Atentados Terroristas en contra de los EEUU suscitados el 11 de Septiembre del 2002
- EE UU sufre el peor ataque de su
historia - Terrorismo
- La Reacción del
Mundo - La respuesta a los Atentados por
Parte de los Estados Unidos - El Ataque a
Afganistán - Los
Terroristas - Bioterrorismo
- Análisis
- Las cifras de desaparecidos, por
países - Latinoamérica: oportunidad
de impulsar el turismo - Arabia Saudita:
¿cómplice de al Qaeda? - La salud mental
se deteriora a nivel mundial - Bush da un
impulso a la economía
Norteamérica - A.I. denuncia
discriminación contra musulmanes - Impacto
Económico - Limitada
caída del índice de Wall
Street - El miedo a
volar: Efecto de la tragedia - La seguridad en
Estados Unidos afectada
Todo lo que contiene este documento es parte de la
Historia del
Mundo, en este trabajo se reclama particularmente la
cobardía de las personas responsables del Ataque
Terroristas a Norteamérica, situaciones que pasaron antes
y después de este atentado, sus consecuencias en el mundo.
A cualquier persona que lea
este trabajo, deseara que esto no volviera a pasar, pero en este
mundo todo es posible. El Ataque cobarde que supuestamente lo
realizo el terrorista Osama Bin Laden, creo yo que todavía
no trae las verdaderas consecuencias, que espero que no sucedan,
tales consecuencias podrían ser mortales para los Seres
Humanos, podrían acabar con esta era del hombre; y lo
que mas me hace pensar y pensar, es que el destino de la
Humanidad puede en este momento estar en manos de una persona igual a
la que fue el culpable de este Atentado.
Cualquier opinión vertida en este documento es
pura y simple realidad, es todo lo que paso y esta pasando. No se
lo que pueda pasar mañana, pero, mientras este vivo,
siempre estaré apoyando a que se alcance la PAZ DEL MUNDO,
y un mensaje para los Politicotes que "No hay caminos para la
Paz, la Paz es el camino".
Es injusto que todos los hombres siendo iguales no
tengan los mismos derechos, para tratar de
evitar futuros actos terroristas como el del 11 de Septiembre, lo
único que hay que hacer es que todos los seres humanos le
tengan "Respeto a la
Vida".
A todos los hombres me atrevo a decirles:
"Vivan con los hombres como si Dios los
mirase; hablen con Dios como si los hombres los
oyesen"
Paco Alcoser
11 de Septiembre del
2001:
El DIA, en
el cual el Mundo se conmociono.
a. EE UU sufre el peor
ataque de su historia
1. El mundo en vilo a la espera de las represalias de
Bush
La batalla inicial de la primera gran guerra del
siglo XXI, una guerra de
terror contra un enemigo inconcreto, se ha librado sobre sus dos
ciudades más representativas. Las Torres Gemelas del World
Trade Center, cuyos 110 pisos se alzaban sobre Nueva York, ya no
existen. Y el Pentágono, el epicentro del sistema defensivo
estadounidense, ha perdido todo su costado occidental. Un
presunto ataque terrorista, múltiple y masivo, con un
nivel de organización y capacidad destructiva nunca
visto hasta ahora, ha sumido a la primera potencia mundial
en su día más triste.
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Estados Unidos es
hoy un país dolorido, cerrado al exterior, absorto en un
largo recuento de cadáveres. La batalla inicial de la
primera gran guerra del siglo XXI, una guerra de terror contra un
enemigo inconcreto, se ha librado sobre sus dos ciudades
más representativas. Las Torres Gemelas del World Trade
Center, cuyos 110 pisos se alzaban sobre Nueva York, ya no
existen; son una montaña de escombros sobre una cantidad
desconocida de cuerpos. Medio palmo de ceniza y polvo recubre las
calles de Manhattan. Y el Pentágono, el epicentro del
sistema defensivo
estadounidense, ha perdido todo su costado occidental. Un
presunto ataque terrorista, múltiple y masivo, con un
nivel de organización y capacidad destructiva nunca
vistos hasta ahora, ha sumido a la primera potencia mundial
en su momento más triste.
El nombre de Osama Bin Laden, el millonario saudí que
mantiene una guerra abierta contra EE UU desde un cuartel general
oculto en Afganistán, está en todas las bocas. Se
sabe de su obsesión con las Torres Gemelas, que ya
intentó destruir en 1993 con un atentado que costó
seis vidas; se sabe que había hablado a sus colaboradores
de un inminente ataque; y se sabe que la capacidad operativa que
le permitió atacar un buque de guerra estadounidense en
Yemen puede haber llegado al nivel necesario para desplegar la
matanza de ayer. No hay ninguna confirmación, ni sobre la
autoría ni sobre el número de víctimas.
Serán cientos, quizá miles. Unas 40.000 personas
trabajaban en el World Trade Center, uno de los grandes
símbolos de la economía americana.
El doble edificio registraba el intenso tráfico humano de
la hora punta, a las 8.45 de la mañana (las 14.45 hora
peninsular española), cuando un avión se
estrelló contra la torre sur. Fue el inicio de una jornada
atroz, plagada de tragedias más allá de cualquier
adjetivo. Comenzaba la evacuación de esa torre y todas las
cadenas de televisión
retransmitían en directo el incendio causado por el
impacto. Eso permitió que, 18 minutos después de la
primera explosión, millones de espectadores asistieran a
la escena de un segundo avión lanzándose contra la
torre norte. La nave atravesó el edificio. El estallido
fue colosal.
Tardó en saberse que el primer avión era un Boeing
767 de American Airlines que cubría el trayecto Boston-Los
Ángeles y había sido secuestrado con 92 personas a
bordo; el otro aparato pertenecía a la flota de United
Airlines y había sido secuestrado tras despegar del
aeropuerto Dulles, cerca de Washington, con destino a Los
Ángeles y 64 pasajeros. Esas fueron las primeras
víctimas con nombres y apellidos; unas horas
después, el balance oficial admitía que muy
posiblemente 250 bomberos y 78 policías han muerto en el
derrumbe de los rascacielos. Según la CNN, en el
Pentágono murieron unas 800 personas, aunque Donald
Rumsfeld, el secretario de Defensa, aseguró que no es
posible siquiera dar una cifra aproximada de víctimas. El
presidente George W. Bush se encontraba en una escuela de
Florida, cuando le susurraron la noticia al oído.
Concluyó a toda prisa su parlamento y se dirigió al
avión presidencial, el Air Force One. Antes de embarcar
grabó una alocución en la que prometió que
los responsables del ataque serían cazados y castigados, y
aseguró que había tomado medidas para que el
Gobierno siguiera
funcionando normalmente.
"Esta es una tragedia nacional", declaró Bush. Pero lo
peor estaba por llegar. Una hora después del doble ataque
contra el World Trade Center, cuando centenares de bomberos y
policías se esforzaban por rescatar a las personas
atrapadas, ambas torres se desplomaron. Fue una imagen
sobrecogedora, que no se borrará de las memorias. En
los minutos previos al colapso se había podido ver a
personas que saltaban al vacío desde las ventanas
más altas. "El número de víctimas debe ser
horrible", declaró Rudy Giuliani, alcalde de la ciudad.
"Éste es, sin duda, uno de los hechos más odiosos
de la historia
humana". Los puentes y túneles que comunican la isla de
Manhattan con el resto del mundo fueron cerrados y Giuliani
ordenó la evacuación del distrito financiero y de
las zonas contiguas. Las bolsas suspendieron la sesión; en
pocos minutos, los mercados
financieros de todo el mundo registraban fortísimas
caídas y el dólar se depreciaba frente al euro y el
yen. Nueva York, autoproclamada capital del
mundo, quedó sumida en una densa polvareda. Los hospitales
anunciaron estar al límite de su capacidad y pidieron
donaciones urgentes de sangre. Al menos
dos buques de guerra fueron desplazados al puerto neoyorquino, y
la Guardia Nacional del Estado se
movilizó para ayudar a las fuerzas de policía y
bomberos, abatidas por las bajas, la asfixia y el agotamiento. De
madrugada, la policía detuvo a dos personas tras
interceptar un camión cargado de explosivos en el puente
George Washington, de Nueva York, según la cadena CBS.
Casi al mismo tiempo en que las
Torres Gemelas desaparecían para siempre, un tercer
avión, un 757 de American Airlines que hacía la
ruta Washington-Los Ángeles, con 65 personas a bordo, se
estrelló contra el Pentágono. Entre el pasaje
figuraba Barbara Olson, una comentarista de la cadena CNN, que
tuvo tiempo de
telefonear dos veces a su marido, el fiscal general
Ted Olson. Le explicó que los pilotos y auxiliares de
vuelo habían sido colocados en la zona posterior del
avión y que la única arma visible de los
secuestradores, que habían tomado los mandos, era un
cúter. Barbara Olson no hizo referencia a la nacionalidad
ni los objetivos de
los terroristas. El avión quedó pulverizado contra
el Pentágono minutos después.
El edificio, en el que 24.000 personas coordinan un
ejército desplegado por todo el mundo, se incendió
y se derrumbó parcialmente. Eran las 9.43 de la
mañana y la secuencia del horror parecía imparable.
El Consejo de Seguridad
Nacional, convocado por Bush desde el aire,
ordenó la evacuación de la Casa Blanca al recibir
"amenazas creíbles" de que un cuarto avión
secuestrado estaba en camino hacia la residencia oficial del
presidente. Todo Washington quedó bajo la llamada "amenaza
Delta", que sólo se dispara en situaciones absolutamente
extremas. El Capitolio, que acoge el Senado y la Cámara de
Representantes, fue igualmente evacuado, así como todas
las escuelas y la mayoría de los edificios federales.
Washington se sumió en el pánico. Miles de
vehículos intentaron huir de la capital,
bloqueando calles y carreteras; los comercios cerraron y
patrullas de cazabombarderos empezaron a patrullar el espacio
aéreo por encima de la capital, al igual que en Nueva
York. La sensación de horror inacabable se
incrementó al conocerse que un cuarto avión de
United Airlines que cubría la línea Newark-San
Francisco, con 45 personas a bordo, se había estrellado en
una zona rural de Pennsylvania a las 10.10 horas. El destino que
le habían fijado sus secuestradores suicidas podía
ser, según las primeras especulaciones, la Casa Blanca, el
Capitolio o Camp David, residencia vacacional del presidente en
Maryland y escenario de las principales negociaciones y acuerdos
entre Israel, Egipto y los
palestinos.
Todos los vuelos sobre territorio estadounidense quedaron
suspendidos, al menos hasta hoy a mediodía. Los vuelos
internacionales fueron desviados hacia Canadá y el espacio
aéreo se reservó sólo a los cazabombarderos
y los helicópteros de la fuerza
aérea. Las fronteras con Canadá y México
también se cerraron indefinidamente y se declaró
el estado de
emergencia en Nueva York y Washington.
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3. Bush, en un
'búnker'
El Air Force One del presidente aterrizó
temporalmente en una base militar de Luisiana, para emprender
viaje de forma casi inmediata hacia Nebraska y desde allí
hacia un lugar cercano que, según un portavoz
gubernamental, disponía de un búnker invulnerable.
Por la tarde regresó a Washington y a las dos y media de
la madrugada dirigió un mensaje a la nación.
El secretario de Estado,
general Colin Powell, recibió la orden de suspender su
visita a Colombia y
regresar a EE UU. La asesora de seguridad
nacional, Condoleezza Rice, se encargaba mientras tanto de
coordinar la situación desde el búnker de la Casa
Blanca. El vicepresidente Dick Cheney, al igual que los
principales dirigentes parlamentarios, fue trasladado a un lugar
"seguro" y no
especificado.
EE UU se sintió durante horas al borde del desastre total.
La Reserva Federal emitió un escueto comunicado de dos
líneas en el que garantizó que no faltaría
dinero en el
mercado, para
evitar que el público y las instituciones
retiraran sus fondos del sistema bancario. El gran puerto
petrolero de Luisiana, que recibe la mayor parte del crudo
exterior, cercanas a Nueva Orleáns, suspendió todas
las operaciones.
Incluso parques de atracciones como Disney World, en Orlando
(Florida), evacuaron al público y cerraron las
puertas.
La gran pregunta que permanece, más allá de la
urgencia del rescate de heridos, el recuento de muertos y la
identificación de los responsables, es cómo pudo
suceder algo tan horrible, cómo EE UU mantenía tan
baja su guardia. Los objetivos
atacados eran vitales: el centro de la defensa y uno de los
puntos neurálgicos de la economía.
Los servicios de
información no tomaron ninguna
precaución, lo que hace suponer que carecían de
informaciones sobre ataques inminentes. Un grupo numeroso
de personas fue capaz de subir a bordo de cuatro aviones casi
simultáneamente, con algún tipo de armas, aunque
sólo fueran cuchillos, y de lanzarlos contra los objetivos
fijados sin que se hiciera nada por impedirlo. Los aviones
volaron durante muchos minutos fuera de su ruta y los
controladores detectaron la irregularidad. Se da por seguro que hubo
comunicación entre las estaciones de
seguimiento y las cabinas de los aparatos, pero esa información ha sido declarada secreta por
el FBI.
4. Las Torres Gemelas:
un símbolo de la ciudad y un prometedor proyecto
inmobiliario.
Las Torres Gemelas de Nueva York, uno de los símbolos
más conocidos de la Gran Manzana que se han derrumbado
tras sufrir el impacto de dos aviones, fueron construidas en
1973. En ese año el arquitecto Minoru Yamasaki
colocó la última pieza de este gigante que estaba
considerado como el tercer rascacielos del planeta, con una
altura de 410 metros de altura y 110 plantas.
