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Crítica del darwinismo




Enviado por fedeast



    1. El argumento teleológico
      de Hume y el esencialismo.
    2. Crítica del darwinismo
      según Dewey.
    3. Críticas del darwinismo
      según Dennett.

    Los argumentos teleológicos han sido utilizados
    tradicionalmente por las religiones judeocristianas
    para probar la existencia de Dios. El personaje de Cleantes en
    los Diálogos sobre religión natural de
    David Hume emplea un argumento de este tipo para probar la
    existencia de un Arquitecto Divino. Sin embargo, la
    irrupción del darwinismo en el siglo XIX ha significado un
    cuestionamiento a la posibilidad de plantear una
    teleología. La hipótesis del presente trabajo consiste en
    mostrar que el darwinismo vuelve inaceptables a los argumentos
    teleológicos. Para llevar a buen puerto nuestra exposición, utilizaremos el siguiente
    esquema: reconstruiremos el argumento de Cleantes, presentaremos
    la visión mecanicista y finalista del mundo que presupone
    el argumento y luego veremos sobre qué ideas
    filosóficas reposa esta concepción del universo. En una
    segunda parte demostraré por qué sostengo que el
    darwinismo ha venido a derribar las explicaciones
    teleológicas. Nos basaremos en el texto
    Influencia del darwinismo en la filosofía de John Dewey
    para probar que el darwinismo ataca las bases mismas del
    esencialismo sobre el que descansa la explicación fundada
    en causas finales. Luego, utilizaremos el texto La
    evolución, el error y la intencionalidad de
    Daniel Dennett para explicar por qué no es necesaria la
    existencia de una inteligencia
    consciente en el diseño
    del mundo. Una vez expuestos estos puntos se desprenderá
    la invalidez de los argumentos teleológicos pues habremos
    destruido las bases sobre las que reposan.

    I- El argumento
    teleológico de Hume y el esencialismo.

    a) Reconstrucción del argumento
    teleológico de Hume.

    Tesis è existe un Diseñador
    Cósmico y su inteligencia
    es semejante a la humana.

    1. El universo se
      compone de una infinidad de partes que constituyen una "gran
      máquina".
    2. Todas estas partes mantienen una perfecta coordinación entre sí.
    3. La perfecta armonía entre estas partes es un
      medio para alcanzar un fin que es el buen funcionamiento del
      universo (Dios adecua medios a
      fines).
    4. El hombre
      adecua medios a
      fines, escoge los medios más adecuados para alcanzar sus
      objetivos.
    5. Cleantes establece un principio de inferencia que
      sostiene que "efectos similares se siguen de causas
      similares".
    6. De 3 y 4 podemos inferir que Dios y el hombre
      producen efectos semejantes (aunque de diferentes grados de
      perfección) puesto que adecuan medios a
      fines.
    • En virtud del principio de inferencia ,
      se puede afirmar que existe una semejanza entre Dios y el
      hombre.
    • Entonces, podemos inferir la existencia de Dios por
      una analogía con el accionar del hombre. Si
      vemos una casa, estamos viendo un objeto cuya causa es el
      hombre (pues ésta debe ser el resultado de una
      acción planeada, no es verosímil creer que se
      haya construido por casualidad). Del mismo modo, cuando vemos
      el universo,
      estamos viendo un algo cuya causa debe ser Dios pues tampoco es
      verosímil creer que ese complejo mecanismo se haya
      dispuesto de manera tan perfecta por pura casualidad. Ergo, el
      Diseñador Cósmico existe.

    Conclusión è el Diseñador Cósmico
    existe y hay una semejanza entre la inteligencia humana y la
    divina.

