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Debates filosóficos




Enviado por irichc23



    1. ¿Qué sabemos del
      alma?
    2. Mal y
      albedrío.
    3. Cómo entender la
      libertad.
    4. La posibilidad de la libertad
      como condición de la conciencia.
    5. Reductio ad absurdum de lo
      mismo.
    6. Respuestas a un
      libertino.
    7. Diálogo con un
      tomista.
    1. ¿Qué sabemos del
      alma?
    2. I.- Existe pero no se mueve; deviene pero no cambia
      substancialmente; acompaña al cuerpo sin ser del
      cuerpo: el alma.
      Sin embargo, ¿qué cuerpo toma el alma cuando
      abandona el cuerpo?; ¿en qué consistiría
      la resurrección de la carne?
      No parecen problemas
      sencillos que puedan ser reducidos a lo observable, a lo
      mensurable, a la psicología en
      definitiva.

      II. Toda multiplicidad ha de estar compuesta por
      unidades. Pero si la materia es
      infinitamente divisible y está, de hecho,
      infinitamente dividida, dichas unidades no podrán ser
      materiales, sino inextensas e
      intelectuales.
      Podrías replicar que la materia
      infinitamente divisible está compuesta por infinitas
      unidades materiales. Sin embargo, eso supondría
      dar al término unidad un significado distinto del
      común. Una unidad, es decir, un ser, no puede
      descomponerse sin perder su esencia. Con más
      razón si dicha descomposición es infinita. Por
      eso distinguimos entre los seres vivos (con alma,
      individuados) y los seres inanimados (sin alma,
      cuantificables). De lo contrario, cada ser contendría
      en sí infinitos seres, y en realidad ninguno.
      Si aceptas esto verás que la segunda pregunta se
      contesta por sí sola. Lo que es uno no puede cambiar,
      ya que no es posible añadirle ni quitarle nada.
      Sólo crearlo o suprimirlo, si se es
      omnipotente.

      2. Mal y
      albedrío.

      Llamamos malo al acto voluntario por acción,
      intervención u omisión del cual se desprenden,
      para uno mismo o para un tercero, consecuencias negativas.
      Ahora planteemos un par de hipótesis:
      – Si el mal y el bien fueran necesarios, no
      dependerían de la virtud y no los
      distinguiríamos a efectos morales.
      – Si nadie ejerciera el mal, el pecado original no
      existiría.
      Pero el hombre
      tiende al mal como la esfera a rodar por la pendiente. Todo
      mal es, pues, evitable (en tanto no ha sucedido aún) y
      preexistente al mismo tiempo, ya
      sea en el orden físico o en el moral.
      Resumiendo:
      1) Nada que no entrañe contradicción lógica es imposible.
      2) La voluntad puede determinarse a sí misma, dadas
      unas condiciones iniciales.
      3) El mal es, pues, voluntario.
      4) Si finalmente ocurre o, dadas unas condiciones, deviene
      necesario, habrá sido un mal querido por su autor.
      Más breve todavía:
      Voluntario se opone a involuntario, no a necesario.
      3. Cómo entender la
      libertad.

      Hay quien cree en Dios y en el libre albedrío
      (católicos); otros creen en Dios y niegan el libre
      albedrío (maniqueos); por último, y este es un
      tipo derivado del segundo, hay quien no cree en Dios ni en el
      libre albedrío (nihilistas)
      Decir que la existencia de Dios se opone al libre
      albedrío es una tontería, como he demostrado
      más arriba. Pero la tontería de
      tonterías es colegir que el destino esté
      escrito a partir de la inexistencia de Dios, ya que, si Dios
      no existe, todo es posible.
      Vuestro error es confundir libertad
      con "creación de causas desde la nada", cosa que,
      evidentemente, sólo le está permitida a Dios.
      La libertad no es una omnipotencia de la criatura, contraria
      a las leyes del
      universo,
      sino parte consciente de esas leyes. Es
      normal que no encontréis algo así, porque
      buscáis un absurdo. Eso no significa que no exista,
      sino más bien que no sois capaces de entenderla.
      En resumen: Estamos determinados y predeterminados. Pero, al
      menos desde la perspectiva del hombre,
      que es una perspectiva ex ante (ya que para Dios no existe el
      tiempo), NO
      estamos necesitados.

      4. La
      posibilidad de la libertad como condición de la
      consciencia.

      Toda acción libre es, EX ANTE,
      lógicamente posible, que es lo que nos interesa saber
      a efectos humanos (necesario no se opone a voluntario,
      ¿en cuántas ocasiones lo he dicho ya?). Y SI
      NO, INSISTO, POR ÚLTIMA VEZ, DEMUESTRA QUE QUIEN
      ACTÚA DE UN DETERMINADO MODO CONFORME A SU CONCIENCIA, EVALUANDO ANTES DISTINTOS CURSOS DE
      ACCIÓN, LO HACE MOVIDO POR ALGO QUE NO ES SU VOLUNTAD,
      SINO UNA CAUSA EFICIENTE EXTERNA A LA INMANENCIA DE QUERER.
      Para querer algo, evidentemente, antes hay que poder
      quererlo: hay que existir y ser capaz de realizar distintas
      tareas, entre ellas la deseada, así como de
      representarlas en la conciencia. Pero PODER
      querer algo no significa tener que quererlo NECESARIAMENTE.
      El correlato físico-causal que precede y convierte en
      factible toda acción libre es su condición
      necesaria, no su condición suficiente. De no ser
      así, bastaría que se dieran las condiciones
      físicas del acto para que éste se realizara,
      siendo nuestra consciencia un efecto derivado de su
      consecución. ¡Y sin embargo la consciencia
      PREEXISTE a la ejecución del acto, dirigiéndolo
      eficazmente en su curso! ¿Cómo sería
      posible si tuviera que ser su efecto, por definición
      posterior a la causa? Y si no es causa* ni efecto,
      ¿qué diantre es? Pero no sólo eso: si se
      dieran todas las condiciones NECESARIAS para que se realizara
      un acto, y éstas fueran al mismo tiempo condiciones
      suficientes, ¿qué sucedería si
      contemporáneamente se dieran las condiciones
      necesarias de otro acto, contradictorio con el anterior?
      ¿Sucederían ambas a la vez? ¿No es del
      todo conveniente presuponer aquí un principio
      regulador (el alma) que decide qué hacer SIN ESTAR
      ABSOLUTAMENTE SUJETO A LAS CAUSAS?
      Por último, digamos que el orden del conocimiento es distinto al orden de las
      causas físicas: hay, pues, una armonía
      preestablecida entre la res cogitans y la res extensa. El
      alma tiene su propia "causalidad", por así decirlo, y
      su libertad consiste en conocerla y emplearla juiciosamente.
      La causalidad del alma no es física, sino
      lógica e ideal. Se corresponde
      exactamente, en virtud de la armonía, con la
      causalidad física derivada
      de sus acciones,
      y, a la inversa, las pasiones se corresponden con la
      consciencia. No existe, no obstante, ningún acto que
      empiece de cero: todos presuponen unas condiciones que los
      determinan parcialmente. Es decir, para conseguir la libertad
      es necesaria cierta complejidad de la mónada, que
      implica al mismo tiempo un desarrollo
      físico. Mientras la mónada no es libre (por
      ejemplo, antes de ser engendrado el futuro ser), no hay actos
      libres. Posteriormente la libertad deviene en el tiempo como
      correlato de ciertos sucesos físicos, de cuya
      existencia se sigue la posibilidad de
      aquélla.

