A través del presente artículo pretendemos
expresar nuestra opinión acerca de una posible nueva
distribución de poder, ya que consideramos que si bien es
cierto que Estados Unidos ha
sido por mucho tiempo la mayor
potencia mundial,
resulta por diversas causas viable el que su hegemonía
actual se vea amenazada por un sin número de factores y de
posibles contrincantes dignos de destituirlo del puesto que por
mucho tiempo ha ocupado.
Antes de empezar nuestro análisis, podemos preguntarnos
¿qué es la hegemonía?, desde nuestro punto
de vista, es la capacidad de transformar la concepción
propia en verdad universal, a través de condiciones
materiales y
la acción para construir amplios consensos, es decir, en
este caso, cuando Estados Unidos logra hacer de si mismo una
nación
con decisión universal, donde sus disposiciones se deben
hacer valer a nivel mundial, pues de su cumplimiento
dependerá la paz y orden global.
Por otra parte, podemos darnos cuenta que a lo largo de
todos estos años, para Estados Unidos no ha sido
fácil su establecimiento como superpotencia, pues se
requirió de la presencia de éste en varios
acontecimientos mundiales, ya que antes de llegar a su
posición actual era un país que no se consideraba
para ninguna decisión relevante.
Históricamente podemos destacar algunos imperios,
cuyos intentos para establecerse como hegemonía realmente
global fueron vanos. Recordando al Imperio Romano,
éste se destaca por una política centralizada
y una economía autosuficiente, su poder imperial
procedía de un férvido estatus de sus ciudadanos,
lo cual implicaba una expresión de superioridad cultural.
Pero este llegó a su fin, gracias a que creció
demasiado y fue difícil gobernarlo desde un único
centro, así también el prolongado orgullo imperial
generó un gusto excesivo que terminó con la
grandeza política, y la inflación sostenida incapaz
al imperio para sostenerse a sí mismo.
Otro destacado imperio es el Chino, el cual
también tenía un centro, rodeado de vasallos y
tributarios; además de ser una compleja organización económica, financiera,
educativa y de seguridad,
también es resaltado como en Roma, un
sentimiento de superioridad cultural. Su declive se debió
a factores internos. De forma parecida al Imperio Romano, se
considera una potencia regional.
Respecto a Gran Bretaña, esta potencia no fue
capaz de dominar a Europa por
sí sola, llevando a cabo una alianza anglo-francesa para
evitar que Rusia o Alemania
dominaran al continente. Así como en otros imperios, su
permanencia se derivó a la percepción
de superioridad cultural.
Robert Nye, un destacado crítico estadounidense,
en una entrevista
comentó que desde el imperio romano no ha habido otro
país que haya dominado tanto a los demás como
EE.UU.; además de que hace 12 años el
advirtió que EE.UU. no estaba en declive, sino que iba a
convertirse en el país dominante.
Pero, ¿qué características identifican a los
aspirantes a una hegemonía mundial? Por lo que pudimos
analizar, estos imperios mencionados anteriormente, se basaban en
políticas centralizadas, así como
por economías fuertes y bien organizadas, siendo un
principal factor la superioridad cultural que sentían de
sí mismos. Consideramos que este último aspecto
hacía que los países tuvieran una gran seguridad
para lograr establecer su poder frente a las demás
naciones.
La existente supremacía global de Estados Unidos
está enfatizada por la rapidez con la que ha surgido, por
su alcance a nivel mundial y por la manera en que se ejerce. En
el transcurso de un solo siglo, los estadounidenses han
evolucionado, de tal manera que un país que estaba
relativamente aislado en América
se ha convertido en una potencia con una ilimitada capacidad de
acceso y control
mundial.
La guerra
hispano-estadounidense de 1898 fue la primera conquista de los
Estados Unidos fuera de su territorio. A principios de ese
siglo, los estrategas estadounidenses ya habían estado
desarrollando doctrinas sobre la supremacía naval en los
dos océanos. Las pretensiones estadounidenses de un
estatus especial como único guardián de la
seguridad del continente americano se hicieron más firmes
a partir de la construcción del canal de Panamá.
El sustento de las ambiciones geopolíticas
estadounidenses en expansión, la proporcionó la
rápida industrialización de la economía del
país, pues al estallar la Primera Guerra
Mundial, el poder económico estadounidense
constituía alrededor del 33% del PNB mundial, lo que
desfalcó a Inglaterra como
primera potencia industrial del mundo.