    De este argumento, podemos extraer qué
    visión del universo presupone Cleantes: una visión
    mecanicista comprometida con el finalismo. El aspecto mecanicista
    lo observamos en la concepción del universo como una "gran
    máquina" compuesta por una infinidad de partes que
    serían los distintos tipos de entes. El aspecto finalista
    del argumento es la creencia de que cada ente tiene una causa
    final, una razón de ser que permite que el universo sea
    un todo armonioso. Es por esta visión del mundo como un
    todo ordenado que Cleantes realiza una analogía entre la
    inteligencia humana y la Divina. En efecto, vemos que un reloj es
    un elemento compuesto por una serie de partes ordenadas de modo
    que el organismo tenga un buen funcionamiento. Según
    Cleantes, todas estas partes no podrían haberse dispuesto
    de ese modo tan perfecto por puro azar sino que fue necesaria la
    inteligencia del hombre para producirlo. Por analogía,
    Cleantes sostiene que el orden del mundo no podría haberse
    producido por azar sino que también fue necesario un
    diseñador que, mediante un plan, lo hubiera
    dispuesto de tal modo.

    Aquí observamos la importancia que reviste la
    teleología en el argumento. Cada parte constituyente del
    mundo no se halla dispuesta en él de un modo puramente
    casual. Cada parte cumple un papel
    determinado, tiene un fin que cumplir en el universo del mismo
    modo que cada pieza del reloj tiene un fin que cumplir en el
    mecanismo para garantizar su buen funcionamiento. Cleantes
    adhiere totalmente a esta postura finalista al afirmar: "no hay
    idioma que pueda comunicar un sentido más inteligible e
    irresistible que el singular ajuste de las causas
    finales".

    b) Características del
    esencialismo.

    La visión del mundo basada en causas finales que
    presupone Cleantes es característica de la escuela metafísica
    esencialista. Cuando hablamos de "causa final", nos referimos a
    la causa final de algún ente, nos preguntamos por
    qué existe ese ente en el universo. Entonces, primero
    debemos ver qué entendemos por "ente".

    El esencialismo sostiene que el ente se define por su
    esencia. Es la esencia la que hace que un ente sea lo que es y no
    otra cosa. Se supone que las distintas clases de entes subsisten
    en el tiempo y que el
    género
    al que pertenecen no se destruye ni se modifica. Esto se debe a
    que la esencia que lo define es inmutable. Las distintas especies
    que existen en el mundo tienen, cada una, una esencia propia. Por
    ejemplo, según Aristóteles la esencia de "hombre" es
    "animal racional". Esta esencia es inmutable y, por lo tanto, un
    hombre será siempre un animal racional. Cada hombre
    particular es un miembro de la especie que se define por la
    esencia de "animal racional".

    ¿Por qué existen los entes? La respuesta a
    esta pregunta nos lleva a la cuestión de las causas
    finales y la teleología. Según el esencialismo, la
    naturaleza no
    hace nada en vano. Un ente existe porque tiene un papel que
    desempeñar en esta gran máquina que es el universo.
    Un ente que no tuviera ninguna causa final que cumplir
    sencillamente no existiría. Expresando esto en
    términos del argumento de Cleantes, diremos que cada ente
    cumple con la función
    que le asignó el Diseñador Cósmico para que
    el universo sea un todo armónico. Es por esto que llamamos
    "teleológico" al argumento.

    II- Crítica
    del darwinismo según Dewey.

    Hasta aquí hemos presentado el argumento de
    Cleantes y la posición filosófica en la que se
    basa. Ahora, inspirándonos en Dewey, presentaremos dos
    críticas darwinistas que apuntan a destruir la
    visión mecanicista y finalista de Cleantes.

    a) Crítica al mecanicismo.

    Esta es una crítica darwinista a la posibilidad
    de concebir al mundo desde una perspectiva mecanicista. Hemos
    dicho que el esencialismo sostiene que las esencias son
    inmutables y que, por lo tanto, las especies no varían.
    Ahora veremos que esto no puede justificarse. El siguiente
    argumento representa la forma en que construimos los
    universales.

    1. Observamos que existen ciertas similitudes entre
      distintos particulares.
    2. Agrupamos los particulares con ciertas similitudes en
      "especies".
    3. Vemos que las especies se mantienen a lo largo del
      tiempo pues
      los particulares que permitieron formarlos mantienen
      básicamente las mismas
      características.

