- La formulación
superficial - La base de
texto - Macroestructura
- Superestructura
esquemática - El modelo de la
situación - La comprensión de un
texto - Conclusión
- Breve
bibliografía
Una función
importante de la enseñanza es la presentación de
información de manera que pueda ser
comprendida por los alumnos. Esta monografía
se dedica precisamente al problema de la comprensión. La
comprensión de información, por ejemplo la
contenida en un texto, depende de variables
diversas. Fundamentalmente, es resultado de la interacción
entre variables relacionadas con el sujeto, como el
conocimiento relevante que posea, y variables relacionadas
con la información, como la forma en que esté
estructurada. La facilitación de la comprensión de
información presentada en textos, que es el medio al que
me referiré, y la ayuda a los alumnos para que los
utilicen mejor, exige tener en cuenta variables pertenecientes a
estos dos grandes apartados, como se hace a lo largo de las
páginas de esta obra.
Pero también se puede abordar el problema de la
comprensión de un texto empezando, por así decirlo,
por el final: ¿cuándo se puede decir que se ha
comprendido un texto? ¿cuál es el resultado de la
comprensión de un texto? A continuación se presenta
una introducción a la comprensión,
considerando precisamente el resultado o producto del
procesamiento de un texto: la representación que el lector
hace de éste en la memoria.
Crear una u otra representación en la memoria implica
alcanzar o no la comprensión. Por eso, entender las
características de estas representaciones
sirve al profesor para evaluar la facilidad de comprensión
de textos y para ayudar a los alumnos que los
utilizan.
La pregunta que puede hacer una persona
interesada en la mejora del diseño
y uso de un texto para que el lector consiga una
comprensión satisfactoria es ¿qué queda en
la memoria después de haber leído un texto? .Varias
teorías
sobre la comprensión de textos (véase, por ejemplo
Van Dijk y Kintsch, 1983) postulan la existencia de tres niveles
básicos de representación del discurso en la
memoria: formulación superficial, base de texto y modelo de la
situación. Estos tres niveles de representación son
el producto del procesamiento de un texto. Examinaremos
brevemente las características de cada uno de
ellos.
Este nivel corresponde a la representación
literal de palabras y oraciones, con la misma organización sintáctica que el texto
original. Un ejemplo de esta representación es la que
creamos cuando aprendemos una canción o una oración
religiosa. Lo que queda en la memoria es una copia exacta del
texto original.
Lo normal, sin embargo, es que la formulación
superficial de un texto desaparezca en un muy breve intervalo de
tiempo, a no
ser que se deba memorizar expresamente por alguna razón,
como en los casos que se acaban de mencionar. Los alumnos que
almacenan solamente la representación superficial de los
contenidos escolares los olvidan muy rápidamente. Es lo
que observan en sus alumnos muchos profesores de ciencias que
enseñan, por ejemplo, el rendimiento de las máquinas
térmicas en termodinámica. Con frecuencia los alumnos
solamente almacenan la formulación superficial de la
definición de rendimiento como
h =
W/Q1
(donde W es el trabajo y
Q1 es el calor
absorbido del foco caliente). Al cabo de poco tiempo los alumnos
ya no recuerdan si esta expresión se escribía
W/Q1, Q1/W, o quizá W/Q2.
La formulación superficial ha desaparecido de la memoria y
no ha quedado nada relevante que el alumno pueda
aprovechar.
Entonces, ¿se puede almacenar algo más que
la representación superficial de un texto en la memoria?
¿qué recuerda el lector de la primera frase con que
se iniciaba esta sección en la cual se definía
"formulación superficial"? Es muy probable que haya
olvidado las palabras y organización sintáctica
exacta pero que, sin embargo, recuerde todavía algo.
Recuerda posiblemente una formulación equivalente, es
decir, algo que tiene el mismo significado que las frases que
aparecen en el texto pero que no coincide literalmente con ellas.
Precisamente, los significados constituyen el segundo nivel de
representación de un texto en la memoria. Se organizan en
lo que se llama la "base de texto"
La base de texto captura el significado de un texto.
