Monografias.com > Historia
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Palabras de la Dictadura 1976 ? 1983




Enviado por Claudia Martínez



    1. A modo de
      Resumen
    2. Los medios de expresión
      en la Dictadura
    3. Identidad de la
      Dictadura
    4. Los CCD de la
      Dictadura
    5. Bibliografía

    A modo de
    Resumen
    : Los Centros Clandestinos de
    Detención que funcionaron en la Ciudad de Rosario en el
    período de 1976 a 1983. Resumen histórico de una
    dura realidad que le tocó vivir a los argentinos y algunos
    testimonios de quiénes vivieron en aquellos años en
    la ciudad de Rosario.

    Introducción

    Proceso de Reorganización Nacional –
    Centros Clandestinos de Detención – Detención
    y liberación – Lucha armada – Pactos de vida
    Escasez creativa – Obediencia debida y Punto Final

    ————-

    Mate de por medio y algún que otro chisme porque
    hacia varios días que no nos veíamos comenzamos a
    tirar algunos nombres y posibles temas a investigar.
    Hablábamos de la Quinta de Funes, del Rockanfeller´s
    (no sabemos bien si se escribe así, y en verdad preferimos
    que sea así), de lo que pasó, de que
    estábamos en cuarto año de la carrera y era
    imperdonable pasar por la facu sin haber investigado, sin haber
    producido algo con tan importante pedazo de historia que marcó a
    nuestros viejos y que nosotros la mamamos a través de su
    dolor que quieran o no nos transmiten en sus recuerdos,
    anécdotas o silencios. Así empezamos a trabajar en
    el tema para el práctico final de la materia
    Medios I de la
    Escuela de
    Comunicación Social de la ciudad de
    Rosario. Al abordar la investigación nos dimos cuenta que el
    Proceso no
    está en la memoria,
    sino que está en todos los días, en todos las
    declaraciones, gestos, lágrimas, miradas y sensaciones que
    pueden transmitirnos los testimonios de aquellos que estuvieron
    de alguna u otra forma en él.

    "Todo está guardado en la Memoria" susurra
    León Gieco en una de sus canciones que reflejan lo que fue
    el llamado Proceso de Reorganización Nacional que tanto
    nos marcó a todos los argentinos en las atrocidades
    cometidas por aquellos que se sentían con el derecho de
    poder decidir
    por todo un pueblo.

    Paralelamente Jorge Fandermole piensa que no se puede
    confiar en la memoria colectiva, él ni siquiera
    confía en su propia memoria ya que muchas veces falla, y
    es por eso que entre otras cosas nos vemos en la necesidad de
    "hacer", de hacer cosas que mantengan el recuerdo en movimiento, el
    recuerdo en las personas, en el relato, en la cotidianeidad de
    vivir y convivir con un pasado triste y cruel, pero que solamente
    recordando podemos hacer que NUNCA MÁS se
    repita.

    Es muy difícil resumir todo lo que sucedió
    del 76 al 83 en la Argentina,
    tomamos Rosario y sus alrededores, los Centros de
    Detención Clandestinos que funcionaron y en lo posible
    algunas de las cosas de cómo lo hicieron.

    El 24 de marzo de 1976 se produce el derrocamiento de
    Isabel de Perón por
    un golpe de Estado
    encabezado por una Junta Militar integrada por los tres
    comandantes en Jefe: Jorge Rafael Videla (Ejercito), Emilio
    Eduardo Massera (Armada) y Orlando Ramón
    Agosti (Fuerza
    Aérea). Se dijo que el objetivo
    principal del Proceso de Organización Nacional era derrotar la
    subversión y sanear la economía. Los
    sindicatos
    fueron ocupados y se suspendió la acyividad de los
    partidos
    políticos. En este período, la Argentina
    ganó el Campeonato Mundial de fútbol; Buenos Aires
    conoció las autopistas, y Guillermo Vilas era el
    ídolo de la Juventud.

    El 24 de Marzo amaneció con sol, tanques y
    vehículos blindados rodeaban la Plaza de Mayo como
    así también, en los lugares estratégicos de
    todo el país. Ésta fue nuestra última
    intervención militar y la más violenta en la
    historia
    argentina.

    El gobierno militar
    creó su propio sustento jurídico con cinco documentos
    institucionales, en los que se enumeraban los objetivos,
    como así también el papel que las
    Fuerzas Armadas tomarían en la
    administración del Estado.

    Se depuso a las autoridades civiles, nacionales o
    provinciales, se clausuró el Congreso Nacional, se le
    pidió la renuncia a los miembros de la Corte Suprema de
    Justicia y se
    señalaba como objetivo lejano la vuelta a las instituciones
    republicanas.

    El 8 de septiembre de 1975 asumía en la ciudad de
    Rosario, el comandante Ramón Genaro Díaz Bessone ,
    como comandante del Segundo Cuerpo del Ejercito. "Es un
    compromiso de Honor mantener muy alto la bandera que se me
    confía, conduciré a mis hombres guiándolos
    vigorosamente hacia delante en el resto del camino trazado por
    los Comandantes que me precedieron. Desde este momento me
    constituyo en el único responsable de las acciones de
    esta gran unidad de Batalla. Recalco bien, de las acciones,
    porque el Cuerpo del Ejército II no tendrá
    omisiones, cumplirá su misión"
    dijo Dìaz Bessone en su discurso, al
    asumir el mandato. Durante su período se produjeron 170
    desapariciones entre 3 de septiembre del ´75 y el 12 de
    octubre del ´76.

    Hacia finales del ´76 Leopoldo Fortunato Galtieri
    asume como titular del Comando de II Cuerpo de Ejercito y
    declaró: "Soplan nuevos y bravíos huracanes en el
    mundo que también tocan a nuestra tierra… Ha
    cerrado un ciclo de cien años y se abre otro de esperanza
    de cien años para la Nación
    y el pueblo argentino".

    "En el ´76 comienza a ponerse álgido, y
    esta gente opera, y ahí es cuando empiezan directamente
    con los bombazos de muerte"
    expresaba Gustavo Francisco Bueno cuando se quebró y
    declaró minuciosamente cómo se manejaban los
    grupos
    militares y policiales, su accionar, sus planificaciones, los
    responsables de los operativos entre algunos de los muchos
    datos
    aportados.

    Desde la instalación del Proceso, la
    represión contra las organizaciones
    guerrilleras se intensificó y exacerbó, a tal punto
    que a fines de 1978, éstas estaban prácticamente
    aniquiladas; se logró mediante juicios sumarios y penas de
    muerte por citar sólo las herramientas
    que podrían estar en su marco legal.

    Recurrimos a los más diversos e importantes
    testimonios que pudiéramos recopilar, para poder reflejar
    de manera fehaciente lo que fue el Proceso militar en Rosario,
    entre ellos se encuentra el de Carlos Del Frade que, en una
    maratónica recorrida histórica nos dijo: "Cuando
    Leopoldo Galtieri estaba aquí en Rosario como comandante
    del Segundo Cuerpo del Ejercito entre 1976 y 1979, él le
    da asilo a los Coroneles Arce Gómez y García Mesa
    que un año después en 1980 cuando Galtieri se va de
    acá, da el golpe con el apoyo de Galtieri y él gana
    la interna por la cual termina siendo el tercer presidente
    militar con el apoyo económico que le dieron los generales
    bolivianos cuando se hacen cargo del gobierno en Bolivia, este
    gobierno es catalogado por la propia investigación de la
    justicia estadounidense como una narcodictadura y todo da a
    entender que la forma en que se pago esto fue con la
    habilitación de las primeras rutas, especialmente de
    cocaína y marihuana que
    pasaban por aquí y la habilitación de ese dinero era
    para que Galtieri, ganara la interna que lo hizo ser presidente
    después de Viola dentro del Proceso."

