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Asimetría dinámica del desempleo




Enviado por danielg



    Modelizacion no lineal del desempleo con
    modelos
    Threshold autorregresivos

    Una aplicación para el desempleo de
    Montevideo-Uruguay

    1. Enfoques
      tradicionales
    2. Asimetría y
      dinámica no lineal
    3. Antecedentes en
      Uruguay
    4. Marco econométrico:
      modelos TAR
    5. Resultados
      empíricos
    6. Conclusiones
    7. Bibliografía
    8. Anexos

    INTRODUCCION

    Los problemas del
    mercado de
    trabajo han constituido una preocupación creciente de
    hacedores de política y
    académicos desde comienzos de los ochenta.

    El incremento sostenido del desempleo durante las
    últimas décadas en las principales economías
    desarrolladas, junto a la falta de consenso en torno a las
    causas que explican el fenómeno, ha motivado una creciente
    literatura sobre
    la dinámica del mercado de
    trabajo. Mas específicamente, el problema de la
    asimetría del ciclo de negocios y su
    efecto sobre el mercado laboral ha
    recibido creciente atención, tanto desde el punto de vista
    teórico como empírico.

    Desde los elementos institucionales que facilitan
    (dificultan) los ajustes de precios y/o
    cantidades en el mercado de trabajo, el análisis de relaciones no lineales de corto
    plazo en la curva de Phillips, hasta la modelización
    univariante de la tasa de desempleo y sus rigideces, se encuentra
    una preocupación común en el debate
    internacional acerca de las implicancias tanto económicas
    como sociales que resultan de las particularidades del mercado de
    trabajo en sus ajustes y fluctuaciones.

    El desempeño económico y su
    relación con el mercado de trabajo ha fundamentado desde
    entonces una multiplicidad de estudios en el intento por
    determinar las causas e implicaciones de los elementos que
    influyen sobre el ajuste de dicho mercado.

    En términos generales se han planteado dos
    interrogantes básicas.

    Primero, cuáles son los determinantes del
    desempleo en torno a un
    valor promedio
    durante largos períodos; y segundo, el comportamiento
    cíclico del mercado laboral.

    El porqué cambios en la demanda de
    trabajo provocan grandes cambios en el empleo y solo
    pequeños movimientos en el salario real, se
    ha transformado en un tema fundamental para entender la
    dinámica de este mercado, y plantea la cuestión
    básica si es un mercado que funciona
    intrínsecamente bajo características no Walrasianas, en donde el
    costo del trabajo
    carece de la flexibilidad necesaria para ajustarse a las
    variaciones de las condiciones económicas.

    Desde un punto de vista teórico, la microeconomía estándar postula que,
    en un mercado de trabajo perfectamente libre, los salarios y el
    empleo se
    ajustan para rectificar los desequilibrios entre la oferta y la
    demanda. Sin
    embargo, en el mundo real se observan obstáculos que
    entorpecen el ajuste de corto plazo y que apartan al mercado de
    trabajo de los supuestos competitivos.

    Un punto crítico que se ha transformado en el
    centro del debate
    académico, y que constituye una evidencia empírica
    difícil de asimilar por las conceptualizaciones
    teóricas tradicionales, es el comportamiento
    cíclico altamente inelástico del
    desempleo.

    Se observa que frente a shocks de naturaleza
    transitoria, la tasa de desempleo presenta una alta rigidez que
    le impide un rápido ajuste una vez reinstauradas las
    condiciones anteriores al shock. Este fenómeno, denominado
    histéresis , ha motivado una profunda controversia en
    torno a la naturaleza del
    comportamiento del mercado de trabajo, enfrentando dos visiones
    acerca de la explicación de los cambios de mediano y largo
    plazo en el nivel de desempleo.

    Por un lado, se encuentra la vertiente Estructuralista,
    que se asocia a la hipótesis de la Tasa Natural de Desempleo ,
    y por otro la escuela de la
    Persistencia, asociada al concepto de
    Histéresis.

    Los autores que se afilian a la primera visión,
    argumentan (desde una perspectiva macroeconómica) que el
    equilibrio en
    el mercado de trabajo se establece a nivel de una tasa de
    desempleo estable (la tasa natural de desempleo) alrededor de la
    cual pueden ocurrir variaciones cíclicas. Cambios en la
    economía
    real o las instituciones,
    producen alteraciones estructurales en el mercado de trabajo
    (movimientos en la NAIRU) y son estos cambios los que deben
    explicar el comportamiento al alza del desempleo.

    Para los segundos, la persistencia se explica por la
    naturaleza no competitiva de las relaciones entre empresas y
    trabajadores que implica que la fijación de salarios no
    siempre se realice de manera eficiente.

    A través de fundamentos microeconómicos,
    enfatizan el carácter
    no Walrasiano del mercado de trabajo e introducen rigideces y
    fricciones nominales que, como resultado de limitaciones
    institucionales, esclerotizan el mercado y dificultan el
    ajuste.

    Si bien no descartan el concepto de tasa
    natural de desempleo, para los defensores de esta corriente el
    equilibrio en
    torno a la tasa natural es débil y es por ello que el
    concepto mismo tiene escasa utilidad. Los
    cambios actuales en la tasa de desempleo alteran el
    comportamiento de la variable de modo tal que los choques
    transitorios tienen efectos permanentes y es aquí donde
    debe centrarse la atención.

    Cabe destacar en este punto, que existen aspectos
    teóricos y prácticos acerca de la persistencia del
    desempleo que continúan actualmente no resueltos o sobre
    los que no existe consenso.

    La evidencia empírica de estabilidad del
    desempleo en torno a un valor de
    equilibrio de largo plazo ha sido fuertemente cuestionada,
    fundamentalmente por el escaso sustento empírico que
    presenta para algunas economías (principalmente las
    europeas) mientras que, las políticas
    de flexibilización aplicadas a la luz de los
    diagnósticos de rigidez de la corriente persistencialista
    no han generado los efectos esperados.

    Blanchard (1997) ha señalad al respecto: " mucho
    trabajo teórico en torno a la tasa natural de desempleo se
    ha divorciado de la evidencia microeconómica, y mucha
    evidencia microeconómica parece encontrarse buscando un
    marco
    teórico para su interpretación".

    En este contexto se introduce entonces la
    modelización no lineal o estado-dependiente en un intento por representar
    de un modo más conveniente la evidencia empírica y
    así acercar los enfoques teóricos prevalecientes a
    través del testeo conjunto de ambas hipótesis:
    persistencia y asimetría.

    Modelización no
    lineal

    No obstante constituir los enfoques anteriores (estructuralismo y persitencialismo) los paradigmas
    dominantes en torno al tema, estos modelos
    tienden a ignorar efectos importantes que están presentes
    en el ajuste del mercado de trabajo. Por ejemplo, existe amplia
    evidencia de la asimetría dinámica del
    desempleo.

    Esto es, dado que el proceso de
    destrucción de empleo es mas pronunciado que el proceso de
    generación, el patrón de
    destrucción-creación es altamente asimétrico
    durante el ciclo.

    Este comportamiento del desempleo más
    volátil que el ciclo económico y de carácter
    asimétrico, ha llevado a introducir la idea de un mercado
    de trabajo sujeto a procesos de
    ajuste no lineal, según el cual el grado de inercia o
    velocidad de
    respuesta de la serie difiere de acuerdo al estado de la
    economía.

    Los modelos lineales (comúnmente utilizados en el
    análisis del mercado de trabajo), al no
    distinguir entre estados o regímenes de la
    economía, asimilan asimetría y persistencia como un
    único fenómeno.

    Sin embargo, se ha demostrado (Hansen 2001), que en
    escenarios lineales se sobrestima la persistencia de la serie
    (persistencia espúrea), cuando en realidad puede estar
    sujeta (de acuerdo a ciertas condiciones de estado) a un
    comportamiento asimétrico-estacionario.

    Cambios tecnológicos o simples cambios de
    expectativas, pueden generar complejos mecanismos de
    adaptación difíciles de capturar en forma lineal
    que, sin embargo, pueden representarse fácilmente una vez
    que se permite la interacción (transición) entre
    más de un régimen.

    Los modelos de regímenes cambiantes en sus
    vertientes: Markov-Switching (Hamilton 1989), Threshold
    Autoregressive –TAR- (Tong 1990) o Smooth Transition
    Autoregressive –STAR- (Granger y Terasvirta 1993) al
    introducir explícitamente múltiples
    regímenes, permiten capturar simultáneamente
    persistencia y asimetría como dos fenómenos
    distintos.

    Es en este sentido, que al no existir consenso en torno
    al tema de la dinámica del desempleo (dado que ninguno de
    los enfoques teóricos ha podido dar respuesta
    satisfactoria al problema en su conjunto); la modelización
    no lineal al permitir analizar independientemente los elementos
    más polémicos de ambas corrientes (persistencia o
    estabilidad), abre un camino interesante acerca de nuevas
    conclusiones sobre la caracterización del desempleo y los
    efectos de política
    económica resultantes.

    Si la serie de desempleo es
    asimétrica-estacionaria (como investigaciones
    recientes así lo sugieren), entonces el comportamiento
    estacionario acerca la evidencia hacia el enfoque Estructuralista
    (donde la NAIRU actúa como atractor fuerte del nivel de
    desempleo), mientras que el componente asimétrico confirma
    el papel
    atribuido por la corriente persistencialista a las limitantes
    institucionales como factores que entorpecen el ajuste de corto
    plazo. De este modo se logra amalgamar la inercia del desempleo
    en el corto plazo, por la rigidez de factores nominales,
    conjuntamente con una estabilidad global de largo plazo
    determinada por factores reales.

    Contenido del
    trabajo

    Si se observa la evolución de la tasa de desempleo
    (trimestral) de Montevideo durante los últimos veinticinco
    años se constatan claramente ambos fenómenos:
    persistencia y asimetría.

    Durante las dos recesiones más importantes de los
    últimos veinte años (la de 1982 y la
    recesión actual que se inicia en 1999), la tasa de
    desempleo presentó un comportamiento de crecimiento
    acelerado al inicio de ambas crisis que en
    conjunto significaron, un incremento promedio trimestral del
    orden del 4.5% que, como contrapartida no se
    acompañó por una caída del desempleo de
    igual magnitud a la salida del ciclo (durante las expansiones
    promedialmente, la tasa de desempleo disminuyó a una tasa
    del 1.2%).

