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en la Dictadura - Identidad de la
Dictadura - Los CCD de la
Dictadura - Bibliografía
A modo de
Resumen: Los Centros Clandestinos de
Detención que funcionaron en la Ciudad de Rosario en el
período de 1976 a 1983. Resumen histórico de una
dura realidad que le tocó vivir a los argentinos y algunos
testimonios de quiénes vivieron en aquellos años en
la ciudad de Rosario.
Proceso de Reorganización Nacional –
Centros Clandestinos de Detención – Detención
y liberación – Lucha armada – Pactos de vida
– Escasez creativa – Obediencia debida y Punto Final
–
————-
Mate de por medio y algún que otro chisme porque
hacia varios días que no nos veíamos comenzamos a
tirar algunos nombres y posibles temas a investigar.
Hablábamos de la Quinta de Funes, del Rockanfeller´s
(no sabemos bien si se escribe así, y en verdad preferimos
que sea así), de lo que pasó, de que
estábamos en cuarto año de la carrera y era
imperdonable pasar por la facu sin haber investigado, sin haber
producido algo con tan importante pedazo de historia que marcó a
nuestros viejos y que nosotros la mamamos a través de su
dolor que quieran o no nos transmiten en sus recuerdos,
anécdotas o silencios. Así empezamos a trabajar en
el tema para el práctico final de la materia
Medios I de la
Escuela de
Comunicación Social de la ciudad de
Rosario. Al abordar la investigación nos dimos cuenta que el
Proceso no
está en la memoria,
sino que está en todos los días, en todos las
declaraciones, gestos, lágrimas, miradas y sensaciones que
pueden transmitirnos los testimonios de aquellos que estuvieron
de alguna u otra forma en él.
"Todo está guardado en la Memoria" susurra
León Gieco en una de sus canciones que reflejan lo que fue
el llamado Proceso de Reorganización Nacional que tanto
nos marcó a todos los argentinos en las atrocidades
cometidas por aquellos que se sentían con el derecho de
poder decidir
por todo un pueblo.
Paralelamente Jorge Fandermole piensa que no se puede
confiar en la memoria colectiva, él ni siquiera
confía en su propia memoria ya que muchas veces falla, y
es por eso que entre otras cosas nos vemos en la necesidad de
"hacer", de hacer cosas que mantengan el recuerdo en movimiento, el
recuerdo en las personas, en el relato, en la cotidianeidad de
vivir y convivir con un pasado triste y cruel, pero que solamente
recordando podemos hacer que NUNCA MÁS se
repita.
Es muy difícil resumir todo lo que sucedió
del 76 al 83 en la Argentina,
tomamos Rosario y sus alrededores, los Centros de
Detención Clandestinos que funcionaron y en lo posible
algunas de las cosas de cómo lo hicieron.
El 24 de marzo de 1976 se produce el derrocamiento de
Isabel de Perón por
un golpe de Estado
encabezado por una Junta Militar integrada por los tres
comandantes en Jefe: Jorge Rafael Videla (Ejercito), Emilio
Eduardo Massera (Armada) y Orlando Ramón
Agosti (Fuerza
Aérea). Se dijo que el objetivo
principal del Proceso de Organización Nacional era derrotar la
subversión y sanear la economía. Los
sindicatos
fueron ocupados y se suspendió la acyividad de los
partidos
políticos. En este período, la Argentina
ganó el Campeonato Mundial de fútbol; Buenos Aires
conoció las autopistas, y Guillermo Vilas era el
ídolo de la Juventud.
El 24 de Marzo amaneció con sol, tanques y
vehículos blindados rodeaban la Plaza de Mayo como
así también, en los lugares estratégicos de
todo el país. Ésta fue nuestra última
intervención militar y la más violenta en la
historia
argentina.
El gobierno militar
creó su propio sustento jurídico con cinco documentos
institucionales, en los que se enumeraban los objetivos,
como así también el papel que las
Fuerzas Armadas tomarían en la
administración del Estado.
Se depuso a las autoridades civiles, nacionales o
provinciales, se clausuró el Congreso Nacional, se le
pidió la renuncia a los miembros de la Corte Suprema de
Justicia y se
señalaba como objetivo lejano la vuelta a las instituciones
republicanas.
El 8 de septiembre de 1975 asumía en la ciudad de
Rosario, el comandante Ramón Genaro Díaz Bessone ,
como comandante del Segundo Cuerpo del Ejercito. "Es un
compromiso de Honor mantener muy alto la bandera que se me
confía, conduciré a mis hombres guiándolos
vigorosamente hacia delante en el resto del camino trazado por
los Comandantes que me precedieron. Desde este momento me
constituyo en el único responsable de las acciones de
esta gran unidad de Batalla. Recalco bien, de las acciones,
porque el Cuerpo del Ejército II no tendrá
omisiones, cumplirá su misión"
dijo Dìaz Bessone en su discurso, al
asumir el mandato. Durante su período se produjeron 170
desapariciones entre 3 de septiembre del ´75 y el 12 de
octubre del ´76.
Hacia finales del ´76 Leopoldo Fortunato Galtieri
asume como titular del Comando de II Cuerpo de Ejercito y
declaró: "Soplan nuevos y bravíos huracanes en el
mundo que también tocan a nuestra tierra… Ha
cerrado un ciclo de cien años y se abre otro de esperanza
de cien años para la Nación
y el pueblo argentino".
"En el ´76 comienza a ponerse álgido, y
esta gente opera, y ahí es cuando empiezan directamente
con los bombazos de muerte"
expresaba Gustavo Francisco Bueno cuando se quebró y
declaró minuciosamente cómo se manejaban los
grupos
militares y policiales, su accionar, sus planificaciones, los
responsables de los operativos entre algunos de los muchos
datos
aportados.
Desde la instalación del Proceso, la
represión contra las organizaciones
guerrilleras se intensificó y exacerbó, a tal punto
que a fines de 1978, éstas estaban prácticamente
aniquiladas; se logró mediante juicios sumarios y penas de
muerte por citar sólo las herramientas
que podrían estar en su marco legal.
Recurrimos a los más diversos e importantes
testimonios que pudiéramos recopilar, para poder reflejar
de manera fehaciente lo que fue el Proceso militar en Rosario,
entre ellos se encuentra el de Carlos Del Frade que, en una
maratónica recorrida histórica nos dijo: "Cuando
Leopoldo Galtieri estaba aquí en Rosario como comandante
del Segundo Cuerpo del Ejercito entre 1976 y 1979, él le
da asilo a los Coroneles Arce Gómez y García Mesa
que un año después en 1980 cuando Galtieri se va de
acá, da el golpe con el apoyo de Galtieri y él gana
la interna por la cual termina siendo el tercer presidente
militar con el apoyo económico que le dieron los generales
bolivianos cuando se hacen cargo del gobierno en Bolivia, este
gobierno es catalogado por la propia investigación de la
justicia estadounidense como una narcodictadura y todo da a
entender que la forma en que se pago esto fue con la
habilitación de las primeras rutas, especialmente de
cocaína y marihuana que
pasaban por aquí y la habilitación de ese dinero era
para que Galtieri, ganara la interna que lo hizo ser presidente
después de Viola dentro del Proceso."
Hugo Papalardo sobreviviente que estuvo detenido tanto
en la Jefatura de Policía como en la cárcel de
Coronda nos dijo:"Hubo un problema del 76 en adelante, los que
estaban afuera no estaban informados, o sea, la sociedad estaba
presa y desinformada, dentro de la cárcel se agudizaba el
problema, los que venían de afuera no tenían
información.". Sumado a esto, Ana
María Ferrari, sobreviviente de "el pozo" y de la
cárcel de Deboto expresó: "En algunas cosas
teníamos mayor cantidad de información nosotros,
por ejemplo mis viejos desconocían la existencia de
centros clandestinos de detención y nosotros la
conocíamos".
