- Globalización
- Neoliberalismo
- Transformación
social - Crisis social y
educativa - Escuela y
pobreza - Pobreza
- Exclusión
social - Educación
- La escuela y sus
desafíos - Docentes
- Docentes y sus
alumnos - Docentes en el
aula - Conclusión
- Bibliografía
En el presente trabajo monográfico, estudio el
tema de la actuación del rol docente, en el contexto de la
situación argentina de hoy.
Para ello, el método que
he seguido, para el análisis del tema, fue la indagación
bibliográfica. Analizando y relacionando distintos
enfoques, dados por diversos especialistas, (en pedagogía, sociología, política y educación), en cuanto
a la
educación, especialmente centrada en la figura del
docente, con respecto a contextos de pobreza.
En cuanto al desarrollo del
tema, empezaré tratando los aspectos macros, como lo
son las políticas
sociales y económicas en el ámbito internacional,
explicitando el tema de la
globalización y las ideologías neoliberales,
tanto así como las transformaciones sociales que suceden
en la actualidad, a escala mundial.
Continuaré detallando aspectos característicos de nuestra región
latinoamericana, orientado a los aspectos sociales y educativos.
Seguiré por la realidad educativa nacional, asimismo
definiendo los conceptos de pobreza, exclusión social y
educación, hasta llegar a tratar aspectos micros, al
enfocarnos en el aula, donde el docente está cumpliendo
con el ejercicio de su rol, frente a sus alumnos.
Por lo tanto, los conceptos, los análisis, las
experiencias y las informaciones que presento en éste
trabajo, obtenidas por distintos medios,
(libros,
internet,
periódicos, etc), los relacionaré entre sí,
siguiendo el "hilo conductor", de ¿cómo los
problemas
sociales a escala mundial, repercuten en el aula argentina? y
¿cómo el docente desde su rol, debe afrontar la
realidad, que hoy le teca vivir?
Nota: En letra cursiva, estarán
escritas las palabras de los diversos autores que
identificaré por medio de las notas al pie y en letra
normal escribiré mis propios comentarios, presentaciones y
críticas respectivas.
DESARROLLO:
En el mundo de hoy, desde los sectores políticos
y económicos dominantes, como son los principales
países industrializados o del primer mundo, como gustan
identificarse, (EEUU, Japón,
Inglaterra,
Alemania, etc)
y los grandes centros económicos-financieros, (El Banco Mundial,
El FMI, etc);
están impulsando llevar a cabo lo que comúnmente
podría describirse como "la aldea global", dónde
las fronteras nacionales parecen diluirse, hasta alcanzar un
mundo sin fronteras, intentos concretos de ello, lo demuestran
proyectos
tales como, la Unión
Europea, el ALCA,
etc.
Éste proceso de
globalización es ayudado en gran medida por
el avance de los medios masivos de comunicación, dónde la información viaja de un punto a otro del
planeta, en tiempo real; por
medio de la utilización de satélites
o internet, un ciudadano chino, por ejemplo, puede ver un
espectáculo que esté sucediendo en la Argentina.
Uno podría pensar que esto es un avance para la humanidad,
ya que podría acercarnos más y comunicarnos mejor
unos con otros; pero entremos a profundizar más en le
tema, por medio de los especialistas, como Paulo Freire y Elena
Achilli.
Según Paulo Freire, la capacidad de
"ablandarnos" que tiene la ideología nos hace a veces aceptar
mansamente que la globalización de la economía es una
invención de ella misma o de un destino que no se
podría evitar, una casi entidad metafísica
y no un momento del desarrollo
económico, sometido, como toda producción económica capitalista, a
una cierta orientación política dictada por los
intereses de los que detentan el poder. Sin
embargo se habla de la globalización de la economía
como un momento necesario de la economía mundial al que,
por eso mismo, no es posible escapar. Se universaliza un dato del
sistema
capitalista y un instante de vida productiva de ciertas
economías capitalistas hegemónicas como si Brasil, México o
Argentina, debieran participar de la globalización de la
economía de la misma manera que Estados Unidos,
Alemania o Japón. Se toma el tren en marcha y no se
discuten las condiciones anteriores y actuales de las diferentes
economías. Se pone en un mismo nivel los deberes entre las
distintas economías sin tomar en cuanta las distintas
economías, sin tomar en cuanta tampoco las distancias que
separan a los "derechos" de los fuertes y
su poder de usufructuarlos, de la flaqueza de los débiles
para ejercerlos. Si la globalización significa la
superación de las fronteras, la apertura sin restricciones
al libre comercio,
que desaparezca entonces ya que no se pueda resistir. No se
indaga, por ejemplo, si en momentos anteriores de la
producción capitalista las sociedades que
hoy lideran la globalización eran tan radicales en la
apertura que ahora consideran una condición indispensable
para el libre comercio.
Exigen, en la actualidad, de los otros, lo que no hicieron con
ellas mismas
Concuerdo con Freire, de que realmente, no todas las
naciones están en las mismas condiciones para competir, en
el mundo de un libre mercado.
Además puedo notar una gran hipocresía por parte de
los dirigentes de las grandes potencias, que por un lado
proclaman y predican la unificación, pero por el otro son
muy celosos de las producciones nacionales de ellos, subsidiando
grandemente a sus productores, en detrimento de las producciones
de los países periféricos, que encuentran dificultades
para colocar en el mercado internacional, a buen precio, sus
producciones especialmente primarias. O sea por un lado, exigen a
los países en vía de desarrollo, flexibilidad y
apertura y por el otro, ellos aplican y ejercen grandemente lo
que se denomina proteccionismo de estado.
Asimismo, para Elena Achilli, estamos viviendo en un
contexto internacional orientado por políticas que
globalizan economías transnacionales,
acompañados por medios masivos de comunicación,
pero a la vez profundizan procesos de
empobrecimiento y exclusiones variadas que fragmentan el tejido
social.
Del contexto socio-económico, parten las
construcciones legitimadoras de las políticas
hegemónicas, elaboradas por organismos internacionales,
ministerios nacionales, intelectuales expertos, etc; como
también, algunas de las legitimaciones construidas por los
sujetos implicados: docentes, padres, o dirigentes, que
constituyes este "mundo diverso" de las escuelas de la
pobreza.
Evidentemente, esta idea globalizadora, me parece que es
el germen de cultivo de las grandes desigualdades sociales, que
es inseparable de la ideología del capitalismo
salvaje y sobre todo de la realidad de la injusta distribución de la riqueza. Por ello,
pasaré a analizar lo que se denomina como neoliberalismo.
Recurriré a expresar el pensamiento de
Freire, en cuanto a la ideología neoliberal.
Una de las destrezas de su ideología
fatalista, continúa analizando Paulo Freire, es
convencer a los perjudicados de las economías subordinadas
de que la realidad es eso, de que no hay nada que hacer sino
seguir el orden natural de las cosas. Pues la ideología
neoliberal se esfuerza por hacernos entender la
globalización como algo natural o casi natural y no como
una producción histórica.
El discurso de la
globalización que habla de la ética
esconde, sin embargo, que la suya es la ética del mercado
y no la ética universal del ser humano, por la cual,
debemos luchar arduamente, si optamos, en verdad, por un mundo de
personas ciudadanas. El discurso ideológico de la
globalización busca ocultar que ella viene robusteciendo
la riqueza de unos pocos y verticalizando la pobreza y la miseria
de millones de personas en todo el mundo, en especial en los
países subdesarrollados.
El sistema capitalista alcanza en el neoliberalismo
globalizante el máximo de eficacia de su
maldad intrínseca.
Evidentemente la posición de Freire es clara, al
manifestar, el fracaso que ha significado el neoliberalismo, para
millones de personas.
Por otra parte hemos visto, que si bien la idea es
centralizar todo un poder, aquel que obtenga ese poder, se
convertirá, según mi parecer, en el tirano
más grande del mundo.
Porque si bien, se plantea el tema de la aldea global,
la libertad en
las economías de mercado, no todos cuentan con las mismas
herramientas
para competir y por lo tanto los países dominantes
seguirán aprovechándose de los países
periféricos, ante la impotencia de los estados-naciones de
esos países.
Las diferencias entre pobres y ricos, son cada vez
mayores, esa brecha, de hecho, en la actualidad, es cada vez
mayor, lo que denota el fracaso del neoliberalismo, para mejorar
la calidad de
vida de los pueblos. Porque lo que prima, es el afán
por las riquezas y el lucro, quedando marginados aquellos que no
tiene las condiciones ni oportunidades, que sí tienen los
que están más favorecidos, quedando en la marginalidad
bastos sectores de la población.
Por otra parte, se están generando grandes
transformaciones sociales, no solamente a causa de las tendencias
económicas vigentes, sino también por procesos que
se están dando en la
comunicación, la sociedad y la
política. Juan Carlos Tedesco, afirma a los siguientes
procesos que dan lugar a la transformación de la
sociedad y ellos son: El modo de producción, las
tecnologías de la comunicación y la democracia
política.
En cuanto al modo de producción, destaca: la
rápida y profunda transformación
tecnológica, así como la globalización y la
competencia
exacerbada por conquistar mercados,
están modificando los patrones de producción y de
organización del trabajo.
Lo novedoso del actual proceso de
transformación es el papel que
desempeña el
conocimiento y la información tanto en la propia
producción como en el consumo; el
paso de un sistema de producción para el consumo de masas
a un sistema de producción para un consumo
diversificado.
Aparece así la idea de fábrica
flexible, adaptable a mercados cambiantes tanto en
volúmenes como en especificaciones, y en el nivel del
personal y de
la
organización de la producción, en las nociones
de polivalencia, equipos multipropósitos, plantas
multiproducto, donde se valora la capacidad del personal para
trabajar en equipo para adaptarse a condiciones y exigencias
cambiantes.
La producción en masa requería una
organización del trabajo jerarquizada en forma piramidal,
donde la creatividad y
la inteligencia
se concentraban en la cúpula, mientras que el resto del
personal debía ejecutar mecánicamente instrucciones
recibidas. Las nuevas formas de organización productiva
necesitan, al contrario, una organización más plana
y abierta, con amplios poderes de decisión en las unidades
locales y con una inteligencia distribuida más
homogéneamente.