    Esta asimetría en la reacción del mercado
    de trabajo determinó que la tasa de desempleo pasara por
    efecto de la crisis de
    1982, desde niveles cercanos al 7-8% durante la década del
    70 y principios del
    80, a niveles del 15% durante los años 1982-1983. A partir
    de entonces, la tasa de desempleo decrece lentamente hasta
    alcanzar valores
    cercanos al 9% en 1994. Durante la crisis de 1995 se eleva al 11%
    manteniéndose estable en dicho nivel, para luego, a partir
    de la recesión que se inicia en 1999, alcanzar un
    máximo histórico del 19% a fines de
    2002.

    Dadas las implicancias sociales y económicas que
    surgen de los efectos que sobre el mercado de trabajo resultan de
    los cambios en el nivel de actividad, y teniendo en cuenta las
    características de la economía
    uruguaya, y más particularmente la vulnerabilidad que
    surge de la dependencia a una región altamente inestable;
    es que una adecuada caracterización del comportamiento del
    mercado de trabajo resulta fundamental a los efectos de
    determinar las políticas
    adecuadas a aplicar, especialmente considerando las distintas
    fases del ciclo como fue señalado
    anteriormente.

    En términos generales y dentro del contexto de la
    polémica anotada al inicio de esta sección, se
    responderán a través de un análisis de
    series temporales tres cuestiones básicas sobre la
    dinámica del desempleo y los efectos de política:

    Primero: ¿Es la tasa de desempleo realmente I(1)
    como lo sugiere el enfoque de la persistencia? o sigue un proceso
    estado-estacionario en torno a un valor estable de largo
    plazo?

    Segundo: ¿Los ciclos económicos generan
    efectos asimétricos sobre el desempleo de modo tal que la
    modelización no lineal de la serie sea preferible a la
    alternativa lineal?

    Tercero: ¿Las propiedades de la serie difieren en
    el ciclo determinando que las medidas de política a
    aplicar en cada momento también deban diferir?

    Siguiendo la línea de investigaciones
    realizadas por Hansen (1997- 2001), en este trabajo se investiga
    el comportamiento dinámico no lineal de la tasa de
    desempleo de Montevideo dentro de un marco de modelización
    no lineal "Threshold Autorregresive" (TAR) en dos
    regímenes.

    Para el proceso de estimación de los
    parámetros se ha utilizado la metodología propuesta por Hansen,
    comparándose a su vez distintos modelos de acuerdo a
    diferentes estructuras
    autorregresivas y variables
    umbral como se sugiere en Franses y Van Dijk (2001).

    El trabajo se presenta como sigue.

    En la sección II y III se analizan los enfoques
    tradicionales y las nuevas líneas de investigación sobre el desempleo y su
    persistencia, relacionándose asimismo los aspectos
    teóricos con el análisis empírico de series
    temporales.

    En la sección IV se presentan antecedentes para
    Uruguay dentro
    del contexto señalado en la sección
    anterior.

    En la sección V se introduce el marco
    econométrico de la modelización no lineal
    "Threshold Autorregresive".

    En la sección VI se presenta los resultados de
    las estimaciones, y en la última sección se
    concluye.

    ENFOQUES TRADICIONALES

    La mayoría de la literatura en torno al tema
    de la dinámica del desempleo puede dividirse en dos
    grandes bloques.

    Por un lado, la vertiente Estructuralista y la hipótesis de Tasa Natural de Desempleo; por
    otro, el enfoque de la Persistencia asociado al concepto de
    Histéresis.

    A continuación se desarrollan ambas
    corrientes.

    Estructuralismo y la
    hipó
    tesis de tasa
    natural de desempleo

    El término tasa natural de desempleo NAIRU
    (nonaccelerating inflation rate of unemployment) fue
    acuñado originalmente por Milton Friedman (1968) con el
    propósito de resaltar la separación de las fuerzas
    reales de las monetarias en la dinámica del
    desempleo.

    Al ser salarios y precios
    completamente flexibles en el largo plazo, cambios en la demanda agregada
    (por efectos de política
    monetaria) solo afectarían las variables
    nominales dejando incambiadas las variables reales (como por
    ejemplo, el nivel de desempleo).

    En términos generales la NAIRU se define como la
    tasa de desempleo de largo plazo y está determinada
    únicamente por factores de oferta.

    Se compone de tres tipos de desempleo:

    Desempleo friccional: que existe porque los
    agentes voluntariamente abandonan empleos en búsqueda de
    uno mejor.

    Desempleo estructural: que equivale en el largo
    plazo al desempleo friccional y es el resultado del cambio
    estructural por cambios en las tecnologías o cambios en
    las preferencias. Ciertas industrias o
    regiones declinan mientras otras se expanden y dado el tiempo que lleva
    reasignar-recapacitar la mano de obra, el desempleo generado es
    de largo plazo.

    Desempleo clásico: ocurre cuando el
    salario real se
    encuentra deliberadamente por encima de aquel que "limpia"
    (produce el clearing) el mercado. Se anotan por lo menos tres
    grandes razones para ello: legislación,
    sindicalización y, desde una perspectiva
    microeconómica, prácticas administrativas que en
    general tratan de incentivar el esfuerzo.

    Según la visión estructuralista, al
    cumplirse la hipótesis de comportamiento de que, en el
    largo plazo, los agentes económicos no confunden los
    cambios relativos de los generales del nivel de precios, el
    equilibrio en el mercado de trabajo se establece a nivel de una
    tasa de desempleo estable. En este sentido, los cambios de
    mediano y largo plazo en la variable deben explicarse por
    movimientos autónomos de la tasa natural de desempleo
    (NAIRU) como resultado de cambios en la macroeconomía real
    o en las instituciones.

    Sin embargo, se argumenta que en el corto plazo pueden
    existir algunos mecanismos que desvíen la tasa de
    desempleo de su valor de equilibrio.

    Pueden anotarse por lo menos tres razones
    importantes:

    Expectativas: si se asume que en el corto plazo
    las expectativas de precios permanecen incambiadas, cualquier
    shock de demanda generará efectos reales;no obstante, si
    en el largo plazo las expectativas son adaptativas, las variables
    retornarán a su equilibrio.

    Información imperfecta: de acuerdo a la
    teoría
    de las expectativas racionales todos los individuos conocen el
    modelo de
    funcionamiento de la economía y usan toda la información disponible; los shocks no
    tienen efectos reales porque siempre son anticipados; precios y
    salarios se ajustan completa e instantáneamente. Sin
    embargo, si existe información imperfecta los agentes no
    pueden anticipar los shocks y se generan efectos reales de corto
    plazo. En el largo plazo, sin embargo, una vez que se actualizan
    las expectativas, las variables retornarán a su valor de
    equilibrio.

    Ajuste imperfecto de precios y salarios: como
    resultado que salarios y precios se ajustan lentamente, por
    ejemplo por contratos
    salariales de largo plazo, los shocks de demanda tendrán
    inicialmente efectos reales. Solamente cuando salarios y precios
    se ajusten completamente en el largo plazo, las variables
    retornarán a su valor de equilibrio.

    Es conveniente recalcar en este punto, las diferencias
    analíticas que sobre el enfoque estructuralista surgen del
    análisis de corto plazo y el papel de la
    política
    monetaria, frente al análisis de largo plazo de los
    fundamentos esctructurales que afectan al NAIRU y el rol de la
    política laboral.

    Con respecto al primer punto, la referencia a la NAIRU
    tiene que ver más con el papel funcional en la
    relación de Phillips y el rol de la política
    monetaria en el mantenimiento
    de la estabilidad de precios. En cuanto al segundo punto, el
    papel de la tasa natural de desempleo importa más por los
    efectos de cambios estructurales sobre el mercado de trabajo y el
    componente más permanente del desempleo.

    La diferencia mas significativa entre ambos enfoques,
    como se verá, tiene que ver en relación a este
    último punto.

    Relación de Phillips y no-neutralidad
    del
    dinero en el
    corto plazo

    Desde la teoría
    clásica del equilibrio general no se acepta que la
    política monetaria pueda influir sobre variables reales.
    Sin embargo en el mundo real se observa que los cambios de
    precios juegan un rol importante sobre la asignación de
    recursos.

    W. Phillips (1958) encontró, contrariamente a los
    argumentos tradicionales clásicos (donde no puede haber
    relación entre variables reales y nominales:
    "dicotomía clásica") que, para el Reino Unido entre
    1861 y 1913 existía una relación estable negativa
    entre variación de salarios y desempleo.

    Esta relación se establecía
    como:

    donde
    a>0 y b>0, es la inflación de salarios y
    Ut la tasa de desempleo.

    La implicación más importante resultaba en
    la posibilidad de realizar política monetaria para reducir
    el desempleo en el corto plazo.

    Siguiendo la misma línea, esta relación
    fue posteriormente desarrollada por Phelps y Friedman bajo el
    argumento que estaba mal especificada y que, como variable
    independiente, debería incluirse no la inflación de
    salarios nominal sino el crecimiento de salarios real dado que,
    bajo el supuesto de ausencia de ilusión monetaria
    (también debía incluirse las expectativas
    inflacionarias) es el salario real el que determina la oferta y
    la demanda de trabajo.

    Surge entonces la curva de Phillips aumentada por
    expectativas:

    siendo, a>0 y b>0, la inflación de salarios, Ut
    la tasa de desempleo,

    la
    inflación corriente y esperada respectivamente.

    Se establecían dos restricciones: b>0, lo cual
    implicaba que el trade off entre inflación y desempleo se
    mantenía en el corto plazo; y c=1 que aseguraba que en el
    largo plazo la relación de Phillips era vertical y la tasa
    de desempleo coincidía con la natural sobre la base de los
    fundamentos reales de la economía.

    Esencialmente el trade off entre inflación y
    desempleo es una afirmación acerca de los efectos de la
    política monetaria. Se afirma que cuando el banco central
    expande la cantidad de dinero, los
    precios suben y los salarios reales caen, disminuyendo el nivel
    de desempleo. Dado que la NAIRU es la tasa que equilibra el
    mercado de trabajo, esta incompatibilidad se resuelve cuando las
    aspiraciones salariales se realinean al alza, determinando que el
    nivel de desempleo crezca hasta su nivel natural para hacer
    nuevamente compatibles las expectativas de salarios y
    precios.

    Una vez que se asegura la estabilidad dinámica de
    la relación entre desempleo corriente y desempleo natural
    en el largo plazo, las implicaciones de política quedan
    establecidas inequívocamente. La única alternativa
    para la autoridad
    monetaria resulta en ajustar la tasa de desempleo actual a un
    nivel igual a la NAIRU, y de este modo mantener una tasa de
    inflación estable.