Norma Rios, es la
secretaria en la delegación Rosario de la Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos
y hablando sobre las diferentes características del Proceso militar ella
manifestó: "Lo del proceso no fueron cuatro loquitos que
se pusieron a matar gente, había todo un plan
preestablecido de terminar con todo tipo de militancia social,
fundamentalmente, porque analizando en Rosario los grupos
guerrilleros con presunto poder de fuego no llegaban a más
de 82 o 85 personas y acá hay más de 320
desaparecidos contabilizados antes de empezar con el museo (…)
y ahora cuando empezamos a trabajar con el museo hay más
de 660… Durante el proceso yo era una militante social,
trabajaba mucho más subterráneamente, trabajaba en
una organización política, y uno de
mis trabajos era juntar plata para la Liga Argentina por lo
Derechos del
Hombre, que
era una de las organizaciones más viejas, se fundo en el
74. Yo era una militante social, se trabajaba en los barrios, mis
tareas eran políticas
y no tenían nada que ver con pertenecer a la
Organización de Derechos Humanos…No éramos
personas que salíamos a la superficie. Era un trabajo muy
subterráneo porque en los 70 había dos cosas que
buscaban mucho una era armas, cosa que
era imposible en una organización de derechos humanos y la
otra era como conseguían la financiación." y
agregó: "No conocía a nadie de la lucha armada, si
por supuesto sabía que existían. Las más
conocidas eran Montoneros y el E.R.P, pero había otros
pequeños grupos".
Los procedimientos,
llevados a cabo por los diferentes grupos de represores
estuvieron muy lejos de ser "procedimientos humanos". Cuando la
víctima era buscada de noche en su propia casa, comandos armados
rodeaban la manzana y entraban por la fuerza, aterrorizaban a
padres y niños,
a menudo amordazándolos y obligándolos a presenciar
los hechos, se apoderaban de la persona buscada,
la golpeaban brutalmente, la encapuchaban, y finalmente la
arrastraban a los autos o
camiones, mientras el resto del comando casi siempre
destruía o robaba lo que era transportable. 2
Los secuestrados en las localidades próximas a
Rosario en gran parte confluían al C.C.D. del Servicio de
Informaciones de la Jefatura de Policía Provincial, que
centralizaba el accionar represivo. Por allí pasaron
cientos de secuestrados. Dicho centro estaba dirigido por el jefe
de policía, Comandante de Gendarmería
Agustín Feced, quien, a tenor de los testimonios
recibidos, secuestraba y torturaba en forma personal.
1
"Me detienen en octubre del 76 y permanezco en el
servicio de informaciones hasta noviembre del 76, me trasladan a
Deboto, estoy dos años y medio y después dos
más con libertad
vigilada y tenía que venir al servicio de informaciones a
firmar una libreta, primero tres veces por semana, después
dos hasta una vez por semana, a veces me hacían entrar a
la sala de tortura y me hacían a firmar el papelito en la
camilla de tortura, era muy terrible… en el mes ese estuve 15
días en lo que es la sala de torturas y los siguientes 15
días en el sótano. Había épocas en
las que la represión es mucho más terrible, meses
incluso en un mismo año que hay una gran variación
en la caída de compañeros, dependía de
cómo podían hacer los contactos… por ejemplo en
junio-julio son los meses en los que fueron detenidos la
mayoría de los compañeros de UES y J.U.P, a
través de los contactos que pueden hacer o de los
compañeros que durante la tortura dijeron algunas cosas o
de los compañeros que pasaron a ser traidores, que
colaboraban directamente con ellos, que son… yo siempre insisto
en esto, en relación con la cantidad que caímos
fueron muy pocos. Yo no considero traición a gente que
durante las torturas dice algo, porque nadie sabe la resistencia que
puede tener a la hora de la tortura, esto es parte de la
condición humana; considero traición a los que
aún después de la tortura siguen contando cosas e
incluso salían a hacer operativos y colaboraban
directamente, participaban en las sesiones de torturas, pero esto
es una calificación propia, no significa que todos
acordemos con esta definición". (Hugo Papalardo y Ana
María Ferrari)
Desde el momento del secuestro, la
víctima perdía todos los derechos. Privada de toda
comunicación con el mundo exterior,
confinada en lugares desconocidos, sometida a suplicios
infernales, ignorante de su destino mediato o inmediato,
susceptible de ser arrojada al río o al mar, con bloques
de cementos en sus pies, o reducida a cenizas; seres que, sin
embargo, no eran cosas, sino que conservaban atributos de la
criatura humana: la sensibilidad para el tormento, la memoria de
su madre o de su hijo o de su mujer, la
infinita vergüenza por la violación en
público; seres no sólo poseídos por esa
infinita angustia y ese supremo pavor, sino, y quizás por
eso mismo, guardando en algún rincón de su alma
alguna descabellada esperanza.2
Con respecto a las torturas, lo dicho anteriormente
constituye lo único que vamos a mencionar al respecto,
porque si para los propios cuerpos que la sufrieron no es lo
más importante, es sólo un detalle de la
época, ¿Quiénes somos nosotras para decir lo
contrario?, También entendemos que es algo que sólo
alimenta el morbo, las atrocidades se conocen
públicamente, ¿Para qué ahondar en
detalles?.
Cuando le preguntamos a Hugo Papalardo sobre la lucha
armada él nos dijo: "Hay una equivocación en la
sociedad, porque justamente nos educan para una concepción
individual, que se cree que los proyectos se
asumen individualmente, o sea que el que estaba en la lucha
armada era el que estaba con la pistola en la mano y en esa
época la concepción nuestra no era esa, la
concepción era que existían los movimientos
políticos y movimientos sociales. Se apoyaba un movimiento
político y se formaba parte de él sin importar si
ibas con la pistola o repartías un volante. Esto lo
compartíamos todos. Ningún compañero que iba
con la pistola se vanagloriaba por esto, o creía que este
acto de ejercer una justicia a través de la lucha armada
era un acto individual donde él se estaba realizando, lo
hacía porque era lo que le había tocado en el
proceso histórico y en la división de tareas, y los
demás que íbamos por la calle en movilizaciones
multitudinarias gritando: F.A.R, F.A.P, Montoneros son nuestros
compañeros! o ¡Viva los Montoneros que mataron a
Aramburu!, los demás lo tomábamos que
habíamos estado en esto éramos participantes
políticos. Los movimientos de esta época no eran
movimientos guerrilleros, Montoneros en el 73 tiene siete
diputados nacionales, cinco gobernaciones, controla
prácticamente todas la Universidades del país,
moviliza a casi toda la juventud trabajadora, o sea que no eran
organizaciones como las han catalogado internacionalmente, era un
movimiento político".
Desde los primeros meses de la represión, los
partidos revolucionarios perdieron a algunos principales
ideólogos y líderes: Mario Roberto Santucho,
líder
del E.R.P. fue muerto el 19 de julio de 1976; el montonero Hugo
Vaca Narvaja, y Norma Arostito fueron detenidos
Cuando fuimos a entrevistar a Fander, él nos
aconseja entrevistar a Ma. de los Angeles "Chiqui"
Gónzalez, ex subsecretaria de cultura de la
ciudad y actual responsable de la isla de los inventos. Chiqui
fue militante de la Juventud Peronista, es abogada y con
sólo 20 años defendía a los presos
polítcos que tomaba la dictadura. Entre tantas cosas nos
expresó: "El peronismo de base
estaba mas cerca de la Fuerzas Armadas Revolucionarias (F.A.R),
en ese sentido este tenía una concepción más
marxista.