La innovación y la mejora continua se han
convertido en una necesidad de las empresas
modernas, lo cual obliga a estimular la capacitación permanente y la creatividad
del personal. Sin embargo la renovación constante genera
una fuerte inestabilidad interna y desde el punto de vista
social, las nuevas condiciones de producción tiene un
potencial excluyente muy significativo.
Las tecnologías de comunicación e
información, por otra parte, son: las que tienen un
impacto significativo no sólo en la producción de
bienes y
servicios,
sino también en el conjunto de las relaciones sociales. La
acumulación de información, la velocidad en
la transmisión, la superación de las limitaciones
espaciales, la utilización simultánea de los
múltiples medios audiovisuales, (imagen, sonido, texto) son,
entre otros, los elementos que explican el enorme potencial de
cambio que
presentan. La misma noción de la realidad comienza a ser
repensada, a partir de las posibilidades de construir realidades
virtuales.
Como por ejemplo, la invención de la imprenta
y sus impactos son muy similares a los que actualmente se
mencionan con respecto a la invención de los medios
audiovisuales. Antes de su invención, la lectura de
los libros era un acto colectivo; la aparición del
libro impreso
permitió crear, en cambio, una nueva tradición: la
del lector aislado con su lectura
privada. Si bien el libro impreso amplió
significativamente el acceso al conocimiento,
también creó una barrera importante: la exigencia
del dominio del
código
de la lectura para tener acceso a las informaciones más
relevantes. En éste sentido, los nuevos medios de
comunicación están modificando las bases de
nuestra cultura basada
en la lectura. Uno de los elementos más importantes de
estas modificaciones consiste en la disminución de la
importancia de esta barrera.
Y en cuanto a la democracia política: se debe
pensar si no es la democracia cuál será la
fórmula política a través de la cual se
expresará esta nueva realidad social y económica
esta hoy en el primer plano de la agenda de discusiones sobre las
formas de participación ciudadana del futuro. Las
identidades políticas tradicionales, basadas
fundamentalmente en la ubicación de cada actor en el
proceso productivo, pierden solidez. Las fronteras nacionales se
diluyen y los espacios donde se ejerce la ciudadanía
tienden bien a ampliarse hacia una ciudadanía sin
fronteras.
Teniendo en cuenta el análisis de la crisis social
que hace Tedesco, creo que la sociedad está envuelta en
una gran confusión, a causa de los grandes cambios que
está viviendo a una velocidad vertiginosa. Además,
hay, como siempre hubo, una gran lucha de diversos intereses,
pero con la diferencia de que no está bien claro en la
sociedad, según mi parecer, que sector social o
personalidades, defienden un determinado interés o
valor. Por lo
tanto, hoy más que nunca, debe cada persona ser
formada como un ciudadano critico, reflexivo, en definitiva, un
ser pensante sobre la propia realidad que le toca vivir y ser un
sujeto social, actor, en la medida de sus posibilidades que
luchar contra la idea de que nada se puede hacer ante la
corriente que arrastra a los hombres masificados, sumergidos en
la ignorancia y el desánimo, siendo un mero espectador
social.
Asimismo, Juan Carlos Tedesco, plantea que la
crisis de la educación en la actualidad,
ya no se presenta como un fenómeno de
insatisfacción en el cumplimiento de demandas
relativamente aceptadas, sino como una expresión
particular de la crisis social, (desde el mercado de trabajo y el
sistema administrativo, hasta el sistema político,
la familia y
el sistema de valores y
creencias).
Como punto de partida, se puede sostener que estamos
viviendo un profundo proceso de transformación social, que
no es dada solamente como consecuencia del modelo
capitalista de desarrollo, sino que es generada ante la
aparición de nuevas formas de organización social,
económica y política, ("sociedad de la
información", "sociedad post-industrial", "tercera ola",
etc).
Los portadores del discurso revolucionario son ahora
personas de muy diferentes sensibilidades políticas,
familiarizadas con las tecnologías de punta y vinculadas a
los sectores modernos de la economía.
Éstas nuevas
tecnologías han dejado atrás nuestra capacidad
de control, ha
convertido en obsoletas nuestras leyes,
transformado nuestras costumbres, desordenado nuestra
economía, reordenado nuestras prioridades, redefinido
nuestros puestos de trabajo, "incendiado" nuestras constituciones
y cambiado nuestro concepto de la
realidad.
Es cierto que la crisis social, es "desparramada" en
todos los aspectos o áreas de la sociedad, entendiendo,
que no hay una crisis de la educación, sino que hay una
crisis en la educación, que proviene de una crisis mayor,
que es la de la sociedad en su conjunto.
La educación debe afrontar además de los
problemas
propios, con respecto a su índole pedagógica, otros
problemas, causados por la crisis sociales en la que están
inmersos aquellos sujetos que atiende, porque la
educación, se realiza a -personas- que viven en una
sociedad determinada.
Consecuentemente, Daniel Filmus, afirma que
más de la mitad de los niños
argentinos viven en hogares pobres, con una tendencia a
incrementarse esta situación.
Dentro de un contexto socioeconómico diverso,
la escuela pública a la cual acceden casi en su
totalidad éstos niños, le brinda la posibilidad de
integrarlos a la sociedad.
Por lo tanto mas de la mitad de los alumnos de
nuestras escuelas, pertenecen a un nivel socioeconómico
pobre, incluso más de un millón viven en la
indigencia.
En la actualidad, a causa de la heterogeneidad del
alumnado, la función de
la escuela no es
sólo pedagógica, sino la de atender a cuestiones
diversas tales como: dar de comer, prevenir problemas de salud y de violencia,
cuidado de la higiene, etc. Sin
perder la calidad
educativa, siendo una verdadera contenedora
social.
Es cierto, que la escuela hoy por hoy, se ha convertido
en una verdadera contenedora social, pero en realidad no
debería serlo, su función es de índole
formativa, (conceptual, procedimental y actitudinalmente) y no la
de asistencialismo social.
Pero no puede en la práctica, negar la realidad
de que las personas que atiende, viven en un contexto de pobreza
e incluso indigencia. Por lo que se puede citar, esa famosa frase
que dice: "nadie puede aprender algo cuando tiene
hambre".
Por otra parte no coincido con Filmus, de que la
escuela, pueda brindarle a sus educandos, la posibilidad de
integrarlos a la sociedad, si admito que puede influir
positivamente en ello, pero no es una institución
todopoderosa, que valga la redundancia, todo lo pueda; porque
además, el integrar exitosamente a la sociedad, a un chico
que vive en condiciones socio-económicas desfavorables, no
depende solamente de su nivel de educación, sino de otras
áreas y aspectos que involucran a su entorno familiar y
cultural, como ser: adecuadas fuentes
laborales de sus tutores, adecuadas infraestructuras de vivienda,
para un normal desarrollo, en definitiva el cumplimiento de sus
derechos
humanos, que posibilite el crecimiento de las potencialidades
de cada persona.
Por otra parte, la situación
problemática de la educación Argentina, se hace
evidente ante el constatado deterioro de la calidad en el proceso
de enseñanza-aprendizaje, en
la que se fue dando un vaciamiento de contenidos, que adquiere
mayor relevancia en los sectores de menores recursos; a causa
de los esfuerzos puestos en el asistencialismo, en especial en
las escuelas que están estrechamente relacionadas a los
contextos de pobreza, incorporando actividades que exceden lo
específicamente pedagógico e intelectual del
trabajo docente.
Y por ejemplo, muchos docentes deben viajar mucho, para
allegarse a la escuela que se encuentra en un barrio de escasos
recursos, dónde debe enseñar a chicos con hambre,
mal aseados, con graves problemas psicológicos, etc. Y
encima, generalmente lo que deben llevar a cabo esta tarea
docente, en un contexto desfavorable, son los docentes más
jóvenes, los que se hacen cargo de los trabajos en las
escuelas marginales, por lo tanto, son los docentes recién
recibidos, con poca experiencia, a los que le toca trabajar
allí, al menos que halla docentes capacitados, con
años de experiencia, que por motivos personales o de
vocación, quieran estar trabajando en esas escuelas
ubicadas en contextos de pobreza urbana, ya que los que tienen
años de actividad y por consiguiente alto puntaje, eligen
trabajar cerca de sus domicilios, en barrios mas favorecidos. Y
en realidad, a las escuelas socioeconómicas mas
desfavorecidas, tendrían que ir los docentes más
capacitados, experimentados e incluso especializados, para
justamente compensar las deficiencias. Además, no
debería ser un trabajo docente, demasiado aislado, sino
debería ser apoyado y acompañado por un buen equipo
de profesionales: psicólogos, asistentes sociales, etc,
para desarrollar proyectos de trabajo específicos para
esas escuelas.
Me gustaría hacer ahora como un
"paréntesis", en el presente trabajo monográfico,
para simplemente poder aclarar, definir y conceptuar
adecuadamente, a los términos de: pobreza,
exclusión social y educación.
Según Oscar Altimir, la pobreza
es, un síndrome situacional en el que se asocian el
infraconsumo, la desnutrición, las precarias condiciones de
vivienda, los bajos niveles educacionales, las malas condiciones
sanitarias, una inserción inestable en el aparato
productivo o dentro de los estratos primitivos del mismo,
actitudes de
desaliento y anomia, poca participación en los mecanismos
de integración social y, quizá, la
adscripción a una escala particular de valores,
diferenciada en alguna medida de la del resto de la
sociedad.
El examen de la pobreza y el de las desigualdades en
la distribución del ingreso, frecuentemente se
entremezclan y se confunden. No son, sin embargo, equivalentes,
ni incluyen mutuamente. Constituyen problemas diferentes tanto
desde un punto de vista conceptual como en sus vertientes
políticas. Pero también la relación entre
ambos problemas es diferente en el marco de sociedades
industrializadas y en desarrollo. En este último, las
situaciones de pobreza pueden llegar a ser tan generalizadas como
para restar toda importancia a su diferenciación con
respeto alas
desigualdades sociales en general.
La noción de pobreza se basa, en última
instancia, en un juicio de valor sobre cuáles son los
niveles de bienestar mínimamente adecuados, cuáles
son las necesidades básicas cuya satisfacción es
indispensable, qué grado de privación resulta
intolerable. Tales juicios implican, por consiguiente, la
referencia a alguna norma sobre las necesidades básicas y
su satisfacción, que permita discriminar entre quienes son
considerados pobres y quines no. El concepto de pobreza es
esencialmente normativo, y su contenido efectivo varía
junto con la norma sobre necesidades básicas o bienestar
en la que se apoya. Los juicios sobre la satisfacción de
las necesidades básicas son individuales y subjetivos.
