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Apologética




Enviado por irichc23



    1. Sobre la moral, la
      salvación y el papel de las religiones
      (log).
    2. Dios y el
      mal.
    3. Naturaleza de Dios y la
      Creación.
    4. Contra la pseudoteología
      bakuniniana.
    5. Sade y la justificación
      natural del pecado.
    6. Por qué razón este
      es el mejor de los mundos.
    7. Motivos para la
      persecución de la religión cristiana durante el
      Imperio.
    8. "Antisemitismo" en la Iglesia
      Católica.
    9. Sobre el "genocidio
      bíblico" (al hilo de una
      polémica).
    10. Pregunta a un experto en
      asuntos bíblicos.
    11. Novi barbari (Nuevos
      bárbaros en la red).
    12. Jueces de las
      Escrituras.
    13. El ateo como
      hereje.
    14. Progreso y
      manipulación.
    15. Diferencia entre
      teología y filosofía.
    16. Sobre el
      dogma.
    17. Defensa ilustrada de la
      fe.
    18. Fe e
      imaginación.

    1. Sobre la moral, la
    salvación y el papel de las
    religiones
    (log).

    tresco> Absolutamente, la religión o ser
    religioso te aparta de la responsabilidad de crear tu propio camino, para
    vivir dentro de los dictados "divinos" que indican lo que tienes
    que hacer con tu existencia: el camino está trazado y a ti
    sólo te toca seguir o no por él.
    > Creo que la religión es lo
    máximo a lo que puede aspirar todo hombre
    sensato. Has de encontrar un camino, no seguirlo. Si se tratara
    de seguirlo de buenas a primeras no tendría ninguna
    dificultad ser cristiano.
    tresco> A mi me daría asco ser cristiano.
    > Por qué?
    tresco> Porque es el reflejo del borreguismo mental que nos ha
    hecho padecer durante dos milenios, es el resquicio que ha usado
    el poder para
    cimentar sus bases entre gente que será premiada en otro
    mundo y no en este, lo de poner la otra mejilla es una
    alegoría del poder y su
    ejercicio ante el débil.
    > ¿Crees que ser cristiano te exime de
    responsabilidades? ¿Crees que el cristiano no se siente
    premiado en este mundo? ¿Crees que hace el bien
    sólo en vistas a un premio ultraterreno?
    > Por cierto, el poder es capaz de usar cualquier tipo de
    ideología. Con eso no me dices nada. "El
    poder" en sí no es ni bueno ni malo, es su uso lo que lo
    convierte en más o menos nocivo.
    tresco> Claro, pero en el caso de nuestra tradición
    judeo-cristiana, el poder se basa en ella, así como en
    otras culturas, el mismo poder utiliza otras… lo que me indica
    que la religión es sólo una fórmula de
    control.
    > Si sólo fuera una forma de control toda
    forma de control sería una religión.
    ¿Estás dispuesto a aceptar esto?
    tresco> No, puesto que una religión implica aceptar
    conceptos que nos has construido mediante tu experiencia, sino
    que has tenido que tragar por el hecho de vivir dentro de una
    sociedad que
    se enmarca dentro de la misma.
    > Puedes hacer tuya esa experiencia. Toda experiencia es
    experiencia apropiada.
    tresco> Entonces, la religión y el cristianismo
    liquida tu identidad para
    convertirla en un colectivismo repugnante.
    > ¿Dices lo mismo cuando lees un libro?
    ¿Dices lo mismo cuando lees el
    periódico o ves la tele o cuando votas a un
    partido?
    tresco> No, digo lo mismo cuando hablamos de religión,
    no tiene nada que ver con un libro, puesto
    que leer un libro no implica seguir ciertos dogmas.
    > Pero sí con la colectivización de ideas.
    Además, una cosa son los dogmas y otra muy distinta la fe.
    Los dogmas sólo son el esqueleto; la fe es la sangre, los
    tejidos
    nerviosos y musculares que vivifican el cuerpo.
    tresco> Nadie te promete el infierno o te dices que eres
    culpable por leer un libro. El cristianismo
    inventó el pecado y la culpabilidad, concepto
    asqueroso en sí mismo.
    > ¿Crees que todo está permitido y que todo
    contribuye a nuestro bien, tresco?
    tresco> Yo creo que la libertad se
    presenta cuando desaparecen los seres fantásticos que
    vendrán a salvarte… creo en la libertad del
    que puede pensar alejado de los dogmas impuestos por una
    religión que aplasta los sentidos y
    deja al hombre
    sólo con la única respuesta a todos sus
    predicamentos: dios.
    > ¿Crees que la idea de salvación exime al
    cristiano de realizar sus obras y de obrar con plena conciencia?
    ¿No es más bien al contrario, que ha de actuar
    así para merecerla?
    tresco> Yo no creo que haya que "salvar" a nadie de nada, eso
    por un lado y por el otro, todo aquel que renuncie a si mismo por
    una causa común y que se pierda en el infinito de una masa
    que le dicte los pasos a seguir no me interesa, como
    intención de vida.
    > Si no crees en la salvación es porque crees que tu
    vida va a ser tan buena tanto si la vives tú como si la
    vive otro, crees que tu vida es tu objeto, tu propiedad, y
    no tú mismo. La salvación es ante todo una causa
    individual, no común, aunque por extensión pueda
    predicarse de todo el género
    humano.
    tresco> No, no creo en la salvación porque no sé
    de qué tendríamos que ser salvados, quizás
    de lo único que tengamos que salvarnos sea de los
    predicadores de dioses y cristos, y de toda la ignorancia que
    pregonan; y, por último, de la salvación misma.
    > Has de ser salvado de ti mismo. Si ya estuvieras salvado al
    inicio de tu vida ésta no sería más que un
    intervalo de tiempo
    intrascendente, y tanto valdría vivirla como no vivirla.
    Sería como elegir entre ir de vacaciones o quedarse en
    casa, no tendría más relevancia moral. Tu vida
    pasaría a ser, paradójicamente, algo fungible,
    intercambiable. Luego toda vida sería igualmente buena,
    igualmente virtuosa, etc. Resultaría absurdo que te
    culparas de algo o que culparas a los demás;
    deberías callar siempre a no ser que quisieras hablar por
    no estar callado.
    tresco> Mira, yo no creo en la salvación, no creo en
    dios ni en el camino que predican los cristianos, es más,
    me doy cuenta que el daño que le han hecho al hombre
    occidental es de tal magnitud que no podremos cuantificarlo sino
    en miles de años más.
    > ¿Qué daño es ese, tresco?
    tresco> Por ejemplo, el concepto de
    culpabilidad ha dañado a muchos hombres, muchas personas
    se sienten impuras y sucias por actuar de acuerdo a sus instintos
    y al camino que les indica la carne, viven en la dualidad de
    querer ser divinos, pero se dan cuenta que son humanos y se
    sienten culpables por eso.
    > ¿Y no son sucios a veces tresco? ¿No has
    llamado "sucio" a nadie? ¿Nunca empleas descalificativos?
    ¿Te arrepientes de emplearlos ahora que reparas en
    ello?
    tresco> Claro, pero sin sentirme cristiano por ello y
    entendiendo la subjetividad de mi juicio.
    > ¿Crees que tu moral es tuya
    como tuyos son tus calzoncillos? ¿Crees que sólo
    vale para ti?
    tresco> La moral es
    personal, de
    eso no me cabe duda.
    > En cierto sentido lo es, en tanto que eres responsable de
    tus actos. Pero en otro sentido no lo es en absoluto, pues un
    acto es moral no en función de
    ti sino de un criterio exógeno. Es decir, de una praxis
    generalizable.
    tresco> Yo sospecho que el
    conocimiento humano se hubiese desarrollado mucho más,
    sin el prejuicio de los religiosos que dejaban todas las
    respuestas en manos de dios, todo librepensador fue enjuiciado
    por sus contemporáneos cristianos cuando lo descubierto
    por él contradecía el pensamiento
    dogmático-religioso.
    > Tal vez sí, tresco, pero el desarrollo
    moral también es un gran logro y no se consigue a
    cualquier precio.
    La ciencia nos
    deja el corazón
    vacío.
    El-Cuervo> El desarrollo
    moral, nos ha traído masacres y atrocidades ¿Hay
    algún país mas moral que los EEUU?
    > Usas el término "moral" de forma demasiado vaga.
    Así puede aplicarse lo mismo a un roto que a un
    descosido.
    El-Cuervo> Caes en un fallo básico de principiantes del
    pensamiento:
    "que la religión tiene el monopolio de
    la moral".
    > Sigo sin saber qué entiendes por moral,
    El-Cuervo.
    El-Cuervo> Yo te lo digo: ética.
    tresco> Yo fui religioso gran parte de mi vida, el
    cristianismo lo he visto muy de cerca y lo he vivido, ahora puedo
    decir que no puedo estar más alejado de su camino… he
    hecho un análisis profundo de lo que me
    sucedió cuando era cristiano y cuando me creía el
    cuento de la
    "salvación", creo que en mi vida me he sentido tan
    culpable y por el sólo hecho de estar vivo.
    > Creo que confundes el cristianismo con el
    nacionalcatolicismo más cutre y vulgar.
    tresco> No, no confundo nada, las prácticas cristianas
    y sus fundamentos son repulsivos EN SÍ MISMOS [las
    mayúsculas son mías].
    tresco> La salvación es una patraña, y su idea
    repulsiva. Yo creo que no hay que salvarse de nada, tal vez
    actuar correctamente consigo mismo, pero eso no quiere decir que
    se tenga que ser cristiano o musulmán para
    ello.