    Hugo Papalardo sobreviviente que estuvo detenido tanto
    en la Jefatura de Policía como en la cárcel de
    Coronda nos dijo:"Hubo un problema del 76 en adelante, los que
    estaban afuera no estaban informados, o sea, la sociedad estaba
    presa y desinformada, dentro de la cárcel se agudizaba el
    problema, los que venían de afuera no tenían
    información.". Sumado a esto, Ana
    María Ferrari, sobreviviente de "el pozo" y de la
    cárcel de Deboto expresó: "En algunas cosas
    teníamos mayor cantidad de información nosotros,
    por ejemplo mis viejos desconocían la existencia de
    centros clandestinos de detención y nosotros la
    conocíamos".

    Norma Rios, es la
    secretaria en la delegación Rosario de la Asamblea
    Permanente por los Derechos Humanos
    y hablando sobre las diferentes características del Proceso militar ella
    manifestó: "Lo del proceso no fueron cuatro loquitos que
    se pusieron a matar gente, había todo un plan
    preestablecido de terminar con todo tipo de militancia social,
    fundamentalmente, porque analizando en Rosario los grupos
    guerrilleros con presunto poder de fuego no llegaban a más
    de 82 o 85 personas y acá hay más de 320
    desaparecidos contabilizados antes de empezar con el museo (…)
    y ahora cuando empezamos a trabajar con el museo hay más
    de 660… Durante el proceso yo era una militante social,
    trabajaba mucho más subterráneamente, trabajaba en
    una organización política, y uno de
    mis trabajos era juntar plata para la Liga Argentina por lo
    Derechos del
    Hombre, que
    era una de las organizaciones más viejas, se fundo en el
    74. Yo era una militante social, se trabajaba en los barrios, mis
    tareas eran políticas
    y no tenían nada que ver con pertenecer a la
    Organización de Derechos Humanos…No éramos
    personas que salíamos a la superficie. Era un trabajo muy
    subterráneo porque en los 70 había dos cosas que
    buscaban mucho una era armas, cosa que
    era imposible en una organización de derechos humanos y la
    otra era como conseguían la financiación." y
    agregó: "No conocía a nadie de la lucha armada, si
    por supuesto sabía que existían. Las más
    conocidas eran Montoneros y el E.R.P, pero había otros
    pequeños grupos".

    Los procedimientos,
    llevados a cabo por los diferentes grupos de represores
    estuvieron muy lejos de ser "procedimientos humanos". Cuando la
    víctima era buscada de noche en su propia casa, comandos armados
    rodeaban la manzana y entraban por la fuerza, aterrorizaban a
    padres y niños,
    a menudo amordazándolos y obligándolos a presenciar
    los hechos, se apoderaban de la persona buscada,
    la golpeaban brutalmente, la encapuchaban, y finalmente la
    arrastraban a los autos o
    camiones, mientras el resto del comando casi siempre
    destruía o robaba lo que era transportable. 2

    Los secuestrados en las localidades próximas a
    Rosario en gran parte confluían al C.C.D. del Servicio de
    Informaciones de la Jefatura de Policía Provincial, que
    centralizaba el accionar represivo. Por allí pasaron
    cientos de secuestrados. Dicho centro estaba dirigido por el jefe
    de policía, Comandante de Gendarmería
    Agustín Feced, quien, a tenor de los testimonios
    recibidos, secuestraba y torturaba en forma personal.
    1

    "Me detienen en octubre del 76 y permanezco en el
    servicio de informaciones hasta noviembre del 76, me trasladan a
    Deboto, estoy dos años y medio y después dos
    más con libertad
    vigilada y tenía que venir al servicio de informaciones a
    firmar una libreta, primero tres veces por semana, después
    dos hasta una vez por semana, a veces me hacían entrar a
    la sala de tortura y me hacían a firmar el papelito en la
    camilla de tortura, era muy terrible… en el mes ese estuve 15
    días en lo que es la sala de torturas y los siguientes 15
    días en el sótano. Había épocas en
    las que la represión es mucho más terrible, meses
    incluso en un mismo año que hay una gran variación
    en la caída de compañeros, dependía de
    cómo podían hacer los contactos… por ejemplo en
    junio-julio son los meses en los que fueron detenidos la
    mayoría de los compañeros de UES y J.U.P, a
    través de los contactos que pueden hacer o de los
    compañeros que durante la tortura dijeron algunas cosas o
    de los compañeros que pasaron a ser traidores, que
    colaboraban directamente con ellos, que son… yo siempre insisto
    en esto, en relación con la cantidad que caímos
    fueron muy pocos. Yo no considero traición a gente que
    durante las torturas dice algo, porque nadie sabe la resistencia que
    puede tener a la hora de la tortura, esto es parte de la
    condición humana; considero traición a los que
    aún después de la tortura siguen contando cosas e
    incluso salían a hacer operativos y colaboraban
    directamente, participaban en las sesiones de torturas, pero esto
    es una calificación propia, no significa que todos
    acordemos con esta definición". (Hugo Papalardo y Ana
    María Ferrari)

    Desde el momento del secuestro, la
    víctima perdía todos los derechos. Privada de toda
    comunicación con el mundo exterior,
    confinada en lugares desconocidos, sometida a suplicios
    infernales, ignorante de su destino mediato o inmediato,
    susceptible de ser arrojada al río o al mar, con bloques
    de cementos en sus pies, o reducida a cenizas; seres que, sin
    embargo, no eran cosas, sino que conservaban atributos de la
    criatura humana: la sensibilidad para el tormento, la memoria de
    su madre o de su hijo o de su mujer, la
    infinita vergüenza por la violación en
    público; seres no sólo poseídos por esa
    infinita angustia y ese supremo pavor, sino, y quizás por
    eso mismo, guardando en algún rincón de su alma
    alguna descabellada esperanza.2

    Con respecto a las torturas, lo dicho anteriormente
    constituye lo único que vamos a mencionar al respecto,
    porque si para los propios cuerpos que la sufrieron no es lo
    más importante, es sólo un detalle de la
    época, ¿Quiénes somos nosotras para decir lo
    contrario?, También entendemos que es algo que sólo
    alimenta el morbo, las atrocidades se conocen
    públicamente, ¿Para qué ahondar en
    detalles?.

    Cuando le preguntamos a Hugo Papalardo sobre la lucha
    armada él nos dijo: "Hay una equivocación en la
    sociedad, porque justamente nos educan para una concepción
    individual, que se cree que los proyectos se
    asumen individualmente, o sea que el que estaba en la lucha
    armada era el que estaba con la pistola en la mano y en esa
    época la concepción nuestra no era esa, la
    concepción era que existían los movimientos
    políticos y movimientos sociales. Se apoyaba un movimiento
    político y se formaba parte de él sin importar si
    ibas con la pistola o repartías un volante. Esto lo
    compartíamos todos. Ningún compañero que iba
    con la pistola se vanagloriaba por esto, o creía que este
    acto de ejercer una justicia a través de la lucha armada
    era un acto individual donde él se estaba realizando, lo
    hacía porque era lo que le había tocado en el
    proceso histórico y en la división de tareas, y los
    demás que íbamos por la calle en movilizaciones
    multitudinarias gritando: F.A.R, F.A.P, Montoneros son nuestros
    compañeros! o ¡Viva los Montoneros que mataron a
    Aramburu!, los demás lo tomábamos que
    habíamos estado en esto éramos participantes
    políticos. Los movimientos de esta época no eran
    movimientos guerrilleros, Montoneros en el 73 tiene siete
    diputados nacionales, cinco gobernaciones, controla
    prácticamente todas la Universidades del país,
    moviliza a casi toda la juventud trabajadora, o sea que no eran
    organizaciones como las han catalogado internacionalmente, era un
    movimiento político".

    Desde los primeros meses de la represión, los
    partidos revolucionarios perdieron a algunos principales
    ideólogos y líderes: Mario Roberto Santucho,
    líder
    del E.R.P. fue muerto el 19 de julio de 1976; el montonero Hugo
    Vaca Narvaja, y Norma Arostito fueron detenidos

    Cuando fuimos a entrevistar a Fander, él nos
    aconseja entrevistar a Ma. de los Angeles "Chiqui"
    Gónzalez, ex subsecretaria de cultura de la
    ciudad y actual responsable de la isla de los inventos. Chiqui
    fue militante de la Juventud Peronista, es abogada y con
    sólo 20 años defendía a los presos
    polítcos que tomaba la dictadura. Entre tantas cosas nos
    expresó: "El peronismo de base
    estaba mas cerca de la Fuerzas Armadas Revolucionarias (F.A.R),
    en ese sentido este tenía una concepción más
    marxista.

