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Ciencia, Tecnología y Ética. Una conducta necesaria




    1.
    Introducción

    2. Ciencia y Sociedad
    3. La Honestidad: cualidad moral
    imprescindible


    5. Casos anti-ética

    6. Internet: un
    caso especial

    7. Los virus. Un punto y
    aparte

    8. Una propuesta de solución al
    problema

    9. Principios
    10. Conclusiones
    11. Bibliografía

    1. Introducción

    La historia de Cuba, la
    historia de sus hombres y mujeres, ha estado
    preñada de acciones y
    actitudes ante
    la vida, las cuales han sentado las bases de nuestro sistema de ideas.
    Desde el prebístero Félix Varela, quien nos
    enseñó a pensar, José Martí, nuestro
    Héroe Nacional, hasta los próceres que durante el
    siglo XX han retomado esas ideas, este ideario ha sido
    caracterizado por un espíritu ético que ha
    trascendido a nuestros días como uno de los mejores
    legados del pueblo cubano.
    Con la Revolución
    este legado cobra su justa dimensión, puesto que esta
    ética se nutre de la igualdad, de
    la solidaridad, de
    la justicia
    social que es inherente a nuestro sistema social y que es orgullo
    de nuestra patria.
    Ética, (del griego h J s V
    : moral,
    carácter, costumbres) es la ciencia que
    trata de la moral, de
    su origen y desarrollo de
    sus reglas y, sobre todo, de las normas de
    conducta de los hombres, de sus deberes hacia la sociedad, hacia
    la patria y el estado.
    Es precisamente este hombre el que
    ha logrado que en los últimos años tanto la
    ciencia como
    la técnica hallan logrado un avance vertiginoso. Ello ha
    traído como consecuencia la aparición de un nuevo
    paradigma: La
    Tecnología
    de la Información (TI).
    Este vertiginoso desarrollo ha incidido de forma directa en las
    relaciones entre las personas y, por ende, entre los
    profesionales, así como en sus estrategias
    económicas y políticas.
    Debido a que son estos profesionales los autores de los sistemas que
    mueven las Tecnologías de la Información ellos juegan un papel
    determinante, pues de su actuación se deriva el aporte de
    beneficios o de daños, o la influencia en otras personas
    para que actúen como ellos, esto ha devenido en un
    problema que atañe a toda la sociedad.
    En nuestra sociedad, como en otras tantas, la formación de
    estos profesionales pasa por las manos de los profesores en
    escuelas y universidades, los que, de una u otra forma los
    modelan para entregarlos a la sociedad y que allí
    reviertan lo que se
    ha depositado en ellos.
    En el presente trabajo se aborda la profunda relación que
    existe entre la ciencia, la tecnología y la sociedad, el
    surgimiento de esta nueva era y algunos ejemplos de los problemas
    éticos que trae consigo, todo lo cual demuestra el
    surgimiento de un problema social provocado por el desarrollo de
    la ciencia y la aplicación de diversas
    tecnologías.

    Al finalizar se exponen algunos de los principios
    esenciales que deben regir la actividad del profesional de las
    Tecnologías de la Información.

    2. Ciencia y Sociedad

    Es bien conocida la idea de que la ciencia es un sistema
    lógicamente estructurado de conocimientos verdaderos, y
    que su objetivo o
    propósito fundamental consiste en descubrir las leyes objetivas
    de los fenómenos y encontrar la explicación de
    ellos.

    Pero también se sabe que todo conocimiento,
    por teórico que sea, está en relación
    directa con todos los aspectos de la vida, en relación
    directa con las personas. Es irrefutable que este conocimiento
    que muestra la
    realidad también condiciona la posibilidad de influir
    sobre la misma. Por ello se puede afirmar que todo conocimiento
    científico tiene una relación directa con
    el
    hombre.

    Es por ello que la actitud frente
    a la ciencia, por necesidad, constituye una actitud frente al
    hombre y por ello involucra el aspecto moral.

