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Falta de oxígeno




Enviado por marunovoa



    1. Aire en la
      atmósfera
    2. Oxígeno
    3. Combustión
    4. Contaminación
      atmosférica
    5. Cantidad de contaminante en el
      ambiente
    6. Procesos que hacen posible las
      funciones vitales del hombre
    7. Calidad del aire en ambientes
      interiores
    8. Factores que afectan la calidad
      el aire en un ambiente laboral
    9. Consecuencias de una mala
      ventilación
    10. Medidas
      preventivas
    11. Protección
    12. Conclusión
    13. Bibliografía
    14. Gráficos

    Introducción

    El ser humano vive sumergido en un mar de aire. Sin
    él, la vida no sería posible ya que es un recurso
    natural indispensable para el desarrollo de
    la vida en la Tierra. De
    los gases que lo
    componen, el oxígeno
    resulta imprescindible para el mantenimiento
    de las funciones vitales
    del hombre. Por
    ello, este elemento no debe faltarle a ningún ser humano,
    de lo contrario, se vería afectado el buen desarrollo del
    individuo.

    Los ambientes laborales han cambiado en el transcurso
    del tiempo con la
    mecanización y, los adelantos científicos y
    tecnológicos. En general, estos recursos
    redujeron el trabajo
    físico que requiere del esfuerzo de los trabajadores, pero
    han dado origen a algunas enfermedades relacionadas
    con el material del trabajo.

    La educación sobre la
    salud en el
    ámbito de trabajo deberá orientarse a crear
    condiciones más favorables para el trabajo y
    originar conductas responsables para la prevención de
    accidentes, de
    modo que la empresa, el
    trabajador y la comunidad puedan
    conciliar sus necesidades e intereses.

    Aire
    en la atmósfera

    La Tierra
    está rodeada por una capa de aire llamada
    atmósfera,
    que tiene unos 1000 km. de espesor. Si la Tierra no
    tuviese atmósfera, la vida no sería
    posible.

    El aire es un fluido que forma la atmósfera. Esta
    constituido por una mezcla de gases, vapor
    de agua y
    pequeñas partículas de polvo (hollín, polen,
    tierra) que se
    pueden dividir en componentes constantes y accidentales. Cuando
    está limpio y seco, es decir puro (en este estado solo se
    encuentra a nivel del mar, en zonas alejadas de la actividad
    humana), contiene componentes constantes: un 78% de
    nitrógeno, un 21% de oxígeno
    y el 1% restante formado por dióxido de carbono y
    otros gases, tales como el argón, el neón, el
    hidrógeno y el helio (Fig. 1). Los componentes
    accidentales son aquellos gases y vapores característicos del aire de una determinada
    localidad: los óxidos de nitrógeno procedentes de
    las descargas eléctricas durante las tormentas, el
    óxido de carbono
    procedente de los gases de escape de los motores de
    combustión interna, etc.

    Casi todos los seres vivos dependen del aire: el
    oxígeno es necesario para respirar y el dióxido de
    carbono es empleado por las plantas en la
    fotosíntesis.

    Propiedades físicas y químicas del
    aire

    Propiedades físicas:

    • Es de menor peso que el
      agua.
    • Es de menor densidad que
      el
      agua.
    • Tiene Volumen
      indefinido.
    • No existe en el vacío.
    • Es incoloro, inodoro e insípido.

    Propiedades químicas:

    • Reacciona con la temperatura condensándose en hielo a
      bajas temperaturas y produce corrientes de aire.
    • Esta compuesto por varios elementos entre ellos el
      oxigeno
      (O2) y el dióxido de carbono elementos básicos
      para la vida.

    Oxígeno

    Definición: elemento químico
    gaseoso, incoloro, inodoro e insípido.

    Símbolo químico: O

    Fórmula química:
    O2

    Peso atómico: 15, 9994

    Número atómico: 8

    Densidad a 0 °C (temperatura) y
    101,3 kPa (presión):
    1,429 g/l

    Punto de ebullición: 183
    °C

    Punto de fusión: 218,7 °C

    Peso específico del oxígeno
    líquido en el punto de ebullición
    :
    1,118

    Este elemento se encuentra en estado libre
    como componente del aire, del cual constituye un 21% en volumen. En forma
    combinada se lo puede encontrar en el agua y en
    numerosos minerales. En
    total representa el 49,5% en peso de la superficie terrestre, y
    por ello es el elemento más abundante. En el cuerpo humano
    representa un 60% y se encuentra en todos los tejidos
    vivos.

    El oxígeno del aire es necesario para la combustión y la respiración, por ello, por ser un gas esencial para
    la vida humana, debe estar disponible para todos los
    individuos.

    Su falta es asimilable a la carencia de alimento o agua,
    por lo tanto es administrado a personas con problemas
    respiratorios y también a las personas que vuelan a
    altitudes elevadas, donde la baja concentración de
    oxígeno no permite la respiración normal.

    Combustión

    La combustión es un cambio
    químico en el que un ‘combustible’
    (carbón, gas natural,
    madera o
    algún derivado del petróleo)
    se combina con oxígeno para producir otras sustancias,
    denominadas ‘producto de la
    combustión’, y además se produce la
    liberación de luz y
    energía en forma de calor.

    Un ejemplo de combustión sería la del
    carbón. El carbón esta formado por una
    proporción muy alta de átomos de carbono. Cuando
    éstos átomos y las moléculas de
    oxígeno que hay en el aire se encuentran cerca y la
    temperatura es suficientemente alta, los átomos que
    constituyen la molécula de oxígeno se separan y se
    unen a los átomos de carbono. El resultado es una nueva
    molécula, el dióxido de carbono y energía en
    forma de calor. (Fig.
    2)

    Como este proceso se
    repite miles de veces, el calor que resulta es suficientemente
    alto, como para que las restantes moléculas de
    oxígeno continúen uniéndose a los
    átomos de carbono. El proceso se
    termina cuando se acaba el carbono o cuando no hay más
    oxígeno.

