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Atentados Terroristas en contra de los EEUU suscitados el 11 de Septiembre del 2002




Enviado por pacosex15



Partes: 1, 2

    1. EE UU sufre el peor ataque de su
      historia
    2. Terrorismo
    3. La Reacción del
      Mundo
    4. La respuesta a los Atentados por
      Parte de los Estados Unidos
    5. El Ataque a
      Afganistán
    6. Los
      Terroristas
    7. Bioterrorismo
    8. Análisis
    9. Las cifras de desaparecidos, por
      países
    10. Latinoamérica: oportunidad
      de impulsar el turismo
    11. Arabia Saudita:
      ¿cómplice de al Qaeda?
    12. La salud mental
      se deteriora a nivel mundial
    13. Bush da un
      impulso a la economía
      Norteamérica
    14. A.I. denuncia
      discriminación contra musulmanes
    15. Impacto
      Económico
    16. Limitada
      caída del índice de Wall
      Street
    17. El miedo a
      volar: Efecto de la tragedia
    18. La seguridad en
      Estados Unidos afectada

    INTRODUCCION

    Todo lo que contiene este documento es parte de la
    Historia del
    Mundo, en este trabajo se reclama particularmente la
    cobardía de las personas responsables del Ataque
    Terroristas a Norteamérica, situaciones que pasaron antes
    y después de este atentado, sus consecuencias en el mundo.
    A cualquier persona que lea
    este trabajo, deseara que esto no volviera a pasar, pero en este
    mundo todo es posible. El Ataque cobarde que supuestamente lo
    realizo el terrorista Osama Bin Laden, creo yo que todavía
    no trae las verdaderas consecuencias, que espero que no sucedan,
    tales consecuencias podrían ser mortales para los Seres
    Humanos, podrían acabar con esta era del hombre; y lo
    que mas me hace pensar y pensar, es que el destino de la
    Humanidad puede en este momento estar en manos de una persona igual a
    la que fue el culpable de este Atentado.

    Cualquier opinión vertida en este documento es
    pura y simple realidad, es todo lo que paso y esta pasando. No se
    lo que pueda pasar mañana, pero, mientras este vivo,
    siempre estaré apoyando a que se alcance la PAZ DEL MUNDO,
    y un mensaje para los Politicotes que "No hay caminos para la
    Paz, la Paz es el camino".

    Es injusto que todos los hombres siendo iguales no
    tengan los mismos derechos, para tratar de
    evitar futuros actos terroristas como el del 11 de Septiembre, lo
    único que hay que hacer es que todos los seres humanos le
    tengan "Respeto a la
    Vida".

    A todos los hombres me atrevo a decirles:

    "Vivan con los hombres como si Dios los
    mirase; hablen con Dios como si los hombres los
    oyesen"

    Paco Alcoser

    11 de Septiembre del
    2001:

    El DIA, en
    el cual el Mundo se conmociono
    .

    a. EE UU sufre el peor
    ataque de su historia

    1. El mundo en vilo a la espera de las represalias de
    Bush
    La batalla inicial de la primera gran guerra del
    siglo XXI, una guerra de
    terror contra un enemigo inconcreto, se ha librado sobre sus dos
    ciudades más representativas. Las Torres Gemelas del World
    Trade Center, cuyos 110 pisos se alzaban sobre Nueva York, ya no
    existen. Y el Pentágono, el epicentro del sistema defensivo
    estadounidense, ha perdido todo su costado occidental. Un
    presunto ataque terrorista, múltiple y masivo, con un
    nivel de organización y capacidad destructiva nunca
    visto hasta ahora, ha sumido a la primera potencia mundial
    en su día más triste.

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    superior 

     Estados Unidos es
    hoy un país dolorido, cerrado al exterior, absorto en un
    largo recuento de cadáveres. La batalla inicial de la
    primera gran guerra del siglo XXI, una guerra de terror contra un
    enemigo inconcreto, se ha librado sobre sus dos ciudades
    más representativas. Las Torres Gemelas del World Trade
    Center, cuyos 110 pisos se alzaban sobre Nueva York, ya no
    existen; son una montaña de escombros sobre una cantidad
    desconocida de cuerpos. Medio palmo de ceniza y polvo recubre las
    calles de Manhattan. Y el Pentágono, el epicentro del
    sistema defensivo
    estadounidense, ha perdido todo su costado occidental. Un
    presunto ataque terrorista, múltiple y masivo, con un
    nivel de organización y capacidad destructiva nunca
    vistos hasta ahora, ha sumido a la primera potencia mundial
    en su momento más triste.
    El nombre de Osama Bin Laden, el millonario saudí que
    mantiene una guerra abierta contra EE UU desde un cuartel general
    oculto en Afganistán, está en todas las bocas. Se
    sabe de su obsesión con las Torres Gemelas, que ya
    intentó destruir en 1993 con un atentado que costó
    seis vidas; se sabe que había hablado a sus colaboradores
    de un inminente ataque; y se sabe que la capacidad operativa que
    le permitió atacar un buque de guerra estadounidense en
    Yemen puede haber llegado al nivel necesario para desplegar la
    matanza de ayer. No hay ninguna confirmación, ni sobre la
    autoría ni sobre el número de víctimas.
    Serán cientos, quizá miles. Unas 40.000 personas
    trabajaban en el World Trade Center, uno de los grandes
    símbolos de la economía americana.
    El doble edificio registraba el intenso tráfico humano de
    la hora punta, a las 8.45 de la mañana (las 14.45 hora
    peninsular española), cuando un avión se
    estrelló contra la torre sur. Fue el inicio de una jornada
    atroz, plagada de tragedias más allá de cualquier
    adjetivo. Comenzaba la evacuación de esa torre y todas las
    cadenas de televisión
    retransmitían en directo el incendio causado por el
    impacto. Eso permitió que, 18 minutos después de la
    primera explosión, millones de espectadores asistieran a
    la escena de un segundo avión lanzándose contra la
    torre norte. La nave atravesó el edificio. El estallido
    fue colosal.
    Tardó en saberse que el primer avión era un Boeing
    767 de American Airlines que cubría el trayecto Boston-Los
    Ángeles y había sido secuestrado con 92 personas a
    bordo; el otro aparato pertenecía a la flota de United
    Airlines y había sido secuestrado tras despegar del
    aeropuerto Dulles, cerca de Washington, con destino a Los
    Ángeles y 64 pasajeros. Esas fueron las primeras
    víctimas con nombres y apellidos; unas horas
    después, el balance oficial admitía que muy
    posiblemente 250 bomberos y 78 policías han muerto en el
    derrumbe de los rascacielos. Según la CNN, en el
    Pentágono murieron unas 800 personas, aunque Donald
    Rumsfeld, el secretario de Defensa, aseguró que no es
    posible siquiera dar una cifra aproximada de víctimas. El
    presidente George W. Bush se encontraba en una escuela de
    Florida, cuando le susurraron la noticia al oído.
    Concluyó a toda prisa su parlamento y se dirigió al
    avión presidencial, el Air Force One. Antes de embarcar
    grabó una alocución en la que prometió que
    los responsables del ataque serían cazados y castigados, y
    aseguró que había tomado medidas para que el
    Gobierno siguiera
    funcionando normalmente.
    "Esta es una tragedia nacional", declaró Bush. Pero lo
    peor estaba por llegar. Una hora después del doble ataque
    contra el World Trade Center, cuando centenares de bomberos y
    policías se esforzaban por rescatar a las personas
    atrapadas, ambas torres se desplomaron. Fue una imagen
    sobrecogedora, que no se borrará de las memorias. En
    los minutos previos al colapso se había podido ver a
    personas que saltaban al vacío desde las ventanas
    más altas. "El número de víctimas debe ser
    horrible", declaró Rudy Giuliani, alcalde de la ciudad.
    "Éste es, sin duda, uno de los hechos más odiosos
    de la historia
    humana". Los puentes y túneles que comunican la isla de
    Manhattan con el resto del mundo fueron cerrados y Giuliani
    ordenó la evacuación del distrito financiero y de
    las zonas contiguas. Las bolsas suspendieron la sesión; en
    pocos minutos, los mercados
    financieros de todo el mundo registraban fortísimas
    caídas y el dólar se depreciaba frente al euro y el
    yen. Nueva York, autoproclamada capital del
    mundo, quedó sumida en una densa polvareda. Los hospitales
    anunciaron estar al límite de su capacidad y pidieron
    donaciones urgentes de sangre. Al menos
    dos buques de guerra fueron desplazados al puerto neoyorquino, y
    la Guardia Nacional del Estado se
    movilizó para ayudar a las fuerzas de policía y
    bomberos, abatidas por las bajas, la asfixia y el agotamiento. De
    madrugada, la policía detuvo a dos personas tras
    interceptar un camión cargado de explosivos en el puente
    George Washington, de Nueva York, según la cadena CBS.
    Casi al mismo tiempo en que las
    Torres Gemelas desaparecían para siempre, un tercer
    avión, un 757 de American Airlines que hacía la
    ruta Washington-Los Ángeles, con 65 personas a bordo, se
    estrelló contra el Pentágono. Entre el pasaje
    figuraba Barbara Olson, una comentarista de la cadena CNN, que
    tuvo tiempo de
    telefonear dos veces a su marido, el fiscal general
    Ted Olson. Le explicó que los pilotos y auxiliares de
    vuelo habían sido colocados en la zona posterior del
    avión y que la única arma visible de los
    secuestradores, que habían tomado los mandos, era un
    cúter. Barbara Olson no hizo referencia a la nacionalidad
    ni los objetivos de
    los terroristas. El avión quedó pulverizado contra
    el Pentágono minutos después.
    El edificio, en el que 24.000 personas coordinan un
    ejército desplegado por todo el mundo, se incendió
    y se derrumbó parcialmente. Eran las 9.43 de la
    mañana y la secuencia del horror parecía imparable.
    El Consejo de Seguridad
    Nacional, convocado por Bush desde el aire,
    ordenó la evacuación de la Casa Blanca al recibir
    "amenazas creíbles" de que un cuarto avión
    secuestrado estaba en camino hacia la residencia oficial del
    presidente. Todo Washington quedó bajo la llamada "amenaza
    Delta", que sólo se dispara en situaciones absolutamente
    extremas. El Capitolio, que acoge el Senado y la Cámara de
    Representantes, fue igualmente evacuado, así como todas
    las escuelas y la mayoría de los edificios federales.

    2. Pánico en
    Washington

    Washington se sumió en el pánico. Miles de
    vehículos intentaron huir de la capital,
    bloqueando calles y carreteras; los comercios cerraron y
    patrullas de cazabombarderos empezaron a patrullar el espacio
    aéreo por encima de la capital, al igual que en Nueva
    York. La sensación de horror inacabable se
    incrementó al conocerse que un cuarto avión de
    United Airlines que cubría la línea Newark-San
    Francisco, con 45 personas a bordo, se había estrellado en
    una zona rural de Pennsylvania a las 10.10 horas. El destino que
    le habían fijado sus secuestradores suicidas podía
    ser, según las primeras especulaciones, la Casa Blanca, el
    Capitolio o Camp David, residencia vacacional del presidente en
    Maryland y escenario de las principales negociaciones y acuerdos
    entre Israel, Egipto y los
    palestinos.
    Todos los vuelos sobre territorio estadounidense quedaron
    suspendidos, al menos hasta hoy a mediodía. Los vuelos
    internacionales fueron desviados hacia Canadá y el espacio
    aéreo se reservó sólo a los cazabombarderos
    y los helicópteros de la fuerza
    aérea. Las fronteras con Canadá y México
    también se cerraron indefinidamente y se declaró
    el estado de
    emergencia en Nueva York y Washington.

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    3. Bush, en un
    'búnker'

    El Air Force One del presidente aterrizó
    temporalmente en una base militar de Luisiana, para emprender
    viaje de forma casi inmediata hacia Nebraska y desde allí
    hacia un lugar cercano que, según un portavoz
    gubernamental, disponía de un búnker invulnerable.
    Por la tarde regresó a Washington y a las dos y media de
    la madrugada dirigió un mensaje a la nación.
    El secretario de Estado,
    general Colin Powell, recibió la orden de suspender su
    visita a Colombia y
    regresar a EE UU. La asesora de seguridad
    nacional, Condoleezza Rice, se encargaba mientras tanto de
    coordinar la situación desde el búnker de la Casa
    Blanca. El vicepresidente Dick Cheney, al igual que los
    principales dirigentes parlamentarios, fue trasladado a un lugar
    "seguro" y no
    especificado.
    EE UU se sintió durante horas al borde del desastre total.
    La Reserva Federal emitió un escueto comunicado de dos
    líneas en el que garantizó que no faltaría
    dinero en el
    mercado, para
    evitar que el público y las instituciones
    retiraran sus fondos del sistema bancario. El gran puerto
    petrolero de Luisiana, que recibe la mayor parte del crudo
    exterior, cercanas a Nueva Orleáns, suspendió todas
    las operaciones.
    Incluso parques de atracciones como Disney World, en Orlando
    (Florida), evacuaron al público y cerraron las
    puertas.
    La gran pregunta que permanece, más allá de la
    urgencia del rescate de heridos, el recuento de muertos y la
    identificación de los responsables, es cómo pudo
    suceder algo tan horrible, cómo EE UU mantenía tan
    baja su guardia. Los objetivos
    atacados eran vitales: el centro de la defensa y uno de los
    puntos neurálgicos de la economía.
    Los servicios de
    información no tomaron ninguna
    precaución, lo que hace suponer que carecían de
    informaciones sobre ataques inminentes. Un grupo numeroso
    de personas fue capaz de subir a bordo de cuatro aviones casi
    simultáneamente, con algún tipo de armas, aunque
    sólo fueran cuchillos, y de lanzarlos contra los objetivos
    fijados sin que se hiciera nada por impedirlo. Los aviones
    volaron durante muchos minutos fuera de su ruta y los
    controladores detectaron la irregularidad. Se da por seguro que hubo
    comunicación entre las estaciones de
    seguimiento y las cabinas de los aparatos, pero esa información ha sido declarada secreta por
    el FBI.