Sólo el edificio Sears de Chicago, con una planta que se
eleva a 442 metros del suelo, y las
Torres de Kuala Lumpur de Malasia de 452 metros superaban al
coloso de Manhatan.
En sus más de un millón doscientos mil metros
cuadrados trabajaban diariamente unos 55.000 empleados de 60
firmas, y más de 150.000 visitantes se embarcan en sus
ascensores ultrarrápidos
para contemplar las espectaculares vistas de la ciudad.
Tenía también unas 43.600 ventanas.
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Una imagen que ya no
podrá volver a ser tomada: Manhattan y las Torres Gemelas
vistas desde el ferry que lleva a la estatua de la
Libertad
Hace tan solo unos meses, los dos edificios, propiedad de
la autoridad
portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, habían pasado a
manos privadas, en lo que se consideró la operación
inmobiliaria más importante de la ciudad y una de las
más importantes de Estados Unidos. Sus nuevos
propietarios, Silverstein Propierties Inc. Y Wesfield America
tenían 'grandes planes' para su flamante
adquisición: habían proyectado la construcción de apartamentos de alto
standing. El acuerdo, con una vigencia de 99 años, supuso
un desembolso de 3.200 millones de dólares (585.000
millones de pesetas / 3.560 millones de euros).
El World Trade Center, formado por las dos torres y cuatro
edificios más, podía considerarse como una ciudad
dentro de la ciudad, cuenta con una comisaría, 16
restaurantes, 190 ascensores (que ascendían a 8 metros por
segundo), librerías, tiendas de regalos, cafés,
agencias de viajes,
tiendas de regalos, un observatorio y una estación de
metro. En su aparcamiento podían estacionar cerca de 2.000
vehículos.
Los primeros inquilinos se instalaron en 1970 en 2001 más
de 430 compañías de 28 países distintos
tenían oficinas en las torres: corporaciones bancarias,
firmas de Wall Street, empresas de
seguros,
transporte,
importación y exportación, compañías
dedicadas a distintas actividades comerciales. También se
encontraban ubicadas en estos edificios oficinas del Gobierno.
Las torres eran tan grandes que necesitaban un código
postal solamente para cubrir todas las plantas.
Sistemas de seguridad
Desde el atentado de 1993, cuando
un grupo
integrista islámico mató a seis personas y
dejó más de 1.500 heridos, los sistemas de
seguridad del edificio fueron reforzados vigorosamente. Para
acceder a los ascensores de las torres era necesario un pase
especial. Todos los visitantes tenían que pasar un
control, que
incluía una fotografía
y sus nombres comprobados en un terminal conectado con el
FBI.
En el garaje subterráneo también se extremaron las
medidas de seguridad, detectores de explosivos y metales y un
sistema que comprueba el peso de los vehículos y de su
contenido. En caso de que éste fuera excesivo se
disparaban las alarmas.
5. El
Pentágono: el corazón
del sistema de Defensa de Estados Unidos
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El Pentágono, el símbolo de las
convicciones y del poder de los
Estados Unidos, sufrió un ataque sin precedentes cuando un
avión se estrelló contra su costado occidental
destruyéndolo, Se trataba del vuelo 757 de American
Airlines que hacía la ruta Washington-Los Ángeles,
con 65 personas a bordo. Las primeras cifras de víctimas
mortales apuntan que 800 personas podrían haber perdido la
vida en este atentado.
La sede del cuartel general de las Fuerzas Armadas
estadounidenses se terminó de construir el 15 de enero de
1943, después de 16 meses de obras, en plena Segunda Guerra
Mundial.
En el Pentágono trabajan actualmente unas 23.000
personas, entre civiles y militares, y pasa por ser el mayor
edificio de oficinas del mundo, con una extensión de 12
hectáreas y un perímetro de kilómetro y
medio. Los cinco lados del vetusto edificio de piedra dan nombre
desde 1943 a la sede del Departamento de Defensa de Estados
Unidos, que en 1941 mandó construir a orillas del
río Potomac el presidente Franklin Roosevelt.
El proyecto de
construcción se remonta, sin embargo, a
principios de
siglo, y sólo el comienzo de la segunda gran guerra y el
ataque japonés a Pearl Harbour, en diciembre de 1941,
aceleraron su finalización. El edificio costó
entonces 87 millones de dólares y la consigna del entonces
presidente, Franklin Delano Roosevelt, fue que la austeridad
debía ser absoluta para reducir los gastos y
dedicarlos al esfuerzo de la guerra.
Los pasillos tienen una longitud total de 28 kilómetros y
el espacio de sus cinco plantas equivale a 600.000 metros
cuadrados. Aunque en su interior hay "bunkers" de hormigón
y sistemas de
seguridad, la sofisticación no es la nota dominante en un
edificio añejo e incómodo que ha visto pasar a los
héroes militares estadounidenses de los últimos 50
años. Los generales de cinco estrellas Dwight Eisenhower,
George Marshal y Omar Bradley, héroes de la Segunda Guerra
Mundial, tuvieron sus despachos en su interior, y desde la
sala de guerra de la Junta de Jefes de Estado Mayor se siguieron
los conflictos de
Corea, Vietnam, las invasiones de Granada o Panamá o
la más reciente contra Irak.
La desaparición de la URSS, del comunismo y la
guerra
fría marcaron muchos años del devenir en el
interior de este edificio. Horas antes del ataque, el jefe del
Pentágono, Donald Rumsfeld, anunció un proyecto
para reducir personal y
procedimientos, dados los problemas de
la Casa Blanca para conseguir un fuerte aumento del presupuesto
militar. Actualmente el presupuesto anual
del Pentágono es de 300.000 millones de
dólares.
6. Las caras de la
tragedia
Tras la magnitud del ataque terrorista
contra los símbolos del poderío
norteamericano se esconden un buen número de
pequeñas historias. Es la otra cara de una tragedia en su
dimensión más humana.
La última llamada
Una pasajera de uno de los cuatro aviones secuestrados y
utilizados para atacar objetivos estratégicos en Estados
Unidos logró contactar a través de un teléfono móvil con su marido desde
el aparato y le relató la situación a bordo: todos
los pasajeros, los miembros del equipaje y los pilotos
habían sido obligados a situarse en la parte trasera del
avión y los secuestradores se habían hecho con los
mandos. Según relató la cadena estadounidense CNN,
Barbara Olson, una conocida abogada de 45 años,
logró realizar dos llamadas y relatar desde dentro a su
marido lo que en pocos minutos iba a convertirse en la mayor
tragedia estadounidense. Barbara Olson, quien no aportó
ninguna descripción física de los
secuestradores, viajaba en el Boeing 757 de American Airlines con
destino a Los Ángeles que acabaría
estrellándose a las 09:43h contra el Pentágono en
Washington.
"¿Qué puedo hacer?", le preguntó Barbara a
su marido, Ted Olson, pocos segundos antes de la tragedia. En una
breve entrevista,
Olson aseguró que su esposa estaba "en el avión que
se estrelló contra el Pentágono". "Llamó
desde el avión cuando acababa de ser secuestrado.
Ojalá sólo hubiese sido un secuestro".
La perplejidad de los controladores
Los controladores que trabajan en el aeropuerto Internacional de
Dulles Washington, detectaron en sus pantallas un avión
sin identificar que se movía, a una velocidad
inusualmente rápida, directamente hacia la Casa Blanca.
Rápidamente avisaron a las autoridades de lo que
sucedía. Poco después el aparato viró y se
estrelló contra el edificio del Pentágono. Los
controladores no pudieron identificar a la aeronave debido a que
alguien a bordo había apagado el transpondedor, un aparato
que envía a la torre de control datos con la
compañía a la que pertenece el avión, su
número de vuelo, la velocidad y a
la altitud a la que viaja. Por aproximación se
identificó al avión como el vuelo 77 de la
compañía American Airlines con cuatro tripulantes y
58 pasajeros a bordo que había despegado a las ocho y diez
desde Dulles con destino a Los Ángeles. Al parecer, el
avión, después de despegar desde Dulles, se
digirió hacia su destino durante un cierto tiempo, pero en
un determinado momento se apagó el transpondedor y el
aparato viró en redondo y se dirigió hacia
Washington. El aparato apareció entonces en las pantallas
calificado como "objetivo
primario", es decir, no identificado. El espacio aéreo
alrededor de Washington está clasificado como de alta
seguridad y ningún aeroplano puede sobrevolarlo sin estar
identificado y tener permiso. Los controladores se dieron cuenta
de que, además, iba directo a la Casa Blanca, sobre la que
está terminantemente prohibido sobrevolar. Mientras daban
la alarma, observaron como el avión viraba 270 grados y
enfilaba hacia el Pentágono desde el suroeste. Al llegar a
pocos metros de altura el avión desapareció de las
pantallas de radar. Eso ocurrió pocos segundos
después de estrellarse contra el Pentágono.
Descenso del infierno.
Escuchamos una gran explosión, todo el edificio
osciló y por la ventana vimos trozos grandes de
algún material que caía", afirmó con la voz
quebrada por la emoción Carmen Medina, una española
que se encontraba en el piso 55 de una de las Torres Gemelas de
Nueva York. "Nos costaba mucho trabajo caminar. Todo se
movía, pero con mi amiga pudimos comenzar a descender por
las escaleras. Íbamos llorando, sin saber muy bien que
había ocurrido", dijo Carmen Medina, gerente de
programa de
una escuela de
idiomas de la Universidad PACE,
que tenía una oficina en las
torres.
"Los teléfonos móviles no funcionaban,
nadie sabía nada, y teníamos que detenernos para
dejar pasar a las personas que trataban de salir de la torre
descendiendo por las escaleras, de los pisos inferiores al
nuestro". "También teníamos que pararnos para dejar
que subieran los bomberos, policías y enfermeros",
afirmó Medina, natural de Socuéllamos, Ciudad Real,
quien recuerda que sucedió a las 8.50 de la mañana,
cuando ya las oficinas estaban trabajando. En total tardaron unos
30 minutos en poder llegar a la calle, donde fueron llevados a
unas galerías, antes de ser evacuados, en el momento en
que se derrumbaron las torres.
En paro, pero vivo
El caos reinaba en el distrito
financiero de Manhattan en las horas después del desastre,
donde sólo se permitía el paso de los
vehículos de emergencia y a la policía, y donde los
trabajos de evacuación continuaban en busca de
supervivientes.
El informático Naihi Muhak, de origen hindú, miraba
con tristeza cómo su lugar de trabajo, en el piso 50 de la
Torre Gemela 2, había desaparecido completamente tras el
atentado. "Es el acto más estúpido cometido por
militantes extremistas, y ha dejado a mucha gente sin trabajo,
como yo mismo", manifestó Muhak, quien, para su suerte,
llegó más tarde de lo habitual a su trabajo.
Su perro lazarillo le salvó la vida
El ingeniero invidente Omar Eduardo Rivera que trabajaba en el
piso 71 de una de las Torres Gemelas de Nueva York, se
salvó de morir el martes gracias a "Salty", su perro
lazarillo. Rivera, de 44 años, es empleado del
Departamento Tecnológico de Servicios de
Información de la Autoridad de
Puertos del Estado de Nueva York. El día 11 llegó
temprano a trabajar para entregar unos documentos
preparados para una junta directiva. "Me sorprendí
aproximadamente a las 8.44 de la mañana, cuando alguien
gritó: ¿Qué diablos hace este avión
aquí? Después hubo un impacto, un ruido
estruendoso, y el edificio se estremeció". Rivera y su su
perro-guía, un labrador, consiguieron ponerse a salvo tras
una hora y cuarto de descenso por las escaleras de emergencia.
Poco después de llegar a la calle, el edificio de 110
plantas se desplomaba.
7. Las bolsas de
todo el mundo se hunden por el temor a un colapso
económico
El miedo y el caos se apoderaron de los mercados
financieros de todo el mundo el 11 de septiembre, tras conocerse
el mayor ataque que ha sufrido EE UU desde Pearl Harbour. Las
bolsas estadounidenses no abrieron y tampoco lo hicieron al
día siguiente, por estar afectadas directamente por los
atentados. Aún no han decidido la fecha en la que
reanudarán las cotizaciones. Pero en Europa los
mercados
permanecieron abiertos con descensos superiores al 6%. La Reserva
Federal de EE UU y el Banco Central
Europeo (BCE) anunciaron que inyectarán todo el dinero que
se necesite para evitar un colapso de los mercados. Los primeros
momentos tras conocerse el ataque inicial contra una de las
torres gemelas de Nueva York fueron los peores. Los inversores,
convencidos de que las bolsas de todo el mundo se aprestaban a
vivir una hecatombe, buscaban deshacerse de sus acciones a
cualquier precio. En
Francfort, el índice principal se desplomó
más de un 9% en pocos minutos. Lo mismo sucedía en
el resto de bolsas del Viejo Continente, ante el miedo
generalizado a que la inestabilidad se extienda en los
próximos días, lo que abriría un panorama de
consecuencias todavía impredecibles.