    De ahí que toda actividad científica deba
    orientarse por el reconocimiento del individuo como valor supremo,
    pues es precisamente el ser humano, su vida, su bienestar y
    salud, su
    cultura, su
    libertad y
    progreso, quien le confiere sentido real a la ciencia.
    [López, 1994]. De no ser así el actuar del hombre
    de ciencia se convierte en un problema social.

    Para la ciencia las teorías
    científicas son fundamentales pero ello es sólo una
    parte de sus resultados. Esos resultados se alcanzan en virtud de
    una práctica social. Todos esos rasgos transparentan la
    naturaleza
    social de la ciencia, ya que son procesos y
    entidades sociales que sólo se pueden explicar en
    relación con el contexto social que los condiciona
    [Núñez, 1999].

    Con la tecnología sucede idénticamente.
    Esta es mucho más que una suma de aparatos cada vez
    más caros y sofisticados; sino que es una práctica
    social que involucra conocimientos, destrezas, recursos
    humanos y materiales,
    valores e
    ideologías [Núñez, 1999].

    De ahí que los cambios tecnológicos,
    experimentos
    sociales en sí, requieren de control social.
    Por ende la visión que deben tener los actores de la
    ciencia y la tecnología necesita ser educada en principios
    que respondan ante la sociedad, es decir,
    éticos.

    La ciencia y la tecnología aparecen y se
    desarrollan gracias a la actividad práctica de los
    hombres, a su relación social.
    La
    educación de los profesionales, de todos en general y,
    específicamente de aquellos que manipulan las
    Tecnologías de la Información, debería
    fundarse en la idea de que ciencia y
    tecnología son procesos sociales, y no verdades y
    aparatos al alcance de todos.
    Se plantea, pues, ante la humanidad un problema que nos involucra
    a todos. Su parte más oscura reside en criterios que
    intentan fundamentar teóricamente una actitud evasiva por
    parte de la ciencia y los científicos en relación
    con la responsabilidad por el uso de sus resultados. De
    esta forma se plantea que no se puede pensar en la existencia de
    algún gran descubrimiento científico que en
    principio no pueda tener una u otra aplicación con fines
    inhumanos.
    O sea, que un mismo resultado científico, puede tener
    diversos destinos, utilizarse para el bien del hombre o para su
    destrucción.
    La historia de la física, la química y la biología pueden
    aportar ejemplos.

    ¿Qué decir ante tamaña excusa?
    Sería totalmente injusto culpar hoy a Einstein, a
    Mendeleiev o Pasteur por la bomba atómica, las armas
    químicas, o la guerra
    bacteriológica. Pero también sería
    inadecuado, sobre esta base, exonerar totalmente de
    responsabilidad al científico y a la ciencia cuando esta
    es guiada de antemano por una finalidad antihumana, como ocurre
    en el caso de la actividad científica vinculada a la gran
    industria de
    guerra imperialista, en la aplicación de guerras
    bacteriológicas, de la cual hemos sido testigos, en la
    utilización de proyectiles con uranio empobrecido y en
    toda una serie de acciones que día a día se aplican
    en el mundo contemporáneo.

    La ciencia carecerá de sentido si no se
    fundamenta en el principio del humanismo, pues
    ella debe reconocer al hombre como valor supremo.

    Es precisamente el hombre, su vida, bienestar, salud,
    cultura, libertad y progreso, quien le confiere sentido a la
    ciencia [Clark, 1999].
    El desarrollo de las TI es de tal envergadura que las invenciones
    nuevas hacen prácticamente obsoletas los existentes hasta
    hoy. Se vislumbra, una nueva era. Este vertiginoso y ascendente
    movimiento de
    las TI, ha motivado el cambio del
    paradigma tecnológico, el que deja de tener como base al
    petróleo y
    es entonces la información quien viene a situarse en su
    núcleo.