    La política monetaria no puede influir de modo
    permanente sobre el nivel de desempleo. Sólo lo
    logrará en forma temporal debido a que ésta
    tenderá hacia su nivel natural de equilibrio de acuerdo a
    un patrón independiente de la política
    monetaria.

    Entonces, si los efectos de shocks monetarios son
    transitorios, la explicación de los cambios en el
    desempleo de largo plazo debe radicar en factores no
    monetarios.

    Elementos estructurales que afectan la
    NAIRU

    Con relación a este segundo aspecto, la NAIRU
    puede interpretarse como cimentada por el conjunto de relaciones
    microeconómicas e institucionales de los mercados de
    producto y
    trabajo.

    En términos gráficos (figura 1, panel a), en el espacio
    salario real (w/p) – empleo , el equilibrio en el mercado
    de trabajo (punto E) se establece en la intersección de
    las curvas de oferta de trabajo (w/p)s y demanda
    (w/p)d. Dado que la tasa natural de desempleo es
    esencialmente un concepto de largo plazo, la demanda de trabajo
    horizontal muestra la
    relación de salario real consistente con las decisiones de
    empleo de la firma una vez ajustados todos los factores de
    producción. En este sentido, la demanda de
    trabajo de las firmas se puede pensar como dependiendo (dado el
    salario real) de otros factores tales como la productividad,
    características de la función de
    producción o factores organizativos que
    afectan el modo de producción en el largo
    plazo.

    Sin embargo, cambios en estas relaciones por factores
    tales como las transformaciones en el nivel y poder
    sindical, los efectos de las políticas de libre mercado
    sobre los precios o la productividad,
    cambios demográficos o en la regulación (por citar
    algunos de ellos) pueden afectar la tasa natural y de esta manera
    explicar el incremento sostenido del desempleo que se observa en
    muchas economías.

    En el panel (b) de la figura 1 se muestra el efecto
    de un incremento de la productividad "permaneciendo todo lo
    demás constante".

    Aumenta la demanda de trabajo de (w/p)d a
    (w/p)d´, el empleo (1-u) se incrementa de E a
    E´, y cae la tasa natural de desempleo de u* a
    u*´.

    Al respecto Stiglitz (1997) ha señalado: "Existe
    un reconocimiento general que, si existe una tasa natural de
    desempleo, debe estar cambiando en el tiempo".

    Vale destacar que la mayor parte de los cuestionamientos
    a este enfoque no han estado dirigidos al concepto teórico
    de la tasa natural de desempleo y su papel como atractor de la
    tasa de desempleo corriente, sino a la falta de poder
    predictivo de la relación empírica que sustenta el
    concepto: la curva de Phillips.

    Algunos autores irónicamente señalan al
    respecto: "La curva de Phillips ha sido siempre una
    relación puramente empírica….es probable que un
    argumento teórico (como la NAIRU) que descansa sobre un
    fundamento no teórico (la curva de Phillips), tenga
    problemas
    tarde o temprano." (Galbraith 1997)

    Siendo así, los esfuerzos se han dirigido a
    estimar modelos de tasa natural permitiendo que varíe en
    el tiempo. Surge entonces toda una generación de modelos
    TV-NAIRU (Time Varying NAIRU) donde a la curva de Phillips
    estándar se le adiciona una ecuación que permite
    modelar los cambios en la NAIRU.

    Sin embargo, la complejización en torno a la
    modelización de la curva de Phillips no ha logrado abatir
    la polémica en torno a la falta de sustento
    empírico de esta relación y la imprecisión
    en las estimaciones de la NAIRU.

    Por último, y como se mencionó al inicio
    de esta sección, las implicancias de corto y largo plazo
    que surgen de aplicar política monetaria en el contexto de
    aceptación de la curva de Phillips y el enfoque
    estructuralista implica que, al representarse el desempleo como
    autoequilibrado en torno a la tasa natural, cualquier
    intervención sólo tendrá efectos
    distorsionantes, afectando únicamente en el largo plazo el
    nivel general de precios.

    Como se verá, desde el punto de vista de
    política, esto constituye el elemento mas polémico
    que divide al estructuralismo de la corriente
    persistencialista.

     Figura 1. Equilibrio de largo plazo en el
    mercado de trabajo.

    (a) Equilibrio de largo plazo E con tasa
    natural de desempleo u*

    (b) Caída en la tasa natural de
    desempleo de u* a u*´ por efecto de un incremento de
    productividad (permaneciendo todo lo demás
    constante).

    Histéresis y el enfoque
    de la persistencia

    Para la corriente persistencialista, el crecimiento
    observado del desempleo se explica por la naturaleza no
    competitiva de las relaciones entre empresas y
    trabajadores que implica que la fijación de salarios no se
    realice de manera eficiente.

    A través de fundamentos microeconómicos,
    enfatizan el carácter no Walrasiano del mercado de trabajo
    e introducen rigideces y fricciones nominales que, como resultado
    de limitaciones institucionales, esclerotizan el mercado y
    dificultan el ajuste de corto plazo.

    Para los defensores de esta corriente, el equilibrio en
    torno a la tasa natural es débil y por ello el concepto
    mismo tiene escasa utilidad. Los
    cambios actuales en la tasa de desempleo alteran el
    comportamiento de la variable de modo tal que los choques
    transitorios tienen efectos permanentes (histéresis) y es
    aquí donde debe centrarse la atención.

    Según este enfoque, la importancia reside
    (más que en la tasa natural de desempleo) en la
    dinámica de corto plazo y fundamentalmente en la rigidez
    del proceso de convergencia. Para esta corriente, al ser el
    equilibrio en el mercado de trabajo efímero, el concepto
    de tasa natural es de dudosa utilidad.

    En estos modelos, limitaciones institucionales,
    políticas sociales, legislación, acuerdos
    colectivos o sindicatos,
    imponen rigideces que afectan el salario, la cantidad y la
    calidad del
    empleo, esclerotizando el mercado e impidiendo la
    absorción de la oferta de mano de obra ante cambios en las
    condiciones económicas.

    Algunos modelos teóricos como "Salarios de
    eficiencia",
    "Modelos de contratos", o los
    "Modelos de búsqueda", introducen explícitamente
    fricciones al ajuste nominal en un intento por capturar la
    inercia observada del desempleo.

    A continuación se presentan las principales
    implicancias que resultan de estos enfoques.

    Según la teoría de los "Salarios de
    eficiencia" la
    firma no está dispuesta a reducir salarios porque existe
    un costo de
    productividad al hacerlo. Al no poder monitorear directamente el
    esfuerzo de los trabajadores, la empresa puede
    pagar salarios más altos que los que limpian el mercado
    para inducir a un mayor esfuerzo.

    El supuesto central de estos modelos es que hay un
    beneficio además de un costo para la firma de pagar
    salarios más altos. Hay varias razones por las que esto
    podría darse.

    Se enumeran por lo menos cuatro:

    • La más simple: un salario mayor puede aumentar
      el consumo de
      alimentos
      por parte de los trabajadores, y de ese modo originar una mejor
      nutrición y mayor productividad.
      Seguramente no es la razón más relevante en el
      desarrollo
      de una economía.
    • Un salario más alto puede aumentar el esfuerzo
      de los trabajadores en situaciones donde la firma no puede
      monitorearlos perfectamente.
    • Un mayor salario puede hacer visibles cualidades
      ocultas del trabajador para la firma.
    • Un alto salario mejora la lealtad entre trabajadores,
      induciendo a un mayor esfuerzo. Lo contrario produciría
      represalias entre ellos haciendo descender el
      mismo.

    Conclusión: en el equilibrio existe desempleo.
    Los trabajadores prefieren estrictamente estar empleados al
    salario vigente (por encima del de equilibrio) y esforzarse, en
    lugar de permanecer desempleados. No existen presiones a la baja
    dado que las empresas saben que si contratan trabajadores a un
    salario menor, éstos preferirán "haraganear" antes
    que esforzarse. Por lo tanto, el salario no baja y el desempleo
    permanece.

    Por otra parte, en los "modelos de contratos" se
    establece que por un acuerdo explícito o implícito
    de largo plazo la firma esta impedida de reducir salarios (por
    ej. un salario mínimo).

    Si los trabajadores que se encuentran empleados
    (insiders) tienen suficiente poder para negociar buenas
    condiciones laborales; entonces, los que no se encuentran
    empleados (outsiders) tendrán incentivos para
    permanecer desempleados en espera de poder acceder a dichos
    puestos.

    Como un ejemplo en particular, más realista, se
    expone el caso de un sector pequeño, no competitivo de la
    economía, donde los trabajadores poseen el poder
    suficiente para negociar buenas condiciones salariales frente al
    resto. En este escenario, los trabajadores que ingresan por
    primera vez al mercado laboral, o aquéllos que han perdido
    el empleo en sectores de más altos ingresos,
    estarían dispuestos a un mayor tiempo de desempleo en
    procura de obtener estos puestos de mejor calidad.

    Adicionalmente, si la empresa al
    contratar trabajadores externos está obligada a pagar los
    salarios establecidos por los insiders, y si se asume que no
    existe movilidad una vez que se acepta el contrato (por ej.
    por restricciones legales), entonces cuando las condiciones
    económicas cambian, la empresa se
    encuentra empleando trabajadores que de otra manera no lo
    haría. Se introduce por lo tanto un elemento adicional de
    rigidez a la creación de nuevos puestos.

    Por último, en un mercado de trabajo
    teóricamente sin fricciones, las empresas son indiferentes
    respecto a perder sus trabajadores ya que pueden encontrar, sin
    ningún costo, trabajadores idénticos dispuestos a
    trabajar por el mismo salario. Del mismo modo, los trabajadores
    son indiferentes respecto a perder sus trabajos.

    Sin embargo, estas consideraciones no parecen ser una
    buena descripción de lo que sucede en la
    realidad.

    Cuando los trabajadores y los empleos son altamente
    heterogéneos, el mercado de trabajo se parece my poco a
    uno Walrasiano. En lugar de encontrarse en un mercado
    centralizado donde el empleo y el salario se determinan en la
    intersección de curvas de oferta y demanda,
    los trabajadores y la empresas se encuentran en mercados
    descentralizados, específicos, y se embarcan en un costoso
    proceso de tratar de ajustar preferencias, habilidades y
    necesidades. Como este proceso no es instantáneo, resulta
    en algún nivel de desempleo.

    Precisamente, en los "modelos de búsqueda" se
    introduce la diferenciación entre calidades de
    trabajadores (heterogeneidad) de acuerdo al salario que el
    desempleado esta dispuesto a aceptar (se supone que existe una
    relación positiva entre salario y calidad: a mayor
    salario, mayor calidad).