La Primera Guerra Mundial
facilitó las condiciones para que la milicia
estadounidense se proyectara por primera vez en el continente
Europeo de manera masiva. En esta guerra, la presencia de Estados
Unidos, dio a conocer el gran peso que este país americano
tenía en el escenario mundial, aunque es muy importante
destacar que en realidad, esta Primera Guerra Mundial fue una
guerra europea, que marcó el principio del fin de la
superioridad política, económica y cultural de
Europa sobre el resto del mundo.
Al final de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos da
a conocer su potencial como nación, sin embargo,
sólo es un breve estallido de liderazgo,
pues se retiraron rápidamente del escenario, volviendo a
su carácter
de país aislado y manteniéndose como espectadores
de la política mundial.
La época europea en la política mundial
finalizó en el desarrollo de
la Segunda Guerra
Mundial. La derrota de Alemania fue determinada
principalmente por los dos vencedores extraeuropeos, Estados
Unidos y la Unión Soviética, que se convirtieron en
los sucesores de la frustrada búsqueda europea del
predominio global.
Los siguientes cincuenta años se caracterizaron
por la lucha constante entre Estados Unidos y la Unión
Soviética por alcanzar la supremacía mundial. La
dimensión geopolítica era obvia: América del
Norte contra Euroasia combatiendo por la hegemonía global,
donde cada rival dominaba dentro de su propio territorio, y donde
cada uno usaba su ideología para inmovilizar a su
contrincante.
Con la guerra
fría, la invasión soviética a
Afganistán precipitó una respuesta de Estados
Unidos, quien apoyo a Afganistán y aumento la presencia
militar estadounidense en el Golfo Pérsico,
comprometiéndose con la defensa de esta región, en
la medida en que esto favoreciera a sus intereses.
Estados Unidos se mantuvo unido, mientras que el bloque
soviético se dividió, debido a varios factores,
entre los que destacan: mayor flexibilidad de la coalición
democrática en contraste con el carácter
jerárquico y dogmático, así también,
que Estados Unidos demostró ser económica y
tecnológicamente más dinámico, etc., entre
otros.
Como resultado, la Unión Soviética
terminó por dividirse y cayó debido a su derrota
militar y a la desintegración de presiones
económicas y sociales.
"Los imperios son inherentemente inestables en lo
político porque sus unidades subordinadas prefieren casi
siempre una mayor autonomía y porque las
contraélites de tales unidades intentan, en cuanto tienen
oportunidad, obtener una mayor autonomía, En este sentido,
los imperios no caen, más bien se separan, por lo general
muy lentamente, aunque algunos con una notable rapidez" (Puchala,
1994).
A partir de esto, Estados Unidos logró colocarse
en una posición notable, pues se convirtió en la
primera y única potencia a nivel mundial.
Por medio de los hechos anteriormente mencionados,
podemos ver que el predominio estadounidense reposaba sobre unos
pilares básicos. En primer lugar se encuentra la
superioridad tecnológica y económica, pues a partir
de que hizo muchos préstamos a Europa, pasó a ser
el acreedor de los países europeos, y además al
estar su economía en un nivel tan ventajoso le
permitía investigar nuevas
tecnologías. Así también, con su
participación en estos acontecimientos mundiales aumento
su prestigio político, pues se considera interesante que
sea un país democrático y que defienda los valores de
este sistema, pues con
la guerra mundial quedó en la posición de un "gran
país" que defendería al mundo de la
ideología fascista. Y por último, otro aspecto que
define la hegemonía de Estados Unidos es que es una
potencia militar, pues al final de la guerra, fue el único
país que tenía armas
atómicas y el único que sabía
producirlas.
Del mismo modo en que es importante destacar su
superioridad tanto militar como económica, también
es necesario el que se resalten las consideraciones culturales,
que desde ese momento marcaron significativamente los ideales de
una cultura a
nivel global. Los Estados Unidos, eran percibidos como una
representación del futuro, donde su sociedad era
digna de ser admirada y que merecía ser imitada. Este
último aspecto, sigue estando presente en nuestros
días, ya que en nuestro país todavía hay una
gran cantidad de mexicanos que van en busca del sueño
americano.