Milán cerró con una fuerte pérdida del
7,42%. París se desplomó un 7,39%, Francfort, un
8,49% y Londres, un 5,72%. Madrid perdió un 4,64%. En
todas ellas, el pánico fue de una magnitud desconocida
hasta ahora. La Bolsa de Nueva York, tanto el Dow Jones como el
Nasdaq, se vio directamente afectada por las explosiones por lo
que comunicó que permanecerán cerradas el
miércoles, por segundo día consecutivo, ya tampoco
ayer iniciaron las cotizaciones. "Los mercados de Estados Unidos,
después de nuevas consultas con la SEC, máxima
autoridad, anunciarán hoy cuándo los mercados de
valores de
Estados Unidos volverán a abrir", concluyó un
comunicado emitido ayer. Los inversores juzgaron que el periodo
de inestabilidad mundial, tanto político como financiero,
que se ha abierto tras el ataque generalizado que ha sufrido
Estados Unidos hace impredecible la situación en las
próximas semanas. Así que la reacción ha
sido vender desesperadamente, a cualquier precio, las
acciones, para
colocar el dinero en
puertos más seguros: deuda
pública europea (especialmente la de Alemania),
bonos del
Tesoro, oro, y monedas como el franco suizo, tradicional refugio
del dinero en
momentos de incertidumbre. "La confusión y la cantidad de
volumen
negociado en la primera media hora [tras conocerse los ataques]
fue una auténtica locura", aseguró un veterano
broker europeo. El euro, aunque menos que el franco suizo,
también se vio beneficiado de este movimiento de
pánico, ganó un 2% frente al dólar, y a
última hora de ayer se cotizaba a 0,9146 frente al billete
verde. Excepto las compañías petroleras, que
subieron al mismo ritmo que lo hacían los precios del
crudo, por el temor a una falta de suministro en las
próximas semanas, el resto de compañías
sufrieron fuertes pérdidas, desde las aseguradoras (las
más afectadas) a bancos,
compañías de turismo o líneas
aéreas. "Las petroleras están ganando y las
aseguradoras se hunden, eso es obvio", comentó un
intermediario financiero europeo. "Pero todo el resto está
sujero a la situación política, y como no
sabemos qué va a pasar, estamos vendiendo todo lo que se
puede vender", afirmó. Las aseguradoras más
castigadas en toda Europa fueron
Munich Re, la mayor del mundo, con una caída del 18%; Axa
se desplomó un 13,3% y Royal. En Madrid, el hundimiento
arrancó poco después de las tres de la tarde,
cuando las televisiones comenzaron a mostrar imágenes
del atentado en Nueva York. El índice llegó a
desplomarse más de un 6%, aunque al cierre las
pérdidas se limitaron al 4,64%. Se trata del quinto
mínimo anual consecutivo, ya que durante la semana
anterior la Bolsa madrileña ya había sufrido
abundantes pérdidas por el mal momento de la
economía mundial y las dudas sobre el futuro de los nuevos
teléfonos móviles. La petrolera Repsol fue de los
pocos valores que
subieron, un 4,59% al cierre. Cepsa ganó un 2,54%.
Los operadores del piso de la Bolsa de Nueva York habían
abandonado la Pizarra Grande, el mayor mercado de
valores, en el número 11 de Wall Street, situado a
cerca de un kilómetro del World Trade Center en el bajo
Manhattan, según varios operadores. Los empleados de
American Express Co. y Lehman Brothers abandonaron sus sedes en
el Centro Financiero Mundial, situado enfrente del World Trade
Center. "Lo más importante era sacar a la gente'", dijo
Tom Russo, director jurídico en Lehman.
Conversación en Europa
Tras el estallido de la
crisis, los
responsables de los mercados
financieros europeos se pusieron en contacto
telefónicamente para acordar una postura unitaria y
sopesaron la posibilidad de suspender las operaciones. Un
responsable de la Bolsa de Madrid, Gabriel Domínguez,
indicó posteriormente que las bolsas europeas
habían acordado mantener los mercados abiertos a pesar de
las fuertes caídas que estaban sufriendo. Domínguez
señaló que no había ocurrido un suceso
similar desde "la Segunda Guerra Mundial".
América
Latina se vio igualmente afectada, aunque algunos de sus
mercados prefirieron cerrar antes que contemplar cómo sus
índices se desplomaban. La Bolsa Mexicana de Valores
suspendía sus operaciones a las 9,18 horas (17,18 hora
española), después de perder el 5,16%, hasta los
5.554,10 puntos. Sao Paulo y Buenos Aires
tomaban la misma decisión, después de que sus
principales índices bajaran el 9,17% y el 5,17%,
respectivamente. La fuerte depreciación del índice Bovespa de
Brasil
activó el mecanismo conocido como cortocircuito por el
cual las negociaciones son suspendidas como forma de
prevención ante las turbulencias financieras. La dirección de la Bolsa no informó
sobre cuándo se reiniciarán las operaciones. Lo
mismo sucedió en México,
cuando su índice principal se hundió más de
un 5% en pocos minutos.
Las repercusiones a medio y largo plazo de los ataques
terroristas de ayer en Nueva York y Washington "son
impredecibles" y dependerán, en gran parte, de la
respuesta que dé el Gobierno de Estados Unidos,
según explicaron los analistas financieros consultados por
las agencias en una primera valoración de urgencia. Todos
los analistas coincidieron en manifestar su "incertidumbre" ante
las consecuencias que se puedan derivar de lo acontecido, ya que
se trata de un hecho sin precedentes.
"Es el caos más absoluto"
Los principales
bancos de
inversión de todo el mundo han convocado de
urgencia a sus expertos para preparar planes de emergencia antes
de que los mercados abran hoy. 'Se trata del caos más
absoluto', dijo ayer Robin Bhar, un analista de metales y otros
productos en
el banco londinense
Standard Bank. Ningún operador financiero ni ningún
analista de ningún banco en todo el mundo sabía
qué iba a suceder hoy en las Bolsas. 'Todo lo que se puede
decir es que el mundo va a ser un sitio diferente a partir de
hoy. Es imposible predecir qué va a pasar a partir de
ahora', dijo un intermediario financiero en Londres. El ataque
lanzado ayer contra Nueva York y Washington no tiene
ningún precedente en la historia. Las principales firmas
internacionales de Bolsa reconocen que resulta poco menos que
imposible predecir qué va a suceder. Fuentes de
Merrill Lynch aseguran que en sus oficinas en Nueva York, cerca
de la zona afectada, reina el caos. Otra firma de inversión, Morgan Stanley, cuenta con una
plantilla de 1.000 empleados en las torres gemelas de Nueva
York.
8. El
pánico dispara el precio del petróleo,
que supera los 30 dólares en unos minutos
La
OPEP culpa a los
especuladores de 'hacer fiesta en las peores tragedias'. Mientras
las bolsas se desplomaban ayer, el
petróleo y las empresas que lo
comercializan subieron como la espuma en los mercados. El precio
del barril brent en Londres aumentó un 13%, la mayor
subida en un solo día desde 1998. Además, las
grandes petroleras cerraron con ganancias cercanas al 4% como
media. La especulación desató las críticas
del secretario general de la OPEP, Alí
Rodríguez, que criticó a quienes 'hacen fiesta
hasta en las peores tragedias'. En todo caso, el cartel
garantizó el suministro de crudo, y las petroleras
españolas descartaron subidas en las gasolinas.
El precio del barril brent -el
petróleo que proviene del Mar del Norte- se
disparó en el mercado de
Londres tan solo unos minutos después de conocerse que el
primer avión se estrellaba contra las Torres Gemelas. A
las cuatro de la tarde, hora española, y en tan solo unos
minutos, el precio del barril brent subía 3,55
dólares, hasta los 31 dólares el barril, el mayor
aumento de precio que se produce en un solo día desde
1998. Londres es el mercado petrolífero de referencia en
Europa. El New York Mercantile Exchange, el mayor mercado de
energía del mundo, cerró poco después de las
explosiones y no hubo cotización. El mercado está
cerca de las Torres Gemelas, donde se produjo el primer
atentado.
Las mayores petroleras del mundo también subían,
casi sin excepción, entre un 2% y un 6%, lo que
contrastaba con el compartamiento de las propias Bolsas y el
resto de las empresas, que en su mayoría sufrían
tremendas pérdidas. En la Bolsa de Madrid, Repsol YPF era
el valor que
más ganaba en el día, un 4,5% al cierre, hasta los
18,44 euros. Cepsa, por su parte, aumentaba un 2,54%, hasta los
11,70 euros. Y en Londres, BP Plc., la
tercera petrolera más grande del mundo, se llevaba el
premio gordo. Su cotización aumentó un 6,20%, a
5,96 libras. Royal Dutch Petroleum Co., propietaria del 60% de la
segunda compañía del mundo (Royal Dutch Shell),
ganó en la Bolsa de Amsterdam un 2,92%, hasta los 61,30
euros. En París, TotalFinaElf aumentaba un 2,75%, hasta
los 159, 60 euros. La única petrolera que cayó fue
la italiana ENI, que perdió un 0,28%, hasta los 14,26
euros. Las compañías estadounidenses Exxon Mobil,
Texaco y Chevron no llegaron a cotizar.
Los analistas coincidían ayer en que es muy probable que
los precios del
crudo sigan aumentado mientras dure la incertidumbre
internacional que ha creado este atentado. 'El factor miedo es
inmenso', afirmó a Bloomberg Shelley Mansfield, analista
especializada en energía de la ADM Investor Services
International.
Llueve sobre mojado
Además, llueve sobre mojado.
El precio del barril brent llevaba subiendo prácticamente
sin interrupción desde principios de
septiembre, debido sobre todo a la crisis de
Oriente Medio, según explican en Analistas Financieros
Internacionales (AFI). Desde el 1 de septiembre, el precio del
barril ha aumentado un 16%. En todo caso, el precio llevaba un
tiempo estabilizado. El año pasado por estas fechas, el
brent cotizaba a 33 dólares, así que aún
mantiene precios no muy elevados.
Tan pronto se disparaba el precio, el director general de la
OPEP, Alí Rodríguez, criticaba a los especuladores
que 'hacen fiesta en las peores tragedias', y garantizaba el
aprovisionamiento de crudo y la intención del cartel por
mantener la estabilidad de los precios. Sin embargo, la
Asociación Española de Operadores de Productos
Petrolíferos (AOP), la
organización que agrupa a las petroleras
españolas, afirmaba ayer que es probable que el precio del
crudo siga subiendo. El director general de la AOP, Álvaro
Mazarrasa, aseguró que España,
como todo los países desarrollados, puede sufrir el
encarecimiento del petróleo.
Las principales compañías españolas, Cepsa y
Repsol YPF, garantizaron, en todo caso, que mantendrán los
precios de las gasolinas, a pesar de la fuerte subida de ayer. La
última gran subida del brent en un solo día se
produjo el 23 de marzo de 1998, cuando el crudo se disparó
un 13,77% después de que nueve de los 11 miembros de la
OPEP se comprometieran a bajar su producción en más de un
millón de barriles al día.
9. Al borde de la
recesión
Tras los atentados, un escenario
probable es que las economías europeas reduzcan aún
más su ya modesto crecimiento y que los mercados
bursátiles se debiliten todavía más, sobre
todo los de países que dependen en mayor grado de las
exportaciones,
como Alemania.
Norbert Walter, economista jefe del Deutsche Bank, pronosticaba
que los atentados en EEUU perjudicarán al consumo y
acelerarán el camino hacia la recesión en ese
país en el tercer trimestre de este año. A su
juicio, el dólar puede dejar de ser la moneda refugio que
ha demostrado ser durante décadas, al comprobarse que EEUU
es vulnerable al terrorismo, y
los inversores buscarán otras divisas, como el franco
suizo. En una primera reacción, el euro ganaba el
día 11 de septiembre casi un 2 por ciento frente al
dólar, pero la mañana siguiente cedía parte
de estas ganancias para situarse hacia el mediodía en
Europa en los 0,9047 dólares. Los economistas buscan en
vano precedentes que ayuden a evaluar el impacto potencial en la
economía de una crisis como ésta. El acontecimiento
más reciente comparable es la Guerra del Golfo que
provocó la recesión de 1990-91. Pero algunos
analistas consideran que esta crisis tendrá efectos
más devastadores en los EE UU, ya que la pérdida de
la confianza se ve agravada por las víctimas humanas
registradas en territorio norteamericano, lo que no tiene
precedentes.
Además, la economía parece más frágil
en estos momento, ya que las inversiones de
las empresas y las exportaciones
están cayendo, el desempleo crece y
las bolsas se desploman. En este panorama, el impacto de la
tragedia en la confianza podría minar seriamente el gasto
en bienes de
consumo, que
era el último baluarte de la coyuntura
económica.
10. EE UU queda
paralizado y en máxima alerta militar tras los
atentados
Portaaviones de la Flota del Atlántico fueron
enviados ayer a Washington y Nueva York para dar cobertura
aérea a los efectivos movilizados en tierra para
proteger los dos principales centros político y financiero
del mundo. Las fuerzas armadas fueron colocadas en estado de
máxima alerta en todo el país al tiempo que se
reforzaba la seguridad en laboratorios nucleares y los que
trabajan con guerra química y
bacteriológica. Las fronteras con Canadá y
México, cerraron temporalmente. Una vez reforzada la
vigilancia en los puntos fronterizos, EE UU reabrió sus
confines.
Psicosis de guerra nuclear
La policía
suspendió los permisos en todo el país, en algunos
casos, como la ciudad de Los Ángeles, movilizando unidades
antiterroristas. Hasta nueva orden, quedaron cancelados todos los
encuentros deportivos y se procedió a evacuar todos los
puntos turísticos que ya habían abierto a esas
horas, como Disney World en Florida o el Arco de St. Louis.
Centros comerciales y universidades, cualquier lugar de
concentración masiva, fueron cerrados a los largo y ancho
del país, que se colocó de inmediato en estado
psicológico de guerra.
