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Elementos de geoestadística




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    1. Problema que dio origen a la
      Geoestadística
    2. Geoestadística,
      concepto
    3. Variables aleatorias
      regionalizadas
    4. Hipótesis de la
      Geoestadística
    5. Conocimiento del
      problema
    6. El análisis
      estructural
    7. Estimación
    8. Geoestadística
      Multivariada
    9. Geoestadística
      no Lineal
    10. La
      Simulación Geoestadística
    11. Conclusiones
    12. Referencias
      Bibliográficas
    1. En el campo de las geociencias es común
      encontrar variables
      distribuidas espacialmente. Para el estudio de estas
      variables son usados diversos procedimientos geoestadísticos de
      estimación y/o simulación. Esto es, a partir de un
      conjunto de muestras tomadas en localizaciones del dominio en
      que se manifiesta un fenómeno a estudiar y
      consideradas representativas de su realidad, que por lo
      general es siempre desconocida, estos procedimientos permiten
      la descripción o caracterización de
      las variables con dos fines diferentes, primero, proporcionar
      valores
      estimados en localizaciones de interés y segundo, generar valores que
      en conjunto presenten iguales características de dispersión
      que los datos
      originales. La geología y la minería es el campo típico para
      la aplicación de estos modelos,
      campo en el que surge y se desarrolla la
      Geoestadística como ciencia
      aplicada. Se hace referencia en esta monografía a los conceptos
      fundamentales de la Geoestadística. Para profundizar
      en el tema puede ser consultada la bibliografía
      citada.

    2. Introducción

      La búsqueda, exploración y evaluación de yacimientos minerales
      útiles es una de las actividades fundamentales que
      toda empresa
      minera debe desarrollar durante su vida útil,
      destacándose entre otras tareas: el pronóstico
      científico en la localización de los
      yacimientos minerales útiles, la elaboración de
      métodos eficaces para la
      exploración y la evaluación geólogo
      económico de los yacimientos para su
      explotación (Lepin y Ariosa, 1986; Armstrong y
      Carignan, 1997; Chica, 1987). Todo esto condicionado al
      agotamiento de los recursos
      producto
      de la explotación y a las fluctuaciones de las
      cotizaciones del mercado.
      Los trabajos de búsqueda y exploración se
      dividen en estadios que son resultado de la aplicación
      de un principio importante del estudio del subsuelo, el
      Principio de Aproximaciones Sucesivas. Cada uno de los
      estadios culmina con la determinación lo más
      aproximada posible de los recursos minerales del yacimiento,
      actividad fundamental de las empresas
      geólogo – mineras conocida como cálculo de
      recursos y reservas
      .

      El desarrollo
      de la minería ha traído unido el
      perfeccionamiento de los métodos de búsqueda de
      los minerales útiles, y los de la determinación
      de su cantidad y utilidad para
      la extracción (Lepin y Ariosa, 1986), además,
      el mundo minero se hace cada vez más competitivo y las
      compañías necesitan evaluar su potencial
      económico (Berckmans y Armstrong, 1997). Existen
      actualmente dos formas de realizar el cálculo de reservas, los métodos
      clásicos y los modernos. Como clásicos se
      pueden destacar, el de "Bloques Geológicos" y el de
      "Perfiles Paralelos" (Díaz, 2001), éstos se
      caracterizan por el uso de valores medios o
      media ponderadas de los contenidos de la exploración
      en bloques definidos convenientemente. Estos métodos
      son eficientes cuando la información disponible presenta
      determinada regularidad, pero en la práctica, como se
      señala en Journel y Huijbregts (1978) y David (1977)
      la gran diversidad de formas en que se presentan los datos ha
      llevado a la utilización de técnicas matemáticas y estadísticas para resolver un
      único problema, estimar valores desconocidos a partir
      de los conocidos, para la estimación y
      caracterización de los recursos y reservas. En los
      últimos años muchas investigaciones se han desarrollado con este
      fin (Gotway y Cressie, 1993), existiendo mayor interés
      en las estimaciones a nivel local que a nivel global
      (Rivoirard y Guiblin, 1997). Claro está, no existe un
      método por muy sofisticado que sea, que
      permita obtener resultados exactos.

      Nuestro objetivo
      será discutir, los métodos más
      eficientes que proporcionen la mayor información
      posible de los datos disponibles, es decir, los modernos, de
      los que se pueden citar entre los geomatemáticos: El
      Inverso de la Distancia, Triangulación, Splines, etc.
      Aún más, buscando el mejor estimador que
      minimice la varianza del error de estimación surge la
      Geoestadística por los trabajos de G. Matheron en la
      Escuela
      Superior de Minas de París, basado en conceptos
      iniciales de trabajos de H.S. Sichel en 1947 y 1949, en la
      aplicación de la distribución lognormal en minas de oro,
      seguido por la famosa contribución de D.G. Krige en la
      aplicación del análisis de regresión entre
      muestras y bloques de mena. Estos trabajos fijaron la base de
      la Geoestadística Lineal, además, de la
      introducción de la teoría de funciones
      aleatorias por B. Matern en el estudio de la variación
      espacial de campos forestales. La Geoestadística se
      consolidó y desarrollo en los últimos 30
      años como ciencia aplicada casi exclusivamente en el
      campo minero, la cual ha sido ampliamente usada (Arik, 1992;
      Rivoirard y Guiblin, 1997), existiendo como ciencia aplicada
      que da respuesta a necesidades prácticas y concretas.
      Se reconoce como una rama de la estadística tradicional, que parte de
      la observación de que la variabilidad o
      continuidad espacial de las variables distribuidas en el
      espacio tienen una estructura
      particular (Journel y Huijbregts, 1978; Curran y Atkinson,
      1998), desarrollándose herramientas matemáticas para el
      estudio de estas variables dependientes entre si, llamadas
      según Matheron variables regionalizadas, quien
      elaboró su teoría como se presenta en Matheron
      (1970), Journel y Huijbregts (1978), David (1977) y de
      Fouquet (1996). En resumen, la aplicación de la
      teoría de los procesos
      estocásticos a los problemas
      de evaluación de reservas de distintos tipos de
      materias primas minerales y en general a las ciencias
      naturales en el análisis de datos distribuidos
      espacial y temporalmente (Christakos y Raghu, 1996) dio
      origen a lo que hoy se conoce como
      Geoestadística.

    3. Problema
      que dio origen a la Geoestadística

      La Geoestadística se define como la
      aplicación de la Teoría de Funciones Aleatorias
      al reconocimiento y estimación de fenómenos
      naturales (Journel y Huijbregts, 1978), o simplemente, el
      estudio de las variables numéricas distribuidas en el
      espacio (Chauvet, 1994), siendo una herramienta útil
      en el estudio de estas variables (Zhang, 1992). Su punto de
      partida es asumir una intuición topo-probabilista
      (Matheron, 1970). Los fenómenos distribuidos en el
      espacio, la mineralización en un yacimiento mineral
      por ejemplo, presenta un carácter mixto, un comportamiento caótico o aleatorio a
      escala
      local, pero a la vez estructural a gran escala (figura
      1).