Otro aspecto que también resulta por demás
importante mencionar es el económico, ya que este ha dado
gran fortaleza y cimiento a Estados Unidos, y explica el que su
poder haya trascendido a lo largo de todos estos años
hasta nuestros días.
Los Estados Unidos desde tiempo atrás han
ejercido un dominio
económico sin rival. Con el 3% de la población del planeta tenían
más de la mitad de toda la producción mundial, el dólar no
tenía rival, tenían el 66% del todo el oro mundial
y la firmeza económica, el control de la tecnología punta, la
productividad
de sus empresas, la
mayor parte de la producción industrial, de los medios de pago
y del comercio
mundial, entre otros.
Además, de acuerdo a Kaplan, en una entrevista
realizada por Martín Jos, afirma que: "El gran legado que
Estados Unidos va a dejar a la historia será la idea
filosófica de la constitución. Una constitución
basada en el pesimismo, en contraste con el optimismo de los
americanos, que fue redactada sobre las peores suposiciones del
comportamiento
humano. De ello surgió una nación flexible,
dinámica, exitosa, única en la
historia, que ha funcionado y funciona bastante bien".
(Kaplan,
¿Cuál es el sistema global de
Estados Unidos?, consideramos que su poder global se ejerce
mediante un sistema cien por ciento estadounidense, que refleja
al país. Otro aspecto importante, es la cultura de
éste, que ejerce un atractivo seductor sobre la juventud a
nivel mundial. Además cabe destacar su elaborado sistema
de alianzas y coaliciones en todo el mundo. Su poder se ejerce
mediante la negociación constante, del diálogo,
de la difusión y de la búsqueda del consenso
formal, cuyo único origen se ubica en Washington
D.C.
En este caso pensamos que un aspecto digno de reconocer
de Estados Unidos es el gran número de alianzas que ha ido
consolidado a través del tiempo, siendo nuestro
país uno de sus principales aliados no sólo
político sino también comercial.
Como podemos observar, al igual que los imperios antes
mencionados, el sistema de Estados Unidos también se
encuentra centralizado en la capital del
país, donde se toman las decisiones más
importantes. Así también, su economía es
autosuficiente y de hecho de ésta depende la
economía mundial, como lo pudimos constatar el 11 de
septiembre del 2001, cuando se dio el ataque terrorista a este
país, pues cayeron las bolsas de valores en
todo el mundo. Del mismo modo, esta nación tiene arraigada
una fuerte superioridad cultural, cumpliendo así con las
características de una potencia global.
Estados Unidos tiene la supremacía en los cuatro
ámbitos decisivos del poder global: en el militar su
alcance es inigualable, en el económico es la principal
potencia del crecimiento global, en el tecnológico
mantiene una posición de liderazgo y en el cultural su
atractivo no tiene rival. "La combinación de los cuatro
ámbitos es lo que hace de los Estados Unidos la
única superpotencia global extensa" (Brzezinski,
1997).
La supremacía estadounidense produjo, un nuevo
orden internacional, y cuyas características principales
fueron:
- Un sistema de seguridad colectiva que incluye mandos
y fuerzas integrados. - Cooperación económica
regional. - Procedimientos que hacen hincapié en la
toma de
decisiones por consenso, aunque dominada por los Estados
Unidos. - Una preferencia por la participación
democrática dentro de alianzas clave. - Una rudimentaria estructura
constitucional y judicial global.
Tal como el conocido Paul Kennedy afirma, "ni la Pax
Británica, ni la Francia
Napoleónica, ni la España de
Felipe II, ni el Imperio de Carlomagno, ni siquiera el Imperio
Romano pueden compararse al actual dominio norteamericano. Nunca
ha existido tal disparidad de poder en el sistema mundial como
ahora".
Es importante destacar que Estados Unidos se ha logrado
consolidar como una potencia global siendo una pieza clave en
momentos y eventos cruciales
de la historia mundial. En el desenlace de la Segunda Guerra
Mundial la intervención de Estados Unidos fue
determinante, ya que fue este país quien inclinó la
balanza a favor de los Aliados y el ataque nuclear a Japón
resultó devastador marcando una nueva etapa en la historia
bélica en el mundo. Estados Unidos se mostró como
una nación con un poderío armado sin precedentes y
devastador, logrando ganar la carrera por la bomba
atómica.