    Conclusión è existe una esencia inmutable propia de
    cada especie.

    Podríamos imaginar que éste fuera un
    argumento esgrimido por el esencialismo para probar la
    inmutabilidad de la esencia. No nos detendremos aquí a
    analizar si la conclusión se sigue de las premisas (en mi
    opinión no) puesto que no es el tema de este estudio. Lo
    que haremos es ver cómo la irrupción del darwinismo
    lo refuta. Desde mi punto de vista, el darwinismo ataca la
    premisa 3 pues Darwin sostiene
    que las especies no son invariables sino que cambian y
    evolucionan lentamente. Es justamente la lentitud de esta
    evolución la que podría hacernos
    creer que los géneros son inmutables. Sin embargo, esto no
    es cierto en el muy largo plazo que es donde puede percibirse
    sensiblemente la evolución. Una persona que
    hubiera vivido miles de años probablemente notaría
    que, por ejemplo, los perros que
    conoció en su juventud son
    diferentes de los que existen ahora. Ahora bien, si las especies
    varían, se estaría presentando un problema a la
    postura esencialista puesto que las esencias ya no serían
    inmutables. Según el mecanicismo, las distintas partes que
    constituyen el universo son los entes. Como las especies no
    cambian, cada ente ocupa un lugar determinado como pieza de esta
    gran máquina. Pero una vez que probamos que las especies
    varían, ya no tenemos entes fijos que puedan funcionar
    como piezas de la máquina y no puede concebirse al
    universo de un modo mecanicista. No podríamos ya suponer
    que el universo funciona de una manera análoga a la de
    cualquier máquina. Las piezas de una máquina no se
    modifican. Las partes del universo, luego de la irrupción
    del darwinismo, sí.

    b) Crítica al finalismo.

    Según los esencialistas, la noción de
    especie tiene dentro de sí la idea de propósito.
    Una especie dada existe porque tiene un rol que cumplir dentro
    del universo.

    El darwinismo ataca esta concepción al sostener
    que las especies varían justamente porque no hay tal
    plan Divino.
    En efecto, el mecanismo de selección
    natural existe porque hay especies que no podrían
    sobrevivir si no evolucionaran para adaptarse a su entorno. Si
    una especie evoluciona, significa que no podía satisfacer
    el buen orden del universo manteniéndose en su anterior
    estado.
    Recordemos que Cleantes, al ver el orden del mundo donde cada
    ente cumplía con una causa final específica,
    infería que debía existir un Diseñador
    Cósmico que hubiera planeado ese orden. Según el
    darwinismo, las especies varían justamente porque no hay
    tal plan. Evolucionan para adaptarse a las nuevas circunstancias
    y esto introduce un elemento de azar en el mundo. La especie
    evoluciona de tal o cual manera según lo que las
    circunstancias dispongan. En una gran cantidad de casos, la
    especie puede no adaptarse a las nuevas circunstancias y acaba
    por extinguirse. Esto plantea una cuestión interesante
    contra la concepción mecanicista y finalista del universo.
    ¿Si cada especie cumplía con un determinado papel
    sobre la Tierra
    cómo puede explicarse que una de ellas desaparezca?
    ¿Acaso no tenía una razón de ser?
    ¿Por qué Dios crea una especie que no es necesaria
    para el buen orden del mundo? Si no quiere verse rebatido,
    Cleantes debe dar rápidamente una respuesta a estas
    incómodas preguntas.

    III-
    Críticas del darwinismo según
    Dennett.

    a) Posibilidad de una teleología sin
    esencialismo.

    ¿Cómo podría Cleantes responder a
    estas preguntas y salvar así a su argumento
    teleológico? Podría replicarnos lo siguiente:
    "Hasta aquí has demostrado que las especies podrían
    evolucionar y que las esencias ya no serían inmutables. Te
    lo concedo. Sin embargo, el núcleo duro de mi argumento
    aún sigue en pie. ¿Cómo sabes que el
    cambio que se
    registra en las especies no forma parte del plan del
    Diseñador Cósmico para asegurar el buen orden del
    universo? Mientras no refutes esto, el argumento
    teleológico sigue siendo válido".