    Cuando en el ambiente en
    donde se produce la combustión hay poco oxígeno,
    cada átomo de
    carbono, en lugar de unirse a 2 átomos de oxígeno
    se une a uno solo y forma una molécula de un gas diferente al
    dióxido de carbono, el monóxido de carbono. (Fig.
    3)

    Este gas es muy tóxico, al respirarlo, se
    incorpora a la sangre en lugar
    del oxígeno y dificulta la respiración celular. Si
    un individuo permanece mucho tiempo en un
    ambiente con
    demasiado monóxido de carbono se puede producir una fuerte
    sensación de adormecimiento y, por último,
    asfixia.

    No solo es carbón lo que se quema, el alcohol fino
    que se usa para desinfectar heridas es un excelente combustible.
    Cuando éste o los hidrocarburos
    presentes en los derivados del
    petróleo entran en combustión, no solo producen
    como resultado monóxido o dióxido de carbono y
    calor. El hidrógeno que tienen en sus moléculas
    también se une al oxígeno y forma moléculas
    de agua. (Fig. 4)

    La madera,
    el
    petróleo y gases son otros tipos de
    combustibles.

    Contaminación
    atmosférica

    La actividad productiva del hombre
    requiere grandes cantidades de energía para mover
    maquinarias, motores y
    turbinas, para fundir metales, para
    producir electricidad,
    para calentar ambientes, etc. Gran parte de esta energía
    se obtiene a partir de la combustión de compuestos
    orgánicos: leña, petróleo,
    gas. Si bien este tipo de combustión genera
    energía, también produce gases que se liberan hacia
    la atmósfera y que alteran la composición de lo que
    se llama ‘aire puro’.

    La contaminación
    atmosférica no se debe solo a la actividad industrial,
    el uso de ciertos artefactos domésticos es también
    una importante causa de esta contaminación.

    Los principales contaminantes del aire se clasifican
    en:

    • Primarios: Son los que permanecen en la
      atmósfera tal y como fueron emitidos por la fuente.
      Para fines de evaluación de la calidad del
      aire se consideran: óxidos de azufre, monóxido
      de carbono, óxido de nitrógeno, hidrocarburos y partículas.
    • Secundarios: Son los que han estado sujetos a
      cambios químicos, o bien, son el producto
      de la reacción de dos o más contaminantes
      primarios en la atmósfera. Entre ellos destacan
      oxidantes fotoquímicos y algunos radicales de corta
      existencia como el ozono (O3).

    Naturaleza de los contaminantes del
    aire

    Los factores contaminantes que han merecido mayor
    importancia son los siguientes:

    • Compuestos clorofluorcarbonados (CFC): los equipos
      de enfriamientos (heladeras, acondicionadores de aire)
      utilizan estos compuestos, y cuando los equipos tienen
      pérdidas, estos compuestos son liberados a la
      atmósfera.
    • Ozono (O3): los equipos que trabajan con tensiones
      eléctricas altas producen descargas sobre el aire, que
      hacen que las moléculas de oxígeno reaccionen
      formando ozono.
    • Dióxido de carbono (CO2): la
      combustión genera grandes cantidades de este
      gas.
    • La contaminación en ambientes cerrados se
      produce por mala combustión, humo de cigarrillos, uso
      de artefactos eléctricos, insecticidas, adhesivos,
      solventes y otros compuestos
      orgánicos provenientes de artículos de
      limpieza.
    • En el combustible que contenga azufre o
      nitrógeno se formarán óxidos de azufre y
      nitrógeno (también se pueden formar en la
      combustión a partir del nitrógeno del
      aire).
    • La combustión incompleta forma
      monóxido de carbono, polvo de carbón en forma
      de hollín y sustancias orgánicas parcialmente
      oxidadas.

    La contaminación
    atmosférica y la salud

    Las sustancias que flotan en el aire en ciertas zonas
    determinan un grado de peligrosidad para el ser humano. Muchos de
    los productos que
    se consumen en los hogares son liberadores potenciales de esas
    sustancias. Por ello, es importante tener al menos, una información mínima básica que
    permita actuar ante la
    contaminación cotidiana.

    Los efectos nocivos (Fig. 5) de la
    contaminación atmosférica se pueden diferencias
    en:

    • Muy serios: aquellos que ocasionan una baja
      calidad de
      vida, la ponen en peligro y sus efectos son
      irreversibles.
    • Serios: no comprometen la vida y sus efectos son
      reversibles.

    El riesgo puede
    estimarse considerando:

    RIESGO =
    PELIGROSIDAD x EXPOSICIÓN

    Así, el riesgo para la
    salud depende de
    la peligrosidad  y la exposición
    al contaminante (tiempo, cercanía, forma).

    Los aspectos que deben estudiarse para estimar la
    peligrosidad de un contaminante con base en la exposición
    a él son:

    • Identificación de los contaminantes
      presentes en el aire.
    • Estimación de la cantidad y
      concentración de los contaminantes con base en
      el
      conocimiento de las fuentes
      que los producen.
    • Determinación de los contaminantes por
      área de interés.
    • Estimación del número de personas
      expuestas en diferentes niveles y formas.
    • Conocimiento de los patrones regulares que se
      manifiestan en los contaminantes (emisiones industriales,
      emisiones por automotores).
    • Previsión de contingencias o accidentes
      (fugas, incendios,
      explosiones, accidentes de
      transportación).

    Los resultados obtenidos son utilizados para determinar
    la probabilidad de
    producir enfermedades
    según diferentes niveles de exposición.