        Para ver el
      gráfico seleccione la opción "Descargar" del
      menú superior

      Se puede entonces sugerir la idea de interpretar
      este fenómeno en términos de Función Aleatoria (FA), es decir, a
      cada punto x del espacio se le asocia una Variable Aleatoria
      (VA) Z(x), para dos puntos diferentes x e y, se
      tendrán dos VAs Z(x) y Z(y) diferentes pero no
      independientes, y es precisamente su grado de
      correlación el encargado de reflejar la continuidad de
      la mineralización, o de cualquier otro fenómeno
      en estudio, de modo que el éxito de esta técnica es la
      determinación de la función de
      correlación espacial de los datos (Zhang, 1992). Su
      estimador, El Krigeaje, tiene como objetivo encontrar
      la mejor estimación posible a partir de la
      información disponible, y en efecto, el valor
      estimado obtenido Z*(x) de un valor real y desconocido Z(x),
      consiste en una combinación lineal de pesos asociados
      a cada localización donde fue muestreado un valor
      Z(xi) (i = 1,…n) del fenómeno estudiado,
      observando dos condiciones fundamentales: 1.- que el
      estimador sea insesgado. E[Z* – Z] = 0, y 2.- que la varianza
      Var[Z* – Z] sea mínima, consiguiéndose de este
      modo minimizar la varianza de error de
      estimación.

      A diferencia de otros métodos de
      interpolación, como por ejemplo el inverso de la
      distancia, el krigeaje utiliza en la estimación las
      características de variabilidad y correlación
      espacial del fenómeno estudiado, por lo que su uso
      implica un análisis previo de la información
      con el objetivo de definir o extraer de esta
      información inicial un modelo que
      represente su continuidad espacial. Una vez logrado, estamos
      en condiciones de obtener el mejor valor posible en cada
      localización o bloque a estimar a partir de los datos
      medidos, acompañada de la varianza de krigeaje como
      medida del error de la estimación realizada (Armstrong
      y Carignan, 1997), lo que distingue al krigeaje de otros
      métodos de interpolación (Abasov et al., 1990;
      de Fouquet, 1996; Carr, 1995).

    4. Geoestadística,
      concepto

      Continuando con el caso minero, la
      información inicial para realizar el cálculo de
      reservas es el resultado del análisis de los testigos
      de perforación, o muestras de afloramiento, obtenido
      en los laboreos de exploración, que como una variable
      aleatoria puede tomar cualquier valor dentro de un rango
      determinado. Esta es la característica fundamental que
      distingue a este tipo de variable, además de su valor,
      una posición en el espacio, hecho éste al que
      Matheron denominó Variable Aleatoria
      Regionalizada
      (Matheron, 1970), la cual está
      presente en la mayor parte de los estudios geológicos
      (Pawlowsky et al., 1995) y fenómenos naturales (de
      Fouquet, 1996). Al respecto en Journel y Huijbregts (1978) y
      David (1977) se dedica el capítulo II y V
      respectivamente a la teoría de la variable
      regionalizada. Capítulos donde se presentan los
      conceptos fundamentales de la Geoestadística, en la
      que particularmente Journel y Huijbregts (1978) plantea que
      la definición de variable regionalizada como una
      variable distribuida en el espacio es puramente descriptiva y
      envuelve una interpretación probabilística,
      refiriéndose a que, desde el punto de vista
      matemático una variable regionalizada es simplemente
      una función f(x) que toma valores en todos los puntos
      x de coordenadas (xi, yi,
      zi) en el espacio tridimensional. Sin embargo, es
      muy frecuente que estas funciones varíen tan
      irregularmente en el espacio que impiden un estudio
      matemático directo, y se hace necesario realizar un
      análisis de variabilidad de la información
      disponible, sugiriendo un estudio profundo de la
      función variograma como veremos más
      adelante.

      En términos teóricos es oportuno
      aclarar que una variable aleatoria (VA) es una variable que
      puede tomar ciertos valores de acuerdo a cierta
      distribución de probabilidades. Un valor medido en
      cada punto xi es considerado como una
      realización z(xi) de una VA
      Z(xi) cuya media es m(xi). En los
      puntos x donde no existen valores medidos es desconocida la
      propiedad
      que se estudia, pero están bien definidos y pueden
      asimismo considerarse variables aleatorias Z(x). Al conjunto
      de todas las mediciones z(x) en el área de estudio de
      la variable regionalizada puede considerarse como una
      realización particular del conjunto de VAs (Z(x),
      x Î
      área de estudio). A este conjunto de VAs se
      llama Función Aleatoria y se escribe Z(x) (Journel y
      Huijbregts, 1978; Armstrong y Carignan, 1997). De modo que al
      extender el concepto de
      función aleatoria al espacio de una o más
      dimensiones, aparece la noción aleatoria y estructural
      de una variable regionalizada: primero Z(x) como VA y segundo
      que las VAs Z(x) y Z(x+h) no son en general independientes,
      si no que están relacionadas por la estructura
      espacial de la variable regionalizada original
      Z(x).

      1. Conceptos de variable aleatoria
        regionalizada

      En el estudio de las variables aleatorias
      regionalizadas es importante presentar conceptos que se
      señalan en Journel y Huijbregts (1978) y David (1977)
      y que son utilizados por la mayoría de los autores
      donde se aplican los métodos geoestadísticos
      como herramienta fundamental de trabajo.

      Estos conceptos son:

      Región: se refiere al espacio en el
      cual existe y se estudia el fenómeno
      natural.

      Localización: Es el punto de una
      región en la cual se define una variable aleatoria
      regionalizada.

      Soporte Geométrico: Está
      determinado por el elemento físico sobre el cual se
      realiza la determinación de la variable aleatoria
      regionalizada, esto no es más que la muestra
      unitaria, sobre la cual estudiaremos el atributo de
      interés.

      Momentos de primer orden:

      Si la función de distribución de
      Z(xi) tiene una media definida, será una
      función de la localización
      xi. m(xi) = E{ Z(xi)}

      Momento de segundo orden:

      Si la varianza (Var) de Z(xi) existe,
      entonces se define como el momento de segundo orden y
      será también una función de la
      localización xi.

      Var { Z(xi)} = E{ [Z(xi) –
      m(xi)] 2}

      Si la varianza de las variables Z(xi) y
      Z(xj) existe entonces la covarianza (Cov) de las
      éstas también existe y es función de las
      localizaciones xi y xj.

      Cov[Z(xi), Z(xj)] =
      E{
      [Z(xi) – m(xi)][Z(xj)
      – m(xj)]}

      si xi = xj
      ; Cov[Z(xi), Z(xj)] = Var
      {
      Z(xi)}

      La función variograma o función
      estructural se define como la varianza de la diferencia
      Z(xi) – Z(xj).

      Var{
      Z(xi) – Z(xj)} = 2g (xi,
      xj}

      la magnitud g (xi,
      xj} = ½ Var{ Z(xi) –
      Z(xj)}
      se denomina semivariograma.

      También se puede definir el correlograma
      estandarizando, la covarianza para los
      valores xi – xj = h = 0
      como: r (h)
      = C(h)/C(0) -1 £ r
      £
      1

      donde: C(h) es la covarianza a la distancia
      h,

      C(0) es la covarianza en el origen.

      Existen relaciones entre estas medidas de
      correlación:

      g
      (h} =
      C(0) – C(h) con g
      (0) = 0

      r
      (h) = 1 – g
      (h)/C(0)

    5. Variables
      aleatorias regionalizadas

      Como la forma en que se presenta la
      información es muy diversa (Journel y Huijbregts,
      1978), la geoestadística se construye asumiendo
      condiciones de estacionaridad. Por lo que es necesario
      aceptar el cumplimiento de ciertas hipótesis sobre el carácter de
      la función aleatoria o procesos estocásticos
      estudiados, llamadas Hipótesis de la
      Geoestadística. Estas son según Journel y
      Huijbregts (1978) y David (1977): La Estacionaridad Estricta,
      La Estacionaridad de Segundo Orden, La Hipótesis
      Intrínseca y los Procesos
      Cuasiestacionarios.

