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Aguas que lloran por los humanos…




Enviado por cristianfrers



    El agua es
    fundamental para todas las formas de vida, lo que la convierte en
    uno de los recursos
    esenciales de la naturaleza… El
    volumen del
    agua en el
    mundo se expresa mediante una cifra de gran importancia: 1.360
    millones de km3, es decir 1.360 trillones de litros. Si dividimos
    esta cifra por cada ser humano, le correspondería a cada
    uno 250.000 millones de litros, lo que equivaldría a
    400.000 piletas de natación.
    Bajo estas perspectivas, el agua
    aparece como un recurso prácticamente ilimitado. Sin
    embargo, de esa enorme masa líquida, sólo el 3% es
    dulce y la mitad de ella es potable.

    Se entiende por agua potable la que es apta para beber y
    para los demás usos domésticos. Esta debe ser
    límpida e inodora, fresca y agradable. Debe contener
    algunos gases,
    especialmente aire y sales
    disueltas en pequeñas cantidades. No debe poseer materias
    orgánicas, gérmenes patógenos ni sustancias
    químicas.

    Esta agua es un bien indispensable para el desarrollo de
    toda civilización, ya que posibilita la expansión
    demográfica y los progresos de la producción, que van desde la agricultura
    hasta la electrónica.

    El agua es la necesidad más urgente para el ser
    humano, a pesar de ello, son muy pocas las poblaciones que
    disponen de este elemento en cantidad suficiente, ya que su
    distribución en el mundo es despareja. Las
    aguas pluviales no se reparten equitativamente, sino que se
    concentran en zonas templadas y en los trópicos
    húmedos. Ayuda a que la vegetación prospere en
    algunos países y deja que sólo los desiertos
    prosperen en otros. Mientras existen regiones donde se precipitan
    hasta cinco metros de agua anuales, otras, reciben 1.000 menos.
    Proporciona abundante provisión de agua para beber a
    Islandia pero muy poca a Medio Oriente. En consecuencia,
    alrededor de 2.000 millones de personas en ocho países
    viven con escacez de agua. Están constantemente al borde
    de la sequía, pero aún aquellos países
    favorecidos con recursos
    hídricos enfrentan el problema de la escacez
    potencial.

    Además, gran parte de las aguas dulces
    están bajo forma de hielos o son subterráneas y de
    difícil acceso. Sólo el 0.008% se hallan en lagos o
    ríos y circulan por napas de fácil
    acceso.

    La contaminación del agua es conocida desde la
    antigüedad. En Roma eran
    frecuentes los envenamientos provocados por el plomo de las
    tuberías que transportaban el agua. En
    las ciudades medievales eran, habitualmente, sucias y pestilentes
    y provocaban serios y extendidos problemas de
    salud que se
    fueron agravando cada vez más. En la actualidad, es
    alarmante la constante pérdida de agua potable.

    Los problemas del
    agua se centran tanto en la calidad como en
    la cantidad. La comunidad debe
    conocer la importancia de la "calidad" de la
    misma y esa misma comunidad de
    encargarse de su cuidado y preservación.Los primeros en
    contaminar las aguas son los pesticidas, llevados hasta los
    ríos por la lluvia y la erosión
    del suelo, cuyo polvo
    vuela hacia los ríos o el mar y los contamina.
    Además, los campos pierden fecundidad por abuso de las
    técnicas agrícolas. La sal acarreada
    en el invierno desde las rutas hasta los ríos es otro
    factor envenenante. Lo mismo que los diques y las represas, que
    "barren" amplias franjas de cultivo. La agricultura da
    cuenta de alrededor del 70% del uso global del agua.

    Si bien las naciones industrializadas han tenido
    bastante éxito
    en el control de
    la
    contaminación proveniente de industrias,
    siguen teniendo problemas con la escorrentía en las
    tierras de cultivos y con las aguas que fluyen de los centros
    urbanos cargadas con todos tipos de elementos.