    La estimación de la exposición al
    contaminante se obtiene mediante diversos medios como:
    el monitoreo, que puede ofrecer datos
    específicos en lugares bien delimitados y en determinados
    tiempos, sin embargo, las condiciones pueden variar
    significativamente de un sitio a otro, por más cercano que
    éste se encuentre, así como,  la actividad
    humana nos lleva a movernos constantemente, cambiando
    drásticamente nuestra posición, por lo que a
    presencia y concentración de contaminantes se trata; o a
    través de la elaboración de modelos
    matemáticos que simulan y predicen los efectos de la
    contaminación.

    Tratando el problema a nivel grupal o general, es
    importante establecer los parámetros necesarios para
    determinar el riesgo de un contaminante para la salud, donde se
    deben puntualizar diferentes aspectos referentes a los
    contaminantes tóxicos. Un contaminante tóxico
    atmosférico aumenta la probabilidad de
    desarrollar una enfermedad o disminuir la capacidad de defensa
    del organismo.

    Aquellos contaminantes de alto riesgo para la salud son
    los que:

    • Afectan a muchas personas.
    • Causan efectos graves a la salud (cáncer,
      defectos en el embrión, enfermedades graves y/o
      la
      muerte.
    • Se liberan a la atmósfera en grandes
      cantidades.

    Cantidad de contaminante en el
    ambiente

    En toxicología industrial se ha establecido una
    característica de las materias
    tóxicas que suele designarse como MAC
    (concentración máxima posible). La
    definición no es sencilla, pues, independientemente de las
    respuestas alérgicas y de las diferentes sensibilidades
    entre los individuos, los sometidos a estas atmósferas
    llegan a crear hábito insensibilizándose. Por ello
    las cifras adoptadas para el MAC de cada sustancia suele ser tres
    veces inferiores al valor capaz de
    afectar a quienes no están inmunizados por la
    costumbre.

    Concertaciones máximas
    admisibles (MAC) de varias sustancias en ppm.

    Para ocho horas de exposición
    (un día de trabajo)

    Sustancia

    MAC

    Níquel
    carbonilo

    0.001

    Bromo

    0.1

    Cloro

    1

    Anilina

    5

    Trietilamina

    25

    Cloroformo

    50

    Amoniaco

    100

    Metanol

    200

    Etilmercaptano

    250

    Gasolina

    500

    Etanol

    1000

    Dióxido de
    carbono

    5000

    Partes por millón (PPM)

    Para determinar la concentración de una sustancia
    química en
    un volumen se utilizan las partes por millón de fracciones
    iguales. Cada millonésima parte de este volumen,
    correspondiente a la sustancia de nuestro interés,
    se considera una parte por millón de la
    sustancia.

    Partículas suspendidas en su fracción
    respirable (PM-10)

    • Criterios para evaluar la calidad del
      aire:

    150 µg/m³ (microgramos sobre metro
    cúbico) en un promedio de 24 hs, significa que el aire es
    satisfactorio. Para IMECA (Índice Metropolitano de la
    Calidad del Aire) esta cifra equivale a 100. (Fig. 6)

    • Características del contaminante:

    Partícula sólidas o líquidas
    dispersas en la atmósfera (su diámetro va de 0.3
    a 10 µm) como polvo, cenizas, hollín,
    partículas metálicas, cemento o
    polen. La fracción respirable de PST (partículas
    suspendidas totales), conocida como PM-10, está
    constituida por aquellas partículas de diámetro
    inferior a 10 micras, que tienen la particularidad de penetrar
    en el aparato
    respiratorio hasta los alvéolos
    pulmonares.

    • Fuentes principales:

    Combustión industrial y doméstica del
    carbón; procesos
    industriales; incendios;
    erosión
    eólica y erupciones volcánicas.

    • Efectos principales

    Salud: Irritación en la vías
    respiratorias; su acumulación en los pulmones origina
    enfermedades como silicosis y la asbestosis. Agravan el asma y
    las enfermedades cardiovasculares.

    Materiales: Deterioro en materiales de
    construcción y otras
    superficies.

    Vegetación: Interfieren en la fotosíntesis.

    Otros: Disminuyen la visibilidad y provocan la
    formación de nubes.

    Procesos que hacen posible las funciones vitales
    del hombre

    Funciones respiratorias

    El sistema
    respiratorio realiza dos funciones fundamentales para la
    vida: el transporte de
    oxígeno del ambiente hasta la sangre y el del
    dióxido de carbono desde la sangre al exterior del cuerpo.
    Estas dos funciones son inversas. (Fig. 7)

    En la respiración de un organismo, el proceso
    comprende 3 etapas: la primera corresponde a la
    ventilación pulmonar, es decir, entrada y salida del aire;
    la segunda hace referencia al intercambio gaseoso que ocurre en
    los pulmones, entre el aire que proviene del exterior y los gases
    que llegan a los pulmones acarreados por la sangre (resultantes
    de la actividad celular); la tercera etapa corresponde a la
    respiración celular, proceso en el que el oxígeno
    permite la degradación de nutrientes, y en consecuencia,
    se produce dióxido de carbono. Este proceso proporciona la
    energía necesaria para mantener las funciones vitales del
    organismo.