    Conocí mucha gente que tomaba las armas, pero no
    era tan público ni tan abierto entre nosotros,
    había razones de seguridad
    bastante fuertes por lo cual… En política era muy
    fácil conocer a los líderes armados, fíjense
    que yo conocí a Firmenich en una manifestación, al
    único que no conocí es a Santucho.
    (…)Éramos la agrupación de abogados, yo era muy
    jovencita y lo conocí, tome un café
    con él, era muy fácil para nosotros estar con ellos
    en los actos públicos, en las movilizaciones tener acceso
    a los más altos lideres. En la toma de las armas,
    sí conocí, pero yo nunca estuve en la
    organización armada, por lo tanto no conozco los
    entrenamientos, conocí mucha gente que desapareció
    e incluso que estaba en la organización armada, pero no
    era una cosa, por lo menos a mi edad de confidencia directa sobre
    los que estábamos y trabajábamos en los centros
    populares, vecinales, barrios, villas. Tenían un entrenamiento
    militar y un fuerte entrenamiento logístico. Había
    ciertas operaciones que
    tenían más que ver con el E.R.P como la toma de
    cuarteles, que operaciones eran más propias de Montoneros
    que tenían más que ver con los bancos, con los
    secuestros.

    Uno de los debates era la relación entre las
    organizaciones armadas y las organizaciones políticas,
    estaba el Partido Autentico dentro de una línea
    política del Partido Justicialista pero que estaba
    más cerca de la izquierda y después las
    organizaciones armadas tenían relación inmediata
    con las organizaciones de superficie J.U.P en todas las
    universidades y todas las agrupaciones sindicales
    antiburocráticas, le llamábamos burocracia
    sindical a toda la gente que estaba y gestionaba con Perón
    todo el tiempo, Lorenzo
    Miguel hasta los Rucci y todos los demás. En todas la
    fábricas y en todos los gremios había listas
    antiburocráticas que eran listas de la izquierda.
    Había partidos de izquierda que no tenían ninguna
    relación con las organizaciones armadas, partido mahoista.
    Había una conjunción muy grande de agrupaciones,
    pero ahora indudablemente la relación entre la lógica
    de las organizaciones armadas y las organizaciones de superficie,
    cualquier operación por supuesto dejaba muy al descubierto
    a toda la gente relacionada con la superficie porque estaba a la
    vista y porque no había participado en la
    operación, entonces el tema es el debate
    democrático quien decide las operaciones armadas, quien
    sostiene la relación con el pueblo, quien sostiene los
    lugares de la superficie, esta es una de las cuestiones que yo
    más interés le
    encuentro como debate profundo, pero no es un debate que yo voy a
    hacer con gente que no haya entendido el proceso, son esos
    debates que yo llamaría hoy fraternales … Todo lo que te
    digo es porque lo he leído de la prensa militante
    o por lo que escuchaba en los bares, etc., si estoy viva debe ser
    porque no tuve el grado de compromiso que tuvieron
    otros."

    En cuanto a la sociedad, iba arraigándose la idea
    de la desprotección, apoderándose de unos el miedo
    sobrecogedor y de otros una tendencia consciente o inconsciente a
    justificar el horror: "por algo será", se murmuraba en voz
    baja, como queriendo así propiciar a los terribles e
    inescrutables dioses, mirando como apestados los hijos o padres
    del desaparecido.2

    "Nosotros de alguna manera centralizábamos toda
    la información, pero la sociedad entera estaba
    desinformada completamente (…) Lo que nosotros teníamos
    antes y después de ser detenidos, era una ética que
    la llamábamos "Revolucionaria", es lo que se llama
    código,
    lo que pasa que la palabra código se presta más a
    las mafias, como si fueran pactos de conveniencia y lo nuestro no
    era una conveniencia, era una forma de vida" dijo
    Hugo.

    En el delirio semántico, encabezado por
    calificaciones como, "marxismo-lenilismo", "apátridas",
    "materialistas y ateos", "enemigos de los valores
    occidentales y cristianos", todo era posible: desde gente que
    propiciaba una revolución
    social, hasta adolescentes
    sensibles que iban a villas miserias para ayudar a sus moradores.
    Todos caían en la redada: dirigentes sindicales que
    luchaban por una simple mejoras de salarios,
    muchachos que habían sido miembros de un centro
    estudiantil, periodistas que no eran adictos a la dictadura,
    psicólogos y sociólogos por pertenecer a
    profesiones sospechosas, jóvenes pacifistas, monjas y
    sacerdotes que habían llevado las enseñanzas de
    Cristo a barriadas miserables. Y amigos de cualquiera de ellos, y
    amigos de esos amigos.

    Gente que había sido denunciada por venganza
    personal y por secuestrados bajo tortura. Todos, en su
    mayoría inocente de terrorismo o
    siquiera de pertenecer a los cuadros combatientes de la
    guerrilla, porque éstos presentaban batalla y
    morían en el enfrentamiento o se suicidaban antes de
    entregarse, y pocos llegaban vivos a manos de los
    represores.1

    Entre algunos de los casos que Carlos Del Frade
    investigó se encuentra el de la casa de los ciegos, el nos
    señaló: "La casa de los ciegos estaba en Santiago
    2815, es una casa que fue usurpada por el Comando del Segundo
    Cuerpo del Ejercito en septiembre de 1977 cuando vivía una
    parejita de ciegos constituida por Etelvino Vega de 33
    años y la Cuqui Ravelo de 23, eran ciegos. Ese día
    el 17 de septiembre del 77, cuarenta efectivos policiales y
    parapoliciales le destruyeron la casa, tenían bombas de
    fabricación casera tipo de Montoneros pero eso no
    ameritaba hacer el procedimiento que
    se hizo que fue salvaje porque robaron hasta el perro lazarillo y
    el nenito de tres años "el piti" que después se lo
    terminaron entregando a una vecina. Estuvieron hasta el
    año 1994 usurpando la casa en nombre del Centro de
    Suboficiales Retirados de Gendarmería, pero la propiedad
    todavía estaba a cargo del matrimonio de los
    ciegos y nosotros encontramos toda esa documentación, lo demostramos y eso
    sirvió para la recuperación de la casa".

    Hugo Papalardo, al contarnos su "experiencia"
    expresó: "A mí me detuvieron en el año 77,
    en ese momento era militante de la Juventud Peronista (J.U.P)
    ligado al espacio político de Montoneros, nosotros
    veníamos de varios años de persecución,
    vivíamos dentro de una sociedad donde no se podía
    hacer nada (…) fui detenido en la puerta del trabajo en calle
    Maipú y San Luis, me vendaron los ojos, me tiraron al piso
    de un auto esposado y me ingresaron al Servicio de Informaciones,
    estuve cuatro días como detenido desaparecido, nosotros
    consideramos que todas las personas que ingresaron al lugar
    fueron potencialmente desaparecidos, a muchos desgraciadamente
    confirmaron su situación de desaparecidos y a otros nos
    blanqueaban y dejábamos de estar en esa situación.
    Después de estos cuatro días me bajan al Pozo donde
    permanecí seis meses más, es un lugar donde no hay
    condiciones de vida, nada. Ahí me sacan las vendas y las
    esposas. Nosotros no hacemos principal hincapié en los
    relatos en la parte de las torturas, todas las personas que
    ingresaron al lugar fueron torturadas por distintos métodos,
    algunas un poco más, otras con cuestiones aberrantes. Del
    Pozo me trasladan a Coronda, una año allá donde
    eran otras las condiciones pero también infrahumanas y
    también todo organizado para la destrucción
    física y
    moral del
    detenido, después vuelvo seis meses más a la
    alcaidía de Jefatura y después me liberaron. Estuve
    detenido en total dos años. Vino mi viejo, mi vieja y me
    entregaron ahí en la puerta, el que nos liberó fue
    la policía común."