    4. Las Torres Gemelas:
    un símbolo de la ciudad y un prometedor
    proyecto
    inmobiliario.
    Las Torres Gemelas de Nueva York, uno de los símbolos
    más conocidos de la Gran Manzana que se han derrumbado
    tras sufrir el impacto de dos aviones, fueron construidas en
    1973. En ese año el arquitecto Minoru Yamasaki
    colocó la última pieza de este gigante que estaba
    considerado como el tercer rascacielos del planeta, con una
    altura de 410 metros de altura y 110 plantas.
    Sólo el edificio Sears de Chicago, con una planta que se
    eleva a 442 metros del suelo, y las
    Torres de Kuala Lumpur de Malasia de 452 metros superaban al
    coloso de Manhatan.
    En sus más de un millón doscientos mil metros
    cuadrados trabajaban diariamente unos 55.000 empleados de 60
    firmas, y más de 150.000 visitantes se embarcan en sus
    ascensores ultrarrápidos

    para contemplar las espectaculares vistas de la ciudad.
    Tenía también unas 43.600 ventanas.

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    Una imagen que ya no
    podrá volver a ser tomada: Manhattan y las Torres Gemelas
    vistas desde el ferry que lleva a la estatua de la
    Libertad

    Hace tan solo unos meses, los dos edificios, propiedad de
    la autoridad
    portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, habían pasado a
    manos privadas, en lo que se consideró la operación
    inmobiliaria más importante de la ciudad y una de las
    más importantes de Estados Unidos. Sus nuevos
    propietarios, Silverstein Propierties Inc. Y Wesfield America
    tenían 'grandes planes' para su flamante
    adquisición: habían proyectado la construcción de apartamentos de alto
    standing. El acuerdo, con una vigencia de 99 años, supuso
    un desembolso de 3.200 millones de dólares (585.000
    millones de pesetas / 3.560 millones de euros).
    El World Trade Center, formado por las dos torres y cuatro
    edificios más, podía considerarse como una ciudad
    dentro de la ciudad, cuenta con una comisaría, 16
    restaurantes, 190 ascensores (que ascendían a 8 metros por
    segundo), librerías, tiendas de regalos, cafés,
    agencias de viajes,
    tiendas de regalos, un observatorio y una estación de
    metro. En su aparcamiento podían estacionar cerca de 2.000
    vehículos.
    Los primeros inquilinos se instalaron en 1970 en 2001 más
    de 430 compañías de 28 países distintos
    tenían oficinas en las torres: corporaciones bancarias,
    firmas de Wall Street, empresas de
    seguros,
    transporte,
    importación y exportación, compañías
    dedicadas a distintas actividades comerciales. También se
    encontraban ubicadas en estos edificios oficinas del Gobierno.
    Las torres eran tan grandes que necesitaban un código
    postal solamente para cubrir todas las plantas.
    Sistemas de seguridad
    Desde el atentado de 1993, cuando
    un grupo
    integrista islámico mató a seis personas y
    dejó más de 1.500 heridos, los sistemas de
    seguridad del edificio fueron reforzados vigorosamente. Para
    acceder a los ascensores de las torres era necesario un pase
    especial. Todos los visitantes tenían que pasar un
    control, que
    incluía una fotografía
    y sus nombres comprobados en un terminal conectado con el
    FBI.
    En el garaje subterráneo también se extremaron las
    medidas de seguridad, detectores de explosivos y metales y un
    sistema que comprueba el peso de los vehículos y de su
    contenido. En caso de que éste fuera excesivo se
    disparaban las alarmas.

    5. El
    Pentágono: el corazón
    del sistema de Defensa de Estados Unidos

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     El Pentágono, el símbolo de las
    convicciones y del poder de los
    Estados Unidos, sufrió un ataque sin precedentes cuando un
    avión se estrelló contra su costado occidental
    destruyéndolo, Se trataba del vuelo 757 de American
    Airlines que hacía la ruta Washington-Los Ángeles,
    con 65 personas a bordo. Las primeras cifras de víctimas
    mortales apuntan que 800 personas podrían haber perdido la
    vida en este atentado.

    La sede del cuartel general de las Fuerzas Armadas
    estadounidenses se terminó de construir el 15 de enero de
    1943, después de 16 meses de obras, en plena Segunda Guerra
    Mundial.

    En el Pentágono trabajan actualmente unas 23.000
    personas, entre civiles y militares, y pasa por ser el mayor
    edificio de oficinas del mundo, con una extensión de 12
    hectáreas y un perímetro de kilómetro y
    medio. Los cinco lados del vetusto edificio de piedra dan nombre
    desde 1943 a la sede del Departamento de Defensa de Estados
    Unidos, que en 1941 mandó construir a orillas del
    río Potomac el presidente Franklin Roosevelt.
    El proyecto de
    construcción se remonta, sin embargo, a
    principios de
    siglo, y sólo el comienzo de la segunda gran guerra y el
    ataque japonés a Pearl Harbour, en diciembre de 1941,
    aceleraron su finalización. El edificio costó
    entonces 87 millones de dólares y la consigna del entonces
    presidente, Franklin Delano Roosevelt, fue que la austeridad
    debía ser absoluta para reducir los gastos y
    dedicarlos al esfuerzo de la guerra.
    Los pasillos tienen una longitud total de 28 kilómetros y
    el espacio de sus cinco plantas equivale a 600.000 metros
    cuadrados. Aunque en su interior hay "bunkers" de hormigón
    y sistemas de
    seguridad, la sofisticación no es la nota dominante en un
    edificio añejo e incómodo que ha visto pasar a los
    héroes militares estadounidenses de los últimos 50
    años. Los generales de cinco estrellas Dwight Eisenhower,
    George Marshal y Omar Bradley, héroes de la Segunda Guerra
    Mundial, tuvieron sus despachos en su interior, y desde la
    sala de guerra de la Junta de Jefes de Estado Mayor se siguieron
    los conflictos de
    Corea, Vietnam, las invasiones de Granada o Panamá o
    la más reciente contra Irak.
    La desaparición de la URSS, del comunismo y la
    guerra
    fría marcaron muchos años del devenir en el
    interior de este edificio. Horas antes del ataque, el jefe del
    Pentágono, Donald Rumsfeld, anunció un proyecto
    para reducir personal y
    procedimientos, dados los problemas de
    la Casa Blanca para conseguir un fuerte aumento del presupuesto
    militar. Actualmente el presupuesto anual
    del Pentágono es de 300.000 millones de
    dólares.

    6. Las caras de la
    tragedia
    Tras la magnitud del ataque terrorista
    contra los símbolos del poderío
    norteamericano se esconden un buen número de
    pequeñas historias. Es la otra cara de una tragedia en su
    dimensión más humana.
    La última llamada
    Una pasajera de uno de los cuatro aviones secuestrados y
    utilizados para atacar objetivos estratégicos en Estados
    Unidos logró contactar a través de un teléfono móvil con su marido desde
    el aparato y le relató la situación a bordo: todos
    los pasajeros, los miembros del equipaje y los pilotos
    habían sido obligados a situarse en la parte trasera del
    avión y los secuestradores se habían hecho con los
    mandos. Según relató la cadena estadounidense CNN,
    Barbara Olson, una conocida abogada de 45 años,
    logró realizar dos llamadas y relatar desde dentro a su
    marido lo que en pocos minutos iba a convertirse en la mayor
    tragedia estadounidense. Barbara Olson, quien no aportó
    ninguna descripción física de los
    secuestradores, viajaba en el Boeing 757 de American Airlines con
    destino a Los Ángeles que acabaría
    estrellándose a las 09:43h contra el Pentágono en
    Washington.
    "¿Qué puedo hacer?", le preguntó Barbara a
    su marido, Ted Olson, pocos segundos antes de la tragedia. En una
    breve entrevista,
    Olson aseguró que su esposa estaba "en el avión que
    se estrelló contra el Pentágono". "Llamó
    desde el avión cuando acababa de ser secuestrado.
    Ojalá sólo hubiese sido un secuestro".
    La perplejidad de los controladores
    Los controladores que trabajan en el aeropuerto Internacional de
    Dulles Washington, detectaron en sus pantallas un avión
    sin identificar que se movía, a una velocidad
    inusualmente rápida, directamente hacia la Casa Blanca.
    Rápidamente avisaron a las autoridades de lo que
    sucedía. Poco después el aparato viró y se
    estrelló contra el edificio del Pentágono. Los
    controladores no pudieron identificar a la aeronave debido a que
    alguien a bordo había apagado el transpondedor, un aparato
    que envía a la torre de control datos con la
    compañía a la que pertenece el avión, su
    número de vuelo, la velocidad y a
    la altitud a la que viaja. Por aproximación se
    identificó al avión como el vuelo 77 de la
    compañía American Airlines con cuatro tripulantes y
    58 pasajeros a bordo que había despegado a las ocho y diez
    desde Dulles con destino a Los Ángeles. Al parecer, el
    avión, después de despegar desde Dulles, se
    digirió hacia su destino durante un cierto tiempo, pero en
    un determinado momento se apagó el transpondedor y el
    aparato viró en redondo y se dirigió hacia
    Washington. El aparato apareció entonces en las pantallas
    calificado como "objetivo
    primario", es decir, no identificado. El espacio aéreo
    alrededor de Washington está clasificado como de alta
    seguridad y ningún aeroplano puede sobrevolarlo sin estar
    identificado y tener permiso. Los controladores se dieron cuenta
    de que, además, iba directo a la Casa Blanca, sobre la que
    está terminantemente prohibido sobrevolar. Mientras daban
    la alarma, observaron como el avión viraba 270 grados y
    enfilaba hacia el Pentágono desde el suroeste. Al llegar a
    pocos metros de altura el avión desapareció de las
    pantallas de radar. Eso ocurrió pocos segundos
    después de estrellarse contra el Pentágono.
    Descenso del infierno.

    Escuchamos una gran explosión, todo el edificio
    osciló y por la ventana vimos trozos grandes de
    algún material que caía", afirmó con la voz
    quebrada por la emoción Carmen Medina, una española
    que se encontraba en el piso 55 de una de las Torres Gemelas de
    Nueva York. "Nos costaba mucho trabajo caminar. Todo se
    movía, pero con mi amiga pudimos comenzar a descender por
    las escaleras. Íbamos llorando, sin saber muy bien que
    había ocurrido", dijo Carmen Medina, gerente de
    programa de
    una escuela de
    idiomas de la Universidad PACE,
    que tenía una oficina en las
    torres.

    "Los teléfonos móviles no funcionaban,
    nadie sabía nada, y teníamos que detenernos para
    dejar pasar a las personas que trataban de salir de la torre
    descendiendo por las escaleras, de los pisos inferiores al
    nuestro". "También teníamos que pararnos para dejar
    que subieran los bomberos, policías y enfermeros",
    afirmó Medina, natural de Socuéllamos, Ciudad Real,
    quien recuerda que sucedió a las 8.50 de la mañana,
    cuando ya las oficinas estaban trabajando. En total tardaron unos
    30 minutos en poder llegar a la calle, donde fueron llevados a
    unas galerías, antes de ser evacuados, en el momento en
    que se derrumbaron las torres.
    En paro, pero vivo
    El caos reinaba en el distrito
    financiero de Manhattan en las horas después del desastre,
    donde sólo se permitía el paso de los
    vehículos de emergencia y a la policía, y donde los
    trabajos de evacuación continuaban en busca de
    supervivientes.
    El informático Naihi Muhak, de origen hindú, miraba
    con tristeza cómo su lugar de trabajo, en el piso 50 de la
    Torre Gemela 2, había desaparecido completamente tras el
    atentado. "Es el acto más estúpido cometido por
    militantes extremistas, y ha dejado a mucha gente sin trabajo,
    como yo mismo", manifestó Muhak, quien, para su suerte,
    llegó más tarde de lo habitual a su trabajo.
    Su perro lazarillo le salvó la vida
    El ingeniero invidente Omar Eduardo Rivera que trabajaba en el
    piso 71 de una de las Torres Gemelas de Nueva York, se
    salvó de morir el martes gracias a "Salty", su perro
    lazarillo. Rivera, de 44 años, es empleado del
    Departamento Tecnológico de Servicios de
    Información de la Autoridad de
    Puertos del Estado de Nueva York. El día 11 llegó
    temprano a trabajar para entregar unos documentos
    preparados para una junta directiva. "Me sorprendí
    aproximadamente a las 8.44 de la mañana, cuando alguien
    gritó: ¿Qué diablos hace este avión
    aquí? Después hubo un impacto, un ruido
    estruendoso, y el edificio se estremeció". Rivera y su su
    perro-guía, un labrador, consiguieron ponerse a salvo tras
    una hora y cuarto de descenso por las escaleras de emergencia.
    Poco después de llegar a la calle, el edificio de 110
    plantas se desplomaba.