Sabemos que dos oraciones pueden tener el mismo significado
aunque la formulación superficial sea diferente: es el
caso de las oraciones en forma activa o pasiva. Por ejemplo, "La
reina cocinó la cebolla en la cocina" o "La cebolla fue
cocinada por la reina en la cocina" tienen el mismo significado,
aunque diferente formulación superficial. Es muy posible
que dos personas que lean respectivamente estas dos frases
recuerden lo mismo después de, digamos, 15 minutos. Estos
dos lectores recordarán el significado: "existía un
agente (reina), que realizaba una acción (cocinar), sobre
un objeto (cebolla), en un cierto lugar (en la cocina)". Por
tanto, en la memoria debe quedar almacenado algo distinto de la
formulación precisa en forma de oración activa o
pasiva. Este "algo" es el significado que se representa mediante
un lenguaje
diferente al de palabras y oraciones utilizado para la estructura
superficial. Los significados se representan en términos
de proposiciones, que son precisamente las unidades de
significado. El concepto, de
proposición, tomado de la lógica,
fue propuesto para su utilización también en la
psicología. Las proposiciones constan de un
predicado, que es un verbo, adjetivo, adverbio, o
conjunción, y uno o varios argumentos, que son sustantivos
o, en el caso de proposiciones complejas, otras proposiciones.
Para una explicación detallada del concepto de
proposición como unidad de significado pueden consultarse
los trabajos de W. Kintsch (1974, 1998; VanDijk y Kintsch, 1983)
uno de los mas notables investigadores en el área de la
comprensión de textos, y proponente de este sistema de
representación de los significados. Precisamente Kintsch y
sus colaboradores ofrecieron pruebas
experimentales de la realidad de las proposiciones como unidad de
significado en la memoria de los sujetos.
De acuerdo con esto, el significado de las oraciones que
se acaban de mencionar se podría representar mediante las
dos proposiciones siguientes:
P1. COCINAR (REINA, CEBOLLA)
P2. LUGAR-EN (P1, COCINA)
La base de texto es el conjunto interrelacionado de
todas las proposiciones que representan el significado de un
texto. Se trata de un conjunto que tiene estructura y no de una
lista de proposiciones sin conexión entre sí. Y se
han distinguido tres tipos de estructura en la base de texto:
"microestructura", "macroestructura" y "superestructura
esquemática".
La microestructura es el conjunto de proposiciones de un
texto relacionadas "localmente", cuando éste se considera
frase a frase. Por ejemplo, un lector probablemente podría
construir la microestructura de un texto como el siguiente "La
fuerza del
español
está en que es vehículo de una cultura
riquísima. El español recibe fuerza constantemente,
sobre todo en Hispanoamérica. El español se ha
convertido en un idioma expansivo". Es fácil relacionar
localmente las proposiciones que representan el significado del
texto, incluso de una frase a otra. "Español" como
argumento de distintas proposiciones se repite proporcionando una
conexión por "superposición de argumentos" es decir
por el hecho de que hay varias proposiciones que comparten el
mismo argumento, como RECIBIR (ESPAÑOL, FUERZA) y
CONVERTIR (ESPAÑOL, EXPANSIVO (IDIOMA)). Pero, la
superposición de argumentos es solo una de las formas en
que se puede establecer relación entre las proposiciones.
Por ejemplo, pueden existir relaciones causales, aunque no exista
superposición de argumentos. En "Laly quemó la
madera.
Inmediatamente vinieron los bomberos", QUEMAR (LALY, MADERA) y
VENIR (BOMBEROS) , están relacionadas causalmente para
cualquier persona que conozca la función de los bomberos.
De esta manera también puede conseguirse relacionar las
proposiciones y establecer la llamada "coherencia
local".
La macroestructura de un texto es el conjunto de
proposiciones que sintetizan su significado, llamadas
"macroproposiciones". A veces se incluyen recursos en el
texto, como los títulos, para favorecer la creación
de la macroestructura, o incluso pueden aparecer de forma
explícita frases que sinteticen el significado del texto.
En ese caso el lector puede construir la macroestructura
seleccionando simplemente estas macroproposiciones entre las que
aparecen en el texto. Por ejemplo, en el breve texto anterior
sobre el español se podría haber incluido una frase
como "El español es un idioma importante", a la que
correspondería la proposición ES (ESPAÑOL,
IMPORTANTE (IDIOMA)) que sintetizaría el significado del
texto. Desde luego, los textos más extensos
necesitarían más de una macroproposición
para resumir el significado.
En otros casos no hay frases en el texto que sinteticen
su significado. El lector tendría que sintetizar las
macroproposiciones a partir de la microestructura. Pero no todos
los lectores son capaces de hacer esto. La conclusión es
que un texto con las ideas principales presentadas
explícitamente es más apropiado para los lectores
con menos recursos, mientras que no es tan necesario para
lectores que sepan construir la macroestructura por sí
mismos.