    Entre los C.C.D que figuran en el "NUNCA MÁS" de
    Sábato, se encuentra el de Ibarlucea, con el testimonio de
    Carlos Pedro de Awydowyz, agente de la sección mantenimiento
    de los vehículos empleados por el servicio de
    informaciones desde 1976 a 1978, y dice lo siguiente:" … en el
    año 1977, aproximadamente, fueron sacadas siete personas
    del Servicio de Informaciones… y se los traslada hasta
    Ibarlucea bajo el pretexto de que serian trasladados a Coronda.
    Éstos individuos no eran legales, estaban por izquierda;
    no estaban asentados en ningún Libro de
    Entradas, ni nada por el estilo, habían sido detenidos dos
    o tres días antes. Una vez en Ibarlucea se los hace
    descender cerca de la comisaría, más o menos 150
    metros antes y los acribillan a balazos. En esa oportunidad
    estaba Feced, que comandaba todo y les gritaba a los empleados
    que estaban dentro de la comisaría y el mismo balea todo
    el frente del edificio con una ametralladora a los fines de hacer
    creer que era un intento de copamiento de la seccional. Yo estaba
    presente en esa oportunidad y pude ver todo lo que
    pasó…"

    En 1978, el presidente de facto el General Videla se
    retiró del servicio activo del Ejército, pero
    aún conservaba el cargo presidencial. En su reemplazo, se
    ubicó al General Roberto Eduardo Viola a cargo de la
    comandancia de la Armada. Fue difícil el tránsito
    hacia la sucesión de Videla, que sólo
    culminaría en marzo de 1981, tras pasar por muchos
    obstáculos, algunos de ellos presentados por el almirante
    Massera. El país presenciaba una pujante negociación de poder entre las tres
    fuerzas, que concluyó con la designación de Viola
    en la presidencia el 29 de marzo de 1981.

    Viola asumiría el gobierno por poco tiempo ya que
    fue imposible contener las apetencias políticas del
    comandante en Jefe del Ejército, General Leopoldo
    Galtieri. A los cuatro meses de su asunción las Fuerzas
    Armadas desembarcaron en Las Malvinas.
    Así fue como se inició una guerra que
    precipitó la claudicación militar y del
    gobierno.

    Entre el 8 de febrero del ´79 y el 9 de diciembre
    del ´80 Luciano Jáuregui sucede a Galtieri como
    Comandante del II Cuerpo del Ejército, al cual se le
    denunciarán más tarde 13 desapariciones.

    Ana María quien por ese año aún
    permanecía detenida nos señaló: "Yo
    salí en el año 79 y cuando salgo en libertad mi
    compañero sigue detenido, o sea iba a la cárcel a
    visitarlo y estaba con libertad vigilada y eso significaba
    venir…, implicaba seguir cerca de la represión, porque
    vos tenés que venir tres veces por semana a la Jefatura.
    Yo ya tenía un bebé cuando fui detenida.(…)
    sentí mucho el aislamiento social cuando salí,
    durante el primer año lo sentí muchísimo; yo
    vivía en Alberdi con mis viejos, y algunos amigos hasta
    nos cerraban la puerta en la cara, yo eso lo he sentido. Los
    vecinos cerraban las ventanas cuando uno pasaba, pero esto me
    pasó durante el primer año, cuando me mudo a Villa
    Gobernador Gálvez todo cambia porque la situación
    social cambia porque, socialmente no es lo mismo Alberdi que
    Villa Gobernador Gálvez (…)"

    Otro C.C.D fue La Calamita, quinta ubicada en Granadero
    Baigorria y que hoy por hoy se encuentra en venta. "Se dice
    que en La Calamita, la gente de allí aparentemente no
    quedó con vida, porque cuando vino la comisión de
    derechos humanos de la O.E.A allá por el 79, hubo una
    orden de matanza, una orden de desembarazarse de los centros,
    aparentemente sería uno de los motivos por los cuales hay
    muy pocos datos de sobrevivientes. Se que formaba parte de toda
    una estructura
    donde tenían alguna relación, entre ellos Masera,
    de tratar de seducir y lograr que gente que estaba en la toma de
    las armas como forma de lucha contra los militares, fuera
    acercándose a él y formando algún grupo o
    proyecto, el
    mismo que la Quinta de Funes, creemos que estaban todos ligados,
    La Rivera o La intermedia son zonas que estaban todas bajo un
    mismo control
    operativo, esto no escapaba al ejercito, no escapaba a Feced",
    nos decía Carlos De la Torre, presidente de la Asamblea
    Permanente por los Derechos Humanos y ex miembro de la
    Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas
    (CONADEP).

    En el testimonio de Gustavo Bueno podemos ver las
    siguientes declaraciones: "Guerrieri decía que iba a
    comprometer a todos, que ninguno se iba a escapar, o sea que
    estábamos todos en el mismo barco, sino este barco se
    hundía (…) Empiezan realmente las operaciones
    ahí, empiezan los quilombos internos, gente que no
    quería saber nada, se hablaba de una quinta, todo el mundo
    escuchaba hablar de una quinta, que esta noche a la quinta y que
    hay que hacer guardia en la quinta. La quinta, una casa quinta en
    las afueras de Rosario, hacia el lado de Granadero Baigorria,
    cuidada por Gendarmería Nacional".

    Asimismo, no podemos dejar de nombrar al Batallón
    de Comunicaciones
    Comando 121 ubicado en el barrio de Saladillo. En el informe de la
    CONADEP encontramos la siguiente descripción: Se ingresa al Batallón
    a través de una barrera, previa autorización de la
    guardia. Después de un trecho, hay otra barrera
    controlada. Al centro clandestino de detención propiamente
    dicho se entra por una puerta que da a un recinto, dentro del
    cual otra puerta de vidrio comunica a
    un pasillo de unos 30 ó 40 pasos de longitud. Sobre cada
    lado de este pasillo dan unas 14 ó 15 celdas. Al inicio
    del mismo, un baño con una puerta cortada en la parte de
    arriba y en la de abajo. Dentro del baño, un barrote
    adosado a la pared, al cual se unía una de las anillas de
    las esposas del detenido. Las celdas miden unos 5 pasos de ancho
    por 10 de largo. El techo es muy alto. La separación entre
    las celdas es de paredes de unos 2 m de altura. La puerta de cada
    una de ellas, de madera maciza,
    con cerradura. A la derecha de ésta, un ventanal con
    postigos antiguos, atados desde el exterior con alambres. Estas
    aberturas daban a un patio interior que tenía el mismo
    largo del pasillo.

    Los datos marcan la profunda irracionalidad que
    tenían los actos represivos, la planificación sistemática
    tenía una lógica particular. Carlos Del Frade
    afirmó: "La lógica de la represión en
    Rosario tenía que ver con las bandas, había muchas
    bandas que trabajaban, en le servicio de información de la
    policía se trabajó de una manera, en La Calamita de
    otra, eso tenía que ver con la estructura interna de cada
    patota que secuestraba e interrogaba a la gente. Había
    3000 personas, decía Feced, en Rosario, así que
    imagínate que eran grupos de cuarenta, por lo tanto
    estamos hablando de unas 20 o 30 de esas patotas; todos ellos
    militares, policías y civiles".