      5. Reductio
      ad absurdum sobre lo mismo.

      Una cosa es la RAZÓN SUFICIENTE, por la que
      yo me guío, y otra la RAZÓN DETERMINANTE, que
      tú extiendes a la primera. Una indica posibilidad
      lógica, la otra necesidad lógica.
      Así, es LÓGICAMENTE POSIBLE que el recipiente
      capaz de contener un litro de agua pueda
      también contener medio litro. En cambio, es
      LÓGICAMENTE NECESARIO (ex ante) que dicho recipiente
      contenga el litro o sus medidas inferiores, pero no
      más, ya que de lo contrario se derramaría. E
      igualmente lo es (ex post) que contenga o bien un litro o
      bien medio litro, pero no TODO un litro y SÓLO medio
      litro simultáneamente.
      Por la mera posibilidad EX ANTE, tan posible es que se llene
      un litro como medio litro, pues la noción de uno
      incluye la del otro. Por la posibilidad EX POST (que deja de
      ser posibilidad para convertirse en necesidad), no
      será posible que, de haberse llenado sólo medio
      litro, se haya llenado al mismo tiempo un litro entero.
      Según la RAZÓN DETERMINANTE que esgrimes, si el
      recipiente se llena con sólo medio litro, NO ERA
      POSIBLE (ex ante) que se llenara con un litro entero, del
      mismo modo que no era posible (ex ante) que en él se
      llenaran dos. Lo cual choca con la lógica y el sentido
      común más romos, etc.

      6.
      Respuestas a un libertino.

      I. MORIBUNDO
      Aquél que simplifica las cosas, amigo, sobre todo
      aquél que no multiplica las causas para no oscurecer
      aún más los efectos. ¿Qué
      necesidad tienes de una segunda dificultad cuando no puedes
      comprender la primera? Y ya que es posible que la naturaleza
      por sí sola haya hecho lo que atribuyes a tu Dios,
      ¿por qué quieres adjudicarte un amo? La causa
      de lo que no comprendes es, quizás, la cosa más
      simple del mundo. Perfecciona tu física y
      comprenderás mejor la naturaleza:
      depura tu razón, desecha tus prejuicios, y ya no
      tendrás necesidad de tu Dios. (…)
      Respondo: El único que multiplica las causas es el
      que, predicando la eternidad de la materia, la declara
      infinita en el tiempo, es decir, infinitamente causada y, lo
      que es más absurdo, como no habiendo empezado a ser
      nunca. En otras palabras: lo que se concede en el resto de la
      naturaleza tomada parcialmente, a saber, que todo tiene una
      causa y que nada es sin razón, se niega para la
      naturaleza tomada como un universal. Sin embargo, ¿no
      nos obliga el nominalismo a ceñirnos a lo observable y
      a prescindir de vanas y distorsionadoras generalizaciones?
      Entonces, aunque no sea demostrable, como tampoco lo es la
      pretensión contraria, ¿no resulta más
      coherente presuponer a un Creador, a un Dios como
      hipótesis, que
      dé comienzo absoluto a la cadena causal? ¿Acaso
      no demuestra el materialista, en este sentido, el peor de los
      prejuicios acientíficos?
      MORIBUNDO
      No. Y ello por una razón bien simple: que es
      perfectamente imposible creer lo que no se comprende. Entre
      la comprensión y la fe deben existir vínculos
      estrechos, la comprensión es el primer alimento de la
      fe: donde no hay comprensión, la fe está
      muerta. Y los que en ese caso pretendieron poseerla, se
      engañan. No te creo capaz de creer en el Dios que
      predicas, porque no sabrías demostrármelo,
      porque no está en ti definírmelo, y en
      consecuencia no lo comprendes. Y como no lo comprendes no
      puedes proporcionarme ningún argumento razonable en su
      favor. En una palabra, todo lo que está por encima de
      los límites del espíritu humano es o
      quimera o inutilidad; y no pudiendo ser tu dios sino una u
      otra de estas cosas, en el primero de los casos sería
      yo un loco de creer en él, un imbécil en el
      segundo.
      (…)
      Respondo: Creer en lo que no se comprende de un modo completo
      (subráyese este último término) no
      sólo es posible, sino además usual y
      conveniente. Del Dios de la Biblia tenemos nociones
      reveladas, entiéndase: superiores a la razón,
      no deducibles de la experiencia. Ahora bien, eso no excluye
      que podamos intelectualizarlas -como he hecho más
      arriba- a fin de combatir las tesis
      contrarias.
      MORIBUNDO
      En consecuencia, no me has prestado ningún servicio
      con la edificación de tu quimera, has turbado mi
      espíritu, pero no me has aclarado nada, y, en lugar de
      reconocimiento, sólo te debo rencor. Tu Dios es una
      máquina que has fabricado para servir a tus pasiones,
      y la haces funcionar a voluntad. Pero desde el momento en que
      esa máquina perturba mis pasiones, debes encontrar
      normal que la haya derribado. Y justamente cuando mi alma
      débil tiene necesidad de calma y de filosofía,
      no vengas a espantarla con tus sofismas, que la
      asustarían sin convencerla y la irritarían sin
      mejorarla. Amigo mío, mi alma es lo que ha querido la
      naturaleza que sea, es decir, el producto
      de órganos que ella se ha complacido en brindarme,
      conforme a sus designios y necesidades: y como tiene
      idéntica necesidad de vicios y virtudes, cuando ha
      deseado llevarme hacia los primeros, lo he hecho, cuando ha
      querido las segundas, me ha inspirado los deseos
      consiguientes, y me he entregado a ellas sin reparos. En esas
      leyes de la naturaleza, que responden sólo a sus
      deseos y a sus necesidades, debes buscar la causa
      única de la inconsecuencia humana. (…)
      Respondo: La primera parte de este argumento es una simple
      falacia ad hominem. La segunda es lo que Leibniz tuvo a bien
      llamar Fatum Mahometanum, esto es, el sofisma perezoso
      según el cual, ya que todo está predeterminado,
      ni debemos obrar ni somos responsables de nuestras acciones.
      Pero ello niega la distinción lógica entre
      futuros contingentes y no contingentes, añadiendo un
      plus de necesidad a los acontecimientos por razón de
      la omnisciencia que se atribuye a Dios (o a la naturaleza, en
      el caso de Sade). Así pues, el sofisma perezoso o bien
      no prueba nada, o bien prueba demasiado.
      MORIBUNDO
      ¿Por qué no? Nada me divierte tanto como el
      exceso a que los hombres han podido llegar en materia de
      religión; el fanatismo y la imbecilidad
      son extravíos tan prodigiosos que su
      espectáculo, desde mi punto de vista, pese a ser
      horroroso es siempre interesante. Responde ahora con
      franqueza y sobre todo desecha tu egoísmo. Si fuera yo
      lo suficientemente débil como para dejarme sorprender
      por tus ridículos sistemas
      sobre la existencia fabulosa del ser que hace necesaria la
      religión, ¿bajo qué forma
      me aconsejarías que le rindiera culto?
      ¿Preferirías que adoptase los ensueños
      de Confucio antes que las extravagancias de Brahma?
      ¿Debo adorar a la gran serpiente de los negros, al
      astro de los peruanos o el Dios de los ejércitos de
      Moisés? ¿A cuál de las sectas de Mahoma
      quisieras que me convirtiese? ¿O cuál de las
      herejías cristianas sería preferible para ti?
      (…)
      Respondo: Respecto a lo primero, falacia de non sequitur. En
      lo concerniente a la multiplicidad de sectas, ya dije en otra
      parte que el Dios cristiano se distingue por 1) su infinita
      bondad y 2) el hecho de conceder libre albedrío a las
      criaturas racionales. Si se demuestra que este es el mejor de
      los mundos y que nuestra libertad, pese a la
      predeterminación, está garantizada cuando
      obramos con juicio, quedarán probados los atributos
      que sólo al Dios cristiano atañen.
      II.

