sistema de escritura híbrida,
    porque exige del autor indagar, investigar con detenimiento sobre
    el tema a expresar y, sobre todo, calidad en la
    argumentación de las tesis. Los buenos ensayos se cuidan
    de lo que dice y cómo lo dicen. Como técnica hay
    que seguir algunos pasos en su elaboración. De acuerdo con
    Fernando Vásquez Rodríguez, "El ensayo, diez pistas
    para su composición" presentamos una síntesis en
    forma propositiva del documento citado:

    P1. Un ensayo es una mezcla entre el arte y la
    ciencia.

    P2. Un ensayo no es un comentario, sino una
    reflexión.

    P3. Por eso, el ensayo se mueve más en los
    juicios y en el poder de los argumentos.

    P4. Un ensayo es un discurso pleno y
    coherente.

    P5. El ensayo requiere del buen uso de los
    conectores.

    P6. Los conectores son como las bisagras, los engarces
    necesarios para que el Ensayo no parezca
    desvertebrado.

    P7. Existen conectores de relación, de
    consecuencia, de causalidad; los hay también para resumir
    o para enfátizar.

    P8. Gracias a la coma y al punto y coma, el ensayo
    respira.

    P9. Cuando un ensayo es de dos o tres páginas
    sobran los subtítulos.

    P10. Al escribir ensayos, comprobamos nuestra "lucidez"
    o nuestra "torpeza mental".

    P11. El ensayo " cuestiona y diluye" las verdades
    dadas.

    P12. El ensayo saca a la ciencia de su "excesivo"
    formalismo y pone a la lógica
    al alcance del arte.

    P13. La esencia del ensayo radica en su capacidad de
    juzgar.

    P14. Los ensayistas de oficio saben que las verdades son
    provisionales.

    P15. Las partes del ensayo deben estar
    interrelacionadas.

    P16. El ensayo –puro ejercicio del pensar- es
    el reflejo del propio pensamiento. -PROPOSICIÓN
    TESIS-

    El ensayo es un texto, generalmente breve, que expone,
    analiza o comenta una interpretación personal, sobre
    un determinado tema: histórico, filosófico,
    científico, literario, etc. En él predomina el
    personal y subjetivo juicio del autor. Para los efectos de la
    propuesta de ensañar a pensar el texto como instrumento
    del conocimiento, consideramos que el ensayo, por ser la
    tipología textual reina, todos los docentes deben motivar
    su lectura, análisis, interpretación,
    comprensión y, sobre todo su construcción, porque
    su objetivo es defender una tesis y lograr que el lector adhiera
    a ella; exige un gran rigor de pensamiento lógico y una
    gran organización de sus partes. Para lograrlo se debe
    utilizar un léxico preciso, directo; con preguntas que
    generen expectativas y citas textuales de autoridades en el tema,
    que respalden los argumentos de quién escribe.

    La mayoría de los textos complejos pertenecen al
    género ensayo argumental y se encuentran articulados por
    cuatro categorías: a) planteamiento del
    problema, b) formulación de la hipótesis, c)
    demostración por medio de argumentos y d)
    comprobación o refutación de la hipótesis.
    La recomendación más importante sobre cómo
    ser buenos lectores o escritores, viene desde el hacer: se
    aprende a hacer, haciendo; se aprende a escribir, escribiendo.
    Decirlo es muy fácil, pero quien ha entrado en la
    práctica de la escritura sabe que se "domina" poco a poco,
    pero volviéndola una rutina, un hacer diario. Los buenos
    escritores son el producto de un
    proceso y no por generación espontánea. Sucede lo
    mismo con otras manifestaciones artísticas; se pasa del
    boceto, al lienzo y de allí a los modelos hasta lograr la
    pintura
    terminada.

    La escritura como proceso tiene algunos pasos a seguir
    que Daniel Cassany en el libro "La cocina de la escritura"
    recomienda un decálogo de la redacción:

    P1. No tenga prisa. Date tiempo para
    reflexionar sobre lo que quieres decir y hacer.

    P2. Utiliza el papel como soporte. Has notas, listas y
    esquemas.

    P3. Elabora borradores, reescribe, emborrona.

    P4. Piensa en tu audiencia. Escribe para que puedan
    entenderte.

    P5. Deja la gramática para el final. Fíjate
    primero en lo que quieres decir.

    P6. Dirige conscientemente tu composición.
    Planifica la tarea de escribir.

    P7. Fíjate en los párrafos: que se
    destaque la unidad de sentido y de forma que sean ordenados, que
    empiecen con la frase principal.

    P8. Repasa la prosa, frase por frase, cuando hayas
    completado el escrito. Cuida de que sea comprensible y
    legible.