      I- Estacionaridad Estricta. Se dice que Z(x)
      es estrictamente estacionaria si la función de
      distribución de probabilidades de las variables
      aleatorias regionalizadas Z(xi) son iguales entre
      sí, independiente de la localización
      xi, lo que requiere que los momentos de distinto
      orden para cada variable aleatoria regionalizada sean
      completamente independientes de la localización
      xi. Esta condición como su nombre lo indica
      es demasiado restrictiva al estudiar la mayoría de los
      fenómenos encontrados en la
      práctica.

      II- Estacionaridad de Segundo Orden. Esta
      condición es más frecuente en la
      práctica, la misma exige que:

      1) E{
      Z(xi)} = m, existe y no depende de la
      localización xi.

      2) La función covarianza,
      Cov{
      Z(xi) – Z(xj)} , exista y sólo
      dependa de la longitud del vector h = xi –
      xj o sea.

      C(h) = Cov{ Z(xi),
      Z(xj)}
      = E{
      Z(xi), Z(xi+h)} – m2

      Esta hipótesis requiere la estacionaridad
      sólo para la media y para la función de
      covarianza de la variable aleatoria regionalizada. La segunda
      condición implica, estacionaridad de la varianza y del
      variograma.

      1o Var[Z(xi)] =
      E{
      [Z(xi) –
      m]2} = C(0) " x

      2o g (h) = E{
      [Z(xi)]2} – E{ Z(xi),
      Z(xi+h)} " x

      como E[Z(xi), Z(xi+h)] = C(h)
      + m2

      y E[Z2(xi)] = C(0) +
      m2

      g
      (h) = C(0) + m2 – (C(h) +
      m2)

      g
      (h) = C(0) – C(h).

      Como se observa en la última
      expresión g
      (h) y C(h), son dos herramientas que permiten expresar
      la correlación entre la variable aleatoria
      regionalizada Z(xi) y Z(xi+h),
      separadas por el vector h.

      III- Hipótesis Intrínseca. Una
      función aleatoria Z(x) se dice intrínseca
      cuando:

      a) Su esperanza matemática existe y no depende de la
      localización xi.

      E{
      Z(x)}
      = m "
      x

      b) Para todo vector h el incremento [Z(x+h) – Z(x)]
      tiene varianza finita y no depende de la localización
      xi:

      Var{
      Z(x+h) – Z(x)} = E{ [Z(x+h) –
      Z(x)]2} = 2g (h) " x

      Cuando se cumple esta condición se dice que
      la función aleatoria Z(x) es homogénea. Esta
      condición se encuentra con bastante frecuencia en la
      naturaleza,
      pues existen muchos procesos que no tiene varianza finita y
      sin embargo, poseen una función variograma
      finita.

      La estacionaridad de segundo orden, siempre implica
      la condición intrínseca (homogeneidad), sin
      embargo la relación inversa no siempre se
      cumple.

      IV- Procesos Cuasiestacionarios. En la
      práctica la función estructural, covarianza o
      semivariograma, es sólo usada por límites | h| £
      b. El límite b representa la extensión de
      la región en la que el fenómeno estudiado
      conserva cierta homogeneidad del comportamiento de
      Z(xi). En otros casos, b pudiera ser la magnitud
      de una zona homogénea y dos variables Z(x) y Z(x+h) no
      pueden ser consideradas en la misma homogenización de
      la mineralización si |h| > b. En tales casos,
      podemos, y verdaderamente debemos, estar satisfecho con una
      función estructural C(x,x+h) o g (x,x+h), lo que no es
      más que estacionaridad local (para distancias h
      menores que el límite b). Esta limitación de la
      hipótesis de estacionaridad de segundo orden (o la
      hipótesis intrínseca si sólo el
      variograma es asumido) a sólo esas distancias
      |h|£ b
      corresponde a la hipótesis de cuasiestacionaridad.
      Está hipótesis es verdaderamente un compromiso
      de la escala de homogeneidad del fenómeno y la
      cantidad de datos disponibles.

      En la práctica según Armstrong y
      Carignan (1997) y Chica (1987) son dos las hipótesis
      que más se presentan: La Estacionaridad de Segundo
      Orden y la Hipótesis Intrínseca. Estas
      condiciones de estacionaridad se asumen en el desarrollo
      teórico, en la práctica deben ser verificadas
      en los datos antes de comenzar un estudio
      geoestadístico, para lo que se puede realizar un
      análisis estadístico de la información,
      de modo que se refleje de así el grado de
      confiabilidad en la aplicación de estos
      métodos.

    6. Hipótesis de
      la Geoestadística

      Antes de comenzar un estudio geoestadístico
      se deben discutir todos los elementos que aporten
      conocimientos del problema a resolver, la estructura
      geológica en que se desarrolla la
      mineralización o el fenómeno en estudio,
      organización y verificación de
      la información disponible y finalmente realizar el
      análisis exploratorio de los datos.

      Una vez obtenido los datos, es necesario que se
      controlen integralmente a fin de verificar de una parte su
      exactitud y de otra su representatividad. Es importante que
      se esté familiarizado con los datos, discutir todos
      los elementos necesarios a fin de conocer el problema a
      resolver (Armstrong y Carignan, 1997). En la minería
      los resultados son muy sensibles al nivel de
      información usado (Carrasco-Castelli y Jara-Salame,
      1998; Lantuéjoul, 1994), cualquier modificación
      involuntaria en la etapa inicial se refleja
      sistemáticamente durante todo el estudio (Armstrong y
      Roth, 1997; Armstrong y Carignan, 1997).

      1. Conceptos necesarios de
        estadística básica

      Con el objetivo de conocer la información
      disponible se puede hacer un análisis de la estadística descriptiva (Krajewski y
      Gibbs, 1993; Journel y Huijbregts, 1978; David, 1977). A
      continuación se presenta un resumen de los conceptos
      necesarios de estadística básica.

      A: Cálculos estadísticos o
      estadística descriptiva.
      Permiten determinar si la
      distribución de los datos es normal, lognormal, o si
      no se ajustan a una distribución estadística,
      lo cual implica tener conocimiento de:

      1.- Numero de casos: Es el número de
      valores muestreados del fenómeno en estudio,
      representados por n y los datos por xi, i = 1, . .
      . , n, que llamamos distribución.

      2.- Rango de la distribución: Es la
      diferencia entre el valor máximo y el
      mínimo.

      3.- Media: Es la media aritmética de
      la distribución, dado por la
      fórmula:

      4.- Moda:
      Es el valor más frecuente de la
      distribución.

      5.- Mediana: Es el valor para el cual la
      mitad de los datos son menores y la otra mitad están
      por encima de este valor.

      Si ordenamos los datos en orden ascendente podemos
      calcular la mediana como.

      ì
      X(n+1)/2 si n es impar.

      M = í

      î
      (Xn/2 + Xn/2+1)/2 si n es
      par.

      La mediana es también llamada percentil 50,
      además los datos no solo se dividen en dos grupos, sino
      que se pueden dividir en cuatro partes, cuartiles, donde
      Q1 = percentil 25, Q2 = Mediana y
      Q3 = percentil 75, si los datos se dividen en 10,
      tenemos los deciles. De forma general estas medidas se pueden
      calcular por: [
      p(n+1)/100]
      ésima observación de los datos ordenados
      ascendentemente, donde p es el percentil que se desea
      calcular.

      6.- Varianza: Describe la variabilidad de la
      distribución. Es la medida de la desviación o
      dispersión de la distribución y se calcula por:

      La razón principal por la que se aboga por la
      división entre n-1 en la estimación de la
      varianza, es porque proporciona un mejor estimado; si
      dividimos por n-1 nos referimos a la varianza muestral
      S2 como un estimador insesgado de la varianza
      poblacional s
      2. Esto significa que si un experimento
      fuera repetido muchas veces se podría esperar que el
      promedio de los valores así obtenidos para
      S2 igualaría a s 2. Por otra parte si
      dividimos entre n los valores obtenidos para S2
      serían como promedio demasiado
      pequeño.