    Inspiración y espiración

    Se denomina inspiración al ingreso del aire en el
    organismo. Esto es posible gracias a los músculos
    diafragma e intercostales, que al contraerse provocan la
    elevación de las costillas, es decir el aumentan del
    volumen de la caja torácica. Esto provoca una diferencia
    entre la presión
    atmosférica y la del medio interior; por lo tanto, el aire
    que es una mezcla de gases, pasa del lugar de mayor
    presión al de menor presión. (Fig. 8)

    La espiración se produce cuando se relajan estos
    músculos, disminuyendo así el volumen de la caja
    torácica, lo cual provoca la salida del aire. (Fig.
    9)

    Órganos del sistema
    respiratorio

    El sistema
    respiratorio humano está formado por una
    sucesión de órganos huecos que constituyen una
    especie de tubería ramificada. El extremo de cada
    ramificación es cerrada pero está en contacto con
    el sistema
    circulatorio (Fig. 10). Los órganos que componen este
    sistema
    son:

    • Nariz: la inspiración o entrada del
      aire en un organismo y la espiración o salida del mismo,
      se hace principalmente a través de la nariz, aunque en
      menor proporción también puede hacerse por la
      boca.
    • Fosas nasales: están tapizadas por una
      membrana muy delgada y húmeda llamada mucosa nasal o
      pituitaria.
    • Faringe: estructura
      musculosa, de unos 14 cm., tapizada por una mucosa. Es una
      vía común al sistema respiratorio y al
      digestivo.
    • Laringe: interiormente está atravesada
      por una serie de ligamentos que se mantienen tirantes: las
      cuerdas vocales, lo que permite la producción de sonidos.
    • Tráquea: tiene de 15 a 20 anillos de
      cartílago incompletos hacia la parte posterior del
      cuello, que permiten la dilatación del esófago
      durante el paso de los alimentos. La
      tráquea esta cubierta internamente por cilias que
      continuamente empujan las partículas extrañas
      hacia la faringe, de manera que puedan ser expulsadas al
      exterior.
    • Bronquios: formados por anillos cartilaginosos
      completos que evitan que se aplasten e impidan el pasaje de
      aire. Dentro de los pulmones, los bronquios se subdividen en
      tubos cada vez más delgados, despojados de la cubierta
      cartilaginosa. Cuando los bronquios llegan a tener un
      milímetro de diámetro reciben el nombre de
      bronquiolos.
    • Pulmones: constituidos por los sacos
      alveolares, especies de bolsas en las que terminan las
      ramificaciones bronquiales.

    Capacidad pulmonar

    La máxima cantidad de aire que puede llenar las
    vías respiratorias y los pulmones de un adulto humano,
    denominada capacidad pulmonar total es de aproximadamente 5 o 6
    litros.

    De esa cantidad, 150 mililitros se ubican en las
    vías respiratorias superiores. Esta porción de aire
    es denominada aire espacial muerto, ya que no es aprovechado en
    la respiración. El resto del aire se ubica en los
    alvéolos, en contacto con la sangre, con una verdadera
    función
    de intercambio de gases, por lo que recibe el nombre de aire
    alveolar.

    Durante una respiración normal, el volumen de
    aire inhalado y exhalado es de 500 mililitros. De esta cantidad,
    solo 350 abandonan los alvéolos, y los 150 restantes son
    aire espacial muerto.

    Siempre hay una reserva de 2, 5 litros de aire que
    permanecen dentro de los pulmones.

    El volumen máximo de aire que puede ser
    incorporado por una inspiración forzada es aproximadamente
    de 3 litros, si se suma este valor al medio
    litro que se inhala normalmente y a la reserva de 2, 5 litros
    obtenemos 6 litros que constituyen la capacidad pulmonar total.
    (Fig. 11)

    Vasos por donde circula la sangre

    • Arterias: Conducen la sangre que sale de los
      ventrículos. Poseen gran cantidad de tejido
      elástico, que les permite dilatar sus paredes, aumentar
      la luz del tubo
      durante la sístole ventricular y recibir la sangre del
      corazón,
      resistiendo la gran presión sanguínea. Durante la
      diástole, las arterias retoman su tamaño normal.
      (Fig. 12)
    • Venas: No soportan presiones elevadas, porque
      la sangre que regresa al corazón
      tiene una presión mucho menor que la arterial. Sus
      paredes son más delgadas y menos elásticas que
      las de las arterias. Casi toda la sangre venosa circula hacia
      el corazón, en contra de la fuerza de
      gravedad. En este caso, la circulación es favorecida por
      las paredes delgadas, que ofrecen menos resistencia al
      flujo sanguíneo; por las contracciones de los
      músculos esqueléticos que rodean a las venas y
      por las válvulas
      semilunares de las venas, que imposibilitan el retroceso de la
      sangre, ya que una vez que asciende, las válvulas
      se cierran automáticamente e impiden su regreso. (Fig.
      13)
    • Capilares: Los capilares arteriales y venosos
      unen las arterias a las venas y forman inmensas redes alrededor de los
      tejidos.
      Están constituidos por una sola capa de células,
      y en ellos a circulación es muy lenta (0, 5 mm/s). Estas
      características constituyen una gran ventaja para el
      intercambio de nutrientes y de gases. Las moléculas
      pequeñas y los iones atraviesan el capilar, mientras que
      las proteínas y otras moléculas
      grandes no pueden hacerlo. (Fig. 14)

    Aparato respiratorio y circulatorio

    El aparato
    respiratorio aporta el oxígeno que necesitan las
    células
    del organismo y elimina el dióxido de carbono de desecho.
    El aire inhalado pasa principalmente por la nariz, donde los
    pelos filtran el aire, impidiendo que partículas
    extrañas entren en el aparato respiratorio. Luego el aire
    pasa por la cavidad nasal, la cual se calienta con el paso del
    aire. Después de allí, el aire viaja por la
    faringe, hacia la laringe, para continuar pasando por la
    tráquea. En este sector, a la altura de la cuarta
    vértebra dorsal, la tráquea se divide en dos tubos
    más estrechos, llamados bronquios, que conducen hacia los
    pulmones. Cada pulmón está formado por
    múltiples conductos pequeños ramificados,
    denominados bronquiolos, que finalizan en reducidas
    cámaras arracimadas llamadas alvéolos. (Fig.
    15)

    La presión total del aire (presión
    atmosférica) es la suma de las presiones parciales de los
    gases que lo componen. En una mezcla gaseosa, la presión
    parcial de cada uno de los gases es directamente proporcional a
    la concentración en la que se encuentra. Por lo tanto, la
    presión total del aire inspirado y espirado
    dependerá de las concentraciones de O2 y CO2.