      >Bueno, lo de que es eterno el universo
      para los materialistas lo das por sentado y no es asi. Lo es
      segun algunos.
      >Aun asi, la hipotesis del Creador no resuelve nada,
      puesto que habria que preguntarse quien creo al creador. Si
      aceptamos el criterio de que algo puede existir sin ser
      creado, por qué buscar una segunda causa con ese
      criterio para explicar la primera cuando podemos aplicar el
      criterio a la primera directamente.
      Eso tiene fácil respuesta. No puedes medir al Creador
      y a lo creado por el mismo rasero. ¿Por qué? Es
      evidente: el Creador ha de concebirse siendo eternamente, es
      decir, fuera del tiempo, del espacio, del movimiento
      y, en definitiva, fuera de toda cadena causal. Dios no
      necesita una explicación natural, ya que es
      absolutamente distinto al resto de la naturaleza, aunque
      -como lo finito y lo infinito, que formarían parte de
      una misma serie numeral- mantenga múltiples
      vínculos con ella.
      >Añades una entidad que no resuelve nada a las
      cuestiones propuestas, luego por el principio de Occam, lo
      cientifico es ignorar esa hipotesis.
      Presupongo una entidad que explica al resto y que, a su vez,
      no necesita ser explicada, pues es anterior a todo conocimiento (como el cero es anterior a
      cualquier cuenta). Lo científico es cercenar con la
      navaja de Occam la infinidad de causas que el
      "eternorretornista" -si lo prefieres en lugar de
      "materialista"- imagina.
      >Realmente NO resulta mas coherente la hipotesis de un
      creador. No resuelve nada al problema inicial, ni es
      contrastable, y por tanto solo añade elementos
      innecesarios.
      Es una hipótesis metafísica con implicaciones
      físicas: no se trata de compartimentos estanco. A
      través de la noción de fuerza,
      Leibniz llegó al libre albedrío y, de
      ahí, a la armonía preestablecida como sistema de
      interrelación de las substancias. Se señala a
      este mismo autor, por su polémica con Newton
      sobre la realidad del espacio y el tiempo, como precursor de
      la relatividad. En fin, quién sabe cuántos
      avances más podrá apadrinar en los
      próximos siglos.
      >No crees lo que no comprendes. Crees algo que comprendes
      (que hay una especie de inteligencia exterior o previa al mundo) y lo
      que queda sin responder presupones que la creencia que tienes
      lo explica sin saber como. Para reconocer que hay cosas que
      no comprendes y que no puedes comprender, no veo qué
      aporta el añadir a dios cuando no comprendes lo que
      ves. De nuevo, aplicamos la navaja de Occam.
      Me he perdido en tu razonamiento. ¿Qué es "lo
      que queda por responder"? ¿Quién aspira a
      agotar el
      conocimiento? ¿quién desea desecar el
      océano? Dios sólo nos da una certeza moral
      sobre nuestros actos, pero, con ella, también una
      clave de interpretación del universo in
      toto. Conocerme a mí mismo se convierte en mero
      juego de
      espejos si no logro reconocer al Creador, al "mí
      otro".
      >Sobre la revelacion: por qué esa y no otra? Es
      unicamente una prueba de fe (como supongo que reconoces), de
      arbitrariedad absoluta y en el fondo completamente vana.
      Parece que la fe católica y, por extensión, la
      protestante son las únicas que se han molestado a
      conciliarse con la razón, no contradiciéndola
      en ningún punto (como la contradicen en cambio los
      mitos
      politeístas y antropomorfitas en general, el fatalismo
      musulmán o el nihilismo budista). Todo ello a pesar de
      que el ateo prefiera hacer hincapié en etapas de mayor
      oscuridad y barbarie para obviar así la milenaria
      tradición racionalista que precedió y
      siguió a las mismas.
      >No es una falacia ad hominem, aunque se dirija en segunda
      persona.
      Realmente la edificacion del edificio deista no resuelve
      nada, que es lo que dice, y no solo no aporta tranquilidad y
      felicidad, sino que es todo lo contrario, como ya habia
      sostenido Lucrecio.
      Falsa analogía. Lucrecio combatió (al modo
      epicúreo, por supuesto) las religiones
      politeístas, que, por cierto, limitaban la libertad
      del hombre
      infinitamente más que las monoteístas.
      Aquéllas identificaban al fenómeno con la
      divinidad, mientras que éstas hicieron lo propio con
      el noúmeno. Así debe entenderse, pues, la
      crítica de Lucrecio a la superstición popular
      de su tiempo: como un reducir el mito a sus
      causas eficientes y tangibles.
      >Sobre la segunda parte si hay determinismo no existen los
      futuros contingentes. De todas maneras, de lo que habla es
      que actuamos en funcion de deseos que nos son dados, y que
      para ello la existencia de Dios no cambia nada.
      Sí cambia, y mucho, en tanto que actuamos conforme a
      fines.
      >La infinita bondad es incompatible con el mundo actual, a
      menos que realmente seamos tan estupidos como para pensar que
      este es el mejor de los mundos. Yo creo que es posible un
      mundo mejor, si no lo creyera no criticaria nunca a nadie. Si
      es porque el hombre
      no es suficientemente bueno, es que Dios no lo creo asi,
      luego la culpa es suya y el mundo no es el mejor. De todas
      maneras, esta vision es incompatible con el cristianismo, donde Dios castiga primero a
      Satan y luego a Adan, luego el mundo al que les envia no es
      el mejor posible.
      Tu deísmo démodé ya quedó
      refutado hace siglos en la Teodicea, pero parece que los
      voltairianos y sadianos aún no os habéis
      enterado. Que es posible un mundo mejor (digo "un mundo", no
      "un presente") sí es a todas luces una
      afirmación peregrina, no así su contraria. Los
      que enmiendan la plana al Creador actúan -dirá
      Leibniz- como Alfonso X de Castilla, llamado el sabio, que,
      al contemplar el sistema de
      planetas y
      órbitas según Ptolomeo, comentó que
      él podría haber aconsejado a Dios otro mejor.
      Pero siglos después llegaron Copérnico, Galileo
      y Kepler, y la humanidad descubrió que el universo
      era más perfecto de lo que imaginaba. Moraleja:
      muérdete la lengua
      antes de impugnar lo que desconoces en un grado tan
      enorme.
      >Sobre el libre albedrio, la idea es contradictoria en si
      misma. Si se hace algo es segun un criterio, o sin uno. Si no
      es segun un criterio es puro azar y no inteligencia, y si es segun un criterio, este
      o viene dado o depende de otro criterio. Luego o bien el ser
      con libre albedrio no puede ser inteligente, o bien actua por
      un criterio que le viene dado, y no hay por tanto libre
      albedrio, o bien hay una regressio ad infinitum.
      ¿Quién te ha dicho que el libre albedrío
      equivale a la indeterminación? Nuestra alma, por su
      propia naturaleza, está inclinada a querer (conforme a
      fines) todo lo que quiere y a hacer todo lo que hace. Existe,
      entonces, una voluntad antecedente, que es tan libre como
      nuestra capacidad de razonar, y una voluntad consecuente,
      equiparable a nuestra capacidad de obrar. Pero eso que
      tú llamas "criterio", y que confundes con la causa
      física, no es necesitante y absoluto, sino relativo al
      estado de
      discernimiento del que elige. Es decir, cierto y
      contingente.
      >Por otro lado, estas caracteristicas que confieres al
      Dios cristiano no son propiamente exclusivas del cristianismo ni originales de él. A
      menos que consideres cristianos a Zaratustra, a la mitad de
      los animistas o a los estoicos.
      Zaratustra era dualista, los estoicos no creían en la
      bondad de la Providencia (veían a Dios como "el alma
      del mundo") y los animistas y "metempsicóticos", hasta
      donde yo sé, tienen más relación con el
      budismo
      que con el cristianismo. Aunque todo fluye y refluye…
      III.
      >Si puedes concebir al creador como eterno y fuera de toda
      cadena causal, por qué las leyes fisicas y la
      existencia de la materia ha de tener causa? Si Dios no
      necesita explicacion natural, unicamente porque tu lo
      consideras asi, por qué el conjunto de la naturaleza
      si la habria de necesitar? Unicamente por peticion de
      principio.
      Respuesta: Porque una naturaleza acausal no tiene ejemplo en
      la misma naturaleza.