    La entrevista con
    Hugo Papalardo y Ana María Ferrari la realizamos en
    cercanías al Centro Popular de la Memoria "EL POZO", que
    se encuentra en una de las alas de la Jefatura de Policía,
    lugar donde estuvieron detenidos. "Ellos tenían lugares
    donde estaba la gente detenida y todavía no legalizada,
    donde todos estaban vendados y no podían hablar entre
    sí, por lo tanto ninguno sabía que iban a salir de
    ahí, y los que ya íbamos abajo ya no
    podíamos ver a los de arriba, o sea que no había
    forma de aviso, después los traslados, eran las
    épocas más embromadas, por ahí demoraba 30
    días y después te metían en Coronda donde
    estabas otras dos o tres semanas en una situación de
    aislamiento, por lo tanto lo que vos podías decir
    después no les afectaba. Tampoco había un lugar
    donde ir a denunciar esto, lo único era avisar a la familia
    pero después no había como denunciar porque los
    jueces donde ibas después avisaban a la policía.
    Mira, el poder judicial
    por un lado, podemos decir que es cómplice pero por otro
    lado directamente ni existía, todas las detenciones eran
    sin órdenes de detención por supuesto, sin fallo
    judicial, te podían tener tres meses, cuatro acá y,
    si algún día se dignaban te iniciaban una causa.
    Existían los juicios militares que el juez era militar, el
    fiscal era
    militar y el defensor también era militar y cuando te
    defendía te embarraba más que el fiscal. Se
    llamaban "Consejos de Guerra", te lo hacían acá
    mismo o te llevaban al Comando, esposado y con los ojos vendados.
    Terminaban dándote fallos irrisorios como 100 años
    de condena, 98 años de condena, y vos firmabas cualquier
    cosa. Ellos decidían quienes tenían el juicio, como
    para darle formalidad a una detención pero eso
    sucedía después de todas las torturas (…)" nos
    dijo Hugo, y luego agregó: "yo salí en el
    año 80, en plena dictadura, o sea que actividad
    política en ese momento no tuve, conseguí trabajo
    pero había un fuerte aislamiento en la sociedad,
    había mucha influencia del terrorismo de Estado,
    así que me reintegre a mi vida familiar y estuve como una
    año haciendo una vida casi exclusivamente familiar y
    después fui elegido delegado en la empresa donde
    trabajaba y empecé con todo el trabajo
    sindical y en lo político seguí trabajando que
    gente que fue saliendo de las cárceles y que eran de la
    Juventud Peronista (J.U.P)"

    La Fábrica de Armas "Domingo Mathéu"
    ubicada en calle Ovidio Lagos al 4800 (actualmente sería
    5220), también funcionó como Centro Clandestino de
    Detención y en Nunca Más se describe el lugar de la
    siguiente forma: se ingresa por un portón que se abre
    desde adentro. Por un escalón se llega a una puerta;
    algunos pasos al frente de ésta, otros tres
    peldaños llevan a una superficie plana (posiblemente un
    descanso) y luego 5 ó 6 escalones conducen a una
    habitación grande, la que por una puerta se comunica con
    la sala de torturas. La sala de torturas tenía piso de
    cemento,
    paredes color amarillo
    sucio, techo blanco y una ventana que daba al patio, que
    tenía persianas americanas de plástico.
    En esta habitación había cuatro elásticos o
    "parrillas". Una mesa con comandos eléctricos
    emitía música; sobre ella
    había un reflector. Otra puerta comunicaba con una pileta
    de cemento con canillas y ganchos para colgar a los detenidos.
    Una puerta metálica daba a un patio interno. Tres de las
    paredes de este patio estaban formadas por rejas de unos 5
    ó 6 metros de largo donde daban las celdas, que eran entre
    20 y 30, cada una de las cuales tenía una puerta
    practicada en esa reja, la que llevaba un candado. Las celdas
    tenían aproximadamente 1,50 m de largo 0,80 m de ancho -y
    1,80 m de alto. El piso era de cemento y las paredes eran de
    ladrillo encalado. El piso del patio central era de lajas sucias
    y desparejas, y tenía en el centro cuatro postes clavados
    en el suelo, cada uno
    de ellos con una argolla a un metro de altura. El edificio donde
    se encontraba la sala de torturas tenía forma de torre.
    1

    "Adriana Arce y Juan Rivero estuvieron detenidos en la
    Fábrica de Armas. El caso de Adriana Arce esta en el Nunca
    Más, donde cuenta que el General Galtieri hablaba con ella
    y le dice que le va a perdonar la vida porque se llamaba Adriana
    igual que su hija, era el hombre que
    manejaba la vida y la muerte, se
    sentía dios." apuntó De la Torre

    "Hacia fines de junio viene al lugar Galtieri, ese
    día nos dieron mate cocido con azúcar
    y nos hicieron bañar. El comandante entrevistó a
    cada uno personalmente. A mí me preguntó si
    sabía quién era él; me dijo que era la
    única persona que podía decidir sobre mi vida (…)
    nos dijeron que teníamos un número y que cuando
    llegara la persona que venía a vernos y nos llamasen por
    ese número, teníamos que responder. Esa noche vino
    el Segundo Comandante Jáuregui" (Adriana Arce)
    1

    Todo el sistema, toda la
    metodología, desde su ideación,
    constituyó el gran exceso; lo aberrante fue
    práctica común y extendida. Los actos
    "especialmente" atroces se cuentan por millares, son los
    "normales". Las autoridades militares del proceso de
    reorganización nacional denominaron "excesos" a los
    delitos
    perpetrados por efectivos militares o policiales con fines
    particulares, sin autorización de sus superiores, al
    margen del accionar represivo. 1

    Ana María recuerda: "Yo salí en el
    año 79 y cuando salgo en libertad mi compañero
    sigue detenido, o sea iba a la cárcel a visitarlo y estaba
    con libertad vigilada y eso significaba venir…, implicaba
    seguir cerca de la represión, porque vos tenés que
    venir tres veces por semana a la Jefatura. Yo ya tenía un
    bebé cuando fui detenida. (…).

    (…) sentí mucho el aislamiento social cuando
    salí, durante el primer año lo sentí
    muchísimo; yo vivía en Alberdi con mis viejos, y
    algunos amigos hasta nos cerraban la puerta en la cara, yo eso lo
    he sentido. Los vecinos cerraban las ventanas cuando uno pasaba,
    pero esto me pasó durante el primer año, cuando me
    mudo a Villa Gobernador Gálvez todo cambia porque la
    situación social cambia porque, socialmente no es lo mismo
    Alberdi que Villa Gobernador Gálvez (…)"

    "En el año 1979 hubo cosas, claro que hubo,
    agarraron gente, pero había mucha pifiadas porque
    agarraban y soltaban, agarraban y soltaban y los llevaban a la
    quinta de Baigorria" dijo Bueno en sus declaraciones expresando
    lo que varios años más tarde sería el
    comienzo de la declinación del poder militar.

    En los ochenta Juan Carlos Trimarco estuvo a cargo del
    Segundo Cuerpo del Ejercito, siendo el responsable de las 7
    desapariciones sucedidas entre el 9 de diciembre del ´80 y
    el 2 de julio del ´82. Con este cargo también fue el
    titular del Comando con jurisdicción sobre las 6
    provincias del litoral: Misiones, Corrientes, Entre Ríos,
    Formosa, Chaco y Santa Fé.

    Carlos de La Torre nos relató: "En Moreno y
    Córdoba funcionaba el centro de operaciones militares, la
    inteligencia
    militar funcionó ahí; cuando allanamos vimos que
    había dos caras una el piso que está sobre
    superficie o sea la planta baja…, y cuando allanamos vimos todo
    el sótano porque toda esa esquina que es un sótano
    inmenso estaba organizada en función de
    la inteligencia militar; porque estaban todavía (tiempo
    después cuando esto ya demuestra que tenían una
    terrible impunidad y pensaron que nunca nadie les iba a pedir
    cuentas), estaban
    los pizarrones con los nombres de las agrupaciones por ejemplo de
    los Montoneros, del E.R.P y de otras organizaciones y
    tenían el esquema de lo que ellos consideraban que eran
    las formas orgánicas de funcionamiento, algunos con cruces
    y fechas de asesinatos."

    Sumado a lo anterior De la Torre remarcó:
    "Nosotros todos los allanamientos que hicimos acá y en
    otros lugares del país los hicimos acompañados no
    sólo por cuerpos jurídicos y jueces sino
    también por arquitectos y diputados y también se
    pedía a cualquier especialista que se necesitara si
    había que hacer alguna información, por ejemplo de
    las líneas telefónicas. Y los arquitectos
    detectaban rápidamente donde había habido un
    movimiento de pared, donde se había tapado algo, o donde
    estaba el piso alterado."