    Es así como las relaciones
    interpersonales cada vez son menos cercanas, al tener la
    posibilidad de, a través de una computadora,
    poder recibir
    diferentes servicios
    (teletrabajo,
    telecompra, educación a
    distancia, correo
    electrónico). Igualmente al tener una
    interrelación con sus compañeros de trabajo a
    través de la
    computadora, cada vez la confrontación personal es menor
    y se pierde el concepto de
    colectivo laboral.

    No se quedan atrás las relaciones
    interprofesionales. Con un mayor uso de estas tecnologias las
    relaciones del profesional de las TI se amplian cada vez
    más, lo que conlleva a que su actividad se diversifique y
    penetre, con una profundidad nunca antes vista, en otras
    profesiones.

    Ni que hablar entonces de su estrategia tanto
    económica como política ya que cada
    vez más las TI inciden en la prestación de
    servicios, que es a la vez el sector que produce los mayores
    dividendos en las producciones económicas nacionales de
    los países desarrollados, e incluso de otros que no lo
    son, y, como es harto sabido, si se tiene el dominio de la
    economía
    se logra el dominio político.

    Y todo esto producto de
    que, dado el uso de las TI, no hay enfrentamiento personal, cara
    a cara, y, escudándose tras una tecnología, se
    miente, se tergiversa, se aplasta si es necesario, a su
    interlocutor, si así se le puede llamar, rompiendo con los
    más elementales principios de la ética. ¿No
    es esto acaso un problema social de considerable
    envergadura?

    3. La Honestidad:
    cualidad moral imprescindible.

    Teóricamente, todo lo que obstaculice el
    conocimiento de la verdad, la altere o impulse
    premeditadamente hacia la mentira, resulta amoral y, por ende, no
    ético. Por otro lado, la valentía en la
    oposición al engaño, a la falsedad, al prejuicio,
    debe primar en la conducta y actividad profesional del
    científico, unido a la sabiduría y objetividad en
    la expresión de la verdad. Esto, a su vez, exige del
    científico asumirla como valor principal que guíe
    su actividad. En este sentido, la honestidad hacia sí
    mismo y hacia los demás, deviene en cualidad moral
    imprescindible para la eficacia
    científica y, en definitivas, para su quehacer
    profesional, lo cual demuestra una actitud ética ante su
    actividad.

    El rigor profesional en las TI está unido
    indisolublemente a la honestidad personal del profesional. El
    respeto a la
    propiedad
    intelectual debe convertirse en principio rector de su atención. Copiar programas,
    base de datos
    y atribuirse su creación, así como su venta
    ilícita son actitudes deshonestas y poco profesionales. La
    creación científica sólo es legítima
    cuando surge como resultado del esfuerzo investigativo, de la
    autosuperación y el trabajo
    constante.

    4.
    Responsabilidad individual y social

    En los marcos del actual paradigma de la
    información el profesional de las TI asume una gran
    responsabilidad, no sólo individual, sino social.
    La sociedad pone en sus manos las más avanzadas
    tecnologías de la manera más racional y eficaz
    posible. Es su deber lograr un producto de óptima calidad y
    altamente fiable para contribuir de manera eficiente a la
    toma de
    decisiones, lo cual implica una exigencia en grado sumo de la
    responsabilidad que debe asumir ante estos retos. La
    ineficiencia, la alteración de datos, la
    indiscreción en la manipulación de
    información, no sólo atentan contra la seguridad
    social, sino que constituyen actos éticamente
    reprochables desde el punto de vista profesional. Del mismo modo,
    el uso inadecuado de la información o la
    desinformación con fines nocivos, egoístas,
    individualistas o subversivos, nada tiene que ver con la
    profesionalidad y denotan un alto grado de irresponsabilidad
    hacia los deberes de cada profesional.