      >No haces mas que justificar una creencia sobre si misma,
      en una especie de razonamiento circular, una entelequia, que
      no tienes motivo para permitir que sea asi sobre Dios y no
      sobre la naturaleza sin dios.
      Respuesta: Eso sólo sería cierto si Dios y la
      naturaleza fueran sinónimos, como lo eran para el
      panteísta Spinoza. Éste negaba a Dios una
      existencia en sí, concibiéndolo como substancia
      única mediante la cual todo lo existente era expresado
      en formas (atributos, modos). Dios sería, según
      esta innovación, la suma de todas las
      formas, que habrían existido con él
      eternamente. Spinoza, pues, diviniza la materia
      prima (subyacente a toda realidad concreta), o la mera
      potencia
      en ella, y habla del ser en acto en términos de Natura
      naturans, es decir, como un desarrollarse del todo hacia
      ningún fin en particular: fatalmente. También
      dice que Dios-substancia tiene infinitos atributos, pero que
      el hombre sólo le conoce por dos, a saber, pensamiento y extensión. Esto ha de
      entenderse como que la naturaleza o cosa en sí va
      más allá de toda percepción y de toda
      clasificación racional.
      Hay, no cabe duda, un fondo de irracionalismo en el
      spinozismo que anticipa a Schopenhauer y a Nietzsche.
      Sin embargo, desde que se descubrió que el universo es
      finito (en el espacio, al menos), la filosofía de
      Spinoza pasó a ser un cuento de
      hadas. Leibniz tuvo el mérito de refutarle
      racionalmente, sin más pruebas
      empíricas que las que le ofrecían las leyes de
      la dinámica descubiertas por
      él.
      >Lo dicho, "presupones", lo das como hecho y sobre ello lo
      explicas todo sin exponerlo a la duda racional. Pero esa
      presuposicion no esta basada en nada, la crees porque si
      (porque es la que hay en nuestra sociedad) y
      al considerarla innecesaria de explicacion, niegas el
      argumento que te hace considerarla plausible y sobre la cual
      pretendes darle una razon: que las cosas han de tener una
      causa y por tanto todo lo material ha de tener una causa
      externa.
      Respuesta: Tú mismo te has contestado. Todo lo
      material ha de tener una causa externa, que, dada la infinita
      divisibilidad, no tiene un término en la naturaleza,
      sino fuera de ella. A esta causa o agente, además, se
      le presupone inteligencia, pues elige el mejor mundo entre
      los muchos posibles que se dan en su concepción.
      Definición de mejor en este contexto: más
      simple y más rico en fenómenos, en base a los
      principios de
      razón suficiente y no contradicción.
      Si tienes dudas racionales, exponlas racionalmente.
      >Añadir algo exterior que no necesita causa, me
      parece evidente, no aporta nada, solo desplaza el
      problema.
      Respuesta: Di más bien que ofrece una solución
      que no te gusta, aunque sea la única racionalmente
      concebible. Yo, al menos, no puedo concebir ni un mundo
      eterno ni uno surgido espontáneamente, sin causa.
      >Aun no he conocido una sola implicacion fisica previsible
      y medible que se deduzca de la hipotesis divina. El que hay
      libre albedrio y armonia es una peticion de principio. Si las
      consideras como ya dadas, pueden parecer plausibles, pero si
      no las aceptas, también es plausible. No aporta
      nada.
      Respuesta: Es al revés. De la implicación
      física se deduce la hipótesis divina. En las
      líneas inferiores hablo con más detalle del
      libre albedrío.
      >Lo que queda por responder es el por qué las cosas
      son las que son y por qué son. El inventarse algo
      (dios) que por peticion de principio hace que sean asi pero
      que no sabemos por qué dios es asi ni por qué
      es, y decir que eso no lo podemos saber es infantil. Nadie
      sano aspira a agotar el
      conocimiento, pero es que creer en Dios no es mas que un
      desplazamiento del problema.
      Respuesta: Las cosas son las que son y del modo que son en
      base al principio de razón suficiente. No veo petitio
      principii en ningún lado, excepto en el tuyo.
      >Bueno, la musulmana también lo ha intentado. De
      hecho es normal porque la filosofia
      occidental ha intentado reconciliarse con las religiones
      occidentales. Un budista no intenta reconciliarse con la
      filosofia
      occidental porque le es ajena. En cambio tiene sus propios
      principios
      filosoficos, como los tiene el taoismo y el confucionismo.
      Considerar que la cristiana es en algo mejor que las otras
      porque tiene en cuenta las ideas que existen en su propio
      ambito no la diferencia en nada.
      Respuesta: Llámame etnocentrista si quieres, pero no
      creo que el legado filosófico de Confucio y Lao Tse
      sea comparable a la tradición griega.
      >Por otro lado las etapas de oscuridad y barbarie
      aparecieron tras el cristianismo, y la milenaria tradicion
      racionalista de occidente es previa al cristianismo y
      totalmente ajena a el. No quiero decir que el cristianismo
      sea el culpable unico de la decadencia que ocurrio tras su
      advenimiento, pero reivindicar lo anterior a él como
      propio es absurdo.
      Respuesta: ¿Totalmente ajena? Hace un momento has
      hablado de "reconciliación". ¿Crees que
      tendríamos noticia de la cultura
      griega y latina sin la actividad de los monasterios?
      >Combatio el politeismo porque era la religion que habia
      en Roma en el
      siglo I a.C. Pero sus argumentos son totalmente extrapolables
      al monoteismo.
      Respuesta: En absoluto, por las razones alegadas.
      >No soy deista, soy ateo. El que este es el mundo mejor es
      de nuevo una peticion de principio para evitar las
      consecuencias que supondria que no lo fuera, a saber, que
      Dios no es infinitamente bondadoso. Pero lo cierto es que es
      incompatible con el propio cristianismo (los castigos de
      Satan y Adan muestran que o bien Dios se equivoco, o bien no
      es bondadoso, o bien es realmente un inutil que no puede
      imaginar algo mejor, si es que esta fuera del timpo y sabia
      que seria asi).
      Respuesta: El principio de razón suficiente prueba que
      mal en el mundo se dirige a un bien mayor, y que en este
      sentido es un medio y no un fin. Dios no podía crear
      otras divinidades, porque es absurdo, y, en orden a generar
      el mayor número de substancias, decidió
      también que ningún espíritu careciera de
      cuerpo. De no haber obrado así, Dios habría
      errado. Pues, o bien no crearía nada, o bien no
      sería el mejor de los mundos posibles (vid. más
      arriba la definición de "mejor").
      >No has respondido. No he dicho que equivalga a
      indeterminacion, sino que he analizado las posibilidades. Si
      no equivale a indeterminacion, estara determinado, con lo
      cual no hay libre albedrio y no vale la excusa de que Dios
      nos dejo la libertad, porque si conoce lo que vamos a hacer
      no hay tal libre albedrio y Dios es responsable de lo que
      hacemos en cuanto ha dispuesto que vaya a ser asi.
      Respuesta: Falacia de non sequitur. Aunque esté
      determinado, el libre albedrío queda intacto, ya que
      nadie ha hablado de libre albedrío como
      indeterminación. Yo lo he definido como
      determinación no necesitante, esto es, dotada de
      espontaneidad. Si Dios conoce todo lo que vamos a hacer
      (omnisciencia), no por ello nuestras acciones son más
      necesarias, del mismo modo que no será más
      necesario que el Sol salga
      mañana porque yo lo sepa.
      >También muchos cristianos (la mayoria) son
      dualistas. No has respondido en que esas caracteristicas que
      consideras propias y exclusivas al Dios cristiano no lo
      son.
      Respuesta: Absolutamente ningún cristiano es dualista.
      Si lo es, no es cristiano, sino pseudocristiano.
      ¿Cómo se explicaría si no el
      enfrentamiento de la Iglesia
      Católica con la secta maniquea? El cristianismo no
      reconoce al mal ninguna substancia, ni cree en dos principios
      eternos, uno bueno y otro malo, ni imagina que la
      Creación sea un mal absoluto del que haya que
      liberarse. Hace unas semanas definí el cristianismo
      como monismo histórico, en tanto que opuesto al
      monismo mecanicista (ahistórico) y al dualismo radical
      (nihilista).