    > Tenemos "actuar correctamente consigo mismo" por un lado y
    "la ética "
    por el otro. Actuar correctamente consigo mismo + ética
    vs. salvación
    El-Cuervo> Digamos que la ética/moral es un conjunto de
    normas que
    deciden que acciones
    están bien y que acciones
    están mal. Las buenas se desean y se premian, las malas se
    castigan. Esta es variable según las culturas y los
    tiempos.
    > Luego sometes toda moral a un relativismo histórico y
    espacial infinito, ¿no es así, El-Cuervo?
    El-Cuervo> Sí, soy un relativista moral, aunque te
    puedo decir que hay unos pocos principios muy
    básicos y muy pocos que me parecen naturales y necesarios
    e independientes de la cultura . Por
    ejemplo, cuidar de los bebés, asistir al accidentado
    etc.
    > Y esos preceptos ¿deberían obedecerse
    mecánicamente, como el que va a comprar el pan, o los
    salpimentarías tal vez con un poco de piedad laica,
    aquella piedad que nos hace llamar al teléfono solidario cuando vemos los
    anuncios de los negritos pasando hambre? Esa es tu gran moral
    universal, El-Cuervo? Te diré lo que es eso: un parche
    para tu maltrecha conciencia .
    > Aunque te sorprenda, tu visión no es más que
    un residuo cultural extraviado.
    tresco> Entonces, lo concreto es
    que el cristianismo usa el concepto de "culpabilidad" con el que
    instaura la razón de su existencia, debemos caminar hacia
    la perfección y a perfección se alcanza dejando de
    ser "culpable", sólo que por otro lado Cristo dice que
    "nadie" será ni es "santo" en la tierra ,
    con lo que cierra la posibilidad a dejar de ser culpable =
    serás "culpable" toda la vida y YO (Cristo) soy la
    única llave de tu "salvación".
    > Creo que trivializas la doctrina cristiana, que para ti es
    poco más que un catecismo escolar. No indagas en las
    causas de esa culpabilidad y afirmas dogmáticamente la
    inocencia del hombre. Como no has hecho ese primer paso el
    concepto de salvación te aparece como ininteligible e
    impuesto .
    > Según tú, cuando el hombre se
    aleja de unos límites
    estrechos de conducta , que
    pasarían por ser los que El-Cuervo reconoce como
    "universales" (cuidar al bebé, etc.), se extravía
    moralmente (?) y pasa a ser un ser desgraciado y por ende nocivo.
    ¿No es así?
    * No hay respuesta *
    > Tresco, insisto en que decir que tu moral es subjetiva es
    tan acertado como hablar de un lenguaje
    subjetivo que sólo usas y entiendes tú para
    comunicarte contigo mismo. Lo cual es algo imposible, como bien
    demostró Wittgenstein.
    tresco> Ni siquiera existe el concepto de moral en la naturaleza , es
    una invención tan humana como todo lo demás. La
    moral depende del sujeto, la uniformidad es sospechosa.
    > La moral es cambiante hasta cierto punto, pero eso no la
    convierte en algo tan maleable que sea relativo a cada sujeto.
    Sería como si el lenguaje
    cambiara en cada interlocutor, de modo que no habría
    propiamente lenguaje ,
    sino sólo interlocutores. Pero, ¿qué es un
    interlocutor sin lenguaje? Como ves es abiertamente
    contradictorio.
    tresco> En términos humanos, no nos ponemos de acuerdo
    en un tipo de moral, hay notables diferencias culturales.
    > Tresco, eres consciente de que cuando actúas no eres
    el único afectado por tu modo de proceder, ¿me
    equivoco? Si tresco me da un puñetazo, ¿qué
    cabrá decir de su moral? Cuando tresco actúa,
    ¿no espera cierta reciprocidad en las actuaciones de los
    otros? Probablemente pensará que en una situación
    distinta él podría ser la víctima, y se
    esforzará en universalizar sus actos (al modo kantiano)
    para que no se vuelvan contra él en otro contexto.
    > La moral surge de este principio reflexivo-abstractivo que
    es el origen de todo progreso en la conducta
    colectiva de la especie humana, aunque a tresco le duela
    admitirlo.
    tresco> Yo no hablo de bien o mal, sólo hablo en
    términos de poder, ya que no sé lo que es bueno o
    malo dentro de una sociedad como la
    nuestra. Para mí es malo algún proyecto de
    estado , para
    otro no.
    > Entonces con más razón deberías
    abstenerte de juzgar las sociedades
    pasadas, ¿no crees? Acabas de caer en tu propia
    trampa.
    tresco> Entonces, el bien y el mal sigue siendo una
    cuestión personal y no
    universal, ya que dependerá de nuestra percepción
    particular y de nuestro estado y
    ubicación.
    > Luego has de afirmar que el cristianismo, tal como tú
    lo ves, es algo malo para ti y los que piensen como tú,
    pero no para el resto del género
    humano, ¿o no?
    tresco> Claro, yo hablo por mí y mí mismo.
    > No es eso lo que has dicho antes, cuando hablabas de
    "calamidad mundial" y mal "en sí".
    tresco> Cuando digo que le hacen mal al mundo es un juicio
    personal.
    > Es decir, una mentira. Estás pecando de lo mismo de
    lo que acusas al cristianismo: universalizas tus juicios morales
    para aplicarlos a una pluralidad.
    > Cuando hablas y sentencias un periodo histórico como
    puede ser la Edad Media
    estás emitiendo juicios universales, aunque no los
    consideres infalibles. La universalidad refiere a la generalidad,
    no al grado de certeza; aunque tú pareces bastante
    seguro
    tresco> A qué generalidad te refieres?
    > A la generalidad de juzgar a un colectivo y no a TI MISMO
    exclusivamente. Cuando hablas de los cristianos dejas de hablar
    por ti y sientas un juicio categórico. Si no he
    leído mal has llegado a considerarlos esclavos y gente
    repugnante.
    > Alguien dijo "no juzgues si no quieres ser juzgado". Primero
    afirmas la completa individualidad del hombre, su absoluta
    emancipación de los dogmas generalizables, pero luego no
    te abstienes de aplicar ese tipo de anatemas a otras comunidades
    que no piensan como tú. Luego juzgas pero no quieres ser
    juzgado.
    tresco> Lo que digo es que cada uno tiene una moral propia,
    dentro de ese punto, juzgar cabe perfectamente.
    > Así que quieres que CADA UNO tenga una moral propia.
    ¿Te das cuenta de lo que dices?
    tresco> No hay ni un atisbo de contradicción en lo que
    expreso, aunque en tu demagogia cristiana quieras
    encontrarla.
    > Pero ya no piensas sólo por ti, piensas por todos.
    Decir que todos han de tener una moral propia o creer lo que
    quieran es una simpleza, pues a no ser que te obliguen (y la vida
    está llena de condicionantes de un modo u otro) nadie cree
    en lo que no desea creer, a no ser que sea un
    hipócrita.
    > Creo que más que argumentos contra la religión
    (que es ante todo una experiencia más que un conjunto de
    dogmas fosilizados) tienes un cúmulo de prejuicios contra
    el hombre
    .