Conocí mucha gente que tomaba las armas, pero no
era tan público ni tan abierto entre nosotros,
había razones de seguridad
bastante fuertes por lo cual… En política era muy
fácil conocer a los líderes armados, fíjense
que yo conocí a Firmenich en una manifestación, al
único que no conocí es a Santucho.
(…)Éramos la agrupación de abogados, yo era muy
jovencita y lo conocí, tome un café
con él, era muy fácil para nosotros estar con ellos
en los actos públicos, en las movilizaciones tener acceso
a los más altos lideres. En la toma de las armas,
sí conocí, pero yo nunca estuve en la
organización armada, por lo tanto no conozco los
entrenamientos, conocí mucha gente que desapareció
e incluso que estaba en la organización armada, pero no
era una cosa, por lo menos a mi edad de confidencia directa sobre
los que estábamos y trabajábamos en los centros
populares, vecinales, barrios, villas. Tenían un entrenamiento
militar y un fuerte entrenamiento logístico. Había
ciertas operaciones que
tenían más que ver con el E.R.P como la toma de
cuarteles, que operaciones eran más propias de Montoneros
que tenían más que ver con los bancos, con los
secuestros.
Uno de los debates era la relación entre las
organizaciones armadas y las organizaciones políticas,
estaba el Partido Autentico dentro de una línea
política del Partido Justicialista pero que estaba
más cerca de la izquierda y después las
organizaciones armadas tenían relación inmediata
con las organizaciones de superficie J.U.P en todas las
universidades y todas las agrupaciones sindicales
antiburocráticas, le llamábamos burocracia
sindical a toda la gente que estaba y gestionaba con Perón
todo el tiempo, Lorenzo
Miguel hasta los Rucci y todos los demás. En todas la
fábricas y en todos los gremios había listas
antiburocráticas que eran listas de la izquierda.
Había partidos de izquierda que no tenían ninguna
relación con las organizaciones armadas, partido mahoista.
Había una conjunción muy grande de agrupaciones,
pero ahora indudablemente la relación entre la lógica
de las organizaciones armadas y las organizaciones de superficie,
cualquier operación por supuesto dejaba muy al descubierto
a toda la gente relacionada con la superficie porque estaba a la
vista y porque no había participado en la
operación, entonces el tema es el debate
democrático quien decide las operaciones armadas, quien
sostiene la relación con el pueblo, quien sostiene los
lugares de la superficie, esta es una de las cuestiones que yo
más interés le
encuentro como debate profundo, pero no es un debate que yo voy a
hacer con gente que no haya entendido el proceso, son esos
debates que yo llamaría hoy fraternales … Todo lo que te
digo es porque lo he leído de la prensa militante
o por lo que escuchaba en los bares, etc., si estoy viva debe ser
porque no tuve el grado de compromiso que tuvieron
otros."
En cuanto a la sociedad, iba arraigándose la idea
de la desprotección, apoderándose de unos el miedo
sobrecogedor y de otros una tendencia consciente o inconsciente a
justificar el horror: "por algo será", se murmuraba en voz
baja, como queriendo así propiciar a los terribles e
inescrutables dioses, mirando como apestados los hijos o padres
del desaparecido.2
"Nosotros de alguna manera centralizábamos toda
la información, pero la sociedad entera estaba
desinformada completamente (…) Lo que nosotros teníamos
antes y después de ser detenidos, era una ética que
la llamábamos "Revolucionaria", es lo que se llama
código,
lo que pasa que la palabra código se presta más a
las mafias, como si fueran pactos de conveniencia y lo nuestro no
era una conveniencia, era una forma de vida" dijo
Hugo.
En el delirio semántico, encabezado por
calificaciones como, "marxismo-lenilismo", "apátridas",
"materialistas y ateos", "enemigos de los valores
occidentales y cristianos", todo era posible: desde gente que
propiciaba una revolución
social, hasta adolescentes
sensibles que iban a villas miserias para ayudar a sus moradores.
Todos caían en la redada: dirigentes sindicales que
luchaban por una simple mejoras de salarios,
muchachos que habían sido miembros de un centro
estudiantil, periodistas que no eran adictos a la dictadura,
psicólogos y sociólogos por pertenecer a
profesiones sospechosas, jóvenes pacifistas, monjas y
sacerdotes que habían llevado las enseñanzas de
Cristo a barriadas miserables. Y amigos de cualquiera de ellos, y
amigos de esos amigos.
Gente que había sido denunciada por venganza
personal y por secuestrados bajo tortura. Todos, en su
mayoría inocente de terrorismo o
siquiera de pertenecer a los cuadros combatientes de la
guerrilla, porque éstos presentaban batalla y
morían en el enfrentamiento o se suicidaban antes de
entregarse, y pocos llegaban vivos a manos de los
represores.1
Entre algunos de los casos que Carlos Del Frade
investigó se encuentra el de la casa de los ciegos, el nos
señaló: "La casa de los ciegos estaba en Santiago
2815, es una casa que fue usurpada por el Comando del Segundo
Cuerpo del Ejercito en septiembre de 1977 cuando vivía una
parejita de ciegos constituida por Etelvino Vega de 33
años y la Cuqui Ravelo de 23, eran ciegos. Ese día
el 17 de septiembre del 77, cuarenta efectivos policiales y
parapoliciales le destruyeron la casa, tenían bombas de
fabricación casera tipo de Montoneros pero eso no
ameritaba hacer el procedimiento que
se hizo que fue salvaje porque robaron hasta el perro lazarillo y
el nenito de tres años "el piti" que después se lo
terminaron entregando a una vecina. Estuvieron hasta el
año 1994 usurpando la casa en nombre del Centro de
Suboficiales Retirados de Gendarmería, pero la propiedad
todavía estaba a cargo del matrimonio de los
ciegos y nosotros encontramos toda esa documentación, lo demostramos y eso
sirvió para la recuperación de la casa".
Hugo Papalardo, al contarnos su "experiencia"
expresó: "A mí me detuvieron en el año 77,
en ese momento era militante de la Juventud Peronista (J.U.P)
ligado al espacio político de Montoneros, nosotros
veníamos de varios años de persecución,
vivíamos dentro de una sociedad donde no se podía
hacer nada (…) fui detenido en la puerta del trabajo en calle
Maipú y San Luis, me vendaron los ojos, me tiraron al piso
de un auto esposado y me ingresaron al Servicio de Informaciones,
estuve cuatro días como detenido desaparecido, nosotros
consideramos que todas las personas que ingresaron al lugar
fueron potencialmente desaparecidos, a muchos desgraciadamente
confirmaron su situación de desaparecidos y a otros nos
blanqueaban y dejábamos de estar en esa situación.
Después de estos cuatro días me bajan al Pozo donde
permanecí seis meses más, es un lugar donde no hay
condiciones de vida, nada. Ahí me sacan las vendas y las
esposas. Nosotros no hacemos principal hincapié en los
relatos en la parte de las torturas, todas las personas que
ingresaron al lugar fueron torturadas por distintos métodos,
algunas un poco más, otras con cuestiones aberrantes. Del
Pozo me trasladan a Coronda, una año allá donde
eran otras las condiciones pero también infrahumanas y
también todo organizado para la destrucción
física y
moral del
detenido, después vuelvo seis meses más a la
alcaidía de Jefatura y después me liberaron. Estuve
detenido en total dos años. Vino mi viejo, mi vieja y me
entregaron ahí en la puerta, el que nos liberó fue
la policía común."