Por otra parte como ya mencionamos anteriormente,
ganó la Guerra Fría, beneficiándose al
alcanzar la supremacía bélica y rompiendo
así la bipolaridad que había regido hasta ese
momento en el mundo.
Consecuentemente, es necesario que se acentúe su
victoria en la carrera especial, siendo esta nación la
primera en colocar un hombre en la
luna, lo cual significó para Estados Unidos un logro con
un doble valor, en
primer lugar lo consolida como un país con potencial
tecnológico ante el resto del mundo y por otra parte
refuerza a sus ciudadanos un sentimiento nacionalista que viene
forjando desde tiempo atrás.
Estos son algunos de los elementos que ha ayudado a
Estados Unidos a consolidarse como una potencia logrando alcanzar
un gran poder global, pero actualmente, ¿existe oponente
digno para arrebatar su lugar como potencia mundial?…
Consideramos que existen principalmente dos vertientes al
respecto, hay quienes opinan que la hegemonía de Estados
Unidos prevalecerá, por otro lado, hay quienes afirman que
el coloso se derrumbará. Quienes piensan que Estados
Unidos caerá, argumentan que si bien a través de la
historia del hombre han existido muchos imperios, todos han
caído al paso del tiempo y Norteamérica no
será la excepción. Sin embargo, consideramos que no
resulta del todo válido esta afirmación, pues es en
realidad sólo una especulación, ya que resulta
difícil llegar a una conclusión sin considerar los
diversos factores que difieren de el imperio actual y los que
formaron parte de la historia. En otras palabras, hoy día
existen factores como la
globalización, los avances
tecnológicos, los avances en comunicación, la penetración
cultural e ideología, la apertura comercial, las nuevas
alianzas económicas y la interdependencia económica
entre otras.
Además, a través de la historia podemos
apreciar como la caída de los imperios que han existido,
ha sido en su mayoría por medio de las armas, y el que
Estados Unidos corra esta suerte es poco viable, ya que en la
actualidad el especular sobre un acontecimiento así nos
llevaría a una Tercera Guerra Mundial, lo cual resulta muy
poco probable, pues la mayoría de las naciones
evitarían a toda costa otro episodio de esta magnitud,
pues el desenlace resultaría catastrófico
así como incierto.
"La guerra rara vez presenta un panorama agradable. Pero
somos un país rico, capaz de soportar la mala administración económica y hasta una
guerra que no va tan bien como queríamos. Es probable que
esta guerra sea muy mala para la economía. Tal vez nos
volvamos más pobres y nuestro crecimiento, más
lento. Ningún país racional va a la guerra para
ayudar a su economía, pero ningún país
debería declarar la guerra sin sopesar los costos y
beneficios de ir o no a la guerra." (Stiglitz, 2003).
Otro aspecto que complica también la caída
de este imperio es la penetración cultural e
ideológica que ha conseguido a través de los
años y en gran medida a la globalización y al desarrollo de la
comunicación, haciendo a un lado su poder
económico, político y bélico, aún
prevalece su poder cultural, ya que todo el mundo consume los
productos de
consumo masivo
que genera Estados Unidos. Es innegable que hoy en día, el
cine es una de
las industrias de
entretenimiento con mayor alcance a nivel global, y Estados
Unidos es el principal productor, ventaja que esta nación
ha sabido aprovechar, utilizando este foro como un mecanismo para hacer
prevalecer su hegemonía ideológica y asimismo
fortalecer y promover un nacionalismo
hacia los norteamericanos y una sensación de superioridad
para el resto del mundo.
En el ámbito político, después de
su exitosa intervención en la Segunda Guerra Mundial y
ayudado por la aparente fuerza
económica que logró forjar, esta nación
adquiere un poder de decisión en organismos
internacionales como la OTAN, la ONU, el FMI, el GATT y el BM, este poder ha
perdurado hasta hoy en día y ha permitido a Estados Unidos
influenciar en decisiones para su propio beneficio, cada vez que
lo ha necesitado. Recientemente y en relación a la
invasión de Estados Unidos a Irak, se dio
el caso de que la ONU no votó a su favor respecto a la
intervención armada norteamericana al país de Medio
Oriente, y a pesar de esto, Estados Unidos hizo caso omiso del
dictamen de este organismo, poniendo sus intereses por encima de
la voluntad de otras naciones.
