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El Mal y el hombre moderno (página 2)




Enviado por agrimalt



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"El desconcierto y el desamparo del hombre
contemporáneo en un universo duro y
enigmático. La caída del hombre en una realidad
donde la burocracia y el
poder han tomado el espacio de la metafísica
y de los Dioses. Extraviado en un mundo de túneles y
pasillos, atajos y bifurcaciones, entre paisajes turbios y
oscuros rincones, el hombre tiembla ante la imposibilidad de toda
meta…" [Ernesto Sábato. (1998) Antes del Fin.]

Este hombre conflictivo, que vive dentro de una sociedad
aún más conflictiva, ejecuta actos que por
lógica llevan una consecuencia. Ahora estas acciones son
evaluadas y criticadas, aprobadas o reprobadas por los paradigmas
del mundo. Es así como todos y cada uno de nosotros que
formamos parte de esta sociedad, conocemos el concepto del Mal
en el mundo. Nosotros como hombres, observamos hechos o sucesos,
y tenemos la osadía de colocar ese calificativo tan
baladí en la actualidad donde a pocos les importa la
ética,
sobre lo que es "bueno" y lo que es "malo".

Todos los hechos malignos que existen en el mundo son
conocidos como el Mal. Pero no sabemos el ¿por qué
del Mal?, ni aún menos ¿Quién es el culpable
del Mal y del sufrimiento?

CAPITULO II

El Mal

A lo largo del camino de la vida, nos encontraremos con
infinitas bifurcaciones, viraremos en incontables recodos, y
sufriremos innumerables golpes en nuestra existencia. El
sufrimiento consecuencia de estos golpes, es el causante en la
mayoría de nosotros de preguntarnos acerca del Mal.

Inevitablemente hay golpes de tal vigor, que inundan de tanto
dolor al hombre logrando hacer resonar con diáfano
sentido, los versos del poeta Cesar Vallejo (1892-1938) dentro de
las ruinas circulares de su mente humana:

"Hay golpes en la vida tan duros,

golpes como del odio de Dios."

1. Dios benevolente

Si hay Dios ¿por qué existe el mal y el
sufrimiento? ¿Y si es omnipotente, por qué no lo
evita?. Como punto de partida, no debemos escandalizarnos por
formular la pregunta con la que hemos comenzado esta
reflexión: ésta ha sido planteada también
por parte de la teología católica. Por ejemplo el
teólogo Hans Küng (1928-) afirma que "el dolor es la
continua piedra de la confianza en la existencia de Dios".

El Ateo, aquel que no cree en Dios, a la hora de defender su
postura, su base más fuerte es la del problema
lógico del mal, según escribió David Hume
(1711-77) acerca de Dios; "¿Está Él
dispuesto a impedir el mal, pero no puede? Entonces es impotente.
¿Puede hacerlo pero no está dispuesto? Entonces es
maligno." (cita de Rood, Rick. s/f). Cuando seguimos los
lineamientos de la lógica y el racionalismo, es imposible
o ilógico la existencia simultánea de un Dios
benevolente y todopoderoso, con la creciente realidad del mal y
del sufrimiento en el mundo. Es obvio decir que este Dios "bueno"
no permitiría que existiera el mal.

Pero por otra parte, en el Antiguo
Testamento de la religión
católica, el escritor bíblico sugiere que los
caminos de este Dios benevolente son enigmáticos e
insondables y están más allá del
entendimiento humano. Entonces podemos decir que el Mal que
entendemos nosotros como hombres, no es más que una
ilusión del bien, ininteligible para nuestra simple mente
humana, y que sólo puede ser apreciada por esa deidad o
Dios benevolente. "¿Qué es el mal sino el bien
torturado por la propia hambre o por la propia sed?" (Jalil
Gibrán, El Profeta)

2. Libre albedrío, el Hombre moderno como ente del
Mal.

Tenemos conciencia en la
vida cotidiana, al tomar infinitas decisiones con el pasar de los
minutos, que uno de los regalos de mayor valor que se
nos ha concedido en la vida, en este mundo que conocemos, es el
del libre albedrío; la libertad de
voluntad, la capacidad del individuo de
elegir una línea de acción,
sin verse manejado por influencias externas a su pensamiento.

En este mundo en donde vagan el estigma del sufrimiento y la
daga del dolor empujada por la mano del hombre moderno, al hacer
mal uso de su libertad, la voluntad del hombre es propia y
sólo él se hace responsable de sus actos, Dios no
es más que un simple espectador.

Entonces ese hombre obnubilado por las obras malignas, esos
individuos que se encuentran en nuestra especie que son capaces
de disfrutar con el mal, de obrar de forma egoísta
causando dolor y sufrimiento al prójimo con el fin de
alcanzar el bien propio o con el fin de conseguir conocimiento.
Ese Hombre que pulula en la sociedad moderna, ¿Por
qué ese hombre es así?