    Esta visión obliga a pensar en un mercado de
    trabajo fragmentado, por lo que el encuentro entre trabajadores y
    empleos se torna en un complejo proceso de búsqueda,
    pudiendo coexistir vacantes con desempleados capacitados para el
    puesto.

    Estos modelos ofrecen una explicación directa del
    desempleo: es el producto del
    proceso de búsqueda que emprenden trabajadores y empresas
    en una economía compleja y cambiante. La firma no acepta
    la premisa de que el desempleado que se ofrece a un salario menor
    es idéntico a los actuales trabajadores de la firma.
    Siendo así, pensar el mercado de trabajo como un
    único mercado o como un gran número de mercado
    interconectados, es cometer un error. Cada trabajo y cada
    trabajador son distintos, y la información juega un rol
    fundamental.

    En todos estos modelos, y como consecuencia de las
    limitaciones o rigideces que cada uno señala, los shocks
    temporales sobre el mercado de trabajo tienden a permanecer en el
    tiempo. Al no revertir el nivel de desempleo hacia su valor de
    equilibrio y contrariamente al enfoque estructuralista, donde por
    definición existe un valor de equilibrio que "atrae" el
    desempleo corriente, se abre un amplio abanico para la
    intervención.

    Políticas tales como creación y
    difusión de tecnología, sistemas de
    capacitación que minimizen el deterioro de
    las calificaciones de los desempleados que no actualizan sus
    conocimientos (y por lo tanto sufren una pérdida de
    capital
    humano), mejora en la información del mercado para
    facilitar el proceso de "matcheo" entre puestos y trabajadores
    capacitados, flexibilización de costos laborales,
    reforma de los sistemas de
    seguro para
    evitar posibles efectos de acostumbramiento de los desempleados
    por largos períodos que pueden ajustar sus
    estándares de vida a los niveles que proveen los seguros o
    reformas impositivas; al actuar directamente sobre los factores
    que (según este enfoque) esclerotizan el mercado de
    trabajo, permiten aliviar los efectos de shocks negativos sobre
    el mercado de trabajo.

    Implicaciones para el mercado
    de trabajo

    Se observa que en las fases contractivas del ciclo, el
    desempleo tiende a crecer rápidamente mientras que decrece
    lentamente en las fases expansivas.

    Si la destrucción de empleo en las faces
    recesivas no se compensa con la creación en las fases
    expansivas, el resultado es un proceso de ajuste lento y
    altamente asimétrico. Un argumento teórico para
    este hecho es que los costos de
    oportunidad de la resignación son más bajos en las
    recesiones que en las expansiones donde toda la capacidad
    productiva es necesaria para la producción.

    En años recientes se han desarrollado teorías
    del mercado de trabajo que implican dinámica
    asimétrica del empleo y desempleo; por ejemplo, los
    modelos de búsqueda con destrucción de empleo
    endógena.

    En este tipo de modelos la productividad de un trabajo
    especifico consta de dos componentes: un componente de
    productividad global y un componente de productividad especifica.
    El trabajo es
    destruido si este último componente cae por debajo de
    cierto umbral.

    La idea central es que shocks adversos en la
    productividad global de la economía afectan el componente
    especifico de productividad, elevando el valor umbral de
    destrucción. Una vez revertido el shock, el empleo se
    recupera lentamente. (Pissarides 1994)

    En cuanto al ámbito de política (tanto
    fiscal como
    monetaria) la respuesta asimétrica del desempleo tiene
    importantes implicaciones.

    Si el empleo reacciona lentamente en las fases
    expansivas, entonces el efecto de un shock no anticipado de
    oferta monetaria puede ser amortiguado en la medida que el
    incremento de precios que produce es internalizado por los
    agentes a través de la fijación de
    salarios.

    En cuanto a la modelización del mercado de
    trabajo, la presencia de asimetrías también tiene
    importantes consecuencias.

    Una vez que se asocia la idea de persistencia como
    resultado de un proceso de ajuste no lineal o estado-dependiente,
    surgen las limitaciones de los modelos lineales. Al no distinguir
    explícitamente entre estados o regímenes asimilan
    asimetría y persistencia como un único
    fenómeno.

    No obstante, se ha demostrado que algunas propiedades de
    procesos de
    memoria larga
    pueden ser el resultado de cambios estructurales omitidos en
    procesos lineales, o que, procesos no lineales estacionarios,
    pueden dar lugar (erróneamente) al ajuste satisfactorio de
    modelos de memoria larga
    lineales. (Franses y Dijk. 2001)

    Es en este sentido que, al trabajar los enfoques
    tradicionales en entornos univariantes, tenderían a
    sobrestimar la persistencia de la serie, lo cual constituye en
    principio una evidencia fuerte en contra de la hipótesis
    de histéresis. Sin embargo el comportamiento del desempleo
    no parece ser estrictamente estacionario; en principio la
    asimetría observada puede ser un factor
    explicativo.

    La modelización no lineal se introduce entonces
    como un intento por capturar estas particularidades del
    comportamiento del mercado de trabajo que los modelos lineales se
    ven impedidos de captar, y así evitar asumir las
    posiciones extremas de histéresis o
    estacionariedad.

    Si la serie de desempleo es
    asimétrica-estacionaria , entonces el comportamiento
    estacionario acerca la evidencia hacia el enfoque Estructuralista
    de estabilidad de largo plazo en el nivel de desempleo, mientras
    que el componente asimétrico confirma el papel atribuido
    por la corriente persistencialista a los factores institucionales
    que entorpecen el ajuste de corto plazo.

    Introducido el marco
    teórico que sustenta las dos posiciones dominantes
    sobre la dinámica del desempleo y sus efectos sobre el
    mercado laboral, a continuación se desarrollan las
    implicancias de uno y otro enfoque para la modelización en
    términos de series temporales.

    Implicaciones para la
    modelización univariada

    Desde el punto de vista de series temporales y a la
    luz de los
    enfoques anteriores, surgen toda una serie de interrogantes al
    analizar el comportamiento del desempleo.

    Según la hipótesis de histéresis (o
    enfoque persistencialista) el desempleo corriente depende de sus
    valores
    pasados y los shocks temporales tienen una influencia permanente
    sobre la serie.

    Entonces una manera sencilla de representarlo
    es:

    ut=ut-1+t

    donde ut es la tasa de desempleo,
    ut-1 su valor rezagado y t
    disturbios aleatorios.

    De acuerdo a este modelo, la
    mejor proyección de la variable para el próximo
    período es igual a su valor corriente. De esta manera,
    queda claramente establecido el efecto permanente sobre la serie
    de cualquier shock transitorio. Una vez afectado el nivel de
    desempleo actual (tanto en forma positiva como negativa)
    permanecerá en dicho nivel.

    Por el contrario, si se acepta la hipótesis
    estructuralista, el desempleo corriente debe ser entendido como
    un proceso estacionario en torno a su valor "natural" de largo
    plazo.

    Dado que este valor constituye efectivamente el nivel de
    desempleo que equilibra el mercado de trabajo, y es el resultado
    de los fundamentos reales de la economía, no es dable
    esperar que en el largo plazo difiera sensiblemente de él
    (obviamente no se excluyen cambios en la tasa de
    equilibrio).

    Entonces una posible representación puede
    ser:

    ut =
    un+t

    donde ut es la tasa de desempleo,
    un la NAIRU y t son disturbios
    aleatorios.

    De acuerdo a este enfoque, se representan los
    movimientos del desempleo como variaciones aleatorias alrededor
    de la tasa natural. Estas variaciones aleatorias no sólo
    resultan de efectos cíclicos en el mercado de trabajo por
    cambios en el nivel de actividad, sino también de la
    aplicación de políticas que tratan de presionar
    insistentemente el nivel de desempleo a la baja. En el largo
    plazo, no obstante, de acuerdo a esta perspectiva (y sobre la
    base de la curva de Phillips) los efectos de política
    sobre el mercado laboral serán sólo
    nominales.

    Esto último, constituye el axioma principal de
    los modelos de tasa natural: la economía en el largo plazo
    siempre está sobre su curva de oferta de trabajo y todo el
    desempleo es voluntario.

    Estadísticamente, como puede observarse un punto
    central de los trabajos acerca de la caracterización
    dinámica del desempleo gira en torno al establecimiento
    del orden de integración de la serie.

    Si se acepta la hipótesis de raíz
    unitaria, entonces puede interpretarse como evidencia a favor de
    la presencia de histéresis y por lo tanto existen
    múltiples mecanismos de intervención efectiva en el
    mercado de trabajo.

    Por el contrario, si se rechaza, entonces la evidencia
    apunta a favor del enfoque estructuralista y las medidas de
    política no sólo serán distorsionantes sino
    que tendrán únicamente efectos transitorios dado
    que el mercado de trabajo se autoequilibra en torno a la NAIRU de
    acuerdo a los fundamentos reales de la
    economía.

    Sin embargo, la modelización univariada (lineal)
    de la tasa de desempleo presenta algunas limitaciones.

    Si, de acuerdo al enfoque de la persistencia, el
    desempleo puede ser adecuadamente representado por un proceso
    ARIMA, entonces implica asumir que la varianza de la serie tiende
    a infinito y esto no parece realista para el caso de la tasa de
    desempleo, que por definición asume valores entre 0 y
    1.

    Por otra parte si la tasa de desempleo ha de
    representarse (según la escuela
    estructuralista) por un proceso ARMA, entonces surge el problema
    de la falta de evidencia a favor del sustento empírico que
    asegura la hipótesis NAIRU: la curva de Phillips (tanto en
    su versión clásica como los nuevos modelos
    TV-NAIRU).

    III ASIMETRIA Y DINAMICA NO
    LINEAL

    Dada la falta de consenso en torno a la
    caracterización dinámica del desempleo, desde
    vertientes vinculadas al análisis del ciclo
    económico han comenzado a ensayarse nuevas líneas
    de investigación.

    Si se asume que una variable x presenta un Proceso
    Generador de Datos (PGD)
    función
    de p retardos, de innovaciones independientes e
    idénticamente distribuidas (iid) y q retardos de estas
    innovaciones tal que x puede representarse como
    f(xt-1____xt-p; t ;
    t-1___t-q) y si
    además f(.) es lineal en todos sus argumentos, entonces x
    se puede modelizarse como un proceso ARMA(p,q).

