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El desarrollo económico como objetivo central: Una explicación para el caso peruano




Enviado por edupazmon



    Indice
    1.
    Introducción

    2. Una ilusión
    3. Evidencia del
    problema

    4. Un modelo adecuado
    5. Los responsables
    6. Reflexión
    final

    7. Notas

    1.
    Introducción

    En el presente, la primera observación de nuestro mundo, es el
    cambio
    constante en cada uno de los ámbitos del pensamiento
    humano. Día a día, experimentamos las causas y los
    efectos de las transmutaciones en el orden económico,
    social, político y cultural. Aquellos que están
    determinando el escenario de las diversas sociedades del
    orbe y de cada una de las acciones del
    hombre, con el
    objeto de adaptarse a los acontecimientos del entorno
    globalizado. Este es el actual panorama que ha nuestra
    generación le ha tocado vivir y que las futuras
    generaciones experimentarán con mayor celeridad e impacto.
    Configurando, en forma permanente, las estructuras de
    las comunidades futuras.

    Sin embargo, aquel alto grado de mutabilidad, ha creado
    y continúa creando significativas diferencias en nuestras
    sociedades y
    economías. La evidencia se encuentra en las denominadas
    economías en desarrollo,
    las cuales, no han encontrado las respuestas suficientes para su
    desarrollo,
    que les ayuden a afrontar sus problemas en
    forma efectiva. Aquel modelo
    económico neoliberal que magnifica el accionar del libre
    mercado, no ha
    sido la solución. Este enfoque, concebido en la mayor
    economía
    desarrollada, como lo es Estados Unidos,
    se ha convertido en el gran desastre para aquellos países
    que lo han adoptado, sin considerar sus condiciones y capacidades
    propias; así como a la adaptación a estructuras
    que poseen niveles de desarrollo limitados, las cuales resultan
    necesarias.

    2. Una
    ilusión

    Como consecuencia del proceso de
    globalización (en todos sus aspectos), al
    interior de los países con economías en desarrollo
    como la nuestra, es posible palpar, que aquel grado de beneficios
    que nos vendía el modelo de
    libre mercado, aplicado
    a nuestra realidad, no haya alcanzado a todos los ciudadanos en
    forma equitativa, generando confrontaciones de carácter
    social y económico en aquellos sectores afectados
    sobremanera. Lo que se manifiesta al momento de analizar
    economías con diferentes niveles de desarrollo, donde
    aquella que evolucione de acuerdo a los nuevos paradigmas, en
    un período de tiempo
    determinado, continuará llevando la delantera con respecto
    a su antagonista. Produciendo un vacío que absorbe, en
    mayor medida, parte de la sociedad del
    país menos favorecido.

    En este punto, es necesario aclarar que el
    término "economía en
    desarrollo", es tan sólo un eufemismo, que ha sido creado
    para desplazar a lo que anteriormente llamábamos
    "economía subdesarrollada". Esta idea es sólo una
    ilusión que nos han hecho creer aquellas instituciones
    benevolentes de los países post – industriales, como
    el Fondo Monetario
    Internacional o el Banco Mundial,
    que sus propuestas son el único camino viable. Una
    estratagema sutil, cuyo objetivo final
    es consolidar la influencia de los Estados Unidos
    por el mundo, creando una situación de dependencia de los
    países en vías de desarrollo para mejorar sus
    estructuras económicas y lograr competir en el mercado
    global.

    3. Evidencia del
    problema

    Considerando lo anteriormente mencionado, la pregunta de
    rigor es: ¿Qué puede hacer nuestro país para
    acceder a las ventajas del mundo globalizado de manera efectiva?
    Creemos que la solución a nuestras interrogantes, las
    debemos descubrir nosotros mismos, a través de la
    combinación de las experiencias de las economías
    desarrolladas y del análisis de nuestra realidad nacional.
    Muestra de
    eso, son las muchas investigaciones
    han sido desarrolladas a lo largo de nuestra historia, lo que demuestra
    que existen alternativas para iniciar un proyecto de
    desarrollo
    económico al considerar todas las aristas de nuestra
    sociedad. Lo
    que verdaderamente se requiere, es crear una propia identidad
    nacional, que sea el eje para llevar a cabo dicha empresa.

    Prueba de ello, es lo que José Carlos
    Mariátegui nos dejó como legado para comprender
    nuestra realidad de forma clara; creando una metodología que hurga en nuestros
    orígenes y rescata las cuestiones fundamentales y
    críticas del país, manifestado en los "Siete
    Ensayos…",
    la cual es la interpretación de un proceso de
    gestación del socialismo
    peruano desde la óptica
    marxista, partiendo de nuestro origen común. Una
    analogía, si hablamos del campo metodológico, que
    necesita ser revalorada para comprender con claridad nuestro
    camino al desarrollo, de acuerdo al contexto que nos plantea
    la
    globalización hoy en día. Es decir, mantener
    una postura ecléctica con todo aquello que sea beneficioso
    para nuestra sociedad en las actuales circunstancias.