      7. Diálogo con un
      tomista.

      I. 1. Sobre el valor de
      verdad de las definiciones.
      Néstor escribe: "Las definiciones no son verdaderas ni
      falsas, porque no son afirmaciones. La verdad y el error se
      dan solamente en la afirmación o la negación.
      "Figura plana de tres lados rectos" no es una
      afirmación, y por tanto, no es ni verdadera ni falsa.
      Las definiciones son correctas o no, según que ciertas
      afirmaciones que formamos con ellas sean verdaderas o no, por
      ejemplo: "Todo triángulo es una figura plana de tres
      lados rectos" y "Toda figura plana de tres lados rectos es un
      triángulo", y alguna otra más".
      La distinción entre "definiciones" y "afirmaciones
      sobre definiciones" me parece superflua. Toda
      definición es un predicado y, como tal, se atribuye a
      un sujeto.
      2. Crítica a la noción de verdad como
      "adequatio".
      A continuación, Néstor cita una teoría epistemológica obsoleta a
      mi parecer: "En primer lugar conocemos en forma evidente,
      intuitiva, que la realidad, bajo tal aspecto, es de tal o
      cual manera, por ejemplo, los perros son
      mamíferos, luego, vemos también
      evidentemente que la afirmación en que afirmamos eso
      ("los perros son
      mamíferos") es verdadera, y luego,
      vemos también evidentemente que la verdad de esa
      afirmación consiste en que lo que afirmamos se adecua
      a lo que es. Así surge la definición
      tradicional de "verdad": adecuación entre el intelecto
      y la realidad".
      Opongo las siguientes dificultades a la noción de
      verdad como "adequatio":
      – a) Es insuficiente, puesto que una teoría tal no podría dar
      razón de dos fenómenos aparentemente
      contradictorios.
      – b) Es dogmática, ya que anticipa como verdadera
      aquella realidad a la que el enunciado debe amoldarse. Esto
      es, presupone la verdad como previa la "adequatio" y, por
      consiguiente, como condición de la "adequatio"
      misma.
      – c) Es reductivista, dado que limita lo verdadero a lo
      real-efectivo, negando la virtualidad de lo posible (y
      entiendo por posible aquello cuyo contrario no entraña
      contradicción). Se siguen consecuencias nefastas: el
      devenir sería fatal, inherente a la composición
      de las cosas y ajeno a la sabiduría de Dios, que no
      habría podido elegir lo mejor entre la infinidad de lo
      posible. Un Dios sin entendimiento, dotado sólo de
      voluntad bruta, se parece demasiado al "Deus sive Natura" de
      Spinoza.
      – Para no refugiarme en la crítica fácil,
      ofrezco un ejemplo de proposición verdadera que refuta
      la noción de verdad como "adequatio":
      "Es posible que Nerón no matara a su madre".
      Aunque no pueda contrastarse con la realidad, nadie
      dudaría de que es cierta, desde el momento en que
      Nerón actuó sin ser coaccionado.
      – Las matemáticas, además, contienen
      tanto definiciones de los números y sus propiedades
      como afirmaciones a partir de las propiedades de dichos
      números. No empece a su cometido el prescindir de todo
      correlato real, siempre que el cálculo efectuado siga las reglas de la
      gramática establecida.
      3. Alcance y límites de la
      evidencia.
      Néstor dice: "Tener una
      definición correcta de "verdad" no es poseerla
      enteramente, porque no equivale a conocer todas las verdades
      posibles".
      Se exagera mi afirmación, como si yo hubiera escrito
      que por ser la verdad evidente, toda la verdad nos es
      evidente a un tiempo.
      Al sostener que la luz natural
      es la verdad no pretendí tanto definirla como
      estipular un sinónimo. Entiéndase: la luz no tiene
      más límites que ella misma, puesto que la
      oscuridad no es otra cosa que su ausencia.
      Se me da la razón al cabo del argumento: "Es por eso
      que al comienzo de todas las demostraciones y de todo el
      conocimiento ha de estar la evidencia, inmediata e intuitiva,
      que no puede ni necesita ser demostrada".
      4. El significado de "filosofía".
      A
      raíz de lo anterior, Néstor infiere: "Tener una
      definición correcta de "verdad" no es poseerla
      enteramente, porque no equivale a conocer todas las verdades
      posibles. Eso sólo Dios. Por eso "filo-sofía",
      porque sólo Dios es "sofos", sabio, en sentido total,
      ya que nuestro conocimiento no va a agotar nunca el campo
      total de la verdad".
      Creo esto que está muy bien expuesto. No tengo nada
      que quitar o añadir.
      5. Certeza y verdad.
      Néstor prosigue:
      "Certeza es un estado
      subjetivo, psicológico, de seguridad
      que se puede tener también en el error: durante mucho
      tiempo se estuvo cierto de que la Tierra
      era inmóvil, y así con muchas otras cosas
      más. "Verdad" es algo objetivo,
      es la adecuación de lo que afirmo con lo que es".
      Cuando he hablado de certezas lo he hecho pensando en las
      certezas apodícticas, no en las aproximadas o
      consuetudinarias. De modo que la acusación que se me
      hace de subjetivizar lo objetivo
      se debe a que tal vez no me expliqué lo
      suficiente.
      Más adelante, añade: "Toda verdad, o es
      absoluta, por más pequeña que sea, o no es
      verdad. "Ab-solutum" significa "des-ligado",
      "in-dependiente", y una verdad que dependa del sujeto que la
      enuncie no es verdad".
      Coincido hasta cierto punto, pero no completamente. La verdad
      será absoluta, en efecto, en el sentido de poder
      prescindir de todo sujeto, de toda enunciación y
      también de toda realidad parcialmente percibida (lo
      que, por otra parte, repugna a la noción de verdad
      como adequatio). No lo será, en cambio, a la hora de
      delimitar con el resto de verdades. Si dos verdades fueran
      absolutas entre sí, ellas solas formarían dos
      sistemas
      mutuamente incompatibles, lo que vendría en grave
      perjuicio de la armonía universal. Luego, en aras de
      la coherencia de lo creado, debemos afirmar que toda verdad
      es congruente con cualquier otra. O, por usar
      terminología mística, que la naturaleza de la
      verdad es unitiva.
      6. Verdad y error.
      Néstor argumenta: "Una
      afirmación verdadera no tiene nada de falso, al
      contrario del error, que tiene siempre algo de verdadero. De
      lo contrario la diferencia entre la verdad y el error
      sería sólo de grado: la verdad sería un
      error verdadero, y el error, una verdad falsa".
      Así como todo error contiene parte de verdad por estar