    2. Dios y el
    mal.

    I.

    Dios es infinitamente bueno, ya que:
    1) Es Creador de todo lo bueno, que es infinito.
    2) Tolera el mal sólo en vistas de la consecución
    de un mayor bien. En otras palabras, Dios sería malo o no
    sería infinitamente bueno si, para evitar el mal, nos
    privara de ese bien mayor (Leibniz).
    3) Dispensa bondad sin límite a todos los que quieren
    participar de ella (léase: a todos los que no pecan contra
    el Espíritu Santo).
    4) Difunde el bien en cualquier tiempo y
    circunstancia, venciendo toda resistencia
    exterior (sin anular el albedrío) e iluminando toda
    tiniebla interior (conservando y perfeccionando la
    razón).
    Observa que si Dios fuese "infinitamente bueno" tal como
    tú lo interpretas, esto es, si no hiciera
    distinción entre justos e injustos, sería en
    realidad infinitamente inicuo, pues trataría lo diferente
    de igual manera.
    Aunque no lo sepas, acabas de incurrir en un error
    herético: la apokatastasis o restauración universal
    (origenismo).

    II.

    Creo que el mal no es sólo
    cosmológicamente necesario, sino también
    éticamente. En efecto, imaginaos un mundo sin dolor, sin
    limitaciones, donde todo lo que el hombre piensa o hace
    respondiera a su sola voluntad. Si hoy somos indolentes con
    nuestros defectos y altivos con los demás,
    ¡qué intolerable soberbia nos embargaría en
    un universo de esas
    características! ¡Y qué
    difícil sería entonces hacernos mejores, si incluso
    ahora la práctica de la virtud nos resulta tarea tan ardua
    e ingrata!
    III.

    Dice la Biblia: "Dios creó el mundo, y vio que
    todo era muy bueno". Pero, en otro pasaje, sostiene: "¿Por
    qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo
    Dios".
    En esta paradoja se esconde la solución a todos tus
    enredos. Porque el mal no es otra cosa que la ausencia de
    perfecciones, y el bien no es otra cosa que su presencia. Por
    este motivo todo cuanto ha sido creado es bueno, porque participa
    de las perfecciones de su Creador, y es malo, en tanto que no
    puede equipararse a Él.
    No es que de un mal se siga, eo ipso, la consecución de un
    bien. Ni que de una imperfección derive, sin más,
    una perfección. Hay que considerar el orden del universo en su
    conjunto para concluir que todo se dirige al mejor fin. Este
    "todo" no es un conglomerado abstracto, sino que, desde el
    momento en que todos participan de él, redunda en la
    máxima utilidad de cada
    uno. Es lo que en teología se ha venido llamando el
    mysterium iniquitatis, que se resolverá por completo al
    final de los tiempos.

    3. Naturaleza de
    Dios y de la Creación.

    Cuando Leibniz dice que sólo lo mejor llega a ser
    no está pensando en el devenir: piensa en los infinitos
    mundos posibles que no llegaron a ser, porque Dios eligió
    el mejor entre ellos. Es decir, al hablar de "lo mejor" filosofa
    sub specie aeterni, no de un modo histórico o por
    acontecimientos, ya que se parte de la base que el futuro
    está hipotéticamente contenido en el pasado.
    Los mundos que no devienen tienen una realidad ideal y una
    posibilidad bruta, excluida sin embargo por el principio de
    razón suficiente. Éste caracteriza al mejor de los
    mundos. En dicho mundo lo imposible es lo incausado o lo
    contradictorio: lo primero por defecto de principio, lo segundo
    por exceso de consecuencia. Además, lo efectivo es siempre
    real, pero lo real no es siempre efectivo. En el peor de los
    mundos, a sensu contrario, lo efectivo no es siempre real, pero
    lo real es siempre efectivo. Esto es, una mezcla de hado y azar:
    justo lo que Leibniz pretendía combatir, justo lo que
    Spinoza y el nihilismo defienden.
    Sobre el mal en el mundo, Leibniz hablaba, siguiendo a los
    escolásticos, de voluntad antecedente y voluntad
    consecuente. La voluntad antecedente es la querida por Dios en
    abstracto, como fin, la que inclina a su sabiduría a optar
    por el mejor de los mundos (léase: aquel en el que la
    providencia es efectiva). La voluntad consecuente, en cambio, es
    aquélla nacida de sopesar todas las circunstancias de un
    caso concreto.
    Así, aunque Dios desee el máximo bien, no puede
    lograrlo sin permitir el mal, de modo que el mal como voluntad
    consecuente deriva del bien como voluntad antecedente. Dios,
    pues, permite el mal más inmediato para maximizar el
    bien.
    Contra el panteísmo alegamos que Dios está en todo,
    pero que Dios no es todo, ni el todo es Dios; igualmente, que
    Dios crea todo, pero que el todo no crea a Dios. O, como
    dirían los maniqueos: si Dios es todo y el todo lucha
    contra sí mismo, Dios lucha contra sí mismo. Luego,
    o Dios no es todo o Dios no es Dios, sino dioses. Pero no pueden
    haber dioses ni multiplicidad de ningún tipo fuera del
    todo, luego Dios no es el todo y es uno.
    Alguien podría imaginar, sin embargo, que el Dios
    cristiano, como el de los cabalistas, se suicidó al crear.
    Es decir, Dios era una forma sin materia y una
    unidad simplicísima antes de la Creación, pero
    ulteriormente devino infinidad de formas materializadas
    igualmente eternas, necesarias, etc. ¿Cuál es el
    error de este planteamiento? Observad: si Dios-espíritu
    dejara de ser al crear, entonces no podría crear nunca, ya
    que, al empezar a crear, dejaría de ser Dios. Es necesario
    conservar la dualidad en todo momento.