    La situación es muy distinta en los países
    en desarrollo,
    donde hay un déficit notable de sistemas
    cloacales y de controles de aguas residuales
    industriales.

    Es probable que diez países africanos
    experimenten una severa escacez de agua, con Egipto
    perdiendo vitales provisiones del río Nilo mientras otras
    naciones desarrollan las fuentes del
    río. En China,
    cincuenta ciudades enfrentan ya la escacez de agua. En India, decenas
    de miles de villorrios enfrentan la escacez. En México, se
    extrae un 40% más de agua de cuanto se reemplaza, lo que
    hace que la tierra se
    hunda e introduce la posibilidad de tener que importar agua
    dulce. En la ex Unión Soviética el agotamiento de
    agua de río para la irrigación y para otras
    necesidades ya ha hecho que el mar Aral descienda dos tercios
    desde 1960 y en los Estados Unidos,
    un quinto de la tierra
    irrigada es sometida al excesivo bombeo de agua de
    pozo.

    Las propias viviendas están polucionadas por los
    productos de
    limpieza contra los cuales ya son poco efectivos los mantos
    filtrantes, taponados por esas "aguas negras" (Petróleo)
    que llegan al mar.

    A la basura producida
    por el hombre y
    los escapes de contaminantes industriales, hay que añadir
    los tóxicos fabriles echados a los ríos y la
    polución de los cientos de alcantarillas. Los
    países occidentales industriales han hecho algún
    progreso al establecer controles sobre la contaminación industrial en particular.
    Pero subsisten problemas masivos. A la mayoría, les
    resulta sorprendente que a los países con mayor capacidad
    económica, poco más de la mitad de la gente cuente
    con el servicio de
    plantas de
    tratamiento de aguas fecales. El río Rhin drena una de las
    regiones más altamente industrializadas del mundo. Ha sido
    el foco de importantes esfuerzos europeos por mejorar el
    alcantarillado y el tratamiento de los desechos industriales. Han
    vuelto los peces a
    algunas partes del río de las que estuvieron ausentes por
    décadas. Pero la
    contaminación por las sustancias químicas
    tóxicas y el desecho mineral sigue siendo alta. El peligro
    de polución esta siempre presente.

    Las industrias pueden
    producir el ingreso de las aguas de sustancias altamente
    tóxicas: cobre, cinc,
    plomo, mercurio, entre otras. Estos metales suelen
    ser acumulativos, la ingesta repetida de pequeñas
    cantidades determina al cabo del tiempo altas
    concentraciones de metales en los
    tejidos de los
    organismos. Estas aguas contaminadas suelen terminar en el mar y
    gran cantidad de peces de
    consumo humano
    se convierten a su vez en agentes tóxicos.

    El mercurio es particularmente temido por su elevada
    toxicidad de alguno de sus derivados que, además, debido a
    su escasa biodegradabilidad se concentra en los seres vivos. El
    mercurio vertido en forma orgánica o mineral, se convierte
    en metilmercurio muy poco biodegradable, muy tóxico y se
    concentra muy rápido en las cadenas alimenticias. En
    algunos casos puede haber coeficientes superiores a los 100.000
    en el agua contaminada y en algunos peces que viven en
    ella.

    Usar el agua de manera más eficiente reduciendo
    el derroche es obviamente el camino. Se ha estimado, que si el
    derroche de agua en torno del
    río Indo, en Pakistán, pudiera reducirse en
    sólo un décimo, podrían irrigarse otro dos
    millones de hectáreas de tierras cultivables. Por fortuna,
    se esta tomando conciencia en
    mejorar el flujo de los canales de irrigación y se esta
    usando la irrigación por tubo capilar para llevar el agua
    directamente a las raíces. Estos son algunos de los
    métodos
    para solucionar el problema de la escacez del agua y de la
    necesidad de aprovechar mejor los recursos de agua.

    Todo esto es un grave problema, en algunos países
    del Tercer mundo, la mayoría de los ríos de
    India son poco
    más que alcantarillas descubiertas que llevan al mar los
    desechos no tratados de las
    áreas rurales y urbanas. Alrededor del 70% de las aguas
    superficiales del subcontinente está contaminado. En
    general los ríos de Asia son tal vez
    los más degradados del mundo.

    Si tomamos el ejemplo de la Argentina,
    observaremos que casi toda el agua que consumen, proviene de los
    mismos cuerpos de agua en los que son evacuados los residuos
    cloacales e industriales. La concentración de diversos
    elementos de contaminación –materiales
    pesados, bacterias,
    nitratos e hidrocarburos
    que se producen en diferentes lagos, lagunas y ríos de la
    Argentina,
    superan largamente las cifras consideradas peligrosas.

    No es casual que los ríos Paraná, Salado
    del Norte, Salado del Sur, Carcarañá, de la Plata y
    Colorado se inscriban entre los más contaminados de
    la
    Tierra.

    La Argentina no posee medidas de control adecuadas
    para el tratamiento y disposición de aguas servidas,
    residuos peligrosos sólidos y desechos industriales
    domiciliarios, que finalmente terminan contaminando cuerpos de
    agua superficiales y subterráneos. Se cuenta con información que determina que importantes y
    numerosos cuerpos de agua se encuentran afectados por aguas
    servidas, con intensos procesos de
    eutroficación debido a la falta de depuración. El
    mayor problema es las áreas urbanas que reciben
    contaminantes al por mayor desde todas partes. Una de cada cuatro
    camas de un hospital está ocupada por pacientes que tienen
    enfermedades
    contraídas por el agua. La contaminación del agua actúa
    lentamente y genera enfermedades de todo tipo,
    no sólo trastornos infecciosos. El agua transporta metales
    y sustancias tóxicas que van acumulándose en los
    organismos hasta afectar de diferente manera los diversos
    tejidos
    corporales.

    La contaminación de las aguas de superficie
    provenientes de las aguas residuales industriales y de aguas
    negras sin tratar es una de las causas principales de
    daños a la propiedad (en
    combinación con las inundaciones), pérdidas de
    espacios para recreación
    y daños ecológicos alrededor de las principales
    áreas urbanas y de varios lagos interiores. En varios
    lugares del interior del país –como Rosario y
    Córdoba- los cuerpos de agua se han contaminado hasta el
    punto de afectar los trabajos de las plantas para su
    tratamiento. Podemos tomar el caso del Lago San Roque,
    abastecedor del agua de la ciudad de cordoba, en la Provincia de
    Cordoba, es un lago empachado por la materia
    orgánica, algas, virus y bacterias, es
    decir, experimenta el problema de la eutrofización. Hay
    proyectos para
    hacer plantas de tratamiento para las principales localidades,
    pero la descarga sigue creciendo. No hay ningún sistema de
    tratamiento funcionando.

    La cuenca Riachuelo-Matanza en la Provincia de Buenos Aires, con
    sus 2.240 kilómetros cuadrados y sus tres millones de
    habitantes, de los cuáles sólo el 45% posee cloacas
    y el 65% tiene agua potable (1.700.000 personas utilizan pozos
    negros o cámaras sépticas), es uno de los
    símbolos nacionales de la polución.

    Tres mil empresas vuelcan
    a diario y desde hace años sus residuos tóxicos o
    no tóxicos, sólidos o líquidos, sin
    ningún tipo de tratamiento o con tratamiento insuficiente.
    Las industrias farmacéuticas, químicas y
    petroquímicas aportan el 30% de la contaminación,
    la industria de
    las bebidas alcohólicas y curtiembres el 3%. A estos
    volcamientos se agregan los afluentes cloacales. En conjunto,
    recibe a diario 368.000 metros cúbicos de residuos
    industriales, nada menos que el doble del caudal mínimo
    promedio del río; esta carga constituye una peligrosa que
    destruye cada gota de agua transformándola en una
    explosiva gota de contaminación. Los lodos del Riachuelo
    poseen grandes concentraciones de cromo, cobre,
    mercurio, cinc y plomo. Las mayores concentraciones de cromo y
    plomo se encontraron en los límites de
    los municipios de Avellaneda y Lanús
    en la Provincia de Buenos
    Aires.

    Hidrocarburos como el benceno, naftaleno, antraceno y
    tolueno, entre otros, abundan en las aguas y aparecen
    esplendorosos en sedimentos de los ríos y arroyos cercanos
    a destilerías e industrias petroquímicas como las
    que se encuentran en los cursos de agua
    del área Beriso-Ensenada.

    En las zonas urbanas y rurales del noroeste de la
    Provincia de Buenos Aires, el acuífero Puelche
    –reconocido como uno de los más grandes del mundo-
    presenta diferentes niveles de contaminación con nitratos
    y bacterias coliformes. La sección superior arde de
    basura
    tóxica. La descarga es meteórica y el agua puede
    transportar sustancias asociadas con los pozos ciegos, los
    basurales y los nitratos residuales. El partido del conurbano
    bonarense, densamente poblado, el agua del Puelche presenta
    concentraciones de nitratos hasta tres veces mayores a los
    límites
    permitidos. El canal oeste de los municipios Beriso y Ensenada,
    Provincia de Buenos Aires, languidece. En ningún caso las
    plantas depuradoras son suficientes, los tratamientos que
    debieran efectuar las empresas antes de
    volcarlos a los cauces son entre deficientes e inexistentes. El
    conjunto de basuras es letal: metales pesados, compuestos
    organicos e inorgánicos.

    Por otro lado, la empresa "Aguas
    Argentinas" estimó que fluyen 2.300.000 de m3 de aguas
    negras sin tratar –por día- en el río de la
    Plata. A ellas, se suman 1.900.000 de m3 diarias de descargas
    industriales del Area Metropolitana de Buenos Aires. En el caso
    de la Ciudad Autonoma de Buenos Aires, la repercusión
    principal recae en que las normas de calidad
    del agua ambiental se exceden constantemente de la franja de los
    300 metros continuos a la costa del río de la Plata,
    impidiendo el uso recreativo (por insalubre) de las playas que
    antaño fueron tan importantes para sus habitantes
    .

    La mayor parte del agua que consume la población proviene de los mismos cuerpos en
    los que son evacuados los efluentes cloacales e industriales.
    Dada la falta de tratamiento de los mismos, la población termina consumiendo agua potable
    de calidad dudosa o a un alto costo de
    purificación.

    La contaminación de las aguas subterráneas
    debe considerarse como el problema de contaminación
    más importante de la Argentina, más que nada debido
    a la exposición
    a los riesgos de
    salud de una gran
    parte de los hogares.-incluyendo una gran proporción de
    los de bajo recursos- que dependen del agua subterránea
    para sus necesidades diarias.

    No por estar escondidas bajo tierra las
    aguas subterráneas están liberadas de las
    descargas, el área más crítica es la
    Metropolitana de Buenos Aires, por la gran cantidad de gente
    afectada y por la baja cobertura de infraestructura en las
    municipalidades más apartadas. La principal fuente de
    contaminación son los tanques sépticos y, en menor
    medida, las aguas residuales industriales. Las aguas poseen
    contaminación bacteriológica y salina por
    nitrato.

    La solución más efectiva es promover la
    extensión de servicios de
    sanemiento y agua potable a los barrios de bajos ingresos y
    áreas suburbanas que actualmente no lo reciben.

    Todos sabemos que el agua es un elemento y una de las
    necesidades más importantes para los seres humanos; sin
    embargo, continuamos contaminándola y
    desperdiciándola sin ningun tipo de control.

    Sin embargo, donde hay vida siempre hay esperanzas… La
    experiencia acumulada durante varias décadas de
    utilización de tecnología
    convencional para el tratamiento de lechos percoladores y lodos
    activados, permitió llegar a la conclusión que
    estos métodos no
    son técnica ni económicamente adecuados para
    poblaciones de escasos habitantes por sus elevados costos de
    construcción, operación y mantenimiento.

    Una nueva solución a ese inconveniente aparece en
    el campo biotecnológico. Combinando conocimientos de
    ingeniería y de ecología, se
    diseñan ecosistemas
    artificiales para detoxificar y purificar las aguas residuales.
    Estas plantas de tratamiento naturales, son copiadas de los
    ecosistemas
    llamados humedales, son movidos por la energía contenida
    por la luz del sol
    (fotosíntesis) y en las moléculas de
    los contaminantes.

    En el proceso de
    tratamiento, los residuos se transforman y se reintegran al
    ambiente en
    forma no agresiva. El agua ya purificada se puede reutilizar en
    la producción de forrajes, madera o en
    acuicultura.

    De esta manera, los efluentes cloacales durante muchos
    años fueron un problema sin solución técnica
    definitiva, además de ser muy caros y de golpe aparece una
    solución simple, barata, sin mantenimiento,
    sustentable en el tiempo y hasta se
    puede convertir en un recurso productivo de algo
    rentable.

    En la Argentina, se esta comenzando a utilizar este
    proceso, no a
    gran escala pero ya se
    están realizando experiencias… La laguna de
    Chascomús, en la Provincia de Buenos Aires, pierde dos
    centímetros de profundidad al año. Popular,
    entrañable, castigada por las inundaciones, víctima
    de la contaminación por los desechos cloacales que recibe,
    no se encuentra sola en su desdicha. Adela, una laguna cercana,
    corre la misma suerte. Las dos forman parte de un sistema conocido
    como las encadenadas de la depresión
    del río Salado.

    ¿Qué solución se les puede
    encontrar para limpiarlas? La solución esta en aplicar la
    biotecnología al importante campo de la
    ecología,
    tan íntimamente relacionado con la posibilidad de
    conservar un medio ambiente
    amigable. Limpiar las aguas es apenas uno de sus aspectos. La
    biotecnología ambiental tiene como objetivo la
    protección y la restauración de la calidad del
    ambiente.

    La laguna tiene una planta de purificación
    convencional, de tratamiento primario, que utiliza
    metodologías físico-químicas para sacarle la
    parte más gruesa de sus contaminantes. Pero, intalada en
    los años 70, no es suficiente. Algunos nutrientes como el
    nitrato y el fósforo permanecen en el lugar y se suman a
    los que existen en las aguas.

    Se descubrió que la instalación de una
    nueva estructura
    fácil de manejar, económica y de bajo costo, entre la
    planta purificadora convencional y las aguas de la laguna
    podría resolver el problema.

    Comenzarían a utilizarse plantas (vegetales)
    flotantes que purificarían la superficie de un modo
    ecológico. Eso permitiría aliviar a la laguna y
    contribuir a la salud de los peces y de los seres
    humanos.

    Cuando se concrete la instalación de esta
    estructura,
    será la primera planta en la Provincia de Buenos Aires,
    biotecnológica para el tratamiento de aguas residuales. Y
    cuando funcione, las aguas volverán a oler a limpio sin la
    necesidad de haber instalado costosas máquinas
    con motores y
    burbujeos molestos.

    El hombre
    tecnológico despreció la naturaleza;
    explotó sus recursos y la contempló desde la
    ventana. Hay que cambiar esa mentalidad. Somos la naturaleza…
    Sería bueno recordar los párrafos de la carta que el
    Jefe Seatle de la tribu Suwamish le escribió al presidente
    de los Estados Unidos,
    Franklin Pierce, en 1855 y donde expresa que: "Los ríos
    son nuestro hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos
    llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos… Si
    contaminaís vuestra cama, moriréis alguna noche
    sofocados por vuestros propios desperdicios"… No lo
    olvidemos.

    Cristian Frers.

    Capital Federal – Republica Argentina.

    Técnico Superior en Comunicación
    Social especializado en Periodismo
    Científico.

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