      comprendido en un sistema que, al cabo, ha de conducirnos a
      ella, del mismo modo, toda verdad implica un cierto grado de
      error (o de privación de la verdad) al no tratarse de
      la verdad misma, esto es, de la verdad al final de la cadena
      de verdades que muestra a las
      demás en toda su perfección. De nuevo el
      malentendido consiste en otorgar al error una entidad
      positiva. Más adelante, sin embargo, Néstor
      matiza su juicio.
      Lo mismo cabría decir de las ficciones, es a saber, de
      las intelecciones parciales de la verdad, que no por ello
      desvirtúan cuanto de verdadero haya en nuestro
      entendimiento.
      II.
      1. Causas e infinito.
      Néstor escribe: "Aquí estás planteando
      una serie infinita de causas o verdades segundas, no una
      serie infinita de causas absolutamente hablando. Porque pones
      una Causa Primera, que es Dios. En efecto, no habría
      problema en que la serie de causas segundas fuese infinita,
      si al mismo tiempo existiese una Causa Primera, con lo cual
      la serie de causas, simplemente hablando, no sería
      infinita, que es lo que dicen las vías tomistas".
      Replico que Dios no es causa, sino agente, y que si la serie
      de causas en el Universo fuera finita, el mundo
      estaría limitado por la Causa Primera y no por
      él mismo, como es el caso. Ahora bien, un Dios del
      cual se predica que "es Espíritu" no sirve como
      límite de la extensión, por lo que ha de
      desestimarse la hipótesis tomista.
      2. Racionalidad de las demostraciones.
      Confieso que nunca pretendí probar a Dios
      racionalmente, pues la razón sólo es
      demostrativa cuando comprende a su objeto, y Dios es
      incomprensible. No obstante, sí puse énfasis en
      señalar que la fe cristiana no se contradice ni con el
      proceder racional ni con las verdades particulares, y que,
      por este motivo, resulta preferible tanto al ateísmo
      como al resto de credos.
      Así pues, que "la razón tome siempre por
      referencia al mundo" no significa otra cosa que si
      intentáramos llegar a Dios ascendiendo por las causas
      segundas de la creación, al ser éstas
      infinitas, no llegaríamos jamás a
      Él.
      Ello no entra en conflicto
      con que, según vengo diciendo, la verdad no deba
      asociarse a la noción de "adequatio". Obsérvese
      el matiz, la distinción entre razón y verdad:
      ésta afecta a todo lo posible, aquélla
      sólo a lo real-efectivo.
      Por lo demás, la vinculación de la
      hipótesis de la armonía preestablecida con la
      mística no es mía, sino del mismo Leibniz,
      quien confesó haberla vislumbrado en unas palabras de
      Santa Teresa de Jesús.
      3. Creación y causas.
      Néstor escribe: "Aquí habría que definir
      lo que se entiende por "causa", porque obviamente que Dios da
      el ser a las cosas, y "causa", en la escolástica, es
      "lo que influye el ser en otro". No se ve porqué una
      causa habría de estar en el tiempo, ser causada,
      compuesta o tangible".
      No voy a entrar en polémicas de palabras. Si, para la
      escolástica, "causa" es "lo que influye en el otro",
      mi objeción sigue sin resolver. Porque
      ¿cómo podría algo inmaterial influir en
      lo material, sino es por la vía del milagro? En
      cambio, llamamos causa a aquello que 1) puede observarse y
      explicarse racionalmente, 2) es conmensurable con su efecto.
      Ahora bien, ni la creación es observable o explicable,
      ni Dios es conmensurable a ella. Luego, Dios no es causa del
      Universo.
      Acto seguido Néstor aclara: "Por eso mismo, ser Causa
      Primera no es lo mismo que ser "término inicial" de
      una serie temporal. Es, más bien, ser Fundamento
      Último, último término de una serie de
      condiciones actualmente dadas y existentes. Las vías
      tomistas no toman en cuenta un retroceso "hacia
      atrás", en el tiempo, de la serie de causas, sino un
      retroceso, por así decir, "hacia arriba", actual, en
      el mismo instante en que algo existe, en la serie de las
      condiciones actuales de su existencia, y declaran que ese es
      el retroceso que no puede ser infinito, porque entonces la
      existencia actual de la cosa carecería de
      fundamentación, es decir, de razón de ser".
      Lamentablemente no estamos de acuerdo en este punto tan
      importante para la fe y la verdad de la doctrina. Concibo que
      la creación se llevó a cabo de una vez por
      todas, aunque Dios no permanezca ocioso nunca y la conserve
      en todo momento. Ahora bien, conservar y crear no son la
      misma cosa. Si la realidad experimentara una creación
      continua, toda substancia carecería de ser. En efecto,
      tendríamos que admitir que las almas perecen un
      número infinito de veces y que son recreadas otras
      tantas, todo ello por vía del milagro, lo cual
      también arruinaría, por cierto, la
      pretensión de entender el mundo causalmente. Por si
      fuera poco, se haría a Dios responsable no sólo
      de la creación de la substancia, sino también
      de la del accidente, lo que conlleva confesarlo autor de
      todos nuestros pecados. Conclusiones éstas cuya
      impiedad está de más resaltar.
      4. Más sobre el infinito.
      Néstor concluye con esta reflexión: "El
      infinito actualmente dado es imposible, porque al mismo
      tiempo sería una cantidad determinada, en tanto que
      actualmente dada, y no lo sería, en tanto que
      infinita. Si destruyésemos una de esas unidades de la
      cantidad infinita actual, al mismo tiempo disminuiría,
      y no disminuiría, lo que es absurdo".
      No me parece que la anterior afirmación tenga ninguna
      fuerza.
      ¿Por qué habría de ser imposible el
      infinito en acto? Una línea es infinitamente
      divisible, tanto si mide diez centímetros de extremo a
      extremo como si mide cinco, la mitad. En este sentido,
      Leibniz hace constar en sus Escritos Matemáticos:
      "Pues que si permanecen a un tiempo dos puntos siendo en
      efecto dos, habrá una distancia entre ellos y por ende
      esta porción de materia será ulteriormente
      divisible en partes menores y por ende estará
      efectivamente dividida".
      De ahí se sigue que no pueden existir los
      átomos, puesto que la línea se define como la
      distancia entre dos puntos. Y si hay dos puntos, es que hay
      distancia entre ellos, ya que, si no la hubiera,
      serían un solo punto; y si hay distancia, hay una
      línea, y es así que siempre hay más
      puntos entre esos dos puntos, luego hay infinitos puntos.
      III.