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superior
La alarma fue casi automática en todo
Estados Unidos. En el John Hancok, uno de las torres más
emblemáticas de Chicago, quienes acudían a trabajar
a las 9 de la mañana, una hora después del ataque a
las Torres Gemelas, ya no pudieron entrar en el edificio y
sólo pudieron ver cómo eran evacuados con urgencia
los que habían entrado antes, mientras por los altavoces
se anunciaba que era por orden del Departamento de Estado y el
Pentágono. Todos los edificios representativos en todo el
país fueron clausurados. Millones de personas fueron
evacuadas en todo el país y enviadas a casa. A media
manaña, el centro de Chicago, la tercera ciudad de Estados
Unidos, estaba desierto. Inconcebible pandemonium. El país
adoptó las medidas previstas para caso de ataque
nuclear.
En las casas, todas las televisiones estaban puestas buscando
noticias Las comunicaciones
telefónicas quedaron cortadas o saturadas con el noreste
de Estados Unidos y era imposible comunicar con teléfonos
móviles. Entre las informaciones sobre lo que se iba
sabiendo, las televisiones transmitieron mensajes de las
autoridades civiles locales en las que se pedía a los
ciudadanos que mantuvieran la calma y se quedaran en sus casas.
Todos los medios de
transporte de
larga distancia por tierra, mar y
aire fueron
suspendidos. Puentes y túneles fueron colocados bajo
custodia. El país quedó físicamente
paralizado. El correo
electrónico, medio de comunicación entre particulares. Mientras
los medios
informativos norteamericanos en Internet sufrían
bloqueos por acumulación de visitas, Internet suplió el
colapso de una red telefónica
saturada. El correo
electrónico y la mensajería instantánea
fueron en muchos momentos la principal ventana estable para
comunicarse con familiares o amigos de Nueva York y Washington.
Internet aguantó. Empresas radicadas en las torres gemelas
colocaron en su web
información. El hotel Marriott comunicó en la
web el
desalojo de sus 800 habitaciones. La
organización Internethealthreport, que controla
el estado de
la red minuto a
minuto, sólo detectó problemas
críticos en nodos de Nueva York y Filadelfia. Eso
sí, las ediciones digitales de los principales medios de
información norteamericanos estaban saturadas de visitas y
renovaban tardíamente los datos.
11. Una investigación secreta detectó graves
fallos en los aeropuertos en 1999
Parecen más gigantescas estaciones de autobuses
que aeropuertos destinados a vuelos interiores en un país
como Estados Unidos, donde la utilización del transporte
aéreo es masivo. La Agencia Federal de Aviación
(FAA), organismo controlador, denunció en un informe de 1999
que agentes federales fueron capaces de colarse 46 veces en zonas
restringidas de cuatro aeropuertos y alcanzar la pista. En otras
51 oportunidades llegaron a embarcar sin problemas. Otro informe,
realizado el año pasado, señaló que estos
empleados de seguridad aeroportuaria dejaron pasar una de cada
cuatro armas.
Una vez facturado el equipaje, el viajero y sus
acompañantes pasaban por un detector de metales y una caja
de rayos X;
después quedaban en libertad para
moverse por el recinto aeroportuario. Los encargados de realizar
ese primer y único control, subcontratados a terceros por
las compañías aéreas que dominan las
diversas terminales, son personas sin especial
cualificación ni incentivos
profesionales, con un salario promedio
de 6,25 dólares a la hora (unas 1.200 pesetas), por debajo
de lo que recibe un estudiante en un establecimiento de
hamburguesas.
Un informe del año 2000 revelaba que ese personal se
renueva por completo más de una vez al año en casi
todo los aeropuertos del país y que en cinco grandes,
incluidos el de Boston y los de Atlanta y Chicago, la
renovación de la plantilla es completa más de dos
veces al año.
Un responsable del National Transportation Safety Board,
organismo encargado de seguridad en el transporte, comentó
al diario The New York Times: "El hecho de que pudieran hacerse
con el control de cuatro aviones en tan corto espacio de tiempo
lo dice todo. Cuando pagas un salario
mínimo, tienes gente de salario mínimo". Los
actuales detectores de metales no pueden descubrir cuchillos de
plástico
duro, que después pueden ser utilizados como armas, y los
patrones de seguridad vigentes permiten introducir en los aviones
navajas con una hoja no superior a los siete centímetros
de longitud. Barbara Olson, la comentarista política y antigua
fiscal que
pudo hablar con su marido antes de que su avión fuera
estrellado, dijo que los secuestradores llevaban algo que
parecían navajas. Una vez producida una situación
crítica, el piloto debe cooperar con los secuestradores.
Como decía uno a The Wall Street Journal: "No estamos
preparados para hacer frente a este tipo de actividad terrorista.
Se nos prepara para tratar con gente desequilibrada o que quiere
ir a algún lado… No con secuestradores suicidas".
Los deficientes controles de seguridad son aún menos
exigentes en los vuelos nacionales, como los cuatro secuestrados
el martes. El aeropuerto de Logan (Boston) tuvo 137 violaciones
de las medidas de seguridad entre 1997 y 1999, y el mes pasado la
FAA impuso 99.000 dólares en multas a American Airlines
por la ligereza de sus controles en seis de sus vuelos, uno de
ellos originado en Logan. Los responsables de las
compañías mantienen que controlar rigurosamente
10.000 vuelos diarios es tarea imposible, que de ser realizada
con celo extremo produciría insoportables retrasos en los
vuelos. A partir de los atentados del martes, no obstante, ya
entraron en vigor medidas especiales de seguridad, entre ellas la
eliminación de la facturación que se venía
realizando fuera de las terminales; la restricción
absoluta del acceso a las zonas de seguridad, el incremento de
policías; los controles de identidad y la
venta o el uso de
navajas, de metal o de plástico,
en la mayor parte de las áreas del recinto del aeropuerto.
Los aviones serán sometidos también a registros antes
de cada vuelo.
12. Reaccion del Presidente Bush ante los
Ataques
El Presidente Bush le hablo al pueblo Estadounidense,
después de que ocurrieron los Atentados. A
continuación se detallan sus palabras:
WASHINGTON.- "Hoy, nuestros conciudadanos, nuestra forma
de vida, nuestra libertad,
fueron atacados en una serie de fatales actos terroristas
deliberados. Las víctimas estaban en aviones o en sus
oficinas. Secretarias, hombres y mujeres de negocios,
militares y empleados públicos. Madres y padres. Amigos y
vecinos.
"Miles de vidas fueron cercenadas de repente por actos de terror
perversos e infames.
"Las imágenes
de aviones colisionando con edificios, incendios,
grandes estructuras
colapsando, nos han llenado de incredulidad, una terrible
tristeza y un calmado, implacable enojo. "Estos actos de
asesinato masivo buscan amedrentar a nuestra nación
y sumirla en el caos y el repliegue. Pero han fallado. Nuestro
país es fuerte. Gente valiosa se ha movilizado para
defender a una nación valiosa. "Los ataques terroristas
pueden sacudir los cimientos de nuestros mayores edificios, pero
no pueden tocar los cimientos de Estados Unidos. Estos actos
desintegran el acero, pero no
pueden dentar el acero de la
determinación estadounidense.
"Estados Unidos fue elegido para el ataque porque es el
faro mas brillante de la libertad y las oportunidades en el
mundo. Y nadie podrá ensombrecer esa luz. "Hoy,
nuestra nación vio la maldad, lo peor de la naturaleza
humana, y respondimos con lo mejor de Estados Unidos, con la
audacia de nuestros equipos de rescate, con la solidaridad de
los desconocidos y los vecinos que fueron a donar sangre y ayudaron
en todas las formas posibles.
Para ver el gráfico seleccione la
opción "Descargar" del menú superior
"Inmediatamente después del primer ataque,
implementé los planes de emergencia de nuestro gobierno.
Nuestro ejército es poderoso y esta preparado. Nuestros
equipos de emergencia estan trabajando en Nueva York y en
Washington para colaborar con los esfuerzos locales de
rescate.
"Nuestra prioridad es ayudar a quienes fueron heridos y
tomar todas las precauciones para proteger a nuestros ciudadanos
en casa y en el mundo, de ataques futuros. "Las funciones de
nuestro gobierno continúan ininterrumpidamente. Las
agencias federales en Washington, que hoy han tenido que ser
evacuadas, se están reabriendo esta noche con el personal
esencial y reanudarán sus operaciones mañana.
"Nuestras instituciones
financieras permanecen fuertes, y la economía americana
también estará funcionando mañana. "La
búsqueda de quienes están detras de estos actos
perversos está en marcha. He orientado todos los recursos de
Inteligencia y
del cumplimiento de la ley para
encontrar a los responsables y juzgarlos. No haremos distinciones
entre los terroristas que cometieron estos actos y aquellos que
los cobijan.
"Agradezco mucho a los miembros del Congreso que me han
acompañado en condenar fuertemente estos ataques. Y en
nombre del pueblo americano, agradezco a los numerosos lmderes
mundiales que han llamado para ofrecer sus condolencias y
asistencia.
"Los Estados Unidos y sus amigos y aliados se unen a
todos aquellos que desean la paz y la seguridad en el mundo para
juntos ganar la guerra contra el terrorismo.
"Esta noche, les pido que recen por todos aquellos que
sufren, por los niños
cuyos mundos fueron cercenados, por todos aquellos cuya seguridad
ha sido amenazada. Y rezo para que sean reconfortados por un
poder superior que ha hablado a través de los tiempos en
el Salmo 23: "Aunque cruce por oscuras quebradas no temeré
ningún mal porque tú estas conmigo". "Este es un
día en que los estadounidenses de todas las profesiones y
condiciones sociales se unen por la justicia y la
paz. Estados Unidos ha doblegado enemigos antes, y lo mismo hara
ahora. "Ninguno de nosotros olvidara jamas este día, sin
embargo continuaremos en la defensa de la libertad y de todo lo
que es bueno y que es justo en el mundo.
"Gracias, y Dios bendiga a Estados Unidos".
Desde el 11 de septiembre del 2001 el mundo ya no es
igual. Casi todos estamos de acuerdo en que habrá un antes
y un después de esa fecha de trágicos
acontecimientos para Estados Unidos. Radio Nederland,
que ha seguido día a día los hechos, quiere con
este dossier compilar toda la información escrita y sonora
que está diseminada por nuestras páginas de
Internet y facilitar a los lectores de InformaRN su
búsqueda rápida. Lo resumido aquí, parte de
las primeras noticias publicadas sobre los atentados en Nueva
York y Washington y las reacciones en todo el mundo. Con el paso
de los días, la información dio lugar
después a los análisis de especialistas en materia de
antiterrorismo defensa y seguridad, que también destacamos
como completo de la información diaria. Hemos seguido con
interés
el impacto psicológico de la tragedia, así como las
consecuencias económicas y sociales para el conjunto de la
comunidad
mundial. Recogemos las reacciones de políticos y las
controvertidas opiniones de personalidades de todas las esferas.
Pero los informes
compilados en estas páginas son, sobre todo, despachos de
nuestros corresponsales en todo el mundo, comentarios de los
redactores y especialistas de RN y análisis de colaboradores de esta radio que ocupan
cargos en organizaciones NO
gubernamentales de lucha por la paz y el respeto a los
derechos
humanos.
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1. ¿Qué sabía
Bush?
Altos miembros del Congreso estadounidense exigen una
investigación acerca de las advertencias
que el Presidente, George Bush habría recibido antes de
que se perpetraran los atentados terroristas del 11 de septiembre
con respecto a los planes para secuestrar aviones. La Casa
Blanca desmiente categóricamente haber tenido en sus manos
información que hubiera podido evitar los atentados. El
pasado verano boreal, los servicios de inteligencia
norteamericanos recibieron mayor información que la
acostumbrada; en la misma se alertaba ante la posibilidad de que
la organización de Osama bin Laden, Al Qaeda, llevara a
cabo secuestros aéreos y otro tipo de ataques. A comienzos
de agosto, el presidente Bush fue puesto al tanto por la Agencia
Central de Inteligencia. Sin embargo, de acuerdo a lo declarado
por el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, esa
información hablaba solamente sobre piratería aérea en el sentido
tradicional y no se hacía mención a
eventuales agresores suicidas que planeaban utilizar los
aviones como misiles. Debido a que los secuestros aéreos
del 11 septiembre transcurrieron de una manera totalmente
diferente a la información que fue facilitada al
presidente Bush, nadie del gobierno pensó en informar al
Congreso o al público sobre las advertencias previas,
según Fleischer. Al mismo tiempo añade que esas
señales fueron irrelevantes. Todo parece indicar que
Fleischer quiere ahogar las críticas que surgen ocho meses
después de los atentados, y quitar importancia al
contenido de esas advertencias. El líder
de la minoría en la Cámara de Representantes, el
demócrata Dick Gephardt, demandó una
investigación al igual que el líder
de la mayoría demócrata en el Senado, Tom Daschle.
El descontento de los republicanos
Si bien es la oposición la que aviva esta imprevista
conflagración política, los republicanos
también están preocupados ante los posibles fallos
de los servicios de inteligencia. El Senador republicano, Richard
Shelby, vicepresidente del Comité de Inteligencia, hace
referencia no sólo a la información suministrada al
presidente Bush cinco semanas antes de los atentados del 11 de
septiembre. Un agente del FBI de Arizona compartió sus
sospechas con el Cuartel General en Washington sobre los posibles
vínculos de hombres procedentes de Oriente Medio,
que tomaban clases en las escuelas estadounidenses de pilotaje.
Un agente, implicado en los interrogatorios al secuestrador
número 20, Zacarias Moussaoui que fue detenido antes del
11 de septiembre, dejó constancia de que Moussaoui
podría haber tomado lecciones para pilotar aviones con el
objetivo de
estrellar un avión contra las torres gemelas del World
Trade Center. "11 de Septiembre-gate" ¿Quién
conocía lo que iba a ocurrir y cuándo? Esas
preguntas dominarán la escena política
norteamericana en los próximos días. Para
contrarrestar los efectos negativos, la Casa Blanca se
apresuró a enviar a su asesora en temas de Seguridad
Nacional, Condoleezza Rice con la esperanza que,
después de ocho meses de silencio, los detalles que ella
pueda aportar sobre las advertencias recibidas antes del 11 de
septiembre demuestren que la
administración Bush no cometió un grave error.