    Si adicionalmente se asumen errores gaussianos, entonces
    x puede ser reescrita como función lineal de variables
    normalmente distribuidas, por lo que es normalmente distribuida y
    su curso temporal es perfectamente simétrico (se asume que
    x es estacionaria y por lo tanto invertible).

    Por lo tanto, para que una serie pueda presentar
    asimetría una condición necesaria es que f(.) sea
    no lineal o que las innovaciones no sean gaussianas.

    Se dice que una serie de tiempo presenta una
    asimetría del tipo I si la asimetría resulta de una
    función no lineal, o que presenta una asimetría del
    tipo II si resulta de innovaciones no gaussianas.

    Existe amplia evidencia de la presencia de
    asimetría del tipo I en el desempleo dado que, por las
    características inherentemente asimétricas de los
    procesos de ajuste de la economía, las propiedades
    estocásticas de la serie difieren según las fases
    del ciclo.

    Asimismo, se pueden considerar dos tipos adicionales de
    asimetría: transversal y longitudinal.

    De acuerdo a estas definiciones, se dice que una serie
    presenta asimetría transversal (pura) si la
    asimetría ocurre en una dirección ortogonal a la dirección del movimiento de
    la serie. Valores por encima de la media son menos frecuentes,
    pero mayores en valor absoluto, que los valores
    por debajo de la media (ver figura 2, panel a).

    Por otra parte, una serie con asimetría
    longitudinal es asimétrica en la dirección del
    movimiento de
    la serie: rápidos incrementos son seguidos de lentos
    declives (ver figura 2, panel b).

    Dado que el desempleo es contracíclico, el primer
    tipo de asimetría implica que el incremento del desempleo
    por encima de su nivel de equilibrio durante las recesiones es
    mayor que la caída durante las expansiones, mientras que
    el segundo tipo de asimetría implica que el incremento del
    desempleo durante las recesiones es más rápido que
    la caída durante las expansiones.

    La evidencia internacional sugiere que ambos tipos de
    asimetría están presentes en el
    desempleo.

    Figura 2. Diagramas de
    Asimetría

     Para ver el
    gráfico seleccione la opción "Descargar" del
    menú superior

     (a) Asimetría Transversal (b)
    Asimetría Longitudinal

    Análisis de Asimetría

    En la figura 3 (paneles a, b y c ) se presentan las
    tasas trimestrales de desempleo, empleo y actividad para
    Montevideo durante el periodo 1978:01 – 2002:03, mientras que en
    el panel d se grafica la evolución de la tendencia del producto. Las
    zonas sombreadas corresponden a las fases de contracción
    de la producción que corresponden a los períodos
    1981:02–1984:03 y 1998:04–2002:03.

    Una primera revisión gráfica parece
    confirmar la presencia de ambas asimetrías.

    Como se observa, el desempleo presenta un crecimiento
    acelerado durante las recesiones (con cierto rezago) y una
    caída amortiguada durante las expansiones.

    Tomando en cuenta y en forma conjunta los
    períodos de contracción señalados
    anteriormente, la tasa de desempleo creció en ambos
    períodos a un valor promedio trimestral del
    4.5%.

    Este comportamiento se explicó fundamentalmente
    por la disminución de la demanda de trabajo (tasa de
    empleo).

    La tasa de empleo en promedio durante ambas
    contracciones cayó en promedio un 0.5% trimestral,
    mientras que la oferta de trabajo (tasa de actividad) no
    presentó variaciones significativas.

    Por otra parte, cuando se analiza el comportamiento del
    desempleo durante los períodos de expansión
    (nuevamente tomados en conjunto) se comprueba un comportamiento
    diametralmente opuesto. Se observa una disminución
    promedio trimestral del desempleo del 1.2%, que resulta de un
    incremento del empleo del orden del 0.2% trimestral y de la
    oferta del 0.1%.

    En principio, la evidencia parecería confirmar la
    presencia de un dominio del
    empleo sobre la asimetría cíclica del
    desempleo.

    Este comportamiento se explicaría
    fundamentalmente por una fuerte caída del empleo durante
    las contracciones seguido de una lenta recuperación
    durante las expansiones más un comportamiento
    relativamente estable de la oferta de trabajo.

    En el cuadro 1 se presentan los primeros momentos para
    la tasa de desempleo y la tasa de crecimiento del desempleo junto
    con sus respectivas funciones de
    densidad
    empíricas.

    Como se observa por efecto de los coeficientes de
    kurtosis (apuntamiento) y asimetría en ambos casos se
    rechaza la hipótesis de normalidad.

    En particular resulta relevante el análisis de la
    asimetría.

    Cualquier variable simétrica (como la normal)
    tiene un sesgo igual a cero; valores de magnitud opuesta tienden
    a compensarse en frecuencias similares. En contraposición,
    una variable con sesgo positivo (cola hacia la derecha) implica
    que valores extremos (por encima de la media) tienden a ocurrir
    con frecuencia ocasional pero más que compensan los valores
    más frecuentes de signo opuesto.

    Si se observa el sesgo de la distribución de la tasa de desempleo y del
    crecimiento del desempleo respectivamente, se constata que ambas
    presentan sesgo positivo.

    Para la tasa de desempleo en especial, significa que
    altos valores por encima de su media (se asume una media
    constante) tienden a ocurrir con menos frecuencia pero mayor
    magnitud que valores por debajo de su media. Precisamente
    así se definió el concepto de asimetría
    transversal.

    Análogamente, para el crecimiento del desempleo,
    valores esporádicos de crecimiento acelarado más
    que compensan altas frecuencias de caída moderada, esto
    es, asimetría longitudinal o de crecimiento.

    Sin embargo el coeficiente de asimetría por
    definición (de media constante) presenta la
    limitación de ser sensible a observaciones extremas
    (outliers).

    Para evitar este posible efecto, se corrió el
    Test no
    paramétrico de simetría "Triples" (Randles 1980)
    que aplicado a la variable en niveles permite corroborar la
    presencia de asimetría transversal, mientras que aplicado
    a la primera diferencia de la variable permite testear
    asimetría de crecimiento o longitudinal.

    Los resultados del test se presentan
    en el cuadro 2.

    En ambos casos se rechaza la hipótesis nula de
    simetría.

    En un caso a favor de asimetría transversal, lo
    que confirma la evidencia acerca del sesgo cíclico del
    desempleo o sobre-reacción durante las recesiones, y en
    otro con respecto a la velocidad de
    ajuste o asimetría longitudinal a favor de un crecimiento
    acelerado durante las recesiones y una desaceleración
    amortiguada durante las expansiones.

    Figura 3. Tasa Desempleo, Tasa Empleo, Tasa
    Actividad y Tendencia PBI

     (a) (b)

    (c) (d)

    Cuadro 1. Primeros momentos del Desempleo y
    Variación del desempleo

    Cuadro 2. Triples Test de
    simetría

    Análisis de
    Fases

    En los diagramas de
    fases de la figura 4 se analiza durante los últimos 25
    años el comportamiento de las principales variables del
    mercado de trabajo en búsqueda de posibles atractores en
    el nivel de desempleo o puntos de equilibrio y patrones
    dinámicos no lineales asociados a cambios en el nivel de
    actividad.

    En los tres gráficos se representan los diagramas de
    fase de la tasas anuales de desempleo, empleo y tasa de actividad
    para Montevideo desde 1976 hasta 2002.

    El análisis de los diagramas de fase permite
    extraer en principio cuatro tipos de información acerca
    del comportamiento de las variables.

    Primero, brinda información acerca de la
    presencia de ciclos en los datos.

    Segundo, permite observar la presencia de puntos de
    equilibrio como centros de atracción o gravedad en las
    trayectorias ( estos puntos se construyen como los centros de las
    elipses en los diagramas de fase).

    Tercero, se puede inferir la magnitud de los ciclos de
    acuerdo a la amplitud de las elipses en torno a los puntos de
    atracción y por último, permite extraer
    información acerca de la persistencia o fuerza de los
    puntos de atracción a través de la disciplina del
    ciclo ante los shocks.

    De acuerdo al diagrama de
    fase del desempleo correspondiente al panel (a) se observa que,
    desde el año 1976 hasta el año 1981, la tasa de
    desempleo convergió hacia valores de 7-8%. Desde entonces,
    por efecto de la crisis de 1982, comienza un proceso de fuerte
    crecimiento del desempleo que se revierte a partir del 1984 y
    culmina con un comportamiento estable en torno a un valor de 8-9%
    durante toda la primera mitad de la década del
    90.

    A partir de 1995, el nivel de desempleo "escapa" del
    punto de atracción y comienza un proceso de
    estabilización (con oscilaciones) en torno a un valor
    promedio del 11.5%.

    Desde 1999 hasta la actualidad, en el contexto de una
    nueva contracción de la economía, se observa un
    nuevo proceso de crecimiento explosivo del desempleo que
    podrá culminar en un nuevo nivel de equilibrio dependiendo
    de los efectos reales que se generen a la salida de la
    crisis.

    De acuerdo a los señalado, la evidencia parece
    confirmar que durante el período 1976-1994 la
    economía habría tenido como equilibrio una tasa de
    desempleo aproximada del 8-9% y a partir del año 1995 se
    habría procesado un cambio en el
    mercado de trabajo elevando el nivel de desempleo de equilibrio
    al 11% aproximadamente.

    Si se analizan separadamente la oferta y la demanda de
    trabajo pueden extraerse algunas conclusiones que permiten
    aclarar este comportamiento.

    Al observar la tasa de actividad se comprueba que, desde
    mediados de la década del 70 (con una tasa promedio del
    52.8) y hasta aproximadamente mediados de la década del
    80, se generó un proceso de continuo crecimiento de la
    oferta de trabajo, que se detiene y estabiliza durante el
    período 1987-1994, pasando a representar la tasa de
    actividad el 59.6 de la PET. A partir de entonces (año
    1995) se produce un nuevo crecimiento de la oferta que, con
    oscilaciones, tiende a estabilizarse en torno a un valor promedio
    de 61.4.

    Por el lado de la demanda, se extraen por lo menos dos
    conclusiones.

    Primero: durante el período 1976-2002 se
    habrían producido dos cambios de nivel en el empleo de
    equilibrio de la economía.

    Un primer cambio se procesa a partir del año 1976
    y culmina en la primera mitad de la década del 80 donde la
    tasa de empleo (con oscilaciones) se estabiliza en torno a un
    valor de 49.6. El segundo cambio en el empleo de equilibrio se
    inicia en el bienio 1986-1987 y culmina en principio en el
    año 1999, llegando la tasa de empleo a un promedio de
    54.3. Aún restan procesar los efectos que sobre el nivel
    de empleo resulten de la caída del nivel de actividad
    desde el año 1999 .

    La segunda conclusión se asocia a la fuerte
    dependencia cíclica del nivel de empleo. Como se comprueba
    en el diagrama de
    fase, la tasa de empleo presenta un comportamiento sumamente
    sensible ante cambios en el nivel de actividad que se expresan
    claramente en la magnitud de las oscilaciones y la rapidez de
    "escape" de los puntos de atracción durante las
    contracciones de la economía.

    Ahora, si se observan conjuntamente los diagramas de
    oferta y
    demanda de trabajo se puede extraer por lo menos dos razones
    para explicar el comportamiento cíclico del
    desempleo.

    Primero, existe una fuerte asociación (negativa)
    entre desempleo y nivel de actividad.

    Esta relación contracíclica sin embargo no
    es simétrica, y este grado de asimetría es
    especialmente relevante en las situaciones de depresión
    (como las ocurridas durante 1982 y a partir del 1999) donde se
    observan fuertes oscilaciones del desempleo. Este comportamiento
    se explica principalmente por la volatilidad del empleo ante
    cambios en el nivel de actividad.

    Este resultado permite pensar en un comportamiento
    diferencial del desempleo de acuerdo a la fase del ciclo, que se
    expresa fundamentalmente en la magnitud comparativamente
    más amplia de las oscilaciones del desempleo durante las
    recesiones que en las expansiones.

    Segundo, los cambios en el nivel de desempleo de
    equilibrio de la economía, no están asociados a
    procesos de reasignación de recursos en
    situaciones de depresión,
    sino principalmente a efectos de cambios permanentes en el
    mercado de trabajo en períodos de
    expansión.

    A partir del año 1995 el cambio en el punto de
    atracción del desempleo se debe fundamentalmente a un
    incremento de la oferta de trabajo que no se acompasó con
    el crecimiento del empleo.

    Figura 4. Diagramas de fase: Desempleo, Empleo y Tasa
    de Actividad

    IV ANTECEDENTES EN URUGUAY

    En Uruguay pueden
    encontrarse por lo menos tres estudios acerca de la
    caracterización del desempleo, que fácilmente
    pueden asociarse con los enfoques tradicionales.

    El primer trabajo se debe a S. Rodríguez (1998)
    que dentro del enfoque que denominamos persistencialista, y
    siguiendo la metodología Box y Jenkins, aplica un modelo
    ARIMA para la tasa trimestral de desempleo de Montevideo durante
    el período 1984:01-1996:04.

    A partir de la aplicación del test de
    raíces unitarias regulares de Dickey–Fuller (1979) y
    el test de raíces unitarias estacionales de Hylleberg et.
    al. (1990), encuentra evidencia a favor de la presencia de una
    raíz unitaria regular y no encuentra evidencia de
    raíces unitarias de frecuencia estacional. Como se
    señaló en las secciones anteriores, que la serie de
    desempleo sea I(1) implica asumir que puede crecer
    indefinidamente, lo cual es improbable para una variable acotada
    como la tasa de desempleo.

    Siguiendo el mismo enfoque, pero levantando la
    restricción anterior, A. Spremolla (2001), estima un
    modelo ARIMA Integrado Fraccionalmente para la tasa de desempleo
    (trimestral) global y desagregada por sexos para el
    período 1968-1997. Encuentra evidencia a favor de la
    hipótesis de estacionariedad pero con un alto grado de
    persistencia (la presencia de una raíz cercana pero menor
    a la unidad).

    Por último, en la línea estructuralista,
    en S. Rodríguez et. al. (2001) se contrasta la
    hipótesis de raíz unitaria con cambios
    estructurales siguiendo la metodología Zivot y Andrews (un
    quiebre estructural endógeno) y la metodología
    Lumsdaine y Papell (dos quiebres endógenos). El
    análisis se aplica a la tasa de desempleo (trimestral)
    global y por sexo para
    Montevideo durante el período 1983:04 –
    2001:02.

    Para ninguna de las variables consideradas se rechaza la
    hipótesis nula de raíz unitaria ni tampoco se
    detectan cambios estructurales significativos.

    V MARCO ECONOMETRICO: MODELOS
    TAR

    En los modelos Threshold Autorregresive "TAR", se
    propone la modelización de las series temporales bajo una
    estructura
    general no lineal de acuerdo a procesos simples de
    regímenes lineales dependiendo del valor que toma una
    variable de estado respecto a un parámetro
    umbral.

    yi = f 1´xi +
    ei , si q £ g
    (1)

    yi = f 2´xi +
    ei , si q > g
    (2)

    donde q es la variable de corte que divide los
    regímenes (threshold), g el parámetro umbral y ei son
    residuos iid.

    Si bien son modelos relativamente sencillos de estimar,
    presentan dos dificultades estadísticas.

    El primer problema se relaciona con el testeo de la
    hipótesis nula de linearidad contra la alternativa
    TAR.

    Al no estar identificado el parámetro umbral en
    la hipótesis nula, el test no sigue una distribución estándar.

    La segunda dificultad tiene que ver con la inferencia en
    la muestra del estimador del parámetro umbral, que por no
    estar identificado tampoco sigue una distribución
    estándar.

    A continuación se presentan los desarrollos
    realizados por Hansen acerca de la estimación e inferencia
    en este tipo de modelos.

    Estimación

    Si se asume que

    x = (1, yt-1, ….. , yt-p

    x(g ) =
    ( xi´.I(q £ g
    ) , xi´ .I(q > g ) )´ donde I(.) es una función
    indicadora según la

    condición q, entonces (1) y (2) pueden
    reformularse en forma genérica como

    yi = x(g )´f + ei (3)

    donde f
    = ( f
    1´ f 2´ )´ es un
    vector de 2(p+1) coeficientes autoregresivos.

    Los parámetros de interés
    son f y
    g .

    Dado que la ecuación (3) es no lineal en los
    parámetros, un método
    directo de estimación es por MC secuenciales,
    condicionales a un valor dado g .

    Si adicionalmente se asume que los errores son iid
    N(0, s
    2) entonces equivale a una estimación por
    máxima verosimilitud.

    Entonces, una estimación de f es

    f
    (g ) =

    n xi(g )xi(g )´]-1

    n xi(g )yi]

    con residuos estimados condicionales

    ei (g ) = yi – xi
    (g
    )´f
    i (g
    )

    y varianza estimada de los residuos

    s
    2(g
    ) = (4)

    El valor estimado de g es el que minimiza la ecuación
    (4)

    g = argmin
    s
    2(g
    ) (5)

    El problema de minimización de la ecuación
    (5) se resuelve por búsqueda directa. Si se observa que la
    varianza de los residuos s 2(g ) puede tomar tantos valores como variaciones
    de g se
    produzcan, y estos valores corresponden a s 2(q), entonces
    estimar (5) corresponde a minimizar

    g = argmin
    s 2(q)
    donde g =
    q (6)

    Un problema adicional surge de la propia variable de
    corte q. En los modelos SETAR (self exciting threshold
    autoregressive) la variable q toma la forma q = yt-d
    donde y es la variable del propio proceso autoregresivo. Sin
    embargo no necesariamente q debe tomar esa forma, pudiendo ser,
    digamos cualquier variable z de tal forma que q =
    zt-d, entonces nos apartamos de los modelos SETAR para
    integrar modelos simplemente TAR.

    Ahora el tema es la determinación endógena
    también del valor d, es decir el rezago de la variable de
    corte. El problema se resuelve ampliando la búsqueda en
    (6) de tal forma que se minimiza

    (g ,d)
    = argmin s
    2(q,d) (7)

    Inferencia

    AR(p) vs
    TAR(p)

    Una cuestión importante en este tipo de modelos
    surge de la significación estadistica frente a la
    alternativa lineal AR(p).

    Es decir, la hipótesis nula relevante es
    Ho: f
    1 = f 2

    Usualmente el estadístico estándar
    utilizado para la prueba de hipótesis contra la
    alternativa seria

    F(g ) =

    donde s
    2 es la varianza estimada del modelo restringido
    (lineal) y s
    2(g
    ) la del modelo irrestricto (TAR) que minimiza
    (7).

    Sin embargo existe un problema que resulta que bajo la
    hipótesis nula de linearidad el parámetro
    umbral g no esta
    identificado con lo cual la distribución asintótica
    de F(g ) no
    es c
    2.

    Hansen (1996) demuestra que la distribución en la
    muestra del estadístico F(g ) puede ser aproximada por el siguiente
    procedimiento
    de boostraping.

    Sean ut*, t= 1 …..n puntos aleatorios de
    una N(0,1) y f
    una estimación restringida (f 1 =
    f
    2) del modelo (1)-(2) con datos
    observados.

    Se genera la serie yt* = F(f , ut*)

    usando la serie yt*, se corre primero la
    regresión yt* en xt* y se obtiene la
    varianza residual estimada s *2 (lineal) y luego yt*
    en xt*(g
    ) para obtener la varianza residual condicional
    mínima s
    *2(g
    ) (según proceso de búsqueda).

    Se calcula

    F*(g )
    =

    Hansen demuestra que F* converge débilmente en
    probabilidad a
    una F, por lo que la construcción de la F* por repetición
    (boostraping) puede ser usada aproximadamente como una F
    estándar.

    Los p-values asintóticos del test se componen por
    el porcentaje de F*’s en la muestra que exceden el F
    observado.

    Intervalos de
    confianza para el parámetro umbral

    En este caso la hipótesis nula que se desea
    testear es Ho: g = g
    o donde g o es el valor umbral efectivamente
    estimado en el modelo.

    El test de verosimilitud a aplicar resulta de

    LR(g )
    =

    donde s
    2(g
    o) es la varianza residual estimada que minimiza
    (7) y s
    2(g
    ) es la varianza estimada en cada valor g de la grilla.

    A través de ejercicios de simulación
    Hansen encuentra los siguientes valores críticos
    asintóticos para el estadístico
    LR(g
    )

    Cuadro 3. Valores críticos asintóticos
    y función de densidad para
    valor umbral

    El intervalo de confianza para g o estaría dado
    entonces por

    G =
    {g :
    LR(g )
    £ Val. Crit. LR
    }

    Un método
    gráfico para encontrar la región G es graficar el
    estadístico LR(g ) contra g y observar los valores g que cortan los valores
    críticos asintóticos de LR(g ) como se observa en la
    siguiente gráfica.

    Sin embargo como se observa en el siguiente
    gráfico, la región G puede ser discontinua, con lo cual es
    conveniente redefinir la zona de confianza como

    G * =
    [min(g )
    G ,
    max(g )
    G ]

    Un supuesto importante que se ha asumido hasta ahora, es
    que los datos son estacionarios. Sin embargo, un punto central en
    este tipo de modelos implica distinguir la no estacionariedad de
    la no linearidad. Resulta entonces necesario introducir el
    tratamiento de ambos elementos conjuntamente.

    Procesos
    no-estacionarios

    AR(p) vs
    TAR(p)

    Bajo la hipótesis de no estacionariedad, la
    distribución asintótica de F(g ) no puede ser tabulada ya que
    no sigue una distribución similar a la encontrada para el
    caso estacionario. Hansen propone un método de boostraping
    similar al caso estacionario para el testeo de la
    significación estadística de la variable
    threshold.

    La hipótesis nula relevante es
    entonces:

    Ho: f = f
    1 = f 2 donde f i =
    (r
    i a
    i ) son los coeficientes autoregresivos
    del

    modelo que se presenta a continuación.

    ∆yt = r 1yt-1 +
    a
    1´∆*yt-1 +
    etq £
    g (8)

    ∆yt = r 2yt-1 +
    a
    2´∆*yt-1 + etq
    > g
    (9)

    donde ∆*yt-1=
    (∆yt-1…..∆yt-k)´

    Un problema adicional que se presenta en el caso de
    procesos no estacionarios, resulta de la no identificación
    del orden de integración de la serie en la
    hipótesis nula.

    Hansen sugiere realizar el procedimiento de
    boostraping imponiendo en principio la hipótesis nula de
    no estacionariedad r
    1=r
    2=r
    =0 y luego repetir el procedimiento sin restricciones
    en r (lo que
    equivale a realizar el procedimiento de la sección
    anterior donde se asume estacionariedad). La significación
    del test surge del valor mas conservador de ambos procedimientos.

    El procedimiento para el caso no estacionario es como
    sigue:

    Primero se calcula

    F(g ) =

    donde s
    2 es la varianza estimada del modelo doblemente
    restringido (f
    1 = f 2 ; r 1=r 2=0 ) y
    s
    2(g
    ) la del modelo irrestricto (TAR) que minimiza (7)
    imponiendo solo la restricción r 1=r 2=0.

    Luego, sean ut*, t= 1 …..n puntos
    aleatorios de una N(0,1) y f la estimación restringida
    (f 1
    = f
    2 , r =0) del modelo (8)-(9) con datos
    observados.

    Se genera la serie yt* = F(f ,r =0, ut*)

    Se corre primero la regresión
    ∆yt* en ∆yt-k* y se obtiene la
    varianza residual estimada s *2 (lineal) y luego yt*
    en ∆yt-k*(g ) para obtener la varianza residual
    condicional mínima s *2(g ) (según proceso de
    búsqueda).

    Entonces se calcula

    F*(g )
    =

    Finalmente, los p-values asintóticos resultan de
    pval = P(F*(g ) > F(g ))

    Test de raíz
    unitaria

    En los modelos TAR se presentan algunas variantes
    interesantes acerca del testeo del orden de integración de
    las series.

    La hipótesis nula relevante según modelo
    (8)-(9) es:

    Ho: r 1 = r 2 = 0

    La hipótesis alternativa tradicional a
    Ho es:

    H1: r 1 <0 y r 2 < 0

    Cuando se cumple Ho entonces el modelo
    (1)-(2) puede re-escribirse como un modelo TAR estacionario en la
    primera diferencia de la variable.

    Sin embargo el escenario mas interesante en estos
    modelos se presenta en la alternativa H2 de
    raíces unitarias parciales.

    Esto es:

    H2: r 1 <0 y r 2 = 0 o
    r 1 = 0
    y r 2
    < 0

    Cuando se cumple H2, yt se
    comporta como un proceso integrado en uno de los regímenes
    y como un proceso estacionario en el otro.

    Si la alternativa a Ho es r 1
    ¹
    0 r
    2 ¹ 0 entonces el estadístico de
    Wald estándar a aplicar es:

    R2T(g ) =
    t12(g ) +
    t22(g ) (a)

    donde t1 y t2 son los valores
    t-student para r
    1 y r
    2 del modelo (8)-(9).

    Cuando la alternativa a Ho es
    r 1 <0
    y r 2
    < 0 entonces el estadístico (a) se reformula
    en:

    R1T(g ) =
    t12(g ).I(r 1 <0) +
    t22(g ).I(r 2 <0) (b)

    Siguiendo de esta manera una alternativa conservadora
    que enfoca solo valores estimados de r i <0 (si r i >0, entonces
    I(.)=0).

    Por último para el caso de raíces
    unitarias parciales Hansen recomienda observar los valores
    t-student para r
    1 y r
    2. Si alguno de los valores "t" son
    estadísticamente significativos entonces se puede tomar
    como evidencia a favor de raíces unitarias
    parciales.

    Para determinar el grado de significación, Hansen
    desarrolla por simulación
    los siguientes valores críticos.

    Cuadro 4. Valores críticos para el test de
    raíz unitaria

    Por último, para realizar inferencia en la
    muestra, se aplica nuevamente boostraping en forma análoga
    a los procedimientos
    anteriores.

    Una vez mas, la dificultad radica en la no
    identificación en la hipótesis nula de raíz
    unitaria, de la variable threshold.

    La hipótesis nula relevante es:

    Ho: r 1 = r 2 = 0

    contra las alternativas H1 o
    H2.

    El procedimiento consiste en: estimar de (8)-(9)
    RT(g
    ), posteriormente se genera la serie yt* =
    F(f
    1, f
    2, r
    1=r
    2=0, ut*) donde ut* son
    puntos aleatorios y se calcula repetidamente el
    estadístico RT*(g ) restringido en r =0.

    Los p-values resultan del porcentaje de
    RT*(g
    ) que exceden el RT(g ) observado.

    VI RESULTADOS EMPIRICOS

    En la práctica, los shocks en el mercado de
    trabajo tienen efectos permanentes como efectos
    transitorios.

    Mientras que algunas fluctuaciones cíclicas
    tienen efectos temporales, cambios en algunas variables como la
    productividad, tipo de
    cambio, precios de insumos, impuestos o
    tasas de
    interés real a menudo afectan en forma
    permanente.

    Al asumir múltiples regímenes de acuerdo a
    cambios en alguna variable permanente, se logra captar a
    través del cambio de régimen los efectos de largo
    plazo, mientras que la modelización univariada en cada
    régimen permite captar la dinámica de corto plazo y
    los efectos transitorios.

    En este trabajo se aplicó a la tasa de desempleo
    trimestral de Montevideo para el periodo 1978:01-2002:03,
    diferentes estructuras
    bi-lineares TAR(p,2) de acuerdo a diferentes variables
    umbral.

    Se estimaron 16 modelos para la tasa de desempleo en
    niveles, utilizando como variable de corte entre regímenes
    "f(.)" distintas tasas de crecimiento de la tendencia del
    producto. (ver anexo I)

    Con un período de retardo, se definieron como
    variables umbral las siguientes tasas de crecimiento:

    • una "diferencia larga"/ f(.) = log(PBIt-1)
      – log(PBIt-m-1)
    • una "diferencia corta"/ f(.) = log(PBIt-m)
      – log(PBIt-m-1)

    En ambos casos se estimaron los modelos con m de 1 a
    4.

    En cuanto a la modelización univariada en cada
    régimen se ajustaron modelos AR(1) hasta AR(4) con
    idéntica estructura
    autorregresiva en cada régimen.

    Para la selección
    del mejor modelo se utilizaron los criterios AIC y BIC que se
    presentan en el cuadro 6 para las diferentes estructuras
    autorregresivas y variables umbral definidas
    anteriormente.

    En el cuadro 7 se exponen las probabilidades de no
    rechazo (p-values) de la hipótesis nula de linearidad
    contra la alternativa de no linearidad Threshold autorregresiva.
    La hipótesis nula de linearidad se define como:

    Ho: f = f
    1 = f 2

    donde f
    i = a
    i son los coeficientes autoregresivos del modelo
    correspondiente.

    Como se observa, los valores que minimizan los criterios
    AIC-BIC, corresponden a los modelos autorregresivos mas
    parsimoniosos con variables de corte en "diferencia larga". En la
    mayoría de los casos también se rechaza la
    hipótesis nula de linearidad al 10%.

    De acuerdo a estos resultados se decidió optar
    por el modelo TAR(1,2) con la diferencia larga f(.) =
    log(PBIt-1) – log(PBIt-4) como
    variable umbral.

    Para este modelo en particular se rechaza la
    hipótesis nula de linearidad al 6%.

    A continuación se presentan los resultados de la
    estimación para el modelo seleccionado, mientras que en la
    figura 5 se clasifican las observaciones de acuerdo a los
    regímenes estimados.

    Cuadro 5. Resultados estimación modelo
    TAR(1,2)

    Figura 5. Clasificación de observaciones por
    régimen

    Como se observa de acuerdo a los resultados, el modelo
    clasifica las observaciones en dos regímenes claramente
    diferenciados. Un régimen expansivo, con la tasa de
    crecimiento del producto en tendencia (en relación a tres
    trimestres anteriores y rezagada un período) creciendo mas
    de un 1.2% y un régimen contractivo donde ocurre lo
    contrario.

    Dado que en todos los modelos las particiones fueron
    similares (los valores de corte oscilan entre un mínimo de
    –0.029 y un máximo de –0.001, léase
    caída del producto del 2.9% y 0.1% respectivamente), se
    definirán en forma genérica los regímenes
    como: un primer régimen (R1) de crecimiento del desempleo
    que se corresponde con períodos de caída del
    producto y un segundo régimen (R2) de caída del
    desempleo con crecimiento de la producción. Este efecto
    resulta de la utilización del crecimiento del producto
    como variable umbral dado el comportamiento contracíclico
    del desempleo.

    Un punto interesante que resulta de la estimación
    del modelo es la significativa diferencia entre los coeficientes
    autorregresivos y las constantes en ambos
    regímenes.

    Mientras que en los periodos de contracción de la
    economía el desempleo presenta un comportamiento
    dinámico dominado por una constante significativa, con un
    coeficiente autorregresivo de 0.69, en los períodos de
    expansión parece seguir un proceso cercano a un random
    walk sin drift (la constante no es significativa). La evidencia
    parece confirmar efectivamente un comportamiento claramente
    diferenciado del desempleo según el estado de
    la economía.

    Esta asimetría se expresa fundamentalmente en un
    crecimiento explosivo del desempleo durante las contracciones
    (por el efecto "escalón" que genera el drift) pero con una
    tendencia a la desaceleración (dado el coeficiente
    autorregresivo de 0.69), mientras que, contrariamente en las
    etapas de expansión, el desempleo parece mostrar un
    comportamiento persistente o de lento declinio, que se expresa en
    el coeficiente de autocorrelación cercano a la unidad
    (0.92).

    La dinámica que resulta de modelo estimado se
    presenta en la siguiente figura donde entre t0 y
    t1 se supone una contracción de la
    economía.

    Figura 6. Dinámica no lineal del
    desempleo

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú
    superior 

     Cuadro 6. Criterios de selección
    de modelos AIC y BIC

    Cuadro 7. Contrastación de hipótesis
    Ho:lineal

    Dada la significativa diferencia que se observa entre
    los coeficientes autorregresivos de los procesos univariantes en
    cada régimen y en particular, el coeficiente cercano a la
    unidad de la autorregresión en periodos de
    expansión, se aplicó un análisis de
    raíces unitarias para verificar la estabilidad del modelo
    a nivel global y por régimen.

    Para ello se ajustó el siguiente
    modelo:

    Los resultados del test y la estimación se
    presentan en los cuadros 8 y 9.

    En la primera parte del cuadro 8 se expone nuevamente la
    contrastación de la hipótesis lineal contra la
    alternativa no lineal y en la parte derecha se contrasta la
    hipótesis nula de raíz unitaria global (R1T) y por
    regímenes (t1 para los periodos de crecimiento de
    desempleo y t2 para los períodos de
    caída).

    Dado que para el modelo seleccionado la variable umbral
    corresponde a lo que denominamos crecimiento de la tendencia del
    producto en "diferencia larga", esto es log(PBIt-1)
    – log(PBIt-m-1), los tests se aplicaron
    utilizando únicamente esta variable como threshold y los
    valores m de la tabla corresponden al parámetro que
    gobierna la longitud de la diferencia.

    Como se observa, salvo el primer caso (con el
    crecimiento del producto rezagado un periodo como variable
    umbral) en todos los demás casos se rechaza la
    hipótesis nula de linearidad a favor de un proceso
    threshold autorregresivo.

    En cuanto a la contrastación de raíces
    unitarias para el modelo seleccionado (con m=3) efectivamente se
    confirman las apreciaciones realizadas anteriormente en cuanto a
    la dinámica entre regímenes.

    Para los periodos de crecimiento del desempleo "t1" (o
    caída del producto) se rechaza la hipótesis nula de
    raíz unitaria a favor de un proceso estacionario y por el
    contrario en los periodos de caída del desempleo "t2" (o
    crecimiento del producto) se confirma la hipótesis de
    histéresis.

    Para el modelo en su conjunto (R1T) también se
    rechaza la raíz unitaria al 10%.

    Cuadro 8. Test de raíz unitaria global y por
    régimen

    Cuadro 9. Estimación regresión auxiliar
    TAR

    Cuadro 10. Test de igualdad
    conjunta de coeficientes D yt-i

    Sin embargo, como se observa en los cuadros 9 y 10 no es
    posible rechazar, la hipótesis nula (para los coeficientes
    dinamicos auxiliares) de igualdad entre
    regímenes, tanto en forma individual como
    conjuntamente.

    Siendo así, se decidió re-estimar el
    modelo imponiendo la restricción anterior y aplicar
    nuevamente los tests de linearidad y raices unitarias.

    Se ajustó el siguiente modelo TAR
    restringido:

    El resultado de la estimación y los tests se
    presentan en los cuadros 11 y 12.

    Como se observa en los cuadros, si bien mejora la
    performance del modelo no se producen cambios significativos en
    la dirección de los resultados. En particular se verifican
    mejoras sustanciales en los niveles de significación
    muestrales de las pruebas de
    raíz unitaria que confirman los resultados del modelo
    anterior.

    En todos los casos se rechaza la hipótesis de
    linearidad y se confirman los resultados de estacionariedad
    global del desempleo, estacionariedad en períodos de
    contracción de la economía y persistencia en
    períodos de crecimiento.

    Cuadro 11. Estimación regresión
    auxiliar modelo TAR restringido

    Cuadro 12. Test de raíz unitaria global y por
    régimen

    Durante los períodos de expansión, donde
    existe plena utilización de la capacidad de la
    economía, la raíz unitaria refleja los efectos
    permanentes de cambios en el mercado de trabajo que no
    están asociados a las oscilaciones cíclicas del
    nivel de actividad.

    En particular durante el periodo 1995/99, partiendo de
    un 9%, la tasa de desempleo alcanzó niveles del 11% en un
    contexto general de crecimiento de la economía.

    "El aumento del desempleo respondió
    primordialmente al comportamiento del empleo, cuyo ritmo de
    crecimiento en un principio se enlenteció
    asistiéndose posteriormente a una pérdida neta de
    puestos de trabajo. La recesión de 1995, de pequeña
    magnitud y duración, no parece poder explicar la
    diferencia del comportamiento del empleo en 1991/94 y 1996/97,
    períodos de igual tasa de crecimiento anual
    acumulado……La desagregación de la actividad por
    sectores pone en relieve que, a
    diferencia del periodo anterior, entre 1995 y 1997, el
    crecimiento del comercio y de
    los servicios
    personales y comunales se acompaño de un leve aumento del
    empleo mientras que la industria,
    dinámica en términos de producto, disminuyo sus
    puesto de trabajo." (Bucheli et. al. 1998)

    Como fue señalado al inicio de esta
    sección, cambios en variables tales como la productividad,
    precios de insumos, políticas públicas o
    modalidades de inserción externa pueden generar efectos
    permanentes sobre el mercado de trabajo que no necesariamente se
    asocian al ciclo económico y que resultan de estrategias de
    reasignación u optimización de recursos en entornos
    dinámicos.

    En cuanto a la dinámica en los periodos de
    contracción, la asimetría del desempleo se refleja
    en un efecto "escalón" con tendencia amortiguada que es el
    resultado fundamentalmente (como se señaló en el
    análisis de fase de la sección III) de la fuerte
    prociclicidad del empleo. En términos del modelo
    seleccionado este fenómeno se expresa aproximadamente en
    una adición de 5 puntos porcentuales al 70% de la tasa de
    desempleo anterior.

    Por último, y en términos de
    política, se confirma la necesidad de la aplicación
    de medidas diferenciales de acuerdo al estado de la
    economía.

    Contrariamente a lo que intuitivamente podría
    esperarse, por el efecto permanente de los shocks en el mercado
    de trabajo durante los periodos de expansión, del presente
    análisis resulta la necesidad de aplicación de
    políticas de empleo en épocas de crecimiento
    económico.

    Por los efectos de reasignación de recursos en
    períodos de auge, el desempleo generado es de largo plazo
    o estructural y medidas tales como capacitación o mejora de la
    información por ejemplo, permitirían aliviar el
    problema de una oferta de trabajo estructuralmente
    excedentaria.

    En contraposición, si bien el desempleo durante
    los periodos de contracción presenta un comportamiento en
    el corto plazo de crecimiento en escalón, dada la
    dinámica estacionaria del desempleo, este efecto tiende a
    amortiguarse paulatinamente en el tiempo y así
    también los efectos de política.

    Las consecuencias que sobre el nivel de desempleo
    generan los cambios en el nivel de actividad (más
    específicamente, en periodos de contracción)
    dominan sobre cualquier tipo de medida
    contracíclica.

    VII CONCLUSIONES

    De acuerdo a los resultados del presente estudio, la
    tasa de desempleo puede ser adecuadamente modelizada como un
    proceso no lineal estacionario.

    Los efectos de shocks positivos y negativos sobre el
    mercado de trabajo son asimétricos. En particular, los
    efectos de los shocks difieren sensiblemente de acuerdo a la fase
    del ciclo.

    Se encuentra que los shocks recesionarios sobre el
    mercado de trabajo son menos persistentes (asimetría
    dinámica) pero mayores en valor absoluto (asimetría
    media) que los shocks expansionarios.

    Shocks positivos (que incrementan el desempleo) tienden
    a tener magnitudes mayores que los shocks negativos (que
    disminuyen el desempleo).

    En especial, durante los periodos de expansión de
    la economía, los shocks sobre el desempleo tienen efectos
    de mas larga duración y menor magnitud que los shocks
    durante los períodos de recesión donde el desempleo
    presenta un comportamiento de crecimiento en "escalón"
    pero con tendencia estacionaria.

    Una conclusión clave que emerge del presente
    estudio es que, dado el comportamiento asimétrico del
    desempleo que resulta de la dinámica de transición
    entre fases de caída y crecimiento de la economía,
    la velocidad de reversión a la media de la tasa de
    desempleo es muy lenta. Sin embargo no es posible rechazar la
    hipótesis estructuralista de estabilidad global del
    desempleo.

    El no rechazo de la hipótesis de
    histéresis en entornos univariantes lineales es la
    consecuencia estadística de la no inclusión del
    efecto asimétrico del ciclo sobre el nivel de desempleo.
    En especial este efecto resulta relevante si se considera que el
    79% de las observaciones del presente análisis
    corresponden a periodos de crecimiento donde, de acuerdo a
    nuestros resultados efectivamente no se rechaza la
    hipótesis de raíz unitaria.

    En este sentido resulta que, por el efecto permanente de
    los shocks en el mercado de trabajo durante los periodos de
    expansión, es necesario aplicar políticas activas
    de empleo en épocas de crecimiento
    económico y no en periodos de recesión, donde
    los efectos de cualquier medida solo tendrán un
    carácter transitorio.

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    ANEXO I

    Cuadros de
    Resultados

    ANEXO II

    "Triples" test de
    asimetría

    Intuitivamente el test se desarrolla de la siguiente
    manera.

    Se toman todas las posibles combinaciones de a 3 para
    las observaciones de una muestra de tamaño N
    (N3).

    Si la mayoría de estas combinaciones son sesgadas
    hacia la derecha, entonces se infiere que esa es la verdadera
    distribución de la variable.

    Si se toman tres observaciones X1,
    X2, X3 y se ordenan de acuerdo a sus
    valores en forma ascendente, entonces si la distribución
    presenta un sesgo positivo, el valor medio para los tres puntos
    observados se ubicará mas cerca de los menores valores que
    del mayor:

    X1 X2 Media X3

    Formalmente el test esta dado por:

    donde

     

    La hipótesis nula de simetría es Ho: n=0 y
    se distribuye asintóticamente normal.

    Gramoso, Daniel

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