    P9. Ayuda al lector a leer. Fíjate que la
    imagen del
    escrito sea esmerada. Ponle márgenes: subtítulos,
    números, enlaces…

    P10.Deja reposar tu escrito en la mesita. Déjalo
    leer a otra persona

    Una persona es inteligente cuando puede leer,
    interpretar, comprender y escribir; que pueda expresar en
    símbolos para su descendencia lo que pensó que era
    importante. El ser humano fue un animal que evolucionó,
    hasta que aprendió a hablar y, de esta forma, dio rienda
    suelta a su pensamiento, y con ello aprendió a estampar en
    símbolos en las piedras, en las cortezas de los árboles, en los muros de las cuevas, lo que
    imaginaba. Por tal razón, el surgimiento de la escritura
    divide la historia en un antes y un
    después. Cuando el hombre pudo
    registrar lo que hacía, se desarrolló la
    civilización, como la máxima expresión de la
    cultura.

    El habla es una competencia importante para vivir y
    comunicarse, pero no es suficiente; es preciso desarrollar otra
    competencia más exigente: la lectura. Por ello, hay que
    buscar los libros, la lectura le permite ingresar al ser humano
    al mundo del saber social. Recordemos que casi toda la cultura de
    la humanidad no sólo se expresa en hábitos y
    costumbres, sino que también está almacenada en
    bancos de
    información, llamados libros. Ignorar los libros es
    desconocer lo bueno, lo bello y lo útil de la cultura
    universal y local.

    Cuando alguien escribe, está convirtiendo en
    objeto aquello que sabe o acaba de descubrir. Está
    poniendo a disposición de otros su saber o unos saberes de
    otros. De ahí que, el buen lector disfruta en la aventura
    de leer; vive y se sumerge en otro paisaje. Si lee libros
    científicos, tecnológicos, artísticos,
    humanistas, filosóficos o cualquiera que sea su
    naturaleza, puede encontrar en ellos una importante fuente para
    el desarrollo de los conocimientos y el afinamiento de la
    inteligencia.

    La presentación de un ensayo, requisito para el
    nombramiento de profesores en el período del 2001-B sobre
    áreas de especialización o sobre la
    filosofía del proyecto o sobre cualquier tema que pueda
    ser considerado un aporte epistemológico,
    pedagógico o tecnológico, es la medida más
    trascendental en la historia de la corporación
    universitaria. Como es evidente, tal solicitud busca sanamente
    obligar a los docentes de la Universidad Santiago de Cali
    ingresar al mundo del texto – se sabe de docentes que
    solicitan ensayos como requisitos para evaluar cuando nunca han
    publicado o escrito uno- y generar una amplia producción
    de escritos porque en las universidades donde sus maestros no
    escriben difícilmente florece la investigación y la
    ciencia.

    Complicada la situación para aquellos docentes
    que se resisten a ingresar al mundo de la lectura y de la
    escritura. Por consiguiente se hace necesario desarrollar un
    amplio plan para
    capacitar a los profesores en las habilidades y destrezas
    argumentativas. En tal sentido, a manera de recomendación
    general, propongo que se realicen seminarios de
    composición, talleres de teoría
    de la argumentación, concursos de ensayos, y se establezca
    un atractivo programa de
    estímulos para que los profesores escriban sin el temor
    que causa la imposición; invitar al cambio de
    actitud frente al libro y que éste se refleje en los
    acompañamientos a los estudiantes en los procesos de la
    lectura y la escritura por parte de todo el
    profesorado.

    III

    Enseñar a pensar

    "Frente a los numerosos desafíos
    del porvenir,

    la educación constituye un
    instrumento indispensable

    para que la humanidad pueda progresar
    hacia

    los ideales de paz, libertad y
    justicia
    social".

    Jacques De Lors

    Cuando a George Steiner, una de las mentes más
    lúcidas de finales del siglo XX, le preguntaron qué
    era para él una Universidad, respondió, que
    humildemente las consideraba como "Casas para aprender a leer".
    Esta respuesta humilde y portentosa nos recuerda que leer es un
    ejercicio serio complejo y muchas veces doloroso; leer
    sólo es posible para quien acepta la sensación de
    riesgo, quien
    tiene espíritu de aventura y pensamiento
    crítico.

    La Universidad Santiago de Cali ha incorporado la
    cátedra de lectura, escritura, teoría de la
    argumentación y epistemología a través del
    área humanista de Construcción del Pensamiento
    porque es consecuente con Visión y Misión:
    "Ser escuela para la formación de proyectos de vida en
    continuo crecimiento (…) y "Avanzar cada día en el
    conocimiento y el amor
    haciendo de la vida un permanente aprendizaje" (…) Su objetivo
    supremo es formar humanistas con una sólida
    formación científico profesional, hombres
    autónomos con espíritu emprendedor y líderes
    en las grandes exigencias de los nuevos tiempos.