      7.- Desviación estándar:
      Describe la tendencia o dispersión de la
      distribución. Es la medida de desviación
      alrededor de la media. Se calcula por:

      s =

      8.- Coeficiente de asimetría: Describe
      la simetría de la distribución relativa a la
      distribución normal. Se calcula por:

      En la distribución normal la asimetría
      tiene valor cero, un valor negativo indica una cola a la
      izquierda y un valor positivo indica una cola a la
      derecha.

      9.- Curtosis: Describe el grado de esbeltez
      de la distribución, tomado por lo general en
      relación a una distribución normal, y se puede
      calcular por:

      La distribución normal tiene curtosis igual a
      tres, y es llamada mesocúrtica. A las distribuciones
      más agudas, con colas relativamente anchas, se les
      llama leptocúrticas, tienen valores de curtosis
      mayores que tres, y las distribuciones más bien
      achatadas en el centro se llaman platicúrticas, tienen
      valores menores que tres, en ocasiones se acostumbra a
      definir la curtosis como a 4 – 3.

      10.- Error estándar: Describe el grado
      de conocimiento de los datos y se puede calcular
      por:

      e =

      La distribución normal tiene un valor de
      error estándar menor que 1.25 y la distribución
      lognormal o una distribución con tendencia positiva,
      tiene valores de error estándar mayores que
      1.25.

      11.- Coeficiente de variación: Es una
      medida de la variación relativa de los datos y puede
      ser calculado por:

      CV = S/Xm

      y en porcentaje como: 100 CV = 100 (S/Xm)
      %

      Proporciona una comparación entre la
      variación de grandes valores y la variación de
      pequeños valores. Las técnicas de
      Geoestadística Lineal que predomina en el campo de las
      geociencias producen los mejores resultados cuando el
      coeficiente de variación es menor que uno, CV
      < 1. Para
      CV > 1 se
      recomiendan técnicas de Geoestadística no
      Lineal.

      12.- Prueba Chi-Cuadrado: Permite determinar
      si la distribución es normal, lognormal o alguna otra
      distribución probabilística, es su lugar puede
      ser usada la prueba "Kolmogorov Smirnov" como se refleja por
      muchos autores es más robusta.

      13.- Prueba t-Student: Permite determinar si
      en una distribución bimodal las medias de las
      poblaciones son estadísticamente
      diferentes.

      B: Construcción de gráficos estadísticos: Estos
      gráficos permiten ilustrar y entender las
      distribuciones de los datos, identificar datos errados,
      valores extremos, los mismos incluyen:

      1.- Mapa base, sección cruzada y vista en
      perspectiva:
      Son usados para visualizar la
      relación espacial en 2 y 3 dimensiones, permiten
      encontrar errores en la información.

      2.- Histogramas: Son usados para ver las
      características descriptivas de la
      distribución. Es un gráfico de barras donde en
      las abscisas aparecen los límites de las clases y en
      las ordenadas las frecuencias correspondientes a cada
      clase.

      3.-Frecuencia acumulativa: Usado para
      identificar el tipo de distribución muestral y ayuda a
      determinar si están presentes poblaciones mixtas. Es
      un gráfico de límite de clase contra frecuencia
      acumulada.

      En el caso de gráficos estadísticos es
      útil usar los gráficos de frecuencia absoluta,
      relativa, acumulativa y el diagrama
      de dispersión, como se presenta en muchos sistemas.

      Todos estos elementos permiten decidir sobre las
      condiciones de estacionaridad vistas anteriormente. Muchos
      autores sólo toman como elementos fundamentales de
      estadística básica que: la media y la mediana
      tome valores próximos; el coeficiente de
      variación sea inferior a 1; la distribución de
      los datos esté próxima a la curva normal y no
      existan valores extremos que afecten el desarrollo del
      análisis estructural.

    7. Conocimiento
      del problema
    8. El
      análisis estructural

    El análisis estructural o estudio
    variográfico según (Armstrong y Carignan, 1997)
    está compuesto por:

    • El cálculo del semivariograma
      experimental.
    • El ajuste a este de un modelo teórico
      conocido.

    El cálculo del semivariograma experimental es la
    herramienta geoestadística más importante en la
    determinación de las características de
    variabilidad y correlación espacial del fenómeno
    estudiado (Chica, 1987), es decir, tener conocimiento de como la
    variable cambia de una localización a otra (Lamorey y
    Jacobsom, 1995; Issaks & Co.,1999), representando el
    útil más importante de que dispone el
    geoestadístico para el análisis del fenómeno
    mineralizado o de la variable de distribución espacial en
    estudio (Sahin et al.,1998; Genton, 1998a). Este análisis
    tiene como condicionantes: la distribución
    estadística, la existencia de valores aberrantes o
    anómalos, la presencia de zonas homogéneas o
    posibles zonaciones en la distribución de las leyes.

    Puede ser calculado inicialmente el semivariograma
    medio, global u "omnidireccional" (ver El Semivariograma
    Experimental), proporcionando una idea inicial de la variabilidad
    espacial de los datos, siendo el más idóneo para
    representar u obtener una estructura clara y definida.
    Posteriormente deben ser calculados los semivariogramas en
    diferentes direcciones, puede ser calculado en 4 direcciones
    separadas 45º con tolerancia
    angular de 22.5º, comenzando por 0º (figura 2a) hasta
    encontrar la dirección de máxima o mínima
    variabilidad (figura 2b), pueden ser calculados también,
    más específicamente, en 8 direcciones separadas por
    22.5º. Una forma rápida y práctica de
    visualizar la existencia de anisotropía es mediante el
    cálculo del "Mapa de Variogramas" (Frykman y Rogon, 1993;
    Homand-Etienne et al.,1995; Isaaks & Co.,1999), el cual
    además permitirá obtener la dirección
    inicial aproximada para el cálculo de los semivariogramas
    direccionales, permitiendo un análisis adecuado de
    anisotropía. Posteriormente, dependiendo de la

    continuidad espacial, es suficiente sólo calcular
    dos semivariogramas separados 90º.

    Ahora, el semivariograma experimental obtenido no es
    utilizado en el proceso de
    estimación, debe ser ajustado a éste uno a varios
    modelos teóricos, obteniéndose un modelo o
    función analítica que caracteriza la continuidad
    espacial de la variable estudiada. Los modelos de variograma
    teórico utilizado en el proceso de estimación o
    simulación deben satisfacer ciertas condiciones, es decir
    tienen que ser "definido positivo" o de "tipo positivo" (Deutsch,
    1994; Myers, 1992; Cressie y Grondona, 1992) de lo contrario
    puede existir el riesgo de
    encontrar varianzas negativas que no tienen sentido (Armstrong y
    Carignan, 1997). En general el ajuste a modelos teóricos
    para la determinación de los parámetros del
    semivariograma se realiza de forma visual. En ocasiones se
    efectúan ajustes polinomiales por el método de los
    mínimos cuadrados u otras variantes, que aunque se
    encuentra el mejor ajuste, no siempre se verifica la
    condición de que el variograma obtenido sea siempre de
    tipo positivo, siendo insatisfactorio (Genton, 1998b), por lo que
    se recomienda el uso de modelos autorizados. Finalmente debe
    obtenerse uno o varios modelos de variogramas con los
    correspondientes valores de meseta y alcance. El modelo de
    variograma seleccionado debe representar fielmente los aspectos
    que se suponen importantes del variograma experimental
    (Wackernagel, 1995), que serán usados posteriormente en el
    proceso de estimación o simulación.

    1. El semivariograma
      experimental

    El variograma se define como la media aritmética
    de todos los cuadrados de las diferencias entre pares de valores
    experimentales separados una distancia h (Journel y Huijbregts,
    1978), o lo que es lo mismo, la varianza de los incrementos de la
    variable regionalizada en las localizaciones separadas una
    distancia h.