Sólo a través del consenso o del ejercicio del
poder de quienes los comparten se transforman en
valoración social. Suelen coexistir en una misma sociedad,
diferentes- y aun conflictivas- valoraciones colectivas –o
de grupo-de la
pobreza: la de los grupos
desfavorecidos, y la de otros grupos
sociales. No es, pues, extraño, que la
discusión del problema de la pobreza esté plagada
de diferencias de criterio y de normas que emanan
de diferentes valoraciones morales y políticas acerca del
orden social existente y de la manera en que debe organizarse la
sociedad, y que a la vez están insertas en dichas
valoraciones.
Las necesidades básicas que sirven para
definir la pobreza, son relativas al entorno, específicas
de cada país y dinámicas, pero también
incorporan aquellas necesidades cuya satisfacción responde
a la noción de dignidad humana.
Si bien del concepto de necesidades básicas
puede servir para definir la pobreza, se limita a las dimensiones
materiales de
la privación. En su acepción más amplia,
incluye tanto necesidades psicológicas y políticas
como necesidades materiales.
Por otra parte el INDEC, toma un conjunto de indicadores
elaborados sobre la base del Censo Nacional de población y
vivienda. En el que se consideró hogares NBI, (con
necesidades básicas insatisfechas), a aquellas que
reunieran al menos una de las siguientes
condiciones:
Tuvieran más de tres personas por cuarta,
(hacinamiento). Habitar en una vivienda de tipo inconveniente,
como ser pieza de inquilinato, vivienda precaria, los que excluye
cada, departamento y trancho, (vivienda marginal). No tuviera
ningún tipo de retrete, (condiciones sanitarias
inadecuadas). Tuviera algún niño en edad escolar
que no asistiera a la escuela, (Trabajo
infantil). Tuviera cuatro o más personas por miembro
ocupado y además, cuyo jefe poseyera baja
educación, (poca capacidad de
subsistencia).
Bernardo Kilksberg, agrega que el problema de la
pobreza tiene implicaciones éticas, económicas
y políticas de primer orden. Atenta contra los derechos
humanos mantener a sectores amplios de la población en
situación de desempleo,
desnutrición y marginalidad.
En cambio el concepto de exclusión social,
según Alberto Minujín, va más allá de
los aspectos económicos y sociales de la pobreza e incluye
los aspectos políticos tales como derechos
políticos y ciudadanía que remarcan la
relación entre los individuos y el Estado,
así como entre sociedad y los individuos. El concepto
de exclusión ha llevado a que su uso abarque situaciones
muy disímiles, haciéndose perder su especificidad.
En este sentido que resulta especialmente útil la
noción de vulnerabilidad, la cual permite reflejar una
amplia gama de situaciones intermedias, o sea de exclusión
en algunos aspectos o esferas, e inclusión en otras. El
uso del término exclusión se reserva para
condiciones sociales de fuerte privación. Se señala
con propiedad
algunos peligros del uso generalizado del término de
exclusión así como de su utilización en
forma autónoma a la dinámica social general. El hablar
sólo de exclusión conduce a compartimentar
situaciones límites
que tiene sentido dentro de un proceso. No se es excluido, no se
está siempre excluido, salvo en situaciones muy
específicas; no hay fronteras cerradas entre
exclusión y la vulnerabilidad. Además la
focalización en la problemática de exclusión
corresponde a un aislamiento y fraccionamiento de la
acción social en zonas de intervención a
través de mecanismos asistenciales de compensación
y reparación. Cabe señalar que algo similar ocurre
con la noción de pobreza que ha adquirido una suerte de
independencia
y no se la relaciona con el problema de la distribución
del ingreso y los recursos. En este momento es muy habitual que
los programas de
"combate a la pobreza", se focalicen en esta temática sin
ninguna consideración respecto a los problemas
distributivos, sin tomar en la más mínima
consideración que la contracara de la extrema pobreza la
constituye la extrema riqueza. Esto lleva a que los programas
sociales que se establecen sean básicamente
existencialistas, poco sostenibles, que no lleven a un
fortalecimiento de la ciudadanía y tengan baja
integración con la esfera económica. Así
mismo, evita o esquiva el desarrollo de las políticas
redistrivutivas y la consideración de uno de los problemas
centrales el cual es la inequidad de ingreso. Finalmente, se
puede observar que en la mayor parte de los casos en que se habla
de exclusión, en realidad se trata de situaciones de
vulnerabilidad, precarización, riesgo respecto a
un factor, por ejemplo, la falta de acceso a servicios de salud,
pero no necesariamente respecto a otros factores.
La exclusión, se dirime en diversas
esferas de la vida política, económica, social y
cultural. Situaciones de inclusión parcial en una u otra
esfera implican riesgo y vulnerabilidad. El estar excluido en una
esfera no implica necesariamente el estarlo en las otras. Es
decir, la falta de éxito
no conduce necesariamente a la exclusión, pero ciertamente
multiplica las posibilidades de caer en ella.
Problemas en el ámbito laboral suelen
llevar a situaciones conflictivas en el ámbito de las
relaciones con amigos, la familia y en la
autoestima,
que pueden conducir a condiciones de alta vulnerabilidad social y
eventualmente a la exclusión; formándose en proceso
de "acumulación de desventajas", o acumulación de
fallas, o de vulnerabilidades como el que lleva a la
exclusión.
Estas desventajas pueden constituir una suerte de
marca inicial,
como en el caso de las niñas y niños pertenecientes
a hogares pobres, o irrumpir en cualquier momento de la vida, tal
como les sucede a las familias de sectores medios que se ven
empujadas por el proceso económico a la
pobreza.
El tener situación de precariedad laboral
incluye a aquellos que trabajan como cuenta propia, en
condiciones de alta inestabilidad pero ingresos
aceptables y también a aquellos con nula
calificación y salarios muy
bajos.
La vulnerabilidad no necesariamente conduce a la
exclusión, en muchas ocasiones los individuos o las
familias logran superarla y pasar al grupo de los incluidos. En
muchas otras, se da el proceso contrario y las dificultades se
incrementan y potencias llevando a la
exclusión.
Una característica de las actuales
políticas económicas y sociales es la falta de
sistemas de
contención y de búsqueda colectiva de
inclusión. La superación de situaciones de
vulnerabilidad se hace a través de los mecanismos de
mercado y en forma individual, lo cual es adecuado en la medida
que el mercado tenga la capacidad de absorber e incluir a
éstos grupos.
Por otra parte Víctor Hoz, define a la
educación al proceso por el cual el ser humano
mejora y perfecciona sus características, a través
de un proceso de asimilación y transformación de
pautas culturales externas y desarrollo de sus propias
capacidades. La acción educativa es un acto destinado a
promover a la persona o perfeccionar al hombre. El
proceso educativo supone un ideal de perfección, de
elevación, de mejoramiento. Toda educación supone
un fin, tiende a alcanzar un estado diferente del que se tiene
originariamente, es el deber ser de la educación. La
educación parte de un ser que es el sujeto con sus
características actuales y tiende a lograr un deber ser,
que es el fin de la educación.
La educación es un proceso mediante el cual
una sociedad comunica su cultura a las nuevas generaciones. Es
individual porque éste proceso se da en todos toda la vida
de cada individuo en la que puede perfeccionarse como persona, en
la que se desarrolla sus capacidades, hace efectivas sus
posibilidades y crece personalmente. Y tiene un carácter
social, ya que cada uno puede participar creativamente en la
sociedad en que está involucrado, en su proceso de
socialización, (lenguaje,
criterios, normas, etc); el da continuidad a las pautas
culturales. En la educación se dan a la vez éstos
dos caracteres porque si bien se busca socializar al chico,
también se fomenta su propia personalidad e
identidad
propia creadora y única. Ya que cada hombre no sólo
recibe la cultura, sino, que también la transforma como
sujeto de la historia. El término
"educare", (significa: alimentar, nutrir, desarrollo y
crecimiento), es un proceso de crecimiento interior y del medio
socio-cultural. Entonces encontramos que por medio de la
socialización, (al adquirir la lengua,
criterios de valoración, ideas, usos dominantes de la
sociedad en que vive, costumbres, normas, etc); es la que permite
dar continuidad a las pautas culturales. Y por medio de la
individualización en la que el sujeto desarrolla sus
capacidades y crece como persona no sólo descubriendo la
cultura, sino también transformándola originalmente
como sujeto creador de la historia. Se corre el riesgo de
masificar, cuando se exagera en el proceso de
socialización; cuando se da al hombre esquemas
determinados, menoscabando su personalidad individual creadora,
ayudado por los medios masivos de comunicación; no
educando al hombre, sino, convirtiéndolo en un objeto, o
sea, masificándolo; no favoreciendo su libre
determinación y su sentido comunitario, profundizando la
conciencia de la
dignidad humana. Si la individualización y
socialización no se armonizan, se equilibran y se
integran, entonces no hay verdadera educación. Resulta
así, que la educación puesta exclusivamente en
función de la adaptación, de la conformación
del hombre, no responde a su verdadera esencia, no se trata de
educación sino de masificación. No se educa al
hombre sino que se lo convierte en objeto, se lo niega como
creador de su futuro, se le arrebata su decisión, en sin
se lo adiestra. El adiestramiento
implica que lo que se busca es que el hombre
repita mecánicamente ciertas conductas, sea mediante la
coerción, la persuasión o la imitación. Un
cierto grado de adiestramiento es necesario en el hombre para
aprender conductas, tales como, escribir a máquina, ser
puntual, etc; pero para que tenga valor, debe integrarse en el
proceso educativo, no ser un fin en sí mismo, sino atender
a fines valiosos, para el hombre y la sociedad. De lo contrario
es pernicioso, porque lo que logra es masificar, conformando
según un esquema predeterminado, ahogar su originalidad y
su conciencia personal, obstaculizando que cumpla su
vocación de ser cada vez más humano.
Continuando, con la problemática que estoy
tratando, llego al punto de que la escuela, en cierta medida,
debe afrontar la realidad en la que está inmersa, ya que
no puede dar la espalda a los graves acontecimientos, en que
estamos sumergidos. Y ¿cómo puede la escuela
afrontar los desafíos que tiene? ¿Qué
función debe desempeñar la escuela en éstos
momentos de gran crisis? ¿Cómo debe ser la escuela
de hoy?