    4. Un modelo
    adecuado

    De acuerdo a la experiencia en el mundo, se plantea a la
    "competitividad" como solución para el
    desarrollo, la cual resulta ser un término muy difundido
    en las esferas políticas
    y económicas de nuestra sociedad, llegando a formar,
    indiscriminadamente, parte del discurso
    político en los últimos años. Sin embargo,
    la real dimensión del término competitividad
    no es del todo comprendida, y para alcanzarla, no resulta ser una
    tarea fácil. Además, debemos adicionar que el
    contenido de la competitividad, no es otro que una estrategia
    general en el ámbito nacional que se debe aplicar para
    lograr el tan ansiado desarrollo económico.

    El medio es la competitividad y el fin es el desarrollo
    económico. Pero, ¿qué implica el desarrollo
    económico en sí? Las aristas del término,
    van más allá de lo que, a primera vista,
    pudiéramos imaginar. Este proceso va acompañado de
    un conjunto de libertades que complementan el esquema para la
    estrategia de la
    competitividad. Esa es la lección que han aprendido las
    economías post–industriales, donde han desarrollado,
    en su mayor número, esa serie de elementos que conviven en
    sus sociedades. Por ello, es que consideramos que aquellas
    naciones más desarrolladas, han ganado tal
    denominación, por su grado de expansión de esas
    libertades. Pero, sabemos que no todo es perfecto y, es posible
    observar, que existen pequeños vacíos que no se
    cubren a pesar del grado de desarrollo y por efectos del proceso
    de globalización.

    Por lo tanto, las conexiones entre la competitividad y
    el desarrollo económico no pueden divorciarse en el actual
    contexto internacional. En primer lugar, para que una nación
    sea competitiva deben darse ciertas condiciones que favorezcan
    esa tarea. Michael E. Porter, manifiesta que la competitividad es
    producto de la
    sincronización de una serie de factores productivos,
    institucionales y de mercado, que determinan la manera eficaz y
    eficiente de llevar a acabo determinada actividad
    económica; detallándolo en su conocido "Diamante
    Competitivo". Las economías que son prósperas, son
    aquellas que poseen los elementos de ese enfoque, desarrollados a
    su máxima expresión.1

    Ahora, está demostrado que las economías
    con estructuras competitivas, han logrado eso, de un origen o
    base. Esa fuente, a menudo se denomina ventaja comparativa
    y, puede partir, en esencia, de la posesión de un conjunto
    de factores productivos, como lo son los recursos
    naturales o los conocimientos aplicados (tecnología), en
    determinado campo. Tal y como Paul R. Krugman considera que la
    ventaja competitiva está basada en la ventaja comparativa
    de una industria, que
    pueden dar lugar a economías externas, las cuales
    multiplican la fuerza de la
    industria.2 Así, la ventaja
    competitiva no es otra cosa que la capacidad que tienen los
    factores de producción de generar una renta
    económica alta, donde las empresas e
    instituciones
    progresen y mejoren sus condiciones competitivas con el paso del
    tiempo.3

    El objeto del modelo competitivo, es elevar la calidad de
    vida y los niveles de bienestar de las sociedades
    involucradas, lo que se traduce en un desarrollo
    económico; el cual, muchas veces se entiende como simples
    cuestiones numéricas de tipo macroeconómico como el
    Producto Bruto
    Interno (PBI), por ejemplo. No hay duda, que la competitividad es
    el camino para un desarrollo económico sostenible de los
    países emergentes como el nuestro. Ninguna competitividad
    puede lograrse si es que no se presentan un conjunto de
    libertades, intrínsecas al desarrollo económico de
    forma efectiva. Respetar esas libertades instrumentales, como lo
    afirma Amartya Sen, es necesario para el progreso de los pueblos,
    las cuales son: 1) Libertades Políticas,
    2) Servicios
    Económicos, 3) Oportunidades Sociales, 4) Garantías
    de Transparencia y 5) Seguridad
    Protectora.4

    Ese conjunto de libertades, no busca otro fin que
    expandir las oportunidades a los ciudadanos para que puedan vivir
    en armonía, siempre y cuando, un Estado
    responsable, cree los caminos adecuados para lograrlo. Aquellas
    libertades y oportunidades, no son otra cosa que los mecanismos
    de expresión de los deseos de los ciudadanos y el acceso a
    los beneficios necesarios para que los individuos mejoren sus
    condiciones de vida, en función
    del proceso de evolución de las sociedades civilizadas en
    el contexto actual. Como por ejemplo, la libertad de
    expresión política y el derecho
    al voto, así como los derechos humanos;
    el acceso a la educación y la
    salud; la
    libertad de
    difusión de información en forma clara y la
    institucionalización de elementos fijos para atender las
    necesidades de los menos favorecidos.