Existe, finalmente un tercer tipo de estructura,
estrechamente relacionada con la macroestructura que es la
llamada "superestructura esquemática" o "estructura de
alto nivel". Corresponde a la relación más general
que se puede encontrar entre las ideas del texto.
Van Dijk y Kintsch (1983) definen la superestructura
esquemática como "la forma global que organiza las
macroproposiciones (el contenido global de un texto)"
(pág. 16). Esta noción recibió atención originalmente en el estudio de las
narraciones, bajo el nombre de "gramática de las narraciones". Los
investigadores de los textos narrativos identificaron un
patrón de organización de esta clase de textos
consistente en categorías que se repiten ordenadas en la
mayoría de las narraciones, precisamente en aquellas que
son típicas y fáciles de entender. Estas
categorías son "Escenario", que corresponde a la
sección en donde se presentan los caracteres y su
ubicación temporal y espacial, "Tema" en el que se
presenta un acontecimiento y un objetivo que
se debe alcanzar, "Nudo" que corresponde a los intentos de logro
del objetivo y subobjetivos y las correspondientes
complicaciones, y finalmente "Desenlace" en donde se presentan
acontecimientos que ponen de manifiesto típicamente el
logro del objetivo principal. El contenido de las diferentes
narraciones puede ser distinto, pero todas ellas comparten
la
organización en las categorías anteriores.
Así en el cuento de
"Caperucita Roja" el Tema incluye el acontecimiento de la
enfermedad de la abuelita y el objetivo de visitarla y llevarle
comida. En otro cuento esta categoría se rellena con
contenido diferente, pero la estructura de Tema, Nudo y Desenlace
sigue conservándose. La gramática de las
narraciones, por tanto, consiste en algo similar a una estructura
común, con huecos que se rellenan con contenido diferente
en cada narración.
Una estructura análoga a la gramática de
las narraciones, la superestructura esquemática. puede
definirse para los textos no narrativos, aunque en este caso los
"huecos" sean diferentes. Meyer ha estudiado las superestructuras
esquemáticas (que llama estructuras de
alto nivel) para los textos expositivos identificando cinco
formas básicas (Meyer, 1985):
a) Descripción: en este tipo de estructura se
presenta una idea central y además información
detallada sobre ella, por ejemplo, atributos, especificaciones o
aclaraciones. La idea central se encuentra en un nivel de
importancia superior a la información detallada. Alguien
que escribiese un párrafo
explicando el "efecto
invernadero" podría muy bien organizarlo con una
estructura de descripción en la que presentase como idea
central el calentamiento del planeta debido al reflejo de la
radiación
por el CO2 existente en la atmósfera. A esto se
pueden añadir detalles como la magnitud del incremento de
temperatura,
las fuentes de
producción de CO2, las medidas que se
intentan tomar para resolver el problema, etc.
b) Colección: se presenta un conjunto de ideas
relacionadas de acuerdo con algún criterio, por ejemplo
acontecimientos secuenciadas en el tiempo u objetos que tengan
características comunes. A diferencia de la
descripción, todas las ideas se encuentran en el mismo
nivel de importancia. Tal estructura, correspondería, por
ejemplo, a un texto que describiese las diversas fases por las
que pasa una enfermedad, o las distintos grupos de
alimentos
necesarios en una dieta equilibrada.
c) Causación: se presentan dos acontecimientos o
estados uno de los cuales es causa y el otro efecto. Sería
el caso de un texto que describiese un programa de
mejora de la comprensión lectora y los efectos
académicos y sociales que tuvo.
d) Problema/solución: se presenta una pregunta o
un problema y una contestación o una solución.
Sería el caso de un texto que presentase el problema del
hambre en nuestro planeta y presentase después una
solución o posibles soluciones.
e) Comparación: se analizan las similitudes y
diferencias entre dos o más temas. Por ejemplo, en un
texto en el que se comparen dos países, de acuerdo con sus
características políticas,
económicas, geográficas, etc.
La descripción y colección corresponden a
las estructuras mas simples, mientras que las estructuras de
causación y problema/solución tienen una
organización más compleja.
El modelo de la situación se define como "la
representación cognitiva de los acontecimientos, acciones,
personas, y, en general, de la situación sobre la que
trata el texto" (van Dijk y Kintsch, 1983, p. 12). Un experimento
sirve para ilustrar las razones que llevan a postular este nivel
de representación de un texto en la memoria
(Johnson-Laird, 1983). Se dió a leer a un grupo de
sujetos un texto que describía una situación, con
frases como la siguiente "El hombre que
estaba al lado de la ventana gritó a la anfitriona".