Entre los C.C.D que figuran en el "NUNCA MÁS" de
Sábato, se encuentra el de Ibarlucea, con el testimonio de
Carlos Pedro de Awydowyz, agente de la sección mantenimiento
de los vehículos empleados por el servicio de
informaciones desde 1976 a 1978, y dice lo siguiente:" … en el
año 1977, aproximadamente, fueron sacadas siete personas
del Servicio de Informaciones… y se los traslada hasta
Ibarlucea bajo el pretexto de que serian trasladados a Coronda.
Éstos individuos no eran legales, estaban por izquierda;
no estaban asentados en ningún Libro de
Entradas, ni nada por el estilo, habían sido detenidos dos
o tres días antes. Una vez en Ibarlucea se los hace
descender cerca de la comisaría, más o menos 150
metros antes y los acribillan a balazos. En esa oportunidad
estaba Feced, que comandaba todo y les gritaba a los empleados
que estaban dentro de la comisaría y el mismo balea todo
el frente del edificio con una ametralladora a los fines de hacer
creer que era un intento de copamiento de la seccional. Yo estaba
presente en esa oportunidad y pude ver todo lo que
pasó…"
En 1978, el presidente de facto el General Videla se
retiró del servicio activo del Ejército, pero
aún conservaba el cargo presidencial. En su reemplazo, se
ubicó al General Roberto Eduardo Viola a cargo de la
comandancia de la Armada. Fue difícil el tránsito
hacia la sucesión de Videla, que sólo
culminaría en marzo de 1981, tras pasar por muchos
obstáculos, algunos de ellos presentados por el almirante
Massera. El país presenciaba una pujante negociación de poder entre las tres
fuerzas, que concluyó con la designación de Viola
en la presidencia el 29 de marzo de 1981.
Viola asumiría el gobierno por poco tiempo ya que
fue imposible contener las apetencias políticas del
comandante en Jefe del Ejército, General Leopoldo
Galtieri. A los cuatro meses de su asunción las Fuerzas
Armadas desembarcaron en Las Malvinas.
Así fue como se inició una guerra que
precipitó la claudicación militar y del
gobierno.
Entre el 8 de febrero del ´79 y el 9 de diciembre
del ´80 Luciano Jáuregui sucede a Galtieri como
Comandante del II Cuerpo del Ejército, al cual se le
denunciarán más tarde 13 desapariciones.
Ana María quien por ese año aún
permanecía detenida nos señaló: "Yo
salí en el año 79 y cuando salgo en libertad mi
compañero sigue detenido, o sea iba a la cárcel a
visitarlo y estaba con libertad vigilada y eso significaba
venir…, implicaba seguir cerca de la represión, porque
vos tenés que venir tres veces por semana a la Jefatura.
Yo ya tenía un bebé cuando fui detenida.(…)
sentí mucho el aislamiento social cuando salí,
durante el primer año lo sentí muchísimo; yo
vivía en Alberdi con mis viejos, y algunos amigos hasta
nos cerraban la puerta en la cara, yo eso lo he sentido. Los
vecinos cerraban las ventanas cuando uno pasaba, pero esto me
pasó durante el primer año, cuando me mudo a Villa
Gobernador Gálvez todo cambia porque la situación
social cambia porque, socialmente no es lo mismo Alberdi que
Villa Gobernador Gálvez (…)"
Otro C.C.D fue La Calamita, quinta ubicada en Granadero
Baigorria y que hoy por hoy se encuentra en venta. "Se dice
que en La Calamita, la gente de allí aparentemente no
quedó con vida, porque cuando vino la comisión de
derechos humanos de la O.E.A allá por el 79, hubo una
orden de matanza, una orden de desembarazarse de los centros,
aparentemente sería uno de los motivos por los cuales hay
muy pocos datos de sobrevivientes. Se que formaba parte de toda
una estructura
donde tenían alguna relación, entre ellos Masera,
de tratar de seducir y lograr que gente que estaba en la toma de
las armas como forma de lucha contra los militares, fuera
acercándose a él y formando algún grupo o
proyecto, el
mismo que la Quinta de Funes, creemos que estaban todos ligados,
La Rivera o La intermedia son zonas que estaban todas bajo un
mismo control
operativo, esto no escapaba al ejercito, no escapaba a Feced",
nos decía Carlos De la Torre, presidente de la Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos y ex miembro de la
Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas
(CONADEP).
En el testimonio de Gustavo Bueno podemos ver las
siguientes declaraciones: "Guerrieri decía que iba a
comprometer a todos, que ninguno se iba a escapar, o sea que
estábamos todos en el mismo barco, sino este barco se
hundía (…) Empiezan realmente las operaciones
ahí, empiezan los quilombos internos, gente que no
quería saber nada, se hablaba de una quinta, todo el mundo
escuchaba hablar de una quinta, que esta noche a la quinta y que
hay que hacer guardia en la quinta. La quinta, una casa quinta en
las afueras de Rosario, hacia el lado de Granadero Baigorria,
cuidada por Gendarmería Nacional".
Asimismo, no podemos dejar de nombrar al Batallón
de Comunicaciones
Comando 121 ubicado en el barrio de Saladillo. En el informe de la
CONADEP encontramos la siguiente descripción: Se ingresa al Batallón
a través de una barrera, previa autorización de la
guardia. Después de un trecho, hay otra barrera
controlada. Al centro clandestino de detención propiamente
dicho se entra por una puerta que da a un recinto, dentro del
cual otra puerta de vidrio comunica a
un pasillo de unos 30 ó 40 pasos de longitud. Sobre cada
lado de este pasillo dan unas 14 ó 15 celdas. Al inicio
del mismo, un baño con una puerta cortada en la parte de
arriba y en la de abajo. Dentro del baño, un barrote
adosado a la pared, al cual se unía una de las anillas de
las esposas del detenido. Las celdas miden unos 5 pasos de ancho
por 10 de largo. El techo es muy alto. La separación entre
las celdas es de paredes de unos 2 m de altura. La puerta de cada
una de ellas, de madera maciza,
con cerradura. A la derecha de ésta, un ventanal con
postigos antiguos, atados desde el exterior con alambres. Estas
aberturas daban a un patio interior que tenía el mismo
largo del pasillo.
Los datos marcan la profunda irracionalidad que
tenían los actos represivos, la planificación sistemática
tenía una lógica particular. Carlos Del Frade
afirmó: "La lógica de la represión en
Rosario tenía que ver con las bandas, había muchas
bandas que trabajaban, en le servicio de información de la
policía se trabajó de una manera, en La Calamita de
otra, eso tenía que ver con la estructura interna de cada
patota que secuestraba e interrogaba a la gente. Había
3000 personas, decía Feced, en Rosario, así que
imagínate que eran grupos de cuarenta, por lo tanto
estamos hablando de unas 20 o 30 de esas patotas; todos ellos
militares, policías y civiles".
La entrevista con
Hugo Papalardo y Ana María Ferrari la realizamos en
cercanías al Centro Popular de la Memoria "EL POZO", que
se encuentra en una de las alas de la Jefatura de Policía,
lugar donde estuvieron detenidos. "Ellos tenían lugares
donde estaba la gente detenida y todavía no legalizada,
donde todos estaban vendados y no podían hablar entre
sí, por lo tanto ninguno sabía que iban a salir de
ahí, y los que ya íbamos abajo ya no
podíamos ver a los de arriba, o sea que no había
forma de aviso, después los traslados, eran las
épocas más embromadas, por ahí demoraba 30
días y después te metían en Coronda donde
estabas otras dos o tres semanas en una situación de
aislamiento, por lo tanto lo que vos podías decir
después no les afectaba. Tampoco había un lugar
donde ir a denunciar esto, lo único era avisar a la familia
pero después no había como denunciar porque los
jueces donde ibas después avisaban a la policía.