En éste sentido, Federico Mayor, determina que
una de las funciones que la
UNESCO sostiene como una prioridad, es llevar una
educación sin fronteras y de calidad para todos
durante toda la vida, lo cual es fundamental para abatir la
violencia, propiciar la igualdad de
oportunidades y desarrollar las potencialidades humanas, en la
que el hombre pueda construir su identidad en un contexto de
libertad y solidaridad.
Encontramos en América
latina, que se ha dado un crecimiento asimétrico tanto
en la creación como en la distribución de la
riqueza, siendo un factor de desequilibrio para el desarrollo, la
democracia y la paz.
En estas regiones, la falta de una educación
adecuada, dentro de un contexto de desigualdad social, genera un
cuadro de gran violencia urbana; que al prolongar la baja calidad
educativa, es incrementar las posibilidades de la
violencia.
No sólo es la cobertura educativa nacional,
sino también la calidad que se brinda según el
nivel y zona geográfica, que en ciertos lugares son
deficientes. Asimismo esto sucede también en el
ámbito de países en vías de desarrollo,
comparado con otros desarrollados, esto perpetua la pobreza y la
exclusión, en el ámbito de las personas del
país, pero consecuentemente también al nivel de
país.
Por ello se debe construir la igualdad de
oportunidades y la justicia
social, democratizar, educar con buena calidad para aumentar la
capacidad productiva en la equidad social y el comportamiento
cívico, construir la paz y lograr una futura competitividad.
Entonces es necesario que la educación sea una
verdadera política de estado y de nación,
(que incorpore a toda la sociedad), dónde se pueda
desplegar la creatividad y la innovación permanente que
demanda el
mundo actual.
Pero una educación pública accesible a
todos, en todo lugar y de buena calidad es fundamental para:
abatir la violencia, propiciar la igualdad de oportunidades y
desarrollar las potencialidades humanas, en la que el hombre
pueda construir su identidad en un contexto de libertad y
solidaridad.
Por la declaración anterior, pareciera la UNESCO,
decir, en éste caso por medio de Mayor, que en realidad la
culpa de las desigualdades sociales y las injusticias sociales,
la tiene la educación, (entiéndase por consiguiente
a los actores educativos), ya que argumenta que una deficiente
educación, trae en consecuencia desigualdades sociales y
violencia urbana. Pero yo estoy convencido, de justamente lo
contrario, que las desigualdades sociales, la mala
distribución de las riquezas, la inequidad, la violencia
urbana y en definitiva la miseria, trae como consecuencia que los
educandos que viven es ese contexto, rindan menos educativamente
hablando y yo en mi calidad de practicante, he podido vivenciar,
que esto es así, ya que por ejemplo, un alumno de cuarto
grado, en las dos primeras horas cátedra, lo único
que manifestaba era su ansia de comer, preguntando a que hora
teníamos el desayuno, en vez de preguntar sobre el tema
del conocimiento que se estaba estudiando, y en verdad
tenía hambre, se lo podía notar en su cuerpo,
además de deducirlo, a causa de su largo viaje de su hogar
al colegio, entre otras cosas y entre muchos otros ejemplos,
tales como alumnos que provienen de institutos de menores, otros
criados sin figura paterna, o con padres desocupados, adictos y
borrachos, alumnos mal aseados, por no contar de buenas
condiciones sanitarias en sus viviendas, con problemas de salud,
etc, etc.
Si bien la escuela, puede ayudar a combatir todos
éstos inconvenientes, cumpliendo funciones de asistencia
social, no es lo que en su contrato original
debía hacer. Y sí, es deber irrenunciable, de los
gobiernos, por medio de las políticas de estado, muchas
veces olvidadas o traicionadas, como lo son el proporcionar a
toda su población: seguridad, salud,
trabajo y condiciones de vida dignas, como corresponde a la
dignidad humana.
Por otra parte y centrándonos en el tema
educativo, según Víctor Hoz, la educación
actual debe ser educación –abierta-,
-funcional-, y -prospectiva-, porque éstos caracteres se
resumen en una educación personalizada.
– Educación abierta: cuando se habla de la
educación abierta se acepta la complejidad de la
acción educativa y la limitación de las personal y
entidades humanas. Por la complejidad de la educación y
limitación de las entidades educadoras, cualquier
acción educativa, si ha de ser eficaz, debe ser abierta
para recibir los diferentes estímulos de las distintas
comunidades que operan en la educación y para poner en
juego todos
los elementos y factores que pueden contribuir a la
perfección de la persona humana, a lo que en
educación tiene valor permanente, y a las innovaciones que
la experiencia y las modificaciones técnicas
de la sociedad y la cultura vayan justificando. Apertura de la
educación a la influencia de las distintas comunidades en
las que el hombre vive la co-educación, no habla de
personas de diferente sexo, sino
habla del hecho de que no sólo la escuela es la que educa,
de que no es sólo la familia la que educa, de que no es
sólo la sociedad la que educa, sino que la
educación resulta de la confluencia de la acción de
éstas distintas comunidades sobre un sujeto. Paidocenosis,
es un sistema, un conjunto de estímulos educativos que
operan sobre un sujeto, para configurar su modo de ser y su modo
de reaccionar. La acción de muchos estímulos
desaparece de nuestra conciencia. Cuantas palabras hemos oído a lo
largo de nuestra vida, que se nos han olvidado. Otros
estímulos quedan exteriorizaos, quietos imborrables, tal
vez una palabra de aliento. Ahora que ya estamos en la edad
adulta nos acordamos de una palabra que se nos dijo. Somos
capaces de evocarlo en cualquier momento, para que un
estímulo que ha quedado en nuestra vida. Entre las dos
situaciones aludidas existe un mundo intermedio de
estímulos que ni desaparecen del todo ni quedan
individualizados, sino que se unen entre sí para construir
como un haz de experiencias. Éstos grupos de
estímulos generalmente proceden de una comunidad en la
cual vivimos. Claro está que estos influjos no tienen como
consecuencia que aprendamos una cosa determinada.
He aquí que la educación de hoy, si
quiere ser eficaz, tenga que hacerse cargo de que, por una parte,
existe la escuela, pero por otra parte, existe la familia. Ni
familia, ni escuela solamente, determina ahora la
estimulación educativa de un sujeto. La sociedad o
comunidad en general está representada por las normas de
vida y de trabajo, por los criterios predominantes de una
determinada comunidad. Esto nos obliga a considerar la
educación como resultante de la confluencia de una
múltiplos estímulos. Hablar de educación
abierta, nos lleva a la consideración de la existencia de
distintos tipos de factores. Hay dos tipos predominantes: los
factores técnicos y los factores
personales.
– Educación funcional: la educación es
una realidad que cobra sentido en la vida del hombre. Lo
funcional, magramente se puede traducir por lo útil, lo
que sirve para algo, que está en función de. La
educación tiene sentido en función de la vida del
hombre. Cada vez más la vida personal de cada uno depende
de la educación que recibe. Lo mejor que el hombre puede
tener, en función de una vida posterior, es una buena
educación. Es menester considerar la educación como
algo en función de la vida personal de un sujeto. La
adquisición de conocimientos y hábitos culturales,
la de añadirse también la consideración del
sujeto como persona, entender la educación no solamente
como un proceso de culturalización sistemática,
sino también por lo que en la vida personal escapa a lo
sistemático, junto con la acción que estrictamente
docente, ha de situarse la acción orientadora. La
orientación de algún modo, es acción
docente. En la orientación se trata de estimular un
conocimiento muy concreto y muy
particular: el conocimiento de sí mismo. Se intenta
preparar a alguien para que sea capaz de reaccionar lo más
adecuadamente, frente a una situación, a hacerle conciente
de sus propias limitaciones. El objeto de la enseñanza es
conocerse a sí mismo. En la orientación, otro
objeto se conocimiento es el mundo en torno del
sujeto.
La enseñanza y la orientación llenan
así el contenido de las escuelas, el cometido de una
institución escolar, como partes que mutuamente se apoyan.
La educación de nuestro tiempo, además de
introducir al hombre en los contenidos sistemáticos de la
cultura, tiene que preocuparse de cultivar la
personalidad singular de cada ser humano para que sea capaz
de acertar en los inciertos caminos de su
existencia.
– Educación prospectiva: la educación
prospectiva nace de la confrontación de dos ideas, una de
ellas vieja y la otra nueva. La vieja idea era necesaria para la
preparación para la vida. La nueva idea es la vida para la
cual preparamos a nuestros escolares de hoy, es una vida que no
conocemos. El cambio siempre ha sido un fenómeno social.
Pero durante largos siglos de historia humana los cambios eran
lentos. Hoy el cambio rápido es el fenómeno normal
y corriente, si el cambio rápido es la
característica de la educación de hoy. Si la
educación es preparación para la vida, tiene una
necesaria proyección de futuro. Los escolares van a vivir
como adultos en una sociedad muy diferente de esa en la que se
encuentra para la cual ha de preparar a los sujetos. Éste
es el sentido de la pedagogía prospectiva, una
pedagogía que vea, anticipadamente, cual son estas
condiciones de vida personal y social. Sucede un fenómeno
curioso. Ha nacido una concepción prospectiva de la
sociología, una prospección científica,
técnica. Si la pedagogía prospectiva se queda
sólo en el campo de la prospección
científica, corre el riesgo de considerar que el hombre ha
de ser moldeado necesariamente por las fuerzas sociales. Una
educación prospectiva no habrá de consistir
únicamente en capacitar a un hombre para su
adaptación a una determinada sociedad, sino también
y sobre todo, en hacerle capaz de influir en la sociedad. Hay que
desarrollar su capacidad para que en cualquier momento, puedan
adquirir por su cuenta esos conocimientos concretos. Más
como no se trata solo de conocer, sino también de
reaccionar, el hombre, necesita desarrollar su capacidad de
elección. La libertad es riesgo. Pero sólo ella
constituye a un hombre en persona. De aquí el poder de
afirmar que la educación cada vez ha de estar más
claramente personalizada.
Por otra parte Isabelino Siede, sostiene que el
inicio del ciclo lectivo 2002 ubica a las escuelas frente
a un escenario novedoso, producto de
las convulsiones sociales e institucionales que ocurrieron
durante los meses de receso. Ni las familias ni los estudiantes,
ni los docentes son lo mismo que eran al finalizar el año
anterior.