    Var{Z(x+h)-Z(x)} = 2g (h)

    La función g (h) se denomina semivariograma, la cual
    puede ser obtenido por la expresión.

    donde: Np(h) es el número de pares a la
    distancia h.

    h es el incremento.

    Z(xi) son los valores
    experimentales.

    xi localizaciones donde son medidos los
    valores z(xi).

    Esta expresión de g (h) representa el útil más
    importante en todo estudio geoestadístico (Armstrong y
    Carignan, 1997; Weerts, y Bierkens, 1993; Chica, 1987). Su
    cálculo no consiste en una simple evaluación de su
    expresión, según se plantea en (Krajewski y Gibbs,
    1993; Journel y Huijbregts, 1978; David, 1977; Xie y Myers,
    1995a; Pannatier, 1993) esta operación está
    relacionada con los elementos siguientes:

    • La dirección en la que será calculado
      el semivariograma, uno o dos ángulos que definen una
      dirección en el espacio a y/o b con tolerancias angulares
      da y/o
      db . El
      semivariograma calculado usando tolerancia angular de 90º
      se denomina "semivariograma medio", "global" u
      "omnidireccional" como ya se indicó.
    • El incremento o paso en el cálculo del
      semivariograma h y su tolerancia lineal dh, se recomienda que
      el valor de dh sea la mitad del incremento inicial.
    • Una distancia, que representa la distancia
      máxima a que pueden estar alejados los segundos puntos
      del par con respecto a la línea que define la
      dirección de cálculo, conocido como ancho de
      banda.
    • La distancia Lmax hasta la cual
      será calculado del semivariograma. Se recomienda que
      ésta sea la mitad de la distancia entre las muestras
      más alejadas (Armstrong y Carignan, 1997; Krajewski y
      Gibbs, 1993), aunque dependiendo de la geometría del fenómeno
      regionalizado en algunos casos puede ser calculado hasta una
      distancia superior.

    Definido los elementos anteriores, se evalúa la
    expresión del semivariograma para todos los pares de
    localizaciones separadas a la distancia h que cumplan las
    siguientes condiciones:

    1.- La distancia entre las localizaciones xi y xi+h sea
    mayor que h-dh y menor que h+dh, o lo que es lo mismo, el segundo
    punto del par esté incluido en el espacio definido por
    h-dh y h+dh encontrándose el primer punto del par en el
    origen o (figura 3), este origen se mueve entre las muestras a
    analizar.

     Para ver el
    gráfico seleccione la opción "Descargar" del
    menú superior

    2.- El ángulo formado entre la línea que
    une los dos puntos del par y la dirección 0o
    debe estar incluido entre a -da
    y a
    +da
    (figura 4).

     Para ver el
    gráfico seleccione la opción "Descargar" del
    menú superior

    3.- La distancia entre el segundo punto del par y la
    línea que define la dirección de cálculo del
    semivariograma no debe superar el ancho de banda (Deutsch y
    Journel, 1998) (figura 5).

    Finalmente se representan gráficamente los
    valores de g (h)
    en función de h.

      Para ver el
    gráfico seleccione la opción "Descargar" del
    menú superior

    El gráfico de g (h) tiene las siguientes
    características según (Armstrong y Carignan, 1997;
    Krajewski y Gibbs, 1993; Curran y Atkinson, 1998) (figura
    6).

    • Pasa por el origen (para h=0, g (h)=0)
    • Es en general una función creciente de
      h.

    En la mayor parte de los casos g (h) crece hasta cierto
    límite llamado meseta, en otros casos puede crecer
    indefinidamente. El comportamiento en el origen puede tener
    diferentes formas, las cuales son según Journel y
    Huijbregts (1978), Armstrong y Carignan (1997), Chica (1987)
    (figura 7):

    Parabólico: Caracteriza a una variable muy
    regular, siendo continua y diferenciable.

    Lineal: Caracteriza a una variable continua, pero
    no diferenciable, es decir menos regular.

    Discontinuidad en el origen: "Efecto de pepita",
    es el caso en que g
    (h) no tiende a cero cuando h tiene a cero. Representa a
    una variable muy irregular.

    Discontinuo puro: Llamado también ruido blanco,
    representa el caso de mayor discontinuidad, siendo el caso limite
    de ausencia de estructura, donde los valores de dos puntos
    cualesquiera no tienen correlación alguna.

    1. Construcción del semivariograma
      experimental en 2D

    A continuación se presentan ocho pasos para la
    construcción del semivariograma experimental para datos
    distribuidos en dos dimensiones, resultado del análisis
    realizado en la bibliografía consultada.

    Sea Z(x) una función aleatoria con N variables
    aleatorias regionalizadas Z(xi) donde x =
    { x,
    y} es la
    localización y Z(xi) es el valor medido
    correspondiente. Dados una dirección a través de un
    ángulo a
    en la cual se desea calcular el semivariograma,
    da una
    tolerancia angular, dh una tolerancia lineal y el ancho de
    banda.

    Se proponen los siguientes pasos:

    1.- Calcular la cantidad de pares de datos posibles por:
    Np = N(N-1)/2

    2.- Para cada par, calcular la distancia entre las
    localizaciones correspondientes por:

    i =
    1, . . . , Np

    almacenando para cada i:

    – P1: Número del primer punto del par,

    – P2: Número del segundo punto del
    par,

    – d: Valor de la distancia entre los dos puntos del
    par.

    – Angulo a
    ´ que fija la dirección de la recta que pasa
    por los dos puntos del par.

    3.- Ordenar ascendentemente el grupo de datos
    anteriores por la distancia.

    4.- Calcular la amplitud máxima del
    semivariograma Lmax como Lmax =
    Dmax/2, donde Dmax es la distancia a que
    están separadas las localizaciones más lejanas.
    Esto es la máxima distancia calculada en el paso (2), o lo
    que es lo mismo, el último valor después del
    ordenamiento del paso anterior.

    5.- Fijar una distancia h inicial conocida como paso o
    incremento del semivariograma, se recomienda la distancia
    promedio entre las muestras contiguas. Para los múltiplos
    de esta distancia será calculada g (h), por la expresión del
    semivariograma. Esto indica la cantidad de puntos a procesar en
    el semivariograma, el cual se puede obtener como Lmax
    / h

    6.- Calcular la expresión del semivariograma para
    todos los pares almacenados en el paso (2) que cumplan las
    condiciones siguientes:

    1. La distancia d sea mayor que h-dh y menor que h+dh,
      es decir, h-dh £ d £ h+dh. Si esta condición se
      cumple examinar la condición b, de lo contrario
      continuar con la distancia siguiente.
    2. El ángulo a ´ formado entre las líneas que
      parten del primer punto del par en la dirección
      0o y la que pasa por los dos puntos del par en la
      dirección positiva, es decir, en contra de las
      manecillas del reloj, sea mayor que a -da y menor que a +da , es decir, a -da £
      a ´
      £ a +da . Si esta condición se cumple
      examinar la condición c, de lo contrario continuar con
      la distancia siguiente
    3. La distancia entre el segundo punto del par y la
      línea que pasa por el primer punto en la
      dirección a
      no supere el ancho de banda.

    Observaciones:

    • Note que como los datos almacenados en el paso (2)
      están ordenados ascendentemente por la distancia, este
      paso se interrumpe cuando la distancia siguiente sea mayor que
      h+dh, y aquí precisamente, comienza la próxima
      iteración.
    • Al interrumpir este paso calcular el semivariograma
      con los pares que cumplieron las condiciones a, b y c,
      así obtenemos un valor de g (h) correspondiente al incremento h
      actual.