Mira, el poder judicial
por un lado, podemos decir que es cómplice pero por otro
lado directamente ni existía, todas las detenciones eran
sin órdenes de detención por supuesto, sin fallo
judicial, te podían tener tres meses, cuatro acá y,
si algún día se dignaban te iniciaban una causa.
Existían los juicios militares que el juez era militar, el
fiscal era
militar y el defensor también era militar y cuando te
defendía te embarraba más que el fiscal. Se
llamaban "Consejos de Guerra", te lo hacían acá
mismo o te llevaban al Comando, esposado y con los ojos vendados.
Terminaban dándote fallos irrisorios como 100 años
de condena, 98 años de condena, y vos firmabas cualquier
cosa. Ellos decidían quienes tenían el juicio, como
para darle formalidad a una detención pero eso
sucedía después de todas las torturas (…)" nos
dijo Hugo, y luego agregó: "yo salí en el
año 80, en plena dictadura, o sea que actividad
política en ese momento no tuve, conseguí trabajo
pero había un fuerte aislamiento en la sociedad,
había mucha influencia del terrorismo de Estado,
así que me reintegre a mi vida familiar y estuve como una
año haciendo una vida casi exclusivamente familiar y
después fui elegido delegado en la empresa donde
trabajaba y empecé con todo el trabajo
sindical y en lo político seguí trabajando que
gente que fue saliendo de las cárceles y que eran de la
Juventud Peronista (J.U.P)"
La Fábrica de Armas "Domingo Mathéu"
ubicada en calle Ovidio Lagos al 4800 (actualmente sería
5220), también funcionó como Centro Clandestino de
Detención y en Nunca Más se describe el lugar de la
siguiente forma: se ingresa por un portón que se abre
desde adentro. Por un escalón se llega a una puerta;
algunos pasos al frente de ésta, otros tres
peldaños llevan a una superficie plana (posiblemente un
descanso) y luego 5 ó 6 escalones conducen a una
habitación grande, la que por una puerta se comunica con
la sala de torturas. La sala de torturas tenía piso de
cemento,
paredes color amarillo
sucio, techo blanco y una ventana que daba al patio, que
tenía persianas americanas de plástico.
En esta habitación había cuatro elásticos o
"parrillas". Una mesa con comandos eléctricos
emitía música; sobre ella
había un reflector. Otra puerta comunicaba con una pileta
de cemento con canillas y ganchos para colgar a los detenidos.
Una puerta metálica daba a un patio interno. Tres de las
paredes de este patio estaban formadas por rejas de unos 5
ó 6 metros de largo donde daban las celdas, que eran entre
20 y 30, cada una de las cuales tenía una puerta
practicada en esa reja, la que llevaba un candado. Las celdas
tenían aproximadamente 1,50 m de largo 0,80 m de ancho -y
1,80 m de alto. El piso era de cemento y las paredes eran de
ladrillo encalado. El piso del patio central era de lajas sucias
y desparejas, y tenía en el centro cuatro postes clavados
en el suelo, cada uno
de ellos con una argolla a un metro de altura. El edificio donde
se encontraba la sala de torturas tenía forma de torre.
1
"Adriana Arce y Juan Rivero estuvieron detenidos en la
Fábrica de Armas. El caso de Adriana Arce esta en el Nunca
Más, donde cuenta que el General Galtieri hablaba con ella
y le dice que le va a perdonar la vida porque se llamaba Adriana
igual que su hija, era el hombre que
manejaba la vida y la muerte, se
sentía dios." apuntó De la Torre
"Hacia fines de junio viene al lugar Galtieri, ese
día nos dieron mate cocido con azúcar
y nos hicieron bañar. El comandante entrevistó a
cada uno personalmente. A mí me preguntó si
sabía quién era él; me dijo que era la
única persona que podía decidir sobre mi vida (…)
nos dijeron que teníamos un número y que cuando
llegara la persona que venía a vernos y nos llamasen por
ese número, teníamos que responder. Esa noche vino
el Segundo Comandante Jáuregui" (Adriana Arce)
1
Todo el sistema, toda la
metodología, desde su ideación,
constituyó el gran exceso; lo aberrante fue
práctica común y extendida. Los actos
"especialmente" atroces se cuentan por millares, son los
"normales". Las autoridades militares del proceso de
reorganización nacional denominaron "excesos" a los
delitos
perpetrados por efectivos militares o policiales con fines
particulares, sin autorización de sus superiores, al
margen del accionar represivo. 1
Ana María recuerda: "Yo salí en el
año 79 y cuando salgo en libertad mi compañero
sigue detenido, o sea iba a la cárcel a visitarlo y estaba
con libertad vigilada y eso significaba venir…, implicaba
seguir cerca de la represión, porque vos tenés que
venir tres veces por semana a la Jefatura. Yo ya tenía un
bebé cuando fui detenida. (…).
(…) sentí mucho el aislamiento social cuando
salí, durante el primer año lo sentí
muchísimo; yo vivía en Alberdi con mis viejos, y
algunos amigos hasta nos cerraban la puerta en la cara, yo eso lo
he sentido. Los vecinos cerraban las ventanas cuando uno pasaba,
pero esto me pasó durante el primer año, cuando me
mudo a Villa Gobernador Gálvez todo cambia porque la
situación social cambia porque, socialmente no es lo mismo
Alberdi que Villa Gobernador Gálvez (…)"
"En el año 1979 hubo cosas, claro que hubo,
agarraron gente, pero había mucha pifiadas porque
agarraban y soltaban, agarraban y soltaban y los llevaban a la
quinta de Baigorria" dijo Bueno en sus declaraciones expresando
lo que varios años más tarde sería el
comienzo de la declinación del poder militar.
En los ochenta Juan Carlos Trimarco estuvo a cargo del
Segundo Cuerpo del Ejercito, siendo el responsable de las 7
desapariciones sucedidas entre el 9 de diciembre del ´80 y
el 2 de julio del ´82. Con este cargo también fue el
titular del Comando con jurisdicción sobre las 6
provincias del litoral: Misiones, Corrientes, Entre Ríos,
Formosa, Chaco y Santa Fé.
Carlos de La Torre nos relató: "En Moreno y
Córdoba funcionaba el centro de operaciones militares, la
inteligencia
militar funcionó ahí; cuando allanamos vimos que
había dos caras una el piso que está sobre
superficie o sea la planta baja…, y cuando allanamos vimos todo
el sótano porque toda esa esquina que es un sótano
inmenso estaba organizada en función de
la inteligencia militar; porque estaban todavía (tiempo
después cuando esto ya demuestra que tenían una
terrible impunidad y pensaron que nunca nadie les iba a pedir
cuentas), estaban
los pizarrones con los nombres de las agrupaciones por ejemplo de
los Montoneros, del E.R.P y de otras organizaciones y
tenían el esquema de lo que ellos consideraban que eran
las formas orgánicas de funcionamiento, algunos con cruces
y fechas de asesinatos."
