En la siguiente monografía se trabajará sobre el
Carmen LXIV de Catulo: más específicamente se
intentará realizar un análisis de la fisonomía de la
personalidad
del personaje de Teseo presentado en la ékphrasis de Teseo
y Ariadna.
El Teseo de Catulo es un personaje controversial y
enigmático, con múltiples fisonomías, cada
una de las cuales cambia a partir del punto de vista con el que
se lo mira.
A lo largo del trabajo se
analizará el personaje de Teseo desde la perspectiva de
cada uno de los personajes involucrados con él:
Ariadna: la amante abandonada.
Egeo: el amoroso padre.
Minos: el "injusto rey" a los ojos de Teseo.
Por último se analizará la visión del
narrador, y cómo ésta va cambiando de perspectiva
según el punto de la historia en la que se
encuentre.
De esta manera se pretende demostrar que no existen en la
ékphrasis de Teseo y Ariadna elementos sólidos que
nos lleven a decidir si la intención del autor es
presentar a este personaje como un héroe o como un ser
humano, con los defectos naturales que caracterizan a los
mismos.
Mirando a
través de los personajes
A través de los ojos de Ariadna
A lo largo del relato, Teseo aparece caracterizado por Ariadna
como un ser ingrato que traicionó su lealtad al
abandonarla sin aviso o despedida en la isla Día; a
través de los ojos de Ariadna, Teseo ya no es un
héroe, ni siquiera un ser humano digno de confianza. El
emotivo discurso de la
princesa demuestra por sí solo cuán bajo cae, en su
percepción, Teseo:
"¿En verdad, pérfido, arrancada de los altares
de mi padre, me abandonaste en una playa desierta, pérfido
Teseo? ¿En verdad, ingrato, alejándote del poder de los
dioses despreciado por ti, ay, llevas tus funestos perjurios a tu
morada? ¿Nada pudo desviar la decisión de tu cruel
espíritu? ¿Ninguna bondad tuviste al alcance de la
mano para que tu pecho despiadado quisiera tener compasión
de mí?" (Catulo, VV: 135- 140)
"…y comprendí que era mejor perder un hermano que
faltarte a ti, traidor…" (Catulo, V: 150)
Pérfido, ingrato, cruel, traidor… esas son algunas de
las expresiones que Ariadna utiliza para exteriorizar sus
sentimientos hacia Teseo. Pero está claro que esto no fue
siempre así: en algún momento los ojos de Ariadna
percibieron a Teseo como un héroe y su cuerpo se
encendió por él, quien se convirtió en el
dueño de su corazón y
su razón.
A través de los ojos de Egeo
Teseo personifica, para Egeo, todo lo que es bueno, lo que es
noble y justo. Egeo mira a Teseo con los ojos del amor paternal,
que se enorgullece de los actos nobles y triunfos de sus hijos, y
enceguece a la hora de ver sus más grandes fallas. Pero es
que Teseo no muestra ninguna
falla en su relación con su padre: es un hijo abnegado,
que no sólo se queda al lado de su padre, sino que
además salva a los habitantes de su reino de los seres que
lo atormentan; Teseo decide arriesgar la vida por el reino de
Egeo, y esto engrandece su imagen a los ojos
del mismo.
Egeo sufre, llora en el momento de la partida de su hijo hacia
el reino de Minos, ya que su gran amor de padre se combina con la
añoranza de haber disfrutado de su hijo por tan poco
tiempo, como
se puede observar en sus palabras:
"Oh, hijo mío, mi único hijo, tú que has
regresado a mí hace poco tiempo en el extremo
límite de mi vejez,
más querido que mi extensa vida, estoy obligado a enviarte
a posibles desgracias, ya que mi suerte y tu enardecido valor, contra
mi voluntad, te arrancan de mí, que aún no tengo
los ojos saciados con la querida imagen de mi hijo. No te
enviaré alegre, con el pecho contento […] sino que
primero haré brotar de mi espíritu numerosas
quejas, ensuciando mis canas con tierra y polvo
esparcido…" (Catulo, VV: 215- 225)
A través de los ojos del rey Minos y su familia
Teseo llegó al reino de Minos con un propósito:
destruir al Minotauro para librar al reino de su padre de su
tiranía; entonces, para el rey Minos, Teseo debería
haber sido un enemigo… pero el rey ignoraba la misión que
movía a Teseo, y, apelando al sentido de la hospitalidad
de su época, le dio cobijo a aquel que sería su
vencedor:
"… y así, esforzándose en su nave ligera y con
suaves brisas, llegó hasta el magnánimo Minos y a
sus soberbias moradas." (Catulo, V: 80)
De hecho, el enamoramiento de Ariadna no podría haberse
producido de no haber sido Teseo huésped de su padre, ya
que nunca se habrían conocido. ¡Qué pasaje
tan importante como pequeño, que, a pesar de ser relatado
de modo tan breve, da origen a toda la historia de Ariadna y
Teseo y revela la naturaleza
humana de un héroe mitológico!
A través de los ojos del narrador principal
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