Estos acontecimientos suscitan impactos fuertes en la
subjetividad de todos los miembros de cada comunidad escolar: una
sensación generalizada de fracaso, de frustración y
de miedo circula por diferentes sectores sociales. En
términos genéricos, las pautas de relación
con los otros se han visto modificadas, de modos curiosamente
contrapuestos, por desconfianzas crecientes o reconocimientos
mutuos de vecinos que se encuentran atravesando situaciones
semejantes. Renace la discusión política de vecinos
que se nuclean en asambleas barriales para deliberar sobre las
caudas de los problemas y las soluciones
posibles.
Hay en nuestro país una crisis de orden
institucional y de representatividad.
Siede, manifiesta un tema interesante, que es el de los
nuevos movimientos ciudadanos que se han generado y que
está paso a paso, desarrollándose. Ya que considero
que los maestros y los alumnos por sí solo, poco pueden
hacer, pero en cambio el asunto y la lucha, cobra otra
dimensión y significado, al entrelazarse y aunarse
esfuerzos, con los padres, y éstos con los vecinos, y la
institución escuela con otras instituciones
sociales, asiéndose de ésta manera un enramaje
mayor, por consiguiente, con una fuerza mayor,
para al menos intentar cambiar parte de la realidad que nos toca
vivir en pro de satisfacer diversas necesidades e intereses, en
pro del bien común. Ya que ante la inoperancia e
inutilidad de la dirigencia argentina, sumergida en grande nichos
de corrupción, deben nacer de entre la
ciudadanía pensante y políticamente preocupada, los
nuevos líderes, capaces a afrontar los nuevos
desafíos de nuestra sociedad.
En cuanto específicamente al tema educativo,
Emilio Fanfani, propone las siguientes líneas de
acción: ya que considera que un bajo nivel general y la
tendencia a profundizar las diferencias sociales son las
principales deficiencias del sistema educativo
argentino.
El nivel general de la escuela es bajo y no
está a la altura de lo que esperan y necesitan las
personas y la sociedad. Allí están los miles de
adolescentes
descolarizados y los pobres promedios que obtienen los alumnos al
finalizar cada ciclo escolar.
La solución depende de "todos los argentinos"
y no sólo de los expertos. Acerca de "lo que hay que
hacer" proponemos las siguientes líneas de
acción:
Movilizar a la sociedad acerca de la magnitud del
problema educativo. Si las familias no perciben su propia
situación como insatisfactoria y se conforman con que"el
chico encuentre banco y pase de
grado", no hay transformación efectiva de la
educación. Cuando llegue el momento de la verdad y la
decepción (al momento de pretender el ingreso a la
Universidad o
al empleo)
será demasiado tarde. En este sentido es preciso realizar
campañas de sensibilización.
Promover un pacto educativo nacional para la
formulación de políticas de Estado. Algunos temas
inevitables son: el aumentar la inversión y determinar su
orientación, monitoreo y evaluación; redefinir los criterios de
asignación de recursos tomando en cuenta el principio de
eficiencia y
equidad; negociar nuevas condiciones de acreditación que
prioricen la calificación para determinar el ingreso y
ascenso a la carrera docente; mejorar los salarios en
función de la calificación
alcanzada.
Abrir la escuela a la comunidad y convertirla en una
institución capaz de rendir cuentas a los
ciudadanos y a sus organizaciones
representativas.
No perderse con los contenidos y focalizar los
objetivos de
aprendizaje en campos prioritarios, tales como el desarrollo del
lenguaje en sentido amplio; el cálculo;
la relación con uno mismo, (autoestima, cuidado de la
salud, conciencia de sus derechos y deberes); con el medio
ambiente, (actitudes y conocimientos
científicos-tecnológicos y ecología); y con los
demás, (conocimiento crítico de la sociedad, la
economía, la política y la cultura).
Construir una institución educativa más
fuerte y democrática, al garantizar la autonomía y
creatividad de las instituciones públicas y garantizar las
condiciones mínimas, (como la estabilidad de la planta
docente y administrativa), que generen sentido de identidad y
permanencia.
Éste debe dejar de ser un tema exclusivo de
ministros de Educación, sindicatos
docentes y expertos, para convertirse en un asunto de todos los
argentinos interesados en construir una sociedad más
libre, más justa y más rica.
Creo que son interesantes las propuestas de Fanfani,
aunque de todas manera, destacaría que no sólo hay
que conscientizar y movilizar a la población a causa del
problema educativo, sino conscientizar y movilizar a la
población a causa del problema
socio-político-económico, que como ya dije ante es
el mayor afluente de los problemas educativos. Aunque reconozco
que también hay otros afluentes, que es la práctica
docente en sí misma, o sea el ¿tipo de docente que
ejerce su rol?, que se va formando a causa de su propia biografía escolar y
asimismo es muy determinante, el ¿cómo es?, la
formación del futuro docente.
Consecuentemente, Paulo Freire, en sus cartas a quien
pretende enseñar, trata el tema del proceso de
enseñanza-aprendizaje, dentro de un marco progresista
y constructivista, tomando en cuenta a todos los actores
educativos, sus relaciones entre sí, al sujeto y el
objeto, desde una perspectiva globalizadora y a la vez
personalizada.
Él sostiene que el aprendizaje
del educador al educar se verifica en la medida en que el
educador humilde y abierto se encuentre permanentemente
disponible para repensar lo pensado, revisar sus posiciones; en
que busca involucrarse con la curiosidad del alumnado y los
diferentes caminos y senderos que ella lo hace recorrer. Y que la
experiencia docente, si es bien percibida y bien vivida, va
dejando claro que requiere una capacitación permanente del
educador; capacitación que se basa en el análisis
crítico de su práctica.
Asimismo formula que le acto de estudiar siempre
implica el de leer, aunque no se agote en éste. De leer el
mundo, de leer la palabra y así leer la lectura del mundo
hecha anteriormente. Pero leer no es mero entretenimiento ni
tampoco es un ejercicio de memorización mecánica de ciertos fragmentos del texto.
Leer es procurar o buscar crear la comprensión de lo
leído; de ahí l importancia de la enseñanza
correcta de la lectura y de la escritura,
entre otros puntos fundamentales. Es que enseñar a leer es
comprometerse con una experiencia creativa alrededor de la
comprensión, de la comprensión y de la
comunicación y de la experiencia de la comprensión
será tanto más profunda cuanto más capaces
seamos de asociar en ella los conceptos que emergen en la
experiencia escolar procedentes del mundo de lo
cotidiano.
Para Freire, el estudiar es desocultar, es alcanzar
la comprensión más exacta del objeto, es percibir
sus relaciones con los otros objetos. Implica que el estudioso,
sujeto del estudio, se arriesgue, se aventure, sin lo cual no
crea ni recrea.
Es por eso también por lo que enseñar
no puede ser un simple proceso de transferencia de conocimientos
del educador al aprendiz. Transferencia mecánica de la que
resulta la memorización mecánica. Al estudio
crítico corresponde una enseñanza igualmente
crítica que necesariamente requiere una forma
crítica de comprender y de realizar la lectura de la
palabra y la lectura del mundo, le lectura del texto y la lectura
del contexto.
El docente progresista que propone Freire, es
aquel docente sincero que expresa lo que siente; que no se siente
superior en cuanto a la gente socio-económicamente pobre,
ni inferior con gente de clase social económica más
dominante, no tomando una actitud
paternalista o de desprecio hacia los primeros, ni una actitud de
revancha o sumisión con los segundos; que entabla una
buena relación con sus alumnos, dando lugar a las
experiencias personales, las preguntas, los conflictos,
los intereses y las motivaciones. Asimismo el ser crítico
en el que implica comprender los significados propios de las
palabras tanto como sus intenciones y contextos. Que hagas vencer
el miedo a la dificultad, y que fomente la resolución y el
coraje para superar los problemas de aprendizaje en especial, ya
sea con colaboración del docente, del grupo y de
herramientas tales como libros, diccionarios,
enciclopedias, etc. El docente progresista debe tomar una actitud
responsable como autoridad
educadora, y es siempre una actitud política, la que toma
aunque sea inconscientemente. Además que no vean al
docente como algo lejano y inalcanzable como se fomentaban en las
sociedades autoritarias, sino por le contrario un educador
progresista es el que buscan acercarse a sus alumnos mediante el
discurso y el testimonio de humildad, valentía y tolerancia, entre
otras cualidades para propiciar un clima de
aprendizaje cordial, donde la toma de
decisiones dirigidas a mejorar y superar obstáculos,
la seguridad frente a las decisiones tomadas y la alegría
de vivir sean constantes y renovadoras.
Freire aclara que con la invención social del
lenguaje, lado a lado con la operación sobre el mundo,
prolongamos el mundo natural, que no hicimos, en un mundo
cultural e histórico, que es producto nuestro,
permanentemente inscriptos en un proceso de aprender y de buscar.
Aprender y buscar, a los que necesariamente se juntan
enseñar y conocer, y que por su parte no pueden prescindir
de libertad, no solo como donación sino como algo
indispensable y necesario que debemos luchar permanentemente,
formar parte de nuestra manera de estar siendo en el mundo. Y es
justamente porque estamos programados para aprender, pero no
determinados, estamos condicionados, pero al mismo tiempo
consciente del condicionamiento, por lo que nos hacemos aptos
para luchar por la libertad como proceso y no como
meta.
Y que la identidad entendida en esta relación
contradictoria que somos nosotros mismos entre lo que heredamos y
lo que adquirimos. Relación contradictoria en la que a
veces lo que adquirimos en nuestras experiencias sociales,
culturales, de clase, ideológicas, interfiere
vigorosamente a través del poder de los interese, de las
emociones, de
los sentimientos, de los deseos, de lo que se viene llamando "la
fuerza del corazón"
en al estructura
hereditaria. Por esos mismo, es que no somos, ni sólo lo
innatos, ni sólo lo adquirido. No se puede tener dudas
sobre el poder de la herencia
cultural, sobre cómo nos conforma y nos obstaculiza para
ser. Pero el hecho de ser programados, condicionados y
conscientes del condicionamiento y no determinados, es que lo
hace posible superar la fuerza de las herencias
culturales.