    4. Contra la
    pseudoteología bakuniniana.

    1) Perfección y creación se contradicen.
    La perfección, al menos tal y como la entienden los
    cristianos, es infinitud, mientras que todo lo creado debe ser
    forzosamente finito. Si no fuera así, al no tener
    principio ni fin, no podríamos llamarlo creado.
    2) De ahí se sigue que la obra de un ser perfecto no ha de
    ser perfecta, sino inmejorable. Es decir, la mejor entre las
    posibles.
    3) Éste es el mejor de los mundos, ya que de los
    mínimos principios
    (razón suficiente) se derivan el máximo
    número de fenómenos.
    4) El problema de tu explicación es que no aclaras
    qué entiendes por "mejor". Así, presuponiendo que
    todo es infinitamente mejorable, pareces deducir que Dios no
    podría haber creado nunca nada, al ser incapaz de
    decantarse por lo mejor. Un Dios omnipotente e impotente como el
    que imaginas ¿no es más bien una quimera tuya?
    5) La voluntad divina se ejerció de una vez para siempre,
    estando todo contenido en su providencia. El mundo tiene leyes propias,
    Dios sólo nos señala los fines morales.

    5. Sade y la
    justificación natural del pecado.

    Sade intentó extraer de la Teodicea leibniziana
    consecuencias libertinas, a saber: si de todo mal se sigue un
    bien mayor, también es cierto que de todo bien se sigue un
    mal mayor, de resultados imprevisibles. Luego, según el
    orden natural de las cosas, la virtud es inútil y conviene
    pecar, constituyéndonos como dispensadores del mal y
    procurándonos su goce inmediato (la tesis de
    Justine, clave de bóveda del sadianismo).
    Como es patente, Sade invierte de forma ilegítima la
    hipótesis de Leibniz. Ello le es posible
    gracias a la concepción mecanicista del mundo que impuso
    la
    Ilustración, para la que el universo era
    una gran máquina finita (La Mettrie, d'Holbach). Al ser
    finito el orden causal, lo es igualmente el bien, tendiendo todas
    nuestras acciones al mal supremo, a la oclusión total, a
    la muerte. La
    filosofía de Sade anticipa lo que en el siglo siguiente
    será el socialdarwinismo y, yendo un poco más
    lejos, el nazismo.
    Para Leibniz, en cambio, del
    mal (bien menor) se sigue un bien (bien mayor). De ese bien mayor
    se sigue, todavía, un bien mayor, para el que aquel es un
    bien menor, es decir, un mal. Leibniz no justifica el mal a
    priori, sino que lo redime a posteriori. Esto es, el pecado no
    estropea la creación, sino al que lo comete. Los pecados,
    pues, no van contra el orden de Dios, sino contra el orden que
    Dios dio a los hombres para se hicieran semejantes a
    Él.

    6. Por qué
    razón este es el mejor de los mundos.

    Saludos, cohen
    Veo que en tu texto hablas
    de "darle dos hostias a Dios", lo que me hace pensar que
    estás insatisfecho con el mundo que te ha tocado en suerte
    vivir. Te copio un fragmento de polémica de otro foro, en el que un usuario me
    objetaba que pudiera creer en el buen Dios cuando éste nos
    deja morir de hambre.
    Dijo:
    ¿Es demasiado costo ese por
    acabar con el hambre en el mundo?
    Contesté:
    ¿De qué modo, Max? ¿Haciendo llover
    maná día tras día, mediante un milagro
    periódico? En ese caso aún
    seguiríamos en las cavernas, ya que la economía surge a
    partir de la constatación de que los recursos son
    escasos. Si no hubiera escasez, el hombre no tendría
    necesidad de organizarse. Si no se organizara, carecería
    de todo, no sólo de alimento: también de medicinas,
    de educación,
    etc. etc. Harías al hombre totalmente dependiente de la
    divinidad y sus milagros. Lo privarías, pues, de la
    razón y de la facultad de resolver autónomamente
    sus problemas y
    necesidades. Pero está escrito: ganarás el pan con
    el sudor de tu frente.
    Como ves, acabas de empeorar el mundo, degradando a la humanidad
    a la condición de esclava de lo sobrenatural. Eso
    sí, con muy pías intenciones.

    7. Motivos para la
    persecución de la religión cristiana durante el
    Imperio.

    Creo que este punto no quedó suficientemente
    contrastado en el anterior post, así que no estará
    de más perfilarlo aquí.
    Se preguntaba Traveler qué motivos discriminatorios
    movieron a la autoridad
    romana a perseguir a los cristianos durante el Imperio, periodo
    éste, según él, de "absoluta tolerancia
    religiosa". Pues bien, ni existió tal tolerancia
    -aunque es cierto que las supersticiones se confundían y
    se había abandonado la pretensión del culto
    incontaminado- ni, por consiguiente, se quebrantó en la
    época de las persecuciones. No hay que olvidar que los
    romanos basaban su civilización más en el derecho
    que en las costumbres religiosas, formando éstas parte de
    lo que hoy llamaríamos patrimonio
    cultural, y durante los romanos, "mos maiorem". Así, se
    registraron en Roma diversas
    expulsiones de los sacerdotes egipcios, que, atentando contra el
    orden público, extendían sus prácticas
    adivinatorias por la capital (el
    emperador necesitaba tener controlados a sus oráculos). No
    en vano existía por aquel entonces un derecho de
    asociaciones, que las clasificaba en lícitas e
    ilícitas.
    Y qué decir del acoso a los judíos, de los que se
    procuró la asimilación forzosa y que sólo en
    tiempos de Julio César gozaron de una relativa
    tolerancia.
    Pero eso no excluye que se dieran circunstancias nuevas en el
    cristianismo, que, lógicamente, requerían nuevas
    formas de actuar. Resumiré esta especificidad en tres
    puntos, valiéndome de la famosa consigna jacobina,
    aún arriesgándome a incurrir en un anacronismo que
    el lector sabrá excusar:
    1) Libertad: Dicho valor fue
    implícitamente glorificado por aquellos que subordinaron
    su vida misma a las convicciones que profesaban. Por primera vez
    la libertad deja de ser la condición de no siervo
    (manumitido) para asociarse, desde Tertuliano, con la
    redención (re missio). Ésta venía a ser el
    equivalente espiritual -no sujeto, pues, a autoridad
    humana- de dicha institución jurídica.
    2) Igualdad: La
    doctrina cristiana concebía a la humanidad en su conjunto,
    sin hacer acepción de personas o dignidades, bajo la
    Providencia de un único Dios eterno. De ahí no se
    sigue que los cristianos rechazaran las jerarquías entre
    los hombres, sino más bien que las relativizaran en
    función
    de una justicia
    superior (juicio final) que les hacía ver la existencia
    mundana como transitoria. Dicha doctrina impedía a los
    cristianos jurar por el genio del emperador (cuya humanidad les
    era bien patente), participar en las fiestas en su honor, por
    considerarlas impúdicas y sacrílegas, y ofrecer
    sacrificios en su nombre, así como intervenir en la vida
    política y
    ocupar cargos públicos (cursus honorum). Por el contrario,
    la misma religión cristiana impedía a sus fieles
    ser sediciosos o malevolentes, lo que no evitó que la
    soberanía de Roma se sintiera
    continuamente amenazada por ellos.
    3) Fraternidad: Last but not least, nadie debe olvidar que el
    cristianismo se propagó por todos los territorios y
    estamentos sociales del Imperio con asombrosa rapidez. Ello fue
    debido a tres factores, que actuaron en combinación: su
    universalismo, la decadencia de los cultos de los gentiles y la
    unidad política y cultural del Imperio. No se
    trataba de un culto más, circunscrito a una tribu, sino de
    una cosmovisión antagonista que rivalizaba con el antiguo
    sistema de
    valores
    paganos.
    No hay más.

    8. "Antisemitismo"
    en la Iglesia
    Católica.

    Algunos comentarios:
    1) Sin conceder que el racismo
    antijudío haya sido la actitud
    paradigmática del cristianismo (al igual que el racismo antinegro
    no se identifica necesariamente con el nacionalismo
    americano), desapruebo toda política antisemita que la
    Iglesia haya
    podido promover o tolerar a lo largo de su historia, actitudes por
    las que ésta ya ha pedido perdón en repetidas
    ocasiones. No obstante, no se me escapa que en el medioevo y
    hasta bien entrada la modernidad el
    concepto de nación
    conllevaba unidad de creencias. Resultaba hasta cierto punto
    normal, pues, (aunque no justificable a nuestros ojos, y tampoco
    a los de los Padres, que abominaban de las conversiones forzosas)
    el considerar que blasfemos y apóstatas suponían
    una amenaza teórica a la soberanía regia. Por trazar un paralelismo,
    hoy diríamos que un nazi está fuera de la democracia a
    pesar de que parasite en ella.
    2) Apruebo, en cambio, el esfuerzo de la fe cristiana por
    separarse de la judía y combatirla sin destruirla. Sin
    destruirla, digo, (al contrario de lo que pretendían
    gnósticos y maniqueos, y actualmente pretenden ciertos
    secularizadores ateos) en tanto que la Ley y la Alianza
    son sus precedentes históricos, integrados en una misma
    Providencia. En este sentido, la Iglesia católica fue y es
    mucho más pro-semita que, por ejemplo, la comunidad
    musulmana, cuyo entronque con la tradición bíblica
    judía es más retórico y analógico que
    real. Ahora bien, por este mismo motivo la Iglesia
    católica no fue ni es más antisemita
    (entiéndase: contraria a la carnalidad de la fe
    judía) que antimusulmana o antiarriana, ya que impugna por
    igual todo aquello que se aparte de la ortodoxia. La
    fijación de algunos en este punto, promoviendo falsas y
    satanizantes asociaciones entre los Papas y Hitler, es
    más sintomática de su propia obsesión que
    demostrativa de una verdad histórica de fondo.

    9. Sobre el
    "genocidio bíblico" (al hilo de una
    polémica).

    I.

    ¿Qué idea naïve tienes tú de
    la historia?
    ¿Acaso no es ésta una lucha a muerte? La
    misión
    de los judíos, aunque se planteara en términos
    militares, fue ante todo una lucha moral que, con el paso de los
    siglos, desembocó en una psychomachia de dimensiones
    universales: el bien contra el mal. Los judíos, no
    obstante, no eran ajenos al mal, sino que lo combatían
    tanto en ellos como en los demás. Dios educaba a su pueblo
    en vistas de la futura educación de la
    humanidad.

    Retrotrayendo en el tiempo "tus" ideales de paz y
    justicia
    contribuyes a la distorsión de su génesis, a su
    "egiptización", como diría Nietzsche.

    Sobre la esclavitud:
    Prefiero una lectura
    dialéctica de la Biblia, en la que toda liberación
    exige una esclavitud
    previa. El que presupone libre al hombre, nada le queda por
    liberar. E insisto: Dios ataja el mal como el médico cura
    las heridas, mediante cortes y cauterización, no
    sólo con buenas palabras. Además,
    ¿qué necesidad hay de tanta fraseología
    estúpida (me refiero a los artículos de JRRF) si lo
    que se quiere demostrar es que Dios es un genocida? Basta con
    afirmar algo irrefutable: que Él nos hizo mortales, al
    permitirnos pecar. De modo que toda muerte se debe
    indirectamente a Él. Pero, ¿qué ganamos con
    esta conclusión tan insulsa?

    II.

    El genocidio del que hablas fue una guerra a vida
    o muerte, como cuando dos náufragos se aferran a una misma
    tabla de salvación que sólo puede soportar a uno de
    ellos. El prejuicio es tuyo, pues, al compararla
    tácitamente con la matanza que los nazis llevaron a cabo
    sobre civiles inocentes, crimen gratuito e injustificado de
    cualquier modo que se mire.

    Sobre tus comentarios:

    Dios no enferma a nadie, ya que el mal no es un acto,
    sino una intención, y como tal carece de positividad. La
    voluntad antecedente de Dios es salvar a todos, pero consiente el
    mal (voluntad consecuente) como medio más idóneo
    para alcanzar el mayor bien.

    Sí existe una "anestesia" para el pecado, y es el
    consuelo divino a que conduce el arrepentimiento.

    La Biblia es un libro escrito por hombres e inspirado
    por Dios.

    III.

    Y yo sigo diciendo que las guerras no
    necesitan justificación, y que siempre son indeseables,
    aunque a veces resulten inevitables. El pueblo hebreo fue el
    único que supo darle una significación moral a su
    historia, que procedía siguiendo un plan. Fue
    también el más sensible a la miseria humana, y al
    mismo tiempo el más reacio a la corrupción. Por eso la salvación
    viene de los judíos.

    Los que creemos y estamos en disposición de
    demostrar que el cristianismo es la religión verdadera,
    afirmamos también que la Biblia es un texto
    inspirado y -para su finalidad- perfecto. Si a ti el Quijote te
    parece más edificante, no tengo nada que añadir,
    salvo, quizá, que no habría Quijote sin
    Biblia.

    Sobre los errores y contradicciones aparentes de la
    revelación, cito a Abelardo: "Dudando iniciamos la
    búsqueda, buscando percibimos la verdad".

    IV.

    El concepto de "pueblo elegido" no tiene nada que ver
    con el de "raza superior", y tú los mezclas de
    continuo. Yahvéh elige al pueblo hebreo en virtud de Su
    Providencia, cumpliendo la promesa hecha a Abraham por su fe y
    por sus actos, que se le reputaron justos. Acoge a la estirpe
    abrahámica bajo su tutela y la corrige con dureza en sus
    extravíos, es decir, cuando se coloca por debajo de la
    alianza del patriarca, que es, para entendernos, un
    estándar moral que sólo los judíos se
    obligan a soportar.
    El criterio estrictamente biologista, en cambio, es inmanente,
    ciego y con pretensiones de objetividad. Como tal se extiende a
    toda la raza, en todos los tiempos y bajo cualquier
    circunstancia. Pierde, pues, su dimensión histórica
    y propedéutica a fin de poder justificar cualquier
    tropelía en el presente.

    10. Pregunta a
    un experto en asuntos bíblicos.

    Saludos JRRF,
    He leído tus respuestas a las diversas cuestiones
    planteadas por los usuarios. La impresión que me he
    llevado ha sido la siguiente: careces por completo de nociones
    teológicas y, en consecuencia, eres incapaz de ofrecer una
    interpretación no distorsionada de la Biblia. No
    tendrás problemas en
    admitir que un libro de física no puede
    leerse como uno de cocina, sino que exige conocimientos previos.
    De modo similar, la Biblia requiere o bien conocimientos
    esenciales sobre teología (y no pienso en áridos
    tratados de
    escolástica, sino en la más elemental
    hermenéutica), por los cuales se distingue el competente
    en la materia, o
    bien la humildad necesaria para aceptar como en depósito
    aquello que actualmente no comprendemos, actitud que se
    espera del creyente. Está claro que a ti te faltan ambas
    cualidades, que suples, no obstante, con la petulancia del
    entendido y un batiburrillo de asociaciones históricas y
    semánticas que nada tienen que ver con la intención
    de los que escribieron la Biblia. Podría decirse que hay
    dos Biblias: la de todos y la revisada por JRRF, siendo distintas
    en lo esencial. JRRF, pues, comenta su Biblia, la que a él
    le conviene, no la Biblia histórica que ha cimentado la fe
    de millones de creyentes.
    Aclarado esto, para que nadie pueda pensar que te acuso sin
    fundamento, tendré a bien el ponerte a prueba. Me
    gustaría saber qué significación
    entraña, según tu parecer, el mito del
    pecado original que aparece relatado en el Génesis. Ya he
    visto que en el mensaje titulado "Sobre Yaveh" haces tus pinitos
    teológicos y hablas de "sexo",
    "envidia", "sabiduría", "tecnología" y
    autosuperación del hombre como ingredientes principales de
    ese pecado. Elijo este tema, el del pecado original, ya que no en
    vano lo encontramos al comienzo de la Biblia. A su luz, como
    alegoría fuera de la historia, hasta su abolición
    por Cristo, debe leerse toda la narración ulterior
    concerniente al pueblo hebreo. Éste, sumido en el pecado y
    la muerte,
    aspira a su redención mediante la búsqueda del Dios
    Viviente. Dios, por su parte, lo utiliza como instrumento o
    matriz del que
    ha de ser el Mesías universal, tal como está
    profetizado. En su progresivo mostrarse, el Ser Supremo se adapta
    a la sensibilidad y a la capacidad de comprensión de sus
    interlocutores humanos, siendo primero un Dios de justicia y
    finalmente un Dios de amor. El amor no
    excluye la justicia, sino que la perfecciona. La muerte y el
    crimen, pues, de los que tanto partido sacas en tus collages
    bíblicos, no son más que una consecuencia del
    pecado original, atribuible sólo al hombre, aunque Dios lo
    tolere. Si la muerte no existiera, sería absurdo luchar
    por la salvación que es la inmortalidad, lucha en la que
    se halla involucrado el pecado, pero que no tiene el pecado como
    fin, sino más bien su superación.
    Te quedas en la burda letra, JRRF. Pero, por si esto fuera poco,
    ni la misma letra eres capaz de interpretar con solvencia.
    Porque, ¿cómo es posible que el pecado original sea
    el sexo, que al
    fin y al cabo es reproducción, cuando en el primer
    capítulo del Génesis se registra la siguiente orden
    de Dios a los hombres: "Sed fecundos y multiplicaos y henchid la
    tierra y
    sometedla; mandad en los peces del mar
    y en las aves de los
    cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra."
    (Gn 1,28)? ¿Y cómo va a ser la sabiduría
    dicho pecado, siendo Dios infinitamente sabio? ¿Es acaso
    también infinitamente pecador? ¿Cómo va a
    envidiar, por otro lado, que el hombre se haga racional, si lo
    creó a su imagen y
    semejanza? Finalmente, ¿de qué modo podría
    oponerse Dios al progreso del hombre cuando forma parte de su
    primer mandato el que éste se sitúe por encima de
    las demás criaturas y las someta? Todo lo que dices no se
    sostiene, y ocultas, además, alevosamente los grandes
    elogios que los libros
    sapienciales dedican a la sabiduría:
    "Da al sabio, y se hará más sabio todavía;
    enseña al justo, y crecerá su doctrina" (Pr
    9,9)
    "Si te haces sabio, te haces sabio para tu provecho, y si
    arrogante, tú solo lo tendrás que pagar" (Pr
    9,12)
    "El hijo sabio es la alegría de su padre, el hijo necio
    entristece a su madre" (Pr 10,1)
    "La lección del sabio es fuente de vida, para sortear las
    trampas de la muerte" (Pr 13,14)
    "El que anda con los sabios será sabio; quien frecuenta
    los necios se hará malo" (Pr 13,20)
    Por dar sólo una pequeña muestra.
    ¿Qué tienes que decir ahora, JRRF? Reitero mi
    pregunta, que yo mismo me he contestado en parte, pero que quiero
    comparar con la solución que me des: ¿Cómo
    entiendes el mito del
    pecado original en la Biblia?
    Gracias por adelantado.

    11. Novi barbari (Nuevos
    bárbaros en la red).

    Leo el siguiente comentario sobre esta página web
    "antibíblica": <http://pcb.05c.net/>
    > Es que JRRF no interpreta nada, pone lo que ahí
    dice.
    Respondo:
    Eso es lo que pretende haceros creer a los pelanas que
    visitáis su página, aunque no descarto que
    él mismo en su ineptitud se lo trague. Sin embargo, como
    mostraré, la antiexégesis que presenta está
    muy lejos no sólo de la alegoría, sino
    también de la literalidad. Veámoslo:
    1) LA SEMIÓTICA DEL TERROR. Se juega con los
    significados latentes de palabras dotadas de carga emotiva
    desfavorable ("matar", "destruir", "espada", "esclavitud", etc.),
    las cuales actúan como gama de predicados intercambiables
    aplicados a sujetos fijos: Dios, los judíos, los
    cristianos. Dichas palabras, antes de adquirir ese efecto
    "revelador", han sido cuidadosamente seleccionadas,
    descontextualizadas y presentadas en forma acumulativa e
    inconexa. Como hice notar en otra ocasión, JRRF escribe
    *su* Biblia con fragmentos de la Biblia común. Olvida a
    sabiendas la organicidad comprehensiva de todo texto y lo reduce
    a amalgama de aforismos. De modo que, con una habilidad
    mínima y poco de admirar, por falaz y deshonesta, es capaz
    de hacer decir a la letra lo que él quiere que diga y no
    lo que ésta realmente dice.
    2) EL AMBIENTE
    LÚGUBRE. La lamentable estética de la página donde se
    exponen las referencias bíblicas, así como el
    risible estilo panfletario de que hace gala, predisponen al
    lector a buscar el sentido "oscuro" de todas las citas que lee,
    aun cuando éstas nada tengan de oscuro. Así, por
    ejemplo, un pasaje inocente y excelso a mi parecer como
    "bienaventurados los que sufren, etc.", en ese entorno hostil y
    receloso, podría leerse -¡qué sé yo!-
    como una invitación al sado-masoquismo. O, incluso, si se
    combina el anterior con algún fragmento relativo a las
    guerras del
    pueblo hebreo contra las tribus vecinas, bien podríamos
    columbrar en él la apología del genocidio que
    cristianos y judíos llevamos perpetrando desde tiempos
    inmemoriales.
    3) EL SESGO PERSONAL. Por último, y esto resulta obvio, es
    el propio visitante estereotípico de esa página, a
    saber, el ignorantón, resentido y amante de las emociones fuertes
    que todo "ateo militante" lleva dentro, el primer interesado en
    juzgar y condenar sumarísimamente aquello que cree conocer
    (por si te tienta la réplica: yo *sí* os conozco a
    vosotros, y demasiado). El orgasmo de descubrir que se sabe lo
    que se imagina saber es, pues, mucho más poderoso que el
    verdadero sentido crítico, del que esa web-esperpento
    carece por completo.
    Pues bien, en base a estos tres puntos se articula lo que
    podríamos llamar la "exégesis inconsciente" o,
    hablando claro, el lavado de coco al que JRRF somete al asiduo
    sectario. Personaje que, quid pro quo, le ayuda a engrosar su
    contador de visitas y a reforzar su maltrecha autoestima de
    paleto. Todo ello, en fin, en perjuicio de la reputación
    de principios e ideales que muchos consideramos los más
    nobles, pero que para ese aprendiz de periodista no son
    más que moneda de cambio para hacerse un lugar entre los
    mediocres.

    12. Jueces de las
    escrituras.

    Pero bueno, ¿a qué llamáis "errores
    bíblicos"? ¿Creéis que la Biblia es un
    tratado de moral? No lo es. La Biblia es la historia de la
    pedagogía moral del género humano,
    representado por un pueblo elegido por Dios, el hebreo. Del mismo
    modo que el médico, según la salud del paciente, aplica
    una u otra medicina, Dios,
    el médico del alma, ordenó una u otra cosa
    según el caso. Así, el Antiguo y el Nuevo
    Testamento difieren pero no se contradicen, si se interpreta al
    primero desde el espíritu y no desde la mera letra.
    Por último, no hay que olvidar que la Biblia es un
    conjunto de libros
    inspirados por el Espíritu Santo pero escritos por
    hombres, no por el mismo Espíritu. Toda
    imperfección que contengan, pues, fue cometida por los
    hombres y tolerada por el Espíritu, siempre en vistas a la
    Providencia, ya que la verdad no puede ni debe revelarse de
    golpe.

    13. El ateo como
    hereje.

    ¿La fe es contraria a la sabiduría?
    ¿Y sois vosotros los legítimos representantes de la
    verdad? ¿No será más bien que la
    razón, enseñoreada de sí misma, quiere
    emanciparse para vivir en su propia nada?
    Pero dices que en épocas más cultas el
    número de los ateos se ha visto incrementado. Yo te digo:
    en paralelo a los ortodoxos, siempre ha habido herejes. Porque,
    ¿qué es el ateísmo sino el akelarre
    caótico de todas las herejías? ¿Qué
    sino la suma de los errores y de las opiniones descabelladas
    sobre la divinidad, vulgarizadas hasta el extremo? Su
    extensión es una consecuencia de la Ilustración, que enfrenta al hombre
    mediocre a tareas que le superan con mucho (v.g., JRRF y Max
    comentando la Biblia o intentando rebatir argumentos
    teológicos). El ateo, pues, no se queda en una mera
    posición pasiva de "abstine, sustine", sino que construye
    su propia razón teológica. Razón, dicho sea
    de paso, deficiente hasta el extremo, pero que él, juez y
    parte, tiene por inmejorable (cfr. con el libre examen de las
    Escrituras, propuesto por los luteranos).
    La desacreditación más inmediata del ateo es que
    todo lo que pueda decir contra Dios, la revelación y la
    naturaleza humana ya lo dijeron los herejes con muchos siglos de
    antelación, siendo convenientemente refutados. Por eso los
    ateos son doblemente ignorantes: en el concepto y en la
    historia.

    14. Progreso y
    manipulación.

    Esto me recuerda a una encuesta que
    leí, y que los ateos pregonan a diestro y siniestro, en la
    que se sondeaba las creencias de los científicos. La
    encuesta fue
    realizada en distintos años a lo largo del siglo XX:
    1.914, 1.933 y 1.998. Los resultados (en tantos por ciento)
    fueron:
    BELIEF IN PERSONAL GOD 1914 1933 1998
    Personal belief 27.7 / 15 / 7.0
    Personal disbelief 52.7 / 68 / 72.2
    Doubt or agnosticism 20.9 / 17 / 20.8
    BELIEF IN IMMORTALITY 1914 1933 1998
    Personal belief 35.2 / 18 / 7.9
    Personal disbelief 25.4 / 53 / 76.7
    Doubt or agnosticism 43.7 / 29 / 23.3
    Y mi respuesta fue:
    ¿No había ciencia antes
    de 1.998? ¿No la había antes de 1.914? ¿No
    la habrá dos siglos después? De qué cosas se
    entera uno… PRIMERA MANIPULACIÓN: muestra sesgada,
    absolutización de datos
    relativos.
    Y, ya que hacéis valer el criterio de las mayorías
    entre científicos, sin distinguir entre buenos y malos
    científicos, ¿por qué no lo aplicáis
    al resto de la población, independientemente de sus
    conocimientos en la materia? SEGUNDA MANIPULACIÓN:
    distorsión de la muestra a voluntad, a fin de que los
    resultados cuadren con vuestras expectativas.
    Por último, ¿qué vinculación
    establecéis entre ateísmo y ciencia?
    ¿Por qué no clasificáis a los hombres de
    ciencia según su tendencia política: izquierda,
    derecha o centro? ¿y por qué no según su
    tipo de alimentación o su promiscuidad sexual?
    Sería el mismo absurdo. El ateísmo es una moda
    sociológica, pues, que poco o nada tiene que ver con
    la ciencia.
    TERCERA MANIPULACIÓN: falacia de inclusión (petitio
    principii) en el planteamiento de la pregunta.
    De nuevo: manipulación y regalo para los oídos de
    los cientistas. Y en verdad que todas vuestras argumentaciones no
    distan mucho de ser falacias de ese calibre, fáciles de
    desmontar para quien sabe verlas.
    Es normal, pues, y perfectamente lógico que los que
    adoptan el cientifismo como religión crean desacreditar
    "la religión de los otros" calificándola en
    términos de pseudo-cientifismo. Cortan así por el
    mismo patrón dos cosas esencialmente distintas: las
    proposiciones simbólicas y las descriptivas. Ésa es
    la razón autoritaria que tan bien han visto algunos: el
    logos histórico se piensa a sí mismo como
    única verdad, incapaz de admitir que el hombre siempre
    busca la verdad mediante ficciones, no mediante la verdad misma.
    Tal vez sea este "logos histórico" o historicista el
    responsable principal de la decadencia de la filosofía. Es
    decir: la idea de que la verdad se autocontiene y se supera a
    sí misma, la identificación mística y
    triádica de verdad, presente y consciencia.