    El aire espirado contiene más CO2 y menos O2 que
    lo que tenía al llegar a los pulmones, mientras que la
    cantidad de N2 no varía.

    El intercambio gaseoso es posible gracias a la
    diferencia de concentración de gases, que se encuentran
    tanto en los alvéolos como en los capilares que lo
    rodean.

    En consecuencia, el intercambio de gases se produce por
    difusión, es decir, el pasaje de moléculas de una
    zona de mayor concentración a otra donde ésta es
    menor. En este proceso interviene la sangre, por ello se lo
    denomina hematosis.

    Esta difusión comprende dos etapas:

    • Entre los alvéolos y los capilares
      sanguíneos, donde la presión parcial del O2 en
      el aire inspirado (105 mm Hg) es mayor que en la sangre de
      los capilares alveolares (40 mm Hg). Por lo tanto, el O2 se
      difunde desde los alvéolos hacia los capilares
      venosos, para ser distribuido a todas las regiones del cuerpo
      por la arteria aorta. El CO2, por otro lado, es transportado
      por la arteria pulmonar y los capilares arteriales, y se
      difunde a partir de estos hacia los alvéolos, desde
      donde es expulsado al exterior. (Fig. 16)
    • Entre los capilares sanguíneos y las
      células, donde el O2 es distribuido por medio de la
      hemoglobina hacia todas las células del cuerpo. La
      sangre oxigenada contenida en los capilares mantiene una
      presión parcial de O2 mayor que la que existe en las
      células (40 mm Hg). Por esta diferencia de
      presión, es que el O2 se difunde desde los capilares
      arteriales hacia el líquido intestinal intersticial, y
      luego a las células. Como producto de este metabolismo celular se produce CO2. Como la
      presión parcial de este gas en las células (45
      mm Hg) es mayor que en los capilares venosos (40 mm Hg) el
      CO2 sale desde la
      célula, hacia el líquido intersticial e
      ingresa en los capilares venosos, que lo transportan hacia
      los pulmones, para ser liberado en la espiración.
      (Fig. 17)

    Los componentes celulares de la sangre, los
    glóbulos rojos, blancos y las plaquetas, tienen cada uno
    funciones específicas que cumplir dentro del universo
    corporal. Los glóbulos rojos son los más numerosos
    de los tres componentes celulares y normalmente suman casi la
    mitad del volumen sanguíneo. Están llenos de
    hemoglobina, la cual tiene una gran afinidad por el O2, es decir,
    se combina fácilmente con él y esta unión es
    reversible. Cuando el oxígeno ingresa a los capilares,
    inmediatamente se une a esta proteína y cuando ésta
    se encuentra en contacto con los tejidos, les cede el
    oxígeno.

    Respiración celular

    Mediante la respiración celular, los organismos
    vivos, los organismos vivos obtienen la energía necesaria
    para realizar todos los procesos
    vitales. Esta energía proviene de la transformación
    química que se produce entre la glucosa de las
    células y el oxígeno que les suministra la
    sangre.

    Aunque los productos que
    se obtienen son los mismos que en la combustión, durante
    la respiración, la energía liberada no se disipa en
    forma de luz y calor, una gran parte es aprovechada por el
    organismo para producir otras transformaciones químicas
    necesarias para la vida. Solo la energía
    ‘sobrante’ se disipa como calor. (Fig. 18)

    Calidad del aire en ambientes
    interiores

    La función
    primaria de un edificio en el que se desarrollan actividades es
    proporcionar a los ocupantes un ambiente confortable y saludable
    en el que trabajar. Esto depende, en gran medida, de que el
    sistema de ventilación/climatización tenga un
    diseño,
    un funcionamiento y un mantenimiento
    apropiados.

    Se prohíbe la realización de trabajos, sin
    la protección personal
    correspondiente, en ambientes en que la atmósfera contenga
    menos de 18% de oxígeno. Por lo tanto, se deben
    proporcionar unas aceptables condiciones térmicas
    (temperatura interior y niveles de humedad), y una calidad de
    aire interior, así mismo, aceptable; es decir, deben
    procurar que la mezcla del aire exterior con el interior sea la
    adecuada, y deben disponer de sistemas de
    filtración y limpieza del aire capaces de eliminar los
    contaminantes presentes en el mismo.

    La calidad del aire en ambientes interiores, tales como
    edificios de oficinas, naves industriales, locales
    públicos, etc., es un problema que ha generado en los
    últimos años una creciente preocupación
    tanto por las situaciones de disconfort que se originan en no
    pocos casos, como por las consecuencias negativas para la salud
    que pueden padecer los ocupantes de estos inmuebles. Se ha
    descrito incluso el llamado "Síndrome del edificio
    enfermo" para aquellos locales más afectados por el
    problema que presentan una serie de características
    comunes que la OMS define como las siguientes:

    • Tienen, casi siempre, un sistema de
      ventilación forzada de aire común a todo el
      edificio o a amplios sectores del mismo y existe
      recirculación, como mínimo parcial, del aire
      interior. Algunos edificios tienen la localización de
      la toma de aire en lugares inadecuados mientras que otros
      usan intercambiadores de calor que transfieren los
      contaminantes desde el aire de retorno al aire de
      suministro.
    • Con frecuencia la calidad de la construcción, ligera y poco costosa, es
      deficiente.
    • Las superficies interiores están en gran
      parte recubiertas con material textil, incluyendo paredes,
      suelos y
      otros elementos de diseño interior, lo cual ocasiona una
      elevada relación entre superficie de dicho material y
      volumen del edificio.
    • Practican el ahorro
      energético y se mantienen relativamente calientes o
      fríos buscando un ambiente térmico
      homogéneo.
    • Se caracterizan por ser edificios herméticos
      en los que las ventanas no suelen ser
      practicables.