En cuanto al aspecto económico, con la
caída del socialismo,
Estados Unidos se convirtió en el principal representante
del capitalismo, y
es hasta hace algunos años que se ha enfrentado a otras
economías, que con el transcurso de los años se han
consolidado como es el caso de los Tigres Asiáticos,
quienes han conformado un fuerte bloque en Oriente, pero es hasta
la aparición de la Unión
Europea que surge un oponente que realmente hace contrapeso a
la economía de Estados Unidos. Con el paso del tiempo, el
euro, ha ganado terreno y poder en el ámbito
económico; la Unión Europea como tal, conforma un
bloque que ha adquirido cierta fortaleza y pretende equipararse
de alguna manera al dólar. No obstante, existe un factor
no económico que limita el desarrollo de la Comunidad
Europea, la heterogeneidad existente, que impide que haya una
unificación real, pues ninguno de los gobiernos
está dispuesto a renunciar a su poder de decisión y
a su soberanía que tienen sobre sus territorios.
Mientras que en Estados Unidos si existe una verdadera
cohesión, aún a pesar de estar conformado por
personas de todo el mundo.
Una cosa es cierta, el coloso no es tan grande por
dentro como lo parece por fuera, actualmente, el enemigo
más peligroso para Estados Unidos es Estados Unidos mismo,
pues existen en su interior serios problemas
económicos y políticos, pero lo que llama
más la atención son la serie de fenómenos
sociales en su mayoría violentos que se incuban dentro en
el corazón de
Norteamérica, en su película Bowling for Columbine,
el cineasta Michael Moore, disecciona hábilmente uno de
los problemas
sociales que aqueja actualmente a Estados Unidos, los ataques
armados en escuelas por parte de estudiantes, estos ataques
violentos, en un principio esporádicos han incrementado
seriamente, sumándose a una larga lista de problemas en la
que figuran la
drogadicción, la desintegración familiar, el
racismo, entre
muchos otros. La sociedad norteamericana se tambalea
víctima de si misma, lo cual podría convertirse en
el futuro Talón de Aquiles del titán que es
Norteamérica.
El 11 de septiembre del 2001, marca un cambio en la
manera en que el mundo veía a Estados Unidos, no
sólo eso, cambio incluso la manera en que Estados Unidos
se veía a si mismo. El atentado perpetrado por terroristas
talibanes en Nueva York tiró abajo más que las
Torres Gemelas, dando un fuerte golpe al orgullo yanqui,
exponiendo la vulnerabilidad de un país al que el mundo
percibía como intocable. Estados Unidos sufrió una
herida y la cicatriz tardará en sanar; ironía o
justicia, el
atentado de las Torres fue planeado por Osama Bin Laden, quien
durante la intervención norteamericana en
Afganistán fue entrenado por el mismo Estados Unidos,
así como a través de la historia Estados Unidos se
ha forjado de éxitos y logros, también se ha
cimentado a costa de otros, los abusos le han costado un sin fin
de enemigos y detractores, pero ninguno con el tamaño
suficiente para confrontar al poderío norteamericano. A
pesar de que Estados Unidos ha mostrado claras señales de
vulnerabilidad en muchos aspectos, éstos no parecen
suficientes para terminar de derrumbar al gigante
malherido.
En conclusión, creemos que debido a los factores
que conforman el contexto en el que se ha constituido Estados
Unidos como potencia, así como al impacto
económico, político, social, ideológico y
cultural que tiene Norteamérica en el resto del mundo,
resulta complicada una futura caída de este imperio,
aunque es lógico pensar que todo lo que sube tiene que
bajar, la situación actual del mundo provee a Estados
Unidos una posición relativamente cómoda que si
bien no le garantiza la eterna permanencia como único
líder,
si le asegura una postura cómoda entre las naciones por
mucho tiempo.
"El mayor peligro que veo hoy en Washington es que hay
demasiada gente que piensa que por ser tan poderosos militarmente
podemos hacer lo que queramos. Si no somos capaces de darnos
cuenta de que ser tan poderosos no significa que podamos resolver
los problemas solos, creo que EE.UU. va a tener grandes
dificultades a largo plazo". (Nye, 2003).
Finalmente, consideramos que quien tiene la
última respuesta es el tiempo, ya que resulta
difícil el dar un veredicto, pues Estados Unidos ha ido
estableciendo un gobierno
sólido durante el transcurso del tiempo, pero hoy no puede
garantizar un futuro seguro.
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