    5. Casos
    anti-ética

    La no observancia de reglas, deberes y derechos por parte de
    profesionales, ha dado lugar a que no pocos se hayan visto
    involucrados en graves problemas éticos en que ha tenido
    un rol protagónico las TI.

    Se cuestiona el riesgo que
    representa la utilización de las TI en lo que concierne a
    la vida privada y la libertad de las personas, ya que mediante
    ellas se puede tener acceso incontrolado a datos e informaciones
    de las personas, poniendo en conocimiento de extraños,
    cuestiones tales como su estado de salud, situación
    financiera o familiar, opiniones de cualquier tipo y hasta sus
    hábitos de consumo,
    reflejados en la computadora del supermercado [Clark, 1999].
    Es decir que dentro de las TI la vida privada será un
    lujo. Si estuviéramos dispuestos a renunciar a la
    privacidad a cambio de comodidad, nuestra vida cibernética nos hará añorar
    el anonimato del pasado [Cerf, 2000].
    Un ejemplo se tiene en el uso de las tarjetas de los
    clientes de las
    cadenas de tiendas. El cliente al poseer
    esta tarjeta obtiene determinados beneficios "gratuitamente", tan
    solo llenando una planilla con los datos personales e
    información de la cantidad y edad de los integrantes de su
    núcleo familiar. Estos datos se registran en una
    computadora, de esta manera cada vez que la persona compra,
    la cadena conoce los hábitos de consumo de cada uno de sus
    clientes, lo cual puede ser manipulado por las tiendas para el
    ofrecimiento de productos que,
    de antemano, sabe que serán adquiridos por este consumidor,
    violando así su privacidad.

    ¿Acaso estos ejemplos no nos muestran una total
    falta de ética en el uso de las TI, constituyendo un
    problema para la sociedad?

    6. Internet: un caso
    especial

    Un caso especial lo constituye Internet.
    Empresas,
    medios de
    comunicación, entidades gubernamentales,
    universidades, partidos
    políticos, personas, etc. colocan sus páginas
    de información, las cuales se difunden en el mundo
    entero.
    Ante este nuevo reto se necesita una política inteligente
    que permita al país los beneficios de esta
    tecnología, que mantenga, ante cualquier adversidad, una
    actitud ética en su accionar.
    Un ejemplo de cómo se influye negativamente en otras
    personas se presenta en PC MAGAZINE, la prestigiosa revista de
    Informática, donde se ofrece propaganda
    sobre programas y juegos por
    computadora de tipo erótico. Esto pone de manifiesto falta
    de ética
    profesional en esa revista.

    La tesis
    esgrimida de la libertad en el flujo y en el tipo de
    información solapa la realidad de una moral basada en
    intereses de tipo comercial y donde los valores y
    la ética profesional son pasados por alto.

    En muchos casos se genera adicción a sitios
    dedicados a la pornografía, incluso en niños,
    esto lacera lo más hondo de los sentimientos humanos,
    cuando en vez de educar se deforma, conscientemente, el futuro de
    la humanidad, violando el más elemental sentido de la
    ética y trayendo consigo problemas
    sociales de alcance incalculable.
    En un estudio reciente en el que participaron unas 200 personas
    que se conectaban por primera vez en Internet; los resultados
    revelaron que cuanto más tiempo pasaban
    las personas conectadas, menos tiempo dedicaban a sus familias,
    su círculo social se reducía y comenzaban a
    sentirse cada vez más solos y deprimidos [Shapira,
    2000].

    La cultura de la pantalla es un mundo de flujo
    constante, de sonidos infinitos, de cortes rápidos e ideas
    a medio madurar. Es una corriente de rumores permanentes, de
    titulares de noticias y de primeras impresiones volátiles.
    Las nociones no son autónomas, están masivamente
    interconectadas con todo lo demás. La verdad no sale de la
    boca de los autores y autoridades: el público se encarga
    de crearla, tergiversando los códigos que aparecen en
    pantalla, cosa que no pueden hacer con la ley. Sin embargo,
    el código
    influye en el comportamiento
    tanto como la ley, o incluso más [Kelly, 2000].
    Es preocupante la gran cantidad de dinero que se
    destina al desarrollo de la alta tecnología y lo poco que
    se destina a estudiar cuál es su efecto en las personas.
    [Shapira, 2000].