    7. Las bolsas de
    todo el mundo se hunden por el temor a un colapso
    económico

    El miedo y el caos se apoderaron de los mercados
    financieros de todo el mundo el 11 de septiembre, tras conocerse
    el mayor ataque que ha sufrido EE UU desde Pearl Harbour. Las
    bolsas estadounidenses no abrieron y tampoco lo hicieron al
    día siguiente, por estar afectadas directamente por los
    atentados. Aún no han decidido la fecha en la que
    reanudarán las cotizaciones. Pero en Europa los
    mercados
    permanecieron abiertos con descensos superiores al 6%. La Reserva
    Federal de EE UU y el Banco Central
    Europeo (BCE) anunciaron que inyectarán todo el dinero que
    se necesite para evitar un colapso de los mercados. Los primeros
    momentos tras conocerse el ataque inicial contra una de las
    torres gemelas de Nueva York fueron los peores. Los inversores,
    convencidos de que las bolsas de todo el mundo se aprestaban a
    vivir una hecatombe, buscaban deshacerse de sus acciones a
    cualquier precio. En
    Francfort, el índice principal se desplomó
    más de un 9% en pocos minutos. Lo mismo sucedía en
    el resto de bolsas del Viejo Continente, ante el miedo
    generalizado a que la inestabilidad se extienda en los
    próximos días, lo que abriría un panorama de
    consecuencias todavía impredecibles.
    Milán cerró con una fuerte pérdida del
    7,42%. París se desplomó un 7,39%, Francfort, un
    8,49% y Londres, un 5,72%. Madrid perdió un 4,64%. En
    todas ellas, el pánico fue de una magnitud desconocida
    hasta ahora. La Bolsa de Nueva York, tanto el Dow Jones como el
    Nasdaq, se vio directamente afectada por las explosiones por lo
    que comunicó que permanecerán cerradas el
    miércoles, por segundo día consecutivo, ya tampoco
    ayer iniciaron las cotizaciones. "Los mercados de Estados Unidos,
    después de nuevas consultas con la SEC, máxima
    autoridad, anunciarán hoy cuándo los mercados de
    valores de
    Estados Unidos volverán a abrir", concluyó un
    comunicado emitido ayer. Los inversores juzgaron que el periodo
    de inestabilidad mundial, tanto político como financiero,
    que se ha abierto tras el ataque generalizado que ha sufrido
    Estados Unidos hace impredecible la situación en las
    próximas semanas. Así que la reacción ha
    sido vender desesperadamente, a cualquier precio, las
    acciones, para
    colocar el dinero en
    puertos más seguros: deuda
    pública europea (especialmente la de Alemania),
    bonos del
    Tesoro, oro, y monedas como el franco suizo, tradicional refugio
    del dinero en
    momentos de incertidumbre. "La confusión y la cantidad de
    volumen
    negociado en la primera media hora [tras conocerse los ataques]
    fue una auténtica locura", aseguró un veterano
    broker europeo. El euro, aunque menos que el franco suizo,
    también se vio beneficiado de este movimiento de
    pánico, ganó un 2% frente al dólar, y a
    última hora de ayer se cotizaba a 0,9146 frente al billete
    verde. Excepto las compañías petroleras, que
    subieron al mismo ritmo que lo hacían los precios del
    crudo, por el temor a una falta de suministro en las
    próximas semanas, el resto de compañías
    sufrieron fuertes pérdidas, desde las aseguradoras (las
    más afectadas) a bancos,
    compañías de turismo o líneas
    aéreas. "Las petroleras están ganando y las
    aseguradoras se hunden, eso es obvio", comentó un
    intermediario financiero europeo. "Pero todo el resto está
    sujero a la situación política, y como no
    sabemos qué va a pasar, estamos vendiendo todo lo que se
    puede vender", afirmó. Las aseguradoras más
    castigadas en toda Europa fueron
    Munich Re, la mayor del mundo, con una caída del 18%; Axa
    se desplomó un 13,3% y Royal. En Madrid, el hundimiento
    arrancó poco después de las tres de la tarde,
    cuando las televisiones comenzaron a mostrar imágenes
    del atentado en Nueva York. El índice llegó a
    desplomarse más de un 6%, aunque al cierre las
    pérdidas se limitaron al 4,64%. Se trata del quinto
    mínimo anual consecutivo, ya que durante la semana
    anterior la Bolsa madrileña ya había sufrido
    abundantes pérdidas por el mal momento de la
    economía mundial y las dudas sobre el futuro de los nuevos
    teléfonos móviles. La petrolera Repsol fue de los
    pocos valores que
    subieron, un 4,59% al cierre. Cepsa ganó un 2,54%.
    Los operadores del piso de la Bolsa de Nueva York habían
    abandonado la Pizarra Grande, el mayor mercado de
    valores, en el número 11 de Wall Street, situado a
    cerca de un kilómetro del World Trade Center en el bajo
    Manhattan, según varios operadores. Los empleados de
    American Express Co. y Lehman Brothers abandonaron sus sedes en
    el Centro Financiero Mundial, situado enfrente del World Trade
    Center. "Lo más importante era sacar a la gente'", dijo
    Tom Russo, director jurídico en Lehman.
    Conversación en Europa
    Tras el estallido de la
    crisis, los
    responsables de los mercados
    financieros europeos se pusieron en contacto
    telefónicamente para acordar una postura unitaria y
    sopesaron la posibilidad de suspender las operaciones. Un
    responsable de la Bolsa de Madrid, Gabriel Domínguez,
    indicó posteriormente que las bolsas europeas
    habían acordado mantener los mercados abiertos a pesar de
    las fuertes caídas que estaban sufriendo. Domínguez
    señaló que no había ocurrido un suceso
    similar desde "la Segunda Guerra Mundial".
    América
    Latina se vio igualmente afectada, aunque algunos de sus
    mercados prefirieron cerrar antes que contemplar cómo sus
    índices se desplomaban. La Bolsa Mexicana de Valores
    suspendía sus operaciones a las 9,18 horas (17,18 hora
    española), después de perder el 5,16%, hasta los
    5.554,10 puntos. Sao Paulo y Buenos Aires
    tomaban la misma decisión, después de que sus
    principales índices bajaran el 9,17% y el 5,17%,
    respectivamente. La fuerte depreciación del índice Bovespa de
    Brasil
    activó el mecanismo conocido como cortocircuito por el
    cual las negociaciones son suspendidas como forma de
    prevención ante las turbulencias financieras. La dirección de la Bolsa no informó
    sobre cuándo se reiniciarán las operaciones. Lo
    mismo sucedió en México,
    cuando su índice principal se hundió más de
    un 5% en pocos minutos.
    Las repercusiones a medio y largo plazo de los ataques
    terroristas de ayer en Nueva York y Washington "son
    impredecibles" y dependerán, en gran parte, de la
    respuesta que dé el Gobierno de Estados Unidos,
    según explicaron los analistas financieros consultados por
    las agencias en una primera valoración de urgencia. Todos
    los analistas coincidieron en manifestar su "incertidumbre" ante
    las consecuencias que se puedan derivar de lo acontecido, ya que
    se trata de un hecho sin precedentes.
    "Es el caos más absoluto"
    Los principales
    bancos de
    inversión de todo el mundo han convocado de
    urgencia a sus expertos para preparar planes de emergencia antes
    de que los mercados abran hoy. 'Se trata del caos más
    absoluto', dijo ayer Robin Bhar, un analista de metales y otros
    productos en
    el banco londinense
    Standard Bank. Ningún operador financiero ni ningún
    analista de ningún banco en todo el mundo sabía
    qué iba a suceder hoy en las Bolsas. 'Todo lo que se puede
    decir es que el mundo va a ser un sitio diferente a partir de
    hoy. Es imposible predecir qué va a pasar a partir de
    ahora', dijo un intermediario financiero en Londres. El ataque
    lanzado ayer contra Nueva York y Washington no tiene
    ningún precedente en la historia. Las principales firmas
    internacionales de Bolsa reconocen que resulta poco menos que
    imposible predecir qué va a suceder. Fuentes de
    Merrill Lynch aseguran que en sus oficinas en Nueva York, cerca
    de la zona afectada, reina el caos. Otra firma de inversión, Morgan Stanley, cuenta con una
    plantilla de 1.000 empleados en las torres gemelas de Nueva
    York.

    8. El
    pánico dispara el precio del
    petróleo,
    que supera los 30 dólares en unos minutos
    La
    OPEP culpa a los
    especuladores de 'hacer fiesta en las peores tragedias'. Mientras
    las bolsas se desplomaban ayer, el
    petróleo y las empresas que lo
    comercializan subieron como la espuma en los mercados. El precio
    del barril brent en Londres aumentó un 13%, la mayor
    subida en un solo día desde 1998. Además, las
    grandes petroleras cerraron con ganancias cercanas al 4% como
    media. La especulación desató las críticas
    del secretario general de la OPEP, Alí
    Rodríguez, que criticó a quienes 'hacen fiesta
    hasta en las peores tragedias'. En todo caso, el cartel
    garantizó el suministro de crudo, y las petroleras
    españolas descartaron subidas en las gasolinas.
    El precio del barril brent -el
    petróleo que proviene del Mar del Norte- se
    disparó en el mercado de
    Londres tan solo unos minutos después de conocerse que el
    primer avión se estrellaba contra las Torres Gemelas. A
    las cuatro de la tarde, hora española, y en tan solo unos
    minutos, el precio del barril brent subía 3,55
    dólares, hasta los 31 dólares el barril, el mayor
    aumento de precio que se produce en un solo día desde
    1998. Londres es el mercado petrolífero de referencia en
    Europa. El New York Mercantile Exchange, el mayor mercado de
    energía del mundo, cerró poco después de las
    explosiones y no hubo cotización. El mercado está
    cerca de las Torres Gemelas, donde se produjo el primer
    atentado.
    Las mayores petroleras del mundo también subían,
    casi sin excepción, entre un 2% y un 6%, lo que
    contrastaba con el compartamiento de las propias Bolsas y el
    resto de las empresas, que en su mayoría sufrían
    tremendas pérdidas. En la Bolsa de Madrid, Repsol YPF era
    el valor que
    más ganaba en el día, un 4,5% al cierre, hasta los
    18,44 euros. Cepsa, por su parte, aumentaba un 2,54%, hasta los
    11,70 euros. Y en Londres, BP Plc., la
    tercera petrolera más grande del mundo, se llevaba el
    premio gordo. Su cotización aumentó un 6,20%, a
    5,96 libras. Royal Dutch Petroleum Co., propietaria del 60% de la
    segunda compañía del mundo (Royal Dutch Shell),
    ganó en la Bolsa de Amsterdam un 2,92%, hasta los 61,30
    euros. En París, TotalFinaElf aumentaba un 2,75%, hasta
    los 159, 60 euros. La única petrolera que cayó fue
    la italiana ENI, que perdió un 0,28%, hasta los 14,26
    euros. Las compañías estadounidenses Exxon Mobil,
    Texaco y Chevron no llegaron a cotizar.
    Los analistas coincidían ayer en que es muy probable que
    los precios del
    crudo sigan aumentado mientras dure la incertidumbre
    internacional que ha creado este atentado. 'El factor miedo es
    inmenso', afirmó a Bloomberg Shelley Mansfield, analista
    especializada en energía de la ADM Investor Services
    International.
    Llueve sobre mojado
    Además, llueve sobre mojado.
    El precio del barril brent llevaba subiendo prácticamente
    sin interrupción desde principios de
    septiembre, debido sobre todo a la crisis de
    Oriente Medio, según explican en Analistas Financieros
    Internacionales (AFI). Desde el 1 de septiembre, el precio del
    barril ha aumentado un 16%. En todo caso, el precio llevaba un
    tiempo estabilizado. El año pasado por estas fechas, el
    brent cotizaba a 33 dólares, así que aún
    mantiene precios no muy elevados.
    Tan pronto se disparaba el precio, el director general de la
    OPEP, Alí Rodríguez, criticaba a los especuladores
    que 'hacen fiesta en las peores tragedias', y garantizaba el
    aprovisionamiento de crudo y la intención del cartel por
    mantener la estabilidad de los precios. Sin embargo, la
    Asociación Española de Operadores de Productos
    Petrolíferos (AOP), la
    organización que agrupa a las petroleras
    españolas, afirmaba ayer que es probable que el precio del
    crudo siga subiendo. El director general de la AOP, Álvaro
    Mazarrasa, aseguró que España,
    como todo los países desarrollados, puede sufrir el
    encarecimiento del petróleo.
    Las principales compañías españolas, Cepsa y
    Repsol YPF, garantizaron, en todo caso, que mantendrán los
    precios de las gasolinas, a pesar de la fuerte subida de ayer. La
    última gran subida del brent en un solo día se
    produjo el 23 de marzo de 1998, cuando el crudo se disparó
    un 13,77% después de que nueve de los 11 miembros de la
    OPEP se comprometieran a bajar su producción en más de un
    millón de barriles al día.

    9. Al borde de la
    recesión

    Tras los atentados, un escenario
    probable es que las economías europeas reduzcan aún
    más su ya modesto crecimiento y que los mercados
    bursátiles se debiliten todavía más, sobre
    todo los de países que dependen en mayor grado de las
    exportaciones,
    como Alemania.
    Norbert Walter, economista jefe del Deutsche Bank, pronosticaba
    que los atentados en EEUU perjudicarán al consumo y
    acelerarán el camino hacia la recesión en ese
    país en el tercer trimestre de este año. A su
    juicio, el dólar puede dejar de ser la moneda refugio que
    ha demostrado ser durante décadas, al comprobarse que EEUU
    es vulnerable al terrorismo, y
    los inversores buscarán otras divisas, como el franco
    suizo. En una primera reacción, el euro ganaba el
    día 11 de septiembre casi un 2 por ciento frente al
    dólar, pero la mañana siguiente cedía parte
    de estas ganancias para situarse hacia el mediodía en
    Europa en los 0,9047 dólares. Los economistas buscan en
    vano precedentes que ayuden a evaluar el impacto potencial en la
    economía de una crisis como ésta. El acontecimiento
    más reciente comparable es la Guerra del Golfo que
    provocó la recesión de 1990-91. Pero algunos
    analistas consideran que esta crisis tendrá efectos
    más devastadores en los EE UU, ya que la pérdida de
    la confianza se ve agravada por las víctimas humanas
    registradas en territorio norteamericano, lo que no tiene
    precedentes.
    Además, la economía parece más frágil
    en estos momento, ya que las inversiones de
    las empresas y las exportaciones
    están cayendo, el desempleo crece y
    las bolsas se desploman. En este panorama, el impacto de la
    tragedia en la confianza podría minar seriamente el gasto
    en bienes de
    consumo, que
    era el último baluarte de la coyuntura
    económica.

    10. EE UU queda
    paralizado y en máxima alerta militar tras los
    atentados

    Portaaviones de la Flota del Atlántico fueron
    enviados ayer a Washington y Nueva York para dar cobertura
    aérea a los efectivos movilizados en tierra para
    proteger los dos principales centros político y financiero
    del mundo. Las fuerzas armadas fueron colocadas en estado de
    máxima alerta en todo el país al tiempo que se
    reforzaba la seguridad en laboratorios nucleares y los que
    trabajan con guerra química y
    bacteriológica. Las fronteras con Canadá y
    México, cerraron temporalmente. Una vez reforzada la
    vigilancia en los puntos fronterizos, EE UU reabrió sus
    confines.
    Psicosis de guerra nuclear
    La policía
    suspendió los permisos en todo el país, en algunos
    casos, como la ciudad de Los Ángeles, movilizando unidades
    antiterroristas. Hasta nueva orden, quedaron cancelados todos los
    encuentros deportivos y se procedió a evacuar todos los
    puntos turísticos que ya habían abierto a esas
    horas, como Disney World en Florida o el Arco de St. Louis.
    Centros comerciales y universidades, cualquier lugar de
    concentración masiva, fueron cerrados a los largo y ancho
    del país, que se colocó de inmediato en estado
    psicológico de guerra.