    Carga térmica ambiental: calor
    intercambiado entre el hombre y el
    ambiente.

    Carga térmica: suma de la carga
    térmica ambiental y el calor generado por los procesos
    metabólicos.

    Desde el punto de vista de las condiciones de
    confortabilidad térmica el 25 % del calor producido por
    metabolismo en
    período de descanso, es transferido desde la superficie de
    la piel al aire
    por convección, la mitad es perdido por radiación
    al entorno y el 25 % restante es cedido por calentamiento del
    aire inspirado (el calor eliminado por la respiración es
    del orden del 8 al 10 % del producido por metabolismo, en una
    persona media,
    sana y en condiciones normales) y por evaporación de la
    transpiración de la piel expuesta
    (desnuda), unos 20 a 30 gr/h, para una persona media,
    sana, y en condiciones normales.

    Factores que afectan la calidad el aire en un
    ambiente laboral

    • Una ventilación inadecuada:

    Generalmente es debida a:

    a) Un insuficiente suministro de aire fresco, como
    consecuencia de una elevada recirculación del aire o de
    un bajo caudal de impulsión.

    b) Una mala distribución y, consecuentemente una
    mezcla incompleta con el aire exterior, que provoca
    estratificaciones del aire y diferencias de presión
    entre los distintos espacios y zonas del edificio.

    c) Una incorrecta filtración del aire debido a
    un mantenimiento incorrecto o a un inadecuado diseño del
    sistema de filtración.

    d) Una temperatura de aire y humedad relativa extremas o
    fluctuantes.

    • La contaminación interior

    Puede tener como origen al propio individuo, al
    trabajo, a la utilización inadecuada de productos
    (desinfectantes, limpieza, abrillantado) a los gases de
    combustión y a la contaminación cruzada
    procedente de otras zonas poco ventiladas que se difunden hacia
    lugares próximos y los afectan.

    • La contaminación exterior

    Entrada en el edificio de humos de escape de
    vehículos, productos utilizados en trabajos de
    construcción, etc. Otro origen puede ser la
    infiltración a través del basamento (vapores de
    gasolinas, emanaciones de cloacas, etc.).

    • La contaminación debida a materiales
      empleados en la construcción

    – La fibra de vidrio: La
    fibra de vidrio
    está formada por material amorfo vidrioso. Se usa como
    aislante térmico en los sistemas de
    aire
    acondicionado, su instalación y utilización
    incorrecta, como la degradación de los materiales que la
    contienen, es uno de los peligros principales de la mala
    calidad del aire interior, y es una fuente potencial de
    enfermedades.

    – El formaldehído: se emplea extensamente en la
    formulación de plásticos y como aislantes
    térmicos y barnices. Puede ocasionar irritación
    en las vías respiratorias y alergias y está
    considerado como una sustancia sospechosa de inducir procesos
    cancerigenos.

    – Los disolventes: son otro material de
    construcción que puede ser fuente de
    contaminación por generación de compuestos
    químicos en el aire del interior de un edificio como los
    muebles y elementos de decoración de madera y caucho,
    los agentes sellantes, colas, barnices y materiales
    textiles.

    • La contaminación
      biológica

    – El dióxido de carbono: es un gas que se forma
    por combustión de sustancias que contienen carbono. La
    principal fuente está en la respiración humana y
    el fumar. Es un asfixiante simple cuya presencia a
    concentraciones altas provoca falta de
    oxígeno.

    – El monóxido de carbono: su presencia es
    debida a la toma inadecuada de aire fresco exterior y el
    fumar.

    – El humo de tabaco: El
    hecho de fumar representa la liberación en el aire de
    una mezcla compleja de productos químicos. Además
    de monóxido de carbono, dióxido de carbono y
    partículas, se producen óxidos de
    nitrógeno y una amplia variedad de otros gases y
    compuestos orgánicos. Su presencia en el aire del
    interior de un edificio es un problema que afecta tanto a
    fumadores como a no fumadores.

    Básicamente los efectos que pueden causar los
    distintos contaminantes biológicos presentes en el
    ambiente interior de un edificio sobre los ocupantes
    son:

    Consecuencias de una mala
    ventilación

    La sintomatología presentada por los afectados
    por falta de oxigeno no
    suele ser severa y, al no ocasionar un exceso de bajas por
    enfermedad, se tiende a menudo a minimizar los efectos que, sin
    embargo, se traducen en una situación general de
    disconfort. En la práctica estos efectos son capaces de
    alterar tanto la salud física como la mental
    del trabajador, provocando un mayor estrés.

    En general, los contaminantes presentes en el aire
    ambiente penetran en el organismo por inhalación y por
    tanto afectan inicialmente al tracto respiratorio, pudiendo
    también ser absorbidos y afectar a otros órganos o
    acumularse en distintos tejidos.

    Una mala ventilación produce hipoxia, que quiere
    decir que la cantidad de oxígeno en el organismo disminuye
    por debajo del nivel de concentración normal.

    Los cuadros de anoxia y de hipoxia reflejan una
    dificultad total o parcial en el suministro de oxígeno a
    los distintos tejidos del organismo. El cerebro, el
    corazón y los riñones son los órganos que
    sufren más la falta de oxígeno, y en los que los
    daños suelen ser irreparables.

    La anoxia y la hipoxia son dos fenómenos
    relacionados, que se diferencian en el grado de severidad. Ambos
    se refieren a la capacidad del organismo de proveer
    oxígeno a los distintos tejidos del organismo, y por lo
    tanto, al contenido de oxígeno que se encuentra en dichos
    tejidos.

    La diferencia entre anoxia e hipoxia es una
    cuestión de medida: cuando la cantidad de oxígeno
    disminuye por debajo del nivel de concentración normal el
    cuadro se denomina hipoxia, mientras que cuando el oxígeno
    está completamente ausente pasa a llamarse
    anoxia.