Sumado a lo anterior De la Torre remarcó:
"Nosotros todos los allanamientos que hicimos acá y en
otros lugares del país los hicimos acompañados no
sólo por cuerpos jurídicos y jueces sino
también por arquitectos y diputados y también se
pedía a cualquier especialista que se necesitara si
había que hacer alguna información, por ejemplo de
las líneas telefónicas. Y los arquitectos
detectaban rápidamente donde había habido un
movimiento de pared, donde se había tapado algo, o donde
estaba el piso alterado."
Las declaraciones brindan un amplio panorama de lo
vivido por aquellos años, y no dejan de sorprender los
diferentes datos que van emergiendo a medida que avanzan nuestras
charlas. "Uno que casi nunca se menciona y fue un centro
clandestino es el que está a la entrada de Villa
Gobernador Gálvez, entrando a la izquierda hay un campo
del ejercito pegado al arroyo, donde esta la vieja antena de
Radio
Nacional, ahí nunca entro nadie, hemos hecho denuncias y
pedidos históricos para entrar y revisar esos campos,
ahí se plantea que puede haber cadáveres o cuerpos
de compañeros enterrados ahí", señaló
De la Torre.
Entre los recuerdos de Chiqui apareció el
siguiente relato: "Una vez estando de gira con "nosotros los de
entonces" en la ciudad de Santa Fe fuimos a comer a un
bodegón y un mozo, todo traspirado y gordo se paró
al lado mío cuando hizo el pedido, estábamos toda
la compañía y dijo: hola chiquitina, a mi me
decían chiquitina mi padre y un novio mío que era
obrero con el que yo me estuve por casar, yo le dije:
¿cómo sabe usted mi nombre?, yo se muchas cosas, se
rió, que se yo; y cuando nos trajo la comida se me paro al
lado, todo transpirado, secándose así me dijo: a mi
me jodieron, y te quiero decir una cosa vos eras una de mis
preferidas, yo te espíe durante cinco años y
empezó a decirme a que casa iba, que noche salía,
que novio tenía, en que bar estudiaba, todo absolutamente
todo. Yo empecé a sentirme mal, y siguió
diciéndome: y vi también que un amigo tuyo que
sacaron del bar Blanco y que lo mataron, también a Alberto
lo seguí y el chico ese no se merecía que lo
fusilaran". Chiqui terminó diciéndonos: " y
fíjate que yo no tenía gran participación de
nada, imagínate los que estaban más
comprometidos".
Con el retorno de la democracia y
la lucha por la justicia hubo uniones y fragmentaciones entre las
distintas personas que en su diferencia (valga la redundancia)
reclamaba, clamaba y exigía lo mismo: Justicia. Pero las
contradicciones hacen también a la naturaleza humana
y Ana María y Hugo nos dijeron: "Creo que las
organizaciones de derechos humanos se manejaron con intereses
muy…, creo que cada organización pasó a ser
propietaria de un espacio de la memoria… La lucha de Madres yo
la separo, porque merecen un respeto distinto,
porque en general son mujeres que no estaban cerca de
ningún tipo de militancia política, en su gran
mayoría; son mujeres que desde la cocina o de sus vidas
pequeño burguesa salen a pelear por sus hijos, que es
absolutamente legitimo, valiente, creo que fueron las primeras
que impulsaron la pelea y entonces esto tiene un respeto que
supera las diferencias que yo pueda tener. En el caso de otros
organismos de DDHH en los que los intereses políticos…
ellos terminan fragmentando la lucha, porque es cierto, se lucha
muchas veces por un interés determinado y es
lógico: busco a mi hijo, busco a mi padre, busco a mi
hermano… Nosotros a la lucha la veíamos desde una cosa
mucho más amplia que tiene que ver con el cambio de la
sociedad… Todo esto no implica que no pueda criticar desde mi
posición como se manejo la cuestión de los derechos
humanos y de los juicios, porque se transformó en el
requerimiento de un sector de la sociedad cuando los derechos
humanos son una cuestión muchísimo más
amplia que nos abarca a todos socialmente, no a un sector que fue
el destinatario principal de la represión, la
represión nos incluyó a todos a los que estuvimos
detenidos y a los que quedaron afuera, por algo todavía
seguimos sintiendo las consecuencias… hay cosas que dan miedo
porque todavía sigue instalado el miedo".
Tenemos el deber de mencionar que cada uno de nuestros
entrevistados se brindó plenamente sin resquemores y ni
siquiera pudores que pudieran interferir en el relato, ya que,
por decirlo de alguna manera el múltiple común de
ellos, es creer que tienen la obligación moral de difundir
y nunca callar lo sucedido.
"(…) cuando me mudo a Buenos Aires me busca un chico
que sentía que el hermano había estado detenido con
migo en la Jefatura, le habían llegado comentarios y el
sentía que yo algo sabía. Él hizo todo el
recorrido que había hecho el hermano, desde el primer
lugar al que había sido llevado…, cuando me
encontró le conté que estábamos juntos abajo
en el pozo, vendados y en el momento que se lo llevan el se
tropieza conmigo y se cae…, sabíamos que no nos
íbamos a volver a ver, y nos despedimos agarrados de la
mano y diciendo: hasta la victoria siempre" es un relato siempre
presente en la memoria de Ana María. "En 1984/ 85, la
época de la CONADEP, vuelvo a vivir a Rosario porque
había que armar todo el tema de los juicios,
trabajé con la gente de la Asamblea Permanente de los
Derechos Humanos (APDH), y trabajaba en el armado de las causas
sobre todo, tomando testimonios e ir haciendo lo que nosotros
decíamos era el trabajo del armado de la memoria y que
requiere de muchísima reflexión porque a veces una
pavada, una cosa que uno considera una pavada como el color de
unos zapatos si ese color de los zapatos lo había visto
alguien y si otro había visto el color de los zapatos
más la persona que los llevaba significaba armar un
compañero desaparecido o un torturador" expresaba.
Corresponde mencionar que Ana María Ferrari fue una de las
testigos del Juicio de la Junta Militar.
"A lo largo del tiempo, se han conjugado y concatenado
una serie de resoluciones legislativas, administrativas
judiciales y políticas, tendientes a cerrar toda
alternativa de investigación para conocer la verdad de los
detenidos desaparecidos tanto durante el proceso como con los
gobiernos elegidos por el pueblo. Es decir, se ha intentado
impedir y –en cierto modo se ha logrado hasta ahora- que
éstos crímenes a los cuáles podemos
definirlos como de lesa humanidad queden impunes. Los
crímenes de lesa humanidad no sólo aquellos que
atentan contra una o varias personas, sino contra la conciencia
general de la humanidad" manifestó el Juez Federal
Digerónimo en una entrevista a Carlos Del
Frade.
Dentro del marco de institucionalidad de las leyes de
impunidad, y a 19 años del robo de los Tribunales
Provinciales de Rosario, Digerónimo resolvió la
inconstitucionalidad de las leyes 23.492, de punto final, y
23.521, de Obediencia Debida. Lo hizo a partir de las demandas de
Alicia Gutiérrez, Eduardo Toniolli y Cecilia
Nazábal de Dussex que querellaron a los responsables del
Centro Clandestino de Detención de la Quinta de Funes, que
estaba bajo la supervisión del Comando del II Cuerpo del
Ejército.
La denuncia de los familiares de Toniolli y Dussex se
encuentra en la denominada causa Feced la 47.913 iniciada en
abril de 1983 por el Concejo Supremo e las Fuerzas Armadas y
recién tomada por Cámara Federa de Apelaciones de
Rosario en 1986.
"Las leyes de Punto Final y Obediencia Debida dejan sin
castigo alguno la muerte de miles de ciudadanos argentinos y
extranjeros en un período de tiempo cierto –desde
1976 a 1983- y sólo por éste, y establece, en sus
consecuencias, una especial categoría de personas que no
tienen el derecho a la protección del más sagrado
de los bienes, la
vida humana" expresaba el juez Digerónimo.