Asimismo, creer posible la realización de un
trabajo en el que el contexto teórico se separa de tal
modo de la experiencia del educando en su contexto concreto
sólo es concebible para quién juzga que la
enseñanza de los contenidos se hace indiferentemente a, e
independientemente de lo que los educandos ya saben a partir de
sus experiencias anteriores a la escuela. Y no para quién
rechaza con razón esa dicotomía insustentable entre
contexto concreto y contexto teórico.
En definitiva, Paulo Freire, sostiene que la escuela
democrática que precisamos no es aquella en la que
sólo el maestro enseña, en la que el alumno
sólo aprende y el director en el mandante todopoderoso. Si
no que la escuela deber ser un espacio acogedor, donde se permita
escuchar a los otros, se difunda y genere el gusto por la
pregunta y por la crítica. Y que el estudiar no fuese una
carga, ni que el leer fuese una obligación amarga que hay
que cumplir, sino por el contrario que el estudiar y leer fuesen
fuente de alegría y placer, de la que surge también
el conocimiento indispensable con el cual nos movemos mejor en el
mundo, entonces tenderíamos índices que
revelarían una mejor calidad en nuestra
educación.
El profesor que realmente enseña, es
decir, que trabaja los contenidos en el marco del pensar
acertado, niega la fórmula farisaica: "Has lo que yo digo
y no lo que yo hago", o sea sus palabras deben estar
acompañadas del ejemplo de su corporeidad.
Además de manera imperante, el docente debe
tener un rechazo definitivo a cualquier forma de discriminación, o sea, a toda
práctica prejuiciosa de raza, clase, género,
etc, porque ofende la sustantividad del ser humano y forma parte
del pensar acertadamente.
Evidentemente, mucho tendrá que ver el tipo de
docente que exista en una escuela, ya que hay diversos tipos de
maestros, tipos, en el sentido de cómo conciben ellos
mismos su rol, ya que siempre lo hacen desde dentro de una
ideología determinada, aunque no lo expresen
abiertamente.
Hoy por hoy, es fundamental, a mi entender, capacitar y
formar docentes progresistas como define y propone Freire, si en
verdad queremos progresar y avanzar en pro de algo bueno, no
sé si tanto para nosotros, pero sí para las nuevas
generaciones; ya que éste tipo de cambios llevan
años en concretarlos. Pero como sostiene un antiguo
proverbio chino: "un viaje de mil kilómetros, se comienza
con el primer paso".
El cuanto al contexto del trabajo docente en la
escuela, sostiene Elena Achilli, éste gira en torno a:
la diversidad y pluralidad de situaciones socio-culturales,
planteado en la profundización del impacto negativo de la
crisis estructural, tanto en el interior de la escuela, como al
nivel de las familias y del contexto barrial; en cuanto al
deterioro de las condiciones de vida de las familias, la
desestructuración de las mismas, el abandono de los
niños, el aumento de distintas situaciones de violencia
familiar y al interior de la escuela, las deficiencias
edilicias escolares hasta el nivel de provocar la muerte de
algún alumno, entre otros.
Además de los límites al tiempo de
trabajo específico, que impone la "invasión" de la
comida en el ámbito escolar, se le agrega el de "buscar
bancos", las
interrupciones e interferencias de terceros, etc. Estas son las
condiciones del trabajo decente que son desconocidas por los que
implementas las políticas educativas.
Achilli, sostiene lo que creo que es verdad, de que si
del gobierno
pretenden reformas educativas, que si bien pueden ser bien
intencionadas, para un mejor funcionamiento del sistema, muchas
veces confeccionan leyes y reglamentaciones, expertos sentados en
sus escritorios, vestidos con sus trajes costosos y escribiendo
en sus computadoras,
creyendo que lo que hacen es lo mejor que se puede hacer, (muchas
veces copian modelos de
otros países, como la Argentina copió a España
para la nueva ley federal de
educación), los dictámenes muchas veces son
alejados de la realidad escolar, de la que sí el maestro
está empapado, son difíciles de cumplir o
están pensados en contextos ideales y no en contextos
socio-educativos reales. Así encontramos resoluciones
dónde nenitos del primer ciclo escolar deben "defenderse"
como puedan de nenes grandulones casi adolescentes o
adolescentes, por lo que hay que hacer horarios de comedor y
recreos diferenciados para los del tercer ciclo educativo de la
educación general básica, eso si es que se ha
implementado, caso que todavía no ha ocurrido en la ciudad
de Buenos Aires,
ya que la escuelas no tienen espacio físico como para
agregar las aulas de octavo y noveno grado.
Por otra, parte, Inés Dussel y Marcelo Caruso,
sostienen que los educadores en tanto sujetos
que ocupamos una posición particular en la
transmisión de la cultura de la sociedad, (aún
cuando este mismo por eso pueda ser cuestionado y pueda pedirse o
exigirse la transmisión de otras culturas sociales),
tenemos un poder y una autoridad que nos transcienden como
individuos y que tiene que ver con el lugar social que
ocupamos.
Y según Elena Achilli, la práctica
docente, es el trabajo
cotidiano que desarrolla el maestro en determinadas y concretas
condiciones sociales, históricas e institucionales que
adquieren una significación tanto para la sociedad como
para el propio maestro, trabajo que si bien está definido
en su significación social y particular por la
práctica pedagógica, que involucra una compleja
red de
actividades y relaciones que la traspasa, o sea la
práctica pedagógica, es aquella que se despliega en
el contexto del aula, dónde se relaciona el denominado
triángulo didáctico, interrelacionando al docente
con los contenidos y los alumnos; esto pone de manifiesto que un
conjunto de actividades y relaciones que el maestro desarrolla
"fuera" del aula, neutraliza la practica pedagógica en su
especificidad de trabajo con el conocimiento. Esto tensiona al
maestro, al enfrentarse contradictoriamente a su "función
asistencial" y su "función
pedagógica".
Por ello, el docente es "tironeado", por las
diferentes demandas socio-culturales del contexto y la
recuperación de la eficacia profesional que permita
mejorar la calidad de la educación.
Continúa reflexionando que es necesario
repensar críticamente, el accionar de la
instrucción escolar, como modo de potenciar la
calidad de los aprendizajes del niño de contextos de
pobreza urbana. Esto presupone una política educativa que
posibilite una educación en tal sentido, para ello el
Estado debe asegurar una real equidad, jerarquizando
profesionalmente al docente, en cuanto a su dignificación
salarial, su adecuada formación y perfeccionamiento
pertinente a la complejidad del contexto socio-cultural.
También, debe otorgar mayor autonomía
institucional, a fin de que la comunidad educativa elabore
estrategias
acordes a las características y necesidades locales,
aunque no desatendiéndola, sino por el contrario
apoyándola para que pueda llevar adelante los proyectos
institucionales que organiza. Además tendría que
coordinar y articular las diferentes investigaciones
educativas argentinas. Y fundamentalmente aumentar la calidad de
vida de los alumnos y sus familias, en todos sus
ámbitos.
Además ella sostiene que en cuanto al
docente en su rol en el aula, dentro de un contexto de
pobreza, se manifiesta lo siguiente:
La depresión,
la angustia, la soledad, la complejidad, lo desconocido, el
olvido, el deterioro del espacio físico, la
subestimación de su propia tarea docente, el
déficit en su formación docente en cuanto a no
haber tenido una especialización o perfeccionamiento para
trabajar con las exigencias que le toca vivir, la contrariedad
entre lo que estudió y lo que vivencia, el deber de
dosificar los contenidos a lo que puedan aprender sus alumnos, la
dificultad que tiene en hacer hablar los que no hablan, en cuanto
a como manejar el grupo escolar en cuanto a sus manifestaciones
violentas y agresivas, el no haber estado preparado adecuadamente
para manejar grupos conflictivos, arreglarse ante la falta o
escasez de recursos didácticos y bibliográficos, la
lucha de sufrir expectativas negativas en cuanto al fruto de su
labor en el aula, el sentimiento de estar inmerso en una gran
desvalorización humana de todos, ocupar el tiempo mas bien
en lo asistencial que en lo pedagógico, el enfrentamiento
con las dudas, temores e incertidumbre de ¿qué y
cómo enseñar?, la tensión que viene por
vivenciar el contraste entre la escuela real y la escuela ideal,
la tensión que proviene de cumplir con los directivos al
que queden registros en los
cuadernos de los alumnos, el trabajo administrativo y otros
confluencias las exigencias de los padres, alumnos, directivos y
las propias que nacen de su propia consciencia profesional, el
maneje acerca de la certidumbre o incertidumbre de los
aprendizajes de sus alumnos como así el desgranamiento de
sus clases.
Por otra parte, el licenciado Isabelino Siede, sostiene
que a la hora de reiniciar las clases, se demandan
respuestas por parte de la escuela. Hablar de "respuesta", es
vincular aquí con la noción de "responsabilidad", de ejercicio de las funciones
propias de la institución educativa. Es necesario aclarar
este significado, pues está muy lejos de la escuela el
poder solucionar lo que ocurre hoy en nuestra sociedad, aunque
para muchos sectores de la sociedad representa la cara visible
del Estado. Por eso suele funcionar como la de resonancia de las
demandas sociales, despertando en los equipos docentes
sensaciones de sobre exigencia, de impotencia, de
desazón.
Los docentes deben evitar tanto las imágenes
apocalípticas como los optimismos ingenuos, no tratar d
aparecer inmunes ni victimizarse públicamente,
considerando falsa y no realista el "dejar los problemas fuera
del aula".
Es también recomendable generar formas
colaborativas de garantizar que los chicos tengan lo necesario
para aprender y para estudiar, atendiendo de manera solidaria las
dificultades materiales que vienen las familias.
También es recomendable pensar en propuestas
de acción directa de los estudiante sobre sí mismos
o sobre su entorno cercano.
Desde el punto de vista del conocimiento, la crisis
configura una oportunidad formativa, pues activa las preguntas
básicas sobre la sociedad en que vivimos, permite
problematizar algunas ideas y moviliza la reflexión
publica sobre la realidad y las expectativas de
cambio.
La noción de representatividad, por ejemplo,
puede analizarse en tiempos de la Revolución
de Mayo y las guerras
civiles posteriores, originadas en la puja por la
configuración de una élite dirigente que
reemplazara a las autoridades coloniales depuestas.
Etc.