    En resumen, de Internet podemos decir que no es el
    resultado científico el que está diseñado
    para, por ejemplo, atacar a un estado soberano o difundir
    pornografía, sino que el hombre, falto de la más
    elemental ética, aprovecha esas posibilidades en beneficio
    propio y le impregna al resultado científico su propia
    ética personal.

    Una solución para esta problemática no
    parece estar muy cercana. Cuando en 1992 la actual administración norteamericana habló
    de que un paso ineludible en el desarrollo seria la
    creación de las "autopistas de la información"
    quizás imaginaba que podría controlar las mismas.
    Sin embargo, como ya se explicó, Internet es una entidad
    sin límites.
    De manera que se necesitará un gran esfuerzo para que el
    trabajo de la misma esté dentro de normas que no puedan
    servir a intereses egoístas, se reafirma con ello cada vez
    más que se torna complejo y constituye un problema social
    provocado por el desarrollo de la ciencia y la
    tecnología.

    7. Los virus. Un punto y
    aparte

    Un punto aparte lo constituyen los virus
    informáticos.
    Los virus informáticos, son el resultado del trabajo mal
    orientado de especialistas sin ética profesional que
    corrompen y destruyen no sólo valiosas informaciones, sino
    también destruyendo valores éticos y morales, que
    pudieron haber sido sembrado en ellos alguna vez.
    Teniendo en cuenta la cantidad de estos programas malignos, que
    han tenido un vertiginoso aumento, es evidente el peligro que se
    corre si no se toman medidas al respecto.
    Se planteaba al principio que el problema radica en personas sin
    ética profesional, pero ya en estos casos no se trata de
    la mala manipulación de la ciencia por una persona, sino,
    que en estos momentos los creadores de estos programas malignos
    desarrollan programas para "generar virus", de manera que
    cualquier aprendiz sea capaz de crear un virus.
    Un aspecto de interés en
    el caso de los virus informáticos, es que estos pueden
    diseñarse incluso para afectar directamente a terceros, lo
    cual es la muestra más evidente de la importancia de la
    ética de la profesión.
    En otro orden del desarrollo de la ciencia y la
    tecnología, se están abriendo, cada vez más,
    nuevos horizontes hacia la nanotecnología. Desde que en
    1959, Richard Feynman, quizá el físico
    teórico más brillante desde Einstein, predijo en
    una conferencia que
    un día sería posible construir máquinas
    tan diminutas que estarían formadas de sólo unos
    pocos miles de átomos, la carrera en pos de alcanzar la
    supremacía en este campo es cada vez mayor .
    Mediante la nanotecnología sería posible construir
    las cosas más diminutas imaginables, usando
    moléculas e incluso átomos, en lugar de
    ladrillos.
    Esto, a su vez, ofrecería la posibilidad de construir
    prácticamente cualquier cosa.