    Las declaraciones brindan un amplio panorama de lo
    vivido por aquellos años, y no dejan de sorprender los
    diferentes datos que van emergiendo a medida que avanzan nuestras
    charlas. "Uno que casi nunca se menciona y fue un centro
    clandestino es el que está a la entrada de Villa
    Gobernador Gálvez, entrando a la izquierda hay un campo
    del ejercito pegado al arroyo, donde esta la vieja antena de
    Radio
    Nacional, ahí nunca entro nadie, hemos hecho denuncias y
    pedidos históricos para entrar y revisar esos campos,
    ahí se plantea que puede haber cadáveres o cuerpos
    de compañeros enterrados ahí", señaló
    De la Torre.

    Entre los recuerdos de Chiqui apareció el
    siguiente relato: "Una vez estando de gira con "nosotros los de
    entonces" en la ciudad de Santa Fe fuimos a comer a un
    bodegón y un mozo, todo traspirado y gordo se paró
    al lado mío cuando hizo el pedido, estábamos toda
    la compañía y dijo: hola chiquitina, a mi me
    decían chiquitina mi padre y un novio mío que era
    obrero con el que yo me estuve por casar, yo le dije:
    ¿cómo sabe usted mi nombre?, yo se muchas cosas, se
    rió, que se yo; y cuando nos trajo la comida se me paro al
    lado, todo transpirado, secándose así me dijo: a mi
    me jodieron, y te quiero decir una cosa vos eras una de mis
    preferidas, yo te espíe durante cinco años y
    empezó a decirme a que casa iba, que noche salía,
    que novio tenía, en que bar estudiaba, todo absolutamente
    todo. Yo empecé a sentirme mal, y siguió
    diciéndome: y vi también que un amigo tuyo que
    sacaron del bar Blanco y que lo mataron, también a Alberto
    lo seguí y el chico ese no se merecía que lo
    fusilaran". Chiqui terminó diciéndonos: " y
    fíjate que yo no tenía gran participación de
    nada, imagínate los que estaban más
    comprometidos".

    Con el retorno de la democracia y
    la lucha por la justicia hubo uniones y fragmentaciones entre las
    distintas personas que en su diferencia (valga la redundancia)
    reclamaba, clamaba y exigía lo mismo: Justicia. Pero las
    contradicciones hacen también a la naturaleza humana
    y Ana María y Hugo nos dijeron: "Creo que las
    organizaciones de derechos humanos se manejaron con intereses
    muy…, creo que cada organización pasó a ser
    propietaria de un espacio de la memoria… La lucha de Madres yo
    la separo, porque merecen un respeto distinto,
    porque en general son mujeres que no estaban cerca de
    ningún tipo de militancia política, en su gran
    mayoría; son mujeres que desde la cocina o de sus vidas
    pequeño burguesa salen a pelear por sus hijos, que es
    absolutamente legitimo, valiente, creo que fueron las primeras
    que impulsaron la pelea y entonces esto tiene un respeto que
    supera las diferencias que yo pueda tener. En el caso de otros
    organismos de DDHH en los que los intereses políticos…
    ellos terminan fragmentando la lucha, porque es cierto, se lucha
    muchas veces por un interés determinado y es
    lógico: busco a mi hijo, busco a mi padre, busco a mi
    hermano… Nosotros a la lucha la veíamos desde una cosa
    mucho más amplia que tiene que ver con el cambio de la
    sociedad… Todo esto no implica que no pueda criticar desde mi
    posición como se manejo la cuestión de los derechos
    humanos y de los juicios, porque se transformó en el
    requerimiento de un sector de la sociedad cuando los derechos
    humanos son una cuestión muchísimo más
    amplia que nos abarca a todos socialmente, no a un sector que fue
    el destinatario principal de la represión, la
    represión nos incluyó a todos a los que estuvimos
    detenidos y a los que quedaron afuera, por algo todavía
    seguimos sintiendo las consecuencias… hay cosas que dan miedo
    porque todavía sigue instalado el miedo".

    Tenemos el deber de mencionar que cada uno de nuestros
    entrevistados se brindó plenamente sin resquemores y ni
    siquiera pudores que pudieran interferir en el relato, ya que,
    por decirlo de alguna manera el múltiple común de
    ellos, es creer que tienen la obligación moral de difundir
    y nunca callar lo sucedido.

    "(…) cuando me mudo a Buenos Aires me busca un chico
    que sentía que el hermano había estado detenido con
    migo en la Jefatura, le habían llegado comentarios y el
    sentía que yo algo sabía. Él hizo todo el
    recorrido que había hecho el hermano, desde el primer
    lugar al que había sido llevado…, cuando me
    encontró le conté que estábamos juntos abajo
    en el pozo, vendados y en el momento que se lo llevan el se
    tropieza conmigo y se cae…, sabíamos que no nos
    íbamos a volver a ver, y nos despedimos agarrados de la
    mano y diciendo: hasta la victoria siempre" es un relato siempre
    presente en la memoria de Ana María. "En 1984/ 85, la
    época de la CONADEP, vuelvo a vivir a Rosario porque
    había que armar todo el tema de los juicios,
    trabajé con la gente de la Asamblea Permanente de los
    Derechos Humanos (APDH), y trabajaba en el armado de las causas
    sobre todo, tomando testimonios e ir haciendo lo que nosotros
    decíamos era el trabajo del armado de la memoria y que
    requiere de muchísima reflexión porque a veces una
    pavada, una cosa que uno considera una pavada como el color de
    unos zapatos si ese color de los zapatos lo había visto
    alguien y si otro había visto el color de los zapatos
    más la persona que los llevaba significaba armar un
    compañero desaparecido o un torturador" expresaba.
    Corresponde mencionar que Ana María Ferrari fue una de las
    testigos del Juicio de la Junta Militar.

    "A lo largo del tiempo, se han conjugado y concatenado
    una serie de resoluciones legislativas, administrativas
    judiciales y políticas, tendientes a cerrar toda
    alternativa de investigación para conocer la verdad de los
    detenidos desaparecidos tanto durante el proceso como con los
    gobiernos elegidos por el pueblo. Es decir, se ha intentado
    impedir y –en cierto modo se ha logrado hasta ahora- que
    éstos crímenes a los cuáles podemos
    definirlos como de lesa humanidad queden impunes. Los
    crímenes de lesa humanidad no sólo aquellos que
    atentan contra una o varias personas, sino contra la conciencia
    general de la humanidad" manifestó el Juez Federal
    Digerónimo en una entrevista a Carlos Del
    Frade.

    Dentro del marco de institucionalidad de las leyes de
    impunidad, y a 19 años del robo de los Tribunales
    Provinciales de Rosario, Digerónimo resolvió la
    inconstitucionalidad de las leyes 23.492, de punto final, y
    23.521, de Obediencia Debida. Lo hizo a partir de las demandas de
    Alicia Gutiérrez, Eduardo Toniolli y Cecilia
    Nazábal de Dussex que querellaron a los responsables del
    Centro Clandestino de Detención de la Quinta de Funes, que
    estaba bajo la supervisión del Comando del II Cuerpo del
    Ejército.

    La denuncia de los familiares de Toniolli y Dussex se
    encuentra en la denominada causa Feced la 47.913 iniciada en
    abril de 1983 por el Concejo Supremo e las Fuerzas Armadas y
    recién tomada por Cámara Federa de Apelaciones de
    Rosario en 1986.

    "Las leyes de Punto Final y Obediencia Debida dejan sin
    castigo alguno la muerte de miles de ciudadanos argentinos y
    extranjeros en un período de tiempo cierto –desde
    1976 a 1983- y sólo por éste, y establece, en sus
    consecuencias, una especial categoría de personas que no
    tienen el derecho a la protección del más sagrado
    de los bienes, la
    vida humana" expresaba el juez Digerónimo.