    Este es un brillante contraataque de los defensores del
    argumento del plan. Pareciera que la teleología aún
    podría sobrevivir luego del derrumbe del esencialismo. En
    efecto, ésta busca persistir a través de una
    conciliación con el darwinismo. Nuestro objetivo
    será ahora mostrar que la existencia misma de un plan
    Divino en la constitución del universo es
    injustificable. Acudiremos a Dennett para resolver esta
    última cuestión y derrotar definitivamente a
    Cleantes.

    b) Refutación de Dennett a la necesidad de la
    existencia de un plan.

    La respuesta a este problema se basa en que no hay
    necesidad de la existencia de un plan y que éste es, en
    realidad, fruto de la interpretación. Consideremos el
    siguiente argumento:

    1. El corazón
      tiene la función
      de bombear la sangre en el
      cuerpo de los animales.
    2. Si la sangre no
      circula, el animal no puede vivir.
    3. Hay animales
      vivos.
    4. Todos los animales vivos tienen corazón.

    A partir de este argumento, Cleantes sostiene que el
    Diseñador ha puesto, conscientemente, el corazón en
    los seres vivos y le ha asignado una causa final bien
    determinada: bombear la sangre y hacer posible la vida. Cleantes
    observa que todos los seres vivos tienen corazón y de
    ahí infiere que la naturaleza es
    sabia pues ha creado al corazón con una determinada
    función sin la cual, la vida no sería posible. Por
    lo tanto, habría aquí un plan Divino que explica el
    por qué de la existencia de este órgano. En efecto,
    Cleantes diría que si consideramos al cuerpo del animal
    como el universo, veremos que su buen funcionamiento depende del
    buen funcionamiento del corazón que es una de sus partes
    que Dios ha creado con un propósito
    determinado.

    Ahora bien, debemos analizar cuidadosamente si de la
    existencia del corazón con esa causa final, se desprende
    necesariamente la existencia del plan concebido por un
    Diseñador inteligente. La respuesta es negativa. Dennett
    sostiene que del hecho de que observemos que todos los seres
    vivos tienen un corazón no se sigue la existencia del
    Diseñador puesto que la selección
    natural podría haber tenido el mismo resultado.

    Recordemos que según la teoría
    de Darwin,
    sólo los más aptos pueden sobrevivir. Es decir que,
    en algún momento podrían haber nacido seres vivos
    sin corazón. ¿Y por qué no los vemos? Esto
    es lo que explica la teoría
    de la selección. Estos seres no son aptos para sobrevivir
    y, por lo tanto, desaparecen sin dejar rastros. Todas las
    especies animales que observamos sobre la Tierra tienen
    corazón pues, en caso contrario, no hubieran podido
    sobrevivir. Esto tiene una fuerte implicancia para rebatir
    definitivamente la hipótesis del plan
    diseñado conscientemente. En efecto, según Dennet,
    la naturaleza podría estar operando bajo un método de
    "prueba y error". Los errores desaparecen rápidamente pues
    fracasan en la lucha por la subsistencia y sólo los
    éxitos permanecen. Esto explica por qué nunca hemos
    visto un animal sin corazón. Es un fracaso de la
    naturaleza que se ha eliminado así como se habrían
    eliminado miles de otros errores.

    Según Darwin, esta es la dinámica que regula la vida sobre la Tierra. Las
    especies nacen, evolucionan y, las menos aptas, desaparecen.
    Entonces, vemos que ya no hay necesidad de pensar en un
    Diseñador que haya planeado al mundo conscientemente. Los
    mismos resultados pueden obtenerse a través de la
    selección natural donde no hay un planeamiento "a
    priori" sino que el universo se va regulando "sobre la marcha".
    Son las propias leyes de la
    selección natural las que explican los cambios que
    observamos en las especies y el hecho de que éstas
    evolucionen.

    c) Explicación del error de Cleantes.