    7.- Incrementar la distancia h en su propio valor, es
    decir, h será el próximo múltiplo del h
    inicial. Si el nuevo valor de h no supera el valor de L. Regresar
    al paso (6) de lo contrario continuar el siguiente
    paso.

    8.- Al finalizar el paso (7) debemos tener para cada
    valor transitado por h un valor calculado de g (h), los cuales serán
    representados en un gráfico X-Y donde en la abscisa
    representan los valores de h y en la ordenada los de
    g (h). Obteniendo
    así el semivariograma experimental o empírico para
    una dirección, incremento y tolerancias
    definidas.

    1. Para la construcción del semivariograma 3D
      es necesario incorporar a la dirección del
      cálculo un nuevo ángulo b que permita fijar unido al
      ángulo a
      una dirección en el espacio tridimensional. El
      ángulo b
      debe variar entre -90o y 90o,
      teniendo en cuenta que los valores extremos coinciden con
      la dirección vertical y son independientes de la
      dirección del ángulo a

      La construcción del semivariograma 3D es
      similar al 2D con cambios en dos de sus pasos presentados
      anteriormente:

      1.- En el paso 2: el cálculo de la
      distancia se sustituye por:

      Almacenar para cada i además: Otro
      ángulo b
      ´ que fija junto al ángulo
      a ´ la
      dirección de la recta que pasa por los dos puntos
      del par en tres dimensiones.

      2.- En el paso 6 punto b, la dirección que
      contiene a los dos puntos del par debe estar incluida en el
      ángulo sólido formado por la dirección
      del cálculo del semivariograma y la tolerancia
      da , con
      centro en el primer punto del par.

      En el caso del cálculo del semivariograma
      en tres dimensiones, aún cuando teóricamente
      pueden ser calculados, en la práctica nos
      encontramos una dirección que juega un rol diferente
      a la del resto (Armstrong y Carignan, 1997). En el caso
      minero las variaciones a través de los estratos es
      diferente a su comportamiento a lo largo de un estrato,
      esto unido a la forma en que se realiza la
      exploración, varios pozos distanciados decenas de
      metros y cada uno contiene un conjunto de muestras
      mineralizadas con una longitud del orden de 1 m. Es
      recomendable entonces analizar está dirección
      por separado y desarrollar un análisis de
      variabilidad espacial en la dirección vertical, es
      decir, perpendicular a la estructura geológica y
      otro análisis en la dirección horizontal, a
      lo largo de la estructura geológica, utilizando en
      este caso compósitos de la zona de interés,
      realizando además, un análisis de
      anisotropía. Elementos que permitirán
      describir la variabilidad en tres dimensiones.

    2. Construcción del semivariograma
      en tres dimensiones 3D
    3. Problemas más comunes
      encontrados en el cálculo de
      semivariograma

    De lo expresado hasta aquí, además de lo
    planteado en muchos textos de geoestadística, se puede
    obtener la impresión de que es fácil el
    cálculo del semivariograma experimental (Armstrong y
    Carignan, 1997). La fuente de problemas que se pueden presentar
    en la realización del un análisis estructural es
    muy variada, lo que está en correspondencia con la
    variedad de casos que se presentan en la naturaleza. Algunos de
    los problemas más comunes discutidos en Armstrong y
    Carignan (1997) son:

    El valor idóneo del incremento h: Una
    inadecuada selección
    de h puede proporcionar un semivariograma errático, aunque
    no se puede dar un criterio exacto o aproximado sobre cual el
    mejor valor de h, es recomendable recalcular g (h) para distintos valores de h,
    hasta encontrar una forma suavizada del mismo.

    Distribuciones con valores extremos: La
    existencia de valores extremos, altos o bajos, en una
    distribución, puede conducir a la obtención de un
    variograma fuertemente errático. En este caso la
    solución puede ser simple, eliminar los datos extremos,
    porque pueden ser ocasionados por errores, en otros casos pueden
    encontrarse en zonas geográficamente distintas y pueden
    ser tratados de
    manera separada.

    Una herramienta útil para la detección de
    valores extremos y encontrar el incremento adecuado puede ser,
    calculado la "Nube de Variogramas" (Armstrong y Carignan,
    1997), el cual consiste en representar los valores de
    [Z(xi+h)-Z(xi)]2/2 contra h, para cada par posible de
    la información inicial.

    La existencia de poblaciones mixtas: Existen
    datos que pueden mostrar diferentes poblaciones, los cuales
    pueden estar estadísticamente diferenciados. En muchos
    casos las poblaciones están geográficamente
    diferenciadas, donde se recomienda tratar las zonas por separado.
    En otros casos las poblaciones se presenten mezcladas
    geográficamente, en este caso una solución puede
    ser un cambio de
    escala, con lo que se logra reducir la diferencia de los valores
    extremos.

    En Krajewski y Gibbs (1993) se presentan otras razones
    por los que los semivariogramas son erráticos, las cuales
    son: 1.- No hay suficientes muestras, 2.- Las muestras no son
    representativas del fenómeno, 3.- Las clasificaciones de
    las muestras no son válidas, 4.- El área estudiada
    es no homogénea, 5.- Pequeños o largos conjuntos de
    datos son necesarios, 6.- Pequeñas o largas distancia
    deben ser calculadas, 7.- Más o menos distancias deben ser
    calculadas, 8.- Pequeñas tolerancias son necesarias, 9.-
    Las muestras pueden tener localizaciones incorrectas, 10.- Los
    valores muestreados pueden ser erróneos.

    El problema fundamental en la obtención de un
    semivariograma correcto es, la elección adecuada de los
    intervalos de distancias para los cuales será calculado el
    semivariograma, de modo que en éstos la cantidad de pares
    encontrados sea suficiente desde el punto de vista
    estadístico.

    1. El modelado de semivariogramas incluye dos etapas
      fundamentales (Xie y Myers, 1995a), una vez construido el
      semivariograma experimental o empírico es necesario
      ajustar a este un modelo teórico, con el objetivo de
      determinar los parámetros descriptivos del
      semivariograma que posteriormente serán usados en la
      estimación (ASCE Task, 1990; Journel y Huijbregts,
      1978; David, 1977; Lamorey y Jacobsom, 1995; Pannatier,
      1993; Arik, 1990; Dubrule, 1994).

      1. Los parámetros del semivariograma
        caracterizan tres elementos importantes en la
        variabilidad de un atributo que son: la discontinuidad
        en el origen (existencia de efecto de pepita), el valor
        máximo de variabilidad (meseta), y el
        área de influencia de la correlación
        (alcance), (figura 8). como se presentan en Krajewski y
        Gibbs (1993), Journel y Huijbregts (1978), David
        (1977), Echaabi (1995), Lamorey y Jacobsom (1995),
        Wallace y Hawkims (1994), Pannatier (1993), Arik
        (1990), Pitard (1994), y se describen a
        continuación.

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        El Efecto Pepita (Nugget):
        El semivariograma por definición es nulo
        en el origen, pero en la práctica las funciones
        obtenidas pueden presentar discontinuidad en el origen,
        a esta discontinuidad se le llama efecto de
        pepita
        , en ingles (Nugget effect). Puede ser
        obtenido trazando una línea recta entre los
        primeros puntos del semivariograma empírico y
        extender ésta hasta que se intercepte con el eje
        Y. Si esta intersección ocurre por debajo de
        cero, el valor asumido por este efecto es cero, pues
        valores negativos de g (0) no tienen significado y no es
        común. El efecto pepita se representa como
        Co.

        La Meseta (Sill): Es el valor de
        g (h) para el
        cual con el aumento de h su valor permanece constante,
        se representa como (CT = C + Co)
        y se denomina meseta. Puede obtenerse trazando una
        línea paralela a la abscisa y que se ajuste a
        los puntos de mayor valor del semivariograma y su valor
        se lee en la intersección de esta línea
        con la ordenada.