Enfocando un poco la atención en los educandos, Paulo Freire,
sostiene que la práctica educativa progresista,
debe estar a favor de la autonomía del ser de los
educandos.
Insiste en que formar es mucho más que adiestrar
al educando en el desempeño de destrezas, critica al
neoliberalismo, por su ideología fatalista y su rechazo al
sueño y a la utopía, que es inmovilizadora que con
aires de post-modernidad
insiste en hacernos creer que nada podemos hacer contra la
realidad social que de histórica y cultural, pasa a ser o
a tornarse como "natural", tampoco no acepta las acciones
terroristas, porque de ellas resultan la muerta de inocentes y la
inseguridad de
los seres humanos, sostiene además que la
preparación científica del profesor debe coincidir
con su rectitud ética, lo fundamental de que los
alumnos perciban el respeto y la lealtad con que un profesor
analiza y critica las postura de otros, en que es en el dominio
de la decisión, de la evaluación, de la libertad,
de la ruptura, de la opción, en dónde se instaura
la necesidad de la ética y se impone la responsabilidad,
reconoce además, que somos seres condicionados, pero no
determinados.
En cuanto a los saberes que considera indispensables a
la práctica docente de los educadores críticos y
progresistas, es considerar definitivamente de que
enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las
posibilidades de su producción o de su construcción, que la formación
implica todas las etapas de la vida, debe saber desarrollar la
capacidad crítica del educando, su curiosidad, su
insumisión, debe también enseñar a pensar
correctamente y debe hacer relacionar lo que se lee con la vida
cotidiana de su entorno inmediato.
Asimismo teniendo en cuenta el tema de la
biografía escolar, según nota de la revista
"Ensayo y
Error", es posible sostener que a lo largo de la trayectoria
escolar vivida los maestros comenzaron a formase como tales, En
es período aprendieron, ("vivencialmente,
experimentalmente, implícitamente"), cuestiones que
están directamente ligadas con su quehacer, la
enseñanza. Como producto de la experiencia escolar vivida
como alumno, los maestros aprendieron a enseñar, a
aprender, a ser maestros y a relacionarse con el conocimiento en
el seno de una institución particular, la
escuela.
El pasado escolar deja huellas que influirán
en el desempeño profesional de quienes hagan de la escuela
su presente. Porque el hábito tiende a actuar en
condicione homólogas a aquellas en que se produjo. Y esas
condiciones favorecerán que los esquemas o modelos
incorporados a lo largo de la trayectoria escolar actúen
conformándolas prácticas y representaciones de los
maestros de hoy. así las practicas del presente
podrán comprenderse mejor teniendo en cuenta la
relación dialéctica que existe entre los
condicionamientos objetivos, )la escuela) y las estructuras
incorporadas en los sujetos que en ese ámbito desarrollan
su actividad profesional.
Por otra parte, la identidad del alumno, sostiene
Elena Achilli, se va constituyendo por medio de las distintas
prácticas y relaciones a través de las cuales el
niño participa, ya sea en el ámbito escolar,
familiar y de su entorno social inmediato, en la que se va
apropiando de conocimientos sobre las cosas y las personas, como
así también de los esquemas normativos y
valorativos con los que interactúa; por lo tanto, se va
apropiando de conocimientos, habilidades y reglas morales. Al
considerar la construcción de identidades como procesos,
supone captar el movimiento de
lo que es cambio y mutabilidad permanente, emergiendo al
análisis el proceso heterogéneo, en que se expresan
las identidades, en permanente proceso de
reformulación.
Asimismo, hay una representación
desvalorizante de los alumnos que provienen de sectores
socio-económicos pobres, construcciones que marcan
deficiencias o acciones delictivas, como por ejemplo: "no
entiende", "no presta atención", "no está
estimulado", "es disperso", "tiene problemas de aprendizaje", "es
apático", "tiene altibajos emocionales", "es violento",
"es agresivo", "es drogadicto", "roba", etc.
Estas representaciones desvalorizantes del
niño, construyen un círculo vicioso, que
también desvaloriza el propio trabajo
docente.
Sin embargo, también hay construcciones y
representaciones otras visiones más positivas, como ser:
"le gusta aprender a leer y escribir", "me saca los libros de las
manos", "está apurado por aprender a redactar", etc.
Buscando por consiguiente mejores estrategias para que
aprendan.
En la Argentina de hoy -y hoy más que nunca-, de
debe llevar a la práctica, los principios que
para Paulo Freire, son fundamentales en el rol docente, en
especial en aquellos que están "sumergidos" en contextos
de pobreza. Se requiere por parte del profesor una
reflexión crítica sobre la práctica, para
realizar una secuencia de mejoramiento. Exige además, el
reconocimiento y la asunción de la identidad cultural,
reconociendo el valor de las emociones y la afectividad. Exige
consciencia del inacabamiento, al aceptar lo diferente y estar
predispuesto al cambio, ya que debemos ser capaces de intervenir
en el mundo, de comparar, de juzgar, de decidir, de romper, de
escoger, capaces de grandes acontecimientos y de testimonios
dignificantes. Exige el reconocimiento de ser condicionado pero
no determinado, de ésta manera y al ser inacabado, se
concibe su construcción, no en el aislamiento inmune a la
fuerzas sociales. Exige respeto a la autonomía del ser del
educando, siendo un imperativo ético y no un favor que se
hace al alumno, por lo tanto, el profesor que menosprecia la
curiosidad del educando, su gusto estético, su inquietud,
su lenguaje, más precisamente su sintaxis y su prosodia,
el profesor que trata con ironía al alumno, que lo
minimiza, que lo manda "ponerse en su lugar" al más leve
indicio de su rebeldía legítima, así como el
profesor que elude el cumplimiento de su deber de poner
límites a la libertad del alumno, que esquiva el deber de
enseñar, de estar respetuosamente presente en las
experiencia formadora del educando, transgrede los principios
fundamentalmente éticos de nuestra existencia. Exige buen
juicio, sobre todo en la evaluación de la práctica
de lo que se dice, lo que se piensa y de lo que se hace. Exige
humildad, tolerancia y lucha en defensa de los derechos de los
trabajadores, en cuanto a sus salarios y su dignidad profesional.
Exige la aprehensión de la realidad, en la que se tienen
que dar cuenta de las cosas y también tener un
conocimiento cabal de ellas, en dónde la capacidad de
aprender no es sólo para adaptarse sino para especialmente
poder trasformar la realidad, para intervenir en ella y
recrearla; el profesor debe asumir sus convicciones, estar
disponible al saber, ser sensible a la belleza de la
práctica educativa, asumir las limitaciones
acompañadas del esfuerzo para superarlas. Exige
alegría y esperanza, involucrándose con la
práctica docente, que es política y moral,
tratando de fomentar un clima de distensión,
alegría y esperanza en su grado. Exige la
convicción de que el cambio es posible, al tener claro e
inculcar a los otros que no somos objetos de la historia, sino
sujetos sociales de la historia, partiendo del saber fundamental
que sostiene que cambiar es difícil pero es posible, esto
debe empujar hacia la acción, sabiendo que la miseria es
violencia, el educador se debe volver cada vez más
competente para que la lucha no pierda eficacia. Exige
curiosidad, que moviliza e inserta al sujeto en la
búsqueda, la construcción del conocimiento implica
el ejercicio de la curiosidad, su capacidad critica de tomar
distancia del objeto, de observarlo, de delimitarlo, de "cercar"
el objeto o hacer su aproximación metódica, su
capacidad de comparar y de preguntar. Exige seguridad,
competencia profesional y generosidad, ya que la autoridad
docente se funda en la competencia profesional, debiendo ser una
autoridad coherentemente democrática, que se funda en la
certeza de la importancia de la libertad y en la
construcción de un clima de auténtica disciplina;
enseñar y mientras se enseña, manifestar a los
alumnos, lo fundamental que es el respeto mutuo, no separando la
enseñanza de los contenidos con los de la formación
ética y ciudadana. Exige compromiso, buscando la
aproximación cada vez mayor entre lo que se dice y lo que
se hace y entre lo que se parece o aparenta y lo que realmente se
es, porque la presencia del profesor, no-pasa desapercibida en el
aula y es una presencia política en sí misma,
siendo un sujeto de opciones; el profesor progresista, debe estar
atento frente a la astucia de la ideología dominante que
insinúa la neutralidad de la educación, como si los
alumnos son formados para practicas apolíticas, como si la
manera humana de estar en el mundo fuera o pudiera ser una manera
neutra, obviamente, no siendo esto así. Exige libertad y
autoridad, buscando un equilibrio,
sin caer en un autoritarismo, pero tampoco en un libertinaje, ya
que la libertad sin límite es negativa tanto así
como la libertad asfixiada. Exige una toma consciente de
decisiones, el profesor democrático, coherente,
competente, que manifiesta su gusto por la vida, su esperanza en
un mundo mejor, que demuestra su capacidad de lucha, su respeto a
las diferencias, sabe cada vez más el valor que tiene para
la transformación de la realidad, la manera en que vive su
presencia en el mundo, de la cual su experiencia en al escuela es
apenas un momento, pero un momento importante que requiere ser
vivido auténticamente. Exige saber escuchar, o sea no un
hablar del docente como un todopoderoso, sino en una actitud
abierta a trabajar el contenido con los alumnos, escuchar para
reformular los conceptos y ayudar a pensar, razonar y
repreguntar. Exige disponibilidad para el diálogo,
es en la disponibilidad de hacia la realidad donde se construye
la seguridad, indispensable a la propia disponibilidad, basado en
el respeto por las diferencias. Exige querer a los educandos, sin
separar la seriedad docente con al afectividad, ni tampoco
obligarse a querer a todos por igual, no ser ásperos o
amargos, pero sí no tenerle miedo a los sentimientos y
sellar auténticamente un compromiso con los educandos, en
la que la seriedad puede ir acompañada con la
alegría de vivir.
Por otra parte, el maestro debe convertirse en un
práctico reflexivo, según Donald
schón, emplea y concibe al término, que da a
entender lo siguiente: la idea de dar la razón
está asociada con una cierta visión del
conocimiento del aprendizaje y de la enseñanza.