    5. Los
    responsables

    La cuestión más relevante a las ideas de
    competitividad y desarrollo económico, se expresa en la
    interrogante: ¿quién o quiénes son los
    responsables de llevar a cabo el desarrollo de esos temas? La
    respuesta se encuentra, sin duda, en nosotros mismos, organizados
    como Estado, sector
    privado y la sociedad civil.
    Este trípode es el que ha llevado a cabo las reformas para
    alcanzar la competitividad de los países desarrollados, en
    sus comunidades, y cuyo desarrollo económico es visible en
    todas las esferas sociales. Son los representantes de ese
    sistema,
    quienes han asumido un liderazgo
    visionario, en el cual se ha respetado la mayor parte del
    contrato
    social. Son personas comprometidas con voluntad de trabajo
    inquebrantable, que saben que su desarrollo como país es
    un proceso a largo plazo.

    Muchos esfuerzos se han producido a lo largo de los
    años para iniciar el desarrollo económico en el
    Perú. Lamentablemente, este proceso de largo aliento, ha
    sido truncado en varias oportunidades, ya sea por nuestras
    autoridades, en los diferentes estamentos del Estado, como por la
    incomprensión de la ciudadanía organizada. Nuestra
    clase política de turno ha carecido, en mayor
    medida, de un liderazgo que
    sea el eje direccional para lograr las metas como nación;
    debiéndose sobretodo, a la presencia de los viejos
    políticos que aparecen en la palestra con una mentalidad
    reciclada, que argumentan nuevas oportunidades y cuyo verdadero
    fin, sólo lo conocen ellos mismos.

    Por otro lado, se encuentran aquellos políticos
    que carecen del carácter
    para tomar las riendas de un país como el nuestro, cuyo es
    mensaje es opaco y no llega a la población en su real dimensión.
    Además, se suma el hecho de que el ciudadano común
    parece no entender sobre las cuestiones más elementales y
    simples de la economía, pues, para lograr un bienestar
    común, se requiere mucha paciencia y años de
    sacrificios. Demostrándose que nuestra sociedad no
    reúne esas dos condiciones, la razón es simple,
    sólo poseen una visión cortoplacista, por la cual
    esperan que se produzcan resultados inmediatos, y al
    impacientarse, el comportamiento
    colectivo termina por romper el círculo virtuoso del
    desarrollo económico.

    A pesar de esos argumentos, muchas iniciativas o planes
    se gestan limitadamente o nunca se llevan a ejecución,
    debido fundamentalmente a las acciones
    políticas de la clase gobernante, las cuales han socavado
    nuestra estructura
    moral, social
    y económica que nos ha aletargado durante mucho tiempo. En
    especial, creemos que el primer paso para iniciar un verdadero
    liderazgo que guíe los destinos del país, es romper
    los caducos esquemas mentales del pasado, presentes en cada uno
    de los miembros de nuestra sociedad. Por ello, no es una novedad
    que la mejor y mayor inversión en nuestras comunidades, es la
    educación
    a todo nivel, porque permite renovar conceptos y comprender el
    engranaje económico y social de nuestro mundo.

    6. Reflexión
    final

    Es por los argumentos expuestos, que identificamos que
    el desarrollo de nuestra nación, debe partir de un proceso
    de aprendizaje de
    nosotros mismos, de aceptar nuestra diversidad cultural e
    idiosincrasia de nuestros pueblos, reconociendo las limitaciones
    y potencialidades de los sectores económicos, que nos
    ayude a responder acertadamente a los cambios. Por esa
    razón, es que el liderazgo, para gestionar la
    competitividad como macroestrategia para el desarrollo
    económico de nuestra sociedad, debe aplicarse en cada una
    de las instituciones y empresas de los
    sectores público y privado para desarrollar condiciones
    que les permitan crear una posición en el entorno nacional
    e internacional.

    Iniciando un esfuerzo de liderazgo participativo y
    visionario, argumentados en programas, planes
    y políticas, elaborados conforme a nuestra realidad,
    podremos mejorar cada uno de los elementos de la sociedad que
    determinan nuestras competencias
    desde sus diferentes ángulos. Con ello lograremos, con el
    paso del tiempo, un desarrollo económico y un bienestar
    social sustentable, que cree mayores oportunidades y expanda las
    libertades fundamentales que permitan responder desde nuestra
    perspectiva a los procesos de
    innovación permanentes que
    continuarán caracterizando y experimentando nuestro
    planeta en el futuro.

    7. Notas

    1. Porter, Michael E. "La ventaja competitiva
    de las naciones". Editorial Vergara. Argentina, 1991.
    "Ser compettivos: Nuevas aportaciones y conclusiones". Ediciones
    Deusto S.A. España,
    1999.
    2. Krugman, Paul R. "Competitividada económica:
    Mitos y
    realidades". Revista
    FACETAS No 97. Washington, U.S.A., 1992.ç
    3. Boloña, Carlos & Buchi, Hernán.
    "Estrategias para
    el cambio:
    Reflexiones para el desarrollo". Ediciones Agenda 2000. Lima
    perú, 1991. pp. 194-215.
    4. Sen, Amartya. "Desarrollo y libertad".
    Editorial Planeta Colombiana S.A. Colombia, 2001.
    pp. 54-75.

     

     

    Autor:

    Eduardo L. Paz Monteza.

    20/08/2003

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