Podemos tratar de entender el comportamiento
del Hombre moderno, por medio del pensamiento de uno de los
más grandes intelectuales franceses, Jean-Jacques Rousseau
(1712-1778), quien en su obra El Contrato Social,
expone sus reflexiones, las cuales precisan que el "estado
natural" del ser humano es bueno. Describe al hombre natural en
los términos del "buen salvaje", teoría
muy popular que junto con su célebre aserto: "Todo es
perfecto al salir de las manos del Creador y todo degenera en
manos de los hombres", nos da a entender que el mal no nace, sino
que se hace; Que el Hombre moderno al vivir en la sociedad se ve
llevado gradualmente a la necesidad de establecer vínculos
sociales, saliendo de su "estado natural" en consecuencia "el
hombre ha sido corrompido por la sociedad", convirtiéndolo
en un ente del mal al tener contacto con ella.

Otro gran pensador Immanuel Kant (1721-1804),
quien vivió durante el mismo siglo XVIII que Rousseau,
escribió que "todo hombre adolece de una
inclinación natural al mal", por ello, todos los
padecimientos del Hombre moderno en su vida, en su sociedad, no
hacen más que empujar un copo de nieve colina abajo en
pleno invierno, que termina convirtiéndose en avalancha al
culminar su desarrollo
como individuo. Pero esta justificación del mal en el
hombre es algo derrotista para mi gusto.

Tal vez nunca llegaremos a comprender la maligna mente del
hombre moderno, pero lo que sí entendemos es que el hombre
al nacer y entrar en este mundo moderno, es víctima en el
peor de los casos del azar desde temprana edad, de los zarpazos
de la humanidad y de la sociedad. Lamentablemente su
frágil mente no es capaz de soportar los infortunios de la
vida, retorciéndose y tornándose hacia el "lado
oscuro del yo", en busca de ser confortado, lo cual sólo
puede hallar en el odio y el rencor. Así como lo
señala Mary W. Shelley (1797-1851), en las palabras del
monstruo de Frankenstein, en el último capitulo del
libro en donde
presencia la muerte de su acosado creador:

"Mi corazón
estaba concebido para el amor y la
simpatía, y cuando la desdicha lo transformó hacia
la maldad y el odio, sufrí un tormento que no puedes
siquiera imaginar… el mal se convirtió desde
entonces en el bien para mí." 

CONCLUSIONES

La existencia del Mal en el mundo Moderno es irrefutable para
nuestra mente y nuestro racionalismo, ahora que sea una fachada
del Bien de Dios, ininteligible para nosotros los hombres
modernos, es algo que (hasta ahora) nunca podremos discernir.

El Mal en el mundo; ¿Eliminar el Mal?
¿Qué sería el Bien sin el Mal?, Se me hace
difícil pensar en la existencia de uno sin que exista el
otro. El Mal le da sentido a la búsqueda del bien por
parte del hombre, nos hace querer superarnos, aunque sea a
dolorosos precios. Pero
es cierto que nosotros también podemos ser culpables al
consentir el mal, o al no luchar contra la sociedad o contra
nosotros mismo para evitarlo. "El mundo no está amenazado
por las malas personas, sino por aquellos que permiten la
maldad." Albert Einstein (1879-1955).

Sobre la sociedad corrupta moderna, en donde vive o podemos
decir sobrevive el hombre moderno, acosado por individuos u
hombres de emociones
tormentosas, misántropos que vagan por la vida bajo el
peso de un yunque de sentimientos de rencor y culpa, causado por
misteriosos pecados o dolencias del pasado. Mis queridos lectores
no hay camino más lleno de zarzas que el de la vida en
sociedad, pero no es cierto que el hombre esté derrotado.
Ernesto Sábato en su última entrega literaria
(1997). Escrita cuando ya tenía 86 años, con el
sugestivo título de Antes del fin, hace una especie de
declaración de esperanza, de fe en el ser humano, dedicada
a la juventud: "Sí, escribo esto sobre todo para los
adolescentes y
jóvenes, pero también para los que, como yo, se
acercan a la muerte…" y enuncia de esta manera su
principal mensaje:

"…Les propongo, entonces, con la gravedad de las
palabras finales de la vida, que nos abracemos en un
compromiso… Sólo quienes sean capaces de sostener
la utopía, serán aptos para el combate decisivo, el
de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido."

Cuanta fuerza
elemental y esperanza. Ante todo, compañeros en este
sondado camino que fue mi monografía, optimismo frente al mal, Mal
que seguirá vagando libre entre nosotros. Simplemente, nos
queda vivir, mientras esta espada de Damocles pende
inevitablemente sobre nuestras vidas. Les dejo unos versos de
Andres Eloy Blanco (1896-1955):

¡Qué bien se ve todo el mundo

por el cristal de las lágrimas!

Los caminos están frescos.

Los campos verdes de agua;

Hay un iris en las cosas,

que me las llena de gracia.

La vida es buena, Hilandera,

la vida no tiene zarzas;

¡quítame la larga venda

que me pusiste en la cara!

La Hilandera. (fragmento)

BIBLIOGRAFÍA

  • Descartes, René. (1982), Discurso del
    método,
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  • Sábato, Ernesto. (1990), Hombres y Engranajes,
    Colombia: Editorial Seix Barral
  • Sábato, Ernesto. (1983), El Túnel, Madrid:
    Ediciones Cátedra.
  • Shelley, Mary. (1993), Frankenstein o el moderno Prometeo,
    España: Ediciones Gaviota.

 

 

Por Angel I. Grimalt J.

 

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