    Una vez que hemos llegado a este punto, podemos
    comprender dónde reside el error de Cleantes cuando
    asegura que el universo es el resultado de un plan. El problema
    consiste en su visión basada en causas finales en el
    "mundo en sí", donde cada ente tiene una función
    que cumplir. Al ver que el corazón sirve para bombear la
    sangre del cuerpo, Cleantes cree que el corazón ha sido
    creado para ese fin. Por lo tanto, cree que la causa final del
    corazón es precisamente esa. Es decir que Dios
    habría imaginado la función que tendría el
    corazón en el mundo antes de crearlo, lo habría
    planeado anticipadamente.

    Dennett sostiene que en la naturaleza, en el mundo en
    sí no hay funciones,
    sólo hay hechos. Los seres vivos tienen un corazón
    porque el mecanismo de la selección natural (a
    través de prueba y error) ha determinado que tengan
    corazón. Pero la función que le asignamos al
    corazón no viene del corazón mismo sino de nuestra
    mente, de nuestra intencionalidad que busca siempre respuestas al
    por qué. En otras palabras, las causas finales son puestas
    por la imaginación del hombre y no existen en el mundo en
    sí.

    Podremos explicar mejor el origen de este error
    introduciendo algunos elementos de la Primera Parte de la
    Ética
    de Baruch Spinoza. Según Spinoza, los hombres desean
    alcanzar lo que les es útil. Entonces, consideran que las
    cosas del mundo son medios para obtener un fin útil.
    Podemos reconstruir el ejemplo del corazón en
    términos spinozistas:

    1. El corazón es útil para bombear la
      sangre y permitir la vida.
    2. El hombre no creó al
      corazón.

    Conclusión è Dios creó el corazón para
    la satisfacción de las necesidades del hombre.

    Spinoza critica a esta forma de pensar diciendo que las
    causas finales son puramente imaginarias y que lo que
    verdaderamente rige al mundo son las causas eficientes. Lo
    interesante de Spinoza en el marco de este trabajo es que nos
    presenta una nueva forma de comprender el error de Cleantes y de
    todos los argumentos teleológicos basados en la existencia
    de un plan Divino. Para Spinoza no hay funciones en el
    mundo en sí, las funciones las asigna el hombre cuando
    nota que ciertas cosas le son útiles. Por lo tanto, las
    causas finales son producto de la
    mente.

    Conclusión.

    Para concluir, podemos afirmar que ahora hemos destruido
    el último lugar donde podría refugiarse la
    teleología y así hemos probado nuestra hipótesis: los argumentos
    teleológicos no son aceptables pues nada indica que
    existan causas finales en el mundo mismo. El camino que hemos
    seguido para probar nuestra hipótesis ha sido
    el siguiente: hemos partido del argumento teleológico de
    Hume como un ejemplo de lo que deseábamos refutar. En
    segundo lugar, hemos visto qué visión del mundo
    presuponen los argumentos teleológicos tradicionales
    (mecanicismo, finalismo, esencialismo). En tercer lugar, hemos
    presentado las críticas del darwinismo hacia el
    esencialismo inspirándonos en el texto de Dewey. En cuarto
    lugar hemos desarrollado las críticas de Dennett hacia las
    explicaciones que presuponen un plan Divino. Por último,
    hemos presentado brevemente la crítica de Spinoza a las
    explicaciones basadas en causas finales. Luego de todo este
    camino, hemos llegado a la conclusión de que no puede
    justificarse la existencia de una teleología en el mundo
    en sí. Nada puede probar que las causas finales existan
    más allá de la mente. Por lo tanto, así
    queda descalificada la teleología como un modo de probar
    hipótesis. En el caso específico del argumento de
    Cleantes, si las causas finales son puestas por nuestra
    imaginación, no puede probarse que exista un
    Diseñador Divino (al menos a través de un argumento
    teleológico).

    Federico Ast

    Estudiante de Licenciatura en Economía y
    Filosofía de la UBA.

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