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú
    superior 

     La alarma fue casi automática en todo
    Estados Unidos. En el John Hancok, uno de las torres más
    emblemáticas de Chicago, quienes acudían a trabajar
    a las 9 de la mañana, una hora después del ataque a
    las Torres Gemelas, ya no pudieron entrar en el edificio y
    sólo pudieron ver cómo eran evacuados con urgencia
    los que habían entrado antes, mientras por los altavoces
    se anunciaba que era por orden del Departamento de Estado y el
    Pentágono. Todos los edificios representativos en todo el
    país fueron clausurados. Millones de personas fueron
    evacuadas en todo el país y enviadas a casa. A media
    manaña, el centro de Chicago, la tercera ciudad de Estados
    Unidos, estaba desierto. Inconcebible pandemonium. El país
    adoptó las medidas previstas para caso de ataque
    nuclear.
    En las casas, todas las televisiones estaban puestas buscando
    noticias Las comunicaciones
    telefónicas quedaron cortadas o saturadas con el noreste
    de Estados Unidos y era imposible comunicar con teléfonos
    móviles. Entre las informaciones sobre lo que se iba
    sabiendo, las televisiones transmitieron mensajes de las
    autoridades civiles locales en las que se pedía a los
    ciudadanos que mantuvieran la calma y se quedaran en sus casas.
    Todos los medios de
    transporte de
    larga distancia por tierra, mar y
    aire fueron
    suspendidos. Puentes y túneles fueron colocados bajo
    custodia. El país quedó físicamente
    paralizado. El correo
    electrónico, medio de comunicación entre particulares. Mientras
    los medios
    informativos norteamericanos en Internet sufrían
    bloqueos por acumulación de visitas, Internet suplió el
    colapso de una red telefónica
    saturada. El correo
    electrónico y la mensajería instantánea
    fueron en muchos momentos la principal ventana estable para
    comunicarse con familiares o amigos de Nueva York y Washington.
    Internet aguantó. Empresas radicadas en las torres gemelas
    colocaron en su web
    información. El hotel Marriott comunicó en la
    web el
    desalojo de sus 800 habitaciones. La
    organización Internethealthreport, que controla
    el estado de
    la red minuto a
    minuto, sólo detectó problemas
    críticos en nodos de Nueva York y Filadelfia. Eso
    sí, las ediciones digitales de los principales medios de
    información norteamericanos estaban saturadas de visitas y
    renovaban tardíamente los datos.

    11. Una investigación secreta detectó graves
    fallos en los aeropuertos en 1999

    Parecen más gigantescas estaciones de autobuses
    que aeropuertos destinados a vuelos interiores en un país
    como Estados Unidos, donde la utilización del transporte
    aéreo es masivo. La Agencia Federal de Aviación
    (FAA), organismo controlador, denunció en un informe de 1999
    que agentes federales fueron capaces de colarse 46 veces en zonas
    restringidas de cuatro aeropuertos y alcanzar la pista. En otras
    51 oportunidades llegaron a embarcar sin problemas. Otro informe,
    realizado el año pasado, señaló que estos
    empleados de seguridad aeroportuaria dejaron pasar una de cada
    cuatro armas.
    Una vez facturado el equipaje, el viajero y sus
    acompañantes pasaban por un detector de metales y una caja
    de rayos X;
    después quedaban en libertad para
    moverse por el recinto aeroportuario. Los encargados de realizar
    ese primer y único control, subcontratados a terceros por
    las compañías aéreas que dominan las
    diversas terminales, son personas sin especial
    cualificación ni incentivos
    profesionales, con un salario promedio
    de 6,25 dólares a la hora (unas 1.200 pesetas), por debajo
    de lo que recibe un estudiante en un establecimiento de
    hamburguesas.
    Un informe del año 2000 revelaba que ese personal se
    renueva por completo más de una vez al año en casi
    todo los aeropuertos del país y que en cinco grandes,
    incluidos el de Boston y los de Atlanta y Chicago, la
    renovación de la plantilla es completa más de dos
    veces al año.
    Un responsable del National Transportation Safety Board,
    organismo encargado de seguridad en el transporte, comentó
    al diario The New York Times: "El hecho de que pudieran hacerse
    con el control de cuatro aviones en tan corto espacio de tiempo
    lo dice todo. Cuando pagas un salario
    mínimo, tienes gente de salario mínimo". Los
    actuales detectores de metales no pueden descubrir cuchillos de
    plástico
    duro, que después pueden ser utilizados como armas, y los
    patrones de seguridad vigentes permiten introducir en los aviones
    navajas con una hoja no superior a los siete centímetros
    de longitud. Barbara Olson, la comentarista política y antigua
    fiscal que
    pudo hablar con su marido antes de que su avión fuera
    estrellado, dijo que los secuestradores llevaban algo que
    parecían navajas. Una vez producida una situación
    crítica, el piloto debe cooperar con los secuestradores.
    Como decía uno a The Wall Street Journal: "No estamos
    preparados para hacer frente a este tipo de actividad terrorista.
    Se nos prepara para tratar con gente desequilibrada o que quiere
    ir a algún lado… No con secuestradores suicidas".
    Los deficientes controles de seguridad son aún menos
    exigentes en los vuelos nacionales, como los cuatro secuestrados
    el martes. El aeropuerto de Logan (Boston) tuvo 137 violaciones
    de las medidas de seguridad entre 1997 y 1999, y el mes pasado la
    FAA impuso 99.000 dólares en multas a American Airlines
    por la ligereza de sus controles en seis de sus vuelos, uno de
    ellos originado en Logan. Los responsables de las
    compañías mantienen que controlar rigurosamente
    10.000 vuelos diarios es tarea imposible, que de ser realizada
    con celo extremo produciría insoportables retrasos en los
    vuelos. A partir de los atentados del martes, no obstante, ya
    entraron en vigor medidas especiales de seguridad, entre ellas la
    eliminación de la facturación que se venía
    realizando fuera de las terminales; la restricción
    absoluta del acceso a las zonas de seguridad, el incremento de
    policías; los controles de identidad y la
    venta o el uso de
    navajas, de metal o de plástico,
    en la mayor parte de las áreas del recinto del aeropuerto.
    Los aviones serán sometidos también a registros antes
    de cada vuelo.

    12. Reaccion del Presidente Bush ante los
    Ataques

    El Presidente Bush le hablo al pueblo Estadounidense,
    después de que ocurrieron los Atentados. A
    continuación se detallan sus palabras:

    WASHINGTON.- "Hoy, nuestros conciudadanos, nuestra forma
    de vida, nuestra libertad,
    fueron atacados en una serie de fatales actos terroristas
    deliberados. Las víctimas estaban en aviones o en sus
    oficinas. Secretarias, hombres y mujeres de negocios,
    militares y empleados públicos. Madres y padres. Amigos y
    vecinos.
    "Miles de vidas fueron cercenadas de repente por actos de terror
    perversos e infames.

    "Las imágenes
    de aviones colisionando con edificios, incendios,
    grandes estructuras
    colapsando, nos han llenado de incredulidad, una terrible
    tristeza y un calmado, implacable enojo. "Estos actos de
    asesinato masivo buscan amedrentar a nuestra nación
    y sumirla en el caos y el repliegue. Pero han fallado. Nuestro
    país es fuerte. Gente valiosa se ha movilizado para
    defender a una nación valiosa. "Los ataques terroristas
    pueden sacudir los cimientos de nuestros mayores edificios, pero
    no pueden tocar los cimientos de Estados Unidos. Estos actos
    desintegran el acero, pero no
    pueden dentar el acero de la
    determinación estadounidense.

    "Estados Unidos fue elegido para el ataque porque es el
    faro mas brillante de la libertad y las oportunidades en el
    mundo. Y nadie podrá ensombrecer esa luz. "Hoy,
    nuestra nación vio la maldad, lo peor de la naturaleza
    humana, y respondimos con lo mejor de Estados Unidos, con la
    audacia de nuestros equipos de rescate, con la solidaridad de
    los desconocidos y los vecinos que fueron a donar sangre y ayudaron
    en todas las formas posibles.

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    "Inmediatamente después del primer ataque,
    implementé los planes de emergencia de nuestro gobierno.
    Nuestro ejército es poderoso y esta preparado. Nuestros
    equipos de emergencia estan trabajando en Nueva York y en
    Washington para colaborar con los esfuerzos locales de
    rescate.

    "Nuestra prioridad es ayudar a quienes fueron heridos y
    tomar todas las precauciones para proteger a nuestros ciudadanos
    en casa y en el mundo, de ataques futuros. "Las funciones de
    nuestro gobierno continúan ininterrumpidamente. Las
    agencias federales en Washington, que hoy han tenido que ser
    evacuadas, se están reabriendo esta noche con el personal
    esencial y reanudarán sus operaciones mañana.
    "Nuestras instituciones
    financieras permanecen fuertes, y la economía americana
    también estará funcionando mañana. "La
    búsqueda de quienes están detras de estos actos
    perversos está en marcha. He orientado todos los recursos de
    Inteligencia y
    del cumplimiento de la ley para
    encontrar a los responsables y juzgarlos. No haremos distinciones
    entre los terroristas que cometieron estos actos y aquellos que
    los cobijan.

    "Agradezco mucho a los miembros del Congreso que me han
    acompañado en condenar fuertemente estos ataques. Y en
    nombre del pueblo americano, agradezco a los numerosos lmderes
    mundiales que han llamado para ofrecer sus condolencias y
    asistencia.

    "Los Estados Unidos y sus amigos y aliados se unen a
    todos aquellos que desean la paz y la seguridad en el mundo para
    juntos ganar la guerra contra el terrorismo.

    "Esta noche, les pido que recen por todos aquellos que
    sufren, por los niños
    cuyos mundos fueron cercenados, por todos aquellos cuya seguridad
    ha sido amenazada. Y rezo para que sean reconfortados por un
    poder superior que ha hablado a través de los tiempos en
    el Salmo 23: "Aunque cruce por oscuras quebradas no temeré
    ningún mal porque tú estas conmigo". "Este es un
    día en que los estadounidenses de todas las profesiones y
    condiciones sociales se unen por la justicia y la
    paz. Estados Unidos ha doblegado enemigos antes, y lo mismo hara
    ahora. "Ninguno de nosotros olvidara jamas este día, sin
    embargo continuaremos en la defensa de la libertad y de todo lo
    que es bueno y que es justo en el mundo.

    "Gracias, y Dios bendiga a Estados Unidos".

    b.
    Terrorismo

    Desde el 11 de septiembre del 2001 el mundo ya no es
    igual. Casi todos estamos de acuerdo en que habrá un antes
    y un después de esa fecha de trágicos
    acontecimientos para Estados Unidos. Radio Nederland,
    que ha seguido día a día los hechos, quiere con
    este dossier compilar toda la información escrita y sonora
    que está diseminada por nuestras páginas de
    Internet y facilitar a los lectores de InformaRN su
    búsqueda rápida. Lo resumido aquí, parte de
    las primeras noticias publicadas sobre los atentados en Nueva
    York y Washington y las reacciones en todo el mundo. Con el paso
    de los días, la información dio lugar
    después a los análisis de especialistas en materia de
    antiterrorismo defensa y seguridad, que también destacamos
    como completo de la información diaria. Hemos seguido con
    interés
    el impacto psicológico de la tragedia, así como las
    consecuencias económicas y sociales para el conjunto de la
    comunidad
    mundial. Recogemos las reacciones de políticos y las
    controvertidas opiniones de personalidades de todas las esferas.
    Pero los informes
    compilados en estas páginas son, sobre todo, despachos de
    nuestros corresponsales en todo el mundo, comentarios de los
    redactores y especialistas de RN y análisis de colaboradores de esta radio que ocupan
    cargos en organizaciones NO
    gubernamentales de lucha por la paz y el respeto a los
    derechos
    humanos.

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    opción "Descargar" del menú superior

    1. ¿Qué sabía
    Bush?

    Altos miembros del Congreso estadounidense exigen una
    investigación acerca de las advertencias
    que el Presidente, George Bush habría recibido antes de
    que se perpetraran los atentados terroristas del 11 de septiembre
    con respecto a los planes para secuestrar aviones.  La Casa
    Blanca desmiente categóricamente haber tenido en sus manos
    información que hubiera podido evitar los atentados. El
    pasado verano boreal, los servicios de inteligencia
    norteamericanos recibieron mayor información que la
    acostumbrada; en la misma se alertaba ante la posibilidad de que
    la organización de Osama bin Laden, Al Qaeda, llevara a
    cabo secuestros aéreos y otro tipo de ataques. A comienzos
    de agosto, el presidente Bush fue puesto al tanto por la Agencia
    Central de Inteligencia. Sin embargo, de acuerdo a lo declarado
    por el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, esa
    información hablaba solamente sobre piratería aérea en el sentido
    tradicional y  no se hacía mención a
    eventuales  agresores suicidas que planeaban utilizar los
    aviones como misiles. Debido a que los secuestros aéreos
    del 11 septiembre transcurrieron de una manera totalmente
    diferente a la información que fue facilitada al
    presidente Bush, nadie del gobierno pensó en informar al
    Congreso o al público sobre las advertencias previas,
    según Fleischer. Al mismo tiempo añade que esas
    señales fueron irrelevantes. Todo parece indicar que
    Fleischer quiere ahogar las críticas que surgen ocho meses
    después de los atentados, y quitar importancia al
    contenido de esas advertencias.  El líder
    de la minoría en la Cámara de Representantes, el
    demócrata Dick Gephardt, demandó una
    investigación al igual que el líder
    de la mayoría demócrata en el Senado, Tom Daschle.
    El descontento de los republicanos
    Si bien es la oposición la que aviva esta imprevista
    conflagración política, los republicanos
    también están preocupados ante los posibles fallos
    de los servicios de inteligencia. El Senador republicano, Richard
    Shelby, vicepresidente del Comité de Inteligencia, hace
    referencia no sólo a la información suministrada al
    presidente Bush cinco semanas antes de los atentados del 11 de
    septiembre. Un agente del FBI de Arizona compartió sus
    sospechas con el Cuartel General en Washington sobre los posibles
    vínculos de hombres procedentes de Oriente Medio, 
    que tomaban clases en las escuelas estadounidenses de pilotaje.
    Un agente, implicado en los interrogatorios al secuestrador
    número 20, Zacarias Moussaoui que fue detenido antes del
    11 de septiembre, dejó constancia de que Moussaoui
    podría haber tomado lecciones para pilotar aviones con el
    objetivo de
    estrellar un avión contra las torres gemelas del World
    Trade Center. "11 de Septiembre-gate" ¿Quién
    conocía lo que iba a ocurrir y cuándo? Esas
    preguntas dominarán la escena política
    norteamericana en los próximos días. Para
    contrarrestar los efectos negativos, la Casa Blanca se
    apresuró a enviar a su asesora en temas de Seguridad
    Nacional, Condoleezza Rice con  la esperanza que,
    después de ocho meses de silencio, los detalles que ella
    pueda aportar sobre las advertencias recibidas antes del 11 de
    septiembre demuestren que la
    administración Bush no cometió un grave error.
    De todas formas, los periodistas continúan indagando y los
    miembros del Congreso exigiendo tener más datos. Si esa
    tendencia persiste, sólo será cuestión de
    tiempo para que alguien describa esta situación como el
    "11 de Septiembre-gate" parafraseando aquel otrora famoso
    escándalo del "Watergate".  