    ¿Qué sucedería si alguien decidiera
    crear un arma nanotecnológica?, una dantesca posibilidad
    que, en comparación, haría que los virus actuales
    de las computadoras
    fueran un juego de
    niños.
    La nanotecnología podría convertirse en la
    tecnología dominante del siglo XXI [Lemonick, 2000].
    Las posibilidades que brinda son enormes, pero está en el
    actuar del hombre, en su responsabilidad y ética, que los
    frutos que se recojan de ella sean para su beneficio y no para su
    destrucción.
    Para regular la conducta moral de los distintos profesionales en
    su quehacer y en sus relaciones surge el Código de
    Ética Profesional, que es un conjunto de principios,
    normas y exigencias morales adoptadas en un medio profesional
    determinado [López, 1994].
    Puesto que representa el consenso de la profesión en
    cuestiones éticas, es un medio para educar, tanto a los
    futuros profesionales como a la sociedad.
    En este campo se han dado algunos pasos y en la actualidad ya
    existen en el mundo asociaciones de profesionales de las TI que
    cuentan con su código de ética. Se han creado,
    además, Comités de Ética, que tienen como
    objetivo controlar su cumplimiento.
    En Cuba, es muy común ya que cualquier cuadro
    administrativo, al tomar posesión de su cargo, se adhiera
    al Código de Ética de su profesión, lo cual
    es expresión del progreso moral alcanzado por los
    profesionales en nuestro país.

    Pero esto no basta.
    Como es conocido las TI son aplicables en cualquier campo, sea
    del arte, la ciencia,
    la tecnología, la medicina etc., y,
    por el impacto que las mismas tienen a nivel mundial y la
    importancia dada por las máximas autoridades nacionales,
    se hace necesaria la aplicación de un Código de
    Ética en el cual se comprometan todos y cada uno de
    aquellos que hagan uso de las TI, de forma tal, que sea inherente
    de su actuar, sea cual fuere el campo profesional en que se mueva
    el individuo, ante el cual deba responder, si es necesario ante
    la justicia, al comprobar que se ha infringido dicho
    Código.

    A los profesionales de la educación nos
    corresponde un papel primordial en la formación de los
    profesionales del mañana. Por ello estamos ante el deber
    ético de ir sembrando, desde las aulas, esta
    responsabilidad y esta conducta en los estudiantes que
    conformarán mañana ese ejército de
    profesionales que tendrán en sus manos las TI.

    El profundo conocimiento de una tecnología en las
    manos de profesionales que consideren su trabajo desde el punto
    de vista moral como neutro, es decir, que el resultado de su
    trabajo no se asocie al hombre, conduce inexorablemente a una
    degradación del producto resultante de este trabajo,
    profundizándose más el problema social que resulta
    del desarrollo de la ciencia y la tecnología, cuando no se
    aplica éticamente.

    8. Una propuesta de solución al
    problema.

    La división social del trabajo y el proceso de
    especialización de los individuos, en actividades
    concretas no sólo dio origen a las profesiones, sino al
    establecimiento de un sistema de relaciones entre sus miembros. A
    esto se le conoce como ética de la profesión. Con
    este concepto se refleja, sobre todo, la medida en que las
    nociones morales de determinado grupo
    profesional se corresponden con los juicios, valores y
    valoraciones morales de las masas.

    Para regular la conducta moral de los distintos
    profesionales en su quehacer y relaciones surge el código
    de ética profesional que es un conjunto de principios,
    normas y exigencias morales adoptadas en un medio profesional
    determinado [López, 1994].

    Es bueno aclarar que dicho código no está
    simplemente orientado a identificar la naturaleza de los actos
    cuestionables, sino que también tiene una función
    educativa. Puesto que representa el consenso de la
    profesión en cuestiones éticas, es un medio para
    educar, tanto a la sociedad como a los futuros profesionales,
    acerca de las obligaciones
    éticas de dichos profesionales [Gotterbarn, 1999].
    Desde luego que una única solución no existe para
    los problemas tratados
    aquí. Es por ello que planteamos una serie de
    principios, en los cuales se basarían los
    códigos de ética que se implanten en cada
    instancia:

    9. Principios

    Cuales serían, en parte, los principios que
    debieran conformar este Código de Ética se proponen
    a continuación: [Miranda y Ruiz, 1999].