    La anoxia es la ausencia de oxígeno que requieren
    los tejidos para mantener activo el ciclo celular,
    particularmente el ciclo de Krebs; la hipoxia es la
    disminución del oxígeno y la hipoxemia es la
    caída de la concentración del oxígeno en la
    sangre (donde se transporta el oxígeno unido a la
    hemoglobina contenida en los glóbulos rojos).

    El cerebro y la
    falta de oxígeno

    Todos los tejidos del organismo pueden verse afectados
    por un cuadro de anoxia o por uno de hipoxia; todos, en mayor o
    en menor medida, sufren dicha situación y pueden verse
    dañados en forma a veces irreversible e irreparable,
    dependiendo el daño siempre del grado de dificultad en la
    llegada del oxígeno y en el tiempo que dure el cuadro. Es
    por esto último que las distintas intervenciones
    médicas capaces de revertir estos cuadros de insuficiencia
    en el transporte de
    oxígeno deben ser implementados lo más
    rápido que sea posible, para evitar secuelas.

    Pero sin lugar a dudas, es el tejido neurológico
    el que sufre con mayor severidad estos cuadros ya que, por su
    carácter inherente de ser irreparable,
    cualquier obstrucción en la llegada de oxígeno al
    mismo puede dejar secuelas irreparables. El daño que
    ocasiona la anoxia en el cerebro puede traducirse en la
    pérdida de aquellas funciones cognitivas, motoras o del
    lenguaje, cuyo
    sustrato orgánico se encuentra en la región
    cerebral afectada por el cuadro particular de falta de suministro
    de oxígeno.

    Otros tejidos que sufren en gran medida la falta de
    oxígeno son el corazón y el
    riñón.

    Problemas vasculares y
    pulmonares

    Desde el punto de vista cardiovascular, cualquier
    segmento vascular que tenga dificultades en el flujo de la
    sangre, provocará inmediatamente una caída en el
    aporte de oxígeno al tejido que éste alimenta
    normalmente. En el ejemplo mencionado, la caída del aporte
    de oxígeno al músculo cardíaco se traduce
    habitualmente en dolor de la zona afectada (el pecho).

    Este tipo de síntomas no debe ser ignorado y debe
    motivar una consulta médica inmediata. Asimismo, una
    anemia brusca, con la consiguiente caída de la
    concentración de la hemoglobina, puede ocasionar cuadros
    similares sen aquellos casos en que existen obstrucciones
    previas. Otras veces, la dificultad de unir las moléculas
    de oxígeno a la sangre induce hipoxemias; esto suele
    suceder en los distintos trastornos en el transporte del
    oxígeno en los pulmones: llegado el oxígeno a los
    alvéolos pulmonares, no consigue alcanzar la sangre al
    hallarse edematizada (hinchada) la pared alveolar, y esto puede
    dar lugar a una insuficiencia cardíaca.

    La hipertensión pulmonar también puede
    inducir cuadros de insuficiencia del transporte de
    oxígeno. Esta puede ser de origen desconocido
    (hipertensión pulmonar primaria) o puede ser secundaria a
    distintas circunstancias patológicas, como las
    embolizaciones trombóticas que responden a numerosas
    causas. En estas ocasiones, la presión pulmonar que
    normalmente traslada la sangre hacia el pulmón, a fin de
    que pueda oxigenarse, se encuentra tan elevada que dificulta el
    proceso de oxigenación.

    Asimismo, puede haber contaminantes que provoquen
    irritación en los ojos o que generen problemas
    dérmicos (erupciones y picores). Los efectos sobre el
    tracto respiratorio son irritación de nariz, garganta y
    bronquios, con posibilidad de provocar cambios en la reactividad
    bronquial, o liberación de un mediador inducida por
    alérgenos que conducen a la aparición de rinitis,
    asma o neumonitis hipersensitivas. Por otra parte los
    contaminantes microbianos pueden provocar enfermedades
    infecciosas.

    Los síntomas que se relacionan con una deficiente
    calidad del aire en el interior de un edificio son: dolor de
    cabeza, mareos, náuseas, fatiga, piel seca,
    irritación de ojos, congestión de senos nasales y
    tos. Es a menudo difícil diferenciar entre los causados
    directamente por el medio ambiente
    y los de origen psicológico. No hay que olvidar que un
    aire de pobre calidad provoca disconfort, pudiendo desencadenar
    reacciones psicológicas complejas, cambios de humor, de
    estado de ánimo y dificultades en las relaciones
    interpersonales.

    Medidas preventivas

    • Ubicar la toma de aire exterior de modo que se impida
      la reentrada de los aerosoles.
    • Suministrar suficiente aire fresco de
      ventilación. Los sistemas de ventilación
      están diseñados para conservar la energía
      y no para mantener puro el aire en ambientes cerrados.
      Aún si se utilizara un sistema de ventilación muy
      costoso y con seis cambios de aire por día, nada se
      podría hacer para combatir el humo de segunda mano. Para
      proporcionar una ventilación lo suficientemente segura
      como para mantener el humo pasivo al margen de los niveles de
      peligro, se calcula que habría que invertir unos 300.000
      dólares por fumador.
    • Accesos adecuados a los diferentes componentes del
      sistema para su inspección, reparación y
      limpieza.
    • Colocar filtros adecuados para el control de
      la entrada de materia
      particulada.
    • Prevenir la acumulación de agua estancada bajo
      los sistemas de refrigeración.
    • Seleccionar humidificadores que utilicen vapor de
      agua como fuente de humedad.
    • Mantener la humedad relativa del aire por debajo del
      70% en los espacios ocupados.
    • Establecer programas de
      mantenimiento que contemplen la inspección, la limpieza
      y la desinfección.
    • Sistema de evaluación del calor.
    • Ventilación general.
    • Ventilación localizada
      (extracción).
    • Acondicionamiento del aire.
    • Reducir la cantidad de trabajos
      corporales.
    • Establecer medidas de alternancia (permitir a los
      trabajadores cambiar la zona de trabajo en forma preestablecida
      y de tarea).
    • Dar al personal
      elementos de protección personal.
    • Cambiar el proceso de trabajo, por otro de distinta
      tecnología (que no posea carga
      térmica o esta asea menor.)