De todas formas, los periodistas continúan indagando y los
miembros del Congreso exigiendo tener más datos. Si esa
tendencia persiste, sólo será cuestión de
tiempo para que alguien describa esta situación como el
"11 de Septiembre-gate" parafraseando aquel otrora famoso
escándalo del "Watergate".
2. El dilema de la información
reservada
La ciudad de Nueva York está irritada con el
gobierno en Washington. Hace unos meses, las autoridades de la
capital estadounidense no advirtieron a los neoyorquinos sobre un
posible atentado atómico contra la ciudad. Ahora, el
alcalde, el jefe de policía y el gobernador de Nueva York
sostienen que sí debieron ser informados.
El presidente estadounidense, George Bush,
reconoció hace poco que se sintió desprotegido
sólo en una oportunidad, después de los atentados
del 11 de septiembre, mientras lanzaba la primera pelota en un
partido de baseball, a fines de octubre pasado en Nueva York. En
aquel momento los servicios de inteligencia habían
recibido información de que una bomba atómica de 10
kilotones habría sido introducida en secreto en la ciudad,
o que iba a ser trasladada en breve. Esta información
nunca fue entregada a las autoridades de Nueva York. Rudolph
Giuliani, que en aquel entonces era alcalde de Nueva York,
así como el actual alcalde, Michael Bloomberg, han
manifestado su sorpresa y desagrado por este hecho.
Por su parte, el gobernador del Estado y el ex jefe de
la policía, así como la senadora por Nueva York,
Hillary Clinton, calificaron de inaceptable el hecho de que la
ciudad no fuese alertada. Las autoridades locales opinan que en
el futuro deben ser convenientemente informadas, para decidir las
medidas a tomar para la mejor protección de sus
conciudadanos. Pero Washington asegura que hizo bien, evitando
dar la alarma local, que hubiera desatado el pánico en la
ciudad. La noticia de este probable ataque nuclear, con una bomba
que según las contradictorias versiones de los analistas
pudo haber desaparecido en Rusia, fue dada a conocer esta semana
por el semanario "Time". Los servicios de inteligencia reconocen
que existió la advertencia del posible ataque, pero que
dudaban de la fuente informativa. Esa fue la razón por la
que no avisaron a las autoridades locales. Visto desde el
presente, todo se redujo a una falsa alarma y los servicios de
inteligencia actuaron bien, pero el mensaje de las autoridades
neoyorkinas es claro: "No importa, nosotros debimos ser
informados". Se trata, sin duda, de un dilema difícil de
resolver para las autoridades de todo el mundo: ¿En
qué momento se da la voz de alarma? Si se hubiese dado a
conocer que una bomba atómica de 10 kilotones
estallaría en Nueva York, con un saldo posible de 100.000
muertos y 700.000 heridos, se habría desatado un
pánico incontrolable en esa metrópolis.
Además, en caso que las autoridades locales hubieran
conseguido mantener en secreto la información:
¿qué medidas podrían haberse tomado mientras
se esperaba el terrible golpe?.
3. Desconfianza musulmana hacia EE.UU.
Son muchos los musulmanes que no creen que los
árabes son responsables de los ataques terroristas del 11
de septiembre en Nueva York y Washington. Un sondeo efectuado por
la empresa
norteamericana Gallup en nueve países musulmanes, revela
que la mayoría de la población en dichos países tiene una
imagen negativa de Estados Unidos. La encuesta
confirma la existencia de un profundo abismo entre Estados Unidos
y el mundo musulmán.
Inmediatamente después de los atentados del 11 de
septiembre, circuló en el mundo musulmán el rumor
de que ese día se recomendó a miles de
judíos que trabajaban en el World Trade Center que no
acudieran a su trabajo. Incluso en círculos de
intelectuales árabes, son muchos quienes están
convencidos de que el servicio
secreto israelí,
Mossad, perpetró los atentados, con o sin la ayuda del
servicio
secreto norteamericano, CIA. El resultado de los sondeos
demuestra cuán negativa es la imagen de Estados Unidos en
el mundo musulmán. Para la encuesta se
consultó a casi 10.000 personas en Pakistán,
Irán, Indonesia, Turquía, Líbano, Marruecos,
Kuwait, Jordania y Arabia Saudita. Un promedio del 22 por ciento
de los entrevistados en esos países tenía una
impresión positiva de Estados Unidos. En el Líbano
y Turquía, este último aliado de la OTAN, este
porcentaje fue el más alto: un 40 por ciento. En
Pakistán se encontró la cifra más baja: un 5
por ciento. Incluso en Irán, país que fue declarado
enemigo por el presidente norteamericano, George Bush, un 14 por
ciento de la población contempla con mirada positiva a
Estados Unidos, cifra que supera actualmente a la registrada en
Pakistán, supuestamente el nuevo aliado de Washington en
la lucha contra el terrorismo. Los calificativos adversos a
Estados Unidos varían entre despiadado, agresivo,
soberbio, arrogante, predispuesto y fácil de provocar. Tan
sólo un 18 por ciento de los entrevistados cree que fueron
terroristas árabes quienes estrellaron los aviones
secuestrados en las Torres Gemelas y en el Pentágono. Un
61 por ciento está convencido de que el atentado no fue
obra de árabes. Es evidente que las noticias y los
comentarios sobre los atentados en Estados Unidos difieren
profundamente de los métodos de
información corrientes en países musulmanes. Sin
duda alguna, esta diferencia no se limita a una mera discrepancia
en la interpretación o a una falta de información.
Todo indica que existe una profunda brecha cultural entre
Estados Unidos y el mundo árabe e
islámico.
Los norteamericanos han reaccionado alarmados e
indignados ante resultado del sondeo. Se muestran sobre todo
decepcionados con Kuwait, país que hace 10 años fue
liberado de la ocupación iraquí por una
coalición dirigida por Estados Unidos. De la encuesta se
desprende además que más de una tercera parte
de la población opina que los atentados del 11 de
septiembre fueron justificados.
4. Desastre aéreo en Nueva York
La caída de un avión Airbus-300 de
American Airlines en el barrio de Queens de Nueva York no parece
haber sido originada por un acto terrorista, según han
comunicado las autoridades norteamericanas. Al
parecer, fue causado por un fallo en uno de los
motores que se
desprendió pocos segundos antes del siniestro. Los
251 pasajeros y 9 miembros de la tripulación perdieron la
vida en el accidente. El Airbus se
estrelló en un barrio residencial cuando acababa de
despegar del aeropuerto Kennedy. El vuelo 587 se dirigía a
la República Dominicana.
Entre tanto, ya han sido rescatados los cadáveres
de todos los ocupantes del aparato de al menos 14 personas que
murieron en tierra. Este es el primer accidente de
aviación que ocurre en Estados Unidos después de
los atentados del 11 de septiembre. Un portavoz del
Pentágono explicó, por su parte, que no se
percibió ningún problema dentro del avión
antes del accidente del Airbus. Las autoridades norteamericanas
investigan ahora las verdaderas causas del siniestro. Los tres
grandes aeropuertos de la zona de Nueva York (Laguardia, Kennedy
y Newark) fueron cerrados inmediatamente después del
accidente, pero continúa con normalidad el tráfico
aéreo en el resto del país. Los aeropuertos Dulles
International y National Reagan, en el área de Washington,
continuaban hoy sus operaciones después del accidente del
avión de American Airlines. Portavoces de ambas terminales
aéreas, ubicadas en Virginia al sur y el oeste de la
capital estadounidense, indicaron que las operaciones de los
aeropuertos se mantenían con regularidad.
El aeropuerto Dulles fue el punto de partida de un
avión de la aerolínea United que el 11 de
septiembre fue secuestrado por terroristas y se estrelló
en el edificio del Pentágono. El aeropuerto National
Reagan fue clausurado inmediatamente después de los
ataques terroristas del 11 de septiembre en Nueva York,
Washington y Pensilvania y permaneció cerrado por tres
semanas.
La reapertura de operaciones en National Reagan se
produjo después de modificarse la ruta de llegada y
partida de los aviones que transcurren a pocos kilómetros
de las sedes centrales de instituciones como el Congreso, la Casa
Blanca, el Pentágono, la Agencia Central de Inteligencia
(CIA) y todos los ministerios del gobierno federal.
5. Berlusconi: Occidente es superior
Durante una conversación con periodistas, el
primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, manifestó que
considera que la civilización occidental es superior a la
islámica. Sus burdas palabras contrastan radicalmente con
la prudencia con la que los demás líderes
occidentales se refieren al Islam. Las
declaraciones de Berlusconi fueron criticadas duramente en
Italia.
En términos morales, el mundo occidental es
superior al del Islam y, a la
larga, lo vencerá. Este es, en resumen, el contenido de
las declaraciones hechas por el primer ministro italiano, Silvio
Berlusconi, durante su visita oficial a la capital alemana,
Berlín. Berlusconi hizo sus comentarios durante una
conversación con periodistas, poco antes de una conferencia de
prensa
conjunta con el canciller alemán, Gerhard Schröder.
Literalmente, Berlusconi dijo: "tenemos que ser conscientes de la
superioridad de nuestra civilización, un sistema que ha
garantizado el bienestar, el respeto de los derechos humanos
y, a diferencia de los países islámicos, el respeto
de los derechos
religiosos y políticos. La civilización occidental
es superior, añadió Silvio Berlusconi, porque su
valor
más importante es la libertad , y esto no es el caso de la
cultura
islámica. El jefe del Gobierno italiano pronosticó
que Occidente continuará conquistando pueblos, incluso si
ello significa un enfrentamiento con otra civilización,
como por ejemplo la islámica, que se ha quedado estancada
hace mil 400 años. Las palabras de Berlusconi, un
empresario y magnate de los medios de
comunicación, contrastan radicalmente con los
prudentes comentarios de los demás líderes
occidentales, quienes han intentado por todos los medios no
disgustar a los países islámicos, diferenciando
claramente entre sus críticas a los líderes
Talibán y el terrorismo islámico, así como
con sus esfuerzos de mantener el diálogo
con los líderes islámicos que, al igual que ellos
mismos, condenan el terrorismo.
La oposición izquierdista de Italia acusa a
Berlusconi de ‘conducta
irresponsable'. Algunos críticos temen que sus
declaraciones deterioren aún más las delicadas
relaciones entre la mayoría católica italiana y los
quinientos mil musulmanes que residen en el país
mediterráneo. El líder opositor, Francesco Rutelli,
advirtió que comentarios de esta índole pueden
motivar a los terroristas a nuevas acciones y a reclutar
más seguidores.
En otro comentario que realizó sobre los ataques
en Nueva York y Washington, Silvio Berlusconi dijo que
existía una rara coincidencia entre esa acción y el
movimiento
antiglobalización que ha salido a la luz hace un
año. Activistas contra la
globalización han protestado airadamente por
considerar que, deliberadamente, Berlusconi mezcla las
cosas.
En una tercera posición crítica contra el
primer ministro italiano, se le pregunta que, si realmente quiere
estar a la vanguardia de
la lucha antiterrorista, tal como él mismo lo asegura,
¿por qué trata de restringir las investigaciones
sobre las dudosas transacciones financieras internacionales?
¿Podría ser, acaso, porque el propio Berlusconi es
sospechoso de turbias operaciones financieras?
En los últimos tiempos, el ministro italiano de
Relaciones Exteriores, Renato Ruggieron, y su equipo
diplomático, ejercen presión
para aumentar el peso político de Italia en asuntos
internacionales. A este respecto, el señor Berlusconi, no
les ha sido de gran ayuda.
Nada de qué alegrarse
Sucede como con los niños y
con los borrachos, cuanto más grave es el drama, la gente
tiene mayor tendencia a decir lo que realmente piensa. Qué
aleccionador resulta poner algunos ejemplos en relación
con los atentados del pasado 11 de septiembre en Nueva York y
Washington.
Comencemos por las
autoridades
Primero fue el ministro del
Interior de Italia quien vio en los atentados una
continuación de las protestas de Génova. Como si
los jóvenes del Primer Mundo, en su inmensa mayoría
pacíficos, estuviesen de alguna forma confabulados con los
terroristas suicidas. Esta pretensión mafiosa de intentar,
sin base de ninguna naturaleza,
igualar a los adversarios sólo puede esperarse de
políticos viciados que tanto desprestigio le acarrean hoy
por hoy a la política en su conjunto.
Pocos días después, fue el propio jefe del
Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, quien, con su aire
socarrón y "sobrador" llegaría a decir que la
civilización occidental es "superior al Islam". Mientras
los estadistas, los políticos, los especialistas y los
medios de
comunicación intentan denodadamente alejar cualquier
atisbo de confrontación entre civilizaciones; mientras se
desea, por suerte, alejar la posibilidad de iniciar una guerra en
contra de mil millones de creyentes, y mientras se llama a la
cordura para aislar a los terroristas, el Sr. Berlusconi dice lo
que siente: que él y los suyos son superiores a los otros.
¿Por qué tengo la sensación de que he
escuchado esto antes, y de que me horroriza? ¿Por
qué creo que expresiones de esta índole
están ligadas a una de las épocas más
oscuras de la historia? George Robertson, Secretario General de
la OTAN, no se ha quedado atrás. El Sr. Robertson
considera que "no es necesario que un aliado atacado presente
pruebas" del
culpable, ya que es evidente que se trata de un ataque exterior.
El sofisma es perfecto. Es decir, la verdad aparente es
fácil de digerir. Nadie duda que el ataque vino del
exterior; ése no es el problema. La pregunta fundamental
es quiénes son los responsables y quiénes sus
cómplices. Y para establecerlo, en cualquier sistema
jurídico responsable, nacional o internacional, se
necesitan pruebas. Lo
demás es arbitrariedad pura, mero gesto solidario con
valor moral, pero
carente de toda significación jurídica.
Los detractores tampoco se han quedado atrás. Es
cierto que los atentados son un síntoma y no la
enfermedad. También es cierto que la barbarie ha formado
parte del quehacer del Gobierno de los Estados Unidos durante
mucho tiempo y en tantas partes del mundo. Pero no es justo ni
legítimo que numerosos analistas y políticos
interesados pretendan transformar a las víctimas en meros
objetivos militares; que pretendan otorgarle cierto grado de
legitimidad a los atentados, como si los asesinos fuesen
combatientes de nuevo cuño por la libertad y la justicia. Nada
justifica al terrorismo. Nada justifica una sola muerte
innecesaria. Intentar sacar réditos políticos a
costa de los que perecieron el 11 de septiembre es deleznable. No
puede ser que los muertos nuestros sean mártires y los
otros no.
Un parlamentario latinoamericano se atrevió a
decir que el tema no debería discutirse en el Congreso de
su país por tratarse de un caso ajeno. Como si los aviones
transformados en misiles no fuesen un agravio a la
humanidad. No inmiscuirse en esta materia es
ceguera política e intelectual. Ese día fue
histórico, porque ya nada será igual después
de él, y por eso nos atañe a todos. América
Latina debería, desde su modesta posición y como
sujeto que observa desde cierta distancia, propiciar que la justa
respuesta no derive en caza de brujas; que la larga batalla en
contra del terrorismo no cercene las libertades públicas,
como ya está ocurriendo; que la histeria y la xenofobia no
se apoderen de la gente, que paralelamente a las acciones
policiales se propicie un real debate sobre
los problemas de fondo, que no son otros que la pobreza, la
injusticia y la exclusión; que nadie, ni menos un
país, tenga el derecho de arrogarse la
representación del mundo y que, por ello, se debe
propiciar el fortalecimiento de los organismos
internacionales.
6. Conexión Oriente Medio
Estados Unidos y el mundo entero están de
duelo después de los ataques terroristas contra Nueva York
y Washington. En la Unión
Europea se guardaron 3 minutos de silencio al mediodía
el viernes 14 de septiembre. Un gesto de solidaridad, muy
necesario para el pueblo norteamericano. Pero, el presidente
norteamericano y su gobierno no tienen mucho tiempo para
conmemoraciones. Este ataque directo a la democracia
estadounidense exige una respuesta rápida y
firme.
Los equipos de rescate continúan buscando por
todos los medios sobrevivientes entre los escombros de las Torres
Gemelas de Nueva York. Con el transcurso del tiempo,
irá quedando cada vez más clara la magnitud de
estos ataques terroristas que se han cobrado un número
incontable de víctimas. Cada desgarrador testimonio
no sólo hará aumentar el dolor y la
compasión, sino también el clamor por venganza.
Pero, cabe preguntarse ¿quién es el enemigo? desde
el principio el dedo acusador señala a Osama bin Laden y
su organización Al Qa'ida, que significa La
Base.
Los primeros resultados de la investigación
policial parecen justificar esa sospecha, Osama bin Laden y sus
cómplices son musulmanes fundamentalistas y los primeros
sospechosos provienen de países árabes.
Más allá del comprensible dolor y furia,
existe ahora el peligro de que ‘EL ISLAM' o ‘LOS
ÁRABES' sean acusados colectivamente de
simpatía con los autores de los atentados o incluso sean
acusados de culpa indirecta por la catástrofe que
afectó a Estados Unidos. Ya se han producido entretanto
los primeros incidentes dirigidos contra norteamericanos de
ascendencia árabe e instituciones musulmanas en
Estados Unidos. Con mucha razón el presidente
norteamericano George Bush ha exhortado a sus compatriotas
a no cometer ese grave error. Difamar a todo un grupo de la
población o a una religión
fortalecería la base para el crecimiento del islamismo
fundamentalista. La primera tarea debe ser la búsqueda y
captura y el enjuiciamiento de los culpables. Pero un éxito
duradero de la lucha contra el terrorismo requiere algo
más que medidas militares. La coalición
internacional de democracias que el presidente Bush quiere
formar, sólo puede tener éxito
si se hace algo contra el caldo de cultivo del terrorismo. No
cabe la menor duda de que los sentimientos anti-occidentales y
específicamente anti norteamericanos se encuentran muy
extendidos en el mundo árabe e islamita. Esto tiene mucho
que ver también con la opinión tan extendida en el
mundo árabe de que Occidente mide a menudo con dos
varas, específicamente en el caso del conflicto en
Oriente Medio entre Israel y sus vecinos palestinos y
árabes. También está relacionado con el
sentimiento de que las democracias occidentales operan de forma
selectiva a la hora de combatir las dictaduras, si hay intereses
económicos. Por ejemplo cuando peligra el libre acceso al
petróleo. Aún así, los pueblos árabes
e islamitas tiene la misma necesidad de vivir en democracia que
nosotros en Occidente. En términos generales, no se
puede hablar de un rechazo total de Estados Unidos, más
bien se trata de una relación amor y odio.
Eso queda demostrado por la objeciones en contra y por los
atractivos del modelo
norteamericano. El sobresalto y honesto estupor que el ataque
terrorista ha provocado en amplios círculos del mundo
árabe e islamita, forma por consiguiente una base para el
diálogo
abierto y crítico sobre dichas objeciones, que existen
desde hace tanto tiempo y que en parte son puras imaginaciones
pero por la otra, son completamente legítimas. Esto puede
ofrecer un punto de contacto a partir del cual se pueda combatir
el terrorismo de manera conjunta, eliminando sus causas y sus
caldos de cultivo y que no se limite únicamente a combatir
militar y políticamente esos síntomas. De llegar a
ser ésto último, entonces nos veremos
aún más cerca a lo que el politólogo
estadounidense Samuel Huntington califica de "Guerra entre
Civilizaciones", es decir, una lucha inútil entre
Occidente y el Resto del Mundo. Con la precaución que
requieren las interpretaciones tempranas de las medidas del
gobierno de Estados Unidos, en México se teme un cierre de
fronteras más rígido que nunca.
7. Un atentado contra la política y la
democracia
La cadena de atentados múltiples en EEUU va a
imponer un cambio radical
en la política global. Desde ahora en adelante las
excepciones se volverán reglas: todos podemos ser
víctimas, todos somos sospechosos. Consecuentemente
habrá un amplio consenso social en favor de la
represión preventiva, el control social, y las represalias
dentro y fuera de la Ley.
Estos ataques ponen de relieve varias
cuestiones sobre el terrorismo. La política como actividad
para cambiar la realidad ha perdido su función en
las últimas décadas. Hacer política era
convencer, planificar, gobernar e inclusive manipular y mentir en
función
de alcanzar objetivos económicos y establecer otros
modelos de
organización social. Había, por lo tanto, fines
para los que se buscaba apoyo social. Se necesitaba contar con la
gente. En las sociedades
democráticas la política se ha convertido en
marketing: los
ciudadanos cuentan para votar pero los poderes públicos y
los mismos partidos no quieren que actúen demasiado. En
las sociedades con
gobiernos y estructuras
autoritarias la gente sirve para dar su adhesión
incondicional o es una enemiga. En este marco, la política
ha perdido peso a la vez que se ha vuelto más
espectacular, una necesidad reforzada por la
identificación entre política y medios de
comunicación. Grandes podios, costosas
campañas, potentes bombas. Para
tener impacto no bastan los discursos, hay
que actuar con decisión, especialmente contra los
enemigos.
Esta desmovilización social ha ido
acompañada por el auge de liderazgos personales. El uso
irregular de la violencia
siempre tuvo una misión
propagandística. Los manuales de
guerrilla de los movimientos de liberación nacional de los
años 60 en el Tercer Mundo reivindicaban el uso de la
fuerza contra
los enemigos con el fin de movilizar a las sociedades. El uso
selectivo de la fuerza era, según la teoría,
una herramienta educativa de las sociedades oprimidas.
El terrorismo moderno no busca la movilización
social organizada por determinadas causas, ni quiere ganar los
corazones y las mentes de los posibles aliados. Consecuentemente
no hay confrontación entre proyectos
sociales. Se trata de golpear espectacularmente, esperar las
reacciones de la otra parte, y volver a golpear. Esto provoca una
mortal y perverso juego entre
élites ya que mientras los terroristas atacan sin contar
con la gente; los poderes estatales responden muchas veces de
forma arbitraria y haciéndose fuertes en el fácil
discurso de la
represalia.
Estos atentados muestran que uno o varios grupos,
posiblemente del mundo islámico, han perdido el control de
sus acciones: matan a personas inocentes, destruyen
infraestructura y presionan en favor de que haya más
violencia y
menos diálogo, sea en Oriente Próximo o en otras
partes del mundo. Abren la puerta, además, a que EEUU y
quizá Israel no solamente no cambien su política
conservadora en Oriente Medio sino que, además, se
fortalezan en esa posición y reaccionen de forma radical
en diferentes ámbitos: ni una sola negociación por parte de Sharon;
desarrollar el proyecto del escudo antimisiles por parte de Bush.
Controlar a los antiglobalizadores en todo el mundo.De esta forma
el ciclo violento de las calles de Israel y Palestina se proyecta
de forma global. Es posible que en los próximos
días Wshington realice uno o varios ataques con el fin de
mostrar su fortaleza. Pero, además, desde ahora se
inaugura una nueva época de control social y de sospecha
sobre todos los ciudadanos, especialmente de algunos
países. La privacidad y el movimiento van a quedar bajo el
Estado de queda.
Como pasan con los atentados terroristas en otros
contextos -como los que realiza ETA en España- el
resultado es que el objetivo que dicen perseguir sus autores se
aleja cada vez más hasta hacerse imposible de alcanzar.
Los crímenes que se acaban de cometer en EEUU son
injustificables en sí mismos, entierran las posibilidades
de paz en situaciones como la palestino-israelí, son una
tentación para el autoritarismo y atentan contra la
política y la democracia como forma de
convivencia.
c. Consecuencias del Atentado
1. Numerosos hispanos se convierten al Islam en
EE.UU
José Padilla, también conocido como
Abdulá al Mujahir, es un ciudadano estadounidense de
origen puertorriqueño que hoy se encuentra bajo custodia
del Departamento de Defensa en condición de "combatiente
enemigo", por la supuesta coordinación de un ataque con una bomba
radioactiva en territorio norteamericano, y por su
vinculación con la red terrorista de Al
Qaeda.
Muchos se preguntan cómo un joven pandillero de
origen hispano decidió cambiarse de nombre, convertirse en
seguidor de la fe islámica y comprometerse con una red terrorista. Lo
cierto es que la conversión de Padilla no es un hecho
aislado. En 1997, el Consejo Musulmán Norteamericano
estimó que su religión contaba con
unos 40 mil hispanos en Estados Unidos: actualmente la cantidad
de hispanos islamitas llega a unos 60 mil, de un total de 6
millones. Los grupos de
musulmanes hispanos se han formado en grandes ciudades
norteamericanas como Florida, Nueva Jersey, California, Chicago y
Nueva York, pero también en ciudades más
pequeñas donde la población hispana es importante.
Pueden ser de origen español, mexicano,
puertorriqueño, centro o sudamericanos, inmigrantes o
residentes estadounidenses, y en la mayoría de los casos
provenientes del catolicismo. Es el caso de Ibrahin
González, quien nació en el seno de una familia
católica de origen puertorriqueña, y hoy es
representante de la Alianza Islámica de Nueva York, una de
las organizaciones
hispanas musulmanas más antiguas del país.
González explica que a través de los años
los hispanos musulmanes se han ido especializando en el
conocimiento de la religión y el lenguaje.
En algunas mezquitas ahora es posible escuchar la prédica
musulmana en español.
González dice que el incremento de los
católicos que se han convertido al Islam se debe a una
búsqueda de alternativas a la religión cristiana.
"Muchos latinos ven que hay otras posibilidades de creer, sin las
limitaciones que impone la iglesia
católica". González agregó que los hispanos
musulmanes "están rompiendo las barreras en diferentes
direcciones y el Islamismo es una de las alternativas que
están escogiendo los latinos en Estados
Unidos".
Para otros hispanos, pertenecer al Islam es una forma de
volver a las raíces de su historia, que podrían
encontrarse en el período de dominación musulmana
de España, anterior a la era católica. Por su
parte, muchos inmigrantes, que se sienten excluidos en la
sociedad
norteamericana, cambian la iglesia por
las mezquitas en busca de apoyo social.
En el caso de José Padilla, tanto
católicos como musulmanes reconocen que, de probarse sus
delitos de
extremismo, debe ser castigado, ya que la violencia no
corresponde a la enseñanza de ninguna de las dos religiones.
2. Bush quiere un superministerio de
seguridad
Mientras el Congreso de los EE.UU. continúa las
audiencias para investigar los fallos cometidos por los
servicios de inteligencia, con respecto a los atentados del
11 de septiembre, el presidente estadounidense, George Bush, ha
anunciado que se llevará a cabo una de las
más extensas reorganizaciones en la estructura del
gobierno Federal. Entre otras medidas se prevé crear
un nuevo ministerio que tendrá como misión la
protección del país, a través de la
formación de varias agencias federales.
La propuesta de la creación del Departamento de
Seguridad Interna que podría entrar en funciones en
enero del próximo año, será la más
grande reestructuración del gobierno Federal realizada
después de la Segunda Guerra
Mundial, cuando en 1947 el entonces presidente norteamericano
Harry Truman, hizo un cambio de esta
magnitud para afrontar la Guerra
Fría. El objetivo de esta medida es lograr centralizar
las funciones de las más de 100 agencias de la administración Federal. Durante el discurso ante
la
televisión, el presidente norteamericano dijo " estoy
proponiendo la creación del Departamento de Seguridad
Interna para unir agencias esenciales que deben trabajar
más estrechamente". Bush explicó que entre las
agencias que formarán parte de este nuevo ministerio, con
rango de gabinete, estarán el servicio de Guarda
Costas, la Patrulla Fronteriza, el Servicio de Aduana, Inmigración, el Departamento del Transporte
y la Agencia Federal de Emergencias. "Los empleados de esta
agencia deberán trabajar diariamente sabiendo que su
objetivo principal es la protección de sus conciudadanos",
dijo Bush.
El presupuesto del nuevo departamento ascenderá a
37.400 millones de dólares y tendrá en
plantilla a 169.000 funcionarios cuya tarea estará
enmarcada en cuatro objetivos: controlar las fronteras, coordinar
la respuesta en casos de emergencia, desarrollar
tecnologías para detectar y prevenir un ataque con armas
biológicas, químicas y nucleares y detección
de drogas y
tratamiento para la protección de los ciudadanos. El
Congreso ha pedido a Bush que otorgue el rango de secretario del
gabinete a Tom Rich, actual asesor de seguridad interna del
gobierno, oficina que fue
creada a consecuencia de los atentados del 11 de septiembre, para
supervisar los esfuerzos en aras de la protección del
país. Tom Rich tenía pensado dar a conocer la
estrategia de
este nuevo departamento en el último trimestre del
año, pero según un funcionario de la Casa Blanca,
se decidió acelerar el informe para contrarrestar las
audiencias en el Congreso, sobre los fallos del servicio de
inteligencia en EEUU. Sin embargo, estas declaraciones fueron
desmentidas por Ari Fleischer, portavoz del presidente quien dijo
que Bush no pretendía desviar la atención de las audiencias.
El presidente Bush, es objeto de numerosas
críticas desde los ataques del 11 de septiembre por el
fracaso de sus principales agencias, entre ellas la Oficina
Federal de Investigaciones
(FBI), y la Agencia Central de Inteligencia (CIA). El jueves el
director del FBI, Robert Mueller presentó
declaración ante el Congreso sobre la incapacidad de la
agencia para prevenir los atentados que ocurrieron en Washington
y Nueva York.
3. El FBI se concentrará en la
prevención del terrorismo
El FBI, la Oficina Federal de Investigaciones de Estados
Unidos, será reorganizada para concentrar sus fuerzas en
la lucha contra el terrorismo. Su director, Robert Mueller,
reconoció que se cometieron errores en la
prevención de los ataques del 11 de septiembre y
anunció profundos cambios en la
organización.
Con series de televisión, como "Today's FBI", la Oficina
Federal de Investigación íntentaba, en los
años 60 y 70, mantener en alto su reputación de
organismo implacable en la lucha contra el crimen. Los
atentados del 11 de septiembre hicieron evidente que contra el
terrorismo el FBI no es infalible. Mueller reconoció que
para prevenir este tipo de ataques, el FBI debe colaborar
más estrechamente con el servicio de inteligencia, CIA, y
analizar mejor la información que recibe. Según
Mueller los cambios ya se han iniciado. 500 agentes del FBI
serán trasladados de la lucha contra el crimen
tradicional, como el narcotráfico y la violencia, a brigadas
contra el terrorismo. Al mismo tiempo se reclutarán
cientos de nuevos funcionarios, entre ellos personas que hablen
árabe o que estén especializadas en computadoras.
El FBI ha ganado mala fama por su atraso en el terreno de la
informática: trabaja con sistemas antiguos,
que a veces ni siquiera se pueden comunicar entre sí.
Mueller anunció que el FBI funcionará, en buena
medida, como una oficina de información interior. Un
departamento especial del cuartel general en Washington
operará como centro de información y
análisis de información sobre el terrorismo, bajo
la dirección de un agente de la CIA con amplia
experiencia. Mueller dio como ejemplo la coordinación de seguridad durante los
Juegos
Olímpicos de invierno en Salt Lake City. En esa
ocasión, todos los servios de información y de
policía de la ciudad, del Estado y del país,
estuvieron conectados a través de una red de computación interna. Los políticos
norteamericanos han recibido los planes de reorganización
del FBI con cautela. El Congreso insiste en la necesidad de
investigar los errores alrededor del 11 de septiembre, antes de
aprobar la reorganización. Por otra parte, la idea de
traspasar tareas policiales tradicionales a la policía
local, para que el FBI se pueda concentrar mejor en la lucha
contra el terrorismo, causa preocupación en el seno de la
policía. Las organizaciones de defensa de los derechos
civiles han dejado oír también sus críticas:
lo que temen es que el FBI se convierta en un servicio de
espionaje dirigido contra los ciudadanos.
4. Centro Internacional para la Paz
El Centro Internacional para la Paz (CIP), con sede en
Madrid, ha presentado este miércoles 22 de mayo el anuario
"De Nueva York a Kabul", un análisis de la
situación mundial a partir de los acontecimientos del 11
de septiembre.
Desde 1986, el anuario del CIP analiza las tendencias
españolas e internacionales sobre militarización,
conflictos
armados y los grandes problemas relacionados con la guerra y la
paz.
Cada volumen presenta
estudios teóricos sobre casos concretos. En los
últimos años, se han analizado los conflictos
armados modernos en relación con la crisis ambiental, el
papel de
la mujer, las
violaciones de derechos humanos, las identidades
étnicas-nacionales-religiosas y las migraciones, entre
otras cuestiones. En los últimos años, entre
los casos particulares, redactados por especialistas
internacionales, figuran: Palestina e Israel, Argelia,
México, la región de los Grandes Lagos en
África, Bosnia, Kosovo y Colombia.
El Anuario es una referencia para académicos, movimientos
sociales, periodistas y ciudadanos interesados en la realidad
internacional.
5. La amenaza nuclear
Estados Unidos debe desarrollar nuevas armas nucleares,
para poder alcanzar, además de objetivos tradicionales
como Rusia y China, a
países como Irak,
Irán, Corea del Norte, Siria y Libia. Esta es una de las
recomendaciones que consta en el informe secreto del
Pentágono, que se ha filtrado este fin de semana. El
ministro norteamericano de Relaciones Exteriores, Colin Powell,
se apresuró a manifestar que se trata de una
política de disuasión.
Para muchos países, incluidos aliados en la
guerra contra el terrorismo, el presidente norteamericano, George
Bush, pecó de imprudencia al declarar que Irak,
Irán y Corea del Norte integran el ‘eje del mal'.
Sin embargo, muchos de ellos se muestran aún más
alarmados con la noticia de que el ministerio norteamericano de
Defensa ha preparado distintos guiones para el uso de armas
nucleares contra aquellos países, además de Siria y
Libia. Según el informe, ante un ataque iraquí
contra Israel o sus vecinos, un ataque norcoreano contra Corea
del Sur o un enfrentamiento militar sobre el estatus de Taiwan,
podría ser necesario el uso de armas nucleares. En el
informe se insta al desarrollo de
armas nucleares distintas a las cabezas nucleares de
destrucción total, de la época de la guerra
fría. Estas armas tenían que garantizar el equilibrio
disuasión entre las dos superpotencias: la Unión
Soviética y los Estados Unidos. Tras la filtración
del informe, el pasado fin de semana, tanto el ministro Colin
Powell como la consejera de seguridad, Condoleeza Rice,
intentaron eliminar la impresión de que Estados Unidos
estuviera ampliando su arsenal nuclear de manera irresponsable.
Ambos pusieron de relieve que
Estados Unidos continúa comprometido en la
reducción drástica de las cabezas nucleares. La
funcionaria insistió en que no hay nada nuevo en la
política estadounidense, y que sigue siendo una de
disuasión. Por su parte, el Comandante en Jefe de las
Fuerzas Armadas estadounidenses, el general Richard Meyers,
intentó restarle importancia a las consecuencias del nuevo
plan secreto.
Según el general, el Plan nuclear es
un informe rutinario exigido por el Congreso. Sin embargo,
constituye un hecho inédito la mención de cinco
países como objetivos, de los cuales no consta que han
desarrollado armas nucleares. En este contexto, mencionar a
China y Rusia
es mera rutina, y ambos países saben lo que está en
juego y no se
armarán indebidamente. Para los otros cinco, el aviso es
inequívoco.
6. Fuertes medidas de seguridad en Salt Lake
City
El cuerpo de élite del Servicio Secreto
Norteamericano, que normalmente sólo es responsable de la
seguridad del Presidente y otros dignatarios, ha coordinado las
medidas de seguridad en los Juegos
Olímpicos de Invierno en Salt Lake
City.
Las medidas siempre han sido muy severas en los juegos, pero
tras los atentados del 11 de septiembre, se ha decidido
destinar más dinero y más personal con el fin
de velar por la protección de los participantes y del
público.
La gran diferencia entre los Juegos
Olímpicos de verano en Atlanta en 1996 y los de
Salt Lake City es un comando más estructurado. En
Atlanta la protección estaba a cargo de la policía
local, estatal y de las agencias federales, pero no había
ningún comando central. En esa ocasión una
bomba explotó en el Parque Olímpico, causando
la muerte de
una mujer e hiriendo
a otras cien personas. Esta vez, en Salt Lake City, el comando
central está dirigido por el Servicio Secreto
norteamericano, y los organizadores dicen que se ha hecho todo lo
posible para garantizar la seguridad.
Ni siquiera los deportistas participantes están
exentos de severos controles. Todo el mundo esta siendo
controlado a fondo, aunque no se ha aplicado a todos con la misma
rigidez.
Se temía que tras el discurso pronunciado por el
presidente norteamericano, George Bush, sobre el estado de la
Unión en el que el mandatario dijo que Irán
pertenece los países que forman el "eje del mal",
Irán no participara en el evento. El Comité
Olímpico ha asegurado a los dos participantes
iraníes y sus acompañantes, que no serán
sometidos a medidas tan severas como otros visitantes
iraníes. Al igual que con otros grandes eventos
internacionales de deporte, los organizadores han
advertido que aplicarán las medidas más
rígidas posibles para detectar el uso del dopaje. A los
que participan en las ramas más duras del deporte de invierno, como por
ejemplo, el esquí alpino y patinaje ya se les han
realizado exámenes imprevistos. Los organizadores de los
juegos informan que – como en las medidas de seguridad – se
está intentado hacer todo lo posible para atajar el uso de
dopaje. Aún así, afirman que no pueden garantizar
que no se violen los reglamentos, pero que han utilizado procedimientos
más estrictos que existen.
7. Bush incrementa el presupuesto de
defensa
El presidente norteamericano George Bush, quiere
aumentar el presupuesto de defensa para el año que viene
en 48 mil millones de dólares, unos 54 mil millones de
euros. Esto significa un aumento de un 15 por ciento, que
según Bush, es necesario para combatir el
terrorismo. El presidente norteamericano hizo su anuncio el mismo
día en que se dio a conocer que en los próximos dos
años, el presupuesto estadounidense registrará un
considerable déficit.
Hace un año, el panorama era totalmente distinto:
Bush pronosticaba para los próximos 10 años un
superávit presupuestario de más de 5 billones de
dólares. El mandatario norteamericano basó en esas
aseveraciones su plan de reducción de impuestos. Pero,
la economía norteamericana entró en una espiral
negativa y además se produjeron los atentados del 11 de
septiembre. La consecuencia fue la rápida
desaparición del superávit. La Oficina del
Presupuesto del Congreso calculó para el año pasado
un superávit de 300 mil millones de dólares y
para este año incluso un poco más. Sin embargo, en
estos momentos se pronostica para el presente año
déficit de 100 mil millones de dólares y de 80 mil
millones para el 2003. Según el presidente norteamericano,
el déficit se debe al terrorismo, a la guerra y, en gran
parte, a la recesión económica que comenzó
bajo su antecesor, Bill Clinton. Bush se aferra a las reducciones
de impuestos, que
le costarán a las arcas norteamericanas más de un
billón de dólares anualmente. Y encima de todo
ello, el mandatario publicó ayer que el presupuesto de
defensa será incrementado en 48 mil millones de
dólares. El aumento será destinado a financiar el
escudo antimisiles y a la adquisición de armamento de
tecnología
avanzada. Bush reconoció que este aumento afecta al
presupuesto, pero según él, es esencial para la
defensa del país. El jefe de la oficina de Administración y Presupuestos
de la Casa Blanca, Mitch Daniels, manifestó ayer –
en nombre del presidente – que en los años 2004 y 2005 las
cifras se mejorarán. Daniels anunció que en los
próximos años no se podrá cumplir una de las
promesas: la amortización de la deuda
interna.
El Gobierno norteamericano fundamenta sus previsiones en
un crecimiento
económico para este año de un 0,7 por ciento y
para el año que viene de un 3,8 por ciento. Varios
economistas han advertido que estas previsiones son probablemente
demasiado optimistas. Debido al ambiente de
patriotismo que reina desde el 11 de septiembre, la
oposición demócrata en el Congreso no se puede
permitir criticar a Bush por el aumento de los gastos de
defensa. Sin embargo, sí lo criticarán por la
reducción de los impuestos en relación con el
inesperado déficit presupuestario. Si depende de los
demócratas, el tema central que dominará durante
las elecciones para la Cámara de Diputados y el Senado,
que se celebrarán en noviembre, será la
débil economía, y el presupuesto, que en muy poco
tiempo pasó de un superávit de 300 mil
millones de dólares a un déficit de 100 mil
millones de dólares.
8. EE.UU. deportará ilegales de origen
árabe
El Gobierno norteamericano deportará a unos 6 mil
ilegales árabes que han hecho caso omiso de una orden de
abandonar el país. Se trata de ilegales procedentes de
países de Oriente Medio, que mantienen nexos con la red
terrorista Al Qaeda, de Osama bin Laden. Organizaciones
defensoras de los derechos humanos temen que se produzca una caza
de brujas. Hace algún tiempo, el Ministerio de Justicia
anunció que se propone buscar y deportar a aquellos
ilegales que hagan caso omiso de una orden de abandonar el
país. Según las estadísticas, se trata de unas 300 mil
personas, en su mayoría, provenientes de América
Central y del Sur. Sin embargo, después de los atentados
del 11 de septiembre, la persecución de ilegales se
concentra en personas de origen árabe.
Según un funcionario del Ministerio de Justicia,
el departamento recurre a cualquier medio legítimo para
prevenir nuevos atentados. Organizaciones defensoras de los
derechos humanos, entre ellas el Instituto Arabe-Norteamericano,
califican de racista la medida. En Estados Unidos viven millones
de ilegales no registrados. Jean Abinadir, director del Instituto
Arabe-Norteamericano, señala que su organización no
se opone a una aplicación más estricta de la
política de deportación, siempre que ocurra de
manera justa.
Abinadir insiste en que no se deben perseguir
únicamente a los ilegales de origen árabe, porque,
al hacerlo, se discrimina a la comunidad
árabe por su identidad
étnica o racial. El ministro norteamericano de Justicia,
John Ashcroft, desmiente que la procedencia étnica juegue
un papel en la
lucha contra el terrorismo. Sin embargo, Abinadir explica que su
Instituto ha recibido numerosos indicios de preocupación
entre la población. Muchos refugiados árabes ven
con gran incertidumbre su futuro. Quienes han solicitado la
ciudadanía norteamericana temen ser enviados a su
país de procedencia. El temor es aún más
manifiesto entre refugiados políticos de ascendencia
árabe que han huido a Estados Unidos. Abinadir
señala además que la deportación de miles de
ilegales árabes tendrá consecuencias para la
economía, ya que muchos de ellos trabajan en restaurantes
y hoteles. Por otra parte, Abinadir
duda del efecto de la política de deportación. El
presidente del Instituto señala que los autores de los
atentados del 11 de septiembre estaban legalmente establecidos en
Estados Unidos. Abinadir cree que el dinero y el esfuerzo que
costará esta campaña pueden invertirse mejor en el
refuerzo de los servicios secretos. Las voces críticas
señalan además que, en la lucha contra el
terrorismo, la justicia no se debe guiar por la nacionalidad de
las personas, sino por la evidencia y el comportamiento
sospechoso.
Entretanto, se ha compuesto una lista de 6 mil ilegales
árabes que permanecen en los Estados Unidos, quienes han
sido catalogados por país de procedencia, edad y sexo. Sin
embargo, hasta el momento no se ha efectuado ninguna
detención.
9. EE.UU despide el 2001 con sentido
patriótico
Los norteamericanos se preparan en ambiente
navideño para despedir el 2001, año que
comenzó con la expectativa del nuevo milenio y que luego
se desarrolló con eventos cruciales
que marcaron la vida de muchos y atrajeron la atención mundial. El año se
inauguró en ambiente festivo y patriótico, una vez
que se determinó quién sería el nuevo
presidente de Estados Unidos. Pero lo inesperado también
tuvo cabida en este período de 365 días, en el que
la voz de los hispanos tuvo más fuerza, la tumultuosa
economía afecto el bolsillo de los norteamericanos, y los
ataques terroristas del 11 de septiembre llenaron de luto los
corazones de muchos.
Uno de los acontecimientos importantes de este
año que termina ocurrió el 20 de enero, cuando
George W Bush asumió la presidencia y se dirigió a
los norteamericanos. "La pacífica cesión de mando
es rara en la historia, pero común en nuestro país.
Con una simple promesa, afirmamos viejas tradiciones y hacemos un
nuevo comienzo. Agradezco al presidente Clinton por sus servicios
a nuestra nación y gratifico al vicepresidente Al Gore por
la contienda que estuvo dirigida con espíritu y
terminó con cortesía", dijo el
presidente.
Los estadounidenses iniciaron el año con un nuevo
gobernante, quien después de los primeros 100 días
de su gestión
presidencial comenzó a ser criticado, tanto nacional como
internacionalmente, por su falta de interés en
los asuntos internacionales y su ‘capacidad intelectual y
de gobierno'. Sin embargo, el presidente Bush debió poner
a prueba su liderazgo
cuando un acontecimiento imprevisto sacudió a una
nación entera. En un día normal, sin mayores
expectativas y mientras los informativos comenzaban
su agenda con las noticias de la jornada, el 11 de septiembre
quedó marcado momentáneamente en el tiempo. En
horas de la mañana 4 aviones comerciales departieron de la
costa este, pero ninguno llegó a su destino, pues
habían sido secuestrados por terroristas.
Imágenes de humo y destrucción comenzaron
a invadir los informativos. Uno de los aviones se estrelló
contra una de las torres gemelas de la ciudad de Nueva York y, en
cuestión de minutos, otro aeroplano hizo impacto contra la
segunda torre. Mientras esto sucedía, la gente que
había comenzado su jornada normal de trabajo en las torres
gemelas trataba de escapar de la zona y corría sin rumbo
de un lugar a otro, sin comprender lo que veían sus ojos.
A pocos minutos del primer impacto del avión de American
Airlines que se estrelló contra una de las torres gemelas,
un testigo declaró que al ver salir humo, la gente
comenzó a correr, y cuando un avión se aproximaba a
la otra torre, la gente saltaba por las ventanas tratando
de salvarse.
Después de los ataques terroristas más
sangrientos en la historia norteamericana, que dejaron como saldo
más de tres mil muertos, el Gobierno de Bush desató
una guerra contra el terrorismo y la búsqueda de los
culpables, señalando como autor intelectual a Osama Bin
Laden y su organización Al-Qaeda.
Después de tres meses de lucha contra el
terrorismo emprendida por EEUU y la coalición
internacional formada a raíz de los eventos del 11 de
septiembre, ya se han comenzado a cosechar los primeros logros,
con la caída del régimen Talibán en
Afganistán, país en donde, se presume, se encuentra
Bin Laden. Simultáneamente, en suelo
norteamericano se continúan las investigaciones sobre los
casos de Ántrax, bacteria que ya ha cobrado la vida de
cinco personas. Entretanto, los estadounidenses viven bajo el
permanente temor de sufrir más ataques
terroristas.
Los eventos del 11 de septiembre tuvieron un impacto
negativo en la economía norteamericana. El año que
esta a punto de concluir deja a los estadounidenses sumidos en la
recesión. Según la Oficina Nacional de
Investigaciones Económicas, agencia que determina
oficialmente el comienzo y el fin de los ciclos económicos
de Estados Unidos, el país está en recesión
desde marzo, mes en que se puso fin a una expansión de 10
años, la más prolongada de la historia. La
recesión está agotando el superávit fiscal
del Gobierno federal, y ha dado origen a un gran numero de
despidos y recortes de horas laborales.
Sin embargo, se espera que la recesión
probablemente terminará en el primer trimestre del
año entrante. Por su parte, la Reserva Federal ha
realizado una intensa campaña de reducción de
intereses y, en un esfuerzo por impedir que la economía
norteamericana se siga debilitando, aprobó recientemente
la undécima reducción. El interés
interbancario para prestamos a corto plazo ha quedado en 1,75 por
ciento, la tasa más baja desde 1961.
Para la población hispana que reside en Estados
Unidos, el año trajo buenas noticias, ya que ahora tiene
más representación en el Gobierno norteamericano,
aunque permanece dispar comparada con el total de la
población hispana del país. Bush es quien ha
incluido más latinos en posiciones directivas. Esto
refleja, sin duda, el crecimiento demográfico de este
sector social. El censo del año 2000, publicado este
año, refleja que la población latina en EEUU
creció en un 58 por ciento durante la década
pasada. Pocos años atrás, se predecía
que, en el 2008, la población latina podría superar
numéricamente a la negra. Sin embargo, dependiendo de la
interpretación del censo y el margen de error, los dos
grupos étnicos podrían estar a la par. Posiblemente
este crecimiento latino sea la respuesta a la creciente
popularidad del idioma español en la vida cotidiana de
este país norteño y la cada vez mayor cantidad de
candidatos hispanos en la contiendas de las alcaldías de
varias ciudades de EEUU.
Otro tema que también figuró en los
titulares de la prensa es el de
la pena de muerte
y el famoso caso de Timothy McVeigh, autor del ataque terrorista
cometido en Oklahoma en 1995. La muerte de
McVeigh fue conocida como el "Super Bowl" de las ejecuciones, por
la publicidad que el
caso tuvo en los medios de
comunicación. La ejecución fue presenciada por
250 supervivientes y familiares de las víctimas del
atentado a través de un circuito cerrado de
televisión y por más de 1.400 periodistas que
presentaron credenciales ante las autoridades penitenciarias para
cubrir la ejecución.
Por otra parte, el presidente Bush hizo historia cuando
oficializó la decisión de abandonar
definitivamente el Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM)
que firmó el presidente Richard Nixon con la
Unión Soviética en 1972. La decisión
tendrá efecto a mediados del próximo
año, en virtud de una cláusula del tratado que
estipula un preaviso de Washington o Moscú con un
mínimo de seis meses de antelación.
De tal forma, Estados Unidos termina un año
marcado por lo impredecible, con una sociedad que
tiene una visión más positiva en la
institución gubernamental y con un presidente
increíblemente popular entre los norteamericanos. El 2001
fue escenario de eventos que no solamente afectaron suelo
norteamericano, sino que tuvieron un gran impacto global en los
ámbitos económico, político y social. De
esta forma, la Navidad ha
comenzado a reinar en las calles de esta nación, con un
gran sentido de patriotismo que cubre al país con los
colores de la
bandera nacional y con grandes esperanzas por que el año
que viene sea de paz y prosperidad.
10. EE.UU. bombardeó el sur de
Irak
El mismo día en que el Gobierno irakí
rechazaba la exigencia de Washington de volver a permitir
inspecciones internacionales de armas, aviones norteamericanos
atacaron baterías antiaéreas en el sur de Irak. El
presidente estadounidense, George Bush, ha declarado que la
guerra contra el terrorismo no termina en Afganistán. Sin
embargo, no está claro si Bush decidirá extender
las acciones militares contra regímenes acusados de
albergar terroristas.
El presidente Bush suele hablar antes de preguntar. Por
ello es tan difícil saber si su advertencia dirigida al
presidente iraquí, Saddam Hussein, se quedará en
meras palabras. Según Bush, Irak deberá rendir
cuentas si
desarrolla armas de destrucción masiva que se utilicen con
fines terroristas. El presidente insistió en que, para
demostrar que no fabrica este tipo de armas, Saddam Hussein
deberá permitir nuevamente la entrada de inspectores de
armas en su país. Al preguntársele qué
sucederá si se niega, Bush respondió: ‘Ya lo
notará'.
Si bien desde el 11 de septiembre ha hecho otras
similares en distintas ocasiones, las declaraciones del
presidente Bush fueron calificadas inmediatamente de mal augurio.
Sin duda alguna, en el seno del Gobierno norteamericano se
adelanta un debate sobre
la necesidad de aprovechar esta ocasión e incluir a Irak
en la lista de objetivos norteamericanos. Los políticos de
la línea dura dentro del Ministerio de Defensa, quienes
junto con el vice ministro de defensa, Paul Wolfowitz, son
apodados ‘los bombarderos', están convencidos de la
necesidad de atacar a Irak. Esta convicción se
profundizó desde el colapso del régimen
talibán en Afganistán, bajo el peso de los
bombardeos norteamericanos y la oposición interna. Este
grupo opina que el mismo método
servirá para derribar el régimen de Saddam Hussein
en Irak.
Otros políticos, partidarios del ministro de
Relaciones Exteriores, Colin Powell, se muestran a favor de
enfrentar ante todo los problemas en Afganistán y de
apoyarse en la amplia coalición internacional. Con toda
probabilidad,
esta coalición se desmoronaría si Estados Unidos
decide atacar a Irak.
El ministro norteamericano de Relaciones Exteriores,
Colin Powell, enfatiza que Bush mantiene abiertas todas las
opciones. Sin embargo, aunque está a favor de la
formación de una coalición y de ejercer presión
internacional, en una entrevista con
la cadena CNN, Powell dejó muy en claro que, en su
opinión, el régimen de Saddam Hussein es malvado y
desarrolla o intenta desarrollar armas de destrucción
masiva. Los inspectores y las sanciones de la ONU han limitado
los intentos irakíes. El titular explica que se controla
aproximadamente un 80 por ciento del dinero del que dispone
Saddam Hussein, es decir, los fondos para el programa
petróleo a cambio de alimentos.
Según Powell, el presidente hará un
análisis de todos los países que continúan
albergando terroristas. Por su parte, George Bush seguirá
estudiando las distintas opciones y expresándose de manera
poco diplomática. Tan sólo es posible adivinar si
pondrá en práctica sus palabras, y cuándo lo
hará.
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