      1. La Trinidad.
        De acuerdo con la doctrina de las tres hipóstasis en
        una sola ousía. Añado que el Padre no crea a
        la segunda persona
        (como sostendrían los arrianos), sino que la genera,
        y que la tercera es el resultado de la
        comunicación de ambas. La creación,
        además, no es ajena al Hijo, como podría dar
        a entender la exposición de Néstor, pues
        "por Él fueron hechas todas las cosas, y sin
        Él no se hizo nada".
        2. La fe.
        La fe no se basa en una simple cuestión de
        confianza, sino también en la credibilidad de lo que
        se revela. Así, si hubiera razones indubitables que
        demostraran que nuestra fe es absurda, nada objetivo -y
        tampoco nada divino- colocaría a la Biblia por
        encima del Corán. El Aquinate lo tuvo presente en
        toda su obra, y fue él quien afirmó que la fe
        perfecciona la razón sin destruirla.
        3. Sobre el PRS.
        No es que haya entes finitos inmejorables, sino que la
        serie entera en la que están comprendidos lo es, por
        exclusión de todas las demás.
        4. Sobre la verdad de lo existente.
        Escribe Santo
        Tomás de Aquino en De veritate:
        "Parece que lo verdadero es totalmente lo mismo que el
        ser.
        ARGUMENTOS: 1. Dice Agustín, en el libro de
        los Soliloquios, que 'lo verdadero es lo que es'. Lo que no
        es más que el ser. Luego lo verdadero significa
        exactamente lo mismo que el ser".
        Para, al final de sus disquisiciones, concluir:
        "Según esto, la verdad o lo verdadero puede
        definirse de tres modos. De un modo, según aquello
        que precede a la razón de la verdad. En ello se
        funda lo verdadero. Así lo define Agustín en
        el libro de
        los Soliloquios: 'Lo verdadero es lo que es'. Y Avicena, en
        su Metafísica: 'La verdad de cada cosa
        es la propiedad de su ser que se le ha asignado'.
        Y otros lo definen así: 'Lo verdadero es la
        indivisión del existir y de lo que es'.
        DEFÍNESE, DE OTRO MODO, SEGÚN AQUELLO EN LO
        QUE CONSISTE FORMALMENTE LA RAZÓN DE LO VERDADERO
        [subrayado mío]. Dice, así, Isaac que 'la
        verdad es la adecuación de la cosa y del
        entendimiento'. Y Anselmo, en el libro De veritate: 'La
        verdad es la sola rectitud perceptible por la mente' (esta
        rectitud expresa cierta adecuación). El
        Filósofo, por su parte, dice, Metafísica IV,
        que los que definimos lo verdadero decimos que es 'cuando
        se dice que es lo que es y no es lo que no es'. Un tercer
        modo de definición de lo verdadero es por el efecto
        seguido. Y así dice Hilario: 'Lo verdadero es lo
        declarativo y manifiesto del ser'. Y Agustín, en el
        libro De vera religione: 'La verdad es aquello por lo que
        se muestra
        lo que es'. Y en el mismo libro: 'La verdad es aquello por
        cuya conformidad juzgamos de las cosas inferiores'".
        Néstor aduce, no obstante: "Puede haber coherencia
        sin verdad: así, es coherente que el materialista,
        que dice que sólo existe la materia, niegue la
        existencia de Dios y del alma, que son espíritu.
        Pero nada de ello es verdadero".
        Discrepo enérgicamente. Si el materialismo fuera tan coherente como la fe
        cristiana, ¿por qué iba a ser ésta
        preferible a aquél?
        Luego, argumenta: "¿Puede haber verdad sin
        coherencia? No en los juicios, porque un juicio
        contradictorio es necesariamente falso, como "el caballo
        blanco de Artigas no es blanco". Sí en los discursos compuestos por muchos juicios,
        pues unos de ellos pueden ser verdaderos, y otros ser
        contradictorios con éstos, y ser falsos, con lo cual
        el discurso
        no sería coherente".
        Pero esto no es más que un sofisma. Puesto que de un
        discurso
        que contenga verdades y falsedades al mismo tiempo no puede
        decirse que sea verdadero, sino sólo en la parte en
        que dice verdad.
        Siguen las paradojas en este párrafo: "¿Cómo lo que
        "existe" no es "real"? Es más bien al revés:
        EXISTEN algunas posibilidades reales, es decir,
        independientes de nuestro pensamiento, objetivas, que NO SON
        EXISTENTES, es decir, no están dadas actualmente en
        la realidad, sino sólo potencialmente" [subrayado
        mío].
        ¿Cómo pueden existir y no ser existentes?
        5. Necesidad y creación.
        Néstor asegura: "Al afirmar que Dios sólo
        puede crear el mejor mundo posible, se está negando
        la libertad soberana de Dios respecto de su
        creación. Dios es soberanamente libre de crear o no
        crear, de crear este mundo o aquel otro".
        La libertad de Dios consiste en elegir siempre lo mejor
        posible, pues ésta no difiere en nada de su
        sabiduría. Hablamos aquí de una necesidad
        moral, no metafísica.
        6. Definiciones de mal.
        Me parecen bien todas ellas.
        IV.
        1. Mónada y materia.