    Más allá de tener todas las medidas
    preventivas posibles, tiene mucho más sentido eliminar la
    fuente de contaminación en el ambiente, que tratar de
    purificarlo después.

    Protección

    Cada edificio donde se realice un trabajo debe contar
    con el equipamiento necesario para proporcionar protección
    respiratoria adecuada. Antes de utilizar máscaras y
    filtros, el usuario debe saber que ésta protección
    no le aísla totalmente de su entorno, ya que, depende de
    un porcentaje de oxígeno en el ambiente.

    Es necesario conocer en todo momento las condiciones del
    ambiente incluyendo la concentración de oxígeno,
    que no debe ser nunca inferior al 18 % en volumen. Antes de
    comenzar el trabajo deben conocerse otras concentraciones de
    gases o vapores nocivos. La selección
    de cualquier máscara facial y de filtros, depende
    principalmente del tipo de trabajo a realizar,  las
    condiciones ambientales y otros factores que pueden ser
    calculables.

    Se puede ofrecer una selección
    de máscaras diseñadas bajo un esquema donde la
    seguridad,
    calidad y ergonomía
    juegan un papel
    principal. Por ejemplo:

    Máscaras:

    Mascarillas Autofiltrantes (respiradores),

    Máscaras de media cara, y

    Máscaras Panorámicas de cara
    completa.

    Elementos filtrantes:

    Filtros para polvo, partículas y
    humos,

    Filtros para gases orgánicos e
    inorgánicos, ácidos,
    amoníaco, y

    Filtros combinados para gases, vapores y
    partículas.

    Para situaciones de peligro, donde la presencia de gases
    tóxicos ó la falta de oxigeno hace indispensable la
    protección para poder realizar
    el escape o la evacuación de forma exitosa, evitando
    así el peligro de no poder escapar
    sano y salvo; se podrían ofrecer soluciones muy
    interesantes en cuanto al equipamiento de equipos de
    escape,  clasificados en: equipos de escape de aire
    comprimido y equipos de escape dependientes del oxigeno, con la
    utilización de un filtro determinado para cada
    caso.

    Conclusión

    El hombre desde siempre se ha abastecido del aire para
    poder vivir. Sin él, los seres humanos no podrían
    obtener energía para realizar ningún trabajo. Por
    ello, todos los ambientes de trabajo deben contar con una buena
    ventilación, para que todo individuo que tenga que
    desempeñar cualquier tarea, ya sea sedentaria o activa,
    pueda realizarla con total libertad y
    desenvoltura.

    El oxígeno es un compuesto
    indispensable para el ser humano, por ello se lo debe cuidar
    adecuadamente. Lamentablemente también puede transformarse
    en el enemigo mas temible si no se tiene prudencia.

    Toda empresa
    debería tener buenos métodos
    preventivos para que nunca le falte oxígeno a
    ningún trabajador, y así poder encontrarse en
    armonía el ambiente laboral, los
    trabajadotes y el ambiente.

    Bibliografía

    Enciclopedia Clarín

    Clarín

    Tomos 1, 6 y 19

    Año 1999

    Colección Billiken

    Billiken

    Fascículo 7

    Año 1993

    Diccionario Visual Clarín

    Clarín

    Tomo 1

    Año 1991

    Enciclopedia Escolar

    Billiken

    Fascículos 14, 16 y 17

    Año 2000

    El libro de la
    naturaleza y
    la tecnología

    Estrada

    Año 1999

    Los grandes temas escolares

    Billiken

    Fascículo 10

    Año 1996

    Super Cole

    Billiken

    Fascículo 24

    Año 1998

    Enciclopedia Escolar ilustrada

    Billiken

    Año 1994

    Biología Polimodal

    Santillana

    Año 1999

    Ciencias Naturales 8 EGB

    Santillana

    Año 1997

    Biología Polimodal

    Aique

    Año 2000

    Educación para la salud
    Polimodal

    Santillana

    Año 2000

    Internet:

    www.monografias.com

    www.google.com

    www.yahoo.com.ar

    Gráficos

    (Fig. 1) Componentes del
    aire.

    (Fig. 2) Formación del
    dióxido de carbono.

    (Fig. 3) Formación del
    monóxido de carbono.

    (Fig. 4) Formación de
    dióxido de carbono y agua.

    (Fig. 5) Daños en el organismo
    por contaminación atmosférica.


    IMECA

    Satisfactorio
     0 – 100

    No Satisfactorio 100 –
    150

    No
    Satisfactorio 150 – 200

    Malo
     
    200 – 300

    (Fig. 6) Escala de la
    calidad del aire según IMECA

    (Fig. 7) Funciones
    respiratorias.

    (Fig. 8)
    Inspiración.

    (Fig. 9)
    Espiración.

    (Fig. 10) Sistema
    respiratorio.

    (Fig. 11) Capacidad
    pulmonar.

    (Fig. 12) Arteria.

    (Fig. 13) Vena.

    (Fig. 14) Capilar.

    (Fig. 15)
    Alvéolos.

    (Fig. 16) Intercambio gaseoso desde el
    alvéolo a los capilares.

    (Fig. 17) Intercambio gaseoso entre
    los capilares y las células (tejidos).

    (Fig. 18) Respiración
    celular.

    Mariana Novoa

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