"Ningún país de Latinoamérica juzgó a nadie, creo
que el juicio a la junta fue ejemplar, creo que fue
extraordinario el NUNCA MÁS de Sábato y toda su
gente. La obediencia de vida y el punto final fueron terrible,
era como terminar con la historia, en ese momento también
se vivía el debate de hasta que punto aquel hombre
(Alfonsín) podía llevar adelante una democracia
insipiente con los golpes de semana santa, con los Seineldin, de
todas maneras es Ménem el que da el golpe final del
indulto, pero también debo destacar como abogada, como
militante, como artista, que la historia siempre, siempre,
encuentra un resquicio. Si fueron juzgados, por supuesto los
crímenes de lesa humanidad no tienen prescripción,
pero (…) la historia encontró la forma de volverlos a
juzgar con la desaparición de bebés, ellos no
pensaron que iba a haber 20 años después, que iba a
haber 5 años después una organización como
Abuelas de Plaza de Mayo, como la fuerza también de Madres
de Plaza de Mayo, nunca pensaron. Ni nosotros inmersos en la
defensa de presos pensamos, que cuando todo estuviera juzgado si
no hubiera un parlamento verdaderamente progresista que anulara y
proscribiera todas esas leyes, que aún con la cosa
juzgada, íbamos a encontrar un delito que nunca
fue juzgado, que era el robo de bebés y todos estos
hombres iban a volver a ser juzgados por ese resquicio. La
historia nunca olvida y siempre hay un resquicio legal para
volver a abrir una herida que no esta cerrada, una herida abierta
en la memoria y en la conciencia de los argentinos." Termina
diciéndonos Chiqui González.
Los medios de expresión en la
Dictadura
La censura a los medios de
comunicación y expresión se desarrolló
desde el primer día en que la Juta Militar tomó por
la fuerza el poder. El mismo 24 de marzo de 1976 se
difundió el comunicado Nº 19 de la Junta Militar que
establecía penas de diez años de reclusión
"al que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare,
noticias, comunicados o imágenes
con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar
a actividad de las Fuerzas Armadas, de seguridad o policiales".
Algunos medios y particulares aceptaron este régimen,
otros (como por ejemplo Rodolfo Walsh) mantenían
publicaciones clandestinas corriendo el riesgo de que en
cualquier momento alguien golpeara su puerta
violentamente.
En la entrevista
realizada a Jorge Fandermole, pudimos acercarnos un poco a lo que
fue esa sensación de no poder decir y tener que callar por
temor a lo que fuera a suceder:
"En esa época la actividad real que había
era muy escasa. Los que se quedaron, los que no tuvieron que irse
y pudieron seguir llevando adelante su actividad, hicieron lo que
podían en el lenguaje
que cada uno estaba llevando adelante".
"Mucho fue silenciado, incluso lo que a nosotros nos
llegaba de la trova cubana por ejemplo, nos llegaba
clandestinamente, porque obviamente todo eso no se vendía
era imposible, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés,
eran cassettes que venían gravados por ahí, y que a
nosotros nos gustaba mucho pero al mismo tiempo nos daba mucho
miedo".
"Todo lo que se venía generando hasta ese momento
en lo que se llamó inicios del rock nacional, en
lo que algunos llamaron música acústica argentina,
desde el folklore lo
que se llamó el nuevo cancionero los diferentes intentos
de canto popular Córdoba, canto popular Rosario, toda esa
actividad, comenzó a ocultarse, o sea, y el gran
movimiento creativo que de los diferentes estratos de la
música o de la poesía
que se habían venido generando en los sesenta y la primera
mitad de los 70´ , desapareció; eso es lo
importante, que cuando uno dice que pasó y todos sabemos
quienes se murieron, que algunos se saben donde están y
que otros no se supieron nunca, quienes sobrevivieron y que hizo
cada uno (…) yo en aquella época no era un artista
profesional que se dedicara sólo a eso, yo era un
estudiante de una carrera biológica que nada que ver, pero
sí era músico y te puedo decir cuanto se
silenció en esa época, porque del 70 al 74/75 a los
que nos gustaba el folklore y cierta parte de la música
urbana, sabemos que se generó un repertorio
riquísimo dentro de la música argentina y
después del 76 en adelante no hubo más nada, eso es
lo importante, el silencio creativo que se produjo. Hay un
agujero creativo del 75 al 83 en que lo que se hizo, fue muy
poco".
"En los lugares que no eran públicos, uno
inclusive debía comportarse como si fueran
públicos, …se trataba de hacer lo que se podía en
los lugares en que se podía, pero siempre con mucho temor
…
"Si hubo 30.000 muertos o desaparecidos todos los que
vivimos aquella época somos sobrevivientes".
A Partir del Testimonio del represor Gustavo Francisco
Bueno alias "Germán Venegas", pudimos confeccionar un
listado de nombres, y en algunos casos conocer los cargos que
ocupaban, las funciones y
apodos que tenían muchas de las personas que participaron
en la época del Proceso.
Comandantes del II Cuerpo del Ejército
(Todos Generales)
- Díaz Bessone, Ramón Genaro
- Galtieri, Leopoldo Fortunato
- Jáuregui, Luciano Adolfo
- Trimarco, Juan Carlos Ricardo
- Espósito, Eduardo
- Ferrero, Andrés Aníbal
- Sexton, José Luis
- Guerrieri, Pascual Oscar
- Mazzeo
- Lucena
Órganos de Inteligencia
Destacamento de Inteligencia 121
- Noviembre 1975 Coronel Sotera, Alfredo
- Noviembre 1976 Coronel Pozzi, Edgardo Aquiles
Juvenal - Octubre 1979 Coronel Roig, Jorge
Aníbal - Septiembre 1981 Coronel Guerrieri, Pascual
Oscar
1976
- Feced, Agustín (Jefe de la Policía
Rosarina – Ex – comandante de
Gendarmería) - Fariña, Rubén alias "Sebastián"(
SIDE – Teniente Coronel – Torturó Gente en "La
Calamita", "Quinta de Funes" y "Fábrica
Militar") - Amelong, Daniel alias "Halcón",
"Águila" o "Cóndor" (Responsable de la Quinta de
Funes y de La Ribera: "La Intermedia") - Álvarez, Enrique (SIDE)
- Constanzo, Eduardo alias "Tucu", "Tucumano"
(Torturador) - Pagano, Walter alias "Sergio Paz"
(Torturador) - Rebecci, Eduardo alias "Rébora"
(Torturador) - Roscoe Walter alias "Ricardo Ríos"
(Torturador) - González Roulet, Hernán Enrique
(Encargado del Departamento de Enlace y Registro del
Comando de Cuerpo Ejército II – Estaba encargado
de lños interrogatorios y del Consejo de
Guerra) - Sfulcini, Carlos alias "Carlos Bianchi" o "Carlitos"
(Abogado, Operaba en La Quinta de Funes y en La
Calamita) - Guerrieri, Oscar Pascual alias "Roca", "Pascualito" o
"Guerrucho" (Teniente Coronel que comandaba "La
Calamita") - Bueno, Gustavo Francisco alias "Germán
Venegas" (Represor que se quebró y
declaró) - Orefice, "Tito" (Trabajó en
Informaciones) - Arévalo (Sargento Jefe de Gustavo Francisco
Bueno) - Escuño ( Mayor – Trabajó en
Informaciones, establecía contactos o enlaces de
informaciones con áreas de comunidad
informativa, también la SIDE, Gendarmería
Nacional, Policía Federal, Delegación Local,
Unidad Regional II, Policía de Rosario y Prefectura de
Rosario) - Paladino, Otto Carlos (Oficial Superior de
Inteligencia del Cuadro "A") - "El Coronel" (Operaba en Urquiza y
Santiago) - Fantini (Oficial de uno de los grupos operativos de
la Policía de Rosario ) - Nasa, César alias "El Ronco"
- Guzmán alias "El mudo Guzmán" (Jefe del
Servicio de Informaciones) - Mur alias "Dipi"
- Wais alias "La Bruja" (Oficial de la Policía
Federal) - Brandazza alias "Pajarito"
- Silabra, Francisco alias "Silver" (Oficial del
Servicio de Inteligencia) - Perez Blanco, Walter alias "Doble V", "Walter", "Wes"
(Oficial del Servicio de Inteligencia – Fue echado del
Colegio Militar de la Nación) - Arrue, Roberto (Teniente Primero)
- Arce (Estaba bajo las órdenes de
Arévalo) - González, Héctor Marino alias "Pepe"
(Encargado de la Primera Sección del A.E.I.