    2. El dilema de la información
    reservada

    La ciudad de Nueva York está irritada con el
    gobierno en Washington. Hace unos meses, las autoridades de la
    capital estadounidense no advirtieron a los neoyorquinos sobre un
    posible atentado atómico contra la ciudad. Ahora, el
    alcalde, el jefe de policía y el gobernador de Nueva York
    sostienen que sí debieron ser informados.

    El presidente estadounidense, George Bush,
    reconoció hace poco que se sintió desprotegido
    sólo en una oportunidad, después de los atentados
    del 11 de septiembre, mientras lanzaba la primera pelota en un
    partido de baseball, a fines de octubre pasado en Nueva York. En
    aquel momento los servicios de inteligencia habían
    recibido información de que una bomba atómica de 10
    kilotones habría sido introducida en secreto en la ciudad,
    o que iba a ser trasladada en breve. Esta información
    nunca fue entregada a las autoridades de Nueva York. Rudolph
    Giuliani, que en aquel entonces era alcalde de Nueva York,
    así como el actual alcalde, Michael Bloomberg, han
    manifestado su sorpresa y desagrado por este hecho.

    Por su parte, el gobernador del Estado y el ex jefe de
    la policía, así como la senadora por Nueva York,
    Hillary Clinton, calificaron de inaceptable el hecho de que la
    ciudad no fuese alertada. Las autoridades locales opinan que en
    el futuro deben ser convenientemente informadas, para decidir las
    medidas a tomar para la mejor protección de sus
    conciudadanos. Pero Washington asegura que hizo bien, evitando
    dar la alarma local, que hubiera desatado el pánico en la
    ciudad. La noticia de este probable ataque nuclear, con una bomba
    que según las contradictorias versiones de los analistas
    pudo haber desaparecido en Rusia, fue dada a conocer esta semana
    por el semanario "Time". Los servicios de inteligencia reconocen
    que existió la advertencia del posible ataque, pero que
    dudaban de la fuente informativa. Esa fue la razón por la
    que no avisaron a las autoridades locales. Visto desde el
    presente, todo se redujo a una falsa alarma y los servicios de
    inteligencia actuaron bien, pero el mensaje de las autoridades
    neoyorkinas es claro: "No importa, nosotros debimos ser
    informados". Se trata, sin duda, de un dilema difícil de
    resolver para las autoridades de todo el mundo: ¿En
    qué momento se da la voz de alarma? Si se hubiese dado a
    conocer que una bomba atómica de 10 kilotones
    estallaría en Nueva York, con un saldo posible de 100.000
    muertos y 700.000 heridos, se habría desatado un
    pánico incontrolable en esa metrópolis.
    Además, en caso que las autoridades locales hubieran
    conseguido mantener en secreto la información:
    ¿qué medidas podrían haberse tomado mientras
    se esperaba el terrible golpe?.

    3. Desconfianza musulmana hacia EE.UU.

    Son muchos los musulmanes que no creen que los
    árabes son responsables de los ataques terroristas del 11
    de septiembre en Nueva York y Washington. Un sondeo efectuado por
    la empresa
    norteamericana Gallup en nueve países musulmanes, revela
    que la mayoría de la población en dichos países tiene una
    imagen negativa de Estados Unidos. La encuesta
    confirma la existencia de un profundo abismo entre Estados Unidos
    y el mundo musulmán.  

    Inmediatamente después de los atentados del 11 de
    septiembre, circuló en el mundo musulmán el rumor
    de que ese día se recomendó a miles de
    judíos que trabajaban en el World Trade Center que no
    acudieran a su trabajo. Incluso en círculos de
    intelectuales árabes, son muchos quienes están
    convencidos de que el servicio
    secreto israelí,
    Mossad, perpetró los atentados, con o sin la ayuda del
    servicio
    secreto norteamericano, CIA. El resultado de los sondeos
    demuestra cuán negativa es la imagen de Estados Unidos en
    el mundo musulmán. Para la encuesta se
    consultó a casi 10.000 personas en Pakistán,
    Irán, Indonesia, Turquía, Líbano, Marruecos,
    Kuwait, Jordania y Arabia Saudita. Un promedio del 22 por ciento
    de los entrevistados en esos países tenía una
    impresión positiva de Estados Unidos. En el Líbano
    y Turquía, este último aliado de la OTAN, este
    porcentaje fue el más alto: un 40 por ciento. En
    Pakistán se encontró la cifra más baja: un 5
    por ciento. Incluso en Irán, país que fue declarado
    enemigo por el presidente norteamericano, George Bush, un 14 por
    ciento de la población contempla con mirada positiva a
    Estados Unidos, cifra que supera actualmente a la registrada en
    Pakistán, supuestamente el nuevo aliado de Washington en
    la lucha contra el terrorismo. Los calificativos adversos a
    Estados Unidos varían entre despiadado, agresivo,
    soberbio, arrogante, predispuesto y fácil de provocar. Tan
    sólo un 18 por ciento de los entrevistados cree que fueron
    terroristas árabes quienes estrellaron los aviones
    secuestrados en las Torres Gemelas y en el Pentágono. Un
    61 por ciento está convencido de que el atentado no fue
    obra de árabes. Es evidente que las noticias y los
    comentarios sobre los atentados en Estados Unidos difieren
    profundamente de los métodos de
    información corrientes en países musulmanes. Sin
    duda alguna, esta diferencia no se limita a una mera discrepancia
    en la interpretación o a una falta de información.
    Todo indica que existe una profunda brecha cultural  entre
    Estados Unidos y el mundo árabe e
    islámico.

    Los norteamericanos han reaccionado alarmados e
    indignados ante resultado del sondeo. Se muestran sobre todo
    decepcionados con Kuwait, país que hace 10 años fue
    liberado de la ocupación iraquí por una
    coalición dirigida por Estados Unidos. De la encuesta se
    desprende además que más de  una tercera parte
    de la población opina que los atentados del 11 de
    septiembre fueron justificados.

    4. Desastre aéreo en Nueva York

    La caída de un avión Airbus-300 de
    American Airlines en el barrio de Queens de Nueva York no parece
    haber sido originada por un acto terrorista, según han
    comunicado las autoridades norteamericanas.  Al
    parecer,  fue causado por  un fallo  en uno de los
    motores que se
    desprendió pocos segundos antes del siniestro.  Los
    251 pasajeros y 9 miembros de la tripulación perdieron la
    vida en el accidente. El   Airbus se
    estrelló  en un barrio residencial cuando acababa de
    despegar del aeropuerto Kennedy. El vuelo 587 se dirigía a
    la República Dominicana.

    Entre tanto, ya han sido rescatados los cadáveres
    de todos los ocupantes del aparato de al menos 14 personas que
    murieron en tierra. Este es el primer accidente de
    aviación que ocurre en Estados Unidos después de
    los atentados del 11 de septiembre. Un portavoz del
    Pentágono explicó, por su parte, que no se
    percibió ningún problema dentro del avión
    antes del accidente del Airbus. Las autoridades norteamericanas
    investigan ahora las verdaderas causas del siniestro. Los tres
    grandes aeropuertos de la zona de Nueva York (Laguardia, Kennedy
    y Newark) fueron cerrados inmediatamente después del
    accidente, pero continúa con normalidad el tráfico
    aéreo en el resto del país. Los aeropuertos Dulles
    International y National Reagan, en el área de Washington,
    continuaban hoy sus operaciones después del accidente del
    avión de American Airlines. Portavoces de ambas terminales
    aéreas, ubicadas en Virginia al sur y el oeste de la
    capital estadounidense, indicaron que las operaciones de los
    aeropuertos se mantenían con regularidad.

    El aeropuerto Dulles fue el punto de partida de un
    avión de la aerolínea United que el 11 de
    septiembre fue secuestrado por terroristas y se estrelló
    en el edificio del Pentágono. El aeropuerto National
    Reagan fue clausurado inmediatamente después de los
    ataques terroristas del 11 de septiembre en Nueva York,
    Washington y Pensilvania y permaneció cerrado por tres
    semanas.

    La reapertura de operaciones en National Reagan se
    produjo después de modificarse la ruta de llegada y
    partida de los aviones que transcurren a pocos kilómetros
    de las sedes centrales de instituciones como el Congreso, la Casa
    Blanca, el Pentágono, la Agencia Central de Inteligencia
    (CIA) y todos los ministerios del gobierno federal.

    5. Berlusconi: Occidente es superior

    Durante una conversación con periodistas, el
    primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, manifestó que
    considera que la civilización occidental es superior a la
    islámica. Sus burdas palabras contrastan radicalmente con
    la prudencia con la que los demás líderes
    occidentales se refieren al Islam. Las
    declaraciones de Berlusconi fueron criticadas duramente en
    Italia. 

    En términos morales, el mundo occidental es
    superior al del Islam y, a la
    larga, lo vencerá. Este es, en resumen, el contenido de
    las declaraciones hechas por el primer ministro italiano, Silvio
    Berlusconi, durante su visita oficial a la capital alemana,
    Berlín. Berlusconi hizo sus comentarios durante una
    conversación con periodistas, poco antes de una conferencia de
    prensa
    conjunta con el canciller alemán, Gerhard Schröder.
    Literalmente, Berlusconi dijo: "tenemos que ser conscientes de la
    superioridad de nuestra civilización, un sistema que ha
    garantizado el bienestar, el respeto de los derechos humanos
    y, a diferencia de los países islámicos, el respeto
    de los derechos
    religiosos y políticos. La civilización occidental
    es superior, añadió Silvio Berlusconi, porque su
    valor
    más importante es la libertad , y esto no es el caso de la
    cultura
    islámica. El jefe del Gobierno italiano pronosticó
    que Occidente continuará conquistando pueblos, incluso si
    ello significa un enfrentamiento con otra civilización,
    como por ejemplo la islámica, que se ha quedado estancada
    hace mil 400 años. Las palabras de Berlusconi, un
    empresario y magnate de los medios de
    comunicación, contrastan radicalmente con los
    prudentes comentarios de los demás líderes
    occidentales, quienes han intentado por todos los medios no
    disgustar a los países islámicos, diferenciando
    claramente entre sus críticas a los líderes
    Talibán y el terrorismo islámico, así como
    con sus esfuerzos de mantener el diálogo
    con los líderes islámicos que, al igual que ellos
    mismos, condenan el terrorismo.

    La oposición izquierdista de Italia acusa a
    Berlusconi de ‘conducta
    irresponsable'. Algunos críticos temen que sus
    declaraciones deterioren aún más las delicadas
    relaciones entre la mayoría católica italiana y los
    quinientos mil musulmanes que residen en el país
    mediterráneo. El líder opositor, Francesco Rutelli,
    advirtió que comentarios de esta índole pueden
    motivar a los terroristas a nuevas acciones y a reclutar
    más seguidores.

    En otro comentario que realizó sobre los ataques
    en Nueva York y Washington, Silvio Berlusconi dijo que
    existía una rara coincidencia entre esa acción y el
    movimiento
    antiglobalización que ha salido a la luz hace un
    año. Activistas contra la
    globalización han protestado airadamente por
    considerar que, deliberadamente, Berlusconi mezcla las
    cosas.

    En una tercera posición crítica contra el
    primer ministro italiano, se le pregunta que, si realmente quiere
    estar a la vanguardia de
    la lucha antiterrorista, tal como él mismo lo asegura,
    ¿por qué trata de restringir las investigaciones
    sobre las dudosas transacciones financieras internacionales?
    ¿Podría ser, acaso, porque el propio Berlusconi es
    sospechoso de turbias operaciones financieras?

    En los últimos tiempos, el ministro italiano de
    Relaciones Exteriores, Renato Ruggieron, y su equipo
    diplomático, ejercen presión
    para aumentar el peso político de Italia en asuntos
    internacionales. A este respecto, el señor Berlusconi, no
    les ha sido de gran ayuda.

    Nada de qué alegrarse

    Sucede como con los niños y
    con los borrachos, cuanto más grave es el drama, la gente
    tiene mayor tendencia a decir lo que realmente piensa. Qué
    aleccionador resulta poner algunos ejemplos en relación
    con los atentados del pasado 11 de septiembre en Nueva York y
    Washington.

    Comencemos por las
    autoridades
    Primero fue el ministro del
    Interior de Italia quien vio en los atentados una
    continuación de las protestas de Génova. Como si
    los jóvenes del Primer Mundo, en su inmensa mayoría
    pacíficos, estuviesen de alguna forma confabulados con los
    terroristas suicidas. Esta pretensión mafiosa de intentar,
    sin base de ninguna naturaleza,
    igualar a los adversarios sólo puede esperarse de
    políticos viciados que tanto desprestigio le acarrean hoy
    por hoy a la política en su conjunto.

    Pocos días después, fue el propio jefe del
    Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, quien, con su aire
    socarrón y "sobrador" llegaría a decir que la
    civilización occidental es "superior al Islam". Mientras
    los estadistas, los políticos, los especialistas y los
    medios de
    comunicación intentan denodadamente alejar cualquier
    atisbo de confrontación entre civilizaciones; mientras se
    desea, por suerte, alejar la posibilidad de iniciar una guerra en
    contra de mil millones de creyentes, y mientras se llama a la
    cordura para aislar a los terroristas, el Sr. Berlusconi dice lo
    que siente: que él y los suyos son superiores a los otros.
    ¿Por qué tengo la sensación de que he
    escuchado esto antes, y de que me horroriza? ¿Por
    qué creo que expresiones de esta índole
    están ligadas a una de las épocas más
    oscuras de la historia? George Robertson, Secretario General de
    la OTAN, no se ha quedado atrás. El Sr. Robertson
    considera que "no es necesario que un aliado atacado presente
    pruebas" del
    culpable, ya que es evidente que se trata de un ataque exterior.
    El sofisma es perfecto. Es decir, la verdad aparente es
    fácil de digerir. Nadie duda que el ataque vino del
    exterior; ése no es el problema. La pregunta fundamental
    es quiénes son los responsables y quiénes sus
    cómplices. Y para establecerlo, en cualquier sistema
    jurídico responsable, nacional o internacional, se
    necesitan pruebas. Lo
    demás es arbitrariedad pura, mero gesto solidario con
    valor moral, pero
    carente de toda significación jurídica.

