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El negro como símbolo de maldad




Enviado por rebcalderon



    1. Consideraciones en torno al
      origen del racismo
    2. Tras el concepto de
      raza/racismo
    3. "El esclavo = africano, esclavo
      = negro" (Cáceres, 1999:29)
    4. Conclusión
    5. Bibliografía

    Introducción

    "El racismo es la valoración,
    generalizada y definitiva,

    de diferencias reales o imaginarias en
    beneficio del acusador y

    en detrimento de su
    víctima,

    a fin de justificar sus privilegios y su
    agresión"

    (Dominique y Preiswerk, 1975:
    57).

    La construcción del racismo como concepto aplicado
    a la realidad social en los distintos lugares del mundo, tiene
    como origen, un determinante hegemónico. En efecto,
    según se analizará en el presente trabajo, los
    conceptos de esclavitud,
    civilización y barbarie, fueron creados y desarrollados
    como respuesta a las necesidades de legitimar el etnocentrismo.
    Así mismo, estos conceptos en la práctica vienen a
    ser el dato empírico sobre el cual se acuña la
    realidad racista que se manifiesta en diferentes situaciones a lo
    largo de "la historia" que conocemos del
    enigmático continente africano, una historia en la cual se
    han ensombrecido muchos acontecimientos en contra de poblaciones
    y naciones enteras. Es por lo anterior que es posible afirmar la
    realidad de este continente como una realidad caracterizada por
    procesos de
    exclusión y represión, que a la vez se ha
    encontrado inmersa dentro de sistemas de
    producción económica que permiten, promueven y
    facilitan, la creación de élites dominantes sobre
    clases menos privilegiadas. Una realidad que ha involucrado
    además muchos países en los diferentes continentes
    del mundo.

    El interés
    principal en el presente trabajo, es dar a conocer algunos
    elementos teóricos para la discusión en torno al concepto
    del racismo, y sobre todo, como se ha insertado éste
    dentro de la lógica
    social de los países africanos. Por supuesto que la
    delimitación territorial en este caso abarca un bagaje
    cultural enorme y muy rico en sus diferentes manifestaciones, por
    la misma razón se reconoce en primer lugar, que no es
    posible abarcar detalladamente las características propias de cada nación
    que las relacionan directamente a las prácticas
    consideradas racistas. En lugar de esto, lo que se pretende es
    más bien "desvestir" el discurso que
    legitimó dicha práctica en muchas partes del mundo
    y justificó ocultar la fuerza
    política,
    económica y social endógena existente desde
    hacía mucho tiempo
    atrás en el continente africano. Así mismo, la
    revisión de dichos argumentos puede facilitar la
    comprensión de la praxis racista en la actualidad, la cual
    trasciende épocas, territorios y poblaciones.

    CONSIDERACIONES EN
    TORNO AL ORIGEN DEL RACISMO

    La migración,
    el mestizaje, el intercambio y también los enfrentamientos
    han sido inherentes a las sociedades
    desde que éstas mismas existen. Mazettelle y Sabarots
    (1997), justifican que es posible que precisamente en estas
    prácticas se encuentre la base del etnocentrismo, concepto
    sobre el cual se desarrollan numerosos prejuicios en contra de
    ese "otro" calificado como "invasor" o "enemigo". Pero estas
    actitudes
    etnocéntricas en sí, no necesariamente implican la
    búsqueda de la destrucción de otros pueblos, ni el
    argumento de la práctica racista, existen por otra parte,
    toda una serie de fundamentos que también entran en
    juego y son
    muy importantes de considerar en el discurso.

    Uno de ellos se trata del contexto intelectual que se
    vivía en el siglo XV, (considerado por muchos autores como
    el inicio del discurso racista), en donde la noción del
    mundo y de los grupos humanos
    económicamente dominantes era muy limitada,
    prácticamente reducida a los intereses de los europeos.
    Por su parte Europa, era un
    continente conflictivo en ese sentido, pues estaba en el cambio de la
    etapa del oscurantismo medieval a la era de los descubrimientos,
    del contacto con nuevas culturas, y todo lo que su fascinante
    conocimiento
    implicaba: riquezas, tierra y
    poder.