        El Alcance (Range): La distancia h para
        la cual las variables Z(x) y Z(x+h) son independientes,
        se denomina alcance y se representa por (a), es decir,
        las distancias para la cual los valores de la variable
        dejan de estar correlacionados, o lo que es lo mismo,
        la distancia para la cual el semivariograma alcanza su
        meseta.

        El alcance siempre tiene valor positivo y
        puede ser obtenido a partir de la intersección
        de las líneas descritas en los puntos
        anteriores, ese punto leído en la abscisa es una
        fracción del propio alcance, fracción que
        se detallara posteriormente en la explicación de
        los modelos teóricos

      2. Parámetros del
        semivariograma

        Los modelos teóricos de semivariogramas
        admisible o autorizados más utilizados en la
        práctica se presentan en Journel y Huijbregts
        (1978) en los que coinciden Krajewski y Gibbs (1993),
        Deutsch y Journel (1998), Bacchi y Kottegoda (1995),
        Wackernagel (1995), Armstrong y Carignan (1997), Myers
        (1991c), Kiyono y Suzuki (1996). Atendiendo a las dos
        características más importantes en el
        modelado de semivariogramas que son según
        Journel y Huijbregts (1978): 1.- Su comportamiento en
        el origen, el cual puede ser linear, parabólico
        y con Efecto de Pepita y 2.- La presencia o ausencia de
        meseta. Estos modelos son:

        Efecto de Pepita: Corresponde a un
        fenómeno puramente aleatorio (ruido blanco), sin
        correlación entre las muestras, cualquiera sea
        la distancia que las separe, (figura 9), donde C
        representa el valor de la meseta.

        g (h) = 0
        h = 0

        = C | h | > 0

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        Modelo Esférico:
        Este modelo es probablemente el más
        utilizado, es una expresión polinomial simple,
        en su forma representada en la figura 10, se puede
        observar un crecimiento casi lineal y después a
        cierta distancia finita del origen se alcanza una
        estabilización, la meseta. La tangente en el
        origen encuentra a la meseta en el punto de abscisa
        (2/3)a, donde a representa el valor del
        alcance.

        g (h) = C
        [ (3/2)(h/a) – ½(h/a)3
        ]h £ a

        C h > a

        Modelo Exponencial: Este modelo a
        diferencia del esférico crece inicialmente
        más rápido y después se estabiliza
        de forma asintótica (figura 11). Como la meseta
        no se alcanza a una distancia finita, se usa con fines
        prácticos el "alcance efectivo" o "alcance
        práctico" a´, valor que se obtiene en el
        punto de abscisa para el cual el modelo obtiene el 95%
        de la meseta, con un valor a´=3a, donde a es el
        parámetro de escala. La tangente en el origen
        encuentra a la meseta en el punto
        a=(1/3)a´.

        g (h) = C
        [1 – Exp(-|h|/a)] |h| > 0

        Modelo Gaussiano: Este es un modelo
        extremadamente continuo (figura 12), inicialmente
        presenta un comportamiento parabólico en el
        origen, después al igual que en el modelo
        Exponencial se alcanza la meseta de forma
        asintótica. El alcance práctico tiene un
        valor de a´=1.73a, que es el valor de la abscisa
        donde se alcanza el 95% de la meseta.

        g (h)= C [
        1 – Exp(-|h|2/a2)] |h| >
        0

        Modelo con función potencia: Este es un modelo sin
        meseta, su forma se representa en la figura 13, para
        valores de a
        correspondientes a 0.5, 1.0 y 1.5.

        g (h) =
        |h|a
        con a
        Î ]0,
        2[

        Para el valor de a =1 en el modelo anterior se
        obtiene el modelo Lineal, al cual no tiene ni meseta ni
        alcance. Ahora por efectos prácticos, sin
        embargo, muchos programas informáticos denotan la
        pendiente del modelo lineal con la relación C/a
        (figura 14).

        g (h) =
        (C/a) |h|

        Se han presentado los modelos más
        usados en la práctica, aunque se debe
        señalar, existen otros modelos que son
        ampliamente descritos en el manual de referencias del sistema geoestadístico
        Isatis.

        Estos modelos pueden ser ajustados
        individualmente, aunque es posible encontrar en la
        práctica aplicaciones donde a los
        semivariogramas experimentales se les debe ajustar
        más de un modelo teórico, es decir, a
        través de superposición,
        nombrándose estructuras imbricadas (Krajewski y
        Gibbs, 1993; Journel y Huijbregts, 1978; David,
        1977).

        La selección del modelo y los
        parámetros apropiados a las
        características del semivariograma
        empírico, para ser usados en la
        interpolación geoestadística que veremos
        posteriormente es el punto más importante en el
        proceso planteando (Arik, 1990), además, esta
        selección es fundamental en el caso particular
        de la minería donde se presentan yacimientos:
        con irregularidad en la densidad de barrenos; sin una adecuada
        perforación; con alta asimetría en la
        distribución o que carecen de un modelado
        geológico propio. Al respecto se refieren muchos
        autores sobre el efecto negativo que puede tener en la
        estimación el uso del krigeaje sin un estudio de
        estructura espacial y la selección adecuada del
        modelo de semivariograma y sus
        parámetros.

      3. Modelos teóricos de
        semivariogramas

        Como el ajuste de los modelos teóricos
        al semivariograma experimental, se realiza de forma
        visual o interactiva, variando los valores
        Co (efecto de pepita), C + Co
        (meseta) y a (alcance), hasta coincidir con los
        parámetros que mejor se ajustan, es conveniente
        validar el modelo seleccionado y los parámetros
        meseta y alcance escogidos. Al respecto se discute la
        validación cruzada en Journel y Huijbregts
        (1978), Armstrong y Carignan (1997), Bacchi y Kottegoda
        (1995), Myers (1991b), Deutsch y Journel (1998), Xie y
        Myers (1995b), Kiyono y Suzuki (1996), Host (1995),
        Lajaunie (1997), Madani (1998), Carr (1994).

        El método de validación cruzada
        ha sido ampliamente utilizado para evaluar el grado de
        bondad de un modelo de semivariograma y reconocido como
        un método óptimo de estimación de
        sus parámetros. La operación de validar
        un semivariograma teórico ajustado a uno
        experimental siempre toma mucho tiempo, éste se considera como el
        último de los pasos importantes del
        análisis de variabilidad, debido a que una vez
        obtenido este resultado será utilizado en la
        estimación por krigeaje en cualquiera de sus
        variantes.

        1. Validación
          cruzada
      4. Validación del modelo
        teórico
    2. Modelado de
      semivariogramas

    Sea Z(x) una función aleatoria estacionaria con
    semivariograma g
    (h), su función de covarianza C(h) viene dada por
    C(h) = s
    2 – g
    (h) donde s
    2 es la varianza de Z(x). Sea Zx1,
    Zx2,…,Zxn los valores de Z(x) en n puntos
    medidos. La validación cruzada consiste en suprimir el
    i-ésimo valor medido Z(xi) y estimarlo a partir
    del resto de los datos. El valor estimado
    Z*(xi) se calcula por krigeaje, procedimiento
    explicado más adelante.

    Si se repite este proceso para los N puntos, se pueden
    calcular n errores de validación:

    E(xi) = Z*(xi)-
    Z(xi) i = 1, 2, . . . , N.

    Así se van probando diferentes valores de los
    parámetros del semivariograma hasta que los errores de
    validación cumplen los siguientes criterios
    estadísticos: (Journel y Huijbregts, 1978; David, 1977;
    Armstrong y Carignan, 1997).