Anteriormente en el texto se había mencionado al "hombre con el
martini" y por la descripción realizada estaba claro que
se refería a la misma persona que estaba al lado de la
ventana. En una prueba realizada posteriormente a la lectura se
pidió a los sujetos que identificasen cuáles de una
serie de frases se encontraban realmente en el texto. Entre ellas
estaban algunas tomadas literalmente del texto, y otras como "El
hombre con el martini gritó a la anfitriona", que no
estaban, pero que eran consistentes con la situación
descrita. Se encontró que muchos sujetos indicaban que
frases como ésta sí se encontraban en el texto.
¿Cómo se explica este error? La contestación
es que los sujetos no solamente almacenan en la memoria la
estructura superficial y los significados que aparecen
explícitamente en el texto (como los correspondientes a
"el hombre que estaba al lado de la ventana gritó a la
anfitriona"), sino que también guardan una
representación de la situación a la que se refiere
el texto. En la situación descrita, "el hombre con el
martini" y "el hombre que estaba al lado de la ventana" se
representan por el mismo elemento en la memoria de los sujetos,
es decir se refieren a la misma persona (de hecho, el nivel del
modelo de la situación se llama también "nivel
referencial"). Por tanto, cuando los sujetos recuperan la
representación de la situación a la que se refiere
el texto, es explicable que confundan "hombre con el martini" y
"hombre al lado de la ventana", aunque existan diferencias
importantes de significados entre ambas expresiones.
Representar la situación que describe el texto
supone incorporar gran cantidad de elementos no mencionados
explícitamente en el texto, provenientes de la base de
conocimientos del lector. La información procedente del
texto se integra con dicho conocimiento
dando como resultado una representación más rica
que la base de texto. Aunque todavía existen muchas
lagunas en la comprensión de la estructura interna de los
modelos de la
situación (Tapiero y Otero, en prensa), parece
claro su carácter
analógico con el mundo que representan.
Los modelos de la situación se relacionan
estrechamente con la comprensión. De hecho, la
creación de un modelo de la situación ha sido
propuesto por varios autores como el criterio de qué es
comprender un texto: un lector comprende un texto cuando es capaz
de construir un modelo de la situación adecuado. Desde
luego, muchos escritos son de difícil comprensión
porque el lector, por falta de conocimientos, ni siquiera accede
a los significados, es decir, no crea una base de texto. Pero
conocer los significados de las palabras y frases en un texto no
asegura crear un modelo de la situación apropiado. Este
problema aparece, por ejemplo, cuando el autor usa
términos muy generales. En ese caso es difícil
relacionar la información del texto con conocimientos
relevantes que tiene el lector, pero no puede recuperar. Por
ejemplo, algunas agencias de noticias describieron el reciente
escándalo financiero de la compañía World
Com indicando que "fueron mal contabilizados millones de
dólares de gastos". Los no
expertos en economía podemos
tener dificultades para relacionar esta información con
conocimiento relevante que podemos tener sobre qué es un
escándalo financiero: apropiarse de mucho dinero ajeno
en una empresa o
institución financiera, engañar o violar las
leyes y
normas de
conducta de estas
entidades, crear importante perjuicio a otros, etc.
¿Cómo se relaciona la mala contabilidad
con estas ideas?
Para ayudar en la comprensión, es decir en la
creación de un modelo de la situación son
útiles las analogías. Las analogías se
construyen utilizando conocimiento que el lector tiene
fácilmente integrado en su base de conocimientos. Si X es
la información que se intenta comprender, A es una
analogía de X, y el lector comprende la relación de
analogía entre A y X, al poder
relacionar fácilmente A con otra mucha información,
por una relación transitiva será, a su vez, capaz
de relacionar X con más información. Esto es lo que
permite la analogía utilizada en un artículo
publicado en el diario español EL PAIS, del 29 de junio de
2002, que explicaba el escándalo financiero al que me
acabo de referir:
"Resulta que es usted en encargado de una
heladería. No es muy rentable, así que,
¿qué puede hacer para ganar dinero?…Finalmente
tenemos la estrategia de
World Com. Con ella no crea usted ventas
imaginarias; hace que desaparezcan los costes reales, fingiendo
que los gastos de explotación–la crema, el azúcar, el jarabe de chocolate–forman
parte del precio de
compra de una nueva nevera. Así, su infructuoso negocio
parece, sobre el papel, una
empresa
altamente rentable que solo pide préstamos para
financiar sus compras de
nuevo equipo. Y usted puede vender las acciones a precios
inflados".
