a Educación Estética como componente de la formación profesional en la Educación Superior
La satisfacción espiritual del ser humano
está en correspondencia con las circunstancias objetivas
que le proporciona el tipo de sociedad en que
se desarrolla.
El individuo como personalidad
comienza a establecer un sistema de
relaciones, que no sólo se fundamenta en el sistema de
relaciones económicas de la sociedad en que
vive, sino que unido a ello penetra y es influido por un conjunto
de nexos espirituales que enriquecen su quehacer social y hacen
que además se introduzca su actividad como parte de la
cultura de su
país, de su comunidad,
cultura que le
permite al hombre
reflexionar, establecer relaciones, conformarse determinada
ideología y en consecuencia con ello
formarse convicciones cuyo objetivo
primordial va encaminado a transformar y enriquecer dicha cultura
a través de su actividad. En la vida espiritual de la
sociedad en que vivimos, el arte adquiere,
junto con la ciencia,
una significación cada vez mayor.
Dentro de este sistema de relaciones, la
apreciación estética constituye una necesidad, un
imperativo que educa al hombre, lo
instruye y transforma sus puntos de vista, pemitiéndole
además comparar las diferentes situaciones sociales del
mundo en que se desarrolla como individuo actuante. Las
cualidades y los gustos estéticos, saber comprender y
crear lo bello en el arte y la
realidad, son rasgos indispensables del hombre universalmente
desarrollado; pero es necesario formar y educar estas cualidades,
ya que no se manifiestan por sí solas.
Los gustos y hábitos estéticos,
desarrollados sobre la base de la concepción
científica del mundo e inspirados por altos principios
ideológicos, ennoblecen y enriquecen al hombre, hacen
más interesante y sustanciosa su vida y condicionan la
percepción emocional de la realidad. Estos
permiten al individuo distinguir entre lo hermoso y lo feo,
embellecer el trabajo y
la vida, comprender el verdadero fin de los valores
artísticos y humanos y cultivar el arte.
Sin embargo, con el auge de las tendencias
mercantilistas y consumistas que invaden a la sociedad
contemporánea, la espiritualidad del hombre se enajena y
se limitan las posibilidades del individuo de conocer y disfrutar
el mundo a través de sus sentimientos y emociones.
Resulta evidente que en estas circunstancias la educación
institucionalizada tiene que jugar un papel esencial
en la formación del hombre nuevo, integral que necesita la
sociedad del futuro; tiene que ser capaz de preparar al hombre
para hacer, para crear, para que pueda enfrentar (con conocimiento
de causa) su responsabilidad en el devenir histórico;
pero ante todo, la educación debe lograr
no sólo la realización intelectual del hombre, sino
además su realización espiritual, capaz de
transformar la naturaleza y a la
vez conmoverse con su belleza.
Las instituciones
de educación
superior son las principales responsables de la
formación profesional y el desarrollo del
potencial científico en cada país, así como
de la creación y difusión de los valores
más auténticos de su cultura. Dotar a los futuros
profesionales no sólo de una alta cultura
científica, sino también estética, es hoy
por hoy, uno de los mayores retos del trabajo educativo en la
Universidad.
Numerosas investigaciones
se han realizado en esta esfera, que han dado como resultado un
alarmante deterioro en la capacidad de los jóvenes, en
sentido general, para apreciar y diferenciar los verdaderos
valores
estéticos y artísticos en la creación
contemporánea, a la vez que se observan tendencias al
vulgarismo en diversas esferas de la conducta
social.
Lo anteriormente expuesto no puede prescindir del
sistema de influencias a que está sometido el estudiante
universitario, tanto en su centro de estudios como el que se
ejerce fuera de las instituciones
universitarias (la familia, la
comunidad,
grupos de
relaciones sociales, etc.). Es obvio que cuando el estudiante
ingresa al nivel superior ya ha realizado una traducción
estética de la realidad, que puede ser adecuada, limitada
o equívoca, en dependencia de las circunstancias que hayan
mediatizado su percepción
e interpretación.
Cada individuo se encuentra desde la infancia bajo
el influjo de una cultura determinada; de objetos, ideas, valores
y modelos de
conducta.
Lógicamente, esta panorámica repercute en la
educación del gusto estético y el desarrollo de
preferencias más o menos cultas.La educación y la
instrucción de ese individuo consisten precisamente en
darle a conocer la cultura existente, e inculcarle los
conocimientos, aptitudes y hábitos acumulados por la
sociedad, así como los valores
espirituales y los modelos
(entiéndase normas) de
conducta admitidos en ella a fin de ampliar el universo de
información cultural del estudiantado y a
la vez desarrollar en ellos sus potencialidades creadoras y su
sensibilidad y gusto por lo bello.
La sociedad contemporánea requiere que el arte
contribuya a la formación de las nuevas generaciones y a
la educación del pueblo en general. El carácter
generalizador y educativo del arte es un factor de gran
importancia para impulsar y contribuir a fortalecer lo nuevo que
surge en los hábitos de vida y de trabajo en la
sociedad.
La formación integral de los estudiantes
universitarios, futuros profesionales, por la función
social para la que están concebidos, no puede prescindir
de un conocimiento
de carácter
artístico, al menos de los más relevante que la
cultura aporta al enriquecimiento espiritual del hombre. La
música, la
danza, las
artes escénicas, las artes plásticas, ya en el
mundo actual rebasan los límites
que le permiten circunscribirse sólo a su medio, en la
práctica profesional más actualizada, como la
Medicina por
ejemplo, juegan un importante papel.
La base para la formación de este conocimiento
artístico está, en primer lugar, en la
identificación consciente de la necesidad del arte para
las diferentes actividades del profesional. La educación
estética debe dirigirse a desarrollar en los individuos la
capacidad de expresar, percibir, comprender, sentir y disfrutar
la belleza artística y los ideales y sentimientos que se
manifiestan por medio del arte en diversas formas. Este debe
constituir uno de los principales objetivos del
trabajo educativo en las universidades, a fin de dotar a los
futuros profesionales no sólo de una alta cultura
científica, sino también
estética.
Toda manifestación del arte requiere para su
cabal apreciación de un individuo educado en este sentido,
es decir, con un cierto desarrollo del gusto estético que
le permita apreciar en el hecho artístico la esencia de la
realidad. El individuo no entrenado en la apreciación y
disfrute de los valores estéticos existentes de en la vida
de la sociedad, la naturaleza y el
arte en particular, no podrá percibirlos o su
percepción será pobre o incompleta.
En sentido general, el plan de estudios
para los Centros de Enseñanza Superior es aún
insuficiente para lograr y consolidar en los estudiantes el
conocimiento artístico desde el proceso
docente-educativo. El sistema de influencias educativas a ejercer
sobre el estudiante no se encuentra articulado de forma
armónica y sus acciones
tienden a una falta de coordinación que lesiona el interés
formativo y el resultado previsible de los mismos, en lo cual
intervienen las dependencias institucionales encargadas de la
actividad.
Para encaminar convenientemente el proceso de
educación de los juicios valorativos y de
apreciación, es fundamental el desarrollo de la
sensibilidad y el sentido crítico del joven, la dirección adecuada para el cumplimiento de
este objetivo
implica alcanzar, entre sus aspectos de importancia, tanto una
valoración y apreciación adecuada de lo que
propiamente conocemos como "obra de arte", como de la
armonía y belleza inmersas en el mundo circundante, en
nuestro entorno; en el plano de lo estético y de lo
ético.
Mediante todo un proceso metodológico,
interrelacionado con otras actividades del proceso
docente-educativo, que exige un trabajo analítico de los
distintos aspectos que deben tenerse en cuenta para el disfrute
de las manifestaciones artísticas, de su base ética e
ideológica, proponemos una estrategia que
incluye la
organización y desarrollo de las tareas
programáticas que se han diseñado con ese fin en un
proyecto
cultural. Esta estrategia
permite:
- Lograr el enriquecimiento estético-cultural de
los estudiantes, así como la adquisición de
información y conocimientos en un amplio
espectro. - Influir en la educación de los sentimientos y
la sensibilidad artística, que es tanto como decir
sensibilidad humana.
En la elaboración de esta estrategia y el
proyecto
cultural que la sustenta se tuvo en cuenta que la
educación estética es uno de los componentes que
coadyuvan a lograr el fin último de la educación en
nuestra sociedad, que es la formación integral y
armónica de las nuevas generaciones, esta va dirigida al
desarrollo de una actitud
estética, lo que permite la comprensión y la
creación de la belleza en la realidad y en el arte, puesto
que no son ajenos los valores estéticos al conocimiento
científico.
Las tareas diseñadas para esta estrategia se
materializan a través de diversas vías
metodológicas, entre ellas:
- Las actividades del Taller literario y el
Círculo de lectura que
propician el proceso de educación del gusto
estético y una actitud de
preferencia por la buena lectura. - La participación en grupos de
aficionados de las artes escénicas, así como la
participación en calidad de
espectadores de las puestas en escena, lo que influye en el
desarrollo de la sensibilidad y el gusto estético cuando
se escenifican obras de reconocido valor
artístico, expresados con el sentido y belleza literaria
que encierran. - Las actividades de audición musical, que
permiten reconocer el carácter de una pieza musical, su
sentimiento, su poder
descriptivo, etc. con ejemplos de buena música,
popular y de concierto, de origen nacional y mundial, vocal o
instrumental, que muestren calidad
artística y propicien el disfrute de sonoridades y
armonzación, a la vez que se garantiza el
conocimiento de la obra creadora de compositores y
ejecutantes de alto nivel artístico. - Las exposiciones de obras de la plástica
permiten la familiarización de nuestros jóvenes
con el patrimonio
cultural cubano y del acervo cultural universal, conocer las
diferentes técnicas, así como diferentes
manifestaciones artísticas dentro de la plástica,
tales como la arquitectura,
la pintura, la
escultura, la fotografía, etc. - La danza como
expresión corporal creadora amplía el campo de la
sensibilidad de los jóvenes y el juicio crítico
sobre coreografía, vestuario, escenografía, etc.
y constituye en sí misma una expresión de valores
estéticos.
Cada una de las vías, actividades y medios
mencionados, favorece el cumplimiento del objetivo esencial de
nuestro trabajo, el desarrollo de la sensibilidad para la
educación del gusto estético, lo que permite
"establecer un ambiente
culto" en la institución. La estrategia elaborada dirige
el trabajo
hacia dos vertientes fundamentales en el aspecto
cultural:
- Ampliar el universo de
información sobre las artes. - Estimular la creación artística como
vía de realización individual y
satisfacción espiritual.
Para el desarrollo de ambas vertientes es necesario el
diseño
de un programa que
posibilite materializarlas en un proyecto cultural.
La labor de promoción cultural tanto en y para
la institución, como en la comunidad, a
través del Movimiento de
Aficionados.
La puesta en práctica de una estrategia de este
tipo propicia:
- La vinculación de la institución con la
comunidad a través d las actividades de extensión
universitaria. - Diversificación de las actividades culturales
programadas para el disfrute de los estudiantes. - La ampliación del universo
cultural de los estudiantes. - El desarrollo de las potencialidades individuales
para la apreciación de lo bello y el disfrute
estético, no sólo de las obras de arte, sino de
todo lo inmerso en el mundo que nos rodea.
Debemos enfatizar que, a pesar de ser este tema bastante
controversial, no hemos pretendido dar plena solución al
problema, sino simplemente organizar y sistematizar un conjunto
de acciones que
posibiliten encaminar el trabajo cultural en general y la
educación del gusto estético fundamentalmente sobre
bases científicas y pedagógicas.
Nuestra experiencia en la aplicación de la
estrategia propuesta nos permite arribar a las siguientes
conclusiones:
- La formación integral de los futuros
profesionales no puede prescindir de la educación
estética como componente esencial del desarrollo de su
personalidad, de modo que les permita comprender
y disfrutar la belleza en el arte, en la vida y en el mundo
circundante; en el plano de lo estético y de lo
ético. - La estrategia que proponemos tiende a articular el
sistema de influencias educativas a ejercer con los estudiantes
universitarios y encaminar convenientemente el proceso de
educación de los juicios valorativos ,
propiciando:
- el desarrollo de la sensibilidad y el
enriquecimiento espiritual mediante un mayor acercamiento al
legado artístico de la humanidad y a los valores
estéticos de su entorno. - el desarrollo de las potencialidades para la
creación artística como vía de
satisfacción espiritual.
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Ed. Cit. - Tesis sobre cultura artística y literaria:
Primer Congreso del PCC: Ed. DOR: La Habana, 1976. - Tesis sobre política
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AUTORES:
MSc. Aracelis Rodríguez Lahera
Lic. María de los Angeles Gutiérrez
Cordovés
Lic. Galia González
Rodríguez
Lic. Francys Benítez Lastre