–Actividades Especiales de Inteligencia) - Romel (Mayor de la Policía Militar,
Batallón 121) - Marcote, alias "Caramelo"
- Verdaguer (Teniente Coronel)
- Caracoche, Hugo (Teniente Primero retitado por
invalidéz del Ejército y con puesto de trabajo en
el personal Administrativo de Inteligencia de
Rosario)
1977
- Guerrieri, Oscar Pascual alias "Roca", "Pascualito" o
"Guerrucho" (Teniente Coronel que comandaba "La Calamita",
segundo Puesto en la 2º Jefatura del Destacamento de
Inteligencia 121) - Pozzi, Edgardo Aquiles Juvenal (Coronel, Primer Jefe
en la 2º Jefatura del Destacamento de Inteligencia
121) - Lucero ( Coronel del Comando II del Cuerpo del
Ejército) - Cristeler, Ana Rosa alias "Anita" (Ex –
integrante de la SIDE, forma el grupo femenino AS –
Fuerte contacto con Guerrieri) - Marengo, Cacho (Represor – Vigilancia y
Guardia) - Formación de la O.E.I (Operaciones Especiales
de Inteligencia) con Fariña a la Cabeza y supervisado
por Guerrieri
-"Sebastián" (Organiza las
operaciones)
-Isach, Carlos alias "Carlitos"
-Isach, Hermano (Policía de San
Lorenzo)
-Letto
-Armando (Conductor de Camiones en operativos Especiales
– Le realizaron una Lobotomía para que
olvidara)
-Vega (Sargento Ayudante)
-Constanzo, Eduardo alias "Tucu", "Tucumano"
(Torturador)
-Roscoe Walter alias "Ricardo Ríos"
(Torturador)
-Pagano, Walter alias "Sergio Paz"
(Torturador)
-Amelong, Daniel alias "Halcón",
"Águila" o "Cóndor"(Responsable de la Quinta de
Funes y de La Ribera: "La Intermedia", digitaba todo junto con
Guerrieri y "Sebastián")
- Barba (Realizaba los interrogatorios, trabajaba en la
compilación de datos, manejaba la base de
información) - Retamar, alias "El Tío"
- María (Había sido Oficial de
Montoneros, cocinaba en "La Calamita" junto con "El
Puma") - Cardozo, Hugo alias "Hugo"
- Nieto, Salvador "Nilsen" (Compañero de Gustavo
Francisco Bueno) - Bonfip (Jefe de Radio operadores del Departamento de
Comunicaciones del Destacamento de Inteligencia) - Fulgueiras (Jefe Segundo)
- "Coco" (Jefe de Servicio de Inteligencia)
- "El Tordo" (Médico con grado de Capitán
de la Quinta de Funes) - Juan ( Teniente Jefe de Guardia de la Quinta de
Funes)
El Proceso de Reorganización Nacional tuvo una
gran infraestructura para llevar a adelante las técnicas
de represión, la misma estuvo constituida por los Centros
Clandestinos de Detención, que en la Ciudad de Rosario son
los siguientes:
Centros Clandestinos de Detención
- II cuerpo del Ejército (Moreno y
Córdoba) - Jefatura de Policía de Rosario (San Lorenzo y
Dorrego) – Dependencia del Servicio de
Informaciones - Fábrica Militar de Armas "Domingo
Mathéu" (Avenida Ovidio Lagos al 5000) - Fábrica Militar de Armas Portátiles
(Avenida Ovidio Lagos 5.220- antes 4.800) - Batallón de Comunicaciones 121 (Barrio
Saladillo, Zona Sur) - Quinta de Funes "La Poderosa" (Intersección de
calle San José y Ruta 9) – Dueño:
Flía Fedele) - Quinta "La Calamita" (Zona Oeste de Granadero
Baigorria, a 300 metros de la autopista a Santa Fe y en
Cercanías de las viejas vías del Ferrocarril
Belgrano) - La Intermedia (La Ribera)
- "Casa de los Ciegos" (Santiago 2815)
- Chalet de Granadero Baigorria
- Escuela Magnasco (Avenida Ovidio Lagos y
Cevallos) - Quinta de San Lorenzo
- Quinta de Fisherton
Otros Domicilios
- Perez Blanco (Santiago y San Lorenzo)
- Urquiza, entre Sarmiento y San Martín (Se
encontró material, documentos sobre el
proceso) - Familia Melero (Urquiza y Santiago – Lugar de
la SIDE)
Bibliografía
- Entrevista a Norma Ríos ( Prensa y Relaciones
Políticas de la Asamblea Permanente por los Derechos
Humanos, miembro de la Comisión Directa del Museo de La
Memoria, Vocero de la Comisión de Escrache de
Rosario) - Entrevista a Carlos del Frade
(Periodista) - Entrevista a Carlos de la Torre (Presidente de la
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos) - Entrevista a Ana María Ferrari (Sobreviviente
de la época del Proceso) - Entrevista a Hugo Papalardo (Sobreviviente de la
época del Proceso) - Entrevista a Jorge Fandermole
(Músico) - Entrevista a Chiqui González (Directora de la
Isla de los Inventos) - Testimonio de Gustavo Francisco Bueno (Represor en la
época del Proceso) - www.Postalesdelsur.com
- www.nuncamas.org
- www.lacapital.com.ar
- Archivo de diarios "La Capital"y
"Rosario 12" - Revista Gallo Rojo
- Comunicados de Prensa de la Asamblea Permanente por
los Derechos Humanos - Documentos de escraches de la Asamblea Permanente por
los Derechos Humanos - "Memoria y Dictadura" un espacio para la
reflexión desde los Derechos Humanos – APDH y
Dirección General de DDHH del Gobierno de
Buenos Aires- - Informe oficial sobre la justicia negada en Argentina
"La impunidad condenada" –Informe 28/92, Comisión
Interamericana de DDHH, Organización de Estados
Americanos, 2 de Octubre de 1992 - La Historia Visual de la Argentina
Contemporánea – CLARÍN, Tomos 42, 43, 45,
56 y 48 - La Argentina en el Siglo XX – LA
NACIÓN - Historia Constitucional Argentina –
Petrochelli
Trabajo Realizado por :
Claudia Martínez
Adriana Molina Collado
Estudiantes de la carrera de Comunicación social
(4º año) de la Facultad de Ciencias
Políticas y RR. II
de la Ciudad de Rosario.
Categoría Sugerida: Historia