    15. Diferencia
    entre teología y filosofía.

    Lo único que distingue a la teología de la
    filosofía es que aquélla parte de una
    revelación dada de antemano, que luego intenta explicar
    por la razón de sus efectos en el mundo, mientras que la
    filosofía llega a dicha revelación racionalmente.
    Es decir, los mitos de
    Platón
    sobre la vida ultramundana o el motor
    inmóvil de Aristóteles tienen idéntico estatuto
    lógico que cualquier revelación, aunque puedan ser
    más o menos plausibles filosóficamente. El razonar,
    pues, a pesar del proceder inverso de ambas disciplinas, es su
    común denominador. Y, si tuviéramos que
    contraponerlas de algún modo, diríamos que el
    teólogo fundamenta el pensamiento en la verdad, mientras
    que el filósofo fundamenta la verdad en el pensamiento. El
    primero no da base racional a la verdad, que, estimada necesaria,
    subsiste por mera oposición con respecto a las
    proposiciones antitéticas; el segundo tampoco se la da al
    pensamiento, planteado como un acto de libertad.

    16. Sobre el
    dogma.

    ¿Qué es un dogmático? O mejor:
    ¿Qué es un dogma?
    ¿Algo que no puede *en absoluto* ser examinado por la
    razón, o algo que no debe ser examinado con la *sola*
    razón?
    ¿Algo *contrario* a la razón, o algo que por
    hipótesis *no debe* contrariarse?
    No se debe, digo, pero ¿se puede?
    Por ejemplo, ¿*puede* contradecirse seriamente el dogma de
    que Dios creó el mundo de la nada?
    Tampoco es posible. Para eso está el dogma, para afirmar
    sin pruebas
    concluyentes.
    Y ahí el monoteísta saca más de dos cabezas
    de ventaja al ateo y al escéptico, que se conforman con la
    suspensión ocasional o permanente del juicio (en teoría,
    aunque no en la práctica).
    La fe es a la filosofía lo que los números
    imaginarios a las matemáticas.
    Hay que presuponer a Dios, porque Dios es indemostrable. Pero sin
    Él el universo es
    irresoluble.

    17. Defensa
    ilustrada de la fe.

    1. ¿Qué es la fe?

    1.1. La fe puede concebirse como el comparsa del dogma o
    bien como su verdadera causa eficiente.
    1.2. Todo dogma es en tanto que fidelizable, pero la fe es en
    tanto que no es dogmatizable.
    1.3. Si la fe fuera una necesidad no sería en absoluto
    meritoria. Tampoco podría concebirse que hubiera personas
    sin fe.
    1.4. Luego no es una necesidad. La fe es la transformación
    de lo contingente en necesario y de lo necesario en
    contingente.

    2. ¿Quién juzga la fe?
    2.1. La fe no es una creencia, es el acto de creer, del mismo
    modo que el acto de conocer no es un conocimiento.
    2.2. La fe tampoco es una certeza, es la oposición a toda
    certeza. La fe es intransitiva (sin objeto).
    2.3. El dogma es la transitivización de la fe, por
    así decirlo. El vínculo de la fe a un principio
    positivo, válido para todos los creyentes.
    2.4. La fe es un principio moral y se basa en la acción
    por encima de todo (la fe no es imitativa).
    3. ¿Es necesaria la fe?
    3.1. La locura y la manía son el origen de la
    filosofía
    3.2. La razón no puede impulsarse a sí misma. Sin
    intuición es ciega.
    3.3. La fe no es ni una necesidad ni una entelequia finalista,
    sino un acto libre.
    3.4. La fe pura sólo sabe que sabe, nada más. La fe
    es fe de fe, no es conceptualizable.
    3.5. Puede ser que la fe esté canalizada, pero cuanto
    más canalizada esté menos pura es y más
    necesita renovarse.
    3.6. La fe no es una palabra, es la encarnación del
    logos.
    3.7. La racionalización de la fe es una
    justificación a posteriori que no la explica
    totalmente.
    3.8. La oposición fe-razón es una falacia
    ilustrada. La razón es una fe.
    4. Acción y libertad.
    4.1. No sólo creo en Dios, actúo según
    Dios.
    4.2. La mera creencia es especulación. La fe ha de ser tal
    que por el hecho de creer ya estés haciendo algo.
    4.3. Dios es el que todo lo atraviesa. Primero lo sientes como
    una luz intermitente,
    luego se va intensificando.
    4.4. Al final no has de llamarla, y ese es el estado de
    beatitud, la iluminación.
    4.5. Todos deberíamos renunciar a nosotros mismos para
    reconquistarnos.
    5. Fe y contingencia.

    5.1. Los argumentos son siempre racionalizaciones de la
    experiencia.
    5.2. La explican más o menos bien pero no la justifican en
    absoluto. Porque es una experiencia contingente.
    5.3. He definido la fe como la transformación de lo
    contingente en necesario y de lo necesario en contingente.
    5.4. Lo contingente en necesario porque de un acto de libertad
    pasamos a un ser en acto, a un determinarnos.
    5.5. Lo necesario en contingente, porque de ese modo nos
    convertimos en variables
    activas de nuestro destino, que pasa a ser nuestro en tanto que
    querido por nosotros.
    6. Fe y formas.

    6.1. La razón es una fe. Ésa
    debería ser la máxima de todo escéptico
    consecuente.
    6.2. La lógica
    es carente de acto, la lógica
    implica inmovilismo.
    6.3. Hegel es el vivo
    ejemplo de la fe como columna vertebral de todo conocimiento
    evolutivo.
    6.4. Fe como proceso hacia
    autoconciencia y la realización del
    espíritu.

    18. Fe e
    imaginación.

    La fe es al creyente lo que la duda al escéptico:
    una virtud racional, aunque ella misma no se ocupe de la
    razón ni necesite ser demostrada. El creyente, pues, duda
    de la razón cuando ésta contradice la fe. Sin
    embargo, no le llamamos por ello escéptico o prudente,
    sino empecinado y fanático. Y, al revés, nadie
    llamaría fanático a un escéptico por dudar
    de certezas mudables, sino que éste es cuerdo y
    equilibrado a los ojos del vulgo, aun cuando, consciente o
    inconscientemente, dé fe a las cosas más
    descabelladas.
    A la fe yo la llamaría la certeza de lo mejor. Aunque Dios
    no pueda explicarse racionalmente, porque es infinito e
    inconmensurable, a la fe le basta con refutar todas las
    argumentaciones que intenten negar su existencia. Tiene, para
    entendernos, presunción de veracidad, pues eso y no otra
    cosa significa fe: confianza en lo que es veraz (en la
    razón suficiente frente a los hechos brutos, en el tiempo
    lineal frente a la eternidad redundante, en el orden frente al
    caos, etc.).
    Los unicornios y toda criatura fantástica con la que los
    legos suelen comparar la fe en Dios son fruto de la
    IMAGINACIÓN, es decir, de la mezcla fantasiosa de
    experiencias. Dios, en cambio, es fruto de la CONCEPCIÓN,
    para los filósofos, o fautor de la
    REVELACIÓN, para los teólogos. En cualquier caso
    dimana del intelecto y de la experiencia directa, llamada
    mística o iluminativa, no del mero deseo.
    No creo, en fin, que la Biblia haya podido ser generada por la
    imaginación. El monoteísmo no puede deducirse de la
    realidad, del mismo modo que el uno no puede deducirse de lo
    múltiple, sino más bien al revés: lo
    múltiple de lo uno.
    En fin, un escéptico es aquel que pasa toda la vida
    intentando elegir una religión. El ateo ya ha elegido,
    aunque no lo sepa.

    Daniel Vicente.

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