    • Aceptar la completa responsabilidad de su
      trabajo.
    • Ejercer su profesión sobre la base de la
      subordinación de los intereses individuales a los
      sociales.
    • Considerar el servicio a
      la sociedad no sólo como derecho, sino como un deber y
      una responsabilidad.
    • Poner sus conocimientos y habilidades en
      función tanto del desarrollo del país como del
      bienestar social.
    • Comportarse, en todo momento, con sencillez,
      modestia, honestidad y lealtad.
    • Garantizar la calidad de la obra que realice o el
      servicio que preste.
    • Velar por su autosuperación y
      actualización constantes.
    • Investigar constantemente y esforzarse por la
      introducción de sus
      resultados.
    • Mantener una elevada profesionalidad y una actitud
      creadora ante el proyecto o la
      obra que realiza.
    • Confrontar constantemente sus ideas, perfeccionarlas
      y darlas a conocer.
    • Defender sus criterios con valentía
      profesional, objetividad y respeto a los
      demás.
    • Asumir una actitud crítica y
      autocrítica ante los errores como instrumento de una
      constante autorregulación moral.
    • Mantener una actitud solidaria, de cooperación
      y ayuda mutua.
    • Sostener como principio el respeto a la propiedad
      intelectual.
    • Combatir el robo de cerebros.
    • Aceptar los puntos de vista, así como las
      experiencias de otros especialistas, que contribuyan al
      desarrollo del profesional y de la profesión
      misma.
    • Velar por la calidad y seguridad de
      la obra que ejecute o el servicio que preste, teniendo en
      cuenta que su principal usuario es la sociedad.
    • Advertir con profesionalidad la inviabilidad de un
      proyecto cuando no lo considere factible.
    • Abstenerse de brindar información
      compartimentada que pueda acarrear perjuicios sociales o
      profesionales.
    • Actuar en correspondencia con las leyes, regulaciones
      y normas que rigen su trabajo y las del país en
      general.
    • Conservar el medio
      ambiente garantizando el uso sostenible de los recursos
      naturales.
    • Estudiar y evaluar los posibles impactos que su
      acción pueda producir al entorno natural y
      social.
    • Velar por el ahorro de
      recursos, tanto
      renovables como no renovables, teniendo en cuenta que unos se
      agotan y los otros necesitan recuperarse.
    • Transmitir, teórica y prácticamente una
      educación que permita comprender la dimensión
      ambiental de las TI.

    Estos principios, unidos a otros que se le adhieran en
    áreas especiales u otros que también puedan ser de
    aplicación global, deben ser aceptados, no sólo por
    los cuadros administrativos, sino por cada uno de aquellos
    profesores, estudiantes, técnicos, amas de casa, etc.,
    que, de una forma u otra, tengan contacto con las TI.

    10. Conclusiones

    Los cambios tecnológicos son experimentos
    sociales que requieren proyección y control social. Sus
    actores, los profesionales de la ciencia y la técnica,
    precisan de una mentalidad y una visión social que
    necesita ser educada. Esta educación debería
    fundarse en la idea de que ciencia y tecnología son
    procesos sociales, y no verdades y aparatos al alcance de
    todos.

    Los problemas sociales aquí tratados, aunque no
    son los únicos, nos permiten concluir que sólo una
    nueva concepción de la sociedad basada en principios
    humanistas, que sustente su desarrollo en una esmerada
    educación de sus profesionales, traerá consigo un
    conjunto de normas a seguir que podría resultar en nuevos
    códigos de ética profesional.

    Las TI deben contribuir a crear el futuro, tarea que
    sólo compete al hombre, de manera que se pueda optar por
    un porvenir alternativo de paz, justicia y progreso social y no
    poner fin a la aventura humana.

    11. Bibliografía

    Cerf, 2000

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    la Internet?". TIME. CNN, junio 2000.

    Clark, 1999

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    Shapira N.: "Advierten que el uso excesivo de
    Internet promueve el aislamiento y la depresión". WebMD. CNN, junio
    2002.

     

     

    Autor:

    MsC. Walfrido Novas Orama

    Dpto. Informática

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