    1. El error medio, dado por T1 = (1/n)
      å
      i=1,n [Z(xi) –
      Z*(xi)], debe ser aproximadamente igual a
      cero.
    2. El error medio cuadrado, dado por T2 =
      (1/n) å
      i=1,n [Z(xi) –
      Z*(xi)]2, debe ser
      pequeño.
    3. La medida, T3 = (1/n) å i=1,n
      { [Z(xi) –
      Z*(xi)]/s }
      2, debe ser igual a uno.
    4. La medida, T4 = Corr{ [Z(xi) –
      Z*(xi)]/s ,
      Z*(xi)} , debe ser cero.
    5. La medida, T5 = Corr{ Z(xi),
      Z*(xi)} , debe ser uno.

    Otros autores sólo plantean que las medidas
    fundamentales son la indicada por T1 y T3, (Lamorey y Jacobsom,
    1995; Bacchi y Kottegoda, 1995).

    1. Ajuste
      automático

    El ajuste de modelos de semivariogramas se puede
    realizar también de forma automática. Esta ha sido
    presentada por varios autores, en la que se sugieren una forma
    particular de aplicar el método de los mínimos
    cuadrados y así obtener el modelo y sus parámetros,
    teniendo en cuenta que el modelo obtenido sea definido positivo,
    como ya se ha indicado. La efectividad de estos se describe y
    argumenta en Gotway (1991) y Zhang (1995). Una comparación
    generalizadora se presenta en Zimmerman y Zimmerman (1991) donde
    se comparan varios métodos para estimar los
    parámetros del semivariograma entre visuales y
    automáticos.

    Ahora, el ajuste realizado de forma automática no
    tiene porque reportar mejores resultados en el proceso de
    estimación, recomendándose en Journel y Huijbregts
    (1978) y Lantuéjoul (1997) y otros validar el modelo
    seleccionado de acuerdo al estimador a utilizar. Un criterio
    decisivo, independiente de la forma utilizada en la
    elección del modelo teórico y sus
    parámetros, es si lugar a dudas, emplear el método
    de la validación cruzada con el estimador a utilizar en el
    proceso de estimación, discutido anteriormente.

    1. Conviene aquí realizar un análisis
      sobre el comportamiento de la variabilidad del atributo en
      estudio. Se conoce que el semivariograma describe las
      características de continuidad espacial de la
      variable regionalizada en una dirección, pero este
      comportamiento pueden variar según la
      dirección que se analice, como se discute en Journel
      y Huijbregts (1978), David (1977), Zimmerman (1993),
      Krajewski y Gibbs (1993). Se exige por este motivo un
      análisis del comportamiento de la continuidad en
      distintas direcciones, el Análisis de
      Anisotropía.

      Cuando el semivariograma calculado en diferentes
      direcciones (norte-sur, este-oeste, y en direcciones
      intermedias de 45º o de 22.5º, con tolerancia de
      22.5o), muestra similar comportamiento, se dice
      que el fenómeno es Isotrópico, cuando
      muestran diferentes comportamientos es
      Anisotrópico (Krajewski y Gibbs, 1993). Los
      tipos de anisotropías más comunes son la
      Geométrica y la Zonal. (Krajewski y Gibbs, 1993;
      Journel y Huijbregts, 1978; Armstrong y Carignan,
      1997)

      Anisotropía Geométrica:
      Está presente cuando los semivariogramas en
      diferentes direcciones tiene la misma meseta pero distintos
      alcance (figura 15).

      Anisotropía Zonal: Está
      presente cuando los semivariogramas en diferentes
      direcciones tiene diferentes mesetas y alcances (figura
      16).

      Al respecto en (Zimmerman, 1993), se hace un
      estudio profundo de los tipos de anisotropía,
      proponiendo una nueva terminología. En estos casos
      conviene realizar transformaciones de coordenadas con el
      objetivo de obtener modelos Isotrópicos (Journel y
      Huijbregts, 1978; Chica, 1987; Armstrong y Carignan,
      1997).

      1. Cuando en el cálculo del semivariograma
        se detecta que existe una relación linear entre
        el valor medio de las muestras usadas en el
        cálculo de cada g (h) y la desviación
        estándar correspondiente, se dice que existe un
        efecto proporcional (heterosedasticidad). Este efecto
        se puede detectar ploteando los valores de
        Xm contra s , es decir, que el coeficiente de
        variación (s /Xm) sea aproximadamente
        constante, ocurre cuando los datos presentan una
        distribución lognormal (Journel y Huijbregts,
        1978) (figura 17). La solución a este problema
        propuesta por David (1977) consiste en dividir cada
        valor del semivariograma local por el cuadrado de la
        media local, y obtener lo que se conoce como
        semivariograma relativo (David, 1977).

        F(h) = g
        (h)/Xm2(h)

        Puede ser calculado usando los pasos
        anteriormente presentados para el cálculo de los
        semivariogramas tradicionales.

        Existen otras medidas de la continuidad
        espacial descritas en Journel y Huijbregts (1978) y
        Pannatier (1993), las cuales permiten un
        análisis estructural detallado con diferentes
        objetivos.

      2. Efecto
        proporcional
      3. Problemas en el modelaje de
        semivariogramas
    2. Análisis de
      anisotropía

    Los problemas más comunes al modelar
    semivariogramas que complican este proceso se presentan en
    Krajewski y Gibbs (1993). Se analizan los siguientes
    casos.

    1.- La anisotropía geométrica
    está presente:
    Indica que los semivariogramas
    direccionales tienen la misma meseta pero diferentes alcances,
    ésta puede ser corregida a través de una
    transformación linear de coordenadas que permita reducir
    una elipse a un circulo.

    2.- La anisotropía zonal está
    presente:
    indica que tanto las mesetas como los alcances son
    diferentes para los semivariogramas direccionales, puede ser
    corregido separando el semivariograma en sus componentes
    isotrópicos horizontal y anisotrópico
    vertical.

    3.- La tendencia de los datos está
    presente:
    indica que los valores medidos aumentan o
    disminuyen dramáticamente en la zona estudiada con el
    aumento de la distancia. Esto puede ser resuelto aplicando
    polinomios a la ecuación del semivariograma, es decir un
    análisis de tendencia.

    4.- El efecto proporcional está presente:
    Indica que la desviación estándar local es
    proporcional al cuadrado de la media local y que los datos
    presentan una distribución lognormal, puede ser resuelto
    dividiendo cada valor del semivariograma local por el cuadrado de
    la media local, es decir usando semivariogramas
    relativos.

    5.- Existencia de estructuras anidadas: indica
    que diferentes procesos operan a diferentes escalas, como por
    ejemplo alguno o todos los siguientes: A muy pequeñas
    distancias la variabilidad puede estar presente debido a cambios
    de una composición mineral a otra. A pequeñas
    distancias la variabilidad puede estar presente debido a errores.
    A grandes distancia la variabilidad puede estar presente debido a
    casos transitorios de desgaste mineral. El cual puede ser
    resuelto aplicando varios modelos
    simultáneamente.

    6.- Existencia de efecto hueco: indica que muy
    pocos pares están disponible para la comparación a
    una distancia específica. Y puede ser resuelto recuperando
    más casos para la distancia definida.

    7.- La periodicidad está presente: indica
    que el comportamiento del semivariograma repite por sí
    mismo periodicidades, por ejemplo: El valor de la meseta puede
    aumentar o disminuir sistemáticamente, o un caso en que
    los valores son tomados alternativamente a través de
    diferentes estratos, como piedras areniscas, esquistos, etc. Esto
    puede ser resuelto si es un problema real y no un antifaz del
    análisis, la periodicidad puede ser también un
    fenómeno real mostrado por zonal ricas y pobres repetidas
    a espacios similares.

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