    Los detractores tampoco se han quedado atrás. Es
    cierto que los atentados son un síntoma y no la
    enfermedad. También es cierto que la barbarie ha formado
    parte del quehacer del Gobierno de los Estados Unidos durante
    mucho tiempo y en tantas partes del mundo. Pero no es justo ni
    legítimo que numerosos analistas y políticos
    interesados pretendan transformar a las víctimas en meros
    objetivos militares; que pretendan otorgarle cierto grado de
    legitimidad a los atentados, como si los asesinos fuesen
    combatientes de nuevo cuño por la libertad y la justicia. Nada
    justifica al terrorismo. Nada justifica una sola muerte
    innecesaria. Intentar sacar réditos políticos a
    costa de los que perecieron el 11 de septiembre es deleznable. No
    puede ser que los muertos nuestros sean mártires y los
    otros no.

    Un parlamentario latinoamericano se atrevió a
    decir que el tema no debería discutirse en el Congreso de
    su país por tratarse de un caso ajeno. Como si los aviones
    transformados en misiles no fuesen un  agravio a la
    humanidad. No inmiscuirse en esta materia es
    ceguera política e intelectual. Ese día fue
    histórico, porque ya nada será igual después
    de él, y por eso nos atañe a todos. América
    Latina debería, desde su modesta posición y como
    sujeto que observa desde cierta distancia, propiciar que la justa
    respuesta no derive en caza de brujas; que la larga batalla en
    contra del terrorismo no cercene las libertades públicas,
    como ya está ocurriendo; que la histeria y la xenofobia no
    se apoderen de la gente, que paralelamente a las acciones
    policiales se propicie un real debate sobre
    los problemas de fondo, que no son otros que la pobreza, la
    injusticia y la exclusión; que nadie, ni menos un
    país, tenga el derecho de arrogarse la
    representación del mundo y que, por ello, se debe
    propiciar el fortalecimiento de los organismos
    internacionales.

    6. Conexión Oriente Medio

    Estados Unidos y el mundo entero  están de
    duelo después de los ataques terroristas contra Nueva York
    y Washington.  En la Unión
    Europea se guardaron 3 minutos de silencio al mediodía
    el viernes 14 de septiembre. Un gesto de solidaridad, muy
    necesario para el pueblo norteamericano. Pero, el presidente
    norteamericano y su gobierno no tienen mucho tiempo para
    conmemoraciones. Este ataque directo a la democracia
    estadounidense exige una respuesta rápida y
    firme.

    Los equipos de rescate continúan buscando por
    todos los medios sobrevivientes entre los escombros de las Torres
    Gemelas de Nueva York.  Con el transcurso del tiempo,
    irá quedando cada vez más clara la magnitud de
    estos ataques terroristas que se han cobrado un número
    incontable de víctimas.  Cada desgarrador testimonio
    no sólo hará aumentar el dolor y la
    compasión, sino también el clamor por venganza.
    Pero, cabe preguntarse ¿quién es el enemigo? desde
    el principio el dedo acusador señala a Osama bin Laden y
    su organización Al Qa'ida, que significa La
    Base.

    Los primeros resultados de la investigación
    policial parecen justificar esa sospecha, Osama bin Laden y sus
    cómplices son musulmanes fundamentalistas y los primeros
    sospechosos provienen de países árabes.

    Más allá del comprensible dolor y furia,
    existe ahora el peligro de que ‘EL ISLAM' o ‘LOS
    ÁRABES' sean acusados colectivamente de 
    simpatía con los autores de los atentados o incluso sean
    acusados de culpa indirecta por la catástrofe que
    afectó a Estados Unidos. Ya se han producido entretanto
    los primeros incidentes dirigidos contra norteamericanos de
    ascendencia árabe e instituciones  musulmanas en
    Estados Unidos. Con mucha razón el  presidente
    norteamericano George Bush ha exhortado a sus  compatriotas
    a no cometer ese grave error. Difamar a todo un grupo de la
    población o a una religión
    fortalecería la base para el crecimiento del islamismo
    fundamentalista. La primera tarea debe ser la búsqueda y
    captura y el enjuiciamiento de los culpables. Pero un éxito
    duradero de la lucha contra el terrorismo requiere algo
    más que medidas militares. La coalición
    internacional de democracias que el presidente  Bush quiere
    formar, sólo puede tener éxito
    si se hace algo contra el caldo de cultivo del terrorismo. No
    cabe la menor duda de que los sentimientos anti-occidentales y
    específicamente anti norteamericanos se encuentran muy
    extendidos en el mundo árabe e islamita. Esto tiene mucho
    que ver también con la opinión tan extendida en el
    mundo árabe de que Occidente mide a menudo con dos
    varas,  específicamente en el caso del conflicto en
    Oriente Medio entre Israel y sus vecinos palestinos y
    árabes. También está relacionado con el
    sentimiento de que las democracias occidentales operan de forma
    selectiva a la hora de combatir las dictaduras, si hay intereses
    económicos. Por ejemplo cuando peligra el libre acceso al
    petróleo. Aún así, los pueblos árabes
    e islamitas tiene la misma necesidad de vivir en democracia que
    nosotros en Occidente. En términos generales,  no se
    puede hablar de un rechazo total de Estados Unidos, más
    bien se trata de una relación amor y odio.
    Eso queda demostrado por la objeciones en contra y por los
    atractivos del modelo
    norteamericano. El sobresalto y honesto estupor que el ataque
    terrorista ha provocado en amplios círculos del mundo
    árabe e islamita, forma por consiguiente una base para el
    diálogo
    abierto y crítico sobre dichas objeciones, que existen
    desde hace tanto tiempo y que en parte son puras imaginaciones
    pero por la otra, son completamente legítimas. Esto puede
    ofrecer un punto de contacto a partir del cual se pueda combatir
    el terrorismo de manera conjunta, eliminando sus causas y sus
    caldos de cultivo y que no se limite únicamente a combatir
    militar y políticamente esos síntomas. De llegar a
    ser ésto último,  entonces nos veremos
    aún más cerca a lo que el politólogo
    estadounidense Samuel Huntington califica de "Guerra entre 
    Civilizaciones", es decir, una lucha inútil entre
    Occidente y el Resto del Mundo. Con la precaución que
    requieren las interpretaciones tempranas de las medidas del
    gobierno de Estados Unidos, en México se teme un cierre de
    fronteras más rígido que nunca.

    7. Un atentado contra la política y la
    democracia

    La cadena de atentados múltiples en EEUU va a
    imponer un cambio radical
    en la política global. Desde ahora en adelante las
    excepciones se volverán reglas: todos podemos ser
    víctimas, todos somos sospechosos. Consecuentemente
    habrá un amplio consenso social en favor de la
    represión preventiva, el control social, y las represalias
    dentro y fuera de la Ley.

    Estos ataques ponen de relieve varias
    cuestiones sobre el terrorismo. La política como actividad
    para cambiar la realidad ha perdido su función en
    las últimas décadas. Hacer política era
    convencer, planificar, gobernar e inclusive manipular y mentir en
    función
    de alcanzar objetivos económicos y establecer otros
    modelos de
    organización social. Había, por lo tanto, fines
    para los que se buscaba apoyo social. Se necesitaba contar con la
    gente. En las sociedades
    democráticas la política se ha convertido en
    marketing: los
    ciudadanos cuentan para votar pero los poderes públicos y
    los mismos partidos no quieren que actúen demasiado. En
    las sociedades con
    gobiernos y estructuras
    autoritarias la gente sirve para dar su adhesión
    incondicional o es una enemiga. En este marco, la política
    ha perdido peso a la vez que se ha vuelto más
    espectacular, una necesidad reforzada por la
    identificación entre política y medios de
    comunicación. Grandes podios, costosas
    campañas, potentes bombas. Para
    tener impacto no bastan los discursos, hay
    que actuar con decisión, especialmente contra los
    enemigos.

    Esta desmovilización social ha ido
    acompañada por el auge de liderazgos personales. El uso
    irregular de la violencia
    siempre tuvo una misión
    propagandística. Los manuales de
    guerrilla de los movimientos de liberación nacional de los
    años 60 en el Tercer Mundo reivindicaban el uso de la
    fuerza contra
    los enemigos con el fin de movilizar a las sociedades. El uso
    selectivo de la fuerza era, según la teoría,
    una herramienta educativa de las sociedades oprimidas.

    El terrorismo moderno no busca la movilización
    social organizada por determinadas causas, ni quiere ganar los
    corazones y las mentes de los posibles aliados. Consecuentemente
    no hay confrontación entre proyectos
    sociales. Se trata de golpear espectacularmente, esperar las
    reacciones de la otra parte, y volver a golpear. Esto provoca una
    mortal y perverso juego entre
    élites ya que mientras los terroristas atacan sin contar
    con la gente; los poderes estatales responden muchas veces de
    forma arbitraria y haciéndose fuertes en el fácil
    discurso de la
    represalia.

    Estos atentados muestran que uno o varios grupos,
    posiblemente del mundo islámico, han perdido el control de
    sus acciones: matan a personas inocentes, destruyen
    infraestructura y presionan en favor de que haya más
    violencia y
    menos diálogo, sea en Oriente Próximo o en otras
    partes del mundo. Abren la puerta, además, a que EEUU y
    quizá Israel no solamente no cambien su política
    conservadora en Oriente Medio sino que, además, se
    fortalezan en esa posición y reaccionen de forma radical
    en diferentes ámbitos: ni una sola negociación por parte de Sharon;
    desarrollar el proyecto del escudo antimisiles por parte de Bush.
    Controlar a los antiglobalizadores en todo el mundo.De esta forma
    el ciclo violento de las calles de Israel y Palestina se proyecta
    de forma global. Es posible que en los próximos
    días Wshington realice uno o varios ataques con el fin de
    mostrar su fortaleza. Pero, además, desde ahora se
    inaugura una nueva época de control social y de sospecha
    sobre todos los ciudadanos, especialmente de algunos
    países. La privacidad y el movimiento van a quedar bajo el
    Estado de queda.

    Como pasan con los atentados terroristas en otros
    contextos -como los que realiza ETA en España- el
    resultado es que el objetivo que dicen perseguir sus autores se
    aleja cada vez más hasta hacerse imposible de alcanzar.
    Los crímenes que se acaban de cometer en EEUU son
    injustificables en sí mismos, entierran las posibilidades
    de paz en situaciones como la palestino-israelí, son una
    tentación para el autoritarismo y atentan contra la
    política y la democracia como forma de
    convivencia.

    c. Consecuencias del Atentado

    1. Numerosos hispanos se convierten al Islam en
    EE.UU

    José Padilla, también conocido como
    Abdulá al Mujahir, es un ciudadano estadounidense de
    origen puertorriqueño que hoy se encuentra bajo custodia
    del Departamento de Defensa en condición de "combatiente
    enemigo", por la supuesta coordinación de un ataque con una bomba
    radioactiva en territorio norteamericano, y por su
    vinculación con la red terrorista de Al
    Qaeda.

    Muchos se preguntan cómo un joven pandillero de
    origen hispano decidió cambiarse de nombre, convertirse en
    seguidor de la fe islámica y comprometerse con una red terrorista. Lo
    cierto es que la conversión de Padilla no es un hecho
    aislado. En 1997, el Consejo Musulmán Norteamericano
    estimó que su religión contaba con
    unos 40 mil hispanos en Estados Unidos: actualmente la cantidad
    de hispanos islamitas llega a unos 60 mil, de un total  de 6
    millones. Los grupos de
    musulmanes hispanos se han formado en grandes ciudades
    norteamericanas como Florida, Nueva Jersey, California, Chicago y
    Nueva York, pero también en ciudades más
    pequeñas donde la población hispana es importante.
    Pueden ser de origen español,  mexicano,
    puertorriqueño, centro o sudamericanos, inmigrantes o
    residentes estadounidenses, y en la mayoría de los casos
    provenientes del catolicismo. Es el caso de Ibrahin
    González, quien nació en el seno de una familia
    católica de origen puertorriqueña, y hoy es
    representante de la Alianza Islámica de Nueva York, una de
    las organizaciones
    hispanas musulmanas más antiguas del país.
    González explica que a través de los años
    los hispanos musulmanes se han ido especializando en el
    conocimiento de la religión y el lenguaje.
    En algunas mezquitas ahora es posible escuchar la prédica
    musulmana en español.

    González dice que el incremento de los
    católicos que se han convertido al Islam se debe a una
    búsqueda de alternativas a la religión cristiana.
    "Muchos latinos ven que hay otras posibilidades de creer, sin las
    limitaciones que impone la iglesia
    católica". González agregó que los hispanos
    musulmanes "están rompiendo las barreras en diferentes
    direcciones y el Islamismo es una de las alternativas que
    están escogiendo los latinos en Estados
    Unidos".

    Para otros hispanos, pertenecer al Islam es una forma de
    volver a las raíces de su historia, que podrían
    encontrarse en el período de dominación musulmana
    de España, anterior a la era católica. Por su
    parte, muchos inmigrantes, que se sienten excluidos en la
    sociedad
    norteamericana, cambian la iglesia por
    las mezquitas en busca de apoyo social.

    En el caso de José Padilla, tanto
    católicos como musulmanes reconocen que, de probarse sus
    delitos de
    extremismo, debe ser castigado, ya que la violencia no
    corresponde a la enseñanza de ninguna de las dos religiones.

    2. Bush quiere un superministerio de
    seguridad

    Mientras el Congreso de los EE.UU. continúa las
    audiencias  para investigar los fallos cometidos por los
    servicios de inteligencia, con respecto a los  atentados del
    11 de septiembre, el presidente estadounidense, George Bush, ha
    anunciado que se llevará a cabo una de las 
    más extensas reorganizaciones en la estructura del
    gobierno Federal.  Entre otras medidas se prevé crear
    un nuevo ministerio que tendrá como misión la
    protección del país, a través de la
    formación de  varias agencias federales.