Podría caracterizar al conocimiento escolar a partir de
los siguientes puntos: En primer lugar la idea de lo que nosotros
sabemos es un producto, hay un cuerpo de conocimientos. Es un
conocimiento determinado en el sentido de que hay repuestas
correctas. Los maestros tienen por función saber
cuáles son las respuestas correctas y
comunicárselas a los alumnos. El conocimiento es formal y
categórico. Es formulable en proposiciones que asignan
propiedades a objetos o que expresan en términos verbales
o simbólicos las relaciones entre los objetos y sus
propiedades.
La reflexión en la acción es
táctica, espontánea, no como una actividad
primordialmente intelectual. Si no, preparar al pensamiento para
volverse sobre sí mismo, pensar de maneras diferentes y
nuevas acerca de los fenómenos.
A la capacidad para hacer las cosas bien, aunque a
veces sepamos más de lo que podemos decir; para mostrar
más de lo que sabemos en lo que hacemos, y en la forma en
que lo hacemos, es a lo que yo llamo conocimiento de la
acción. A la capacidad para responder a la sorpresa, a
improvisar en el momento, es a lo que yo llamo reflexión
en la acción.
Cuando un maestro reorienta su atención para
darle razón, a un alumno, para entender qué es lo
que dice, entonces la enseñanza misma se vuelve una forma
de reflexión en la acción.
Implica contactarse con lo que los chicos realmente
están diciendo y haciendo, implica permitirse,
sorprenderse por eso y porque la sorpresa sea apropiada, porque
uno debe permitirse a sí mismo asombrarse. Implica
encontrar al chico, en el sentido de juntarse con su
comprensión de lo que sucede y ayudar al chico a coordinar
el conocimiento en la acción de todos los días, que
el trae a la escuela, con el conocimiento privilegiado que
él encuentra en la escuela. Una respuesta a la sorpresa a
través del pensamiento que vuelve sobre sí mismo,
pensando lo que hacemos mientras lo hacemos.
Por otra parte, la conversación no debe ser ni
tolerante, predecible ni totalmente impredecible. Si es demasiado
predecible es aburrida, si es totalmente impredecible es loca.
Cuando los maestros se detienen para darle razón al alumno
están haciendo reflexión sobre su reflexión
en la acción.
Y hay fisuras entre la escuela y la vida, que hacen
que muchos chicos crean que la escuela no tiene nada que ver con
la vida
Por lo tanto, el desafío de las escuelas
profesionales es educar para la maestría en el hacer. Hay
que ayudar a la gente a moverse en estas indeterminadas zonas de
la practica, adquirir distintas formas de reflexión en la
acción y reflexión sobre la reflexión en la
acción.
En su máxima expresión, lo que llamo un
práctico reflexivo, es aquel que está involucrado
en una situación en la que la gente aprende haciendo. En
la cual hacen las cosas juntos, uno con el otro, aprenden las
cosas en una situación especial, en el sentido de que
representa el mundo de la práctica pero no el mundo de la
práctica.
Lo que los estudiantes hacen es un mensaje que le
dice al instructor, -esto es lo que yo puedo hacer con lo que
usted nos dio-. El instructor observa eso y ve los problemas y
las dificultades que los estudiantes tienen al tiempo que
modifica su propio mensaje.
En su más alta expresión, este
diálogo entre el estudiante y su instructor, se vuelve un
diálogo de reflexión en la acción
recíproca, donde cada uno de ellos está
reflexionando sobre y respondiendo a los mensajes recibidos del
otro.
Centrándome en lo que significa un
práctico reflexivo maestro, podría preguntarme:
¿Qué significa educar maestros en la capacidad para
enseñar reflexivamente y para pensar acerca de su propia
reflexión en la acción con chicos?
Creo que le práctico reflexivo, en
educación como en otros campos, debe ser un juego de
espejos porque el maestro de los maestros también hace lo
que está enseñando. Los maestros ven la
confusión de los chicos y su propia confusión, la
capacidad de los chicos y su propia capacidad.
La tarea que tiene por delante consiste en: prestar
atención al problema específico que está
siendo trabajado, siendo capaz de demostrar y describir en
términos relevantes acerca de sos que se está
tratando. Demostrar y describir, en términos adecuados
para cada estudiante en particular en ese momento. Decir y
descubrir las cosas que van a ayudar a ese estudiante a
entender.
Contra la doctrina de que a los maestros se les
deberá enseñar resultados de investigación llevadas a cabo por
investigadores, idea que creo que explica buena parte de la
irrelevancia de lo que se enseña en las escuelas de
educación. Se deberá luchar contra la idea de que
el maestro es una tabla rasa que no tiene nada que
aportar.
Creo que hay bastante evidencia de que las cosas
sí pueden ser cambiadas, y que hay gente que quiere
cambiarlas en la dirección que he descrito.
Creo, además, que el camino para hacerlo es a
través del desarrollo de los prácticos reflexivos,
que estén animados a salvar las distancias entre el decir
y el hacer, escuela y vida, práctica e
investigación que tanto han dañado la efectividad
de las escuelas en todos los niveles.
A modo de conclusión personal, considero que los
problemas de la educación Argentina, deben abordarse
teniendo en cuenta los aspectos políticos, sociales y
económicos a nivel macro, o sea teniendo en cuenta la
multicausalidad de los acontecimientos. En especial
contrarrestando las políticas de ajuste y la concreta
pobreza urbana, en que los alumnos con sus familias están
inmersos.
Por otra parte, si bien la escuela contribuye, con su
actividad de contenedora social, tendrá que esforzarse por
no descuidar su práctica pedagogía,
adaptándose a cada cultura institucional. Atendiendo a la
gran diversidad que presenta el alumnado, diversidad en las
biografías
escolares, diversidad socio-económicas, variedad de
perspectivas e intereses, diversidad de requerimientos,
diversidad de procedencias y culturas. Diversidad que el docente
debe transformar en riquezas, a compartir el uno con el otro,
considerando y respetando las diferencias, apostando a la
capacidad de cada alumno, hasta que pueda ocupar su lugar en el
mundo, ese lugar, que él quiera ocupar.
Asimismo, ser francos, diciendo que la escuela no va a
poder solucionar todos los problemas sociales ni mucho menos,
pero sí, y en la medida de que halla docentes responsables
y comprometidos con su rol, de que por ser público, es de
por sí político, tenga para sí mismo, una
actitud crítica y reflexiva de la realidad social, para
que con su ejemplo y su esfuerzo cotidiano, pueda inculcar buenos
valores a sus alumnos y darles las herramientas cognitivas
necesarias, para que estos el día de mañana, puedan
ser ciudadanos pensantes; en que si bien están
condicionados, no estén determinados a simplemente,
obedecer y ejecutar órdenes, ni a trabajar en un
supermercado, sino por el contrario que sean forjadores de un
futuro mejor, de su propio futuro, en el que si bien, muchos no
alcancen a formarse para dirigir y pensar, ni para trabajar en
puestos directivos; al menos sí tengan libertad de
pensamiento, libertad de acción, libertad de
decisión y libertad para crear para sí y los suyos
una vida ciudadana digna, como corresponde a la dignidad
humana.
Guillermo Di Fini
- Practica docente y diversidad sociocultural –
Los desafíos de la igualdad educativa frente a la
desigualdad social – de Elena Achilli. Ediciones Homo
Sapiens. Año: 1996. - Pedagogía de la autonomía –
Saberes necesarios para la práctica educativa – de
Paulo Freire. Siglo Veintiuno Editores. Años:
1996. - Cartas a quién pretende enseñar, de
Paulo Freire. - ¿La gran exclusión? –
Vulnerabilidad y Exclusión en América Latina, de Alberto
Minujin. - La invención del aula – Una
genealogía de las formas de enseñar – de
Inés Dussel y Marcelo Carulo. Editorial
Santillana. - Bernardo Kilksberg, director del Proyecto
Regional de las Naciones Unidas
para América Latina de Modernización del Estado,
en su libro Pobreza. Un tema impostergable. - La opción de educar – Ética y
pedagogía, de Philippe Meirieu. Editorial Octaedro.
Año: 2001. - Infancia y poder, de M. Naradowaki.
- La tragedia educativa, de Guillermo
Echeverri. - Cuesta abajo – Los nuevos pobres: efectos de la
crisis en la sociedad argentina – de Alberto Minujin y
otros. UNICEF / Losada. - Características de la educación actual,
de Víctor Hoz. - El nuevo pacto educativo – Vivimos una
revolución – de Juan Carlos Tedesco. - Fracaso escolar y marginación, de
Oliveira. - Escuelas y Maestros, de J. Ezpeleta. Capítulo:
El problema. Los problemas. - Organizar y Conducir la escuela, de Graciela
González. Capítulo: Maestros:
¿Profesión o semiprofesión? - Conocimiento y reflexión en acción de
Donald Schón. Congreso en la Asociación
Norteamericana de Investigaciones Educativas. 1986. - Oscar Altimir, investigador del CEPAL, en su libro La
dimensión de la pobreza en América Latina.
Cuadernos de CEPAL. 1979 - Pre- Diseño curricular para la
Educación General Básica – Marco General
– Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Año:
1999. - Datos estadísticos del I.N.D.E.C, (Instituto
Nacional de Estadísticas y Censos). - Y los siguientes artículos
periodísticos: - Revista de Educación y Ciencias
Sociales – Universidad Nacional Experimental: Simón
Rodríguez – N°: 16 y 17. Caracas. Año:
1999. - Revista: La educación en nuestra manos.
SUTEBA. N°: 51. Buenos Aires. Año: 1998. - El programa como
instrumento de trabajo, de Azucena Ousset. México.
Año: 1976. - La integración en la escuela, de Gimena
Fuertes. Página 12. Argentina. Año:
2002. - Escuela y crisis social: Aportes para un abordaje
formativo, de Isabelino Siede. Secretaría de
Educación. Año: 2002. - América: Sin educación, se
perpetúa la pobreza, de Federico Mayor. Diario
Clarín. Argentina. Año: 1998. - Que la escuela rinda cuentas, de Emilio Fanfani.
Diario Clarín. Argentina. Año: 2001. - Escuela Modelo Robinsón, de Daniel Filmus.
Diario Clarín. Argentina. Año: 2000. - La escuela, garantía de futuro, de Daniel
Filmus. Diario Clarín. Argentina Año:
2000. - La escuela pelea pese a todo, de Daniel Filmus.
Diario Clarín. Argentina. Año: 2001.
MONOGRAFÍA ESCRITA POR:
Guillermo Di Fini
Ciudad de Buenos Aires. Argentina.