    "Ningún país de Latinoamérica juzgó a nadie, creo
    que el juicio a la junta fue ejemplar, creo que fue
    extraordinario el NUNCA MÁS de Sábato y toda su
    gente. La obediencia de vida y el punto final fueron terrible,
    era como terminar con la historia, en ese momento también
    se vivía el debate de hasta que punto aquel hombre
    (Alfonsín) podía llevar adelante una democracia
    insipiente con los golpes de semana santa, con los Seineldin, de
    todas maneras es Ménem el que da el golpe final del
    indulto, pero también debo destacar como abogada, como
    militante, como artista, que la historia siempre, siempre,
    encuentra un resquicio. Si fueron juzgados, por supuesto los
    crímenes de lesa humanidad no tienen prescripción,
    pero (…) la historia encontró la forma de volverlos a
    juzgar con la desaparición de bebés, ellos no
    pensaron que iba a haber 20 años después, que iba a
    haber 5 años después una organización como
    Abuelas de Plaza de Mayo, como la fuerza también de Madres
    de Plaza de Mayo
    , nunca pensaron. Ni nosotros inmersos en la
    defensa de presos pensamos, que cuando todo estuviera juzgado si
    no hubiera un parlamento verdaderamente progresista que anulara y
    proscribiera todas esas leyes, que aún con la cosa
    juzgada, íbamos a encontrar un delito que nunca
    fue juzgado, que era el robo de bebés y todos estos
    hombres iban a volver a ser juzgados por ese resquicio. La
    historia nunca olvida y siempre hay un resquicio legal para
    volver a abrir una herida que no esta cerrada, una herida abierta
    en la memoria y en la conciencia de los argentinos." Termina
    diciéndonos Chiqui González.

    Los medios de expresión en la
    Dictadura

    La censura a los medios de
    comunicación y expresión se desarrolló
    desde el primer día en que la Juta Militar tomó por
    la fuerza el poder. El mismo 24 de marzo de 1976 se
    difundió el comunicado Nº 19 de la Junta Militar que
    establecía penas de diez años de reclusión
    "al que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare,
    noticias, comunicados o imágenes
    con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar
    a actividad de las Fuerzas Armadas, de seguridad o policiales".
    Algunos medios y particulares aceptaron este régimen,
    otros (como por ejemplo Rodolfo Walsh) mantenían
    publicaciones clandestinas corriendo el riesgo de que en
    cualquier momento alguien golpeara su puerta
    violentamente.

    En la entrevista
    realizada a Jorge Fandermole, pudimos acercarnos un poco a lo que
    fue esa sensación de no poder decir y tener que callar por
    temor a lo que fuera a suceder:

    "En esa época la actividad real que había
    era muy escasa. Los que se quedaron, los que no tuvieron que irse
    y pudieron seguir llevando adelante su actividad, hicieron lo que
    podían en el lenguaje
    que cada uno estaba llevando adelante".

    "Mucho fue silenciado, incluso lo que a nosotros nos
    llegaba de la trova cubana por ejemplo, nos llegaba
    clandestinamente, porque obviamente todo eso no se vendía
    era imposible, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés,
    eran cassettes que venían gravados por ahí, y que a
    nosotros nos gustaba mucho pero al mismo tiempo nos daba mucho
    miedo".

    "Todo lo que se venía generando hasta ese momento
    en lo que se llamó inicios del rock nacional, en
    lo que algunos llamaron música acústica argentina,
    desde el folklore lo
    que se llamó el nuevo cancionero los diferentes intentos
    de canto popular Córdoba, canto popular Rosario, toda esa
    actividad, comenzó a ocultarse, o sea, y el gran
    movimiento creativo que de los diferentes estratos de la
    música o de la poesía
    que se habían venido generando en los sesenta y la primera
    mitad de los 70´ , desapareció; eso es lo
    importante, que cuando uno dice que pasó y todos sabemos
    quienes se murieron, que algunos se saben donde están y
    que otros no se supieron nunca, quienes sobrevivieron y que hizo
    cada uno (…) yo en aquella época no era un artista
    profesional que se dedicara sólo a eso, yo era un
    estudiante de una carrera biológica que nada que ver, pero
    sí era músico y te puedo decir cuanto se
    silenció en esa época, porque del 70 al 74/75 a los
    que nos gustaba el folklore y cierta parte de la música
    urbana, sabemos que se generó un repertorio
    riquísimo dentro de la música argentina y
    después del 76 en adelante no hubo más nada, eso es
    lo importante, el silencio creativo que se produjo. Hay un
    agujero creativo del 75 al 83 en que lo que se hizo, fue muy
    poco".

    "En los lugares que no eran públicos, uno
    inclusive debía comportarse como si fueran
    públicos, …se trataba de hacer lo que se podía en
    los lugares en que se podía, pero siempre con mucho temor

    "Si hubo 30.000 muertos o desaparecidos todos los que
    vivimos aquella época somos sobrevivientes".

    Identidad de la Dictadura

    A Partir del Testimonio del represor Gustavo Francisco
    Bueno alias "Germán Venegas", pudimos confeccionar un
    listado de nombres, y en algunos casos conocer los cargos que
    ocupaban, las funciones y
    apodos que tenían muchas de las personas que participaron
    en la época del Proceso.

    Comandantes del II Cuerpo del Ejército
    (Todos Generales)

    • Díaz Bessone, Ramón Genaro
    • Galtieri, Leopoldo Fortunato
    • Jáuregui, Luciano Adolfo
    • Trimarco, Juan Carlos Ricardo
    • Espósito, Eduardo
    • Ferrero, Andrés Aníbal
    • Sexton, José Luis
    • Guerrieri, Pascual Oscar
    • Mazzeo
    • Lucena

    Órganos de Inteligencia

    Destacamento de Inteligencia 121

    • Noviembre 1975 Coronel Sotera, Alfredo
    • Noviembre 1976 Coronel Pozzi, Edgardo Aquiles
      Juvenal
    • Octubre 1979 Coronel Roig, Jorge
      Aníbal
    • Septiembre 1981 Coronel Guerrieri, Pascual
      Oscar

    1976

    • Feced, Agustín (Jefe de la Policía
      Rosarina – Ex – comandante de
      Gendarmería)
    • Fariña, Rubén alias "Sebastián"(
      SIDE – Teniente Coronel – Torturó Gente en "La
      Calamita", "Quinta de Funes" y "Fábrica
      Militar")
    • Amelong, Daniel alias "Halcón",
      "Águila" o "Cóndor" (Responsable de la Quinta de
      Funes y de La Ribera: "La Intermedia")
    • Álvarez, Enrique (SIDE)
    • Constanzo, Eduardo alias "Tucu", "Tucumano"
      (Torturador)
    • Pagano, Walter alias "Sergio Paz"
      (Torturador)
    • Rebecci, Eduardo alias "Rébora"
      (Torturador)
    • Roscoe Walter alias "Ricardo Ríos"
      (Torturador)
    • González Roulet, Hernán Enrique
      (Encargado del Departamento de Enlace y Registro del
      Comando de Cuerpo Ejército II – Estaba encargado
      de lños interrogatorios y del Consejo de
      Guerra)
    • Sfulcini, Carlos alias "Carlos Bianchi" o "Carlitos"
      (Abogado, Operaba en La Quinta de Funes y en La
      Calamita)
    • Guerrieri, Oscar Pascual alias "Roca", "Pascualito" o
      "Guerrucho" (Teniente Coronel que comandaba "La
      Calamita")
    • Bueno, Gustavo Francisco alias "Germán
      Venegas" (Represor que se quebró y
      declaró)
    • Orefice, "Tito" (Trabajó en
      Informaciones)
    • Arévalo (Sargento Jefe de Gustavo Francisco
      Bueno)
    • Escuño ( Mayor – Trabajó en
      Informaciones, establecía contactos o enlaces de
      informaciones con áreas de comunidad
      informativa, también la SIDE, Gendarmería
      Nacional, Policía Federal, Delegación Local,
      Unidad Regional II, Policía de Rosario y Prefectura de
      Rosario)
    • Paladino, Otto Carlos (Oficial Superior de
      Inteligencia del Cuadro "A")
    • "El Coronel" (Operaba en Urquiza y
      Santiago)
    • Fantini (Oficial de uno de los grupos operativos de
      la Policía de Rosario )
    • Nasa, César alias "El Ronco"
    • Guzmán alias "El mudo Guzmán" (Jefe del
      Servicio de Informaciones)
    • Mur alias "Dipi"
    • Wais alias "La Bruja" (Oficial de la Policía
      Federal)
    • Brandazza alias "Pajarito"
    • Silabra, Francisco alias "Silver" (Oficial del
      Servicio de Inteligencia)
    • Perez Blanco, Walter alias "Doble V", "Walter", "Wes"
      (Oficial del Servicio de Inteligencia – Fue echado del
      Colegio Militar de la Nación)
    • Arrue, Roberto (Teniente Primero)
    • Arce (Estaba bajo las órdenes de
      Arévalo)
    • González, Héctor Marino alias "Pepe"
      (Encargado de la Primera Sección del A.E.I.
      –Actividades Especiales de Inteligencia)
    • Romel (Mayor de la Policía Militar,
      Batallón 121)
    • Marcote, alias "Caramelo"
    • Verdaguer (Teniente Coronel)
    • Caracoche, Hugo (Teniente Primero retitado por
      invalidéz del Ejército y con puesto de trabajo en
      el personal Administrativo de Inteligencia de
      Rosario)