    La propuesta de la creación del Departamento de
    Seguridad Interna que podría entrar en funciones en
    enero del próximo año, será la más
    grande reestructuración del gobierno Federal realizada
    después de la Segunda Guerra
    Mundial, cuando en 1947 el entonces presidente norteamericano
    Harry Truman, hizo un cambio de esta
    magnitud para afrontar la Guerra
    Fría. El objetivo de esta medida es lograr centralizar
    las funciones de las más de 100 agencias de la administración Federal. Durante el discurso ante
    la
    televisión, el presidente norteamericano dijo " estoy
    proponiendo la creación del Departamento de Seguridad
    Interna  para unir agencias esenciales que deben trabajar
    más estrechamente". Bush explicó que entre las
    agencias que formarán parte de este nuevo ministerio, con
    rango de gabinete,  estarán el servicio de Guarda
    Costas, la Patrulla Fronteriza, el Servicio de Aduana, Inmigración, el Departamento del Transporte
    y la Agencia Federal de Emergencias. "Los empleados de esta
    agencia deberán trabajar diariamente sabiendo que su
    objetivo principal es la protección de sus conciudadanos",
    dijo Bush.

    El presupuesto del nuevo departamento ascenderá a
    37.400 millones de dólares  y tendrá en
    plantilla a 169.000 funcionarios cuya tarea estará
    enmarcada en cuatro objetivos: controlar las fronteras, coordinar
    la respuesta en casos de emergencia, desarrollar
    tecnologías para detectar y prevenir un ataque con armas
    biológicas, químicas y nucleares y detección
    de drogas y
    tratamiento para la protección de los ciudadanos. El
    Congreso ha pedido a Bush que otorgue el rango de secretario del
    gabinete a Tom Rich, actual asesor de seguridad interna del
    gobierno, oficina que fue
    creada a consecuencia de los atentados del 11 de septiembre, para
    supervisar los esfuerzos en aras de la protección del
    país. Tom Rich tenía pensado dar a conocer la
    estrategia de
    este nuevo departamento en el último trimestre del
    año, pero según un funcionario de la Casa Blanca,
    se decidió acelerar el informe para contrarrestar las
    audiencias en el Congreso, sobre los  fallos del servicio de
    inteligencia en EEUU. Sin embargo, estas declaraciones fueron
    desmentidas por Ari Fleischer, portavoz del presidente quien dijo
    que Bush no pretendía desviar la atención de las audiencias.

    El presidente Bush, es objeto de numerosas
    críticas desde los ataques del 11 de septiembre por el
    fracaso de sus principales agencias, entre ellas la Oficina
    Federal de Investigaciones
    (FBI), y la Agencia Central de Inteligencia (CIA). El jueves el
    director del FBI, Robert Mueller presentó
    declaración ante el Congreso sobre la incapacidad de la
    agencia para prevenir los atentados que ocurrieron en Washington
    y Nueva York.

    3. El FBI se concentrará en la
    prevención del terrorismo

    El FBI, la Oficina Federal de Investigaciones de Estados
    Unidos, será reorganizada para concentrar sus fuerzas en
    la lucha contra el terrorismo. Su director, Robert Mueller,
    reconoció que se cometieron errores en la
    prevención de los ataques del 11 de septiembre y
    anunció profundos cambios en la
    organización.

    Con series de televisión, como "Today's FBI", la Oficina
    Federal de Investigación íntentaba, en los
    años 60 y 70, mantener en alto su reputación de
    organismo implacable en la lucha contra el crimen.  Los
    atentados del 11 de septiembre hicieron evidente que contra el
    terrorismo el FBI no es infalible. Mueller reconoció que
    para prevenir este tipo de ataques, el FBI debe colaborar
    más estrechamente con el servicio de inteligencia, CIA, y
    analizar mejor la información que recibe. Según
    Mueller los cambios ya se han iniciado. 500 agentes del FBI
    serán trasladados de la lucha contra el crimen
    tradicional, como el narcotráfico y la violencia, a brigadas
    contra el terrorismo. Al mismo tiempo se reclutarán
    cientos de nuevos funcionarios, entre ellos personas que hablen
    árabe o que estén especializadas en computadoras.
    El FBI ha ganado mala fama por su atraso en el terreno de la
    informática: trabaja con sistemas antiguos,
    que a veces ni siquiera se pueden comunicar entre sí.
    Mueller anunció que el FBI funcionará, en buena
    medida, como una oficina de información interior. Un
    departamento especial del cuartel general en Washington
    operará como centro de información y
    análisis de información sobre el terrorismo, bajo
    la dirección de un agente de la CIA con amplia
    experiencia. Mueller dio como ejemplo la coordinación de seguridad durante los
    Juegos
    Olímpicos de invierno en Salt Lake City. En esa
    ocasión, todos los servios de información y de
    policía de la ciudad, del Estado y del país,
    estuvieron conectados a través de una red de computación interna. Los políticos
    norteamericanos han recibido los planes de reorganización
    del FBI con cautela. El Congreso insiste en la necesidad de
    investigar los errores alrededor del 11 de septiembre, antes de
    aprobar la reorganización. Por otra parte, la idea de
    traspasar tareas policiales tradicionales a la policía
    local, para que el FBI se pueda concentrar mejor en la lucha
    contra el terrorismo, causa preocupación en el seno de la
    policía. Las organizaciones de defensa de los derechos
    civiles han dejado oír también sus críticas:
    lo que temen es que el FBI se convierta en un servicio de
    espionaje dirigido contra los ciudadanos.

    4. Centro Internacional para la Paz

    El Centro Internacional para la Paz (CIP), con sede en
    Madrid, ha presentado este miércoles 22 de mayo el anuario
    "De Nueva York a Kabul", un análisis de la
    situación mundial a partir de los acontecimientos del 11
    de septiembre.

    Desde 1986, el anuario del CIP analiza las tendencias
    españolas e internacionales sobre militarización,
    conflictos
    armados y los grandes problemas relacionados con la guerra y la
    paz.

    Cada volumen presenta
    estudios teóricos sobre casos concretos. En los
    últimos años, se han analizado los conflictos
    armados modernos en relación con la crisis ambiental, el
    papel de
    la mujer, las
    violaciones de derechos humanos, las identidades
    étnicas-nacionales-religiosas y las migraciones, entre
    otras cuestiones.  En los últimos años, entre
    los casos particulares, redactados por especialistas
    internacionales, figuran: Palestina e Israel, Argelia,
    México, la región de los Grandes Lagos en
    África, Bosnia, Kosovo y Colombia. 
    El Anuario es una referencia para académicos, movimientos
    sociales, periodistas y ciudadanos interesados en la realidad
    internacional.

    5. La amenaza nuclear

    Estados Unidos debe desarrollar nuevas armas nucleares,
    para poder alcanzar, además de objetivos tradicionales
    como Rusia y China, a
    países como Irak,
    Irán, Corea del Norte, Siria y Libia. Esta es una de las
    recomendaciones que consta en el informe secreto del
    Pentágono, que se ha filtrado este fin de semana. El
    ministro norteamericano de Relaciones Exteriores, Colin Powell,
    se apresuró a manifestar que se trata de una
    política de disuasión.

    Para muchos países, incluidos aliados en la
    guerra contra el terrorismo, el presidente norteamericano, George
    Bush, pecó de imprudencia al declarar que Irak,
    Irán y Corea del Norte integran el ‘eje del mal'.
    Sin embargo, muchos de ellos se muestran aún más
    alarmados con la noticia de que el ministerio norteamericano de
    Defensa ha preparado distintos guiones para el uso de armas
    nucleares contra aquellos países, además de Siria y
    Libia. Según el informe, ante un ataque iraquí
    contra Israel o sus vecinos, un ataque norcoreano contra Corea
    del Sur o un enfrentamiento militar sobre el estatus de Taiwan,
    podría ser necesario el uso de armas nucleares. En el
    informe se insta al desarrollo de
    armas nucleares distintas a las cabezas nucleares de
    destrucción total, de la época de la guerra
    fría. Estas armas tenían que garantizar el equilibrio
    disuasión entre las dos superpotencias: la Unión
    Soviética y los Estados Unidos. Tras la filtración
    del informe, el pasado fin de semana, tanto el ministro Colin
    Powell como la consejera de seguridad, Condoleeza Rice,
    intentaron eliminar la impresión de que Estados Unidos
    estuviera ampliando su arsenal nuclear de manera irresponsable.
    Ambos pusieron de relieve que
    Estados Unidos continúa comprometido en la
    reducción drástica de las cabezas nucleares. La
    funcionaria insistió en que no hay nada nuevo en la
    política estadounidense, y que sigue siendo una de
    disuasión. Por su parte, el Comandante en Jefe de las
    Fuerzas Armadas estadounidenses, el general Richard Meyers,
    intentó restarle importancia a las consecuencias del nuevo
    plan secreto.
    Según el general, el Plan nuclear es
    un informe rutinario exigido por el Congreso. Sin embargo,
    constituye un hecho inédito la mención de cinco
    países como objetivos, de los cuales no consta que han
    desarrollado armas nucleares. En este contexto, mencionar a
    China y Rusia
    es mera rutina, y ambos países saben lo que está en
    juego y no se
    armarán indebidamente. Para los otros cinco, el aviso es
    inequívoco.

    6. Fuertes medidas de seguridad en Salt Lake
    City

    El cuerpo de élite del Servicio Secreto
    Norteamericano, que normalmente sólo es responsable de la
    seguridad del Presidente y otros dignatarios, ha coordinado las
    medidas de seguridad en los Juegos
    Olímpicos  de Invierno en Salt Lake
    City. 

    Las medidas siempre han sido muy severas en los juegos, pero
    tras los atentados del 11 de septiembre, se ha decidido
    destinar  más dinero y más personal con el fin
    de velar por la protección de los participantes y del
    público.
    La gran diferencia entre los Juegos
    Olímpicos de verano en Atlanta en 1996 y los de 
    Salt Lake City  es un comando más estructurado. En
    Atlanta la protección estaba a cargo de la policía
    local, estatal y de las agencias federales, pero no había
    ningún comando central.  En esa ocasión una
    bomba explotó en el Parque Olímpico, causando
    la muerte de
    una mujer e hiriendo
    a otras cien personas. Esta vez, en Salt Lake City, el comando
    central está dirigido por el Servicio Secreto
    norteamericano, y los organizadores dicen que se ha hecho todo lo
    posible para garantizar la seguridad.

    Ni siquiera los deportistas participantes están
    exentos de severos controles. Todo el mundo esta siendo
    controlado a fondo, aunque no se ha aplicado a todos con la misma
    rigidez.

    Se temía que tras el discurso pronunciado por el
    presidente norteamericano, George Bush, sobre el estado de la
    Unión en el que el mandatario dijo que Irán
    pertenece los países que forman el "eje del mal", 
    Irán no participara en el evento.  El Comité
    Olímpico ha asegurado a los dos participantes
    iraníes y sus acompañantes, que no serán
    sometidos a medidas tan severas como otros visitantes
    iraníes. Al igual que con otros grandes eventos
    internacionales de deporte, los organizadores han
    advertido que aplicarán las medidas más
    rígidas posibles para detectar el uso del dopaje. A los
    que participan en las ramas más duras del deporte de invierno, como por
    ejemplo, el esquí alpino y  patinaje ya se les han
    realizado exámenes imprevistos. Los organizadores de los
    juegos informan que – como en las medidas de seguridad – se
    está intentado hacer todo lo posible para atajar el uso de
    dopaje. Aún así, afirman que no pueden garantizar
    que no se violen los reglamentos, pero que han utilizado procedimientos
    más estrictos que existen.

    7. Bush incrementa el presupuesto de
    defensa

    El presidente norteamericano George Bush, quiere
    aumentar el presupuesto de defensa para el año que viene
    en 48 mil millones de dólares, unos 54 mil millones de
    euros. Esto significa un aumento de un 15 por ciento, que
    según Bush, es necesario  para combatir el 
    terrorismo. El presidente norteamericano hizo su anuncio el mismo
    día en que se dio a conocer que en los próximos dos
    años, el presupuesto estadounidense registrará un
    considerable déficit.

    Hace un año, el panorama era totalmente distinto:
    Bush pronosticaba para los próximos 10 años un
    superávit presupuestario de más de 5 billones de
    dólares. El mandatario norteamericano basó en esas
    aseveraciones su plan de reducción de impuestos. Pero,
    la economía norteamericana entró en una espiral
    negativa y además se produjeron los atentados del 11 de
    septiembre. La consecuencia fue la rápida
    desaparición del superávit. La Oficina del
    Presupuesto del Congreso calculó para el año pasado
    un superávit de 300 mil millones de dólares y 
    para este año incluso un poco más. Sin embargo, en
    estos momentos se pronostica para el presente año
    déficit de 100 mil millones de dólares y de 80 mil
    millones para el 2003. Según el presidente norteamericano,
    el déficit se debe al terrorismo, a la guerra y, en gran
    parte, a la recesión económica que comenzó
    bajo su antecesor, Bill Clinton. Bush se aferra a las reducciones
    de impuestos, que
    le costarán a las arcas norteamericanas más de un
    billón de dólares anualmente. Y encima de todo
    ello, el mandatario publicó ayer que el presupuesto de
    defensa será incrementado en 48 mil millones de
    dólares. El aumento será destinado a financiar el
    escudo antimisiles y a la adquisición de armamento de
    tecnología
    avanzada. Bush reconoció que este aumento afecta al
    presupuesto, pero según él, es esencial para la
    defensa del país. El jefe de la oficina de Administración y Presupuestos
    de la Casa Blanca, Mitch Daniels, manifestó  ayer –
    en nombre del presidente – que en los años 2004 y 2005 las
    cifras se mejorarán. Daniels anunció que en los
    próximos años no se podrá cumplir una de las
    promesas:  la amortización de la deuda
    interna.

    El Gobierno norteamericano fundamenta sus previsiones en
    un crecimiento
    económico para este año de un 0,7 por ciento y
    para el año que viene de un 3,8 por ciento. Varios
    economistas han advertido que estas previsiones son probablemente
    demasiado optimistas.  Debido al  ambiente de
    patriotismo que reina desde el 11 de septiembre, la
    oposición demócrata en el Congreso no se puede
    permitir criticar a Bush por el aumento de los gastos de
    defensa. Sin embargo, sí lo criticarán por la
    reducción de los impuestos en relación con el
    inesperado déficit presupuestario. Si depende de los
    demócratas, el tema central que dominará durante
    las elecciones para la Cámara de Diputados y el Senado,
    que se celebrarán en noviembre,  será la
    débil economía, y el presupuesto, que en muy poco
    tiempo pasó de un superávit de  300 mil
    millones de dólares a un déficit de 100 mil
    millones de dólares.