    La relación entre la necesidad de leer, escribir
    y las urgencias academicistas no han sido fáciles;
    mientras que la lectura y la escritura es reconocida por los
    catedráticos humanistas e intelectuales como urgente y
    trascendental; los profesionalizantes más preocupados por
    la formación técnica y el conocimiento
    específico han presentado el acto de leer, escribir e
    interpretar como un hecho fácil que no amerita el esfuerzo
    de la dirección del proyecto y sugieren su
    eliminación a cambio de más información
    específica y profesionalizante.

    Existen muchas razones para saludar el ingreso de la
    Santiago a la era de la lectura inteligente como la denominan los
    especialistas de la pedagogía conceptual, primero porque
    la
    motivación es abordar el texto como instrumento del
    conocimiento. Segundo porque se interpreta la lectura como el
    preámbulo de la investigación y tercero porque se
    trata de hacerle frente al analfabetismo
    funcional y a la ignorancia conceptual que cada día
    aniquila las posibilidades intelectuales de las nuevas
    generaciones, y en cuarto lugar porque la cátedra no busca
    fabricar pensamiento en serie sino construir pensamiento
    autónomo de la ideología dominante, en otras
    palabras enseñar a pensar para cambiar la topografía del dolor que causa la
    ignorancia, es brindarle a los jóvenes la oportunidad de
    superar sus carencias conceptuales.

    Construcción del Pensamiento es la llave maestra
    del Proyecto Educativo Institucional Santiaguino que se sustenta
    en el compromiso de enseñar a pensar de acuerdo con las
    exigencias modernas, –con rigor científico- a
    estudiantes y profesionales deseosos de convertirse en lectores
    críticos, sensibles, autónomos y aspirantes a
    construir un mundo alejado del atraso. Por tal motivo tienen
    razón quienes sostienen que leer, pensar y escribir, son
    la misma cosa, porque quien sabe leer un texto, no puede ignorar
    el contexto y no son nuestros ojos los que leen sino todo nuestro
    ser. Por eso es claro el doctor Ricardo Maya Correa – inspirador
    del proyecto- cuando argumenta: – "Pensamiento y Acción"-
    página 72 la necesidad de aprender a leer, a escribir, a
    razonar la lectura y, concluye afirmando que el objetivo es
    construir criterios propios y tesis dentro del derecho a pensar
    libremente.

    El estudiante universitario debe aprender a leer no
    sólo los textos, sino también la realidad del
    país, de la región, para luego presentar formulas
    de solución a los problemas, cualquiera que estos sean.
    Recordemos que no leer es aprender a perderse lo mejor de la
    vida, es también aprender a desconocer las leyes del
    universo y de
    la vida, es cerrar la mente al conocimiento. No leer es aprender
    a ignorar todo lo que está escrito. En cambio, leer es
    abrir los ojos a la cultura de la humanidad.

    La propuesta de la lectura y la escritura categorial que
    orienta la actual dirección del área de
    Construcción del Pensamiento, no es la única
    interesada en enseñar a pensar y la superación del
    analfabetismo funcional; pero si una de las más serias,
    que confrontadas a las exigencias actuales responde con rigor
    metodológico a las necesidades de formar estudiantes y
    profesionales críticos, sensibles,
    autónomos.

    Finalmente, pensar el texto como instrumento del
    conocimiento, hacer de la lectura el preámbulo para la
    investigación, pensar y escribir, debe ser una propuesta
    didáctica que brinde a los estudiantes y
    profesionales universitarios instrumentos, herramientas adecuadas
    en los procesos de la construcción de un nuevo
    pensamiento, en los procesos de la construcción de una
    nueva sociedad.

    Algunos propósitos específicos de la
    propuesta:

    • Que el estudiante desarrolle y ejercite la capacidad
      de razonar la lectura.
    • Que desarrolle pensamiento crítico y
      creativo.
    • Que haga del texto un instrumento del
      conocimiento.
    • Que aprenda a pensar lógica y
      consistentemente.
    • Que desarrolle la capacidad de explicar, interpretar
      y descubrir.
    • Que logre la coherencia actitudinal entre el actuar y
      el pensar.
    • Que piense por sí mismo, con autonomía
      intelectual y espíritu democrático.
    • Que desarrolle habilidades para entender, analizar,
      comprender, interpretar lo que lee y pueda expresar con
      claridad – oral o por escrito- sus ideas, sustentar sus
      hipótesis.

     

    Partes: 1, 2

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