    1977

    • Guerrieri, Oscar Pascual alias "Roca", "Pascualito" o
      "Guerrucho" (Teniente Coronel que comandaba "La Calamita",
      segundo Puesto en la 2º Jefatura del Destacamento de
      Inteligencia 121)
    • Pozzi, Edgardo Aquiles Juvenal (Coronel, Primer Jefe
      en la 2º Jefatura del Destacamento de Inteligencia
      121)
    • Lucero ( Coronel del Comando II del Cuerpo del
      Ejército)
    • Cristeler, Ana Rosa alias "Anita" (Ex –
      integrante de la SIDE, forma el grupo femenino AS –
      Fuerte contacto con Guerrieri)
    • Marengo, Cacho (Represor – Vigilancia y
      Guardia)
    • Formación de la O.E.I (Operaciones Especiales
      de Inteligencia) con Fariña a la Cabeza y supervisado
      por Guerrieri

    -"Sebastián" (Organiza las
    operaciones)

    -Isach, Carlos alias "Carlitos"

    -Isach, Hermano (Policía de San
    Lorenzo)

    -Letto

    -Armando (Conductor de Camiones en operativos Especiales
    – Le realizaron una Lobotomía para que
    olvidara)

    -Vega (Sargento Ayudante)

    -Constanzo, Eduardo alias "Tucu", "Tucumano"
    (Torturador)

    -Roscoe Walter alias "Ricardo Ríos"
    (Torturador)

    -Pagano, Walter alias "Sergio Paz"
    (Torturador)

    -Amelong, Daniel alias "Halcón",
    "Águila" o "Cóndor"(Responsable de la Quinta de
    Funes y de La Ribera: "La Intermedia", digitaba todo junto con
    Guerrieri y "Sebastián")

    • Barba (Realizaba los interrogatorios, trabajaba en la
      compilación de datos, manejaba la base de
      información)
    • Retamar, alias "El Tío"
    • María (Había sido Oficial de
      Montoneros, cocinaba en "La Calamita" junto con "El
      Puma")
    • Cardozo, Hugo alias "Hugo"
    • Nieto, Salvador "Nilsen" (Compañero de Gustavo
      Francisco Bueno)
    • Bonfip (Jefe de Radio operadores del Departamento de
      Comunicaciones del Destacamento de Inteligencia)
    • Fulgueiras (Jefe Segundo)
    • "Coco" (Jefe de Servicio de Inteligencia)
    • "El Tordo" (Médico con grado de Capitán
      de la Quinta de Funes)
    • Juan ( Teniente Jefe de Guardia de la Quinta de
      Funes)

    Los CCD de
    la Dictadura

    El Proceso de Reorganización Nacional tuvo una
    gran infraestructura para llevar a adelante las técnicas
    de represión, la misma estuvo constituida por los Centros
    Clandestinos de Detención, que en la Ciudad de Rosario son
    los siguientes:

    Centros Clandestinos de Detención

    • II cuerpo del Ejército (Moreno y
      Córdoba)
    • Jefatura de Policía de Rosario (San Lorenzo y
      Dorrego) – Dependencia del Servicio de
      Informaciones
    • Fábrica Militar de Armas "Domingo
      Mathéu" (Avenida Ovidio Lagos al 5000)
    • Fábrica Militar de Armas Portátiles
      (Avenida Ovidio Lagos 5.220- antes 4.800)
    • Batallón de Comunicaciones 121 (Barrio
      Saladillo, Zona Sur)
    • Quinta de Funes "La Poderosa" (Intersección de
      calle San José y Ruta 9) – Dueño:
      Flía Fedele)
    • Quinta "La Calamita" (Zona Oeste de Granadero
      Baigorria, a 300 metros de la autopista a Santa Fe y en
      Cercanías de las viejas vías del Ferrocarril
      Belgrano)
    • La Intermedia (La Ribera)
    • "Casa de los Ciegos" (Santiago 2815)
    • Chalet de Granadero Baigorria
    • Escuela Magnasco (Avenida Ovidio Lagos y
      Cevallos)
    • Quinta de San Lorenzo
    • Quinta de Fisherton

    Otros Domicilios

    • Perez Blanco (Santiago y San Lorenzo)
    • Urquiza, entre Sarmiento y San Martín (Se
      encontró material, documentos sobre el
      proceso)
    • Familia Melero (Urquiza y Santiago – Lugar de
      la SIDE)

    Bibliografía

    • Entrevista a Norma Ríos ( Prensa y Relaciones
      Políticas de la Asamblea Permanente por los Derechos
      Humanos, miembro de la Comisión Directa del Museo de La
      Memoria, Vocero de la Comisión de Escrache de
      Rosario)
    • Entrevista a Carlos del Frade
      (Periodista)
    • Entrevista a Carlos de la Torre (Presidente de la
      Asamblea Permanente por los Derechos Humanos)
    • Entrevista a Ana María Ferrari (Sobreviviente
      de la época del Proceso)
    • Entrevista a Hugo Papalardo (Sobreviviente de la
      época del Proceso)
    • Entrevista a Jorge Fandermole
      (Músico)
    • Entrevista a Chiqui González (Directora de la
      Isla de los Inventos)
    • Testimonio de Gustavo Francisco Bueno (Represor en la
      época del Proceso)
    • www.Postalesdelsur.com
    • www.nuncamas.org
    • www.lacapital.com.ar
    • Archivo de diarios "La Capital"y
      "Rosario 12"
    • Revista Gallo Rojo
    • Comunicados de Prensa de la Asamblea Permanente por
      los Derechos Humanos
    • Documentos de escraches de la Asamblea Permanente por
      los Derechos Humanos
    • "Memoria y Dictadura" un espacio para la
      reflexión desde los Derechos Humanos – APDH y
      Dirección General de DDHH del Gobierno de
      Buenos Aires-
    • Informe oficial sobre la justicia negada en Argentina
      "La impunidad condenada" –Informe 28/92, Comisión
      Interamericana de DDHH, Organización de Estados
      Americanos, 2 de Octubre de 1992
    • La Historia Visual de la Argentina
      Contemporánea – CLARÍN, Tomos 42, 43, 45,
      56 y 48
    • La Argentina en el Siglo XX – LA
      NACIÓN
    • Historia Constitucional Argentina –
      Petrochelli

    Trabajo Realizado por :

    Claudia Martínez

    Adriana Molina Collado

    Estudiantes de la carrera de Comunicación social
    (4º año) de la Facultad de Ciencias
    Políticas y RR. II

    de la Ciudad de Rosario.

    Categoría Sugerida: Historia

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter