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El proceso de formación laboral como problemática de la filosofía de la educación




Enviado por eavila



    1. Resumen
    2. Desarrollo
    3. Bibliografía

    Resumen

    En el presente trabajo se abordan diferentes
    perspectivas de análisis pedagógico de la
    problemática de la formación laboral desde la
    óptica
    de la filosofía de la educación,
    particularizando como ha sido analizado este proceso por la
    pedagogía tradicional, la escuela nueva y
    la pedagogía progresista.

    Categoría: Estudio
    teórico

    Palabras claves

    Formación laboral – Pedagogía
    Tradicional – Escuela Nueva
    – Pedagogía Progresista.

    Introducción

      El análisis que se realiza en este
    artículo no pretende en modo alguno atomizarse en la
    amplia variedad de enfoques y corrientes de pensamiento
    existentes. Se pretende partir de posiciones que permitan una
    integración de saberes en torno al
    fenómeno objeto de estudio y clarificar las posiciones de
    mayor coherencia para la estructuración del proceso de
    formación laboral.

    En este análisis se parte del reconocimiento de
    que la condición de hombre concita
    la necesidad de educación. Tal
    premisa establece una relación directa entre el acto
    educativo y la condición de hombre. En la
    misma se instauran y manifiestan algunas de las tareas esenciales
    de la Filosofía de la
    Educación.

    Teniendo en cuenta estas tareas y el interés de
    este estudio se centrará la atención en el "para qué" se educa
    al hombre, destacando el papel que se
    ha otorgado al proceso de preparación para su
    inserción en el mundo del trabajo.

    La teleología del proceso educativo se concreta
    en torno al modelo de
    hombre que persigue una sociedad
    determinada, su esencia radica en que la construcción de tal modelo debe
    responder necesariamente a las exigencias que dicha sociedad le
    plantea al sector educativo.

    Una de estas exigencias está referida a la forma
    en que el individuo se relaciona con el conjunto de valores, las
    habilidades y los conocimientos que son necesarios adquirir para
    incorporarse a la estructura
    sociolaboral.

    La valoración en torno al "para qué" se
    educa a los hombres posibilita comprender, desde la perspectiva
    de la Escuela tradicional, la Escuela Nueva y la Educación
    Progresista, los principales presupuestos
    que sirven de base para estructurar el proceso de
    formación laboral.

    Se resalta la necesidad de educar a los individuos en un
    contexto educativo activo que comprenda el conjunto de relaciones
    que en él se establecen, incluyendo la
    participación de los contextos familiar y comunitario; la
    utilización de modelos que
    faciliten la relación con lo que se quiere mostrar,
    tratando de acercar lo que se modela a la realidad contextual en
    la que se desenvuelve el educando; se presta especial atención a las relaciones que se establecen
    entre los participantes del proceso docente educativo, con
    énfasis en el grupo escolar
    y la necesidad del desarrollo de
    procesos
    comunicativos que posibiliten una interacción
    participativa en el diálogo.

    Se tiene en cuenta, además, el carácter
    político y comprometido con la transformación de la
    realidad del proceso docente educativo, con una
    participación de los alumnos que contribuya a la
    solución de problemas que
    se presentan en los ámbitos escolar, familiar y
    comunitario.

     Desarrollo

    Establecer una clasificación que resulte
    consecuente con la amplia variedad de perspectivas de abordaje
    del proceso docente educativo con la forma en que la escuela ha
    enfocado la formación laboral de los escolares resulta una
    tarea compleja. Se empleará la clasificación dada
    por Snyders en su obra Pedagogía Progresista (Snyders,
    1974), donde declara tres corrientes fundamentales que
    representan los elementos centrales para garantizar la
    comprensión e interpretación de las diferentes
    lecturas del proceso educativo: La Educación Tradicional,
    La Escuela Nueva y la Educación Progresista.

    Este deslinde metodológico se ha tenido en cuenta
    para evitar maniqueísmos simplistas que niegan el valor de las
    propuestas hechas por las escuelas que se abordarán.
    Siguiendo esta línea se considera también que la
    praxis educativa manifiesta la coexistencia de opciones
    teóricas declaradas oficialmente y prácticas
    pedagógicas ejecutadas en el aula; las propias
    contradicciones, racionalizaciones, ambigüedades y la falta
    de criticidad al implementar las acciones
    educativas por parte del personal docente,
    muchas de las cuales se desarrollan sin conciencia de su
    presencia.

    La propuesta que desarrolla la pedagogía
    tradicional tiene como antecedente el ideario pedagógico
    de las grandes civilizaciones de la antigüedad y los
    regímenes esclavistas de Grecia y
    Roma y, como
    apunta Álvarez de Zayas, "aparece en el siglo XVII en
    Europa con el
    surgimiento de la burguesía y como expresión de
    modernidad.
    Encuentra su concreción en los siglos XVIII y XIX con el
    surgimiento de la Escuela Pública en Europa y América
    Latina, con el éxito
    de las revoluciones republicanas de doctrina
    político-social del liberalismo."

    Desde esta perspectiva el fin educativo se enmarca en la
    formación del hombre ideal, conocedor de las grandes
    realizaciones de la humanidad, consideradas como modelos
    básicos a alcanzar.

    Partiendo de estos razonamientos podemos valorar que el
    escolar debe entrar en contacto con las grandes obras de la
    literatura y del
    arte y lograr
    conocimientos obtenidos por los métodos
    más seguros, lo que
    posibilitará la realización plena como persona, a partir
    del saber. Se exige la adquisición de una elevada cultura,
    entendida sólo como la acumulación de las
    experiencias válidas para la humanidad,
    destacándose el carácter
    academicista del proceso docente educativo.

    En el campo de la formación laboral se persigue
    la preparación del hombre en función de
    lograr puestos de dirección o para puestos de trabajo que
    incluyen cada vez más alejarse de la actividad manual, lo que
    tiende a una creciente separación de trabajo intelectual y
    manual. Sin
    embargo en las tesis de la
    pedagogía tradicional aparece como elemento relevante la
    necesidad de la unidad entre la actividad práctica y la
    intelectual.

    Dentro de los pedagogos que primero se refirieron a esta
    necesidad se encuentra Platón que
    en uno de sus diálogos con Glaucón plantea
    "¿Y no hablamos de llevar a los niños a
    la guerra, p mara
    que la contemplasen de cerca montados en sus caballos, pero en
    condiciones de seguridad?
    Así podrían gustarle la sangre, como
    ocurre a los cachorros. […] Pertenecerá por tanto […]
    al grupo de los
    elegidos aquel que demuestre siempre una mayor agilidad en todos
    estos casos, esto es en los trabajos, los estudios y los
    peligros"

    Tal contradicción encuentra respuesta en el hecho
    de que solo sea entendida como actividad práctica a las
    acciones que
    ejecuta el escolar en el contexto educativo, como respuesta a las
    orientaciones reducidas de los docentes. De forma general el
    escolar se limita a realizar acciones para reproducir un
    contenido que es trasmitido por el docente como contenido
    acabado, a partir de la realización de ejercicios de
    lectura y
    copia, con énfasis en la retención, atención
    y memorización del contenido con lo cual se limita el
    verdadero potencial formativo de la actividad.

    En la concepción tradicional se concibe al hombre
    como un ser en constante formación, pero con la limitante
    de ver al niño como un ser incompleto al cual hay que
    actualizar y completar para que en un futuro sea capaz de
    desarrollar sus potencialidades profesionales e
    intelectuales.

    Desde la perspectiva de la pedagogía tradicional
    es evaluable positivamente el hecho de reconocer en la
    formación de los escolares la presentación de
    modelos referenciales que sirvan de guía en el acto
    educativo. Tal hecho favorece el proceso de formación
    laboral en la medida en que los docentes sean capaces de dirigir
    la atención de los escolares hacia el sistema de
    valores
    asociados al trabajo, el reconocimiento a las personalidades que
    se destacan en las esferas laborales y productivas, así
    como del conjunto de características que conforman el contenido
    de las profesiones y oficios que pueden ser de interés
    para los educandos. La limitante en este sentido se refiere al
    hecho de que la escuela no hace un real ajuste de las
    posibilidades de esos escolares para el alcance de los modelos de
    referencia.

    De forma general el sistema de
    valores que promueve la educación está guiado por
    los valores
    universales resultantes de la tradición cultural ya
    establecida, que se presenta en sus formas abstractas,
    genéricas y universales promoviendo un tipo de
    educación que no dirige su atención fundamental a
    las particularidades e individualidades de los
    escolares.

    Finalmente, esta perspectiva, aplicada al campo de la
    formación laboral promueve un tipo de hombre inadaptable a
    las condiciones cambiantes de las actividades laborales, donde
    los continuos descubrimientos tecnológicos y
    científicos necesitan un sujeto presto a la innovación y adaptación a los
    cambios.

    El movimiento
    denominado Escuela Nueva tiene sus orígenes más
    remotos en el renacimiento,
    específicamente en las obras de los humanistas Luis de
    Vives, Erasmo de Rótterdam; en las obras de los pedagogos
    realistas Rabelais, Montaigne, Comenius. Sus bases más
    consistentes están en el naturalismo de Rousseau, en
    el cientificismo de Spencer, en el psicologismo de Pestalozzi; en
    el individualismo de Tolstoi; en el funcionalismo de
    Durkheim y en
    el pragmatismo de
    Pierce, Dewey, James y en las propuestas didáctico
    pedagógicas de Decroly, Kerschensteiner y Piaget.

    Dewey es uno de los principales teóricos de la
    Escuela Nueva, logra resolver la antinomia "entre un sujeto a ser
    instruido y un objeto a ser trasmitido". La respuesta a tal
    problemática no solo se presenta en la superación
    de la incongruente relación entre sujeto y objeto de la
    educación, sino en la posibilidad que brinda al favorecer
    un tipo de aprendizaje
    más interactivo con el medio social que rodea al
    individuo, tomando como base el interés que se despierte
    en los escolares.

    Las principales críticas al pensamiento de
    Dewey se dirigen a que solo se reconoce, en el intercambio del
    individuo con el medio social, como verdad, aquello que es
    prácticamente útil y ventajoso, obviándose
    que la verdad es el reflejo de la realidad objetiva en la
    conciencia.
    Sobre este tópico Pierce plantea "la verdad es lo que
    funciona mejor para nosotros"

    El sistema pedagógico defendido por Dewey define
    el carácter competitivo del acceso a los puestos de
    trabajo en la estructura
    sociolaboral, destacándose los dirigidos a resaltar las
    cualidades de los hombres de negocios.

    La Escuela Nueva supera la idea del alumno como ser
    inmaduro y desposeído de un conocimiento
    inicial por lo que el centro de la atención educacional se
    dirige al propio niño. Este en su quehacer educativo es
    activo, no por las acciones que ejecuta en la escuela como muchos
    teóricos plantean, reduciendo el alcance de la propuesta,
    sino a partir del nivel de participación que alcanza en la
    elaboración de su propio aprendizaje.

    Por otra parte rechaza el reconocimiento y abordaje de
    modelos axiológicos rígidos que sirvan de base a la
    educación, partiendo del presupuesto de la
    libertad de
    los sujetos con respecto del medio y de las condiciones
    sociohistóricas en que se desenvuelven los
    individuos.

    Esta propuesta dirige su atención a las
    posibilidades de libertad y
    cooperación entre el alumno y el profesor; la
    concepción de que la escuela es vida y no
    preparación para la vida y que la solución de
    problemas es
    más efectiva que la simple trasmisión de
    conocimientos.

    La práctica pedagógica de los
    escuelanovistas toma posiciones que se distancian hacia un polo
    opuesto con respecto a los de la escuela tradicional, planteando
    puntos de vista espontaneístas y de un activismo radical
    que "traerá como consecuencias el aislamiento del mundo
    infantil, la desvalorización del mundo adulto y de la
    herencia
    cultural".

    El carácter memorístico del proceso de
    aprendizaje de los escolares es sustituido por las experiencias,
    las observaciones y todos aquellos elementos que pueda ser de
    utilidad en su
    formación. Para ello se recalca el valor del
    respeto de los
    intereses, la iniciativa y la actividad que desarrollan en el
    contexto escolar y extraescolar.

    Esta nueva forma de concebir el proceso de
    formación recalca la necesidad de que el alumno logre
    comunicarse con sus compañeros, que establezca un trabajo
    cooperado con el grupo como vía para el establecimiento de
    relaciones en comunidad. Busca
    como idea central que el alumno desarrolle actitudes
    personales a partir de la experimentación, de estudios
    dirigidos, de debates, de excursiones a industrias,
    comercios y empresas.

    De esta forma el escolar se prepara resolviendo
    problemas prácticos de su entorno, lo que garantiza un
    futuro trabajador imbuido en el espíritu que mejor
    representa los intereses de eficiencia y
    eficacia
    necesarios en el ámbito productivo. Este escolar
    independiente, creativo y que necesita del grupo para ejecutar
    sus funciones o roles
    es aprovechado por las esferas industriales de la sociedad en la
    proyección de su desarrollo.

    Estas características permiten el reciclaje
    constante de la mano de obra y la incorporación de los
    trabajadores a las cadenas productivas de las grandes empresas, donde
    los productos que
    se elaboran tienen cada vez más un carácter
    interdependiente entre los participantes del proceso
    productivo.

    De esta propuesta es válido para el proceso de
    formación laboral el carácter activo del proceso y
    la confirmación de la necesidad del trabajo en grupos, elemento
    que se ajusta a la perspectiva pragmática del individuo
    insertado en el mundo empresarial, donde la hiperbolizada
    eficiencia del
    proceso productivo marcará en buena medida la dirección de las acciones educativas que se
    ejecutan en la escuela.

    La Escuela Nueva capacita a los escolares para la
    competencia en la
    esfera laboral, a partir de la iniciativa personal, la
    actividad libre y la autonomía dentro de la sociedad, lo
    que posibilitará acceder a puestos de trabajo y de
    dirección que se deben corresponder con esos esfuerzos. Es
    necesario aclarar que tales esfuerzos serán mayores o
    menores en dependencia de la escala social a
    la cual se pertenezca.

    Los elementos anteriormente planteados y expresados en
    su forma edulcorada buscan encubrir un modelo de escuela que solo
    responde a los intereses de la empresa en lo
    referido a la formación laboral. Esta formación se
    realiza en una dirección que suprime las libertades del
    individuo en otras esferas de actuación. Se educa para
    el trabajo y
    solo para el trabajo,
    destacándose el sistema de valores asociado a la
    obtención de ganancias, la rentabilidad y
    la competencia como
    formas de satisfacción personal. Se suprime también
    el conjunto de valores relacionados con la actividad laboral como
    expresión de la espiritualidad y el disfrute por lo que se
    construye y se crea como parte de la sociedad.

    La tercera propuesta de enfoque para el análisis,
    parte de buscar los aspectos críticos y las
    problemáticas de la Educación Tradicional y de la
    Escuela Nueva, presentando una alternativa que se constituye en
    síntesis de los aspectos positivos de las
    anteriores.

    La educación progresista parte de reconocer al
    hombre como un ser de la praxis, un ser concreto,
    comprometido con la transformación de la realidad,
    insertado en un contexto social, económico y
    político. Esta perspectiva concibe al hombre no solo como
    ser adaptable, capaz de vivir con eficiencia y competencia en su
    esfera sociolaboral, como defiende la Escuela Nueva, sino que
    incluye sus sentimientos, pasiones, intuiciones y aspectos
    relacionados con su espiritualidad.

    La formación de los alumnos bajo esta perspectiva
    de análisis afirma el compromiso y la finalidad
    sociopolítica de la educación, toda vez que debe
    dirigir su atención al conjunto de las relaciones
    sociales. Al referirse a la actividad laboral de los hombres es
    entendida como fuente de realización personal y colectiva,
    a partir de la contribución que hace cada uno en el
    desarrollo del proyecto social
    que se construye.

    Desde la perspectiva de la Educación Progresista,
    el fin de la educación, no puede dirigirse a un hombre
    aislado o desnaturalizado, sino enfocarse hacia un hombre que
    está localizado en un contexto
    socio–histórico con determinadas condiciones que lo
    distinguen, a partir de la riqueza simbólica y del
    conjunto de valores asociados a su contexto.

    Para la concepción de la formación laboral
    es preciso resaltar el valor que tiene el ajuste a esas
    condiciones al sistema de valores, lo que posibilita que las
    necesidades e intereses de los escolares encuentren una adecuada
    respuesta dentro del modelo social y político que se
    construye colectivamente.

    Resulta positivo destacar que esta nueva forma de
    plantear la dirección del proceso educativo sustituye
    métodos de
    disciplina que
    solo reconocen la obediencia como forma de expresión del
    interés por los nuevos contenidos. Se instaura como forma
    de expresión de esa disciplina el
    deseo de cumplir con las normas de
    comportamiento
    y por las relaciones que se establecen dentro del proceso con el
    resto de los compañeros de grupo.

    Durante el desarrollo de actividades que orienten la
    formación laboral de los alumnos se establece una comunicación que posibilita su conocimiento e
    inserción en el entramado sociocultural de su comunidad. Esta
    comunicación se orienta a partir de
    patrones que permiten al escolar el intercambio con sus maestros,
    con sus compañeros de brigada y con el resto de las
    personas que interviene en el proceso, el acto comunicativo
    permite un intercambio recíproco de información, teniendo en cuenta que
    el
    conocimiento y la experiencia que poseen los escolares son
    tenidos en cuenta como saber válido en el acto
    comunicativo.

    En esta relación comunicativa se valoriza
    el
    conocimiento del escolar por su significación social,
    superándose el saber artificial y hermético de la
    propuesta tradicional y el saber espontáneo de la Escuela
    Nueva. El alumno confrontará siempre su experiencia,
    aprendida en la práctica y a través de las
    relaciones con otros, con los contenidos que debe aprender en la
    escuela. El alumno comprenderá el valor práctico
    del contenido a partir de la correspondencia que establece con su
    experiencia y con la posibilidad de resolver situaciones o
    problemas que se le presentan.

    En su relación con el contexto y a través
    de la
    comunicación que establece el escolar, este se
    esclarece, se orienta, conoce las distintas perspectivas para su
    futura inserción laboral. En esta relación se
    favorece el proceso de asunción del sistema de valores
    asociados a las profesiones lo que facilita y garantiza el
    conocimiento y compromiso con su realidad.

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     Datos del autor

    Eduardo Rafael Avila Rumayor.

    Instituto Superior Pedagógico de Holguín.
    Cuba.

    Aspirante a doctor en Ciencias
    Pedagógicas (presentará su tesis doctoral
    sobre la formación laboral en noviembre del
    2003)

    Ha participado en múltiples eventos
    nacionales e internacionales de pedagogía y de las
    Ciencias
    Sociales en General. Trabaja la línea temática
    de la Sociología Rural y la Educación
    Rural.

    Tiene publicaciones en Revistas latinoamericanas y en
    Monografías. com

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