    En medio de este contexto, a lo largo de casi 400
    años Europa fue creando un mito, en la
    que se construiría a sí misma como "la
    civilizadora, la poseedora del saber, de la historia en
    general":

    "Se va conformando una visión de los pueblos no
    europeos en la que lo que prima es la simplificación y los
    estereotipos. El hombre
    europeo tendrá la carga de "humanizarlos" "convertirlos",
    "inculcarles necesidades europeas", etc, y el derecho de
    usufructuar sus tierras y su trabajo"( Mazettelle y Sabarots,
    1997: 335)

    Posterior a la etapa de la conquista americana, se
    consolidaron diferentes actividades económicas, como la
    minería o
    la agricultura,
    en la que el predominio de los monocultivos comerciales,
    caracterizó la utilización de la mano de obra. Se
    intentó contar con los trabajadores indígenas en
    determinado momento, sin embargo, en algunos lugares del
    territorio esto fue imposible por las constantes rebelaciones y
    movimientos en contra de los españoles. Por otra parte, la
    baja demográfica que se presentó durante la etapa
    de la conquista y posterior a ésta, gracias a las
    numerosas enfermedades que contagiaron
    a los indígenas, además de los crueles tratos por
    parte de los colonizadores, que les impedían alimentarse y
    desarrollarse en condiciones adecuadas. Un verdadero genocidio
    contra las poblaciones nativas.

    Comienza entonces, un planteamiento sobre el bajo
    costo de un tipo
    de comercio que
    aún en el siglo XV era incipiente: la trata de esclavos,
    que viene a plantear la posibilidad de utilizar la
    infraestructura portuaria en África, que existía
    debido a todo un movimiento
    comercial muy importante constituido desde hace tiempo
    atrás, para comerciar diferentes productos
    entre los continentes europeo y africano. Originalmente la
    actividad comercial fue iniciada por los portugueses,
    posteriormente por holandeses e ingleses, la misma se
    abasteció principalmente en África, alcanzando su
    apogeo en los siglos XVIII y XIX.

    En África, ya desde los imperios de Malí,
    de Ghana o de Shongai, las cruentas batallas se sucedían
    por el control de las
    riquezas de este continente. Sin embargo, la incursión
    europea conllevó un funesto clima de
    injusticia y explotación. La implantación del
    comercio del Atlántico, era "un arma de doble filo" para
    los africanos, y posterior a esto, el descubrimiento y la
    conquista de América, un verdadero caos para la población.

    La esclavitud suponía un negocio muy rentable: se
    partía desde Europa hacia África con cargamentos de
    pacotilla, posteriormente los caucásicos adquirían
    esclavos a cambio de productos sin valor, los
    esclavos se revendían en América, y finalmente, se
    retornaba a Europa con el dinero de
    reventa y productos coloniales. En el comercio de esclavos se
    calcula que murieron alrededor de 75 millones de
    personas.

    Pero, los perniciosos designios de los países del
    Norte no quedaron ahí. Las rivalidades suscitadas por la
    conquista de los recursos
    africanos, obligaron a las potencias europeas a concertarse para
    fijar los principios del
    reparto en la Conferencia de
    Berlín (1884-5) auspiciada por el canciller Bismarck. En
    ella se dio rienda suelta, de forma organizada, a la
    explotación del continente.

    Es ese "vínculo histórico" que algunos
    países Occidentales desarrollados quieren que se olvide en
    la actualidad. Desde 1536 a 1848, entre 15 y 20 millones de
    personas de África Occidental salieron desde la Isla de
    Gore, Senegal, con rumbo a América y el Caribe. Cazados
    como animales,
    arrancados de sus comunidades y separados de sus familias, fueron
    embarcados a la fuerza, con cadenas y grillos, hacia un destino
    incierto.
    "(…) aunque viajaran con nociones similares en cuanto a
    obligaciones
    de servicio
    (…), esperaban que la transición a su "Nuevo Mundo"
    fuera como una oportunidad para mejorar su situación.
    Pero, para la gran mayoría de migrantes africanos
    involuntarios, este no era el caso. Algunos sí, pero la
    inmensa mayoría se encontraron atrapados en un sistema que les
    exigía deshacerse del acervo completo de sus destrezas
    culturales" (Lovejoy y Trotman, 2001: 382)

    Las consecuencias políticas
    de la trata de esclavos no fueron menos
    importantes que las repercusiones económicas o
    demográficas. Como los países europeos usaban
    intermediarios blancos o mulatos, la sociedad Africana
    sufrió cambios profundos. Las comunidades tribales o las
    familias transmitieron a las siguientes generaciones el odio al
    prójimo. La trata de esclavos destruyó las estructuras
    políticas de algunos Estados y otros debieron reorganizar
    su administración interna.

    "(…) al esclavo se le aliena de todo, se le intenta
    aislar genealógicamente, se intenta aislar de sus
    relaciones sociales con los que vive, de su cultura, y de
    la herencia de sus
    ancestros. Tiene un pasado pero no una herencia (…)"
    (Cáceres, 1999:30-31)

    Muy importante de señalar es el papel que
    juegan varios intelectuales europeos, principalmente a partir del
    siglo XVIII, que intentaron justificar o demostrar de una forma
    "científica" el argumento racista, de la superioridad
    blanca sobre la negra, o cualquier otra "raza" del mundo. A
    grandes rasgos, esas discusiones se centraron en el verdadero
    origen de los hombres. Una de las posiciones, la creacionista
    monogenista, planteó que la humanidad tenía como
    únicos descendientes a Adán y Eva, el argumento
    religioso, era aún muy válido para esta
    época dentro de la comunidad de
    intelectuales. La otra posición, fue la poligenista, la
    cual supone un rechazo a la versión bíblica de los
    orígenes humanos y por lo tanto se consideró que
    las diferencias raciales eran actos de creación separados.
    A partir de estas interrogantes, se desarrolló desde la
    Antropofísica numerosos estudios sobre craneometría
    entre otros, que intentaron determinar de una forma
    "empírica" u objetiva que las capacidades intelectuales no
    eran las mismas, y que la superioridad de unas razas sobre las
    otras era evidente.

    Posteriormente, sería en el siglo XIX, en donde
    H. Spencer, W. Summer y otros científicos, por medio de la
    teoría
    del evolucionismo social o darwinismo social, iban a dar todo un
    marco
    teórico para que el discurso racista se alimentara y
    se legitimara. Dicha teoría en términos generales,
    planteó el análisis de las sociedades como organismos
    celulares, haciendo uso de conceptos traídos de aquellas
    disciplinas, como salud y patología
    social, anatomía y fisiología social, etc; por ejemplo, el
    término sistema, organismo, etc, que prevalecen aún
    en la actualidad. Esto permitía determinar

    "(…)que los pobres, en el sistema capitalista, eran
    pobres porque eran biológicamente inferiores, los negros
    eran esclavos como producto de la
    selección natural…" (Mazettelle y
    Sabarots, 1997: 339)

    De este modo se ha recorrido un poco el contexto en el
    cual se ha desarrollado el discurso racista, que afecta
    principalmente, cuando hablamos de esclavitud, a los africanos de
    piel negra.
    Veamos ahora como se desarrolló el concepto a partir del
    diálogo
    con varios autores.

    TRAS EL CONCEPTO DE
    RAZA/RACISMO

    Según Putman, "las razas son construcciones
    sociales, orígenes históricos específicos.
    Las líneas de la supuesta división racial y las
    características consideradas propias de cada grupo,
    varían entre sociedades y cambian a través del
    tiempo" (Putman, 1999:140-141).

    En un primer intento por definir el racismo, debe de
    comprenderse que en la cotidianidad, a éste término
    se le atribuyen una serie de procesos de exclusión y
    represión de un grupo étnico a otro. Por supuesto
    que estos procesos tienen un argumento que los legitima, es por
    ello que debemos intentar acercarnos a este argumento para
    comprender la lógica del accionar político y social
    de las sociedades racistas.

    Cuando Putman se refiere a la construcción
    social, se parte del hecho de que existe una especie de
    "consenso" entre las personas, el convivir y reproducir una
    creencia negativa respecto a una etnia determinada surge de la
    necesidad de poder en las culturas, como lo explica Said, al
    mencionar a Gramsci y su concepto de hegemonía,

    "(…)en cualquier sociedad no totalitaria ciertas
    formas culturales predominan sobre otras y determinan ideas que
    son más influyentes que otras; la forma que adopta esta
    supremacía cultural es lo que Gramsci llama
    hegemonía (…)" (Said, 1990:25) . Por esto, es posible
    afirmar que la construcción social del racismo,
    está determinada por procesos hegemónicos
    específicos, no necesariamente de
    aculturación.

    Igualmente se menciona la división racial como un
    elemento importantísimo, que considera ciertos signos
    específicos para justificarse. Estos signos están
    caracterizados por los rasgos físicos, o culturales como
    el lenguaje o
    tradiciones, "A partir de la aceptación de la
    teoría de la evolución social, los biólogos
    comenzaron a utilizar el concepto de raza de un modo distinto,
    pasó a significar "clase", un tipo diferente de organismo
    identificable dentro de una especie, (…) estas razas eran
    definidas básicamente sobre la base de caracteres
    observables"(Mazettelle y Sabarots, 1997:349)

    A grandes rasgos, históricamente se han dividido
    las "razas humanas" en tres grandes grupos: la blanca, la negra y
    la amarilla, o bien, caucásicos, africanos y mongoloides.
    Las principales razones para justificar esa división eran,
    en primer lugar, el color de la piel,
    la forma del cabello y la forma de la nariz. Así, las
    razas negras eran caracterizadas como de piel oscura, cabellos
    crespos o muy ondulados, y nariz ancha; las razas amarillas, con
    piel de fondo amarillento, con cabello lacio y apenas rizado y
    nariz de ancho variable, y las razas blancas…a éstas
    solamente les bastaba el color de la piel. Sin embargo, parece
    quedar claro que dentro de esta óptica
    limitada, la cuestión práctica de lo racial no se
    limitaba a lo físico:

    "la raza pretende ser una identidad
    indeleblemente corporal, pero en la práctica si
    sólo tenemos cuerpo, no tenemos raza"
    (1999:149)

    Era necesario, nos dice la autora, escucharlo hablar,
    verlo caminar, saber de lo que habla y una serie de
    características que, logran confirmar la existencia de una
    raza. Es decir, raza constituía una serie de elementos
    culturales que permitían identificar un grupo cultural de
    otro, y por lo tanto "identificarme" o "identificarnos" dentro de
    ese "nosotros cultural" para diferenciarnos de los
    "otros".

    Como se ha descrito anteriormente, se acuña
    históricamente un discurso que en occidente, a mi parecer,
    no tiene un momento ni lugar de origen definido o posible de
    definir. Lo que es posible afirmar, es que el concepto del
    racismo se conoce con mayor detalle, a partir de la
    implantación de la esclavitud por parte de los europeos,
    en su afán de expansión colonial. Sin embargo, la
    reflexión sobre la práctica "racista" puede
    trascender este mismo "momento" en el que se comienza a insertar
    en la discusión occidental.

    A mi parecer, los fenómenos estudiados para dar
    un marco científico o que han justificado de una u otra
    manera la práctica racista, no han ido más
    allá. El colonizador Bernard Díaz del Castillo, en
    algunas de sus crónicas del recorrido por la ciudad de los
    Aztecas, menciona
    la existencia de una palabra despectiva para los habitantes
    nativos que trabajaban como esclavos. Agrego que dentro de la
    misma África siempre han existido prácticas
    excluyentes respecto a una etnia de la otra, que no podemos en la
    actualidad afirmar como práctica racista precisamente por
    la falta de estudios al respecto; sin embargo es un
    planteamiento, que habría que comprobar con el fin de
    conocer más allá la realidad social de
    África, América y al menos poner en duda el
    planteamiento irrefutable de que "el racismo" es una
    práctica que inicia en el siglo XV, con la
    colonización del continente americano.

    Creo firmemente que para ese entonces, "la raza" a la
    cual se defendió y se ennobleció por encima de
    todas las demás fue indiscutiblemente la europea. Se
    establece el etnocentrismo, entendido éste
    como,

    "(…) la actitud de un
    grupo que consiste en atribuirse un lugar central en
    relación a los otros grupos, en valorizar positivamente
    sus realizaciones y particularismos, y que tiende hacia un
    comportamiento
    proyectivo con respecto a los grupos de afuera, que son
    interpretados a través del modo de pensamiento
    del en-grupo" (Dominique y Preiswerk, 1975: 54).

    Por lo tanto, se afirma que a partir de los siglos de la
    colonización y de la expansión europea, el racismo
    es una doctrina que se estipula como la defensa de la supuesta
    superioridad de los blancos por sobre cualquier otra "raza" del
    mundo.

    Es necesario también, considerar los conceptos de
    barbarie y civilización, que formaron parte de los relatos
    realizados por los españoles y el resto de los
    colonizadores. Las particularidades culturales de los grupos
    analizados mediados por el lente del etnocentrista, se adscriben
    a una cultura bárbara, inferior "por naturaleza". El
    manejo de estas nociones en la práctica cotidiana conlleva
    a toda una conducta
    predeterminada de las sociedades -tanto excluidas como
    excluyentes- a aceptar su condición y a obrar como tales.
    Esto recae principalmente sobre los afro-descendientes y
    amerindios principalmente a partir del siglo XVII.

    "Mediante la misma degradación de los
    afroamericanos esclavizados y sus descendientes, la ideología racial creaba la categoría
    de blanco: un estatus racial que confería orgullo viril y
    privilegios sociales concretos" (Putman, 1999:144)

    Al respecto agrega Cáceres, "las relaciones de
    esclavitud, se sustentan en un orden normativo que las acepta
    como correctas, donde la autoridad y el
    derecho de dominar del amo es reconocida por los esclavos y por
    los no esclavos" (Cáceres, 1999:32)

    Valga decir, que el fundamento principal del racismo
    radica en una relación de poder absoluto, ejerciendo la
    coerción, o los mecanismos por la fuerza para poner en
    práctica ese poder.

    He decidido no proponer el concepto de "etnia", porque
    tampoco es posible agrupar a una gran variedad de manifestaciones
    culturales mediante la simplicidad de este concepto. Se dice que
    para que un concepto sea verosímil la realidad debe
    responder a la definición del mismo, por lo que "etnia"
    resulta ser, a mi parecer, una transformación "suave" del
    concepto de "raza", con intenciones de alejarse de la
    connoatación peroyativa de este último.

    De este modo, no podemos hablar de "la etnia
    centroamericana", o "latinoamericana", y peor aún,
    "mesoamericana" o "suramericana"; para distinguirnos física y
    culturalmente de otros grupos culturales del mundo.
    Definitivamente el concepto de etnia no es suficiente, ni en la
    actualidad, ni en el estudio histórico, para "calzarlo"
    -como se ha intentado- dentro de numerosos procesos
    históricos, que marcan identidades múltiples en
    paisajes sumamente diversos.

    "EL ESCLAVO =
    AFRICANO, ESCLAVO = NEGRO"
    (Cáceres,
    1999:29)

    Al haber revisado numerosos textos sobre la
    creación y desarrollo de
    la doctrina racista, procedo a relacionar este concepto en
    África. La concepción de raza = fenotipo, o esclavo
    = negro, se da únicamente en América. No es posible
    afirmar que las diferencias al interior de África se
    sustenten en el color de la piel, no al menos entre la
    población nativa. Sin embargo, la inserción de los
    europeos inicialmente por medio de las misiones, o con el fin de
    comerciar sus productos, fue creando en Europa una idea de que
    los africanos deberían ser "domesticados" (Jared Diamond,
    1997).

    Esto les dio pase libre a los europeos para intentar
    cambiar las costumbres, las tradiciones, las creencias, la forma
    de vida en general. En Sur África, el problema
    llegó a tal extremo, que por mucho tiempo, se logró
    ocultar la participación de la población nativa en
    la construcción de grandes monumentos, de grandes obras
    arquitectónicas, y dejar en condiciones de inferioridad y
    de desventaja, a la mayoría de la población. Esto
    por cuanto se impuso el régimen del Apartheid, como medida
    de control social y política de los europeos.

    En resumen, como hemos visto alrededor del trabajo, la
    aplicación del concepto de "raza" en África, tal y
    como se explicó anteriormente, se da por medio de los
    europeos, las razones políticas y económicas ya las
    conocemos. Las múltiples consecuencias de la
    aplicación de dicho concepto conllevaron a que en la
    actualidad, tanto en América como en Europa, las masas de
    africanos o afro descendientes luchan constantemente por la
    reivindicación de sus derechos y su identidad, en
    todos y cada uno de los ámbitos de nuestra sociedad:
    políticos, culturales, económicos, etc. En
    África, el modelo
    impuesto ha
    sido tal, que aún no cuentan con una claridad
    política en muchos países, el cuestionamiento de
    qué es lo mas correcto, si continuar con el modelo europeo
    de Estadonación o legitimar el de cada grupo
    cultural, esto ha recaído en grandes contradicciones por
    la "necesidad" de aplicar un concepto moderno de "nación".
    Agruparse a pesar de las evidentes diferencias, o dar paso a
    formas políticas que parecen estar obsoletas en la
    creciente globalización, parece ser el gran dilema de
    estas sociedades. La carencia de herramientas
    teóricas que cuestionen y planteen alguna solución
    a estos problemas
    conceptuales, puede ser un resultado más, de la
    perpetuidad de la ideología racista en nuestras
    cabezas.

    CONCLUSIÓN

    Como se ha descrito anteriormente, la práctica de
    la esclavitud funcionó de foma muy rentable para "el
    negocio" europeo. La necesidad de mano de obra en las distintas
    actividades económicas de las colonias fue una de las
    razones más importantes para pasar de ser africanos a
    "esclavos negros" en América.

    Desde entonces, varios intelectuales europeos intentaron
    justificar y demostrar de una forma "rigurosa" el argumento
    racista, de la superioridad blanca sobre la negra, o cualquier
    otra "raza" del mundo. Discusiones importantes en cuanto al
    origen del ser humano, por parte de las posiciones monogenistas y
    poligenistas, fueron la base científica del discurso a
    partir del SXVIII.

    Lara Putman, nos aclara un aspecto muy importante de la
    construcción del concepto de raza: se trata de procesos
    históricos y sociales particulares, que intentan
    fundamentar la necesidad de poder por sobre el "otro" cultural.
    Por esto, es posible afirmar que la construcción social
    del racismo, está determinada por procesos
    hegemónicos específicos, no necesariamente de
    aculturación.

    Como vimos, se acuña un discurso que en
    occidente, a mi parecer, no tiene un momento ni lugar de origen
    definido o posible de definir. Lo que es posible afirmar, es que
    el concepto del racismo se conoce con mayor detalle, a partir de
    la implantación de la esclavitud por parte de los
    europeos, en su afán de expansión colonial. Se
    afirma que a partir de los siglos de la colonización y de
    la expansión europea, el racismo es una doctrina que se
    estipula como la defensa de la supuesta superioridad de los
    blancos por sobre cualquier otra "raza" del mundo.

    Por último, el concepto de etnia adscribe a
    muchas otras características y se queda corto para
    intentar reemplazar al concepto de raza. Recordemos que la raza
    es una concepción creada, e intentar variar el
    término, no necesariamente está cambiando el
    trasfondo del mismo.

    La aplicación del racismo en África se da
    por parte de los españoles, y sus consecuencias aun hoy
    son visibles, perceptibles y demarcan una gran diferencia de
    oportunidades de acceso en muchos lugares del mundo. Se necesita
    de más herramientas teóricas para lograr comprender
    la realidad desde un esquema más "émico",
    identifique la práctica racista más allá de
    la valoración occidental del mismo.

    BIBLIOGRAFÍA

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    Universidad de Costa Rica, Universidad Nacional.
    Enero-Junio, número 39. 1999. pp 139-186.

    Said, Edward. Orientalismo. Editorial
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    Rebeca Calderón
    Rodríguez

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