    8. EE.UU. deportará ilegales de origen
    árabe

    El Gobierno norteamericano deportará a unos 6 mil
    ilegales árabes que han hecho caso omiso de una orden de
    abandonar el país. Se trata de ilegales procedentes de
    países de Oriente Medio, que mantienen nexos con la red
    terrorista Al Qaeda, de Osama bin Laden. Organizaciones
    defensoras de los derechos humanos temen que se produzca una caza
    de brujas. Hace algún tiempo, el Ministerio de Justicia
    anunció que se propone buscar y deportar a aquellos
    ilegales que hagan caso omiso de una orden de abandonar el
    país. Según las estadísticas, se trata de unas 300 mil
    personas, en su mayoría, provenientes de América
    Central y del Sur. Sin embargo, después de los atentados
    del 11 de septiembre, la persecución de ilegales se
    concentra en personas de origen árabe.

    Según un funcionario del Ministerio de Justicia,
    el departamento recurre a cualquier medio legítimo para
    prevenir nuevos atentados. Organizaciones defensoras de los
    derechos humanos, entre ellas el Instituto Arabe-Norteamericano,
    califican de racista la medida. En Estados Unidos viven millones
    de ilegales no registrados. Jean Abinadir, director del Instituto
    Arabe-Norteamericano, señala que su organización no
    se opone a una aplicación más estricta de la
    política de deportación, siempre que ocurra de
    manera justa.

    Abinadir insiste en que no se deben perseguir
    únicamente a los ilegales de origen árabe, porque,
    al hacerlo, se discrimina a la comunidad
    árabe por su identidad
    étnica o racial. El ministro norteamericano de Justicia,
    John Ashcroft, desmiente que la procedencia étnica juegue
    un papel en la
    lucha contra el terrorismo. Sin embargo, Abinadir explica que su
    Instituto ha recibido numerosos indicios de preocupación
    entre la población. Muchos refugiados árabes ven
    con gran incertidumbre su futuro. Quienes han solicitado la
    ciudadanía norteamericana temen ser enviados a su
    país de procedencia. El temor es aún más
    manifiesto entre refugiados políticos de ascendencia
    árabe que han huido a Estados Unidos. Abinadir
    señala además que la deportación de miles de
    ilegales árabes tendrá consecuencias para la
    economía, ya que muchos de ellos trabajan en restaurantes
    y hoteles. Por otra parte, Abinadir
    duda del efecto de la política de deportación. El
    presidente del Instituto señala que los autores de los
    atentados del 11 de septiembre estaban legalmente establecidos en
    Estados Unidos. Abinadir cree que el dinero y el esfuerzo que
    costará esta campaña pueden invertirse mejor en el
    refuerzo de los servicios secretos. Las voces críticas
    señalan además que, en la lucha contra el
    terrorismo, la justicia no se debe guiar por la nacionalidad de
    las personas, sino por la evidencia y el comportamiento
    sospechoso.

    Entretanto, se ha compuesto una lista de 6 mil ilegales
    árabes que permanecen en los Estados Unidos, quienes han
    sido catalogados por país de procedencia, edad y sexo. Sin
    embargo, hasta el momento no se ha efectuado ninguna
    detención.

    9. EE.UU despide el 2001 con sentido
    patriótico

    Los norteamericanos se preparan en ambiente
    navideño para despedir el 2001, año que
    comenzó con la expectativa del nuevo milenio y que luego
    se desarrolló con eventos cruciales
    que marcaron la vida de muchos y atrajeron la atención mundial. El año se
    inauguró en ambiente festivo y patriótico, una vez
    que se determinó quién sería el nuevo
    presidente de Estados Unidos. Pero lo inesperado también
    tuvo cabida en este período de 365 días, en el que
    la voz de los hispanos tuvo más fuerza, la tumultuosa
    economía afecto el bolsillo de los norteamericanos, y los
    ataques terroristas del 11 de septiembre llenaron de luto los
    corazones de muchos.

    Uno de los acontecimientos importantes de este
    año que termina ocurrió el 20 de enero, cuando
    George W Bush asumió la presidencia y se dirigió a
    los norteamericanos. "La pacífica cesión de mando
    es rara en la historia, pero común en nuestro país.
    Con una simple promesa, afirmamos viejas tradiciones y hacemos un
    nuevo comienzo. Agradezco al presidente Clinton por sus servicios
    a nuestra nación y gratifico al vicepresidente Al Gore por
    la contienda que estuvo dirigida con espíritu y
    terminó con cortesía", dijo el
    presidente.

    Los estadounidenses iniciaron el año con un nuevo
    gobernante, quien después de los primeros 100 días
    de su gestión
    presidencial comenzó a ser criticado, tanto nacional como
    internacionalmente, por su falta de interés en
    los asuntos internacionales y su ‘capacidad intelectual y
    de gobierno'. Sin embargo, el presidente Bush debió poner
    a prueba su liderazgo
    cuando un acontecimiento imprevisto sacudió a una
    nación entera. En un día normal, sin mayores
    expectativas y  mientras los informativos comenzaban 
    su agenda con las noticias de la jornada, el 11 de septiembre
    quedó marcado momentáneamente en el tiempo. En
    horas de la mañana 4 aviones comerciales departieron de la
    costa este, pero ninguno llegó a su destino, pues
    habían sido secuestrados por terroristas.

    Imágenes de humo y destrucción comenzaron
    a invadir los informativos. Uno de los aviones se estrelló
    contra una de las torres gemelas de la ciudad de Nueva York y, en
    cuestión de minutos, otro aeroplano hizo impacto contra la
    segunda torre. Mientras esto sucedía, la gente que
    había comenzado su jornada normal de trabajo en las torres
    gemelas trataba de escapar de la zona y corría sin rumbo
    de un lugar a otro, sin comprender lo que veían sus ojos.
    A pocos minutos del primer impacto del avión de American
    Airlines que se estrelló contra una de las torres gemelas,
    un testigo declaró que al ver salir humo, la gente
    comenzó a correr, y cuando un avión se aproximaba a
    la otra torre, la gente saltaba  por las ventanas tratando
    de salvarse.

    Después de los ataques terroristas más
    sangrientos en la historia norteamericana, que dejaron como saldo
    más de tres mil muertos, el Gobierno de Bush desató
    una guerra contra el terrorismo y la búsqueda de los
    culpables, señalando como autor intelectual a Osama Bin
    Laden y su organización Al-Qaeda.

    Después de tres meses de lucha contra el
    terrorismo emprendida por EEUU y la coalición
    internacional formada a raíz de los eventos del 11 de
    septiembre, ya se han comenzado a cosechar los primeros logros,
    con la caída del régimen Talibán en
    Afganistán, país en donde, se presume, se encuentra
    Bin Laden. Simultáneamente, en suelo
    norteamericano se continúan las investigaciones sobre los
    casos de Ántrax, bacteria que ya ha cobrado la vida de
    cinco personas. Entretanto, los estadounidenses viven bajo el
    permanente temor de sufrir más ataques
    terroristas.

    Los eventos del 11 de septiembre tuvieron un impacto
    negativo en la economía norteamericana. El año que
    esta a punto de concluir deja a los estadounidenses sumidos en la
    recesión. Según la Oficina Nacional de 
    Investigaciones Económicas, agencia que determina
    oficialmente el comienzo y el fin de los ciclos económicos
    de Estados Unidos, el país está en recesión
    desde marzo, mes en que se puso fin a una expansión de 10
    años, la más prolongada de la historia. La
    recesión está agotando el superávit fiscal
    del Gobierno federal, y ha dado origen a un gran numero de
    despidos y recortes de horas laborales.

    Sin embargo, se espera que la recesión
    probablemente terminará en el primer trimestre del
    año entrante. Por su parte, la Reserva Federal  ha
    realizado una intensa campaña de reducción de
    intereses y, en un esfuerzo por impedir que la economía
    norteamericana se siga debilitando, aprobó recientemente
    la undécima reducción. El interés
    interbancario para prestamos a corto plazo ha quedado en 1,75 por
    ciento, la tasa más baja desde 1961.

    Para la población hispana que reside en Estados
    Unidos, el año trajo buenas noticias, ya que ahora tiene
    más representación en el Gobierno norteamericano,
    aunque permanece dispar comparada con el total de la
    población hispana del país. Bush es quien ha
    incluido más latinos en posiciones directivas. Esto
    refleja, sin duda, el crecimiento demográfico de este
    sector social. El censo del año 2000, publicado este
    año, refleja que la población latina en EEUU
    creció en un 58 por ciento durante la década
    pasada.  Pocos años atrás, se predecía
    que, en el 2008, la población latina podría superar
    numéricamente a la negra. Sin embargo, dependiendo de la
    interpretación del censo y el margen de error, los dos
    grupos étnicos podrían estar a la par. Posiblemente
    este crecimiento latino sea la respuesta a la creciente
    popularidad del idioma español en la vida cotidiana de
    este país norteño y la cada vez mayor cantidad de
    candidatos hispanos en la contiendas de las alcaldías de
    varias ciudades de EEUU.

    Otro tema que también figuró en los
    titulares de la prensa es el de
    la pena de muerte
    y el famoso caso de Timothy McVeigh, autor del ataque terrorista
    cometido en Oklahoma en 1995. La muerte de
    McVeigh fue conocida como el "Super Bowl" de las ejecuciones, por
    la publicidad que el
    caso tuvo en los medios de
    comunicación. La ejecución fue presenciada por
    250 supervivientes y familiares de las víctimas del
    atentado a través de un circuito cerrado de
    televisión y por más de 1.400 periodistas  que
    presentaron credenciales ante las autoridades penitenciarias para
    cubrir la ejecución.

    Por otra parte, el presidente Bush hizo historia cuando
    oficializó  la decisión  de abandonar
    definitivamente el Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM)
    que firmó el presidente  Richard Nixon con la
    Unión Soviética en 1972. La decisión 
    tendrá efecto a mediados del  próximo
    año, en virtud de una cláusula del tratado que
    estipula un preaviso de Washington o Moscú con un
    mínimo de seis meses de antelación.

    De tal forma, Estados Unidos termina un año
    marcado por lo impredecible, con una sociedad que
    tiene una visión más positiva en la
    institución gubernamental y con un presidente
    increíblemente popular entre los norteamericanos. El 2001
    fue escenario de eventos que no solamente afectaron suelo
    norteamericano, sino que tuvieron un gran impacto global en los
    ámbitos económico, político y social. De
    esta forma, la Navidad ha
    comenzado a reinar en las calles de esta nación, con un
    gran sentido de patriotismo que cubre al país con los
    colores de la
    bandera nacional y con grandes esperanzas por que el año
    que viene sea de paz y prosperidad.

    10. EE.UU. bombardeó el sur de 
    Irak

    El mismo día en que el Gobierno irakí
    rechazaba la exigencia de Washington de volver a permitir
    inspecciones internacionales de armas, aviones norteamericanos
    atacaron baterías antiaéreas en el sur de Irak. El
    presidente estadounidense, George Bush, ha declarado que la
    guerra contra el terrorismo no termina en Afganistán. Sin
    embargo, no está claro si Bush decidirá extender
    las acciones militares contra regímenes acusados de
    albergar terroristas.

    El presidente Bush suele hablar antes de preguntar. Por
    ello es tan difícil saber si su advertencia dirigida al
    presidente iraquí, Saddam Hussein, se quedará en
    meras palabras. Según Bush, Irak deberá rendir
    cuentas si
    desarrolla armas de destrucción masiva que se utilicen con
    fines terroristas. El presidente insistió en que, para
    demostrar que no fabrica este tipo de armas, Saddam Hussein
    deberá permitir nuevamente la entrada de inspectores de
    armas en su país. Al preguntársele qué
    sucederá si se niega, Bush respondió: ‘Ya lo
    notará'.

    Si bien desde el 11 de septiembre ha hecho otras
    similares en distintas ocasiones, las declaraciones del
    presidente Bush fueron calificadas inmediatamente de mal augurio.
    Sin duda alguna, en el seno del Gobierno norteamericano se
    adelanta un debate sobre
    la necesidad de aprovechar esta ocasión e incluir a Irak
    en la lista de objetivos norteamericanos. Los políticos de
    la línea dura dentro del Ministerio de Defensa, quienes
    junto con el vice ministro de defensa, Paul Wolfowitz, son
    apodados ‘los bombarderos', están convencidos de la
    necesidad de atacar a Irak. Esta convicción se
    profundizó  desde el colapso del régimen
    talibán en Afganistán, bajo el peso de los
    bombardeos norteamericanos y la oposición interna. Este
    grupo opina que el mismo método
    servirá para derribar el régimen de Saddam Hussein
    en Irak.

    Otros políticos, partidarios del ministro de
    Relaciones Exteriores, Colin Powell, se muestran a favor de
    enfrentar ante todo los problemas en Afganistán y de
    apoyarse en la amplia coalición internacional. Con toda
    probabilidad,
    esta coalición se desmoronaría si Estados Unidos
    decide atacar a Irak.

    El ministro norteamericano de Relaciones Exteriores,
    Colin Powell, enfatiza que Bush mantiene abiertas todas las
    opciones. Sin embargo, aunque está a favor de la
    formación de una coalición y de ejercer presión
    internacional, en una entrevista con
    la cadena CNN, Powell dejó  muy en claro que, en su
    opinión, el régimen de Saddam Hussein es malvado y
    desarrolla o intenta desarrollar armas de destrucción
    masiva. Los inspectores y las sanciones de la ONU han limitado
    los intentos irakíes. El titular explica que se controla
    aproximadamente un 80 por ciento del dinero del que dispone
    Saddam Hussein, es decir, los fondos para el programa
    petróleo a cambio de alimentos.

    Según Powell, el presidente hará un
    análisis de todos los países que continúan
    albergando terroristas. Por su parte, George Bush seguirá
    estudiando las distintas opciones y expresándose de manera
    poco diplomática. Tan sólo es posible adivinar si
    pondrá en práctica sus palabras, y cuándo lo
    hará.

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