        Leo: "Las mónadas son una forma de atomismo, por
        así decir, "metafísico". El problema
        aquí es el que trata Aristóteles al hablar de la
        divisibilidad del continuo, y que Kant
        retoma en sus "antinomias": Si no hay componentes simples,
        se retrocede al infinito, y no habría nada, si los
        hay, entonces, son inextensos, y la extensión no
        sería posible. De hecho, para Leibniz la
        extensión es ilusoria, es cuestión de
        percepciones de las mónadas inextensas".
        ¿Cómo se llega a esta conclusión, a
        saber, que si lo inextenso existe entonces lo extenso no
        existe, o sólo ilusoriamente? ¿No es lo
        extenso una ex-tensión (tendencia hacia fuera,
        propagación dinámica) de lo inextenso?
        ¿Dónde está la aporía,
        pues?
        "Esto quiere decir que Aristóteles y Santo Tomás,. a
        diferencia de Demócrito y Leibniz, no son atomistas,
        ni atomistas materialistas ni atomistas espiritualistas. La
        realidad no se explica mecanicísticamente por
        composición de partes del mismo nivel que las cosas
        resultantes, sino metafísicamente, por
        composición de principios metafísicos que no
        son cosas, sino principios metafísicos de las cosas,
        no son sensibles ni imaginables, sino inteligibles: acto y
        potencia, materia y forma, etc."
        Se confronta vanamente a Leibniz con Aristóteles,
        cuando fue el de Leipzig el que confesó haber
        restaurado las formas de éste mediante la
        noción de mónada.
        2. Mónada y alma.
        Néstor escribe: "En el hombre, y solamente en
        él, Santo Tomás reconoce que esa "forma
        sustancial", el alma, es espiritual, o sea, inmaterial, y
        por tanto, capaz de existir sin materia"
        ¿Puede el alma subsistir sin el cuerpo? No me lo
        parece. Si así fuera, nuestro espíritu no
        estaría en ninguna parte, sino en el transmundo que
        imaginaban los gnósticos. Además, una
        aseveración tal índole podría
        reputarse contraria al dogma de la resurrección de
        la carne.
        "…como forma no física, sino metafísica,
        está toda ella en cada una de las partes del cuerpo.
        Su radical inmaterialidad la hace independiente, de suyo,
        del cuerpo y de todo órgano corporal: al contrario,
        es el cuerpo el que existe en tanto es actualizado y
        animado por el alma".
        Corrijo: Que algo sea inmaterial no significa que no tenga
        lugar. Por ejemplo, un punto como intersección de
        dos rectas será inextenso, pero no ubicuo.
        Y matizo: Si el alma no fuera más que la potencia
        del cuerpo, es decir, su conato, no tendría sentido
        el dotarla de una existencia separada y habría que
        decir, con Spinoza, que alma y cuerpo son lo mismo.
        "La filosofía aristotélico – tomista no se
        construye a priori sobre la base de lo que a uno le parece
        que debería ser la realidad, sino a posteriori,
        sobre la base de la experiencia y el sentido común,
        y por eso evita estos extremos a los que llega
        necesariamente el racionalismo".
        Resulta realmente ingenuo opinar así. Ni los
        peripatéticos carecen de apriorismos, ni los
        racionalistas prescinden de la realidad en sus
        especulaciones. La monadología, como se sabe, no es
        más que una consecuencia de la dinámica
        leibniziana y de cierta intuición tomada del
        cálculo infinitesimal.
        "Si la vida es fuerza, entonces parece que en un
        volcán en erupción debería haber vida,
        por otra parte, la vida a esas temperaturas es
        imposible".
        Se toma aquí la noción de fuerza en su
        acepción lata o vulgar, esto es, la de mero movimiento pasivo.
        "Dios puede causar, es decir, dar el ser, a seres puramente
        espirituales, como los ángeles, que al carecer de
        materia, carecen de movimiento".
        No está registrado en las Escrituras que los
        ángeles carezcan de movimiento; más bien al
        revés, ya que todos los testimonios apuntan a que
        obraban entre los hombres y eran observados por ellos. De
        aquí hay que deducir, sin duda, que sí tienen
        un cuerpo, por sutil que éste sea. Sólo
        así se entiende que los ángeles rebeldes
        puedan experimentar dolor tras el Juicio, momento en el que
        serán arrojados a los infiernos.
        "El átomo, lo "indivisible", ha de ser lo
        que carece de partes absolutamente hablando. Sólo
        Dios es así, es decir, es absolutamente Simple. En
        todo lo creado hay cierta composición, aunque sea de
        acto y potencia, esencia y existencia. Fuera de Dios,
        entonces, no hay verdaderos átomos".
        Pero antes se había reconocido: "En el hombre, y
        solamente en él, Santo Tomás reconoce que esa
        "forma sustancial", el alma, es espiritual, o sea,
        inmaterial, y por tanto, capaz de existir sin materia". Y
        lo que existe sin materia carece de partes.

    Daniel Vicente.

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