La analogía con un negocio (la heladería)
sobre el que tenemos mucha mas información, es decir con
el cual podemos relacionar muchos conocimientos que ya poseemos,
permite, por una relación transitiva, relacionar "fueron
mal contabilizados millones de dólares" con conocimiento
relevante que ya poseemos sobre escándalos financieros: el
engaño está en hacer creer que la
compañía gana dinero ocultando los malos
resultados, el dinero del
que se han apropiado es de los inversores, los dueños gana
dinero con acciones que están sobrevaloradas, etc. Es
decir, la analogía nos permite crear un modelo de la
situación apropiado.
En el ejemplo que se acaba de exponer, la dificultad en
la comprensión de la noticia original era debida
fundamentalmente a las características de la
información periodística. La brevedad del texto
impide que el lector lo relacione con conocimiento relevante. Sin
embargo, existen otros casos en los que el que proporciona la
información dificulta deliberadamente la creación
del modelo de situación. Este es el caso de algunos
políticos que deben pronunciarse sobre materias en las que
existe una gran variedad de opiniones. Con frecuencia logran que
sus afirmaciones sean difíciles de criticar mediante el
recurso de impedir que el que les oye, o les lee, cree un modelo
de la situación. En un trabajo en el que se trata este
problema con más detalle (Otero, 1996) se presenta el
ejemplo siguiente. El entrevistador (E) preguntaba a un
político español importante (P) sobre la medidas de
seguridad que
había tomado su partido para prevenir
atentados:
E: Eso no quita para que ustedes aumenten la
seguridad.
P: Lo que nosotros podemos hacer ya esta hecho. De lo
que no estoy nada seguro es que
lo que puedan hacer otras personas esté
hecho.
E: ¿Quiere decir que no todo lo que pueda hacer
el Gobierno
está hecho?
P: Que lo que tengan que hacer otras personas
esté hecho.
El político usa repetidamente "otras personas",
poniendo énfasis en ello, de forma que no apunta un
referente en el mundo para esa expresión. De esta forma
nadie podría criticarle en algún momento que
acusó al Gobierno. Pero no ayuda a que los ciudadanos
creen un modelo de la situación a partir de sus
afirmaciones. Más bien lo dificulta
deliberadamente.
Finalmente, podemos considerar una última
situación en la que es imposible la comprensión. Se
trata de aquellos textos farragosos en donde uno tiene sospechas
de si la persona que escribe el texto es capaz, ella misma, de
encontrar algún referente en el mundo para sus
términos y afirmaciones. Es el caso de textos que uno
encuentra en algunos círculos académicos. Desde
luego, debe aquí apuntarse que existe lenguaje altamente
abstracto que cumple una función importante en la
generación y transformación de conocimiento sobre
el mundo (un ejemplo claro es el de las matemáticas). Pero en otras ocasiones,
algunas de las cuales encontramos en el área de la educación, existen
escritos que debieran tener alguna conexión con el mundo,
por ejemplo con las operaciones que
realiza el alumno que aprende o con el maestro que enseña,
y que sin embargo es virtualmente imposible
encontrarlas.
La comprensión esta estrechamente ligada a la
creación de un modelo de la situación adecuado. El
modelo de la situación es un nivel de
representación fundamental a tener en cuenta por lectores
y autores de los textos escolares. Los primeros porque deben
perseguir la creación de esta representación, sin
la cual no se puede decir que hayan comprendido un texto. Para
ello deben movilizar sus propios conocimientos
integrándolos con la información en el texto para
crear el modelo de la situación (¿cómo se
relaciona la información del texto con lo que ya sé
sobre el tema? ¿qué inconsistencias existen con lo
que yo ya sé? ¿cómo las
resuelvo?)
Los autores deben facilitar la creación de un
modelo de la situación. Para ello deben tener en cuenta
los conocimientos que ya tiene el que lee para facilitar la
conexión entre la información proporcionada y estos
conocimientos. Deben evitar las expresiones ambiguas o
términos innecesariamente generales que dificulten al
lector encontrar los referentes en el mundo de estos
términos o expresiones. Y en caso de que sea necesario
utilizar estos términos generales, como sucede en
ocasiones en los textos escolares, deben proporcionar ejemplos y
analogías que ayuden a encontrar sus correspondientes
referentes y a relacionar la información proporcionada con
lo que el lector ya sabe.
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